Roger Bastide PDF

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Antropol aplicada | Roger Bastide \Amorrortu editores ‘Buenos Aires dS ttn ae Geltman tbropologie eppliquée Roger Bande, 191 Traduccién, José Castellé Revision tdcica, Alfredo N. Antopniai Unica edicién en castellano autorizada por Editions Pe Fy idan prox cdo by uc ‘Queda hes tl depSsito que previne I ley n 11.723, 6 1 reservados por Amorrortu editores S.C. A., Luca S205 La reproduccién total o parcial de este libro en forma idénti Solids scrta « maquina por el sstema maligrap, mi Saetins sete, Cae eS Sesion . Gualguier utiznlén debe sr previemen Tmpreso en la Argentina, Printed in Argentina ADE de filosoffa, antropologla y lig Introducci6n elaciones entre Ia ciencia y la prictica —o al menos ts Las relaciones Some al tespecto— han slsido una modiée Se eke dee el medio qu sobre cl parca p= SS ncssce en el Discurso del Método * hasta el ofte- porcions Qtsfos Mars. Deberos, pues, como primera medida, io Por aretopologia apicada entre esos dos modelos, que Ia prictica, Senn amttétics. Cidentemente, Ja ciencia ha estado, precedida Bridememe nica o magica, Como djo Comte, la ciencia nacid fac ett prdtcis peo, aunque ese haya sido su Origen, tases Pergo consuise como elenia sino a condicién Be Rideender tales necesidades y convertire en conocimiento ‘feces desea, ar lion 2 It eet esi ven que Ia sociclogta se desarolla a parti de Ia crisis furopen abierta en Fay tt i naa d tools SOIERS para resiverla e postivismo procura defini una cin libre y puede luchar conta los determinismos, mientras que In naturaeza se somete a ellos, Bese a todo, la objecién no es fundamental, Puede perfectamente admitrae que allt donde hay hombres, y no tan solo objetos de Ja natoraleza,surgen fenémenos nacvos, Comte, por ejemplo, lo resnocis: en las ciencies naturales —detin los elementos existen antes que tl todo; en las lencas humanas el todo es antezior alas partes. 3 Cournot, Metériliome,witaliome,rationaliome, 1875; Ties, Gmeine Iehoft und Cselicbofp Ve, 1887, Me Weoet, Wirtschaft wad Gere Seba, do hy 3 vay 192. : nbos grdenes no le impedia creer a rain ent 3 a sc, tn ersforadrsy del Control ay posited 9 Et como exitia un contol sabre fay jive, Oeurre simplemente que esta zas de Ja natural sere una esteategia distinta, ¥ se sabe que él la buses ot Beau Jey educacién. Como quiera que sea, volvende <1 de fema, queda en pie la posibilidad de una antry Aplicada sobre a base dela ciencia antropolégica; sim his compra ae is ees aplcasde a natal oa jeién es mas grave. Es la que se refiere dese dare a cool sobre if fen SBrubl,« propésito de la moral, destacaba el cre ee cna de ls fies; solo hay cenca da aioe! Se han becho, cettamente, muchas tentativas endagl Sars cer nu coi de hs fie. La de Dako seonocida —este Durkheim para quien Ia sociologi ea ean pa kor de poospecon tno renee al cost ea dette el fin sn To normal yet, a 2 To funcional, y consecuentemente, en iiltimo’ andi seen del iI ad de acy de al fof fable d'un wataminto sei Peo ets ils ir en serine cotta non notteamericanos, a quienes tanto preocupa elaborar, Ecce ng tame Bantin el problema dels fins fuera dela perspectva ePero ci que aciso existe uns acciin humana én el control sobre las fuersas sociales note fetie pana en el contl sobre ls foezas socises no g.eatuasdistnts. Lo cul supane gual en de Fiacdn no seria ota cana que is fosna omen teen cpg yes fo conten Blanifcacin sn soictada por los oe ke carole, sn ada pot los gobicenos de Tos pases sb isis de la esclayitud ha most Brel, Le mora 3 E Duskhsin le et ls science BE Dothnin i aes i Mine des moe, Pat i . 1 sociologiquejte Batts, It edy ‘fmol, en lo que se rete a Durkheim, por parte de G. R ida por los intelectuaes y los politicos, sin gue esto imy ech hays vada or Is capedaey, ks es oe eet de as tligonesielnic cone ate 3Jos Peis culcuras nativas praticada pot la cultura de Oi Ger een favor del mantenimiento de'una personalidad origi cept Forts Io que J. Berge delinié con acterto como el gran nal Pere eure 10 Uno y lo Maltipe, ente la cltura occidental sets por las maces nacionesindependientes y las «pers- adopiatee o xdentidades colectivaso? «E] mundo obedece a nal imientos de uniformacion que n0 solo pesan sobre fs ars de independencia rein adguitia sno también sabre los Pale cidos hace mucho, Los problemas, a medida que se plan- constinwietecen subordinados a ténieas abstractas y cosmopo- Jitas, vélidas para todos y disociadoras de lo poco que nos das Me idetidad, Por una croe rons el acco miso a fistoria parece tender a la abolicién de los sujetos colectivos Pistons Hon a esa historia.” Tease en la que reencontramos # $26 Cournot del que habiamos hablado, en aqvello del lismo y lo histérico abolidos por el racionalismo. Pero este racionalismo no es un valor universal, sino el valor de una acne fuera: Ia nuestra De este modo Ia ciencia de la era del liberalismo se. estrella con un Ss ou oo pun sata lo es fa Sorapolota spcaa solo pocde proporiont al ingeier> Sociedades un conjunto de medios. ¢Pero medios para qué? ston gue preposto? Forzosamente, pues, debemos volvernos hacia otro modelo —el serrobke el marino para vera este os permite Uperar I aporia que nos mantiene detenidos desde el principio de-esta obra Sin embargo, antes de abordar este segundo modelo reconstru- amos el primero, tal como ain hoy se manifiesta en los pafses de capitalismo liberal. Asi como hay una biologia —clencia exact y una medicina —arte aplicado—, as{ también existen na aniopolgta essen cua nce meta os alee ‘conocimiento conceptual de lo real— y tne antropologia elf nica, que emite un diagnéstico sobre cisos particulares —el estado de tn grupo social o de una comunidad en crisis— con ‘miras a determinar cudl debe ser para cada uno el tratamiento Socioterapéatico aplicado. Lo préctico se conecta con lo Toeéieus et Nature seconder, Etudes de vol. 1) 1968, pips 1127 1), Berge, ‘esignos». Y¥ con mayor raz6n en las ciencias ‘humans Sologin 5a sociologia revelarin Ja importa feusforna hasta el punto de que concluimos 3 convertinno en aquello que creemos ser; Ia idea que nos 1. ail socal basta pata produit cambios en exe realidad, ja tal punto que aun cuando creemos tan solo auscultarla la ramos recreando, Pero quien constrye el segundo modelo en su forma si ei Cie rapt reece el, que crf fat Epis le dle ca del hore ou fuca cote a de partida —a la inversa de Het saturaleza y su participacién en la lucha de clases. La praxis speede al ogos. Las ideas ya no son, pus, simples cope de es coi, sno feras que se ralizan én el mundo, Lo verdade- aguello que se vetfia a través de nuestra acciéa revolu- cionaria. A esto se debe que el antiguo modelo de Ja antropo- login eplinda el de Ta epoca iberal, soma de una clea teérica'y up arte aplicado— se derrumbe; los conocimientos Sitios se desrollan Is pat de nuestros conocimientos ple B= 7,2— un mismo movimiento de la. press. ale vez, ya que vervencién humana en la realidad social es accién yy clencia emit al mismo tiempo modificar él mundo yal transformarlo, conocerlo, 8 En este sentido for ode me, Naonl Science Foundation distngue cuatro sito ref TR Neon Sue Fn ane sae te Sec giles came Se i ec et inn dee cen de ae zo, pr Semple), er tmionamlento econ? R TE aoe hcemes de nosotos misc oot ‘Tomaremos un ejemplo —y adrede lo extraeremos de un te Teno explorado por no marxistas— para mostrar con més cla tidad cudn profunda, aunque por lo general inconsciente, ha Ia penetracién de este nuevo modelo en nuestro pensamicn- fo contemporineo: la teorfa del mercado. En le economia de Ie époce liberal el mercado, se presentaba como un dato de echo, que era preciso describir desde afuera (Durkheim decla: promo ana cost»), y explicar. Hoy en dia el mercado dejé de seein dato para convertirse en un medio de informacién que 155 economistas utilizan con miras a racionalizar Ia economia, Convo cual se dan cuenta de que es imposible examinar este ferémeno fuera de un contexto politico y social determinado;, Ei'mercado ya no es sustancia sino funcién, y esta funcién cam- fia junto con los cuadros socioldgicos. En resumen: del bom ee omomrcus se ha pasado al homo aleator et moderator rerum. Ta sociologia del conocimiento desarrollar, a partir del modelo i én de la ciencia que se niege —a dife igo spat los oko de vale de los Jaicios de realidad. El hombre, puesto que se encuentra en Ia ‘estudiada por él, es al mismo tiempo actor y objeto Je ie investigaciOn, juez y parte. Pero seguimos todavia en lo Gescriptivo, y subsisten nostalgias de la objetividad, incluso en cere rspectiva, tanto se intelectual —de acuerdo con Mann- feime estd colocado por sobre los grupos cuanto si —segtin Max Scheler— lo que se obtiene de la sociologfa del conoci miento es mas una leccién de vigilancia y autocritica que 2) fueva teoria del saber-accién. La sociologla marxista va més rae eo npancose a definir In veruad ontldgicamente Is presenta como la toma de conciencia de una en {tance de consttuirse, y de constiturse gracias a nuestra acciéa “Jemitrgica. Segiin Lukics, dado que para él todo pensa- miento se halla por naturaleza tnido a la accién, no se tiene, en ‘efecto, derecho alguno a hablar de una ciencia de la sociedad Sino tan solo de «conciencia de clase», la que se expresa en el terreno de Ia explicacién de los hechos humanos. ePero quién dejaré de ver, entonces, que @ partir de ta enrropologia aplicada solo puede estblecerse en medio de un combate donde, al constituirse, corre el riesgo de ferse? Acerca de este punto tomaremos como base una rel lexién de Dufrenne+ La psicologia —destaca este autor— no encuentra © Agul sintetizamos la opinién de G. G. Granger, Métbode éronowigne, Parl 1953 10M. Dutrenne, Année Sociologique, 3° serie, 1948-49. 3 an pareja con la técnica; conocimi cy haces ae Pano comportamin reper pontine, Wf persuadimos, cOmo nos snfOrMaIROS acereg soo (ca Spores.) ba vuelto centfica con sly no mer forma de ténic, ingenua ¢ ina transforma forma de accién més reflexive (Procesos educy. ete," Jnua de pacologia médica ...). Pero en el teeny Germs cas socidles ya no nos encontramos Gnicamente coy 4 Fe oF her cara «cara, Nos encontzamos en presencia de Sra cada uno de los cuales tiene su t€nica. Ta politica de eri ador no es la del administrado; Ja del comercante aatg del cliente. Si el Jogos era capaz de unificar (y ese en. or deta el principio del modelo cartesian, I6gico y coherent, Pee hacia dela aplicacion, es decir, del arte, la prolongaciéa oe oe ‘es decir, de la ciencia), la accién puede tan solo dvi Plaralidad de grupos. Lo cual quiere decir pluralidad de fines y de valores, a ‘vez estamos i al sais escola con el {ue.ya anes hablamos tropezado, Solo que la final S cfinrd como la generslizacién de un ‘ideal cultural “-d nuestro— en el conjunto del género humano: ahora deberé desprendese de Is lucha entre fos grupos y tnicamente pode coos os le tiers om partido sobre otro. Los valores son pen erate a lida, ro, dado que cada grupo fee eee ais eficaces, ahora es la realidad iene cae cept are | polgi'un dere, dl eul bo pola svsorsee ace | © eprospectivan alguna que no fut maenis cassto. | Sin embargo, esa es la senda por Ia cual vamos s aventy. | nada Sin embargo, esta a senda por la eal vamos a ven sara, Sueno anomlgt alade Bo ant ane | Hats Rein afd «une cia esintresda, sno it ‘ciencia en trance de plasmarse en Ja’ accién de | dlificaltades en Jos grupos y en sus esfocroon clentia por Io cane uet28 POF moldearse o remodelarse; una oan oo an ora de juicios de valor (voluntad de sera ones once ea inane ae an donarnos sila presente obra Jor nn0s®. Este lector debert ‘per ‘pero stbor de sangre y de cerggec™ 48 més de las veces, us M4 1. Historia de la antropologia social aplicada I, La antropologia de misién universalista Se puede decir que, desde los primeros contactos entre pobla Se pucds sopeas y poblaciones indigenas —-al menos desde el iment en os grup, POY india fo ef Fmt grapes de mercadere, gous de misioneros™, el gr freomisant, atsncherado en ss orgllo cultural, elabora una Po agin tndiente 2 modifiar le mentalidad, transforma los camtamicntor y reorganizat las estructuras sociales de los Some ominados en fution de ineresesexternos a estos ite BrP ee erréncoconsiderar como un fenémeno reciente motayo que lop anglosjones [aman eacuturaion conolada> y aoe tos aaculearvion planifcades. Su oFigen se remonta a lou ‘Sinlensos de ls telaciones interéenicas. El grupo comerciante Srovsrabe, mediante regalo, despertarnecesidades auevas que EfGian ewos mereados para los products induttrales euro: ony asimismo atmact hacia las metpolisljanas —merced FPeteeguen, que fue anterior a la trata~ lor productos ex5- fleas EI'prups misionero pretendla arzancar' las etiielasy Et pagantamo las alma de os indigenes, para acerlos clevarse wife crstana, Basta con extudiat, por ejemplo ls reducco- fe jesftcas de America del Sur para ders coenta de c6m0 It voluntad de planficacién fue llevada hasta sus timas con- secuencias, puesto que, para produc un cambio ms scabado tn las sociedades amerindias se las aslaa, se las arrebataba 8 toda ifluencia que pudiese legaries de su! medio o del propio Fes, ys ls tanfomaba en una epee de inerado @ Eelegio’ en el que toda una etna se ballaba bajo ef control ‘ie un purtado de pedagopos. Cuando los misioneros comenzaban 8 obma no lo hacia sin planes, in meditedos desigios, gpa dibs eaten a embargo, por lo que se refer a esta époce, ser hablar de astropologia social aplicada, Ee mente porque no exisda ain fo antropolg . planes Claboredos en Roma, Madsid o Lisboa deblan ser pro- feguidos © modificados al titmo de los acontceimientos —es dlc, segin ls reactones espontneas,imprevisible, de age as Wal i ii tHIHIE de este cambio de perspectiva- Se apo jo de que SS==_=_—" i tos de contrarrestarla, y creat servicios especiales capaces, ‘en cl de la readaptacién de los prisioneros;, los antropé- Eitsrsben termi I get picolégica —y hae cd del postlado dela identi entre 4 tl cenzo miso dela tetaguardia de los ejercitosslemang 08% Jes, fo cutl los levaba a la conclusién de que todos Sono de foralcr lt moral de a natin frente a ung gar, cee de un modo idénic ant ccunstana ite. ig y costo. En resumen: el papel de Ta ancroplins Si TefoeS e fuere nu pals de igen. Sin embargo se cxtendia a nuevos dominios y cambiaba de carécte, pore fron forados a comprobar que el comportamiento de los ja fo se trataba, como antes, de diagnosticar y reaccionar, fanto antes como después de capturados, era muy dis- ar, io pneses, tanto antes como después de cpnados oe mi prever ¥ planficar. De este modo la Segunda Guerra Musds Pore el de fos nerteameti ec publ comer de as anzopologas alin seg mol en niger suas guts ks presenta, mich lesa ¥ norteamericana, arrancando a esta dltima de lo pu gas que los japoneses 1o cambiaban. La idea de una «moral mente patoligico para asignarle una tarea prospectiva. aoe toce me permite Ia expresiGn— se imponta asi Entigndase ue también en exte caso, tal cual Io vimos 1 pri panion public. sito de Malinowski, Ia ampliacién o profundizacién de la antofLa Segunda Guerra Mundial demostrabs, pues, que le antropo- pologia aplicada ha resultado util para la ampliacién de a any Iogia era necesaria para una accién concertada, pero también pologa a sees, La pritica y la. teorfa guardan sienpre u,—-en otro sentido— que adn carecia de madurez, en cuanto culo reciproco de aeciény reaccin. Podemos decir, en lim cienca y en cuanto cienciaaplicada, De abt el gran esfuerzo que _generles, que son dos los aspectos en que la teorfa se ha vist:se realiza, concluida la guerra, para impulsar su progreso. Es- ‘gu benefice por la gues: el de la investigacién mulls Yuerotato més intenso cuanto que Estados Unidos se conver, plinaia —porque el antropélogo debié trabajar junto al soci, tia, con su victoria, en una de las dos potencias ms, grandes del 40 ye psicslogo— y el dela generalizacién de la antropoogk| mundo, romaba conciencia de sus responsabilidades ante desde el campo excisivo de las sociedades simples en que ew, dems pucbos y su influencia habrfa de extenders, en adelante, ba atzincherada la vieja etnologta, hasta las sociedades compl todo el planeta. América latina, la India, Africa y los palses FE. itil nesta Estas dos conseuenas df Subiesarllads del Metrrneo reqefan o sol eapitles haeco bietnos a los aneropGlogos pars ge, #09 también expertos norteamericanos que les ‘mar EPL es Robietmos los antropélogos par Ek ins velommente por la senda del progres. Era Ee Partciparan en el esfuerzo de la guerra —Ia multidiscipline a para evitar tensiones que pudieran consttuirse en factor d te itegrar en la economia mundial a Jos pueblos ¥ la existncia de una antropologia de las socieds los. Era preciso también, por tratarse de otro Plejas— se han convertido ahora en conquistas ancl pars cl campo dels ciencias dl hombre ‘ Sin embargo, como ose eae indudable aces) to" capez de desencadenar conflicts bélco, ‘Te 10 tole fr ern epee nda oe dal dels cultuas y sutra ignorance ola subestine, fant ete pevoda se verpeemlides por los antropdlon® Oj ci de tales variedades por el aprendizaje de la toleranci y el 2, es acs dea rmmente gonad Pyaar I noel dba a tore de mul pan Ciemplo, depose ges ie ee i pevabic ala escuela y entrar en la ¥ cen Italia se comenz5 's fuerzas norteamericanas en" F Asi llcgamos al umbral del perfodo contemporiineo. Pero antes tod anopsogi en lo eeidy oe reco kee silo dcemog ova cr dog serves. pr interns, Per oss pratense lar lade que ls antropoogi aplicad, si bien a eats, Fe ori gels poco ve Jesu evolucin histsrea a extendido in pausa so campo {Dion €algnon a, 4cEsCO acereamiento de scsi hate el punto de haber pasado de fe sociedades coo anos inn # ett | eh nee comp oa vat yas to supe mo. cs nue «el natraleza profunda; mantene siempre, mente, en st dad de ogra compere complet sino tan solo ores base, un modelo de relacién asiméitica, lo que equivale a decir Sopcon pg ila, Ores dcePae ac decane en una concen ettlcador as oad ae tanto en el nivel de I POPE 0, ise prtice, en ls cxsenca de grupos mayorarosY mino- Ahir fr Men, Nao York, 199, xp Vile tH cape euperorere infers, qe guadan nie sf . 29 Per

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