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Titulo det original en inglée: PHILOSOPHY IN-A New Koy Publicado en los Estados Unidos por © Baw & Brornims Puauisnens New York, 1964 del vito y del arte Praduecién de | Un estudio acerca del simbolismo de la raxén, { Janes Rest y VIRGINIA M, Ennant ‘APRESO EN ARGENTINA PREVTED IN ARGENTINA Queda hecho el depésito dispuesto or ley NP 11.723 Copyright by Editorial Sua, S. R, L. - Buenos Aires, 1958 q BUENOS AIRES NAAN IN199D1ND919N999491999999999999999999999 PREFACIO No soy yo quien descubrié la ‘‘nueva clave’ de la filosofia. Otros ta hallaron, repetidamente, con entera claridad. Este libro sélo pretende demostrar el hecho inadvertido de que es wna nueva clave, a la vez que se propone exponer eéino tienden a ser trans- portados a esta tonalidud los principales temas de nuestra refle- xién. Asi como toda veriante tonal conficre un nuevo sentido a todos los pasajes precedentes, del mismo modo la reorganizacién de la filosofia que se exté desarrotlando en nuestro tiempo con- fiere nuevos aspectos a las ideas y a lov argumentos del pasado. Nuestro peusumiento surge de ese pasado, pero no lo continia se. lgiin las modalidades que fueron previstas. Sus cauces atraviesan Tas ‘orientaciones anteriores, y sibitamente revelan nuevos moti- vos quo de ningtin modo se advirtié implicitos en las premisas de las esewelas; y ello se debe a la circunstaneia de que nuestro pen- samiento modifica los interrogantes formulados por Ja filosofia. La universalidad del gran cambio tonal que ha sufrido nues- tro pensamiento se halla demostrada por el hecho de que su cuer- da ténica puede tener wna resonancia apropiada para una men- talidad a ta que interesan esencialmente la légica, ol lengwaje cien. tifico y el hecho empirico, a pesar de que la ewerda por primera vee fué pulsada, en verdad, por pensadores de wna escuela muy diferente. Ciertamente, la logica y la oiencia, sin saberlo, Le han preparado la armonia, porque el estudio de. las ‘transformacio- nes”’ y “proyecciones”” matemdticas, la construccién de sistemas deseriptives alternades, etc,, han planteado el problema de los modos simbélicos y de la relacién variable ontre forma y conte- nido. Pero quienes reconocieron la importancia de las formas ex- presivas para todo el entendimiento humano fueron aguellas per. sonas que vieron que no sélo la cioncia, sino también el mito, Ia analogia, el pensamiento metaférico y el arte son actividades in- 209000084600 29999999 8999999 DIVIAI99N99999999994999999990N999999999 10 SUSANNE K, LANGER cleotwales determinadas por ‘modes simbélicas””; y la mayoria Ge clos povonse pertensotn Ta acuta idea, Ta relaién fnlra ol arte y la gnoseologia les fué rovelada por vee primera at feflecionar sobre el cardcter fenoménico de la experiencia, en a curso de Ta gran “aventura de ideas” trascendentalista que pro- movi Emmanuel Kant. Y, atin ahora, précticamente toda la fi- Josofia del arte seria y penetranto se halla. relacionada de algiim smodo eon la tradicién idealista, La mayoria de los estudios sobre 4 signafieado atstico, sobre at arte como forma simbélie y ve Kieulo conceptual, han side eonfigurados de-aouerdo-con. a ‘ritu de la metafisiea postkantiana. : 3 Sin embargo, no creo que sea necosaria wna interpretacién idealista de la Reatidad para el reconocimionto del arte como fo ‘ma simbélica, Para el profesor Urban, “la presuncién de que ‘euanto més rica y endrgicamente ol espiritu human eabora sus Tonguajes y simbolos, tanto mds présimo se halla... de su ser y realidad ‘ltima”” constituye ‘el ideatismo minimo que se nece Sia pare cualquier teoria adecuada del simbalismo’) St hubiera luna © Realidad?” tat como la que presunen los idealistas, entonces AL acceso a ella, como a cualquier otra meta intelectual, deberia Cumplise a través do olorto eimbolisma adecuado; pero no veo dque acceso alguno al manantial o “principio” de la existoncia Ia ‘mana se halle presupuesto en el estudio dgiea y psicaligio propio simbolismo. No es necesario admilir la presencia de wn) Tespiritu human” trascendental para reconocer, por ejemplo,, aque la funcibn de transformaciOn simbélica es uno actividad na-, tural, wna forma clevada de reaccidn aerviasa que diferencia al) hombre de los animales. EL estudio del simbolo y del significada, es wn punto de partida de tn filsofia, no wn derivado de les prey gnisas dle Descartes, de Humo o de Kant; y el reconocimiento dé bu fecundided hondura puede alcancarse desde varias posiioy ines, si Bien es un hecho histérico quo los idealistas fueron tos pri eros en aleanzarlo y 08 han logado la Vileratura més esslargee, Gora acerca de los simbolismos nodisoursivas: el mito, el ritual y el arte, Sus estudios so hallam, empero, tan intimamente, liga- os con sus eopeouaciones metafsiaas que Ta mueva clane 2 le Filosofia que descubrieron al principio pré de ser eee cemtutaion de lo vieja tonada. Su ovténtca vitalidad rresulla svis evidonte cuando uno advierte que aun estudios como fl presente ensayo, suscitades por preoeupaciones Légicas més bien NUEVA CLAVE DE LA FILOSOFIA u ‘que éticas 0 metefisieas, pueden motivarse on la misma idea go- ‘neredora: la naturaleca esencialmente transformativa det entendi. anjento humano, ° Los eruditos a quienes debo directa o indirectamente cl ma- “terial de. mis pensamientos sepresentan ‘iumerosas escuelas ¢, in eluso, mumerosos campos de erudicién; y mé expresién finat de e808 pensaivinelos no siompre alestiqua la influencia ejercida por tales estudiosos. Los escritos del sabio a quien fué dedicado esto Uibro reciben apenas wna escasa mencién explicita; lo mismo es vuilide para tas obras de Ernst Cassirer, precursor de la filosofta del simbolismo, y para las de Heinrich Schenker, Louis Arnaud Reid, Kurt Goldstein y tantos més. A veces, un mero articulo pue- do conferir o nusstro pensamiento una nueva perspectiva o sibi- tamenie puede organisar nuestro disperso conocimionto en na ‘idea significativa, al propio tiempo qua es asimilado de manera tan completa en las teorias sobre las que ejercié influencia que no es posible hacer wna menciin especifica de su contenido en ningtin pasaje determinado de Ia exposicién, tal come sucede con '*Bu- sik und Mythus in throm Verhélinse””, de Mar Kraussold. (Die Musik, 1925), “Les hommes au point de us biologique” de Btion- ne Rabaud (Journal de Peychologio, 1921), Dizordora of Sym- bolic Thinking and. Expression”, de Sir Henry Head (British Journal of Psychology, 1920) o Stil und Weltanschauung, de Her- mann Nekl, Tnevitatlemente, las ideas filoséfteas de todo pensador proceden tanto de lo que ha leido cuanto de lo que ha ofto y visto; en conseowencia, si noco es el material que realmente le pertenece, esto, en cambdia, confiore a sus doctrinas la continuidad de und antigua herencia intelectual, Después de todo, nunca deben des- preciarse los antepesades respetables. Aunque me resulia imposible enumerar todas las obligactones literarias que he contraido, no obstanie deseo expresar mi agrac ciméento a varias amigos give me brindaron el favor de su juicio 0 de su auzilio: a iiss Helon Sewell, por los comentarios de una artista acerca de toda la icoria del simbolismo no-discursivo, y em especial acerca de tos capttwlos VIII y IX; a Mr. Carl Schorske, ‘por su eriica lileraria de esos mismos extensos capitulos; a mi hermana, Mrs. Dunbar, por muchas sugestiones valivsas; « Mrs. Dan Fenn, por leer las pruebas de pdgina, y o Miss Theodora “Long y a mi hijo Loonord, por prestar su ayia en la confec- iin del indice, Por sobre todo, deseo agradecer a Mrs. Pen- B SUSANNE X. LANGER field Roberts, quien leyé'el manuserito completo, aun despuds de ee revision aay no sélo me presté sw. aucvilio ‘intelectual, sino el apoyo moral constante de su entusiasmo ¥ amistad, con lo SR 1 eee ne ae een Ae as he ' — enuncia asi: “todo el placer genwino y pr Jescs oot ag banana site tae ae Ss hemos confeccionado con barro; y la vida alcanza su plenitud cuando confiadamente podemos encomendarnos en forma eekgro- ea la apreciacién comprensiva de nuestros pasteles de barro’’. SEL Cambridge (Massachusette), 1941. -A0 ha llogado a ser Jo que es; todo tiene causa; todo cambio debe 1: LA NUEVA CLAVE En Ia historia de la filosoffa, cada época tiene su preoeupa- cin singular. Sus problemas le son peculiares no por obvias ra. Zones practicas —de indole politica o social —, sino por motivos més hondos de desenvolvimiento intelectual. Si nos volvemos para contemplar en el pasado la lenta formacién y acopio de doctrinas ‘que sefiala esa historia, es posible que advirtamos en ella eiezton sorupamiontos de ideas motivados no por el asunto tratado, sino”. Por un factor comin més sutil que puede denominarse su *tée. nica’’. Lo que los asigna a una época determinada es el modo da enearar los problemas més bien quo el tema a que se refieren, El tema puede ser fortuito y deponde de logros, descubrimientas, ca- Jamidadeso gobiernos, en tanto que el enearamiento fluye de un ‘manantial més constante, La "‘téeniea” o enesramiento de un problema surge tan pron- {0 éste es expresado como interrogante, El modo de plantear él interrogante delimita y determina las formas en que puede. for- mularse cualquier respuesta, ya sea acertada o errOnea. Si so nes Pregunta “‘1Quién hizo el mundo®”, es posible responder: “Lo hizo Dios”, ‘Lo hizo la cagualidad’”, “Lo hicieron el amor y of ‘edio", 0 lo que gustéis. Podemos estar acertados o equivocarnos, Pero si respondemos: “Nadie lo hizo”, nos aeusardn do que tra, tamos de resultar eripticos, ingeniosos 0 ‘mal dispuestos””. Elis fe debe a que en este ‘iltimo caso sélo en aparieneia hemos dado ‘tna respuesta; eu verdad, hemos rechazado el interrogante, Quien interroga fe siente obligado a repetir sm problema’ ““Bntoncss, jedmo Megé el mundo a ser lo que es”. Si ahora respondemos; “De ningtin modo elleg6 a ser>”, nuestro interlocutor se senting verdaderamente desconceriado. Resulta manifiesto que esta ‘res. Puesta’’ repudia la estructura misma de eu pensamiento, la orieu, facién de su mente, las presuaciones bésicas acerea de las cosas oh general que siempre ha crefdo dictadas por el sentido comin, To. 99999 9999999999999999999999999029999 VA9 NIVADAARDADIADIIAINAIDAIIIIIIIIIAD uu SUSANNE K. LANGER tener un propésito; el mundo es un objeto, y debe haberlo hecho algiin agente movido por alguna finalidad, empleando alguna ma- teria primordial. fistas son maneras naturales de pensar. El hom- hhre comin no advierte estas ‘‘maneras’” implicitas; simplemente, fe somota a ellas, No se da cuenta que asume principios bésicos de especie alguna, Tales prineipios constitayen lo que un alemin de- nominaria la Welanschawung —Ia actitud mental—, mis bien ue espectficos artfeulos de fe: determinan la perspectiva; som mas hondos que los hechos que pueden notarse 0 que Jas propo- igiones que pueden formularse. Pero, aunque no se encuentran formulados, hallan expresién en las formas de los interrogantes que el hombre plantea, Bn verdad, un interrogante es una proposicién ambigua; la respnesta que se le proponga constituye su determinacién (*). Sélo puede haber un cierto mimero de alternativas que completen su sentido, De tal modo, el tratamiento intelectual de eualquier premisa, ex- periencia 0 asunto se halla determinado por la naturaleza de nucs- tros interrogantes; muestras respuestas no hacen més que des- envolverlo, En filoooffa, cota disposicién de los prablemas es la. contribu cién més importante que ofrece una eseuela, un movimiento o una Gpoea, Dicha disposicion entrafia la ‘‘genialidad" de una gran filosoffa; al brillo de su luz, los sistemas surgen, prevalecen y fe extinguen. En consecuencia, una filosofia so earacteriza més por la formulacién de sus problemas que por la solucién que tes ofrezea. Las respuestas Ge une filosoffa configuran un edificio ae hechos; pero sus interrogantes fijan la estructura en que seré ‘razado su esquema de hechos, Configuran aun mis qne una es tructura: constituyen el Angulo de mira, el colorido, el estilo en que él esquema es trazado; constituyen todo, con exeepeién del asunto, En nuestros interrogentes se hallan implicitos nuestros principios de endlisis, y muestras reepuestas sélo pueden expresar Jo que estos prineipios estin en condiciones de ofrecer. Hay un pasaje en Science ond the Modern World, de White- head, que enuncia esta predetermmacién del pensamiento, que (@) Cf Félix Cohen, “What is a Question?”, en The Monist, MAXIE (1929), 3: 880-504, NUEVA CLAVE DB LA FILOSOFIA 18 al mismo tiempo su andamiaje y su limite. Dice el profesor tehead: "Cuando extiquéis In filosofla de wna Gpoea uo distjens prineipalmente vuestra atencién hacia las posieiones intelectua- Jes que sus expositores ereen necesario defender explicitamente, Habré ciertas premisas fundamentales presupuestas inconsciente, mente por los partidarios de todos los diversos sistemas dentro de Ja misma 630ca, Tales premisns parecen tan evidentes que la gen te no sabe lo quo presupone porque jamas se le ha ocurrido otra manera de plantearse las cosas. Con esas premisas es posible cierto mimero limitado de sistemas, y tal grapo de sistemas eonstituye Ja filosofia de In époea” (2) Hace elgunos afios, el profesor C. D. Burns publieé un exee- Jente articulito titulado ‘The Sense of the Horizon”, en el que haefa una aplicacién algo més amplia de los mismos ‘prineipios, pues sefialaba en 61 que toda civilizacién tiene sus limites en maz teria de conocimienta: de percepeiones, de reacciones, de senti- anientos y de ideas. Citemos eus propias palabras: “La experien- cia de un instante cualquiera tiene su propio horizonte, Le ex. perieneia de hoy, que no es la de mafiana, tiene en ef cicrtos in cios ¢ implieaciones que constituyen el mafiana pmesin on ol hori zonte de hoy. La experiencia de cada hombre puede enziquecerse com la experiencia de otros hombres que viven eoeléneamente 0 que vivieron antes; de tal modo, cada individuo puede vivir un mun- do comin de experiencia més amplio que el de su propia chser- vvacién, Pero por ancho que sea, ese mundo eoman también tiene su borizonte; y en este horizonte siempre esté surgiendo una nue- va experiencia...” (8), “Bn todas las époces, los filésofos han tratado de ofrecer une estimacién de toda Ia experiencia que hen podido abarcar. Por cierto, algunos han Negado pretender que aquello que no podian explicar no existia. Pero todas los grandes filésofos adinitierom mis de lo que podian explicar; en cousecuencia, firmaron de an. (2) Dal ental 11; "he Contry of evi. (Pare fp veri segues fn aun e Maia Plz ga en ba ce el mundo moderno, Buenos Aires, 1949; pp, 65-66. N. del 7.) vg {2 Pilsen, VIL Csi), 232 20021, Eel ena orn sprit rb le 1A Barn of batts NP Ge 16 SUSANNE K. LANGER éemano —si acaso no fecharon — la condena de muerte de sus filosofias”’ (*). "© La historia de la filosofia occidental comienza en un pperfodo en que el sentido de los horizontes aleja los ojos humanos Ge los mitos y rituales, de las ereeneias y eostumbres corrientes de la tvadiciOn griega del Asia Menor... En una civilizaciOn es- ‘tablecida, 1a reguiaridad de los fenémenos naturales y su conexién fa través de vastos campos de experiencia se vuelve significativa. ‘Los imitos so hallaban demasiado inconexos; pero detris de ellos ‘se encuentra la concepeién del Destino, Esto acaso ofecié a Ta- les y a otros filésofos tempranos el primer indicio de la nueva Zonmulacién, gue eoustitnys ua intento destinado a aleanzar un ‘grado mayor de certidumbre en la actitud corriente con respecto ‘al mundo, Desde este punto de vista, se concibe a los primeros filésofos no tanto inqnistados por las contradicciones de la tra- “Zicidn cuanto atraidos por ciertos factores sitnados en el horizoa- ‘e de la exporieacia que no exan explicados satisfactoriamente por Ja tradicién a la que ellos pertenecfan, Emprendieron la nueva formulaciOn a fin de inelutr los nuevos factores, y afirmaron con osadfa que «todo» era agua o que «todo» fluia”” (°). ‘A mi juicio, la formulacién de la experiencia contenida en al horizonte intelectual de una époea o sociedad se halla determi- nada no tanto por acontecimientos y aspiraciones cuanto por los conceptos basicos que se hallan a disposicién de la gente para ana- Yisar y deseribir en beneficio de su propio entendimiento las aven- fturas que eocre. Por supucsto, tales conceptos surgen & medida que se los requiere, oon el propésito de encarar la experiencia po- Uitiea o doméstien; pero las mismas experiencias pueden contem- plarse desde diversos puntos de vista, de modo que la perspectiva en que pueden manifestarse depende del genio de un pueblo tanto ‘como de las exigencias que impone la eireunstancia externa, Di- forentes mentalidades asimilardn los mismos acontecimientos de manera muy distinta. Una tribu del Congo responders en forma muy diferente —digamos— al ser introducida por primera vez fa In historia de Ja pasion de Cristo del modo en que reaccionarén Jos deseendientes de los lapones, ignalmente ignorantes, 0 los in- (4) “The Sense of the Horizon”, pp. 808-304. ©) Bid, pp. 806-307. NUEVA CLAVE Di LA FILOSOFIA " ‘dios norteamerieanos, Cada sociedad encara una nueva idea con ‘sus propioe eoneeptos,” con st propia modalidad téeita y funda. Tnental de ver las cosas; es decir: con sus propios interroganies, ‘con su curiosidad peculiar, BI horizonte a que alude et profesor Burns es el limite de Jos interrogantes elaros y perceptibles que podemos formular. ‘Cuando los filésofos jénicos, # los que cita como imnovadores del ‘ponsamiento griego, Dreguntaron de qué estaba hecho ‘'todo"” 0 Jomo obraba ‘toda’ materia, daban por supuesta una nocién ge- Geral: # saber, la de una substaneia primordial, la de una materia filtima y universal a la que podian suceder toda clase de aeciden- tes, Bsta nocién dictaba los términos de sus interrogaciones: qué fran las cosas y e6mo se modificaban, Los problemas del bien y Gel mal, de In riqueza y de la pobreza, de la esclavitnd y de la Tibertad se hallaban més allé del horizonte cientifico de eos filé- sofos. Acerca de tales asmntos asumfan, sin duda, las actitades ‘theites inconscientes que la costumbre social imponia, Los eon- ‘eeptos que les preoeupabsn no tenfan aplieacién alguna en dichos Ambitos, ¥ por lo tanto no suseitaban interrogantes nuevos, empe- iosos y reveladores acerea de enestiones sociales o morales. El profesor Burns considera todo el pensamiento griego como ‘una vasta formulacin de la experiencia. Dice que “a peser do ‘as continuas huchas acompasiadas de violentos cambios en los hi- Ditos acostumbrados y en el uso de las palabras, la obra sobre la formulacién de la experiencia griega culminé en las magnifices doctrinas de Platén y de Arist6teles. Ambos emanan de Socrates, ion pasé de las meras afirmaciones enuneiadas por los filésofos ‘mis primitives a la indagacién de 1a valides que en suma puede tener cualquier afirmacién. No lo que el mundo era, sino e6mo podfa conocerse lo que ere, y, por lo tanto, qué podfa saber uno acerea de sf mismo: ésta le parecta a Séerates la cuestién funda- mental... La formulacién emprendida por Tales fué completada ‘por Aristételes’? (*) Creo que la continuidad y cohereneia histériea de la civili zacién heléniea influye en este juicio. Por cierto, entre Tales y la ‘Academia hay, al menos, un cambio mas del horizonte, consistente (°) Did, p. 307. 99999999999999999999999999999999999 SIVA DVAAADA399N94N9NI9ADNAIDIAIIIIIIAIIIIAD 8 SUSANNE K. LANGER en ol advenimiento de los sofistas. Los interrogantes que Sécra- tes formulaba eran tan nuevos para su tiempo como los de Tales y Anaximenes habian sido en époea anterior. SGerates no continus ¥ completé el pensamiento j6nico; muy poco le preoenpaba la ff ‘ica especulativa que habia sido el hélito vital mismo de los fil6- sofos de la naturaleza, y 1a obra que eumplié durante su vida no lev6 adelante ni un solo paco esa antigua empresa, No contaba ‘eon nuevas respuestas, sino. con nuevos interrogantes; juntamente con ello, introdujo en la filosoffa griega una estructura coneep- tual nueva, una perspectiva enteramente diferente. Sus problemas habian surgido en las cortes de justicia y en los cursos de oratoria @e los sofistas; en general, y en sus principales aspectos, los fil6- sofos de la naturaleza nada tuvieron que ver con la tradicién aca- aémica, La valides del conocimiento s6lo era uno de los nuevos enigmas soerétieos; el valor del eonocimient, el propésito de le cieneia, de la vide polftica, de las artes préctieas y —finelmen- ‘te— del curso de la naturaleza se volvieron, en eonjunto, proble- miticos para Séerates, pues estaba obrando de acuerdo con una idea. nueva. Lo que constituia el objeto de su discurso no era la materia primordial y sus apariencias, productos virtuales, leyes de transformacién ¢ identidad wltima, sino la nocién del’ valor. Que todo tenia un valor ora conclusién tan cvidente que no re- querfa ser demostrade, Resaltaba tan obvio que los jonios no le habien dedieado ni un pensamiento; y tampoco Sécrates se pre- ceupé en demostrarlo, pero sus interrogantes. se agrupaban ex torno del valor que tenfan las cosas: si eran buenas o malas; si lo eran de por si o en relacién con otras; si lo eran ya para todos los hombres, ya para algunos, o solamente para los dioses. Tumi nado por el viejo concepto de valor, recowido nuevamente, surgia todo un mundo de interrogantes. De una vez, el horizonte filo- s6fieo se ensanché en todas direceiones, como sucede con los hori zontes en tode oportunidad en que ascendemos un paso hacia Ins alturas. Las fronteras del pensamiento son fijadas no tanto desde afuera, por la plenitad o pobreza de las experiencias que la mente eneara, cuanto desde dentro, por el poder de concepeién, por la riqueze de nociones definidas con que la mente ehfrenta las expe- riencias. a mayoria de los deseuthrimientos nuevos consiste en cosas stbitamente advertidas que siempre estuvieron al aleance de Ia mano, Una idea nueva os un destello euyo resplandor ilumina NUEVA CLAVE DE LA FILOSOFIA 9 reseneias que simplemente earecieron“de forma hasta que esa Juz las alumbré, Eneendamos la Iuz aqui, allé, en todas partes, y al avanzar la claridad las fronteras del pensamiento se iran alo- Jando. Uns eiencia nueva, un arte nuevo 0 un novedoso y rebusto sistema filos6fico son el producto de una innovaeién hasica de se. mejante indole. Ideas tales como la identidad de la materia y la » mutacin de la forma, como el valor, Ia validez y le virtud 0 como el mundo exterior y la eonciencia interior no gon teorfas: son los Yérminos en que se conciben las teorias; suseitan interrogantes es. peeificos y se artieulan sélo en la forma de estos interrozantes, En conseeuencia, puede lamérseles ideas seminales de la historia del pensamiento, Una asombrosa. perspectiva filosétiea se abrié cuando Tales, © tal vez algin ignoto precursor suyo, pregunts: ‘“jDe qué esté hecho el mundo?” Por espacio de siglos, los hombres volvieron ‘sus. ojos hacia las mutaciones de la materia, hacia los problemas del desarrollo y del agostamiento, hacia las leyes de Is transior- macién de la naturaleza. Cuando las especulaciones Ilegaron a un Punto muerto y las numerosas respuestas factibles fueron alma- eenadas en todas las mentes cultas, al agotarse las posibilidades de esta ciencia primitiva, Séerates propuso sus interrogantes simples ¥ sorprendentes. No’ preguntaba: “Qué respuesta os verdade- ral”, sino “gQué es la Verdad!”, ““;Qué es el conocimiento 7 Por qué ambicionamos sdquirirlo#” Sus interrogantes deseon- certaban en razén de que coutenian el nuevo principio de explica- ein: el concepto de valor. Comprender algo no consiste en des- eribir su movimiento y su materia, sino en indagar su propésito, De este concepto derivé una multitud de indagaciones nuevas geual es el mayor bien del hombre, gendl el del universot, ous. es son los principios apropiados del arte, de Ia educacién, del ‘gobierno, de la medicinat, geuél es el objeto de la rotacién. de los planetas y de los cielos?, yeon qué propésito proerean los anima. les y nacen los imperios’, gpor qué el hombre tiene manos, ojos y el don del lenguajet A los fisicos, los ojos y las manos no Jes resultaban més in- teresantes que una rama 0 una roca: no eran més que Variedades de la Materia Primordial. La concepeién soerdtiea de propdsito aventajaba a las viejas nociones fisicas debido a que conferia ine portancia a las diferencias existentes entre las manos humanas y Jas otras “‘mezelas de elementos”, Con respecto a los elementos, 20 SUSANNE K. LANGER Séerates estaba dispuesto a aceptar la tradicién; pero, por su parte, preguntaba: “gPor qué estamos hechos de fuego y de agua, de tierra y de aire? ;Por qué tenemos pasiones y un anhelo de verdad? {Por qué vivimos? gPor qué morimos!”’ A modo de respuesta, surgieron la repiblica ideal de Platén y la ciencia aris- fotdliea, Pero nadie se detuvo para explicar qué significaban ‘bien ‘ltimo”? 0 ‘“propésito’"; éstas eran las ideas seminales que habian engendzado todos los nnevos y vitales problemas filoséti- ‘cog; eran los moldes explicativos y pérteneofan al sentido comtin. ‘Una era filoséfiea lega a su fin cuando se agutan ss con- ‘ceptos motores. Una ver aproveehados todos log interrogantes con testables que pueden formularse por megio de sus eouceptos, s6l0 nos quedan eos problemas denominados 2 veces ‘‘metafisicas”” en un sentido peyorativo: Tos problemas insolubles euya mera enunciacién entrafia una paradoja, La pecaliaridad de tales in- terrogantes ficticios consiste en que admiten dos o més respues- tas por igual vélidas que reciprocamente se anulan. Tn eda oca- sin que ge propone una respuesta cierto némero de adherentes le presta sa apoyo, a pesar de gue otras personas han demos- trado de manera cabal enn equivoea ¢ inadecuada resulta; y puesto que las otras soluciones que rivalizan con esta respuesta padecen del mismo defeeto, una eleccién entre ellas en verded tse basa en fundamentos temperementales. A diferencia de las vee pnestas correctas para interrorantes apropiados, la filosofia se ‘vuelve académica, y desde eco momento sn consigna es Refutar, su vida se eonvierte en tn argumento més bien que en una re- flexién personal, Ia correccién es considerada més importante que la sinceridad, y todo cl centro gravitatorio se desplaza de las ver- Aaderas euestiones filos6ficas a temas periféricos: 1a metodolo- fa, el progreso mental, la ubieacién del filésofo en la sociedad y al arte de argiir. BI perfodo ecléctico de 1a filosoffa grecorromana fué, preci- samente, un apéndice semejante de una época inspirada, La gente ‘tomé partido acerca de los viejos interrogantes en lugar de Hevar adelante las ideas sugeridas, desenvolviendo sus ulteriores impli- caciones. Se bused un credo razonado, on lugar de coses nuevas sobré las cuales reflexionar. Las doctsinas parecian hallarse ya dispuestas, desperdigadas por todas partes, a la espera de que se Jas adoptara o rechazara, o tal vez de que se las disecare y re- agrupara en miievas eombinaciones. Mas én consonancia con el NUBVA CLAVE DE LA FILOSOFIA aL espiritn de la Gpoca se hallaban las consolaciones de la filosotia que los turbadores susurros del daimon socritico, No obstante, Ja mente humana se halla siempre en actividad, Cuando Ia filosofia permancee estévil, otros eampos producea ‘abundantes Zratos, El fin del helenismo coincide con el comienza dela eristianidad, perfodo de honda vida emotiva, de actividad politica y militar, de répida educacién de las hordas barbaras, de adguisicién de nuevos teritorios. La agreste Europa septen: trional faé abierta al mundo mediterréneo. Por supuesto, se eebilitaron los viejos intereses eulturales y los pretéritos concep- tos palidecieroa en presencia de tal actividad, mudanza y tur- bador desafio, Una aetwalided tornadiza y eaprichosa reemplazé al pensamiento filos6tico arraigado. Todo el esfuerzo de las men- talidades capacitadas se cousumfa en los problemas pricticos y moraleg del momento, y la metafisica parecfa un refinamiento venerable pero infructuoso de gente un tanto apartada y eniti- vada, un entretenimiento peculiar y solitario de eruditos pasados de moda. Debieron transcurrir varios siglos antes de que las grandes novedades se convirtieran on un orden establesido, una Yer que se Lubo consemido el ardor emotivo y que las nociones ‘moderns maduraron hasta convertinse en algo semojaute a o6- Jidos principios, Nuevamente, la curiosidad natural se volvio ha- ia estos prineipios vitales y bused su esencia, sus ramificaciones interiores y los fondamentos de su firmeza, Las interpretaciones de dactrinas y mandamientos se hicieron cada vez més urgenics, Pero la interpretacién de prineipios generales no constituye ni mis ni menos que la filosofia; de snodo que comenzé una nueva era vital de la razén, Los maravillosos vuelos de la imaginacién y del sentimiento inspirados por el avanee y triunfo del eristianismo, los interro- antes que suscité su actitud profundamente revolucionaria, su- ministraron el material para mil afios de desenvolvimiento filo- sétieo que comieazan eon Jos primitivos padres de la Iglesia y culminan con las grandes figuras de Ia escoldstica, Pero, a la Postre, sus ideas seminales —el pecado y a salvacién, la’ natu- raleza y la gracia, la unidad, el infinite y el remo — completaron su tarea, Vestos sistemas intelectuales habian sido formulados ¥ todos los problemas pertinentes habian sido planteados. Sur- gicron entonees los enigmas que no podian responderse, las pa Fadojas que siempre sefialen le frontera de la accién quo puede 299999929999 99999999999999999999999 D9N9D3A9N9N9R49499999499499999999999999999999 22 SUSANNE K. LANGER ejercer una idea seminal, una perspectiva intelectual. La exhausia mentalidad cristiana cess su desenvolvimiento, y 1a filosofia se volvié una reiteracién y una justificacién cada vez més aébil de Ia fe. ‘Nuevamente, el ‘pensamiento puro”” pareeié asunto_estéril y académieo, Los profesores de historia ve complacen en relerit- hos que los eruditos medievales discutian con solemnidad euén- tos Angeles pueden bailar en la cabeza de un alfiler. Por supucs- to, ésta y otras cuestiones similares se hallaban impregnadas de respetables significados mucho mfs profundos; en el presente caso, la respuesta dependia de la naturaleza material o inmaterial Ge los Angeles (porque si eran ineoxpéreos, un nimero ilimitsdo de ellos podia oeupar un espacio infinitesimal). Sin embargo, ig- porante o maliciosamente ineomprendidos, tales problemas sin duda daban pie a chanzas de sobremese cuando todavia eran expuesios con seriedad en Jas aulas. La cireunstancia de que la persona corriente.que los ofa no tratara de entenderlos sino de que los con- siderara erfptices invenciones de una clase académica — asuntos exeesivamente profundos para nosotros”, segin diria nuestzo Hombre de la Calle— demmestra que las proposiciones de la especulaci6u mielaficica carcefan de vitalidad para el piblico ge- neral jlustrado. El pensamiento escolSstieo iba siendo estrangu- Jado por la presi de mnevos intereses y nuevas emociones: las apiiiadas ideas modernas y Ja inspiracién artistica que den namos Renacimiento, ‘Al eabo de varios siglos de tradicién infeeunda, de desmaean- zamiento légico y de sectarismo filoséfieo, el caudal de nociones innominadas, herétieas y a menudo inconsistentes engendrado por ‘el Renacimiento eristaliz6 en problemas generales y fundamen- tales. Una nueva perspective de la vida reelamé que de su endtico mundo Ja mente humans extrajera un sentido: y asi, el dominio #ué heredado por la era cartesiana de “filosofia natural y mental”. Esta nueva époea conté con una idea seminal vigorosa y re- volucionaria: 1a dicotomfa de toda realidad en experiencia in- terior y mundo exterior, en sujeto ¥ objeto, en realidad privada y verdad pablica. D1 lenguaje mismo de lo que en la actualidad onstituye 1a gnoseologia tradicional revela esta nocién bésiea: ‘cuando hablamos de lo “‘pereibido”, de ‘datos sensoriales”, del ‘“

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