You are on page 1of 40
EL PENSAMIENTO ELPENSAMIENTO DEL POEMA DEL POEMA Variaciones sobre un tema de Badiou Variaciones sobre un tema de Badiou Mario Montalbetti Mario Montalbetti 1* edicion Santiago: Marginalia Editores, 2019 Arica-Le6n: Cinosargo Ediciones, 2019 130 pp.:12 x19 em. ISBN: 978-936-09361-0-3 Coleccién Inquisiciones, vol. 06 Ensayo ° A-305760 inalia Editores @ Marginalia Editores © Cinosargo Ediciones. Mail: marginaliaeditores@gmail.com carrollera@hotmail.com Web: www.marginaliaeditores.com yaww.cinosargo blogspot.com El poema piensa parece un vehiculo que ingtesa a con- tramano en tna calle de sentido (nico. A los lados de la via, la gente le increpa que la direccién es otra y vocifera: el poema siente, el poema hace imagenes, el poema simbo- liza. Tal vez lo haga (sentir, imaginar, simbolizar), pero aqui me interesa seguirle la pista al vehiculo que ingre- sa en contra del trafico autorizado, al poema que piensa. Como objeto tedrico dicho vehiculo fue construido en los talleres de Alain Badiou en 1988. El taller todavia existe y se llama Elser y el acontecimiento. Desde entonces, Alain Badiou ha reflexionado consistentemente sobre ese ve- hiculo, sobre sus mecanismos y sus movimientos, y lo ha petfeccionado y simplificado en otros “talleres”. La idea ala que ha arribado es la siguiente: El poema es una forma de pensamiento. Mi intencién aqui es elaborar una serie de variaciones sobre esa idea de Badiou. No quiero (o tal vez mejor, ho creo estar en condiciones de) reconstruir su teorfa poética ni mucho menos inquirir en las posibles rela~ ciones entre las verdades generadas por el poema y el sistema filoséfico (composible) propuesto por Badiou. tu YVariaciones sobre wn tera de Bactiou I pooma piensa parece wrvefeulo que ingresa a con: tramano en una calle de sentido tinico. A los lados de la via la gente le increpa que la direcci6n es otra y vorifers al poema sient, el poemna hace imagenes, el poema simbo tiga. Tal ver lo haga (sentir, imaginer, simbolizar), pero aqui me interesa seguirle a pista al vehfeulo que ingre- geen contra del trafic autorizado, al poema que piensa Como objeto tebrico dicho vehiculo fue construido en los tallores de Alain Badiou en 1988, El taller todavia existe y ge llama El ser y el acontecimiento, Desde entonces, Alain Badiou ha reflexionado consistentemente sobre ese ve- hiculo, sobre sus mecanismos y sus movimnientos, y lo ha porfoccisnado y simplificado en ottos “talleres”. La idea ala que ha arribado es la siguiente: El poema es una forma de pensamiento. Mi intencién aqui es elaborar una serie de variaciones sobre esa idea de Badiou. No quiero (0 tal vez mejor, no creo estar en condiciones de) reconstruir su teoria poética ni mucho menos inquitir en las posibles rela- ciones entre las verdades generadas por el poema y el sistema filoséfico (composible) propuesto por Badiou. uw ELPENSAMIENTO DEL POEMA Mis bien, me limitaré a especular mas o menos libre- mente a partir del tema central y algunas ideas que lo sostienen. Naturalmente, una ver que afirmamos que él poema piensa, Ins primeras preguntas que emergen son 2qué piensa? y zedmo lo hace? Tratar de responder esas preguntas constituye el meollo de este libro. Quiero re- marcar de éntrada que la primera de estas preguntas es "zqué piensa el poema2” y no “zen qué piensa el poe- ma?”, La diferencia debe apreciarse. Pensar algo es una opetacién mucho més interior que pensar en algo (qae a veces no es més que “traer a la mente”). Pensar un problema no es lo mismo que pensar en un problema. Igual con el poema: lo que piensa no es lo mismié que aquello en lo que piensa y lo que el poema piensa sera mucho més importante, mucho mas crucial, en lo que sigue, que aquelio en lo que el poena piensa. En rigor, el poema puede pensar en lo que quiera y por ello es po- sible que la segunda pregunta (“e6mo lo hace?") reciba mayor protagonismo aqui porque la respuesta a ella de- cidiré en buena parte qué es lo que el poema piensa o, finalmente, qué es lo que puede pensar. Hay dos riesgos advertidos que voy a tomar y de los que dejo constancia, El primero es el de tratar el tema central en base a variaciones libres. Bl riesgo, que es el riesgo de tergiversar las ideas de Badiou, es obvio y no encuentro forma de evitarlo. Detras del tema de Ba diou hay un sélido aparato tebrico mientras que detris de mis variaciones hay apenas una cierta fidelidad al tema central, El segundo riesgo es el de hablar del poe- ma adoptando la forma del ensayo, que es una forma de la prosa. En pocas paginas resultaré claro que entre Vaviaciones sobre un tema de Baiow poema y prosa hay un antagonismo crucial que si bien serd expresado de manera topolagica (el poema es mas periférico que la prosa) conlleva consecuencias serias sobre su relacién con el lenguaje. Por lo tanto, hablar del poema empleando prosa parece un ejercicio innecesa- rio de imperialismo retérico. Pero es el mismo ejerci- cio que aplaudia Platén cuando alentaba a los amantes de la poesta a abogar su causa “en prosa y sin metro” (Rep. X, 6OTA); y es el mismo ejercicio en el que a ve- ces cae Badiou cuando examina poemas de Mallarmé. Este segundo riesgo es evitable, escribiendo de poemas con poemas. Luciano Berio sospechaba que “el mejor comentario posible de una sinfonia ¢s otra sinfonia”. Pero, habiéndolo hecho’, prefiero esta vez no evitar el riesgo y expresar mis ideas sobre el poema y no en el poema. Tal vez por cllo elegi como epigrafe unos versos de Laura (Riding) Jackson que comienzan declarando “Esto no es exactamente lo que queria decin..”. Caveat lector entonces y sigamos. Los textos de Badiou en los que me voy a concentrar son, los siguientes, S&A El ser y el acontecimiento, traduccién de Rad J. Cerdeiras, Alejandro A, Cerletti y Nilda Prados, Manantial, Buenos Aires 2015 [1988] 1 L Berio, Un recuerdo ai futuro, traduecién de Rosa Rius y Pete Salvat, Acantilado, Barcelona 2019, p. 48. 2M. Montalbetti, El sentido y la ceguera del pooma, Bisturi 10, Santiago de Chile 2019. Cc PMI AW pp OF EL PENSAMIENTO DEI PORMA Condiciones, Siglo XXI Editores, traduccién de Eduardo Lucio Molina y Vedia, México 2002 [1992]. Pequefio manual de inestética, traduccién de G. Molina, L. Vogelfang, IL. Caputo y MG. Burello, Prometeo Libros, Buenos Aires 2009 1998). La antifilosofia de Wiegenstein, traduccién de Maria del Carmen Rodriguez, Capital In- telectual, Buenos Aires 2013 [2009]. Que pense le podme?, Nous, Caen 2016. No conozco traduccién al castellano; las traduc- clones son mias. Mientras escribia este texto la lectura de dos libros de Giorgio Agamben generaron un inesperado contrapun- toa las ideas de Badiou; inesperado no porque las ideas de ambos respecto del poema sean en el fondo diver- gentes sino porque los arménicos que aparecen, una ver. que se enfatizan o remarcan diversas notas, llevan a consideraciones distintas. Los libros de Agamben a los que me refiero son, 2Qué 0s la filosofia?, traduccion de Mercedes Ruvituso, Adriana Hidslgo Editora, Buenos Aires 2017 [2016]. C&A Variaciones sobre un tema de Badlion Creacién y anarguia. La obra en ta época de la religion capitalista, traduccién de Rodti. go Molina-Zavalia y Maria Teresa D'Meza, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires 2013 orn. 18 Variuciones sobre wn tema de Badiou Si uno pudiera imaginariamente dar un paso atrds, si tuno pudiera retroceder lo suficiente como para ver ef lenguaje entero delante nuestro, es imposible hacerlo, pero si fuera posible dar ese paso atras (como los astré- nomos a veces fingen darlo para mostrarnos imagenes completas dela Via Lactea con nosotros adentro a pesar de que no existe arin un punto de vista que permita ha- cerlo), si fuera posible, digo, dar un paso gigante hacia atras, un paso sin duda logicamente mucho més grande (porque no depende del aiin) que el de los astrénomos, para ver el lenguaje delante de nosotros, si fuera posible salirnos del lenguaje y verlo por completo delante nues- tro entonces, segtin Badiou, el lenguaje se nos aparece- ria como un objeto cerrado que tiene dos bordes (QPP 7), En uno de los bordes veriamos al poemna (la expre- sién poética) y en el otro borde al matemna (la expre- sién matemitica)’, En el borde poético encontrariamos objetos como “Vusco volvvver de golpe el golpe” y en el matemitico objetos como “at +b" =o”, Esta es la vision imposible: 3 Para su uso psicoansiti of R. Chemama y B. Vendermersch, Dio cionario del psicomnatsis, Amorrortu, Madrid 2004, pp. Ald ss w EL PENSAMIENTO DEL POEMA poema matema a ee Esta figura imaginaria descansa esencialmente sobre tres asunciones: primero, la asuncién de que el lengua je es un objeto, Segundo, de que se trata de un objeto cerrado: un objeto cerrado distingue lo que hay dentro de €l de lo que no, en nuestro caso, distingue lo que es TTengitaje (Ly de lo que'no es lenguaje (L); por ejemplo, distingue Ia palabra ‘érbol’ de un arbol, Y la tercera asuncién es que lo que efectivamente cierra (clausura) el lenguaje es el significado. Ninguna de las tres asun- ciones es necesaria. Bl lenguaje bien puede no ser un objeto, bien puede no ser un objeto cerrado y bien pue- de estar clausurado por dispositivos distintos que el significado. Chomsky, por ejemplo, quien no cree que el lenguaje sea un objeto, ha encayado una clausura gramatical que a veces es puramente formal y a veces biol6gica pero que no es semAntica. Sin embargo, el sig- nificado ha sido y sigue siendo la forma més usual de distinguir lo que es lenguaje de lo que no lo es. Hablo, por supuesto, del lenguaje natural yno de los artificiales’ Benveniste, por ejemplo, escribe que el significado es el “ser mismo” del lenguaje, tanto que “si (el significado] 4 Advierto una objecién temprana: la expresin “an + br = en" no es lenguaje natural. Regresaré a este detalle,no menor, més adelante, Variaciones sobre un tema de Badion estttviera ausente (el lenguaje] no seria nada”®. Supongo que muchos lingtiistas y filésofos siguen suscribiendo esa idea, Que el lenguaje esté clausurado por el signi- ficado quiere decir que no importa cudintas veces una operacién soméntica s¢ aplique al cuerpo del lengua je no hay forma de escapar del lenguaje, de salitse del enguaje, mediante ellas, Significando no se va “afuera", no se sale del lenguaje. A esto se refiere Badiou cuando afirma que la poesia es vietima de una “ilusién desgarra- dora” (SSA 147) como cuando el poema “[sale].en busca de la nada” (S&A. 69) valiéndose de la palabra ‘nada’, 0 como cuando intenta “salir del lenguaje” en busca de lo indecible diciendo justamente la frase "lo indecible”. Si la clausura del lenguaje es seméintica no se sale del len- guaje significando. Lo que llamamos “fuera del lenguaje" sigue estando perfectamente acomodado dentro de él Voy a conceder inicialmente las tres asunciones, que las podemos condensar en la expresién “El lenguaje es un objeto cerrado clausurado por el significado’, para po- der avanzar. Supongamos, por lo tanto, que el lenguaje (L) es un objeto topologicamente cerrado. Por lo tanto, el lenguaje hace horde con lo que no es lenguaje (con su complemenio, £). Ahora bien, gqué parte del lenguaje hace borde con no-lenguaje? La respuesta de Badiou es: poema y matema, Son el poema y el matema los que determinan los bordes del lenguaje, los limites entre lo que es lenguaje y lo que no lo es. En términos ligeramente més técnicos, hacer borde es construir 5 E. Benveniste, “Forma y sentido en ellenguaje", en Problemas de lingitstica general Il, México, 13* edicién 1999 fo. 1973, p. 220 19 ELPENSAMIENTO DEL POEMA un conjunto que resulta de la interseccién de todos los puntos de I.y todos los puntos de su complemento (E). En otras palabras, el borde contiene todo lo que es co- mdi a lenguaje y no-lenguaje. Sillamamos a dicho con- junto OL, entonces el borde del lenguaje puede definirse formalmente de la siguiente manera: JL = LE. Es en este sentido téenico que poema y matema son bordes, porque intersectan lenguaje y no-lenguaje, y al hacerlo, describen los limites del lenguaje 2Qué pueden tener en comin lenguaje y no-lenguaje? 2Qué pueden tener en comin la palabra ‘éebol’ y un &r- bol? En principio nada (aunque, admito, el ejemplo es tendencioso porque reduce la distincién a un problema éxico) lo que haria suponer que la intersecci6n entre L. y Les el conjunto vaefo (@). El resultado no es imposi- ble (ni indeseable), pero debemos avanzar un poco mas para examinar esta cuestién en detalle. Por lo pronto, patece claro que lo que no tienen en comtin es signifi- cado. Lo que hay en L tiene signiiieado y lo que hay en Enolo tiene Asumir la clausura semintica dellenguaje no viene gra- tisy genera de inmediato una deduceién incémoda’ Sicl poema hace borde, y _ sielborde es la intersecci6n entre Ly I, ¥ silo que clausura Les el significado, ‘entonees, el poema no tiene significado. Variaciones sobre un tema de Badliow In conclusién debe apreciarse en su dimensién exacta: elpoema que hace borde no tiene significado, Dos obser vaciones: primero, no cualquier no-significacién hace porde. No-significar es una operacién compleja porque, tun poco como los juiicios negativos de existencia (‘EL unicornio no existe”), pareciera que hay que primero convocar ("presentificar”) la significacién para luego ha- cerla desaparecer. ¥ es aqui que la poética de Badiou se vuelve interesante, cuando se pregunta cudndo y cémo es que hace borde el poema, Y segundo, no todo poema hace borde. Tal vez la inmensa mayoria de poemas no Jo hacen y se dedican, mas bien, a significar. Aqui nos interesard el poema que hace borde, el que intersecta lenguaje y no-lenguaje, el que por extrafio que suene, no significa nada; el vehiculo que cireula a contramano. Todo lo anterior conduce a preguntar si el poema es parte del lenguaje 0 no, porque si el poema no signifi- cay sila clausura del lenguaje es seméntica entonces es perfectamente razonable que no Jo sea—o que sea lo que Agamben denomina un proemio del lenguaje, es decir, “algo Gtil para lo que vendr después” (QF 140), en este caso, para el lenguaje mismo, Sin embargo, es un ardid topolégico et que nos permitira incluirlo en ef lenguaje: por definicién, un objeto cerrado (y hemos asumido que L. lo es) contiene a su borde—de manera similar a la que las murallas de una ciudad son parte de la ciudad. El poema es entonces parte del objeto cerra do lenguaje, pero es una parte muy especial porque por un lado hace borde y por otro mantiene una relacién peculiar con el cuerpo del lenguaje, con las zonas mas internas y menos periféricas del lenguaje a EL PENSAMIENTO DEL POEMA. 2En qué consiste esa relacién peculiar? Tal vez sea mas facil verlo primero del lado del matema. Hemos dado como ejemplo la expresién algebraica “a + b® = c®", Veamos qué podemos hacer con ella. Para empezar, podemos asignatle valores a n (de entre el conjunto de néimeros naturales positivos): a0 + bO = c0" no tiene Enel caso den = 0, la expre: solucién, ya que cualquier ntimero elevado a 0 ser Enel caso de n = 1, la expresi6n ‘al + bt = cl” tiene solu- cién si al, b=2y Enel caso den =2, la expresién ‘a? + b? = c2" constituye el teorema de Pitigoras, si a y b son los catetos y ¢ la hipotenusa de un tridngulo recténgulo. En el caso de n > 2, la expresién “amo2 + bio? = 02" no tiene solucién (tal como lo conjetur6 Fermat y luego lo demostraron Wiles y Taylor) 2Qué cae bajo el nombre de Pitigoras’ 2 Una aplicacién del matema “an + bs = ct" a la geometria El matema mismo no significa nada, es una mera formula abstrac- ta, Peto si canjeamos sus valores podemos aplicarlo. En general, los matemas tienen aplicaciones en las ciencias naturales (en un sentido extendido, incluyo la geome- tria), Quiero proponer que algo similar ocurre con el poema. El poema esti conectade con el euerpo del len- ‘guaje mediante aplicaciones. En particular, quiero pro- poner que la prosa (novela, cuento, narraciones, mitos, fabulas,..) son apliodciones del poema. En este sentido, Variaciones sobre un tema de Badiou Ja novela es poesia aplicada. Por dar un ejemplo apre- surado y muy preliminary, las formas a-seménticas del ritmo y del movimiento de ciertos poemas, son formas que luego se aplican al movimiento de la prosa en una novela. Sabemos que el verso castellano clésico (pero de alguna forma también el actual) gira en torno a dos grandes patrones métricos, uno de Arte Menor y otro de Arte Mayor: el octosilabo y el endecasilabo, respec- tivamente. Repasemos a continuacién el inicio métrico de cuatro textos centrales de la prosa castellana: a) Et Quijote En un lugar de la Mancha (Bsilabas) de cuyo nombre no quiero acordarme (It silabas) b) Cien afios de soledad ‘Muchos afios después o frente al peloton de fusilamiento a el Coronel Aureliano Buendia a habia de recordar ®) aquella tarde remota ® en que su padre lo llev6 0) aconocer el hielo oO ©) Elaleph La candente mafiana de febrero ap en que Beatriz Viterbo murié (10) después de una imperiosaagonia (10) que no se rebajé un solo instante (i) nial sentimentalismo ni al miedo (40) EL PENSAMIENTO DEL POEMA. a) Pedro Pétramo Vine a Comala porque medijeron (tt) que aca vivia mi padre ®) un tal Pedro Plramo o Aan concediendo, como es natural, que todo esto me- rece estudiarse con mAs detalle, parece al menos sos- pechoso que todos estos comienzos emblemiticos gra- viten tan fuertemnente hacia el 8 y el 11, los dos metros codificados de la poesia castellana. A veces nos referi- mos a esta gravitacién como “el espfritu de la lengua” y asi como el “espiritu’ del castellano gravita hacia el 8-11, ‘el del inglés por ejemplo, lo hace hacia el 5-10. En todo caso, ahora lo podemos explicar mejor. Eso que llama- mos “el espiritu dela lengua” noes sino la expresién del borde del lengugje, delimitado y definido por la escan- sidn del poema, que es uego aplicado a la prosat. ‘Todo lo anterior nos permite delinear un poco mejor la figura inicial del lenguaje como objeto cerrado de la siguiente forma: poema matema Bafa heard prosa eo. naturales 6 Para ms discusin sobre la cuestiin de la escansi6n métria y riunica ef, M, Casado, Un discurso republicano. Enaayos sobre ‘poesia, Libros de la resistencia, Madrid 201, especialmente los comentarios que surgen de sus notas a Trilee VITTy as referen- cis citadas all (pp. 138 y 58). a Variaciones sobre un tema de Badiow Loque vaentreprosay ¢. c, naturales constituye el “cuerpo dellenguaje’, tal vez, lo que comtinmente pasa por lengua- je, incluyendo sus entrafias més internas, Si el poema es ‘procmio’ en el sentido de Agamben, entonces es proemio ese intervalo, Ese es tainbién el intervalo que la lingiisti- catiene como cbjeto de estudio. Estrictamente, la lingiiis- tica no puede tener ni al pocma ni al matema como objeto de estudio. Tal vez el tinico intento real de incorporar el matema a [a lingiistica (pero en un sentido distinto, bio- 16gico) ha sido el del minimalismo chomskyano al hacer del matema de la fusién (externa, interna) su objeto de estudio", Lo que fluye entre prosa y ec. naturales es, en su manifestacién més interna, el lenguaje cotidiano, el de todos los dias, el que nos sirve para nuestros intercambios més domésticos cuando desctibimos (cientificamente 0 no), cuando preguntamos, damos érdenes, informamos, contamos chistes,.. La frase Juan pinid una silla es un obje- to propio de la lingiiistica pero no lo es Vasco volvver de golpe el golpe—salvo para declararla agramatical o para in- tentar gramaticalizarla, corrigiéndola. Sin duda, podemos emplear instrumental linglifstico para explorar el verso de Vallejo pero el objeto de la lingiiistica no es crear una gramética que dé cuenta de él. El propio Vallejo lo advir- ti6:"la gramatica, como norma colectiva en poesia, carece de razon de ser". Catece de razén de ser como norma co- lectiva; es decir, no existe, no puede existir, una gramética 7 CE por ejemplo, N. Chomsky, Beyond explanatory adequacy, en A. Bellet, Seructures and beyond, Oxtord University Press, Oxford 2004, pp. 104-131. Elaboraré esto mis adelante. 8 C. Vallejo, “Regla gramatical” en Bl arte y la revotucién, Mosca Azul Editores, Lima 1973, p. 64 2% EL PENSAMIENTO DEL POEMA. que genere poemas y los distinga de los no-poemas. Y esto se aplica no solamente a la produccién de poemas sino también a su recepcién: tampoco existe una gramética que indique cémo se lee (descifra, interpreta, indaga,. un poema y cémo no. Yo he sugerido en un estudio sobre un poema de Blan- ca Varela? que un poema es un cambio de estado fisico (no quimico) del lenguaje, Ast como podemos estrujar, doblar, rasgar una hoja de papel vero el resultado sigue siendo papel (a diferencia de prenderle fuego que supone un cambio quimico), asi también el poema puede operar sobre el lenguaje (estrujindolo, doblandolo, rasgéndolo) y el resultado seguira siendo lenguaje. Sélo que el resul: tado seré borde del objeto lenguaje. La relacién que el borde guarda con sus formas més internas (el lenguaje cotidiano o el de las ciencias) es. en esta comparacién, la misma que guardan dos objetos similares (dos hojas de papel, por ejemplo), uno de los cuales ha sufrido una transformacién fisica de su estado, Lo que en este simil obedece al calor (que transforma, por ejemplo, un liqui- do en un vapor) en el caso del poema obedece a las ope- raciones que el pocma realiza sobre el lenguaje. Retomemis el tema central: el poema es una formade pen- samiento. Ahora bien, si el poemano tiene significado... Debo insistir una vez més: el poema puede tener signifi cado. Es decir, uno puede aducir que Vuseo volvuver de 9M. Montalbetti, Bf més crudo inuierno, Fondo de Cultura Eeond- rica, Lima 2016 (cf. pp. 94-98). Variaciones sobre un tema de Badion golve el golpe significa algo, que se refiere a golpes (2), por ejemplo...Pero el punto de Badiou es que la parte més in- teresante de Visco volvvver de golpe el golpe no es signi- ficar. Como (casi) dijo Celan, si ustedes andan buscando significado lo terminarén encontrando”. El significado 3 la muleta infalible del lenguaje hacia la que embesti- mos inevitablemente. Pero la parte més interesante del poema, del poeta que hace borde, no es significar. “EL acto poético no es, en efecto, ni descriptivo (incluso si practica la descripci6n) ni “mostrativo" en el sentido del elemento mistico (incluso si practica la sugestién)” (AW 45-46), Es, més bien, “solamente un decir” (QPP 13) Muy bien, ahora si, continuemos, si el poem no tiene significado, ~y si el poema es una forma de pensamiento, ..entonces, pensar y significar no deben llevarse del todo bien. Bl poema piensa alli donde no significa o, donde atin significando, st pensamiento desborda su significacién. Esto es algo muy cercano a la interpretacién del cogito cartesiano propuesta por Lacan: ahi donde se piensa aht no se es y viceversa, En efecto, no es significar lo que hace el primer verso de Trilce IX ni es significar Io qite hace “at + bn = cn", Ni el poema ni cl matema tienen signi- 10 P.Celan, Microlito, traduccién de José Luis Reina Palazén, Bai- torial Trotta, Madrid 2015 [2005], p. 106 251.2). 1 J, Lacan, “La instancia de la letra en el inconsciente 0 la razin desde Freud” en Eseritos I, traduecién de Tomas Segovia, Siglo XXL Editotes, México 1977 (1966, pp. 179-213, a \ | EL PENSAMIENTO DEL POEMA, ficado en el sentido en que estamos dispuestos a con- cederle significado a una frase como "Juan pinté una silla” o a una expresi6n geométrica como “La summa del cuadrado de los catetos es igual al cuadrado de la hipo- tenusa”. Mas bien, poema y matema deben ser enten- didos como operaciones (PMI 50) que se llevan a cabo sobre el lenguaje. Y la operacién central, como hemos visto, ¢s la de intersectar lenguaje y no lengnaje. Lo que Badiou quiere derivar de ello es una segunda consecuencia inesmoda del tems central, a saber, que el poema no es ina forma de conocimiento. La distincién entre pensar y conocer es crucial. gPor qué? Porque es necesatio reservar la palabra ‘conocimiento’ a aquello que se tiene de un objeto, él objeto del conocimiento (QPP 19). El poema no apunta, ni supone, ni describe objeto alguno (QPP 19). Es més, para Badiou, el poema reniega del objeto (QPP 19) y de toda aprehensién del objeto (QPP 20). El poema no piensa porque entabla al- gin tipo de relacién con los objetos sino porque entabla algéin tipo de relacién con el lenguaje. Por lo tanto, el poema no esté conectado directamente con lo que co- minmente Ilamamos “la realidad”, tan poblada de obje~ tos y de eventos, entre otras cosas. En todo caso, serén stts aplicaciones (las novelas, los discursos, los mitos,..) las qe estdn dispuestas a hablar de objetos, de eventos, en fin, de la realidad, Pero el poema (nsisto, el poema que hace borde) no lo hace. El poema es una operacién sobre el lenguaje, el poema solamente habla de las pa- labras y frases del lenguaje. En esto, su conexién no es con a realidad sino, en todo caso, con el Real lacaniano cuando es entendido en su versién mas simbélica, es Variaciones sobre un tema de Badiou decir, como un sub-producto (como una ‘falla’) del or- den simbélico mismo, de tal manera queno hay Real sin Jenguaje ni lenguaje sin Real. El poema apunta hacia, opera sobre y genera ese Real, pero sin ningéin anhe- Jo de trascendencia, sin ninguna posibilidad de ir més allé Cafuera”) del lenguaje. Todo lo que hace el poema se ourva sobre el lenguaje mismo. El poema, entonces, no pre-supone nada que no sea lenguaje para operar. El poema intersecta no-lenguaje desde dentro del Ien- guaje. EHenguaje mismo, en cambio, en su considera- jan més interna y no desde sus bordes, pre-supone no-lenguaje (que es la “presuposicién fundamental” de Agamben (QF 11-16). El Tenguaje sitéa al no-lenguaje “fuera del lenguaje", la que, admito, es una expresién extraiia que debe manejarse con cuidado (en lo que sugiere romper la clausura seméntica autoimpuesta) pero por zhora la mantengo como complemento de la clausura seméntica. El lenguaje denomina “realidad” al no-lenguaje y establece con él la relacion de referencia (0 significaci6n, dependiendo de qué tan filos6fica o lin- giiisticamente inclinados estemos) que no es lo mismo que la interseccién @L. Una vez hecha esta distincién podemos decir: el poema no conecta con la realidad “1? sino con ef lenguaje. El poema realiza una operacién en \ el lenguaje, no en la realidad. Lo mismo con el matema’ (pave la objecién de la nota 2). Ahora bien, Badiou entiende que poema y matema son bordes diferentes porque realizan operaciones diferen- tes. Simplificando, la operacién del poema es la nomi- nacién (el poema nombra) mientras que la operacién del matema es la dainoia (cl matema deduce, discurre) 2 EL PENSAMIENTO DEL POEMA Este doble borde es una herencia del cuidado que Ba- diow tiene por Platén pero pron:o veremos céno el su- puesto antagonismo entre nombrar y deducir no es tan claro: el poems también deduce aunque obedeciendo ‘leyes' distintas. EI poema nombra, pero el poema nombra de una for- ma distinta a como nombramos cotidianamente. En efecto, les ponemos nombres a las cosas, a esto lo lla- mamos “Arbol” y a esto otro “rio” y a esto otro “Jaime”, etc. Asi no nombra el poema. Si el poema reniega del objeto y de toda aprehensién del objeto, el poema no puede nombrar objetos, con los que, insisto, no guarda conexién directa alguna (ineluida la de nominacién). Si el poema nombra entonces nombra nombres, nombra nombres de objetos. El poema le pone nombres nue- vos a los nombres que les ponemos a los objetos. Esta es la puerta de entrada a la concepeién de la metéfo: ra en Badiou. Algo més, es precisamente esta nomina- cidn-del-nombre (metaférica) la que Badiou busca for- zat para dar cuenta de una de sus categorias clave, la de lo innombrable. Sin embargo, no debe verse en lo innombrable ni un oscuro concepto mistico ni un vago vestigio esotérico sino una propiedad de la predicacién, perfecta y claramente formulable. Lo innombrable no es ni un objeto que no tiene nombre ni un nombre que no tiene objeto, Es, o sera, més bien; un nombre qué no tiene nombre. Y, forzar dicha innombrabilidad seré una de las tareas limitrofes del poema. re Variaciones sobre un tema de Badlion La figura resultante es ahora algo as como la siguiente: matema vi poema S (—-.|----- lenguaje----. rosa ce naturales realidad Zs contra el telén de fondo imaginario de esta figura imposible que quiero elaborar las variaciones sobre el tema central de Alain Badiou, la idea de que el poema es una forma de pensamiento. Yariaciones sobre un tema de Badiow Dos son los mecanismos pensantes del poema, la sus- tracci6n y la diseminacién (QPP 20). La sustraccién es una “maquinaria negativa” que le sustrae materia a los objetos; en realidad, que le sustrae materia a las ideas, una stierte de mecanismo de desconexién con los ob- jetos que opera enuncidndolos solo para desvanecerlos (QPP 20). En esto, la sustraccién se parece a los juicios negativos de existencia ("El unicornio no existe”) que coloca ante nosotros a un unicornio sélo para decir a continuacién que no es. La sustraccién sustrae materia, en efecto, pero qué materia puede sustraer que no sea el significado? El poema sustrae materia semAntica con- virtiendo a las palabras en objetos inestables, equivocos, contradictorios. “Los nombres no son estables” dice Pla- t6ri en su Carta VII (343a-b). Un poco porque “el peligro de darles nombres a las cosas es que después esperamos que las cosas se conformen a ellos”*. Y otro poco porque “las palabras s6lo acompafian a las cosas cuando se hace algo en grupo”. Y los poemas no se hacen en grupo. 21 Glenn Gould, “Radio as music” en The Glenn Gould reader, T. Page ed., Alfred Knopit, N. York 1984, p. 337 22 H. Miiller, El rey se inclina y mata, traduccién de Isabel Garcia Adénez, Siruela, Madrid 201, p. 12. La sustraccién, sin embargo, no es un proceso simple (C 171). Es un acto que envuelve cuatro operaciones: 10 indecidible, lo indiscernible, 1o genérico y lo innom- brable (C 172), El desarrollo formal de estas euatro ope- raciones se encuentra en la “Conferencia acetca de la sustraccién” (C 171186). Diré algo apenas ilustrativo sobre las tres primeras porque quiero, en lo que sigue, concentrarme en la dltima. Un lenguaje esté regido por un sistema de reglas que de- terminan si ciertas construcciones estin bien formadas {ramaticales) 0 no (agramaticales). Ast, por ejemplo, la gramética del castellano indica que una construccién como “La sonata esti compuesta en do menor” es gra- matical, pero “Sonata do compuesta la en menor esta” no lo es. Supongamos, sin embargo, que existe tina cons- tuceién respecto de la cual el sistema no puede decidir si es gramatical o no. Un enunciado tal seria indecidible para la gramatica. Badiou oftece ejemplos extrafdos de Tenguajes formales (la logica y las matemiticas). 2s po- sible citar casos extraidos de lenguajes naturales, del eas- tellano por ejemplo? Una primera aproximacién: intente elector decidir cual es la forma correcta (gramatical) del verbo estar con Ja cual completar la frase siguiente: @ Marfa oyo. despierta (6) a las cuatro. Las opciones son, (1a) Maria o yo estard despierta a las cuatro, (tb) Marfa 0 yo estaré despierta a las cuatro. Ge) Maria 0 yo estaremos despiertas a las cuatro, 56 En rigor, no hay solucién. La gramética del castellano no puede decidir cual es la forma correcta. Sin duda, la Academia de la lengua puede decidir por ucase qué forma se usa, pero eso no tiene ningfin interés. Lo im- portante es la duda que se establece en los hablantes nativos de la lengua, y que los hace diferir unos mo mentos una resptiesta—o decidirse por una paréfrasis del tipo ‘A las cuatro Maria estard despierta o yo es- taré despierta” para evitar el problema. La frase (1) es indecidible para la lengua, aunque pueda no serlo para los hablantes. Lo mismo ocurre con ciertas formas del diminutivo en castellano. No dudamos cuando se nos pregunta por el diminutivo de “sapo” y ofrecemos in~ mediatamente “sapito”, 0 de “avién” y damos “avionci: to”, Pero ante “tribu” qué decimos: “tribita” o “tribuci- ta”? Tal vez existan mejores ejemplos, pero el punto es que existen ciertas construcciones lingiiisticas ante las que dudamos o diferimos una respuesta y esa es una sefial més 0 menos clara de que el sistema de reglas que tenemos internalizado no tiene un procedimiento de evaluacién para ellas, Tales formas son indecidibles, La gramatica no puede decidir si alguna de ellas es gramatical o no, “Lo indecidible es pues lo que se sus- trae de una clasificacién supuestamente exhaustiva de Jos enunciados” (C 172). Producimos, enunciamos mas de lo que el sistema aparentemente permite. El mismo sistema lingiifstico puede enfrentarse a una situaci6n distinta. Supongamos que hay dos construc: ciones que arrojan el mismo valor cuando estén inser- tas en una cierta frase. El castellano tiene un caso claro de esta situaci6n: la distincién entre hubiera y hubiese, st EL PENSAMIENTO DEL POEMA Jas dos formas del pretérito del subjuntivo, Asf, las si- guientes dos frases son indistinguibles: 2) Nocreo que juan hubiora cantado sin autorizacién. @) — Nocreo que Juan hubiese cantado sin autorizacion. Las dos frases son correctas (gramaticales) pero son lo que Badiou llamaria indiscernibles. El sistema lingtifs- tico no puede atribuirles valores diferentes a ambas. Como dice Badiou “indiscernibles son dos términos que se permutan en vano” (C 173). En este caso “lo indiscer- nible es lo que se sustrae a la diferencia” (C173). Hay wna tercera operacién que Badiou denomina lo ge- nérico. Genérico es un término que no es delimitable por un predicado de Ia lengua debido a un exceso de determinaciones. La operacién de genericidad sustrae todo lo que es ornamental en una palabra, en una frase, enn texto, Badiou encuentra esta operacién en ciertos textos de Samuel Beckett y en ellos halla “el tratamien- to mediante la escritura solo de aquello que constituye una determinacién esencial” (C 314). El mecanismo de Beckett es hacer listas “de lo que debe ser perdido para que advengen las funciones genéricas" (C 315). Pero, en general, cualquier término de la lengua, “perro” por ejemplo, viene sobreadornado de determinaciones acci- dentales. Un trabajo de Ia escritura ser‘a el de separar 23 Una de esas listas Badiow Ia encuentra en Fragmentos de Teatro Ii: "Trabajo, familia, tercera patria, historias de nalgas, arte y na- turaleza, fuero interno, salud, alojamiento, Dios y los hombres, ‘otros tantos desastres.” 58 Variaciones sobre un tema de Badiou esas determinaciones para entregarnos al perro genéri- co despojado de sus “epitetos desagradables” y “calami- dades laterales", como las llama Badiou (C 318). Ta cuarta operacién subsumida bajo el concepto de sus- traccién es la nominactén—y es en la que nos detendre- ‘mos un poco mis. Recordemos el rescate platénico de Badiou. La “antigua discordia” entre poesia y filosofia puede reducirse a la oposicién entre poema y matema, o lo que es lo mismo, ala oposicién entre la nominacion y la dianoia. El poe- ma nombra (segdin Plat6n lo hace por imitacién lo que lo separa doblemente del acceso a la Idea) y el matema discurre y deduce de acuerdo a reglas. Pero ahi donde Platén rechaza al poema (salvo aquellos que cantan himnos de exaltacién del Estado) y se queda con el ma- tema como la herramienta privilegiada del pensamiento CMnBerg aye@petpnzog eovto pov tv cteynv”, que nadie ignorante de la geometria entre bajo mi techo), Ba- diou quiere justamente rescatarlo y hacerlo instrumen- to del pensamiento. “O bien la nominacién, tal como lo desea Wittgenstein, no es un pensamiento, y entonces el poema es destituido de toda funcién pensante y solo es (..) una instancia verbal del silencio—O bien, tal como declara le filosofia, la poesia es un pensamiento y hay que reintroducit, entonces, la nominacién en el pensamiento” (AW 46). Veamos cémo maquina Badiou esta reintroduccién, El poema nombra, en efecto, pero el poema no nombra como nomibramos cotidianamente. Nosotros, sin duda, 59 ‘BL-YBINSAMILNTU DEL POEMA, les ponemos nombres a las cosas, nombres comunes (a esto lo Hamamos “Arbol” y a esto otro “rfo”) y nom- bres propios (a esto lo llamamos “Jaime”, y a esto otro “Perd”), ete. Pero eso en verdad no tiene mayor mérito y lo hacemos todo el tiempo. Ponerle nombre a algo o ponerle otro nombre a un objeto que ya tiene uno, es un ejercicio que puede resultar conveniente o ingenio- 80 pero no mucho més. ¥ se hace constantemente. Ast no nombra el poema. El poema, hemos visto, reniega del objeto (QPP 19), con el que no guarda ni aprehen- si6n (QPP 20) ni relacién directa alguna, El poema (al menos, el que nos interesa aqui, el que hace borde) no habla de objetos ni de lo que ocurre alld afuera en el mundo. Si el pocma nombra, entonces, debe nombrar otra cosa y la tinica otra cosa disponible que el poema que opera sobre el lenguaje puede nombrar, es un nom- bre. El poema nombra nombres, nombra nombres (de objetos) pero no nombra objetos. El poema no le pone nombres nuevos a los objetos sino a los nombres que les Pponemos alos objetos. Por ejemplo, al nombre “avién’ lo puede llamar “perro”. El poema es, entonces, una ope- raci6n sobre el lenguaje y no sobre eso que suponemos “alla afuera” y que a veces denominamos “la realidad”, poblada de objetos y eventos. En efecto, el poema nombra. Pero al nombrar se enfren- ta con dos obsticulos. Uno, geémo hacer pata que los nombres del lenguaje no poético, que estén construi- dos para la generalidad (atin los nombres propios, que pueden pluralizarse, por ejemplo), cémo hacet para que Variaciones sobre un toma de Badiow hablen de una singularidad, de un objeto particular2® Eltriunfo del haiku es visto muchas veces como un for- zara que el lenguaje aterrice en un punto concreto. Por ejemplo, el siguiente haiku de Kobayashi Issa una tana entra por mi puerta sin darse cuenta Una rana es una rana eualquicra, es todas las ranas. Lue- go viene el proceso de singularizacién: una que entra por mi puerta y esa rana “no se da cuenta". No se da cuenta de mi, del tf de “mi puerta”, del poeta... La generalidad del lenguaje se ve forzada, meticulosamente, a des-ge- neralizarse para hablar de una singularidad. Obsérvese gue el nombre propio no ayuda aqui, porque la rana no ngulatiza adjudicdndole un nombre. Entonces, si el obstéculo del poema trata de forzar esa singularidad, el de la fotografia es el inverso, el de forzar una gencralidad a partir de una singularidad (es decir, que esa rana foto- grafiada restiene més alld de si misma). Y dos, el segundo obstéculo es que, como hemos afi mado, si bien es tina rana “de lo que habla” el poema, no es una rana lo que el haiku nomina, por la sencilla 24 Comenté este obsticulo en El mds erudo invierno, Fondo de Cul- tura Econémica, Lima 2016, pp. 79-80, de donde saco el ejemplo que sigue. 25 Para una breve expansién de este punto ef. M, Montalbett, El més crudo invierno, Fondo de Cultura Econémica, Lima 2016, pp. 2h y 79-80. 6 EL PENSAMIENTO DEL POEMA razon de que las ranas ya tienen nombre, a saber, rana. La nominacién ha ocurrido de otra forma, ha forzade otra cosa ademés de la singularidad de una rana particular, Badiou va mas alla atin y afirma que “la poesia es la creacién de un Nombre-del-ser anteriormente desco- nocido” (AW 46). Pero ya hemos concedido que la poe- s{a no tiene nada que ver con la realidad, ni con sus ob- jetos ni con sus eventos. gCémo es que la nominacién tiene acceso al Ser (con o sin maytiscula) asi sélo sea para nombrarlo? El rescate platonico parece interve- nir aqui con fuerza plena. Comentando el escepticismo borgiano respecto de la traduccién, hemos entrevisto la posibilidad de que lo que se traduce no es el material verbal mismo del poema sino el vacio que éste encierra y que finalmente corresponderfa @ la idea pensada por el poema. Si lo que toda multiplicidad tiene en comin con cualquier otra es una sola cosa, a saber, el conjunto vacio zes el poema, entonces, la fabricacién de un Hae bre nuevo para ese vacio? “El tinico axioma de la poesia es: Todo lo que participa del ser, sea simple o infinita- mente miiltiple, tiene un nombre. Lo dificil es inventarlo| (AW 46). ¥ es por ello, afiade Badiou, que “la poesia uti- liza, para esa invencién inaudita, los maximos recursos de la diferencia, inclusive sonora, entre nombres de la lengua heredada” (AW 48). Elpoema nombra—pero lo hace sustrayendo, operundo sobre el lenguaje con mecanismos que extraen del len- Variaciones sobre un tema de Badiot (mediante la indecidibilidad y la indiscernibilidad), ye sea para despojarlo de sus adornos indispensables pars entregarlo a la genericidad. Pero a esos tres mecanis mos de la sustraccién se le afiade uno cuarto que es, en cierto sentido, la versién positiva de la sustraccién, la nominacién. El poema nombra, nombra con un “Nom- bre-del-ser anteriormente desconocido” 0, como quiero sugerir aqui menos metafisicamente, nombra nombres (anteriormente conocidos). La nominacién poética aparece entonces como el me- canismo central que abre la puerta a los dos mecanis- mos responsables de hacer que el poema piense, a la sustraccion negativa y al segundo mecanismo aludido por Badiou, la diseminacién. Los mecanismos negativos y positivos son distintos pero estén interconectados. Son distintos porque hacen cosas distintas (Badiou dird que hacen cosas opuestas (QPP 20); pero ambos estén conectados umbilicalmente por lo que constituye uno de los conceptos basicos del esquema de Badiou que emana de sus consideraciones sobre la nominacién, la idea de lo innombrable. Lo que no tiene nombre. No el objeto que no tiene nombre sino el nombre que no tiene nombre, Lo innombrable no es, por lo tanto, un resabio mistico que nos pone de cara al silencio; no es ponerle un nombre a un objeto que no lo tenia ni ponerle otro a uno que ya lo tiene. Lo innombrable es lo que fuerza y dirige la actividad poética como forma de pensamiento. Bs “lo que se sustrae al nombre propio” (C 177). Si algo (materia semantica). Asi, 10s mecanismos del poema pensante est4n articulados en torno a lo innombrable. Y todo esto parece estar al servicio de resistir y romper contra la clausura sem&ntica que hemos venido asu- miendo desde un comienzo. 6h a Antes de pasar a examinar la diseminaci6n, vale la pena insertar aqu{ una aplicacién que Badiou hace de su teo ria sustractiva. Aparece en “El método de Mallarmé” (C 97-120) donde Badiou examina un poema de Mallarmé (A la nue accablante tu). Badiou sostiene que el método de Mallarmé consiste en inscribir una falta o callarla (C 98). ¥ el pivote del método mallarmeano es formal. Eso quiere decir que las operaciones sustractivas del poe- ma, las que sustraen e instalan la falta, son gobernadas por la sintaxis. El propio Mallarmé lo explica ast: "7Qué pivote busco en esos contrastes con la inteligibilidad? Es necesaria wna garantia—La sintaxis.” (C 98°). Ahora bien, Badiou cree, respecto del poema de Mallarmé, dos cosas: (1) que la restitucién de la carencia/falta extrafda por el poema es filos6fica (C 98) y (2) que la restitucién de la carencia/falta comienza por una “traduccién” que entregue el pensamiento del poema. Y esto lo logra Be diou mediante (léase lo siguiente lentamente), median- te una “reconstruccién” del poema, “donde el poema es retirado de toda poesia, librado a su prosa latente, para 26 El original de Mallarmé aparece en su texto “Le mytére dans les, lettres", aparecido en La revue blanche (I de setiembre de 1896). 65 Variaciones sobre un toma de Badion La metéfora no s6lo limita con sus propios limites. Los mecanismos de sustracciéi y diseminacién aus- piciados por Badiou pueden encontrarse también en otras operaciones con resultados similiares. En un breve texto sobre Jorge Eduardo Eielson, (en parti- cular, sobre un periodo de su obra, el que antecede a Habitaci6n en Roma) José Ignacio Padilla ha iluminado mecanismos del poema que generan dichos resultados similares, resultados que él llama “des-identificaci6n, anti-expresividad, des-materializacién” y finalmente “anti-representacién"™®, La importancia del andlisis de Padilla radica en que nos pone de cara a los logros di- seminativos de Badiou por otros medios, sin tener que recurrir a la figura de la metéfora, o recurriendo a ella para traspasarla, pero al mismo tiempo adjudicdindo- se para sf los resultados de los mecanismos sustracti- vos del poema. Para Padilla, ademés, estas operacio- nes que efectéia Eielson constituyen una “higiene del lenguaje”y menciono esto porque en la siguiente 40 J.1 Padilla, “Eielson post-simbélico / Escultura de palabras" en Pesa- palébra, Boletin de poesta y ertica, (N° 2) Lima 2018,, pp. 40-44. A Ibid., pat. seccién haré ver que todo esta est conectado con un episodio de salud péblica. Hay un poema de Fielson que merece notarse especial- mente, titulado “Inventario”. astros de diamante cielo despejado Arboles sin hojas muro de cemento puerta de hierro mesa de madera vaso de cristal humo de tabaco taza de café hoja de papel torre de palabras hoja de papel taza de café humo de tabaco vaso de cristal mesa de madera puerta de hierro muro de cemento Arboles sin hojas ciclo despejado astros de diamante Para Padilla “fel poema] despliega dos escenas de len- guaje que entran en conflicto.” La primera seria lade un 90 “sujeto-pocta que esté escribiendo con un cigarrillo en una mesa y que ve un cielo despejado y érboles sin ho- jas’. La segunda “la representaci6n en un poema de wn suijeto que estd esctibiendo, un simulacro del momento de la representaci6n”®, En la segunda escena, entonces, el sujeto escribe que escribe, en un gesto auto-referen- cial y por ello el poema repite especularmente la prime- ra escena: en la primera se va de los astros ala hoja de papel en la que se escribe el poema, en la segunda se va de la hoja de papel alos astros. La bisagra entre ambas escenas es el verso “torre de palabras”. Padilla sugiera que esta “torre de palabras”, como verso autto-referen- cial, hace que el poema cancele la distancia entre repre- sentacién y objeto y se vuelva, é mismo, una cosa més en el mundo, una torre de palabras, literalmente—o tal como él o llama, una “escultura de palabras”. En conse- cuencia, “al hacer un inventario del mundo, el poema se muerde la cola, puies termina inventarifndose a si mis- mo”, se vuelve una cosa mis al lado de la taza de café. Qué ha hecho el poema? Padilla sostiene que “ha desple- gado sus propias coordenadas de pereepeién"*. El nom- bre que nombra los objetos del mundo (astro, cielo, érbo- les, muro, etc.) es a su vez re-nombrado con los mismos nombres. El nombre “astro”, por ejemplo, que nombra un astro en la primera escena, nombra ahora al nombre “astro” que nombra un astro. Este es el procedimiento de morderse la cola altidido, Para lograr que el poema se co- 42 Ibid, pp. 42-48 43 Ibid, p.43. 4 bid., p43. EL PENSAMIENTO DEL POEMA sifique, para que se vuelva un objeto més en el mundo, debe perder significacién y reducirse a nombre, ya sea a nombre de objetos o a nombre de nombres. Peto tal vez el proceso de cosificacién requiere de algo m4s. No es su- ficiente reducirse a nombre; parece indispensable que l nombre asi reducido, no nombre, no nomine: el poema debe asomar como nombre que no nombra. Un proceso semejante de reducciones cosificantes y anti-representacionales ocurre en otros dos poemas examinados por Padilla. Uno, Caso nominativo”, es un poema en el que Eielson se pregunta qué ocurriré mafiana cuando “el gato [se ame] cielo”, otro, “Azul ul- tramar”, es un poema en el que los nombres “corazon” y “saxofon” entran en un intercambio voraz, estimu- lados por su propia materia fonica y no por un simple re-nombramiento de objetos. Padilla, via Eielson, pare- ce ofrecer un ejemplo transparente de la diseminacién por metaforizacién infinita de Badiou. Pero sien Badiou Ja diseminacién era horizontal, en Padilla se trata de una metaforizacién (o re-nominacién) que opera au- to-referencialmente, como si el desplazamiento de los nombres ocurriera dentro del nombre mismo y no al exterior de éste ‘odo esto hace sospechar a Padilla de que lo que est en juego aqui es un mecanismo anamérfico que enca- ja muy bien con su idea de que los poemas despliegan sus propias coordenadas de percepcién. No se trata de metéfora, por lo tanto, sino de anamorfismo. Como lo define Zizek, el cambio de perspectiva provocado por el anamorfismo produce una alteracién completa del sis- Variaciones sobre un toma de Badiow tena simbélico (léase del sistema de significantes) por el cual a pesar de que nada cambia en la realidad, en el mundo de los objetos, stibitamente nada queda como antes, Si los nombre re-nombraran objetos el cambio serfa efectivo y horizontal, pero como el cambio esal in- terior del lenguaje (nombres por nombres) nada parece afectar al mundo como tal. Cierto, los efectos anamérfi- cos son efectos esencialmente épticos que se manifies- tan paradigméticamente en objetos visuales (un caso emblematico es el cuadro “Los embajadores” (1533) de Hans Holbein) pero Padilla traslada el efecto al poema. Hay un complemento, por lo tanto, a los procesos sus- tractivos en Rielson (a Ja des-identificaci6n, a la anti- presentacién, etc.) que culminan en la cosificacién del poema, En efecto, uaa vez que el pocma cancela toda po- sibilidad de referir y de significar el poema asoma como una cosa mas en el mundo. Pero eso no es suficiente para que el poema piense. El poema como cosa o piensa. El complemento indispensable es que una vez cosificado el poema debe entrar en tensién con el poema, digamos, plenamente significativo. Y esa tensién es la que viene a ser pensada por el anamorfismo: el poema puede verse como A 0 como B, como objeto significante o como obje- to cosa, pero si lo ves como A ya no lo puedes ver como By viceversa. El poema mismo se vuelve indecidible y ya no por una mera disyuncién gramatical sino por una disyuncién perceptiva. $i nos decidimos por A o por B debemos mantener en suspenso, pero no attsente, la 45S. Zizek, For they know not what they do, Prefacio a la segunda edicién, Verso, Londres 2008 (1991, p. bexxwi, posibilidad no elegida. Y es esa suspensién la que piensa, constantemente, su propia indecidibilidad. La contradiccién, sin embargo, es un pariente més radi- cal del anamorfismo y lo es porque la contradiceién nos pide considerar algo de dos formas distintas (opuestas) al mismo tiempo. El anamorfismo es mas amable: pue- des verlo de esta forma y entonces A o puedes verlo de esta otra y entonces B. Lo que la contradiccién pide es ver Ay B simulténeamente y més, porque la simultanei- dad ha de ser de dos propiedades opuestas. Por esto, bien el anamorfismo es esencialmente una cuesti6n de éptica, la contradiccién nunca lo es, No hay contradic- ciones visuales; hay paradojas visuales como las cons- trucciones de Escher. La contradiccién es una criatura del lenguaje verbal y sélo vive en él. Asi formulada, en st radicalidad, la contradiccién es “un rasgo definitorio” del lenguaje verbal’. Pero silo es, “si decidimos que Ia contradiccién define al lenguaje y el lenguaje al ser hu- mano, nos definimos, personalmente y en cuanto espe- cie, por la contradiccién. Que es decir la no identidad.”” Elataque més feroz contra la contradiecién se encuen- tra en el Libro Gamma de la Metéfisica de Avist6teles. Alli, Aristételes sostiene que “el principio ms firme de todos (..), aquél acerca del cual es imposible engafiar- se” es el siguiente, que “es imposible (..) que un mismo atributo se dé y no se dé simulténeamente en el mismo 4G C. Piera, "Contradiccion y'légics poética” (con. Quance) en Con- trariedades de! sujeto, La Balsa de la Medusa, Madrid 1993, p. 8. AT ITbid., p. 81. oa sajeto y en un mismo sentido”; y un poco més adelante: “es imposible, en efecto, que nadie crea que una misma cosa es y no es”, La contradiccién es, inicialmente, un efecto dela predicacién. No se puede atribuir (predicar) de un objeto que posea y no posea, simultineamente, ‘un mismo atributo. Es una contradiccién decir de un determinado perro que “es negro y no es negro simulté: neamente”; o qtie ese perro “es y no es ala vez". En tan- to efecto de la predicacién, la contradiccién es estricta- mente verbal. Una imagen no puede ser contradictoria. Tal vez por ello Lorca consideraba que la poesia “imagi- nativa” era la menos elevada de todas o simplemente un primer escalén en la construccién del poema'®, Aristételes advierte inmediatamente después de formu- lar su "Principio de no contradiccién” que es un Prin- cipio lingiiistico (no ontoldgico) y que es indemostra- ble. El mundo no ofrece ningéin argumento a favor del Principio—salvo el indirecto de que, en efecto, no hay casos de cosas que son y no son ala vez. Ceteris paribus, en un mundo sin lenguaje verbal no existe Ia contra- diccién. “Pero se puede demostrar por refutacién” dice Aristbteles®. La refutacién puede operar sélo si alguien Cel adversario", dice Aristételes) dice algo. Pero ya que viola el Principio de no contradiceién “no dice nada”, la refutacién consiste en hacerle ver que “no ha dicho 48. Arist6teles, Metaftsica de Aristételes, traduecibn de Valentin Gar- cfa Yebra, Rditorial Gredos, Madrid 1970, Libro T, 1005b 10-28, pp. 166-167. 49 Cf. Catlos Piera, op. cit, p.85. 50 Aristoteles, op. eit., 1006a, p. 169. 95 MIENTO DEL POEMA nada”. Y, a continuaci6n, Aristételes siembra una ana- logfa curiosa: aquél que enuncia una contradiccién es “semejante a una planta” porque, como las plantas, no dice nada. No decir nada es no significar. Aristételes sospecha que aquél que dice “el hombre es ciego y no es ciego (a la ver)” podria argumentar que no dice “hombre” en el mismo sentido, El término podria significa “animal bi- pedo” o “animal que eseribe” y podria no ser eiego como Jo primero pero sero como lo segundo. En otras pala- bras, uno podria argilir que se trata de anamorfismo (de ver tn término bajo cierta definicién o bajo cierta otra) y no de contradiccién. A esto es a lo que Aristételes Ila- ma homonimia. Pero Aristételes justamente bloquea esta puerta de escape diciendo que “hombre” solo pue- de significar una cosa y “por significar una sola cosa en- tiendo lo siguiente: ‘hombre’ es ‘tal cosa’ y si algo es un hombre, ‘tal cosa’ seria la esencia de hombre”®. Dar el significado de un término supone dat su esencia. Y afia- de: “el no significar una cose es no significar ninguna”™®. Este ataque frontal a la homonimia hace que asomen con mas claridad ciertos vicios lingiiisticos que residen fuera del significar-la-esencia, Algunos de éstos serian, a) 1a homonimia propiamente dicha: si“a lo que noso- tros llamamos “hombre” otros [lo] aman “no-hombre” (10006). S1_homoios phytoi, Ibid, 1006a, p. 170. 52 Anistételes, op. cit.,1006a, p. 171. 53 Aristteles, op. cit,, 1006b, p. 172 Variaciones sobre un tema de Badiow b)laficcién: el signo sin cosa, el hircociervo, tragélaphus De interpretatione 1a 16). ©) hablar por hablar (legein logou kharin): (1009a). @) ser “como una planta” (1006a): no dice nada porque no significa nada (asimilable al caso (c) de hablar por hablar). Aristoteles ha conectado dos grandes casos de no decir nada: contradiceién y homonimia. La contradiccién es tha cuestién de predicados, de predicar cosas opuestas de un mismo objeto (en un mismo sentido y simulté- neamente). La homonimia es una cuestién de la uni- cidad de la significacién. Barbara Cassin® ha sefialado que Lacan traté de condensar “sentido tinico” y “falta de sentido” (= no decir nada) mediante la formula “l’un- sens” que es homonimica y que trata de unir los senti- dos “uno” y “no” en una sola expresién sonora. Ahora entendemos mejor que la gran clausura seman- tica del lenguaje (lo que separa lo que es lenguaje de lo que no lo es) tiene nombre propio y ese nombre es Arist6teles. El Principio de no-contradiccién es lo que Cassin misma denomina “la escena primitiva’™ del lenguaje. El segundo gran logro de Aristételes es el de haber creado una nueva especie de ser humano: el hom- bre-planta, el que habla por hablar, el que no dice nada. No hay mejor caracterizacién del poeta. 54 B, Cassin, Jacques ef sofista. Lacan, logos y psicoandlisis, wadue- cién de Irene Agoff, Ediciones Manantisi, Buenos Aires 2013, [2012 p.101. 55 Ibid. p. 93, La funcién esencial del lenguaje clausurado por el sig- nificado-inico es Ia de esconder todas las aparentes de- ficiencias del lenguaje no clausurado. Decir-algo es po- sible solamente bajo los efectos de dicha clausura. Y el mecanismo central de dicha clausura es el Principio de no contradiceién, el gran “tapa-agujeros del lenguaje”™. Principio que, recordemos, es indemostrable. Regreso a Piera: “astmir la contradiccién conlleva una forma determinada de radicalidad, que supone, en par- ticular, partir de un lenguaje en que éste no admite imé- genes”*", Una radicalidad superior ala del anamorfismo (que queda anclado en la visualidad) y a la de la indeci- dibilidad gramatical. Aqucllo. que asume la contradi cién no es otra cosa que el poema (la poesia, dice Pie- ra). Para pensar, el poema debe abandonar la imagen; el poema no piensa visualmente. Bien, pero hay algo més la contradiccién que el poema asume para pensar, para hacer borde, para dibujar los limites del lenguaje, dis- tingue a su vez al poema de la prosa—cuyo compromiso (pacto2) con la verdad, 0 con cierta nocién de coheren cia discursiva, 0 con la visualidad, no le permite acceder al borde*. La “ciudad prohibida” del lenguaje no es una construccién interior sino engaiiosamente perifética. 56 Ibid, p. 93, 37 C. Piera, op. cit, p. 8 58 Ibid, p. 82 98 “La sintaxis no es poetizable” (QPP 75) dice Badiou. Lo que es lo mismo que decir que no es nombrable. Tal vez la raz6n de ello sea la que postil6 Mallarmé, que siem- pre debe existir uma garantia del poema y esa garantia es la sintaxis. 2Y sino hay garantia? 20 sila falta misina de garantfa ¢s la falta en el centro del poema? Vallejo forcejea con esta idea en un poema singular de 1937, La paz, la abispa, el taco, las vertientes, el muerto, los decilitros, el bitho, los lugares, la tifia, los sarcéfagos, el vaso, las morenas, el desconocimiento, la olla, el monaguillo, las gotas, el olvido, 1a potestad, los primos, los arcéingeles, la aguja, los pAtrocos, el ébano, el desaire, la parte, el tipo, el estupor, el alma... Dictil, azafranado, externo, nitido, portitil, viejo, trece, ensangrentado, 59 C. Vallejo, Poesta completa, edicién y notas de Ricardo Gonzilez Vigil, Ediciones Copé, Lima 2018, pp. 505-506, 99 PLPENSAMIENTO DEL POEMA fotografiadas, listas, tumefactas, conexas, largas, encintadas, pérfidas... Atdiendo, comparando, viviendo, enfureciéndose, golpeando, analizando, oyendo, estremeciéndose, muriendo, sosteniéndose, situdndose, llorando... Después, éstos, aqui, después, encima, quizé, mientras, detrés, tanto, tan nunca, debajo, acaso, lejos, siempre, aquello, mafiana, cudnto, seudntol... Lo horrible, lo suntuario, lo lentisimo, lo augusto, lo infructuoso, lo aciago, lo crispante, lo mojado, lo fatal lo todo, lo purisimo, lo lébrego, lo acerbo, lo satanic, lo tactil, lo profundo... La primera reaccién de una buena parte de la critica ha sido Ilamarlo un poema experimental. Pero ya sabemos que cuando la critica llama a algo experimental es porque no entiende muy bien lo que esté pasando 0 porque lo tra- ta como material de investigacién para futuros poemas pero que el poema mismo, como tal, probablemente no est4 acabado ni pertenece al canon oficial; el poema ex- perimental es una especie de bizarra atracci6n de feria. Es posible que el poema se tome por “experimental porque es visto como tn instrumento ltidico al servicio de un juego combinatorio, Tomamos un elemento de | | | | | | Variaciones sobre un tema de Badion aca y otro de alld y el resultado... deberfa darnos un ver- 80. Por ejemplo, si tomamos un elemento de la primera estrofa, otro de la segunda y asi sucesivamente, pode- mos llegar a armar un verso como las vertientes conexas ardiendo encima lo horrible. Se trataria de un juego y, sin duda, es posible tratarlo como tal. Peto sospecho (o quiero creer) que lo que est haciendo Vallejo es otra cosa, Lo que esté haciendo Vallejo con este pocma es hacer borde en el sentido que hemos indicado al inicio, es ubicarse en los limites del lenguaje y es, precisamen- te, enfrentatse con el gran innombrable del lenguaj Esti claro que el poema esté construido en base a estro- fas que parecen clases de palabras. En la primera estro- fa hay frases nominales, en la segunda adjetivos, en la tercera gerundios, en Ja cuarta hay un poco de todo (ad- verbios, pronombres, defcticos...), y en la quinta nomi- nalizaciones de adjetivos. Hay mas. Dentro de cada es ‘rola hay pequehios gestos dindmicos, En la primera hay alternancias entre el género y el nfimero de sus elemen- tos; en Ja segunda los dos primeros versos contienen ad- jetivos no-femeninos y los dos segundos femeninos; en la tercera los gerundios aparecen a veces como tales y a veces como formas “pronominales” (ineluyen el morfe- ma se al final); en Ia cuarta las dos primeras palabras y las dos dltimas se repiten; y en la diltima los neutros se imponen casi sin variacién formal, todos con adjetivos, todos no-femeninos. Las estrofas son clases de palabras y dentro de cada una de ellas, Vallejo permite pequefios gestos entre sus elementos, pequefios movimientos, al- ternancias, diferencias. Hay, sin embargo, una falta inmensa en el poema, un hueco alrededor del cual las cinco estrofas orbitan, yo dirfa, desesperadamente. Lo que falta en el poema es sintaxis. Casi. No falta completamente porque cuando Vallejo escribe la paz ya hay sintaxis en ese sintagma, hay una relacién entre el determinante y el sustantivo; lo mismo cuando en Ia tiltima estrofa escribe lo horri- ble, Pero dejando eso de lado, lo que hace Vallejo es qui- tarle (0 no ponerle) sintaxis al poema, qutitarle las co- nexiones que se establecen entre las palabras, aislarlas en una enumeraci6n infértil. Por ello, el poema nunca agarra vuelo porque no hay sintaxis que lo lance. En eso se parece a esas aves que van de saltito en saltito y que no alzan vuelo. Dan dos, tres pasos sélo para dar dos, tres pasos mas, pero el vuelo queda permanentemen- te frustrado. Bueno, curiosamente, a ese movimiento de las aves, de saltito en saltito, la ornitologia lo ama movimiento hifalto. Y eso nos recuerda algo que Vallejo habia escrito en Trilce VIII, que comienza ast, Majiana esotro dia, alguna vez hallaria para el hifalto poder, entrada eternal. Algunos comentaristas han visto en la forma hifalto un neologismo de Vallejo que puede derivar de cons- trucciones como “hijo + de + algo” (cf. “hideputa, hi- dalgo”... hifalto). Otros lo conectan a “falto de hijo”. No es imposible. Pero sospecho que fue Miguel Casado quien abrié la posibilidad de la lectura ornitolégica del 60 CE. n.93, p, 231 de Poesfa completa. 302 término“. Casado asocia cl movimiento hifalto a una condicién general de Trilce: “Asf, saltando y con insélito poder de penetracién se forja cada vez el engranaje de Ja estrofas: se exprimen al maximo los recursos locales, casi palabra por palabra, se fragmenta la lengua gene rando microzonas con sus leyes propias, se acolchan unos versos y se abre la respiracién en otros, se tensan repeticiones, suenan sentencias””. Es as como andan las palabras de la paz, la abispa.... a saltitos, sin lograr despeger, abandonadas a sus “recursos locales, casi pa- labra por palabra”. Pero por més que generen “microzo- has con leyes propias” (que en nuestro poema equivale a los pequefios gestos y alternancias al interior de cada estrofa) lo que les falta es sintaxis. Puede haber ritmo, escansién, enumeracién; puede haber contrastes gra- maticales y fonéticos, pero no sintaxis—-cuyo nombre no se puede nombrar. Por supuesto, el poema (la paz, la abispa...) no tiene titulo (nombre), como muchos de los fechados en setiembre de 1937. 2No es igualmente significativo que la estrofa de Teil- ce VIII en la que aparece el término “hifalto” aparez- ca también una contraccién sintéctica? Vallejo agrupa estotto (0, tal vez, esesotro como sugiere R. Gonzalez Vigil) quitindole, sustrayéndole, sintaxis al sintagma y lexicalizandolo: volviéndolo ave que avanza a saltitos Es decir, el impulso debe ser propio, no de la sintaxis. Lo que hay aqui es sustraccién a la Badiow, pero ya no 61 M. Casado, Un diseurso republicano. Ensayos sobre poesia, Li- bros dela resistencia, Madrid 2019, p. 138. 62 bid., p. 138, 103 EL PENSAMIENTO DEL POEMA sustracci6n seméntica sino, més radicalmente, sustrac- cién sintéctica. Y es la sustraccién sintéctica del poema Ja que tiene alguna posibilidad de hacer visible, al for- zatla, la innombrabilidad de Ja sintaxis. Vallejo intenta sustracciones similares en otros dos textos. Uno, también de 1937, comienza “Transido, salo- ménico, decente..” y en él, los saltitos son un poco mas extensos que en “la paz, la abispa,..”. Por momentos, Va- Ilejo permite pequefios vuelos como “fulguré / volted, en acatamiento; / en terciopelo, en Ianto, replegése", peto inevitablemente cae nuevamente a tierra, a ese balbuceo intermitente de palabras. El otro, es un texto anterior perteneciente a Contra el seereto profesional (escrito entre 1923 y 1929) que leva el revelador titulo de “Magistral demostracién de salud pétblica"®}". El texto comienza recordando cierto suceso en el hotel Negresco en Niza pero inmediatamente Vallejo advier- te su absoluta incapacidad de relatarlo, ni siquiera “a la fuerza y revolver en mano"®. Como el campe6n de 63 C. Vallejo, Narrativa completa, edicién y notas de Ricardo Gon- zilez Vigil, Ediciones Copé, Lima 2013, pp. 219-221. 64 La importancia de este texto de Vallejo para acceder mejor pro vistos a los que estamos estudiando aqui me fue sugerida por la lectura que hace Juan Cristébal Mac Lean de "Magistral demos- tracién.." en “E] diecionario de César Vallejo” que aparece en La ‘mano que mira, Marginalia Editores, Santiago de Chile 2018 y Ediciones Libros del Cardo, Valparaiso 2018, pp. 28-42. Laleevura de Mc Lean, sin embargo, gira en torno a motives ligeramente distintos alos mios. 65. Ibid, p. 219. Variaciones sobre un tema de Badiow natacién de Kafka, Vallejo pudo haber dicho: en reali- dad no sé escribir. Siempre he querido aprender, pero nunca he tenido la ocasién (cf. C&A 38). Nada le sirve: “Ninguno de los accidentes del verbo. Ninguna de las partes de la oracién. Ninguno de los signos puntuati- vos.”* Més atin, dice Vallejo, “hay cosas mudas”, cosas a las que “ni siquiera les queda el nombre”®, Sintiéndose completamente impotente para expresar lo sucedido y luego de haber agotado lo que él llama sus “planes de expresién preconcebidos’, Vallejo toma una decision radical: salirse del espaiiol, salirse de la lengua. Recurre al francés (“idioma que conozco mejor, después del es- pafiol”*) creyendo encontrar en él ciertas posibilidades expresivas. Rescata palabras como “devenir”, ‘nuance, “cauichemat” y “coucher” pero nota algo curioso: dichas palabras Jo atraian “solamente cuando formaban fra- ses y no cada una por separado”™. Sélo cuando dichas palabras iban enlazadas a otras, esas cuatro palabras atractivas del francés posefan poder expresivo. Asi, la frase Voulez-vous coucher avec Whinefree? (emitida por un amigo a propésito de una muchacha inglesa) le daba a “coucher” el movimiento necesario que le per- mitia a Vallejo verter sus recuerdos de Niza. Igual oct- 11i6, en el mismo ejemplo pero esta vez en inglés, con la palabra “Whinefree’, Vallejo descubre, finalmente, que “las palabras que debian servirme para expresarme en 66 bid., p. 219, 67 Ibid.,p. 219. 68 Ibid. p.219. 69 Ibid., p. 220. 10 Ibid, p. 220. este caso, estaban dispersas en todos los idiomas de la tierra”™. Decide entonces elaborar un vocabulario con vocablos de diversos idiomas y lo construye siguiendo “el orden inmigrante [que es] el cronolégico de su adve- nimiento a mi espirita"™. Vallejo ofrece a continuacién dicho vocabulario, que transeribo: Del lituano: fliita - eimufaisti — meilla - fautta - fuin — joisja - jact - t4 — jen — ubo ~fannelle, Del ruso: mekiy ~ cheth — kotoplim — yakl - eto ~caloboletba — aabhoetnmb ~ohnsa~abymb — pasbhtih ~ciola —ktectokaogp ~oho~aecobianih — pyeckih — teopehile— col -rychtearmh, Del alemén: den - fru - borte - sig — abringer ~ shildres —fusande — mansaelges ~ foraar - violinistinden - moe tke ~ fierh - dadenspiele. Del polaco: ar — sandbergdagar — det - blivit - veder- bétande ~ tva — stora ~ sig - ochandra. Del inglés: red — staircase ~ kiss - and — familiar - life ~ officer - mother ~ broadcasting ~ shoulder - formely ~ two — any — photographer ~ at ~ rise, Del francés: devenir ~ nuance ~ catichiemar ~ coucher. Del italiano: ioltello - angolo — io - piros ~ copo. Del rumano: unchiu — noaptea® 1 Bbid., p. 220. 72 Ibid, p, 224 73 Ibid, p. 221 El vocabulatio es euestionable. Vallejo consigna “formely” en ingés y probablemente se trata de “formerly” y en frnés “catchie~ ‘mat” donde en la pagina anterior habia consignedo “cachemar”. Pero aadernés, no todas las palabras indicadas como del polaco o del alemén parecen corresponcler a formas existentes en dichas lenguas. 2Fue algo ue Vallejo escuché y luego transeribié fonéticamente como puclo? 2Se ‘tata de més juegos? zLa palabra “dadenspiele” en su Kéxico alemén es ‘caso una versién propia de "juego de dacios"? 108 Detengamonos un momento en este curioso vocabula- tio. Vallejo ha “salido del espafiol” y ha encontrado en este grupo de palabras extranjeras la materia verbal que busca para poder expresar su recuerdo de Niza. Algunas preguntas saltan espont&neamente: gqué posee “and” en inglés que no posca *y” en castellano (espaiiol)? Uno podria decir que suenan distinto y que la materia foniea es otra, Pero, entonces, equé posee “devenir” en francés que no posea “devenir” en castellano? No digo que la materia fonica sea exactamente la misma en ambos ca- sos pero la aproximacién es bastante cereana, Recordemos que Vallejo habia precisado que cada una de estas palabras aisladamente no hacia gran cosa y que cra solamente cuando formaban frases que adquirian el movimiento expresivo indispensable que buscaba. Y, sin embargo, Vallejo oftece una lista de palabras aisladas. Un dato significativo para explicar esta aparente incon- gruencia es que hacia el final del texto, Vallejo quicre “dejar constancia de dos circunstancias, de dos masas de guerra, de dos cortes de sesgo”™. La primera circuns- tancia es que “ninguna de las miltiples voces que la forman, puede, por separado, traducir mi recuerdo de Niza”. 2Lo traduce acaso su enumeracién en el vocabu- Iario? No lo parece porque no era eso a lo que se referia Vallejo cuando afirmaba que era sélo cuando se combi- naban dichas palabras con otras palabras en una frase (tal como el ejemplo de Voulez-vous coucher avee Whin- efree? demuestra) que adquieren posibilidad expresiva. No es pues la mera lista la que lo saca del problema, a TA Ibid. p. 221. w0T EL PENSAMIENTO DEL PORMA, pesar de que, una vez formulada Vallejo no hace nada con ella (asi como “no hizo nada” con las palabras de “la paz, la abispa,..”). La necesidad de la combinacion en frases para que las palabras adquieran movimien- to expresivo se vuelve evidente, negativamente, con la segunda circunstancia que menciona Vallejo y que es Ja siguiente: “el poder de expresién de este vocabulario reside, especialmente, en el hecho de estar formado en sus tres cuartas partes sobre raices arias y el resto sobre raices semitas"®, Con esta segunda circunstancia Valle- jo ve-establece la incongruencia que habiamos detecta- do, la de ofrecer un conjunto de palabras inertes y al mismo tiempo advertir que es sélo en su movimiento frasico que ellas adquieren poder expresivo. En efecto, Vallejo ahora sefiala que son las rafces (arias, semitas) de cada una de estas palabras individuales, las que le dan poder expresivo a la lista del vocabulario. Vallejo ofrece, sin embargo, una salida a esta incongruen- cia en su propio texto. Cuando él anuncia las dos circuns- tancias finales, las presenta como “dos masas de guerra, dos cortes de sesgo”. Es decir, las presenta como dos circunstancias encontradas, en pie de guerra una con- tra la otra, La indicacién parece evidente: las palabras y su combinatoria en frases son condiciones antagénicas. ‘En términos que retoman nuestra discusién general, la nominacién y la dianoia, el nombre y la sintaxis, son faerzas opuestas, que, tal como Badiou ha formulado, constituyen los bordes del lenguaje. Para Badiou, poema y matema son construcciones contrarias porque reali- 1S hid. p. 221. Vartuciones sobre un tema de Badion zan operaciones distintas. El poema nombra, el matema discurre (deduce). Pero si lo tinico que hace el poema es nombrar, entonces nos encontramos con el impase sobre el que ha puesto el dedo Vallejo. El nombre puro, la no- minacién pura, no producen sino un movimiento hifalto El nombre puro sélo da saltitos de gorrién. Lacan lo ha- bfa notado y lo expresé afirmando que “no es gran cosa nombrar”®, No lo es si no se ofrece el verbo que articula Ja sintaxis. Pero Vallejo lo habia advertido con anteriori- dad y eso es lo que ha mostrado en los textos que hemos examinado. Pero lo hace con el ojo puesto a lo que hemos denominado lo innombrable. En efecto, lo que falta, lo que falta radicalmente en “la paz, la abispa,...” es sintaxis. Y, sin embargo, la sintaxis es expresada en el poema. No sélo como hueco evidente, esto es lo importante, no solo como ausencia (o como falta) que el movimiento hifalto de sus palabras revela, sino como parte constitutiva del poema mismo, O, més precisamente, Vallejo no hace una sintaxis del vacio que lo volcaria de bruces en direcci6n al misticismo, ni exhibe la estructura sintactica que le da contorno al vacio de fondo. Hace otra cosa: pone la sinta- xis en el vacio y revela el vacio innombrable de la sinta- xis, La sintaxis deja de ser garantia mallarmeana. Tal vez ésta sea la “Magistral demostracién de salud pfblica” Veamos cémo se hace posible. Giorgio Agamben ha comentado la noci6n de resistencia que Gilles Deleuze introdujo en su célebre conferencia 76 J. Lacan, El triunfo de la religién precedido de Discurso a los ca- t6licos, traduccién de Nova. A. Gonzélez, Paid6s, Buenos Aires 2006 [2005] p. 88. del 15 de mayo de 1987 en la fundacién FEMIS titulada “2Qué es el acto de creacién?””. Si bien Deleuze nunca define “resistencia”, nosotros podemos, con Agamben, inferir que “resistir siempre significa liberar una po tencia de vida que habia sido aprisionada u ofendida’ (C&A 27), Con esto instalamos los tres términos centra- les de la cuestién: creacién, potencia, resistencia. Todo acto de creacién es un acto de resistencia porque libera una potencia que es interna tanto al acto de creacion mismo como al de resistencia. La potencia (dynamis) de la que habla Agamben es la hexis aristotélica, “la po- sesién de una capacidad o de una habilidad"—~“aquella que compete a quien ya ha adquirido el arte o el sabe correspondiente” (C&A 30). Asi, hablamos de potencia en el sentido de un poeta que posce la potencia (el ha- bitus) de escribir, pero no en el sentido de un nifio que puede convertirse en un poeta. La distincién es crucial porque “la potencia se define esencialmente por la posi bilidad de su no-ejercicio” (C&A 31). Por lo tanto, es in- dispensable ya tener el saber o el arte para ejercer esta potencia porque sino seria imposible no ejercetla. La potencia es la posibilidad de suspender el paso al acto. La impotencia, por lo tanto, “no significa aqui ausencia de toda potencia, sino potencia-de-no (pasar al acto)” (C&A 32). La potencia misma se define en términos de la impotencia; la potencia es la posibilidad-de-no. Pero, si esto es asi, gc6mo es posible pasar al acto? se pregunta Agamben, “Puesto que el acto de la potencia de tocar el piano para el pianista TT Laconferencia de Deleuze puede verse aqui: https://wwveyoutu- be.com/wateh?v=dXOzcexuTKs 0 es, sin duda, la ejecucién de una pieza en el instrumento, gqué sucede con la potencia de no tocar en el momento que comienza a tocar?” (C&A 33), Esta potencia-de-no es ‘exactamente la resistencia de Deleuze, pero entonces zes la resistencia a no-hacer vencida porla potencia de hacer? gE todo acto de creacién la derrota de la potencia-de-no? 2Es el poeta aquél que escribe como triunfo sobre el no escribir? Agamben tiene una idea distinta y m4s interesante. No se trata de que la potencia triunfe sobre la impotencia. Mas bien “cl pasaje al acto sélo puede suceder transportando al acto la propia potencia-de-no” (C&A 34). La resisten- cia es parte de la potencia y eso es lo que permite que la potencia se halle presente en el acto mismo. De lo con- trario, el acto se desliga completamente de la potencia que lo cre6, El ejemplo de Agamben es elocuente: Glenn Gould es el pianista que “toca con su potencia de no to- car” (C&A 34). No se trata de dos potencias distintas, una de hacer y otra de no hacer. La potencia de no tocar no pre-existe @ la de tocar, no debe primero anularse para poder tocar, La potencia de no tocar es una “resistencia interna a la potencia” (C&A 39). De esa forma, la paten- cia de tocar (resistencia interna incluida) emerge en la ejecucién misma. Esa es la maestria para Agamben, “la conservaci6n de la potencia en el acto” (C&A 35). En otro contexto” he propuesto que los poetas no s6lo debon crear poemas sino que también deben “salvarlos” El mds erudo invierno, Notas a un poema de Blanca Varela, Fondo de Cultura Beonétaiea, Lima 2016~eape- cialmente las pp. 48-61. am BL PENSAMIENTO DEL POEMA, y que la salvacién del poema consiste en devolverlo a su contingencia. El poeta, un ser contingente, produce una obra (el poema) necesaria, internamente necesaria La salvacién del poema consiste entonces en devolverle conitingencia al pocma, contingencia de la que fue des- pojada por el propio acto de elaboracién del poema. La resistencia al poema, la potencia-de-no presente en la potencia de escribirlo, al inscribirse en el poema mismo Jogra este objetivo: muestra, sin decitlo, que el poemano sélo podia no-ser, sino que podia ser distinto; es decir, muestra que el poema es de una contingencia esencial. Pero esa contingencia se observa solamente si el poema mismo ha guardado en sf la potencia de su creacién. 2Cémo se hace esto? Para Agamben mediante la auito-refe- rencia, “La gran poesia no dice sélo lo que dice, sino el he- cho de que lo est diciendo, la potencia y la impotencia de decitlo” (C&A 40). Lapresencia de la potenciaen elacto del poema es un gesto umbilical hacia su propia elaboracién. El poema no es el resultado final exclusivamente; el poe- ma es que eso que aparece como acto (el poema mismo) guarda una huella viva de Ia potencia e impotencia que lo cred. La auto-referencia hace que “la lengua est{é] expues- tay stispendida en el poema” (A&C 41) en una especie de ejercicio de auto-contemplacién. Para hacerlo, “desactiva y vuelve inoperosas sus funciones comunicativas e informa- tivas” (C&A 46), Esta exposicisn y suspensién de la lengua enel poemaes lo que el propio Agamben ve en “Trilce y los poemas postumos de César Vallejo, la contemplacién dela Jengua espaiiola” (C&A 46). Para esta contemplacién. Va- llejo “se sale del espaitol” ¢ intenta el paso atrés imaginario con el que comenzamos todo esto: el tratar de contemplar Variaciones sobre un tema de Badiow el lenguaje entero delante nuestro. Ese es el pensamiento del poema, lo que el poema piensa. Esta extensa colaboracién de Agamben con nuestros pto- pésitos debe hallar su punto de aterrizaje. Sea el siguiente. Tanto en “la paz, la abispa,..” como en “Magistral demos- tracién de salud pablica” Vallejo da, en efecto, una demos- tracién magistral de la potencia-de-no como forma cons- titutiva de la potencia a secas. Su potencia de escribir estd inseparablemente atada a su potencia de no hacerlo, Y su. potencia de no hacer se expresa manifiestamente en la au- sencia de sintaxis, en arrojar la sintaxis al vacio interno del poema. Lo que falta no es una falta sino una ausencia: algo que pudo estar pero que no esti. O algo que estuvo y que ya no esta. El cardcter de cosa ida, ausente, de la sintaxis permite exactamente el ejercicio de auto-contemplacién y auto-referencia que hace que el poema no sea puto acto fi- nal e inerte. Como afirma Agamben, la gran poesia no dice sélo lo que dice. A fin de cuentas uno puede sospechar que ‘Vallejo habla de la paz, de la abispa, de lo horrible, deo pro- fundo, etc. Pero el poema no va por ahf o no s6lo va por ahi. Lo que piensa el pocma no es aquello en lo que piensa. Las significaciones son desbordadas por este otro movimiento de resistencia y de suspensién de los poderes semanticos, comunicativos, informativos de la lengua. En otto poema de ese maravilloso lote de setiembre de 1937 (‘Quiere y no quiere..”®) Vallejo remarca lo que Badiou lamaria la indceidibilidad por disyuncién. Quiere y no quiere el hombre, es y casi no es. Pero, saber y comprender por 7 C. Vallejo, Poesia completa, edicién y notas de Ricardo Gonzalez Vigil, Ediciones Copé, Lima 2013, pp. 499-500. $e Shs one! qué es ast la vida (por qué tiene la vida este perrazo”) seria “padecer por ingrato” si lo hacemos “al son de un alfabeto competente”. Es decir, silo hacemos con la lengua como acto, sin potencia alguna, que es la lengua clausurada por la semantica. Aquello que no se puede nombrar, el nombre que no se puede nombrar, es la sintaxis puesta en vacto. a Las ideas de Badiow y las de Agamben sobre el poema no son divergentes, al menos no lo son si las conside- ramos a cierto nivel de abstraccién, En ambos casos se trata de exploradores que, machete en mano, abren tro- chas en un tetritorio desconocido, Badiot lo hace con la intencién de encontrar un claro en el que se pueda construir una morada estable para huéspedes constan- tes que quieran ampliarla y renovarla. Agamben lo hace con el propésito de construir cabafias provisionales para aquellos que quieran seguir explorando. Pero las ideas mismas sobre aquello de lo que va el poema, insis- to, no son divergentes. Creo que el residuo comtin es que la seméntica no es tan importante en todo esto. Que lo que dice el poema (yuna vez mis y por filtima vez, en efecto, el poema dice cosas) no es tan crucial como lo que el poema le hace al Ienguaje. Lo que le hace es borde (Badiou) y resisten- cia (Agamben). Ciertamente podemos idear claustras otras qué la seméntica, clausuras puramente formales o biol6gicas (como en Chomsky) pero atin estas fltimas, formales o biolégicas, coinciden en desenganchar el va- g6n seméntico. En esto, poema y matema no son muy us EL PENSAMIENTO DEI. POEMA, distintos. En todo caso, asumir la clausura semdntica nos ha permitido avanzar m4s de lo imaginado, Lo ima- ginado fue la posibilidad imposible de dar un paso atrés para poder contemplar el lenguaje entero delante nues- tro, Hay ciertas imagenes (a”in imposibles) que, como dijo Saussure, “no se pueden prescindir”®. Es posible que ciertas ideas de Agamben nos permitan definir un poco mejor esta vision imposible del lenguaje. Un concepto que Agamben ha trabajado con esmero es el de pobreza®, pobreza como forma de vida que emana esencialmente del fransciscanismo. La formula de Fran- cisco vivere sine proprio (vivir sin propiedad) y las con- sectiencias de rechazar la propiedad para “reivindicar la posibilidad de una existencia humana completamente por fuera del derecho” (C&A $0) enfrentan directamen- te las nociones de uso y propiedad, y sobre todo abren la posibilidad de poder “separar el uso [el uso sin dere- cho a uso]—llamado por eso usus fucti—de la propiedad” (C&A 51). Explica Agamben, “puede usarse algo sin te- ner no s6lo propiedad sobre ello, sino tampoco el dere- cho de uso o usufructo [..] como el caballo [que] come la avena sin tener ningéin derecho a cllo..” (C&A 51). 80 F. de Saussure, Curso de lingitéstica general, traduccion de Ama- do Alonso, Editorial Losada, Buenos Aires 1969 [1916] p. 45, nt— por mas que en sus Escritos sobre lingiifstica general, traduccion de Clara U. Lora Mur, Editorial Gedisa, Barcelona 2004 [2002}, p. 209, Saussure haya exclamado “No més figuras!” 81 CE Altisima pobreza. Reglas mondsticas y formas de vida, tradue- cin de Flavia Costa y Maria Teresa D’Meza, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires 2013 [20ti) y su version mas actual y més breve en C&A 9-79) Vartaciones sobre un tema de Badiou Me pregunto si no es posible concebir el lenguaje en términos similares, como tn loqui sine proprio (hablar sin propiedad). En ambos sentidos: por un lado, el de hablar sin cosas propias, sin apropiaci6n, el de hablar como el caballo que come avena; y, por otro lado, el de hablar sin la propiedad impuesta por las instituciones, sin la presetipeién académica. La pobreza no seria en- tonces solamente una forma de vida sino una forma del lenguaje, aquella que el poema demanda para si para poder ser, a sti vez, una forma de pensamiento. Hay dos formas de considerar la pobreza, positiva o ne- gativamente. La pobreza negativa es simplemente una renuncia a la propiedad, a los bienes, a la riqueza; una pobreza que esti vinculada al tener y no-tener. El as- pecto positivo de Ia pobreza, en cambio, no se afirma sobre el tener/no-tener sino se afirma sobre el ser, sobre el ser pobre. Agamben emplea dos ideas centrales para desempacar esto. Primero, echa mano de un texto de Heidegger en el que éste se pregunta "Qué significa pobre?”, pero lo descarta ripidamente porque Heideg- ger, al conectar la nocién de pobreza con la de carencia (ila riqueza es un no-carecer de lo necesatio—y un te- ner més alla de lo necesario—entonces la esencia de la pobreza debe ser un no-carecer de lo no-necesario y “ast ptecisamente pertenecer s6lo a lo no-necesario” (C&A 38) elabora una nocién de indigencia “que sigue depen- diendo de la riqueza” (C&A 58). Es decir, la perspectiva heideggereana sigue atada al tener/no-tener. El correc- tivo a la tesis de Heidegger, Agamben lo encuentra en 82M, Heidegger, La pobreza, Amorrortn, Macvid 2007 {1945}. un texto de Benjamin®. Benjamin no habla de pobreza sino de justicia, que define como un estado del mundo, “1a condicién de un bien que no puede devenir posesion [Besiez}” (C&A 60). La justicia asorna entonces como lo inapropiable y asi, como lo pobre (C&A GI). ¥ entonces Agamben enlaza esta conexi6n entre justicia y pobreza enladefinicién siguiente: la pobreza es la relacién con un inapropiable; ser pobre significa: mantenerse en relacién con un bien inapropiable (C&A G1). De esta manera, la tensién fransciscana entre propiedad y uso se restelve. Eluso no es otra cosa que “la relacién que el pobre tiene con el mundo en cuanto inapropiable” (C&A 61). Esta es la nocién clave de Agamben que queremos reseatar para nuestros propésitos: estar en relacién con un ina- propiable. Porque esa es la relacién que el poema expre- sa respecto del lenguaje™. Al inicio de este texto ofreci lo siguiente 83. W. Benjamin, Notizen zu einer Arbeit ilber die Kategorie der Ge- rechtigkeit [Apuntes pata un trabajo sobre la categoria de jus- ticia] en Frankfurter Adorno Blitter, vol. IV, Munich, edition texte lite 1995 [1916] —citado en C&A 123. 84 Agamben propone tes ejemplos de In relacién con cosas propiables: el cuerpo, Ia lengua y el paisaje (C&A 62), pero sus consideraciones sobre la lengua como inapropinble son distintas aque las nutestras. 18 como figura (imaginaria, imposible) del lenguaje como objeto cerrado (clausurado por la seméntica). En esta figura el poema y el matema hacen borde y existen en la petiferia del lenguaje. En tanto bordes, responden a la intersecci6n entre lenguaje (L) y no lenguaje (). Pero son parte del lenguaje, dijimos, de la misma manera en Ja que las murallas de una ciudad son parte de la ciudad. El poema en particular es parte del lenguaje a pesar de que la interseceién entre Ly E determina que, en tanto mecanismos y formas de pensamiento, no tienen sig- nificado. Por eso mismo, guarda relaciones peculiares con el cuerpo del lenguaje, con el discurso (fieticio y no ficticio) de la prosa y las ciencias naturales, Inclusive, suger{ que la prosa debia ser vista como una aplicacién del poema, de manera similar a cémo las ciencias na- turales son aplicaciones del matema. La figura presen- tada definia la frontera externa del lenguaje, la fronte- ra entre lo que es y lo que no es lenguaje. Pero ahora, gtacias al examen de las ideas de Agamben, estamos en condiciones de establecer un borde interno, al interior del lenguaje mismo, una frontera interna. Un borde del lenguaje consigo mismo. En nuestro simil: un borde de la muralla respecto de la ciudad. gPero entre qué y qué exactamente? Entre lo apropiable y lo inapropiable, en- tre la propiedad y el uso. El poema puede set visto entonces como la relacién con un inapropiable, No con lo que se tiene como posesion 0 propiedad. Lo que el lenguaje “tiene” son significados y el conjunto de todos ellos conforma lo que Sebastian de Covarrubias denominé en 161i el “Tesoro de 1a len- gua", Los nombres y sus significados (y sus significa- 9 EL PENSAMIENTO DEL POEMA ciones) pueden acumularse—y de hecho se acumulan y constituyen lo que llamamos “hablar con propiedad”. En cambio, hablar sin propiedad nos permite establecer una nueva perspectiva respecto de lo innombrable. Lo innombrable es Jo que no puede apropiarse,‘lo que no puede acumularse, La nominacién es un mecanismo sustractivo solamente si falla al nombrar, si encuentra una resistencia al momento de nominar. Resistencia que, como hemos visto, es parte de la propia potencia nominativa. Lo innombrable radica en nombrar sin poder nombrar. Lo mismo ocurre con la sintaxis, no es acumulable ni apropiable. Pero con la sintaxis ocurre un giro irénico. Hablar “con propiedad” sintactica nos permite darle vuelo a las palabras separadas, abando- nar el movimiento hifalto y acceder a la dianoia formal. Pero silo hacemos con pura potencia y sin resistencia no habremos dibujado los Iimites de sus posibilidades. La “magistral demostracién de salud pablica” de Vallejo no es sino encarar esos limites desde el limite y no des- de del interior posefdo por el lenguaje. En ambos casos (lo innombrable y la sintaxis) el poema establece una relacién con lo inapropiable del lenguaje: hablar como el caballo que come avena, sin derecho al lenguaje. Variaciones sobre un tema de Badiow 10 El resultado de todas las improvisaciones anteriores es que la oposicién inicial entre poema y matema puede ser sobreseida por esta otra: nominacién y sentido. EL poema participa de ambas, de la nominacién como no- minacién de lo innombrable y del sentido como articu- lacién (sintaxis). Este cambio debié ser claro desde el momento en que obseryamos que el Principio de Iden- tidad (a = a) y el Principio de no Contradiecién (- (a #-a)) rigen para el matema (sobre todo para el matema en el que piensa Badiow) pero no para el poema, que acoge la no identidad y la contradiccién sin problema; es decir, los principios aristotélicos tigen para el signo artificial pero no para el natural®*, Esto nos permita una modificacién de la visién imaginaria e imposible con la que comenzamos todo esto, la del lenguaje entero des- plegandose delante de nosotros. La modificacién con- siste en agregar un pequefio dispositivo éptico lacania- no que nos permite acceder a wna visin ligeramente distinta del lenguaje, tal vez un correctivo. Si antes lo 85 ‘Tomo la distineién de Mare Darmon (Ensayos acerea de la topo- logta lacaniana, traducci6n de Pablo Peusner, Letra Viva, Buenos Aires 2008 (1990). vefamos como un cuerpo sélido cerrado, ahora lo vere- mos de otra forma: bL b2 Es decir, ahora vemos que el Jenguaje tiene... jun hueco en el medio! El lenguaje tiene ahora dos bordes, uno ex- terno (bi) que distingue lenguaje (L) de no lenguaje (E),y otro interno (b2) que distingue L de... algo que por ahora no sabemos qué es y que designaremos preliminarmente como X. El poema, hemos visto, define bl y lo hace inter- sectando lenguaje y no lenguaje (Lm E). El poema defi ne el borde externo del lenguaje. Pero asoma ahora otro borde, al interior det lenguaje (b2), que ¢s un borde del lenguaje con X. Como se define X, entonces? zCuél pue- de ser la relacién de b2 con Ly con bl, el borde exterior? La primera pista es que X +E. Es decir, el hueco no es ura continuacién interna de no lenguaje. ¥ no lo es porque X es un sub-producto del lenguaje. Si hemos podido ho- mologar no lenguaje (E) con lo que Lacan denomina “la Realidad”, no podemos hacer lo mismo con X. La Realidad cs aquello hacia lo que apuntan todos los ejercicios refe- renciales (de significacién) de L, pero no los del poema. El poema tiene que ver con L pero no con E. Es con E que se cumple el sueiio pre-saussureano de que el lenguaje es una nomenclatura, El suefio pre-saussureano es el sueiio we aristotélico: al sonido /arbol/Ie corresponde el objeto bol’—via una afeceién del alma que no es otra cosa que lo que amamos significado. Saussure, y esta es su primera gran movida para constituir el estructuralismo tempra- no y destruir el suefio aristotélico, sefiala explicitamente que el lenguaje no es una nomenclatura y que la relacion con E es irrelevante para el sistema lingiifstico™. En bue- na medida, la finalidad de la clausura seméntica dela que hemos hablado al inicio se basa precisamente en esta co nexi6n referencial entre Ly £.(es decir, la Realidad), ypor ello, para Aristétcles, dar el significado de un término es dar la esencia de la cosa, Saussure oblitera el suefio aristo. télico y destierrs la cosa desplazdndola hacia la metafisica (“fundando, de paso, la lingitistica moderna), SiE puede asimilarse ala Realidad, X no corre la misina suerte. X no es tina pre-suposicién del lenguiaje sino un sub-producto del mismo. Es lo que Lacan denomina ‘lo Real”, Hay innumerables definiciones de lo Real, pero me acojo a la que viaja mas pegada al viento original del aparato Simbélico. Lo Real es una falla, una imposibi- lidad de simbolizacién, una falta que impide cerrar el Simbélico como un todo (a diferencia del Imaginario™) El borde con X, por lo tanto, es muy distinto al borde con Ly tal vez, sea mucho més crucial en todo esto. 86 F. de Saussure, Curso de lingifstica general, traduccién de Amado Alonso, Editorial Losada, Buenos Aires 1969 [1916], pp. 127 y ss 87 Por ello, la igura tradicional det Nudo Borromeo achatado com tres circulos enlazados de una manera peculiar es una ficci6n Imagi- naria, El Imaginario puede ser un circulo cerrado, pero el Simbilico zmuinea lo es. Por ello también, nuestra visién inaugural del lenguiajo entero desplegacio delante de nosotros es una fiecién del Imaginari. 13 ELPENS MIENTO DEL POEMA Asi vistas las cosas, la singularidad del poema consistiré, siguiendo este esquema con el agregado dptico lacania~ no, en articular una relacién entre ambos bordes (bl y 2). Si el poema define bl al intersectar Ly E, gqué tipo de interseccién define el hueco interno de L (es decir, X)2 Esta es una respuesta posible: X se define por la intersec- cidn entre el poema y L, que no es otra cosa que la inter- secei6n entre bly L. En términos formales: b2 = bl L. El poema, entonces, no sélo hace borde (bl) respecto de no lenguaje, sino que hace hueco al interior del lenguaje mismo, definiendo su borde interno (b2). Si queremos, X, ahora entendido como lo Real, es el gran innombra- ble del lenguaje y toda nominacién se estrella contra el muro de este borde. El poema tiene, en consecuencia, una segunda tarea, la de conectar bi con b2 para definir X. Esto se logra, esto Jo logra Lacan, asumiendo que lo que contemplamos como visién imposible ¢ imaginaria del lenguaje entero desplegado delante nuestro es en verdad un toto, una figura topolégica que tiene Ja apariencia de una dona (rosquilla, donut)® a 88 La figura que sigue es de Rolf Nemitz, modificada. Variaciones sobre un tema de Badiow Hay dos movimientos indispensables en esta figura Uno, un movimiento de bl a b2 y de vuelta a bl que se repite continuamente en un movimiento de ida y vuel- ta entre bl y b2, un movimiento de tirabuzén; y el otro, un movimiento circular que cierra el hueco interno, y que hace que e! movimiento de tirabuz6n cierre el hue- co y lo defina, Los dos movimientos son, repito, indis- pensables. Estos dos movimientos son, exactamente, nominacién y sentido. La nominacién se mueve de bl ab2y rebota mientras que el movimiento circular en- cierra el hueco definido por las nominaciones fallidas. Por lo tanto, el toro anterior (que Lacan emplea, entre otras cosas, para fijar las relaciones entre demanda y deseo) es el esquema del poema. No se trata solamen- te de nominar-fallar-nominar-fallar, ete., sino de lograr sentido con dichas nominaciones fallidas porque ser& el sentido cl que determinaré que el movimiento de las nominaciones encierre el hueco central del poema y no sea simplemente una metistasis descontrolada de nominaciones. Saussure lo habia anticipado: “el fondo del lenguaje no est4 constituido por los nombres”®, Los nombres (las palabras, el léxico) le dan densidad topo- l6gica al poema, es cierto, pero la forma topolégica final Ja determinar4 el sentido (la sintaxis, la articulacién). Entre ambos, nominacién y sentido, la vision imposible se vuelve posible, y la Imaginaria tal vez Real. 89 F. de Saussure, Cours de linguistique générale, edicién critica de ‘Tullio de Mauro, Editions Payot & Rivages, n. 129, p. 40 (mi tra- duccién).

You might also like