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CITAS DE GRANDES AUTORES SOBRE EL TALLER LITERARIO) ALQUIMIA iT ESCRITO R PROLOGO, SELECCION Y NOTAS DE ROBERTO RUBIANO VARGAS INTERMEDIO EDITORES Bogotd, 1991 © Roberto Rubiano Vargas Intermedio Editores Calle 93 No, 20-17 Bogoté, Colombia ISBN: 958-637-163-8 Diseiio de cubierta: Interlfnea Editores La ilustracién es parte del grabado de un ex libris hecho por Jené Haranghy para Bela Halmagui, en 1926 Composicién y artes: Editextos 2000 Ltda. Impresién y encuadernaci6n: Editorial Nomos Abril de 1991 El sencillo arte de escribir El escritor no es més que un lector que busca el libro que nadie ha escrito, 0 sea, aquel que sdlo él puede escribir. Tal vez por eso resulta comiin leer que la obra de todo escritor es un tinico libro en el cual reincide. Como el alquimista que repite periddicamente el proceso en su hermético laboratorio tratando de transmutar su alma. Sobre las razones que Ievan a una persona a contar his- torias, perd6n, a escribir, pues escribir es mucho mds que contar historias, cada cual tiene una hipotesis. Una anécdota. O al menos una idea lejana de como comenz6 todo para él, Aunque algunas de esas respuestas tengan similitudes, cada escritor es una experiencia aparte. La decisién de escribir es tan individual como Jas huellas digitales. Pero también lo es la manera como se escribe, en verso, en Prosa, bajo la forma de novela, teatro, autobiograffa. Hay muchas posibilidades. El arte de escribir es sencillo una vez se accede a él, Io complejo es convertir en arte la escritura, trascender Ia anécdota, lo exterior del texto, Ia superficie de lo narrado. Ese es el objetivo de todo escritor en cuanto artista. Pero ese objetivo tiene muchas facetas, muchas razones que diferencian a un autor de otro autor, tales como el modelo de lector que imagina para su obra o el destino 24 que espera para su obra, por tanto la primera pregunta en este capitulo deberfa ser: ¢Para quién o para qué se escribe? Carlos Fuentes: Escribo porque es una de las raras cosas que sé hacer. Jorge Luis Borges: No escribo para una minoria selecta que no me importa, ni para ese adulado ente platénico cuyo apodo es la masa. Descreo de ambas abstracciones caras al demago- go. Escribo para mf, para mis amigos y para atenuar el curso del tiempo. Gabriel Garcia Marquez: Hay una frase de Rilke que dice: “Si crees que eres capaz de vivir sin escribir, no escribas”. Yo he dicho que escribo para que la gente me quiera més. Eso que, dicho asi, parece una simple frase, una boutade, tiene mucho de verdad. Uno no puede dejar de escribir en el momento del apremio, y la prueba es que yo escribi cinco libros sin que nadie los leyera. Bueno, sdlo los lefan mis amigos, yo escribia practicamente para ellos. {Para quién se escribe y por qué se escribe? Esto es muy dificil. Lo ideal serfa escribir para todo el mundo, pero en el fondo uno, cuando escribe, sabe exactamente para qué nimero determi- nado de amigos esta escribiendo. Alvaro Mutis: Y también escribo por esto para olvidar, para alimentar la nada, para saber que todo cuanto escribo no saldra nunca del circulo de mis amigos. Escribo igualmente para ese andnimo estudiante que est4 leyendo con delicia uno de mis escritos, de los que mafiana solamente guardara un vago recuerdo pregunténdose ,De quién era esto? Tal vez haya olvidado que era mfo”, y este olvido es quizds el mejor homenaje y la sola razén para que yo contintie haciendo ese trabajo de Sisifo, que ni siquiera tiene el interés de fortalecer los misculos. Henry Miller: El escribir, como la vida misma, es un viaje de descubrimiento. La aventura es de cardcter metafisico: es una manera de aproximacion indirecta a la vida, de adquisi- cién de una vision total del universo. Jean Genet: Nunca me he dirigido a los demas cuando escri- bo. Probablemente no lo he conseguido, pero, para mf, se 25 trataba de mi actitud hacia la lengua francesa que he querido trabajar y darle una cierta forma, lo més bella posible, el resto me era totalmente indiferente. Truman Capote: Empecé a escribir cuando tenia ocho afios, de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocia a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que sélo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir a cine, bailar zapateado y hacer dibujos. Entonces, un dia co- mencé a escribir, sin saber que me hab{a encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un latigo y el latigo es tinicamente para autoflagelarse. (...) Al principio escribir fue divertido. Dej6 de serlo cuando averigiié la diferencia entre escribir bien y mal. Luego hice otro descubrimiento mds alarmante todavia, la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero es sutil, pero brutal. ;Y, después de aquello, cayé el latigo! Breyten Breytenbrach: La escritura es un sentido, una deco- dificacién posible de lo que nos rodea, una simbiosis con lo que es otro, un arreglo amistoso con la materia. Norman Mailer: Supongo que (al escribir pieriso) en el pu- blico que carece de tradicién para medir su experiencia, pero posee la intensidad y claridad de su propia vida interior. Para ese ptiblico me gustaria ser lo suficientemente bueno como escritor. Osvaldo Soriano: Cada novela que escribo es para mf una nueva vieja historia que me cuento a mf mismo para poblar las obsesiones del nifio que nunca he dejado de ser. Respondo a la necesidad de escribir por el placer de escribir. Y si ello me produce una cierta dosis de angustia, sé muy bien que es el precio que se debe pagar. Y escribo, también, para compar- tir la soledad. Alberto Moravia: Yo escribo por saber por qué yo escribo, Pablo Neruda: Escribir para mi es como respirar. No podria vivir sin respirar y no podrfa vivir sin escribir. Thornton Wilder: Creo que escribo para descubrir en mi biblioteca un nuevo libro que me gustarfa leer, 0 para ver una obra teatral que absorberfa mi interés. 26 German Espinosa: Alguna vez, en una conferencia frente a universitarios, decia yo que no lograba sustraerme a la creen- cia de que, si algtin escritor llegara en verdad a averiguar por qué escribe, le ocurrirfa lo que, segtin ciertas corrientes psi- colégicas, al enfermo mental que descubre la rafz de su acha- que. Este quedaria curado, y el otro dejaria de escribir. Creo, sin embargo, que escribir es una forma de la ignorancia. Escribimos porque deseamos comprender mejor el mundo. En lo ultimo que un sabio se convertiria, pienso sinceramente, es en literato. La literatura es de individuos no muy seguros de su justificaci6n en el universo. En fin, me parece que escribo porque no hallo otra forma de justificarme. Milan Kundera: Escribir seria por consiguiente el placer de contradecir, la felicidad de sentirse solo contra todos, la ale- gria de provocar a los enemigos y de irritar a los amigos. Por desgracia, una vez terminado el libro se querria dar gusto también. Es inevitable, es humano. Pero, ,c6mo podria dar- sele gusto a quien tiene la pasién de desafiarlos a todos? Esa es la enorme contradiccién sobre la que descansa nuestro oficio. Plinio Apuleyo Mendoza: Escribir es también un acto de magia, inmovilizar o conservar lo que, de acuerdo con la ley més esencial de la vida—el movimiento se va inexorablemen- te. En Ultima instancia, el escritor, como el poeta, el pintor o el miisico, no es sino un coleccionista. Jorge Amado: Yo escribo para ser lefdo, para tener cierta influencia en las gentes y asi contribuir a modificar la realidad de mi pafs, creando para el pueblo la perspectiva de una vida mejor, izando las banderas de la lucha y la esperanza. Pienso que la literatura es un arma del pueblo y que el escritor es el intérprete de los deseos y de los combates de su pueblo. Es asi como yo he ensayado actuar en la concepci6n y en la realizacién de mi obra de novelista. William Faulkner: La obligacién del escritor es hacer su obra lo mejor que pueda hacerla, cualquier obligacién que le quede después de eso, puede gastarla como le venga en gana. Yo por mi parte, estoy demasiado ocupado para ocuparme del ptiblico. No tengo tiempo para pensar quién me lee. No me interesa la opinién de Juan lector sobre mi obra ni sobre 27 la de cualquier otro escritor. La norma que tengo es cumplir mi norma. Susan Sontag: Hay varias formas de ser escritor; mis origenes me obligan a separar identidad personal y vocaci6n literaria, a considerar la vocacidn de escritor como una eleccién deli- berada. Mircea Eliade: Quien sabe narrar historias puede, en circuns- tancias dificiles, salvarse. Asi ha ocurrido en los campos de concentraciOn rusos. Los que tenfan la suerte de contar con un narrador de historias en su barracén han sobrevivido en mayor nimero. Escuchar historias les ayud6 a atravesar el infierno del campo de concentracién. El interés por la narra- cién forma parte de nuestro modo de ser en el mundo. Noso- tros somos seres para la “aventura”. E] hombre nunca podra renunciar a que le narren historias. Mario Vargas Llosa: E] cuento, la ficcién, gozan de aquello que la vida vivida —en su vertiginosa complejidad e imprevi- sibilidad— siempre carece: un orden, una coherencia, una perspectiva, un tiempo cerrado que permite determinar las jerarquias de las cosas y los hechos, el valor de las personas, los efectos y las causas, los vinculos entre las acciones. Leonardo Sciascia: Asi es siempre, hay que saber esperar, entre realidad y poesia, a que la ecuacién se cumpla. Dario Jaramillo Agudelo: La vida no tiene argumento. Siem- pre he creido esto, que lei en alguna parte, tal vez en Cioran, que los acontecimientos de la vida se presentan en desorden, imprevistos, que eso que llamamos destino, cuando asi lo llamamos, nos aterra mas por misterioso que por inexorable. En la literatura por el contrario, todo suele ocurrir ordenada- mente. Las historias tienen principio y fin. Los hechos se anudan y desenlazan con una armonfa y un ritmo que la vida misma envidiaria, y las piezas del rompecabezas estan total- mente armadas cuando se llega a la Ultima pagina. Joseph Conrad: La vida no soporta que se la mire muy de cerca. Resulta curioso que s6lo muy pocos, entre la gran cantidad de Jectores que existen, asuman la escritura de textos en 28 lugar de permanecer en el modesto lugar del lector dis- puesto a disfrutarlos. En alguna parte debe estar el extrafio cobrador que empujo toda fa vida a Balzac a producir su enorme summa narrativa, cl sddico que consumié a Kaf- ka, el soldado que baldé a Cervantes, la mesonera que emborraché a Poe. Ese factor desconocido de la vida que determina que sélo unos pocos, entre muchos seres huma- nos con las mismas condiciones innatas, terminen como escritores, y, que atin menos, tengan el talento, la perse- verancia y la suerte para trascender en este dificil oficio. Aldous Huxley: Algunas personas nacen con una asombrosa capacidad narrativa; es un don que yo nunca he posefdo en absoluto. Uno lee, por ejemplo, lo que cuenta Stevenson acerca de que todos los argumentos de sus cuentos le fueron dados, mientras sofiaba, por su mente subconsciente (lo que él Hamaba “los duendes” que trabajaban para él), y que todo Jo que tenia que hacer era elaborar el material dado. Yo nunca he tenido ningin duende. El gran problema para mi ha sido siempre el de crear situaciones. Georges Roditi: Los némadas no construyen nada, y los sedentarios son demasiado lentos. Una obra grande supone un aventurero sedentario. Julio Cortazar: Escribir, para mi, es hacer el esfuerzo de sofiar, una tentativa de romper barreras y sucede que a veces, escribiendo, algunas ventanas se entreabren. Escribo en un estado equivalente al de un tipo que se ha tomado una droga; un estado a la vez de distraccién y de concentracién total en lo que estoy haciendo. Siempre me he sentido un poco médium cuando escribo cuentos; veo nacer las frases con cierta inde- pendencia de mis decisiones, como si me las estuvieran dic- tando. Las novelas las firmo sin problemas, pero a los cuentos me da un poco de vergiienza firmarlos porque no estoy seguro de ser el autor. En la mayorfa de mis cuentos no conozco el final. No sé lo que va a pasar en el cuento y creo que si lo supicra eso lo matarfa en mi. Seria una simple construccién literaria: principio, medio y fin; se tratarfa solamente de es- cribirlos bien. 29 William Faulkner: Un escritor necesita tres cosas: experien- cia, observacién e imaginacién. Cualesquiera dos de ellas, y a veces una sola, puede suplir la falta de las otras. Ernest Hemingway: La cualidad esencial de un buen escritor es la de poseer un detector de mierda, innato y a prueba de golpes. Ernesto Sabato: La condicién mas preciosa del creador es el fanatismo. Tiene que tener una obsesién fandtica, nada debe anteponerse a su creacién, debe sacrificar cualquier cosa aella. Sin esc fanatismo no se puede hacer nada importante. Jorge Luis Borges: Al principio todo escritor es barroco, vanidosamente barroco, y al cabo de los afios puede lograr, si son favorables los astros, no la sencillez, que no es nada, sino la modesta y secreta complejidad. Truman Capote: Creo que la mayoria de escritores, incluso los mejores, son recargados. Yo prefiero escribir de menos. Sencilla, claramente, como un arroyo de campo. Julio Ramon Ribeyro: Literatura es afectacién. Quien ha escogido para expresarse un medio derivado, la escritura, y no uno natural, la palabra, debe obedecer a las reglas del juego. De alli que toda tentativa para no dar la impresién de ser afectado —monélogo interior, escritura automatica, len- guaje coloquial— constituye a la postre una afectaci6n a la segunda potencia. Tanto més afectado que un Proust puede ser un Céline, o tanto mas que un Borges un Rulfo. Lo que debe evitarse no es la afectacién congénita a la escritura sino la retérica que se afiade a la afectacién. En el colegio es probable que la mayorfa de estudiantes cometan un verso, O un acréstico para la novia. Hasta Jos aspirantes a sacerdotes escriben sus odas a Ja Virgen oa San Juan de la Cruz. Una encuesta entre los escritores seguro informarta que la gran mayoria opto por la poesia, o més bien, por Ia mala poesfa como el inicio de su carrera literaria. Todo escritor comenzé alguna vez, se equivocé muchas veces y seguro moriré con Ia sensacién: de que nunca aprendié a escribir. 30 Julio Cortazar: Llegué con dificultad a la prosa. A los ocho afios yo ya escribia poemas y, como siempre tuve obediencia a los ritmos, al sonido ritmado de las palabras y de las cosas, esos poemas, espantosos como contenido, perfectamente cur- sis, mocentes y sin ninguna importancia, estaban perfecta- mente medidos y perfectamente rimados. (...) Y, como sucede siempre, uno se hace con el trabajo, la literatura se hace haciendo literatura. Alcancé cierto dominio formal y descubri lo que me faltaba descubrir, que la prosa tiene un ritmo propio, que no son ni endecasilabos, ni décimas, ni nada que se le parezca. Desde ese momento me encontré escribiendo prosa con fluidez. Marguerite Yourcenar: Casi todos los escritores comienzan, o comenzaban, escribiendo poemas, lo que es natural, porque se est4 tan sostenido como forzado por el ritmo. Hay un elemento de canto, Hay un elemento de juegos y de repeticién, que hace las cosas mas faciles. La prosa es un océano en el cual uno se puede ahogar muy rapidamente. George Steiner: El poema no acepta la rutina y taquigrafia de la experiencia puesta en prosa, atenuada en las figuras casi siempre inertes del habla cotidiana; por constante defini- cién, el poema trabaja contra la indole de lo ordinario. Esta insurgencia creativa es el principio mismo del poema: el poeta quiere escandalizar nuestras creencias, hacerlas nuevas y rebeldes. Pablo Neruda: Toda mi vida he sentido la necesidad de escribir en verso y no me interesa la expresién en prosa. La utilizo para expresar cierta clase pasajera de sentimientos, o acontecimientos derivados del relato. Ademas, siempre he escrito prosa sin tomarla demasiado en cuenta y la verdad es que puedo dejarla enteramente. Sdlo escribo en prosa transi- toriamente. Susan Sontag: La ficcién es un campo inagotable, mucho mas rico que el ensayo, si, ya sé que la diferencia no es tan grande, pero vivimos en una época en la que se aman las. opiniones, uno puede convertirse en una maquina de dar opiniones, y yo no tengo tantas; he escrito cuando he pensado que habia un hueco, que nadie habia hablado de ciertos escri- 31 tores, de ciertos cineastas y he entendido que yo debfa hacerlo, (...) La ficcién es el vehfculo de las obsesiones, esté ahi para canibalizarlo, para devorarlo todo. Ernesto Sabato: Hay probablemente dos actitudes basicas que dan origen a los dos tipos fundamentales de ficcién: o se escribe por juego, por entretenimiento propio y de los lectores, para pasar y hacer pasar el rato, para distraer o procurar unos momentos de agradable evasion; o se escribe para buscar la condicién del hombre, empresa que ni sirve de pasatiempo, ni es juego, ni es agradable. (...) Y eso se debe a que no sélo la exploracién de las simas del corazén humano es agobiante sino que, proponiéndoselo o no, este tipo de ficcién nos produce un desasosiego que tampoco es placentero. Maurice Nadeau sostiene que una novela que deje tal cual al escritor y al lector es una novela inttil. Antonio Machado: Cada dia sefiores, la literatura es més “escrita” y menos hablada. La consecuencia es que cada dia se escriba peor, en una prosa fria, sin gracia, aunque no exenta de correccién, y que la oratoria sea un refrito de la palabra escrita, donde antes se habfa enterrado la palabra hablada. En todo orador de nuestros dias hay siempre un periodista chapucero, lo importante es hablar bien, con vive- za, logica y gracia. Lo demas se os dard por afiadidura. Gustave Flaubert: Escribir un libro es como tocar piano con bolas de plomo atadas a las falanges. Pero una vez que se pueda ejecutar la melodia sin dificultad y con los brazos remangados, quizd resulte algo bueno, En mi caso creo que estoy en la linea correcta. No se trabaja para uno mismo sino para los demas. 32

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