You are on page 1of 16
2 FILOSOFIA EXISTENCIALISTA Y FENOMENOLOGIA En el centro de una filosofia existencialista se encuentra la contemplacién y exploracién del ser humano, la existencia; nos referimos, en primer lugar, siempre a la existencia individual; In existencia se asigna dnicamente a las personas, no a las cosas Se considera como forma de ser tipica del hombre. Desampa rado, solo ante la nada, arrojado a una realidad incomprensible yabsucda, marcado por el miedo, son las caracterisicas esen- ciales del ser humano. Lo que earacteriza todo el existencialis- mo es la ruptura continua con codas las tradiciones filoséficas y su transmisin, La tesis fundamental afirma: el desarrollo de la filosofia desde Platén y AcistOreles hasta Hegel es desacer- tado, por lo que al descartarla se trata de empezar completa mente de nuevo. Este empezar completamente desde el prin- cipio significa, encre otras cosas, aceprar, tanto desde 1x me- todologia como desde Ia sistemtica, unas formas de contem- phcién racional no en el sentido clisico, asi como la exclusion el conocimiento racional (p. ej., Ia acepracién de la «lengua» en Heidegger). Soeren Kierkegaard (1813-1955) fue el primero en llevar a cabo esta ruptuca radical con Ia filosofia cradicional. Este cam- bio decisive de direccién fue recogido y continuado en Ale- tun siglo después de In mucrte de Kierkegeard. Su prin- cipal representante es Martin Heidegger (1889-1976) que con el desarrollo de su «ontologia fundamental» y de su concep- cin, mas bien dirigida hacia el individuo en cuanto individuo, entré completamente en ha linea radical de Kierkegaard. Martin 45 Trasfondo Mlas6hiw Buber (1878-1965) dio por el contrario un valor especial a su filosofia del didlogo, micnusas que Kart Jaspers (1883-1969) y Jean-Paul Sarrre (1905-1980) se pueden situar entre ambos. "EL mévodo cientifica del existencialismo es Ja fenomenolo- gia. Aqui fue Edmund Husserl (1859-1938) quien, continvando el pensamiento de Franz Brentano (1838-1917), introdujo un ‘camhio en el procedimiento metodolégico de la ciencia En cl centro de este método filoséfico de investigacién se encuentra fa consideracion de un objeto cientifico desde su sapariencis, A esto pertenecen tanto las apariencias del mundo exterior de fos sentides como la evidencia en la esfera de las vivencias y Ia visualizacién simbélica de imagenes espirituales La feromenologia, segin Husserl, no es conocimiento en sentido verdadero, sino wh mirar espiricual, intuicida. Husserl conteapone conscienteniente Ia intuicién a la abstraccién. La sevisién de la esencia» se encucnera en el centro del método fe- homenoldgico: una expresién interna y espiritual del objeto, tal como esti dado en la vision espiritual y no como existe fuera de la conciencia, Se traty de aleanzar fa visién de be esencia, sobre todo con la ayuda de Ia areducci6n eidétican, es decir, de la concemtracién sobre Ja esencia del objeto y los actos p {quicos que comprenden dlicha esencia, la «exclusién» del mun~ do exteriar, de la conciencia, det conocimiento que ya se tenia sobre el objeto, de los mérodos ciemiificos conocidas, de toda demostraciori de cualquier tipo. En la exigencia de Husserl a la fentomenologia de ser «psicologia clescriptivan y de volver «a Ias cosas misias» se basa el no reconocimiento de las cieacias tradicionales. El hombre no es el resultado 0 el punto de in- terseccién de causilidades varias que determinan sx everpo © st psique; el hombre no puede concebirse como parte del mun- do ai coma sinagle abjeto de la biologia, de In psicologia y la sociologia; ni agotarse completamente en el universo de las ciencias; todo lo que el hombre sabe sobre el mundo, incluso lo aprendido a través de Ia ciencia, lo conoce a partir de 30 visi6n o experiencia del mundo, sin Ia cual los simbolos de has clencias carecerian de sentido, El sentido de las ereducciones fenomenolégicas», frecuen- temente citadas por von Hussexl, reside en el rechazo de una 46 Filosofia cxisteaciaista y fenomenologia eabsolutizacin del mundo». La reduccién del mundo a su sen- ride no se alcanza, segtin ello, con la sustitucién de La realidad, por los datos fenoménicos; al contrario: el mundo debe per- cibiese del modo en que se presenta a cada uno en cl marco de sus experiencias. Por tanto, los datos fisicos no representan ni una verdad ica ni un mundo ransfenoménico detris de las experiencias subjetivas, sino que son uns pane del raundo de Ia vida, En el caso de las exporiencias fenoménicas no se teaca de estados en cl interior del hombre, sin» de intencionalidades, es decir, de distintos tipos del 3eren el mundo. Un anslisis intencional de este tipo tiene como base cl senrido con el que aparece ante nosotros el mundo en cada caso. Si me fjo en 10 que el mundo significa para mi comprendo simultineamente quign y qué soy yo mismo. Husserl no criticd gratuitamente el dualismo cartesiano. La reduccién fisiolégica del mundo a unidades de medida y la re~ duccidn fistolbgica del individuo a sus experiencias corporales no puede compensarse, segin Hlusscrl, mediante una «abstrac- cin complementariaw, cou la que se aceptan de forma paralela junto a las experiencias corporates, también experiencias espi~ rituales. La imporancia central de Husser! para el desarrollo de la psicologia no debe considerarse por tanto s6lo en la si peracién de la concepcién cientifica mecanicista, sino en el principio de que al hambee y el murda, ef sujeta y al abjaro, el ser y Ia conciencia, el interior y el exterior, deben conside- rarse siempre como una uiidad indivisible. Este principio cons- fituye el fundamento del «ser en el mundo» desarcollade nvis tarde por Heidegger y Merleau-Ponty. Las corrientes filossficas de fs filosofia existencialista y de la fonomenologia, si bien se desarrollaron paralelas en el tiem- Po, Io hicieron en principio independioncemente una de otra por un lado la filosofia existencialista con Kierkegaard, Berg- son, Jaspers y Buber, y por el oxro la fenomenologia con Brei ‘ano y Husserl como masimos representames, Ambss corrien- tes se cruzan por vez primera eu Ia persona de Heidegger des- arrollindose a partir de alli, sobre todo también a través de sus exponentes franceses como Sartre, Merleau-Ponty y Marcel, que aceptaron el método fenomenolégico como mécodo fun- a7 Trrsfonde flosético damental y basico para ellos; se puede decir que en realidad todos fos fildsofos existencialistas son sinvultsneamente tam- bién fenomendlogos si bien, a la inversa, no codos los feno- mendlogos son cambisn filésofos existencialistas. La aparicién en Alemania de la filosofia existencialista y su extensin hacia Francia reflejaban Ia situaci6n de inseguridad dl ser humano tras fa primera guerra mundial. Su anclaje como fuerza independiente lo debe, segin Bollnow, wa Jas conse cuencias de la segunda guerra mundial, que calacon ain més hhondo en Ja estructura toral de nuestra existencia, y al hund miento histérico de lo que hasta ahora habia sido nuestro mun- do espiritualst aoe ere ere ee a pensamiento existencialista a lo largo de una época de mas de cien aos, segin Arthur Hiibscher (1961, 74), las ideas fun damemles se pueden referie rodavia con claridad a Kierke- gaard, son «todavia espiritu det espiritu de Kierkegaard 2.1, Soren Krerxecaano (1813-1855) Si se considera a Martin Heidegger como el «padres, en- tonces se puede calificar con propiedad a Soeren Kierkegaard como el «abuelo del existencialismo». Conse coetineo de Karl Marx (1818-1883) puso —al igual que éste— en cuestién de forma radical tos fundamentos de] orden social existente. Am- bos tienen en contin, una controntacién critica con Hegel (1770-1831). Karl Léwith (1941) defiende a este respecto la idea de que «e! analisis ecoémico de Marx y Ia psicologia experi- mentadora de Kierkegaard forman, tanto conceptual como his- toricamente, un conjiinto y una ancicesis a Hegel... En hagar del espirice activo de Hegel aparece en Marx una teoria de la praxis social y en Kierkegaard una reflexién de la actuacién in- ternar?. Macy se queja acerca de In falta de decisiéns de st iempo, Kierkegaard habla de «nivelacién»?; ambos desean un Tana 8, aston 958 479 Filosofia exstnsilsay Fenomenologia cambio activo de las esteucturas sociales existentes, ambos la- man a los hombres de su tiempo a la responsabilidad y a la decisién. Mientras que Marx sizéa ts fuerza det cambio en la unién de los hombres bajo metas unitarias, Kierkegaard reduce todo el mundo social a cada uno de los hombres y sitia su esperanza en Ia relacién del individuo consigo mismo. Poco antes de Ia revolucién de 1848 Marx y Kierkegaard expresaron su deseo de una decision: Marx en el «Manifiesto comunista» (1847) y Kierkegaard en una eNotificacién literariay (1846). El Primero se cierra con las palabras «Proletarios del mundo, Lunios», y el dltimo con una llamada a que cada uno debe t bajar para si en lo referente a su propia salvacidns’. Hay diversos motivos para esta vuelta del individuo hacta si mismo. Kierkegaard se ve rodeado por un mundo ea el que domina la «nivelaciéar. Como ejemplos cita «et allanamiento de las disyinciones apasionadas entre hablar y callar hacia el palabreo icresponsable, entre 6 privado y lo piblico hacia la publicidad privado-pablica, entre forma y contenido hacia u falta cle forma inconsistente, entre estar cerrado y abierto hac el representar, entre amor esencial y vicio hacia un galanteo desapasionado, entre al conocimiento objetivo el coavenci- miento subjetivo hacia un razonar sin compromiso»®. La exi= gencia de extraer consecuencias de este anilisis lleva a Kice- Kegeard, en primer lugar, hacia si mismo; su corta vida (Ilegé sélo a los 42 aios) estuvo esencialmente determinada por el destino de su padee, que una ver, de joven, en su desesperacién por el hambre y el frio «subié a un monticul y maldijo a Dios»®; a Jo largo de coda su vida no pudo perdonarse esto y estuvo fuertemente convencide de que, a causa de elo, pesaba tina maldicién sobre él y su familia. Esto parecié confienearse evando, todavia en vida de Kierkegaard, murié casi toda la fa- mila. El hermano como consecuencia de una «enfermedad ner- viosa», la hermana a consecuencia de sconvulsiones» y diez aios mis tarde, y uno cras otro, la madre, dos hermanas mids ¥ otro hermano, Las experiencias opresivas de su nifiez act Ove 17273 6 Chae pin Haber 161 8 49 Teasfondo filasifico ‘aaron ¢| resto de su vida y obra: «mi vida ha empezado ... con luna melancolia espantosa, turbado en lo mas hondo ca la tem- prana juventud, una melancolia que me arrojé durante algin tiempo al pecado y al vicio, y a pesar de ello, hablando desde el punto de vista humano, era mis locnra que culpa»’. Se sentfa llamado, a causa del desarrollo de su vida, 2 algo especial; veia este algo especial en el andlisis y la investigacién de &ta, su Gnica existencia; y precisamence no tanto en el sen- tido de un problema cientifico, que no afecta al investigador, sino de tel modo que él mismo es objeco de Ia investigacién Kierkegaard iguala la subjetividad, ligada al proceso, con la «verdad»; pues la verdad no es objetiva sino que depende de si aquel que la busca esta afectado por ella y puede concebir el proceso de bisqueds como verdad: sElay que encontrar una verdad, que puede ser verdad para mi, encontrar la idea por la cual quicto vivir y morir=®, Kierkegaard extrae por tanto ef concepto del hombre a par- tir de una especie de eexperiencia personaly’, Lo esencial de cesta experiencia es el conocimiento de que su existencia exci caracterizada por el abisnio, la muerte, el desgarramiento y el miedo; Kierkegeard eeconace que esto ao es diicamenté su destino personal, sino que se trata aqui de una situacién fun- damental del hombre»"®. El hombre ests entregado a este miedo y desesperacién. El conocimiento revolucionario de Kierkegaard consiste en que el hombre sometido al miedo experimenta siempre también Ia eposibilicad de libertad», ya que la experiencia del miedo ofrece por regla general diferentes posibilidades de actuacién y obliga con elfo a decidirse: alo tremendo que se ha otorgado at hombre es la eleccién, ta libertad»", «Eleccidian y «decision» son para Kierkegaard las earacte- ristieas esenciales de la existencia humana: la existencia real sig- nifica para él que el individuo, mediante un «salto» en el «im- 70s Gis sepia Wei el 196,29. 3. Ge moe NOs 1 Oe a Filosofia exittencialista y fens logis pulso hacia la decision! wescoja y rechace»" las posibilidades que se ofrecen y realice su libertad en Ia decisi6n a favor o ea contra de una posibilidad: wse trata de si uno se atreve a set completamente él mismo, una persona individual, a ser ese ser individual decerminado; solo ante Dios, solo en este inmenso esfuerzo y con esta enorme responsabilidad»! Quien lea esto sacaré la impresiOn de que Kierkegaard cs un defensor extremo del individualismo; Léwith indica sin em= bargo que Is acentuacién del ser individual y de su decisién la ve Kierkegaard en vinculacién en el mundo que le rodea, solo que Kierkegaard parte precisamedte de que el hombre sélo pue- de realizar como individue mismo lo «humano para todos»'*. Lowith cita a Kierkegaard: «aun cuando éf mismo es su propia meta, ésta es al mismo tiempo otra, pues el mismo que cs [a me no ¢s un mismo abstracto... sino un mismo concreto... en interaccidn viva con este entorno determinado, con estas - laciones vitales, con este orden del mundo». Lo «humano para todos» cel hombre individual se express, p. ¢)., €0 elt bajo, dado que el trabajo es una forma de libertad, que el in- dividuo lleva a cabo en interaeci6n con el encorno; vel hombre se fibera a través def trabajo; por medio de él se hace duefio de Ja naturaleza; mediante el trabajo demuestra que es algo mis que naturalezan'§, La acentuacién reside, para Kierkegaard, sin duda en el in- dividuo, en su unicidad, si bien lo ve simulrineamente como sec social, es decir, ef hombre que existe en realidad es un hombre absolutamente individual, sin semejantes, y simul neamente el hombre generals”, Hache 161, 6 Lowi 98,1 Weicedd 19,25 Or ih 159,28 os Os. 306, Oe 38. 31 Trasfondo filssfico 2.2. Martin Buper™ (1878-1965) Martin Buber pasa por ser un fil6sofo de la religién, eepre~ sentante de primera linea y organizador del judaismo centroeu- ropeo, Fue siempre un fildsofo que, vinculado a procesos so- ciales concretos, desarroll6 su Filosofia a lo largo de su expe~ riencia personal. De esta forma fue durante los tiempos difi- ciles, que mediaron entre 1933 y su emigracién en 1938, una personalidad muy importance en cuanto a la autocomprensin de Ia parte del pueblo judio que en esa época todavia vivia en Alemania. Viajé mucho, imparcid conferencias y seminarios con tuna meta de hacer comprender a los demas judios que era necesario entender aquel tiempo dificil como realidad momen- tinea, en fa que tenia que demostrarse fa fuerza del judaismo. Hans Kohn (1961) nos transmite a este respecto a siguiente cira «La necesidad tuvo siempre en nuestra historia una fuerza motivadora. Lo peor no es que al principio haya una necesidad y una obligacién. Depende de que nosotros hagamos de ella una libertad y una bendicién.» Buber viajé a través de Ale- mania con esta manera de pensar y animé a las comunidades judtas, sin sospechar la catistrofe que se cernia sobre los judios. A pesar de esta experiencia perturbadora ao descansd y abogé en la época de fa fundacién del Estado de Israel, es decir, entre 1938 y 1947, por un Estado en el que arabes y judios pudiesen vivir juntos y desarroflar wna sociedacl comiin. Pen- saba que ambos pueblos cenian en igual medida, por motivos distintos, derecho, reclamar Palestina como su patria y que esto podia ser wna bastspara Ia formacién de una «comunidads entre judios y arabesy'd® una «colaboraci6n entre ambos p blos». Agui queda claro el intento de unir filosofia y politica. Buber intent también en esta hora clevar el problema por en- cima de la lucha politica diaria y situarlo en un concexto es- piritual. Sin tener en cuenta Jas experiencias defraudadoras que tuvo con politicos y organizaciones, intents, con su colabo- 32 Fa dpa (4 bay wns expos dati de a ta de Babess a de os seton Dan“ Geprihe son der Verlag (0923: Obs yon. PE) a oe, {ah ant Dn (925: Dadogicet Leben, 1949), Uns npn eat ee Spee prove Vedas Jesh dn Taney, 32 Filosofia existence y enous racién en comisiones importantes, dejar claro que era impor- tante para el judatsmo hacer realidacl en Palestina ti «comnni dad verdadera». A pesar del aprecio personal, humano y pro- fesional que se tenia por Buber, en el clima politico ctispado de 1947 no se podisn imponer pensamientos de esce tipo, que deberian haber sido en realidad una consccuencia légica de las experiencias hechas en Alemania En a época confusa, posterior a 1940, Buber advierte a los hombres azotados por el miedo vital que no busquen la sal- vacién en el individualismo erréneo (que glorifica |a soledad) ni en ef colectivisnso (que deja que se diluya la propia respon- subilidad en lo colectivo). La cumbre de la filosofia buberiana es su Jeb arte! Bu (1923), en la que expone su concepto de la «dualidad» del ser humano. En primer plano no esti —como en el caso de Heidegger — na coneepcida referids al individwo como individuo, sino [a «dualidad» del ser humano como hecho existencial. Buber habia desarrollado ya este pensamiento en su libro Daniel — Gespréche von der Verwirklichung. Ahi diferenciaba enere ta sctitud fundamental sorientadora» y «realizadora Mientras que la actitud fundamental corientadoran esti mis bien orientads hacia fa seguridad, la actieud fundamental «rea- lizadora» ofrece la posibilidad de traspasar las fronteras exis- tentes. El atrevimiento, el peligco’y el riesgo son Iss propie- dades de esta actitud. El aprineipio dialégico~ de Buber se hace aqui fundamental en cuanto acentiia lr igualdad de rango entre corientacién» y ercalizaciénm, En un ser humano que s¢ au- torrealiza anibas actitudes fundamensales estén unidas, aviven muy cerca una de otra, como la procteacién y la gestaciénw. EI principio dialégico conduce constancemente al hombre hacia el wabismo de Ia dualidads; pues éste quiere siempre am- bas cosas: la seguridad, con la sensacién de que todo perma- neceré como esti, y el riesgo, con todas sus pasibilidades er doras. Aqui ve Buber —coincidiendo con Kierkegaard, Hei- degger, Jaspers y Sartte— al ser humano situado frente a In necesidad de la welecciéns. Debe decidir cada vez y siempre huevanvente v2 quién va a dar el poder de It orientacin 0 ly realiza Teasfondo fils Buber contempla estas polaridades siempre como unidad, La eduslidad es Ia esencia fundamental del mundo; orienta- ida y realizacién, bueno y atalo, espicitu y materia forma y Contenido, ser y convertirse en, vida y muerte, Ilegan sin em bargo a [a unsidad sélo si el ser humano se confronta con fas polaridades y no intents alejar del mundo las eensiones a ells vinculadas. Buber exhorta a los seres humanos 4 no seguir nunca la ten tadora paz de tin sentiniiento de unidad aleanzado moment’ heamente sind a buscar, siempre de nuevo, de forma activa, las polaridades y su fensidn; pues sélo ci yo de a vensi6n es obra y realidad», De forma anilogs a los dos mundos de la worien- tacién» y la «realizaci6n» Jos dos mundos de fa relacién eyo- tue y la ecorrespondencia yo-ello- estén por un lado enfren- tados y forman siriuiténeameme, sin embargo, una anidad en gus polsridades, que es Jo importante, El «yo» en sino existe part Buber; existe por un lade ah yo en relicién con ol tbe, y por el otro el yo qute introduce en el mundo un objeto de ex- periencia convo «ello». La palabra fundamental «yo-ellow com- prende toda una experiencia humana, es decir percepciones, re- presentaciones, sensaciones, sentimientas y pensamientos, faientras que lz palabra fundamental «yo-tin se refiere al érea de la arthcién», Lo importante es que el sec humano puede tener uria relscidn yo-ti y una correspondencia yo-cllo tanto con seres hiumanes come can objeras de su entorno. En el mar- co de una relacién yo-ti aparecen ante nti cl ser humano y el fabal como wn atodon, y el «enteentes pierde todo lo parcial {que tiene en la eelacién yo-ello™. ‘Nuestra vida esté domninada por la ealma, la estructura y Ia seguridad de las «correspondencias yo-ello», mientras que el eencuentros con el sundae se peodtice, dnicamente en [a «re lacién yortin; este mundo esta acuitado por el hecho, el sacri- ficio, of atsevianiento, la inseguridad y el riesgo. La «melancolia de nuestra suerter consiste en que toda relacién yo-ti adopts, THO Br mackos ion 2 representa eect ea Yo come fra epi Ue enucn tie es hamanon amo ten siete lan ola come mation some rein sje en ose 3 ox corres de Wink saabnes Ue nosy cteladnneslrumentaees ver Holrkanp 1979. Ly pseM, 54 Tilosolis eistenciaits y lenomenotogia una ver. vivida, dl caricter de una correspondencia yo-cllo, es decic, se convierte en una parte del orden y la seguridad ex remes. Lo wigico de esto es to siguiente: el mundo de fa re- lacién yo-ti es para Buber la parte de la vida que se ocupa dle que Jos individuos y la sociedad comtingen desarrollindose, ya que —de maneca semejante a como antes en el mundo de la realizacién— la actividad exeadora es una de fas formas de atra- vesar fronteras. Cuando, sin embargo, toda actividad ereadora Ligads siempre al peligeo, riesgo, miedo, et— varia ou riicter en el momento de suceder, se convierve en.una parte del mundo del yorello y con elldexactamente en fo contratio, es decir, representa calma y seguridad, esto significa que hay una enoeme cacga sobee el sex humans. Si quiere cealizarse y des- acrollacse a si mismo y a toda la humanidad entonces tiene que luchar de auevo «a cada hora» y escimar sinulténeamente el valor del mundo estructurado, que brinda calma y seguridad, del que tienen que exeeaee la fuecza pata el atravinsicnta de cada hora, para atcavesar constantemente fronteras. De esta forma nos deja Buber muy claro hasta qué punto es pensable la unidad del ser humano y del entorno tinicamence mediante polaridades y como puede Hlevarse a la préctica. El cambio de la humanided, de su cultura y de st historia resulta en iltimo extremo de que Ia lucha entre las polaridades conduce finalmente a un cambio muy lento pero positivo de las estruc- tras cultura, que son en todo momento In bese def vide social. Buber distingue entre apersona» y «ser propio». Elay seres humanos ers los que el «yo» de la palabra fundamental «yo-tii» domina; son personas que se conciben a si mismas a través de lt participacién en un mundo realizador y son asi parce del cambio permanente, es decir, son «personan; a esto Se opone el eser propio» en el que el «yo» de la palabra fundamental «yo allo» domina. Son personas que representan con mayor inten- sidad el mundo de la orientacién, Mientras que la «persons dice: yo soy, el «ser propio» dice: yo soy asi, y se limita con ello respeeto de otros seres huumanos. Ea la lucha entee persona Y ser propio «se dirime.ta historia»; a pesar de Is tendencia actual de que nuestea vida esta deverminada en mayor medida ss ‘Trasfondo filosdtico por los sees propios, Buber se siente confiado: «en tiempos €omo éstos la persona, en el hombre y en lx humanidad, Neva una existencia subtecrinea, escondida, en cierto modo invilida hasta que es lamada»; para Buber éstos son momentos de sconyersiéa» en Ja vida del individuo o de la huraanidad. Con- versién no significa dejar tras de sf el mundo de los seres hu- ni el de la orientacién, sino —aceptando el atre- — dar prioridad por un momento al mundo dela persona y de la eealizacién, ‘Aqui también deja Buber muy clara la gran importaneia que tiene para dl la simultaneidad dle fas dos formas de yo. Por tanto tno exiscen para él dos tipos de seres humanos, sito «dos polos de Ja humanidedss el ser humaao aa existe como «persona pura» 0 come «ter propio puro», sino que encarna ambos y vive «on un yo duplicados. Esto recuerda el concepto de «ser- con» de Heidegger; pues cuando Buber dice: «el sentido de la relacién es su propio ser», esto ao sigaifica que !x aucorceali- zacién del «ser propio» esté en contradiccién con la «persona», sino que ambas formas de ter hombre se complementan ne~ cesariamente, 2.3. Kars Jaspers (1883-1969) Al igual que Kierkegaard, Kael Jaspers (1883-1969) tuvo una infancia sombria. Desde muy temprano una enfermedad grave lo proyecté sabre si mismo por caminos de eleccién y responsabilidad propia&\El estado fundamental de su vida fue el sentimiento de solédadY Weischedel” cuenta que Jaspers s- tuvo en veinte afios una sola vez en el cine y otra en el teatro, ¥ que por lo demas vivia completamente retirado. A Jaspers lo que le interesa es e! hombre”. Esto significa para él, al igual que paca Kierkegaard en primer término, ocu- pacién consigo mismo, Filosofar es por tanto un preocuparse por el hombre, un «preocuparse por uno mismon", On No ent sees apa ue wala mie 0. 286 Oem 56 Filosofia existenilists y fenomenslogis Influido por Huser! y Dewey, le interesa més el «cémo» del comportamiento humano que el «por qués, Estudit me- dicina no para poder dividir al-hombre en sus partes, sino para sabarcar al ser humano como un todo» y para wconocer el | mite de las posibilidades fhumanase. En su famoso libro Psi- copatologia general’ desarrolld, sobre la base de la compren- sion fenomenoldgica, un sistema que permite clasificar el com- portamiento psiquico desviado, sobre la base de sus sintomas, en el contexto totaf de fa personalidad humana. Para Hiibscher (1961) se mostraba aqui ya lo que Jaspers denomina mas tarde siluminacidn de la existenciae: «psicologia no s6lo como de- terminacién empirica de hechos y reglas de los sucesos, sino como proyecta de posibilidades del alma, En el afio 1913 (e! de la aparicién de su obra capital) Jaspers encuentra el camino hacia Kierkegaard. Se siente muy atraide hacia él a eausa de los paralelismos biograficos y admite muchos de los pensamientos de Kierkegaard en cl suyo propio. De este modo vuelve a encontrarse Ia «libercad» como pensamiento fundamental en Jaspers. El hombre en la busqueda de sf mismo aprende a conocer sus limices; Jaspers denomina estas situacio- nes «situaciones fimites"”; al igual que en Kierkegaard: Ia bus- queda de si mismo del ser humano le conduce a Is desesperan- za, a 61 —segin Jaspers— ese le quita Ia base». El hombre se ve confrontado con la enfermedad, li muerce y el miedo: vestoy frente af abismo, no sélo de dejar de ser dentro de poco, sino en el seatido propio de no ser en absoluto... cengo conciencia del vacio del ser en mi ser», Sin embargo, en este miedo el ser humano vuelve en si. Lo caracteristico del ser humano en ef miedo de estas situaciones limice radiea en que no rehiye la incomprensibilidad de su existencia sino que a afirma, Tiene que decir si o no. Debe comprender fa muerte, el sufrimiento, ta lucha, la desesperacién y el fracaso como una parte indiso- fuble de'su existencia, En esta libertad del decir si 0 no, el hom- Oe 3 Oe 2 Poene Moe 2B, Cio sean A Mibche 196 ‘Trasfonde filosifico bre puede acomprenderse o malograrse a si mismo; puede g parse 0 perderses°®; penetramos en realidad en nosotros mi nos, dice Jaspers, cuando aentramos en las situaciones limite fon los oj0s abiertosn-*. El ser humano percibe que Ia altima Gecision depende de él mismo: «la libertad no se puede ni de- mostrar ni refutar»>2; y sin embargo —segin Jaspers— el hom- bre tiene [a sensacién de que no esti determinado exclusiva- mente por las circunstancias que lo envuelven, sino que es Siempre también una libre decisiOn del ser humano individual En este punto se muestra un nuevo paralelismo con Kicrke- gaard. Para Jaspers una decisin tiene también el cardcter de gecidn: ela libertad no se demuestra a través de mi inteligencia sino mediante mi accién»s Jaspers denomina a este aconte- cimicnto de la decisign activa weleccién existencial» o «cleccién de mi mismo», Jaspers parte asimismo, coincidiendo con Kierkegaard, de que esta «cleccién cxistencial» es tan s6lo po~ sible como esalto hacia mi a miodo de hibertadw; el «salto desde el miedo a la calma es lo mas horrible que puede hacer el ser hhumano»?® Para Jaspers la «comunicacisne cntre los seres humanos es tuna caracteristica importante de set uno mismo y de la libertad. Jaspers aeentiia aqui, con mas fuerza que Kietkegaard, la re- ferencia social del ser humano individual"; «no filosofamos desde Ia soledad, sino desde Ia comunicacién. A nosotros nos sirve de punto de partida; el estar y actuar del hombre respecto del hombre, como individt » hacia el individuow”. En este tras~ fondo ve Jaspers Ia «historicidad» del ser humano. Para él no hay una «ley de la historia que determine completamente la marcha de las cosas. El fusuro depende de te cesponsabilidad de fas decisiones y acciones de los seres humanos»’*, De esta Gade sin Wetchebl 06 38 Oem Ora 8 OB 3 Ver ambien Buber, sptsdo 2.2 37, Chalo segun Hauck, 0 US 3H, Gino segue Webb 0 268 58 Filosofia existenialses ¢ kromenologts forma se desarrolla, para Jaspers, la sociedad de generacién en generacion. Jaspers vincula al pensamiento de la comunicacion de hombre a hombre la esperanza de una colaboracién cons- ructiva en [a sociedad, en la que la posibilidad de In libertad para el ser humano individual sea igual de valida que la de toda Ja humanidad en su historia 2.4, Martin Hetpeacer” (1939-1976) Martin Heidegger procede\de un ambiente campesino. Como buen estudianee se le envia's los catorce atios al colegio de jesuitas de Constanza, Cursa el bachillerato mis tarde en el instituro de Friburgo, donde escudia primeramente teologia, si bien poco a poco se inclina cada vez mas hacia la filosofia. En 1914 se doctora con la tesis La teoria del juicio en el psicalo- gismo y dos aiios mas tarde oposita a catedra con Heinrich Rik- kert. Ese mismo afio, es decir en 1916, conoce a Edmund Hus- serl y se convierte en su dlseipulo y asistente. En 1922 se le llama para ocupar una plaza de profesor extraordinario en Mar- burgo y en 1928 regresa a Fribu-go, como sucesor de Husserl. De esta forma pasa casi toda su vida en las eercanias de In Se Negra y rechaza por dos veces la llamada para acudiy a fa us versidad de Berlin. Teme la agitacién de la gran ciudad y se siente muy unido a su lugar de origen. En Todinauberg, donde Posce una pequefia cabana, reside con frecuencia, culkiva el contacto con los campesinos y crabaja en sus escritos y leccio~ 1s; Heidegger es muy apreciado por jos estudiantes, se preo- cupa por ellos, organiza verbenas y habla durante sus lecciones de cosas de gran interés para fa gente joven; tiene las aulas lle- nas, Hannah Arende® aficmé acerca de la cuestién referente a la emprana fama o el amplio interés de los estudiantes ce aquella época respecto a Heidlegger: «En esa época, tras fa primera gue~ 2 Endl ape (pide 134s 5 peice (pad Spa wns xpi os alla ase aia Se Haas, Sir Zen. Con een ea oq ie pede ta ie 1. Ene iain Heidegger ses 82 Geboe et “Mesh 19 99% S997 39 ‘Trasfordo filostico rra mundial, no habia, en las universidades alemanas, rebeldes pero si un amplio malestar acerea de Ia ensefanza y aprendizaje académicos en todas las faculeades... Ellos (los estudiantes) no pensaban en modo alguno en un mundo 0 filesofia pricticos, y el que pretendia resolver todos los acertijos disponfa de un surtido amplio de ofertas de visiones del mundo y partidos; para escoger entre ellas no necesitaba estudiar filosofia. Tam- poco sabian lo que querian, La universidad les ofrecia, por re- gla general, o las escuelas —los neokantianos, los neohegelia- nos, los neoplaténicos, ece.— o la antigua diseiplina eseelar en Ia que la filosofia estaba limpiamente dividida en materias como la teorfa del conocimiento, Ia estética, Ia ética, la Iégica, y si- milares y que no se transmitfa sino que se despachaba mediante un aburriiniento inmenso. Contra este proceder, més bien c6- modo y a su manera también muy sélido, existian entonces, antes de Ia aparicién de Heidegger, unos pocos rebeldes; es- taba, hablando cronolégicamente, Flusserl y su Hamada a vole ver a“las cosas mismas’': esto significaba “fuera de las teorias, fuera de los libros” y el escablecimiento de la filosofia como una ciencia rigurosa, que se pudiese mostrar junto a otras dis ciplinas académicas. Esto naturalmente era muy ingenuo y poco rebelde, pero era algo que, primero Scheler y algo mas tarde Heidegger, pudieron invocar. Y ademas habia en Hei- delberg, conscientemente rebelde y proveniente de una tradi- cién diferente de Ia filos6fica, un Karl Jaspers, que, como se sabe, fue durante mucho tiempo amigo de Heidegger, preci- samente porque le gustaba lo rebelde del comportamiento de Heidegger como algo eriprincipio filoséfico en medio del par- loreo académico sobre’ filosofia.» Su puesto de asistente de Husserl provocé un cambio en al pensamiento filoséfico de Heidegger. El «método fenomeno- légico» de Husserl le atrae como por magia y constituye mi tarde el fundamento para el desarrollo de su «ontologia fun- damental». A Husserl le debe el alejamiento de la filosofia i lista de la conciencia y la vuelea hacia las «cosas mismas», hacia lh dedicacién comprensible al ser. Diez aos més tarde supera también a Husserl; su fenomenologia le ha mostrado el camino decisivo —no en vano su obra capital El ser y el tiempo, apa- 60 Filosofia existencialisea y fenomenotogia recida en 1927, esti dedicada a su:maestro «Edmund Husserl como prueba cle respeto y amistad; sin embargo no le basta con describir los fenémenos; desearia penetrar més alld de la imagen del ser hasta el usentido del sere—. Fleide,ger intenta aclarar esta cuestidn con el propio ser hu- mano, No contempla al ser humano desde la perspectiva del pijaro, de un dios 0 de un espiritu absoluto, sino del modo como se ve él mismo, en su propia perspectiva. El ser del ser rumano se diferencia del de la mesa o del &rbol, no sdlo porque existe, sino porque el ser humano esté en situacién de pregun- rarse acerca de su ser, de su «existencia» y con ello estar si- multineamente en relacién con otros seres humanos y objetos del mundo, El acceso a este westar en el mundo» lo ha ganado el ser humano a través de Ia «apertura» (Erschlossenbeit). Tu- gendhat es de la opinién de que este concepto'se traduce, de la mejor forma, con el término inglés awareness y que fuc es gido por Heidegger, con toda intencién, como delimicacién frente a la «conciencian (Bewusstscin) husserliana"'. En este sentido, se encuentra el ser humano individual como «existen- cia», «arrojado» al mundo y confrontado, desde un principio, con el hecho de su fin, de la muerte. La existencia es para Flei- degger un eser hacia In muerte», no por la voluntad de la muer- te, sino mas bien en el sentido de que toda la vida se dirige finalmente hacia la muerte Con esta perspectiva de la muerte y et xestacto fundamental del miedo, experimentado en vinculaeién con ella, Heidegger tho quiere construir uaa imagen inhOspita o pesimista del mun- do; al conteario: la muerte, lo Gnico que afecta con seguridad a todos los seres humanos, lleva la vida a su plenitud. El miedo ala muerte, al «nada» contiene por ello algo amenazante, pero simultineamente también la posibilidad de conducie Ja propi Vida a través de la confrontacién con el miedo desde La «im- propiedad del «se» (man) a la «propiedad» de una existencia hhumana, que —con el reconocimiento de la finitud de Ia exis- tencia—- tiene preparadas una gran cantidad de situaciones para encontrarse bien y para la propia realizacién, i Togendio 1978, 71472, él Teasfondo filossfico La pregunta por el wedmos de fa vid humana no se decide por allo sdlo a través del eser arrojadon (Geworfenbeit) en un mundo cadtico, sino simulténeamente a través de un compor~ tamiento activo del individuo dentro de dicho «ser arrojadon, en forma de una «eleccién» y «decisiéna; el ser humano se cn cuentea existencialmente en cl acto de decidir 0 elegir, por un lado, a nivel formal y, por el otro, 2 nivel de contenido: 1, A nivel formal el ser humano se encuentra en cuanto tie- ne un margen de libertad de movimiento dentro del cual, en el marco de las condiciones dadas, pueda decir, p. ¢j., si o no; esto quiere decir un margen de decisién como «posibilidad, 2. A nivel de contenido ef ser humano se encuentra en cuanto él atiene que scr», es decir, el hecho de su existencia contiene Ia tarea u obligacin de tener que decidie y clegir Quiero explicar esto con el ejemplo del miedo: El hombre sencuentran su miedo en ewanto es él mismo el que coma Ix decisién de confrontarse con su miedo o de hit de él; esta posibilidad clel encuentro o Is huida Is tiene sin embargo el ser hhumano sdlo en In base del «ser para», de la obligacién a de- cidirse, del tener que decidirse; por tanto, cuando el ser hu- mano encuentra el miedo o huye de él, encuentra también su alibertad» o huye de ella: wel miedo Mleva la existencia frente a su libertad, afiema Heidegger. EI signifieado de «estar en el mundo» afecta por lo tame a situaciones cotidianas del ser humano. Heidegger parte de que el ser humano no esta generalmente consigo tnism sino quie est «caidon en el mundo; no es él mismo sino el «se» andnimo. Heidegger escibe: «el “se” puede permitirse que “se” reficran constantemence a ello. Puede responsabilizarse con toda faci- ldad de todo, pues no es nadie que cengs que responder de nada»? La tarea del ser humano es salir de este enredo y convertiese en dl mismo, Asi el miedo tiene ~-al igual que en Kierkegaard y Jaspere— cl aspecto positive de que el ser humano mediante «sta adisposicién de animo» se ve arrancado de su momentineo neu ppl nora lose des nab ets no ‘temas (ICT) de Ruth Cohn {ver spaceado 7), : 62 ofia existencialisty fenomenologia ir viviendo irreflexivo, de su «impropiedacl», y asi se pone di- rectamente en contacto con las posibilidades de si mismo, con sa «propiedad». En este concexto cs todavia importante el concepto de «s0- ud» (Fiérsorge) en el trato con otros seres humanos. Hi dogger dlistingue Ia solicitud que esta al quiter de la «previ- sora, Mientras que en la que aesté al quite» se ayuda al otro quitindole la responsabilidad, In eprevisora» esta mas pensada como ayuda para la autoayuda. La solicitud que «esta al quite» corresponde a la simpropicdad» porque, si bien descarga al otro haciéndose cargo de asugios importantes, sin embargo coatintia existiendo el peligro doque ste se vea con ello «com- pletamente expulsado de su posicién... para hacerse cargo, mas tarde, de lo procurado como de algo listo para disponer de ello», Esta forma de la solicitud puede convertir al otro en ude- pendience y dominado», aun cuando este dominio no salga a Ia luz del dia, La solicitud «previsora>, por el contrario, debe asignarse a la epropiedad. Esta forma de solicicud quiere pre- cisamence no quitar al otro la preocupacién sino «restituicla primeramente como tal» en el convencimiento de que el otro encontraré por si mismo un camino. La ayuda consiste en que se ayuda al oteo a shacerse transparente y libre en su: preocu- 2.5. Jean-Paut Sanrat (1905-1980) Sartre esti considerado como et representante més influ yente de Ia filosofia exiseencialista francesa. Parte de Hleideg- er, Husserl y Hegel y llega a una concepeisn realista-pesimista e Ia existencia humana. Su presupuesto fundamental es la li- bettad humana; ve al hombre fundamentalmente libre y en lx prisién del no ser libre, La libertad del see humano no cs ili- Tnitada, pero no topa nunca con fronteras, Ser libre no es sie nndnimo de tener éxito, sino de poder elegir y, correspondicn~ “> Apso gus enortatemos ais une ene concepos de erp comseraconl Ro te} y de aoa de Gale (Pe Trasfondo filossfico temente, de tener que elegi fandidad en lo que sigue. Sarere adopea aqui la concepeién del tiempo de Heidegger, iisea deiariie didalel tatano’ Ell Siapere cients preeente del ser humano esti determinado por un propésito, wna meta, tuna intencidn situados en el futuro, Dado que lo que sucede o sucederi en el fururo no existe en el instante del ahora, es decir, pertenece a la inexistencia, mi ser esté determinado en primer lugae por {a inexistencia. Sélo al ser humano esti en situacién (no él ser en si o las cosas) de establecer. una vineulacién entre lo inesistente 0 atin inexistente y sus acciones momentineas. La relacién con el no ser es por tanto la condicign més im- portante de la libertad: «Dado que la realidad hurmana no basta, es libre; pues es arrebacada continuamence a si misma (al futuro ain inexistente) y porque aquello que ha sido, esté separado por una nada de fo que es y seri», A la inversa, esto significa que esta carencia de ser (falta de futuro por el momento) es casi tuna condici6n para la libertad del ser humano. El ser humano debe, segiin Sartre, luchar constantemente por dicha libertad; no puede elegir, riene que elegir, esté «condenado a ka liber sadn; es decir, en este elegirse, que tiene que repetirse siempre de nuevo, se encuentea el ser del ser humano, st existencia, su libercad: «Asi, libertad, eleccidn, negacién y maduracién son tuna y la misma cosas", También la no eleccién, es decir, la recusacién a elegirse a si mismo, es una eleccién de la que en Slkimo téemino tiene que responder el ser humano: «Podemos elegirnos como huidizos, inasibles, lentos, etc.; podemos in- cluso elegir no elegiqnds; en estos casos distintos se establecen metas... ¥ la responsabilidad por ellas recae sobre nosotros: sea lo que sea nuestro ser, es eleccién™ y toda eleccidn es un «pro- yecto para una solucié del problema del sers*, Sartre menciona los siguientes momentos de Ia libertad: el lugar, el pasado, el cuerpo, el entorno, los semejantes, la muer- te: «Yo no soy ni “libre” de escapar al destino de mi clase, de Esto se explicard con mas pro- “Lie ale wun leas 182 ig S41, BOs i 46 Oe os Os si 64 Filasoffa existencialiss y fenomenologis imi pueblo, mi familia. Vengo al mundo como trabajador, como francés, con sifilis heredada o tuberculosis. La historia de una vida cualquiera es la historia clel fracaso... Mucho mas fque ‘hacerse” el hombre parece que es “hecho” por el clima J la tierra, por la raza y la clase, por el idioma, por lt historia Gel colectivo al que pertenece, por la herencia, por las cir- cunstancias de su nifez, por las costumbres adquiridas, por los grandes y pequefios acontecimientos de su vides"®. Estas li- tnitaciones Ficticas de mi libertad se hacen sin embargo claras y conscientes en el marco de nti «proyecton, de mis metas y mnis intenciones, De aqui se sigue que estas condiciones no son tn cealidad ellas mismas limitaciones, sino que se convierten en Timitaciones cuando son condiciones indispensables para fa li- bertad; dicho de otro modo:'sélo puede haber libertad con Timitaciones y viceversa: las lidhitaciones son limitaciones tini- camente sobre el fondo de Islibertad: «Sélo puede haber li- bertad limitada, dado que la libertad es eleccién... De este modo la libertad puede ser realmente libre, sélo cuando cons- tituye la facticidad como su propia limitacidnw™. Sartre se re- flere autobiogrificamente a ello en una entrevista™® «a vida me ha ensefindo'el “poder de las cosas". En rea- Jidad tendria que haber descubierto ya con El ser y la mada el poder de las cosas, pues me habia convertido por esa épocs, contra mi voluntad, en soldado. Habia tropezado ya por lo tanto con algo que me dirigia desde afuera, algo que no tenia nada que ver con mi libertad... De este modo empecé a des- cubric la cealidad dela situacién de los seres humanos en medio de las cosas, que habia denomiinado “estar en el mundo"™*. En Ia comprensién del pasado, ef presente y el futuro se encuentra una mezcla semejante en forma de dependencia mu- twa —tomo se ha mencionado’ ya en relacién con las explica- ciones sobre el no ser—, Cuando el ser humano quiere cambiar tuna situacién en el presente, porque ya no le satisface, entonces basa su «proyecto» (la fijacién de su meta) en In anticipacién One 50. See sbie Soe mesa, 168, n: J.P Sate, 1975. St Oe. Tesefondo filosstico del futuro; ya que el cambio de su situacién s6lo puede suceder nel facuro. Tiene por tanto que wsuperar» su presente, es de- cir, la comprensién del presente y el pasado presupone en cada caso su superacién, el proyecto del futuro: «Se ve como el pre- sente es a la ¥ez indispensable para Ia eleccién del futuro, pre- cisamente en su propiedad de “aquello que hay que cambiar’, ¥ com®, por lo tanto, no puede verificarse ninguna superacion, si no es desde un pasado, y como, por otro Indo, esta esencia del (ses) pasado corresponde al pasado desde Ia elecciin ori- ginal de lo futuro»®?, En esta comprensién del tiempo —tomada evidencemente de Heidegger— corresponde al pasado un significado, que se determina en primer lugar a partir del futuro, es decir, los su- cesos del pasado son hechos y no s¢ pueden cambiar, pero el significado, el valor de dichos hechos resulea del futuro; y esto vuelve a significar que: el sigaificado resulca del proyecto det instante sobre el fucuro: «... cuando me proyecto hacia mis me- tas me Heve el pasado conmigo y decido, a través de mis actos, sobre su significadon’?, y wel fururo decide si et pasado essi mauerto 0 vivon** Sactre da, sin embargo, todavia un paso mas alls. Afiema que esta libertad ilimitaca no conduce 2 una falta inmioral de compromiso entre los seres humanos, sino que una libertad ili- mitada condiciona, casi automiticamente, tina responsabilidad moral Himitada, Cada uno debe clegir su propia existencia existiendo escapatoria en cuanto a [a completa responsabil lad por esta eleccidn. La calidad snoral de ba responsabilidad reside ‘en que no sélo acta para el individuo sino en todos los denxis seres humanos. Cuando creamos nuestea propio yo individual con los valores propios, entonces, participamos auromstica- monte del surgimiento de un ideal de naeuealeza humana en si De aqui se sigue que [a valoracién en un »st mismo» creado individualmence depende de si este «sf mismo tiene también significacin positiva para los demis seres humanos. Aunque Sartre se distancid, en fa enetevists ant srmente Rone 3 Oe oo BOs. sofia existencalsta y Fenomenol mencionada (1969), de la radicalidad de afirmaciones anteriores tales como ano importa baja qué cireunstancias, en qué situa- cidn; el ser humano ¢s siempre libre para clegir si quiere ono gee ua aida...» excesivamente referidas a las vivencias os- pectficas de la guerra", se mantiene fundamencalmente firme fu In responsabilizacién del ser humano frence a si mismo’ tc. no he dejado nunca de ensehar que cada uno es en iitimo tdemino responsable de lo que se haga con él, aun cuando no Je quede otro remedio que cargar con esta responsabilidad. Hoy en dia definiria el concepto libertad de Ia siguiente ma- ners: La libertad eo aque pequeia| movimiento que hace que tn ser completamente condicionadlo sociaimente sea un hom bre, el cual no representa todo aquello que procede de su estar condicionado»™”. Tic ose Un peg 4 isin de Lat move ; 5b. Cura foks ee sm ems einorprenile que yo bars iil vt fos Su bre Sue, 3) oa 67 3 RECOPILACION: DECLARACIONES CENTRALES DE LA FILOSOF/A EX(STENCIALISTA Y DE LA FENOMENOLOGIA Para coneluir Ia parte filoséfica me gustaria volver a reco- pilac la filosofia existencialista —asi como los correspondicates aspectos relevantes de Ia fenomenologia— en afirmaciones cen- trales ances de comprobar, en Ia parte psicolégica que sigue, hasta qué punto tos representantes de la psicologia humanistica elaboraron dichas afirmaciones 3.1. MiED0 ¥ LIBERTAD COMO DOS CARAS DEL «SER ARROJADO» DE LA ENISTENCIA HUMANA, La existencia humana se caracteriza por haber sido «arro- jadan (Heidegger) al mundo y por estar confeontada, desde su nacimiento, con Ia muerte, Ia snadae (Sartre). Este ser arroja~ do, con la perspectiva inevieable de la muerte, quica en realidad inmediatamente al ser humano, desde el inicio de su vida, «la base» (Jaspers) y confiere a In existencia humana un cardcter absurdo. El hombre se ve expuesto desde el principio a las tuaciones limite» (Jaspérs) que le conducen al «abistno» (Kier- kegaard); aqui experiments el «estado fundamental del miedo» (Heidegger) y se ve constantemente confrontado con In enfer- medad y el fracaso (Jaspers) asi como con el desgarro, la de- sesperacién, el abandono (Kierkegaard) y el vacio (Sartre). Una c-ra dal set arrojado consisce por lo canto en que el mundo (entorno), en el que el individuo es metido por el nacimiento, determina de forina muy limitadora y amenazante su vida co- 68 Recopilacién tidiana; la otra cacn del ser arrojado, la libersad, esta directa- mente ¥inculada con ello; ya que Ix amenaaa y el miedo abren aunque pueda sonar paradéjico en un principio— al ser hu- mano un juego de libertad, en el que el hombre puede, p. e., aeeptar 0 no cl miedo como componente de su existencis, 3.2. ELecci6n ¥ DECISION Asi el miedo es una condicién necesaria para la libertad del ser humano; «lleva la exiscencia ante la libertad», dice Hleideg- ges es decir, ante lalibertad de «elegir» y udecidic», un aspecto defendide constantemente por los representantes presentados de la filosofia existencialista, En este contexco, me gustaria re- salear un aspecto especial: Heidegger (al igial que Buber y Sar- tre) no ve este welegir» y «decidir» solamente como una «po- sibilidad» fisica o moral que esta a disposicién del hombre, sino que el acto de la «eleccidn» o la adecisiénn, como expresién de Ia libertad, es paca Heidegger —sobre el fondo del ser arroja- do— una unecesidad» de Ia existencia humana; el sec hurmano estd «conclenado a la libertad», como lo denomina Sartre, Este aspecio de tener que elegir y decidir conduce a una imagen del ser humano que considera a é3te tanto activo como pasivo; pa- sivo en cuanto a fa amenaza de ser determinado y activo en cuanto a ta necesidad de realizar la libertad de In eleccién y decisibn y con ello de «tomarse en posesin o malogeatse & si mismon (Jaspers), de whacerse a si mismo (Sartre) 3.3, Responsanitipap Una imagen asi del ser humano plantes una cuestign im portante:

You might also like