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La telenovela, el viejo melodrama que nunca muere Delia Fiallo ara hablar de la telenovela, hay Pressroom Eo ccemos entonces con una frase hermosa de los viejos cuentos... «érase una vez»... hace muchisimo tiempo, antes de este siglo XX en el que creemos haberlo descubierto todo, existicron Jos «creadores de fantasfa» y fueron ya entonces un feniémeno social. En un momento cualquiera dea vida de una comuni- dad alguien se puso anarrar, acuen- tear. Y un auditorio se reunié para escucharlo, {Qué narraba el cuen- tero? Lo que pasabaasualrededor, y Jos que le escuchaban se vefan retra- tados. Era como un espejo. Apare- cicron después los cuenteros sofisti- ccados de mascara y coturno, los ju- flares, los romanceros ambulantes. ‘Mas adelante vinieron Shakespeare, Comeille, Racine, Molitre, Lope, Calderén, Moratin, Zorrilla. Surgié elteatro moderno, el cine, hasta que finalmente un sefior Blaird invent ‘unapantallachiquita queestremeci6 a todos los sistemas de comunica- cidn social del mundo y se instal6 como inquilino perpetuo: la televi- siGn. Con la televisién surgieron las telenovelas, quel igual que elcuen- {ero narraban la vida que vetam alre- dedor. Y lostelevidentes se sintieron retratados en las tramasy personajes que aparectan en suspantallas. ¥ era ‘como un espejo. ‘Acestas alturas cabe apuntar que al final de un impresionante cimulo decriticas,ataques, discusiones,and- lisisy estudios acercade este género que tan répidamente se arraig6 en el gusto popular, se ha Hlegado a la conclusién de que precisamente una de las razones del poder de penetra~ para reflejar, mas 0 menos acertada- mente, una realidad cotidiana. Por ‘supuesto, ha habido gran curiosidad porconocercudlesel secreto, de qué ‘manera se logra captar al receptor & inducirlo a continuar viendo un di Curso televisivo largo y fragmenta do... d6nde reside el encanto, la fas cittacién que la telenovela produce cen millones de espectadores. Pres- cindiendo de las conclusiones va sas producto de la Semiologia, voy a ceflirme al resultado de encuesias populares, las cuales arrojan las si- guientes respuestas: «Me gustan las telenovelas porque son reales»...»Porque presentan los pro- lemasdela vida»...»Porqueenellas ‘se muestran las cosas que son de la realidad... «Porque ‘gn éllas pasan cosas que les pueden ciéndelatelenovelaessucapacidad KRQUITANERNE Pasar a cualquiera, hasta a mi>..0 5 ‘como dijo un periodista: «Es un dra- ma tan simple, que a veces el tele- spectador tiene laimpresién de estar viendo las escenas cotidianas de un vecino». O para resumir, cto las palabras de Jesis hiiez, Catedréti- codela Facultad de Sociologia dela Universidad Complutense: «Las conversaciones de «Cristal», son las smismas que tienen lugar en el mer- cado,entreel ama de casa y el cani- cero», Esto nos lleva a citar la defi nicién de Sthendal, lacual decfa que «unanovela es como una miradaa lo Jargo del camino», nos plantea el cconceptode «verosimilituds,el cual segiin Aristételesalude a dos moda- lidades de la relacin de la obra de ficcidn con algo exterior. Una, ade- ccuar el texto con lo que los ecepto- res aereen> que es la verdad. Oura, adecuar la obra alas reglas del géne- ro, de cualquier género determina- do. El contenido de la telenovela siempre plantea una visién del mun- do, un sistema compuesto por valo- es positivos y negativos, pero debe hacerlo de acuerdo a su forma espe- cifica, de acuerdo.asus cédigos, por- ‘que si no perderia el «efecto teleno- vvela», es decir, su capacidad de pe- netracién social, absolutamente de- ‘mostrada en relacién a otros tipos de discursos sociales. Alahorade sentarsea trabajar,el escritor de telenovelas puede hacer- Jo tomando distintos criterios. Uno, décidiré respetar el género, y aun ‘con la sensacién de que ya todo esté hecho, tratar de ser creativo. O pre~ ferird plagiar otras obras, lo cual es ‘més cémodo. O asumiré una actitud critica frente al género, intentando cambiar su esencia basica. Esto iti- ‘mo lo considero un grave error, por- queala telenovela hay que aceptarla talcuales, y cualquier innovaciénde susestructuras bésicasconstituye un experimento riesgoso. Segiin ‘Teodorov,en las comunicaciones de masas, lamejor obracsla que mas se adeciia al género, la que menos se aparta de él, Mientras, en otras for- ‘mas de comunicacién, por ejemplo, Ta literatura, la mejor obra seria la ue introduce rupturas en el género. Esta afirmacién parece un concepto estilista de 1a cultura, pero en mi ‘opiniGn se debe aceptar el cardcter especifico de la telenovela y tener muy en cuenta paraquien se escribe, logue este pablico prefiere y necesi- tay lo que es capaz de comprender. ‘Al menos estoy emitiendo un crite- rio honesto, reconociendo la verdad incontrastable de que estamos mo- viéndonos dentro un vehiculo co- ‘mercial. En la creacién televisiva hay unintentodélemisorparainfluir sobre el receptor y es necesario que el receptor perciba la existencia del ‘mensaje para que éste sea efectivo. El mensaje se da con una fiierte carga emocional, tratando de esta- blecer y mantener el contacto con el espectador, es lo que se llama un discurso phatico, y no podria ser de otra manera. Usar un medio de ma- sas y no preocuparse de las audien- ccias serfa un contrasentido. Cabe decir que en muchas partes, la tele- novela ha arrastrado mala reputa- cin, por su deliberada intencién de ‘conmover hasta las kigrimas. Y las lagrimas se van haciendo ridiculas ante el avance de una sociedad me- ccanizada,fuerte y reprimida. En fin, sean lo que sean, Ilamados culebro- nes, cultura de masas, fenémeno so- ciolégico, puro negocio empresarial simple divertimiento, el aconteci- miento esté en la audiencia que exi- Re quiere ver reflejada en la panta- a cosas que se aproximan a su vida cotidiana, Aparte de sus lejanas raices ju- slarescas, todos sabemos que latele- novela se inspira en los grandes folletinistas del siglo pasado como Balzac, Galdés, Dickens, Sthendal, Victor Hugo, Dumés, Tolstoi, las hhermanas Bronte, y otros. Fue el pueblo, més que lacrticaculta, quien Ie dio la gloria a 1a narrativa de aquella época. Desde siempre, las ‘manifestaciones de gran arte para la gora, para los estadios. Debemos recordar que el teatro moderno tiene sus antecedentes en aquellos «pa- 0» presentados en tablados popu- lares, y que la novelistica moderna ‘empezéconlasnovelasdetectivescas ‘deConan Doyle. En realidaden 1830, al cobrar fuerza la novela social en Inglatera y en Francia, la literatura se democratiza, deja de ser elitesca, lector medio, porque él se siente identificado con esos temas. Es en- tonces cuando surgen tas narracio- nes episédicas y por entregas, como «La Cabafia dei Tio Tom», la cuales el antecedente més cercano de Ja telenovela actual. En nuestros tiem- ‘pos, Ia televisiGn reemplaz6 como ‘medio deentretenimientocaseroala antigua novela, y la telenovela fue para la mass media del siglo XX 1o que lanovela por entrega fue para la burguesia del siglo XIX. ‘Aunque Charles Dickens drama- tizaba sus novelas ante un pablico usando diferentes voces, y Mark ‘Twain enfaporcostumbre declamar sus cuentos, la primera manifesta- in del género en América fue ta soap-opera, originadaen los Estados Unidos por los afios veinte en seria les radiales diumos. Mas tarde ta telenovela radial dio paso a la tele- novelapor televisin transmitidadia- riamente en horas de la tarde y triun- falmente instalada después en hora- ios nocturos, donde el génerocul- min6 en producciones tan avasa- Mantes como Dallas y Dinastia Fue Cuba la continuadora, y el .género tuvo un curioso antecedente enlos «lectores de tabaquerta»,quie~ nes para entretener a los obreros mientras torcian y despalillaban las hojas del tabaco, lefan las novelas melodraméticas y roménticas més famosas, siguicndo a preferenciade su auditorio, La radio empezé en 1922, yen 1928 una emisora, Radio Salas, inici6 1a transmisién de un ciclo de zarzuelas; la primera fue «Los Molinos de Viento». Surgic~ ron después otros espacios como: «La Hora de la Farmacia Joffre», «La Hora miltiple» el «Radio Tea. tro Ideas Pazos», Se limitaban toda- viaaadaptaciones de obras deteatro, musicales y comedias yse pagabaun ‘peso a los artistas por la actuacién, Recuerdo también «La Novela del Aire», cuyainolvidable presentacién decia asf: «Abrense las paginas so- noras de la novela del aire, para brindar a ustedes ta emocién y el romance de un nuevo capitulo»; me vvienen a la memoria grandes éxitos, como «Ave sin Nido», «EI Collar de y los temas doméstcos captan al REMMNTEEENH Ligrimas», y los nombres de las 16 estrellas deaquella época: Mara Va- lero, Emesto Galindo, Carlos Badta, Juan Lado, Marina Rodriguez, Mar- ta Martinez Casado, quien protago- izaba «La Novela Palmolive». Y por supuesto,el maestrode losmaes- tros del género, Félix B. Caignet, conquist6 grandes éxitos con series radiales como «Chan Li Po», «La Serpiente Roja» y més tarde su obra maestra, «El Derecho de Nacer», inconmovible al paso de! tiempo. Otrasdestacadascultorasdelanove- la radial, fueron Caridad Bravo ‘Adams, Inés Rodena, Hilda Morales de Allouis, Aleyda’ Amaya, Dora Alonso, Olga Ruil6pez, Iris Davila, y no ...puedo omitirme, yo..: Ahi fueron mis inicios. La televisiGn entr6 en Cuba all por el afio 50. Al principio los pro- gramas draméticos eran unitarios. Recuerdo «Fab por el Mundo» «El Humodel Recuerdon, «Estudio 15», «Miércolesde Amor Palmotive>,es- critopor mf. Perodefinitivamenteen elafiode 1952, en CMQ, ala una de Ja tarde, se inici6 un programa lla- mado «LaNovelaen Televisi6n».El primer titulo fue «Senderos de Amor», escrito por Mario Baral, protagonizado por Adela Escartin y Armando Bianchi, y contaba con 52 capitulos de continuidad. Esta fue la primera telenovela escrita en Lati- noamérica. Y que se despejen las dudas que cxistian, fue Cuba la que se levalapena yla gloria, Posterior- mente, en el 57, fui yo la segunda autora cubana que escribi6 la novela de continuidad, en el programa «Miércoles de Amor Palmolive>,en clespacio estelar de las nueve de la noche, teniendo como protagonistas Gina Cabrera y Alberto Gonzélez Rubio. Laprimeraserie,comoexpe- rimento constaba de 16 capitulos y se llamé «Hasta que la muerte nos separe». Las siguientes «Soraya» y «Cuando se quiere a un enemigo», Iegaron a los 90 capitulos. Y ya afianzando el género en su horario, vinieron dos telenovelas de ciento y picodecapitulosy gran éxito, «Lidia Sandoval» y «EI Angel Perverso>, Ja thkima mas conocida por ustedes con el nombre de «Lucerita» . tica noveta de continuidad se Hlamé «La Criada de la Granja», pero las informaciones recogidas permiten afirmar que hasta el afto 1958, las series duraban solamente entre 20 y 25capftulos,de quince minutoscada uno, Yaen el afo de 1959, a teleno- ‘ela «El Tirano Aguirres, transmiti- da por el Canal 4 a las ocho de la noche, lega a los 60 capitulos, den- tro de un espacio denominado Tele- novela Venezolana. En este mismo afio salié al aire una serie de 127 capitulos, la cual obtuvo gran éxito, Hamada «Todos fuimos culpables», cescrita por Enrique Jamés, protago- nizada por Tomas Henriquez, Car- los Marquez y Yolanda Méndez. En México a primera telenovela salié al aire en el arto de 1958. Se amé «Senda Prohibida», tuvo 50 capitulos y fue escrita por Fernanda Villeli, Sus protagonistas fueron Ju- lio Aleman, Barbara Gil y Silvia Derbéz. Enla Argentina, tengoentendido que la produccién de telenovelas empez6 sobre los aflos 60, entre sus rimeras series se encuentran las ‘obras «El amor tiene cara de mujer» xy «Cuatro hombres para Eva». Entre Jos autores mas destacados del géne- r0,enaquellaépoca,estin Nené Cas- telar, Abel Santacruz, Alberto Migré, Delia. Gonzélez Marquez y, poste- riormente, Celia Alcéntara, autora de lacélebre "Simplemente Maria". Toda esta gente que acabo de nom- brar para hacer esta resefia hist6rica delacreacién televisiva, fueron pio- neros y primeros mértires del géne- ro. Porque cuando se habla de tele- novelas, hay que hablar de sus de- tractores. A nucstras obras se les lama ofidios, bodrios, banales, cur- sis, alienantes y algo mas que se le juzga en una forma divertida y bur- lona. Viste bien decir que no se ven Jas telenovelas, parece una actitud ‘muy culta, muy refinada no ver tele- novelas, aunque muchos de estos eriticos se conocen todos los inci- dentes de-cada capitulo y viven pen- dientes de cuando a la malvada se le vvaa descubrir el secreto que oculta. Son gente que vive atada a viejos esquemas culturales. Gente que no En Venezuela, la primera autén- baila pegado «Quigreme mucho», 7 que no canta «El Rey» cuando se pasa de tragos, que no Hora cuando oye «Adids muchachos compafieros . demi vida», queno sacude el cuerpo con «yeme Cachita», que no se le va el alma en un «cante jondo». Estos arist6cratasde ia cultura se mantienen fieles a la Gpera y a las ‘obras selectas para minorias, defien- den la pureza del idioma y en algu- noslugares,comoen Venezuela, han egado a conseguir con sus ataques al medio, que el gobierno legue a considerarla posibitidad de estatizar la televisi6n, para convertirla en un vehiculo que culturice al pueblo. ‘Noentiende esta gente que todas ‘esas especies popularescitadasante- riormente, a veces despreciadas y escarnecidas, forman parte también denuestracultura. Noentienden que yaresultaanticuado encerrarel con- cepto de cultura dentro de cénones rigidos y pensar que « haya levadoa miles de mujeres aun cchequeo médico el cual pudiera sal- var sus vidas. Por lo menos algo tendriamos que agradecerle a Ino- cencia, Otra: «En Sevilla una fami lia se tuvo queira veranear a Mallor- casin la abvela, quien se qued6 sola en el pueblo para no perderse un capitulo de «La Dama de Rosa», pues nadie pudo convencerla de que un cable de televisin pasaba por ‘encima del mar». Otra: «En Mosc los trabajadores de 1a red de agua potable, sorprendidos por losreven- tones de tuberias a una hora dada, descubrieron que era porel aumento de la presidn en las caferfas durante la transmisién de la novela «Los Ricos también Horan», pues los gri- fos permanecfan durante todo ese tiempo cerrados, 0 sea, que pese a los ataques enconados y a los feos augurios, la telenovela mas lozana que nunca, marcha adelante con su carga de suefios y de ilusiones, su fantasia, su alentador estereotipoacercadel bien y del.mal, sus finales felices. Le {queda mucho camino por recomer todavia, porque el viejo melodrama sobrevive. Porque sus autores son gente quehablan al coraz6n,alalma, al sentimiento, * Conferencia dietada para la Untver- sldad'de Salamanca, el 30 de jullo de 1992, publicada en la revista Todos, ETN junio, 1993.

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