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FOTOCOPIADORA aa CEHCE we A oso = 2. CONMENSURABILIDAD, COMPARABILIDAD 'Y COMUNICABILIDAD? 4 Han transeurrido veinte afos desde que Paul Feyerabend y yo empleamos por primera vez en letras de molde un término que habiamos tomado de las matematicas para describir Ja relacién en- tre teorfas cientificas sucesivas. El término era sinconmensurabllidads, y cada uno de nosotros fue inducido a utiizarlo por problemas que habia- ‘mos encontrado al interpretar textos cientificos (Feyerabend, 1962; Kuhn, 1962)? Mi uso del tér ino era mds amplio que el suyo; sus posiciones respecto al fenémeno eran més radicales que las {nfas; pero nuestra coincidencia en aquel tiempo 4, Mucha gene a contbuid at mejor de ete acu vf pie sedate inne cee ‘bari de Historie y Flwalta en Cenc dela Univers au de Coambia ace lel por primers ver uns verson pre Inner Esty epredecdo 2 tor ell, sobre tao Ned ‘lock, Pa Hosbich Nathaniel ulm, Stephen Sick 7 mt doe comentaores ofl Creo que mi tec cnconmenaubliade y ot de Rojtabend fueron Independiones, yo resureo len at Paul lo encantsan el fosedar duh manuel mle ms Ajo qu tambien hb estado wskndola Psaen que Sar wpe gst ante epi wala age. siga 12 138 y ngs MOST (page Tok y spe 17 For" y lh, 280288), cm cambios Gerdes primers [is ‘ei Reenter (oS pte 88,746, Co ‘hro\Ge ex tndaccén cate heme nado entve orcotes, tanto env eto oma en as nota, nn erect ‘ine pigiar clas por Rahn en a sovripoodiante ter ‘Sin estan) C2 96 jou sox 14s navoLveoxs exmcrtmcAs? era sustancial? Cada uno de nosotros estaba fun- damentalmente preocupado por mostrar que los Significados de los términos y conceptos cientificas por ejemplo fuerza» y «masa», o celementor y ejemplifica el material inintelighble on el que comienza. Observando la conducta yas ireunstancias que rodean la produccién del texto, ‘conumsveamrpA 105 Y suponiendodusante to el proceso que se pue ds exraer on snide dea condutaspeentomen. te lings ln persona gue interpreta bane st teat, 9 enicrn por hventar Hips qo tn isle in poteroca o taeepc com rr CF Sonejon. State cate fo quel a hecho en ek. ster instania'c@ aprender una lengua ‘ucre hist along enla que sgvapnie con temine, O aunt na vest nds atiga desu prolly fe, wna en I cue tSrminos ain vale, coms —h—rr——_L funconaban de fort frente, Siesta lengua puode traduire # agua eon la que €l om Mena co ua cueston Gace, Apter usa tue longa no elo mismo que tndct dela ta prop. Toner sito elo primero ao inpin Sectaramonte que ambien sevaya scene toca lo anpunde 8 Prebamente repost a exts problemas, los eiespon de ue son consecontenente eons orate confenen inerpetacion ytaduccn Fre teorprear a pofrecin savage noe Cenisu e attoplogo'o astopdlge bario de vine proce de sna comuaiad de ‘antes fmlncando onl eonsonyaue foes, tna plaba ge se ror cow a lager do Subir um térmico que comesponda 2 npeagas rr termine ingens de Won forma, muy. parece a a 405 gqu8 sow as mavorvcroxss cmos? Tengua, cn una etapa anterior’ Esto es, él pue- de aprender @ reconocer las erlaturas gue evo: ‘can «gavagai» a los indigenas, y frecuentemen- te ast Io hace. En lugar de traducir, el puede simplemente aprender a reconocer el animal y em- plear el término que emplean los indigenas, 5 Por supuesto, la disponibilidad de esa alterna. ‘iva no excluye la traduceién. La persona que lleva va cabo Is interpretacién no puede, por Tazones previamente explicedas, limitarse a introducir él {érmino egavagai» en su propia lengua, por ejem- plo el castellano, Esto supondria alterar el caste- ano y el resultado no seria una traduccién, Pero puede intentar deseribir en castellano los referen- ‘tes del término «gavagais: son peludos, tienen ore. jas largas, su cola se parece a un arbusto, etc. Si la descripcion es afortunada, es decir, sl se adectia 4 todas las criaturas que provocan proferencias ‘que contienen «gavagai>, y sélo a ellas, entonces «criatura peluda, con orejas largas, con una cola {que se parece a un erbusto...» es Ia traduccién ‘buscada y, en Io sucesivo, egavagaie puede intro- dacirse en castellano como una abreviatura de ella En estas cirounstancias, no surge ningin problema de inconmensurabilidad.” 4 Quine obser que su auctor rece porta esoger 1 Samine scosimor ¥ saprenser'e lenge dreetamentc, Ser eprndei ado Peso conde re pooee {tt simplemente un camino slterntivo hac wn Sn gue ‘incide con el que ce alanan medinnte ma metodo habitat manos fe Sati (Gas, 18 pay, 70 aa traps 40.199 7 Rigo pode objetar que uns secvencia cite sera: | 4 commmesumesrbAD or & Sin embargo, las circunstancias podrian ser d- ferentes, Podria no existir una desctipcidn en cas tellano que tenga cl mismo referente que el tr ‘mino indigena «gavagai», Al aprender a reconocer ‘gavagais, la persona que efecti la interpretacion, puede haber aprendido a reconocer catacteristicas distinguibles que son desconoeidas para las per sonas que hablan el castellano, y para las que el castellano no proporciona ninguna terminologia, aescriptiva. Esto es, quiza los indigenas estruc. turan el mundo animsl de forma diferente como lo hacen las personas que hablan el caste. ano, utilizando discriminaclones diferentes para hhacerlo. En estas circunstancias, «gavagal> per- ‘manece como un término indigene irreductible ue no puede ser traducido al castellano, Aunque las personas que heblan el castellano puedes apret. der a utilizar el término, cuando lo hacen estén hhablando la lengua indigena, Estas son las citcuns- tancias para las que yo reservaria el término «ity sonmensurabilidads. {um Feldn, con areas laze, con ua cola que se parece @ smn abust es demands lrgsy copie caso pare tet ‘hs teadacién Oe um solo tenting hte ieopas, Se ‘he inling a pensar que elguse ieemiae et puss Oe Introdseide mediante ua Seenenla puede inerndcarss Se | sl fons gue, con pricin, nur mftrentes poston nee ae directmente. Ep culauier caso gue'e af me pee | Spe es ue version mds fonts doin imduciad setae ‘ls gue nl egularslnraesecsencas eae deposi 108 gout sox 14s mevoruerones comers? 23, DEFERMINACION DE LA REFERENCIA FRENTE A TRADUCCION 4: Ast pues, rai tesis es que los historiadores e historiadoras de la ciencia que intentan compren- der textos cientificos antiguos se encuentran regu- Jarmente con ese tipo de circunstancias, aunque no siempre las reconozcan. Philip Kitcher ha utili zado uno de mis ejemplos babituales, Ia teoria del flogisto, como base de una penetrante critica de la nocién de inconmensurabilidad. El punto en cuestién resultaré considerablemente clarificado siexpongo primero el meollo de su critica, y luego indico dénde, en mi opinién, dicha eritica se equ 1 Creo que Kitcher tiene razén cuando sefiala aque el Ienguaje de la guimica del siglo xx puede utilise para identificar los referentes de los tér- ‘minos y expresiones de Ja quimica del siglo xvi, al menos en la medida en que estos términos y fexpresiones efectivamente tienen referente. Por tejemplo, cuando se lee un texto de Priestley y se an desde un punto de vista moderno los ex- perimentos que describe, se ve que «aire desflosis- tzado» se refiere algunas veces al mismo oxigeno y otras a una atmésfera enriquecida con oxigeno. “Aire flogistizado> es normalmente aire del que se ha eliminado el oxigeno, La expresién «« es mis Fico en flogisto que 6» tiene el mismo referente {que <« tiene mayor afinidad con el oxigeno que En algunos contextos, por ejemplo en la expresién: «En Ja combustién se emite flogiston, el trmino ‘comemsomancizm> 109 “flogisto» no tiene referente en absaluto, pero hay otros contextos en los que se reficre al hidrégeno (Kitcher, 1978, pags. 331536), ® No tengo ninguna duda acerca de que los his- toriadores e historiadoras que tratan con textos es ajeno a la quimica mo. derma. Pero después de efectuar todas estes sus. tituciones queda un pequefio némero de términos ‘que no tienen ningiin equivalente en el vocabulario quimico moderno. Algunes han desaparecido to. talmente del lenguaje de la quimica: «flogisto» es el ejemplo més obvio. Otros, como el término «principio», han perdido toda su significacion pu- Tamente quimica, (La. exhortacién: «Purifica tus eactivos» es un principio quimico en un sentido muy diferente de aquel en que el flogisto lo era.) Otros términos, como por ejemplo «elemento», son todavia esenciales en el Vocabulario quimice y heredan algunas funciones de sus homénimos ‘més antiguos. Pero términos como «principio», los ‘cuales se aprendian anteriormente con aquéllos, hhan desaparecido de los textos moderaos, y con ellos ha desaparecido igualmente la antigua geno ralizacién constitutive segtin la cual cualidades como el color y la elasticidad proporcionaban una cevidencia directa de la composicion quimica. El Fesultado es que tanto los referentes de estos tér- :inos supervivientes como los criterios para iden- tificarlos se han alterado ahora dristica y siste: fndticamente, En ambos aspectos, el término sele. ‘mentor funcionaba en la quimnica del siglo xv de forma muy similar a la frase moderna westado de agregacién» y al término moderno selemeaton 4 Tanto si tienen referente como si no, esos ter. ‘minos de la quimica del siglo xvnit —térainos como wllogisto», «principio» y «elementor— no 114 gout ¢oW 148 mevonucrons cxmeriteas? san.climinables de ningiin texto que pretenda ser tuna traduccién de un original logistico. Deben ser Yir, por lo menos, como variables para los con. Juntos interrelacionados de propiedades que per Initen Ia identificacién de los referentes comin: ‘mente_aceptados de esos términos. Para que Un texto que expone la teoria del flogisto sea cohe- rente debe considerar la sustancia liberada en la combustién como un principio quimico, el mismo que hace que el aire sea irrespirable y que ademés deja un residuo écido cuando se le elimina de un ‘material spropiado, Pero ademas de no ser elimi. nables, parece que esos términos no son reempla: ables individualmente por tn conjumto de frases © palabras modernas. ¥ si éste es el caso —una ccuestién que consideraré inmediatamente— en tonces el pasafe construido que he eitado anterior: mente en el que esos términos aparecian no puede Ser una traduccién, al menos no en el sentido de este término que es habitual en la flosofia reciente, 24, EL HttsToR1ApoR como DereRPRETe ‘Y MAESTRO DBL LEKGEATE 4 Ahora bien, zes correcto sfirmar gue términos uimicos del siglo xvi como «flogisto» no son, ‘radueibles? Después de todo, ya he descrito en Tenguaje modemo varias maneras en las que el ‘érmino antiguo . Estos trminas constiayen, Juotecon eflogsto, xn conjento interelaconado 0 inezdeinida que dabe aprenderse fi todo, antes de que cusiguiera de ellos pu Mtlaree para. deseribir fendanos naturales, Sélo después de que estos términcs se hayan sprendido de esta manera se pede reconocer la Stull dl siglo vot por Jo que fue’ una dsc lina que po lo diferta de st sucedora en el sk flo tx et lo que tenia que dens sobre sustancias Yy procesos individuals, sino también en la forme fx que extructuraba 9 patcelaba sna gran parte det mond qutmieo, Un giemplo més restringido clarificard este punto. Al aprender mectnles newtonlana, los tee Ininos «masts y «fuerza» deben aprenderse a la ‘ery la segunda ley de Newton debe desempetiar tun papel en dicho sprendizaje. Estos, n0 oe Pu. 4s lpender smuta> y «fuerza» indepeodiznte sente yTuego descubrisempiricamente que a fuer tavehigal ala masa por la sceeracin, Tampooo 10. aie sito elemento» y eprincpio»deban aprenden se snltinesmente; aa er gue se han sprenaida pero fap eateacos™ slow podria ate fntogacido como tn Principio qu ne comport Ge ceri mauera especuabls, 116 gaun sox 148 mavoLucroxas enserneas? se puede aprender primero «masas (o «fuerras) ¥ lego usarlo pare definis sfuerm fo tmaces) con la ayida dela segunda ley. Eo realidad, log tres deben aprenderse a ln vez, como partes de ‘a modo glabalimente nuevo (pero no eateramente revo) de hacer mecinica, Deograciadatmente, ls formallsacioues habiteales oscurecen este pants Al formalizr la mecénica se puede selections masa» o «fuerza» como término primitive y luc. 40 introducir el otro como termino definido. Pero ésta formalizacién no proporciona ninguna infor. ‘mactén acerea de cdmo ls terminos primitives 0 defnidos se relacionan con la naturalea, 0 tuo se Identiicanfuereas y masas en situsciones ek as reales. Por ejemplo, si bien sfuerea» pace tor Primitivo en elguna formlizacion particule de Jn mecinica, no se puede aprender a reconocer fucreas sin aprender simltaneamente a identi car masas y sin recrrir ala segunda ley. Beta ee In ran de que la sfuerzas} esnsas uewionionss no sean traducbles al lengunje de una Worle Lc «8 (aratotéicaoelasteniana, por ejemplo) que so ules Ia versién de Newton de la segunda ley, Para aprender cualquiera de estos tres modes de hacer mecinica, los téminos interrelacionnlos et alguna parts local de la red del lenguaje deoben aprenderse 0 reaprenderss simultiacamente, aplicarse Iuego a In naturalera como un todos No «posible simplemente transmitirios individual mente mediante una traduccion 5 Batonces, geémo puede comunicar sus resl- ‘dos un historiador que ens la teoria dl logis ‘conemsumAnsLiDAD 7 to curbs sobre ela? Qué eure cuando pre senta alos lectores un grupo de enunciados como ‘aquellos acerca del flogisto que vimos en el epito- ‘me anterior? La respuesta a esta pregunta depende del tipo de audiencia, y comenzaré con el que me parece mis relevante’en este momento: consta de Personas que no saben nada de Ia teoria del ogisto. El historiador les describe el mundo en que crefa el quimico del siglo xviii que aceptaba la teoria del flogisto. Simulténeamente, les est censefiando el lenguaje que los quimicos del si- slo xvur usaban para describir, explicar y explo- rrar ese mundo. La mayoria de las palabras de ese antiguo lenguaje son idénticas en forma y funcién a las palabras del lenguaje del historiador y su audiencia, Pero otras son nuevas, y deben ser aprendidas o reaprendidas. Estos son los términos intraducibles para los que el historiador o alguno de sus predecesores ha tenido que deseubrir 0 ia: ventar significados que hagan inteligibles los tex- tos en que trabaja, La interpretacién es el proceso rmediapte el que se descubre el uso de esos térmi- nos,y ha sido muy discutide recientemente bajo el titulo de hermenéutica." Una vez que el proceso ba 3 tits wel erm tic que estoy pentanso Oy otros) et Tolar Ua). Sin Sona eer cen aoe ene Sere Ad ine ciencls natdrter (yl leapuaje condactatn de ls ‘Sfencla sca) eo oy neue Bs te punto, Apel 973) Poporcins wil oreo dete dest en eel Ecescy “Anis te oprumate ars Dalimayey MeCarthy G9T?,aom antolope taba Ul ata ‘tr aapeios de eta adi 318 gous sox tat mevoreoses crmitercas? terminado y la palabras se han aprendido his toriador las usa en so trabajo y las enseia a otras persons, La eesti del taduceiénsnplemen eno se plantes, 4 Sugiero que esto eso que ocurre cuando se presentan pasajes como el que destacamos antes 2 una audiencia que no sabe nada de la terfa del flogisto, Para exa audienci eats pastjes son glo- sas de texios fogistioos que pretenden ensehares él lenguaje en que dichos textos estin evcritos y fl modo en que deben sor leldos, Pero tambida encuentran esos textos personas que ya han prem. did alerts, personas peta quisnes dichos textos son un ejemplo mas dein tipo ya famine. estas sonas tals textos les parecerdn merameat tar fctiones, 0 quira meramente textos, pues han olvidado que tavieron que aprender un lenguaje especial antes de que pudieran lero, El error Sencillo, El lenguaje ave aprendieron colnlde ea ‘buena medida cone lenguaje materno que habien sprendido antes. Pero difera de sa kapuaje ma {emo en parte por enrguecimiento, or ejemplo mediante la introdueciin determines como sfc. isto, yen parte por introdaceén de so trans. Formados sistemticamente de terminos, como ‘flogisto» y selementor, Esos textos no podrian haberse tradueido a su lenguaje moterno st este no ae hublere revindo. Auague el punto requiere bastante més discu sién dela que pede intentarse entablaraqut la ma yor parted lo quehe dicho queda claramente cap {do por la forma de los enoncindos de Ramee. ‘conumssumanntaDAs 19 Las variables cuantificadas existencialmente con las que estos enunciados comienzan pueden verse como lo que antes llamé «variables» para términos que requieren interpretacién, por ejemplo «flogis- to», eptincipios y elemento», Junto a sis conse: cuencias logicas, el enunciado de Ramsey es en- tonces un compendio de las claves que la persona ‘que efectiia Ia interpretacién tiene a su disposi- ‘idn, claves que, en Ta practica, tendsfa que haber descubierto mediante una dilatada exploracion de los textos. Creo que ésta es la forma correcta de entender la plausibilidad de la téenica introducida por David Lewis para definir términos tedricos me- dante los enuncisdos de Ramsey (Lewis, 1970, 1972), Las definiciones de Lewis mediante los enum” clados de Ramsey, igual que las definiciones con- textuales y las ostensivas a las que se parecen tan estrechamente, esquematizan un modo importante (quiza esencial) de aprendizaje del lenguaje. Pero el sentido de edefinicion» supuesto es metaférico fen los tres easos, o al menos mas amplio. Ninguna de estas tres clases de edefinicioness respaldard tuna sustitucién los enunciados de Ramsey no pe den utilizarse para tradueir. Naturalmente, Lewis no esté de acuerdo con cesta altima observacién. No es éste el lugar para responder a todos los detalles de su argumento, puesto que la mayorfa de ellos son téenicos, pero pueden indicarse al menos dos lineas de erica. Las definiciones de Lewis mediante los enuncia dos de Ramsey sélo determinan la referencia si suponemos que el entinciado de Ramsey corres: 120 cou sox ras nsvorveromas cunertcas? pondiente es realizable de manera nica, Es du: oso que ese supuesto sea vélido alguna ver © improbable que lo sea regularmente. Ademés, en el caso de que sea valido, las definiciones que hace posible no tienen ningén contenido informativo, ‘Si hay una y s6lo una realizacion referencial de un enunciado dado de Ramsey, naturalmente una per. sona puede dar con ella simplemente mediante ‘ensayo y error. Sin embargo, dar con el referente de una ocurrencia de un término definido median- te el enunciado de Ramsey no sirve de ninguna ayuda para determinar el referente de la siguiente ‘ccurrencia de ese término. Por consiguiente, la fuerza del argumento de Lewis depende de ima afirmacién adicional suya que sefiala que las def- niciones mediante el enunciado de Ramsey no slo determinan la referencia sino también el sentido, yy esta parte de su argumento se encuentra con Aificultades que estén estrechamente relacionadas con las que acabo de esbozar, pero que resultan atin mas serias. 4 Tncluso en el caso de que las definiciones me: iante el enunciado de Ramsey escaparan a estas, dificultades, otro conjunto importante quedaria sin resolver. He hecho notar previamente (Kuhn, 1970, pgs. 188 y sigs. [pgs. 288 y sigs.]) que las leyes de una teoria cientifica, a diferencia de los ‘axiomas de un sistema matemético, son sélo es- quemas de leyes, pues sus formalizaciones sim Dolicas dependen del problema al que se apli- ccan, Desde entonces esta observacién ha sido considerablemente ampliada por Joseph Sneed y : ‘conaessomanLDAD m ‘Wolfgang Stegmilller, quienes consideran enuncia- dos de Ramsey y muestran que sus formulaciones enunciativas habituales varian de un rango de aplicaciones a otro (Sneed, 1971; Stegmiller, 1973), Sin embargo, la mayoria de las ocurrencias de términos nuevos o probleméticos en un texto cientifico esta dentro de las aplicaciones, y los enunclados de Ramsey correspondientes 6 son ‘una fuente de claves lo suficientemente rica como para bloquear multitud de interpretaciones trivia les. Para hacer posible una interpretacién razona- ble de uy texto sembrado de definiciones mediante enunciados de Ramsey, los lectores tendrian pri- ‘mero que acumular wna variedad de rangos de aplicacion diferentes. Y una vez hecho esto, ain tendrian que hacer lo mismo que el historiador {ntérprete intenta en la misma situaciGn. Esto es, tendrian que inventar y contrastar hipétesis acerca del sentido de los términos introducides mediante definiciones construidas utilizando los enunciados ‘de Ramsey. 2.5, EL MANUAL DE TRADUCCION QUINEANO 4 La mayoria de las dificultades que he conside- rado derivan més 0 menos directamente de una ttadiciGn que sostiene que la traduccién puede ‘terpretarse en términos puramente referenciales. ‘Yo he insistido en que éste no es el caso, y mis argumentos implican por lo menos que es necesa- rio recurrir ademés a algo procedente del reino 122 gqut sox tas mmvorvetonms cxmertescas? de los significados, las intensiones y los concep- tos. Para exponer mis opiniones he considerado un ejemplo extraido de la historia de Ia clencis, el tipo de ejemplo que me condujo al problema ‘de Ja inconmensurabilidad y de alli a Is traduccion fen primer luger. Sin embargo, discusiones reclen- tes sobre semntica referencial y discusiones rela- cionadas ‘sobre la traduccién ‘sugieren directa mente el mismo tipo de observaciones. Aqui consideraré el tinico ejemplo al que aludi al co- ‘mienzo: la concepcién de Quine de tin manuel de traducciGn, Este manual —el producto final de los esfuerzos de un traductor radical—consta de dos listas de palabras y frases, una en la lengua del traductor, Ia otra en la lengua de Ia tribu que esté investigando. Cada elemento de cada lista estd ‘conectado con un elemento de Ia otra, o frecuente- mente con varios, y cada conexién especifica una palabra o frase en una lengua que, sein supone el traductor, puede ser sustituida en contextor apropiados por la palabra o frase conectada con ella en la otra lista, Donde las conexiones son de ‘uno a muchos el manual incluye especificaciones de los contextos en que debe preferinse cada una de las conexiones (Quine, 1960, pags. 27, 6882 Ipigs. 40, 81-931), fla red de difcultades que quiero aislar tiene {que ver con el dltimo componente del manual, las especificaciones del contexto. Considerernos Ia par labra francesa pompe. En algunos contextos (gene ralmente relacionados con ceremonias) su equiva: lente astellanaes «pompa»; en otros (generslmente ‘consisomasmnAs Fy hideulicos) su equivalente es ebombas. Ambos taquivalentes son precios. De este modo, pompe proporciona en ejemplo pico de. ambigtedad, Santo el ejemplo habitual del castellano ebancow: ‘veces un asiento, otras una insttucion financera 3 Contrasemos sliora el caso de pomipe con el de palabras francesas como exprit 0 dows/douce. Dependicado del contexte, esprit pucde set Teemplazado por términos del castellano como ‘coptitan, sagtieud ment», eintligncian, «ft Sor ringentos 0 sactituds, La segunds, que es tim adjetio, poede apicarse, inter ia, In mle Cattces), tn lana (esuaves),s una Sopa, 7000 ssronda mn) um rede (hemor @ 8 tina pendiente (cpoco prominciadas) 0 aun ven to (Hojo). Eatos no son casos. de ambigle- fad, sino de disparidad conceptual entre fran. cs y castellano. Esprit y dows) douce son con- epics unltarios para las personas que hablan francés, pero las que hablan castellano, como frupo, no tienen equivalents. Por consiguinte, Engve les divers treducclones que he ofest do preservan el valor veritativo en contexts Spropias, ninguna de ellas es intensonalmente Drevin en ningun conteto, Eeprt-y dus/douce Son, pues, ejemplos de terminos que pueden ser imuducidos solo parialmente y mediante un com- promizo, La eleccion del traductor de tna pe Inbra o frase del castellano para tno de ellos ot {peo facto ln eleccién de algunos aspectos de Ia tension del termino francée a expenses de ‘otter, Simulténeamente, esa cession introduce 124 jou sox Las nevouseroses exmerPicas? ‘asociaciones intensionales que son caractertsticas el castellano pero ajenas a la obra que se esté ‘twaduciendo." Creo que el anilisis de la traduccién ‘que ofrece Quine se resiente gravemente de su fal- ta de habilidad para distinguir casos de este tipo de los casos de simple ambiglledad ilustrada por términos como pompe. 1! La dificaltad es idéntica a In que encontramos cen la traduccidn de «flogisto» que sugeria Kitcher. ‘Aestas alsuras su fuente debe ser obvia: una teo- ia_de la_traduccién basada en una seméntica extensional y, por tanto, restringida a la preserva- ién del valor veritativo o la equivalencia como de adecuacién. Igual que «flogisto, «ele- etc., tanto dous/douce como esprit per~ [fenecen a grupos de términos interrelacionados, ‘de tas cuales algunos deben aprenderse a la vez, {yuna vex aprendidos estructuran una porcién del jnundo,de Ja experiencia de forma diferente a la ‘contemporineos. Tales palabras Justran la incon- 12, Les gloss que dereiben Ia iden gue tne Js rane case ei mundo paiguice (o def anande sensorial) sven fe gran ayuda ea este problema, los manuales de fram: ‘fs inhayen ustulente material gbre exe Spo de cue Hones cltrales, Pro las gases que desrben a alta 20 forma purte de Is tacoecton. Largas prdlvsis en cast. Teno de’ teminosfrancenes no proporlanan ng ett: toy en pare a cous de su fosquacad, pero pimipements Borgue ‘terigos como esprit dous/douce son elementoe {eu vocabulso del hata ge eprender clei Parts ‘aver El ergumento eval miso que el que se expero pre: ‘nmente en al caso de eclementoe epriaspioe 0 fuetse commmsvnaniiono ns ‘mensurabilidad entre lenguajes naturales. En el caso de dows/douce el grupo incluye, por ejemplo, ‘mou/moite, una palabra mas proxima ala cas: tellana «suave» que doux/douce, pero que se apli- ca también al tiempo hiimedo y bochornoso, en el grupo de esprit consideremos disposition. Esta se identifica con esprit en el area de las acticudes ¥¥ aptitudes, pero se aplica también a un estado de salud, o al orden de las palabras en una frase. Una ‘traduccion perfecta preservaria estas int lidades, y.ésta zén de que no pueda haber ‘uadueciones perfectas. Sin embargo, aproximarse al ideal inalcanzable sigue siendo un requisito de Jas traducciones reales, y si este requisito se to- ‘mara en cuenta, los argumentos en favor de la indeterminaciOn de la traduecién requeririan una forma muy diferente de la que ahora es habitual. Tratando las.conexiones de tno a muchos en sus manuales de traduccién como casos de ambi siicdad, Quine rechaza los requisitos intensionales que debe cumplir una traduccién adecuada, multéneamente, rechaza la clave principal. para el descubrimiento de los referentes de las palabras y frases de otras lenguas. Si bien las conexiones de ‘uno a muchos estén causadas a veces por la ambi sliedad, es mucho més frecuente que proporcio- nen a las personas que hablan Ia otra lengua evi- dencia para decidir qué abjetos y situaciones son semejantes y cudles son diferentes; esto es, mues- tran cémo estructura el mundo la otra lengua, Si Funcién es, pues, muy parecida a [a que cumplea las observaciones miltiples en el aprendizaje de 126 cout sow tas mavonveonme emnescas? tuna primera lengua. Ast como hay que mostrar muchos perros y quizd también algin gato al nino que aprende «perro», para aprender dows/ douce, Ia persona que habla castellano debe ob servarlo en muchos contextos, y tomar nota ade- més de otros contextos en los que los franceses utilizan mou/molte en su lugar. Estas son las formas, 0 bien algunas de ellas, mediante las ue una persona aprende les técnicas parn oo nectar palabras y frases com la naturaleza; primero las de su propia lengua y luego, quizé. aquellas Aiferentes que estén contenidas en otras lenguas. Al abandonarlas, Quine elimina la posibilidad mis- mma de Ia interpretacién y, como argumenté al comienzo, una interpretacién es lo que su tradue- tor radical debe hacer antes de que la tradueciéa pueda empezar. ¢Es, pues, sorprendente que Qui- he descubra dificuliades sobre «traducciéa no an- ticipadas previamente? 2.6, Los INVARIANTES DE LA TRADUOCION 4 Para terminar, me ocuparé de un problema que hie evitado culdadosamente desde el comienzo de este articulo: zgué debe preservar la traduccion? He argumentado que no es simplemente la refe rencia, pues las traducciones que preservan la Te- ferencia pueden ser incoherentes ¢ Imposibles de atender cuando Jos términos que emplean se toman fen su sentido habitual. Bsta descripcidn dela difi- ‘ealtad sugiere una solucién obvia: las traducciones comumssurasmay mm eben preservar no sélo Ja ref sino tam cl sentido. intensiéa. Esta es la posieidn que adop- 14 en el pasado con el titulo sinvariancia del sig- nificado», y faute de micw en la introduccién de ‘ste articulo, No es en absoluto completamente cerrénea, pero tampoco es completamente correc. ta, un equiivoco que me parece sintomatico de una profunda dualidad en el coneepto de significado, En otro contexto serd esencial enérentarse direc. tamente con esta dualidad. Aqui me mantendré a distancia de ella evitando totalmente hablar de «significado». En su lugar diseutiré, aunque atin fen términos generales y casi metafisicos, eémo identifican los miembros de una comunidad lin- auistica los referente lesa. 2 Consideremos el siguiente experimento mental ‘con el que quizé ustedes se hayan encontrado an- tes en forma de chiste, Una madre ctlenta por pri mera vez a su hija Is historia de Adén y Eva, y uego le enseia una estampa de la pareja en’ el jardin del Edén. La nifa la mire, france el ecto Y perplejamente dice: «Mamé, dime quién es ‘quign, Lo sabris si estuvieran vestidass, Inchuso en un formato tan condensado, esta historia st Dbraya dos caracteristicas obvias del lenguaje. Para ‘emparejar los términos con sus referentes puede usarse legitimamemte todo lo que se sepa o crea de estos relerentes. Ademés, dos personas pueden hhablar la misma lengua y sin embargo utilizar cri- terios diferentes para identificar los referentes de sus términos. Un observador enterndo de sus dit 128 (out sow tas nevovverones camsrimcas? ferencias concluiria simplemente que las dos dife- rian en lo que sabian de los objetos en cues- ti6n, Creo que puede darse por supuesto con toda tranquilidad que personas diferentes uti lizan criterios diferentes para identificar los refe- rentes de términos compartidos, Supondré ademas Ja tesis, ahora ampliamente comapartida, que afir- ma que ninguno de los criterios utilizados para determinar Ja referencia es meramente convencio: nal es decir, asosiado simplemente por definiciéa con los términos que ayuda a caracteriz D eCémo, puede ser, pues, que personas cuyos ctiterios son diferentes identifiquen los mismos referentes para sus términos tan regularmente? Una primera respuesta es sencilla, Su lenguaje est adaptado al mundo natural y social ea el que vi ‘yen, y ese mundo no presenta las clases de objetos y situaciones que, explotando sus diferencias de triterios, les conducirian a hacer identifiaciones diferentes. Esta respuesta plantea, a su vez, una, ‘cuestién adicional més dificil: gqué determina que los conjuntos de criterios que un hablante em- pplea cuando aplica el Ienguaje al mundo sean ade- ud, Be to ten age Pin oy cm Sein Sagmade artecone ibe senders cs tee {ido muy ampli" sbarea cualesgulers tenis, bo todas ‘eceseramente cansstentes, que as personas usta para So Becta palabras con el roundo, Ea patil tly como 36 {Ss gal wcerioe»punde inclu ernment seme jaze con ‘leaps parsdipadicos (pero entonces In reason de see: [ina relevante debe ser canocia) recurso w experts (pero atoncer lor Mblantes dcben saber coma enctutsr los Se? | Sos telorante) comamsueann.z9 9 cuundos al mundo que ese lenguaje describe? 206 deben compartir hablantes que determinan la re ferencia utilizando crterios distintos para ser ba- blantes del mismo lenguaje, miembros de la mis- ‘ma comunidad lingistica™ Los miembros de a misma comunidad lingtis- tica son miembros de una eultura comin ¥, por consiguente, cada uno de Frentarse con un mismo rango ones, Para que ideatifquen los tes, cada uno debe asociar cada término individual oa un conjunto suliciente de eriterios como para distinguir sus refereates de otros tipos de obje- tos o situaciones que el mundo de la comunidad realmente presenta, sunque no se requiere que se Alistingan de otro tipo de objetos que son sélo ime: ginables. Por tanto, la habilidad para identifcar Correctamente los elementos de tn conjunto re- dure a menudo que se conozcan ademés conju fos, de contraste. Por ejemplo, hace algunos atios ugerl que apreader a Identificar gansos puede requerir también que se conozcan criaturas tales como patos y cisnes (Kuhn, 1974). Yo indicaba 14, No be encontrado ainguna manera breve de dicate ete ten que parse que sulero ple gue lo cate Sbe'cieos 9 stussont pin los que ren como ent Shane cabetgn de tio plete que aon doben pres {Estesy es eos aprenden tip ver Por jenn Tin emer cetunce secnicovncieny et dec ak ria se splen la sega iy de Newton Pero aod Srendige eomocer tay fra slo Sto m Sa SUrtmecistoorwona Honerse 130 gout sox 148 mevonueronns emrtacas? ue el grupo de criterios adecuade para identificar gansos dependia no sélo de las caracteristicas Compartidas por los gansos reales, sino ademas de Ins caracteristicas de algunas otras criaturas del mundo habitado por los gansos y las personas ue habian de ellos. Som pocos los términos @ ex Dresiones con referente que ge aprenden separada, ‘mente, o del mundo © uno de otro. © Este modelo muy parcial del modo en que los Jhablantes emparejan'el Ienguaje con el mundo pretende reintroducir dos temas estrechamente re- lacionados que han sparecido con frecuencia en este articulo. Sin duda, el primero es gl papel cesencial de los conjuntos de términos que las per- sonas educadas en una cultura, sea ésla ciemtiica © m0, deben aprender a la ver, y que las que son ‘jenas a esa cultura deben considerar a la vex dit rante la interpretacién. Este es el elemento holista, ue intervino en este articulo al comienzo, con la inconmensurabilidad local, y su base deberia shor ra estar clara, Si hablantes diferentes que utlizan criterios diferentes consiguen identificar los mis- ‘mos referentes para los mismos términos, los con. ed Jesado un papel en la determinaci6n de los eriterios que cada har blante asocia con términos individuales, Esto debe ser asi al menos cuando, como es habitual, estos eriterios no constituyen por sf mismos conidiclo. hes necesarias y sticientes para que un término tenga referente. En estas circunstancias, una espe sie de holismo local debe ser una caracterfstics csencial del lenguaje. ‘commmsuesmn nD i « Estas observaciones pueden proporeionar tam bign una base para mi segundo tema recurrente, la + reiterada asercin de que lenguajes diferentes onen al mundo estructuras diferentes. Imagine- mos por un momento que para cada individuo un término que tiene reforente es un nudo en una red Iéxica del cual {rradian rétulos con los criterios que él o ella utiliza ea la identificacién de los refe- rentes del término nodal. Esos eriterios conccta- ‘in algunos términos y los distanclarin de otros, construyendo asi una éstractura multidimensional dentro del léxico, Esta estructura rflea los aspec- tos de Ia estructura del mundo que pueden ser deseritos utilizando el léxico y, simulténeamente, limits los fenémenos que pueden deseribirse con ayuda del lxico. Si a pesar de todo sargen fené- ‘menos angmalos, su descripeién (quisds incluso su reconocimiento) requeriré la alteracién de al- guna parte del lenguaje, cambiando las conexio. es entre términos previamente constitutivas Notese, ademés, que wtllzando conjuntos dis. tintos de las eonexiones que constituyen eriterios ‘pueden formarse estructutas homélogas, es decir, cestructuras que reflejan ol mismo mundo, Lo que tales estructuras homélogas preservan, desprovis- tas de los rétulos que designan los crterios, son las categorias taxonémicas del mundo y las rele. ciones de semejanza/diferencia entre ellas, Aum que aguf me inclino hacia la metéfora, mi direc. cién deberia estar clara, Lo que lo tuna comunidad lingilstca compart homo logia de Ia estructura léxics. No es necesario que 132 cgut son ras mavorocronms cxmerercas? sus criterios sean los mismos, puesto que pueden apreaderlos los unos de los otros a medida que Jo necesiten, Pero sus estructuras taxonémicas de- ‘ben coincidir, pues, cuando Ia estructura es dife- rente el mundo es diferente, el lenguaje es privado y cesa la comunicacién hasta que un grupo apren de el lenguaje del otro. ‘Acestas alturas debe estar claro dénde hay que buscar, en mi opinién, los invariantes de Ia tra- duccion. A diferencia de lo que ecurre con dos ‘miembros de la misma comunidad lingltstica, no 5 necesario que las personas que hablan dos 1 gus mutuamente traducibles compartan térmi- hos: rad no es «rueda».* Pero las expresiones de luna lengua que tlenen referente deben ser empare- {ables coa las expresiones de la otra que tienen el ‘mismo referente,y las estructuras léxicas emplea- das por los hablantes de las Jenguas deben ser las mismas, no sélo dentro de cada lengua sino ‘también, de’ una lengua a la otra, Dieho en pocas palabras, Ia taxonomia debe preservarse para pro- porcionar categorias compartidas y relaciones compartidas entre dichas categorias. Sino se pre- serva, la traduccion es imposible, un resultado que el denodado esfuerzo de Kitcher para ajustar la teorfa del flogisto a la taxonomfa de la quimica moderna ilustra con precisi. ‘| Por supuesto, Ia traduccién es sélo el primer recurso de las personas que inteatan comprender- + Rader un temino semis que sion ered. Kyln se squ'a us ejemplo de Putnam, Vease Putnam, 198, ag 6 Udy. TE) ‘consemsuRAnILIAD 13. se, La comunicacién es posible en su ausencia. Pero exando Ia traduccién no es factble, se requie- ren dos procesos que son muy diferentes: inter- pretacién y aprendizaje del lenguaje. Estos proce- $08 no son arcanos. Historiadores, antropélogos y {quiz4 los niffos se dedican a ellos todos los dias. Pero no son bien entendidos, y su comprensién re- 4querird probablemente la atenciéa de un cfrealo filos6fico més amplio que el que actualmente se ‘ocupa de ellos. De esta aropliacién depende al que se comprenda no sélola traduecién y sus limitacio- nes, sino también el cambio conceptual. No es un faccidente que el andlisis sincrénico contenido en Palabra 9 objeto de Quine se introduzca mediante clepigrafe diacrénico del barco de Neurath Bibliografia Arm, KastOrz0 (1972) «The A Prior! of Communication ‘and the Foundation of the Humasiies, Mon and World, :337. (Relmpreso en Dalimayr y McCarthy (49), pigs. 292315) Datisatae FA, y McCarry, TA. (comps) (1970, Ue ‘derstanding and Social Inguty, Notre Dame, Univer sity of Notre Daze Press, Davinsox, Donato (1974), «The Vary Tea of « Conceptual ‘Schemee, Proceedings «addresses of the Ameria Philosophical Asoeaton, 41:520. ‘evenameno, P. Ke (1962),

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