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| << El comercio del cacao en el nororiente del Nuevo Reino de Granada, siglo xvi Amado Antonio Guerrero Rincon” La coyuntura politica y econémica Sise parte de la consideracién de que desde la segunda década del siglo xvi el cacao se conocié en Espafia, para luego extenderse su consumo a t toda Europa, y que su cultivo se extendié por buena parte de las regiones cdlidas del Nuevo Mundo, es légico suponer que con el comercio sucedié algo similar, suplantando rutas, circuitos e intercambios que antes practica- ban las sociedades indigenas. De hecho, a pesar de las prohibiciones de efectuar intercambios intercoloniales, este fue un producto que logré supe- rar las restricciones y su comercio se hizo extensivo por todas las colonias', especialmente hacia Nueva Espafia desde el puerto del Callao, Ecuador, al de Acapulco, y desde Caracas al puerto de Veracruz. En la medida en que buena parte del cacao producido en el nororiente del Nuevo Reino de Granada durante el siglo xvii, se export6 por Maracaibo, con destino a Nueva Espafia y que Maurice 'Brunghardt (1974: 69-102) establecié una correlacién directa entre los precios y el volumen de expor- taciones hacia aquel virreinato, y la dindmica de las rentas decimales de los centros productores de cacao como Ciicuta y Salazar de las Palmas, es ne- cesario efectuar un andlisis preliminar sobre lo que estaba aconteciendo con las relaciones comerciales entre estas dos regiones. Inicialmente hay que sefialar que el comercio entre el Virreinato del Peri y Nueva Espafia habfa sido prohibido mediante las «Leyes setenta y siete, setenta y ocho, titulo cuarenta y cinco del Libro nono de la Nueva Recopilacién de Yndias» (Niifiez, 1972: 115) y el monopolio de la = ting ota Historiador. Director del Grupo de Investigacién sobre Desarrollo Re- asad qrachamiento Territorial. Profesor Titular Escuela de Economia, Universidad In- le Santander. c. e.: guertero@uis.edu.co comercig, a ‘autores coinciden en sefialar que entre las islas del Caribe fue comiin su alin se en, establecerse los vinculos comerciales con Cartagena, Portobelo y Panamé, y fas oe sostener que desde 1580 el Nuevo Reino de Granada exportaba algunas Pequefias cantidades de cacao ¢ Europa. Escaneado con CamScanner ™ ortacién de cacao a Nueva Espaiia habia: ido Concedido a ne racas, bajo la consideracién de generar 'Mgresos para e 0st ms “ el oresidio de La Guayra, ane de la ciudad de Caracas, e Re de las «Milicias Necesarias de la Real Corona», Para la defensa de rel yel lago de Maracaibo, constantemente atacada Por piratas y consar ‘Bid Pero implementar esta prohibicién fue casi que un imposible 0s, burocracia espafiola, no solo petgne de vez en cuando Se concede cias que facilitaban el comercio regional y por | la Cedfan ji lo tanto la legada 7: aaa junto con el poco interés de las autoridades col, ida Oniales por deteney hie co, sino también porque habfan condiciones objetivas, COMO eran loch” precios del cacao procedente de Guayaquil, quehacfan AtraCtIVO sy og cio, adems del interés de los comerciantes de Nueva Espafia Por manten, telaciones econémicas con las regiones mineras del Vitreinato del Peng, = Esta situacién generé un constante enfrentamiento entre las lites ge amas regiones y un sinntimero de solicitudes del cabildo de Caracas dit das al Rey y al Consejo de Indias para que se hiciera Cumplit lo esting, enlas Leyes de Indias. En 1693 se quejaban de los bajos precios a los cuales habia Ilegado el cacao en Veracruz, como resultado dela llegada asivade cacao procedente de Guayaquil, lo que se traducitia en la total ruina de esta provincia y no tener otra manutencién que el dicho CACAO», Dues en 1685 se habfa concedido licencia para remitir vino desde el Callao g Gua. temala, con la prohibicién expresa de no comercializar aprovechada para cargar furtivament CACAO, situacién, 'e cacao en Guayaquil Y venderlo en Acapulco, so pretexto de una arriba tios dichas prebendas, por lo que en 1694 se detogs autorizaba el mencionado Comercio, pero en 1699 el Virrey de Nueva Es. Pafia manifestaba ser «imposible el escusar las arribadas voluntarias o mal- Ciosas de las embarcaciones del Pertia la Nueva Espafia por los puertos del 2. Ademés de poner en riesgo la seguridad por falta del Sostenimiento de las Miliciasy las Fuerzas Militares de Cumand, Trinid: Trinidad y Margarita con la cual ese guarnece las Fuens’ tsios y Caminas de su Rentas y las Procedido todo de los Real Misiones espirituales a que «socorre de ea oe les derechos de estte frutto» seftalaban que en términos int sof cuanto hacfa a la formacién de estta Repiiblica se debe rep: rar que tds is Res cin ca, ni ciutacién sino la de estte frutto con sus _ ny Cuyas congruas esttén cittuadas€ x de ett ensos, y tributos manteniéndost ji Escaneado con CamScanner Mar del Sur porque todas las embarcaciones trahen sefias visi : en sefias vis padecido tormenta con que no se les sibles de haver 0 Puede impedir la entrada ni justificar s involuntaria y que en el interin que ‘ ya Se reparan introducen el caco de Guaya- quil en este Reyno», por lo que solicitaba se «permita el comercio de los navios o embarcaciones que artivaren con la calidad de que paguerrderechos doblados» (Néiez, 1972: 118). Aunque el Rey negé esta olicitud y reiteré la prohibicién del comercio del cacao desde Guayaquil, los constantes reclamos del cabildo de Caracas efectuados en 1701, 1708, 1709, 1710, 1724, 1728, 1775, entre otros afios, indican que el comercio de cacao desde aquella provincia con Nueva Espafia fue frecuente a lo largo del siglo’. Las razones que explican esta permanencia y vigencia del cacao de Guayaquil en los mercados de Nueva Espafia, adonde también llegaba el procedente de la Isla Martinica, a pesar de la prohibicin de su comercio, radica fundamentalmente en que sus precios eran menores a los de Cara- cas, en virtud de las diferencias de los costos de produccién calculados para Caracas, en 1745, en 11 pesos y medio la fanega (Arcila Farias, 1946: 174, 206), contra 1 peso y medio por fanega del guayaquilefio (De Ulloa, 1807: 1-176, en Leén y Szdszdi, 1964: 49), dada la abundancia de aguas que facilitaban tanto su cultivo como su rendimiento y el transporte, y una productividad de 18 fanegas por cada mil 4rboles en el caso del cacao guayaquilefio, frente a las 10 15 del cacao venezolano’, Ademis, la cercanta de los sitios de cultivo a los puertos de exportacién y el uso de la red fluvial, reducfan ampliamente los 4 a 8 reales de transporte que gastaba el cacao venezolano para ponerse al puerto. Es de anotar que las diferencias de los precios de las dos regiones productoras, también se han tratado de explicar por las diferentes calidades del producto*, pues unos sostienen que el de Caracas era mucho mejor elaborado y por lo tanto tenfa una mayor calidad, tal y como losostiene Arcila Farias (1946: 92); pero Le6n y Szdsadi, desvirttian tal hipétesis y sustentan que la explicaci6n del auge del cacao de Guayaquil hay que buscarla en tres factores esenciales: menores costos de produccién, demanda interna que estaba entre el 20% y el 40% del total desu producci6n, . La obra ue Nifiez contiene la transcripcién de las actas capitulares del cabildo de Caras coconuts con el cacao desde 1693 y para todo el siglo xvit, por lo aque constituye un valioso material de consulta para entender las decisiones politices al Tespecto, 4 Aunque en las regiones ricas del valle de Caracas se podia llegar a recoger hasta 25- 30 fanegas por cada 1000 arboles (Arcila Farfas, 1946: 174-175). een 5. Desde principios del siglo xxvil, a anotaba que en Guayaquil se cultivaba el cacao c menos euidado que en Nueva Espaiia. (Len Borja y Szésedi, 1964: 49-50). 139 Escaneado con CamScanner SS Y menores costos de transporte (Ledn Borja y Szészdi, 1964: 43.. 0), py contaba con su propio astilleroy con maderas de gran calidad lo que pemice la construccién de barcos de transporte de mas capacidad y mayor tiem, operacién, Adem, debido ala relativatranquilidad dela aguas de Pactcg yalacalidad de los barcos ya mencionada, se promediaba una carga entre 2%» 35 toneladas por hombre de a tripulacin, mientras que la flotilla Venezslan, que debfa navegar por las tormentosas aguas del mar Caribe, solo logtaban cargar entre 3 a 10 toneladas por hombre de la tripulacion, P OF otra pate, log barcos venezolanos regresaban de México con Poca mercancfa, Mientras Que 4os de Guayaquil lo hacian con afi, brea, jarcia y ropa china o de Cast mercancias que luego eran expendidas por todo el virreinate (Leen Bory Szfszdi, 1964: 46-48). En cuanto hace referencia al comercio legal, Eduardo Atcilas Fary logré establecer los voltimenes de exportacién del cacao Venezolano par buena parte del siglo xvit y las seis primeras décadas del siglo xvin, Tabla 1. Exportaciones de cacao venezolano, 1620- 1764 Periodo [Nueva | Islas] Islasde Espafia | Tora Espaiia_| Canarias | Barlovento 1620-1700 | 367766 | __ 5991 1720-1730 | 188481 | 27357 1740-1749 | 2583247 1750-1764 | 270889 | 76141 28196 71595 | 435352 40243 | 256081 171202 | 429526 500313 | 875641 Total 1085460 | 109488 28196 | 783353 | 1996600 % 541 55 14 390 | 100 Fuente: E. Arcila Farfas, 1946: 96-98, 178, 203, 258, Como se puede observar, a lo largo de todo el Periodo, el promedio anual de las fanegas de cacao export: ado estuvo en constante crecimiento, incrementéndose en més de un 1.000% entre los dos Periodos extremos. Tgualmente se constata cémo el principal mercado Para el cacao de late- sin fue Nueva Espatia, pues a este virreinato estuvieron orientadas el 54.1% del total de las exporta iones que se efectuaron, siendo Espafia el segundo destino con el 39% del total. §; Despachos a Cartagena, La Habana, Santo Domingo y Canarias 7. Incluye Islas Canaria ee 140 Escaneado con CamScanner Pero en el andllisis de este cuadro general, que permite tener una pers- pectiva de largo plazo de las exportaciones de cacao, no se pueden dejar de mencionar las diferentes coyunturas que se presentaron, por el desencade- namiento de conflictos politicos internacionales en los cuales estuvo direc- tamente vinculada la Corona espafiola, como la Guerra de Sucesién, acaecida durante los afios 1702-1713, y las guerras sostenidas con Inglate- rra en los afios de 1739-1743 y de 1779-1783, petiodos en los cuales se interrumpfa buena parte del trafico maritimo, se flexibilizaban los rigidos controles estatales al comercio, se permitia el intercambio con las «nacio- nes neutrales y amigas» y se hacian concesiones especificas a compaiifas particulares, para tratar de abastecer las colonias y llevar los productos de las mismas a Espafia. También hay que considerar los cambios introducidos en la politica econdmica colonial con el advenimiento de los Borbones al trono espafiol, pues se ha considerado que esta dinastia dio por terminada la politica proteccionista de la casa de los Austrias ¢ implementé, alo largo del siglo xvull, una serie de reformas de cardcter administrativo, territorial yco- mercial, que modificaron la visién y concepcién que tradicionalmente se habia tenido sobre las colonias americanas y crearon un nuevo orden colonial. Enel primer caso, aunque el objetivo central de la Guerra de Sucesion habia sido restablecer el ahora «desequilibrado equilibrio de poder», con las pretensiones de Francia de unificar las dos Coronas en manos de una misma dinastia, no se dej6 de lado en ningtin momento la biisqueda del rompi- miento del monopolio comercial que practicaba Espafia con sus colonias. Es asi como Francia se hizo otorgar, en 17018, el asiento de esclavos que explotarfa por medio de la Compafifa de Guinea, y el permiso para que sus barcos de guerra anclasen en los puertos de Indias’, e Inglaterra, durante el transcurso de la guerra, habia hecho prometer a uno de los aspirantes al trono espafiol, el archiduque Carlos, la concesién de dichos asientos. Pero, perdedora de esta guerra, Espaiia ratificarfa antiguas concesiones y otorga- tia nuevos privilegios para alcanzar la paz, esta vez a Inglaterra. Mediante el tratado de Utrech, firmado en 17 13, le otorgé a Inglaterra el asiento durante treinta afios con la autorizacién de introducir anualmente 4.800 esclavos; ademas abrié las compuertas del vasto mercado colonial a la in- ‘ustria inglesa, al otorgarle el derecho de enviar un flete de 500 toneladas — El contrato se firms ndias Occidental (At ‘ou Por seis afios y ocho meses, y tenfa por finalidad la introduccién les de un maximo de 10.000 toneladas de negros, estipulandose tres cila Farias, 19. 15! a la del 11 de enero dias. AGN, Virreyes, 5 9. Por Real Cédul Puertos de In¢ de 1701 se ordené dejar entrar los navios en los 141 Escaneado con CamScanner demercanctasyel de ulizar esclavosy bases comerciales en cl Rios Plata, privlegis estos que aban alos ntereses ingleses la posibilidad de adentrarse area rcadoscoloniales de Espafia més abiertamente y de ejrcer el co trabando de mercanefas con una mayor amplitud; aparte de que dados ig consolidados intereses en el continente africano, al obtener el monopolio crs ercio de esclavos aseguraba un triingulo comercial que abarcaba los tres continentes. es wen hay que tener en cuenta los cambios de orientacién en f politica comercial, n especial aquella relacionada con la forma como se politic ba y explotaban las colonias del Nuevo Mundo, pues los plantea- conte eticos hacfan ver la necesidad de ensayar nuevas formas de orga- vrvgeion del comercio y de buscar una mayor liberalizacién del mismo. El Mia ode orientacin, en este sentido, se vio una vez culminada la Guerra de Sucesién. Espafia adopt6 para sf el sistema de compafifas, que tanto éxito habfa reportado, especialmente a Inglaterra, en la explotaci6n de sus oa pnias®, Inicialmente la Compatia de Montesacro de Francia, entre 1707- 1714, realiz6 algunos viajes Honduras, Veracruz y Caracas, sin mayores beneficios (Arcila Farias, 1955: 31); en 1714, Felipe V autoriz6 Ja funda- penelge la Compafifa de Honduras, en 1728 se fund6 la Compaiiia Guipuacoana de Caracas que monopolias el comercio del cacao en Vene- auela y parte del Nuevo Reino de Granada (Valle de Ciicuta, Pamplona y Salazar de las Palmas), en 1734 se fund6 la compaiifa de Galicia y la Compaififa de La Habana monopoliz6 el comercio de Cuba entre 1740+ 1765, importando tejidos, loza y esclavos y exportando de Cuba aziicar y tabaco; y hacia 1785 se fundé la Compaiifa de Filipinas con el objetivo de establecer un puente comercial entre China y América; vendiendo plata mexicana en China y tejidos orientales en América (Diaz, 1980: 21-22). ‘Aeestas compaiifas se les asignaban vastos espacios geograficos para que los explotaran sistematicamente, a cambio del pago de cierta cantidad de dinero ala Corona y de la aportacién de barcos de guerra para defender las costas, bien del comercio ilegal o bien de ataques a los centros comerciales enlas confrontaciones bélicas. Reconocia asl Estado espatiol la dificult para seguir implementando su monopolio estatal y la necesidad de ofteret una mayor apertura a la iniciativa individual. To, Veamos cl ejemplo inglés, El comercio con Asia, asignado 21g Compas eco tal de Indias el comercio con Africa, asignado a la Compaifa de Africas een con el Mediterraneo, asignado a la Compafifa de Levante; ‘el comercio con ‘Comeallé asignado la Compan de Rusia; el cometcio con Norteamérica, asignse* si de la Bahia Hudson. 142 Escaneado con CamScanner re El caso de la Compaiifa Guipuzcoana, nombre tomado de la provincia de Guipiizcoa, donde nacié y se solicitaron los privilegios a la Corona espafiola, surgié inicialmente del intento por lograr la igualdad de impuestos para el cacao en el puerto de Cadiz y aprovechando, tanto las necesidades de retomar el control por parte de la Corona, como de reactivar el comer- cio con las colonias que se quejaban de la falta de abastecimientos de mer- cancfas para sus sustento basico. Por ello los privilegios comerciales sobre Venezuela, que se le otorgaron el 25 de septiembre de 1728, inclufan el compromiso de traer las mercaderfas necesarias de la Metr6poli a la Colo- nia, destinar un espacio dentro de los barcos de su propiedad para posibili- tar el comercio de cacao.de los cosecheros de la zona y vigilar el litoral venezolano con naves armadas, ademés del derecho a perseguir y capturat barcos contrabandistas. El Rey se reservaba el derecho de ceder a otras compaiifas los mismos privilegios, pero ya en 1732 y 1742 renuncié a tal derecho ante la insistencia de la Compaiifa por los servicios militares y comerciales que les habia brindado. De igual forma, la exclusi6n de la pro- vincia de Maracaibo, que inicialmente estaba contenida en los privilegios, fue derogada para 1732 (Arcila, 1946: 180-187). Desde un primer momento la Compaiifa logré consolidar su operacio- nes comerciales a expensas de los productotes directos del cacao, pues apro- vechando el monopolio sobre la zona inicié una politica que redujo progresivamente el valor interno del cacao, hasta tal punto que el precio establecido en 1730 de $20 la fanega, habia descendido a 12 pesos en 1740 yasolo $9 pesos en 1749, precios que no se compadecfan con los costos de producci6n y de acarreo del producto que estaban sobre los 11,5 pesos"’, pauperizando a tal punto la economfa regional que gesté recurrentes re- vueltas, cada vez mas extensas entre la poblacién venezolana, como la in- surreccién encabezada por el capitan Juan Francisco Leén (1749-1752), que manifesté un claro resentimiento econémico frente a las autoridades coloniales y que, ademas, congregé los énimos de gran parte de la pobla- ci6n como expresi6n del inconformismo frente a las politicas inequitativas de la Compaiifa, que incumplfan recurrentemente los espacios prometidos en los barcos de la Compaiifa para la comercializacién del cacao local con Veracruz y deprimfa los precios (Arcila, 1946: 205-253). El resultado de estas acciones se tradujo en el establecimiento de un sistema de regulacién de precios anual, a través de un comité formado por —— 11. Una de las précticas comunes utilizadas por los comerciantes era el Posponer la Gilda de los barcos para lograr una mayor acumulaciOn del producto en el puerto y por ende isminuir su precio (Arcila Farias, 1946: 206-207). 143 Escaneado con CamScanner el gobernador, un regidor y un representante de la Gane lo cual Per. Bor ue los precios se recuperaran y se incrementaran las exportaciones nuevamente, especialmente en el periodo de 1750. I 764. A partir de all, la situacién de la Compaiifa fue cada vez menos Paani pues n a 1757 estuvoa punto de declararse en quiebra, argumentando su esate, némico en el crecimiento inusitado del contrabando, sien mente has landés, que trafa mercaderias de mejor calidad y a menos de la mitad de] precio de los de la Compaiiia, recibiendo ademés el pago en cacao. Las reformas de Carlos IIL Durante el siglo xvut, Espatia busc6 la reactivacion de su economia a partir de un proyecto de fortalecimiento de la industria, de lamarinay ‘del comercio; para lo cual necesitaba transformar a las colonias en el mercado complementario para su economia. La concepcién aquella de’ solo verlas como un depésito de metales preciosos que se extrafan por medio de la explotacién directa y de efectuar un comercio preferentemente de inetrcambio, dio paso a una més avanzada: se trataba ahora de transformar- las principalmente en fuente productora de materias primas y productos de consumo y para lograrlo era necesario introducir una serie de reformas que le garantizaran a Espafia una explotacién més racional. El objetivo no seria el de buscar el desarrollo de las economfas colonia- les, tampoco el de darles la oportunidad de encontrar su propio dinamismo a partir de las variaciones regionales, sino el de utilizarlas y cargarles, por ende, los mayores esfuerzos en el intento final que se estaba haciendo para lograr el resurgimiento de la economia espafiola. La crisis de recutsos por la que atravesaba la Corona espatiola para la financiacién de los programas de reformas que se adelantaban en Espafia"” y de las guerras en las cuales parti- cipaba, se hizo més pronunciada con la disminucién de los recursos que le Hegaban de las colonias, no solamente explicada por la recesi6n de la mi- neria, sino también por la pérdida de la efectividad en la mayoria de los ‘mecanismos de control de las actividades econémicas coloniales. La busqueda de nuevos medios que le permitieran extraer mayores re- Cursos, es lo que explica el que se inte ntara inttoducir, en unos pocos afios, cambios que se habfan aplazados durante tantos. Elreformismo que caracteriz6 12, Pirenne (1973, IV, 399 ¥ 8s.) considera que fue la insuficiencia de recursos lo que imposibilits la transformacién de Es, lipole pafia, al dificultarse la realizacién de reformas como eran politica de construcci6n de caminos y canales la politica de centros de ensefianza técnica y fabricas, lo mismo que la adecuaci6n de la Marina espafiola. 144 - Escaneado con CamScanner alos Borbones, especialmente a Carlos Il (1759. de esta coyuntura. Margarita c 1783) es analizado dentro Gonzélez llama la miento que acompaiiaba al a; atencién sobre el pensa- funda ycomo fuente de los ingresos del Bstador (Ganesan 3: 43) : Las reformas administrativas y €conémicas fueron la tiltima fase del con- junto de medidas que se habian venido adelantando con el esquema eco- némico-politico de los Borbones, para hacer de las colonias ‘el mercado complementario que necesitaba la economfa espafiola. Donde mejor se expresa el espiritu de dichas reformas es en el trabajo de Campillo, intitula- do «Nuevo sistema de Gobierno para la América, con los males y dafios que le causa el que tiene de los que participa copiosamente Espaiia, y reme- ’ imera tenga considerables ventajas y la se- ». Alli se expresaba claramente la necesidad de’ hacia un sistema de Capitanias Generales dividi- londe los Intendentes tuvieran amplias facultades politicas y fiscales para introducir una serie de reformas como eran las de «buena policfa», entendida esta como «la de itil empleo de los hom- bres», agraria, industria y de comercio libre. dios universales para que la prit gunda mayores intereses»' variar la administracién das en Intendencias, d militares, De acuerdo a esta nueva concepcién, los cambios efectuados en las colonias abarcaron un amplio espectro: desde la demarcacién de nuevos virreinatos y capitanfas generales, al lado de la introduccién del sistema de Intendencias en lo administrativo; hasta la liberacién del comercio, tanto intercolonialmente como con la apertura de nuevos puertos en Espafia y América; as{ como el apoyo indirecto a la produccién colonial que redun- darfa en beneficio del sector agricola, al incorporar a una red de comercializacién mds amplia a productos como la cochinilla de Nueva Es- pafia, el indigo de Guatemala, el azticar de Cuba, el cacao de Venezuela y los cueros de Nueva Espaiia y el Rio de la Plata. i fia: Intendente del Ejército Campillo habta ocupado puestés de relevancia en Espafia: : ito de Italia y ce Parsee y arene el reinado de Felipe V habia sido su Pea de Halen: da. Miguel Artola sostiene que las reformas borbénicas que desarrollé ee los i a it : ae tadas integramente en el Nuevo Plan de Campillo, pues los manuscritos datan de 1743 y fueron autorizados para su publicacién en 1789; sin embargo, copias del mismo reposaban en. la Secretaria de Indias, 145 Escaneado con CamScanner El virreinato de la Nueva Granada creado en 1719, sus; y vuelto a crear en 1739 (Morner, 1979: 6-7, 19), se consolidé como una unidad administrativa necesaria para los nuevos Propésitos, asi como también, lo serfa el de Buenos Aires, creado en 1777. Igualmente se crearon las capitanfas generales de Guatemala, Chile, Venezuela en 1776 y Cuba, incorpordndose con ello nuevas zonas, antes olvidadas, Para su explota. cidn. El sistema de intendencias, que posteriormente se ampliaria, se inicig con la creaci6n de la intendencia de la Habana en el afio de 1764 (Rodriguez Lapuente, 1968: 358-360). Sobre el comercio, Campillo sostenfa que se debia «... mirar la libertad como alma del comercio y en considerar la libertad como fundamento prin- Cipal de todos los demés intereses de la monarqufa», defendiendo Por con- siguiente, «... la apertura del comercio ameticano a todos los Puertos espafioles|...] y quitando enteramente los derechos de palmeo, toneladas y otros. Sin esa apertura [vaticinaba él] serfan antes que beneficiosos, perjy. diciales para la Metr6poli espafiola los adelantos que se obtuviesen enlas colonias con las reformas a la agricultura, la minerfa, las f4bricas y las artes, etc., pues irfan a beneficiar a las otras potencias antes que a la misma Espa- ia, porque todos los frutos y productos de América de nada servirian a esta no teniendo el consumo que se facilita por el cometcio». En este sentido, las reformas borbénicas dieron una serie de pasos para eliminar el monopolio comercial y legalizar el comercio entre las colonias, En 1765, por medio del decreto real del 16 de octubre, el comercio de Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, los puertos de Cédiz, Sevilla, Alicante, Malaga, Corufia, Cartagena y Gijén; terminando asf el cha habjan disfrutado los comerciantes de Sev; Puertos esparioles el comercio de cinco ameri «los derechos de palmeo, cencias (Galindo, pendido en 1723 se habilitaron para Margarita y Trinidad, Barcelona, Santander, La monopolio que hasta la fe- illa y Cédiz, al abrir a nueve icanos; aboliéndose ademés toneladas, seminarios, visitas, habilitaciones yl 1978: 124). Este proceso continud al extenderse dicha tos de Yucatan y Campeche en 1770, en 1776 a Santa Marta y en 1777 se le concedié la calidad de puerto menor a Richacha. La legalizacién del comercio intercolonial, se dio fundamentalmente a partir de 1774 cuando se autoriz6 a los reinos del Perd, Nueva Espafia, Nuevo Reino de Granada y Guatemala Para que comerciaran entre sf; en 1776 se permitié que Buenos Aires comerciara con las regiones mineras ¥ se le dio libertad para que fijara impuestos; en 1778 -el 2 de febreto- se amplié la libertad para que comerciaran, directamente con Espafia, alos 146 Escaneado con CamScanner reinos de Pert, Chile, Buenos Aires y el 12 de octubre del mismo afio, en lo que se considera como punto culminante de este proceso de liberalizacié del comercio, se expidié el Regla proceso de liberalizacién ‘eglamento de Comercio Libre (Gonzalez, 1983: 155), donde se autoriza a todas las colonias de Indi libs tecon Espafa, autorizdndose, ademas de | lias a comerciar libremen- ee ee los puertos espa- aera oe ‘ fortusa, Palma de Mayorca y Santa Cruz ‘omo puertos libres; libertad que se extendid al puerto minero de Veracruz, en Nueva Espaiia, afios mas tarde (Ots Capdaqui, 1941, 41). Conel incremento del namero de puertos de partida y de llegada tanto en Espafia como en América, para que adelantaran actividades comercia- les, no solamente se amplié la base de comerciantes que se beneficiarfan del comercio colonial, brindéndoles asf la oportunidad de una mayor acumula- ci6n, sino que también se logré un mayor y mejor abastecimiento de las colonias con la consecuente disminucién de las opciones para el contra- bando; y una mayor salida de los productos de Espafia, lo que conllevaria a una reactivacién de sus sectores econémicos, y la mayor entrada de metales precio- sos y materias primas de las colonias que se vieron también estimuladas. Este conjunto de medidas y el auge del comercio intercolonial, dinamizaron las actividades econémicas de las colonias, especialmente ligadas al comercio de agroexportacién, como el caso del cultivo del cacao, adquiriendo gran relevancia los puertos de Cartagena, Maracaibo, Veracruz y ‘La Habana, luga- res a donde se conducfan las mercaderfas con fines exportables, haciendo antes de iniciar su partidaa Espafia. la coyuntura no serfa nada facil, pues, ademas de la autorizacion de libre comercio, la guerra de Espafia con Ingla- terra acaecida entre 1779-1783, la oblig6 a efectuar gastos en la defensa maritima de la region para el control del contrabando, tal y como estaba estipulado en el contrato suscrito con Ja Corona, lucha en la cual no solo perdié varias de sus embarcaciones, sino que no tenfa la liquidez suficiente Jo cual originé un intenso debate por parte del ca- en 1780, pues se sostenia que «desde el mismo dia de la declaraci6n de la guerra, se denegé el factor principal de la referida Compaiifa a comprar los frutos, y efectos de su negociaci6n Ge / esta provincia con el motivo de no tener dinero alguno, con que comprarlo yniatin géneros suficientes dela primera necesidad y Saati ioe permutarlos», lo cual habfa deprimido los precios hasta tal pu que la fanega de cacao Ia estaban vendiendo a siete y ocho pesos, cuando el precio escalas entre unos y otros Para la Compafita Guipuzcoana para comprar el cacao, bildo de Caracas con la compafifa, 147 Escaneado con CamScanner oo establecido era el de $16 pesos'*. Las finanzas de la Compaiifa no se recupe. raron, admitiendo su fracaso en 1784 y cesando sus operaciones comeren, les en 1785, lo que no dejé de ocasionar algunos inconvenientes en |, comercializacién del producto. El comercio del cacao de la regi6n Organizacién del comercio La organizacién del comercio del cacao partfa de la base de la estructuraci6n de una serie de fases que se identifican de la siguiente mane- ta: a) establecimiento de relaciones de dependencia de los cultivadores a los comerciantes mediante el pago adelantado, en dinero o mercancfas, de la cosecha o parte de ella; b) acercamiento del producto a los sitios de embarque o de consumo final, el cual podfa tener mas de una etapa: si iba para Maracaibo hasta los puertos de La Grita y Escalante, Gibraltar y luego hasta el puerto mayor, si el destino eran los mercados de la costa, una primera etapa se cumplia desde Pamplona y el Valle de Ciicuta hasta Oca, yTiege una segunda etapa hasta Mompox, donde comerciantes como Frandiséo arreazo y Julién Trespalacios, Marqués de Santa Coa, Jo acdpiaban en una mayor dimensi6n, para luego remitirlo a Cartagena. Siél destino erx ‘a interior, los comerciantes de Girén y Tunja actuaban como niveles de intermediacién hasta Ilevarlo a Santafé. En este caso se requeria de otras capacidades como la propiedad de grandes recuas de mulas, y de piraguas o embarcaciones, 0 en caso contrario la capacidad de contratacién para efectuar satisfactoriamente este segundo ciclo; c) la exportacién del producto hacia destinos extranjeros, bien fuera Nueva Espatia, Islas Canarias o Espatia, lo cual solo podfan hacer los grandes comerciantes, 0 comerciantes de la carrera, pues era necesario tener vinculos familiares y/o comerciales con los puertos de Espafia y los de las colonias como La Habana, Portobelo y Veracruz. Todo parecer indicar que la primera fase era la que mas favorecia a los comerciantes, pues segdin don Miguel de Santisteban, quien visité la region por los afios de 1740-1741, la «principal negociacién la hacen algunos co- merciantes forasteros adelantando algin dinero y ropasa tan subido precio 14. Enrique Bernardo Nuiiez, «Sobre las deterioradas telaciones con la compafiia Guipuzcoana y alegato por la libertad de comercion (1972: 471-485). 148 Escaneado con CamScanner que ni buena plata no sale vendido al cosechero por dos reales» el millar, cuando el precio regular era de cuatro reales (Robinson, 1992: 219), es decir, que obtenfa una ganancia por financiar parte del ciclo productivo, del orden del 50% en el precio final. Ello es lo que explica que algunos comerciantes arriesgaran sumas importantes de capital, distribuyéndolo en- tre los cosecheros para financiar el ciclo productivo del cultivo y recolec- ci6n del cacao, y asegurarse asf la entrega del producto. Esta perspectiva de inversién puede ser analizada cuando se examina el papel del crédito en la economia cacaotera de la regién. Algunos casos representativos son: don Salvador Rodriguez Lago, comerciante de carrera, quien desde 1758 pagaba anticipos por las cosechas de cacao, lo que esti- mulé la produccién, por una suma que ascendfa a los 100.000 pesos (Meléndez, 1982: 45), don Joseph Domingo Zans, quien en 1765 le otorgé un censo a Marfa Inés de Galvis Osorio por $3533, con el compromiso de que se los pagara en cacao’; don Juan Gregorio Almeida, vecino de Pamplona, quien le prest6 $500 a don Martin Antonio Fernéndez Carrillo, vecino de Ocafia, para pagdrselos en cacao"; en 1779 Esteban Fortoul y Bartolomé de la Concha, le vendié a Salvadora Sanchez Osorio la hacien- da llamada «Estanco Viejo», en jurisdiccién de Ciicuta, por $3000, con el compromiso de que se los pagara con cacao”, Esde anotar que este mecanismo debié ser de uso bastante generalizado por las miiltiples declaraciones que aparecen en los testamentos de los vecinos de la tegidn, en los cuales dejaban cléusulas especfficas ordenando pagar a terceros determinada cantidad de cacao, de las cuales eran deudores. La cantidad de cacao que se compraba variaba en cada caso, dependiendo de las capacidades de las partes'®. Asi, por ejemplo, Francisco Diaz de Mendoza le compré 100 cargas de cacao a la hermandad de San Pedro, procedentes de la hacienda ‘Agua Sucia; Martin Peralta, 33 cargas a Ramén Moreno; Pedro Uribe 13 cargas a Juan Esteban Escobar; Agustin del Rincén, 10 cargas a Javier Caballero, etc. En cuanto hace referencia a la segunda fase, la de los comerciantes que vendian el cacao en los puertos de embarque, quiz4s el caso més importante eee aa 15. ANC, Cl, .3,31v33r, 16. ANC, CI, t. 3, 253v-254r, te e Rollo 001, t.4, 1-5. seat 3a 16 ordené que los cacaos de la hacienda «Labateca», secuestrada a los eatin fan en Ciicuta a 3 reales el millar y no se remitieran ni a Santafé ni a 40 Se han’ Pog, e880 de que se pierdan, pues lo equivalente a 40 cargas de cacao, $1000, : or ; " oon TAGE Micelins,Temportideie age ele ew ial ao hn logrado ubicar ( Escaneado con CamScanner sea el de Felipe Quintana, quien recibfa remesas de dinero desde Veracry, de la Casa del Marqués de Valdehoyos, desde Mompox, del Marqués 4, Santa Coa, Julién Trespalacios, y atin de acaudalados locales como Francis, co Guerrero, para pagar con remisiones de cacao. En 1755, a la hora de su muerte, las deudas ascendfan a $835 10, suma que debié reconocer su espo- sa dofia Francisca de Oviedo", comprometiéndose a tener habilitado un paquebote y piraguas para transportar el cacao hasta Maracaibo, corres. pondiéndole a la marquesa asumir los costos de transporte, el pago de los derechos reales y los riesgos, si el cacao se transportaba desde Veracruz hasta La Habana (Ferreira 2001: 126). Este caso permite ilustrar el establecimiento de complejas redes entre los comerciantes y casas comerciales de diferentes lugares, que se asociaban para comerciar con el principal producto de exportaci6n agricola del Nuevo Reino de Granada. Desde Cartagena también Ilegaban capitales para comprar cacao; es asf como Pedro Navarro Negrén, mercader tratante, en 1758 establecié com- promisos comerciales con el capitén Miguel Gonzélez del Real, el alférez Joseph Maldonado, el alcalde de la Santa Hermandad Gabriel Ramirez de Rojas y Fermin de Amado, vecinos de Ciicuta, para que le pagaran $1900 con cacao en San Juan y Navidad del afio siguiente”. Entre los comerciantes radicados enel valle de Ciicuta estuvieron: Francisco Libre, comerciante de Maracaibo, y alcalde partidario de la parroquia de San Cayetano, Salvador Rodriguez Fajardo, a quien en 1761 se le adelanté un proceso de fraude a la renta de alcabalas en la venta de un cargamento de 200 cargas de cacao, remitidas a Cartagena”! y los comerciantes espafioles Tomas Balanzo y Juan Pujals, quie- nes también comerciaban cacao con la plaza de Cartagena”. En estas dos fases, no se encuentra una especializacién absoluta por parte de quienes se dedicaban al acopio y comercio del cacao, pues ala vez eran hacendados y ostentaban buena parte de los cargos ptiblicos de la regiGn, ademés de que junto al cacao se hacian remisiones de otros produc- tos que podian tener alguna salida en los centros de consumo, y se importa- tn, mercancias de regreso y productos como la sal para luego expenderlos en la region. La tercera fase, | a de los grandes i din més con a llegada de la 8 comerciantes, se estructuré atin Compafifa Guipuzcoana de Caracas directamente a la ie 19. ANB.97, 97.98, 20.ANEe 10,181, -AGN, Aleabalas,¢ 26,361. 22. AGN. Alcabalas t 12 aoe Escaneado con CamScanner regi6n, hacia mediados del siglo xvi, pues el comercio del cacao hacia Maracaibo, se incrementé notablemente y muchos de sus comerciantes ex- tendieron sus operaciones hasta los centros de producci6n. En la década de los afios 50 la compaiifa establecié controles fiscales hasta el valle de Ciicuta, con el nombramiento del teniente de gobernador de Maracaibo en San Crist6bal, siendo el primero de ellos Antonio Maria de Uscategui. Esto hizo que buena parte del control administrativo de la regi6n fuera ejercido por aquella villa, hasta el punto que a partir de 1762 el teniente de gober- nador Fermin Dionisio Amado, trasladara los archivos de todas las causas que tratara a la parroquia de San Antonio de Padua, jurisdiccién de San Cristébal, hasta 1770, cuando Pamplona comenzé a nombrar alcaldes ordinarios de segundo voto, con residencia permanente en la parroquia de Céicuta (Meléndez, 1982: 45). De los grandes comerciantes relacionados con el comercio regional del cacao se tienen datos de algunos factores de la Compafifa Guipuzcoana, como Pedro José de Olavarriaga, factor hasta 1735, José Ignacio de Michelena, factor en 1762”, Bernardo de la Puente, factor real de la Compaii‘a de Filipinas, comerciante, propietario de navios en la provincia de Maracaibo; capitanes de navio como Joaquin Camelo Elme, capitan del navio San Juan Nepomuceno y comerciante de Veracruz, en 1776, quien frecuentemente solicitaba licencia para transportar cacao a Nueva Espa- fia’, del catalan Ignacio Baralt, propietario de hatos y embarcaciones, del vasco Francisco Larrumbide, vinculado a la Compaiifa Guipuzcona, y pro- pietario de navios (Vasquez de Ferrer, 1986: 24-25). En Cartagena estaban tadicados los comerciantes Agustin Pardo y Mateo de Arroyo, quienes tenian apoderados en La Habana, Trinidad y Cadiz. Aunque la Compaiifa tenia el monopolio comercial del cacao, las con- tinuas quejas por los bajos precios que pagaba, aunque estaban regulados en 16 pesos asi como la forma de pago’*, hizo que el Rey declarara, median- te Real Orden expedida en Madrid el 29 de marzo de 1769, a «favor de los cosecheros la libertad de que sino les conviene vender a la Compafifa sus cacaos, pueden embarcarlos de su propio riesgo en los buques que la compajifa 23. AGN; Aduanas, t. 16, 382. 24. AGN , Aduanas, t. 1, 110-151 25. El Cabildo de Caracas sintetizaba as{ su queja contra la Compafia: «En cada cien Pesos sobre el valor de més de seis fanegas de cacao, se les dan cuarenta y cinco pesos en BEneros rezagados; quince en caldos, parte de ellos de malisima calidad; veinticinco en BfPeros usuales y del comtin uso; y quince en plata de los que todavia, por lo menos, se " tebajar diez pesos dos reales por lo correspondiente a fletes?> (Nufiez, 1972: 101). 151 Escaneado con CamScanner les fcilitaré a justo fletamtos (Niiier, 1972: 220), lo cual favorecis ny santo a los cosecheros como sf a los comerciantes particulares, quieneg nueva dctoresdirectos lograran exportar diectamente a Espatia hay evidencing dea algunos de ellos fgraron hacia nals dl si pes en 1800 dey Exe Frou y doa Mara Inés Shes deslaaton haber reid de don Jo Hermenealdo Rede: $2644 pesos consgnados desde lnc. dad de Cédiz, Espaia, por 70 cargas de cacao, vendidas a un precio de més de 44 pesos la carga’*, Mercados y precios ‘Tradicionalmente el comercio del cacao tenfa como sus principales des. tinos los mercados de la costa, por via Salazar - Ocafia - Puerto Real —por ¢| rfo Magdalena~ a Cartagena; y al interior por la via Pamplona-Santafe, aunque esta tiltima ciudad también era abastecida por los cacaos de Girén. y Mariquita; mientras que los del valle del Magdalena cubrian las necesida- des de la regi6n minera de Antioquia y de Cartagena en busca de exporta- ci6n. La produccién de Cticuta y Pamplona era exportada por la ruta San Faustino-Gibraltar-Maracaibo al puerto de Veracruz, en Nueva Espafia, ya Espafia sobre todo en la segunda mitad del siglo xvi. ‘ y El comercio del cacao generé un activo comercio interregional e / intrarregional y dinamizé el conjunto de actividades econémicas, pues para acercarlo a los puertos era necesario el desarrollo de una activa red de transporte, de recuas de mulas y piraguas, que jalonaban una cadena de ) produccién hacia atrés, con la cria y manutencién de dichas mulas en las \ «estancias yegiieras», el trabajo artesanal de aperos, enjalmas y herraduras para la ganaderia, la produccién de cueros para fabricar los zurrones en que empacar el cacao; y hacfa adelante con los abastos para los centros de con- sumo y los lugares donde terminaban las irrigacién de dinero a la economia, jornadas diarias de camino, ademés, » con el pago de fletes de las mulas, sala- | ios de los trabajadores y bogas, compra de herramientas al comercio, arteglo | : : ; “de caminos, etc. Ademés, el comercio del cacao permitié la consolidacién de niicleos urbarios, que se iniciaban como simples lugares de descanso para mulas, arrieros y viajeros, como el Socorro, y de centros de acopio que _}eada vez iban adquiriendo una mayor dimensi6n como villas y ciudades, tl adhd Pabaae 26. ANC, C3,t.5, 249r-v, 152 Escaneado con CamScanner el caso de Honda, Mompox y Maracaibo, que eran los puntos de negocia- cién de los cacaos. En estos lugares se daban cita traficantes, mercaderes, bodegueros, duefios de piraguas, bogas y cuidanderos de mulas. El consumo de cacao se extendfa por todo el Nuevo Reino de Grana- da, lo que significé un aumento en la demanda de los cacaos del valle de Ciicuta, reconocidos por su exquisito aroma, como lo manifest6 don Pe- dro Fermin de Vargas para finales del siglo xvi, al afirmar que «de Pamplona y Ciicuta, sale casi todo el cacao que se consume en el reino». Sobre los precios afirmaba: «el precio de una carga de 10 arrobas 0 60 millares, vale enel mismo Cticuta de 12 a 15 pesos y en Santa Fe a 30 pesos, poco mas ‘o menos, lo mismo casi en lo restante del reino, donde es de un consumo general» (Vargas, 1953: 51, 55). Evidentemente se habfa producido una disminucién en el precio, pues Vicente Basilio Oviedo habfa afirmado en 1763 que una carga de 10 arrobas, de 60 millares valia en el lugar de produccién 20 pesos y en Santa Fe entre 36 y 40 pesos, y en muchas ocasiones se llegé a cobrar 12 reales por 1 millar, es decir 90 pesos la carga (Oviedo, 1990: 47, 81). Encuanto hace referencia al comercio de exportaci6n, no hay mayores datos que permitan establecer la magnitud de las cantidades de cacao exportado desde la region, més all de algunas inferencias de viajeros de la época como Miguel de Santisteban, que calculé para mediados del siglo una produccién de «600 cargas que consta cada una de 60 millares y cada millar de 4 libras, lo que hace la cantidad de 1.500 fanegas de a 24 millares que es la que esté en uso en Veracruz a donde se conduce la mayor parte» y de otras «400 cargas de la misma calidad y peso en las vegas del rio Cuite que siembran los vecinos de la villa de san Cristobal» (Robinson, 1992: 219), y de autores como Pedro Fermin de Vargas que estimé una produccién exportable de 80.000 arrobas de cacao (18.181 fanegas) en la tiltima década del siglo xvin (Vargas, PF; 1953: 51). Sin embargo, el debate que suscité la medida tomada por el intendente general de Venezuela, en 1785, de limitar las exportaciones de cacao a Nueva Espafia a solo 5.000 fanegadas y de establecer cuotas de exportacion Para cada una de las provincias, permite tener una mejor imagen de la Produccién regional y de la importancia del cultivo y exportacién del ca- a0 para los habitantes de la regin. En consideracién del intendente, los volmenes de produccién y la cuota de exportacién debia ser la siguiente, (Para evitar la catda de los precios en el mercado de Veracruz y por lo tanto Que los cosecheros se vieran perjudicados, pues «todas la provincias tienen el derecho del comercio de Veracruz que es la fuente de donde les manda el 153 Escaneado con CamScanner " i »), estas 3 provincias, con 10.000 a 12.09 I dinero que las alimenta»), BS) ca que se vermitién introducir desde Guayaquil, junto con lo que pro, de Tabasco, bastan y sobran para el consumo de Nueva Espafia??, Tabla 2. Produccién regional y cuota de exportaci6n, 1787, Provincia Produccién anual | Cuotade exportacién | % | (fanegadas) S Fanegadas | Cangas Venezuela 120000 18000-20000 | 8000 | 15.167 Maracaibo (incluia el valle 10000 5000 200 | 50 de Céicuta) Cumana 5000 2000 800, 40 “| Fuente: AGN, Aduanas, t. 6, folios 938-943. En protesta por esta decisién el procurador del cabildo de Pamplona, Jorge Antonio Jécome, con testimonios de los principales hacendados de la tegi6n, le envié al virrey Antonio Caballero y Géngora una extensa misiva, donde le ponta de presente las consecuencias que traerfa tal medida parala economia de la regién y solicitaba la derogacién de la misma. En sintesis sostenia que: 2) Las 5000 fanegasde cacao las producta sol a provinciade Maracaibo, quedando las ots Sinoporunidad de exports «esto eprohibirenteramente que se pueda embetcarunganode ¢acao de estajuridicién de Pamplona, porque dels jursdicciones de Maracaibo, Gibraltar ria, Msi, Truly Barinas se coger mucho mas de las 5.000 fanegas, con loque quedan «xcluidas 8000 fanegas (unas 3200 cargas) que giraban anualmente por Maracaibo b) Se presentria una escasez de moneda fuerte, la cual venta como producto del comercioccon Veracruz, que luego circulaba por todo el Reino, 1 Sebreducrunadecadenca en el ramo dela Real Hacienda, visible en asCajas Reales de ‘Gueyahabian perdido porlomenos$12.000, asfcomo tambignen elde ls aleabalas, €) Como producto de a medida, los precios del cacao habfan bajado en més de una $18 Ieee: Enelafode 1785, al principio de la cosecha, se estaba vendiendohets on $26la carga yhabriasubido como en otras ao, perodesdeal 4 de junio, en que lleg6 [anotica,hastael 30 de agsto,en solo tes meses se extdvenle nae soloa $18 y mucho de él se ha daitado, pues habia gran cantidad de cacny almacenado, sin que nadie Sbrener icone tue también hay almacenado en Maracaibo, sin que se late ghtene cena parasuexpotacina Veractus pucscolose ahi ere para exportat slexcedente de cacao, si este se embarcaba directaerne Espafa. 21. AGN, Aduanas, t. 6, ff 938-943, 154 Escaneado con CamScanner ¢) Se perderfan las haciendas, se arrasarfan | depanale ea engts se arasa '0s caudales de t el sett ae Cat ny cl valle de Cétcuta, ¢| cual se exttafag es ry ta evel val Sm simproporcionado para la cria de don Bias, ‘Alactiade ganadon. i aunque «solo quedaba, {) Finalmente, mencionaba que, expor este era rtarlo por rel eamino de Ocattae J + Maree camino dea ntransitabley demucho rags een Santa tempo, por logue se per Grd mucho cacao, pues este nose pusdere BoM mayor parte de} ee ciesademsdeloscreckiscosiosd tee een POMS es poner endichos pucrtes nila tad dls 8.000 freee eo ern Mo ea posible corto plo un afo- por a falta de bestiasy omens Ione ible poner una carga desde Ciicuta en el puerto de Oceana ages | : spore para c senecrsitamnisde Hegna Oca no puede wanstar haste Pact, maya contaods fo ee ce eMart, que escontoel nso ln asa cl puerodeSaa ea Tee una mula conduce 8 cargas con interpolacién de corres descansos", de eee Es de anotar que, a pesar del alegato del cabildo, la medida se mantuvo hasta 1789, pues las cuotas de exportacién del comercio del cacao habfan sido aprobadas por el Rey y era claro que Maracaibo habia sido favorecida en cuanto a su participacién frente a las otras Provincias, y si bien era cierto que era mucho més cémodo exportar por Maracaibo” que por Cartagena, locierto es que con aquella ciudad también se mantenfa un trato continuo, através de la ciudad de Ocafia, aunque en mucha me, nor dimensién, tal y como qued6 registrado en el puerto Nuevo de Oro: 200, desde donde se remitia, tanto el cacao que se cultivaba en la provincia, como el que llega. ba del valle de Caicuta, hacia Mompox y Cartagena. ‘Tabla 3. Remisiones de cacao de Ocafia hacia Mompox y Cartagena \Afio | Cantidad ) Afio | Cantidad| -cargas- -cargas- 1762 328 1770 277 1763 319 17 210 1764 675 1783 1679 1767 587 1784 137 1768 1000 1785 687 170 181 Fuente: Meléndez Sanchez, 1996: 414. shires tte 28. AGN, Aduanas, t. 1, ff 360-373. i 29. Para el'caso de la provincia de Venezuela se habia esrablecido, eaten valles del Tay y Barlovento, una produccién exportable anual de SO cD (f2°20- En 1753 la Real Hacienda establecié una produccién ae ‘000 fanegas de cacao fanegas, en 1787 unas 120,000 fanegas y en 1796, se producfan 150 “portable (Caimns Tamard, 1988: 25). 155 Escaneado con CamScanner Aunque esporédicas, las cifras sefialan la enue eae Peracig.. merciales desde la década de 1760, con magi “aca Vez may, ri 1768, cuando se remitieron 1.000 cargas de cacao; para re; ere nnte en la década de 1780. Evidentemente, se debis Presentar yy redireccionamiento de parte del comercio del cacao hacia Cartagena, ues las pequefias cantidades que se exportaban por este puerto desde Mediados del siglo, y cuyo célculo se estimaba en unas 1.000 arrobas anual, incrementaron significativamente a partir de 1785 hasta llegar a las arrobas en 1794”, cacao que procedia del interior del pais: Mompox, Ocafia y la provincia de Pamplona. ht Peto los cosecheros de cacao no solo habfan tecibido los perjuicios dela prdctica interrupcién del tréfico maritimo durante la guerra que Espaiia habia sostenido con Inglaterra entre 1779 y 1783, de la suspensién de las actividades de compra por parte de la Compaiifa Guipuzcoana, en 1784, y lalimitacién de las cantidades a exportar con la asignacién de cuotas, es blecidas en 1785, sino que en 1789 también fueron objeto de la actualiza. ci6n de un gravamen en el puerto de Maracaibo, de medio real por cad, millar, a los cacaos de Mérida, valle de Cicuta, Salazar y Pamplona, desti- nado a cubrir los gastos de «guarnicién y defensa de Maracaibo, sus lagunas y castillos, sueldos y gastos de reparacion de las fortificaciones y gastos dela Barra Grande y cafios de Barbosa y Zaparaz», el cual se vena a sumaralos 4 reales por carga que debfan pagar quienes utilizaran el tfo Zulia, Este impuesto se habfa establecido luego de que el lago de Maracaibo suftiera un ataque por parte de piratas en el afio de 1678, quienes «robaron yaniquilaron la provincia» y de «tres sucesivos levantamiento de los indios motilones, quienes destruyeron mas de80 haciendas en el valle de la Chama desde 1713»; pero su aplicacién se fue flexibilizando en la medida de las circunstancias: el 8 de febrero de 1692 se expidié una real cédula, liberando Puntar eS, se 1.739 Gitén, Foci ifs de exportacin del cacao por Cartagena para el decenio de 1785, fueron ¢stablecidas por Anthony McFarlane dela siguiense mmaners 1785: 984 arrobas, 1786: 5036, 1787: 5754, 1788: 3959, 1789: 5650, 1790° 7599, 1791: 50B1, 1792: 4743, 1794: 17391 eines 1971-1972: 113-114), sia hat roceo de discusn sobre suimplementaién, se agumens qe deho Cepat2 haba sido establecido desde el 10 de junio dc leak ¥ ratifieado mediante ls ral Tons Cxpedids el 14 de diciembre de 1685/01 1) marzo de 1696, el 14 de octubre de 1700, haciéndose extensivo a todas lac Provincias de América confinadas al cultivo éel pes les tales cédulas expedidas en 176) e179 Como ejemplo de su aplicacisn Ciudad det C289 de don Francisco de Anvule, quien sacé 52 cargas de cacao de ciudad de La Grita para M, i 7 , seg TEAS Meo ih pees nh ley Ce seme impuesto que alcanz6 la suma de 162 pes "29 wales por crea (AGN, Adana, 6.1, 06S 156 Escaneado con CamScanner alos cosecheros y hacendados de Barquisimeto y el Tocuyo del pago del mencionado impuesto, el 21de diciembre de 1727 se autoriz6 al goberna- dorde Maracaibo para mantener este impuesto o extinguirlo dadas las no- fcias sobre el «notable atraso de la Provincia de Maracaibo»; el 19 de julio de 1736 y 16 de julio de 1740 se hicieron otras excepciones, autorizando no pagar el impuesto a quienes «embarcasen el cacao de su cuenta y ties- go», pero siempre se echaba mano de él como una forma para recabar recur- sos para el erario real, bien fuera en tiempos de guerra o de auge del cultivo como lo harfa el virrey del Nuevo Reino de Granada, mediante los decretos expedidos el 21 de julio de 1746 y el 2 de marzo de 1747, a lo cual se sumaba el estricto control que se ejercfa sobre los puertos de las vias fluvia- les de la regién’, y nuevamente se implementaria, una vez culminada la guerra de 1779-1783. Con la aplicaci6n del Reglamento de Comercio Libre en 1778, se crea- ron nuevos desequilibrios regionales, al establecer una escala de puertos mayores y puertos menores eximidos del pago de ciertos impuestos, que- dando Maracaibo dentro del primer rango y las Islas de Barlovento —situa- das en las bocas del Orinoco y Guayana, en el segundo, por lo'que los hacendados de la villa de Cticuta, villa del Rosario, Pamplona y Salazar, con el apoyo del gobernador y comandante general de Maracaibo, Joaquin Primo de Rivera, solicitaban al virrey que les permitiera transportar el ca- cao por la ruta de Puerto Teteo, rfo Uribante-y por allt al Apure- Orinoco y desde allf embarcarlo desde Guayana a Veracruz y Espafia, pues con esta nueva ruta se evitaban el pago de los mencionados impuestos. Aunque no hubo resolucién final a estos reclamos, ellos sf manifiestan {a forma en que la produccién regional estaba perdiendo competitividad frente a la de otras regiones y explican el ciclo de recesién en que entr6 la economfa cacaotera del valle de Cticuta, especialmente a partir de la déca- a de los afios ochenta del siglo xvi, no solo manifiesta en el ciclo de Compraventas y en el otorgamiento de créditos, analizados anteriormente, sino también en las cifras de recoleccién de diezmos en las parroquias de la Tegién, las cuales tuvieron un ciclo ascendente, en el caso de Ciicuta hasta ae 42099 Se8%¢linforme del Tibunal de Cuentas, en susinicios este impuestoalcanzaba los Pesos (equivalentes a 13.340 cargas) Tos afios 1746-1747 no llegaba a la chara 340 cargas), pero por 33 jalgt#® 3360 cargas) (AGN, Aduanas, t. 6, 915r).. Sida en 1767" ROmetO de Arteaga, vecino de San Crist6bal, protestaba en demanda estable- de San Rayer Po" 198 excesivos impuestos de aduana que cobraba Pedro Navarro en el puerto “ign: £on destino al puerto de La Grita, Escalante, por lo cual se solicits reabrit nave 121 59), Forel o Zulia ylaapereura de Puerto Cauchos y Villamizar (AGN. Impuestos, 157 Escaneado con CamScanner ncia, contrario a lo que acontecié son i is Palmas que tenfa una economia mig de abastos para los centros urbangs trar en decade 1778, para luego en i ar de las ciudad vecina de Salazi al diversificada y dedicada a la producci6n de la regidn, tal y como se manifiesta en la tabla 4. a {a sobre la actividad agropecuaria y En la medida en que el diezmo recat que este era objeto de remates entre los particulares y no de administracion directa, por lo que el valor de las produccidn podia variar un pocode aque indicaba la recolecci6n de los mismos, en el mediano y largo plazo si expli. can las expectativas de los recolectores del impuesto y de la dindmica de la ‘economfa agricola regional, dependiendo de los precios y de las coyunturas de exportacién de los mismos productos. Para el caso de Caicuta se tiene un de exromectmiento hasta 1778, recesin durant el periode de a guerra recuperaci6n en los dos afios siguientes (1 784-1785) y decadencia a partir de 1785, cuando se impuso Ja cuota de exportaci6n y se actualiz6 el cobro de los impuestos sobre la ‘comercializacién del producto. diezmos. Cuicuta y Salazar de las Palmas, Tabla 4. Evolucién de lo: 1764-1800 ‘Afio | Céicuta | Salazar} Afto Céicuta | Salazar | Afio | Céicuta Salazar’ 1764 | 2917 55. 1777 | 6165 1774 1789 | 4102 2436 1765 | 2825 515 1718 | 6504 1871 1790 | 3301 2778 1766, 00 1779 | 5878 1955 1791 | 2495 3119 1767 118 1780 | 5273 2039 1792 | 3259 459 1768 | 2925 839 1781 | 5196 2122 1793 | 3303 3797 1769 | 3497 962 1782 | 4165 2206 1794 | 4268 414 1710 | 3497 1086 _| 1783 | 5056 2288 1795 | 4252 Oo 1771 | 3760. 1185 | 1784| @10 | 2371 1796 | 5093 4389 W7i2 | 4023 1284 | 1785 | 5442 2453 1797 | 3006 4310 1773 | 4268 1385 | 1786| 4135 2535 1798 | 3716 4230 a = x = ae 2616 | 1799 | 3273 | 4216 766 | 2607 | 1800 | 2734 | 4203 1776 | 5075 1677 Fuente: Brungardt, 1974: 354-360. 158 Escaneado con CamScanner putas y medios de transporte ul El transporte del cacao implicaba la utilizac eldestino al cual estuviera orientado su come n de diferentes medios, segtin Tclo: centros de consumo portacién. 7 om x02 inicial estaba determinado Por el acercamiento del cacao de lasdreas de producciOn y unidades productivas hasta los Centros de acopio qe podian ser la arroquia de Ciicuta 0 los Puertos de embarque sobre los ros Zulia o Faustino, segtin fuera el puerto autorizado, Esta etapa corrfa a del productor directo o del comerciante local, quien normalmente lo transportaba a lomo de mula en unidades de carga de 10 arroba ra tayects cortos también se tilizaban los esac Si el destino era al interior del Reino, hacia Santafé, se iniciaba un recorrido que se hacia en trayectos diarios a través del camino real que conectaba Caracas-Pamplona-Girén-Vélez-Tunja-Santafé-Popayae y Guayaquil Del valle de Cécuta a Pamplona, el viaje podia demon entre 5 y6dias para una distancia de unas 15 leguas de camino, lo que implicaba queal final de la jornada debja existir una infraestructura minima para el descanso de las recuas, con suficiente aguas y pastos para las mulas, y bodega gara resguardar las cargazones de cacao, asegurar el descanso de los artieros eirrenovando las provisiones, fundamentalmente carne, platano y harina dematz. De Pamplona a Santafé, para recorrer unas 62 leguas, el viaje podfa durar de 20a 25 dias, dependiendo del estado de los caminos y de la época de invierno o verano en que se hiciera el mismo, atravesando rios con Puentes y cabuyas, casos para los cuales a veces era necesario contratar Peones que ayudaran en esta tarea en casos de emergencia, como eran las frecuentes crecidas de los rfos. Silaremision de cacaos tenia como destino los mercados de lacosta, se inicaba un viaje desde el valle de Ciicuta hasta llegar a Salazar de las Pal- as, para empalmar luego hacia Ocaiia, y desde alli hasta el puerto Nuevo Orozco donde finalmente era embarcado hacta Mompox o Cartagena. Aangue mucko menos usada, también existia la posibilidad de realizar el "comtido valle de Cticuta - Pamplona - Girén y desde alli transportarlo a las "eas de Pedral y Cafiaverales y embarcarlo en el puerto de Botijas, sobre immo 0 Lebrija, afluente del Magdalena, y Ilevarlo a Mompox en He ue, desde este ultimo puerto, podia durar siete u ocho dias. lorcet el cacao al lago de Maracaibo existfan diferentes posibili- dem. ando parte del recorrido por medio terrestre, utilizando ecuas *Y otra parte fluvial, utilizando los rfos Pamplonita, San Faustino, ‘s, aunque 159 Escaneado con CamScanner Zulia y Catatumbo, a las riberas de las cuales se fueron estableciendo bod. Bas y puertos, cuyo uso no fue continuo alo largo del siglo. Desde Ciicuta se podia partir hasta San Faustino, para recorrer unas ocho leguas por caminos farragosos, en ocho jornadas 0 dias, y luego conectarse con los puertos de La Grita y Escalante, que se comunicaba con los rfos Zulia y Catatumbo; desde Ciicuta hasta el puerto del rio Zulia eran dos leguas y de allfal puerto de Los Cachos y Villamizar, unas 6 leguas, y luego hasta el lago Maracaibo, habia que recorrer unas 40 leguas, pasando por el rfo Catatumbo. Otra posibilidad era dirigirse al puerto de La Grita, pasar por Bailadores y Chiguara hasta el puerto de Santa Rosa o arribar hasta Muchuchies y de ahi partir al puerto de Gibraltar en el lago de Maracaibo. Mapa 1. Afluentes y puertos de la regién fom hs 8 ew uy, MAPA. Aflueniery Porsion 4 ela Reylin de Ratu 160 Escaneado con CamScanner Tabla 5. Rutas y caminos: distancias y duracin Distancias (eguas) | Duracién (dias) | 128 33.35 al 110 2930 Pamplona Sane o Z papi ees St ~ “ Frampton “Cie 2 7 Coe Poero Zula : j star Dseniboadura del Ctatumbo 40 6 ental Catacumbo- Maracaibo 2 i puede Sogamaso- Mompox : 7 Laorgonizacion del transporte del cacao, bien hasta los centros de consu- moopuertos de embarque, demandaba una logistica especifica que hizo surgir unsector de empresatios dedicados a esta actividad. Normalmente una recua estaba compuesta por unas 30-35 mulas, y exigfan en promedio un arriero por sare mula; sel recorido era fluvial, en aguas poco profundss y caras livianas, se utilizaban canoas y bongos, en rios de mayor envergadura como el Zulia o el Magdalena, lo comtin eran las piraguas y balandras, que requerian de unbuen ntimero de bogas. y ya desde Cartagena o Maracaibo habia que em- tarcarlo en bergantines, goletas y fragatas, con destino a los puertos de ultramar™. ‘Ademés, el comercio del cacao también. estimulaba la importacién de mer- cancias objeto de consumo en los centros productivos del nororiente, ademas dela conformaci6n de circuitos interregionales entre las ciudades, villas y pa~ rroguias de la regi6n. Un debate sobre los productos que debfan pagar ‘alcabalas ylos que debian estar exentos de ellas, hizo que el gobernador de Maracaibo don Francisco de Ugarte hiciera, en 1753, una relacién de las mercancfas y productos sobre los cuales se deberfa cobrar alcabalas en toda la provincia’ en cumplimiento de la Real Cédula, fechada en el Buen Retio, el 27 de septiem- brede 1750, y entre las cuales habia una gran cantidad. > io a fecoplacion de it distancias, caminos y puertos fue "ap Ser 8 informacion factual sobre dist tna, aus pructos los impuesos era: tay fas Cada @ de tabaco, en rama, role, pol (AGN, aia a4 @ de miel o melado, 0.5 reales: las, t. xu, 161v-1621).. se vendiere, cambiate 0 3 reales; cada @ de 0.5 reales. de cada res que 10.0 de chupar, ‘cada millar de cacao, 161 Escaneado con CamScanner Mapa 2, Ruta a Santaté ——— don Francisco Gonzéler, expide un auto Ide provincial de Tunja, don Manuel Garefa de Araux, Prudencia, cordura y ty " Proceda Ibino Imacenes del capitén Alt ni sc el capitin Gregorio Guatin, de Don Busco Carlos Alva f el Flores, 4 ‘Bo; ademas de las tiendas de Manuel Fl ; Matheo Bauti Ta, Juan Ra Sierra, Fran co Parad Isidro de Agu atheo la diligencia fue suspendida ponquee 162 Escaneado con CamScanner demanda continua de medios de transporte vy la utliencts ' uyass puentes phettog que debian estar ie Hen de came menter no solo eS peas econémicas en los cuales pode ee aanaran e lacién, sino que también permitié la con- calidacin de asenrarneene’ humanos a lo largo de las vias y sitios de em- parque come San Luis Escalante en 1777, Santa Barbara del Zulia en 1779, santa Crue del Zulia en 1781, San José de las Palmas en 1785, y San Miguel de Buenavista @O Me ieee los centros de produccién como Cticuta, Nuestra Sefiora del Rosario, Salazar de las Palmas, San Faustino de los Rios, San Cayetanos San Cristébal, Téchira, etc., que se fueron constituyen do enlos nuevos centros de poder econémico y politico, desplazando a ciuda- des antiguas como Pamplona. 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