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a JOniveT rnoreson cecaréizean on won ‘echo De 1A PACULTAD De Lenora CURSO DE FILOSOFIA Bundncion Padre BuaeAees A (ors) dot BUENOS ARES EDICIONES DESCLEE, DE BROUWER ADVERTENCIA Este libro es un Curso de filosofia y a la vez un Manual. En efecto, de primera intencién fué concebido como la expo- sicién de una doctrina filosdfica que dirige todas las partes de ia filosofia y les da st unidad. Es, ademas, un libro conforme a lo que se entiende con el nombre de un Manual: estando destinado a las clases, sométese siempre a las exigencias que se imponen a los libros escolares. Este curso es de volumen relativamente reducido. Mas. bajo su forma breve y sencilla, nada falta en él que sea ver- daderamente esencial y comprende algunos tratados que ordi- rnariamente faltan en los Manuales de filosofia. A cuenta del profesor corre. por supuesto, completar lo que juzgare nece- En cuanto al orden de materias, se ha seguido el encade- namiento légico de los problemas filosdficos, sin haber olvi- dado el it graduando las dificultades. No obstante. licito es 4 quien lo juzgare conveniente modificar a veces este orden, juntando el estudio de la Cosmologia al de la Metafisica gene- tal y uniendo la Légica mayor con la Critica del conocimiento. Es cierto que como la Légica mayor, la Cosmologia y la Psicologia emplean nociones que propiamente pertenecen a la Metafisica general. podria ser itil hacer preceder estos tres tratados de una introduccién metafisica tocando siquiera las tesis esenciales de la Ontologia. Sin embargo, también este orden tiene sus inconvenientes: las nociones de Metafisica ge- neral asi presentadas al principio de la filosofia pueden pare- cer arbitearias, al no ser traidas por el progreso de la reflexién aplicada a la experiencia. Por otra parte, estas nociones exi- gen una capacidad de abstraccién que no es facil conseguit, al principio, por los estudiantes. Por eso hemos preferido no abordar los problemas de Metafisica general sino a medida que son planteados, en cierto modo, naturalmente, por el ob- jeto mismo de los diferentes tratados. La Légica formal inteo- duce ta cuestién de la verdad y la Légica material, la de a CURSO DE FILOSOFIA causa, La Cosmologia plantea la consideracién de las nocio- nes de cantidad y de cuslided, de extensin y de movimiento, de espacio y de tiempo: y en las nociones de materia y de forma va implicada la divisién del ser en acto y potencia. De la misma manera, la psicologia que trata de le razdn, nos tteon a abordar ciertos aspectos de le nocion del ser que la critica del conocimiento precisard més ain. Por el mismo he- cho, los problemas de la Metofisica general preséntanse bajo a forma necesaria que de hecho les corresponde. AI mismo tiempo, ef tratado de Metoftsica general puede muy bien quedar reducido a més breves proporciones y sobre todo ape- recer como realmente dirigido por el conjunto de cutestiones especulatioas que le precedieron y prepararon. NOTA PARA LA CUARTA EDICION La cuarta edicién de este Curso ha sido objeto de algunes ir tes _modificaciones. En primer tugar. los capitulos teferentes al hébito, al instinto y a las nes han sido retocados y completados, Se ha aftadido al capitulo de le imaginacién algunes paginas que proporcionan fas nociones esenciales acerca del ensueffo, el sueffo y los sueffos. Hemos modificado, ademas. el orden de las cuestiones de psicologia, de suerte que concuerde con ef tomo segundo (Psicologis de nuestro Tratado de Filosofia. RI. INTRODUCCION GENERAL (*) Arr. I. NATURALEZA DE LA FILOSOFIA deseo de saber, fuente do las ciencias, Todos los hombres, dice Aristételes, estén naturalmente ansiosos de saber, es decir que el deseo de saber es innato: échase de ver ya en el nif, por los “por qué” y los "ebmo’ que no cesa de formular. El deseo de saber es el principlo de las ciencias, cuya primera finalidad no es dar al hombre los medios de actuar sobre la naturaleza, sino en primer lugar satisfacer su curlosidad natural. Si el deseo de saber es esencial al hombre, debe ser univer- sal en el tiempo y en el espacio. Y esto es lo que nos ensefia la historia: pues no hay pueblo, por retrasado que se halle, en el que no se manifieste esta natural inclinacién del espl- ritu, y es por consiguiente tan antigua como {a humanidad. 2. Las diversas formas del saber: a) El conocimiento empirico, La necesidad de saber da lu- gar primero a los conocimientos emplricos, que son el fruto del movimiento esponténeo del espfritu, pero son conocimlen- tos Imperfectos, en cuanto a menudo carecen de objetividad y se forman de casualidad, merced a gencralizaciones precipi- tadas, sin orden ni método. Tales son por ejemplo Ins reglas meteorolégicas del campesino, los proverblos y méximas que resumen las observaciones corrlentes sobre ef hombre sus pasiones, etc. Estos conocimlentos emplricox no son cosa que se haya de menospreciar. Por el contrarlo, ellos constituyen el primer paso de Ia ciencla, que no hace sino per! fos procedimientos que el empltismo emplen parn ndquitir sus conocimientos. b) El conocimiento cientifico busca sustituir ef emplrismo con conocimientos ciertos, generales y metédicos, es decir con (1) Las cifras det interior del texto remiten n Yor nGmeros marsinales. 0 CURSO DE FILOSOFIA verdades valederas en todos los casos, en todos los tiempos ¥ en todos los lugares, y unidades entre si por sus causas y sus principios. ‘Val es la ciencia en general. La filosofia es por eso una ciencia y, como veremos, es la mas alta de las ciencias hu- tanat, Pero en nuestos das existe In tendencia a liar Ia aplicacion del nombre de “ciencia” a las ciencias de la natu- raleza, y mas en concrcto a las ciencias que se rigen por leyes necesarias y absolutas, fundadas sobre el determinismo de los fenémenos de la naturaleza. En este caso estén la Fisica, la Quimica, la Mecanica celeste, etc, c) El conocimiento filosdfico, en fin, es la mas alta expre- sign del deseo de saber. Es una ciencia, en cuanto pretende conocer las cosas por sus causas. Pero mientras que las de- més ciencias se limitan a descubrie las causas mas inmediatas, la Filosofia tiene por objeto descubrir las causas més univer- sales, es decir las causas primecas de todas las cosas. Arr. Il, OBJETO DE LA FILOSOFIA 1, Antiguo concepto de la filosofia, —La palabra filésofo significa “amigo de la ciencia y de la sabiduria”, y dicese que la invent6 Pitagoras. Para los antiguos griegos, la filosofia exa la ciencia universal: abrazaba casi todo el ‘conjunto de ‘conocimientos que agrupamos bajo los nombres de ciencia, de arte y de filosofia. Tal concepto duré hasta la edad medi 4 partir de esta época, primero las artes y después las ciencias de la naturaleza se separaron poco a poco de la filosofia con- quistando su autonomia. Esta separacion es hoy un hecho consumado, y existe el mayor interés en distinguit netamente estas dos clases de conocimientos que se Haman cientificos y filos6ficos. 2, Filosofia y cioncias.—La ciencia y Ia filosofia no tie- nen el mismo objeto formal. Indudablemente que desde un punto de vista material, ciencia y filosofia se aplican al mismo objeto: el mundo y cl hombre (objeto material). Mas cada disciplina estudia este objeto comin bajo un aspecto propio (objeto formal). La ciencia se li la determinacién de las leyes de los fen6menos. La filosofia aspica a conocer Ia naturaleza profunda de las cosas, sus causas supremas y sus fines Gtimos: interésale propiamente, en todas sus partes, el conocimiento de lo que esta sobre la experiencia sensible (0 los INTRODUCCION GENERAL u fenémenos), y aquello que no es accesible sino a la raz6n. Si pues la filosofia es ciertamente una ciencia universal, lo es en ‘cuanto tiende a conocer, no todas las cosas, como crelan los antiguos griegos, sino los primeros principios de todas las cosas. Por abi se echa de ver que una explicacién cientifica no es tuna explicacién filos6fica; ni una explicacién filoséfica es una explicacién cientifica. Los problemas de la ciencia no son los de la filosofia: e1 encadenamiento de los feaémenos, tal como la ciencia lo pretende descubrit, deja intacta la cuestién de Ja naturaleta profunda de las cosas, de sus valores y de sus fines: y el conocimiento de las esencias, de los valores y de los fines no nos puede dar la ciencia de las relaciones fe- nomenales, Anr. Ill, METODO DE LA FILOSOFIA 1, El méiodo dopende del objeto formal —Llémase “mé- todo” al ccnjunto de procedimientos empleados para llegar al conocimiento o a ta demostracién de la verded, El método de una ciencia depende del objeto mismo de esta ciencia. En el estudio de los seres vivientes no se emplea el mismo pro- cedimiento que en el estudio de los seres orgénicos: y Ia qui- mica procede de distinta manera que la fisica. De modo que de la definicién y del objeto de la filosofia debemos deducit el método que le conviene. 2. El método filoséfico os experimental y racional a la vez. — Hemos definido la filosofia como a ciencia de las coves por ss causas supremss. De donde se sique que: a) La filosofia parte de la experiencia. Si la filosofia es en primer lugar “‘ciencia de las cosas”, es decir, del hombre, del mundo y de Dios. debemos comenzar por conocer las cosas ‘que queremos explicar: es decir que nuestro punto de partida ser tomado normalmente de la experiencia. La naturaleza de las cosas, en efecto, la conocemos por sus propiedades, y éstas nos las da a conocer la experiencia —vulgar o cienti- fica. Tgualmente, de los efectos del poder divino podemos elevarnos hasta Ja Causa primera del universo, ya para afir- mar su existencia necesarla, ya para determiner su natura leza y sus atributos: y estos mismos efectos son un objeto de experiencia. Asi, el méfodo filos6fico seci en primer lugar experimental, en el sentido de que el punto de partida de la filosofia lo tomamos de la experiencia. 2 CURSO DE FILOSOFIA b) Le filosofia tiende, por fa razén, a lo que esth més allé de la experiencia. Pero como Ia filosofta es, por sts fines, esenclalmente metafisica, es decir que pretende fr més allé de fa experiencia sensible y Megar hasta las causas primeras, deberé recurrir a la raz6n, porque estas causes primeras no las ve el hombre, no las toca con sus sentidos y en conse- cuencia no puede Hegar a ellas sino merced a una facultad superior. Por esta raz6n, el método filos6fico es también un métedo racional. 8. Le tilosoffa no echa mano sino de la razén naturel. — Por otra parte, si la filosofia se sirve de la raz6n, es sola- mente de Ia razén netural. En esto se distingue absolutamen- te de la Teologta, que se basa, como en sus primeros prin- cipios, en fas verdades reveladas, mientras que Ia filosofia s6lo recurre a fas luces de la raz6n. Su criterlo de verdad no ex. como en Teolopia, la autoridad de Dios que revela, sino In evidencia de su objeto. Arr. IV. DIVISION DE LA FILOSOFIA 1. Principio de la divisién.— Puede uno colocarse bajo distintos puntos de vista para distingulr In diferentes partes de Ia filosofia. Una divisién corrlente en nuestros dias con- siste en distingulr cuatro partes: légien, psicologia, moral y metafisica. Pero es éste un orden discutible, primero porque permite suponer que Ia moral se puede constituir integra- mente sin Ta metafisica: luego veremos que eso no es verdad: «yen segundo lugar porque la cosmologia o estudio del mundo material como tal, o bien parece no pertenecer a la filosofia sino Gnicamente a las ciencias de Ia naturaleza, lo cual es un error. © blen queda inclulda ya en In f6glea material, o ya en la metafisica, lo cual no es, ni en un caso ni en otro, su lugar normal. Es més I6gico dividir ta filosofia partiendo de este princi- plo aue fas cosas pueden ser consideradas ya en si mismas ya ‘en relacién con nosotros. Desde el primer punto de vista, tr&- tase simplemente de conocerlas por sus principlos supremos y sus causas primeras: éste es el obleto de Ia /ilosofia especu- lative, Desde el sequndo punto de vista, se trata de saber cémo debemos emplear las cosas para nuestro bien absoluto: ¥ Este es el obleto de In filosofia practice. Estas partes esen- clales de fa filosofia Irén ademés, naturalmente, precedidas INTRODUCCION GENERAL 1s del estudio de Ia légica, que es como el instrumento univer- sal del saber, en cuanto define los medios de llegar a Ia verdad. 2. Los diferentes tratados de la filosofia.—Las subdivi- slones de las tres partes de la filosofia se deducirin de Jas siguientes consideraciones: a) Problemas de ta légica. La l6gica puede adoptar dos puntos de vista: o bien pretende determinar las condiciones universales de un pensamiento coherente consigo mismo (I6- gica formal 0 menor), bien busca delinir los procedimientos © los métodos exigidos, en cada disciplina particular, por los diferentes objetos del saber (Légica material 0 Metodologia). b) Problemas de ta filosofia especulative. Tenlendo por fin Ia filosofia especulativa el conocimiento puro, su objeto es conocer el mundo de fa naturaleza en si mismo (Filosofia de Ja naturaleza). ast como la causa primera del mundo, que es Dios (Teodicea). La filosofia de la naturaleza se dividicé a su vez en dos Pattes, segiin se refiera al mundo material como tal (Cosmo- Iogia). 0 al hombre (Psicologia). El estudio de Dios (existencia y naturaleza de Dios) que forman la Teodicea no puede ser abordado directamente, por no sernos Dis conocido sino como autor del ser univers También debers ir precedida légicamente de un tratedo con- sagrado al conocimiento del ser en general: y éste es el objeto de la Ontologie La Ontologia, a su vez, requiere el estudio previo del valor de nuestra facultad de conocer. Este, en efecto, tiene por objeto realidades que en modo alguno son objeto de la aprehensién sensible, Preciso es, pues, conocer si se justifican, y en qué medida, sus pretensiones de llegar a los primeros prineipios de las cosas. ¥ éste es ef objeto dle In Critica lel conocimiento. Critica del conocimiento, Ontologia (o Metafisica general) y Teodicea constituyen el conjunto de la Metafisica. ¢) Problemas de la filosofia préctice. La filosofia practica tiene por fin, segin fo hemos dicho, defini el bien del hom- bre. Para este podemos colocarnos en un doble punto de vista: en el punto de vista del hacer, es decir, de la obra a realizar (arte en general y artes de lo bello en particular), lo cual es el objeto de la Filosofia del arte, o en el punto de vista del obrar, es decir, de la accién que se va a cumplir, lo cual cons- tituye el objeto de la Moral. 4 CURSO DE FILOSOFIA El siguiente cuadro resume esta division de la filosofi asus ve ba ‘marivos onjaros ‘muosorla fof Leyes del razonamiento. con 1 | reel era ‘Logica material fedos particulares. = ca mel aegypti muosorts | Cormologia ....:81 mundo material como tal narunataza | Pricologia ......:81 hombre, aus, Gries del 200) Vator de ts rasén. BSPECULATIVA) erarisica { Ontologia ..... EU ser en general. r Exidencia y naturaleca de eodiea +. | Belen ur | Filosotia del arta: Lo bello y ler artes, rahoricn Moral... + BL acto humuno, CURSO DE FILOSOFIA PRELIMINARES Arr. 1, DEFINICION DE LA LOGICA 6 El término de “I6gica” viene de una palabra griega que significa raz6n. La légica es en efecto Ia ciencia de las leyes ideales del pensamiento, y el arte de aplicarlas correctamente a [a investigacién y a la demostracién de le verdad, 1, La légiea es una cioncia, es decir un sistema de conoci- mientos ciertos, [undados en principios universates, En esto difiere la légica filosdfica de la légica esponténea o emptrica, como lo perfecto diftere de lo imperfecto. Porque la l6gi natural no es otra cosa que Ia aptitud innata del espiritu cer Uso correcto de las facultades intelectuales, pero sin ser capaz de justificar por la razén, recurriendo a los principles universales, las reglas del pensamiento correcto. 2, Ciencia de las loyes ideales del ponsamionto. — La 16- ica pertenece por lo mismo a la filosofia normativa, porque su fin no es definic fo que es, sino lo que debe ser, es decir It que deben ser las operaciones intelectuales para satisfacer a las exigencias de un pensamiento correcto. La légica establece las condiciones, no de existencia, sino de legitimidad, 3. La Wégica os tombién un arte, es decir un método que permite hacer bien una obra segin determinadas reglas. La logtea, en efecto, al mismo tiempo que define las leyes tdesles del pensamiento, establece las reglas del pensamiento correcto, cuyo conjunto constituye un arte de penser. Y como el razo- namiento es la operacién intelectual que implica todas las de- ims operaciones del espititu, con frecuencia se define la légica como Ia ciencia y el arte del razonamiento correcto, 4. La Iégica tien por fin Ia investigacién de la verdad y su demostracién, porque Ia investigacién y Ia demostracién 8 PRELIMINARES de la verdad son el fin de la inteligencia y por consiguiente de la Iégica, en cuanto define las condiciones de validez de las operaciones del espiritu. Arr, Il, IMPORTANCIA DE LA LOGICA No se ha de exagerar ni rebajar la impostancia de la I6gica cientifica, 1. La Iégica omplrica.— Putdese Megar y a menudo se ega a la verdad sin el auxilio de la Logica cientifica, sobre todo cuando Jas operaciones intelectuales no encietran gran complejidad. En este caso basta con la légica esponténea, de Ta que la Logica filoséfica no es sino un perfeccionamiento metédico; y Leibniz dijo con raz6n que “las leyes de la Légica no son sino las reglas del buen sentido puestas en ‘orden por escrito”. 2, La légica ciontilica. — Mas si el buen sentido es siem- pre necesario, no siempre es suficiente. Si bien es posible ob- Servar espontaneamente las reglas de un pensamiento correc- to, hay mayor probabilidad de observarlo cuando esas reglas son conocidas y familiares. Ademés, no se trata dnicamente de conocer la verdad: es preciso descartar las dificultades y fefutar los errores, para lo cual no basta el buen sentido que ignora las causas de error y los procedimientos sofisticos fin, el buen sentido puede deducic de una verdad las conse- cuencias més inmediatas. Pero asi como no es capaz de ele- varse hasta los principios universales, tampoco sabe llegar a Jas consecuencias remotas. La légica es pues necesaria para hacer al espiritu mas agudo y ayudarle a dar raz6n de sus operaciones recurriendo a los rincipios en que se funda su legitimidad. Arr, Ill, DIVISION DE LA LOGICA Hemos visto en el nimero 6 que la légica tiene por objeto establecer las condiciones que las operaciones intelectuales de- ben Henar para ser correctas. Ahora bien, estas condiciones podémoslas agrupar en dos grandes categorias. Primero, las condiciones que aseguran el acuerdo del pensamiento consigo mismo, hecha abstraccién de cualquier dato particular, de tal manera que sean vélidas universalmente, Vienen luego las Locica fn) condiciones que derivan de las reluciones del pensamiento con los diversos objetos @ los que se pueden aplicar. De ahi las divisiones generales de la légica: 1, Légica formal o menor.— Es la parte de la légica que establece la forma correcta de las operaciones intelectuales, 0 gue asegura el acuerdo del pensamiento consigo mismo, de fal manera que los principios que descubre y las reglas que formula se aplican a todos los objetos de pensamiento, cua~ Tesquiera que és:os sean. Ahora bien, como las operaciones del espiritu son tres, a saber: la aprehensién, el juicio y el raciocinio, la logica for- mal comprende normalmente tres partes, que tratan de la aprehensién y de la idea, del juicio y de la proposicién, del raciocinio y de la argumentacién, 2, Légica material 0 mayor.—Es la parte de la légica que determina las leyes particulares y las reglas especiales que derivan de la naturaleza de los obje'os que se han de conocer. Y define los métodos de las matematicas, de la fisica, de la quimica, de las ciencias naturales, de las ciencias morales, etc., que son otras tantas légicas especiales. A la logica mayor podemos referir el estudio de las condi- ciones de la certeza, asi como el de los sofismas que quieren presentar lo falso con apariencias de verdad, Es'as cuestiones no se confunden con aquellas de que trata la critica del cono- cimiento. No se trata, en efecto, en légica, sino de definir, desde un punto de vista formal, lo que son de derecho la verdad y el error y cudles son las condiciones de derecho de la certeza; mientras que la Critica del conocimiento tiene por objeto resolver la cuestién de saber si de hecho nuestras facul- tades de conocimiento son capaces de llegar a la verdad. PRIMERA PARTE LOGICA FORMAL 9 La légica formal establece las condiciones del acuerdo det pensamiento consigo mismo. No contempla tos operaciones Intelectuales desde el punto de vista de su naturaleza ~cos que pertenece a In psicologia—. sino desde el punto de vista de su validez intrinseca, es decit, de su forma, Y como todo raclocinio se compone de Juicios. y todo juicio de ideas, debe- mos ditingulr trex operaciones intlectuales especificamente iferentes: 1. Aprehender. es decir concebir una iden. 2, Juzgar, es decir aflrmar © negar una relacién entre dos id 3, Razonar, es decir, de dos 0 mas juicios dados deduct otro juicio que de ellos se sigue necesariamente. La logica estudia estas tres operaciones en st mismas, ber en tanto que son actos del espiritu, y en sus expresiones verbales, que son: para la aprehensién. ef término: para el juticlo, Ia proposicién: para el raciocinio, el argumento, ‘Todos {os principios y todas Ins reglas vélidas de las op raciones del espiritu Jo son igualmente y de la misma manera de aus expresiones verbales. CAPITULO 1 LA APREHENSION Y EL TERMINO Anr, I, DEFINICIONES 10 1. Aprehonder significa captar, tomar, y la aprehensié desde el punto de vista logico, es el acto por el cual el espiritu concibe una idea, sin afiemar ni negar nada de ella. La apre- hensién difiece, pues, del juicio, del cual vamos a ver que consiste en afirmar o negar una cosa de otra. 2, La idea, o concepto, es la simple representacién intelec- tual de un objeto. Difiere esencialmente de la imagen, que es la sepresentacién determinada de un objeto sensible. 3. El término es la expresién verbal de la idea. — Desde el punto de vista légico, debemos distinguir el término de la palabra. El término puede, en efecto, comprender varias pala- bras (por ejemplo, el buen Dios, algunos hombres, una accién brillante), que no obstante sélo forman una idea Iégica. Ant. I, COMPREHENSION Y EXTENSION 11 Podemos cousiderar una idea y por consiguiente un tér- mino, desde el punto de vista de ia comprehension y desde el punto de vista de Ja extensién. Esta distincién es de capital impostancia para toda la Iégica formal. 1, La comprohonsién es el contenido de una idea, es decie el conjunto de elementos de que consta una idea. Asi la com- prehension de la idea de hombre implica los elementos si- + Guientes: ser, viviente, sensible, racional. 2, La oxtonsién es el conjunto de sujetos a los cuales con- viene la idea. Asi, la idea de hombre conviene a los canadien- 12 ™ LOGICA FORMAL ‘ses, los vascos, a fos blancos, a fo: a Pedro, a Car- ft pie spsene. 1c08, a los negros, iro, a Car. $ Rolacién de la comprehensién y do la extensién, 8) La comprehensién de una idea esté en relacién inversa de su extensién, La idea de ser, que es Ia menos rica de tod: 8 por lo mismo la mas universal: Ia idea de hombre, que encierra mayor némero de elementos, no se aplica sino a una parte de los seres: la idea de vasco, que afiade a la idea de hombre nuevos elementos, es todavia més restringida: y en fin, ta Idea de tal indivitivo, Carlos, Eduardo. cttya compre- hensi6n es Ia mAs rica, es por lo mismo In mAs fimitada en cuanto a Ia extensién. b) El género y ta especie. También es posible ordenar Ins ideas, y por consiguiente los seres por ellas representados, se- gin una jerarquia fundada en su extension. La idea superior en extension se llama género con relacién a Ia idea inferior, ¥ ésta se dice especie con relacién a la primera, En princt Plo, se llama género a toda idea que contlene debajo de si otras fdeas generales (animal con relacién a hombre, pajaro ez, ete.). y especie a toda idea que no contiene sino indi. vidios. Arr. Il. CLASIFICACION DE LAS IDEAS Y DE LOS T&RMINOS Para clesificar las ideas puédense ‘tomar distintos puntos de vista. 1. Punto do vista de su perfeccién. 8) La idea es adecuada cuando representa al espiritu todos los elementos del objeto. Es inadecuada en el caso contrarlo. b) La idea es clara cuando basta para hacer reconocer st objeto entre todos los demas; y oscura en el caso contrario. ¢) La Idea es distinta 0 confusa segin que nos dé a cono- cet, 0 no, los elementos que componen sus objetos. Una idea clara puede no ser distinta: un jardinero tlene idea clara, pero no distinta (al revés que el boténico), de las flores que cultiva, En cambio, una idea distinta es necesarlamente clara. 2. Punto de vista de su comprehensién y de su extensién. 2) En cuanto a la comprehensién, una idea es simple 0 compuesta, segin comprenda uno o varios elementos. La iden 13 LA APREHENSION Y FL TERMINO Ey de ser (Io que es) es simple: In idea de hombre (animal ra- clonal) es compuesta, 4) En cuanta a Ia extensién, hay que distingul La idea singular: es aquella que no se puede aplie un individuo: Carlos, este Arbol, este libro. La idea particular: es aquella que se aplica de manera inde- terminada sélo a una parte de una especie o de tna clase determinada: algunos patos. La idea universal: es aquella que conviene » todos los indi- viduos de un género o de una especie dada: el hombre, el circulo, In mesa, ete, La idea singular equivale una idea universal, porque sl bien esté limitada a un solo individuo, agota toda su extensién. ino a 3. Punto de vista de sus rolaciones mutuas.— Las ideas pueden ser entre st 8) Contradictorias. cuando la una excluye a fa otra, sin que haya término medio posthle entre ambna. Por ejemy ser y no ser: estar en fa luna y no estar en In luna: avaro y no avaro. b) Contrarias, cuando expresan las notas més opuestas en tun género dado, de tal modo que exista un término medio entre elas: blanco y negro: avaro y prédigo: estar en Pam- plona y es‘ar en Bilbao. Art. IV. REGLA FORMAL DE LAS IDEAS Y DE LOS TERMINOS 1. En sf misma, una idea no es ni verdadera ni folsa, porque. no contiene ninguna afirmacién. Es lo que es y nada més. 2. Una idea puede ser contradictoria, es decit compren- der elementos que se excluyan mutuamente, Por ejemplo Ia idea de circulo cuadrado. Las ideas contradictorias no pueden ser sino Ideas confusa: porque es imposible concebir clara y distintamente una idea realmente contradictoria (que es, en realidad, In nada). Hemos de procurar. pues. que nuestras ideas no enclerren elementos contradictorios. Ahora bien, como Ia contradicci6n en las ideas proviene siempre de ou confusién, hay que hacer desaparecer esta confusién analizindolas, es deci que hay que definitlas y dividirtas. u 15 Fry LOGICA FORMAL Arr. V. LA DEFINICION 1, Nocién. —Definir, segiin el sentido etimolégico, es lo mismo que delimitar. La definicién légica consiste, en efecto, ‘en circunscribir con exactitud la comprchensién de un objeto, ‘en otros términos en decir lo que una cosa es. 2, Divisiéa, — Distinguense: a) La definicién nominal, que expresa el sentido de una palabra. Ast, decir que la palabra “definis” significa “deli- mitar” es dar una definicioa nominal. b) La definicién real, que expresa la naturaleza de la mis- ma cosa. La definicién real puede ser Esencial. Es aquella que se hace por el género préximo y la diferencia especifica. Defininos asi al hombre: animal racio- nal; animal es el género préximo, es decic la idea inmediata- ‘mente superior, en cuanto a la extensién, a la idea de hombre; y racional, que es la diferencia especifica, es decir la cualidad que, afiadida a un género, constituye una especie, distinta como tal de todas las especies del mismo género. Descriptiva, Es ella que, a falta de los caracteres esen- ciales (género préximo y diferencia especifica), enumera los caracteres externos mAs notables de una cosa. pecmitiendo asi distinguirla de todas las dems. (EI carnero es un rumian- te de cabeza alargada, nariz encorvada, ojo languido, etc.) Es fa definicién que se emplea en las ciencias naturales. 3. Reglas do la definicién.—Son dos: a) La definicién debe ser mas clara que lo que se define, Por eso es preciso que no contenga el término que se define —que normalmente no sea negativa. porque decir que el hom- bre no es un Angel, no es aclarar la cuestién de la naturaleza del hombre—; en fin, que sea breve. b) La defnicién debe convene a todo lo que se define 2 eso sdlo. decir que no ha de ser ni demasiado limitada (el hombre es un animal de color blanco), ni demasiado am- plia (el hombre es un animal). Ant, VI. LA DIVISION La divisién de las ideas en sus elementos es uno de los me- dios necesatios de obtener una buena definicién, LA APREHENSION Y EL TERMINO a Delinicién.— Dividir es distribuir un todo en sus partes. Hay por consiguiente tantas clases de divisiones cuantas cla- ses de todos existan. 2, Espocies.—Llamase un todo a aguello que puede ser resuelto o dividido, sea fisicamente, o al menos idealmente, en diversas elementos. De abi tres clases de todo: fisico, l6gl- co ¥ moral. a) Fisico. El todo fisico es aquel cuyas partes son real- mente distintas. Este todo puede ser: cuantifativo, en cuanto se compone de partes homogéneas: un bloque de mérmol: esencial, en cuanto.forma una esencia completa: el hombre: otencial, en cuanto compuesto de diferentes facultades: el alma mana como compuesta de inteligencia y de voluntad; ac- ental, en cuanto compuesto de partes unidas exteriormen- : una mesa, un montén de piedras. 'b) Légico '(o metafisico). El todo lWégico es aquel cuyas partes no se distinguen sino por la cazén. Va expresada por luna nocién universal que contiene en si a otras como partes subjetivas. Asi el género contiene sus especies: por ejemplo, la idea de metal con relacién a los diversos metales, (hierro, cobre, zinc, etc.); 0 también la idea de animal refecido a ani- mal racional (hombre) y a animal no racional (bruto). <) Moral, El todo moral ea aquel cuyas partes, actualmen distintas y separadas, estén unidas por el lazo moral del mi ‘mo fin: una nacién, un ejército, una familia, etc. Va expresado por un concepto colectivo. 9. Roglas.— Una divisién, para ser buena, ha de ser: a) Completa 0 adecuada, es decir que enumere todos los elementos de que se compone. b) Irreductible, es decir, que no debe enumerar sino los elementos verdaderamente distintos entre si, de manera que ninguno esté comprendido en otro. La divisi6n siguiente: el hombre esté compues‘o de un cuerpo, de un alma y de una inteligencia, pecaria contra esta regla, ya que el alma humana comprende la inteligencia. ¢) Fundada en el mismo principio. y por consiguiente que debe proceder por miembros verdaderamente opuestos entre si. La divisién siguiente: mi biblioteca se compone de libros de filosofia y de libros bien encuadernados, pecaria contra es- ta regla, porque bien encuadernados no se opone a filosofia. CAPITULO 1 EL JUICIO Y LA PROPOSICION Ant. I. DEFINICIONES 16 1. Definieién dol juicio,— El juicio es el acto el que el espirita afirma una cosa de otra: “Dios es bueno! “el hom. bre no es inmortal” son juicios en cuanto el uno afirma de Dios ta bondad, y el otro niega al hombre Ia inmortalidad El juicio encierra, pues, necesariamente tres elementos, a saber: un sujeto, que es el ser del cual se afirma o niega guna cosa; un atributo o predicado, que es lo que se niega 0 afirma del sujeto: una afirmacién o una negacién, El sujeto y ef atributo son la materia del Juicio: y la forma del julcio resulta de la afirmacién o de la negacién. 2. Definicién de la proposicién. — La proposicién es la ex- presién verbal del juicio. Compénese, como el juiclo, de dos términos. sujeto y predi- cado, y de un verbo llamado cépula (es decir laz0). porque tune 0 separa los dos términos. El verbo de la proposici6n légica es siempre el verbo ser. tomado en sentido copulativo o telativo, como en esta propo- sicton: "Dios es bueno”. y no en sentido absoluto, en el que significa existir, como en esta proposiciOn: “Dios es”. A me- nudo el verbo gramatical comprende a la ver al verbo légico y al atributo. Asi, esta proposicién: “Yo hablo”. se descom- pone, desde el punto de vista I6gico, en esta otra: “Yo soy 0 estoy hablando”. Del mismo modo, "Dios existe”, se descom- pone asi: “Dios es existente”. Arr. Il ESPECIES DE JUICIOS Y DE PROPOSICIONES 1, Clasificacién de tos Juicios. — Podemos clasificar los Julcios desde el punto de vista de su forma y desde el de su ‘materia, EL JUICIO Y LA PROPOSICION » a) Desde el punto de vista de Ia forma. Se distingue los juicios afirmativos y los juicios negativos. b) Desde ef punto de vista de la materia. Distinguense en analiticos y en sintéticos. Llimase analitico a un jtticio en que ef atributo es: ya idén- tico al sujeto (como en el caso de la definici6n:,““E! hombre es un animal racional”), ya esencial al suje‘o (“El hombre, es taclonal”), ya propio () al sujeto ("EI circulo es redondo"). Llimase sintético un jaicio cuyo atributo no expresa nada de esencial ni propio del sujeto: “Este hombre es viejo”, “El ‘tiempo es claro”. 2. Clasificacién do las proposiciones. — Podemos clesifi- cat las proposiciones desde el punto de vista de la centidad 0 desde el punto de vista de la cualidad. ‘A. La cantidad de una proposicién depende de la extensién del sajero. Se pueden distin ) Las proposiciones universales: son aquellas en que el sujeto es un término universal. tomado universalmente, Por ejemplo: “El hombre (0 todo hombre) es mortal. 'b) Las proposiciones particttares: aquellas en que el stjeto es un término particular: “Algin hombre es virtuoso.” €) Las propesiciones singulares: aquellas cuyo stjto,es un término singular: “Pedro es sabio”, "Este drbol ex viejo". Es- tas proposiciones. por la raz6n expresada en el nimero 12, deben ser asimiladas a las proposiciones universales. B. La cualidad de una proposicion depende de fa afirma- cién o de la negacién. segiin que la relacién del atributo al su- Jeto sea una relacién de conveniencia o de no conventencia. 3. Las cuatro proposiciones. — Como toda proposicién tle- ne a la vez una cantidad y una cualidad, puédese distingulr cuatro especies de proposiciones, que los légicos designan con vocales, @ saber: ‘a) La universal afirmativa (A): Todo hombre es mortal b} La universal negativa (E): Ningdn hombre es spirit Fo. pee) Le particular afirmative (1): Algin hombre es sabio. d) La particular negativa (O): Algin hombre no es sablo. 4, Rolacién de loa términcs desde ol punto de vista do la extensién, en las universalos. et un carkcter que no pertenece a Ie cls necesariamente. (1) La propiedad, svendia det sujet, P 18 0 LOGICA FORMAL 8) En las afirmativas (A), el sujeto se toma en toda su ex- tensidn, Pero el predicado no se toma sino segin una parte de su extensidn: “E! hombre es mortal” significa que el hombre es uno de los mortales, es decir una parte de los seres mortales, b) En las negativas (E), el sujeto y el atributo es-an tom dos en toda su extensién: “Ningiin hombre es espiritu pur. significa que el hombre no es ninguno de los espiritus puros, Arr. Ill. DE LA OPOSICION 1. Nocién,— Si consideramos las proposiciones no en si mismas, sino en sus mutuas relaciones, échase de ver que se Pueden oponer entre si de diversas maneras. Definiremos, ues, la oposici6n como la relacién de dos proposiciones que, teniendo el mismo sujeto y el mismo predicado, tienen una cualidad 0 una cantidad diferente, o bien, a la vez, una cua- lidad y una cantidad diferentes. 2. Diversas oposicionos. — Son cuati a) Las proposiviones conteadictorias, Llimase conteadicto- ias a dos proposiciones que difieren a lu vez por la cantidad y por la cualidad: la una niega lo que la o'ra afirma, sin que exista medio entre la afirmacién y Ja negacion, Todo hombre es sabio (A). Algin hombre no es sabio (O). b) Las proposiciones contrarias. Llimase contrarias a dos Proposiciones universates que difieren por la cualidad: Todo hombre es sabio (A). Ningin hombre es sabio (E). ¢) Las proposiciones subcontrarias, Llamase subcontraria ‘A dos proposiciones particulares que difieren por la cualidad: Algin hombre es sabio (1). Algin hombre no es sabio (O). 4) Las proposiciones subalternas, Ss. las ie Hieren sino por la cantidad: ae ere tan ae Todo hombre es virtuoso (A). Algin hombre es virtuoso (I). Ningin hombre es espiritu puro (E). Algin hombre no es espiritu puro (O). 19 EL JUICIO ¥ LA PROPOSICION a 2. Leyes de Ia oposicién, a) Ley de las contradictorias. Dos proposiciones contradic- torias (Ay O, Ee 1) no pueden ser ni verdaderas ni falsas a la vez. Si una es verdadera, la otra es necesariameate falsa; si una es falsa, la otca es necesariamente verdadera. b) Ley de las contrarias. Dos proposiciones contrarias (A y E) no pueden ser verdaderas al mismo tiempo: si una es verdadera, la otra es falsa. Pero las dos pueden ser falsas al mismo tiempo. En materia necesaria (es decic, cuando el predicado es de Ja esencia del sujeto), dos contrarias no pueden ser falsas a la vez. Por consiguiente, de la falsedad de la una puédese concluit a la verdad de la otra ¢) Ley de las subcontrarias. Dos proposiciones subcontra- rias (Iy ©) no pueden ser [alsas al mismo tiempo, Pero si veedaderas. En materia necesaria, dos subcontrarias no pueden ser ver- daderas a la vez. En consecuencia, de la verdad de una se puede concluir a la falsedad de la otra.. d) Ley de las subalternas. Dos proposiciones subalternas (AeL By O) pueden ser verdaderas al mismo tiempo y [al- sas también: 0 bien pueden ser una verdadera y Ia otra false. Arr. IV. CONVERSION DE LAS PROPOSICIONES 1, Naturaleza do la convorsién.—Tomemos la siguiente proposicién: “Ningiin circulo es cuadrado.” Es posible enun- iar la misma verdad trasponiendo los términos, es decir ba- ciendo del sujeto predicado, y del predicado sujeto: “Ningin cuadrado es ciculo.” De ‘esta manera tenemos convertida Ja primera proposicin, es decir Ja tenemos traspuesta, por la intervencién de los extremos, en otra proposicién que expresa la misma verdad, La conversién puede, pues, ser definida como el procedimiento légico que consiste en trasponer los términos de una proposicién sin modificar su cualidad. 2. Regla general de la conversién.— La proposicién que resulta de la conversién no debe afirmar (0 negar) més que Ja proposicién convertida. Por consiguiente, ya la cantidad de la proposcén no cambia (convesisn simple). 0 ya, por el contrario, hay cambio de cantidad (conversién por accidente). 2 LOGICA FORMAL 3. Aplicaciones. a) La universal aficmativa (A) se convierte en una parti- cular afirmativa. Asi en la proposicién: “Todo hombre es mortal”, hombre es universal, y mortal es particular (17). Tendremos, pues, que “algin mortal es hombre”. Esta proposicién, al no convertirse simplemente, no es reci- proce. Hay que hace excepcién, cuando la universal afir- ‘mativa es una definicién. En tal caso, se convierte simple- mente: "El hombre es un animal racional”, “el animal racio- nal es el hombre”, b) La universal negativa (E) se convierte simplemente, los dos términos tomanse en ella universalmente (17): “Ningin hombre es espltitu puro”, “ningin espiritu puro es hombre”. Esta proposicién es, pues, reciproce. ¢) La particular sfirmativa (1) se convierte también sim- plemente, es decir que es rectproca, porque los dos términos son tomados en ella particularmente: “Algin hombre es sa- bio", “algin sablo es hombre”. d) La particular negativa (O) no puede ser convertida or- dinarlamente. Sea la proposicién: “Algin hombre no es mé- dico"; no es posible hacer del suleto hombre un atributo, por- que entonces tendcia una extensi6n universal en la proposi- clén negativa: “Algin médico no es hombre Pero se puede convertir esta proposicién por contraposi- cién, es decit, afladiendo la perticula negativa a los términos convertidos: "Algin hombre no es médico”, “algén médico no es no hombre”; es decir: “Algin no médico es hombre.” z 20 CAPITULO UT EL RACIOCINIO Y EL ARGUMENTO wr. 1. DEFINICIONFS 1, El raciocinio en general es la operacién por la que cl espiritu, de dos o mas relaciones conocidas. conclaye a otra relacién que de ellos se deriva légicamente. Como por otra parte las relaciones son expresadas por los juicios, el raclo- cinio puede también ser definido como In operacién que con- siste en deducir de dos 0 mas juicios otro juicio contenido Hogicamente en los. primer El raciocinio es, pues, conocido, asnje de lo conocido a lo des- 2. El argumento es Ja expresién verbal del raciocinio, 3. El légico encadenamiento de las proposiciones que com- ponen el argumento se llama la forma o consecuencia del or- gumento. Las mismas proposiciones forman Ia materia del argumento. La proposicién a la que conduce el argumento se lama conclusién o consiguiente: y las proposiciones de las que se deduce Ja conclusién Ilamanse colectivamente el antecedente: El hombre es mortal. Es ast que Pedro es hombre (ante- cedente). Luego Pedro es mortal (conclusién). 4. Consecuencia y consiguionte, — Estas definiciones per- miten comprender que un argumento puede ser bueno en cuanto a la consecuencia y malo en cuanto a la conclusién © consiguiente. Por ejempl Todo hombre es inmortal Es asi que Pedro es hombre. Luego Pedro es inmortal Consecuencia buena. Consiguiente malo. 2 4 LOGICA FORMAL De la misma manera, un argument puede ser malo por parte de la consecuencia y bueno por parte de la conclusién © consiguiente. Por ejemplo: El hombre es libre. Consiguiente bueno. Pedro es hombre. Luego Pedro es falible, | Consecuencla mala, 5. La inferencia. -- El término inferencia es tomado a me- nudo como sindnimo de razonamiento, En realidad, posee un sentido muy general y se aplica no solamente a cualquier razonamiento (deduccién, induccién), sino también, aunque menos propiamente, a las diferentes operaciones de conver- sién (18). En este iltimo caso, empléase el término de infe- rencia inmediata. Apr. II, DIVISION Consistiendo el razonamiento en servirse de lo conocido para encontrar lo que se ignora, puédense presentar dos ca- 508, segin que lo que ya se conoce sea una verdad universal (cazonamiento deductive) o bien uno o varios casos singu- lares (razonamiento inductive). 1. El razonamiento deductive, —El razonamiento deduc- tivo es un movimiento del pensamiento que va de una ver dad universal a otra verdad menos universal (o singular) Por ejemplo: Todo lo que es espiritual es incorruptible Es asi que el alma humana es espiritual. Luego el alma humana es incorruptible. “El alma humana es incorruptible", es una verdad menos general que la que enuncia que “todo lo espiritual es inco- rruptible. La expresi6n principal de este razonamiento es el silo- gismo, , 2. EL razonamiento inductive.— El razonamiento induc- tivo es un movimiento del pensamiento que va de una o va- rias verdades singulares a una verdad universal. Su forma general es Ja siguiente: EI calor dilata el hierro, el cobre, el bronce y el acero. Luego el calor dilata todos los metales. 22 BL RAGIOCINIO Y BL ARGUMENTO 8 Arr, Ill, EL SILOGISMO 1, Nocionas caneeaces 1, Naturaleza del silogiamo, — El silogismo es un argu- mento por el cual, de un antecedente que une dos términos a un tercero, se deduce un consiguiente que une estos dos tér- minos entre si. 1a) Composicin del silogismo. Todo silogismo regular se compone, pues, de tres proposiciones, en las cuales tres tér- minos son comparados dos a dos. Estos términos son: El término mayor (T), asi llamado por ser el que tiene mayor extensién. El término menor (t), asi llamado porque es el que tiene ‘menor extensi6n. El término medio (M), asi amado por ser el interme- * diario entre el mayor y el menor. Las dos primecas proposiciones que componen colectiva- mente el antecedente se Haman premisas, y la tercera con- clusion, La premisa que contiene el término mayor se llama mayor. La que contiene el téemino menor se llama menor. b) Forma del silogismo. Para comprender la naturaleza del silogismo, tal como lo hemos definido, supongamos que buscamos la relacién que existe entre la caridad y la amabi- lidad, a fin de establecer esta relacién, no empiticamente, sino Iégicamente, es decir, sobre principios necesarios. Para conocer esta relaci6n y su raz6n de ser, vamos a comparar sucesivamente la caridad con la virtud y la amabilidad con Ja misma virtud, pues sabemos que la caridad es una virtud y que la virtud es amable. De esta comparacién podemos coneluir que la caridad, por ser una virtud, es necesariamente amable. Es decir que de la identidad (I6gica) de la amabili- dad y de la caridad con la virtud, deducimos la identidad de la amabilidad y de la caridad. La idea de virtud nos ha sec- vido, pues, de término medio. De ahi el siguiente silogismo: M T La virtud es amable, t M Es asi que Ja caridad es una virtud. t T Luego la caridad es amable, a 36 LOGICA FORMAL De Ia forma del silogismo, segin se desprende de lo que acabamos de decir, podemos inmediatamente deducit que el término medio se debe encontrar en las dos premisas. en rela- i6n, en la una (la mayor), con el término mayor, en la otra {en la menor), con el término menor: y que nunca se ha de encontrar en la conclusién. Principlos del silogismo. — Estos principios derivan de Ja naturaleza del silogismo. El primero esté tomado desde el punto de vista de le comprensién, ex decir de la considera- cién del contenido de las ideas inclutdes en el silogismo. El segundo, desde e! punto de vista de In extensién, es decir, de Ja consideracion de las clases o de los individuos a que se aplican Ies ideas presentes en el silogismo, Estos dos pun- tos de vista son correlativos (10 8) Principio de la comprehension. Dos cosas idénticas a tuna tercera son idénticas entre si. cosas, una de las cuales es idéntica y Ia otra no es identica a una tercera, no son idénticas entre si. b) Principio de ta extensién. Todo lo que universalmente se afirma de un sujeto es afirmado en todo lo que esté con- tenido en este sujeto. Si se afirma universalmente que Ia virtud es amable, afirmase por Io mismo que cada una de las virtudes es amable, Todo lo que se niega universalmente de un sujeto es ne- gado de todo lo que esti contenido bajo ese sujeto. SI se Alege universalmente que el hombre es inmortal, niégase igualmente de cada uno de los hombres. 2, REGLAS DEL sitocisMo Las reglas del silogismo no son otra cosa que aplicaciones de los principlos que acabamos de enunciar, Los Iégicos enumeran ocho reglas del silogismo, cuatro de Jos cuales conciernen a los términos y otras cuatro a las Proposiciones, Mas estas ocho reglas pueden reducirse @ tres principales, a saber: 1. Regla primera, — El silogismo no ha de tener sino tres términos. 8) Muy a menudo se peca contra esta regla dando al tér- sino medio dos extensiones (y por consigulente dos signifi EL RACIOCINIO Y FL. ARGUMENTO ” cados) diferentes, lo que equivale a introducit un cuarto término en el silogismo. En el clemplo siguiente: EI perro ladra, Es ast que el perro es una constelacién. Luego una constelacién Indra. El término medio perro témase en un sentido en fa mayor y en otro en fa menor. Hay pues cuatro términos. 5) Pécase también contra esta regla tomando dos veces el término medio particularmente: Algunos hombres son santos. Es ast que los criminales son hombres. Luego los criminales son santos. Siendo el término medio hombres particular en las dos pre- mmisas, en una se fo toma en na parte de st extension, y en Ja otra en otra parte de esa misma extensién, Lo cual da cuatro términos. c) Pécase. en fin, contra tn misma regla dando al término menor 0 al término mayor, una extensién mayor en la con- clusién que en las premisas. Sea el silogismo: Los Ettopes son negros, Es ast que todos los Etfopes son hombres. Luego todos los hombres son negros. Este silogismo tiene cuatro términos, porque se toma hom- bre patticularmente en la menor, y universalmente en la conclusion (17). Para que el silogismo fuera correcto, debe- sla conclute: “Luego algunos hombres son negro: 2. Segunda regia, —De dos premisas nepativas, nada se puede concluir. Si, en efecto. ni el tétmino menor, ni el tér- ‘mino mayor son idénticos al medio, no hay relacién entre ellos, y ninguna conclusién es posible. Por eso nada se sigue de las siguientes premisas: El hombre no es un espiritu puro, Es asi que un espiritu puro no es mortal. Tuego. 3, Tercera regla,—-De dos premisas particulares nada se puede concluir. En efecto, en ese caso son posible tres bipétesis: s LOGICA FORMAL a) Las dos premisas son alirmativas, El término medio es en tal caso tomando dos veces particularmente (ya que en las particulares afirmativas, el sujeto y el predicado son particulares), y el silogismo tiene cuatro términos. 'b) Las dos premisas son negativas. Pécase entonces con- tra la segunda regla. c) Una premisa es afirmativa y la otca negativa. El tér- mino medio debe ser en tal caso atributo de la negativa que es el nico término universal de las premisas (17). Mas como la conclusion seré particular negativa (*), el término mayor que es su predicado estara tomado universalmente, y tendr& por consiguiente mayor extensién que en las premisas, y el silogismo tended cuatro términos. Nada se puede, pues, concluir de dos premisas particulares sin violar una de las reglas del silogismo. 3. Ficuras pet sitocismo La figura del silogismo resulta del lugar que ocupa el tér- mino medio en tas premisas. Ahora bien. el término medio puede ser sujeto en las dos premisas o atributo en las dos, o sujeto en una y atributo en la otra. De ahi cuatro figuras: 1, Primera figura,— El término medio es sujeto en le mayor y predicado en la menor: ‘odo hombre (M) es mostal (T). Pedro (t) es hombre (M). Luego Pedro (t) es mortal (T). 2, Segunda figura.— El término medio es predicado en las dos premisas: Todo circulo (T) es redondo (M). Es asi que ningin triéngulo (t) es redondo (M). Luego ningin tridngulo (t) es circulo (T). 8, Torcora figura. — El término medio es sujeto en las dos’ premisas: La caridad (M) es amable (T). Es asi que la caridad (M) es una victud (t). Luego alguna virtud (t) es amable (T). 26 EL RACIOCINIO Y¥ EL ARGUMENTO 39 4 Cuarta figura. — El término medio es predicado en la mayor y sujeto en la menor: Pedro (T) es hombre (M). Es asi que todo hombre (M) es mortal (t). Luego algin mortal (t) es Pedro (T). En realidad esta figura (llamada figura galénica) no es une figura distinta, No es sino una forma indiecta de la primera figura. 4, Mopos DEL siLocismo 1, Dofinicién y divisi6n.—E] modo del silogismo resulta de la disposicién de las premisas segin la cualidad y Ia can- fitad (ROE, 1, 0). Cada una de las dos premisas puede ser universal afirmativa (A), universal negatva (E), particular afirmativa (I), y particular negativa (O). Por consiguiente, tenemos, en la mayor, cuatro casos posibles, y en cada uno de estos casos, cuatro casos posibles en la menor, lo que da dieciséis combinaciones: AAAA — EEEE Illl_ ©0000 AEIO AEIO. AEIO. AEIO Y como estos dieciséis modos pueden existic en cada una de las cuatro figueas, siguese que hay 16 X4=64 posibles combinaciones. 2. Modos legitimos.—Un gran niimero de estos 64 mo- dos posibles pecan contra alguna de las reglas del silogismo. Los légicos demuestean que sdlo diecinueve modos son legi- timos. ¥ los designan con palabras latinas de tres silabas. La vocal de la primera silaba designa la naturaleza de la mayor; Ja de la segunda, la naturaleza de la menor; y la de la tercera, la naturaleza de la conclusién. He aqui, a titulo de ejemplo, los modos legitimos de las dos primeras figuras: a) Primera figura. Cuatso modos legitimos: AAA EAE All BIO Barbara Celarent ~-Darii_-—Ferio b) Segunda figuea. EAE AEE Cesare Camestres E10 AOO Festino Baroco o LOGICA FORMAL 5. EspEctes De sitocismo 27 Distinguese dos clases de silogismos: ef silogismo categé- rico y el silogismo hipotético. ie . A. Definiclonos. 1, El allogiamo categérico es aquel cnya mayor afirma o niega pura y simplemente. De &l hemos teatado hasta ahora, 2. EI allogiamo hipotético plantea en la mayor una alter- rnativa, y en la menor afirma o niega una de las partes de Ia alternativa, B. El silogismo hipotético. 1, Divisién. Tres son las especies de silogismo hipotético: 1) EI silogismo condicional: aquel cuya mayor es una pro- posietén condicfonal: = : SI Pedro trabaja. aprobars. Es ast que trabsje, Luego aprobaré. b) Silogismo disyuntivo: aquel cuya mayor es una propo- sicién dlisyantive: © Pedro trabaja 0 es perezoso. Es ast que trabaja, Luego no es perezoso. ¢) EL sifogismo conjuntivo: aquel cuya mayor es una pro- posicién conjuntiva: Pedro no lee y pasea al mismo tiempo. Es asi que pasea, Luego no lee. 2, Reduccién.— El silogismo disyuntivo y el silogismo conjuntivo se reducen a silogismos condicionales: a) Reduccién del silogismo disyuntivo: SI Pedro es trabajador, no es perezoso. Bs ast que es trabs Luego no es perezoso. FL RACIOCINIO ¥ FI. ARGUMENTO a b) Reduccién del silogismo conjuntivo: Si Pedro pasea, no lee. Es ast que pasea, Luego no lee, 3. Roglas.—Son cuatro. a) Afirmar ta condicién es afiemar el condicionado: Si Pedro trabaja, existe. Es ast que teohaja, Tatego existe. b) Afiemar el condicionado no es afiemar ta condicién: St Pedro trabaja, existe. Es ast que existe. Luego t clusi6n tlegitima, pues puede existir sin trabajar.) ¢) Negar el condicionado es negar la condicién: Si Pedro trabaja, existe. Es as! que no existe. Luego no trabajo, 4) Negar la condicién no es negar el condicionado: $1 Pe- dro trabala, existe. Es ast que no trabaja. Luego no existe. (Conelusién legitima, pues puede existir sin trahnjar.) 6. Los stocisMos INcomPLETos Y comPuEstos Los més corrientes son el entimema, el sorites y el dilema, 1, El entimema.—Es un stlogismo en que se sobrentien- de una de las premisas: Todo cuerpo es material, Luego ef alma no es un cuerpo. Este argumento da por supuesta la menor siguiente: Es ast que el alma no es material, 2, El sorites.— Es una serie de proposiciones encedena- das de modo que el atributo de la primera sea sujeto de la segunda, el atributo de la segunda sujeto de la tercera, hasta la altima proposicién en fa que van juntos ef primer sujeto y el Giltimo atributo: Pedro es un niffo bueno. EI nifio bueno es amado de todos. Quien es amado de todos es feliz. Luego Pedro es feliz. 3. El dilema.—Es un argumento en el que se pone af adversario ante una alternative, cuyas dos partes conducen a Ia misma conclusién: Estabas en tu puesto o no estabas. ‘Si estabas, has faltado a tu deber. SI no estabas, ex que has huldo cobardemente. Luego en ambos casos mereces el castigo, a LOGICA FORMAL 7. VALOR DEL siLocisho 1, Objeciones. — Contra el valor del silogismo se han pro- puesto algunas objeciones, que se pueden reducir a las dos siguientes ’2) El silogismo no es sino un puro verbalismo. Esta es la objecién constantemente repetida contra el silogismo desde el tiempo de Descartes. El silogismo se reduce a una pura tautologla, es decir a la pura y simple repeticién de la misma cosa, ¥ por consiguiente no es capaz de hacer progresar realmente al espiritu. Que es lo que Stuart Mill en particular se esforz6 en demostrar. En efecto, dice, examinemos el siguiente silogismo: El hombre es un ser inteligente. Pedro es hombre, Luego es un ser inteligente. Es claro que para poder afirmar legitimamente la mayor universal “el hombre es un ser inteligente” es preciso saber de antemano que Pedro, Pablo, Juan, etc.. son seres inteli- gentes, La conclusién, pues, nada me ensefia que yo no lo Suplera antes. Por consiguiente. el silogismo es puro ver- 'b) El silogismo categérico se reduciria a un silogismo hipotético. Esta objecién no hace en realidad sino repetic y ampliar la objecién anterior. Y sostiene que, al no poder ‘enuimerar todos los casos particulares cuya verificacion pes- mitiria formular categéricamente la mayor universal, todo silogismo, al tener por mayor una proposicién cuyo sujeto es una nocién universal (12), no seria en realidad sino un silogismo hipotético. El silogismo precedente se reducicia, pues, a este silogismo hipotético: "Si todos los hombres son seres Inteligentes, Pedro que es un hombre es un ser inteli- gente”: © mas breve: “Si Pedro es hombse, es inteligente.” 2 Discusién. a) El silogismo es insteumento de descubrimiento. En «efecto, las objeciones que acabamos de recordar suponen err6- ‘neamente que la conclusiOn esta contenida explicitamente en la mayor. De hecho, fa conclusién no esti contenida sino virtualmente (o implicitamente) en la mayor. lo cual obliga a recurtir, para descubrisla, a una idea intermediaria (térmi- no medio). De ahi también que la conclusion nos dé algo EL RACIOCINIO Y EL ARGUMENTO ry nuevo y realice algin progreso en el conocimiento, progreso que consiste en descubrir en una idea algo que en ella est contend | principio, Por esta razén habla Aristoteles justamente de la causalidad del término medio, subrayando asi su valor y fecundidad en el orden del conocimiento. b) Valor det silogismo categérico. No todo silogismo ca- tegérico se reduce a un silogismo hipotético. La objecién que eso pretende apdyase, sin pruebas, en la doctrina que niega el valor de las ideas universales. La discusién de esta doctrina pertenece sobre todo a la Critica del conocimiento. Pero podemos ya observar en este lugar que el concepto 0 idea universal expresa en primer término una esencia o una naturaleza seal y objetiva, y que asi tiene un contenido pro- pio, aplicable universalmente a todas las especies del mismo género y a todos los individuos de la misma especie (11). En otros términos, el concepto expresa una cosa que debe encontrarse en todas las especies (si es un concepto gené- rico) y en todos los individuos (si es un concepto especifico). Por eso hemos de decir mas adelante que ef concepto expresa algo universal y necesario: y como tal. sirve legitimamente de base al silogismo categérico. ‘Obsérvese, ademés, que la objecién es contradictoria en si misma, Pretende, en’ efecto, reducir el silogismo categ6rico ala siguiente forma: "Si Pedro es un hombre, es un ser inte- ligente.” Abora bien, la relacién necesaria ast establecida entre dos atributos 0 dos nociones (humanidad e inteligen- cia), no puede darse si no existe una naturaleza humana, lo que equivale a decir que el juicio hipotético supone un juicio categsrico, Asi que, lejos de reducirse el silogismo categs- rico a un silogismo hipotético, es el silogismo hipotético el que supone necesariamente un juicio categérico, pues no es posible enunciar la proposicién “Si Pedro es un hombre, es in'eligente”, sino es fundandose en el juicio categérico: “El hombre es un ser inteligente”. 8. Verdadera naturaleza del silogismo.— Por lo que an- tecede se comprende cual es la naturaleza det silogismo, Que- da ya dicho que se funda en la esencia de las cosas. Lo que equivale a decir que: 'a) El silogismo se funda en lo necesario. La esencia es, en efecto, en los seres, algo necesario, es decir lo que no puede dejar de ser (supuesto que los seres sean). Asi, no es nece- “ LOGICA FORMAL sarlo que el hombre exista (pues Dios lo creé libremente): pero si existe, el hombre es necesariamente un animal ra nal. Del mismo modo, no es necesario que el circulo exist pero si existe, es necesario que sea redondo, Por consigulente, que el hombre sea un ser inteligente o que el circulo sea re- dondo, esto no es una simple comprobacién empirica que no tuviera otro valor que el haberse observado que cada hombre individual es un ser inteligente, y cada circulo es redondo, sino que se trata de verdades necesarias, en razén de lo que son, por su misma esencia, la natarafeza humana y el circulo. Asi se comprende que el silogismo, por fundarse en la esen- cia, ex decit, en lo necesarlo, da auténticamente una explica- cién 0 una razén de ser, y no un simple hecho, 'b) EL silogismo se refiere a lo universal. En efecto, fo que es necesario es, por el mismo hecho, universal. Esto se ha de entender desde el doble punto de vista de la comprehensién y de Ia extension. Porque toda naturaleza enclerta siempre en at los atributos que le convienen esencialmente, y forman el campo de lo necesarlo. (Dondequiera que exista la natu- ralera humana, hay animalidad y raclonalidad.) De la mi ma manera, todo lo que se dice de un universal convendr necesariamente a todos los sujetos singulares de los que se dice este universal. (Todo fo que se dice de! hombre. como tal, conviene a todos fos hombres, tomados individvalmente.) Arr. IV. LA INDUCCION 1, Nociones generales, 1) Definicién. La inducel6n es un razonamiento por el que. el espirita, de datos singulares suficientes, infiere una verdad universal: El hierro, el cobre y el zine, conducen Ia electricida Es asl que el hierro, el cobre y el zine son metales. Luego e! metal conduce la efectricidad. b) Neturaleza de Ia induccién. La definicién que precede ‘itenos comprender que Ia induccidn difiere esencialmente Be fa deduceidn, En efecto, en el razonamiento deductivo, x ‘conclusién est& contenida en las premisas como In parte en {I'todo, mientras que en el razonamiento inductivo, Ja con- ‘lust6n esté en las premisas en Ia relacién del todo a Ins par- tes, Lo que es fAcil de ver comparando los ejemplos siguientes: EL RACIOGINIO ¥ EL ARGUMENTO 4s El metal conduce fa electricidad, Deducei6n | Es ast que el hierro es un metal. Luego el hierro conduce Ia electricidad. EI hierro, el cobre, el zinc... conducen Ia elec- Induectén | _ tricidad, Es asi que el hierro, el cobre, el zinc son metales. Luego el metal conduce la electricidad, 2, Principio de la induccién, — Pudese enunciar ast: Lo que es verdad 0 falso de muchos individuos sulicientemente enunmerados de una especie dada, o de muchas partes sufi- slentemente enumeradas de un todo dado, es verded 0 es also de esta especie y de este todo. El procedimiento del razonamiento inductivo, tal como to practican las ciencias experimentales, ser& estudindo en ta Kogica material En cuanto a la cuestién del fundnmento de la induccién 0 del onlor del razonamiento inductivo, la volveremos a encon- trar en la Légica mayor (induccién cientifica la Psi- cologia (abstencetén). eee ee SEGUNDA PARTE LOGICA MATERIAL 1, Definicién, — Después de haber estudiado las leyes qua gobiernan la rectitud del razonamiento, es decir el acuerdo del ensamiento consigo mismo, debemos preguntarnos a qué con- diciones debe someterse el pensamiento para ser no s6lo co- rrecto, sino ademas verdadero, es decir conforme a los diver- ‘80s objetos que el espiritu puede desear y conocer. La Idgica mi @s, pues, aquella que considera la materia del cono- cimiento y determina el camino que se ha de seguir para lle- gac con seguridad y rapidez a la verdad. Esta parte de la égica es llamada a menudo Metodologia, por ser un estudio de los diversos métodos empleados en las ciencias. Por otra parte, la Légica mayor, al hacer intervenic ba no- cién de verdad como conformidad del espicitu con las cosas, exige, antes del estudio de los métodos, el estudio de las con- diciones de derecho que permitan al espiritu tenerse por legi- timamente seguro y cierto, es decir por realmente conforme con las cosas. 2. Divisién.--La légica material encertard, pues, las di- visiones siguientes: Las condiciones de la certeza, el método en general, y los procedimientos generales de la demostracion cientifica, andlisis y sintesis, nocién de la ciencia y de las iencias, y los diferentes métodos. CAPITULO 1 CONDICIONES DE LA CERTEZA 90 Hemos estudiado hasta aqui los principios y reglas del ra zonamlento correcto. Mas a pesar del conocimlento de estos principios y del empleo de estas reglas, el hombre sigue slem- pre sujeto al error, y de hecho equivocase muy a menudo, to- mando lo falso por verdadero. También es preciso definic Ia yerded y, el error. conocer Jos procedimlentos sofsticos por fos que el error se presenta bajo las apariencias de la verdad y determinar las sefiales que nos permitan distingulr la ver- dad y determinar las sefiales que nos permitan distingulr la verdad del error, Art. LA VERDAD Y EL ERROR 1, La. verpap A veces hablamos de “vino verdadero”, d y a veces decimos: “Este vino es buen puro”, “este cuadro es hermoso”. En ambos casos queremos afirmar que lo que es, es. Y en eso precisamente consiste Ja verdad en gener: Pero hay no obstante una diferencia entre los dos géneros de expresién que acabamos de citar. La primera expresa una verdad ontolégice, y la segunda una verdad légic 1. La verdad ontolégica expresa el ser de las cosas, en cuanto responde exactamente al nombre que se le da: en cuanto, por consiguiente, est6 conforme con Ia idea divina de Ia que procede. Las cosas, en efecto, son verdaderas en cuan- to se conforman con las ideas segin las cuales han sido hechas. Conocer esta verdad, es decir, conocer las cosas tal como son, he ahi Ia tarea de nuestra inteligencia. 2. Le vordad Iégioa expresa la conformidad del e con las cosas, es decir con la verdad ontol6gica. Cuando ye 3a 0 LOGICA MATERIAL afirmo: “Este oro es puro”, enuncio una verdad, si la pureza rtenece de verdad a este oro, es decir si mi juicio esth con- forme con lo que es. : ‘Siguese de ahi que la verdad I6yica no existe sino en el juicio, y en modo alguno en la simple aprehensién. La no- cién “puro oro” no expresa ni verdad ni ercor. No es posible la verdad sino cuando el espiritu, afirmando una cosa de otra, conoce su acto y su conformidad con el objeto, cosa que sucede en el juicio. 2. Los divorsos estados del espiritu on presencia de la verdad. El espititu puede encontrarse con respecto a la verdad en cuatro estados diferentes: la verdad puede ser para él como no existente: es el estado de ignorancia; la verdad puede pre- sentarsele como simplemente posible: es el estado de duda: la verdad puede presentirsele como probable: es el estado de opinidn: en fin, la verdad puédesele aparecer como evi- dente: es el estado de certeza. 4 A. La ignorancia. 1. Dofinicién. — La ignorancia es un estado pucamente ne- gativo que consiste en In auscncia de todo conocimiento rela- tivo a algiin objeto. 2. Divisién. —La ignorancia puede ser: vencible 0 inven- cible, segin que esté, 0 no, en nuestro poder hacerla desapa- ecer; culpable o excusable. segtin que debamos, 0 no, ha cerla desaparecer. B. La duda, 1, Definicién. —La duda es un estado de equilibrio entre la afirmacién y (a negacién, como consecuencia de ser los ‘motives que tenemos para afirmar equivalentes a los que tenemos para negar. : 2. Divisién.—-La duda puede ser: a) Espontinea, es decit que consiste en la abstencién del espiritu por defecto de examen del pro o del contra. 'b) Refleja, es decic que resulte del examen de las razones contra. Prey” Metsdica, cs decie consistente en la suspen: Fieticia CONDICIONES DE LA CERTEZA 31 © real, pero siempre provisoria, del asentimiento a una aser- ion tenida hasta aqui por cieria, a fin de controlar su valor. d) Universal, que consiste en considerar incierta toda aser- cin. Bs la duda de los escépticos, . La opinién, 1, Dofinicién.—La opinién es el estado del espiritu que aficma con miedo de engafarse. A diferencia de la duda, que es una suspension del juicio, la opinién consiste, pues, en afirmar, pero de tal suerte que las razones de negar no hayan desaparecido con absoluta certeza. El valor de la opinién de- pende, pues, de la mayor o menor probabilidad de las razones que fundamentan la aficmacién. 2. Divisién de la probabilidad. a) Probabilidad matemética. Es aquella en que siendo ¢o- dos los casos posibles de la misma natucaleza, en niimero fi- nnito, y conocidos de antemano, su grado de probabilidad pue- de ser evaluado en forma fraccionaria, El denominado ex- presa el nimero de casos posibles y el numerador el nimero de casos favorables. Si suponemos una caja que contenga 6 bolas negras y 4 blancas, la probabilidad de sacar una bola blanca ser matematicamente de 4/10, b) Probabilidad moral. Es aquella que se aplica a los acon- tecimientos en que interviene en algiin modo la libertad hu- mana. D. La corteza y Ja evidencia. 1. Dofiniciones.— La certeza es el estado del espiritu que consiste en la firme adhesion a una verdad conocida, sin mie- do de equivocarse, La evidencia se funda en la certeza, y se define como la plena claridad con que la verdad se impone a la adhesién de la inteligencia. 2, Diviaién.—Podemos colocarnos en distintos puntos de vista al dividir Ja cesteza (y la evidencia sobre la cual des- cansa). a) Desde el punto de vista de su fundament, la cestera puede ser: ‘Metefisica: Cuando se funda en la esencia misma de las cosas, de tal modo que la asercién contradictoria sea nece- sariamente absurda e inconcebible, Tal es la certeza de este principio: “El todo es mayor que la parte.” 33 2 LOGICA MATERIAL Fisica: Cuando esth fundada en las leyes ce a naturaleze material o en la experiencia, de modo que Ia nsercién con- traria sea simplemente falsa, pero no absurda nl inconcebible. Tal es Ia certeza de esta ascrcién: "El metal es conductor de Ia electrieldad”, o de ésta: “Yo estoy enfermo.” ‘Moral: La que se funda en una ley psicolégica 0 moral, de manera que la asercién sea verdad en Ia mayor parte de Jos casos. Por ejemplo: "Una madre ama a sus hijos", “Al hombre Je repugna la mentira’. b) Desde el punto de vi ‘mos, la certeza: puede ser: de ta materia de donde la saca- Inmediata_ 0 mediate, segin la adquitamos directamente del mismo objeto, 0 por intermedio de la demostracién. Por ejemplo: Lo que es, es (certeza inmediata). La suma de los éngulos de un trléngulo ex igual a dos rec- tox (certeza mediata). Intrins segin renultn de In vista del objeto ia autoridad de quien vié el objeto. Roma fué fundada por Rémulo (certezn extrinsecn 0 creen- Todas les aserciones hist6ricas s6lo son susceptibles de certeza extrinseca, 3, Et ERROR 1, Naturaleza dol orror.—Si la verdad légica es la con- formidad de Ja inteligencia con Ias cosas, el error, que es su contratio, habré de ser definido como la no conformidad del jiticio con las cosas. wgafiarse no es, pues, ignorar pura y simplemente. La ignorancia consiste propiamente en no saber nada ni afirmar cosa alguna, mientras que el error consiste en no saber y ali- mar creyendo que se sabe. Es una ignorancia que se ignora. 2, Causas del error.—Las causas del error son légicas y es, '8) Causes légicas. Provienen de la natural debilided de nuestro espiritu: falta de penetracién, de atencién, de me- smoris ‘Sin embargo. esta nativa imperfeccién del espiritu nunca causa suficiente del error. Porque Ia inteligencia, no CONDICIONES DE LA CERTEZA ss estando determinada al asentimlento st no es por la evidencia de Ia verdad, nunca se engafiaria, es decir que nunca daria su adhesién fuera de In evidencia, si no sufriera alguna in- fluencia extrafia. Esta influencia es la de la voluntad, vic- tima de las pasiones, y en consecuencia las verdaderas causas del error son casi siempre causas morales. b) Causas morales. Podemos reducirlas a tres principales, que son: la vanidad, por la que confiamos demasiado en las propias luces: ef interés, por el cual preferimos las aserciones que nos son favorables: fa pereza, por Ia cual retrocedemos ante la informacién y el trabajo necesarios, aceptando sin examen los prejuicios corrientes, la autoridad de los falsos sablos, las apariencias superficiales, los equivocos del lene guaje, ete. 3. Romedios contra el error. —Si el error tiene causes Iégicas y causas morales, deberdselo combatir con remedios lgicos y con remedios morales. 1a) Remedios Iégicos. Constituyen una especie de higiene intelectual y tienden a desarrollar Ia rectitud y el vigor del copiitu, mediante la met6dica aplicacton de las reglas fogias. el control de la imaginacién y el desarrollo de la memoria. b) Remedios morales. Estos son naturalmente los mis im- portantes. Restimense en el amor de la verdad, que nos tt clina a desconfiar de nosotros mismos, a juzger con perfecta imparelalidad, a proceder con paclencia, circunspeccién y pet- severancia en buscar a verdad. Arr. Il LOS SOFISMAS 1, Noctones cenerates 1, Definiciones. — Entiéndese por sofisma un razonamien- to crréneo que se presenta con apariencias de verdad, St el sofisma se comete de buena fe y sin intencién de engafiar. Hamaselo més bien paralogismo. Pero esta distinclén, fun- dada en la buena o mala fe, es cosa del moralista, Para el égico. sofisma y paralogismo son la misma cosa. 2. Divisién.— El error puede tener dos causas: o blen proviene del lenguaje. o bien de las ideas que entran en el razonamiento. De ahi dos clases de sofismas: sofismas de pa- lebras y sofismas de cosas 0 de Ideas. 3 36 “ LOGICA MATERIAL 2, SOPISMAS DE PALABRAS Los sofismas verbales se fundan en la aparente identidad de clertas palabras. Los principales son: 1. El equiveco, que consiste en tomar en el razonamiento una misma palabra en sentidos diferentes. Tal es el razona- miento siguiente: El perro ladra. El perro es una constelaci Luego una constelacién ladré 2. La confusién del sentido compuesto y dol sontido di- vidido, que tiene lugar cuando se juntan en el discurso, es decie cuando se toma colectivamente lo que es diviso en reali- dad, 0 que se divide en el discurso. es decir que se toma se- paradamente lo que en realidad no forma sino uno. Tal es el argumento del précigo: Este gasto no me arruinaré. Ni este segundo, ni este ter- cero. Por consiguiente todos estos gastos no me arruinarin o también en sentido opuesto, este argumento: Cuatro y dos son seis. e Luego cuatro hacen sei y dos hacen seis, 3. La motéfora, que consiste en tomar la figura por la realidad. Este género de sofisma es frecuente sobre todo al hablar de cosas espirituales; como para expresarlas debemos emplear imagenes sensibles, facilmente la imagen sustituye a la cosa y llega a ser una fuente de error. 3. SoPisMAs DB IDEAS 0 DE cosas Estos sofismas provienen no de la misma expresién, sino de la idea expresada, y en consecuencia se refieren a las co- 32s, Se los divide en sofismas de induccién y en sofismas de deduccién, segin que resulten de una induccién ilegitima 0 de una deduccién ilegitima también. 1, Sofiamas de induccién. a) Sofisma del accidente. Consiste en tomar por esencial o habitual lo que no es sino accidental, e inversamente, Tal es el argumento. Este remedio no ha producido efecto. Luego los remedios no sirven para nada, 37 CONDICIONES DB LA CERTEZA 8 b) Sofisma de la ignorancia de la causa, Consiste ea tomar por una causa un simple antecedente o alguna circunstancia accidental. Ejemplo: ‘Una lesién cerebral trae trastornos intelectuales. Taego el pensamiento es un producto del cerebro. €) Sofisma de ta enumeracién imperfecta. Consiste en sa- car una conclusién general de una enumeracién insuficiente. Por ejemplo: ‘Tal juez es venal, y tal otro también. Luego todos los jueces son venales. ) Sofisma'de ta falsa analogia. Consiste en concluir de tun objeto al otro. a pesar de sit diferencia esencial, fundin- dose en un parecido entre ambos. Tal es el La luna es un planeta como la La tierra esta habitada. Luego la luna lo esté también. 2. Sofismas de deduccién, a) False conversién y oposicién ilegitima. (Véase en la Logica formal lo referente a la convercién y la oposiciéa de las proposiciones: 18-18.) 'b) Ignorancia de la materia © del asunto. Consiate en pro- bar ya otra cosa. ya mds 0 menos aquello de que se tcata. Tal setla el razonamiento que pretendiera Soberano Pontifice no es infalible por ser pecador. : ) Peticién de principio. Consiste en tomar por principio del argumento aquello de que se discute. Por ejemplo: El pensamiento es un producto del cerebro. Tuego el pensamiento es un atributo de la materia orghnica. d) Circulo vicioso. Consiste en demostrar. una por [a otra, dos proposiciones que tienen ambas la misma necesidad de ‘ser demostcadas. Tal el argumento que probara el orden del mundo por la sabidusia divina y la sabidurta divina por el orden del mundo, 4, REPUTACION DH LOS SOFISMAS 1, Solismas de palabras.— Para refutar los diversos so- fismas de palabras no existe otro medio que criticar ain com- pasién el lenguaje, para asi determinar con exactitud el sen- tido de las palabras que se emplean. * LOGICA MATERIAL 2, Sotiames de ideas. —Los sofismas de Ideas o de cosas pecan ya por Ia materia o bien por ta forma. Para refutar- foe. hay que examinarlos desde el doble panto de vista de a materia y de la forma. Una premisa o las dos a la vez pueden ser falas 0 ambigunt. zon falas hay que nega s; al son ambiguas, hay que distinguirlas, es decir preci- sar sus diferentes sentidos. Si el argumento peca por la forma, Jn consecuencia debe ser negada. Arr. Il, EL CRITERIO DE LA CERTEZA 1, NAaTURALEZA DEL CRITERIO. 1. Definicién.—Llamase criterio al signo por el que se reconoce una cosa y se la distingue de todas las demas. Y co- mo continuamente oponemos Ia verdad al error, diclendo: “Esto es verdad, esto es falso", debemos poseer agin signo © crlterlo en el cual reconozcamos la verdad. Y a este signo es el que llamamos criterio de la verdad. y. como a este signo debemos el poseer la certeza, Ilémasele también, -colocindose en el punto de vista, no del objeto que aparece. sino del espiritu que conoce, el criterio de /a certeza. 2. El exiterlo supremo.—Se han de distinguir criterios particulares y un criterio supremo y universal. Los primecos son proplos de cada orden de verdad: asi tenemos el eriterio histérico, matemstico, moral, etc., que son los signos en los ‘que se reconoce las verdades histérica, matemstica, moral, etc. El cterio supremo de Ia verdad y de la certezs, del cual ‘Gnicamente vamos 8 ocuparnos aqui, es el signo distintivo de toda especie de verdad, el cual no supone a ningin otro y al todos los otros se subordinan y que constituye el dltimo motivo de toda certez 2. EL CRITERIO DE LA EVIDENCIA El supremo criterlo de la verdad y el Gltimo motivo de toda certern es fa evidencia. 1, Naturalera de ta ovidoncia.—Hemos definido més arriba to evidencta (32) como la plena claridad con que Ia verdad se impone a la adhesién de fa inteligencia, Aqui bas- tard con explicar esta definicién, 1) La evidencia es el esplendor de Ia verdad. Es a los ojos 40 CONDICIONES DE LA CERTEZA ” del espicitu, en cuanto ilumina los objetos del pensamiento, lo gue ef sol, al fluminar los objetos materiales, es a los ojos del cuerpo. b) Esta claridad es ta que determina en nosotros fa adhe- si6n, porque de la naturaleza de la inteligencia es dar su asen- timiento a la verdad, desde ef momento que ésta es clara mente percibida, La evidencia ejerce de esta manera sobre ef espitite una especie de fuerza, que hace que quien ve la ver- dad no pueda creer que no la ve. 2. Lax evidencia ‘es el motive supromo do la certeza: es decit que todo lo que es evidente es necesariamente verdad, y todo fo que es verdad, y sélo eso, es. de derecho, necesaria- mente evidente. ‘) Todo fo que es evidente es verdad. Esto lo prueban Ia naturaleza y los caracteres de la evidencia. Prueba por la naturaleza de la evidencia. En efecto, el crl- terio de Ia verdad es algo necesario y a la ver suficiente para que el espiritu dé su asentimiento sin miedo a errar. Ahora bien, tal es la evidencia del objeto: si esa evidencia es necess- ria, es también suficiente, en cuanto se impone al espirity con tal claridad que la duda se hace imposible, Pruebas por los caracteres de la evidencia. La evidencia es en efecto: universal. es decit que es fa marca de toda ver- dad cierta, de cualquier modo que haya sido adquirida y de cualquier orden que sea, y vélida para todos los espiritus que a contemplan: iereductible, en el sentido de que se basta abso- Tutemente a si misma, tanto que todos los demds criterios de certeza, tales como los primeros principios de Ia razén, el sentido comin, el consentimlento universal del género huma- no, etc., sacan su certeza de Ia evidencla que Mevan consigo. La evidencia es a si misma su propia prueba. Siguese de abt que la evidencia no hay que probarla, Bat hacetla ver, ast como no hay argumento para probar que & mmediodia es de di: bartn aber fos oles y ver. Siquese, tem bien que toda demostracién consiste en hacer brillar alguna evidencia a los ojos del espiritu. b) Todo lo que es verdad. y sélo eso. es evidente. Decit que todo lo que es verdad ex evidente, no es afirmar que, con relacién a nosotros. todas las verdades sean actualmente evi- Gentes. El hecho de Ia existencia de estados de lgnorancia, de duda y de opinién demuestra lo contrarlo, Mas esta aftrma- clén significa que en si y de derecho la verdad enclerra este 8 LOGICA MATERIAL carécter esencial de poder ser distinguida del error. Sélo la verdad goza del privilegio de ta evidencia, Si es cierto que exis- tea evidencias iusoras (alucinaciones, sonambulismes, et), todo esto no es sino ilusiones de evidencia. Y provienen de tun estado psiquico anormal. Mas en el estado anormal de las facultades sensibles, intelectuales y morales, sélo la ver- dad puede imponérsenos. También debemos, a fin de preca- venos contra las evidencias ilusorias, practicar una higiene a la vez fisica, intelectual y moral. Sélo asi, segiin las palabras de Bossuet, “el entendimiento, purgado de sus vicios y ver- daderamente atento a su objeto, no se engaiara jamés”. 41 42 CAPITULO I DEL METODO EN GENERAL Ant. I. NOCION DEL METODO 1. Dofinici6n. — Ea su sentido mas general, el método es el ‘orden que hay que imponer a las diligencias necesarias paca Hegar a un fin dade. Si nos colocamos en el punto de vista del conocimiento, diremos, con Descartes, que método es “el camino que debemos seguir para llegar a la verdad en las ciencias”. 2. Importancia del método, — Esta importancia es evi- dente. El método tiene por efecto disciplinar el espiritu, ex- cluir de sus investigaciones el capricho y la casualidad, adap- tar el esfuerzo a las exigencias del objeto, y determinar los medios de investigacion y el orden de ésta. Es pues un factor de seguridad y economia. Pero el método no se basta a si mismo, y Descartes exagera cuando dice que las inteligencias no se diferencian sino por los métodos que emplean. El método implica, si ha de ser fe- cundo, inteligencia y talento. Es una ayuda para estas facul- tades pero no las ceemplaza jamés. Aar. II, DIVISION Se pueden distinguir diferentes especies de métodos. Los principales son los siguientes: 1. Método de invencién y método de ensefianza.— Dice- ‘se a veces que estos dos métodos se oponen en cuanto que el rimero procede por induccién y el segundo por deduccién, in realidad, es verdad que el descubrimiento se hace las ms de las veces por induccién (o andlisis) y la ensefanza por deduccién (0 sintesis); no obstante, ef inventor y el macstro 60 LOGICA MATERIAL habrin de emplear ambos procedimlentos. Ensefiar una clen- cla es, en clerto sentido, obligar al alumno a reinventarla por st mismo, De la misma manera, inventar es a menudo dedu- cir de tuna verdad general consecuencies no conocidas antes. 2. Método do autoridad y métede clentifico. 2) Definiciones. El método de autorided es aquel que, para hacer admitir una doctrina, se funda en Ia avtoridad, es de- clr en ef valor intelectual 0 moral de aquel que la propone 0 Ja profesa. Es de regla en materia de fe, en Ia que los miste- tlos son ereldos por Ia autoridad de Dios que revela. Método clentifico es el que procede por demostracién y echa mano del erlterlo de fa evidencia intrinseca. b) Antoridad y razén. De hecho, ef método de autoridad recurre también a la razén. cuando demuestra que las verda- des que ensefia tiene garantlas tan clertas que la razén puede Iinclinarse a ellas con la seguridad de no obedecer sino a la fuerza de la verdad (evidencia extrinsece). Puede, pues, te- ner también un cardcter clentifico. Sin embargo, cuando se trata de una autoridad humane, s! bien es prudente tener en cuenta las opiniones de quienes por su (oi ‘sus trabajos y su vida merecen el respecto universal. no lo serla contentarse con esas opiniones sin critica ni re flexién (como lo hacfon los disefptlos de Pitigoras. que se imitaban a decir, como prueba de sus doctrinas: "El Maes- tro lo dijo"). Este método conducisla por un lado al estan- camlento de la clencia, y, por otra parte, acabarla dando a Jas autoridades humanas una infalibilidad que no les corres- ponde. El recurso # la autoridad humana no tiene, pues, sen- tido st no es para guiar la investigacién o para conficmar ciertas aserciones demostradas por ofro camino, segtin las exl- gencias de fa clencia. 3. Método experimental y método racional.— El método experimental apéyase en los hechos de ta experiencia. Ex el método de las clencias de la naturaleza, que parte de los he- chos y no ndmite otro eriterio que el de la verificacién por lox hechos. Et método racional ex aquel que, n partir de hechos (Iilosofta) © @ partir de proposiciones admitidas a priori cn- mo evidentes por st mismas (matemStleas), procede. por de- duccién 0 induccién, en virtud de las solas exigencias légi y racionales. 43 44 DEL METODO EN GENERAL a 4. Métodos do construceién y do sistematizaclén, — Es- tos métodos tienden a facilitar la organtzacién del saber en sistemas 0 teorias, de tal modo que el encadenamiento de las ideas reproduzca el encadenamlento de las cosas. Arr. Ill, LA DUDA METODICA 1, Nocesidad do la duda metédica.—Se ha repetido mu- chas veces que para saber bien hay que saber dudar bien. De hecho, siendo toda ciencia una creencia razonada, supone en su principio un estado en que el espiritu suspenda su asen- timiento a las certezas esponténeas y renuncle a sus prejul- clos, a fin de no dar asentimiento sino a la evidencla de la verdad. Tal es la duda met6dica. 2. Limites de Ia duda metédica,— La duda, aun Ia sim- plemente metédica, jamas puede ser universal, porque ha} certezas cuya evidencia es tal que no puede ser en modo al- guno negada, ni siquieca por una ficcién. Tales son Ia evi- dencia de nuestra existencia y la de los primeros prineiplos de Ja razén. Quien quisiera poner en duda estas evidencias no podré ya demostear cosa alguna, Toda demostracién parte necesariamente de cierto nimero de principlos que son inde- mosteables, no por falta de claridad, sino por plenitud de evi- dencia. Se dice que tales principios son evidentes por sf mismos. Art. IV. PROCEDIMIENTOS GENERALES DEL METODO: ANALISIS Y S{NTESIS 1. Nocton 1 is_y divisién, Sintosis y adicién.—Hemos visto més arriba (28) que Ia demostracién se funda en lo neceso- rio, es decir en Ja esencia y Ins propledades de Ins cosas. Aho- ra bien, no se llega al preciso conocimiento de las estncias 0 naturalezas y de las propiededes sino por medio del andlisis, es decir de una operacion que busca distinguir, en un todo complejo, lo esencial de lo accidental. La sintesis se aftade al anélisis como un medio de verificacién de los resultados de este iiltimo. El anélisis es, pues, una divisién y Ia sintesis una compo- sicién. Pero el uso tiende a hacer reservar el nombre de ans- 6 LOGICA MATERIAL lisis a las diferentes formas de la divisién y el nombre de divisién a la distribucién de un todo en fragmentos o partes integrantes (el cual podra ser reconstituido por un procedi- miento que seré, no una sintesis, sino una adicién). Asi se divide una barra de hierro en fragmentos homogéneos y se la reconstituye al fuego con esos mismos fragmentos, En otros términos, ef andlisis y la sintesis buscan establecer relaciones mientras que la division y la adicién no se rcficren sino a la cantidad y se expresan por un nimero: el agua = H,O (and- lisis que da Ja proporcién de H y de O): el agua de este tanque = 1,000 litros (adicién y divisién). 2. Deliniciones.—Definiremos, pues, ef andlisis, en ge- eral, como /a resolucién de un todo en sus partes © como el paso de lo complejo a lo simple; y la sintesis como una com- posicién que consiste en ir de las partes al todo, 0 como el pasaje de lo simple a lo complejo. 2. Bspecius 1, Anélisis y sintesis oxperimentales,— El andlisis y la sintesls experimentales (o reales) consisten en ir de lo com- puesto a los elementos componentes, o de los elementos al todo complejo que forman. Ambos se refieren, pues, al ser teal. Mas no siempre son rculizables fisicamente, ex posible descomponer el agua en O y 2H y volverla a componer en el audiémetro a partir de © y 2H; pero no es posible des- componer el alma en sus facullades sino mentalmente. 2, Anétisis y sintesis racionales. —Consiste el primero en ir de los efectos a las causas, de los hevhos a las leyes genera- les que los rigen, de las ideas menos gencrales a las mas ge- nerales (por ejmplo, del individuo a la especie, de la especie al género); ~y la segunda, de los principios a las consecuen- cias, de las causas a los efectos, de las ideas mas generales a las menos generates, Refitrense alos seres ideals olégicos y no es posible hacerlas sino mentalmente. Empléaselas sobre todo en matematicas y en filosofia, 3, RecLas DE EMPLEO 1, Las reglas cartesianas,— Descartes resumié en el Dis- curso del Método, las reglas que rigen el uso del anélisis y de la sintesis. Estas reglas son las siguientes: DEL METODO EN GENERAL 6 a) El andlisis debe ser completo. Debe, en efecto, procurat distinguir con la mayor precisién posible ‘todos los elementos que componen el objeto estudiado, sea éste un objeto mental, como una idea, o fisico, como el agua que el quimico resuelve en Oy 2H. b) La sintesis debe ser gradual. “Conducit con orden mis Pensamientos, empezando por los objetos mas simples y f4- les de conocer, para llegar poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los mas compuestos. Lo que equivale a decir que es preciso siempre, por referencia al anélisis an- terior, recomponer el objeto segin el orden que establece un lazo de dependencia y como una jerarquia entre los elementos ‘componentes. 2. El control mutuo,— Andlisis y sintesis deben ir juntos, pues ambos se controlan mutuamente. El anilisis empleado exclusivanente correria el peligro de llevar a atrevidas sim- plificaciones, El recurso exclusivo de la sintesis tenderia, por otro lado a favorecer construcciones apresuradas y arbitrarias, El anélisis ayudard, pues, a preparar sintesis objetivas y a corregic sintesis artificiales. La sintesis permitiré verificar si el andlisis ha sido completo. 4. ANAuisis & INDUCCION. SiNrEsis ¥ DEDUCCION Ahora podemos distinguir bien en qué se parecen y en qué difieren el anélisis y la induccién, la sintesis y la deduccién. 1. Anélisis © induccién.— La induccién es una especie de analisis pues descompone el objeto complejo de la experiencia, para captar en él la esencia, la naturaleza, la causa, el princi- pio o la ley. En los dos casos, tratase de un proceso regresivo, es decit inverso al orden natural, en el que las partes son (al menos Iégicamente) anteriores al todo, y lo simple anterior a lo complejo. 2. Sintesis y deduccién. — La deduccién es una especie de sintesis, pues consiste en ir de los principios a las consecuen- cias, lo cual es una composicién, es decir un proceso progresi- vo, conforme al orden natural de las cosas. 46 47 CAPITULO IIT LA CIENCIA Y LAS CIENCIAS Arr. I. NOCION DE LA CIENCIA 1, Definicién. — Debemos precisar aqui la nocién de clen- cla dada al principio de este libro (1). El término de ciencia se dice desde un punto de vista objetivo y desde tn punto de vista subjetivo, a) Objetivamente, la ciencia es un conjunto de verdades ciertas y l6gicamente unidas entre si, de modo que formen tun sistema coherente. Segiin esto, la filosofia es una clencia con el mismo titulo que Ia fisica 0 la quimica. Y aun se ha de decit que en clerto modo responde mejor, en principlo, a la idea de la ciencia que las clencias de la naturaleza, por emplear principios més universales y por esforzarse en des- cubrir la raz6n universal de todo lo real. 'b) Subjetivamente, Ia clencin es el conocimiento cierto de ‘cosas por sus causas o por sus leyes. La investigacién de ropiamente dichas (0 del por qué de las cosas) pprincipalmente a la filosofia. Las clencias de la natu- raleza se limitan a buscar las leyes que gobiernan la coexisten- cia o la sucesién de los fendmenos (es decir buscan el eémto). 2. No hay ciencia sino de lo general y de lo necesario. Dedacese esto de Ia misma definicién de la ciencia. a) La ciencia tiene por objeto lo general, Como toda cien- cia tiene por objeto investigar las causas y les leyes, es, por Jo mismo, conocimiento de lo més general que existe en lo real. El individuo y lo individual, como tal, no es ni puede ser objeto de ciencia propiamente dicha, sino Gnicamente de co- nocimiento intuitive, sensible o intelectual, b). La ciencia tiene por objeto fo necesario, en el sentido de las causas y las leyes que constituyen su objeto son reali- Tades o relaciones que son metofisicamente [sicamente o mo- 48 LA CIENCIA ¥ LAS CIENCIAS 6 ralmente necesarias, es decit de tal naturaleza que lo real, metafisico, fisico o moral, serla ininteligible sin ellas, Desde este punto de vista también, hemos de decir que no hay clencia de lo individual, porque lo individual, como tal, es contingente (es decir que podria no ser). ‘c) En qué sentido lo individual y lo contingente son objetos de ciencia. La asercién de que no hay eiencia sino de fo general y de lo necesarlo no significa que la ciencia no pueda referirse a lo contingente e individual, sino sélo que, en lo contingente ¢ individual, busca lo universal y necesario, es decir las leyes a que obedecen, las causas de las cuales dependen, las esencias ‘© naturalezas que las definen como partes de una especie un género. 3. Las clencios de la naturaleza son disciplinas particu. ares. que tienen por objeto los diferentes dominios de lo real Su nimero es indefinido y no cesan de aumentar a medid que el estudio de In naturaleza va revelando ta complejidad de los fenémenos naturales. Puédese, no obstante, distinguir, entre las ciencias de la naturaleza, algunas grandes categorias que encierran subdi- vvistones mas 0 menos numerosas. La clasificacién de les cien- cias tiene por objeto determinar y ordenar logicamente estos grupos © categorias. Arr. Il. CLASIFICACION DE LAS CIENCIAS 1, Las diferentes clasificaciones.—- Los filésofos han pre- tendido hace ya mucho tiempo clasificar racionalmente las ciencias. Tal clasificacién tendrla, en efecto, la ventaja de presentar un cuadro ordenado de todo fo real. Los principales intentos de clasificaci6n son los siguientes: a) Clasificacién de Aristételes. Arist6teles distribuye las diversas ciencias en tedricas (Fisica, matemAtica, metafisica) ¥ prlicticas (logica y moral). b) Clasificacién de Bacon. Bacon divide las clenclas segin las facultades que de ellas se ocupan: ciencias de la memoria (historia), de imaginacién (poesia), y de razén (filosofia). ‘c) Clasificacién de Ampére. Ampére clasifica las clencias cen cosmolégicas (0 clencias de la naturaleza) y noolégicas (0 ciencias. del espiritu). d) Clasificacién de Augusto Comte. Las precedentes clasi- 66 LOGICA MATERIAL ficaciones no son riguiosas, porque las mes que propo- ‘pen no son icreductibles (15). La clasificacién de Augus:o Comte es mejor, en cuanto se funda en un principio mas riguroso, Y consiste en clasificar las ciencias segiin su com- plejidad creciente y su decreciente generalidad, lo cual da el orden siguiente (que corrige y completa el de Augusto Com- ta): Matematica, Mecanica, Fisica, Quimica, Biologia, Psi- cologia, Sociologia. 2. Sontido do la clasificacién, — Esta clasificacién no sig- nifica que se pueda pasar de una ciencia a otra sin hacer intervenic un nuevo clemento, es decir que sea posible reducir las ciencias superiores a las inferiores. Al contrario, cada esca- Ién hace intervenir un elemento icreductible a los precedentes. Asi, la mecénica introduce la idea de movimiento, que no est incluido en la noci6n de las matematicas, las cuales s6lo se refieren a la cantidad. De la misma manera, la biologia intto- duce la idea de vida, que no corresponde en modo alguno a las ciencias precedentes. 49 CAPITULO IV LOS DIFERENTES METODOS Arr. I. LA DISTINCION DE LOS METODOS 1, El método depende del objeto do las ciencias.—Se comprende que cada categoria de ciencia, siendo por defii- i je a las otras categorias, exija el empleo de un istinto. El método que se ha de emplear en una clencia depende, en efec:o, de la naturaleza del objeto de esta ciencia. No es posible estudiar la inteligencia, que es tnmaterial, por los mismos procedimientos empleados para conocer el cuerpo y sus Srganos. El estudio de la vida exige otros métodos que el estudio de la materia inorgénica o de a pura cantidad abstracta, Debemos, pues, definir los diferentes métodos empleados en las ciencias y describir sus caracteristicos procedimientos. 2. Los métodos-tipos. — Teéricamente, es, existen tan- tos métodos como grupos de ciencias admitidos en la clasifi- eacién que hemos dado més arriba, Hay que observar, no obstante, que esta clasificacién puede a su ver reducirse a tres grandes divisiones, que son: las matematicas —las cien- cias fisico-quimicas y biol6gicas—, las ciencias morales, De modo que deberemos distinguir tres métodos generales, que suftiran sin duda, al adaptarse a cada ciencia del grupo, mo- dificaciones accidentales, pero que conservarén, en ditimo término, sus caracteres distintivos. ‘Vamos, pues, a estudiar sucesivamente: el método de las mateméticas; el método de fas ciencias de ta naturaleze fisica: el método de las ciencias morales. 68 LOGICA MATERIAL Arr, Il, MBETODO DE LAS MATEMATICAS 1. Noct6n pe LAs MATEMATICAS 1. Definicionos. — En general, les mateméticas son ef estudio de la cantidad de los cuerpos, hecha abstraccién de la naturaleza de estos cwerpos. La cuestion de la naturaleza de la cantidad es propia de la Cosmologia: por eso aqul sélo queremos notar que se distin- ‘ue la cantidad discontinue, que es aquella cuyas partes estén separadas y forman un niimero, y ta cantidad continua, que es aquella cuyas partes no estén separadas, sino unidas entre st, de tal modo que el extremo de una sea el comienzo de a otra: tal es, por ejemplo, Ia extensién. 2. Divisién, — Segin que Jas mateméticas traten de la cantidad discontinua o de la continua, distinguese: a) Las ciencias de los nimeros: la aritmética o clencia del nimero y de sus propiedades: el dlgebra, generalizacién de lav aaritmética como clencla de fas relaciones generales de los ndimeros representados por letras, 'b) Las ciencias de les figuras: la geomettia o ciencia de las figuras que se pueden trazar en el espacio; la geometria ana- Iitica © aplicacion del slgebra a ta geometrin: la mecénica racional 0 estudio del movimiento en el espacio. 3. Origen, a) El problema del origen de tas nociones matematicas, A veces se ha pretendido que las nociones matemAticas existitian en el espiritu absolutamente a priori, antes de toda experien- cla. La raz6n que se invoca en favor de esta tesis es que la naturaleze no nos da nunca un niimero, sino blo unidades, ni tampoco fos objetos geométricos: punto sin dimensiones, superficie sin espesor, recta absoluta, circulo perfecto, etc. Todas estas nociones serian, pues, innatas en el espititu. b) Mateméticas y experiencia. En realidau, hay que decir que los objetos mateméticos son construidos por ef espiritu mediante los datos sacados de ta experiencia. Por haber cuer- pos sélidos en Ia naturaleza, hay geometria. Y de la misma manera, la pluralidad de unidades de la misma naturaleza ha servido de fundamento a la elaboracién del némero. El pro- eso de formacién de las nociones matemfticas descansa en el poder de abstraccion propio del espiritu humano. 51 LOS DIFERENTES METODOS 6 2, PROCEDIMIENTOS DE LAS MATEMATICAS 1, Naturaleza de la demostracién mateméticy. a) Las matematicas establecen relaciones necesarias entre diferentes magnitudes. Para comprender bien 1a naturaleza de la demostracién matematica, hay que notar que se trata de descubrir las relaciones existentes entre magnitudes dife- rentes (entre niimeros diferentes, entre una linea y una perficie, etc.). La experiencia, af principio (entre los Egip- cios principalmente), permitié establecer algunas de estas re- Taciones. Pero eso no fué sino una comprobacién. Los Griegos, al fundar ast la matemética, quisleron determinar las razones de estas relaciones y proceder pot principios suscep- libles de consecuencias necesarias y en nimero indefinido. ‘Tal es, en su nocién més general. la demostraci6n matemética, b) Las matemdticas proceden por sustitucién de magni- tual. El tipo de In demostracion matemtien puede ser delle nido por ef ejemplo: es decir que consiste en sustituie una magnitud por otra por medio de intermediarios tan numerosos como sea necesario, hasta Hegar a definir cual es la relacién de las dos magnitu- des entre si. Esta comparacién de magnitudes se apoya en fos dos axiomas siguientes: dos cantidades iguales a una tercera son iguales entre si —dos cantidades, una de los cuales es igual y Ia otra desigual a una misma tercera son desiguales entre sf, Echase asi de ver que volvemos a encontrar aqut el tipo de la demostracién silogistica. c) La demostracién matematica emplea ef andlisis y ta sintesis. En efecto, el matematico se sirve del procedimiento analitico cuando parte de Ja proposicién compleja a demos- trar, y rediicela a una proposicién més simple de Ja cual es tuna’ consecuencia necesaria, y asi sucesivamente hasta que Iega en fin a una proposicién tenida por clerta y cuya ver- dad garantiza la de Ja proposicién que se queria demostrar. Empléase este proceder en la solucion de los problemas. El matematico emplea el procedimiento sinté cuando parte de verdades generales —axiomas 0 proposiciones. ya 52 » LOGICA MATERIAL demostradas— y saca de ellas, por via de consecuencia, otras proposiciones mas complejas. Es el método empleado en la demostracién de los teoremas. ‘La demostracién por reduccién al absurdo es un procedi- miento indirecto, que consiste esencialmente en suponer ver- dadera la contradictoria de Ia proposicién que se quiere probar y en hacer ver que nos Hlevaria a una o varias con- secuencias absurdas. id) @Se emplea también en mateméticas la induccin? Se- gin Henri Poincaré empléasela bajo la forma de un razo- Bamiento llamado por él razonamiento por recurrencia. Este razonamiento consiste esencialmente en hacer ver que si una propiedad es verdadera de un elemento n de la serie de los imeros, lo es igualmente de n rt 1 y de los primeros ele- ‘mentos de la serie, y debe serlo también de todos los nime- ros indefinidamente a partir de n. Poincaré ve en esto el Fazonamiento matematico por excelencia, por tener la carac- teristica de la induccién, que consiste en aplicar a todos los casos semejantes lo que se ha verificado de un caso pacticular. Pero es dudoso que haya en ese caso una verdadera induc- cién, Mas bien parece que se trata de una deduccién, que consistia en aplicar indefinidamente una propiedad verifica- da de un caso dado de construccién numérica a otros mime- tos construidos de la misma manera. 2, Elementos de la demostracién. — Estos elementos son tes: las definiciones, los axiomas y los postulados. 'a) Definiciones. Las definiciones son o bien esenciales, cuando enuncian las propiedadcs de un objeto matematico (por ejemplo, esta definicién: la circunferencia es una fi- gira cuyos puntos cquidistan del centro), o bien genéticas, cuando formulan la ley de construccidn de un objeto mate- ‘matico (la esfera es el volmen engendrado por un semi- circulo que gira alrededor de su diametro). La definicidn genética es la que caracteriza a las mateméti- cas. La definicién esencial es en ellas secundaria y derivada. De ahi se sigue que Ins definiciones matematicas, por ser construcciones, son perfectas desde el primer momento y constituyen el punto de partida de la demostraciéa, cuando en las ciencias de la naturaleza se las encuentra al fin de la demostracién © de la investigacion. b) Asiomas. Los axiomas son principios inm evidentes, que resultan de la aplicacién del ps 53 LOS DIFERENTES METODOS n tidad al orden de la cualidad. Ejemplo: dos cantidades igua- Jes a una misma tercera son iguales entre si, ‘c) Postulados. Los postulados son ciertos juicios indemos- trables, cuya evidencia es inferior a la de los axiomas, pero de los que tiene necesidad el matematico para elaborar su iencia. Pide és'e que provisionalmente (de abi su nombre de postulados) se los dé por buenos, como se vera que lo son en la constitucién de la ciencia que los emplea. Tal es ‘el caso del postulado de Euclides: “Por un punto dado fuera de una recta, siempre se puede tirar una paralela a esta recta, pero nada més que una’, y también: “El espacio es una magnitud de tres dimensiones”. Arr. Ill. M@TODO DE LAS CIENCIAS DE LA NATURALEZA . NocloNes GENERALES 1. Las ciencias ‘experimentales,— Dase el nombre gene- ral de ciencias de la naturaleza a las que tienen por objeto los fendmenos del mundo ‘material. Liamaselas también cien- cias experimentales porque se fundan en la experiencia sen- sible y a ella se refieren constantemente, como al Gnico cri- terio de la validez de sus conclusiones. ‘Reciben asimismo el nombre de ciencias inductivas en cuanto parten de los hechos singulares para remontar a las leyes que las rigea. 2, Divisién.— Distinguese dos grupos de ciencias de la naturaleza: a) Ciencias fisicoquimicas, Estas ciencias se ocupan de Jos fenémenos de la naturaleza bruta o inorganica, Las cien- cias fisicas estudian las propiedades generales de los cuerpos: fas ciencias quimicas estudian fa constitucién de los diferentes cuerpos. CF Ciencias biolégicas. Tratan de los fenémenos propios de la vida organic 9. Extensién del método experimental. — El grupo de ciencias morales (Historia, psicologia, sociologia) pertenece ‘Sin duda, bajo cierto aspecto, a las ciencias de la naturaleza yen gran parte dependen del método experimental. Pero Kacese de ellas un grupo distinto, porque se aplican al hom- bre. en cuanto es ser inteligente y libre, y consideran ast tuna realidad irreductible a los objetos de las ciencias de Ja naturaleza propiamente dichas. a LOGICA MATERIAL 2. ProceDiMreNTos Puédense distinguir cuatro fases en la elaboracién de las clencias de la naturaleza. Dos se refieren al conocimiento de los fenémenos: la observacién y la experimentacién: y otras dos a Ja formulacién de las leyes: la hipétesis y la induccién. A. La observacién. 1, Nocién.—Observar, en general, consiste en aplicar la atencién @ un objeto a fin de conocerlo bien, Por Ia observa. cién comienzan todas las cienciss experimentales, porque se trata en primer lugar de establecer la realidad de la natura- eza de los fenémenos. Para esto, no se conténta el sabio con Ja simple percepcién de los sentidos, que es generalmente {insuficiente en precisién y en penetraci6n, sino que recurre a iertos instrumentos (microscopio, telescopio, espectroscopio, fotografia, termémetros, balanzas, etc.), que le permiten des- cubrir con el mayor detalle posible Jos elementos de los cuer- pos y sobre todo medir los fenémenos. 2. Condiciones, — Una observacién, para ser buena, re- quiere ciertas condiciones intelectuales: curlosidad y sagact- dad, y otras morales: paciencia e Imparclalidad. B. La hipstesis. 1. Nocién, — Una ver bien establecidos los hechos, tratase de descubrir la ley de su manifestacion y encadenamiento, es decit de explicarlos. Pero esta explicacién no es evidente Para dar con ella, el sabio se ve obligado a recurrit a una hhipotesis que constituye wna explicacién provisional de los fenémenos obsecvados. Agul es donde es mas necesatio el genio del sablo, ya que no existe regla de la invencién, Esta se presenta casi siempre como una especie de stbita iluminacién o intulcién que da al sabio una luz Inesperada. Ast es como Arquimedes descu- brié sbitamente, mientras que los cuerpos sumer- gidos reciben un empuje de abajo a arriba ejercido por el Ii- quido en que estin sumergidos. Las fuentes mas comunes de la invencién de las hip6tesis son las analogias (Newton com- para el fenémeno de la caida de Ia manzana al de la atrac- cién de los planetas por el sol), y la deduccién. que hace que aparezean las consecuencias, hasta entonces ociltas, de fos fenémenos 0 Ins leyes ya conocidas, LOS DIFERENTES METODOS n 2. Condiciones “a priori” de la valider do las hipétests. — Antes de toda verificacién, In hipétesis, para ser tomada en consideracién, debe realizar las condiciones siguientes: a) La hipétesis debe ser sugerida y verificable por los he- chos. No debe ser absurda, es decir contradictoria en sf mis- ma. Esto no quiere decir que no pueda contradecir a otras hipétesis anterlormente admitidas. Por el contrario, el pro- greso de la clencia se realiza muy a menudo sustituyendo con hipotesis nuevas y més explicativas Ins antiguas teorlas. b) La hipstesis debe ser simple. Requitrese en ella fa sim- plicidad, en virtud del postulado de la simplicidad de las le- yes de la naturaleza. Mas una simplicidad es aqu! un concepto ambiguo. Hay una simplicidad que es pobreza, y otra que es riqueza: el mecanismo de la vision es simple, en cuanto es perfectamente uno, pero realmente complejo en sus diferen- tes érganos, El criterio de Ia simplicidad parece, pes, dif je manejar. 3. Papel de la hipétesis. —La hipétesis, como queda di- cho, no es una explicacién provisional. Por ahi queda definida su finalidad, y tiene dos aspectos distintos: a) La hipétesis sirve para dicigit el trabajo del sabio, Ayd- dale, en efecto, a imaginar los medios de que se va a servir y los métodos para seguir adelante en sus Investigaciones y Hlegar a Ia certeza. Es, pues, también ella, un principio de invencién y de progreso. b) La hipétesis sive para coordinar tos hechos conocidos anteriormente. La hip6tesis esté destinada a poner orden en los materiales acumulados por la observacién. "Sin ella”, dice Claude Bernard, “no es posible reunir més que estériles ob- servaciones”, como hace el emplrismo, C. Le experimontacién. 1, Nocién.—La experimentacién consiste en ef conjunto de procedimientos empleados para verificar la hipétesis. Difie- re, pues, de In observacién en que obedece a una idea directive, y no simplemente, como se dice a veces. en que implica te intervenci6n del sabio para modificar los fenémenos, La ob- servacién puede en efecto comportar también parecida Inter- venci6n: Hamase en tal caso observacin activa 0 provocada, pero es anterior a ta Invenclén de ta hipdtesis. 57 " LOGICA MATERIAL 2, Principio do 1a exporimentacién. a) Idea general de los métodos de experimentacién. La idea general que rige los métodos de experimentacién es la siguiente: consistiendo esencialmente la hipétesis en estable- cer una relacién de causa a efecto, o de antecedente a consi- Guiente en're dos fendmenos, trétase de descubrir si realmente B (supuesto 0 consiguiente) varia cada vez que se hace variar 2A (supuesta causa 0 antecedente) y vara en las mismas que A. ) Principio general de los métodes de experimentacién. Este principio e3 el del determinismo, que se enuncia ast: En idénticas ciccunstancias, idénticas causas producen idénticos efectos; o también: las leyes de la naturaleza son constantes. 3% Loa diferentes métodos do experimentacién, — Para joner en préctica la idea general de la experimentacién, se imaginado diversos procedimientos dirigidos a conseguit la mayor precision posible. a) Las tablas de Bacon. Bacon propone establecer tres tablas diferentes: tabla de presencia, que da, con sus ciccuns- tancias, los casos en que se produce el fendmeno que se quiere explicar; tabla de ausencia, en la que estén consigna- dos los casos semejantes a los primeros en que el fenémeno no se produce: tabla de los grados, que da los casos en que el fenémeno varia. Este método no proporciona suficiente certeza, pues nun- ca llega a asegurar que solamente se hayan considerado los fenémenos o grupos de fenémenos (A y B) que se suponen causa y efecto, antecedente y consiguiente b) Método de coincidencia solitaria de Stuart Mill. Stuart Mill imagin6, para remediar el defecto de las tablas de Bacon, sustituir al principio de la coincidencia constante el de la oincidencia solitaria. De ahi los cuatro métodos 0 procedi- mientos que preconiza: Método de concordimcia, Supongamos varios casos muy diferentes en los que se produce un fendmeno dado. Si se descubre un antecedente que sea comin y él solo comin a todos los casos, considéraselo en relacién esencial con el fend- meno, Ejemplo: obsérvese el sonido que producen una cuerda que vibra, una campana, un tambor, una voz, etc., y se con- prueba que en todos estos casos hay un solo fenémeno comin ue es la vibracién de un cuerpo sonoro. De abi se concluye que este fenémeno es la causa del sonido. LOS DIFERENTES METODOS * Método de diferencia. El método de concordancia no basta por ser insuficiente para hacer distinguir la simple coinciden- ia y la verdadera causalidad. Debe ser completado con una ‘contraprueba que Stuart Mill llama método de diferencia. Es~ te método consiste en considerar dos casos tan semejantes como sea posible y que sélo difieran en un solo elemento. Si el fendmeno se produce en un caso y en el otro no, este ele- mento serd el antecedente que buscamos. Ejemplo: las expe- iencias de Pasteur acerca de la generacién espontnea. Dos frascos de igual naturaleza y colocados en las mismas condi- ciones de temperatura, estén durante el mismo tiempo, el uno cerrado y el otro abierto, En éste se produce la fermentacién, y en el otro no, Pasteur concluye que la fermentacién es debida a los gérmenes del aire. ‘Método de las variaciones concomitantes. El método de diferencia es seguro cuando no hay sino dos casos posibles. EI método de las variaciones concomitantes deberé intervenic fen los demés casos. Y se formula asi: cuando un fendmeno varia en la misma proporcién que uno de los antecedentes, es causado por este antecedente. Ejemplo: las experiencias de Pascal en Puey-de-Déme, destinadas a demostrar que la levacién de Ja columaa del barémetro varia proporcional- mente a la presién atmosférica. ‘Método de residuos. El método de las vasiaciones conco- mitantes tiene la ventaja de que recurre a la medida de los fenémenos, lo cual la hace practica en fisica. Pero no es apll- cable cuando los fenémenos no son susceptibles de medida ‘cuantitativa. El método de residuos se emplea cada ver que Tos elementos de un caso dado son perfectamente conocidos y explicados, excepto uno. Y se concluye que este elemento debe ser explicado por otra causa que se frata de descubrit con ayuda de uno de los métodos precedentes, El ejemplo mis célebre es el del descubrimiento de Neptuno por Le Ve- rrier, que fué provocado por la observacion de las icregula- ridades de Urano, Este método, como se ve, es més un instru- mento de descubsimientos, que un método de verificacién. 4. Valor del método de coincidencia solitaria.— Este mé- todo no proporcionaria una certeza absoluta si no se estuviera seguro de haber hecho un completo andlisis de la experiencia, No obstante, pricticamente basta para la ciencia, que por lo demis admite siempre la posibilidad de nuevas explicaciones ulteriores, més en conformidad con los datos de una expe- riencia mejor conocida. 6 LOGICA MATERIAL D, La induccién. 1, Nocién. — La induccion clentific mente en pasar, del descubrimiento de una relacién constante entre dos fenémenos 0 dos propiedades, a la afiemacién de tuna relecién esencial, y por consiguiente universal y necesa- entre esos dos fenémenos 0 propiedades. 2, Leyes clenttficas, — Las leyes clentificas a las que con duce el razonamiento inductivo son, segin la formula de Montesquieu, las relaciones constantes y necesarias que der van de [a naturaleza de las cosas. Las leyes expresan ya rela ciones de existencia o de coexistencia (el agua es un cuerpo Incoloro, inodoro, de tal densidad, susceptible del estado s6- hido, liquido, gaseoso, etc.), ya relaciones de causalidad o de sucesién (el agua hlerve a los 100 grados: el calor dilata los metales. ete.). 0 ya. en fin, releciones de finalided (el higado tiene por funcién regular la proporcién de azticar en Ia sangre). 4. Las teortas ciontificas. a) Definicién. crip ey de teorfas See Nips. tesis que tienen por fin unificar un gran niimero de leyes bajo tina ley muy general. ‘Tales son la teotia ondulatori, segtn ta cual | propaga por ond: a gin Ia cual el Stomo se compone de electron luclonista, segin fa cual las formas vivientes derivartan, por progresivas diferenciaciones, de formas menos numerosas y mis simples. b) Valor. Este valor depende de la medida en que las teorfas clentificas permiten unificar ef saber positive de un modo racional y provocar nievos descubrimientos. Su falta de fecundidad es lo que hace que normalmente se les aban- done por otras que parecen més capaces de orientar las inves- tigaciones y de agrupar con inteligencia las leyes. 4, Fundamento de la induccién.—Hemos dicho que la lencia aplica a todos los casos de la misma especie lo que ha sido verificado de uno o varios casos singulares (28). 1Cémo legitimar este procedimiento? Respéndese general- mente que el fundamento de eso es el principio del determi- rnismo 0 de fa constancia de las leyes de la natural cual es clerto. Mas, desde ef punto de vista cientifico, este principio no es sino un postulado: la clencia, como tal, cree cen a constancla de las leyes, pero no la demuestra. consiste esencial- LOS DIFERENTES METODOS n En realidad, el problema del fundamento de la inducelén es un problema propiamente filosdfico, por tratarse aqut de justificar el principio del determinismo, La solucién de este problema depende a le ves de la pslcologla y de Ie crtcn del conocimiento, porque el problema se reduce al de la forma- cién y-valor de las ideas generales. El problema de a induc- cién cientifica no es sino un caso particular del problema general del conocimiento abstracto, ya que la ley clentifica no es sino un hecho general, sacado de Ja experiencia sensl- ble. Ya veremos precisamente que la inteligencia est dotada del poder de captar, por la abstraccién, fo universal en Jo singular y lo necesario en lo contingente, y mostraremos Io ave, juttica to funcion abstractiva del epirita y garantiza su valor. 3. PRoceDIMIENTOS PARTICULARES DE LA BIOLOGIA 1. Punto de vista finalista.—La biologia, con la que va junta la consideracién de la vida, emplea procedimientos que Te son propios. No se trata a los seres vivientes como a los seres Inorgénicos. Observacién y experimentacién suponen, pues, aqui, una adaptacién necesarla y particularmente ef constante recurso a Ia idea de finalided. El bidlogo sostiene que los vivientes son organismos que ejercen diversas funclo- nes, que se jerarguizan en vista de un fin determinado. El descubrimiento de las funciones, es decir de los fines, viene a ser el fin de la cienci 2, Clasificacién y sistematizacién.— Uno de los medics para alcanzar ese fin es Ia clasificacién o sistematizaci6n, que tiene por objeto distribuir los seres vivientes en distintos gru- pos cada vez més generales y tales que los grupos Inferiores sean subdivisiones de los superiores. Esta clasificacién, fundada en Ja naturaleza de I responde a una necesided del espiritu, que en tod twee a unldad. “Tambien debe ayudor'a Tormoler le deff. nnicién de los seres vivientes mediante la enumeracién de los caracteres que les seffalan su lugar en Ia closificacién. Arr, IV. METODO DE LAS CIENCIAS MORALES 1, Noctones GENeRALEs 1, Dofinicién de las clenclas morales. —Dase e! nombre de clencias morales a las ciencias que se refieren a los diver- 2 LOGICA MATERIAL ‘sas manifestaciones, individuales o colectivas, del hombre, en cuanto es un set gress soa y libre, La consideracién de lo que caracteriza al hombre, a saber la inteligencia y la liber- tad, e lo que da a las ciencias morales su objeto especial ¢ lereductible en la jerarquia de las ciencias. El hecho de que el hombre sea considerado aqui como un ser dotado de libertad no quiere decir que las ciencias mora- les renuncien a establecer leyes. En primer lu de la actividad libre como tal (leyes morales hombre, individual y colectivo, aun cuando obra libremente, es susceptible de un comportamiento normal, regular y pre- isible, que permite establecer leyes positivas (medias o esta- disticas), validas para la mayor parte de los casos. 2 Divisién. — Puédense distinguir dos grandes categorias de clenclas morales, a saber: a) Las ciencias morales tedricas. Son las que estudian al hombre, individual o colectivo, tal cual es. Tales son la psi- cologia, Ia sociologia y Ja historia. Estas ciencias son cien- clas de hechos. b) Las ciencias morales précticas. Son las que definen las leyes a las que debe conformarse la actividad humana. Tales ion Ia Iégica, la moral y la politica, Son éstas las ciencias normativas. 3, Distincién do los métodos.— Los dos grupos de clen- clas morales son bastante distintos entre si, y asi exigen distintos métodos. El primer grupo depende eviden‘emente de los procedimientos del método experimental, adaptados a ‘e808 nuevos objetos. En cuanto al segundo grupo, hace in‘ec- venit a eso que se lama juicios de valor o juicios que formu- Jan Jo que est bien y lo que conviene hacer, y asi depende de un método diferente de los que se emplean en las clencias de los hechos, Este método lo estudiaremos cuando Megue- amos a la Moral. El método empleado en Psicologia lo veremos junto con ‘esta disciplina. De modo que no nos queda aqul por tratar ‘sino del método de la historia y del de la sociologia, 2, Mévovo DB LA uIsTORA 1. Nocién do historia. a), Definicién. — En un sentido muy general, llamase bis- toria al estudio de todo lo que tiene un pasado (historia de la 63 LOS DIFERENTES METODOS 2» tierra, historia del arte, etc.), En sentido estricto, la historia 3 el estudio de los hechos del pasado que han interesado a la evolucién de la humanidad. Por esta raz6n, ocipase la histo- tia a la vez de los hechos Aumanos (por ejemplo, la guerra de las Galias, las Cruzadas, la Reforma, etc.) y de los hechos materiales que han tenido efectos humanos (erupci6n del Vesubio en el 79, inundaciones del Nilo, etc.). 'b) Naturaleza de los hechos histéricos. Llamanse hechos histéricos a ciertos acontecimientos rodeados de esp Sircunstancias en el tiempo y en el espacio. Los hechas ricos son, pues, originales y Gnicos. Y es uno de los caracte- tes que distinguen a la historia de la sociologia: ésta, en efecto, puede tomar como objeto de es:udio los hechos del pasado, pero sin considerarlos sino bajo su aspecto general, despoja- dos de las circunstancias concretas que los han distinguido histéricamente. En las formas his'éricas de la propiedad ptivada, la sociologia buscara descubrir la esencia del derecho de propiedad; en la Reforma, la investigaré la forma general de las revoluciones religiosas. 2, Los documentos histéricos. a) Monumentos y escritos, Distinguense cominmente dos clases de documentos: los monumentos o documentos mate- Fiales (insctipciones, papiros, medallas, trofeos, imagenes, templos, tumbas, obras de arte, etc.), y los escritos o docu- mentos psicolégicos (anales, historias, memorias, correspon- dencia, actas piblicas, obras literarias, etc.). b) Vestigios y testimonios. La divisién de los documentos en vestigios y testimonios parece preferible a la precedente, Que no es itreductible. En efecto, ciertos documentos no son otra cosa que vestigios o trazas del pasado, sin haber sido destinados por si mismos a trasmitir el recuerdo a la poste- ridad: tales son los objetos de alfareria, las armas, alhajas, libros de contabilidad, monedas, etc.; los otros son testimonios que tienen formalmente por objeto informar a la posteridad: ‘memorias, crénicas, anales, inscripciones, etc. 3. Procedimientos de la historia. — El método histérico abraza tres fases principales: 'a) La busca de los documentos. El primer trabajo del his- toriador consiste en reunir los documentos mas a propésito ‘para dar a conocer los hechos del pasado. El genio del inves- figador es aqui el factor principal. Pero una vez hecho el 80 LOGICA MATERIAL descubrimiento, numerosas y complejas técnicas deben entrar en juego para su explotacién, Esto es clerto sobre todo cuan- do se trata de excavaciones: no basta haber descubierto un subsuelo rico en documentos: el aprovechamiento de tales tesoros (palacios, estatuas, monedas, papiros, fésiles, etc.) requiere el empleo de métodos generalmente muy delicados y exige grandes medios materiales. Los documentos de! pasado vanse ast acumulando graci a las ciencies auxiliares de la historia: arqueologia, epigrafia, papirologia, paleografia, numismética, ete., que tienen como objeto propio la investigacién, clasificacién y critica de los documentos histéricos y forman el dominio de Ia erudicién, que es Ia base de la historia, como Ia observacién esté a la base de fa ciencia b) La critica histérica, La critica tiene por objeto a la ver los documentos-vestigios y los documentos-testimonios. En ‘cuanto a los vestigios del pasado, tritase de establecer a au- tenticidad y el origen de los documentos, determinar su grado de integridad y, cuando hay lugar, de hallar su sentido, es decir descifearios y traducirlos, La critica de los testimonios consiste en ver si los testimonios son sinceros y exactos (Ia buerta fe no supone necesarlamente la exactitud). Por eso hay que citar ya el hecho narrado en sf mismo, ya también a fos testigos que Jo trasmiten, Estas diferentes criticas requieren criterios de veracidad interiores a los mismos documentos (critica interna), o bien ceniterios externos a los documentos (critica externa), ¢) Descripcién det pasado. El historiador, después de ha- ber reunido y establecido los hechos, debe saberlos explotar. Delicado trabajo que exige gran sagacided para descubrit e! real encadenamiento de les hechos histeleos, y perfecta t- parcialided, evitando cualquier explicacién que no sea im- puesta o sugerida af menos por los mismos hechos. Aqut, la imaginacién juega capital papel, pues que se trata de hacer revivie el pasado y reconstruirio. Lo importante es que la imaginacién no trabaje a! margen de los hechos, sino que al contrarlo no sea sino una forma de la penetracién psicolégica y de la sumisién a la realidad. 3, 2Bs ta historla una clencla?—Es muy evidente que la historia no es una ciencia de la misma naturaleza que la fisica o fa quimica. Estas enuneian leyes universales: Ia historia narra hechos singulares, nicos. No obstante, se puede 64 LOS DIFERENTES METODOS a considerar la historia como una ciencia porque enclerra en st certeza, adquitida por métodos que poseen rigor suficiente, ¥. porque explica los hechos relaciondndolos con sus causes. Hablando en rigor, deberiamos decir que la historia es una ciencia, no por su objeto, que carece de los caracteres de ge- neralidad y necesidad necesarios en las ciencias proplamente dichas, sino por los métodos que emplea. 3, Méropo DE LA socioLociA A. Nocién do la soctologia. 1, La ciencia soctolégica.—La soctologia, ciencie de los hechos sociales, 0 estudio descriptivo, comparativo y explica- tivo de Ins realidades sociales, es una disciplina reciente, No es que el estudio de Jas sociedades haya sido ignorado de los antiguos. Platén y Aristételes se ocuparon de él. En los sl- ‘glos xv y xvi, Hobbes, Locke, Montesquieu y Condorcet In- tentaron determinar cémo se comportan los hombres en cuan- to seres sociales. Pero con Augusto Comte sobre todo tiende la sociologia a hacerse clencia, es decie, una disciplisa some- tida a un riguroso método y destinada a definir le igen la vida en sociedad. En nuestros dias, la soclologia se ha esforzado, con Durk- heim, por modelarse exactamente segin las clencias experl- mentales y, por un inesperado desarrollo, ha pretendido ab- forber todas les clencias morales, que no serlan, segin esta concepcién, sino partes o elementos de fa sociologla, clencla universal del hombre. Mas adelante veremos qué et lo que se ha de pensar de esa idea. 2. Et hecho social, objeto de la sociologta. —La dificultad que encuentra 1a sociologia consiste en definic exactamente su objeto, Dicese generalmente que es el hecho social, Pero esta noclén esti muy lejos de ser clara, a) La conciencia colectiva, Hay que descartar en primer término In definicién que da Durkheim del hecho social, cuando afirma que es aquel que se ha producido por una con- clencia colectiva, exterior y superior a Jes conclendas indi- viduales. Tal pretendida conciencia colectiva no existe. Es sa una concepcién mitica y contradictoria, pues toda con- clencta es necesariamente individual. 'b) La violencia. Durkheim procur6 también definie ef he- cho social por au cardcter esenclal, que conslstirta en fe vlo- 65 a LOGICA MATERIAL lencia que ejerce sobre las conciencias individuales. (El modo sera un hecho social, en cuanto obliga a pensar, sentir y obrar de tal o cual manera.) Peco no parece que la obligacién tenga caricter de universalidad suficiente como para definir ‘el hecho social. Hay imposiciones que sélo traducen leyes fisicas y, por el contrario, muchos hechos sociales no imponen al individio wna verdadera violencia: Ia moda no es tirénica para todos y hay muchos individuos que no temen sustraerse a ella. c) La influencia de la sociedad sobre los individuos. Pa- fece que, para garantizar al hecho social suficiente especifici- dad, basta definirlo como un hecho (manera de pensar, de sentit, de obrar) que encuentra en la sociedad como tal sit causa formal y su causa final. En cuanto los individuos se encuentran agrupados en sociedad, es decir reunidos para la realizacién de fines comunes a todos ellos, y no simplemente yuxtapuestos o reunidos accidentalmente (como, por ejem- plo, en un vagén de tren), aparecen modos comunes de com- Portarse que no existirian fuera del grupo, en individuos a lados. De abi ciertos fenémenos de cardcter social, es decir producidos individuos que obran libremente, pero deri- vados de la influencia ejercida por el grupo social y su fina- lidad propia sobre los individuos que lo componen. 3. 2Bs la sociologia una ciencia distinta? — El hecho so- cial, tal como acabamos de definiclo, puede dar origen a una ciencia distinta y auténoma? Unos lo han negado, diciendo que la sociologia se confunde con las otras ciencias morales, mientras que otros lo afirman, y aun ha habido quien ha pre tendido (como Durkheim) hacer de la sociologia la cien oral universal. Ambas afirmaciones son erréneas. a) La sociologia no se confunde con las otras ciencias mo- sales. Se ha pretendido a veces, desde un punto de vista exac- tamente contrario al de Durkheim, que los hechos sociales no podian ser el objeto de una ciencia especial. Diversas ciencias particulares, dicen quienes asi opinan, se dividen los diferen- tes hechos sociales (historia, etnologia, lingiistica, geografia hhumana, etc.) de modo que nada queda para la sociologia, sino el hecho social puro. que evidentemente es un mito. Esta objecién no deja de tener importancia, ya que hace resaltar el hecho de que las ciencias particulares encierran también un aspecto social, Pero comete el error de echar en ‘olvido el hecho de que hay lugar para una ciencia especial Los DIFERENTES METObOS ” destinada a determinar las leyes de coexistencia de los grupos ‘sociales, las leyes de funcionamiento de esos grupos (ejem- plos: leyes de la imitaci6n, ley del menor esfuerzo), y en fin, Jas leyes de evolucin de las sociedades humanas. Pueden ‘otras ciencias abordar estos problemas, pero no como asunto fsencial; mientras que la sociologia tiene por objeto propio el establecimiento de esas diversas leyes, empleando los datos ¥ los resultados que le proporcionan las otras ciencias, del Tnismo modo que la historia utiliza los resultados de numero- sas ciencias auxiliares. b) La sociologia no es una ciencia universal, No obstante, si bien el hecho social da origen a una ciencia distinta, esto no basta para constituir una ciencia universal, como pretende Durkheim, No todo hecho humano es un hecho social. El individuo humano no esta en la sociedad como una gota de agua en el mar. Posee una relativa independencia, una real autonoméa, como consecuencia de la libertad de que esta do- tado. Esto se expresa brevemente diciendo que es una persona. 4. Naturaleza do las leyes sociolégicas.— Los hechos so- ciales son muy complejos y [a sociologia no puede aspirar a tuna exactitud semejante a la de las ciencias fisicoquimicas. Cuando Duckbeia pretende establecer en socologi lees tan isas como las de las ciencias naturales, funda su preten- Sign en un concepto que elimina radicalmente la realidad de ja libertad humana. Este concepto esti fundado en un mate- 10 indefendible. = 1. no obstante, en los hechos sociales cierto determinis- mo que gurantiza la exactiud aproximada de (as leyes que los rigen: este determinismo define aqui el orden mas comin segdn el cual se mueven las libertades humanas, y es justa- mente Ia indeterminacin de los, lementos individenes (ex ic, aqui, las libertades humanas) la que garantiza la cons- der ins medias y de las eyes estadsticas, por el hecho de que, cuando se refiere a un nimero muy grande, los casos, ‘aberrantes o excepcionales desaparecen sensiblemente en la tultitud de los casos conformes a las leyes de la naturaleza moral. B, Método de la sociologia. iendo Ia sociologia una ciencia de hechos, su método sera ‘el método inductivo, con las diferencias exigidas por el objeto de la sociologia, Hi 67 cf LOGICA MATERIAL 1. La observacién on sociologia.—La sociologia partiré de ia observacién de los hechos sociales, ya directa, ya indl- recta (mediante Ia historia, la etnologia, etc.). La observa- cién directa es de poca amplitud. La historia de las sociedades antiguas ser& de gran utilidad para extender hasta las épocas més primitivas y a las civilizaciones desaparecidas el campo de la obscrvacién sociolégica. 2. La exporimentacién en sociologia,— La experimenta- cién apenas es practicable por el socidlogo. La Gnica forma de hacerla es ef estudio de los defectos producidos en una so- ciedad deda por las innovaciones politicas 0 sociales o pot un suceso determinado. (Fjemplo: la introduccién de la indus- tela en un pals agricola.) Aun este tipo de estudio se funda més bien en In observacién que en la experimentacién pro- plamente dicha. que se han producido en un tiempo y espacio dados (ejemplo: ‘estadistica de los sulcidios en Francia en 1936), Las estadisticas se emplean mucho en sociologia. Su objeto es poder establecer relaciones de causalidad 0 de coezistencla ‘entre diferentes hechos sociales de diferente naturaleza, Ast se procuraré buscar por las estadisticas la proporcién que existe entre el nimero de despachos de bebidas alcohdlicas y el nimero de locos en un pals determinado. Si las variaciones de Jos dos nfimeros son constantes, se concluiré que hay re- lacién de causa a efecto entre los dos hechos. 'b) Limite de la estadistica. El método de estadistica es, no obstante, un procedimiento imperfecto, porque a menudo las estadisticas son Inexactas y sobre todo porque pueden admitir muy diferentes interpretaciones. Para que fueran susceptibles de una sola interpretacién, seria preciso que el hechos social al que se refieren hubjera sido rigurosamente alslado y to- mado asi en su estado puro, cosa que apenas es posible. C. Papel de le sociologia. 1. Le sociologia no es una moral.—La sociologia ha te- nido, con Durkheim, grandes pretensiones. Se ha quetido, en efecto, sacar de ella un arte sociolégico que nos sefalaria los LOS DIFERENTES METODOS e fines @ seguir, lo mismo que la moral nos indica Jas reglas del deber. Pero esto es imposible, ya que la sociologia no es ‘sino una ciencin de hechos, que nos ensefia el cémo de los fenémenos sociales, sin ser capaz de darnos orden alguna que nos imponga tal o cual modo de obrar. La soclologia. como tal, es extrafia a Ia determinacién de los fines morales. 2. La sociologia es Gtil al moralista y al politico, —Un error no menos pernicioso setla pensar que no podemos es- perar nada de la sociologia. Los hechos sociales que esta ciencla nos pone en evidencia, las leyes que formula son pre- closos elementos con respecto a Ia moral social y a fa politica. Ea sociologia debe convertirse de este modo en tn instrumen- to en manos del moralista y del politico, haciéndotes conocer mejor Ia naturaleza humana y sugitiéndoles los medios més propios para nsequrar, mediante una mejor organtzacién social, econémica y politica, el bien y el progreso de la per- sona humana. LIBRO SEGUNDO FILOSOF{A ESPECULATIVA ae cosMoLociA DH LA NATURALEZA | psicoLociA cRITICA DEL CONOCIMIENTO merarisica | ONTOLOGIA ‘THODICEA COSMOLOGIA PRELIMINARES 1, Nocién, a) Definicién. La Cosmologta (etimolégicamente clencia del mundo) constituye la primera parte de la Filosofia natu- ral (0 filosofia de la naturaleza): su objeto es ef estudio de los cuerpos como tales, haclendo por consigulente, abstraccién de si son vivientes o no, Distinguese de las clencias fistco- guimicas en que busca determinar la naturaleza de los prin- cipios intrinsecos de los cuerpos, mientras que las clencias fi- sico-quimicas, dejando de Indo ‘Ins cuestiones de naturaleza © esencias, se limitan al estudio de las apariencias sensibles de fos cuerpos y de sus leyes empiricas. b) La cuestién de fa vida. El estudio de la vide pertenece normalmente a Ia Psicologia 0 estudio .del alma y de sus operaciones. La vida, en efecto, es el hecho del alma, vege- tativa, sensitiva o racional. Podemos, no obstante, como se hace ordinarlamente, limitar la Psicologia al estudio de! hom- bre y remitir a Ia Cosmologia el estudio de la vida en general. 2. Divisién.—La Cosmologla, conforme al orden de tod: Ja filosofia, parte de la observacién de las propiedades més generales de los cuerpos a fin de definir su esencia, tal como se maniflesta por esas propiedades. Juntando, pues, a este estudio el de Ja vida, tendremos la division siguiente: 1. Las propiedades generales de los cuerpo: A. Cantidad: 1, Discontinua: ef ndmero. % cosmoLocia 2. Continua: a) Simulténea: la extensién, con sus efectos , que son ef lugar y el espacio, +b) Sucesiva: ef movimiento, y ef tiempo, que es la medida del movimiento. B. Cualidades sensibles. Ul, Le ‘esoncia y Ia naturaleza de los cuerpos: Ja teoria hilemécfica, WD. La vida, 69 CAPITULO 1 PROPIEDADES GENERALES DE LOS CUERPOS Las propiedades mas generales de los cuerpos son, por una parte, la cantidad y todo lo que con ella tiene relacién, y, por ‘otra, las cualidades sensibles. Arr. L LA CANTIDAD Los cuerpos forman los dominios de la cantidad. La pri- mera cuestién que interesa a la Cosmologia es, pues, la de la cantidad, considerada bajo los dos aspectos que puede pre- sentar (50), a saber la cantidad discontinua o nimero, y la cantidad continua, que comprende la extensién (con sus efec- tos formales: lugar y espacio), el movimiento y el tiempo. 1. La CANTIDAD DISCONTINUA A. Nociones de unidad y do nimero, Desde ahora hay que distinguir la unidad numérica, que va unida a la cantidad, y la unidad ¢rascendental, que es ex- trafia al orden de la cantidad. 1. La unidad numérica,—La cantidad discontinua es aquella que se cuenta o mide y que se expresa por un nimero. Este tiene por principio la unidad numérica. Asi “10 aves” es una cantidad medida por el ave-unidad; “10 metros” es una cantidad medida por el metro-unidad. 2. La unidad trascendental.—La unidad trascendental (de la cual hablaremos en Metafisica general) designa sim- plemente fa propiedad que posee el ser de ser indiviso en si mismo. Esta propiedad no afiade realmente nada al ser. Y no significa sino una negacién, a saber la negacion de la di- visién: todo lo que es ser es indiviso. De abt el axioma: el ser y el uno son convertibles, 70 7” n cosmMoLocis Esta unidad trascendental es principio de fa multitud, es decit de fa coleccién de los seres indivisos en sl mismos y distintos unos de otros y considerados como distintos: un hombre, un caballo, una pledra y un vegetal forman una mul- titud pluralidad de seres. B. La génosis dol nimero, El ndmero se encuentra bajo diversas formas: 1. En Ja comtidad continua (némero continuo): la que es divisible en partes de la misma nataraleze. Las partes del con- tinuo son tales que el extremo de una es a Ja vez el comienzo de Ta siguiente, De abt resulta Ia propiedad de la extensién. 2, En te cantidad discontinua (ndmero discontinuo © pro- plamente dicho): es aquella que est formada de unidades de Ja misma naturaleza o de partes actualmente separadas las unas de las otras 9 en simple contigildad: tres sillas, clen hombres, las partes de una mSquina, los granos de un montén Distinguese el niimero numerado y el nimero numerador. EI numerado designa las cosas miiltiples que se expresan o suman en un ndmero: tres sillas, diez hombres; ef numerador es el niimero abstracto 0 tomado absolutamente: 2, 3, 5, etc. 2, LA CANTIDAD CONTINUA, A. Le oxtensién do los cuorpos, 1. Realidad de la extensién.—La realidad de la exten- ston ha sido negada por algunos filésofos, en particular por los Idealistas, que sostienen que la extensién no tiene existencia real, y que no es sino una idea en el espiritt (opinién de Berkeley), o una simple manera de sentir (opinién de Kant). Estas opiniones pertenecen sobre todo a la Critica del co- nocimiento. Aqut haremos no'ar solamente que van contra €l julelo esponténeo, natural y necesario del sentido comin, aque sostiene Ia realidad objetiva de la extensiOn: si tal juicio fuera falso, habriamos terminado con toda certeza. 2, Las pretendidos antinomias del continuo. — Otras ob- Jeciones contra la realidad de Ia extensién (0 del continuo) han sido propuestas en nombre de un anélisis del continuo. Son los célebres argumentos de Zenén de Elea. ‘a) Zenén de Elea pretende que si fa extensién fuera real, 2 PROPIEDADES GENERALES DE LOS CUBRPOS 98 hasta imposible el movimiento. En efecto, estando Ia exten- sién compuesta de partes en nimero infinito —por el hecho de ser el continuo indefinidamente divisible— seria imposible atravesar ningin espacio, ya que cada uno de los elementos de este espacio estaria a su vez compuesto de elementos en nimero infinite. Como no es posible atravesar lo infinito, seria imposible moverse. Tlustra Zenén esta doctrina con el ejemplo de Aquiles y Ia tortuga: Aquiles, el de los agiles ples, corre indtilmente, pues nunca podrd alcanzar a la tor- tuga. De hecho el movimiento es una ilusién, si la extensién existe; y si el movimiento existe, la extensién es una tlusién. ) Discusién. Contra esta doctrina, tenemos primero el hecho evidente de la realidad del movimiento, Ademds, el error de Zenén de suponer que las partes de la extensién son discontinuas. De hecho, estas partes son, no divididas real- mente, sino simplemente divisibles y componen un continuo que un movimiento, igualmente continuo, puede atravesar. 9. Electos formeles de Ia extensién. — De la extensién de los cterpos resultan el lugar y el espacio. a) El lugar. El lugar es la superficie interior de un conti- rnente con felacién a un contenido, pero considerado como inmutable y que no cambia jamés. El lugar es, pues, una determinacién fija e invariable del espacio. 'b) El espacio. Podemos distinguir el espacio del sentido ‘comén, el espacio del matematico el espacio del filésofo. Para el sentido comin. el espacio aparece como un gran recepticuilo de tres dimensiones, del que podemos, por la ima- ginacién, extender indefinidamente los limites. Este recep- theulo contiene todos los cuerpos. Para el matematico, el espacio es una magnitud continua, homogénea, en la que no existen sino puntos sin dimensién, superficie sin profundidad. ete. Para el [ilésofo, el espacio real es el lugar universal de fos cenerpos, In relacién de las dimensiones del universo con todo To que esas dimensiones encicrran. Esta definicién precisa el concepto imaginativo de! sentido comén y cortige la conven- eién matemftica. Pues, en efecto, implica In afirmacién de que no existe espacio real sin cuerpo real: ef espacio es, pues, inseparable de los cuerpos, pero no se confunde con ellos. Para dar con el espacio real, hay que considerar el universo ‘en sus dimensiones y a ésta en su relacién con lo que contiene. El espacio es, pues. una relacién de dimensiones. 3 "4 ” cosmoLocis B. Ei movimiento. 1, Nocién.— Para ef sentido comin, el movimiento con- siste en el traslado o paso de un lugar a otro. Esto es cierto, pero no define el movimiento sino desde fuera y no se aplica sino al movimiento local. a) Elementos de la definicién. Para definir filosdficamente el movimiento, hay que utilizar las nociones de acto y de potencia, que pertenecen a la Metafisica general. Aqui bas- tard saber que la potencia es la aptitud de un ser a devenir 0a recibir alguna cosa (Pedro esta en potencia de recibie la cien- cia; el agua {ria esté en potencia de convertirse en vapor): mientras que el acto es el hecho, para un ser, de haber recibido © de haber devenido esta cosa que podia recibir o devenir (Pedro, habiendo recibido la ciencia, es sabio de hecho o en acto. El agua calentada a cien grados esta caliente en acto). b) Definicién. Considerado en su esencia, el movimiente se define, pues, como el acto de lo que esté en potencia en tanto que esté en potencia. Para comprender esta definicién, partamos del cambio. Pedro va a comenzar a aprender latin. Puede aprenderlo por su cualidad de ser inteligente y, por una raz6a més préxima, por sus primeros estudios de_gra- mitica. Esta, pues, en potencia de saber =I latin. Cuando ya lo sepa sera en acto latinista. Habra pasado. pues. de la po- tencla al acto. Este pasaje es el que constituye el movimien- to: es un acto (0 sucesién de actos), pues, que consiste en la progresiva adquisicién de los elementos del latin; pero es el acto de un ser en potencia, porque Pedro no es ain un latl- nista perfecto. Cuando lo sea, el movimiento cesaré. El mo- vimiento es, pues, el acto de una potencia en cuanto tal, es decie un acto comenzado, que se continiia, que no ha llegado a su término final. 2. Divisién.—La nocién de movimiento se aplica, no s6lo ‘al movimiento local, sino, por analogia, a todo cambio: y no s6lo al orden material, sino también al orden espiritual (ra- zonar, meditar son movimientos). C. El tiempo. : 5 1. Nocién.— El tiempo se define: El nimero o la medida det’ movimiento. El tiempo, en efecto, no se puede concebir sin el movimiento y resulta de distinguir los progresos o fa- oi PROPIEDADES CENERALES DE LOS CUERPOS 95 ses del movimiento en cuanto se suceden Jos unos a los otros. EI tiempo es, pues, una especie de nimero. Pero no es un nimero discontiauo, sino continuo y en marcha. Hay que hacer distinci6n entre tiempo y duracién, Esta se limita a significar la permanencia en el ser, haya 0 00 hay sucesién, El tiempo implica la sucesién. Quien suprime la sucesién anula el tiempo. 2. Los diforentos tiempos. — Distinguense: a) El tiempo concreto o vivido, que es el que resulta del movimiento vivid por cada ser. Este tiempo puede ser més © menos rapido, segin la rapidez o lentitud del movimiento vivido por este ser. En el suefio, casi desaparece el tiempo, a causa de la lentitud de la actividad psiquica (o movimiento psiquico). Otras veces, cuando la actividad es intensa, el tiempo parece que vuela. b) El tiempo abstracto, Es el tiempo uniforme y vacio que ‘nos representamos como una linea, a Jo largo de la cual se sian os suesos del univers. : ‘¢) El tiempo objetivo. Es el que resulta del movimiento de la tierra sobre si misma y que ha sido tomado como unidad (un dia de veinticuatzo horas). Este tiempo uniforme no depende de nosotros, aunque sin un espiritu que numere o mida el movimiento de la tierra, el tiempo no existiria en acto, sino sélo en potencia, en el movimiento de la tierra. 3. Los elementos del tiempo. a) Presente, pasado, futuro. El tiempo se compone esen- clalmente de tres partes: el pasado, el presente y el futuro. Sélo el presente existe; el pasado no es ya y el futuro no es todavia. Esto prueba una vez ads que el tiempo, tomado en su totalidad, no existe realmente, sino por el espicitu, que, gracias a la memoria, conserva el pasado y, por la previsién, anticipa el porvenir. b) La duracién concreta. No obstante, la duracién con- creta, es decir el ser mismo, en cuanto permanencia de ser en la sucesi6n, realiza en cierto modo la presencia simulténea del pasado y ‘del porvenir con el presente. El presente del ser que dura es, en efecto, pasado acumulado y al mismo tiem- po futuro potencial, bajo la forma de las virtualidades de que esté Ileno. ‘c) Ell presente. El presente es como un punto-limite y que perpetuamente se mueve entee el pasado y el porvenit. Con- % COSMOLOGIA slderado abstractamente, no enclerra ninguna multiplicidad interna, ninguna sucesién de actos. Pero también se puede hablar de an presente concreto, psicolégico, que encierra cier- ta sensacién de multiplicidad Interna: es el tiempo requerido para que la conciencia capte como un todo sintético y dnico tuna sucesion de movimlentos. Ast una frase (sucesién de palabras) se dice en un presente concreto. En realidad, como ‘es claro, este presente concreto, sintesis de sucesiones, implica fos tres elementos del tiempo. 4. El tiempo y Ia otomidad. a) El tiempo corresponde a fo que cambia, a lo que com- porta la sucesin y el devenir. La eternidad es una duracién, es decir una permanencia en el ser, sin ninguna sucesién, ¥, por tanto, sin comienzo nl fin. Podemos decir, con ot términos, que es un perpetuo presente, una perfecta y total posesién del ser. b) El tiempo podria no haber tenido ni comienzo ni fi Dios, en efecto, hubiera podido crear ese tiempo. El tiempo ast concebido, no camblatla de naturaleza y no se confun- diria en modo alguno con la eternidad, pues no dejaria de ser suceston y devenit; mientras que la eternidad, por ser per- fecta posesién del ser, excliye necesarlamente cualquier st- cesién y devenie, Arr. Il, LAS CUALIDADES SENSIBLES A. Nocién. 75 bis 1. Noturaleza de la cualidad.—La cualidad es una ma- rnera de ser que afecte 2 las cosas en si mismas. Su dominio es mucho mas vasto que el de la cantidad, pues la cualidad ‘afecta al espiritu lo mismo que al cuerpo: al revés de la cat tidad, que s6lo existe en los cuerpos. 2. La objetividad de lan cuatidados sonsibles.— Nadie ha negado la realidad emplrica (o aparente) de las cualidades sensibles, que se impone por si misma. Pero ciertos filésofos ‘se han preguntado si las cualidades sensibles poseen en rea- iided, objetivamente hablendo, toda la realidad que espontt- neamente les atribuimos; es decie si, por ejemplo, el color, el calor. el peso, etc., exlsten, como tales, fuera de nosotros. No hacemos aqu! més que plantear este probleme y remitir, para ‘su discusién, a la Psicologia, donde volveremos a encontrarlo fen el estudio de la sensociéa, PROPIEDADES GENERALBS DR LOS CUERPOS 07 B. Divisién do las cualidades, 1, Divisién accidental. — Desde el tiempo de Locke, dis- tinguense cualidades primarias y cualidades secundarias, que corresponden, respectivamente, a fo que los Escolésticos Ila- maban sensibles comunes y sensibles propios. Los cualidedes primerias son las que se refleren a la cantidad, a saber la extensién, la figuea o forma, el movimiento y la resistencia. Las cualidades secundarias son aquellas que son objeto de un sentido propio: color y luz (vista), sonido (ofdo), sabor (gut to), olor (olfato). cualidades tictiles y calor (tacto), etc. Esta division est hecha desde un punto de vista accidental. Ademés, el movimiento no es, proplamente hablando, una cualidad, sino que, por reduccién, pertenece a la categoria del lugar. Asimismo, la extensién se reduce a In cantidad, — Ponitndonos en el punto de vista de Ta esencia de la cualidad, es decir de las divers cémo un sujeto puede ser modificado, tenemos I pecies de cualidades siguientes: a) La disposicién, Llimase ast a las maneras de ser que afectan a fa misma naturaleza de un ser, sea espiritual (el don de la misica), sea corporal (In salud). 'b) La potencia 'y la impotencia. Son las cvalidades que afectan al sujeto en cuanto es susceptible de actividad (Pedro puede hacer sin fatiga una caminata de varias horas; Pablo es incapaz). ¢) Las pasiones. Bajo este nombre (también se les llama cualidades. posibles), agripanse las cualidades que resultan de una alteracién (color, sonido, sabor, calor, olor, etc.), Jas que causan Ia alteracién (propiedades quimicas o fisicat In electricidad. por ejemplo). d) La figara y la forma, Llémase asi a las cualidades que determinan (0 particularizan) la cantidad de un sujeto. C. La medida de los cualidades. La experiencia nos dice que las cualidades admiten grados {el agua est més o menos caliente: un tela es més 0 menos roja: un sabor ex mas o menos pronuncindo, etc.). Esta com- probacién nos leva a preguntarnos si no seré posible medir Ins cualidades, es decie reducitlas de algan modo al némero (y por consiguiente # Ia cant 98 cosmoLocia 1, Modida indirecta.—Los procedimientos empleados en las ciencias para medir las cualidades (0 fenémenos) nos son muy familiares. Cuando consultamos el termémetro, sa- bemos que las variaciones del calor se hallan en él expresadas por.el movimiento de la columna de mercurio en el tubo raduado. Es claro que no se trata sino de una medida in- recta del calor, completamente diferente de la medida de una cantidad, que se hace por comparaci6n con otra cantidad: veinte grados de calor no son la suma de veinte veces un grado, Para realizar estas medidas indirectas, las ciencias re- ‘curren, ya a la medida de la masa, ya a la medida de los efec- tos cuantitativos (teemémetro, ba galvanémetro, etc.), ya ala medida de relaciones y proporciones que consiste en ‘comparar entre si medidas de masas o de efectos cuantitativos. 2. La medida analégica.— En todos estos casos, la medi- da de las cualidades no es evidentemente sino una medida por analogia. La cualidad, como tal. no se mide, es decit que no es reductible a un nimero. Siguese de ahi que la diversidad cualitativa, como tal, escapa a la ciencia, que no es capaz de darnos sino una representacién simbélica de la realidad, CAPITULO UL LA MATERIA Y LA FORMA © LA ESENCIA DE LOS CUERPOS 76 La cuestiOn de la esencia de los cuerpos no es un problema propio de las ciencias fisicoquimicas. Esta, en efecto, por sobre Ja competencia del fisico, pues se trata de descubrir, no pre- cisamente los elementos de los cuerpos (moléculas, Atomos, jones, electrones, neutrones, positones, etc.), que forman el objeto de las ciencias, sino los principios intrinsecos de su constitucién, Con otras palabras, el fisico no va jamés, o no puede ir, como fisico, més alla de los cuerpos, pues aun los elementos de los cuerpos, por pequefios que sean, son también cuerpos. La Cosmologia, en cambio, partiendo de la experien- cia y echando mano de los resultados de las ciencias fisico- ui ‘va més allé de los cuerpos y determina los prin- ipios de que se componen, no en cuanto son tales 0 cuales ‘cuerpos, sino en cuanto son, pura y simplemente, cuerpos. Arr. I LA TEORIA HILEMORFICA 77 _ El nombre de teoria hilemérfica (de hyle, materia, y morfe, forma) ha sido dado a la doctrina propuesta primero por Aristételes, que definis la esencia de los cuerpos como la re- ‘sultante de la unidn de dos principios lamados la materia y la forma, 1, Materia y forma, a) Nocién, Los cuerpos tienen materia, y es ésta una ma- teria determinada: la materia del cuerpo humano difiere de la de una piedca o de la del aire. {Mas de dénde viene la diferencia que existe entre estas diversas materias? No viene dela materia misma como tal, pues vemos que ésta es sus- 100 cosmozocia ceptible de todas las transformaciones, en virtud de una espe- cle de inercia 0 de plasticidad que le es propia. La diferencia debe provenir, pues, de otro principio, que se llama la forma sustancial y que, apoderéndose de la materia indeterminada (o primera) le da que sea tal materia (materia segunda: cuerpo humano, piedra, vegetal). El cuerpo, como tal, tiene pues dos principios constitutivos intrinsecos: la materia pri- ‘mera _y la forma sustancial (llamada asi porque, uniéndose cae materia, constituye una determinada sustancia cor- poral. b) La materia y la forma como potencia y acto. Segin este anilisis, luego se echa de ver, por los datos dados més arriba (78) acerca de la potencia y el acto, que la materia primera es potencia y pura potencia, es decit capaz de devenit ‘cualquier cuerpo, a causa de su absoluta indeterminacién original. En cambio. fa forma sustancial es acto. ya que por ella la materia deviene tal acto. Por eso se dice que la forma es el acto de la materia. Asi el alma racional (forma sustan- clal) es el acto que hace de la materia primera un cuerpo humano. ‘c) La materia y la forma como principios de ser. Importa comprender bien que la materia primera no existe ni puede existie como tal. Toda materia real es materia segunda, e decit determinada por una forma sustancial. De la misma manera, la forma sustancial (salvo el caso del alma humana, como veremos en Psicologin) no existe ni subsiste sin materi En efecto, materia primera y forma sustancial no son seres, sino s6lo principios de ser. 2. Unién de la materia y do la forma, 7B) La unidad que resulta de la unién de la materia 9 de Ja forma es una unidad esencial, es decir que forma una Gnica esencia o especie. b) La unién de la materia y de ta forma se reallza sin in- termediario, ya que In forma sustancial es el acto primero de Ia materia. Los dos principios del cuerpo se unen, pues, por si mismos, bajo !a accién de un agente fisico, y formando por st mismos un cuerpo Gnico, una finica sustancia. (El fone. compttesto de un cuerpo y de un alma, es un so- lo ser). 3, Retividad y pasividad on los cuerpos. — Los cuerpos se muestran a Ia ver actives y pasivos. Vense, en efecto, afec- LA MATERIA Y LA FORMA 101 tados de eso que la ciencia ama inercia, es decir impoten- cla de modificar su estado por st mismos: y a la ver manl- flestan, bajo la provocacién de agentes fisicos. determinadas actividades: el fuego quema, el cuerpo del animal se mueve, cl Arbol crece y da fruto. Estos dos aspectos contrarios de las idades corporales explicanse por el doble principlo que ss constituye: la materia es, en ellos, principio de pasivided e inercia, mientras que la forma es principlo de activided. 4. La.nocién do especto. a) Definicién. Todo cuerpo perlenece a una le de- terminada, es decir a una categoria de seres de la misma naturaleza (especie m&rmol, especie roble, especie Ibo, es- pecie humana). La forma sustancial es. en los cuerpos. el princlpios especifico. es decir el principio que. al unirse con la ‘materia, produce un ser de una especie dada. 'b) La forma es el fundamento de la diferencia espectfice. La forma sustancial es. pues, la que serviré para definir 15 que se llama la diferencia especifica, es decir el cardcter esen- cial que alta un ser en una especie dada. Ast, la diferencia espectfica del hombre (animal racional) seré el carécter de acional. el cual define la forma sustanclal del hombre o alma racional. c) Las formas sustanciales y, por consiguiente, las dife- rencias especificas de Ia mayor parte de los seres nos son desconocidas en sus esencins. A estos seres se los define por ‘sus prepiedades o también, en clertos casos. por sus caracteres externos: asl se definira a la especie roble describlendo la forma de sus hojas y de su fruto. 8. La forma accidental. — Todo ser corporal puede recibir diversas formas accidentales, que no cambian su naturaleza, sino s6lo su manera de ser. Asi el mérmo! (materia segunda) puede devenir estatua © columna, estatua de Japiter o estatua de Mercurio. El agua puede legar a ser vapor o hielo. Estas formas acciden‘ales son actos segurdos, con relacién al cuer- po, que esth en potencin de estos diversos actos. Ant. I, EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACION 1. El problema do la individuacién. — Se ha planteado le cuestién de saber si fa individuacién (el hecho de set un In- dividuo, es decir un ser uno en st mismo y distinto de tos

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