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EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO a4
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EN LAS POSTRIMERIAS DE LA MODERNIDAD
Esther Diaz
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Copémico, Bruno, Galileo y Newton, entre otros, estremecieron un saber
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respecto de las verdades oficiales. Lograron asi un nuevo dominio de saber y de poder
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de conocimiento sino también el tipo de deseo que lo moviliz6. La ingenieria genética,
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sin cuerpo, esto es, una nueva representacion del objeto de deseo. Actualmente,
se podria decir que el medio es el deseo. A partir de esta nueva disposicion
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Se produce entonces una filosofia de la ciencia que analiza los nécleos duros de la
epistemologia, tales como las estructuras de las teorias cientificas, sus intentos
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convivan amigablemente diferentes posturas tedricas, sin declinar la defensa (a veces
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sin relacionarla con el cuerpo, con el deseo, con el poder,
con la ética, con las mujeres, con los hombres.
PU Ee CdLA PROBLEMATICA DE LAS HUMANIDADES
Y LA HERMENEUTICA
Enrique Moralejo
Como es sabido, las ciencias fisico-experimentales se constituyeron
definitivamente en el siglo xvul, lo cual significa que, al lograr establecer
bases absolutamente sélidas y definitivas, pudieron erigir sobre ellas
un saber de validez universal. El desarrollo constante y progresivamen-
te acelerado de la tecnologia -que no es un instrumento de la ciencia,
como equivocadamente se supone, sino la manifestacion clara de su
esencia en términos de un tipo de saber capaz de control y dominio
-tal como lo mostrara Martin Heidegger-' es el testimonio elocuente de
ello. Con las disciplinas humanisticas no ha ocurrido lo mismo; si bien
se ha profundizado en la comprensién del hombre y sus realizaciones,
no se han podido convenir categorias y métodos comunes. En este
terreno ha predominado la discusion sobre las posibilidades de acuer-
do; las perspectivas multiples, sobre el criterio uniforme y universal-
mente admitido.
En el intento de simplificar una cuestion de por si muy compleja, se
pueden mencionar las dos concepciones opuestas principales: una
sostiene que el conocimiento de los problemas sociales e histéricos debe
regirse por el mismo criterio y metodologia de las ciencias naturales, y
ésta es la posicion del naturalismo; la restante propone, en cambio,
resignarse al esfuerzo constante de establecer nuevas formas de com-
prension, admitiendo la complejidad infinita del hombre y sus realiza-
ciones, asi como el caracter irrestrictamente epocal e histéricamente
condicionado del conocimiento.
Obviamente, la acritud de la polémica sobre el tema fue alimentada,
y lo sigue estando, por el éxito incuestionable de las ciencias fisico-
matematicas, que atin da pabuloa la ilusi6n de extender sus conceptos
1. Véase M. Heidegger, “La pregunta por la técnica”, en Epoca de Filosofia, 1, 1, Barcelona,
1985,
[245]246 5 ciencias sociales
y métodos al campo de las realizaciones humanas. El naturalismo a
ultranza adolece de una especie de ingenuidad gnoseolégica, pues se
empefia en suponer que los hechos y objetos -tanto para la percepcién
directa como para la ciencia- son realidades tltimas y definitivas y asi
dadas a la conciencia, sin advertir que son resultado de un proceso
constitutivo. Pero no todas las culpas son endosables a esa idealizacion
positivista del método natural; a la confusion también ha contribuido
una insuficiente comprensién de las bases de la ciencia, que ha llevado
a imaginar candorosamente formas alternativas de conocimiento del
mundo fisico. Segtin lo demostrara ya Kant respecto de aquello de que
dependemos de los sentidos como fuente de conocimiento -el mundo
fisico-natural-, la unica forma posible de acceso es la ciencia experi-
mental, cuyos principios tltimos fueron establecidos definitivamente en
los siglos XVI y XVII.” Si el propdsito es conocer el comportamiento de la
naturaleza para poder dominarla, es imposible salir del estrecho circulo
de la ciencia fisico-matematica; pero esto de ninguna manera puede
llevar a concluir que ésa sea la unica forma de relaci6n posible con la
naturaleza ni que el saber sea entendible exclusivamente como dominio.
El reconocimiento del caracter insoslayable de la ciencia experimen-
tal no implica erigirla en el modelo indiscutido de conocimiento, tras-
plantable a todo otro campo. Sobre esta conviccién fundamental se
apoya la tarea que sigue, en la cual, juego de resenar las bases concep-
tuales del pensamiento cientifico moderno y su inaplicabilidad a los
problemas que surgen en el estudio de la sociedad, la historia y la
cultura, se trata de establecer perspectivas propias para su adecuado
tratamiento. En ese sentido, el intento de justificar la necesidad de
acunar categorias y conceptos especificos no implica el desarrollo de la
metodologia y demas caracteristicas de ninguna disciplina en particu-
lar. El propésito, aqui, es critico y epistemoldgico, es decir, provocar la
reflexion respecto de los fundamentos ultimos, y como tales generales,
de las disciplinas humanisticas.
A modo de orientaci6n previa, puede ser de utilidad la definicion de
estas disciplinas que adopta Julien Freund:
Entendemos por ciencias humanas las disciplinas que tienen
por objeto investigar las diversas actividades humanas, en tanto
que implican relaciones de los hombres entre si y de los hombres
con las cosas, asi como las obras, instituciones y relaciones que de
ello resultan.*
2. Veéase I. Kant, Critica de la raz6n pura, Buenos Aires, Losada, 1970.
3. J. Freund, Las teorias de las ciencias humanas, Barcelona, Peninsula, 1993, p. 7.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 247
1. EL SIGLO XVIII Y EL PREDOMINIO DEL ESPIRITU ANALITICO
Para poder entender la pretensién del naturalismo de negar toda
tidad a las humanidades, es necesario remitirse a la época de la
Ilustraci6n, pues en su ambito cultural se cobra conciencia plena de los
cambios operados en el modo de entender el conocimiento y el papel de
la razon y se gestan las ideas que proyectan su influjo incluso sobre el
siglo xx. Estos cambios son consecuencia del derrumbe y la desarticu-
laci6n de la metafisica teolégica. Para ésta el hombre era una unidad en
la que se articulaban armoniosamente entendimiento, voluntad y sen-
timientos. Estas facultades actuaban en conjunto, destacandose una de
ellas segtin el tipo de acto realizado; asi, en la accion predominaba la
voluntad, pero en el conocimiento se destacaba el entendimiento o el
sentimiento en la apreciaci6n valorativa. Al desmembrarse la interpre-
tacion metafisica del mundo se independizan esas facultades, por lo que
el conocimiento de la naturaleza, por ejemplo, queda circunscripto a la
esfera del entendimiento y al aporte de la materia en la percepcion
sensible.
Con la quiebra de los rigidos sistemas de la metafisica, desaparece
también la posibilidad de que el pensamiento opere deduciendo a partir
de principios generales; el nuevo modelo para la Mustracién sera la
ciencia natural, que se basa en el andlisis. El punto de partida de la fisica
no son los principios racionales sino los hechos, a los que se accede por
la observacién. No obstante, esto no significa admitir un dualismo irre-
ductible entre la universalidad del pensamiento y la particularidad de
la materia sensible, pues la suposicién fundamental para la Ilustraci6n
es que hay una formao regularidad general, que no es postulable, como
si fuera un axioma, sino hallable en lo empirico. La observacién y el
analisis permiten encontrar el modo en el que se relacionan los hechos
y acontecimientos aparentemente independientes, modo que tiene una
estructura general, racional y, como tal, pasible del calculo y la mate-
matizacion. Tal como lo sintetizara Ernst Cassirer en su conocida obra
sobre el tema:
Porque lo que se busca, y lo que se presupone como consisten-
cia inquebrantable, es el ordeny legalidad absolutos de lo real; esta
legalidad significa que lo factico, en cuanto tal, no es mero material,
no es una masa inconexa de singularidades, sino que muestra en
si una forma que la penetra y domina. Esta forma se nos da en su
determinabilidad matematica, en su figuracion y articulacién se-
gun numero y medida. Pero no pueden ser anticipados por meros
conceptos sino que ha de encontrarselos en lo factico. El camino248 Las ciencias sociales
nos Ileva, por lo tanto, no de los concepts y principios a los fend-
menos, sino al revés.*
En consecuencia, el orden y la regularidad que representa la razon
no es ela priori al que deben conformarse los hechos; es expresion, por
el contrario, de su vinculacién intima y de su conexién inmanente.
Asi se justifica el origen del espiriiu analitico inspirado en el proceder
del calculo matematico, que René Descartes desarrolla en primera ins-
tancia e Isaac Newton lleva a su culminacion cuando descubre una
misma regularidad para todo el mundo fisico. Pero esta genial sintesis
entre los hechos positivos y lo racional que representa la ley de gravita-
cién universal no fue hallada de golpe y por azar; por el contrario, fue
el fruto de un largo esfuerzo metédico. En esa direcci6n esta el empeno
de Galileo por encontrar una explicaci6n general del movimiento en la
naturaleza, problema que no tiene solucién si se atiende simplemente
a los hechos pues éstos se presentan, en cada caso, como totalidades
completas. Para su adecuada comprension es necesario previamente
descomponerlos en sus partes y elementos, para ver los factores que
intervienen en cada caso y luego componerlos nuevamente, pero en una
sintesis que registre y tenga en cuenta las condiciones asi halladas.
Seguin Galileo, la ciencia de la naturaleza construye sus conceptos ra-
cionales a partir de este trabajo de andlisis 0 “resolutivo” -resoluci6n, es
decir, separacion de un todo en sus partes componentes- y de sintesis
o “compositivo”. Asi, por ejemplo, la regularidad universal en la trayec-
toria parabolica del proyectil, que aparece ante la percepcion visual
como un todo, no puede entenderse por la simple observacion de uno o
muchos casos; es necesario descomponer el fenémeno, investigando las
condiciones operantes en cada una de sus fases. De esta manera, el
impulso inicial del proyectil, su desaceleracion y posterior caida son
explicados a partir del hallazgo de distintas fuerzas actuantes.
Si bien el papel del analisis esta extraido de las matematicas, la
Ilustracion, que en él ve el proceder especifico de la raz6n, lo convierte
en el instrumento general para la comprensién de la realidad, en todas
sus formas, sean naturales o espirituales. Incluso esta convencida de la
idea -de enorme influjo incluso en nuestro presente- de la unidad e
invariabilidad de la razon, suponiendo que opera de igual modo en todos
los sujetos pensantes, en todas las naciones y épocas, en todas las
culturas.* Asi, por ejemplo, tanto la idea del Estado en Thomas Hobbes
4. E. Cassirer, La filosofia de la llustracién, México, FCE, 1981, p. 22.
5. Véase idem, 1981, p. 20.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 249
como la de “contrato social” en Jean-Jacques Rousseau dan por sentado
que ambas nociones representan una “voluntad general”, resultado de
la reunion y sintesis de las “voluntades particulares”. En la teoria de la
“division de poderes” de Montesquieu, la garantia para alcanzar mayo-
res posibilidades de libertad esta en lograr un “equilibrio estable”, en
donde cada fuerza en particular sea limitada y contenida por otra con-
traria, principio en el que se ve claramente reflejada la teoria fisica de
Newton.
Habiendo sido tan importante su hallazgo para las ciencias experi-
mentales, el intento de la Ilustracion de generalizar el procedimiento
analitico tuvo -y tiene atin hoy- efectos negativos sobre las posibilidades
de avance en la investigaci6n de los temas sociales, histéricos y cultu-
rales, pues en este ambito los hechos, acontecimientos y obras consti-
tuyen, ante todo, unidades complejas e independientes, no subsumi-
bles bajo reglas. Al desarticularlas, en la pretensién de hallar supuestos
componentes minimos, la totalidad desaparece, para no poder ser re-
construida. Sila estructura psiquica de la persona es descompuesta en
sus elementos ultimos, como pretendia la psicologia atomistica desde
David Hume y aun hoy en dia lo intenta, lo que se puede luego rearmar
es una abstracci6n genérica, aplicable a cualquier individuo, pero de la
cual ha desaparecido la persona concreta analizada. La raiz del equivoco”
esta en una insuficiente comprension del problema por parte de la
Ilustraci6n: la sintesis que las leyes y los conceptos generales expresan
realmente representan un completamiento hipotético de los hechos ob-
servados en su aislamiento. La vinculaci6n racional no es hallada sino
conjeturada de determinada manera; la prueba esta en que es infinito
el numero de hipotesis virtualmente comprobables, y en ello se sustenta
el avance constante de la ciencia en una misma direccion. Tal proceder,
como luego lo formulara Wilhelm Dilthey con mucha claridad, es real-
mente constructivo. sree
2. UNA TEMPRANA REACCION HISTORICISTA: GIAMMBATTISTA VICO
Ya en la misma época de éxito del naturalismo -otra manera de
referirse al método resolutivo-compositivo— hubo alguien que planted
una perspectiva nueva, original, que en ese momento no tuvo grandes
repercusiones, pero que posteriormente ejercié una enorme influencia
en el desarrollo de las ciencias de la cultura: Giammbattista Vico. Este
cuestiona el racionalismo moderno que, como ya se anticip6, es resul-250 Las ciencias sociales
tado de la desarticulaci6n de la concepcién metafisica monoteista y de
la separacién de las distintas capacidades del hombre. Pues si bien el
funcionamiento diferenciado de las facultades tuvo el efecto positivo de
afinar y desarrollar su ejercicio independiente -la razon en la ciencia, la
voluntad en la accion moral 0 politica, el sentimiento en el arte o en la
religion-, ello fue al precio de la pérdida de la unidad del todo, tanto en
el hombre como sujeto de conocimiento como en la concepcion del
mundo como objeto. Y al quedar excluidos sentimientos y voluntad de
la tarea de conocimiento, sus respectivos contenidos -la belleza en el
arte, la decision en la moral 0 en la politica, por ejemplo- dejaron de ser
pasibles de un saber riguroso.®
Contra estas limitaciones del espiritu analitico arremete Vico, en
especial enfrentandose a Descartes, al senalar que su criterio de la
verdad, basado en la “claridad” y la “distincion”, es insuficiente, por
proveer de una certeza meramente subjetiva y psicolégica. Ese criterio,
sostenia Vico, no es garantia de la verdad del contenido; la prueba esta
en que muchas veces se cree y se esta cierto de determinadas ideas que
realmente son disparatadas y sin fundamento. La verdad del contenido
tiene que ser asegurada por medio de otros mecanismos que no depen-
dan de la certeza subjetiva. Por ese motivo Vico se plantea la necesidad
de establecer un principio que sirva para distinguir lo que puede cono-
cerse de lo que no puede conocerse; es decir, de una doctrina que fije los
limites del conocer humano.
Vico encuentra el principio que busca en Ia doctrina de que
verum et factum convertuntur, es decir, que la condicién para que
se pueda conocer algo con verdad, 0 sea, para que se le pueda
entender y no solamente percibir, consiste en que el sujeto que
conoce haya fabricado aquello que conoce.’
El hombre no puede conocer lo que la naturaleza es en su esencia
porque no la ha creado -sélo un Dios creador estaria en esas condicio-
nes-, sien cambio conoce con evidencia un resultado matematico, por-
que éste es un objeto que él ha construido en la fantasia a partir de
determinados supuestos. De esta manera, este principio establece las
bases ciertas para el conocimiento de la historia, pues en ella se dan los
diversos contenidos -lenguaje, costumbres, leyes morales y juridicas,
obras de arte- realizados por el hombre. Con genialidad inocultable,
6. Véase W. Dilthey, Introduccién a las ciencias delespiritu, Madrid, Alianza, 1980, pp. 504
yss.
7. RG. Collingwood. Idea de la historia, México, Fe, 1980, pp. 70 y 71.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 251
Vico intuy6 que en su soluci6n al problema del conocimiento desapare-
cia la oposicin sujeto-objeto; el conocimiento del mundo fisico, aunque
progresivo, es inagotable, pues depende de una realidad dada, no crea-
da. En el ambito de lo culturale historico, en cambio, no hay un resto que
por principio pueda permanecer oculto, lo cual brinda al conocimiento
una seguridad absoluta.
El hombre actua y crea instituciones, con lo cual se va conformando
el contenido historico; luego lo puede conocer porque puede reconstruir
ese proceso en su conciencia, reproduciendo las diversas instancias y
condiciones que le dieron origen. Esa reconstitucién es posible y da
lugar a una certeza que en nada desmerece la que Descartes aplicé
exclusivamente a las matematicas y a la fisica, porque hay una especie
de armonia preestablecida -sostenia Vico- entre quien estudia la histo-
ria y quien protagoniz6 los hechos historicos; ambos poseen una misma
naturaleza.
Lo humano conoce con certeza lo humano; la seguridad de este
principio esta asentada en la suposicion de una “comun naturaleza”,
idea ésta que es de vigencia irrestricta en los siglos XVII y XVIII, pero, como.
luego se vera, en el XIX y el xx sera revisada, al comprobarse que lo
humano, lejos de ser fijo e invariable, se transforma con el paso del
tiempo.
En contraposici6n a la idea de progreso indefinido que se iba gene-
ralizando a partir de su constatacion en la ciencia natural, Vico reha-
bilit6 la antigua noci6n de eterno retorno, pues atribuia a la historia un
desarrollo ciclico, pero con la particularidad de que la repeticion de cada
ciclo implicaba nuevos aspectos, distintos del anterior, por lo cual la
imagen adecuada a ese desarrollo era un curso en espiral. Esta necesi-
dad de distinguir lo diferente y especifico de cada edad se tradujo en la
preocupaci6n metodolégica de estudiar cada institucion -el derecho, las
lenguas, las costumbres, las practicas sociales y politicas, la moral, la
familia— en su contexto particular. De esta manera la historiografia vi-
quiana Ilamé la atencién por primera vez sobre la necesidad de consi-
derar cada hecho cultural e histérico en su especificidad, sin pretender |
subsumirlo bajo conceptos 0 leyes generales.
Las tres edades sucesivas que caracterizan cada ciclo son la edad de
los dioses, de los héroes y de los hombres; en esta Ultima es cuando el
hombre cobra conciencia de si mismo y de su relacion con los demas y
recurre a formas racionales de comportamiento, pues si bien a la prime-
ra le corresponde como instituci6n tipica el “derecho sagrado” y a la
segunda el “derecho heroico”, a esta ultima le pertenece el “derecho
racional y universal”, a diferencia del heroico, que esta asentado en la
fuerza. Pero para Vico este progreso hacia la racionalidad autonoma no252 Las ciencias sociales
tiene el mismo sentido que para la Ilustracion moderna que, al conside-
rar el pasado como carente de racionalidad plena y ajeno a la esencia del
hombre, incurria en una vision ahistorica de la sociedad. En cambio, a
juicio de Vico, el mito, la poesia y la fantasia no son simples creaciones
que tengan que ver con el sentimiento tnicamente; poseen, por el con-
trario, un contenido verdadero, en la medida en que son depositarios de
criterios, vigentes en cada época historica, utiles para una ordenada
comprensi6n de la naturaleza, de la vida y la sociedad, desde modos de
siembra y laboreo de la tierra, pasando por pautas generales para ad-
ministrar justicia en el terreno econémico y juridico, hasta llegar a
formas de entender y relacionarse con lo sagrado. Al ser tan novedoso
y profundo el planteo de Vico, no fue entendido en su propia época, como
tantas veces ocurre; recién a partir de fines del siglo xIx pudo ser apro-
vechado en todas sus proyecciones.*
3. LA HERMENEUTICA: LOS ORIGENES
Los problemas especificos de las ciencias del hombre y de la cultura
requieren un doble enfoque, que hasta ahora las dos posturas resena-
das cubren tnicamente en forma parcial y por separado: el historicismo
de Vico mostré las condiciones necesarias para acceder a la compren-
sion de los hechos histéricos y culturales en su individualidad, pero no
pudo justificar adecuadamente la dimensién de universalidad que toda
forma de conocimiento requiere; este requisito lo satisfizo solo en parte
el espiritu analitico, por medio de una generalidad construida, hipoté-
tica y, como tal, despojada de contenido concreto. La hermenéutica,
como se vera, intenta una soluci6n satisfactoria de ambos problemas,
sobre todo a partir de la etapa fundamental representada por la obra de
Dilthey.
La palabra ‘hermenéutica’ aparece ya en Platon, aplicada en el 4am-
bito de la religiosidad griega, con el significado de técnica 0 arte de la
interpretaci6n. ° Su funcion es establecer el sentido correcto de lo que la
sacerdotisa 0 vidente profetiza en forma confusa, sin intervenir respecto
de las posibilidades de verdad de su contenido. En el medioevo tiene un
uso no sistematico, y es recién en la modernidad cuando se comienza
8. Véase G. Vico, Ciencia nueva, Madrid, Orbis, 1985.
5, 1978, pp. 321 y ss.
9. Véase W. Dilthey, El mundo histérico, México,La problematica de las humanidades y la hermenéutica 253
a hablar de ciencia hermenéuticacon un sentido mas 0 menos unificado.
Johan Conrad Dannhauer utiliza por primera vez en el siglo xvit el
término latino ‘hermenéutica’, y ademas es quien plantea que debe
convertirse en ciencia universal, debido a que todas las ciencias requie-
ren la interpretacion. Al universalizarse su uso, adopta un cardcter
preparatorio que amplia la logica en términos de una ldgica de la inter-
pretaci6n. Su funcion es establecer claramente el sentido de lo dicho en
un pasaje dificil, desentendiéndose respecto de su verdad 0 falsedad. En
este proposito de universalizacion de la hermenéutica, Dannhauer an-
ticipa a Schleiermacher y a Dilthey.'”
El fuerte impulso que la hermenéutica recibe en la modernidad es por
influencia de la Reformay del humanismoy su revalorizacion del modelo
de la cultura clasica. La Reforma protestante, por necesidades teolégi-
cas, plantea la autosuficiencia del texto biblico, que no requiere el aporte
de la tradicion doctrinaria que exigia el catolicismo. La figura moderna
de este enfoque es Matias Flacius Illyricus, quien en el siglo xvi sostenia
que era posible aislar un sentido literal en el texto biblico, con lo cual se
podian superar las confusiones y contradicciones, a partir del estudio
cuidadoso del vocabulario y de las figuras de estilo. Sobre la base de este
sentido literal era perfectamente posible captar su sentido espiritual,
siempre que se siguiera el precepto de que cada pasaje biblico debe ser
comprendido en el contexto del todo que forman las Escrituras. Esta
maxima anticipa el famoso circulo hermenéutico de que el todo debe ser
comprendido desde las partes y éstas a partir del todo. Flacius fue el
primero que vio la importancia de este principio interpretativo: analizar
las partes segun la intencion del todo de la obra.
En los siglos xvi y xvul se dan tres formas de hermenéutica: la
teolégica, en el uso ya mencionado; la profana, orientada a la correcta
interpretaci6n de los textos clasicos griegos y latinos, y la juridica, que
se ocupa de reglas que conciernen a la justa aplicacién de las leyes. A
estas tres se afaden en el siglo xix una hermenéutica historica y otra
filolégica de las lenguas vivientes.
En estos usos la hermenéutica es considerada como una disciplina
auxiliar para solucionar cuestiones de litigio o para aclarar un pasaje
oscuro. Este trabajo es posible por una habilidad particular o “sutileza
en la comprensi6n”, con lo cual se inaugura una distincion entre com-
prendery explicar, de proyecciones muy importantes en el pensamiento
contemporaneo, como luego se vera. ‘Interpretar’ significa aportar con-
10. Véase R. Walton, Clases inéditas en la Maestria de Filosofia de la Cultura, Universidad
Nacional de General San Martin, segundo cuatrimestre de 1999.254 Las ciencias sociales
ceptos que sean pertinentes para la comprensi6n del sentido; es un arte
de reparacién: los pasajes oscuros requieren reglas que los aclaren.
Tiene que ver con una situacién pedagogica, en la que se ayuda a com-
prender, e implica una funcion auxiliar o complementaria, pero por eso
también exterior a la comprension.''
Paul Ricoeur distingue dos grandes movimientos en la historia mas
reciente de la hermenéutica: un primer movimiento de universalizacién
de la hermenéutica, por el que las hermenéuticas regionales se incluyen
en una hermenéutica general. Este proceso se inicia, como ya se vio, con
Dannhauer en el siglo xvil y culmina en el xix con Friedrich Schleierma-
cher y Wilhelm Dilthey. El segundo movimiento es de radicalizacién de
la hermenéutica, por el cual una preocupacién ligada a la teoria del
conocimiento, es decir, una preocupacion gnoseolégica orientada a fun-
damentar las ciencias del espiritu, se subordina a una preocupacién
ontolégica, segiin la cual este comprender no es primariamente conoci-
miento sino un modo de ser del hombre: Martin Heidegger y Hans-
George Gadamer son las figuras principales.
4. LA UNIVERSALIZACION DE LA HERMENEUTICA EN DILTHEY
El segundo momento importante en el movimiento de universaliza-
cion de la hermenéutica se basa en el reconocimiento de la existencia de
lo que Dilthey denomina “conexiones efectuales”. Por su medio es posi-
ble incorporar la interpretacion de los textos -tarea a la que se limité la
hermenéutica anterior- al campo mas vasto del conocimiento historico.
De este modo el texto se convierte en un documento que proporciona la
clave para la comprension del nexo histérico. Los detalles del texto sdlo
pueden entenderse desde el conjunto y, a Ia inversa, el conjunto, cons-
tituido por la conexi6n de la historia, se comprende a partir del texto. El
principio hermenéutico del todo-partes vale para la conexi6n de la vida
animica y la vida histérica. Porque la realidad histérica se asemeja al
texto, el fundamento de la historiografia es la hermenéutica.
Como se ve, es posible pasar de la conciencia al texto y de éste a la
historia debido a que en cada caso conforman conexiones, que a la vez
estan unidas entre si, cuyos enlaces pueden ser recorridos por la com-
prension. Dilthey, superando las concepciones anteriores que reducian
al hombre a conciencia intelectual y el mundo -tanto fisico como espi-
11. Véase idem.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 255
ritual- a relaciones abstractas, demuestra que tanto el hombre como la
sociedad 0 la historia son realidades concretas, compuestas de diversos
nexos efectuales, centrados en si mismos: el hombre es vida, en la que
se articulan de diversas maneras la razon, los sentimientos y la volun-
tad; la sociedad esta compuesta de organismos e instituciones en los
que los individuos interactuan necesitandose y condicionandose, en la
familia, el derecho 0 la economia; la historia, por ultimo, es el curso
general que anuda todos los nexos en la cultura y la tradicion. Por lo
tanto, el individuo es el punto de cruce de mitiltipies conexiones que lo
mantienen vinculado a totalidades que se amplian hasta llegar a la
€poca en la que vive 0 a la historia universal.
Dilthey logra, por primera vez, una clara diferenciacion entre lo que
él llama “ciencias del espiritu” y las ciencias de la naturaleza, a través
del modo como se da el acceso a sus objetos respectivos de conocimien-
to. Mientras que para las ciencias de la naturaleza los hechos son fené-
menos que vienen a la conciencia desde afuera, y de los cuales no se
puede conocer su ser en si, para las ciencias del espiritu la realidad y
los hechos son dados en toda su plenitud y originalidad; no vale aqui la
distincién fendmeno-cosa en si. Las realidades psiquicas tienen la ven-
taja de que pueden ser captadas inmediatamente por una vivencia tal
como son en si mismas. Al saber construido por hipétesis de la ciencia
experimental, Dilthey contrapone un saber de lo dado directamente.
Hay que tener en cuenta que el motivo central del pensamiento de
Dilthey es fundamentar las ciencias del espiritu frente a las ciencias
naturales, procurando alcanzar para ellas una objetividad que les sea
especifica. Plantea que ya desde fines del siglo xvii se van dando diver-
sas disciplinas diferenciables de las naturales, a las que se denominé de
diversas maneras ~ciencias morales, sociales, historicas, de la cultura,
y también del espiritu-, pero sin clara conciencia de un fundamento
propio que las diferenciara. Dilthey sugiere que es en la autoconciencia, \
en la conciencia que el hombre tiene de si mismo como voluntad inde-
pendiente, donde arraiga la necesidad de establecer una distincion entre
el reino de la naturaleza y el reino del espiritu:
El hombre encuentra en esa autoconciencia una soberania de
la voluntad, una responsabilidad de las acciones, una capacidad
de someterlo todo al pensamiento y de resistir a todo dentro: del
castillo de la persona, con lo cual se diferencia de la naturaleza
toda. De hecho, se encuentra dentro de ésta, para emplear una
expresién de Spinoza, como un imperium in imperio.'?
12. W. Dilthey, Introduccién a las ciencias del espiritu, p. 41256 Las ciencias sociales
En esta capacidad del hombre de afirmarse en su propia libertad,
resistiéndose y oponiéndose a sus inclinaciones, construyendo un mun-
do articulado -la cultura- que se sustenta en si mismo al margen de las.
contingencias y que en su desarrollo y conexi6n constituye la historia,
es en donde Dilthey ve la posibilidad de fundacién de un dmbito propio.
Esta autonomia se justifica en que existen dos formas distintas de
experiencia; mientras las ciencias de la naturaleza se basan en el dato
externo, las del espiritu lo hacen en el dato interno. Ambas formas estan
basadas en el sujeto, pero en un caso dan lugar al conocimiento del
mundo exterior y, en el otro, del mundo interior. A éste se accede en la
autorreflexi6n, la cual toma el dato externo -la naturaleza- pero ahora
como la huella y los efectos que la voluntad deja impresos en ella,
evidenciando su capacidad de transformacion. Es decir, el sentimiento
que la conciencia tiene de su autonomia incluye también la posibilidad
de considerar la naturaleza no sélo como un objeto construido en el
fenomeno sino como el ambito en el que el hombre realiza sus posibili-
dades de libertad y creaci6n. Con esta distinci6n Dilthey se aleja de toda
forma de construccion metafisica, para optar por el irrestricto respetoa
los hechos, en un caso externos, en el otro internos.
4.1. Vida, expresién y comprension
La existencia ajena se nos da desde afuera, en un primer momento,
en hechos sensibles 0 fendmenos -sonidos, ademanes, acciones-, y s6lo
por un proceso de reproducci6n o “formacién segunda” esos datos ai:
lados son completados desde la propia vida. Por lo tanto, la comprensi6n
(Verstehen) es el mecanismo que va desde los signos a su interioridad,
que es un algo psiquicoen el que se unifican. Esta tarea de conocimiento
se objetiva y es susceptible de un procedimiento técnico cuando la
manifestacion de vida es tal que se puede volver sobre ella en forma
reiterada; eso ocurre cuando cristaliza en una obra o se fija en un texto.
Dilthey denomina interpretacién (Auslegung) a la comprensi6n técnica
de las manifestaciones de vida fijadas de este modo.
Dilthey sostiene que la interpretacion es una obra de arte personal,
que se acrecienta en el contacto con las creaciones humanas y el estudio
y se apoya en la afinidad o parentesco entre el intérprete y lo interpre-
tado. La interpretacién fija en reglas su procedimiento, con lo cual
supera las dificultades con que tropieza y transmite de esta manera el
resultado del arte personal. El tratamiento de estas reglas es el arte o
técnica de la interpretacién, tarea que identifica y define a la hermenéu-
tica para Dilthey:La problematica de las humanidades y la hermenéutica 257
Asi como en las ciencias de la naturaleza el conocimiento de las
leyes es posible tnicamente mediante el ntimero y la medida,
aplicados a las experiencias y a las reglas contenidas en ella, asi
también en las ciencias del espiritu toda proposicién abstracta solo
se puede justificar por su referencia a la vida animica, tal como se
nos da en la vivencia y en la comprensién.'?
Si lo humano es considerado solamente como aquello a lo que se
accede mediante la percepcion, queda reducido a un “hecho fisico” y es
objeto del conocimiento propio de la ciencia natural; surge en cambio
como objeto de las ciencias del espiritu en la medida en que los hechos
humanos pueden ser revividos, pues se expresan en “manifestaciones
de vida”, y éstas pueden ser comprendidas. La conexi6n entre la vivencia
-la vida humana-, la expresién-los signos u objetivaciones de la vida—
y la comprension -la formacion segunda o reproduccién- constituye la
via por la que se manifiesta lo humano como objeto de las ciencias del
espiritu.'*
El conocimiento de las realizaciones humanas no consiste en remon-
tarse de los efectos a sus causas, como en las ciencias naturales, sino
en referir una expresi6n al contenido psiquico que esta incorporado a
ella; el objeto sensible es considerado como algo extrafio en lo que se
expresa una interioridad, y el comprender es el proceder con el que se
llega a esa interioridad. Los materiales muertos -documentos y obras en
general- son tomados como expresiones de vida ajenas, de los que se
extrae la vida animica que los ha producido y se ha solidificado en ellos.
De esta manera las ciencias del espiritu van de la expresiéna la vivencia,
pues el punto de partida es la vida que fluye en nosotros, debido a que
“slo la vida comprende la vida” -en una frase que hace recordar, curio-
samente, a Vico: lo humano conoce con certeza lo humano-. Todo objeto
de cultura es expresi6n de la vida, por lo que tiene un significado, y el
conocimiento consiste en pasar de la expresi6n a lo expresado; en inter-
pretar el signo.
4.2. Vivencia, estructura y significado
En la concepcién de Dilthey la vida no es el hecho bioldgico sino la
vida humana, experimentada por cada uno en toda su complejidad. Es
13, W. Dilthey, El mundo historico, p. 339.
14, Véase idem, pp. 107 y ss.258 Las ciencias sociales
la conjunci6n de las innumerables vidas individuales, que constituyen
la realidad social e histérica, integrada por las obras y realizaciones de
todo tipo -instituciones, leyes, artes, religion, filosofia-. El sujeto que
conoce es siempre parte de la vida y slo puede conocerla desde dentro.
Y la vivencia es el modo de experiencia en el que se da la propia vida, en
una percatacion directa e inmediata. Siendo la vivencia una parte del
curso de la vida, tiene una duracién en el tiempo y un significado uni-
tario. Configura un todo, separable del contexto general de la vida, pues
constituye la “unidad mas pequefia”. Pero también la nocién de “viven-
cia” es utilizada por Dilthey, en un segundo sentido, para la captacion
de conexiones mas abarcadoras, siempre y cuando contengan un “sig-
nificado comuin”.'°
Dilthey Ilama “vivencia” a la conexi6n, por ejemplo, entre la percep-
cion de una sefial de peligro, el sentimiento de temor que despierta y la
accion de huir ejercida por la voluntad; los tres momentos 0 aspectos
configuran un todo, que se puede separar del contexto general de la vida.
Opone a la psicologia explicativa o constructiva una psicologia descrip-
tiva y analitica; la explicativa es la que subordina los fenémenos de la
vida psiquica a una conexion causal, y lo hace reduciendo la vida psi-
quica a un numero limitado de elementos, univocamente determinados.
Esta forma de psicologia atomistica responde a un mecanismo resolu-
tivo-compositivo (resefiado al comienzo de este trabajo, en el punto J),
con el que establece relaciones hipotéticas, que como tales son abstrac-
tas e intelectuales. La psicologia propuesta por Dilthey se basa, en
cambio, en un proceder que analizay describe las conexiones que “son
vividas”, respetando su significado unitario; dice textualmente:
Entiendo por psicologia descriptiva la exposicién de las partes
yconexiones que se presentan uniformemente en toda vida psiqui-
ca humana desarrollada, enlazadas en unica conexién, que no es
inferida o interpolada por el pensamiento sino simplemente vivida.
Esta psicologia consiste, por lo tanto, en la descripcién y andlisis
de una conexion que se nos da siempre de modo originario, como
Ja vida misma.'®
Precisamente, el objeto de estudio de las ciencias del espiritu son
estas conexiones, presentes tanto en el individuo como en el todo social
e histérico. Si la categoria basica para el mundo fisico es la relacion
causal, la nocién fundamental que Dilthey encuentra para el mundo
15. idem, p. 218.
16. W. Dilthey, Psicologia y teoria del conocimiento, México, Fce, 1978, p. 204.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 259
espiritual es la conexi6n estructural. Las partes estan vinculadas con el
todo a través de un significado,
Se pueden sintetizar en tres los equivocos del pensamiento moderno
-como ya se vio en la descripcion del espiritu analitico- que dificultan
la adecuada comprensi6n del hombre y sus realizaciones sociales y
culturales: 1) el hombre es una realidad separada del mundo; 2) sus
capacidades -razon, voluntad, sentimiento- funcionan independiente-
mente, y 3) el componente psiquico es fijo y permanente. Dilthey de-
muestra que estos tres supuestos son insostenibles; respecto del prime-
ro senala que no hay tal separaci6n, pues ya en el nivel de las necesi-
dades primarias -hambre, proteccién- el estimulo es respondido por el
hombre adaptandose al mundo o transformandolo de acuerdo con sus
requerimientos. El mundo de la vida integra en una unidad los condi-
cionamientos del medio fisico con las transformaciones efectuadas por
el hombre. Respecto del segundo supuesto, la respuesta es que la vida
configura en cada acto y expresién una estructura compleja de elemen-
tos no reductibles unos a otros, pero en la que cada uno de ellos -razon,
sentimientos 0 voluntad- participa en la tarea de los restantes. El per-
cibir en el conocimiento, por ejemplo, no es ajeno al agrado 0 desagrado
que lo percibido provoca en el sentimiento ni a la decision de la voluntad
de prestar atencién o desentenderse.
Pero, ademas, tal estructura -y ésta es ya la respuesta al tercer equi-
voco- se halla en proceso permanente de desarrollo, pues la experiencia
cristaliza y se convierte en patrimonio del individuo en la forma de una
“conexin adquirida de la vida psiquica’”, sobre la que se apoyan los nuevos
conocimientos.'7 De este modo Dilthey justifica tanto la evolucion del
individuo en su formaci6n, pues ésta se sustenta y potencia en las expe-
riencias ya consolidadas, como de la humanidad en la historia, debido a
que ésta progresa a partir de lo construido en el pasado.
4.3. Las objetivaciones en la sociedad y en la historia
Sobre la base de la conexi6n adquirida, la experiencia del individuo
y de la sociedad cristaliza en nuevas objetividades de caracter comuni-
tario. Asi se explica la conformacién de las diversas instituciones, en la
economia, el derecho, la ciencia 0 la cultura. Las objetividades son
cognoscibles, en la medida en que se presentan en forma de signos que
pueden ser interpretados. Estos signos remiten a un significado, que es
17. Vease idem, pp. 36 y ss. y 249 y ss.260 Las ciencias sociales
aquello que unifica e identifica cada objetivacion comunitaria. El saber
puede avanzar de lo individual a lo social e histérico, pues en todos los
casos son parte de una misma vida, en la que cada componente se
ilumina mediante el aporte de los restantes: “La vida se nos da en la
vivencia, en la comprensién y en la captacion historica”.'*
Si en la ciencia natural rige una unica relacion basada en la equiva-
lencia entre la causa y el efecto, que se despliega en un espacio homo-
géneo y en un presente intemporal, la comprensién de la vida humana
se concreta, en cambio, en las diferentes vinculaciones que establecen
los nexos efectuales. Mientras la relacion con el presente esta dada
fundamentalmente en el sentimiento que despierta lo util o valioso para
la vida, la vinculaci6n con el pasadose sustenta en el significado. A éste
se accede mediante la razon, que debe comprender las objetividades en
las que se asienta la vida individual y comunitaria. Pero respecto del
futuro la conexion es de otro tipo, pues aqui deseos ¢ ideales ofician de
fines para la accion de la voluntad. De esta manera, la vida es interpre-
table mediante una teleologia, que es una causalidad no mecanica, pues
actta por fines. Esta presente tanto en la reaccion ante el impulso como
en la accién deliberada por motivos racionales, posibilitando la explica-
cin del desarrollo y el progreso en el individuo y en la historia.
La relacion que une en el mundo fisico es interpolada y por eso tiene
forma de hipotesis; las diversas conexiones en el mundo de la vida, en
cambio, constituyen estructuras con un significado que las unifica en
cada caso. Mientras el numero de categorias requeridas en las ciencias
naturales es limitado, en las ciencias humanas es indeterminado; se
encuentran entre las principales: vida, vivencia, significado, valor, fin,
estructura, conexién adquirida, desarrollo. Son categorias incompara-
bles entre si, pues ninguna es reducible a otra: “Cada una de ellas nos
hace accesible el todo de la vida para la comprensi6n, desde un punto
de vista diferente”.'°
5. EL GIRO HERMENEUTICO EN EL PENSAMIENTO CONTEMPORANEO
El fuerte impulso de la hermenéutica en el mundo contemporaneo
obedece a la conviccion cada vez mas generalizada del caracter condi-
18. W. Dilthey, El mundo histérico, p. 318.
19. idem, p. 261.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 261
cionado de la vida humana. La vieja ilusi6n ilustrada de la plena auto- )
nomia de la conciencia paulatinamente va siendo reemplazada por el
convencimiento de la insuficiencia de la razon para contrarrestar facto-
res inconscientes, prejuicios ideolégicos y otros diversos condicionamien-
tos. Por estos motivos, ciertamente, ya no es posible volver a la antigua ’
comodidad de las teorias, que brindaban seguridad al conocimiento
aplicando principios absolutos y conceptos univocos; el camino obliga-
do es el que transita la experiencia hermenéutica -y aca esta su verda-
dera justificacion-, que acepta las limitaciones de la raz6n y la inexis-
tencia de principios Ultimos, asumiendo la finitud del hombre. Pero
ademas comprueba, y con moderado optimismo, que la adecuada acti-
tud en la comprensi6n y en la interpretacion abre y extiende aquellas
posibilidades reales existentes, proyectandolas hacia el futuro.
Este nuevo clima espiritual y el renovado impulso de la hermenéutica
se pueden entender mejor si se tienen en cuenta los cambios profundos
respecto de la interpretacion del ser del hombre, que se van produciendo
a partir de mediados del siglo xix -de los cuales sélo se esbozaran
algunas lineas, dentro de los limites previstos para este trabajo-.?° Como
herencia atin de la metafisica moderna, se suponia que la esencia del
hombre residia en su racionalidad, por lo cual la actividad te6rica era
considerada su expresién mas genuina. Sobre todo a partir de las inves-
tigaciones de Friedrich Nietzsche -y ya en Dilthey-, profundizadas por
Heidegger en la misma direcci6n, se llega a la conclusién de que el
hombre no_sdlo no es definible por su capacidad racional sino que
tampoco posee una realidad definitiva. Es decir, el hombre, a diferencia
de las cosas u objetos, no posee una esencia 0 sustancia fija que permita
definirlo. Su ser es un algo abierto, incompleto, que muchos pensadores
contemporaneos denominaron “existencia”.
Pero del hecho de que la existencia no sea una cosa completa y
terminada no se deduce que no sea nada; posee algtin modo de ser. El
modo de ser de lo que todavia no es pero puede llegar a ser es el ser
posible. Al modo de ser de lo que es real -el objeto en la naturaleza- sé
“accede mediante la conceptualizacion en el conocimiento; al modo de ser
del hombre, que no es real en el mismo sentido, no se puede acceder de
idéntica manera y desde fuera; es necesario interpretarlo. Por eso la
tarea de la comprensi6n hermenéutica consiste en asumir la posibilidad
20. Para una ampliacién del tema, véase E. Moralejo, “Experiencia y lenguaje en la
hermenéutica de Gadamer” y R. Pardo, “El giro hermenéutico en las ciencias sociales”, en
E. Diaz (ed.), La ciencia y el imaginario social (Buenos Aires, Biblos, 1996), y E. Moralejo,
“La hermenéutica contemporanea”, en E. Diaz (ed.), Metodologia de las ciencias sociales
(Buenos Aires, Biblos. 1997).262 Las ciencias sociales
como tal, hacerla ser, proyectarla. Sobre esta base es entendible la
expresion de Ricoeur antes citada, acerca de que la hermenéutica con-
temporanea tiene una proyeccién ontolégica en la obra de Heidegger y
Gadamer, pues la comprensiénes el “poder ser”?! de la existencia misma.
Lo que realmente somos cada uno de nosotros radica, exclusivamente,
en la comprensi6n que tengamos de nuestras posibilidades propias,
concretas, efectivas: en el trabajo, en el estudio, en la relaci6n social o
amorosa, en la politica.
De esta manera la comprension, que Dilthey circunscribia a las cien-
cias del espiritu, ahora es extendida en su aplicaci6n a la totalidad de
la experiencia de la vida y del mundo; por eso es procedente hablar de
un “giro hermenéutico” en el pensamiento contemporaneo. En esta
ampliacién de horizontes ocupa un lugar verdaderamente relevante
aquello que Heidegger llamé6 “hermenéutica de la facticidad” en Ser y
tiempo, al mostrar que lo primero requerido de interpretacion es quien
la lleva a cabo, es decir, la propia existencia. Pues quien conoce, como
ya se anticip6, no es un sujeto universal y absoluto, ahistorico, tal como
se lo penso tradicionalmente, sino un ser finito —Dasein,” “ser-ahi"-
situado, sujeto a condiciones especificas ~econémicas, sociales y cultu-
rales en general-. El da(“ahi”) indica que el ser (sein) le es dado al hombre
-nace en un determinado pais y época, sin haberlo elegido-, como un
hecho (factum) con el que se encuentra, sin habérsele permitido otra
opcion. Luego dependera de su propia decision qué hace con eso que le
ha sido dado, silo deja como esta o lo asume y transforma creativamen-
te. Pero la facticidad esta inadecuadamente descripta si slo se atiende
a lo dado, que como tal tiene que ver con el pasado; la existencia es
también proyeccién hacia el futuro.
La hermenéutica de la facticidad tuvo la virtud de mostrar que el ser
del hombre, si bien es algo dado o impuesto, no es cerrado y basado en
la autoconciencia solamente, tal como lo penso la modernidad; es, por
el contrario, esencialmente apertura al mundo y a los demas hombres,
con los que conforma una misma estructura de partes inseparables. En
consecuencia, el modo especifico de ser del hombre no es el conocimien-
to-que separa y contrapone el objeto al sujeto, como ocurre en la ciencia
experimental-, ni la vivencia, tal como lo supuso Dilthey -encerrada en
21. Véase M. Heidegger. Ser y tiempo, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1997, p.
167
22. Dasein es el término aleman acufado por Heidegger, que puede ser traducido por
existencia o existir, siempre y cuando se tenga en cuenta la etimologia originaria: el da
indica que el ser del hombre esta abierto a si mismo, al mundo y a las demas personas.La problematica de las humanidades y la hermenéutica 263
la estructura psiquica-, sino el trascender en la comprensi6n, con lo
cual queda justificada, por primera vez, la posibilidad de un acceso
directo al mundo social e historico.
Si comprender es llevar a cabo las posibilidades que se tenga, des-
plegandolas, el circulo hermenéutico -que primero se aplicé al texto y
después a la estructura psiquica y a la historia universal-, se amplia
hasta abarcar cualquier forma de experiencia. Incluye también el cono-
cimiento en las ciencias naturales, aunque en éstas el proceso queda
fijado a determinados supuestos y principios. El movimiento es circu-
lar, pues la comprension parte siempre de determinados supuestos,
pero se adelanta hacia nuevas posibilidades, respecto de las cuales se
proyecta la existencia. La hermenéutica pone en continua confronta-
cin estas dos dimensiones, a los efectos de poder remover los prejui-
cios heredados del pasado, y asi posibilitar la apertura de nuevos ho-
rizontes de futuro.
Esta circularidad es “virtuosa” y no viciosa, como aclara Heidegger,
pues no se repite en los mismos términos; la propia existencia se ve en
la necesidad de entrar en dialogo y discusi6n con la historia de la hu-
manidad y el pensamiento en ella decantado, tanto para saber qué es
ella misma como para decidir qué quiere ser y como puede plasmarlo.
Es en esta mediacién y contraposicin dialéctica con el pasado donde
Gadamer” encuentra que no solamente la ciencia sino también el arte,
la historia y la filosofia son dadores de verdad. Estos ambitos de signi-
ficatividad, inalcanzables por medios cientifico-naturales, constituyen
el auténtico campo de investigacion para las humanidades. De esta
manera la hermenéutica justifica la importancia de la formacién, pues
en elestudio.del pasadoy en el contacto con sus obras la vida individual
se reconoce a si misma comprendiéndose, a la vez que ilumina el propio
presente.
En su enfoque particular, Gadamer se proyecta desde la hermenéu-
tica de la facticidad heideggereana hacia una forma de comprensi6n que
se sittia en el seno del lenguaje mismo, y cuyo modelo es la conversacién.
y el debate. El acento ya no esta puesto en la existencia propia sino en
la experiencia de conocimiento de las posibilidades, tanto propias como
comunitarias. Un mismo didlogo, inacabado e inacabable, retine a la
hhumanidad y nos compromete a cada uno en el presente. En éste esta-
mos, ademas, en permanente contraposicién con lo diferente, sea en la
conversaci6n con un interlocutor inmediato o al hacer contacto con un
pais o una cultura extranos. En este didlogo continuo, en un suelo
23, Véase Verdad y método, Salamanca, Sigueme, 1991.264 Las ciencias sociales
comtn, y como fruto del consenso o del reconocimiento de las diferen-
cias, surge lo que puede admitirse como verdadero.
Los diversos contenidos de las diferentes disciplinas humanisticas se
van articulando en este espacio comun de discusi6n; no necesitan con-
ceptos técnicos, a diferencia de las ciencias naturales, pues el lenguaje
de la experiencia hermenéutica de conocimiento es el habla natural. Las
palabras se van modificando al relacionarse con las demas y pueden asi
expresar nuevos contenidos. Como dice Gadamer: “El lenguaje es el
elemento omniabarcador”, que se identifica con el pensamiento. No hay
un criterio fijo que oriente respecto de las posibilidades de verdad de los
contenidos asi conquistados, mas alla del consenso comunitario y del
sentirse personalmente reflejado en ellos.