Escalay proporcign «ss —S
20a
Cuenta la leyenda que un dia Pitagoras,
rreria, oy6 el sonido de tres martillos
tr6 a investigar y descubri6
estaba peal a ce la cabezas de los tres martillos
grande producia la nota ténica; el exreseriel melee
V6 a experimentar ¢ i es altanEsioialeg
peste con cuerdas tirantes de longitudes distintas, y
anes eae an aee cee ey tenian entre si relaciones ba-
ae os enteros, las cuerdas producfan so-
Esto es s6lo una leyenda; y en mi opinién, demasiado buena
ee ce ae dice algo esencial sobre la armonia y so-
Los griegos intentaban encontrar alguna explicacién para los
fendmenos que observaban. Decfan cosas como éstas: «Trabajar
con proporciones matematicas sencillas alegra el alma y, por tan-
‘ os tonos producidos por cuerdas de proporciones simples de-
leitan nuestros oidos.»
Sin embargo, la verdad es que una persona que oye miisica no
tiene ni idea de Ja longitud de las cuerdas que la producen. Para
ello tendrian que verse y medirse. Pero cualquiera que fuese el ra-
zonamiento de los griegos, descubrieron que habia cierta relacién
rciones matematicas simples en el mundo visual y
vn el mundo auditivo. Dado que nadie fue capaz
cuando se producia un tono y cémo
afectaba éste al oyente, la relacién siguié siendo un misterio. Pero
gra obvio que el hombre posefa una intuiién especial que le per-
fritz peribi las proporciones matematicas simples enel mundo
Finn Esto se podia demostrar en lo reletivo a la mica, y se
Fela que también debia ser verdad en las dimensiones visibes
a eequitectura ~que a menudo emplea dimensiones simples~
Fe cof peal menu cof latatscastanso.enfonces como sho-
Saray ge ha dicho que es ‘mésica congelada’. Fs innegable
de a. eseala y la proporcion desempefian un papel muy impor-
ee ee temet aaa nay mronerconss visnales que
nos produzcan el mismo efecto espontaneo que lo que en miisica
Toneteos nommalmentstarmonias-ydisonancias!,
Fare musicales oe diferenian de otros ridos més forui
ros parajue son sonidos produces por vibraciones regulares pe~
al pasar junto a.una he-
le result6 agradable. En-
entre las propo
Ja consonancia €1
de explicar lo que sucedia20) LA EXPERIENCIA DE LA ARQUITECTURA
riédicas y tienen un tono fijo. Las vibraciones producidas al pul-
sar una cuerda constituyen una nota tonica con un nivel de fre
cuencia definido y una serie de arménicos con niveles de frecuen-
cia que son el doble, el triple, eteétera, del de la nota tonica. Las
hotas musicales cuyas frecuencias se relacionan mediante pro-
porciones simples tienen los mismos arm6nicos, y cuando suenan
simulténeamente se produce un nuevo periodo de vibraciones,
absolutamente regular, que sigue oyéndose como una nota musi-
_ cal. Pero si se ponen en marcha ondas sonoras que tengan perio-
“dos de vibracién ligeramente distintos, el sonido que se produce
es incoherente y, a menudo, francamente desagradable. Si las on-
das de dos sonidos cuyas frecuencias estin en la proporcién
15:16 surgen simulténeamente, se reforzaran entre si cada vex
que una haya vibrado quince veces y la otra dieciséis. Esto pro-
duciré oscilaciones muy largas, y entre cada dos puntos de maxi
ma intensidad habra otros donde las vibraciones se anulen entre
si, de manera que se vuelvan practicamente inaudibles. El resul-
tado sera una nota con una secuencia extraiia, trémula ¢ irregu-
lar que puede resultar muy desagradable. Un oyente sensible pue-
de sufrir un verdadero dolor de estémago al ofr tales acordes
disonantes.
Pero no hay nada similar a esto en el mundo visual, pues mien-
t#as que de las notas falsas nos damos cuenta inmediatamente, las
equeias i i le la arquitectura s6lo pueden descu-
midiendo con euidado. Si dos cuerdas cuyas longitudes es-
"tan en relacién 15:16 se pulsan simulténeamente, el sonido re-
sultante ser4 claramente desagradable. Pero si se introdujera una
diferencia de esta misma relacién en las proporciones de un edi-
ficio que esta dividido en crujias regulares, probablemente nadie
lo noraria. La verdad es que cualquier comparacién entre las pro-
Porciones arquitectonicas y las consonancias musicales s6lo pue-
de considerarse una metéfora. Sin embargo, muchas veces se ha
intentado obtener para las proporciones arquitectonicas unos
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i i
gs ca, 58mm
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52. Tra
pentagon
con la gi
segment
propore
a la seccrincipios 4
r A co _ eee andlogos a los principios matematicos de
1 on ee
ha Tamado mucho latencin desde la Antigitedad. Es la lla-
pate ee de oro’. Pitégoras y sus discipu-
evenness ella, fos tebricos de! Renacimiento la reto-
‘on, y en el siglo xx Le Corbusier basé en ella su principio de
la proporcién: el *Modulor’. Se dice que un segmento esta dividi-
do de acuerdo con la seccién 4urea cuando se compone de dos
partes no igualesde las cuales la menor es a la mayor como la ma-
yor es a-la-suma de-ambas: Si llamamos a las dos partes a y b, res-
pectivamiente, el cociente entre a y b es igual al cociente entre b y
a+b. Esto puede sonar algo complicado, pero se capta fécilmen-
te cuando se ve en un diagrama.
En Dinamarca, durante muchos afios las cajas de cerillas —que
Heyaban el retrato del almirante Tordenskjold~ median 36x58
milimetros (figura 5.1). Si restamos el lado corto del Iado largo
tenemos 58-36=22. Con bastante aproximacién, 22 es a 36
como 36 es a 58. En otras palabras, la relacion mutua ent los
Iados e¢ la seccién aurea. Lamentablemente para Dinamarca, la
sinuacion evon6mica del pats hizo necesario reducir a Tongitud de
las cerillas y, por tanto, el retrato de ‘Tordenskjold aparece ahora
colocade en un rectingulo que resulta menos Fst" Antafio,
Great inron tarmetfoside papel tambien sollan basarse en la sec-
cién aurea, y 1o mismo ocurria con la impresi™ tipogrifica.
Para Pitdgoras, el pentagono estrellado.o *pentagrama’ era un
simbolo mistico y sagrado,Fsta estrella ée cinco puntas se forma
oe pentagano por ambos lados hasta
protongando los lados df tT cign entre la longitad del Indo
ran (figura 5-2)- Lare a ad
eae cing ta 3 ella_y.cl-lado.del-pentagono