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} ELIGE TU PROPIA AVENTURA * SUPERAVENTURA TITULOS PUBLICADOS VIAJE * wate hategoe _ AL ANO 3000 _ 7 EDWARD PACKARD Ilustraciones: LESLIE MORRILL TIMUN MAS nl te Nosepermbiehrepeducsnsota oar Seo niles aan sara feematenn aansmsen ha user fom ates etal ei ee fletvonea mecrico po! eocsna, per gabacen» por oss mtedee 5 pet tr pei pr ws dls tales lpg AE AL.ANO 3100 ‘To asda! oumey othe yor 3000 “Fadicon olden, Ha Sette Yada er lengua nga po EANIAN BOGHS IRC Mew Yrk, 2987 € Caer Paar, 1987 6 llutrackone Batam Books, be 1987 Al igi rservel “CHOOSE YOUR OWN ADVENTURES {rere eel por Bente Books Inc ‘ELIGE TU PROPA AVENTURA® es rea vet S EDTORAL TAIUN MAS 5A Bareslona. Eopana, 1987 Para a presene very edn en lenge castlana (SBN Bx 7r22 0309 Edoral Tinun ae, S.A. Castor, 294 0802 Barcelona Irerew en Expat” Printed Spar Inpro y enctaderad a ESG 8A Lobos, 13, Barber del Vals [Bercelons) Eeponto taps 1910511987 Querido lector: Creo que, cuando termines de leer este libro, esta- 16s de acuerdo conmigo en que Viaje al afio 3000 es una Superaventura, No sélo tiene bastantes més pagi- nas que los voluimenes normales de Elige tu propia aventura, sino que estoy seguro de que la considera- 14s una de las ms emocionantes y peligrosas que ha- yes vivido nunca, Aqui tevas a enfrentar a Styx Mori, el mayor tirano que ha conocido la Tierra. Tus posibil dades de éxito son minimas. Si confias slo en la suerte, las probabilidades de vencer a Styx Mori y sal var ala Tierra son de apenas una entre cien mil. Sin ‘embargo, con habilidad, valentia, determinacién e in- teligencia, puedes consequirlo. ‘Apuesto a que te lo pasardss bien con este libro. (Te deseo suerte y que te diviertas mucho! Edward Packard ADVERTENCIA No leas todo el libro seguido desde el principio hasta el final! En sus paginas hallarés muchas y muy variadas aventuras, que pueden sucederte en tu viaje al afio 3000, A medida que lo vasas leyendo, te veras obligado a elegir. De tus elecciones dependeré que la aventura constituya un éxito o un fracaso, Tui serds el responsable del resultado final. Te co- rresponde a ti tomar las decisiones. Una vez hayas ele- ido, sigue las instrucciones para averiguar qué su- cede a continuaci6n. Recuerda que no puedes volverte atrés. Recapacita antes de decidirte por una opcién. Tu eleccidn puede conducirteal desastreo... ja un magnifico final! Piensa que en et afio 3000 el sistema solar esta gobermado por el més detestable tirano dela historia y que sdlo ti puedes vencerlo! =;Te gustaria hacer un viaje al aio 3000? La persona que te hace esta pregunta no es uno de tus maestros o amigos, sino la vecina de tu casa, la doctora Irene Grambling, una cientilica muy brllante que trabaja en proyectos secretos del gobiemo. = ;Por qué no? —respondes con una sonrisa —Fiablo en serio —insiste la doctora, una mujer alta \y un poco regordeta, que parece simpatica cuando sonrie, y muy severa cuando no lo hace. |Sidice que habla en serio, tienes que creerle! Abres Los ojos como platos. —zSignifica eso que tiene una maquina del tiempo? —No exactamente —dice la doctora—. Pasarén va rios siglos antes de que pueda inventarse algo tan complicado, Lo que tengo en la cabeza es mucho més senailio. —2De qué puede tratarse? —e una cépsula espacial computerizada y auto: propulkada, en a que puede ponerse en érbita aun ti pulante en estado de hibernacién durante unos mil afios, aproximadamente. —é¥ me esté proponiendo que sea yo quien la ‘ocupe? Estas temblando de exiltaclén...o de miedo, no sa brias decirlo con seguridad! En condiciones normales —continia la doctora Grambling seleccionariamos a un astronauta para tn proyecto asi, pero la técnica de hibemacién s6lo funciona con personas que atinno han terminado de ctecer. Te he recomendado a ti porque tienes la edad adecuada, porque eres inteligente, decidido yvaliente. Y porque te encanta la averitura Posa a la pagina 2, 2 Esto parece mucho mds que una aventura co rmiente —comentas—. Més bien suena a una supera- ventura “En efecto, creo que lo seré —confirma la doctora Grambling Pero... gcémo podré rearesar al presente? —Buena pregunta, Cuando me has preguntado por una maquina del tiempo, he dicho que nose inventaré hasta dentro de varios sigios. Pues bien, para el afio 3000 estas méquinas deberdn estar bastante perfec- ionadas y, si todo va bien —aunque no puedo asegu- rértelo rotundamente—, podrés regresar al presente sin que nadie te eche a faltar. Para todos los demés seré como si nunca te hubieras ausentado. Dedicas unos minutos a meditar sobre la oferta de la doctora Grambling, que te conoce muy bien. En efecto, te encantan las aventuras y ésta parece deme siado buena para perdérsela, 3 Dos leves impulsos de los cohetes bastan para sacar tu cépsula de la érbita solar y enviarla velozmente ha cia Marte. Durantelos dos dias siguientes te contorsio- nas, estas y sacudes como si fueras una mariposa en- cerrada todavia en su capullo. Observas por la ventanilla una brilante estrella roja que se hace cada vez més brillante, hasta convertirse en un disco que va aumentando de tamafio a medida que tu cépsula se aproxima a él. De pronto te notas comprimido contra lapared. La capsula esté desacelerando répidamente. “Entramos en la érbita de Marte —anuncia Wins: ton, Observas dvidamente los grandes créteres, las os- carpaduras y cafiones, yas vastas extensiones de de sierto,lianoy salpicado de piedras, No ves ninginras- tro de vida. La escena es més desolada quee el propio espacio, Luego, cuando la capsula entra en la sombra del planeta, te ves sumergido en las tinieblas. La fia y amenazadora superficie de Marte es invisible. No aprecias luz alguna; slo la negrura més absoluta, —Quied fuera mejor salirde aquie intentar el ater: zaje en la Tierra, Winston. —Imposible —responde al instante el ordenador— No tenemos suficiente combustible. Pasa a la pégina 153. Pasa a la pagina 6 4 Ahora estds completamente despierto y te sientes realmente agitado. Menos mal que Winston indica que todo funciona perfectamente... jincluido tu! “Gracias, Winston —murmuras, después de beber un aumo de naranja rehidratante a través de un tubo de pldstico. Contemplas las estrellas por la ventanilla. Algunas constelaciones han cambiado ligeramente de forma durante los tltimos mil afios, pero siguen siendo las mismas estrellas amigas que recuerdas.. salvo una que aparece mucho més brillante que las demés, y otra mas tenue junto a ella. Por fin, compren: ds que no se trata de estrellas, sino de la tierra y la una, —Pon rumbo a la Tierra, Winston —ordenas con: fiado—. Y aterriza en el mejor lugar posible. Esperas escuchar inmediatamente los pequefios cochetes de maniobras de la cépsula, pero, por el con: trario, todo sique en silencio. — Winston? —tratas de disimular tu nerviosismo al hablar—. Has entendido la orden que acabo de dar? Desde luego —replica el ordenador. Ya he di cho que estoy funcionando perfectamente. Es solo que estoy programado para no iniciar la maniobra hasta haber encontrado un lugar adecuado pare to- mar tier Pasa ¢ la pagina siguiente. 5 —Bien geémo es que todavia no lo has encontrado? —preguntas con cierta irritaci6n—. Después de todo, has tenido mas de mil afios para. —E! problema —interrumpe Winston~ es que no hay ningun lugar adecuado para aterrizar. Lamento comunicarte que la Tierra esté completamente con- trolada por Styx Mori, el tirano mas cruel y despia- dado dela historia. Sus agentes pululan por todas par tes... jincluso en otros planetas! No importa dénde aterricemos, es casi seguro queserés capturado, tortu rado y asesinado. Pasa a la pagina 160. 6 Una hora més tarde, wuelves a entrar en la zona ilu: minada, Esta vez la érbita te lleva mas cerca del ecua dor dal planeta. Cierras los ojos e imaginas que cuando los abras de nuevo verés un lago o algin prado. Quizé Winston pueda encontrar algo con sus: sensores Spticos de alta resolucion, Transcurre otra hora, Luego, cae de nuevo la oscu ridad, como un velo negro que te cubriera el rostro, Hundes la cabeza entre ios brazos v muy pronto caes dormido, més de depresion que de cansancio. El sol, brillente ‘todavia, aunque perceptiolemente menor que el astro rey que estés acostumbrado a contemplar desde la Tierra, te da en los ojos cuandola cépsula pe- hetra una vez més en la zona iluminada. Y ante ti apa rece de nuevo un paisaje érido y desolado. Posa a la pagina 12. 7 io puedes encontrar un lugar mejor, Winston? é lo que pueda —responde el ordenador, mientras la cépsula se desvfa a un rumbo més hacia el sur-, pero no creo queestés tomando la decisién mas acertada. Son las tiltimas palabras de Winston. Su circuito de alimentacién falla justo en el momento que habia pre- dicho. Ta también has pronunciado tus tltimas palabras. No te queda nadie con quien hablar, mientras la cd sula mantiene su nuevo curso y velacidad, trazando una érbita en toro a Marte cada tres horas, doce mi nutos y veintiséis segundos, afi tras aft. Fin 8 —Quiero ira casa —le dices a Winston—. Me arries: garé con ese trano Styx Mari. Pon rumbo ala Tierra y desciende en el lugar més seguro de los Estados Uni- dos. = Quertés decir de lo que eran los Estados Unidos =responde Winston—. Ahora es el peor lugar de la Tierra, porque es ahf—en lo que hace mil aiios fue un bonito pueblo llamado Lolita, en Colorado— desde donde Styx Mori drige sus ejércitos opresores. —)No me importa! ;Quiero ira casa! —Esta bien —responde Winston Los cohetes se encienden y la cépsula espacial ace lera hacia la Tierra. “Te sientes cansado por la emocién de despertar y de enterarte de las terribles noticias sobre la Tierra, y pasas dormido la mayor parte del viaje. Winston te saca de tu profundo suenio para avisarte de que estdis a punto de entrar en la atmdsfera terrestre. Con una trayectoria perfecta, la cépsula desciende atravesando una densa capa de nubes y aterciza en un prado, ala sombra de unas hermosas montafias cubiertas de bosaties y coronadas de nieve. El corazén te da un vueleo de emacion y de felicidad durante unos instan tes. Al poco, observas la presencia de dos aerocoches que se acercan a tu cdpsula espacial, equipedos con cariones laser. Winston —gitas al ordenador de a bordo—, vé monos de aqui! “To siento —responde Winston, no tends‘amos ninguna oportunidad. Pasa a ja pagina 23, 9 ~Toremos tierra cerca de esa cipulaen forma de burbuja, Winston —ordenas “ntencido responde el ordenador. Situado en posicion de entrada, Be pronto, la c&psula cambia bruscamente de di reccién. Fuego enemigo! —infoma Winston—. Es una base de mando terestre. =, Qué vamos a hacer? —preguntas. Winston permanece en silencio un momento. Luego respond Stpminente fllo del ordenador... Tendremos que poseinos en otto lugar de la meseta, Ta cépsula espacial surca la tenue atmésfera de Marte. Slo tienes ocastn de echar un vistazo en los ulimos momentos del descenso. Hasta donde al- canza tu vista. no hay nada, sao un desierto rojo y llano, salpicado de incontables rocas de todas as for mas y tamafios “Lamento mucho mi fallo dice Winston. Me temo que estemos inmovilzados aqut. Pasa a la pagina 30. 11 Por la noche, duermes profundamente. Winston te despierta con su aleare voz habitual —Preparado para entrar en la érbita de la Tierra. —{Podemos aterrizar, verdad? Seguro que ahi abajo las cosas no estén tan mal como piensas. —Me temo que lo estén —replica Winston, como podras observar por la ventanilla de estribor. Dos cohetes se acercan a la cApsula. —Winston! —Son misiles defensivos de Styx Mott. —Pero no necesita defenderse de mil Winston no dice nada y, en el segundo que queda, comprendes que es porque no le daré tiempo a termi nar su siguiente frase. No tiene sentido, pues, iniciarla. Winston, siempre tan Iégico! Fin 12 —(Emergencial —anuncia Winston de pronto— Debemos tomar tierra inmediatamente! Existe un 87 por ciento de probabilidades de que mi circuito princi pal de alimentacién falle dentro de 23 minutos y 14se gundos, He localizaco dos posibles puntos de ater zaje. Uno esté en un cafton muy profundo, a 23 ci6n tomar, pero muy pronto un zumbido atrae t= atencién, Cerca de ti merodea una abeja. Sino fuere por su extrafio color carmest, podrias confundirla com luna abeja vulgar de la Tierra. zaman. Dz... Preferirias que no se te acercara tanto... Ahi viene otra vez! zzzzz72z... Ahora se aleja. Quizé la abeja te haya tomado por una flor venu- sina. Casi te apena verla alejarse, pues te ha hecho sentir un poco menos solo. Sin embargo, la abeja vuelve ahora... jacompaftada! {Los insectos te estdn rodeando! zzzzzzzzz27. Todavia no han atacado. Quiza lo hagan o quizéno. Observas que a lo lejos se aproximan nuevos grupos de insectos. ;Qué es esto? Jamés habias visto actuar asf a un enjambre de abejas. Pasa a Ia pagina siguiente. 97 Querrias echar a correr, pero parece seguro que te sequirian. De todos modos, es demasiado tarde. Un enorme enjambre da vueltas en tomo a tu cabeza, ‘zimbando en una gran diversidad de tonos, que for- man en conjunto-un acorde arménico. ‘Ahora las abejas se mueven en direccién al sol. Luego vuelven a volar en circulo a tu alrededor, y se apartan de nuevo en espiral, con unos movimientos periectamente coordinados. E's como si quisieran que fueras con elias. Si decides tomar la direccién contraria, pasa a la pégina 50, Si prefteres seguir a las abgjos, ‘pasa a la pagina 103. 98 Permaneces inmévil, con la esperanza de que la ex trafia criatura no te vea. El enorme ser sacia su sed y agita después sus prominencias oculares, apuntanda: directamente hacia tl. A continuacién, se inclina de nuevo y continia bebiendo. Al parecer, no te ha clase ficacdo coma un posible alimento. ‘hora levanta de nuevo la cabeza, esta ver dite giendo las prominencias oculares hacia la entrada Acaba de llegar otra de las eriaturas, que se acerca al bore del ago yempieza a beber. Luego observas com sorpresa que los dos seres se acercan a la pared de! fondo yesconden las cabezas ylos ojos, adoptando a aspecto de un par de rocas enormes. Pasa a la pagina 107. 99 Ala mortecina luz de las estrellas, terminas de hin charla balsa ycargesen ellalas provisiones. Tuplanes uillzar como vela la ona impermeable, con la espe: ranza de que el viento te lleve a una tierra segura. Por fin, la balsa esta a punto, Te lanzas hacia las ‘las, pero la oscuridad casi total no te deja ver la enorme ola que rompe en este instante. Segundos después, la balsa vuelca y te lanza a las frias aguas. Buscas frenéticamente la provisién de nueces verdes, pero esté demasiado oscuro para encontrarlas. Com prendes que las has perdido y que ti también lo ests Fin 100 La situacién parece desesperada, pero no tienes tiempo de pensar en ello. Esquivas a la criatura que s= teecha encima y, con un rapido giro, extiendes los br= 208 y saltas al aqua. Al instante, eres rodeado por las amistosas focas. Los extrafios seres de la caverna se asoman al borde del lago mostrando sus enormes mandibulas, pero no se atreven a entrar en el agua Las focas, en su elemento, son auténticas maesiras Sin embargo, tu situacién no ha mejorado mucho, pues no puedes permanecer nadando_indefinids mente y las extrafias criaturas no dan la menor sefiat de alejarse. Una delas focas te agarra de las ropas con los dien- tes y se sumerge, arrastréndote con ella. Ota foca la imita. Acaso tratan de ahogarte? Entoneas comprendes que quieren verte buoear con elas. Sin embargo, :de qué te serviria es0? Quids los animales no entiendan que no puedes respirar bajo el agua. Entonces recuerdas algo importante: es tas focas tan parecidas a las terrestres, tampoco resp ran bajo el agua. Asf pues, provienen de alain sitio al aire libre. No tienes nada a perder. Aspiras profundamente y te sumerges. Las focas te gufan, empujéndote con et hocico, Te estén conduciendo por un largo tinel sub ‘marino, pero no tienes la menor idea de la longitud del ttinel yfalta muy poco para que no puedas contener la respiracién por més tiempo. {Tu resistencia se esté agotando! Si decides volver a la superficie posa a la pagina 147. Si decides continuar hacia adelante, pasa a la pagina 104 102 Gortal te repasa de arriba abajo, antes de respon- der. —Styx Mori te aprecia tanto que ha decidido no ma- tarte inmediatamente, sino dejar que mueras de frfo en Marte. Intentas protestar, pero es inutil. Styx Mori no en- tiende de clemencia 6 de compasién. Unos dias més tarde, eres lanzado de nuevo en una cépsula espacial estandar. El ordenador ~del habitual modelo Wins ton— esté programado para llevarte a Marte. Tras un wuelo de tres dias, la cépsula espacial entra en la Grbita de Marte. Te sientes tan triste y deprimido. que apenas puedes pensar con claridad. Pero, des- pués de tres 0 cuatro drbitas alrededor del planeta, comprendes que morirds de hambre site quedas en e| espacio. Preguntas a Winston si puede encontrar un buen i ore apr pe posarse, —Desde luego —responde Winsion—. He obede- «ido el programs dal Emperador Supremo vahora es toy libre y dispuesto a ayudarte. 103 ‘Sigues a las misteriosas abejas magnéticas a través dela exética jungla, avanzando pesadamente sobrela resbaladiza alfombra de hojas. Al fin, legas a un gran bosque de érboles imponen: tes, cuyas enormes rafces al descubierto se extienden como los contrafuertes de una catedkal. El aire esté inundado con el zumbido arménico de las abejas. Mientras permaneces alli, admirando la belieza det lu gar y embargado por la extrafia sensacin que te pro- porciona hallarte dentro de una ciudad de abejas, lunos pensamientos fluyen en tu mente. De algin modo, sabes que esos pensamientos proceden de las abejas. De pronto comprendes que, cuando se reine una cantidad suficientemente numerosa de abejas, el enjambre adquiere una inteligencia colectiva; una ex: trafia caracteristica que rara vez se produce entre los humanos. Descubres por esas abejas que no pretenden domi- nar al hombre ni a otras criaturas. Lo Gnico que de- sean es que las dojen en paz. Ahora aprecias que estén captando tus pensamien tos... incluso aquellos que no te pasan por la cabeza ahora mismo, pero que existen en el fondo de tu ‘mente; pensamientos que quizés elaborards algin dia, acaso esta noche, cuando te retires a dormir. Ahora las abejas teindican un sendero a través dela selva; un sendero que saben que deberés seguir. Pasa a la pagina 14 Pasa a la,pdgina 120, 104 Aunque tienes los pulmones a punto de reventar, nadas lo mas deprisa que puedes, siguiendo a las fo- cas por al estrecho tinel. Te preguntas por qué seré tan largo. Te gustaria dar media vuelta yregresar, pero ya es demasiado tarde; jams lo lograrias. Resisies la tentacién de respirar bajo el aqua. Los pulmones te estallarén en un sequndo... Pero en ese instante el tunel termina bruscamente y asciendes hasta la superficie, donde al fin tomas aire entre ja~ deos, Estés demasiado agotado para nadar, pero las simpaticas focas te ayudan a sostenerte; no tienes més que relajarte, mientras ellas te arrastran suavemente hacia la orilla. Unos momentos después, tus pies to can fondo, Acaricias alas focas més préximas yles das unos golpecitos como muestra de agradecimicnto, y te arrastras por una playa de arena fina, hasta dejarte caer en ella. Cuando echas un vistazo a tu alrededor, observas que has llegedo a un lago que mide, al menos, un kilé metro y medio de longitud, El lago y sus alrededores estén en una enorme caverna, Tardas unos segundos en localizar de dénde proviene le luz. A gran altura, en Jas paredes de la cueva, a treinta o mas metros sobre el Jago, hay una serie de lémparas situadas a distancias requiares. Cada una de elias tiene el aspecto de una Juna llena vista desde la Tierra. Graciasa esta luz, pue- des apreciar el suelo ondulado de la caverna. A lo largo de la orilla del lago, se esparcen unas pequefias casas de campo y unos edificios de una sola planta bastante grandes. La panorémica podria correspon der ala de algin lugar del Sahara, pues no se aprecian rboles ni tan siquiera alguna brizna de hierba. 105 iAcabas de encontrar vida inteligente en Marte! De 250 no cabe dura. Pero squién vive aqui? ;Se trata de tefugiados de la Tiena, de personas que huyeron para escapar a la firania de Styx Mori? {0 més bien se trata de marcianos que, al descubrir que su planeta se es- taba secando y que la atmésfera estaba enrarecién. dose hasta asemejarse a la que puede encontrarse en las cumbres de las montafias mas altas dela Tierra, se Vieron obligados a construir una civiizacién a conside- rable profundidad bajo la superficie, donde todavia quedaba suficiente agua y oxigeno? Pasa a la pagina siguiente Pasa a la pagina 116. 107 Avanzas lentamente hacia la entrada. Apenas has dado unos cuantos pasos cautelosos, cuando la su petficie del aqua se agita. Dos, tres cuatro... casi una decena de pequerias criaturas parecidas a focas apo yan sus aletas en el borde del lago. Observan a su alre- dedor con gesto nervioso y, una a una, se arrastran por el suelo de la cueva, hasta una pared entre las ex trafias criaturas y el lugar que tt ocupas. Una vez all, se incorporan sobre las aletas traseras y mordisquean laestalactitas que se han formado en el techo dela ca verna, Te sorprende que se alimenten de aquella cu ricsa manera, sobre todo porque parecen animales destinados a comer pescado. De pronto las extrafias criaturas cobran vida, asomando la cabeza y exten diendo sus protuberancias oculares; después, con las mandibulas abiertas de par en par, avanzan torpe- mente hacia las focas, que continuian alimenténdose Al instante, todas ellas empiezan a retirarse hacia el agua, No son muy répidas, pero tampoco lo son las extrafias criaturas. Parece que todas las focas conse guirén escapar, salvo un pequefio cachorro que pa- rece tener una aleta lesionada. Esta tiltima no vaa lle- ger al agua. Cerca de donde estés hayuuna piedra suelta. Sientes el impulso de lanzarla contra al extrafio ser que esté més proximo al cachorro de foca. : Si decides arrojar fa piedira, ‘pasa a la pagina 90. Si decides no intervenir, pasa a la pégina 124 108 Estés dispuesto a hacerlo posible para ayudar a de rrocar a Styx Mari, pero no deseas arriesgarte a vol loco. “Cuando escucha tu negatha, et doctor Haass asiente con la cabeza. No te culpo. Escucha, pronto partirds hacia la Tie ra, Llévate esta ampolla y guardala siempre en el bol sillo. Es impermeable. Quizd algin dia la nevesites. Observas la cépsula de pldstico negro, del tamafio de un huevo de petirojo. — {Cuando voy a necesitarla? —preguntas: wuando lleque el momento, lo sabrés —{Qué debo hacer cuando lleque ese momento? El doctor Haass te observa con una mirada fja y frfa. “A —Romperia. Guards la cépoula en el bosllo, Es hora de reu nirse con la tripulacién espacial. 109 Tienes que utlizar todas tus fuerzas, pero consigues dar la vuelta ala balsa y subirde nuevo a alla El mast y la vela han desaparecido ya de la superficie. Tii- tando, te sientas en la balsa, en un charco de aqua he- lada, sin comida ni vela ni remos. Tu mochila ha deca. parecido y estés perdido en un océano de tamanio desconocido, en un planeta extrafio ya milarios en el futuro. Resulta dificil imaginar una situacién més de- sesperada. Entonces observas algo parecido a un tubo, que sobresale de la superficie del aqua y avanza lentamente hacia ti. ,Parece un periscopio! Agitas fre néticamente las manos, pero el periscopio —o lo que sea ga en otra direct y desaparece luego bajo las olas. Posa a la pagina 81 Pasa a Ia pagina 126. 110 En un acto de valentia, te adelantas. De pronto te encuentras dentro de la esfera,flotando en un espacio ‘que no parece contener més que puntos de luz difu- 5a yeluciente, Cuando observas tu cuerpo, aprecias ‘que también éste brilla ligeramente, como si fuera une vaporosa aparici6n azulada. Te embarga una extratia sensacién, como si hubieras dejado de existr, como si ya no estuvieras en el presente Las luces se apagan y todo queda en la més abso- lta oscuridad y silencio. Aunque atin conserves la conciencia, no aprecias la menor sensacién,ni eres ca- paz de percibir tu cuerpo... hasta que pareces desper far y cobras conciencia de que has regresado a tu pro- pia época y a la Tierra, y de que ests leyendo este mismo libro. jLadoctora Grambling tenfa razén! En el afio 3000 se habfa inventado una méquina del tiempo, y has te nido la gran fortuna de encontrarla. Fin 111 —Resulte bastante espelumante —comentas— {Unas abejas asesinas superinteligentes! —Por fortuna —contintia el doctor Haass~, de mo mento no son hostiles a nuestra presencia. Compren den que somos gente pacifica y amistosa, que no les deseamos ningiin mal. De hecho, son aliadas nues- tras, porque son conscientes de que a Styx Mori le en- cantaria eliminarlas por completo. En realidad, quiz constituyen nuestra tinica esperanza de derrocar a t ano de la Tierra. Al parecer, Siyx Mori no teme a ningtin ser humano ni a ninggin animal, salvo a esas pequerias abejas. Ellas son la causa de queal tiranono le guste poner los pies en este hermoso planeta ={Existe algin modo de comunicarse con ellas? phldortor Haas seinen hacia ly murmura anvoe ajar =Si tomas un poco de cera de sus colmenas, ciertas enzimas que contiene cambiarén_tu estructura cere- bral y podrés comunicarte con elias. Sin embargo, debo hacerte una advertencia: al intentario, existe la posibilidad de que pierdas la razén., :Deseas, pues, co ret ese riesgo? SOUR es 7h SBR EE SS fit St Si respondes afirmativamente, pasa a la pagina 94 Si respondes negativamente, pasa a la pagina 108. 112 Un rato después, cuando regresa, el capitén Sova ‘echa un vistazo por el periscopio y te indica con un gesto que te acerques a mirar. El submarino ha en trado en una gran cueva bajo el mar. El techo yas pa: redes de la caverna parecen formados de roca vole: nica profundamente picada, que produce destellos rosados y ocres a la luz de las teas que cuielgan en las paredes. El agua tiene un delicado tono azulado. Mas alld, observas un muelle al que estén amarrados otros dos submarinos de bolsillo. Al fondo se distingue un de juefios edificios. 7 Done estamos? —pregunts, mientras el sub marino asciende lentamente a la superficie. Soya te dedica una mirada resuelt. —Estamios en la base secreta de las Democracias Unidas de la Tierra ‘Sonries, pensando por un instante que se trata de una broma, pero las facciones del capitan no mues tran el menor rastro de ironia. —Debes saber que se ha eliminado dela Tierra cual: uier libertad. Hoy en dia sélo quedan libres unos po cos cientos de terrestres, y ninguno de ellos vive en su pianeta natal. Todos se mantienen en la clandestini dad, divididos en pequefios grupos que se reparten por Marte y Venus. Pasa a la pagina 150 113 Miiy pronto te encuentras encerrado en una celda Un guardian comunicativo te cuenta que StyxMori ha enviado tropas para descubric ymatar a todos los refu gados de la Tierra. Aunque el tirano ha decidido que no merece a pena colonizar Marte, no puede soportar la idea de que nadie viva en libertad en el planeta rojo, La solucion es muy sencilla: encontrar a todo el que viva alli y acabar con é El guarcién deja de hablar cuando entra en la celda Grufurd, el barbudo jefe de las tropas, que te dedica una mirada de desprecio, No aprecias en sus ojos, de color gris acerado, el menor asomo de compasion, de humanidad o tan siquiera de curiosidad. Tienes la certeza de que pronto recibirés tu sentencia de muerte. Mientras habla, Grufurd se pasa de una manoaotra un puftal de veinte centimetros de hoja. ~Sabemos que hay més refugiados en este planeta, pero no hemos conseguido encontrarlos. Sdlo nos queda oxigeno y provisiones para seis dias, y luego tendremos que regresar a la Therra. Lentamente aproxima a tu garganta la hoja relu- ciente del pufial y afiade: —Dinos donde hay mas refugiados y te llevaré ala Tierra y me ocuparé de que vivas bien. Delo contrario, te sacaré de la nave y mis hombres te cortarén en pe. dazos. Si decides decir que no has visto a nadie desde que aterrzaste con la edpsula espacial, pasa a la pagina 43. Si decides hablarle a Grufurd de la comunidad que vive en Caverna, pasa a la pagina 86. 114 Al dia siguiente, el capitan Soya te conduce por un ttinel subterréneo que serpentea por el poroso subs- trato voleénico. Tras un viaje de medio dia, sales de nuevo a la superficie por una abertura en la base de un acantilado. Te encuentras en un bosque majestuoso, cuyos ggantescos rboles se elevan cien metros antes de abritse en una boveda de enormes hojas en forma de abanico. Elaire esté bafiado de una suave luz verde por efecto de los rayos del sol que penetran en la bo- veda. El paisaje es hermoso y apacible, salvo por las abejas que zumban a vuestro alrededor. Te preguntas sise trata de las abejas asesinas que, segiin el capitén, todavia no han matado a nadie. Por tltimo, lleadis a un gran claro donde se alza un puftado de sencillas ca sas de madera. Pasa a la pagina 122 116 —;Quién eres ti? Lavoz de un hombre interrumpe tus pensamientos. ‘Al volverte, encuentras frente a tia un hombre bajo v corpulento, vestido con unos toscos pantalones azu- les yuna camisa, Su enmarafiada cabellera ysu barba forman una guimalda canosa en tomo a su rostro ru- bicundo y curtido por el aire. “De dnde vienes? —pregunta el hombre, antes de que hayas podido responder. Es una historia muy larga. —Entonces, ven conmigo —dice con voz educada pero precavida—, En Cavera hay mtichos que que én hablar contigo. “Te tiende la mano y afiade: —Por cierto, me llamo Tibor. 117 Viajas rumbo a la Tiena en la nave rebelde Osprey. Cuando la nave se aproxima a la Tierra, los sensores indican quelos radares de Styx Mori se encuentran en pleno funcionamiento. Es evidente lo que esto signi fica: el ticano esté advertido dela actividad rebelde en el espacio. =No podemos acercamos a la estratosfera terres: tre—dice el capitan Soya—. Vamosa dar media vuelta Sin embargo, tt aii tienes oportunidad de aleanzar la superficie de la Tierra utiizando la cSpsula espacial Mark 900. —Esié bien, si asf estén las cosas Por tanto, viajardés a la Tierra ti solo. Pasa a la pagina 118. Pasa a la pagina 123. 118 Tibor te conduce a su sencilla choza de piedra donde te presenta a su esposa, Tan, ya su hermano, Andras. Alf te enteras de que son descendientes de ‘unos refugiados de la Tierra, que descubrieron la gran caverna y se instalaron en ella hace siglos. Un pe quefio reactor de fusién produce la energia para las ldmparas que cubren los muros de la caverna y pro- porcionan la tinica luz. Las noventa y siete personas que habitan alli sobreviven cultivando verduras en tanques hidropénicos. Sus tinicos alimentos altemati vvos son algunos peces del lago y unos cristales comes: tibles que se encuentran en las estalactitas. El go biemo de Cavera es de tipo tribal. El jefe, liamado ‘Suruma, ejerce el mando en solitario, aunque también | esté sometido a las leyes y las costumbres. —Supongo que Suruma quer conocerme ~co: mentas, —Desde luego que sf—responde Tibor—, pero, silo hace, se ocuparé también de que no puedes dejar Ca- verna durante el resto de tu vide, Suruma teme que, si alguien sale de aqui, termine por revelar nuestro en clave secreto al trano de la Tierra, Styx Mori. A noso tros no nes importa quedamos aqui, pues éste es nuestro hogar, pero a ti quizd te parezca estar en una prisién. Pasa a le pagina siguiente. 119 ~-¢Cémo puedo llegar a la superficie de Marte? —pregunias @ Tibor. =No_podemos enseftarte el camino —responde éste—. Si nos descubrieran ayudéndote a escapar, se: riamos encarcelados. Sin embargo, te diré como. pue- des encontrarlo, Es un viaje diftcil, pero, st llegas a la superficie sano y salvo, quiz puedas unite a otto grupo de terrestres que tienen una colonia en la super- ficie, no lejos de la salida. Sin embargo, debo adver- tirfe que es més sencillo sobreviviren la Antartida que en la superficie de Marte. ‘Si decides presentarte al jefe Suruma, pasa a la pagina 93 Si decides intentar escapar a la superficie, pasa a la pagina 125. 120 Siguiendo las indicaciones de las abejas, avanzas por un sendero serpenteante que as- ciende més y més, hasta llegar a una meseta cubierta apenas por la hierba y por algunos matorrales asperos y de colores cobrizos. Un jacleo escapa de tus labios al advert lo que tienes delante. Es una esfera perfecta de color plateado y de unos dos metros de diametro, que flota en silencio a unos centimetros del suelo, como si estuviera suspendida por al- guna fuerza magica. Avanzas cautelosamente hasta la esfera. No tiene puerfas ni ventanas y da una sensacién de absoluta belleza. No parece haber ninguna razén para temer nada de ella, Cuando intentas tocarla, tu mano tras- pasa su superficie como si ésta no existiera Adelantas la otra mano y también ésta traspasa, sin encontrar obstéculo alguno, la superficie plateada de la esfera ‘Te preguntas si seré un objeto real o solamente un ho lograma, Be Pasa a la pdigina 110. 122 Eso es Amozia —dice al capitin Soya, y ahi viene el doctor Haass. ‘Un hombrecillo menudo, que apenas debe medir un metro veinte, se acerca hacia vosotros con paso ré pido. Ni siquiera estas seguro de que sea humano. Su: cabello paroce cuero, tienele cuello asombrosamente largo y sus brazos parecen varillas de acero. =Venus es un mundo de mutaciones —susurra el capitan Soya—. El doctor Haass es un miembro de tuna nueva especie de hominidos. Quizé su aspecto te resulte extrafio, pero recuerda que también ta le pare- ces extratio a él. ‘Agradeces al capitén Soya su amabilidad y te unes al doctor Haass para inspeccionar las colmenas que cuelgan de algunos érboles. —Llamamos a estas abejas «asesinas», porque su veneno es merlal. Sin embargo, s6lo atacan si estan muy furiosas 0 ven amenazada su vide, Hasta aqui, no tienen nada de notable. En cambio, resulta sorpren dente su inteligencia, Una a una, no son més intelige- tes que las abejas normales, pero poseen un sistema de comunicacién entre ellas, mediante el intercambio de unos pulsos electromagnéticos casi imperceptibles, parecidos a los que se producen entre las células ner \iosas del cerebro humano. Como resultado de esta caracteristica, cuando se retine en una zona concret= un numero suficiente de abejas, desarrollan una intel gencia colectiva. Y, cuando un individuo de la especie ha participado en una reunién de ese tipo, adquicre parte de esa inteligencia colectiva. Si te he de ser sin cero, todavia no entendemos muy bien cémo fun ciona el proceso, 123 La peligrosa entrada en la atmosfera de tu planeta natal se desaroolla sin incidentes. La cépsula Mark 900 esta diseriada para ofrecer la trayectoria yla sefial infrarroja de un meteorito comtin, Si ha aparecido en Jas pantallas de radar de Styx Moni el ordenador cen- tral la ha descartado, pues la capsula se posa suave- ‘mente junto al borde de unas tierras de pasto desier- tas, en algtin lugar de Colorado. Te apresuras 2 camuflarla con ramas y arbustos y te alejas en busca de una casa o una granja, con a esperanza de tropezar con alguien que resulte de confianza. 5 Al final delas tierras de pastos, sales a una carretera. Una aerocamioneta se acerca. No sabes si hacerle seffales o esconderte, pero no te da tiempo a pensar El vehiculo se desvia hacia tiy se detiene sin el menor ruido. Tres hombres uniformados saltan del interior, con sus fusiles de léser en la mano. Uno de ellos arroja sobre ti una red. Los demas t- van de los extremos de una cuerda y, al instante, que- das totalmente inmovilizado. Segundos més tarde, te encuentras a bordo de la aerocamioneta, junto a va- tias decenas de prisioneros. El vehiculo despesa y -surca el aire a baja altura, sobre el campo. Dolorido por los golpes y arafiazos, murmuras al hombre que esté junto a ti —4Dénde nos llevan? ~A un campo de trabajo —replica el hombre con amargura—. Ast es cémo Styx Mori recluta volunta: Tos. Pasa a fa pagina 112 Posa a la pdgina 162, 124 Las demas focas esperan al borde del lago, chi- llando frenéticamente y emitiendo gemidos, mientras Jas extrafias criaturas terminan su banquete. Después las focas se sumergen, desapareciendo de tu vista. Ini cias la retirada hacia la entrada de la caverna, pero, sin que lo hubieras advertido, una tercera criatura acabe de llegar y bloquea tu tinica salida. De pronto, los tres extrafios seres cierran el cerco en tomoa tiyse aprox: man batiendo sus enormes mandibulas. No te queda otra opci6n. Das tres pasos apresure- dos y te lanzas al lago, salpicando a las criaturas. Por suerie, éstas se detienen al borde del agua. De mo mento estés a salvo, pero eso no parece molestar a las cextrafias criaturas, que se limitan a sentarse en cfrculo aleededor de! lago. Comprendes que estén dispuestas ‘2 esperar todo el tiempo que puedas mantenerte 2 flote. Siques nadando mientras puedes. Prefieres aho- garte que ser devorado por ella. Fin 125 Intuyes que seria més facil escapar a la superficie de Marte después die anochecer, y Tibor asiente —En Caverna no tenemos television —dice—. La gente suele leer, jugar o practicar sus pasatiemipos fa: Voritos durante unas horas, y luego se acuesta, —Entonces, ¢no voy a tropezarme con nadie? Espero que no, aunque el camino puede estar vi- Una vez en ia superticie, debes subir ala parte superior de la meseta. Desde ailf, el camino esta des pejado, Lasnoches en Caverna son tan artifciales como los las. Después de la cena, las lmparas de las paredes dela cueva son oscurecidas gradualmente, hasta pro. ducir la misma cantidad de luz que habrfa én la Tien en una noche de luna. Unos minutos mas tarde, te despides de Tibor y de su familia y emprendes el camino por un sendero em- pinado y rocos0, que recorre una de las paredes late rales de la cavemna. Aunque sélo tienes que recorrer cinco o seis kilé- metros hasta llegar al tinel que conduce a la super. Ge, tienes que ir palpando durante todo el trayecto. Bajo la luz mortecina, corres siempre el riesgo de tro. pezar, yuna torcedura de tobillo puede poner fin a tu intento de alcanzarla libertad, Sin embargo, continias adelante obstinadamente, paso a paso, hasta alcanzar la entrada del tinal, justo cuando las luces de la ca: verna se encienden de nuevo para la siguiente jor nada. Antes de iniciar la larga -y empinada ascensién hasta la superficie, descansas al abrigo de unas rocas comes algunos de los cristales que has quardado en la bolsa antes de partir Pasa a la pdigina 129. 126 Unos minutos después, un submarino de bolsllo. aparece en la superficie, como lo haria una ballena. Dos hombres salen a cubierta, mientras la nave se aproxima a ti, y te suben a bordo. —iRépido, abajo! —dice uno de los hombres con voz nerviosa. E] segundo hombre cierala escotila detrés det. En unos instantes, ol submarino vuelve a sumergirse. E] capitan Soya, un hombre bajo y barbudo, mueve la cabeza mientras le cuentas tus andanzas, envuelto gn una manta y tomando 2 sorbes una taza deté ce lente Eres la cosa més extrafia que he visto en Venus —dice el capitén—. Hemos estado a punto de no reco- gerte, pues creimos que podias ser un espia de Styx Mari, el titano de la Tierra. —Este submarina es lo iltimo que esperaba encon trar en este planeta —respondes. —Hemos captado la sirena, capitan —comunica un miembro de la tripulacion. —Molvamos a puerto! —ordena el capitén {A dénde nos dirigimos? —preguntas pas Palencia yloveres Ahora tengo uabajo que acer. Pasa a la pagina 112. 128 Una vezhas decidido quedarte en la sla te imitas a arreglar tu refugio ya decorarlo con maderas arrastra das por la coment, con caparazones de cangteos y jarvos, para conseguir que se asemeje m: Roum, Cada daelolaleanza men ovaltura eno cio, hasta que un dia no aparece en absoluto. La tempera: tura baja a unos diez grados, sopla el viento y, pot vez primera desde que llegaste a Venus, sientesverdadero fio. Recoges todas las nueces que puedes ylas quardas en tu refugio. Muy pronto la oscuridad es intenca du rantetodgel de, igual quesucere on elPolo Nore de Tierra durante el inviemo. Recoges un mor Rows vylas quardas en un rinedn de ta improvi sacio hogar, teservirin decolchén ydemanta durante los oscuros meses invernales que te aguardan. Te pre quntas cémo ser el perfodo més crudo del inviemo, ‘cuanto duraré y si conseguirds sobrevivir en él. Pasa a la pagina 134. 129 Te encuentras ya en el empinado tinel que as- iende serpenteando. Salvo en algunos lugares donde el f6sforo incrustado en las rocas despide una tétrica uz verdosa, tienes que avanzar en la oscuridad mas absoluta. Te sientes agotado y desanimado. Te pian teas continuamente, si no seré mejor volver hacia airds. Sin embargo, cuando ya estés a punto de aban donar toda esperanza, observas una luz a lo lejos. El tanel da una vuelta y, de pronto, aparece la entrada a pocos metros de donde te encuenias. Echas a correr, pero te detienes ensequida, ja- deando en busca de aire, Adviertes que la atmésfera esaqui extremadamente tenue. Inspiras una profunda bocanada de la bombona de oxigeno. Después, con gran cautela, te asomas al desierto marciano, Pasa a ia pagina 137. 130 Resuelto a no estrechar jamds la mano del tirano, ‘metes los putios en lo més hondo de tus bolsillos. Alli palpas la cépsula en forma de huevo de petirrojo que te di6 el doctor Haas en Venus. =iTe atreves a rechazar mi mano! —oxclama Styx Mon, rojo de célera. Desenfunda una pistola laser yte apunta a le cabeza. Clavas la ufia del pulgar en la cép- sula que llevas en el bolsillo ynotas que la cubierta se parte. Al instante, notas algo que se mueve en la palma de tu mano. Cierras con cuidado los dedos en tomo a ese objeto que se mueve y sacas la mano del bolsilo —Prepérate a morir —dice Styx Mori ‘Sin embargo, en ese mismo instante abres el pufioy extiendes ja mano anteel tno, para que pueda ver abeja venusina que llevas guardada en su interior Un grito escapa de los labios de Styx Mor. Al ins- tante, los quardianes aparecen en la puerta, De pronto la abeja echa a volar, zumbando en tora la cabeza del tirano. —Despide a los soldados 0 morirds! —ritas —Fueral Fuera todos! —exclama Stux Mori Los guardianes se retiran —Dame la pistola ldser, Styx Mori La abeja sigue zumbendo y dando vueltas en tomo alla cabeza del trano. —|Por favor! ;Por favor! Eltirano se encoge de miedo delante de ti, suplicsn dote que tomes su pistola léser. | 131 Una vez tienes el arma en tu poder, das unos pasos hacia atrés, =iY ahora recuerda: un falso movimiento y eres hombre muerto!Descuelga el teléfonoy ordena a tus fuerzas que se rindan a ZI INo, por favor! —suplica Styx Mori. —jazlo enseguida! Como impulsada por tu vor, le abeja desciende en picado hacia los ojos del tirano. Este se cubre el rostro con una mano, encogiéndose. Le aproximas el radio- trasmisor. —jEnseguidal Pasa a la pagina siguiente. Pasa a la pagina 143. 132 A primera hora dela mafiana siguiente, te unesa un grupo de gente que avanza por el desierto marciano hacia la estacibn espacial. Todos los componentes del grupo llevan un poncho de camuflaje para confun- dirse con el rojo paisaje del desierto. Aunque el aire ‘esté muy enrarecido, el viento sopla con tal fuerza que casi te dertiba. El sol est4 muy alto, pero se halla de- masiado lejos para calentar mucho. Te estremeces, mientras contintias la marcha con el grupo paso 2 paso, penosamente. marciano, tefiido de rojo. Esta pendiente de las tropas de Styx Mori. Silos vehfculos de resonocimientor de éste se aproximaran al grupo, todo el mundo deber‘a tirarse al suelo al instante y ocultarse bajo al poncho. | Token, el jefe, observa constantemente el cielo i j Posa a ia pagina 152 134 Durante el mes siguiente vives en una oscuridad to- tal, en unas tinieblas que a veces te hacen pensar que vas a volverte loco. Ni siquiera tienes una luna pare consolarte, pues Venus no tiene ninguna. Al menos, estén las estrellas, las mismas constelaciones maravi- llosas que veies en la Tierra mil afios atrés, La ViaLac- tea se extiende en el frmamento como un sendero de relucientes granos de arena. Una estrella mucho més brillante que las demas presenta una hermosa mezcla de verdes, azules y blancos. Ti sabes que no se trata de ninguna estrella, sino de tu planeta natal, ja Tierra. Y es la vision de esa Tierra, mas que ninguna otra 080, lo que te proporciona la esperanza yel valor suf cientes para resistir esa noche oscura, solitaria e inter- minable. Pasa a la pagina 139, 135 Suruma dispone que vivas con Nibor ysu familia, Te encanta trabajar junto al lago yayudar a entrenar a las focas para que traigan a los peces hacia la orilla, y pronto conoces por sunombre a muchos de esos inte- ligentes y amistosos animales. Llegas a considerarlos buenos amigos, igual que muchos delos habitantes de Caverna, Lavida no es mala aqut. Tienes mucho tiempo para jugar y divertirte, pero echas de menos el sol, los arbo- les yla hierba. Y también echas de menos la Tierra. te prometes que algtin dia encontraras una manera de volver a ella Fin 137 Mires donde mires, no ves més que una llanura roja salpicada de rocas. No hayrastro de vida, ni plentes, ni ubes en el cielo; sdlo el sol, mas pequefio y menos brillante que en la Tierra, Por lo menos aqui puedes apreciar ligeramente su calor. La temperatura debe ser de unos diez grados. As{son los medidas en la zona tropical de Marte. En cambio, la noche seré algo muy distinto. Cuando se ponga el sol, la temperatura | Puede bajar facilmente a —15 grados. Comprendes que antes de que anochezca debes encontrar la colo- nia que mencioné Tibor, 0 quedaras totalmente con. gelado mucho antes de que vuelva a amanecer. Unos cientos de metros al norte estd la meseta de que hablaba Tibor. Recorres lentamente la distancia Que te separa de ella, tratando de utilizar la menor can: tidad de oxigeno posible. 138 Tardas una hora en aleanzar la parte superior dela meseta, pero allf te aguarda lo que tanto anhelabas encontrar: a cipula plastica de los colonos terrestres, camuflada con dibujos rojos y pardos. Corres hacia ella saltando sobre las rocas pequerias y bordeando las de mayor tamafio. Bajo la ligera gravedad de Marte, puedes sallar como un gamo. En la edpula es: pacial habrd, sin duda, abundante oxigeno, de modo que consumes Avidamente tus reservas. ‘Cuando te dispones a entrar en la cdipula, aparecen apresuradamente dos hombres vestidos con unifor mes militares. Cada uno de ellos empufia una pisto- la ldser que apunta directamente hacia ti. En las man gas dela guerrera lucen una insignia, una aspa dentro de un cfreulo, No parecen en absoluto los rebeldes que esperabas encontrar. En unos instantes compren: des que has caido directamente en manos de las tro pas que estén al servicio da tirano Styx Mori Pasa a la pagina 113. 139 Han transcurrido seis semanas y sigues vivo. que os inviemo en el Polo Norte de vein, las cl raturas se mantienen por encima de cero la mayor parte del tiempo. En el lugar donde te encuentras el in~ vierno no es més frio que en las zonas templadas de la Tierra. Sin embargo, a menudo tiritas de frio mientras Ppermaneces en tu refugio, envuelto en un montén de hojas secas. En la oscuridad cuentas las nueces que atin te quedan. Sélo tienes reservas suficientes para unas cuantas semanas, pero la ascuridad en el polo Norte dela Tierra se prolonga durante casi seis meses, gho es asi? Tui llevas ahora casi tres meses completos 3 pues Jamis en la vida te habias sentido tan de- imido. Si decides preparar tu balsa y hacerte a la mar bajo la oscuridad, pasa a la pagina 99. Si prefieres esperar a que vuelva la luz, asa a la pdgina 85, 140 Unos minutos después, doblas un recodo del cafi6ny el corazon te da un vuelco de alegria. Una co- mmiente de agua mana del acantilado cayendo en una pequefia laguna, Junto a la orilla de ésta se alza un menudo edificio de piedra roja marciana. Sobre el fondo del cafién asoman unas hileras de ventanas. En eltecho del edifcio hay instalada una antena de radar yen las riberas de a laguna hayun invemadero. En su interior puedes observar la presencia de plantas! Echas a correr hacia el exifcio en el preciso instante en que un hombre sale del invemadero dando gritos Inicias la retirada, pero el hombre se dirige a ti: —No tengas miedo. Después van apareciendo més personas, Se trata de gente que se ha refugiado allf huyendo del tirano Siyx Mori, Tras escuchar el relato de tus aventuras, te acogen como nuevo miembro de las fuerzas rebeldes cuyo abjetvo ultimo es demrocar algtin dia al tirano de la Tierra yreinstaurar en ella un auténtico régimen de- mocrdtico. Los rebeldes te informan que te encuer tras en una posicién intermedia entre la estacién espa- cial rebelde y una colonia secreta. Site unes al grupo que se dirige a la estacin espacial, tendrés que acom pire losrebeldes de staan una pellosa mist la Tierra. Cuando amanezea, dos grupos abandon rénla posicién intermedia, uno en direccién a la colo- nia secreta y otro hacia la estacién espacial. Si decides unirte ala caravana que se dirige a la colonia secrets, pasa « la pagina 39 Si decides unine a los que se dirigen a la estacién espacial pasa a la pagina 132 | 141 Nos hemos convencido de que dices la verdad de quero eres un espia de Styx Mori —atirmea Norie- Fe acogemos como miembro de nuestra comunidad 0 ad. Puedes vir en la casa de us nuevos amigos. Esau y ‘Se alza entre los reunidos un grito de jubilo. Te ilo. Tod los presentes te abrazan. incluso el propio jefe. ee eae Pasa a fa pagina 157. 143 Lloriqueando, el tirano de la Tierra carraspea y luego, lentamente, levanta el transmisor. —Cédigo CQE Tres. Orden del Emperador —mur- mura con la voz mortecina y mecnica de un hombre derrotado—. jRendicién inmediata a 2! ‘Styx Mori deja caer lentamente e] transmisor. A continuacién, grta alarmado: iLa tengo en el créneo! No hagas el menor movimiento —respondes con tranquilidad—o te clavard el aquijén en el cuero cabe- lludo. ‘Styx Mori permanece inmévil, con los ojos fuerte- mente cerrados estremeciéndose de miedo. Media hora més tarde, la puerta se abre y entra en la estancia ‘una mujer frégil y anciana con el cabello largo y ca- noso. Mientras se aproxima a ti, hace resonar en el suelo la punta de un baston. Detrds de ella aparecen seis quardianes con el uniforme rebelde. —Yo soy Z —dice la anciana. —ane La mujer asiente y, tras tomarte de la: mano, afiade: —He esperado mucho tiempo este momento, yte estoy muy agradecida. Hoya gente dela Tierra vuelve a ser libre, y ojal4 continue asf para siempre. Fin ae 144 Accionas con cautela el mecanismo de apertura de la escotilla de emergencia y la abres unos milimetros Al instante, se abre de golpe y te arrastra al exterior ‘una intensa coriente de aire, Se te taponan los ofdos y jadeas en busca de aire. Al fin, te encuentras sentado sobre la arena de color oxidado, Temes ahogarte en el tenue aire marciano, pero pronto empiczas a sentirte mejor, pues en esa zona hay suficiente aire para respi rar. Winston sabia lo que estaba haciendo y te ha de jado en una boisa de aire marciano rico en oxigen tuada por debajo de la altitud media de la superficie del planeta. Silogras sobrevivir unos dfas, tu cuerpo se acostumbrard al aire enrarecido, igual que sucede en la Tera entre los que ascienden a altitucies considera dies. Echas un vistazo al paisaje, arido ysin rastro alguno de vida. No divisas un solo drbol, ni un cactus, ni si Quiera una mata de artemisa. Tampoco haya la vista ni un solo péjaro, una hormiga o una mosca, Sin em bargo, el coraz6n te da un vuelco cuando adviertes una abertura en la pared del carion. La parte superior de la abertura forma un arco casi perfecto, tallado se guramente por unas criaturas inteligentes. Quizés sus ‘autores hayan sido los refuglados humanos de la Tie- ra de cuya presencia te habl6 Winston. Regresas a la cépsull y tomas la linterna del equipo de superviven: cia. Aunque todavia tienes dificultades para respirar te sientes ligero como un pdjaro, ya que tu peso es apenas un tercio del que tendrfas en la Tierra. Pasa a la pagina siguiente. 145 Fas la linterna sobre tu cabeza como una lampara de minero y te introduces por la abertura, que con- duce a una zona del tamafio de un gran salén: En una de las paredes descubres un angosto tinal. Te gustaria explorarlo y saber a dénde conduce, pero desciende contal inclinacién que tienes miedo perder pie yener resbalando hacia lo desconocido. Si decides correr el riesgo de descender por el tinel, asa a fa pagina 25, Si decides regresar ol exterior y explorar el fondo del cafién, asa a la pagina 44, 146 Levantas la piedra y la lanzas contra las abiertas mandfbulas de la extrafia criatura que se acerca hacia tidesde la entrada de la cueva. fn rlatura rerocede, . antes de que hayas podido pasar, hace presa Contos dientes en tu pantorrlla. Gritas de dolor y tra tas de liberarte con gestos enérgicos, pero, un se gundo después, aparece junto a ti una segunda cria- tura, y luego ota, y otra, v... Fin 147 Es demasiado arriesgado y estés realmente asus tado. Das media vuelta y regresas ala superficie. Las focas vuelven contigo y te empujan para que puedas alcanzar la superficie lo mas pronto posible. Tesientes agotado y las extrafias criaturas siguen aht, Deseassu- mergirte de nuevo, pero ahora estas demasiado can- sado para intentarlo. Observas a las criafuras que aguardan junto a la orilla del lago con sus protuberan- cias oculares fijas en i. Nadas hasta el centro del lago, lo més lejos posible de esos seres. Todavia tienes fuer zas suficientes para seguir sosteniéndote en el agua durante un rato, Fin 148 Entras apresuradamente en la cavema, pero el suelo de ésta desciende de modo muy pronunciado. De pronto te encuentras cayendo por la empinada la- dera. Ruedas sin control hacia un nido de monstruos de piedra Fin 150 Unavez el submarino ha salido a la superficie, el ca- pitén Soya te’ invita a acompafiarle en la cubierta mientras los demés conducen la pequefia nave hasta al embarcadero, En la orilla, varios hombres corren para ayudar a asegurar las amarras. —Gracias al perfeccionamiento de la energia de fu si6n en el siglo XXIII —contintia Soya—, hoyes fil ge- nerar la enerafa necesaria. Ademés, Venus es rico en fuentes alimentarias, pero el clima es tan duro y exis ten tantas criaturas peligrosas como, por ejemplo, esas absjas asesinas, que Styx Mori ha decidido no co- lonizar el planeta. —jAbejas asesinas! Espero que no haya muchas por aqui —exclamas, realidad, las hay ~responde el capitén—, pero tienen una inteligencia extraordinaria yno nos atacan. ‘Al menos, todavia no han matado a nadie. De hecho, quizd consfituyen nuestra mayor esperanza para de: rrocara SiyxMori, pues el irano siente por ellas un pa nico mortal. El capitén se toma el tiempo necesario para ama- vrar bien su nave. Luego'se vuelve hacia ti y affade: Si quieres, puedes quedarte a vivir con mi familia, —Colaboraré en todo lo que pueda —afirmas Pasa a Ia pagina siguiente. i i 151 E! capitan Soya te observa fijamente como si inten- tara adivinar tu carécter. —Creo que podrds colaborar con nosotros —dice por fin~. Te gustaria avudar el doctor Haass con las abejas asesinas? El trabajo es muy importante yno re- sulta tan peligroso como pueda parecer. Hasta ahora, no han picado a nadie. ¢O quizé te qustarfa mas incor- porarte a una misién enla Tierra para ayudar alos re beldes a capturara Styx Mori? Nuestro aliado en latie- rma, al que llamamos Z, es el jefe de los rebeldes, La mayoria de los generales del ejército del tirano desean derrocarlo, pero le temen demasiado para intentario. Una vez lo hayamos capturado, ya no temerdn apoyar a Z para restaurar la libertad en la Tierra, Si decides trabajar con el doctor Haass ¥y las abejas asesinas, pasa a la pagina 114, Si prefieres ir en la mision a ja Tierra, pasa a la pagina 62, 152 Mientras avanzas no puedes evitar pensar de nuevo nla lamentable situacidn existente en la Tierra y te in- vade una oleada de tristeza, Tokan debe haberlo ad. vertido, pues se coloca a tu lado y comenta: ~Eres un rebelde lleno de valor. No protestas por nada y estoy muy contento de tenerte en mi equipo. &Y qué voy a hacer en tu equipo? Tokan se cubre la boca y la nariz con el paruelo pera protegerse del polvo que transporta el viento. —Escucha y lo sabrds. Mafiana despegaremos con rumbo a la Tierra, Efectuaremos un aterrizaje secreto en Norteamérica y nos reuniremos con otra fuerza re. belde. En la Tierra hay mucha gente contraria al ti ano, ynuestro jefe se llama Z. Si Styx Mori cayera en nuestras manos, Z podria tomar el control de su ejér- cito y devolver Ia libertad a la Tierra. No tienes fuerzas para caminar y hablar al mismo tiempo, demodo que sigues avanzando en silencio. El futuro no puede presentarse més peligroso, pero te sientes mejor después de haber escuchado los planes de Tokan. Estas impaciente por volver al espacio. 153 _ Qué ha sucedido? Notas Ja cabeza como si estu viera llena de algodén mojado. Nunca te habias sen fido tan tenso, ¢Qué es esa musica que te ha desper- ‘ado? Es una marcha... Sf, e! himno norteameticaro. Donde estés? La luz mortecina que te rodea se hace més trillante y tienes que forzar los parpados para mantenerlos abiertos, pues se te caen de puro suero. £Qué es esa aguja que llevas clavada en el brazo? La arraneas y un brazo de robot coloca inmediatamente un esparadrapo en la herida, Pasa a la pagina 54. Pasa a la pagina 155. 155 ‘Te incorporas un poco en tu pequeto catre.jVayal Empiezas a recordar lo sucedido: la propuesta de la doctora Grambling, el entrenamiento para el vuelo es pacial, las clases te6ricas en la base de lanzamiento, laslecciones sobre el funcionamiento del ordenador, sobre todo, la sensacién terrible que te invadié cuando cerraron la escotila de la cépsula, encondn dote en su interior para pasar alli més de mil afios Luego, el despegue, la progresiva oscuridad del es- Pacio, la Terra una bola blanca y azul con el norte de Africa asomando entre las nubes— encogiéndose hasta convertirse en una pequefia media luna suspen, dda en el vacio y, finalmente, el suefio que te invade Mientras la cépsula entra en érbita a medio camino entre la Tierra y Marte. 156 De pronto saltas del catre. ;Debes estar en el afio 000! Sr ilivembiis lena tu cépsula espacial que, igual que el interior de un huevo vacio, no tiene ni techo, ni paredes, ni suelo diferenciedos. —Buenos dias —te saluda una vor alegre—. Bienve nido al afio 3000. Estamasa 14 de enero, fecha terres- tre, para ser exacios. Por silo has olvidedo, soy Wins- ton, tu ordenador de a bordo, y estaré a tu servicio hasta que efectuemos un aterrizaje con éxito. Antes de nada, me alegra informarte de que te has recuperado perfectamente de la hibernaci6n, En segundo lugar, he de decirte que todas mis capacidades también fun" cionan a la perfeccién, igual que los sistemas de pro pulsién y direccién de la c4psula espacial Pasa a la pagina 4. 157 La vida en la aldea, llamada Nueva, te resulta senci lla y agradable. El principal alimento son las raices de helecho, que saben a boniatoTambign hay nueces verdes yv bayas. Las gentes son amables y trabas una buena amistad con Egon y Esai Un dia, cuando ya hace ‘algun tiempo que vives en Nueva, Nori te conduce a un rincén para charlar con. tigo. —Tenemos un acuerdo simbistico con las abejas =te dice—. Ellas nos proporcionan miel y nosotros cultivamos flores. Cuanto més numerosas son las abe. jas, ms aumenta su inteligencia colectiva, Esperamos que ésta baste algiin dia para descubrir el modo de de- Trocar al tirano Styx Mori ypara hacer dela Tienay de Marte un lugar seguro para todos nosotros. Te sientes mAs feliz que nunca en la nueva casa. Lo extafio es que, a pesar de haber llegado a un futuro gue dista mil afios, la vida que estés llevanco no se dt ferencia gran cosa de cémo debi ser en la Tierra hace miles de anos, Fin 158 Estiras y empujas la puerta hasta que se abre. De- bajo aparece un refugio subterrdneo apuntalado con troncos de arboles caidos. Tus ojos distinguen una li- tera, una mesa con un banco, una lona impermeable, cajas de suministros, lintemas, radios, unas cajas va fas, una balsa hinchable y una bomb de aire compr'- ido y jdos esqueletos humanos! Empiezas a retroceder pero llama tu atencién un pedazo de papel colocado sobre la mesa, En él, hay lun mensaje escrito: LES FRUITS ROUGES SIGNIFENTLA MORT. Parece como si hace muchos arios hubieran lle gado alli exploradores terrestres que hablaban fran- 6s. Cubres los esqueletos con la lona pues no te gusta verlos, ‘Tras inspeccionar el refugio, no encuentras en él nada que comer y decides buscarlo fuera, ya que estés hambriento. Si decides comer algunas nueces verdes, pasa a la pdigina 26 Si decides comer algunas de las frutas rojas, pasa a la pagina 41 160 Te sientes frio y débil al recibir las noticias. ;Pobre planeta Tierra! Y pobre de ti! Reprimes el panico que te agarrota la garganta y preguntas = Hay algain otro lugar al que podamos ir? zAlgiin planeta o estacién espacial? —Quizd exista la posibilidad de diricirme a Marte. Algunos refugiacos dela Democracia de las Américas huyeron alli hace varios siglos y tal ver sus descendien- tes hayan logrado sobrevivir en algin oasis del de- sierto. Sin embargo, debes saber que Marte es un lu- gar temiblemente trio y desolado. — Qué me dices de Venus? Winston ilumina la pantalla con el mensaje ESPERA, POR FAVOR, pero unos instantes después responde: —Hace siglos, la Federacién Mundial eliminé la capa de nubes de Venus con una descarga nuclear ‘masiva en un intento de eniriar el planeta, aumentar su velocidad de rotacién y hacerlo habitable. Sin em- bargo, poco después, la Tierra se vio asolada por va- las guerras y no encuentro ningtin dato sobre lo que haya podido suceder desde entonces. = Y la luna? ~Eestd sin desarrollar —responde Winston—..No du- varias alin dos minutos. —{Alguna idea més? Pasa a Ia pagina siguiente. 161 Mantienes le mirada fija en el altavoz de la consola de Winston, con la vana esperanza de que el ordena- dor encuentre una solucién a tu problema. Sin em- bargo, pasan los minutos ylas hores. El silencio yla so- led te resultan insoportables. jTienes que hacer an Si decides ordenar a Winston que te lleve a Marte, pasa a la pégina 3 ‘Si decides ordenarle que te lleve a Venus, asa a la pégina 15, Si decides ordenarle que te lleve a la Tierra, pasa a la pagina 8 ‘Si decides volver al estado de hibemacién durante unos siglos mds con la esperanza de que entonces las cosas hayan mejorado, Pasa a la pdgina 24, 162 Han transcuntido dos semanas desde que llegaste a la Tierra y has descubierto que Styx Mori hace trabajar a todo el mundo para su propia gloria personal. Tu trabajo consiste en formar parte de un grupo de jéve nes obreros que colaboran en la construccién de una nueva ala en el palacio de verano de Mori, Trabajas diez horas diarias colocando ladiillos. Tus compatie: ros te recomiendan que no protestes. Dicen que aqui la vida es mucho mejor que en los campamentos mil tares, donde los guardianes azotan a los obreros y les hacen levantarse a cualquier hora de la noche. No gozas de ninguna libertad, ni siquiera de la lier- tad de permanecer en silencio, pero conservas el va- lor. Eso nunca te lo podrén quitar. Cada dfa, cuando te obligan a recitarla férmula deadhesi6n a StyxMori, ti piensas en otras cosas. Piensas en que algun dia es- ceparés, en que Styx Mori seré vencido yasf el mundo recobraré la libertad. Fin

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