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18 feron m, onjunt Je cispide de una montafa, Una yer que realize este deseo, ol Ihfroc esté listo para el regreso, aunque sabe que ha fracasado en Is busqueda de la mujer perfecta EL “cruce del umbral del regreso” se leva a cabo cuando des- pugs de vistuar Tunahi por ltima vez, donde las cosas quedan convertidas en piedras, se dirige con Caryda a la Cascada de Yu- rupary 2 asstir al matrimonio de Narama y Date, All conocerd a Carumé y tended la primera experiencia amorost. La trayectoria del hétoe se hsce en forma circular y el peri- plo de su visje se cumple en dos planos: el primero seria el que se inicia en Tunahi (Tenui), luger de sur nacimicato y donde se origins la religion de Yurupary, trayectoria terrenal que termina en el mismo Tunaki, higar que representa el ombiigo del mundo y centro de irradiacién de Iss fuer2as céumicas. EL segundo plano ccs el celestial 7 el periplo se cumple cuando Yurupary se pierde cen el Oriente paca subir hacia el Sol. Es un regreso al lugar de ori- ‘gen, residencia de los seres celeses y donde Yurupary volverd @ ‘cupar un sitio entre los sayos. ‘Coma todos los grandes mitos de la humanided, el de Yuru- pury tiene un alto sentida poética pues se proyecta como un stieiio colectivo reaovado en los episodios de la trayectotia del héroe. Sas Ihazaiias y sus luchas no pueden empero ser una manifestacién personal, sino el reflejo del pensamiento y ce las aspiraciones que tuna comunidad ha plasmado en Ie basqueda més ascendental ‘que existe para el hombre: la de cxplicarse «sf mismo, dento cel comtexto de su cultura y en su carieter especifico de set hu- mano. Yurnpary refleje Ia visiin del mundo caracterstica del dio amszbuico, pero a la vez representa una interpretecién que el indigena americano ha querido forjar de Ja aventura del. hombre en el univers. ERMANNO STRADELLI LA LEYENDA DE YURUPARY "TRADUCCION DE SUSANA N, SALESSE LA LEYENDA DE YURUPARY* En el principio del mundo una terrible epidemia se desat6 ‘entre los habitantes de la Sierra de Tenui, atacandlo exclusivamente alos hombres. Sélo se salvaron unos pozes viejo: eansadot y ya vyencido por los anos, y un anciano paye*®. Preocupadas por esto kts mujeres, que velan la extincién de Ja raza en un futuro no muy Iejano, ya que no habia en la ve- cincad ningdn pueblo al cual acudir para proveerse de lo que les faltaba, decidieron reunirse para ver si era posible encontrar solucién a tal estado de coxas. En todos los rostros se vela consternacién y silo el viejo pay se mantenta sereno e imperturbable, Su ciencia, considerada para este caso impotente, no habla sido consultada como era ln costumbre, En kas orillas del Lago Muypa, donde Seucy? sofia baitarse, favo lugar la reunién de las mujeres. La watucciéa capitol se bata en Ih primers edidiéa de la leyenda: xe Dasno STRADELLL, Leggende de Jurnpary, en Boletino Sockets Geogria It (Rone, Serie M1, vol TM, nes, 659-589; 598-835. Las motae de Stade xe ban ce tian nial Ue fr isin ina de Paso Rexropo, Lge evn at Ja sgla (PRL), Excepto por algunos casos, 12 traduccién respeta la ortografia Ie Pale fat ls pater aigees ys ones pgs Nantes rote em I ply la pean fa sce Sf ee Se biocrtee, Alna aor Peitiatdls tiacnse’ pac nd dramas ret, ete aatsdi te wis ve exe perce. Ges ca Iie eines En Gets tits eI lnm pce [oct Su ie ng ev gta co RI) ie (irae. “Covey fe} po 192 mento samen Los pareceres mis cliversos y extrafios se discutieron. Habla quien proponta que trataran de rejuvcaccer a aquellos viejos deeré- pites, ¢ que Ibe arvojaran « los peces si la tentativa no eaha resul- tado. Hubo incluso quien sugirid que se viera si las mujeres podian fecundarse entre ells, y la discusién, animéndoss, se alargé hasta que fueron sorprendidas por Seuey que, como de costumbre, ve- nf a baiierse ‘Sélo entonces descubrieron al viejo payé, tranquilamente sen- tado entre ellis, sin que ninguna pudiera decir ni cudndo ni emo habla llegado, ‘Avergonzadas por haber sido sorprendicas in jragenti, quisie- ron huir, pero no pudicron; sus pies parecian Dub{*. Llegado allf lanzé un grito prolon- gado: EE... y se precipité en el Jago, cuya superficie quedé cubierta de un polvo blanco, Era el polvo con el cual el pay no eta viejo como parceta, habfa ocultado su juveatud. Seucy también estaba zambulléadese en el lago, dejando co- ‘mo huella de su paso por el azul det cielo una senda casi blanca sembrada de pequefas estrellas Las mujeres, colmadas de diche, comentaban entre s{ el feliz saceso, olviddndose de que ellas también habfan tenido parte en él Llenas de extras sospechis, que Gesaparectan ante la realidad de los hechos, se examinaban atentamente para asegurarse que quello no era un sue%o. Diez lunas més tarde, en el mismo dia y hora, todas daban a Isz, asegurando de esta manera el futuro de la gente de Tenui. ” Entre los recién macides habia una espléndida nia, que por su belleza fue Hamada Seucy. La Seuey de la tierra era la réplica de lz Seucy del cielo y erecid hasta In edad de los primecos amores tan pura como Ia estiella de la mafiana, Un dia quiso comer de ta fruta de pityeas? y se interad en Ia selva, Pécilmente encontid la fruta apetecide y no te fue diff Gl aleanzarla pues unes monos, antes de que ella legsea, habfan “hecho caer algunas que frescas y apetitosas estaban atin en el suelo. * “Diets de ser ef malzo del Duda [. +.) en e sto Osinoes, cera de bk Ee es.” (PRL). |" Fruta pobiida a lis javenitas qe ao an legate + la potenad porgue Het (ial). "Dade tr Pai Cayocer byrorem susan le tno de anu nace, Je ‘seis, co Ts aloe 184 OUUNNO sTRUDEEL La bella muchacha cligié las mis heemosas y macluras, y habién- doles amontonado frente a ell, comenzd a comerlos, Fran tan suculentas, que parte del jugo se le excurrié por en- tre los pechos, mjéadole las partes nds cculias, sin que ella diera 4 esto la menor importancia. Comid hasta siciarse y no regres a str casa hasta Ia hora cle las cristezas, comenta de haber sacisfecho un deseo nuttido. por = mucho tiempo. Pero sentia los miembros entorpecidos por una exirafin sensa- cién jams experimentada hasta entonces, Mevida por un instinto natural, se caamind atentamente y se “Vaio cuenta que su vinginidad ys no evitia y que en ss viscerae \\ habia algo desconocido. “Avergouzada, a0 dijo nada a su madre, y mantuvo eclosamen- te al secreto, hasta que el tiempo se encarg’ de hacer evidente su estado, Entonces, interrogada por los de la tribu, que querfan yengar In afrenta dal violador, con ingenuiidad conté la historia del pihyezn Después de ciez. funas dio a Inz un robusto nifo que superaba en belleza a su made; se parecfa al Sol Los tenuinas, apenas supieron el nacimiento del nifio, lo pro- lamaron tixdaa® y le dieron el pomposo nombre de Yurupary, «s ccir, engendrado de Ia fruca, Tenia Yurupary apenas una luna cuando su gente decidid proparar y entreparle las insignias de eacique. Peto faktaba la iié-twivdeaa’, que era menester ir a buscar ala Sierra del Gancho de Ia Luna**, y ana parte de Ja tribu sc ali. taba ya para emprender el viaje * Tacychawus Je ace, Lugar no Klentifeado. Bn la regia exisen sain: ators om nombre fe ceo dela Lana, por eemplo ens al morte del Mith eh ay cease fo Keray. Hs muy patie que ser &t ya que no et sny dstame del no. Alt, Liga dane se desmolan algunos episode de It eynd (PRL), * ta: piney tvs jefe. (Seal). "No hay que eofunds con las mri, vals por variant de hide net. Taep ay ae, contr fe lama piedea del smaronat,.." (PRL). 1a LavEKDA po YORUIARS 185, Empero la direccién de Jas cosas en gran parte estaba en ma- rot de las mujeres, por lo que pronto hubo opiniones diversas que iyidieron a la trib en dos bandos, Unos querfan que ta tribu en masa fuera a buscar la piedras tres que fueran los hombres solos, ya que las mujeres no podian tocarls, Discutiendo pasaron_otra luna, hasta que la desaparicién de Yorupary vino a poner fin a la dlsputa Qué le habla ocurtido entre tanto a Yurupary? Su madre to ignorabe, Hable desaparccido, pero nadie en el pueblo sabfa c6ino. JLas mujeres culparon & los vigjos del rapto de Yurupary, y después de interrogarlos iniilmente, les ardenaron que devolve ran al nifo en el término de un dia, con Ia amenaza del “suplisio ide los peces”, si no lo hacfan; es decir, de ser atados dentro del aga, con Ia caheza fuera, y de ser heridos para que los peves, atra- Be cl yuo det sarure, ks deverrss YY tetiendo que se escaparan, los ataron prontamente, quitén. doles ask toda esperanza de salvacién, Para todos se hacia larga la noche, preocupades como estaban ir los acontecimicntos, y nadie dormia atin en el pueblo, cuando yeron claramente en In selva Jos sellozes de Yurupary, justa- nte en Ia direccién del Arbol de pibycan. dlieron en grupo y ya sentian nitidamente 1a respiracisn del niifo, cuando de repente todo quedé en silencio. indolo por todss partes examinaron el Arbol rama por arbustos, las plantas cercanas, pero no encontraron. nada seta sobre la pista del nifio, y s6lo abandonaron la selva soche, a la mista hora, y en le misma dlireccién se oye fos sollozos de Yurupary. siguieton buscando, resueltos si era nesesario a no toda la vida, pero no tuvieron mejor suerte ‘inde procedfan, ‘que haclan mal, 196 RLEANNO STRADELLE Asustedos por Io extraiio del hecho, abandonaron apresurada- mente el monte, jurando no volver nunea més a ese [ugar en bus- ca de Yurupars, No por eso cesaron los Hlamtoss y aunque los abicantes del pueblo ya no se ocuparon més del mific, la infelie, Soucy, retirada~ fn la cima mis alta de la montaiia, loraba a su criatura, y oyendo los sollozos del hijo. se adormecfx hasta los primeros albores del dia. Pasaron ast tres noches ‘Una mafiana al despertarse sintiS. que sus pechos ya no cone tenfan Ia leche que les hinehaba al dormirse. Quiso celarar el miserio y se prometié estar en vela, pero cuando comenzaban los sollczos de Yurupary, un invencible sopor se posesionabs de ella y ln adormecia en profundo suciio. Cuando despertaba, sus pechos estaban desprovisios de leche, Nunca supe quién se alimentaba con la leche de sus senos du- rante el profundo suet. Asi pasaron dos alos, pero al comenzar el tercero, en vez de sollozos eran cantes, eran gritos, era la risa de un alegre mucha- chito, fo que la pobre sentia resonar en las montaiiass eran ca- sreras, eran Tuchas con. seres desconocidos, que a memido sentia repercutic muy cerca de ella YY mientras él erecta entre Jas montafias de ‘Tenui, invisible pero fuerte y robusto, la pobre cnvejecia, y cuando quince aos después Yorupary vino a acuparst dle elle, afin estaba alli indife- rente a todo, sentada en el mismo lugar donde tantas noches, sin saberlo, lo haba amarmontado. Fue en el tiempo en que los Aacabes estahan madaros, una roche de luna, noche en que volvid a bafiarse en el lago la Seucy «cleste, cuando reaparecié Yurupary en el poblado en compaiita de su madre, la Seucy de la tierra. Era un hermoso jovencito, hermoso como el Sol. Apenas supicron cl regreso de Yurupary, los tenuinas, reeore dando que era el taisdue elegido, rataron de entregarle sin demorn los ornamentos de jefe, aunque les fatase la did-tunedua, “ruts de una plmera,(Siraldll. "Se le eit Gmbifn on 4 nen St ae eat LA LEYENDS DE YURUPAKY 187 La vigpera ce su regreso, Yurupary habia recibido de manos el Sol un matiry® cx el que estaban contenidos todos los poderes que le serian necesarios para Hevar a cabo Ia reforma de las cox tumbee, Se solirié pensando en los engaiios de las ambiciosas mujeres, dindose euenta que aunque la poblacién estaba compuesta de una ‘buena cantidad de homes, hermancs de Ix Seucy de la tierra, no tenfan sin embargo ningin poder decisoria, tanto se doblegaban a la voluntad materna, La nocke siguiente de su llegoda, al son del nembé, maracé, jauty*, los tenuiinas fueron a la easa de Yurupary a ofrecerle los ommamentes de jefe, ‘Yurupary no los quiso aceptar porque no estaban compleios, pero ordlend a los hombres que a la noche siguiente se presentaran nla Sierra de Canuiké, a orillas del Iago Muypa, donde debian discutir intereses comunes. Las mujeres, que hasta entonees eran las Ginicas que dlrigfan los asuntos del pueblo, quedaron deseontentas sl ser excluidas de Ja futura reunidn ys prometieron deponer a quien en tan mal mento hablan clegide ixsua, disculpsndose por ello en el hecho Je que &l atin no habsa recibido los ornamentos de jefe. Esa misma noche sacé Yurupary de su matiry una pequefia dllita y un peclizo de xicaned" que puso sobre el fuego dentro de eremotias fitales [..-1. leary Es ot insrumenio oni tind tee mon tecnica De “Agel einen «Yury reanieado on of 1 pine que genermente mayan spares 188 raneanivo staanetit Con el primer herver salié una cantidad de murciélagos, lechue ‘as y otros pares semejantes que se dispersaron en el espacio. Del segundo hervor nacisron. guacamayas, papageyos, periqui- tos y otros péjaros por el estilo, que también se disperseron en claire, Del tercer hervor surgi uma eantidad de pequefios gavilsnes, 1 por tiltimo el wird-wassi*, por medio del cual Yurupary se trans- portd a la Sicira del Gancho de la Lupa, Répides como wna flecha llegaron a 11 montaia donde estaba sentada la bella Reastalro®, que tenia en ia mano del corazén los ‘ornamentos de plumas y perar a los wed en ka orlla del Iago. Apenas llegich la noche, Yurupary quiso saher qué habia veurrico con su gene en el Aiarf, y secando del matiry una pe- quefia piedia colorada le pidib que Je mostrara Jo que habia su- cedido con los suyos. Le gusté la Yurupary-2ea, admiré ta belleza de las nunuibas, se tio de Jos viejos, pero cuando liegé a Usliiy a su venganza, arrojé la piedra contra el tronco que sestenfa el techo de la casa, La piedra se hizo polvo y éte se convirtié en luciérnagas que Uifieron Ia oscuridad de la noche, Cuando Jacy-taré Heg6 a le altura indicada, los tenuiinas sa- licton de sus casas, y las mujeres gue estaban esperanda a los ued fn Ia orilla del rl, ni siquiera sospecharon, Ellot se dirigicron hacia las montafias y cuando llegaton Yurupary estaba ya sentado en al centio de una gran estera de waruman ®, sobre Ia que or- dend que todos tomaran lugar para oitlo mejor: —Anoche hice una promesa que debo cumpliry y que todos fos que tienen a sus madres al lado de la mia. deben también cumplir conmigo, Fui obligado a dar prueba de mi poder para que también los que no saben obedecer Io respetaran. Estas piedras lo denmustran, pec de palmers, La CEYENDA DE YORUPARY 205 Pero esto no fuc suficieats y ahora las mujercs que estin a la orilla del Iago piensan que habiéndome elegido suiadua, seria s- clavo de su yoluntad; pero los que me oyen saben que he venido para reformar los usos y costumbres de los habitantes de todos los pueblos. ‘Cuando estemos a las orillas del Aiari les diré lo que debe amos haccr; sin embargo el que no cumpla mis érdenes serd cas- tigado de modo terrible. Call, La gente, que no se atrevia ni a parpadsar micntras él hablaba, esperé que prosiguieta, pero de su boca no salié ni una palabra mds, Miraba distrafdo a Lacy-tatd, casi como si estuviera conversan- do con ella. Cuando los tenuinas vieron que ya no hobla ra2én para per- Mmanecer atentos, fueron a extenderse sobre la estera, hasta que vino la madre del suefio a separarlos de su propio espftitu. Cuando despertaron con el soplo del viento que murmu- aba entre las hojas del bosque, se hallaron todavia en {a estera donde se habian adormecido, pero en las orillas del Aiari sobre la Yurupery-oes, —Scpan que estamos en las mirgenes del Aiatl —dijo Yuru- pary—, y antes de abandonar este lugar, donde desde ahora tcn- dremos nuestras reuniones, les ensefiaré Io que hay que hacer, pues no quiero volver a castigar a nadie, Los hombres deben tener el corazén fuerte para resistir las seducciones de les mujeres, que muchas veces tratan de cagafiar con caticias, como sucedié con los viejos que envié aqui. Si las mujeres de nuestra tierra son impacientes, curiosas y shaslatanas, ésias son peores y més peligrosas, porque conocen algo de nuestro seeeto Pocos se resisten a ellas, porque sus palabras tienen la dulzu- ta de la miel de abejas, sus ojos Ia atraccién de la serpiente, y su ser tiene seducciones irresistibles que comienzan dando y terminan subyugando, I los rehuir el contacto con las, y para que elles 06 smeunno srmupstes no se apoderen de nuestro secreto que Gnicamente los hombres pueden conocer. Ualei, aunque viejo, agobiado por la madurer, de sus afos y con los sentidos ya frios, se dejé, sin embargo, seducir por ellass fevelé parte de nuestros secretos, pero pags con In vida su traiciSn. Quienes se sientan bastante firmes de mente y furertes de co- azén, podrian afrontarlas. 'Y ahora cntiemos en la casa, pero cuando llegue la noche el centro del cielo deberdn reunisse todos aqui. Cuando entraroa a ta Yerupary-oca, encontraron a los cuatro viejos a punto de morir de hambre, El dia diguieate de ls muerte de Uslii se haban ocultado allt, dispuestos a dejarse mori de hambre, pues no encontraban una excusa para justificar Ia ausencia de su compaiicro, ‘Apenzs los vio Yurupery, leyS rdpidamente su pensamiento, y dijo: — bbidn son hermosa, y tampoco son menos que aquéllas en astucia y curiosidad. Ahora terminaré de decirles las vltimas cosas sobre nuestra ley, pero antes quiero que conozean el nombre de cada to, y por qué se Hama asi. Signtense a mi alrededor Alea ae aces cae * Casa del pescado, om carapaad Le LBvENDA op YuRUPARY 25 Este ¢§ el instrumento principal, tiene mi altura y se llama ari, de quien todos conocen la histori Este que tiene el largo de mis piernas se llama yasmeverené®, porque ¢5 el tinico animal que se asemeja al hombre en el valor y a mujer en los engatios. Este, del ancho de mi pecho, se llama d4#dbo%, y su origen fue In curiosidad, Este largo como mi brazo, st llama sintabri. Este pjaro rnacié de una mujer que era muy hermosa, pero por serlo més se intaba con tirwct*, pora ver si sobrepasaba asf a las otras en be- Heza, y por esto el trizdua de los cuioy® Ia convirié en airén del sol Este del largo de mi mauslo, se llama mocino™ y representa la sombra de un hombremujer, que no queriendo amar nunca a nadie vivib escondide, cantando silo de noche y fue convestido en grillo por la misma madce de la noche. Este, de dos brazas de largo, se llama orandi*, representa tuna bella mujer, pero sin atractive ni encanto para los hombres, por lo que fue convertida en guacamaya por el padre de los iauty. Este tiene dos pies de largo, se llama dasmae®, y reprecenta el corazén de una muchacha que durante su corta existencia se limentaba solamente de frutos silvestres y que después de au fe fue convertida en tértola por su propia padre, que era Bote, tres veces del largo de mi mano, se llama pirom™, ree fesenta al payé porque fue el pijaro que le dio Ia piedia en la [RRMA STRADEELT con al tabaco y el caramel a yer todas las casas com hh imaginacién, Este, del argo de mi tibia, se lama dianari y ya todos conocen su historia ®, Este, que va de mi rodilla « la cabezs, se lama tity, repre: senta al ladrén, y ¢s Ia imagen de una vieja que vivia sélo de los emis y fue convertida en paca por la acty-purt™, Este, que mide dos manos de largo, se Ilame ilepays &te otto del largo de mi columna vertebral, Ilfmase mingo; de ambos conecen ef origen, Este, que va de mi rodilla al mentén, se llama peripinaceari™, representa a un hermoso joven, deseado por todas las mujeres, pero que no s entregs a ainguna, y ellas invitedas 1o arrojaron a Ja cascada después de haberlo encantado. Este, que mide la mitad de mi cuerpo, s¢ lama bud®, repre: sente a esa vieja miedosa que esperando que el cielo cayera en cualquicr momento sobre la terra, no sembié jams ni una semi lla, viviendo de lo que planteban los otros, y fue por esto conver- tida en aynti por Ja mona de la noche, Y¥ ste dime, que va de mis espaldas al ombligo, se lama canaroarro™®, representa a aquel viejo que habiendo visto cn suc: fios que el hambre devoraha In tierra, trabajaba dia y noche amon: ‘nado provisiones en su casa para tener qué comer cuando llegara el hambre; la fat, lo convinié en hormiga para que fuera comido, Y ahora que conocen el nombre de todos tos instrumentas, pao a der a cada uno la vor que debe tener. Péiaro nest, en uynamby sapova Bae, en buries, Ala, ea abedagat. 8 Tarchyra, en evans. (Tarbyral, 4 sr este en wasn, pesto hte contr, ‘ola em ih Joe ane ‘aya, en cotta, Soibs, ex mani, » Pangan, 2a LEYENDN DE YuRUPARY 27 Y Yurupary sacé del matiry un poco de cera, la past por la embocadura de cada uno de los instrumentos, y cuando estuvo listo €l Glkimo, ordend que tes sacaran fuera de la sala para colocarlos de pic, pero que nadie los tocara hasta el momento de la fiesta. Y cuando lo hubieron hecho, los lamé otra vez a sv alrededor y cuando estuvieron todos, hablé de esta_manera: —Esid probibido que el suiadua de una tribu, que ¢sté casado con mujer estéil sige viviendo con clla, sin tomar una 0 dos mu jeres, segin el caso, hasts tener sucesores. Quien no quiera acceder a esto serd sustituldo por el més fuerte entre los guerreros de la tribu, Que nadie trate de seducir a In mujer de otro bajo pena de muerte, la cual caer tanto al hombre como a Ia mujer. Que ninguna muchacha que haya legado al momento de set violada por Ia Tuna?! conserve los cabellos enteros, bajo pena de no casarse hasta la edad de los cabellos blancos Cando dé a luz la mujer, el esposo debersi ayunar por expa- cio de una tuna para permitir que el hijo adquicra las fucrzas que el padre pierce, Durante el tiempo de este deberd comer silo sarba*, cangrejos, bejti*® y aj Esto es lo que me qusdaba por desit a propésito de las cos- tumbres que deben regir a la familias que cada uno las haga co- rhocer y observar en sw propia casa. YY ahora, cuando ojgan la sefial, comenzard nuestra fiesta; arreglen pues Ja cara y preparen nuestras bebidas, que le hora std ya por llegar. Dadas cstas Srdenes, Yurupary desaparecié de entre sus com- pofieros, Tos jévenes, que deseaban que se celebrars la fiesta de Yura. _paty, se pusieron luego a preparar Ja casa, mostrando en el rostro Ja alegrfa del corazén. ‘Los viejos segafan frfos y tristes, sin que los preparativos tu- | porter de devotverles In serenidad, D8 amvcanno sonanetar Cuando el so! de aguel dia desaparecis, los instrumentos, sin ‘que nadie los hubiera tocado, comenzaron a hacer sonar la misma isica que s6lo los nunuibss habfan ofa cuando llevaron a Ualri al suplicio. En el mismo instante ented Yurupary y dijo: Hermanos y compafieres, ha legado la hora de la fiesta. Te- nnemos tres dias y tres moches para aprender la musica y el canto de Yurupmy; comen los més jévenes los instrumentos y vames a formar Ja gran veda, Y habiendo tomado el instrumento principsl, se colo:é en el centro de In sale, y proato se oyeron desde lejos los ecos de los sonidos. Y los oyeron los jaguares y las sezpientes, y hasta los peces salicton a la superficie del agua para ofr In milsica de Yurupary. Cuando Hlegé Ia noche a la mitad, Yurupary dejé de tocar y ordend que los ctros continuaran, y en aquel preciso momento ce oyeren ths ruidos de los animales que estaban cerca de Ie casa Y 4 dijo: Hasta aqui vienen los animales a escuchar nus: tea mntsiea Bebieroa el cachiré y el capy, y la mnisica comenss otra ver con nuevos ejecutantes, y en medio de la fiesta se ofa et chasquido el adoby ® Cuando el sol resplandecia en las rafees del elo, Yurupary volvié@ colocar ca su sitio Jos instrumentos para que pudieran entrar nuevos. gecutantes, Entonces se oyeron carcajadas alrededor de la’ eas, YY Yurupury corrié a le puerta y vio una cantidad de personas’ que vealan haca a, —Compafieros, escondan los insteumentor, que vienen los ha- bitantes de esta tierra. Y los instrumentos fueron escondides en una pequefia cfm, hecha para este fin, y se obstruyé In puerta con una piedra, Cuando el taixdta de los visitantes legs ala en persona salié a recibitlo y pronto Jo recor al cuello Ia it. tuintna obi Vir agate ie) de {LA AEYENDA DE YURUPARY 219 =O) desde mi maloca tu miisica y me apresuré a venir para bailar contigo, aunque no he sido invitado, Deseo conocerte, saber de qué tierra vienes y qué deseas en la mia Y Yurupary respondié: Soy el testis de los twnuianas y mi tetra ¢s Ja que sth ims cerca del Sol. Yo debo cambiar los usos y costumbres de los hhabitantes del mundo, y vine aqui para dejaries las Jeyes que todos deben seguir. Déjame conocer tus leyes y, si son buenas, las obedzceré, YY mientras los dos hablaban, las mujeres entraron en la casa, curioseano por todos lados, hasta en el dormitorio, y preguntaron: — De dénde son ustedes? Somos teninas. —Sequramente ustedes vinieron a nuestra tierra en busca de ‘mujeres para casarse; somos solteras y sera bueno que quisieran casarse con nosoteas, Esti muy lejos la tierra de donde vinieron? Lejos. Si" se casan con nosoteas, iremos a vivir alld, ¢Bailamos? Estamos cansados, —Entonces toquen algo que nos agcade, —No, porque tensmos necesidad de descanso. 'Y miienttas ellas hablaban, los seguian provocando en toda forma; pero los tenuinas permanecfan frios delante de esos cuer- pos hermotos que ningiin velo ecuksabas sélo el poder de la nueva ey podia mantenerlos tan fries. -_ Llegaca Ia noche, cuando los visitantes se retiraron, estas: mu- {jeres se lleveron consigo el corazéu de los jérenes, que las hebian echazado para obedecer la ley de Yurupary. YY Yurupary ajo: —=Comio nuestras fiestas fueron interrumpidas por el tuixdem ¥ por su tribu, quedan postergadas hasta més tarde y en forma también ellos tomardn parte. Yo he prometide visitar- sas jivenes y divertire con ellas, - més insignificante de nuestros 20 MANO srmapatax ra resistir @ las seducciones, que se quéden, pero los que vayan re- ‘cuerden que incluso en asuntos de amor es mejor mentir que re- velar Jos secretos. Los cuatro viejos no durmieron nada aquella noche preparan- do sus ornamentos y bafidndose en el raudal para mostrarse de Ja manera més atvactiva posible a las vecinas, EI Sol atin no se encontraba en las raices del cielo, cuando ‘Yurupary partié con sus compatieros. Todos notaban que Jos vigjos estaban muy contentos, Superada una pendiente, viron la maloca. Sus habitantes ce paseaban delante de las casas adornados con plumas. ‘Arianda vino con su hija a la entrada del camino a recibir a ‘Yurupary, y lo condujo a Ia cara donde habla sido preparada gran cantidad de alimentos en espera de los visitanes, Y halléndose con Yurupary, dijo Arianda: —{Sabes que he tenido un hermoso sueiio contigo? ‘No lo dudo, me esperabas: gy cudl fue tu sueiio? Te lo diré sélo a ti. Bien, hablaremos a solas, ya que también yo quiero decirte algo en scereto y ensefiarte lo que debes saber. —Haremos tal cosa después de que wi y w gente hayan comido, de manera que ahora toma un lugar en la estera y llama a los tue yos a comer. Y asf Io hicieron, y cada visitante tenia a su lado a una her+ ‘mosa muchacha, y al lado de Yurupary estaba la hija de Arlanda que le servia y le daba el eachiri. Bastante descontentas se mostraban las muchachas que estaban junto a los viejos, mientras que Jas que tenian a su lado a los j6 ‘yenes manifestaban toda su alegrfa ca sus actos y eft SU YOu Y antes de que terminars el banguete ya se insinuaban més de un abrazo y un beso furtivos. ¥ ie vigjos que vefan todas esas cosas permanecfan frfos has: ta los huesos, Cuando tecminaron de comer, Arianda y Yui ton 2 ana ca sida kos el ever, donde fe Jas nuevas Jeyess pero antes de « 114 LOVENEA DE YORUPARY 23h tes que podian bailar y beber por tres noches y tres dias, ya que otto tanto habrian dasado las ficstas en honor de Yurupary. “Todas estas cosas ocurrian Ia vispera del dia en el que los hombres debian partir de la maloca acompanando a los payés que con sus remedios irfan hasta la cumbre de la montafia a espantac aa muerte que queria venir a matar a la luna’. Quedaron de esta manera los tenuinas duefios de si mismos para gozar libremente a las bellas ariandas, Los usos de esa tierra requerfan que In mujer cligicra a su compaiiero, asi que los jdvenes fueron prontamente conducidas al centro de la sala, donde dos misicos intéepretes esperaban que se formacan las parcjas para comenzar la danza, Aunque muchos j6venes se quedaron sin eompafiero, ninguna quiso bailar con Jos viejos, que permanecieron trstes, sentados a un lado. Y al eapy y el exchiri se distribuyeron en abundancia, y poco 4 poco fueron encendéndose los deseos, y al acercarse 1a noche has ariandas ya se disputaban a los visitanes, y los bews y bos abrazes provocadores ocurrfan cada vez con més frecuencia. LLiegé la noche, y como no habia resina para alumbrar Ia salz de la fiesia, Ja danza continué en Ia oscuridad hasta el alba, y na- die supo lo que ocursié entre los bailariness sSlo Yurupary y Arian- da vieron todo. Cuando Arinnda legs a la cata con Yurupary, heblé asi: La verdad 5 que me ha dado mucho placer cu visita, por- gus el poblado mis cercano esté a dos lunas de camino y ao puede Vistarlo muy a menuelo, Mis de nna vez me hubiera gustado dejar este pueblo para dicigirme a otro sitio habitedo, pero. mis gentis no quieren abendonar 1a tisera que los vio nacer. Si mi suefio se curnple, yo seré tu compaiiero en tadas las luchas de le vida, 7 ula suciio poise? 232 ‘raeknno srmARELLE guiente de tu llegada. Seria raro qué mi suefio no se realizara, ¥ por eso espero ver cumplido lo que la madre del suefio| me predija, —Avianda, en verdad te digo que ao tomaré mujer hasta no completar Ia reforma que debo cumplir en la tierra. Tu hija Cue rin ¢ muy hermosa, y si ella desea clegir @ cualquiera de mis’ compafcios, yo aprucbo, y a él lo haré sefior de una gran tribu, Quiero aprender lo que todavia ignoro, y ser tu eompafers, ¥y acompafarte en todas les Iuchas; por eso encuentra buenas tus palabras, —Como ya la noche esté sobre nosotros, salgumos para asstir ala fiestas mafiona te diré qué debemos hacer. —Enwonces vamor a la casa de la fiesta —dijo Avianda, levane tdndose de la hamaca No es necesario, podemos yer todo sin salir de muestras hu macas; alld noweros molestarfamos, YY Yurupary puro la mano cn el nzatiry de donde sacé dos piedras brillantes y coloreadas y le dio ura a Arianda, diciendo: —Aguf tienes un tiozo del espirita del cielo donde vers todo To que sucede en la fiesta. 'Y apenas Arianca la recibié y le puso la vista encima, vio «que las escenas se reproducfan ame sus ojes con tanta fidelidad gue se recenocfan fécilmente todas las personas, Vio que les viejas, que durante el cia habian presenciado la danza desde lejos, ahora tomaban parte en. ella, watando de apro- vecharse al méximo del engaio que permitfan la oscurichd y las bebidas, También los viejos, después de haber sido dejades aparte todo cl fa, crat ahora buscados por las jévenes ariandas que se esfor- zaban por satifacerlos lo mejor que podian, Ariands y Yurupary relan de los errores y tentativas de los demds y de sus hibiles fingimientos, Cuando leg’ el dia, los dos jefes pusieron a un ie los spt: ritus del cielo y siguieron hablando sobre las cosas de sera ley, Entre tanto la fiesia continuaba, Las viejas chismosas fueron a coniatle bia sucedid> In noche anterion.y Cu quiso ver lo que le Ly uavenDa DE yuRuraRy 233 Cuando legs la segunda noche, Arianda y Yarpary volvie- ron a cxaminar los espfritus del ciclo y comenzaron de nuevo a preenciar In fiesta, Vieon cosas atin peores que Ia noche anterior. Por cada te- anuina habla cinco ariandas, Y Yurupary se indignaba y Arianda callabay pues era la pri- ‘mera vex que éste vela semejante cosa en sti maloca. ‘Legé la media noche y Arianda vio a su hija Corin saltar de Ja hamaca y dirigirse hasta el umbral de la casa de le fiesta, donde un tenuiina Ia tomé y la deiflord, Entonees Arianda lanz6 un gemido y Yurupary que lo esca- chaba, pregunes: {Qué tienes? La desgracia delante de mis ojos. Si mi ley ya rigiera, eso no habria podido suceders pero Qhtien tomé a tu hija se casarf con ella, y toda sexs reparado. Y Atianda, lamentindose por lo que habla visto, devolvié el esplritu del cielo « Yurupary, dicidndole: —Agul esté tu picdra, no me sirve ya, porque no quiero ver Be Vor's deen’ yum waar 6c tihde wl Boge 7 cuando termines de mirar, despiértame y seguiremos hablando. Y_Yorupury se qued6 solo siguld' mirand, pero too era EL cundmpa™ ya cantaba al Indo del camino cuando volviexon “Jos salyadores de Ia luna, mientras la festa seguia més desenfrena- da, y Yurupary, pare no ver, escondié en su matiry el espiritu del Despertd a Atianda y siguieron hablando sobre las cosas del 0. ‘Guando salié el Sol del cuarto dia, los dos tud-xduas volvieron a 1 Y pronto todos notaron en Arianda uaa profunda tristeza algo de terible y amsuszant 2 maw emapEELE sasiado de la libertad que les di, pero a pesar de esto vayan ahora 4 recuperar las fuerzas perdidas. Al dia siguiente asf volvié a hablar Yurupary: —Puesto que me obligan a ello, debo decinles a muchos amat> 8 verdedes. Jemés pensé que hubiera gente tan pervertida como ustedes. Que un hombie se aproveche de la debilidad de una anujes, puede ser natural, pero que sstisfaga « cinco, es un hecho nuevo (que sélo se ha visto que hagan los reformadores en Ia tierra de Atianda, Si mafana las otras tribus se enteran de que los habitantes de ‘Temui son gente mala, que nada resperan, gedmo podeia creerler que son los que deben reformar los usos y costumbres de toda la ticcea? Si esto se repite, los abandonaré © iré a buscar otro pueblo para educarlo, el cual necesariamente tendrd que ser mejor que ustedes. Abustron de tal manera de Ik libertad que les di, que ahore 1 dolor me crece en el corazén y lo lena de ira; ni siquiera Curén, Ia hija de Avianca, se les escapé de las manos. {Cuil de ustedes fie quien violé a Curia? ¢Ninguno? Quien ‘quiera que haya sido se oculta initiimente, pues yo vi todo Io que sucediS y Atianda también. Un nuevo set, que verd el Sol como nosotros, extd ahora en el seno de Curén; y por «0 prometi que el que a viol, arreglaria tedo casindose con ella. No puedo dejar de cumplir mi palabra. jQue se presente el que haya sidol Y¥ como no se presentaba nadie, Yucupary sach del matiry ol explrita del cielo, donde estaba pintado todo lo que habia sucedi- do, y mostrndelo a su gente dijo: —Aaui esid pintada Curén, suftiendo su dolor y éte es quien lo causa, ¢Quikn es? Y el joven que reconocé su propia figura, bajé la eabesa avergonzedo, —Fui yo suixdua —dijo Camindi, pero m hubiera tenido una doacella tan hermosa porn belleza en las sombras dela noche, a ERYENDA ne wUAUPARY 235 —Y serés 1 mismo quien se case con Curin, porque ya se Jo he prometido a su padre. Mafiana tendré lugar la boda y luego terminaremos nuestra fiestas. Pero si los j6venes merecieron ser reprendides, no lo fueron ‘menos los viejor que se clvidaron de su edad y quisieron satisfa- cet a las mujeres cuando ya. no podfan hacerlo. —Nafiana asstivemos 4 las bodas de Camindas preparen hoy todes los ormamentos, y al aparecer las primeras alegrfas en el elo partiremos para la maloca de Acianda, Cuando enrojecia el Oriente, Yurupary y los suyos se diti sgieron ala maloca de Arienda donde ya la mésica anunciaba la préxima fiesta; los habitantss, adornades con plumas, estaban ree niidos frente a la casa de la Fiesta Al llegar dijo Yurupary: —Compaiteros, esta noche va a ca- sarse nuestro pariente Caminda wa la bella Curdn. El matrimonio 10: aseguraré Ia colaboracién de todos estos jévencs en Ja seforma ‘que debemos llevar a cabo en esta tierra; sepan, sin embargo, que sno quiero arreglar nada més de este modo, Cusndo hubo cerminado de hablar, Avianda y Yurupaty se secogieron en la casa, fuera del peblado, para hablar sobre las fu turas fiestas y los tenuinas se quedaron en In casa del baile, Los viejos, que habian sido tan severameate amonestades por Norupuy ctaban cauloes y en senda, sin avevere & mia Siquiera a las ariandss. El dia era festivo y las mujeres servfan los alimentos y bebi ddas habituales de los tenuinas y éstos comfan y bebian, porqe no les era petmitido rehusar, y asf hacia el anochecer, los tenuinas y Jos ariancias estaban cest borrachos, ‘Las mujeres tsataban de aprovecharse de las cireunstanciae para Incer lo que querian, pero vicjos y jévenes resist, recordanda has palabras de Yurupary. Lleg6 la noche y la msica ented en Ia casa precediendo a los 010s y a los tuixdua, seguidos por los ottos, y se forms un gran “rentro estaba el de Ios csposos, y comenzd la 236 nQeanno STRABELLE bebiendo y danzando basta media noche, Entonces los esposos, ya csi borrachos, fueron concucidos a Ia alzoba nupcial, donde los de- jaron solo: por un rato. asad el tiempo establecido por Ia costumbre, los esposos vol viewoa a enuar en le gran rueéa, donde cevibieron de todos el sa° Tudo del maewhy *. Cuando apuntaba el sol, los esposos entraron otra vez en la aloba nupcial, de donde sélo debian salir a ta media noche pri- xxima para dar fin al matrimonio. ‘Anianda y Yurupary volvieron a la casa fuera del pablado y Arianda le pidié 2 Yurupary que no sacara los espiritus del ciclo y que dicra completa Ubertad a su gente Si ast lo quieres, vé y désela td mismo, Y Arianda fue a haverlo, peco evando legs cerca de la casa de la fiesta vio que iba a hacce un acto fll y regresd, Cuando fur medianoche, los tuivéua volviecon, y los exposes, fuera ya de lz alcoba nupcial, se colocaron en el centio ée la gran rueda, doade recibieron de cada uno de tos presentes un golpe propinado con varas flagelantes, Y cuando Camina y Curin recibieron el ditimo golpe con el Dejueo sobre el gue el payé habia soplads, volvievon a la aleoba, de donde no debfan salic hasta el mediod’a siguiente para asistr al gran hanguete. ‘Los jefes se retiraron y la festa continu, Cuando lleg6 x hora det gran banguete, los ésposos rexibiee ron de manos de los taixdees sus coronas de plumas, y adornados con ella: fueron al banquete, al cual todos asistieron, Y asi fueron casados Caminda y Curd, Al dia siguiente Yurupary y st gente regresaron a casa donde volvié incluso Caminda, que se alejd por ues dias de "Te dow tuiadue aban, contenidal aed debfa comenzar aquel mismo dia, pero que ay Ui (PRL [Lk LBYENDA DE YURUPARY 237 dria a Ins mujeres a pescar cangrejos, por tres dias, en el ygarapé de la Myeuira™, ‘Curin fue la Gnica que no fue con ellas, protextando que « taba enferma, ‘Aquel mismo dia Arianda salié con sw gente hacia Ia Yura pary-2ca, donc, tan pronto vino la noche, comenzé Ie fiesta, Cuando la noche Hlegé a la mitad, Yurupary puso a un lado Jos instramentos y dio todas las normas de st ley, las qque debian, regir los usos y costumbres de toda la tierra Y cuando hubo terminado, dijo: —Ahora que ya saben todo lo que deben saber, les ensefiaré el canto de Yurupary, que slo Se enscfiard a los j6venes cuando scan admitidos por primera vez on la festa de Jos hombres y sepan guardar el scctcio, Y dijo a Arianda: —Deja tu instrumento y accmpaie el can- to, y contigo acompaiien el canto todos los que no tienen instru- mento Curdn, a quien su marido y su padte crefan dormida en la oca, salié tan pronto sus parientes se fueron y los siguid desde hasta Ia Yurupary-cew; al llegar la noche, desde Jo alto de una roca que estaba cerca de ellos, vio torlo lo que sucedia y oy6 Tey y_aprencié la musica y el canto de Yurupary. Y cuando aprendis todos los secretos, volvié a la maloca antes legar el dia, habifndose forjado en el coraain un desco que ti6 camplir, fiestas terminaron al tercer dfa y Yurupary se despidi6. de Cuando los tcauinss estuvieron solos con sw euivéea, Yur n que todavia debo cumplir una promesa en la Sierra yy los que tengan alli a sty madre cerca de la mia vol- mig, porque debemos cumpliria todos juntos. pueden volver o quedarse a voluntad, ya que poco ‘nsefian, pero los que vengan conmigo estarda obli- 28 emuanno ernaneter Apenas se asomé la una, Yurupary ordend a sus compafie- 10 que se sentaran sobre la estera de naruaman; después partieron, Al lleger a a msloca, temprano en la maiiana, no encontraron nadie Slo hallaron en todas 12s casas huesos de nifies, y en Ie de” Yorupary un cuatto lleno de cabelles de mujer Los compaiieros de Yurupary preguntaron: —2Qué signifies esto? Después de haber cumplido nuestra promesa, les contaré lo que pas6: quiero tener el corazn desprovisto de edlera para poder Iosar. Hy es Ia noche de la maldod de Ia luna, y antes de que &ta aparczea, deseo que quemen todos Ios fhuesos que estin en las casas, y que me trcigan sus cenizas para beberlas en el cachirt. Voy a hacer nuestras vestimentas con los cabellos que las mu- jeres dejaron, para que muestras madres no nos reconozcan cuan- db estemos Horando cezea de ellas, y fabricaré los dos instrumentos ‘que deben Morar con nosotros, los euales serin tocados por mi y por Curyda, a quien he elegido para que me acompane por toda Ia tierra, Cuando ta kuna esté inquictando a las mujeres, veagan aqui para preparar las bebidas y para subir a la cima ce Is montafia Asf sc hizo, y después de haber reducido los huesos a cenizes, Jes mezchuron con el eachird y cuando todo estuvo listo dijo Yurupary: Hi llegado la hora de cumplir nucstra peomesas bebamos las cenizas de nuestros pacientes para que no se pierdan en el seno de Ia tierra, y ei, Caryda, tome tu instrumento; vistimonos todos con estos vestidos hechos de pelo, para que nuestrss medses no ns reconezcan, ¥ vimonos luego a lorar donde estin, ‘Mkewa dd Yr oie ala mo oi elle con los ebilos hamanee cle at pertonis wien poe ine por venga 4 Turspary 4 Guec w ge e a ingereca en los ents importanies de fa tbe Con lit catlo ere los feina Ftd prohbilo bain pena de year PRL. [La LEVENDA DE YuRDPARY 239 '¥ Yurupary y Caryda, en pie delante de sus madres, tocaron Ja marcha de los muertos, y sus amigos Jos acompafiaroa lorando frente a sus propias madees. ‘Cuando Ia luna redujo su maldad, tos cuerpos de aquellas mu- jeres se inclinaron hacia ta ticera, hasta quedar allf extendidos, y Yurpary dijo: —Compaiieros, nuestra misién esté cumplida, que cada uno entierre as madre. ‘Yurupary toms ef cuerpo de stu madre, vol6 con él a la Sie- rma de Morubitena y alli lo dejé, diciendo: Te dejo sobre esta montaiiapara que seas Gil a todos y para que de tu cuerpo nazean plantas preciosas que sirvan para curar bos amores infelices Cuando aparecis el Sol, codo era silencio y tristeza en la Sierra de Tenui, Fue con el Sol del creer dfa cuando Yurupary dio la sefial de Ahora, dijo, les contaré lo que sucedis durante muestra ausencia, Al dfe siguiente de nuestra pactida pata el Aiarf, las mujeres nos buscaron por todas partes, tristes y desesperadas por nuestra desaparieién, inguna sabia qué dircecidn habfamos tomado, y se reunieron todas para tomar su decisién, Arauyey, joven astuta y lena de maldad, dijo: Hl que los hombres nos hayan abandonado sin metive y sin nos madi, quiere decir que nunca volverin a poner tos pies iuts por es, y para que no s= propague la raza de estos hombres amor, sin corazén, propongo que se les dé mvuerte a todee los gb: No sblo hay que mata a todos los hijes es ingratos, sino que ademés debemos cortar- 240 amncaniio srnsomLte dores, para guardarlo en a casa de Yuruparys después podsemos buscar un aueve destino. ‘Nuré, que tenia més de un_hombre, y entre ellos a Caryda, jo: ‘Todo cso esté bien, pero para que no quede nacic, Hevemos. también a nuestras parientat de piedra y con ellas a Seucy. Saéa, joven ardieate y exagerada, propuso en fin que mediante tuna operaciba, se imposibilitaca a las mujeres para que nunca més cedieran ante los hombres. Y todo fue aprodado, y lo primero que intentaron hacer fue sacar a nuestras mad:es, poto no pullicion. Entonces se coztaton el cabello y lo depositeron alli, mataron a todos los varones y les cor- taron los labios, unigndolos con resina de wenany* para que se cerraran, Y ahora ellas ven descendiendo el rfo a la deriva, sin mvs guia que Ia corsiente Sepan ahora que los instrumentos para llorar a los mucrtos de- bea ser tocades solamente por el payé o por el tuixée, cuando Ilo ren a sus parientes y beban sus cenizas Y entonzes Yurupary se dio venta que algo se movia en el ‘matiry: puso la mano dentro y siaté que algo Te herfa los dedos, —jCompafcras, semos traicionados! 'Y mientris los compaferos pregunteban quign les habla trai- cionado, extrajo del matiry uno de los espiritus del ciclo y vio a Curén con todas Ins mujeres ariandas celebrando el dabacury tocando y cantando la misica y ef canto de la fiesta de Jos hom- bres, SucS entonces otra piedra en la que todo queilabs retratado y la somtuvo cn In mano, y vio a Curén en lo alto de wna piedra presenciando teda Ja fiesta, Lleno de tristeza hablo astt —aNo podrd existir jamis sobre Ia tierra tuna mujer rsalmente de byen juicio? Curén, a quien todor erfan que se hallaba enferma en si casa, presencié toda nusira fiesta. Caryda y_ yo partiremos de in= mediato, © Vamanys "Poe que ets tne ses bb tobi {0} familia ela Oar aman". (PRL) iY qué haremos sin i? —Irin por toda la tierra 2 ensefiar la ley, In misica y el canto de Yurupary. Caryda, asegiirate bien a mi espalda, porque vanes a caer en la tierra de los ariandas, Y Caryda preganté: —{Qué debo hacer cuando Heguemoe? —Debes transformarts en insecto y penetrar en el instrumento que est tocando Curén para roer toda a cera que le da la vox, ¥ al mismo tiempo e dio un talisman para que se Jo meticra en a natiz. cuando se transformara en insecto, Al Nol Caminda a Ia maloca supo que Curén ya habia Arlanda, que se habia convertide en seformador de los viejos lusos y costumbres de su tierra, ordené « los payée que ensefiaran Jos mucvos, pero de manera que las mujeres nunca sospeckaran que ra obra de Yurupary Un dia Curén reunié a todas las mujeres fuera de las maloca kes ceveld el secreto de Yurupary; les dijo e6mo eran los instrae Imentos y cant6 la misica y el eanto de Yurupary, —¥ es por esto, —concluyé— que los hombres han dejado de ser niestra voluntad, Para que cllos erean que no sabemos nads, vamos a orga: izar también nuestro Yurupaty y a hacer nustra fiesta, que debe wugurads con un dabseury de tapioca. De shora en adelante hemos reunisnes aqut todas hhs tardes para eprender el canto Yurupary, hasta que pueda robar el instruento que mi ma- tiene escondido, Fata misma noche cuando salga, Jo seguiré ber a dé lo salga, lo seguiré para saber dénde silo descubro, mafiana mismo tendremos nuestros instrumen sobre el moidclo que 4 tiene; pero ante todo, discrecién. + que eran despreciados por sus companeras, resol volver con las nunuibas, we BRMEANNO FTRADEELT Y cuando después de haberla visto’ con os ojos cerrados, Ca- mind salié de la casa, Curia lo siguid hasta las aguas quietas de Ia cascada, dond> Caminda habia escondido st, instrumento, Entonces Curén, sabienda ya lo que deseabe, volvié a cass. En el momento en que se disponta a entrar, sintié que la la maban y el darse vuelta vio a un hermoso joven. que le hacfa sefias coma si le quisiera hablar. Ella lo siguié y él la condujo un lugar epartado donde se le ofreeié para hecer los instrumentes, diciéndole que era indispen- sable que se robara el de Caminda, pare que estuvieran completes. Y Curén, fascinada por la belleza del joven, ni siquiera le pregunté quicn era; sdlo quiso saber cukndo volveria a verlo. “Maan, en el mismo lugar, para entregarte los instrumentos. ‘Cuando Curin valvié a su hamaca, se durmid inmediatarmente, y so8é toda la noche con una gran fiesta en la que al ejecttante principal era el hermoso joven que le hebia prometido los ins- trumentos, : Llegada la mafiana, les revel6 a ous compaieras que tenfa por smsico a un hermeso muckacko, y les dijo que todo estaba listo 'y que prepararan los panes de tapioca para el dabueury que debia Ilevarse a cabo al dia siguicate. ‘Al volver la noche, Caminda se dirigié a buscar su instrumen: to, y Curin a encontrarse con el joven que le dio los intrumentos iguales a los de Yurupary; slo faltaba uno. Déndoselos dijo: Aqui tienes lo que te promet{, sélo falta vn instrumento, peto ti sabes dénde encontrarlo, —gNo vienes con nosotras? La fiesta 5 dinicamente para mujeres, y no setfa apropiada que yo estuviers allt. Por lo menos ven a beber ef cachird con nosotray porsqus quiero que te eonozcan mis compaierss, 4 ‘—Volveré para ver a tus compaferas, pera no digas a nadie que fui yo quiea te dio los instrumentos. —¢Cul 65 tu nombre? —Cudeabumé ®, spits maligeo, 60 pony Le LVENDA Om YURUPARY 213 —2¥ de qué lugar eres hijo? —De la tierra de has cenizas. Pero vete ya que viene tu ma ido, Manana, cuando el sol esté en posicién perpendicular, busea su jinstrurnento y celebra luego el dedacury acompaiiade por la itsica y ef canto de Yurupary. Y¥ el joven desoparecid en las sombras de la noche y Curén volvi6 a su casa. Mis tarde, al regresar Caminda, la encontré des- picita y pensaciva, por lo que le progunté qué tenfa, Me desperté y fui a buscarte a la hamaca, pero ti no estabas, temf que hubieras huldo, —No tengo motives pata huir de tu lado; haba ido a mirar la salida de la luaa que ha venido a inquieiar a todas las mujeres. Si estis celoso de la buna, ven conmigo a la hamaca para que me defiendss. , '¥ Caminda se acesté con su mujer. Sucedi6 entonees que du- toate Ie noche Curd so con Cudeabumi, y lo llamd mientras abrazaba a Caminda, y éte oy6 todo. uanda se levanté por la mafiana, no dijo nada, peasando que hhabia podido ser la luna entrando en Curdn, a pesar de que ella se resist, Al llegar el Sol a la mitad del cielo, les ariandas oyeron la nisica y el canto de Yurupary y corrieron para ver quiéa se aproximaba tocando; y vieron a las mujeres que venfan del desem- Darcadero, unss tocando, otras cantando, y todas llevando sobre la ‘spalda canasios llenos de tapioca Cuando fueron a comprobar si sus instrumentos estaban toda- ‘via donde los habian dejado, todos los encontraron, excepto Cae ‘mindla que no hallé el suyo. Quedaron aténitos ante tal profancei6a, y nadie pudo respon 4 Caminda que preguntaba quién se habfa llevado su instr Fntonces A quiso arrojarse sobre Curin para matarlay ‘sila ley de Yurupary, pero Arianda se lo impidis diciendo: a4 [ERMANNO STRADELLE En equel instonte el instrumento de Curén paulatinamente co- smena6 2 perder Ia voz, hasta que callé del todo. Y entte las bailarinas se levanté una gran humareda que las hizo ealoguecer, y scfan y no sabfan por que, Entre ellas sparecieron entonces Yurupary y Caryda que en tun momento les quitaron los instramentos de las manos y los ccharon al fucgo. ‘Yurupary entregé 2 Caminda el instrumento que le pertenecfa, diciéndole: Nunca te fies de las mujeres. Si hubieras hecho ir a Curd pescar con lis otras mujeres no sucederia lo que estamos viens, Ella presenci6 desde lo alto de una piedra In fiesta de los hon bres y s6lo se retiré en Ia mafiana, cuando ya conocin todos nues- ros secretos, Curdn rob6 el instrumento de Caminds, porque ff no Io supo esconder como hicieron sus compafieres; abora quiero saber quién le dio los otros, y to sabré porque nada se me puede ocular. ‘Yorupary saco del mtatiry los espiritus del ciclo y en ellos vio reflejado 2 Cudeabum que se rea, y dijo —iAqui estén ya estas malas sombras sobre Ia tierra para tracr Te cuina de has mujeres! AY quifnes son? —Vancien mascan. Alas que nacieron de has cenizas de Ushi? —Las mismes. =LY qué podemos hacer para que estas infortinadas st olvic den del delito que comeiieron? —Destruir los vestigios de su delito —Pero las sombras de Uslri volverén a tentarlas. Las tentarin siempre, hasta que muera la tierra, Cuando Ile+ gue la noche, espolvorcen con af todas las casas para ahuyentar a is sombras, y arrojen al rfo los canastos de tapioca y los of ‘mentos de plumas, y mafiana, cuando las mujeres despierten les xicwntd encima, ‘ Aranda Je pidié a Yurupary que se qued para ensefiar a las mujeres: no que ck 1 LEENDA De xUKUPAnY 245 =A por qué no lo haces ti? Cample y haz cumplir mi ky. No obstante, fingiré ser payé ante todos y me quedaré media luna mis contigo, El mismo Yurupary fue quien al dia siguiente desperié a to- das las mujeres, y éstas apenas estuvieron despiertas querian afe- rearse a él, poco Yurupary hula répidamente, Y wansformado en payé les reuni6 a todas y les hablé asf: Si no fuera por le compasién que me inspiran, no las pon- drfa en guardia contre la sentencia, que a causa de sus locuras, esa sobre ustedes. En la mente del tuixdus estén condenadas a morit, porque faltaron a las leyes del Sol. Dentro de wes dias les diré lo que deben hacer para escupar la ira de nuestro tuindua. Y muchas dijeron: —{Por qué no not lo dices ahora? Porque se muestran impac ue tengan paciencia. Y cuando llcgé el tercer dia, Yurupary las reunis y les Ahora les daré mis normas para su condusta. EL Sol es quica las ha establecido y se llaman las leyes de Yu- rupary, a las que estin sujetos hombres y mujeres; quien no las ‘eurmpla serd condenado a la muerte. Por lo tanto, si quieren vivie en paz sobre Ia tierra, deben obe- decer estas leyes, tes por saberlo y espero hasta Y las mujeres dijeron; —Enséianos las leyes, para que las po- dames cumplir, Estas son dijo Yurupary: Una mujer, para que sea buena, debe casarse con un solo hhombre y vivir con él hasta Ja muerte y serle fic y no traicionar- ‘fo por ninguna razén. No intentaré saber los secretos de los hom- pase a los otros, ni tampoco querri experimentar ‘placentero. Debe ayunar una luna entera, hasta ya preparado lor alimentos que le estén destin: ‘ni lo que 26 amatanno smeapnts Estas son ls cosas més importantes que de ahora en adelante deben observer escrupulosamente para no caer de nuevo en la ira del evindeet, Las que faltan atin, se las diré més tarde, Y cllas le prometieron obedecerle en todo, y luego no st acor- daron ys de lo que habia sucediea, Después Yurupary se dirigié a la casa apartada con Atianda y Cacyda y alll se quitS su disfraz. —Les ije a tus mujeres las cosas més importantes que deben saber, y promet{ que durante e1da maldad de la tuna habrd reu- niones en tas que los payés les ensefiarin In que todavia falta, Llama ahora a tus payés y diles qué obligaciones tienen, y haz que Ja cumplan y todo ser mejor. Cuando Jas mujeres sean comscienies del peligro que corren si rho observan nuestras leyes, ti podés actuar libremente, y celebrar Iss fiestas de los hombres aqui en la meloca, porque elles m0 que- rria exponerse a perdes la vide, Y si alguna de ellas no obedece, mitala a Is vista de todas, para que esto sirva de escarmienta a sus compatieras. Caryda te ensefiard hoy mismo la misica de Jos muertos, que serd toceda cuando deban llorar a los que murieron y evando beban Toma estos cenamentos y esta méscara que utilizards finica- mente en esos dias, pero que sélo podrdn usar el witdna y el payé. Mientras tanto las mujeres ni siquiera osaben salir de su casa por miedo de hacer algo malo, Pero Curdn, que era astuta y audaz, pasaba los dias enteros cen la cascada, sentada en una piedra con la cabeza entte las manos. Caminda iba todas las tardes a buscarla para Hevarla de vueka’ a casa, pero una tarde no la encontid alll y, desesperado, reunié a todos les hombre: del pueblo y se puso a buscarla iniitilmentes ain hoy nadie sabe qué suerte tuve, Casi todos erefan que La Gran Serpiente se ls habla llevado al fondo de las aguas. Pero también cuentan que desde entonces, en el centro de Ja cascada de Nusquéhusef, aparece a medianiocke una mujer ce cabellos negros, que despuds de as y cantar a LBYENDA ne YenUrary 7 Antes de que legara Ta hora de la maldad de Ia Iuna, Caryda fue atacado por dos tanand’® que se arrojaron sobre él con la fuerza de un curady'™, Catyda corrié hacia donde se enconteaba Yurupary, pero has: 12 allf Io siguieron los tanané. Y entonces Yurupary, viendo perseguido a Caryda, dijo: Somos traicionados otra vez. Sacé los explritus del ciclo y vio a dos de los viejos temuinas que tocaban y cantaban Ia mvsica y aT santo de Yorupuy en mado de las mujeres —Caryda, agdrcate de mi fuertemente porque debemos partir. ¥ volar en direc de ln muloce-namaba y con alle v0. laron también los sanand, Yurupary traté de cazatlos, pero desa- parecieron ante au vista. Y Caryda preguntd: —zAdénde vamos? =A castigar a los traidores, —¢Eran cllos las des senend? No, pero sus amos fueron quienes los mandaron a espiar, __imonee ya arn allt Jor vieiostendein tiempo deer —{Dénde podrin esconderse que yo no lo sepa? Aunque se Geondicran en el seno del agua, o en el de le tierra, 0 en el aire siempre los encontiaré, Y eniretanto pesiban sobre el lugar donde hebia estado la Yer rupary-oca, y Yurupary le pregunté a Caryda: —eDinde esté tu talismén? Aqui est, =Dimelo y toma éte con el que perieguirds a uno de los ‘uaidores hasta matarlo, Podrds llevar a cabo todo lo que te pro- “pones si metiéndolo en la nariz mantienes en el corazén la vo- Tuntad de hacer Jo que quieres. YY Yurupary consults los espiritus del cielo y vio a los traido- tino en forma de tapir, el otro en forma de gusano, que hu- eentraban por la grieta de una piedra Yo voy as el tapir y ta sigue a te, ¥ Yanupory se trans. -ripidamente cn un gran jaguar, y siguid les huellas del le tend pombe al nud ave hacen (en sheet). ie Jane on I mane en tog. 28 [ERAEANNO STRADELLL tapir con Ia velocidad de una flechas y Caryda se cambio en see * Y ente6 por la fisura de la piedea tras el gusano, Cuando Yurupary legs al Rio Inambé, ya el tapic habia pa- ado a la otra otilla, y como no podia mojar el mati, se convisti6 rnuevamente en hombre y erazé el rfo, Pero cuando él casi esteba al ouo lado, el tapir se habia convertido en cujuéy y yolaba en cl- rescién del Rio Tiana, asf es que se tansformé ripidamente en un pequefio y ligeo gavilén y se fue tras ‘Cuando Hegé 3 a orilla del rio, el cujuby se habia vuelta tina sgean serpiente y se habia escondido en el agua, y Yurupary, que no podia mojar el matiry ni separarse de , decidié atrapar a la sexpiente por medio de un eacury*®, on tal fin con una isla hizo uno de los lados del cveury, y con piedcas amoutonades el resto, dejendo en el centro un paso libre por donde debia entrar Lz serpientes y para saber cxdndo cniraba, puso de guardia un cauceo***, Cuando todo estuvo terminado, Yurupary volvié al lugar done de estaba la secpiente y eché en el agua una buena cantided de of Ea cuanto la serpiente se sintié quemada por cl ajf, se fue al fondo del rio y cuando ya catraba en el casury, el couceo dio la stfial haciendo mucho ruido. La serpiente Jo oy6, y queriendo saber Io que era, se meta- smoriosed en sapo y aubid a la superficie del agua; entonces Yuru- paty Ie arrojé tin amuleto sobre la cabeza y lo convirtié en piedva. Una vez que se consumé la venganza, salié en busea de Caty- a, y cuando llegé a la moniata y vio Ia abertura que penetiada hhondo en la tierra, dudando de la experiencia de dts, consaltd el espititu del cielo y vio que el gusana ya estaba en ef Rfo Cu cuiary ansformado en chicharra, Volviéadose entonces diund™® se ditigié sdpidamente en esa discccidn y alli descubsié que la Armee, ‘Gueury- Es un especie de grin juts formar ehmara conus con un centado ce pola batante ato pats sapeae lk supers agin de wn ed eng cm one tats Ct i Ry ‘sr aan Ge) Dewi men a Coes we ones Ye ws thy + ai aa eA "Feo Slap my. wae A LEYENDA DE YURUEAKY 249 chicharra estabs cantando sobre una piedra y al instante 1a con- virtid-en anusgo. Regresé entonces a buscar a Ceryda, que entre tanto habta penetrado casi hasta el centro de Ia tierra persiguiendo al guano, Y como no podia cirlo porque estaba muy lejos, echS en la hendi- dura ua poco de polo que sc cambié répidamente en hotmigas que desaparecieron por Ia abertara, Picado por las hormigas, salié Caryda, y entonces Yurupary le pregunts dénde estaba st enemigo, y 4 contesté: —Creo que las hormigas se lo han eomido, —¢Estls seguro de su mucite? No Jo 56 pero supongo que muti6. —Pues bien, vamos a ver si es verdad lo que me dices. ¥ co m6 entonces el espiritn del cielo y le mostré al viejo convertido fen musgo, y le preguats: —gPor qué no recurriste a tu piedra? Porque no cief que un gusano fuera capez de engatar a un sani. Pero ahora te rucgo que me digas céino revelaron estos dos Vigjos nuestros secretos a las mujeres. —Todas las mujeres son curiosas, y desde el dfx que salimos de nucstia casa, las mujeres, que fueron la desgracia de Ualri, no dejaron nunca de indagar la causa de nuestra desapaticién, Estos dos viejos volvieron a la tierra de los nunibas para en seflas nuestras leyes, y apenss llegeron les rodeaton las mujeres para enterarse de Jo que queriaa, como ellos eran de voluntad {frégil les ensefiaron todos nuestros secretos y la misica y al canto ke Yurupary. Pero después, dudando que yo supiera algo, mandaron sus amuletos para que avisaran euando yo llegara, pero aunque les hu- biieran avisido a tiempo, habrian sido castigados lo mismo. Las mujeres que no sabfan sada de lo que habia pasado, pen- saron que kot visjos ce habfan escondido para no acompaiarlas en 9 que se han quedado allé? “payé la milsica y el canto de Yu- 250 [BRAEANNO STRADELLT A Yurupary no le gustaba saber por anticipade lo que iba 4 ocurtir, y por eso no sabia lo que pasaba con los otros dos vie jos que se habian quedado con les nunuibas. Las nunuibas, viendo que los viejos no aparesfan, fueron a seducir « los otros dos que quedaban, con teda clase de artifcio, para que acabaran de ensefiales Ie mica y el canto de Yurupary Miud, le mis experta en el are de la dulzura, obré de tal ma- aera que ellos cedicron y prometicron revelar todas los secretes de Yarupary y también darles lo instrumento. ‘Una promesa se cumplié: al dia siguiznte los vijos complete- ton los instiumeatos para poder comenzar la fiesta esa noche, Cuando leg Ia noche, todas las mujeres de la malocs aunuiba estaban reanidas en Ia sala de la fiesta, y los des viejor comenz2- ron a tocar sus instrumentos con las mujeres y las que no tenian instruientar acompafiaban con el canto. El ¢wisdiee Nunuiba estaba con los suyos viendo la festa y penié que ls tal ley de Yarupary era un engafio inventado por los dos viejo, y «si comentaba con su gente: =ANo ven cémo é&os nos quieren engaiiar con Yurupary? Ayer nos decian que todo debia ser un secret para las mujeres y hoy ellos mismos son quienes se lo ensefen, Si fuera reréad que el Sol mands 3 Yurupaty a dares si leyes,

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