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remnora (Corgi Prudencio: Desde el arin EE Cergio Prudencio: Desde el jardin * English version El pasado mes de junio nos reunimos en Quito un grupo de compositores de los paises andinos y de Alemania. Se trataba del I Encuentro Andino de Musica Contemporanea, organizado por varias instituciones locales, a iniciativa de Milton Estévez, dinémico misico del Ecuador. Los compositores nos parecemos, sobre todo los compositores "cultos" o "académicos”, Somos un poco nifios: frégiles, inocentes o ingenuos (no sé), ensimismados; también sensibles y vulnerables. Por eso encontramnos resulta interesante, Descubrimnos - por ejemplo - estableciendo afinidades y complicidades, o lo contrario: desafinaciones y complicaciones. Unos con otros, somos espejos 0 precipicios, Es como una fiesta de cumpleafios con pifiata. Pero resulta que los compositores formamos parte de una realidad que no tiene consideraciones con nadie: ni con los nifios de verdad, ni con los pobres, ni con los débiles por cualquier causa; mucho menos habria de tenerla con los compositores, a quienes cada vez mas encuentro sin lugar en el mundo. ‘Asi es que casi siempre somos habitantes de debajo o de encima, en todo caso de afuera. Somos un excedente social Iujoso, como un papagayo en el jardin, que no ara la tierra, no da leche, ni siquiera cuida la casa, pero la adomna. {Situacién irreversible? No creo. Sobre todo porque somos lo que somos, por formacién. Se nos ha enseiiado a no establecer vinculos con la sociedad, a no formar parte real de ella, Y eso puede cambiar. Cambiar cuando en ver de sentimos vietimas, nos reconozcamos cémplices de esa situacién estéril. Cambiaré cuando dejemos de ser nifios (en ese mal sentido). Cambiard cuando descubramos que tenemos armas no sélo para integrarnos a la sociedad sino para ayudar a transformarla, Porque con esa imagen del compositor en el éter (que tanto envanece a tantos), pierde el propio creador, pierde la comunidad, y s6lo gana el sistema, ése que no quiere mas (ni menos) ‘que su propia perpetuacién, No fute ajeno al debate general del Encuentro el tema del colonialismo, como problema hondamente arraigado en la masica culta latinoamericana, tal vez mas que en ningin otro arte. Y resulta increible cémo no obstante las removedoras propuestas creativas de Silvestre Revueltas, Amadeo Roldan y tal vez algunos otros de esa generacién, junto a importantes nombres posteriores, el referente técnico y estético para la composicién en nuestro continente hoy, sigue siendo el modelo de la metrpoli. Nos negamos a producir un pensamiento musical propio, Nos negamos a escuchar lo que nos rodea, y ni qué se diga a entenderlo. Nos negamos a auto-representarnos, Preferimos pensar como los colonizadores (cuestién de status), escuchar s6lo su musica y mal repetir su estética. Como si no hubiesen otras misicas, otros signos sonoros, que aqui en nuestras narices y en toda la extension del continentte, nos sefialan alternativas y rumbos. El aleman Wolfgang Motz (1952) cuestionaba al mirar un libro de pintura latinoamericana del siglo XX: {Por qué los compositores latinoamericanos no componen asi como pintan los pintores latinoamericanos? Fijate, estos colores no son europeos, ni estas formas, son de aqui... . Replico entonces que justamente la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos de Bolivia es una alternativa planteada en esa perspectiva, Paraddjicamente, horas después el compositor peruano José Sosaya (1956) observaba el cardcter localista del proyecto boliviano con el cual - dice él - no tengo ninguna identificacién. Eso es andino y yo soy trujillano... . Y estoy hablando de un excelente compositor que presenté obras originales ¢ intensas, sobrevivientes tal vez. a su formacién parisina. hips: latnoamerica-musica.neUpuntos/pudenciofarci-es nil 1 aamr2019 Corgio Prudencio: Desde el jarain Esta situacién, a la que me refiero por su cardcter ilustrativo (y no por nada personal), es constante entre los compositores del continente. Nos es tan ajeno lo propio, como propio nos es lo ajeno. Es que seguimos creyendo que estudiar musica es estudiar la musica de Europa, desde los cantos gregorianos hasta Schoenberg (con suerte). Lo otro es "hacer etnomusicologia”, que en los hechos es como estudiar el fondo del mar desde la playa y con lentes de sol Es que propio también es ahora lo que nos trajo la colonia, sefialan los colombianos Andrés Posada (1954) y Guillermo Gaviria (1951). Desde hace 500 siios Ia América tiene dos componentes y hoy nninguno es mis o menos americano que el otro, Pero nuestra informacién general respecto de uno y otro componente es tan desigual, que las propuestas artisticas que hoy producimos, mal podrian tenerse por resultado de sintesis. 501 afios despues, entre esos componentes, uno sigue siendo el conquistado el otro, el conquistador. Existe una hegemonia con todo lo que ello implica en términos de valor y presencia. Porque cuando los compositores latinoamericanos conozeamos tanto y tan bien de nuestras miisicas ancestrales y populares, como conocemos la del pelucén Bach y su linea de sucesién, entonces seguramente no estaremos componiendo como en general hoy componemos. Lo digo sin juicio de valor alguno. Y nadie nos quiere escuchar. Por eso también sufrimos, ya no como nifios sino como adolescentes incomprendidos. Nuestros conciertos tuvieron lugar en un precioso auditorio. ,Y qué tal la acistica?, pregunta Eduardo Kusnir (1939), el argentino-venezolano. Bien - dice José Carlos Campos (1953) del Peri - ya con el piiblico se asordinaré la resonancia que tiene. A lo que Gaviria puntualiza: Lo que pasa es que esa sordina esta noche estard puesta en el estadio Atahuallpa... (jugaba Ecuador con Uruguay por Copa América). Y en efecto, Sin embargo, en pleno campeonato, Gonzalo Rubalcaba, un joven ‘genio cubano del jazz post-modemno, tuvo 3000 personas en sala, escuchéndolo con fascinacién como a un decidor de cosas que todos quisieran decir. La "sordina" en el estadio y las 3000 gentes de Rubaleaba me hicieron sentir realmente como papagayo en el jardin. Y estoy consciente que hay muchas consideraciones por hacerse en el tema de la relacién arte-sociedad: la educacién, los medios de comunicacién y las clasificaciones de la misica, por ejemplo, Pero en lo que a los compositores nos toca, ,qué? {No tenemos ninguna responsabilidad ante nuestras salas casi vacias? {No serd que estamos diciendo cosas que a nadie interesan, en un idioma que nadie comprende? {No seri que plantearse esto es cosa esencial para hacemos grandecitos y para encontrar nuestro lugar verdadero en el mundo sin que nadie pueda condenamos a la intemperie’ 'n charlas informales, y en acto de valor, comenté con los colegas que mi hijo dijo una vez que mi miisica era "una porqueria". Lo dijo conb rabia en un gesto de rebeldia. Me hiri6. (En mi descargo - si vale -, aclaro que lo dijo al cabo de un concierto en el que dirigi no sélo misica mia, de manera que la responsabilidad es compartida). Rieron los compositores. Sin embargo, fui descubriendo que de una u otra forma la mayoria habia tenido experiencias semejantes en contenido, aunque con variaciones. El dia en que nuestro compatriota y maestro Alberto Villalpando quiso escuchar de retomo a casa la grabacién de su "Misica para orquesta IV", interpretada magnificamente en Quito, su pequefia Valentina lo impidié muy al principio, con un lapidario asusta... asusta... Hablo de hechos aneeddticos, es cierto, y no esti en mi intencién, ni mucho menos, descalificar a quienes en muchos casos tienen cosas importantes que comunicar y para ello manejan su técnica con gran sentido ético. Pero eso no nos exime de la reflexidn a la que estamos obligados en esta encrucijada. La misica "culta" Hlegé a la América por el Atlintico, y ahora forma parte de nuestro patrimonio, Sin embargo, a diferencia de muchas otras categorias coloniales, no hemos logrado hasta hoy (salvo excepciones valiosisimas) convertir ese lenguaje en un cédigo de verdadera auto- representacién e interlocucién con nuestra sociedad (mestiza y diversa). Y aqui y siempre, vuelvo a Silvestre Revueltas, ese desconocido, que murié solo de toda soledad, resistiendo el sin sentido, la intrascendencia y la superficialidad, y que hoy nos seifala y reta a unos e incomoda a otros. Crecer y ganar un lugar en el mundo, son tareas pendientes para los compositores latinoamericanos de hoy. Primero habra que querer hacerlas, después habré que aceptar que s6lo con dolor se deja de ser hips: Jatnoamerica-musica.reUpuntos/pudenciofarcines.himl 20 2enno18 ergo Prudenir Desde ljarain algo para ser otra cosa. © 1993 by Cergio Prudencio *Con permiso de Jerzy Kosinski. CC. Prudencio: Desde el jardin, En: Presencia, La Paz, Bolivia, agosto de 1993. English version 4 ical comienzo hips: latnoamerica-musica.neUpuntos/pudenciofarci-es nil a

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