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CITAS DE GRANDES AUTORES SOBRE EL TALLER LITERARIO|) ALQUIMIA i ESCRITO R PROLOGO, SELECCION Y NOTAS DE ROBERTO RUBIANO VARGAS INTERMEDIO EDITORES Bogotd, 1991 © Roberto Rubiano Vargas Intermedio Editores Calle 93 No, 20-17 Bogoté, Colombia ISBN: 958-637-163-8 Disefio de cubierta: Interlfnea Editores La ilustracién es parte del grabado de un ex libris hecho por Jené Haranghy para Bela Halmégui, en 1926 Composicién y artes: Editextos 2000 Ltda. Impresién y encuadernaci6n: Editorial Nomos Abril de 1991 Narrar para los nifos, un oficio con oficio La literatura infantil no existe, como tampoco existe una literatura de Ia historia, o una literatura policfaca. Lo que tienen en comin Alicia a través del espejo, Ana Kare- nina o El halcon maltés, es que por encima de cualquier clasificacién que se les imponga, son literatura a secas. Buenos libros. Por ejemplo, la clasica recopilacién de los hermanos Grimm: Cuentos de nifios y del hogar, al margen de c6mo se los califique hoy dia, -para algunos summa de todas las perversiones posibles, para otros, un resumen de cualidades y bondades-, nacieron como una recupera- cién del cuento oral. Cuento que se dirigia por igual a nifios, adultos y ancianos. Esta recopilaci6n fue producto de una investigaci6n cientifica, no de una intenci6n crea- tiva y literaria. Porque sdlo serfa hasta la publicacion de Jos Cuentos de un novelista y autor teatral de poco éxito: Hans Christian Andersen, que un escritor se destacaria haciendo libros y relatos para nifios. El mundo del nifio es un descubrimiento reciente de la humanidad. Incluso la mia fue una generacién que no alcanzo a disfrutar el privilegio de ejercer el oficio de ser nifios, de tener derechos como seres auténomos, con una vida propia. La historia del hombre ha sido narrada con Ja vision del mundo adulto en la que el nifio sdlo ha sido un periodo de trénsito, molesto y necesario, hacia Ja vida adulta y productiva. 113 Hoy, sin embargo, ya se reconoce que existe el mundo de los nifios. Hay fundaciones, instituciones y lugares donde se toma muy en serio el valor del juego. Donde el nifio tiene derechos. Lugares donde se promueve Ia lectura o el sentido hidico del juego. Por desgracia es muy poco lo que se ha logrado. Digamos que por ahora sdlo se ha conseguido el reconocimiento. Igual sucede con Ia literatura infantil. Hay gran profusion de ediciones. EI libro infantil es una buena mercancia. Y asi como existen las grandes multinacionales que fabri- can objetos —ellas los llaman juguetes—, para el consumi- dor infantil, también existen las grandes empresas editoras dedicadas a producir cosas —ellas las Haman libros—, para el nifio lector. Los adultos que escribimos estamos hasta ahora descu- briendo que podemos, o mas bien, debemos escribir tam- bién para los nifios. Por desgracia, mucho de lo que se escribe para nifios busca moralizar o proponer lecciones de historia, geogra- ffa o buenos modales. Se olvida que Ia lectura en su sentido Itidico original promueve un desarrollo intelectual que supera cualquier intento didéctico evidente. Sin em- bargo, aunque no hay recetas ni formulas para hacer literatura apropiada para el lector infantil, en cambio si existe una receta para fracasar en el empefio: tratar de moralizar, enseftar 0 conducir al nifto como si fuera un invdlido mental. Existen dos maestros que nos ensefiaron con su ejemplo. Dos autores que me acompaiiaron en mis primeras lecturas cuando nifio: Emilio Salgari y Jack London. Autores que no se plantearon nunca si su obra era o no patra niios, porque igual los niios se la apropiaron. Hoy, todavia se leen por una razon muy sencilla: ellos nos evan al territorio de la aventura a través del papel sin mayores cortapisas. Veamos qué dicen los escritores, tanto los que escriben pata nifios como los que no, sobre el tema de los nifios y Ja literatura infantil: Un oficio, con oficio. 114 Marguerite Yourcenar: Nuestra época ignora o niega dema- siado el talento de la infancia. Julio Cort4zar: Los nifios son muy légicos, contrariamente a lo que la gente piensa. Tienen una gran imaginacion y un gran sentido del juego y, al mismo tiempo, un gran rigor légico, Desean que las cosas queden bien explicadas, no les gusta un margen muy grande de incertidumbre, como no sea en el juego. Ernst Jiinger: Los nifios son seres divinos; el mundo estaria en orden si nosotros nos educdramos siguiéndolos a ellos, en vez de educarlos de acuerdo a nuestra modalidad. Ana Maria Machado: Tradicionalmente las utopfas fueron sofiadas para adultos y por adultos -como los viajes de Gulli- ver y la isla de Robinson Crusoe-. Y tradicionalmente, tam- bién, el Poder las empujé al territorio de los cuentos para nifios, creyendo que de esa forma las utopias amenazarfan menos. Fernando Alonso: No es extrafio pues, que cuando el autor crea una obra destinada a los nifios, al ser etiquetada como “literatura infantil”, cl adjetivo “infantil” la arrastre al mismo ghetto en que los nifios se encuentran, quedando automatica- mente diluido y olvidado cuanto de literario existe en ella. De acuerdo con este supuesto, la critica literaria no se ocupa de ella; y, cuando lo hace, es con una especie de guifio de complicidad y paternalismo que algunos adultos suclen utili- zax cuando hablan de los nifios. Por si esto fuera poco, quiz4 por estas razones, el concepto “fiteratura infantil” se ha convertido en un generoso cajén de sastre que lo mismo da cabida a las obras literarias que a los libros didacticos y divulgativos, a los comics 0 a esos engen- dros troquelados que suelen aunar cl desprecio a la letra impresa y un gusto estético envilecido. Por ello, cuando se citan cifras de produccidn literaria infantil, se incluye toda esa serie indiscriminada de publicaciones. Esto crea una con- fusion que en nada beneficia a los autores, ni a los editores, ni al posible lector; esto puede inducir a pensar que un sector que es incapaz de poner un poco de orden en su propio campo no puede ser tomado en serio. 115 Isaias Pefia Gutiérrez: En este sentido, y habiendo olvidado que las fabulas y las leyendas populares que dieron pie a la después llamada literatura infantil siempre fueron escritas y leidas para nifios y viejos, el presunto escritor de esta franja literaria contintia asociando al nifio con Ja naturaleza animal © vegetal. Sin mirar el progreso del mundo del siglo XX. Aquellos nifios se conciben en ingenuos jardines zoolégicos © botanicos, donde las fantasias de otros siglos y de otras latitudes se mezclan con una pereza creativa que nada tiene que ver con nuestros actuales jévenes. Uno de sus grandes fracasos, por esta raz6n, es su falta de verosimilitud, requisito esencial de toda literatura, como lo son también la utilizacién de un lenguaje contempordneo, particular, personal, concordante con la composicién especi- fica del relato. Sin embargo, la aproximacién al nifio padece entre nosotros del estereotipo del lenguaje que piensa en un lector “virgen”, a quien debe contérsele la historia de la forma mas simple posible, matando la creatividad en cuanto a la conformaci6n de nuevos lenguajes y nuevas aventuras en el montaje de la obra misma. Ana Maria Machado: Yo no escribo para nifios. Los editores, si, publican mis libros para nifos, les ponen ilustraciones, tipos grandes, todo eso. Ya hicieron mds de veinte. Yo escribo para mf, para la nifia que hay en mi, para la mujer que hay en mi, para la vieja que hay en mf. Si con eso encuentro a los otros, muy bueno, jqué feliz! Si no, me quedo sola, es parte de la maldicién del creador. De todos modos me gustaria discutir un poco eso del libro “infantil y juvenil”.(...) Gene- ralmente, un adjetivo es una restriccién de sentido. Asf, lite- ratura “médica” seria sdlo para los doctores, literatura “jurf- dica” s6lo para los juristas, etc. Sin embargo, literatura “in- fantil” es el revés, no es una restriccién de sentido, sino una ampliacién para un sentido mds ancho, es decir, son libros que los nifios “también” pueden leer, ademds de los adultos. La literatura para adultos sdlo puede ser lefda por adultos. La literatura infantil es mas rica, puede ser lefda por adultos y por nifios. Si un libro no es leido con gusto, con placer, con emoci6n por los adultos, tampoco lo sera por los nifios. Los libros que tienen “un cierto interés” para los nifos, pero que aburren a los adultos y no los emocionan, no son buenos, 116 no son literatura, no interesan, no importa que los llamen infantiles. Jacqueline Held: Quien escribe para los nifios lo hace con su conciencia, pero también con su inconsciente. Quien es- cribe para los nifios es ciertamente un adulto, pero también un nifio anciano. Lewis Carroll: No somos sino nifios hechos hombres que la hora triste de dormir evitan. Salvador Garmendia: Es imposible reproducir la mirada in- fantil. Tiene un poder magico creador, que altera por completo la realidad en su substancia. Se pierde, como se pierde la capacidad de juego. Jugar es quizas la actividad mas trascen- dente que el hombre realiza en toda su existencia. Es el tnico momento en que el hombre es un creador. La raz6n destruye ese poder. Nos queda una enorme nostalgia. Tratamos de acercarnos a ese poder por distintas vias, el suefio. Julio Cortaézar: Si a los nifos los dejasen solos con sus juegos, sin forzarlos, harfan maravillas. Usted vio csmo em- piezan a dibujar y a pintar, después los obligan a dibujar la manzana y el ranchito con el 4rbol y se acabé el pibe. Con la escritura es exactamente igual. Las primeras cosas que cuenta un nifo o le gusta que le cuenten, son pura poesia: el nifio vive un mundo de metdforas, de aceptaciones, de permeabilidad. Alejo Carpentier: Picasso dijo que a partir de la edad de cinco afios, el hombre no hace otra cosa que repetirse: no inventa nada mas. Desde luego, se trata de una ocurrencia, de una frase un poco exagerada en este sentido; pero creo que lo que mas profundamente marca a un hombre son los afios de su infancia y de su temprana adolescencia. Ana Maria Machado: Un dia, en una escuela, un nifio me explicé por qué le gustaba determinado libro. Dijo que el libro parecia magico porque se ponfa més grande con ele crecia cuando él crecia. Y dijo: “Cada vez que lo releo, descubro que tiene mds cosas. Me gustan libros ast, libros que tienen submundos”. El oficio de escribir para nifos, por lo tanto, serfa el oficio de construir mundos y submundos 117 con las palabras. Igualito que escribir para adultos. Sélo que, para nifios, tiene que haber algo mas, un supermundo -el de la esperanza—. Si uno no la tiene, que se limite a escribir para adultos. Seré mas pobre, pero mas verdadero. 118

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