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Seis sigma Una parabola sobre el camino hacia la excelencia y una “empresa esbelta” Barbara Wheat © Chuck Mills Mike Carnell GRUPO to1roRt norma a a i ie POOP VV VVGVUUVVV YY) ie conceptos Seis Sigma y Tiempo de ciclo total (Empre- sa esbelta)* fueron dos iniciativas claves que Motorola emprendié hacia mediados de la década de 1980, en las cuales yo tuve la suerte de participar. Esta metodologia de mejoramiento continuo funciona, como lo atestigua el hecho de que muchas compafiias y consultores de calidad la estan empleando correctamente. Incluso la organiza- cion mundial de la American Society of Quality se propo- ne establecer un nuevo examen de certificacién para Cinturones Negros, lo que verdaderamente demuestra hasta qué punto se ha institucionalizado el proceso Seis Sigma. * El tiempo de cielo total es un indicador dentro de una cadena de suministro que mide el tempo que transcurre desde que in cliente realiza un pedido hasta que recibe el producto. Empresa sbelta es el resultado de administrar y operar una organizacién lo més eficaz posible, con el menor costo, cero desperdicios y un aka generacin de uilidades. Llamada en inglés Lean Enterprise y pacegaicg Administracion Lean, consiste en un conjunto de técnicas, méodes y Tae. lenis Para que las empresas hagan’un adecuado uso de sus recursos, ay tecnologia, su equipo y especialmente del conociens ili dude des peo ena metic, Is habilidader ya 8 SEIS SIGMA Este es un libro que uno quisiera que leyera todo el mundo en su compafifa, pero especialmente los altos ejecutivos y los mandos medios antes de iniciar el lan- zamiento de sus iniciativas Empresa esbelta y Seis Sigma. En una organizacién todo individuo que efectue un cambio se podré identificar con los diversos personajes de este libro y los papeles que desempefian. Los autores han realizado un excelente trabajo para explicar en términos que no son técnicos la metodologia Seis Sigma de resolver problemas, llamada MAMC (Medir, Analizar, Mejorar y Controlar), y por qué es critico que se vincule con las Cinco eses (5S) de la empresa esbelta. Esta fabula de los tiempos modernos, que el lector puede leer en su proximo viaje en avién, pinta una compafiia “tipica” que busca la solucién a problemas crénicos de calidad y cuellos de botella en las entregas.de fin de mes remendados con muchas horas extra de trabajo y malos resultados financieros. Sam recibe una invitacién del propietario de una fabrica para que lo visite y le ayude a resolver qué -maquina debe comprar. Sam encuentra un desorden tipico adonde quiera que dirija la mirada en la compaiifa, inclusive el sempiterno incrédulo (el supervisor de manu- factura, George), que ha estado alli desde que se abrieron las puertas y le ayudé al propietario a desarrollar el negocio hasta el nivel donde hoy se encuentra. Trabajando con el equipo del departamento “proble- ma”, Sid, el presidente de la compafiia, y George, el INTRODUCCION en o soy uno de “esos tipos”. No siempre lo he sido. Para mi es una posicién relativamente nueva. Ingresé en las filas de “esos ae hace apenas unos pocos afios. Ustedes nos conocen: somos los individuos a quie- nes su jefe contrata para ayudarle a resolver en su organizacién problemas para los cuales ya ustedes cono- cen la solucién. Si, ése soy yo: uno de esos “consultores de los mil demonios”. Soy mujer pero ¢qué mas da? Esos “consultores de los mil demonios” no distinguen de sexos. Asi que yo soy “uno de ellos”. Me imagino lo que ustedes estaran pensado. Una persona que llega a la fabrica, les hace un montén de preguntas y luego las respuestas las empaca muy lindamente y las presenta a su jefe como reflejo fiel de la solucién que ustedes tienen para el problema. Y¥ entonces, gpara qué paga una empresa por infor- miacién que ya tiene? Empecemos a examinar esta cues- tién con un ejemplo personal del fendmeno: yo misma. Ah, se me olvidaba: me llamo Sam. Bueno, mis padres, el sefior Micawh y su sefiora, me pusieron por nombre Samantha, pero eso es un poquito extravagante, sobre todo en el mundo de la consultoria. Trabajo principalmente en manufactura. De hecho, mi titulo informal es “ratén de fabrica”. Los clientes y los colegas me dieron ese titulo y yo lo Ilevo con orgullo. Soy uno de esos raros individuos que gozan con los proble- mas “reales” que sdlo una fabrica puede ofrecer. éY por qué, se preguntaran ustedes, una persona que goza con la fabrica y los problemas reales abandona su empleo para ir a engrosar las filas de “esos tipos”? Realmente yo estaba muy contenta con el puesto que tenfa antes de pasar a ser “ese tipo”. Hacfa parte de un equipo encargado de resolver problemas crénicos de nuestra planta. El equipo era muy diestro en resolver problemas. En efecto, encontrar soluciones vino a ser la parte mas facil de mi oficio. ayer Pero esto tiene su quid: Resolver problemas requiere un método cientifico, basado en datos. Como los proble- inas le estaban costando dinero a la compafiia, pareceria _légico que la compafifa prestara el apoyo necesario para resolverlos. ¢Verdad? Si, sin duda. . Todo paso para implementar la solucion de cual- quier problema es una prueba de fuego. Es como atrave- sar un campo minado de politica y uno se pregunta por qué se aventuré en semejante tremedal sin un mapa que muestre dénde estan las minas y como evitarlas. Pero con suerte (o asi piensa uno) se sale con vida del enredo Introduccion 13 politico, se arregla el problema y se tiene la satisfaccién de un trabajo bien hecho. Es cierto que no lo premian con el himno de alabanza a los héroes por haber vencido la dificultad, pero uno se siente satisfecho. Al explicarle al equipo que su prestigio esta crecien- do en toda la organizacién, uno se pregunta cuanto tiempo se necesitars para que los directivos lo vean; pero como el proyecto era tan importante y la solucién fue tan clara y precisa, no cabe duda de que después de este triunfo no habra necesidad de volver a empefiar batallas politicas para resolver los problemas. Entonces sobreviene la gran sorpresa al enterarse de que otras personas en la organizacién no ven la situacién exactamente como usted lo hace. ¢Qué hacer, pues? En mi caso, no pelear mas. Aban- donar el campo. Yo ya estaba cansada de luchar por lo que sabia que era lo acertado. Estaba dispuesta a entrar en una organizaci6n que apreciara mi habilidad para resolver problemas, una organizacién donde la politica cediera la primacia a las decisiones comerciales. Naturalmente, cuando le presenté la renuncia a mi jefe, no faltaron voces de admonicién que eran variantes de uno de estos dos temas: “No es el momento para que te vayas” y “Te vas a arrepentir”. Cuando sali definitivamente de la planta no podia dejar de percibir las miradas que me decian que cometia un gran error. Pues bien, en ese momento yo no lo creia asi... pero * ‘ a A i a ee Le 14 SEIS SIGMA a los pocos dias ya n0 estaba tan segura. Mientras pas sometia al proceso de entrevistas en otra orgamizacion que yo crefa que seria distinta, empecé a comprender que mi antiguo jefe tenia raz6n. Sea quien sea la persona con quien uno habla, parece haber en toda empresa una evidente fuerza politica que puede llevar a decisiones comerciales erradas. ¢Qué hacer? Para mi lo unico posible en esa coyun- tura era luchar con la politica por mi cuenta. Resolvi colgarme un nuevo rétulo profesional: “Consultora”. Pero al entrar en el gremio de “esos tipos”, no tardé en observar que la profesién se habia contaminado. Ser consultor es casi tan vituperable como ser abogado, a juzgar por los satiricos gracejos que abundan en el mundo de los negocios. Con todo, ya estaba comprometida a cambiar ‘las cosas. Juré que seria Ja mejor consultora de todos los tiempos. En mi paleta de ética empresarial no habria matices de gris: tinicamente blanco o negro, bueno o malo, “si, eso esta bien” o “no, eso esta mal”. Ya me entienden ustedes: nada de mentirijillas para mi. Por un tiempo todo marché a pedir de boca. Logré crear una relacion muy fuerte con mis clientes y pronto hasta tuve mas negocios de los que podia atender, lo cual no es una mala posicién para un consultor. Eso de la honradez si funciona. Les podria contar muchas historias sobre el ejercicio de esta profesién, pero la siguiente es la mejor. como geal yo tenfa que rasguiiar, pelear y earls melas como pudiera. Ahora, con 3 000 délares por dia me contrata el mismo equipo de ejecutivos que ahora si est4 dispuesto a acoger cualquier solucién que yo. proponga como si fuera una voz venida del cielo. No podia menos que preguntarme: “;Qué error hay en este asunto?” Pero yo sabia cual era la solucién del problema y cual era la mejor manera de abordar su puesta en marcha, sdlo que esta vez, sin los impedimentos politicos, llegué a una conclusién como en la décima parte del tiempo que me habria demorado cuando era empleada, no consultora. gLes sorprende? He dicho que los consultores tienen mala reputacion, pero hay ocasiones en que sucede todo lo contrario: los rodea una especie de mistica. En efecto, yo habria podido ganar mucho mas dinero si me hubiera presentado como maga; pero como ya lo he dicho, estoy resuelta a cambiar las cosas y a actuar con absoluta honradez. Asi pues, mi negocio iba muy bien hasta que di con mi primer reto de yerdad como consultora. Consegui un cliente que sabia que tenia un problema pero no sabia cual era ni dénde estaba. Pasé por el proceso de determi- 16 SEIS SIGMA ’ : é planes nar primero la causa de raiz y en seguida trace p 2 estrategias para contenerlo y eliminarlo. : : : ote es. Pero el cliente no quiso seguir mis recomendacion| A los altos ejecutivos no les gusté Ja solucién porque im- plicaba m4s acomodamiento cultural de lo que la compa- fifa estaba dispuesta a realizar. Querian pagarme un poquito mds por una componenda rapida: “Haga usted desaparecer este problema lo mas pronto posible”. Infortunadamente, la contemporizacién causa mas problemas que los que resuelve. Hay varios tipos de solu- ciones rapidas, que son basicamente tapones transitorios. Se pueden reducir los costos, reorganizar (otra vez), centralizar, descentralizar... y todo eso es como apagar continuamente un incendio o como engrasar continua- mente el eje de una rueda que chirria, pero sin desmon- tarla para ver qué es lo que esta produciendo esos molestos ruidos. Es posible efectuar aqui y alli algunas maejoras a corto plazo pero con toda seguridad, pero uno sabe que no es suficiente y que se van a presentar cues-. tiones adicionales en alguna otra parte de la organizacién _en un futuro préximo. Pero me estoy adelantando a mi cuento. Este libro cuenta la historia de ese cliente, mi mayor reto... hasta ahora. - Capitulo 1 A unos pocos meses llamé por teléfono a mi oficina el sefior Sid Glick, presidente de una compafifa manu- | facturera llamada SG, Inc., y me invitd a almorzar para hablar de un problema que se le habia presentado en su planta. Convinimos en encontrarnos en su restaurante pre- ferido, donde sirven platos caseros. Después de los saludos y presentaciones preliminares, me espetd: —La he llamado, sefiora Micawh, porque me la han recomendado mucho varios colegas y me han dicho que usted conoce muy bien su oficio, que es un ratén de fabrica y que podra atender al problema. Sid habia ido al grano, cosa que me gust. —Muy bien, pero llameme Sam. _ —De acuerdo... Sam. Esta es la situacién. SG, Inc. fabrica piezas para maquinaria. Podemos producir lo que 18 SEIS SIGMA ; ‘£ sea; el cliente quiera: engranajes, valvulas, aS = = = y también ensamblamos. No la quiero cans - detalles. El caso es éste: estoy Ca en ae, u méquina CNC de 5 ejes, que cuesta un millon 200 mil © una més pequefia, de 4 ejes, que cuesta yee aah dlares. Inmediatamente me imaginé las dos maquinas CNC una al lado de la otra, con su respectivo precio en grandes etiquetas amarillas. (En caso de que mis lectores seca! “ratones de fabrica”, debo explicarles que CNC significa “controlada numéricamente por computador”, es decir, una maquina herramienta que es operada por un compu- tador que tiene la capacidad de leer cédigos y traducirlos en control de la m4quina e instrucciones para el " servomotor.) Puse mucha atencién al planteamiento que Sid hacia de la situacidn. —Me gustarfa que usted evaluara nuestros pedidos atrasados, nuestras configuraciones parciales y los indices de operacién de estas maquinas Y que me ayudara a resolver cual de las dos serfa una compra mas acertada. Diciendo esto, me desliz6 sobre la mesa uma carpeta. Era estimulante encontrar un individuo que Parecia haber estudiado el caso. Sid habla determinado la causa basica _de su problema de capacidad de produccién y habia reducido Sus opciones a esas dos maquinas. Acordamos oo otra vez para el almuerzo el martes siguiente, Estudié los materiales que Sid me dio, més 9 menos en una hora. Debi haber Previsto que la cosa No iba a ser FPP PURER SOV UU tan facil, pero a veces hasta un avezado consultor se forja ilusiones. Cuando nos volvimos a reunir en el restaurante, nos sentamos a la mesa, pedimos la comida y Sid entré en seguida en materia: —Muy bien, Sam. Ya ha leido usted todos los numeros, asi que ya conoce nuestra situacién y lo que son las dos maquinas. Ahora déme su opinién: ¢Compramos Ja de 5 ejes o la de 4? —Prefiero no improvisar soluciones —le dije—, ése no es mi estilo. Hice una pausa. Sid parecia apreciar que le hablara asi, con toda franqueza. Y continué: —Primero quisiera visitar la planta y comprobar los hechos que los han traido a ustedes a este punto. Entonces, cuando entienda por qué estan tratando de decidir entre la maquina de 5 ejes y la de 4, estaré en capacidad de darles el mejor consejo posible. Llegaron los emparedados y el café que habjamos pedido y empezamos a comer. Entre uno y otro bocado, Sid me dijo que tendria mucho gusto en mostrarme la planta, pero me explicéd que no habia ningtin dato especifico que diera lugar a la decisién. Bsa era, justamen- te, la razon de haberme llamado. “Ah”, dije para mis adentros, “eso no me suena muy bien”. Pero por el momento no dije nada, Pensé que guardando silencio estimularfa a Sid a ser mis explicito que si le hacia preguntas. Asi fue. ; & | —La verdad —continuéd — es que quien alega que necesitamos una nueva maquina es George, el supervisor de la planta, quien ha estado con SG, Inc. desde hace 26 afios. El dice que ésa es la tinica manera como podremos reducir los pedidos atrasados y cumplir las fechas de entrega. Asi que por eso resolvimos Iamarla a usted para que nos ayude a escoger entre las dos maquinas. “‘Epa!”, me dije yo. “SG esta pensando en hacer una inversion de capital de un millén de délares basandose en un ‘conocimiento tribal’, sin ningin hecho concreto en que apoyar la decisién”. Subitamente senti que el almuerzo se me indigestaba, asi que a la salida, cuando nos acercamos al Mostrador para pagar la cuenta, me compré unas Pastillas de antidcido. SVVVVVUPUP UVTI Capitulo ae | PRIMERAS IMPRESIONES DE LA PLANTA ‘A veces los drboles no nos dejan ver el bosque. ieee Iegamos en automévil a la planta, el primer vistazo me convencid de que Sid habia escogido muy bien el local de su empresa. En lugar de un solo edificio, SG se alojaba en dos estructuras gemelas de tamafio regular, comunicadas entre si por un sendero pavimenta- do, entre rboles y arbustos sembrados a uno y otro lado para hacer més agradable el paso entre las dos edificacio- nes. El jardin circundante estaba muy bien mantenido y me recordaba mas bien un parque que una fabrica. Los edificios estaban limpios y los prados profesionalmente podados. En mi interior algo me decia: “Me gustaria pasar una o dos semanas trabajando en este ambiente”. 22 SEIS SIGMA < * é a ver algo Al entrar en el estacionamiento alcancé a 8 que podria ser un problema, pero por el anomento resolvi guardarme mis sospechas hasta que hubiera visto resto de la planta. Con todo, no podia evitar cierto recelo: “¢Para qué necesita una compafiia tan pequefia todos esos remolques que tienen alli estacionados? No es posible que estén trayendo o sacando de la planta tanto material”. Tan pronto como Ilegamos a la puerta principal, salid a recibir a Sid una mujer de edad mediana, en elegante traje de oficina. Aun antes de las presentaciones compren- di que era su secretaria. Pensé que yo tenia que esforzarme por causarle buena impresidn, pues en los ultimos afios he aprendido que aun cuando los gerentes de planta y los propietarios de la empresa creen que ellos manejan el negocio, la verdad es que las secretarias y los asistentes administra- tivos son quienes mantienen las cosas andando. Para hacer cualquier tipo de negocio con Sid, yo tenia que lograr que aquella mujer se formara una buena opinion de mi. Asi es que saqué a lucir mi mejor sonrisa y estiré la mano para presentarme: —Buenos dias, sefiora —le dije. Me llamo Sam... ey usted? n La agresiva mirada que me lanzé decfa a las claras que no me iba aceptar asi como asi, s6lo porque le hubiera sonreido y me hubiera anticipad ¢ 0 a presentarme. Sin Parpadear y sin el menor asomo di € una sonrisa contest Primeras impresiones de la planta 23 —Pues podria Iamarme Juana de Arco 0 cualquier otra cosa pero me llamo Celia Gordon. Soy la asistente administrativa de Sid. “(Diablos!”, pensé yo, “me salié el tiro por la culata”. Por fortuna ella estaba muy de prisa y se marché en seguida, sin despedirse siquiera. Se contento con mirarme y alzarse de hombros. —Siempre es asi —comenté Sid. No le haga usted caso. Ya le dara una acogida més calurosa. No contesté. Sdlo sonref. Hubiera querido decirle que para hacer mas calurosa la acogida de esa mujer se habria necesitado toda una bombona de acetileno y un soplete. Pero no dije una palabra. En seguida nos dirigimos a la oficina de Sid. Alli, éste me present a George, el supervisor de manufactura. Era quien habia mencionado en el restaurante, el que le habia aconsejado comprar el nuevo equipo. Nos estrechamos la mano, dijo unas cordiales palabras y entramos en el despacho. Sentados a una mesa, frente a frente, George empezd por ponerme al tanto de la historia del negocio. Era evidente que se sentia muy orgulloso de ser una de las pocas personas que quedaban en Ja compafifa que habian estado alli desde que empezé el negocio. Oyendo Ja historia de SG pensé que tenfa razon de sentirse orgulloso. En menos de 30 afios lo que empezé como un taller de dos individuos que torneaban piezas de maquinas se habia convertido en una empresa que tenia er ORT NE oe mas de 500 empleados de tiempo completo y ventas por valor de més de 300 millones de délares anuales. En su industria gozaban de respeto, aunque en los ultimos tiempos habjan tenido problemas con algunos de eu ones de calidad y cumplimien- mejores clientes por cuesti Y George se sentia muy to en Jas entregas. Sin embargo, seguro de que tales problemas se resolverian con las nuevas maquinas. Yo no quise contradecirle... al menos por el momento. Cuando George terminéd su leccién de historia, Sid sugirid que yo querria conocer la fabrica y como aquél tenia tiempo para mostrarmela por encontrarse entre dos reuniones de produccién, gustoso se ofreci a servirme de guia. Emprendi, pues, el recorrido en compafiia de George y a medida que avanzabamos tuve que hacer grandes esfuerzos para refrenar mi impaciencia y no sefialarle de una vez todo lo que vefa que andaba mal. Escuchando su explicacién sobre los diversos procesos de la planta, apelé a mi faceta m4s humana y crei discreto callar por el momento. Una cosa que no pude callar, empero, fue el nivel de negatividad que adverti en todo el personal de la planta. A nuestro paso los operarios se quedaban viéndonos con cara de pocos amigos o incluso fruncian el entrecejo. No sé cual de los dos gestos me intranquilizaba mas. Le pregunté a i i les y ate se hasts eerie. sc Races — mun ademan de la soooer err UTTUVATTRALANAAn cabeza. Decidi afrontar més tarde el asunto con Sid. Terminada la visita, George me condujo otra vez hasta la oficina de Sid y en la puerta se despidié diciéndome: —Me alegro mucho de que haya venido a conocer nuestras instalaciones. Ahora tendré Sid la opinién de una persona de fuera y entonces me hara caso. Comprendi que daba por sentado que yo le iba a hacer a Sid la misma recomendacién que él le habia hecho, y que entonces Sid cederia y compraria la nueva mAquina. Eso iba a ser un problema porque yo no tenia la menor intencién de decirle a Sid que necesitaba nueva maquinaria. Por lo menos no todavia. Al abrir lentamente la puerta de la oficina, vi que Sid estaba hablando por teléfono. Me hizo sefias de que entrara y tomara asiento. Me senté y me puse a ver unas placas que colgaban de la pared. Varias las habia recibido de proveedores que manifestaban su complacencia por la alta calidad, reduccién de costos y oportunidad en las entregas; pero no habfa ni una sola que tuviera una fecha més reciente que diez afios atras. No muy buena seiial, pero no le dije ni una palabra a Sid sobre esta circunstan- cia cuando colgé el teléfono. Me limité a tomar nota mentalmente. —Bien, ¢qué piensa? —me pregunto—. ¢Puedo arre- glarmelas con la maquina pequefia o tendré que cerrar los ojos y comprar la grande? Hablaba con tan evidente orgullo que casi no me atrevo a decirle lo que acababa de ver. Casi. 26 SEIS SIGMA —Ah, repuse, tal vez sea posible mejorar Ja calidad y la capacidad de produccién sin comprar nuevo equipo- Si usted quiere, puedo quitarle unos pocos minutos de my tiempo para darle mis impresiones de la planta. Despues podremos hablar de algunas maneras menos costosas de mejorar la calidad y reducir el tiempo del ciclo usando el mismo equipo que ustedes tienen. Sonrid y dijo que eso le sonaba muy bien, asi que le pedi que me concediera unos pocos minutos para poner en orden mis ideas y poner algunas notas por escrito. Accedié de buen grado, pues debia asistir a una junta que durarfa como una hora. Llamé a Celia, le dijo que me buscara algén lugar tranquilo donde pudiera trabajar y 2 m{ me dijo que me esperaba de nuevo en su oficina a las 4:30. Juzgando por nuestro primer encuentro, yo esperaba que Celia me meteria en alguna ’alacena del aseo atestada de sustancias quimicas toxicas. No fue asi. Me llevo a una pequefia sala de juntas provista de escritorio y teléfono para el visitante y me indicé dénde quedaban los bafios, la cafeteria y las 4reas de fumar. Era un cambio completo de actitud con respecto a la que habla mostrado unas horas antes, hasta me parecié percibir en su rostro algo parecido a una sonrisa al despedirse. Posiblemente sdlo €ra un engafioso “juego de luces”. Cuando me senté a recay pu pacitar a solas sobre lo que habia visto, i me di cuenta de que mis impresiones eran peores atin de lo que en un principio Pensé. Libre del SVVVIVIS temor de que George me echara a puntapiés, Ja verdad de lo que habia visto aparecié bien clara y era fea. La palabra fea” no se apartaba de mi mente. Recordé que cuando empecé a trabajar como” aseso- ra, un amigo me dijo: “A un cliente no se le dice que su nene es muy feo”. Esta era una manera descarnada de advertirme que laplossclientestiniG™senlesupe cha Traté de recordar este consejo al preparar mis notas, pero no era facil. Sid tenia un nene feo. A las 4:30 en punto sal{f de la sala de juntas en direccign a su oficina. A pocos metros de la puerta George me alcanzd: —jHola, Sam, espéreme! Sid me pidid que los acom- pafiara. Espero que usted no tenga inconveniente. Sid nos esperaba y parecia muy interesado, asi que yo empecé a hablar en cuanto terminaron los saludos. Yo no soy una persona sensible; si lo fuera, habria notado la expresién de esos dos rostros a medida que yo iba ahondando en mis impresiones de la fabrica. Cuando terminé mi lista de cosas que andaban mal, levanté la vista y me quedé asombrada de ver la expresién de sobresalto en esos Ojos. Inmediatamente consulté el papel que tenia en el regazo, donde habia garrapateado mis notas, para com- probar qué habia dicho que tanto los desconcertaba: 28 SEIS SIGMA La planta esta sucisiina. No hay control de las piezas que no cumplen las especificaciones. No hay ni asomos de control del trabajo en proceso ni del inventario de bienes terminados. Los operarios hacen su trabajo con descuido, sin ceflirse a ningun estandar. No hay ningtin flujo de los procesos. Hay tal exceso de existencias que nadie sabe lo que tiene ni lo que no tiene. Hay montones de herramientas y accesorios rotos esparcidos por toda la planta. La iluminacién es muy mala y las condiciones del trabajo carecen de seguridad. Todos los inventarios de materia prima estan conta- minados y no hay ningin método seguro para controlarlos. La materia prima se amontona a lo largo de las lineas de produccién y parece haber estado alli desde hace afios. Quienes manipulan materiales andan por todas partes sin nada en sus montacargas, desperdiciando gasolina y poniéndose en peligro ellos mismos yalos demas operarios. Las materias peligrosas no se almacenan de manera adecuada. Hay afios de existencias en los remol. dos. (Eso era lo que yo me temia o automévil por la majiana.) ques estaciona- ‘uando dejé mi Primeras impresiones de la planta 29 ¢ Los pocos cuadros de control que hay en algunas partes tienen meses de atraso, aunque por fortuna nadie los ve. * Los procesos se producen en tandas porque los tiempos de preparacién son demasiado largos. * Los wltimos procesos antes de la inspeccién final esperan durante horas enteras el ensamblaje de piezas debido a los métodos de tandas y colas. ¢ Hay gente ociosa en toda la planta esperando tener algo qué hacer. jAh! Tal vez se me fue un poco la mano. A veces me olvido de que estoy hablando de un negocio ajeno cuando expreso mis impresiones. Esta vez indudablemente era asi, a juzgar por la expresién de ambos rostros. Lentamente fui acercando mi asiento a la puerta, pero de todas maneras pensé que era mejor acabar de una vez y die: —Véanlo ustedes de esta manera: saber que existe un problema es la mitad de la batalla. Sid tardé un minuto en contestar. Seguramente esta- ba apretando y desapretando los pufios bajo la mesa. Al fin hablo, pero en dos oportuni- dades tuvo que aclarar la voz: —Sam, tal vez usted no recuerda por qué le pedi que 30 SEIS SIGMA = 7 fi inién sobre el viniera aqui. Yo no le he pedido su opm estado de mi compaiiia. Sélo queria saber c : debo comprar para poder cumplir las exigencias clientes. : Mi respuesta a este comentario dejé en Pafiales mi letanfa anterior. Lo miré directamente y le dije sin consi- deracién algun: —Sid, si usted sigue como va hasta ahora, no tendra ningun problema para satisfacer las exigencias de sus ual maquina de mis clientes porque no tendra ninguno. Y sin darle tiempo de hacer nuevos comentarios, continué mi argumentacién. No recuerdo exactamente qué palabras usé, pero la idea era que la calidad de SG tenia que estar por debajo de uno sigma, segun el nimero de cosas que se estaban haciendo mal, y que su rotacién de inventario era un chiste. Se quedaron un poco descon- certados y yo remaché el clavo: —Unowsigma —les expliqué— significa que su rendimiento es apenas.del.31%. La mayor parte de las compajilas operan a un nivel entre tressyneuatro»sigma, lo cual quiere decir que tienen un rendimiento entresel93-y~ Luego les adyerti que para competir en el mercado de hoy tendrian que aprender a ser mis eficientes y concentrarse en eliminar el desperdicio en todos sus Procesos, pues si el de manufactura andaba mal, debfa Suponerse que las transacciones tenian que andar peor a ain, Naturalmente no podiamos estar Seguros, pues era tal el desorden que ni siquiera se podia saber hasta qué punto andaban mal las cosas. Para colmo de males, los empleados estaban tan disgustados que no darian la voz de alarma aun cuando el edificio se estuviera incendiando. _ George al fin salié de su asombro y dijo que no era posible que en una breve visita de 45 minutos yo hubiera visto tantas cosas. Luego murmuré entre dientes que seguramente yo estaba tratando de quedarme alli para devengar mis honorarios diarios indefinidamente. Pasan- do por alto este ultimo comentario, acepté que George podfa tener razén en cuanto a la brevedad de mi visita para hacer una buena evaluacién, de modo que les hice unas Cuamtas preguntas: ¢Cuales son sus rotaciones de inventarios? éCual es su nivel general de calidad? éMiden Ja calidad como porcentaje o como partes por millén? ¢Someten a inspeccidn final todo lo que fabrican? ¢Cémo determinan los niveles de existencias? ¢Cémo es su programa de mantenimiento preventi- ‘vo? ¢Cual es su interfase de operarios? ¢Cdmo conoce un operador el estado del proceso? ¢Son negativos los margenes de algunos produc- tos? ¢Entienden los empleados el concepto de desperdi- cio? : : . a © ¢Cudndo fue la ultima vez que un empleado hizo un; recomendacién para mejorar? wee * «Con qué frecuencia hacen inventario fisico? © ¢Cudl es la relacién tipica exceso/defecto que se observa en el inventario? Mientras George iba contestando mis preguntas (diciendo por lo general “No sé”), una mirada de cautela empezo a aparecer en la fisonomia de Sid, y cuando las preguntas terminaron, éste me dijo: —Yo he oido hablar de eso de sigma y de rotacién de inventarios, pero realmente no sé de qué se trata. Qué debo hacer? La respuesta que le di lo sorprendid y me parece que también le mortificé: —Esto hay que or- ganizarlo. Concédame sdlo una semana y yo trabajaré con un grupo de empleados: iniciaremos el programa de las cinco eses (5S) en la fabrica; les en- sefiaré lo que eso signifi- ca y como se aplica y en seguida trabajaré con ellos Para establecer Jog princi- pios en su 4rea de trabajo. Después podremos escoger algunos de los trabajadores mas dedicados y encargarlos de ensefiar la técnica en toda la compajfiia. Al ofr estas cosas, una sonrisa sarcastica fue apare- ciendo en la Gara de George. —S{, jcémo no! —dijo. Me encantara ver como hace usted para que esos tipos limpien su area de trabajo. No hay un maldito modo de que lo hagan. Ni siquiera hemos podido acostumbrarlos a acercarse al cubo de la basura a la hora del almuerzo. En la cafeteria todo lo tiran en cualquier parte para que otros recojan. Explicéd a continuacién que SG habia tenido que contratar a un grupo de aseo para que hiciera Ja limpieza después de cada turno de trabajo, a fin de evitar sanciones del inspector de sanidad. Le indiqué a George que me “daba muy bien cuenta de esa circunstancia y dije: —Sélo pido que me den una semana y me digan dénde quieren empezar. Si fracaso, solo me pagan una semana y me marcho. Si tengo éxito, tal vez descubran que es posible aumentar su capacidad y sus margenes sin ninguna inversién de capital, y eso seria muy bueno. George empez6 a alegar, pero Sid lo detuvo y me dijo: —Trato hecho. Diganos qué dia quiere empezar; tendremos lista la sala de entrenamiento y los empleados que necesita. Tiene una semana para hacer que funcione eso de las 5S. Al cabo de ese tiempo nos reuniremos con 34 SEIS SIGMA el equipo que usted va a entrenar y discutiremos los resultados. George sdlo sacudié su cabeza y ae la mirada en el piso. Pero en eso quedamos. Después de darle a Celia la fecha en que queria celebrar la primera reunién con los empleados, me despedi de Sid y de George y sali a buscar mi automévil . para regresar a casa. Ya anochecia y yo tenia mucho que planear y mucho en qué pensar. 6 bruscamente en su silla y tird su cuaderno de apuntes sobre la mesa que tenia enfrente. Quise darle la mano pero él gruiid y miré a otro lado. Una conducta andloga se repitié varias veces en los minutos siguientes, hasta que tuve frente a mi 10 personajes hostiles con expresiones desde enfado hasta compasion. Muy bien. {Hasta alli Ilegé Ja bien estructurada clase interactival No habla manera de dirigir a esta gente hasta que expulsara de su interior todos sus rencores- Empecé la sesién presentandome y contandoles algunos chistes flojos. En seguida les pedi que se tomaran unos minutos para conversar entre ellos y descubrir algo llegé se arrellan nuevo acerca de todas las personas que estaban en la sala. Empezaron lentamente pero poco a poco la conversacién se fue animando cuando hablaban de algo distinto de SG. Naturalmente, cada vez que yo trataba de tomar parte, enmudecian. Siendo la persona intuitivamente sensible que soy, sdlo necesité unas cuantas docenas de estas salidas en falso para entender al fin que lo que me convenfa era sentarme sobre una mesa al frente de la clase . y cerrar la boca. Transcurrida una hora de interaccién en clase, pre- gunté si alguien queria un descanso para salir a fumar un cigarrillo. Mas de Ja mitad de los asistentes dijeron que si. Les dije que se tomaran 15 minutos y después continua. riamos. on i minutos ae logré reunirlos a todos otra vez en la s. me esforcé por hac - é 6 P erlos hablar. Mis pri- meras tentativas no dieron resultado. Empezaba a sentir- me bastante descorazonada, el sudor me corria por la espalda y la voz me empezaba a temblar. Estos tra- bajadores estaban mas que molestos: estaban francamen- te enfadados. No les hacia ninguna gracia que una persona de fuera viniera a decirles qué debian hacer. La nica mujer que habia en el grupo se compadecié de mi y tomé la palabra para hablar de lo que habia encontrado acerca de sus condiscipulos. Present6 a un joven de la clase y me informé que en su pueblo era el campedn de escupir huesos de cereza. Aquello era cémico pero rompié el hielo para el resto del grupo... 0 por lo menos lo rajé un poquito. Cuando terminaron las presentaciones ya nos sentia- mos un poco mas tranquilos, aun cuando no tanto como yo habla esperado. Esa primera mitad del dia pasamos mas tiempo en descansos para fumar que en trabajar; pero como ellos se sentian tan incomodos como yo misma, dejé pasar la cosa. Apenas reanudada la sesion después del almuerzo, noté que Sid se habia colado disimuladamente al fondo de la sala. Procedi como si no lo hubiera visto y con le esperanza de que los dem4s tampoco lo vieran. Yo continué con el principio de mi charla sobre calidad, con la intencién de aumentar la discusién entre los miembros de la clase. Pero todos observaron que habia alguien en traje de calle en el salon y se callaron. Sid sacudié la cabeza. Me 38 SEIS SIGMA dio la sensacién de que él pensaba que ya sabia oe no iba a funcionar, y lo peor fue que yo también pensé que tal vez tenia razén. Cuando salié del salén, fue notorio el alivio que sintieron los trabajadores. Yo exclamé: —jQué embarrada! Esto los tomé por sorpresa y me preguntaron qué queria decir con eso. Muchos de los presentes no sabfan quién era Sid, porque nunca lo habian visto. Les expliqué quién era y les conté que me habla pedido ayuda porque se habia dado cuenta de que muchos de sus procesos estaban en pésimas condiciones. Los que me escuchaban Parecieron escandalizarse al oir esto. La empleada que habia hablado antes, Michelle, dijo: —Es decir, eque él sabe lo feas que se estan poniendo aqui las cosas? No crefamos que tuviera ni malicia. Les expliqué las inquietudes que habiamos discutido con Sid en mi primera visita a la fabrica. Les dije también que habia convenido en darme una semana de plazo para ver si se podfa mejorar la situacién. Finalmente, com- parti con el grupo mi descu- brimiento de que Sid estaba convencido de que los em- pleados no: estaban dispues- tos a trabajar para efectuar los cambios. Por un instante pensé Onanizacton del puesto de trabajo y las cinco eses 39 que me iban a matar, pero en- tonces se abrieron en un torren- te de preguntas: “¢Por qué debe- mos ayudar?”, “;Qué quieren que hagamos?”, “gEso cémo nos va a arto ReRctedel ayudar a nosotros?” y asi por el sperdicio entedo’ estilo... Durante el resto del dia dedicamos algun tiempo a dis- cutir qué cambios eran posibles yadar ejemplos de cémo se podian mejorar los procesos. Yo les expliqué los siete tipos de desperdicios y cémo identificarlos en su area de trabajo. Pasaron una media hora haciendo listas de ejemplos de cada uno de Jos elementos en su propio proceso de trabajo, en total 21 ejemplos de reas en las cuales podrian eliminar exceden- tes del proceso. También dediqué un rato a hablarles sobre organizacién en el local de trabajo, e introduje el concepto de las cinco eses (5S): En espafiol En inglés En japonés Tamizado Sifting Seiri Clasificacién Sorting Seiton Barrido y lavado Sweeping and _Seiso Washing Estandarizacion Standardizing Seiketsu Autodisciplina Self-Discipline Shitsuke En seguida discutimos cémo el proceso de las 5S re ORE 40 SEIS SIGMA mejoraria la seguridad y el flujo del trabajo y les permitirfa Mmanejar mejor el proceso como un todo. También habla- mos de cémo podriamos reducir los costos que implicaba la repeticién del trabajo a la cual obligaba el no haber controlado los insumos del proceso. A medida que ahondabamos en la discusién, se fueron abriendo y ofreciendo una idea tras otra para mejorar su area de trabajo. El grupo convino en iniciar la sesién de la mafiana siguiente con un recorrido de su area de trabajo para mostrarme el proceso tal como se estaba realizando en ese momento. En los ultimos 15 minutos del dia, Sid volvid a aparecer en el salén y escuché. A la salida, al pasar a su lado, los empleados lo saludaban discretamente, sonrien- do con alguna reserva. Sid no salia de su asombro. Cuando nos quedamos solos en el salén, me pre- gunté: —Qué ha hecho usted con estos tipos? ¢Los ha narcotizado? —No, le dije riendo, no he hecho mas que hablar con ellos y, lo que es mas importante, escucharlos. Al dia siguiente iniciamos la sesion a las 7 a.m. en los -talleres. En el espacio de una hora, mas o menos, me mostraron el proceso y como flufa el trabajo por su Area o, para hablar con mas propiedad, cémo no fluia. Al leer a mi paso los rotulos de inventario que ostentaban las existencias de materias primas, me sorprendié ver fechas hasta de cinco afios de antigiiedad. Habfa tanto inventarjo Organizacion del puesto de trabajo y las cinco ees 41 que no era posible determinar qué era lo. que en realidad se necesitaba en los procesos. Habia herramientas y aecesorios de répuesto por todas partes y nada parecia estar destinado a un Area del proceso en particular. Todo era alimentado por trabajo en proceso (TEP) proveniente de un 4rea de subensamblaje situada al otro lado del pasillo. Los operadores de este subensamblaje habfan producido tal exceso de inventario que habian erigido alrededor de su frea de trabajo una “muralla de existencias”. ‘Al continuar nuestra visita por el 4rea de la linea principal de produccién, los operarios del proceso de subensamblaje se acercaron a preguntarnos qué esta- bamos haciendo. Yo me hice a un lado para dejar que los operarios explicaran lo que habian aprendido. Me sorprendié oirles repetir lo que les habia dicho la vispera. No solo habjan escuchado atentamente sino que se mostraban entusias- tas por lo que proyectaban hacer para eliminar el desper- dicio en su proceso. Los operarios del subensamblaje hablaron también de lo que ellos podrian hacer para llevar su producto hasta la linea principal. Esa medida les permitiria producir justamente lo que se requeria para mantenerla andando. La economia y la reduccin del inventario de TEP pagaria de sobra el costo de la clase que celebrabamos esa semana, incluyendo todos los recursos necesarios (y mis honorarios). Me cost6é mucho trabajo calmar lo suficiente a los aa am 42 SEIS SIGMA trabajadores como para que pudiéramos volver al salén, Pues estaban tan motivados que querian empezar inme- diatamente. Les pedi que tuvieran un poco de paciencia y volvimos ala clase a iniciar nuestro plan para los dos dias siguientes, Empecé la sesién de planificacién explicdndoles el ciclo planificar-hacer-comprobar-actuar de W. Edwards Demin: (Destaqué la légica de la secuencia: planificar Para mejorar el proceso, hacer lo que se ha planificado, comprobar los resultados y actuar de acuerdo con esos resultados para mejorar el proceso. Me aseguré de que el grupo entendiera bien la importancia de planificar. Después de discutir el punto estuvieron de acuerdo en que era indispensable hacerlo Para tener éxito, o de lo contrario no se podria realizar el trabajo. Nuestro primer paso fue hacer una lista de todo lo que habfa que hacer en el tiempo asignado (dos dias y medio). La primera tarea en el proceso 5S era el tamizado. Habia que examinar todos los detalles del area y Pprescin- dir de todo lo que no fuera necesario para hacer el trabajo. En seguida examinariamos el flujo de éste y organizaria- mos la herramienta y los componentes a fin de garantizar la seguridad y reducir los tiempos que la gente empleaba en andar de un lugar a otro ¥ en esperar. El equipo aportd Onganizacion del puesto de trabajo y las cinco eses 43 En seguida nos preparamos para la clasificacién de Jos articulos. Cada operario tendria el deber de definir la Jocalizacién de sus herramientas y sus maquinas. Todos Jos miembros del equipo harlan su aporte, pero la deci- sion final quedaria a cargo del operador del proceso. Finalmente, el grupo procederia a barrer y lavar todas las superficies de su area de trabajo y poner eti- quetas a todos los articulos destinados a almacenamiento semipermanente. La meta del proceso 5S seria identificar a primera vista qué se necesitaba en el proceso de trabajo y qué hacia falta, si es que algo faltaba. Las dos eses finales, estandarizacién y autodisciplina, vendrian con el tiempo... y el esfuerzo. Después de la cla- se, mi amiga Michelle me dijo que nunca habia visto tan entusiasmados a los empleados de SG en los ultimos diez afios. En los ultimos tiempos parecia que se hubieran dado por vencidos. A medida que la compaiifa crecia y aumentaban las presiones del negocio, Sid parecia que ya no escuchaba sino a unos pocos de los superviso- qT 44° SEIS SIGMA a ae res, y al fin los empleados no volvieron a hablar con él. Al cabo de poco tiempo se habia levantado un muro de incomprensién entre trabajadores y administradores que ninguno de los dos se tomé el tiempo de echar por tierra. Esa tarde al tomar mi automévil para salir de la planta me sentia contenta. Estaba fatigada por tanto esfuerzo por tratar de calmar al grupo hasta el dia siguiente, pero yo también estaba entusiasmada. No es frecuente que un consultor pueda separarse del grupo de gerentes para trabajar directamente con la gente que agrega valor al Producto. Los expertos del proceso siempre han sido y siempre serin los operarios y nadie puede resolver un problema més répidamente que los que hacen el trabajo. Empezamos temprano al dia siguiente: a las 6 A.M. Todos los trabajadores vestian ropa de faena, pantalones de dril y camiseta, pero cuando yo me presenté con igual indumentaria me hicieron pasar un mal rato. Fue un dia largo. Sacamos dos grandes contenedores de basura llenos de herramientas Totas, empaques viejos, material obsoleto y desperdicios basicos del frea de trabajo. Después limpiamos todo con desengrasador. Esto _A0 les parecié suficiente. Resolvieron darle a todo una nueva mano de pintura. Cuando empezabamos a poner todas las cosas en los sitios designados para ello, se acercaron otra vez los del equipo de subensamblaje, Querian volver a hablar con nosotros sobre la idea de aeons mas su Proceso a la linea principal. Segtin parece, habfan seguido la discusién después de la ultima vez que Organizacién del puesto de trabajo y las cinco eses 45 hablamos con ellos y tenfan algunas muy: buenas nuevas ideas. Tomamos algunas medidas para sus dispositivos y sefialamos la ubicacién del TEP de la linea principal. Después de analizar la propuesta, todo parecia ajustarse a nuestros propésitos (con algin mantenimiento menor ¥ un trabajo adicional en las partes eléctrica, de calefaccion, yentilacién, aire acondicionado y refrigeracién). Llama mos al gerente de Ja planta y le pedimos ayuda. Con una persona de mantenimiento hicimos el trabajo. {Qué gran cambio fue esa simple reubicacion del gubensamblaje! La linea principal podia operar ahora més de una semana sin que el proceso de subensamblaje estuviera funcionando. La linea principal consumiria la totalidad de la superproduccién de inventario del trabajo en proceso, reduciendo asi el espacio de almacenamiento necesario. Esto dejaria libres a los operadores de suben- samblaje para que ayudaran en la linea principal mientras Jos trabajadores aprendian el nuevo flujo, lo que acelera- ba el proceso en mas de un 25%. Las herramientas de mano que usaban los operarios las fijamos a los bancos de trabajo por medio de cadenas retractiles de lave, de modo que Jas herramientas estuvie- ran siempre a mano pero a una altura conveniente. Los operarios dijeron que esta medida de tan bajo costo probablemente les economizaria 20% del tiempo que perdian buscando la herramienta dejada en cualquier lugar. 4 Ya para entonces eran tantos Jos cambios que el a a4 46 SEIS SIGMA equipo resolvié presentar Jos resultados a los administra- dores y me pidieron que invitara a estos Ultimos a la presentacién. Hablamos tenido la precaucion de tomar fotos de antes y después, de manera que el impacto fuera mas impresionante. RESULTADOS DE LA IMPLEMENTACION DE LAS CINCO BSES 1 equipo se habia preparado para la presentacién esa mafiana. Sus miembros habian resuelto hacer una lista de las mejoras que habian realizado en los cinco dias y habian sacado copias para repartir entre los administrado- res en la reunién. Ademas, habian elegido cuidadosamen- te los puestos que ellos iban a ocupar, de manera que los gerentes se vieran obligados a sentarse mezclandose con los empleados para fomentar una comunicacion abierta. Al abrirse la sesi6n tomé la palabra para presentar brevemente el grupo a los gerentes, pero de ahi en adelante los miembros del equipo tomaron las cosas por su cuenta. Michelle se ofrecié como voluntaria para hablar en nombre de todos. Estaba un poco nerviosa pero esos mismos nervios le infundieron animo. 48 — SEIS SIGMA Empezo en un jnespe- rado tono desafiante, pre- guntando a los gerentes, incluso a Sid: —;Qué demonios los han hecho tardar tanto? Expuso en seguida lo que el equipo pensaba del entrenamiento y qué ha- bfan aprendido. Proyecto luego las fotos de antes y después y terminé repasando la lista de realizaciones. Los dems miembros del equipo intervenian segin fuera necesario. Los gerentes hicieron varias preguntas y Michelle al fin les dijo que probablemente serfa més practico salir a inspeccionar personalmente los cambios. Asi se hizo y encontraron una diferencia como de la noche al dia. Todo estaba limpio y bien organizado. El exceso de existencias se habfa identificado, lo mismo que el desperdicio. El excesivo andar de un lugar a otro y mover materiales: se habia eliminado del proceso. El trabajo en proceso fluia sin interrupcién por la linea de produccién, lo cual les daba a los operarios la oportunidad de parar Ja linea si observaban algun problema o tenian alguna preocupa- cién por la calidad del producto. Después de nuestro recorrido por la planta volvimos a la sala de juntas para hacer un resumen. Sid fue el epeorertt sultados de la implementacién de las cinco eses 49 CE ee primero que hizo uso de la palabra. Se puso de pie, mird uno a uno a todos los miembros del equipo y luego, mirando fijamente a George, dijo: —He recibido-tina sorpresa’ muy agradable. En esta compaiifa éramos muchos los que no crefamos que ustedes hicieran esto. Ninguno crefa que fueran capaces de hacer todo lo que han hecho. Ahora respeto mas a mis empleados y me avergiienzo de que hubiera sido necesa- ria una influencia de fuera para sacar esto a la luz. Pasé en seguida a entablar con los empleados un didlogo abierto y franco que incluyé dar respuesta a varias preguntas bisicas sobre el estado del negocio. Los operarios querlan aportar més sugerencias de mejoras y al final de la sesién todos convinieron en seguir aplicando lo aprendido la semana pasada a los demas procesos de la fabrica. Sid me pidié que esperara un momento cuando terminé la sesién e invité a George a acompafiarnos. Aca- bamos por convenir en que yo regresaria la semana siguiente y asf continuariamos semana por semana duran- te mas o menos un mes. Sid y George empezaban a creer que si podiamos reducir seriamente los costos sin grandes inversiones de capital. Al despedirnos, Sid me pidid que le llevara algunos libros sobre Seis Sigma que yo habia mencionado, pues queria entender mejor los conceptos. Salf totalmente extenuada después de esa semana con los empleados, pero me sentia contenta de volver la semana siguiente. [Habia trabajo por hacer! 50 SEIS SIGMA ESTRATEGIA SEIS SIGMA PARA SID Coe volvi ala fabrica, Sid me pidid que estudiara la planta y resolviera dénde me gustaria llevar a cabo el siguiente taller de trabajo. Asi pues, me instalé en la oficina que me destind Celia, la asistente administrativa de Sid, y de alli sali a los talleres a buscar la préxima oportunidad. Quedaban atin muchos procesos que necesitaban atencién; hice una lista en el curso del dia, con el 4nimo de tomar la decision a la mafiana siguiente, pero cuando me disponia a salir esa tarde, recibi una llamada telefonica de Celia, quien me informé que Sid queria verme el dia siguiente a las 6 A.M. en su despacho. Tenfa una junta ejecutiva a las 10 A.M. y necesitaba cierta informacion sobre Seis Sigma. Sid habia estudiado los libros que yo le habia Mevado, pero le quedaban algunas dudas. Me presenté, pues, a las seis de la mafiana y encontré a Sid enfrascado en una pila de libros, todos los cuales 52 SEIS SIGMA ostentaban en Ja cubierta las palabras “Seis Sigma”. Tenfa esparcidas sobre el escritorio:revistas y paginas impresas de Intetner con tiulos parceiion tu: stamsers se cic | Cuca? de que yo habia entrado hasta que lo saludé y le ofreci una taza de café. Entonces si levanté la vista y me Pregunt®: —Digame una cosa: gqué tanto sabe usted sobre eso del Seis Sigma? —En mi trabajo anterior hice el curso de entrena- miento en Seis Sigma. Tengo mi certificado de Cintur6n. Negro y de Maestra Cinturén Negro. —¢Asi que lo sabe todo sobre Seis Sigma, eh? —dijo con sorna. —No todo, repuse, pero trataré de ayudarle, Sid. Sefialando los rimeros de libros y papeles que tenia sobre el escritorio, Sid prosiguié: —He leido todo ese material pero es dificil saber qué s, realmente, el Seis Sigma. Unos dicen que es una filosoffa, otros afirman que es un programa de calidad. Todos los libros estan Ienos de estadistica y hablan de cosas que yo en realidad no entiendo. Parece que todos hablan de ahorrar dinero y que todo esto tiene alguna © frelacién con la calidad. Eso me parece una paradoja, segun mi experiencia. fr —Si, le contesté, hay varias opiniones sobre lo que es Seis Sigma. En realidad empezd en 1964 cuando el doctor Joseph Juran escribid el libro Managerial Breakthrough, donde se distingue entre control, que es ausencia de cambio, y avance decisivo, que si es cambio. Motorola inicié la implementacién del programa Se Sigma en 1986 y perfeccionéd algunas de las vécnicas. Algunas otras coripajifas, como Texas Instruments y Asea Brown Boveri, acogieron mis tarde el programa, pero éste realmente adquiriéd prominencia con la utilizacién que de él hicieron AlliedSignal y General Electric a mediados de los afios 90. Sid se alzé de hombros otra vez. —Gracias por la leccién de historia —dijo—, pero todavia no sé gué.es. : —Aunque parece que fuera una cosa distinta para cada compafifa —repliqué—, hay elementos basicos que son comunes en todas las empresas que han adoptado el sistema. El programa se centra en usar una maetodologia’ de solucion de problemas llamada MAMC: Medir, Anali- zar, Mejorar y Controlar. Son los cuatro pasos usados por los cintwrones negros para solucionar problemas cronicos seleccionados por ellos mismos. Un momento —interrumpid Sid—. ¢Qué cosa es un cinturén negro y de dén- de provienen los problemas crénicos? —Los eintironessme igrosy—conteste— son per- sonas que han pasado por un i to y han elaborado proyec- tos que les permiten obte- 54 SEIS SIGMA ner una certificacién en la metodologia Seis Sigma. Los proyectos son seleccionados por los campeones para abordar problemas crénicos alineados estratégicamente con los objetivos empresariales de la compania. Est bien, dijo Sid, epero qué es un campedn y de donde sale? —Los gampeonesylos escoge el equipo de liderazgo, constituido por personas que tienen influencia’ y por lo general algin nivel de poder formal dentrowdetlavorganit waciém. Los campeones constituyen un puente entre los planes estratégicos de la compaiifa y el nivel operativo. Esta todo claro hasta aqui? Sid pensé un momento. —Parece una ocupacién facil eso de escoger asuntos para que otras personas trabajen en ellos. {No hacen nada mas? —Ser campedn no es una funcién de tiempo comple- to. Una funcién igualmente importante de un campedn es derribar las barreras que un cinturén negro encuentra en su trabajo. Este deber ocupa de un 20 a un 30%, apro- ximadamente, del tiempo del campedn, asi que, es cierto, no es un Oficio de tiempo completo. —¢De manera que esos campeones van a pasar de 8 a 12 horas. por semana apoyando a un cinturén negro? —preguntd Sid. —Eso presupondria que en la actualidad trabajan 40 horas a Ja semana, repliqué. En realidad, cudnto tiempo dediquen a lidiar con las ba- rreras depende de usted. To- das las iniciativas tienen que ver con cambio en la organi- zacién. Recuerde la distincion que hace Juran entre control y avance. Estoy segura de que en sus lecturas habr4 encontrado que se habla del Seis Sigma como una estrategia de avance. Aceptar ese punto de vista significa que uno emprende un programa de cambio. —Entiendo, dijo, pero geso qué tiene que ver conmi- go? —Bien. Como le dije, algunos de los programas mas conocidos fueron los de Motorola, bajo el mando de Robert Galvin, el de AlliedSignal, comandado por Larry Bossidy y el de General Electric, dirigido por Jack Welch. Ninguno de estos tres hombres fue un espectador durante el programa. Todos enviaron mensajes muy claros a sus compafifas, mensajes que eran visibles a todos los niveles. E] mensaje era que estos lideres apoyaban vigorosamente los programas y esperaban que todos los niveles de la organizacién respondieran”. Hice una pausa para darle tiempo de pensarlo y afiadi: 2D 56 SEIS SIGMA i i i i 0 —E] liderazgo in absentia no funciona cuando ul nir y comunicar claramente espera un cambio serio. Defi ‘ ion del més alto las expectativas de la compafila es func nivel de liderazgo — y ése es usted. : —;De modo, dijo Sid, que usted quiere que yo le diga a todo el mundo en Ja compaiila que éste es mi programa? _-Precisamente, y debe decirselo repetidas veces. Bsa es la unica manera de que tenga la oportunidad de funcionar. —Est4 bien. Entiendo —dijo Sid—. {No es lo mismo que lef en el libro La Quinta Disciplina (de Peter Senge]? ¢Cémo era que decian? ¢“Mensajes intrinsecos y extrinse- cos”? —Correcto. En realidad, no es sdlo lo que uno dice sino también lo que hace. Creo que han salido varios libros y articulos que han reiterado los beneficios de las comunicaciones que agregan valor. Recuerde la teoria de gerenciar recorriendo, de Tom Peters. Esto es lo mismo. Liderazgo visible no es cosa nueva pero es una idea que todavia est4 esperando que le llegue su hora. —Muy bien —dijo—. Voy a consultar mi programa de trabajo a ver de cuanto tiempo dispongo. Mis emplea- dos sabran que esto viene de la cumbre. Hizo una pausa y luego, como si se hubiera acordado de algo, prosiguid: —Usted me ha dicho que es maestra cinturén negro. ¢Eso qué quiere decir? —Algunos cinturones negros, después de su certifi- VVVVVBVVTTIIVVVUTITTIUN cacién en esa categoria, son elegidos para recibir adies- tramiento adicional y reciben el grado de mamestrosy ‘cintwronenegro. —éQué hacen? = —Los que tenemos grado de maestros @sesoramos™a losmeimtmronesmegrosty Satrenames “aiotros individuos para que Ileguen a serlo. —Entonces ¢qué es lo que hacen todos esos consul- tores de Seis Sigma? La pregunta de Sid me hizo sonreir porque muchas personas deberian hacerla. —Los consultores entrenan y certifican las primeras olas de cinturones negros. Ayudan a es- coger a los que deben ser maes- tros cinturén negro y los certifi- can. Entonces, cuando ya hay un nucleo de maestros cinturén negro, ya no se necesitan consultores. Su deber es llevar la compafiia al punto en que ésta tenga su propio programa independiente. El maestro cinturén negro — ‘anadi después de una pausa— debe ser la boleta de salida del consultor. Un buen socio consultor debe insistir en preparar una estrategia de salida desde el primer dia. —Muy bien —dijo Sid—. Creo que ya entiendo: Tenemos campeones, maestros cinturén negro y cinturo- nes negros que trabajan en proyectos. Los proyectos atienden los problemas crénicos y deben estar estratégi- | 58 SEIS SIGMA camente coordinados con los objetivos de la compafiia. Eso es, everdad? —Si, y ademis el concepto de liderazgo visible —le recordé. —Ah, si. Liderazgo visible. Eso corre de mi cuenta eno? Asenti con una sonrisa y una inclinacién de cabeza. Capitulo 6 ————— DEFINICTON DEL SEIS SIGMA. j § eguimos? —le pregunté. No queria cansarlo. =O —Si, claro, sigamos. Pero no olvide que tengo una cita a las diez. Por espacio de una hora me dediqué a explicarle que a pesar de todos los adornos que le acomodan las compafifas de consultores, el Seis Sigma gira en torno a una ecuacién bésica para resolver problemas: Y = f(x), 0 sea Y = f(X,, X Xp «--)- Esta ecuacién define la relacion entre una variable dependiente, : Y, y las variables independien- tes, las x. En otras palabras, el pro- ducto de un proceso, Y, es fun- cid) i os, x. Es como su maméa le decia cuando estaba nifio: “Vas a sacar exactamente 60 SEIS SIGMA Esta sencilla ecuacién de resolver lo mismo que metas”. MERIC de problemas sirve como guia de la metodologi: Seis Sigma: © M: Medir © A: Analizar © M: Mejorar * C: Controlar Durante la fase de gyzedizg el proyecto se enfoca en Y. Varias herramientas —tales como la diagramacién o mapeo de procesos, la estadistica bdsica, los estudios de capacidad y el analisis de sistemas de medicidn— se usan para definir y cuantificar el proyecto. Ademds de aplicar las herramientas estadisticas, hacemos un planteamiento escrito del problema y de los objetivos del proyecto y organizamos un equipo. En esta etapa también se evalia el_impacto financiero del problema y de su posible solucién. Miembros del personal de finanzas de la com- Paiiia tienen que colaborar y aprobar la evaluacién. Al terminar la fase de medir, se pasa a la de amalizary Siguiendo la ecuacién de resolucién de problemas, du- rante esta fase empezamos a identificar las distintas x que son causa de que Y se esté comportando de una manera inaceptable. Al identificar las distintas x, se_usa la prueba de bipétesis, ya sea para verificar o para desechar las diversas teorlas o supuestos que el equipo ha desarrollado en torno a los sistemas causales que afectan la x. onehzar . Después de la fase de = »_— viene la fase de smejora’. En esta fase se hace uso del andlisis regresivo y del disefio experimental para identificar Jas relaciones que existen entre las x, Las x son variables independientes con respecto a Y, pero eso no. significa que sean independien- tes entre s{. Variables tales como temperatura y pre-sién se afectan reciprocamente y la jnteraccién entre ellas también afecta a Y. Nunca podemos entender totalmente el efecto de una interaccién sin hacer uso del disefio de experimentos. Una comprensién completa de las x es lo que nos permite llegar a una_solucién_dptima del problema al terminar la fase de mejorar. Ahora que tenemos ya una solucién, pasamos a la fase de eomeyola? para institucionalizar la solucién. Duran- te esta fase se aprovechan herramientas de calidad, como las pruebas de errores, los sistemas de calidad y los cuadros de control, para asegurar que el problema se elimine definitivamente. Habiendo explicado estos aspectos basicos de la metodologia MAMC, eché un vistazo a mi reloj y vi que faltaban pocos minutos para las 10 de la mafiana, asi que suspendi las explicaciones. Sid me dio las gracias y se fue a su reunion. Con- fiando en que él ya entendia mejor lo que es el Seis Sigma, volvi a la fabrica para reanudar el trabajo que habia dejado pendiente la vispera. Ahora en retrospectiva, veo que después de haber 62 SEIS SIGMA trabajado tanto tiempo con gerentes, debia haber sabido que las cosas no iban a-ser tan sencillas. Apenas habia alcanzado a recorrer la breve distancia entre las oficinas y la fabrica cuando me lIlamé Celia para decirme que mi presencia se requerfa inmediatamente en la sala de juntas. Colgué el teléfono y hacia alla dirigi mis pasos. Capitulo 7 LA PUESTA EN MARCHA DEL SEIS SIGMA Ce entré a la sala de juntas Ja tension era tan grande que se podia cortar con cuchillo. ¢Cémo podia producir tan intensas emociones una discusién de un programa de resolucién de proble- mas que se basaba en da- tos concretos? No era que se tratara de algo desconocido. El Seis Sigma se habia puesto en practica en todo el mundo. Yo daba por sen- tado que la suma, la resta, la multiplicacién y la divi- 64 SEIS SIGMA in la estadistica funcionarian aqui lo Tal vez la cuestion era datos. Los magnates defensa de sién que mueve: mismo que en el resto del mundo. la toma de decisiones a base de siempre se sienten amenazados: un asunto de su territorio, creo. Era hora de entrar en la cueva de los leones. Sid me indicé una silla a su izquierda. Probablemente eso no daba una impresin de poder, como lo habria indicado un sitio a su derecha, pero en todo caso era a su lado. Debia conformarme. Me presenté al estado mayor y Iuego me habld directamente en estos términos: —Hemos estado discutiendo lo basico de un progra- ma Seis Sigma, pero parece que hay algunas cuestiones adicionales y quisiéramos ofr su opinién como experta en Ja materia. —Trataré de absolver las preguntas que tengan — repliqué, sintiéndome ha- lagada de que el presiden- te de la compafifa me calificara de “experta”, aunque no estaba segura de qué bases tenia para hacer ese juicio. Sid prosiguid dicien- do: —La idea del Seis Sigma la inicié nuestro di- rector financiero, Bill Payer, quien ha leido los informes sobre los grandes rendimientos financieros que acusan muchas firmas, provenientes del uso de esa “estrategia de avance decisivo”. Bill piensa que si produce ese nivel de rentabilidad sobre la inversién, nosotros deberiamos obtener algunas de esas ventajas en manufactura. A Ben Thair, nuestro vicepresidente de manufactura, no le gusta la sugerencia de que estemos desperdiciando todo ese dinero en nuestras fAbricas. Ya hemos lanzado muchas iniciativas de mejora, como la GCT (Gestién de calidad. total). El no cree que quede mucha oportunidad en nuestras fabricas. {Usted qué opina? —En primer lugar, hay que dejar en claro que el Seis Sigma no ha sido nunca un programa de manufactura — les expliqué —. Aun cuando se introdujo en Motorola, el objetivo era ser Seis Sigma en todo lo que se hace, y esto incluye las operaciones que no son de manufactura. GE Capital y muchas otras entidades financieras, lo mismo que otras compaiiias de servicios publicos, lo han insta- lado con buen éxito. Los rendimientos financieros estan bien documentados. La mayoria de los proveedores legitimos del Seis Sigma requieren que la comunidad financiera abandone sus afirmaciones sobre las econo- mias que se llevan a cabo en el proceso. Muchas de las compafilas mas grandes publican esas economias en sus informes anuales, que son verificados por importantes firmas de contaduria. Miré en torno para comprobar que me estuvieran 66 SEIS SIGMA siguiendo y luego conti- nué: —En cuanto a que no queden oportunidades por- que ya se emprendié la GCT, ustedes deben reco- nocer que hay un continuo de herramientas y técnicas. Cuando se alcanza un de- terminado nivel, hay que encontrar la manera de pasar al nivel siguiente. No es cuestion de quién es mejor, sino simplemente de escoger = la mejor herramienta para la tarea. No todos los problemas son un proyecto para el Seis Sigma, asi que si el que se trae entre manos se puede resolver con GCT, eso es lo que se debe usar. Antes la calidad no se podia comprar y hoy tampoco se puede hacerlo. Eliminar defectos y desperdi- cios y efectuar un cambio es el resultado de un arduo trabajo. No es mas. —Gracias por la informacién —dijo Sid. Tenemos otro problema. Nuestro vicepresidente de calidad cree que el Seis Sigma no es nada nuevo, que no es mas que la vieja coleccién de técnicas que han estado siempre disponibles, que en el transcurso de los afios ya hemos preparado a mucha gente para usar esas técnicas y que, por tltimo, los consultores del Seis Sigma cobran hono- rarios muy elevados. Usted ha seguido ese adiestramien- to, Sam. ¢Qué piensa? Traté de mantener la calma, cosa que no era facil porque me parecia que las respuestas eran de sentido comin... y una pérdida de tiempo. Pero respiré hondo y respond a la pregunta: : —E] propésito del Seis Sigma no es ni ha sido nunca introducir nuevas herramientas. La verdad es que en este momento no las necesitamos, puesto que los encargados de calidad rara vez utilizan las mas sofisticadas que poseemos. La metodologia Seis Sigma se enfoca en la capacidad de vincular entre si las herramientas para obtener un flujo légico. Los datos pasan de una herra- mienta a otra de manera que en todo el proyecto haya sinergia. Esa sinergia es la que aumenta la probabilidad de que un problema se resuelva. Observé varios ademanes de comprensién en diver- sos puntos de la sala, de manera que pasé a afrontar la cuestién financiera: —En cuanto a lo que se les paga a los consultores, ésa es una decisién comercial, lo mismo que cualquier otra proposicién de valor. Los mas prestigiosos proveedo- res del Seis Sigma tienen antecedentes de resultados verificables. No se trata de un simple programa de adiestramiento por el gusto de adiestrar. A un candidato a cinturén negro que no produce resultados no se le . certifica. Sid me dio las gracias por mis explicaciones y pregunté si habfa alguna otra pregunta. Nadie contesté. Sid les comunicé donde estaria trabajando yo en la fabrica 68 SEIS SIGMA onsulta, me bus- y sugirié que si se les ocurria alguna ¢! caran por conducto de Celia. Tuve la seguridad de que con esto no se ponia fin a esta conversacion. PIO GR A RB Melody 2 *igeetce wheaY abies WiK sa ciayis, «.\ wet hae Simbad 2. ins : PPP TEPTTALATATATALASANSSSSS Capitulo 8 ——— LA CABINA DEL VIGIA ¥ a los talleres sintiéndome mas optimista en cuanto a la comprensién que Sid tenia del Seis Sigma, de cémo ésta se acomodaba a su experiencia de lo que es una organizacion esbelta, y como ambas cosas se aplicaban a §G, Inc. Sin embargo, yo sabia que algunas personas necesitan un poco mas de persuasion para convencerse. Apenas habia traspasado el umbral de la entrada a la fabrica cuando aparecid George. —Sam, ¢tiene usted unos pocos minutos? —Si, por supuesto, ¢En qué le puedo servir? George parecia mas serio que de costumbre, asi que, fuera lo que fuera, pensé que debia escucharlo. —Antes de ir al grano —dijo —hay dos cosas que tengo que confesarle. La primera es que cuando Sid me informé que la iba a llamar a usted para que le diera una segunda opinion sobre cual maquina debiamos comprar, 70 SEIS SIGMA esta operacion gracia que una hacer mi oficio. n Ja “cabina del eso no me gusté. Yo he manejado toda durante 15 afios y no me hacia ninguna persona de fuera viniera a decirme cémo La segunda es que esta mafiana, sentado € vigia”, estuve observando como dos horas al Emre de Michelle. Tengo que reconocer que nunca en los ultimos diez afios habfa visto aqui ese espfritu de cuerpo. Era como si hubiéramos' Ilevado a esa 4rea un nuevo grupo de empleados. También me puse a cronometrar el proce- so y, créame usted, han reducido el tiempo del ciclo en més del 25% en menos de una semana. Se inclind y sonriéd complacido. Parecia afios mas joven. Luego continué: —Me recordé los viejos tiempos, cuando trabajéba- mos como un equipo y nos sentiamos orgullosos de nuestro producto, de nuestros clientes y de nuestra compatifa. Era divertido. Si pudiéramos llevar ese espiritu a toda la planta seriamos una empresa de primera... En fin, no mas palabreria. Paso a lo que le queria pedir. ¢Recuer- da el primer dia que vino, cuando yo la Ilevé a hacer un recorrido por la planta? —Sf, por supuesto que me acuerdo, George. —Pues si tiene tiempo, yo le pediria que ahora me levara usted a Ja planta, me hiciera un recorrido y hablaramos de lo que usted ve. Es decir, como si nos situaramos en la “cabina del vigia”, desde donde se domina toda la operacién de la fabrica: equé debo buscar?

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