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Biogratia Felix Luna nacié en la ciudad de Buenos Aires on 1925. Destacade historiador y periodista, ha publicado numerosas obras, on las quo Su agily sition yelilapidadara que nos result. Hoy a definiefamos ‘camo tn disparate ecolgeo, pero en aque entonces era cl nico elemento de trueque con que les portefios podian ‘pagar la importaciones que ellos a su vez introducfan en, Tos mereados de! interi Las vaquerias fueron, pues, Ia primera produecin portef, la primera industria. 'Y qué diferente de la ac- 17 tual industra figorifica! Sin embargo, de la vaquerta al saladero, ala came congelada, la care enfriada ya los cortes Hilton no hay més que una diferencia de grado, El creciente progreso tecnoldgico hizo posible que las pri- mitivas y rudas vaquerfas se convirtieran en lo que hoy es una industria no s6lo importante sino también sofis- tienda, ‘Otra consecuencia importante de las vaquerfas fue ie esbozando los limites politicos de lo que despues serfan algunas provinciasargentinas. Muchas veces veeinos de ‘Santa Fe se metieron en la jurisdiecion de Buenos Aires para cazar vacas, ante lo cual el Cabildo de Buenos Aires reaccion6 siradamente, acuséndolas de usurpar un tee: {orio sjeno.Siguieron una serie de disputes, no s6lo con Santa Fe, sino también con Cérdoba. Finalmente, hacia 1720 los cabildos de Santa Fe y de ‘Buenos Aires se pusieron de acuerdo en definir una fron- tera, el Arroyo del Medio, que atin sigue dividiendo a la provincia de Buenos Airs dela de Santa Fe. Del mismo modo se pact6 dénde terminaba Buenos Aires y empeza- be Cordoba. Puede decirse con bastante eertezs, por lo tanto, que las vaquerias contribuyeron a establecer limi- tes para la jurisdiceién de cada provincia. Colos y rivalidades tro aspecto caraetorstico de la primitiva Buenos. reses que, ya desde el momento de su fundacin, susc tuna serie de celosy de rvalidades. A pesar de ser muy po- brey vivir del contrabando, estaba muy bien situada ge: ardficamente; era Ia “puertn de a terra” que Matienzo hhabfa sofiado. El primer rival que le surge debido a su buena ubieacién es Lima. Era obvio (y muchos funcionarios lo dijeron en ese momento) que el itinerario mas corto y ms sencillo pa- ra las mercaderis era cruzarlas por el Atléntico hasta Buenos Aires y transportalas lego al Alto Peri, trans 18 tando caminos por lo general anos y sin obstsculos ta- les como conilleras o grandes fos. Desde Buenos Aires hasta Potos, en efecto, hay un camino perfectamente via- ble. En cambio el otro itinerario (puerto de C&diz, Porto- hello, el istmo de Panama, la descarga, a carga de nuevo ‘en buques que rian por el oréano Paefico, El Callao, Li mma, y desde all atravesar toda lacordillera de los Andes Ia altura del Peri hasta legar al Alto Peri) era\un en- gorro earsimo. [En 1778, cuando se consigui el Auto de Libre Comer- cio, se calculaba que una vara de lienzo que iba l Poto- sf por el camino largo se venderfa a ms o menos teinta pesos el metro, mientras que, si entraba por Buenos Ai- es, valdrfa en Potosf como mucho cinco pesos. La supe- iotidad geopoltica 0 geoeconémica de Buenos Aires era indiscutible Lima, que se da cuenta de esto, la enfrenta desde un primer momento. Por ejemplo: el comercio limeo con trolaba la introduecién de esclavos negros. Cuando en 1720 se instala la South Sea Company con motivo del ‘Tratado de Utrecht, Inglaterra abre en Buenos Aires una factoria para introduce eslaves y los limefios ponen el Brito en el cielo. Lo mismo habian hecho antes, con el. apoyo del virey del Per, denunciando que Buenos Ai: res no s6lo ere la puerta de entrada del contraband, si- ‘no tambin la puerta ilegal de slida de la plata del Poto- sf, con lo que provocaba un incontrolable drenaje de divisas. La denuncia era cierta; todo esto formaba parte de la operativa del contrabando en la cual se basaba la supervivencia de Buenos Aires La rivalidad con Lima provocs, més o menos hacia 1620, que se instalara una aduana seea en Cérdoba. Es decir, que se controlara el ingreso de mercaderias en la ciudad de Cordoba, lo que por cierto era una operacién. bastante diffi Exsta un camino que atravesaba el te ritorio santafesino y unia Buenos Aires y Cérdoba sin entrar en la ciudad, de manera que, recorriéndolo, se el dia el control. Los limefios, después de mucha polémica, dsplazaron la aduane hasta Santiago del Estero y, inal ‘mente, tras mas polémicasy discusionesa nivel burocrs~ tico, etablecieron hacia 1680.0 1690 esa misma aduana, en Jujuy. ‘As{ze fue creando un mercado interno que, en su mo- ‘mento, definira los limites argentinos Salvo la aduana de ‘Buenos Aires, que estaba totalmente complicad con el contrabando, ia introduecién de mercaderias, hasta Jujuy, précticamente conformaba un mercado nico. Y, como ya se sabe, los mereados suelen ser el prerrequsito para formar una naciGn, La historia daba el marco de lo que serfa el tertitorio dela futura Argentina ‘Buenos Aiesrvalizs tambien con otras ciudades. Con Santa Fe, por las ya mencionadas cuestiones de vaguerta, yadelanténdonos un poco a nuestro desarrollo anticipe~ ‘mos que, a parti aproximadamente de 1780, la ivalidad serd con Montevideo. Cuando se fund6, muchos adie ron que su puerto era superior al de Buenos Ales, cuya entrada padecta el serio obstéculo de las toscas y la poca ‘profundidad del fo. Montevideo comenzé a ser conside- rada la verdadera puerta dela tierra, a pesar de que, pa 12 ingresar al interior, abfa que atravesar dos grandes fos el Uruguay yel Parana La competencia entre Buenos Aires y Montevideo fue de tal calibre, que el consulado portefio (es decir, la re nig de los comerciantes portefios) se optso en 1804 a «que se construyese un faro en el puerto oriental. Las ten- ‘sas relaciones entre ambasciudades explican también por {qué Montevideo fue luego uno de los baluartes realistas contra a Revolucin de Mayo. En Montevideo se instal6 una contrarrevolucin que duré cuatro aos, hasta 1814, cuando Alvear logré expugnarl. Se puede decir. ademds. (que la antigua rvalidad con el Perd también tuvo una clertaexpresién politica en la época dela Independencia, pues Lima se convirtis en el sltimo de los baluares re listas en América del Sur. Quiza porque verdaderamente cultivaba un sentimiento de fidelidad al rey de Espatia; quizd como una suerte de proyeccisn del viejo encono. Resumamos lo dicho hasta ahora. La ciudad de Bue: nos Aires, fundada en 1580 tiene, en primer lugar, une ‘ociacién permanente con el comercio ilicto; 0 sea, practice la burla de la ley. En segundo lugar, su produc: fin se basa en una suerte de catéstrofe ecoldpia, como fla aniquilacin indiseriminada de los rodeos mostren- 605, 8 punto tal que en 1715 el Cabildo prohibe las vaque- iss, porque “si siguen as Ins cosas, nos vamos a quedar sin euerosy en cueros.."¥,efectivamente, era ast Poder convocante ‘A pesar de que inspiraba rvalidades y competencias, Buenos Aires er, al mismo tiempo, una ciudad qu tiene lun notable poder de convocatora, como lo muestra cl en- frentamiento con Portugal. En 1680 se present6 en Colo nia del Sacramento (frente a Buenos Aires, Rio de la Pla ta de por medio), una expedicién portuguesa que fund lun establecimiento. Hiaefa pocos aos que se aban s parado las coronas de Portugal y de Espafia ‘Portugal aspiraba a tener bajo su jurisdici6n toda la parte surde Brasil hasta el Ro de la Plata. As instal es ta expedicin en Colonia, un lugar muy estratégico. Por tana parte, s la Have de los ros dela Plata, Uruguay y Pa- rand y, por la otra, es el dnico lugar dela costa donde hay Piedra; es decir, donde se pueden constuirfortificacio: nes, que para Ia poca eran indispensables. El gobernador de Buenos Aites, José de Garro, se en- ter6 de este establecimiento y le mandé a Don Manuel de [Enbo, jefe de la expedicién portuguesa un ultimatum muy iguroso, advirtiendele que la Banda Oriental pertenecia al Rey de Espafa y que, en consecuencia, se tenfan que ir, Lobo contest pidiendo que lo dejaseninstalarsey que después la cuestion diplomética se debatria ante las cor tes, Dijo que sus intenciones eran totalmente pacifcas, ‘que lo que querian era comerciar con Buenos Aires. Ga ro, que era un vaseo extremadamente obstinado y ade- ms patrota insist en que el establecimiento debia le vantarse, originando un fenémeno muy curios. CConvoed a lo que hoy podeamos llamar “as fuerzas vivas" de Buenos Aires (el cabildo secular, et cabildo. eclesidstco, los comerciantes més importantes, ls fun- 2 apace Se acco ee tee up ene Dai ne etm ome me peat teen ro Tego a in i tegen cats ee cl cane a ees se Sr cea ae ee marmente, cen ene el pode? E ule, que provsuriamente puede delegnioen a pena ao persons que dee haa guelasuscnse ee concepts anterior sfundamenal. Hoy hose un lugar comin del Derecho Polio, pve on es Specs tue evolcionaro. Que los pobernadospakens slesira au propos gobemantesaunguc ees pov mens, ein doctnaexplosva Mis adcarne aoa mos abet aspect, “Avartede tas inmovacions juices, as Jomaas de Mayo demuestra que on els tena el poder Convienereondar que despite dla prinets areca slay dela econgubsta de Buenos Arse nee ea temente una sere de cuerpo mills ergunisade seg lasregoes de donde ea orgnaionsierse ts los catlancs, aie, patio parlors emeete, etetiera Dinos que fos espaol que pore aera ran empleadoe de comercio de buen pase cadena Gjericios militares porque sgifaban ura pefn de tempo yde dinero, mints ls esos Rea Imornos, para quienes as mcionesy sot oe Bortantes,cunplanpuntaiment consi bgacre Con oq fern adeno una poencn se fea Tspeabe Et quedsdemostadodlI"demajor oy cuando Mande Alga iderd contr Lice nasser ted golpe qc itetaba ser military Saavedra ne bea de los patios, impas inmedatamene cl oeny ued duno de la Pasa de Maye a revolucién en el interior En 1810 el poder militar de Buenos Aites se puso de ‘manifiesto no slo por la presiGn de los regimientos eee Hos, sino también porque se ordens de inmediato el en. vio de expediciones a diversos puntos del vireinato. Lo ‘gue habia sucedido en Buenos Aire, en efecto, era dema- siado escandaloso como para que se aceptara pactfien ‘mente. El derrocamiento de un delegado del rey o de la Junta que deciarepresentaro,y su susttuein por una jun- (a, era realmente algo dif de tragar en la regiones mas Fielistas del vireinato, En Cordoba se armé una contrarrevolucin, presi a por Liniers, que concluyé con su fusilamiento y el de sus compafieros. En Mendoza hubo bastante reticenc para aceptar la junta porte. En Salta tuvieron lugar mu- thas discusiones. ¥ en tres puntos, sobre todo, la resisten- ‘ia se hizo activa: el Alto Per, el Paraguay y Montevideo. El puerto oriental, sabemos, tenia una vieja rvalidad con Buenos Aires. Esa antinomia crecis mientras Liniers fue irrey porque en Montevideo no lo reconoctan como ta, precisamente por ser francés; se formé entonces una jun: la que se disolvi6 al legar Cisneros, pero los gérmenes de In actitud antiportena quedaron. ¥ cuando en Buenos Ai- es se designd a la Junta, en Montevideo se arm una re- sistencia militar que dur6 cuatco aos. Desde Buenos Aires partieran expediciones, que no fueron simulténeas. Un, al Paraguay, para tratar de con- vencer 0 vencer alos paraguayos. All se vivia una vida propia, més mediterranea, cuyosintereseschoeaban con los de Buenos Aires, puerta de entrada ante la cual de ban rend pleitesfa para realizar sus importacionesy ex- Dortaciones. Belgrano, jefe de la expedicién patriota,en- ontr6 pues resistencia. Se pele6 una batalla, la perdi, hhubo negociaciones;finalmente Paraguay mantuvo una ctitud neutral respecto de la guerra de la independencia, sin hostlizar alas autoridades porteas, {La expedicin que se mand6 al Alto Peri, en cambio, ‘obtuvo un primer triunfo, Suipacha, pero después de unos ‘meses suri el desastre de Huagui a orllas del rfo Desa- squadero, limite entre el vireinato del Ro de a Pata y fel Pers. Qued en claro que las tropas habjan sido enviadas para establecer el reconocimiento de las autoridades de Buenos aires, pero no para extender su poder a oto vi rreinato. Buenos Aires se consideraba una heredere del poder espafiol hasta donde Hegaban sus fronteras. ‘Las expediciones al Alto Pers fueron retomadas des ppués por Manuel Belgrano, con los triunfos de Tuoumn 1 de Salta y las derrotas de Vleapugio y Ayohuma. Lue {go asumi6 el mando del gjécito el general Rondeau, quien subié hasta el interior del Alto Peri y sufri6 la de- ‘rota de Sipe Sipe en 1815. A partir de 1815 ya no hubo ‘expediciones a la frontera norte alentadas desde Buenos. ‘Altes, pero si un estado de guerrilla permanente, anima- do sobre todo por eleaudillo Martin Miguel de Gtemes, {quien mds o menos congelé alla stuacién con una gue fra de guerilles que impidié a los realstas avanzar hacia el sur Fl otro problema militar fue Montevideo, que destac6 tuna flotilla para hostlizar a Buenos Aires, Los orientaes. incluso bombardearon la ciudad c hicieron algunos raids. por las poblaciones del Parand. La resistencia espaola. fen Montevideo sult diversas eircunstancas. Hubo un. sitio que cere6 en la ciudad a los realists; Artigas, con- vertido por eleccién popular en el caudillo de la Banda. Criental, prtcips en la lucha patiota, apoyando a ta portft, peo luego se retré por algunos inconvenien- tes que tuo con Gta; en 1814, sin embargo, ls ropas pa- teiotas lograron tomar Montevideo y este triunfo le permits a José de San Martin variar la estrategia militar Ge la Revolucion y concebir y jecutar las eampatias de Chile y de Pera "Tan importantes camo estos aspectos militares son los sucesos que se desencadenan en Buenos Aires yen el ins ‘an 5 forma jure y st rplamentos— resi en a ‘inde colderaa heedere del pode cpl sa dabe dinero, undamerimente a tan dea aden 9 to desinaba en major pata causanaciona ei Idea: sme er os ees ato ¢ nvr diplomaios l extero, hacer poppe pot In casa de la Revolctn, tester. Sus cameras ran as de ut obec y gue on 1820, eneat Pao eel Dena Gas ao desu eon de luacion se genearon cambio muy importantes dente de cs sociedad que yu emperabua lamar agin Los cambios En primer lugar, se produce un cambio en las ereen- tis colctves. mos qu ten coma ere una ds tonespiones fundamentals dela rormatv jure his pans en Americ “Bien comin” th au ten por pr del aed cr fl vires, el gobernadr nen gue oer digas, bie de tds noha cde un ctor determina Di ines ambi questa concep pemin qu gana rdenanzaocédla el aunque lean de Madd re Iendadsporel wy sesctaa pero nose cumple se ey considera qu ag eaara mares mates Bienes: = we jet que las medi- Jirectamente se Ia dejaba sin efecto. El concepto de bien comiin fue dejado de lado a par firde 1810 y susttuido por el de soberanta 1 por el de soberania popular, ban- era que levantaron tebricos de la Revolucién como Mo- Feno, Castel o Monteagudo. El concepto revolucionario Alemors un siglo en implementarse através de elecciones, [pero presia ya como principio esta nueva sociedad, terior desde que el vitrey es sustituido por un gobierno, ‘que empieza a llamarse “ptrio”. Hay, por supursto, diver ‘as alas: ms radicalizadas, como las de Moreno y Caste= Is mds conservadoras, como la que convduce Saavedra: diversas faceiones que se van sucediendo en la itl {del poder durante los diez afios que cotren entre 1810 1820, cuando eayé el gobierno central. ‘Hasta ese momento en Buenos Aires exsta un gobie ‘no que —Ilimese Primera Junta, Junta Grande, Trin ‘ato, Segundo Triunvirato, Directorio; fusen la que fu ‘La soberania popular, que retomabs Ia idea de que et pueblo puede esigar asus representantes cuando a Iter fe eaplrado por nto senniana sg acl ela mora que presi poo. Wns en cori las diversas chon desgneionsy asambleas, que se sucedan. Desde luego fue un cambio lento, que se fue aicmando a través de medidas de gobier ‘no y del pensamiento de algunos drigentes, pero un eam~ bio que apuntaba ala formacién de una sociedad repu- blicana y democritica, En segundo lugar, y ya no en el terreno teérico sino en el de los hechos, la dsgregacicn del virreinato impac- 6 asus habitantes. No olvidemos que el virrenato ha- bia sido el esbozo de un gran pais, una concepcién cuya srandiosidad residia en la vasta jurisdicci6n que se le tribufa, de I cual después surpieron cuatro naciones, St tran defecto sin embargo, se vinculaba a la grandeza del \erritorio: el vireinato se componia de elementos muy heterogéneos, cyos climas, producciones, pueblos, men- talidades e intereses eran distintos entre sy, en algunos ‘casos, contradictorios. Como elvireinato durésolamen- te treintaafios, no hubo tiempo para que sus elementos fraguasen convertiéndolo en una nacién con conciencia. de sf misma, Sabemos que a partir de 1810 los puntos de resisten= cia a la Revolucin estaban en el Alto Peri, en el Pars fguay y en Montevideo. Fueron precisamente estas te siones las que tendieron a separarse del virreinato. El ‘proceso demoré unos veinte aos, pero fue ireversibe. El Alto Per, ubicado bajo la jurisdiccion de Buenos Aix res en 1796, seguia conservando su vinculacién con et Pe 1 se mantonia tan lejano de la capital como siempre. La resistencia alas tropas patriotas fue pues auténtica, in tuvieron y lo mendaron prsionero a Las Bruseas, ue re cign se estaba formando, Anséi se escap6 y e refugi6 en “Montevideo; cuando los patriotas tomaron Montevideo, Jo apresaron y lo volvieron a mandar a Las Bruscas. Re cién en 1820 0 1821 logré ser puesto en libertad. et Elancepstolin canbe estlo de vide ports Sele dente delat cleanato gece srl Sato de nen famiay alo means ee eel loner qe fan los mariner nono rete Maran Moreno gue lopian deta (oyna nance mae ace oe Giniomoabla del wo del ac par pode as ‘ule acto otal: ao ldo ese sbandone et como zl, nade ertemanisn tc expat en cami salts siplomenc sisson ae ianos argon De lnmisms mana ee nb cca pat xs combo calla se dean adem «que Acompatlndo ot We comercio que istaua la ors Jin somal par epocnne Sonatas ee normed tambon efron enc Les stay patios en geen, ten may ibs es Somer NO abi ningin tipo de scene Te tur poet ns cars que aon Doles derechos deahana competes pote ate Iiraras—comprndoas clare Fae plteaer Vera nn perinieno thee snot ab eines fusre Sno metda on que emule eee Peasben mich derechos de aduana i enna Sin emia gbiemo de Buenos es Sear ie tress er ue omo onsen, los eomercantes ingle ron istalndo en Buenos ie Con mote de po tas naples dl bguro content gate hia wn sock exeev de mecederas gus saa ici elcarBascando nuevos meredog mae ne Pores nds vatons meee Aes fs sch. ce sin petivany es nals to una ceria sper comecal Eas agen a Aes intalaen on laced comerdanee nas to due muthor de alts econecn cpa coe Indo fora ecomerlaionmncers a Miowes Aver inporaoncosumbres moostaciey 6 palabras y, mientras el interior del pats seguia mantenis do una postura algo més cerrada al respecto, Buenos Al res era tna ventana al exterior. Laliberlizacién comercial yla guerra trajeron una sé- rie de efectos. Como la mayor parte del Alto Per estaba, ten manos de los espafoles, el tradicional comercio de mulas,tipico del era colonial, se detuvo, junto con eli: sreso de metalico que de all legaba. Anteriormente los ‘mineros altoperuanos viajaban a Salta donde compraban Jas mulas, con dinero en efectivo, y los ateros y los pro- dductores locales embbolsaban muchas monedas de plata Pero la guerra termin6 con el intereambio y el eirculante ‘empen6 a escasear. Los comerciantes ingleses, ademds, exigian que se pagasen sus mercaderfas con dinero, fundamentalmen- te con plata, y asf contribuyeron a restar circulant. ‘Trafan sobre todo tejdos, buenos, bonitos y baratos, me: jores que los que se podfan producir aqu tambin ati- culos de menaj, cuchillos,ollas y otros objetos de in- ‘mediata colocacién. Los mucbles los trafan sobre todo los norteamericanos. Estas ventas, que se pagaban con, ‘moneda metiica, hicieron que en poc0s afos la pobla- cid del antiguo Viereinato se fuera quedando sin dine- +0, lo que acarre6 una serie de trastomos econémicos y monelarios. Hacia cierta demoracia. Entre las novedades relacionadas con la Revolucion de Mayo esta la nocin de igualdad; es decir, que no de- bbe haber privlegos, que cada ciudadano es igual a otro, ‘que todos tienen el mismo derecho, etcéera. En esos mo- ‘mentos era todavia una idea muy abstracta, pero luego calé hondo en la sociedad argentina y tuvo una proyec: cidn muy concreta algunas décadas después. El senti- jento antiespafiol, la liberlizacion del comercio, los. conceptos de soberania popular y de igualdad son todos. eo ‘cambios que aparejan una transformacién tan direta, tan brupta como la Revolucion de Mayo misma, Junto con los anteriores, existen otros dos aspects bastante importantes también. partic de la Revolucién ‘comenz6 a gestarse algo que podriamos llamar “opinicn pablica’,generalizada a través de corilos,fracciones y tertlias yexpresada en los diarios mediante articuos ed toriales,eeticos 0 con desarrollo de tipo conceptual, co- ‘mo los de Mariano Moreno. Por primera vez los darios —en lugar de publicar cansinamente noticia de tipo co- ‘mercial, algin adelanto cientifico o algo que pasaba en Europa, como hacian en la época del vrreinato— pusie- ron en el tapete ideas revolucionarias, estimulantes, en muchos casos impactantes para una opinién pablica que recign se asomaba a este tipo de debates Las elecciones son otra novedad, Cada ver que desde Buenos Aires se convocaba algin cuerpo representativo ‘como la Asamblea del afi 1813 0 ol Congreso de 1816 ‘en Tucumén y otros que no aleanzaron a reunirs, en to ‘das la ciudades del antiguo vireinato la gente se reunia 1 designabs a alguien que la representara en Buenos Ai- res ante los euerpos colegiados que se formarian, Por su ‘puesto, la gente que se rounfa era del mismo tipo de la ‘que, en la €poca colonial, habriapartcipado de ls abil: ‘dos abiertos. “La parte ms sana y principal” se la lama- ba; es decir, los vecinos que tenfan casa puesta familia y trabajo respetable. No votaba el pueblo en general ‘As como ni los esclavos ni los mestizos votaban, tam- poco podian hacerlo los blancos, ya fuesen espafioles 0 rolls, que no desempefiaran un oflcio honorable. Los ‘camiceros, por ejemplo, no volaban; los zapateros, tam- poco. El sufragio quedaba reservado a una elite que tes no habia ejercido la actividad de reunise, constitu se en cabildo, optar por uno 0 por otro, hacer un acta, firmarla y, eventualmente, dar instrucciones —como las de la Banda Oriental a los diputados a la Asamblea del aio 1813, donde entre otras cosas se les pide que no sea ‘Buenos Aires la capital del nuevo gobierno, Exista, pues, un movimiento de la opinién pblica y tun gjercicio del intelecto, la imaginacin y los pareceres. que se iba dando a través de los dirios, a través de estas. clecciones restringidas, através de los avatars que fue~ ron suftiendo los dversos gobiemos patros, desde la Jun ta hasta el Directorio, através de los sucesos militares, al- gunos vitoriosos, otros desgraciados através, enfin, de la apertura hacia un comercio que vinculaba a esta parte ‘de Amética con el resto del mundo. Entre 1810 y 1820 la Revolucion de Mayo significé una transiién de fondo. ‘Ocurrieron cosas que nunca antes habian sucedido, hu ‘bo una transformacién real de Ia sociedad, cuyas mani- festaciones adquirieron un tono mis libre y desenfadado, juvenil incluso, En este contexto se fueron perilando al- ‘gunos lideresrevolucionarios que en la época del antiguo ‘coloniaie no hubieran tenido la menor posibilidad de fi Cartruvo IV ‘La biisqueda de una formula politiea ‘Topo evEsLo Qué se gropane el irnsito a una etapa tan ‘nueva como la que seinici6 en 1810 se formula una serie de interrogantes, algunos de modo expreso, otros implt citamente. La primera pregunta a resolver era qué tipo de 6n tendfamos eon la antigua metrépoli Hubo quie- nes pensaron que no valia Ia pena embarcarse en una Iie cha total hacia Ia independencia, sino que convenia mas bien estblecer una suerte de asociaciGn con Espafia, pe- rola dinémica misma dela gucrrafrust6 esta posbilida. Por otra pate, a parti de 1815, cuando regres6 Fernan- ddo VIL, en Bspafa se implements una politica absolutis- ta que repugnaba a las ideas Iiberales vigentes en Buenos Aires en ese momente, ‘Le segunda pregunta, evidentemente muy importante, «ra qué esquema politico se le dara esta nueva entidad, Jas Provincias Unidas del Rfo de La Plata. Un modelo po- sible era el de los Estados Unidos. Tinta afios antes las colonias inglesas de Améria del Norte habfan declarado su independencia, saneionado una constitueiGn y puesto en marcha un esquetra poltico muy novedoso, la repi- blica demoerstica, en una época —fines del siglo XVIII— ‘evando la opcién progresista parecta ser la monarquia ‘onstitucional. Los eolonos ingeses, lberados de su an- tigua metepll, ecicteran legit el sstema republican, ‘que no existfa contempordneamente aunque habia te do vigencia dos mil afos antes, en Grecia y en Roma, Elsentimiento repablicano estaba muy presente tam bign en lo que haba sto el antiguo Virreinato del Rio de |u Plata. Bl genio natural de sus habitantes, la vida libre, tipo de trabajo campero, las enormes distancias, todo contribufa aque el futuro modelo politico tuviera un de- signio republicano y, atin més, federal. Sin embargo, en cesta tieras exsta ademés una tradicin centralsta que se afirm6 durante elvirreinato con la predominancia de ‘Buenos Aires como capital. Recordemos que las gobemn ciones-intendencias —Cérdoba y Salta en el actual teri torio argentino, por ejemplo, y otras en el Alto Per y raguay— le estaban subordinadas, y que también habia ciudades subalternas que mantenfan una rivalidad easi permanente respecto de la principales, ‘Novedades juridieas odemos decir que estos interrogantes empezaron @ plantearse desde 1810. Qué sistema politico aplicamos? Replica, monarquts,repablia federal, replica cen- Walst...? Ademds de ios antecedentes de los cabildos, de las gobemnaciones-intendencias y del centralismo vie rreinal, hay que tener en cuenta que en las Jomadas de. ‘Mayo se manejaron dos conceptos uric que tendrian ‘una enorme trascendencia politica en los aos subsigien- tes, En primer lugar, la doctrina de la retroversion; en se- snundo, la de la subrogacién. {La Junta que sustitufa al virey, en efecto, subrogaba los poderes de és; es decir, lo sustituia en la plnitud de sus poderes, de sus atribuciones, de sus competencias, For esa razon, la Junta de Mayo y los gobiemos posteriores (la Junta Grande, el Primer Truavirato el Segundo Tiun- Virato, el Directorio) consideraban que posefan la total dad de los poderes que habian sido del vrrey y, en con- secuencia, aspiraban a gobernar estas terras, O sea que, ‘aunque entre los gobiernos virreinalesy los patrios exis. ‘i6 una diferencia enorme de signo poltico, no la hubo respecto de la suma de poderes que tunos y otros se ati buyeron. El concepto de subrogacién permitié a Buenos Aires justitiar el poder central que a partir de 1810 ejercs so- oy bree resto del teritorie del Vireinato. Asse explic, por «jemplo, que la primera expedicién al Alto Pend, enviada ‘en junio de 1810, tavier instrucciones de detenerse en el fo Desaguadero, que separaba la jursdiccin del Virrei- ato del Rio dela Plats de la del Virrinato del Peri. Si la Junta de Mayo estaba subrogada a los poderes del vi- rey, no podia traspasarla competenciajurisdiccional que ‘te habia tenido en su moment. a otra doctrina, la cela retoversion, sostenfa que en caso de que la autorided legitima faltase por cualquier ‘motivo, ef pueblo tena derecho a darse sus propias auto- ridades. En 1810, precisamente, el rey legitimo, Femnan- do VI, estaba cautvo ys crefa ademés que la Junta Cen- tral de Sevilla habia sido capturada por los franceses, sta teonfa fue enarbolada en muchas ocasiones por juristas de Buenos Aires y del interior del pais, donde ré- pidamente se hizo popular. Tanto, que los habitantes de Jujuy, por ejemplo, apelaron a ella para negarl a Salta el poder de mandarles gobemantes os jujefios querfango- bemarse asf mismos. Ag se va afirmando tambien el sen- imiento federal que explot a partir de 1820. Eluso que tuvieron los conceptos de subrogacin y de Fetroversién demuestra que las teorias jurdieas no son abstracciones, sino que suelen tener, cutndo prenden con fuerza, una gran repercusin jurdica y politica; demues- tra que las teorias no son s6lo elementos que se manejan ldealmente, sino que tienen una aplicacién préctica muy concrete Buenos Aires y ol interior La relacin entre Buenos Aires y el interior del pats ‘empez6 a volverse tensa a partir del gobiemo de la Pi- ‘mera Junta. La capital, desde la subrogacién que hizo la Primera Junta de los derechos y los podetes del virey, pretendia no s6lo seguir manejando el gobierno, sino de~ signar ademds gobernadores-intendentes, mandarejéri- (os para que reconocieran su autoridad,establecer rela ciones diplomticas con los otros pases y, por supuest, recauda ls derechos fscales, que eran fundamentalmen: te derechos de aduana. A través de larecaudacin fiscal, Aijimos, Buenos Aires subvenia ala necesidad de los ej citos patrios, dela administracién pablica, dela propa- ‘ganda de la Revolucin, del envio de los representantes Aiplométicos, etetera ‘Mientras tanto en el interior ereefa muy répidamente Is sensacién de que la Revolucién de Mayo s6lo habia susttuido el despotismo de Madrid por el de Buenos Ai ‘es, lo que trajo una serie de consecuencias. El encono ‘mas grande provenia de Lima, que estaba en manos de los realists, pero muy lejos, Dentro del conjunto del an= tiguo Virreinato, era la Banda Oriental el lugar donde la rivalidad con Buenos Aires habia sido siempre més agus a. Recordemos que Montevideo, que tenfa mejor puerto ‘que Buenos Aires, aspiraba desde la época colonial a ser Ja puerta de entrada y de salida de toda esta parte de América Fue pues en Montevideo —que en ese momento esta ba en manos de los realists, de todos modos— yen la cam pafia que rodea Montevideo, donde, a través de Ia fgura {e Artigas (un caudillo con evidentecarisma popular, muy jbstinado, con algunas luces y alin conocimiento de 19 {que eraelfederalismo norteamericano), se empeaé a cues+ tionar seriamente al régimen centralista porte, Elenfren- tamiento se manifests en Ia Asamblea del ao 1815 y di- rante el Congreso de Tucuméin, al eual Artigas no envi6 delegados El pensamiento ya accién poltico-militar de Artigas no solo influyeron on la Banda Oriental, sino también em las provncias del tora (Entre Rios, Corrientes, Santa Fe) ¥en algain momento, también en Cérdoba. La suya fue. luna oposicién importante desde todo punto de vista. ‘Cunntitativamente, porque tenfa el poder suficiente para. sustracr de la jurisdiecign efectiva de Buenos Aires una parte tan importante del antigua virreinato como eran lag 2 provincias mencionadés; y cualitativamente, porque su disidencia implicaba un pensamiento politico definido, Inspirado en los antecedentes norteamericanos. Hiabria que pensar, por supuesto, sila politica de Ar- tigas fue 6 no acertada en ese momento, ya que en estas \rras fltaban elementos que sfexistan en Estados Uni dos. En las antiguas colonias norteamericanas, por ejem- plo, habia, ademés del gpbemador —generalmente envia- 4o por la Corona inglesa— legislatures locales, formadas por los vecinos importantes, ue coleislaban con el go- bbernador; existia, pues, una experiencia de gobierno seu- dodemocritco. ¥, lo que es més importante atin, la es- tructura poblacional estaba compuesta por pequefias cudades y aldeas donde una poblacién, generalmente al- fabetizada, formaba uns suerte de opinién pblica a tra- 6s de Ia lectura de davis locales. Ast estaban las cosas antes y después de Ia revolucién norteamericana, lo que re las bases para esa democracia que naceria & partir de la presencia de Weshington, Aqui, en cambio, las ciudades eran escasas y estaban situadas a centenares de leguas unas de las otras; no exis- {fa una opinién pablica generalizada, ni una poblacion ‘mayoritariamente alfaketa, De aht las grandes dificulta- des para montar una estructura de poder que respondie- ‘a8 una suerte dé esbozo de democracia, como la que txistfa en Estados Unidos en ese momento. Ni siquiera existfan elementos que hicieran posible el desarrollo de partidos politicos como los que se formaron en Estados Unidos y fueron dando origen a la democracia norteame- ricana tal cual la conocemos hoy. ero Artigas, de todos modos, expresaba un senti- tmicnto localiste imporante que, ademas de reaccionar Contra el eentralismo a veces abusivo de Buenos Aires, ponia de manifesto la existencia de peculiaridades regio. ales. No hay que olvidar que el antiguo vireinatoesta- ba compuesto por territoris totalmente diferentes: ni el ‘Alto Per tens alg en comiin con el Paraguay, ni las pro- vineias del actual noroeste argentino tenfan algo en co- 2 ‘min con Buenos Aire. La composicin énica el paisa je, a produccién In idiosinerasia eran diferentes en cada aso, y exstan los celos, los amores yun respetable ens raizamiento localista que finalmente se encarn6 en a fi sgura de los caudillos. ‘A partir del momento de Ia Revolucién de Mayo cre- 6, pues, este sentimiento fedealista que fue sembran- do géemenes de opinién en lo que hoy son las provin= cias argentina, y que se encamé, sobre todo, ela figut de Artigas, Pero que tuvo, ademés, caractersticas muy ‘mediados del siglo XVI (ni bien fueron pobladas estas ticrras)cantidad de alborotos, motines,sediciones y lu- ‘chas contra los poderes considerados autoritarios 0 tic ‘nieos. El segundo gobernador del Tucuman, Jerénimo Luis de Cabrera, fue degollado por su sucesor, Gonzalo: dde Abreu, quien a su vez también fue degollado por s sucesor, Hernando de Lerma, y asf sucesivamente. Est tradicién no existia en Estados Unidos, lo cual daba las luchas politicas de allf una cierta dulzura que aq no hubo, En 1815 se produjo la primera revolucién nacio ‘contra un poder central, cuando en el interior se desat una suerte de rebeldfa general ante la designacién de. ‘year como Director Supremo. Fue depuesto dos o tr meses después. En realidad, ya en 1812, con el implicit apoyo de San Martin y de Alvear se habfa desttuido Primer Triunvirato y formado el Segundo. Anteriorme te, 15 deabril de 1811, la Junta Grande que presdfa Saa- vedra habia sido reforzada por un movimiento popular, ‘De modo que existia a costumbre de resolver los cuestio: nnamientos al poder central no sélo por la via del razons- ‘miento y de la polémica, sino también por la via am La independencia, En 1815 ocurei un cambio violento de gobierno. Las circunstancias crearon la necesidad de insuflar un nuevo ‘motivo de fervor por le Revolucion, que pasaba en ese ‘momento por un mal tance military politico. Potico, porque Fernando VII regres6 al trono ese ao. Militar, Porque después de Ia derota de Sipe Sip las tropas del tjéreto auxiliador del Alto Perd habfan tenido que ret rarse y estaban casi en la linea de Salta; Paraguay perma- cia neutral y, aunque se habia tomado Montevideo ~éee fue el gran triunfo de 1814—, en el resto de Améri «a picticamente todos los movimientos revolucionarios fines con el de Buenos Aires habian sido sfocados. ‘Aa surgi la urgentenecesidad de declarar a indepen enc, cuestion que hasta ese momento no habia sido ex- presamente mencionads, a pesar de que el antiguo virrei- nnato yas perfilaba como un pas. A partir de la Asambiea del aio 13 tiene bandera himno y moneds propia; legis- la con leyes de fondo, como esas que abolieon Ia scl vitud de quienes naciran a partir de ese momento, la tra {a de los negros, ls titulo de nobleza y los mayorazgos, yla que estableci la libertad de imprenta. Sin embargo, hata falta homologar estos hechos con una declaracion de independencia formal, que tuvo lugar en Tucurnén en julio de 1816, En esa oportunidad se defini6 también el segundo gran incerrogante. El primero, vimos, era: édependemos de alguna manera de Espafia? La naturaleza del proceso hizo que esto fuera imposible y se declar la ndependen- cia. La pregunta siguiente fue: équeé forma de gobierno tlogir? Fn el Congreso de Tucumdn se plantesseriamen- te la posbilidad de que este pais fuese una monarquta. [Napolesn habfa sido vancido y en Europa predominaba 4a Santa Alianza, un conjunto de naciones muy reaccio- narias:elimperiozarisa de Rusia; la Francia de los Bor- ‘bones; Austria, manejada por Metternich. En este marco, las repablicas sugerfan subversion, caos, jacobinismo. ‘Algunos hombres importantes, Manuel Belgrano entre los, aconsejaron erigir una monarquia. La propuesta ti ‘vo algunas posblidades de crstalizar através de gestiones iplomsticas muy complejas en Europa; también se bara {6 la idea de restaurar en ef trono a un inc. Sin embargo, ‘estas opciones nunca fueron ms que sondeos de une nig piblica que, por minima que fuese, repudiaba la po- sibilidad de un monarea en Buenos Aires: es0 habri sido fl fin de la Revolueisn. El pueblo, a pesar de ser una enti- dad indefinida, vaporosa,rechazaba esa posibilidad y pre ferfa otra més abierta, més libre, ms democritca De mode que la iniciativa mondrquica fue descartada, se declaré Ia Independencia y el Congreso de Tucumén, ‘ue se trasladé a Buenos Aires, siguié sesionando para claborar una Constitucién. Fue la de 1819, elaborada pa ‘el caso de que en algin momento se decidiese la alter~ nativa monarquica y que précticamente no tuvo vigencia.. Se trataba de una constitucién aristocratizante, con un Senado formado por delegndos de las provincias pero, {que al mismo tempo inclufa personajes designades por su propio cardcter:rectores de universidad, generals, ‘obispo, etetera-—. Enel texto nunca se mencionaba la palabra “repiblica”. La Constitucion de 1819 no funcio= 16 porgue la disidencia federaista era ya muy grande y ‘muy profunda ladesconfianza de los pueblos frente las Jntrigas mondquicas. Asi las cosas, después de una serie de hechos politicos y mientras San Martin estaba empe- fiado en emancipar a Chile, en febrero de 1820 se produ= jo la batalla de Cepeda, {Le oryaniaacion informal La batalla de Cepeda fue lbrada por dos auténticos ‘cauillos de itorl,Estanslao Lépezy Francisco Pancho Ramirez, que se enftentaron con los restos del Ejécito Nacional, derrotindolo en Cepeda, no lejos de San Nico is, el primero de febrero de 1820, Unas pocas semanas antes, el ejreito del Alto Per, traido por el Directorio para hacer frente alos cauillos, se habfa sublevado ea Fontezuelas, Se neg6 a segut pe- leando contra sus compatriotas y se replegs a Cordoba. De modo que el Directorio qued6inerme y asf ue como 8 partir de esa batalls se cre6, de manera inorgénicape- rode todos modos may delibereda, un sistema federal. La historiogratfa corrente conoce ese aio, 1820, como el ao dela anarquta “Anarqufa” viene del griego am arkos, que quiere de- cirsin gobierno, acfalo y, efectivamente, en la batalla de ‘Cepeda se derrumbé al gobierno nacional: cayeron e Di rectorio y el Congreso. Desde 1810 en adelante habla ‘xisido en Buenos Aires un gobierno cuys autoridad era hacional; un gobieme que, se suponia, subrogaba el ant {gto poder del viee. A parte de Cepeda, Buenos Aires se Convitis en provinch: se eligié una Legislatura y la Le- slatura eligé un gosernador. Durante 1820 Buenos Aires padeci6 una cantidad de azares politicos, incliido el mentado dia de ls tres go- bbernadores, pero hacia fines de ese ao se afirm6 su si- ‘uacin politica, Al mismo tiempo se fueron erigiendo tre ce provincias, las fundadoras reales de la nacionalidad, Trece, porque Jujuy se separ6 de Salta recién en 1853, ‘completando asf las eatorce provincis tradicionales, Qué significado tena la formacion de as provincias? [En primer lugar, habia que decir que después de la bata lia de Cepeda Estanslao Lépez y Ramirez no impusieron 4 Buenos Aires condiciones demasiado gravosas. Sélo pi dieron que se frmara un tratado donde se estableiesen. lo que ellos consideraban dos grandes principios: el de nacionaldad y ol de federalismo. El primero consistia en expresar concretamente Ia dea de que el antigeoviereinato querta ser un pats, una nacidn, Si bien atraysaba tn momento de anarguia y de ‘urbulencia,tenfa lavoeacién de consttuirse como pals yy cuando las condiciones lo permitiesen, lo harfa, ‘Con un poco de optimismo, ol Tratado de Pilar esta blecia que, dentro de os sesenta dias de firmado, ereu- nina un congresoenelconvento de San Lorenzo, cerca de Santa Fe —allé donde San Marin gan6su primera bac tala para establecer las formas en que el pal se orga nizaria bajo el sistema federal. Si ben los hechos arope llaron este plazo, el Tratado de Pilar qued6 como una prueba dela vocaién de as provncis de consiturse en nacién El segundo principio que Lopezy Ramirez querian que ‘Buenos Aires reconocise era el feral La nacin nose ria una monargua, sino una republics federal; es dec, tna repilice donde algunas facutedes se delegaran en tn poder central, pero donde cada una dels provinias pdieragoberarse as misma. Esto vena de una vj a. icin que se puede registrar desde laépoca colonial Dijimos que las cudades de Cordoba y de Salta eran sede de gobemaciones-ntendencias, de as que dependan las lamadas ciudades subalternas. (Cérdoba, por eem- lo, tenfa.a La Rioja, San Luis, Mendoza y San Juan) Pe- Fo las cudades subalterasaborrctan alas sedes de las {goberaciones intendencias. Se consideraban expoliadas, tas vtan como una autoridad abusivay-~ya lo dijimor—~ solian recurrir a Buenos Aies para que as alvara de cx supucsta rai, Cada vez que tenn align problema ms © menos grave de ipo econémico, alguna exaczsn, alga impuesto; cada vez ques les enviaba un gobernadorde- legado o algnteniente gobernador, as cludades sbal- temas reurrfan a Buenos Ares que enfrentindose con Ia correspondiente sede de la gobernacin-intendencia, a “puenteabe’ Los eabldos que habia en cada ciudad su baltemao no, era los entros qu resist ls denne das exacciones dela gobernacionesinendencias yf ron lo ncieos del ederalismo posterior ‘Cuando en 1820 cay la autordad nacional yya no hu bo gohernaores-intendentes designades por Buenos Aires 1 tenientesgobernadores designados on las cdaes si balers polos goberadoresntendentes, ess veios cx ‘dos eonviteron au region en provincia. Se designs una Jegislatura; se design6 un gobemnador; en algunos casos se redact6 una consttucién; algunas provincia estabecieron ‘un régimen fiscal para dar cuenta de ls necesidades de las ‘que se suponta debia ocuparse un gobierno. Mientras esto ocuria, en Cérdoba gobernaba Juan Bautista Bustos, que habia sido militar en la guerra de la Independencia y que heb legado al poder mediante una revolucidn —apoyado, precisamente, por el Ejército del Alto Pert sublevado en Fontezuelas dfs antes de Cepe- «da. Bustos veia con preocupacin la cantidad de pro- vines que, sein no tenfan viabilidad para poder eer cer un buen gobiemo, Si ien él era federal, habfaereldo ‘que las provincias debian formarse sobre la base de las antiguas gobernaciones-intendencias y empez6 a darse cuenta de que muchas no tenfan dinero para manejar su ‘gobierno, nl una clase respetable de hombres que pudie ra ejercerlo, ni tampoco un clero que pudierarepresen- tarlo. En fn, a su entender les faltaban las condiciones ‘minimas para funcionar como provincies. Bustos, como gobemador de Cérdoba, hubieraaspi- ‘ado por supuesto que su provincia comprendiera C5r- ddoba, San Luis, La Rioja y Cuyo, pero las provincia que se habianerigidoa partir de los cabildos querian tener st propia autonomia, aunque en algunos casos realmente ti- Vieran muy pocos recursos para subsistir de una manera \decorosa, Supénganse la provincia de La Rioja en 1820: feuds eran sus recursos fiscales? Impuestos minimos ‘que cobraban a los arreos 0 alas tropaso alas mercade: rlas que pasaban muy de vez en cuando por su territorio, la tasa que se cobraba a un boliche por instalarse. No habia un sistema fiscal, vivéan en una enorme pobreza. Y, ‘om el curso de los afos, esta caracteritica se acentus de luna manera todavia més dramética. De todos modos, las provincias respondian a un sentimientolocaista espe ble y en ese momento no se podia hacer otra cosa que aries alin tipo de satsfacién, En los aos poseriores a 1820 se desarroll6, pues, una Mdoble experiencia. Por un lado Buenos Aires se sintdexi rida de su condicién de hermana mayor, sede del gobier- ‘no nacional. Yano tenia abligacionesnacionales. Los de- rechos de aduana que recaudaba —el rubro ms impor- tante en materia de ingzesos fiscales— fueron dedicados cexclusivamente a sus nocosidades: mejorar las calles, rear la universida, establecer todo aquello que hizo famoso a [Bernardino Rivadavia como gobemante progresisa, Los. {fondos que antes se aplicaban a los ejéreitos ya las miso es diplomstias, se apicaron entonces alas necesidades locales, En el resto de las provincas, en cambio, la falta, {de recursos hizo que los gobiernos provincisles navega- ‘sen entre fracasos,frustraciones, pequefas revoluciones, matines. Por un lado, entonces, Buenos Aites realzaba lo que en aque momento se lam “Ia feliz experiencia’ a de un. gobiemo pactica, ue afo tras afo presenta ante la Le: fslatura su presupuesto, hace una rendicién de cuentas. ‘como corresponde, crea insituciones nuevas, mejor Ia calidad de vida de los habitantes, permite un comerci ‘prégpero, Por el otto, las provincia, cuyasituacign no ha ‘mejorado en nada con la independencia sinoque, al con~ ‘tatio, ha empeorado. A partir de 1824, con la batalla de {Ayacucho —Ia ima dela Independencia—la rein de. Salta, Jujuy yTucumn, que antes vivi del comercio con. ¢l Alto Perd, padeci falta de circulate , sobre todo, la inexistencia de un mereado donde colocar su produccién, En Cuyo ocurri algo parecido, aunque la iberaciGn de Chile permiti6 una eierta expansion de sus actividades. ‘econémicas. Otras provincias del interior que no tenfan. recursos propios la pasaron muy mal ‘Asi se fue notando la necesidad de hacer egn tipo de corganizacién consttucional del pals. Las provincias re- clamaban una constituciGn, mientras en Buenos Aires re- ‘moloneaban, porque sabfan que una consttucin impli: cra nuevamente un gobierno central al que Buenos ‘Aires iba a tener que subordinars. 80 Guerra contra 6l Brasil La stuaciGn habria durado indefinidamente sino fue- se porque tn hecho ruero urgi una forma de organiza- cin constitucional: I guerra con el Brasil Si bien la Ban- 4a Oriental estuvo en su momento bajo la hegemonta de ‘Artigas, los portugueses, que siempre la habian codicia- do, empezaron una invasén lent, pero progresiva y fr- tng, que termin6 en 1829 con la ocupacién de Montevi- ‘deo, Un afio después se proclamaba a la Banda Oriental, Provincia Cisplatina; es decir, una provincia més del im- perio portugués —y, a partir de la independencia, una provincia més del impetio del Brasil Esto era inacep- table. La Banda Oriental habia pertenecido siempre a la Co- rona espafiolay no lvidemos que una de ls nocionesju- ridicas que se mantuvo durant los gobiernos patros fue l principio de qu las nuevas naciones conservarian las tmismas fronteras de las jurisdicciones colonales. Es d- ‘ir que est como el Vireinato del Rio de la Plata legaba husta el Desaguadero en el Peri, Bolivia, ya convertda en replica, no pretendié pasar més allé del Desaguade- +0, Del mismo modo, laBanda Oriental habia pertenect do siempre a la Corona espafolay su ocupacién por los ortugueses era una userpacin. La clase dicigente poxefia comprendi la necesidad de hacer un gran esfuerzo para evitario y convoc6 # todas Jas provineias para que enviasen delegados a un congre- 0, que se reunié en Buenos Aires en 1824. Después de ras gestiones ane el emperador del Brasil ante su ne- fetivaa desocupar la Banda Oriental y presionado por la txpedicin que reinta tres paisanos orientales hicieron para encabezar su erutada libertadora, el gobiesno de Buenos Aires, en representacin de todes las provincias, ectaré la gueera En cierto sentido Inreunisn del congreso de 1824 en ‘Buenos Aires, con delegados de todas as provineias es- pond ala necesidad de que la Repablica Argentina, €o- ‘mo se la llamabs ya en aquella época, hiciese un gran cesfuerzo para desplazar a los braslefios de la Banda Oriental El congreso, sin embargo avo un neto sesgo unitario. ‘A pesar de que las provincias enviaron a sus delegados algunas con grandes esfuerzos— para que se sanciona: ‘a.una constitucién federal, la que se sancioné fue wnita- "ay se eligié como Presidente de la Replica & Berar dino Rivadavia, jefe justamente de la faccin unitaria Este areglo fue de corto aleance. Después de ur guerra casi empatada con Brasil (en ‘tuzaings se gan6 la guerra terrestre, pero el bloqueo bra silefio fue muy duro y asfxié econémicamente a ls Pro- vincias Unidas), se logré un tratad de paz, por el cual la ‘Banda Oriental se constituiria en replica independien- te. Asse complet la fagmentacién del antiguo vireina to Bolivia se habia declarado independiente com el asen- timiento del Congreso, Paraguay segufa en estado de neutralidad y de encerramiento y la Banda Oriental se ‘convitio en Replica Oriental del Uruguay. ‘A partir de ese momento quedaron definidas las fron- {eras de lo que después seria la Repiblica Argentina, pero ‘a guerra con el Brasil y lo intentos t6picos de Rivadavia {erminaron con el régimen presidencial: el experimento ‘unitario se frustr6 con la renuncia de Rivadaviay el pais regres6a su anterior situaciGn, Es deci, a de trece provin- cas que se gobernaban cada una por ss instituciones, pe ro que confiaban a Buenos Airs el manejo de las relacio- nes exterires ‘Se reconocfa que Buenos Aites, pore hecho de haber sido la capital vireinal y de tener el cuerpo administrati- ‘vo necesario, ers la provincia capacitada para levarade- lante las gestones con el resto del mundo. De hecho, des- de 1822 las naciones més importantes reconocieron la ‘existencia de las Provincias Unidas del Rio de a Plata co ‘mo nacién independiente, El gobiemo dela provincia de ‘Buenos Aires recogid asf una doble responsabilidad. Por 'un lado, la de ocuparse de las relaciones exteriores; por nacional gue ot, lade toner on ea a vocacion see ad ne Ta de ary gue ana v2 to ue cone Guerra civil Ms Lamentablomene el permed de Burns Ais, sd Donen ocr que pa de conan de Iocan nr fe deca orn cuerpo de 1c gos comaente el guerra con el Bras ‘Shernd po Juan Lave ste heco abr nacramen- tem eros de gurl que se io en dos exes fio Buonos Aiesy trio. "Buono Aesfuz Jan Manse! de Rss, coman- dante den aman, en tomé la eponsabiidd testi spots au han vated Don de auras atlas gon ences ms Ie ones cord con aval is Roe sera Victor de Banos Ate so resituy I Legilatire tees pobermado cn Dog ye testable apt eo po eel intrioe —donde fue cnviedo el genera Jo- sé Mana Pas, queninneiatamente ders a Busios¥ we Mrs en gobermador de Cordoba se cr una gs hit ue dps ab gpblemos eer que habla sitar pes dean “ia ular’, pb Sismente nj endo na clog nari Seo fr con et poder de Buenos Ales, 1 que do orien Pact Federal de 1851 aco Feral fc un conven que se celeb nite aires, Santa ey Crt. Tyo por obj TENCL-Srcompromi olemsvo-dfensve: auen ape thse cuigurs del es rover gee ttt cones es, Aerts como ante Taiado url acto upiai clcompronso onan rater sitemeter cuando etveen dad It mee lone npenibls de pay de wanda 80 ‘Enel momento de a fima, un dleado de Corrientes, edo Fer, plants ademds i needa de disear un programa econémico para este nuewo pais ctba a soguit Siendo lbrcambista? Se ibaa seguir permiindo que tntrsen todas ls meade entranjetasy que los co ‘cians locales futsencondenado la ns completa Iisra,Uguando a sus pegustas indstias? Esa pre funas hacia Fer, qu tenia sn peg ase cone {fa os problemas ceados pore lrecambimo loo que Tan vivid las province desde 180, cuando los o> Biemos patio abveon el comersio porque nesestaban el dinero de ln aan para subveie sue necesdades 1a potica Hrecambia habia sigacado una inva sidn total de mereadert, sobre odo britnca ya anigu lnci de as peas indus atesaales qu abi eh interior al mismo tempa qve una extraction de dinero medic que habla semotido esas provincia una gran seas. Fer pea qu ants defmarel trata las par tesacpasiran de acerdo para qe ls indus locales lvl, tig, los aals de vero furan pro das or tril aduaneras razonablemente ais Buenos Aires, gobemaa por Roses, se opto esta bropucsay, alent, en enero de 151s fm Pat to Federals ningun ipo de prevsin sobre la poica conémica que se seguir, Lo nico que all se cee ‘ue seformaré una comisonrepresertatva de los te >. Blemos signatarosy que, cuando ene pals aya paz y tranglidad, enviar alas ote provncasa cotta se onnicament Pero en ese momento, el Pact Federal sigificabs un poder militar contapuesto I liga untaria del general Paz La gure cl liz et ao con lap dle neal Par, qu por casuldad fu blend por un soda Ao de as as enemigas, Aa se descr et ecto ye general Juan Pacundo Quiroga tering con lo times ‘estos utarioe en linen ‘La Carta de la Hacienda de Figueroa Dentro de la bisqueds de formas politicas que ocurria desde 1810, en 1854 se firmé un documento muy impor- tante que, nto con el Facto Federal, seria el esqueleto de la organizacién més © menos pragmatica que sostuvo al pais hasta la batalla de Caseros. ‘Rosas, ue luego del acuerdo con Lavalle fue gober- nador de Buenos Aires desde 1829 a 18531, gobern6 co- Frectamente y ordené un poco las cosas. Su gobierno toineidié con una tremenda sequia que hubo en Buenos ‘Aes y en las provincis del dre, pero signifi el fin de {a guerra civil en Buenos Aires. ‘Después de haber llevado a cabo la conquista del de- sierto se neg6 a ser gobernador, porque Rosas queria go- hhemar solamente con facultades extraordinarias. En st opinign, el estado de las 2osasno perma aun gobernan- te controlar a situacinsi no tenia la suma del poder pa. blco, sino era un dictador. Como la Legislatura de Bue- nos Aires no quiso datle estas atribuciones, Rosas no acepté ser reelegido, ‘Varios goberiadoresinterinos se sucediron y, fines de 1854, leg6 a Buenos Aires la noticia de una guerra ci- vil entre dos provincasfederales: Tucumdn y Salta. Ro- as convocé al hombre més prestigioso del interior, Juan Facundo Quiroga, quien entonces vivia en Buenos Aires, ye pidi que fuera como delegado del gobierno de la pro- ‘Vineia para pacficr la situaciGn. Luego de varios dias de ‘onferencias, Quiroga parti hacia el norte y Rosas se (qued6 en una estancia de San Andrés de Giles, la Hacien- dd de Figueroa, donde reacts un largo documento fecha- {25120 de diciembre de 1854, que leg6 a manos de Qui- roga cuando éste estaba en Santiago del Estero Se trata de la famosa carta de Ia Hacienda de Figue roa, uno de los pocos documentos donde Rosas explica ft pensamiento politics que, en sintess, es el siguiente: pais no esté todavia en condiciones de organizarse ‘constituctonalmentebsjo un régimen federal. Nisiquiera es «existn os elementos basics para hacerlo. Recén sale de tuna guerra civil, las provincias estén destrozadas, las ¢. «atrices son atin muy hondas. i se convoca a un congre- $0, se vaallenar de unitaros, de lopistas y de pianos” y ¢1 resultado serd un nuevo fracaso, Adem, se necesita, dinero y no lo hay. Por otro lado édénde se reunirfa el ongreso? En Buenos Aires, no; 0 provocaria de inme- dliato la desconfianza del interior, como siempre ha oct ido. ¥, équé tipo de constitucién se haria? Dejemos que las cosas se vayan arreglando con el tiempo, dice Rosas, En vez de imponer una organizacion, del pais desde arriba para abajo, es preferible que los ‘suntos se ordenen de abajo para ariba: que las provin- cas recompongan sus cosas, ue se acostumbren a vivir ‘en paz, que armen sus insttuciones y reign entonces por ‘dremos pensar en una constitucién nacional. Hasta en tonces,tratemos de vive arménicamente, Si bien algunos historiadores, muy quiroguists, sos- {avieron que esta carta traicionaba el pensamiento de Quiroga, quien querfa una constitucién, es muy probable ue el cauillo estuviese de acuerdo con Rosas. La carta «std en el Archivo General de la NaciGn, manchada de sangre: Quirogs la levaba en su traje cuando fue asesina. do en Barranca Yaco, La muerte de Quiroga signifies la Postergacicn, tal vez indefinida, de los anhelos de orga sizacién consttucional del pas. partir de ese momen. ‘0,61 1855, el pals vivio una confederacién de hecho, ba. jl pensamiento pragmético de Rosas, En resumen, ef Pacto Federal, firmado en 1831 por Buenos Aires, gobernada por Rosas; Santa Fe, goberna, «da por Estanislao Lépe; y Corrientes, gobemnada por Pe- do Ferré, fue un convenio por el cual las tres provincias Drometieron defenderse en caso de ataques exteriores ¢ {nteriores, no permit la dispregacin del pais yeonvocar ‘ una onganizacién constitucional cuando hubiese paz y {ranquilidad. Los términos del compromiso estaban sos, fenidos por Facundo Quiroga quien, si bien no fnno el tratado, era el poder militar y politico en el interior, 86 liana de provincns el oral entoncs 5 sen ma pot Quo. go ee (Seon ing nara hopmon saa por lial Ps Echelon perme as Poesy esto cargo de clln sis ropios mig, mre fener Ny pos mcs despa ita de Sr can oto en cape ay ton ea toch de Quogue emi on rests del es nitari, Tos unitaris adens, dep de deste exe- seri evan dejo de cer con aia mer trun gbieo de to cent Se darn cena de th lactam misho mds ere or us eos gue ‘nar ent doen pa tc Covi ae tay ra nu orp el a Pen cpatr atop aslo de Boer ya: femeniaplice depts wes de dente ures fhe ar capand le goiernos ds sins provi Ss ede Cartruo V Hacia la organizacién nacional ‘Como nar de ls bisqueda de una férmula politica que diese razonable unidad a las provincias se firmaton dos convenios, dijimos. Uno fue el Tratado de Pilar (1820), {que defina la vocacion nacional y federalista de los fie ‘mantes (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Rios) y daba in: luso, algunos pasos para legar a una organizacin cons- titucional del pats que finalmente no se coneret6. El otro ‘convenio fue el Pacto Federal (1851), que establecis alas provincias sgnatarias (Buenos Aires, Santa Fe y Co- rrientes,a las que sucesivamente se fueron incorporando {as demés) el compromiso de reunirse, cuando estuvieran en paz y tranqulidad, en un congreso destinado a adop- ‘ar el sistema federativo. Finalmente, mencionamos tam- bien Ia Carta de la Hacienda de Figueroa (1854), pieza ‘doctrinaria que refleja el pensamiento de Juan Manuel de Rosas respecto de este tema Dice, en resumen, que no e3- tin dadas las condiciones para que el pas se organi constiicionalmentey qu so el Uempo ir rela Rosas Deiamos nuestro relato en 1835, asf que corresponde ahora hablar de Rosas, cuyo segundo gobierno emper6 cen los primeros meses de exe aio y se prolongs durante diecsice afios més, hasta la batalla de Casetos, en fbr ro de 1852. No abundaremos en el tema, porque la pol mica sobre Rosas estan repetitive, que para mi ha deja do de tener interés, Ocurre que cuando se discute la 28 cuestin, se etd dscutiendo l sentido de valores que si. juen siendo importantes en la vida colectiva y hasta in- tlvidual de los argentinos de hoy, como la libertad 0 la soberania nacional, Rosas tenfa una idea muy particular de la libertad: consideraba que los gobicres debian ser autoritaios y ercer una represinimplicta 0 explicita. No tenfa el me nor sentido de toleranciao de pluralismo en relacién con ss opositores; erefa en la necesidad de una autoridad pa Aernalista que rigira hasta en sus minimos detalles la vi- dade la colectividad. Por otra part, defendis con obst hacin la soberanfa argentina (en aquella época se la llamaba “independencia); se opuso de una manera muy valiente a las pretensiones de paises como Francia e In- platerra, que eran las petencias més poderosas del mun- Ao, y rsist6 sus avances. ‘Dado que a Rosas seo critica 0 se lo elogia por face- tas tan distintas de su personalidad, ya no eaben discu- siones sobre él desde el punto de vista historigrafico. Es muy dificil que se encuenteealgin documento que eche luz sobre aspectos ignorados de Rosas como persona 0 ‘como gobernante; es deci, el material ertico con el que lrabaja el historiador ext précticamente agotado. Existe ‘una polémica en base estos valores que ain hoy con- ueven ala gente, y esen torno a aquéla que gran las tiscusiones sobre Rosas. Al que valor la libertad como luna categoria fundamental de la vida colectiva, nunca le a gustar Rosas; el que cree en la soberanfa como ele- Inentoarticulador de la comunidad nacional, abaré bien de él. ¥ ast seguirén durante aftos y aos. Independientemente de esta polémica, revisaremos algunas earactertica del gobierno de Rosas. Fue. fu ddamentalmente, un gobiemo conservador. Es decir, un regimen que no trat6 de modificar nada y que en cierto ‘modo revivi la modalidad det sistema colonial en cuan- toano permitir debates que pudieran conduct a a frag mentacign de la sociedad; a la absoluta preeminencia ‘qe dio al ertero de astoridad; e incluso algunas ideas ‘como las que Rosas expuso en 1836 en ocasin de cele- brarse el 9 de Julio. Se rata de un diseurso poco conoci do, cuya tesis era. que la Revolucign ce Mayo se habia he- cho por fidelidad al rey de Espafia, para conservar sus dominios, y que solamente la incomprensién de los rea- listaslevd a los patriotas a una serie de etapas después de las cuales no hubo mas remedio que declara la Inde: pendencia En muchos aspectos, pues, Rosas vviaen la época co- lonil. Otorg6 gran importancia a la euestién rligosa y ‘la de la autoridad paternal ¢, indudablemente, dio a su gobierno un sentido que lamariamas hoy reaccionario, 'No hubo, por ejemplo, iniciativas de obras pblicasim- Portantes; la universdad pricticamente dejé de funcio- nar porque se le qutaron los subsidios y el dictado de ‘unas pocas eétedras en Buenos Aires se debi6 a que los alumnos mismos pagaron a sus profesores. Durante el gobierno de Rosas hubo tna escasa aper- tural exterior, aunque los extranjros vvieron sin que se los persguierao se los dscriminarae, incluso exisié una ‘moderada corriente inmigratoria. Pero no habia interés por abrir una ventana al mundo, ni alas ideas que puch ‘sn venir de afuera Por el contrario, se pereiba una cir- ta desconfianza a lo fordneo, coincidente con lo sent ‘mientos de Rosas, que era muy eriollo, muy nacionalista, afecto a las cosas de a tierra —por primitivas y bérbaras ‘que fueran, La acttud conservadora respecto del pais, respecto de lo que ya exista, fue desarrollando un sentido de unidad nacional que hasta ese momento todavia no estaba ma: duro. El argo régimen rosista, con lareiteracin de actos burocriticos, fue ereanda tna intogracién que antes no {enfan las provincias, Pues aunque Rosas hablaba de la Federacidn y consagraba su lema como federal, en la prictica encabez6 un régimen absolutamente centraita ‘Ast Rosas fue creando un gobiemo nacional de hecho, En visperas de su derrocamiento, habia acumulado en la persona del gbernador de Buenos Aires una serie de ati buctones que son précteamente ls miamas que hoy la Consitecin e otorga al resident dea Replay que en clertos eases nes ban ms ali do lo que oy poe Ga eens del Poder Bcutvo Nacional ‘Auemés de menejt ls eaconescxteioe, por cjomplo marten una iad vlan sabe as ro ‘Thea que usr roneras.con pats veins par in- pedirelcomercio clandestno de monedas de oro fuga Sc aivasdramos hoy para impedi ambien que en esos pats exneranngin ipo de propaganda qe De diese afectar al gine oder i gobernador de Burnoe Ars enfaambin au car puns sete de Miner de Economia, ya qu eea- ha inputs travesde la Adana porcha, ena nes avon gaosamenteandaba ubsiioa provingas uc estaviran muy neta, Aa sued con Santa al Eotr, nln qu vis diner pra sacar dela pos ion econdmics Tosa tambien cecouna especie de Ministerio de Ger, porque contol alo que hoy Hamaramos ol ereto Naconal, qu nan momento combat on- tr otra, parte dela Banda Oren ras —yFran- ise ngten, con ascales no hab gue dearada st hostlidades. errr las provincis quel eran desafects ya fue comune simple cra sprveehando el temor que inopiabe Ia fuera de Buenos Aes, ya fuse con una txpedcion milla, como ocuri6 con Ia Coalcin dl Nore ‘Asimismo manejba todo lo qe tea. que ver con el Patronatoecesistio;es del, designacion de obispos, Dots de ules documentos papas yviglaba ls ere- teselgossy cre vos pra deter can alee tos o nba egimen dea Bederacion.Y, por supuesto, ‘jer una poli cnsua de prensa la viglnca sobre pestis bos opotores que puderan ental a echo de que Ross reniee algunos de los pode esque luge la Constincion tora a ober naci- nal, red las condiciones para que después de su largo go- bicrno, cuando fue derrotado en la batalla de Caseros, se pudicraestablecer la unidad del pas através de una cons titueién, Constituciones Entre las actitudes conservadoras de Roses, cabe se Aelar también lade jgnorar el aire de los tempos, cosa ‘que suele ocurrir alos gobiernos de este sesgo, Durante un lapso determinado, la rigidez que mantiene las cosas tal como estaban puede sr util, porque se opone ala dis- cordi 0 al eaos. Pero luego los tiempos plantean otras cexigencias, otras necesidades y un gobierno muy conser. vador no las sintoniza, no las absorbe. Eso pasé con el r= simen rosista. En 1855 pudo ser necesario para crear un paréntesis ‘en las guerras viles que habian desgarrado a la sociedad argentina. Pero después se fue progresando razonable y sostenidamente,y empezaron 2 gestarse otras exigencias, inclusive de tipo intelectual o jridico, Por ejemplo, la de ‘ontar con una constitucin escrita. En toda la década de 1840, los movimientos populares revolucionatios de Eu- ropa solctaban o imponfan alos reyes una carta consti- twecional, Estaba de moda a idea de que en un fibro, una ley es- cite, se establecieran Ins relaciones entre la autoridad y Jos sdbditos, las relaciones entre los dstintos organismos, de poder, as garantiasy los derechos de los habitantes, ‘Lamisma necesidad se sentia en el Rio de la Pata, pe- + Rosas no la advrts. Cuando en mayo de 1851 Justo José de Urquiza levants la bandera de la rebelin, Rosas se limits, como contraofensiva intelectual, a publicar la amosa Carta de la Hacienda de Figueroa que habia es- crito diecisiete afios antes. Para él no haba pasado el tiempo y, a sujuicio, segufasiendo necesario un largo pa- réntesis durant el cual las cotas se fuesen componiendo sola yl ogaizaionconsitielonal e fuera dando de abajo hacia aba Si goblero se habia convertion un anacroniamo Lo que quince fos ls habla sido sl no ena ya con- tendo, Sin embarg, Ross ea todavia cl le do ects tuméicamenteimporaes. Todos los gobemadors de provincs le pestaban sds ,aparentements, ls toes ederaes de Buenos Aires amin. Pero en rea fad au gobiem estaba exrcomido; a no tnt a isi cecign que en su moreno lo soto. Ti ete seatio tambien convienesefalar que hubo avis Roses, sgn ln rponesagetinas donde sua ‘Sm se hizo sont, Habis un Roses para la luda y a provincia de Buenos Ate, probablementsamado por las fracas tespetado por la clases medias; gran de s- fulad, que habia puesto orden yelablcio la cond ions para que la gente Cabra se eniguecion. Ena frovinea de Buenos Air por cempo un visjero inglés Es 1847 Wiliam Mecano, dio el jo de ecorer du rntcatun mesa rvs sn para ncaa unc fe que no fuera de un ingles un ecocés oun {a punt estos exranjerosextaban radicados con toda lac de grants y sin qe nadie los molar, un cuan- do oes haba esd en su momento as ostidades de Francia Inglatee, Porte pat enlprovinia de Buenos Ass hata loredo cierto esta de convivencia con losin fio gaa gece de nm no baton nga ast ning mal, Exista un sistema de soborno por Stunt gobiero de Buenos Ares ls mandaba vegas, {nbaco,yerba,y los mastenta quetosytranquilos, en testa méso menos anstso. Ete eel Ross de Bue ero enelItoral hala un Rosa con oa sig clon, yes qv prvoct ea exado de conas qu cul har on ellevantamient de Ureuia, ra un Rosas que Atenaba el monopoio dea vegan de loss, pics no purmita que embareacionsexranjeresnavegase os rfos del interior, asixiando asa una economia florecien- {ecomo lade Entre Rios, donde se pagaban salaros igua- les a los dela provincia de Buenos Aires y donde habia. ‘un intenso comercio con la Banda Oriental. Este Rosas yao gustaba tanto, ademés, porque frente alos levanta- rmientos reiterados de Corrientes, la represién habia sido muy dura Y, finalmente, habia para el interior un Rosas temido y odiado:el que ordené las tersbles expediciones de Ori: be, que durante largo tiempo dejaron la marca de gran- des crueldades; el. que ordené el fusilamiento de José Cu- basen Catamarea, el de Marco Avellaneda en Tucumén (1840) y otras represiones. Cosas como éstas, ademés de la posiracién econémica en que se hallaban, preocupa- ‘ban mucho a fos gobiernos provinciales,reducidos aun. ‘estado de nope frente ala creciente prosperidad de Bue: nos Aires. Ese estado de cosas debi cosa para que el pais puiiera organizarse, dar garantias y derechos a sus abi: {antes y establecer, junto con el esquema politico defini tivo, un reparto de las rentas de la Nacion més equitti- vo de fo que habfa sido hasta ese momento. Caseros Después de la batalla de Caseros, Rosas desaparceid 4e a escena politica; e exii en Inglaterra y Urquiza que- 446 como protagonista de la nueva etapa. Caseros no fue tuna batalla entre dos partidos enemigos donde uno gané yeel otro —el de Rosas— perdié: Caseros fue una lucha interna dentro del partido federal, donde el viejo cau fue desplazado y un nuevo caudillo, Urquiza, do un pa- 0 adelante. Una serie de facciones que también odiaban a Rosas ‘se habla coaligado con Urquiza: los antiguos unitarioy Jos que se docianunitarios pero eran liberals y vivian exi- liados, como Sarmiento o Mitre; y los brasileRos, a quie- ‘nes Rosas habia declarado la guerra un afio antes, que re: forzaron la expedicion de Urquiza, facltaron su trastado por el fy, en dima instanca, hicieron posible la victo- fia de Caseros. [La actuacién de Urquiza en la provincia de Buenos ‘Aires fe moderada. lis fe formando un centro de po- der politico integrado sobre todo por lberales y por anti- ‘quos unitarios. Exista un sentimiento portefista lastima- ‘do por la circunstancta de que Rosas no hubiera podido ser volteado por los propios portefios sino por una expe- dicidn venida del interior, algo parecido a lo que haba pasado en 1820 con Ramtez y con Lopez, pero esta vez ‘de manera més espectacular. Después de Caseros, Rosas renunci6 como goberna- ory la Legisatura se disolvi; bajo el rgimen de Urqui- ‘se hicieron nuevas elesiones, donde prevalecieron los portelstas, se eligié una nueva legislature y se designs gobemnador provisorio a Vicente Lépez y Planes. Enton- ‘ces Urquiza, que tenia con el pais el compromiso de la- mar a una constitucin, reunid en San Nicolés de los [Arroyos a los gobernadores de todas las provineias y con- siguié un acuerdo, el Acverdo de San Nicol, que con- formar, junto con el Tratado de Pilar y el Pacto Federal de 1851, el conjunto de pacts preexistentes al que alude ¢ Presmbulo de la Consttucin Bl Acuerdo de San Nicolés establecido por ex ober adores de Roses asimilados al orden que funda Urquiza quien no queria enfrenartos, sno utilzarlos como ins- trumentos para esta nueva etapa institucional fue real ‘mente muy importante. in primer lugar, estableci6 un ‘mecanismo para poner en préctica un Congreso General ‘Constituyent,integrado por dos diputados de cada pro- vincia, que deberia reun'ee en Santa Fe. Esta cldusula ‘molest mucho a Buenos Ares, que iba @ tener la misma representacién que Jujuy o La Rioja en segundo lugar, prepae el terreno para la constitu ‘ion fatura,aboliendo las aduanas interiore, declarando libres de todo derecho alas personas o mercaderfas que Iransitaran por el teritovio argentino y declarando la li

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