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A todas las victimas que sufren por causa de la violencia y de la guerra. Estoy seguro de que seremos capaces de construir, mis temprano que tarde, una experiencia mds humana, pactfica, amorosa y alegre. Escaneado con CamScanner “Mire a su alrededor. La Tierra, su medio ambiente y sus sociedades estdn ardiendo en cientos, en miles de lugares a lo ancho del planeta. Pero aqut no hay escalera para incendios, ni un camino a otro lugar al cual escapar. No queda otro camino distinto de conocernos a nosotros mismos y comprender, en definitiva, quiénes somos”. Jim NottMan Escaneado con CamScanner Declaracién del autor E| 5 de julio de 2007, Colombia se movilizé masivamente para rechazar la muerte en cautiverio de once diputados, asesinados por la guerrilla de las FARC. Llevaban ya cinco afios secuestrados. Otros cientos de personas han sido victimas de este atroz acto de inhuma- nidad. Pero como ellos hay miles de compatriotas que sufren por causa de las guerras y la barbarie. Ese dia, todo el pais salié a protes- tar contra las FARC. Yo estaba en la capital del pais, Bogota, en un exclusivo hotel situado al norte de la ciudad, donde asistia a una reunién convo- cada por distintas instituciones gremiales, sociales y de medios de comunicacién para hablar de reconciliacién y de paz. El invitado especial era Deepak Chopra, reconocido médico, escritor y confe- rencista indio que ha venido integrando, con gran éxito, las visiones cristianas con las de la espiritualidad oriental, y las de la ciencia con el conocimiento de lo divino. La actividad terminé a las doce del dia, hora fijada para realizar Ia protesta. Salimos con una clara y militante conciencia de repudio Por el secuestro y sus devastadoras consecuencias, pero estaba pre- sente también la certeza de que ninguna guerra es buena y que en el camino hacia la paz no podia haber enemigos. En el contexto de esta misma actividad se dieron las condicio- ‘hes para una breve conversacién entre el suscrite ‘0 y quien es hoy uno de los mayores exponentes del nuevo didlogo entre Oriente 4 - Escaneado con CamScanner DECLARACION DEL AUTOR, 14 Occidente, alrededor de una visién espititual para transformar el \ccidente, mundo, oo Chopra cree que esto sdlo serd posible si cada uno de Nosotros cambia. Yo también opino lo mismo: que sdlo el amor puede poner fin a la violencia. Nunca he sido indiferente frente a la guerra, No do combatfa, ni menos atin luego de que, y valiente, nuestra organizacién, el M-19, lo fui cuan. en una decision honest pacté la paz. Desde ese enronees he dedicado todos mis eafuerzos a construis la pay, of embargo, antes crefa que para esto haba que conseguir Primero |g transformacién democrética pero radical de las condiciones de po- breza, desigualdad e injusticia, origen —aqui y en todas Partes— de miltiples violencias y odios sin fin, Sigo pensando que el cambio en este nivel ¢ creo que sea posible sin un cambio de concie zones por las que brota la violencia colectiva uno de nosotros: temor, S necesario, pero no nicia, Las mismas ta. tienen asiento en cada odio, egoismo, culp: 50 considero que se requiere un cambio tan lectivo y tanto espiritual como material. a Y resentimiento, Por to individual como co- Para poder transmitis, de manera sincera, mis experiencias en un camino que me condujo primero de la guerra a la paz, busqueda de lo divino y del amor. No soy escritor, pero hice un esfuerzo honesto —sin ninguna Pretensién literatia— por contar mi historia, Pocas cosas se queda- fon por fuera; incluso retomé algunos pasajes que ya habfa escrito para publicaci ‘ones de prensa o especializadas en temas de reconci- liacién. La mayor parte del documento es, Supe que éste era el dia para comenz. confesar que no fue un proceso ficil. Y mente para describir las dil ni triviales, satisfactoria y luego, a la pues, totalmente inédita. ar la escritura, pero debo aqui debo detenerme breve- ificultades que enfrenté, que no son pocas ¥ Qe No estoy seguro de haber superado completa ¥ mente, por lo cual pido comprensién. } j Escaneado con CamScanner _MEMORIAS DE ABRIL ‘6 Yo pertenezco a una generacién que en su ochenta) tomé las armas con la pretensién de luc un mundo mejor”. En ese momento nuestra deci una atmésfera de cierto romanticismo Y justificacién, pero sostener esa perspectiva ahora no es posible. Esa posibilidad murié para siem- pre, una vez que se agoté el siglo pasado y sobrevinieron transforma- ciones dramtcas. El mundo ha cambiado —y de qué modo—, y pese a la persistencia de numerosos conflictos y guerras, ya nadie les atribuye a esas opciones ni legitimidad ni heroismo; no ocurre asi, al menos entre las nuevas generaciones, He tratado, por medio de este testimonio, de establecer una co- municacién mas 0 menos universal con publicos y generaciones diversos, pero mi interés se centra en la generacién mds reciente. Dificilmente un joven de ahora puede entender la “locura’ que me llevé a meterme de guerrillero y a estar dispuesto a emprender cual- quier aventura revolucionaria a costa de mi propia vida... y lade otros. juventud (los afios char por “un pats y sin podia leerse en Y es que los referentes mas préximos de la generacién actual son las FARC 0 Al Qaeda, o los horrores del secuestro y de las bombas; los atentados del 11 de septiembre, Iraq o Afganistan, algo absolu- tamente repugnante e inaceptable para cualquier espiritu que suetie con un mundo mejor. Yo quisiera que todos en general, pero los jévenes en particular, me entendieran. La juventud de ahora, por miiltiples razones, es radicalmente distinta de la de nuestro tiempo, pero én todo caso en ellos esté la promesa de un mundo mucho mejor. Sin embargo, esa comunicacién“entre los de mi generacién y los j6venes de ahora es complicada, pues los cédigos con que opera no son ficilmente traducibles. Tengo plena conciencia de que para su- perar esta enorme dificultad hay que hablar con honestidad, hu- mildad y espiritu critico, de lo que fuimos y de lo que no es bueno que se olvide, ni mucho menos que se imite. Eso implica ponerse a distancia de las justificaciones, repudiando siempre la violencia y la desmesura que ésta conlleva. Escaneado con CamScanner DECLARACION DEL AUTOR 16 Este es un libro sobre la experiencia —dramatica y muy per- sonal— de una travesia espiricual en medio de la guerra y la paz, Noes, pues, un libro sobre la politica, la guerra o la Paz propiamente dichos, de lo cual otros se han ocupado (y se seguirén ocupando) de mejor manera. En este orden de ideas, debo hacer mi declaracién fundamental en una forma clara, més alld de cualquier “extravio”, incomprensio- nes 0 equivocos, 0 como producto de mis propias limitaciones como escritor: la guerra es una enorme pérdida de tiempo, de recursos y, sobre todo, de vidas humanas. La violencia, ejercida con distintos estandartes, ‘no admite justificaciones. La naturaleza de la vida serd siempre sagrada. Es hora de dejar atrds los conflictos, pero para eso se requiere el compromiso personal y colectivo con una visién tanto humana como espiritual. La visién que Deepak Chopra ha transmitido al mundo contie- ne, en mi opinién, un mensaje claro: los seres humanos si podemos dejar atrds la guerra. Nuestra conciencia ha dado surgimiento a un mundo regido por la disputa, el egoismo, la angustia y la violencia, Pero eso se pue- de transformar. De nu experiencias, relaciones Si nosotros, evos sentimientos, pensamientos, palabras, y acciones, puede emerger otra realidad. — an el nivel mds Profundo de la conciencia, damos mundo —como también lo han comprobado los fisicos ue estudi ai a ; dian la estructura del Atomo—, podemos entonces crear una Periencia pacifica y de amor. Dicha i erspe i traning Pe a ectiva de cambio y transformacién, estoy seguro, ‘gun dia “el cielo ala tierra”, Este libro es una co) dahacerse an ntribucis: n para que esa visién alternativa pue- Escaneado con CamScanner PARTE I IR A LA GUERRA Escaneado con CamScanner “Amaras al préjimo” “Cualquier camino es tan sélo un camino y no serd ninguna ofensa ni para ti ni para los demds abandonarlo, si ast lo dicta tu corazén... Pero mira y observa todos los caminos, de cerca y deliberadamente. Hazlo tantas veces como lo creas necesario y pregintate a ti mismo y s6lo a ti mismo si ese camino tiene corazén. Si lo tiene, el camino es bueno”. CarLos CaAsTANEDA En sus conversaciones con don Juan, el indio yaqui Qué hace que en su momento un joven como yo vaya voluntaria- mente a una guerra? ;Tiene acaso esta decisién algiin tipo de conno- tacidn espiritual que le pueda dar, al final del recorrido, un valor no s6lo politico sino también profundamente humano y, sobre todo, trascendente? Tengamos o no plena conciencia de ello, siempre que esperamos el bus en una parada o anhelamos la realizacién de nuestros deseos mds fervientes, estamos esperando traspasar los limites hacia el mun- do de lo mitico, un mundo.que ademés de magico es sagrado. En algtin punto de nuestra vida tomamos decisiones que definen el curso de la existencia. Yo la tomé un 19 de abril. Ese dfa era la primera vez, una especie de bautizo. Cada detalle lo recuerdo perfectamente. ¢Cémo habrfa de olvidarlo? Era ademas la fecha emblemiatica de fundacién de una guerrilla muy popular en €se entonces: el Movimiento 19 de Abril (M-19). Escaneado con CamScanner PD “AMARAS AL PROMMg? Eran las seis y treinta de la tarde cuando ya cafa definitivamente lq tarde. En ese momento nos daban las tiltimas instrucciones, culm). nabamos los alistamientos previos y nos asignaban la “orden verbal de combate” o plan operativo de la misién. Cada uno de nosotros habia Ilegado a aquel encuentro una hora antes, con estricta puntua-' lidad y tomando todas las medidas para que no nos siguieran ni para despertar sospechas. Estdbamos en el tercer piso de una estupend, y cémoda vivienda, en el sur de la ciudad, que servia en ocasiones como punto de encuentro y coordinaciories logisticas para opera. ciones urbanas de nuestra guerrilla. Como ésta, habia otras tantas, de hecho muchas, de gente amiga, colaboradora de nuestra causa, que asum(an con gran entusiasmo y compromiso su papel mientras simultineamente llevaban una vida normal en la sociedad. Sobre una pequefia mesa, puesta de manera improvisada en me- dio de un cuarto destinado para huéspedes, afinamos los detalles. Bajo la discreta luz de un foco de luz amarillenta, miramos sobre un plano cémo tomar el lugar, cudles serfan las posiciones de nuestro grupo principal de ataque y cual la ubicacién de varios grupos 0 comandos cuya misién seria preparar las emboscadas y las labores de contencién para la defensa y la retirada. Incluimos ademés el plan para el repliegue y por lo menos tres variantes.o alternativas de ella. Nuestro grupo era numeroso, entusiasta y joven: cuatro mujeres y ocho hombres debidamente dotados con cinco pistolas de 9 mm; tres viejas subametralladoras Madsen —parte de la dotacién de las fuerzas policiales de la época—, seis granadas antipersonales y una Pequeiia carga de 400 gramos de TNT con un mecanismo simple de detonacién, que debia activarse con el fuego de wna candela o un “guerrillerito de mierda’, atinaba a gritar, Amenazé ‘ aS empeorarian, y que incluso no Podia asegurar que yo saliera vivo, pa labret Mas que amenazante, aquella reria e i tee 7 — me ‘ana, hasta que en algtin momento se © Para comentar con sinie: mo él mismo habia S, a Jorge Marcos Zambrano, diri- stra organizacién, » in espacio de tiempo de varias ho- ts cuchar los gritos, los golpes y ersonas, especi; j tortrand cc Pecialmente mujeres, a las que estaban Escaneado con CamScanner _MEMORIAS DE ABRIL 35 ciones crueles era amplio y diverso: ahogamiento con bolsas plisticas o por inmersién en estanques o piscinas; choques eléctricos en dis- tintas partes del cuerpo, particularmente en los genitales; violacién sexual; aturdimiento... Todos los recursos imaginables podian servir para la tortura y se aplicaban sin miramientos o limites éticos o legales; en ese mo- mento mi fortaleza y.convicciones iniciales estaban en camino de ser vencidas y la cuestién no era ya si sucederfa o no sino en cudnto tiempo me doblegarfa. Alguien ingresé al pequefio salén donde me encontraba. Aquel hombre agresivo habia llegado ahora junto a otro, que exhibia con derroche buenas maneras y modales. Quedamos a solas y me retiré la capucha, Cuando pude adaptarme a la luz, quise levantar la cara y mirar a mi interlocutor, lo cual logré con dificultad. Me puso al tanto de que era el mediodia de un jueves soleado, de los ultimos acontecimientos que ocurrfan “alld afuera” y me describié en detalle la situacién en la que me encontraba. Me refirié una por una las circunstancias operativas en las que habia participado, los nombres, lugares y fechas de mis contactos y los planes que tenfamos previstos. Yo estaba muy débil y vulnerable y senti que ellos ya lo sabfan todo. Me enteré de la tortura a otros compaiieros y de su decisién final de delatar a otros, entre ellos a mi, asi como de nuevas capturas que estaban en desarrollo. Y por vez primera me pregunté si todo esto valia la pena. La tortura es un acto tan violento y doloroso, que Ileva a sus limites la condicién humana; ante ella pueden sucumbir las més firmes convicciones 0 la mejor de las condiciones fisicas! Si me deci- dia a colaborar, debfa entregar a otros compaferos, sefialar los sitios donde guardébamos armamento, la naturaleza de otros planes que Posiblemente no se conoctan, el lugar donde habiamos escondido aquellas cinco toneladas-de explosivos y otro asunto, el més impor- tante de todos, que seria de un manejo “especial”. No hubo men- cién especifica del “otro asunto”, pero yo lo intufa y era al que més temia, Escaneado con CamScanner x 36 Tortugy El nuevo interrogador comenzé preguntando, de nuevo, Por mj alias o seudénimo. Yo le dije “Salvador”, que era un nombre que habia tomado en relacién con Jesus pero también con la lucha que se libraba en El Salvador, en Centroamérica, y sobre todo, como triby. to al asesinado presidente chileno Salvador Allende. Cara a cara, de manera tranquila y pausada, el interrogador me Pregunté después por los nombres verdaderos de una larga lista que inclufa a quince 0 veinte de nuestros compajieros mis calificados y que Pertenecfan a nuestra estructura, conocida como la columna urbana Gonzalo Septilveda, llamada asi en memoria de un dirigente sindical muerto mientras dirigia una accién urbana del M-19. Cooperé dando nom- bres y diciendo secretos que conocfa. En medio de un interrogatorio en el que se enfatizaba en nombres mis que en hechos, se me antojé caprichosa una pregunta de por qué habia fallado la activacién de un explosivo en el consulado norteame- ticano en Cali, operacién ditigida por mi meses atrés, Recordé enton. ces esa accién, en la que una noche hicimos con tres compafieros més una escalera humana para alcanzar un gigantesco muro que rodeaba ia sede diplomitica, ubicada en el oeste de la ciudad, para luego de- jar caer en su jardin veinte kilos de explosives. Cuando insistié en Preguntar qué habja fallado le contesté, biamos olvidado encender el mecanismo Entonces, por vez primera, casi con vergiienza, que ha- de activacién del explosivo. aquel interrogador se eché a refr, Peso de aquella tortura salvaje, tener un poco imaginé una manera de “entregar” a una de las Pocas personas que atin no habfan capturado y por la cual se pregun- taba con gran insistencia, ‘Todos conociamos historias casi épicas de Fevolucionarios que habfan resistido a la tortura, Prolongadas y cru ; eles de las que yo ahora suftia, Pero yo requeria un camino “intermed; uno io”, en que pese a colaborar no perdiera del todo 'a dignidad revolucionaria, Para quitarme el de descanso o alivio, quiz mucho més Se monté inmediatamente un perativo de captura, pero no con- taba con que me llevatian « i. €sa operacién. Ese dia me permitieron AF una ducha y ponerme ropa nueva y limpia. Abordamos esa Escaneado con CamScanner ‘MEMORIAS DE ABRIL 37 tarde un vehiculo campero civil, asignado a la inteligencia militar, que fingfa ser parte de equipos de reparacién del alumbrado puiblico. El impacto de Ia operacién militar habfa producido revuelo en la ciudad. Todas nuestras unidades se habjan replegado y eso hizo que la captura de aquella persona, que tan afanosamente buscaban los mi- litares, fracasara. Sin embargo, no por ello dejé de sentirme menos culpable y avergonzado. Regresamos después de tres horas a la guarnicién militar, cre- yendo yo que era el final de los interrogatorios. Asi fuera a pasar a juicio por cuenta de un tribunal militar, esa era, en todo caso, una circunstancia més promisoria que la de la tortura. Pero mi mayor temor se hizo realidad. Durante todo el tiempo de mi captura e interrogatorios, yo habia temido que hubieran capturado a la persona més importante que dirigia nuestra estructura regional; Roberto, como se hacia llamar, era pequefio de estatura pero lleno de conocimientos académicos y politicos, a los que sumaba una gran condicién humana, fraternidad y don de mando. El era, por esa misma condicién, el depositario de un esfuerzo muy complejo de inteligencia, que por una circunstan- cia especial habia estado a mi alcance realizar. De nitfio, y dada la cercanfa de mi vivienda a la base de la Fuerza ‘Aérea Colombiana (rac) més importante de todo el occidente del pais, la aviacién se habia constituido en la mayor de mis pasiones. De adolescente ingresaba de distintas maneras a dicha base, me re- lacionaba con comandantes y pilotos, y lograba asi ver sus equipos, aviones y helicépteros de instruccién, transportes y combate. Eso era algo que me permitia conocer con mucho deralle todo el inte- rior de aquella compleja instalacién militar: la disposicién de los sitios donde estacionaban los aviones, los armamentos, los sistemas de seguridad y vigilancia, los sitios vulnerables, el plan de defensa; practicamente todo. Atacar una base de dicha magnitud era sin duda una de las ma- yores pretensiones de nuestra organizacién. Yo hab/a elaborado a lo largo de siete dias de trabajo un plano detallado, con escala milimé- Escaneado con CamScanner Tortura / 38 trica, en el que estaba sefalado cada punto viral de aquella instala cién. Habja corroborado personalmente toda la informacién, luego | de multiples ingresos justificados como visitas sociales a los oficiales en instruccién. No despertaba ninguna sospecha, pues tenfa apenas dieciséis afios. Finalmente capturaron a Roberto, después de que alguien revelara su escondite, y con él la critica informacién que yo habia aportado, El plano y aquella informacién estaban junto a otros documentos, sin ninguin cuidado especial. Luego de la tortura, Roberto me sefialé como responsable de recolectar toda la informacién, Decidieron dar un tratamiento de seguridad nacional y asunto prioritario al caso que ahora recién me involucraba, por cuenta del cual me esperaban dias aciagos. Un alto oficial de inteligencia militar, venido especialmente del Batallén de Inteligencia y Contrainteligencia Charry Solano, de Bogoté, me abordé directamente con una sola pregunta: con la ayuda de quién habia obtenido el plano y la inform esta base aérea, cémo y acién de Era un militar alto y bien presentado, de apariencia casi juvenil, Pese a ser ya coronel, que iba al punto de lo que le interesaba sin ser violento ni amenazar con el uso de la fuerza. Aquel hombre hizo instalar un escritorio, sobre el cual puso algunos elementos: carpe- tas con anotaciones, una grabadora, papel en blanco y estilégrafo. Posteriormente, sacé de un maletin que llevaba un papel doblado en cuadrantes, que reconoci de inmediato como el plano que yo habia elaborado. Escaneado con CamScanner ™ MEMORIAS DE ABRIL. 39 —Fuiste vos? —preguntaba. —Si, sefior, fui yo —contestaba. —No te creo —replicaba él, a veces ya con enojo. Mi respuesta dejaba sin piso la posible participacién de militares que, infiltrados en sus filas, fueran miembros o colaboradores de la guerrilla. Aplicé varias pruebas, incluidas grafoldgicas, para deter- minar coincidencias entre trazos de mi escritura y las consignadas en el plano. Buscé de otras maneras pero no hallé nada diferente. Cref que me amenazaban con la tortura cuando le escuché que iba atraer un “aparato infalible”, que resulté ser un poligrafo o detector de mentiras que, finalmente, nunca llegé. Tras tres dias de insistir en el asunto, convino en la veracidad de mi versién. Luego me desafié a una discusién politica, la cual abordé lo mejor que pude. Era denso y preparado, formado en inteligencia estratégica en Inglaterra, Estados Unidos ¢ Israel, con una amplia cultura general y gran entendimiento de la situacién del pais, En pocas cosas encontramos puntos en comtin, pero en todo caso hallé en estos breves debates politicos ¢ intelectuales la fuerza para seguir sintiéndome luchador de una causa justa, al tiempo que descubria en mi “enemigo” a un ser sensible, humano, preparado ¢ igualmente convencido de su rarea. Nunca he olvidado estos dificiles momentos de la tortura, y pien- so también en todo el dolor que los actos de la guerra y la violencia producen, sin distingo alguno entre combatientes y afectando a mu- chos inocentes, Los hechos de la violencia dejan huellas y heridas de ‘odo tipo, fisicas y emocionales. Por més que otorgara a mi adver- sario algtin atributo, el hecho fundamental era que guardaba resen- timientos, y si la oportunidad se hubiera dado, muy seguramente habrfa cobrado revancha por la ofensa recibida. En buena parte, son los recuerdos y los sentimientos de humilla- cién y despojo los que abren la puerta ala ira y el deseo de venganza. Ste patrén vale tanto para una herida personal como para un con- licto colectivo, Escaneado con CamScanner 40 Tortur, — Pero una visin espiritual nos da una salida. De la misma manerg en que un tejido nuevo se organiza para sanar una herida fisica, asi el amor se las arregla para hacer un trabajo espiritual, que es el lugar desde donde nos reconocemos en una humanidad comin. La curacién, espiritualmente hablando, obra en cada uno de no- sotros pero eso no debe entenderse como algo que tengamos que hacer solos. Escaneado con CamScanner La carcel: Muerte a Secuestradores “Sostener el infinito en la palma de la mano y la eternidad en un instante es poder ver el mundo en un grano de arena y el cielo en una flor”. WiiraM BLAKE Un vehiculo militar fuertemente escoltado por soldados armados realiz6 el trayecto de veinte minutos desde la guarnicién de Népoles hasta la cdtcel distrital conocida como Villanueva. Los dfas de la tor- tura y el debilitamiento habian terminado y lo que venfa ahora era una estancia incierta en la carcel. Habia escuchado ya innumerables relatos en los que se describia la carcel como un lugar atroz, donde se gercia la violencia y se reproducian el delito y el crimen, en medio de un ambiente de angustia y tensién permanente en el que sobrevi- vian s6lo los ms fuertes. El vehiculo se detuvo a la entrada del penal. Un guardia tomé nota de mi ingreso, diligencié algunas planillas y s6lo atiné a decir: —Pero... jes un nifio! —y luego pregunté—: ;faltan més? ; Uno de los soldados le aclaré que no, que de hecho yo era el tikimo, Por ese mismo lugar, en los dias que antecedieron mi lle- fda, habjan ingresado otros 65 compafieros. Este era el centro de eclusién masculino. En otro lugar, conocido como la cércel del Buen Pastor, habian confinado a casi veinte de nuestras compafieras Y colaboradoras capturadas. Conmigo trafa, en una bolsa plastica, Escaneado con CamScanner 42 La cArceL: MUERTE A SECUESTRADOREs algunas de mis pertenencias, ropa que me habfan dado en el batallon, y mis documentos, que para la época era sdlo oe tarjeta de iden. B edad. tidad, que expide el Estado para los menores de Me condujeron a un cuarto de ambiente relajado y agradable, Luego de una hora de espera, pasé a otro de aspecto desapacible, donde se inicié la resefia. Una foto de frente y otra lateral, sostenien. do la placa clisica de los reos qu ve en las peliculas y las resefag judiciales de los periddicos en las que se fotografia al prisionero con uun niimero asignado en la parte inferior. Después fue la toma de las huellas digitales y un répido examen médico que al final iba como anotacién a mi historial, para acreditar que habia llegado en buenas condiciones de salud, En el entretanto, guardias y funcionarios del penal me conversacién. Los sentia algo deferentes y amables con lacionaban asf con los detenidos politicos, a quienes gu: respeto y secreta admiracién, Siempre querfan saber Io 2 vos en qué participaste? Fueron cerca de tres horas de largos traémites de Tesefia y otros asuntos administrativos, Posteriorm: ente dos guardias, entrados ya €n afios, sin armas y enfundados en trajes azules, me condujeron hasta la celda, proponian migo. Se re- ardaban gran mismo: legaba luego de avan- scuro y bastante deteriorado, ba el eco de voces de ottos detenidos que desde lado celebraban © animab: en el que retumbal celdas dispuestas legada de los gue Entre todos llero y de al lado y | ; an siempre la rtilleros, los detenidos de Participar en el M-19 Fespeto y solidar condicién tan j politicos, no s4 aquel penal, la condicién de guerri- despertaba no sdlo admiracién, sino dad. A muchos, adici les extrafiaba una Escaneado con CamScanner MEMORIAS DE ABRIL B Desde 1979, las carceles y Ia presencia masiva en ellas de militan- tes y dirigentes del M-19 eran un referente de la coyuntura politica nacional. Alli se celebraban los consejos de guerra con los cuales la justicia penal militar intentaba imponer largas condenas a los gue- rrilleros, pero esto pasd rpidamente de un escenario judicial a uno politico, en el que las deliberaciones no versaban ya sobre penas y condenas sino sobre la democracia, la politica, los derechos huma- nos, el poder y las armas. Por fin llegamos. Mis compafieros estaban pendientes de mi. Fue emocionante verlos y sentir su afecto y solidaridad. Nos sentiamos “sobrevivientes”. Estaban organizados en parejas en frente de las cel- das, como en una calle de honor, en el pasillo conocido como el pasillo del “eme”, Las celdas eran pequeaisimos cuartos de no més de dos metros de ancho por tres de fondo. Una cama o base fundida en concreto era su tinico mobiliatio. Al final del pasillo estaba dispuesta una pequefia area de baiio comtin para todos los detenidos. A un costado, entre el pasillo ntimero tres y el nuestro, se encontraba una pequeria dea descubierta, con un comedor y mesas hechas también en concreto. Era el “estaurante” general de los internos. Alli, todos los detenidos, en horas de la mafiana, podian reunir- se para realizar algunas actividades, que inclufan juegos de mesa, en especial ajedrez, caminatas cortas —siempre en circulo, que se conocfan como “patinar”—, y la més extendida y usual de todas: conversar. Se hacia un gran esfuerzo para pasar lo mejor posible las horas, los dias y los aiios de una condena definitiva. Los alimentos eran incomibles, pero algunos detenidos, espe- cialmente narcotraficantes, y otros que tenfan buenos recursos eco- némicos, consumian un alimento de mejor clase, preparado en un restaurante a cargo de un grupo de internos que tenfan una especie de negocio privado que se conocfa con el nombre de “caspete”. Una de las primeras cosas que se nos ocurrieron fue procurarnos una alimentacién mejor, de suerte que improvisamos, con la ayuda de los ditectivos del penal, una cocina propia. Se hicieron los arre- glos para el ingreso de alimentos y entre todos organizamos distintos lll Escaneado con CamScanner La ckrcet: MUERTE A SECUESTRADORES 44 alld de eso, de como llevar una vida digng turnos de cocina. Pero mas acién, desde un co: incipal preocu} en aquella reclusién, nuestra principal preocup: mienzo, fue siempre planear nuestra fuga. ne or Unos pocos presos politicos eran de otras : il A iguas qu‘ , guerrillas mas antigu: : as Sa i jmera, y marxista-leninista, la se. formacién cristiana-marxista, a primera, y xls de los detenidos politicos eran del M-19, nda. La inmensa mayorfa de los ‘ as dian en aquel penal: A dos o tres los y varios de ellos ya nos antecedian en aq habian capturado en una operacién fallida de secuestro de un nota- ble industrial; a otros, en el intento de asalto al cuartel policial de un municipio cercano a la ciudad de Cali, y tres mas eran los gestores de una de las acciones més hist6ricas y épicas, del M-19: la que tuvo que ver con la travesfa de un barco llamado El Karina, en la que, en una compleja operacién logistica, el M-19 habia embarcado en el Mediterréneo cientos de fusiles de asalto, municiones y lanzagra- nadas, con destino a nuestros hombres. El barco habia atravesado el Atléntico, Juego el canal de Panama, y en su trayecto por el mar Pacifico, a la altura del puerto de Buenaventura, fue detectado y hundido en un violento combate contra modernas naves de la arma- da colombiana, rganizaciones, Como nosotros y de férrea El destino final de aquel cuantioso armamento eran las costas mas Surefias, en el departamento de Narifio, por donde se habfa estable- cido una ruta de abastecimi Escaneado con CamScanner MEMORIAS DE ABRIL co Eramos tantos los detenidos que se dispuso la ocupacién comple- ta del pasillo ntimero dos y de otro alterno, en el que previamente se reubicé a los otros presos, que estaba en el mismo bloque o pabe- Ilén pero tres pisos més arriba. El pasillo nimero dos, junto al uno, eran conocidos como los de mejor “estrato” o categoria. Alli estaban algunos narcotraficantes “duros” y capos de la mafia, funcionarios en proceso de investigacién por casos de corrupcién y nosotros, los detenidos politicos. En los pasillos tres hasta el seis se encontraban delincuentes de mediana peligrosidad, en tanto que en el siete se ha- llaban los de mayor peligro, quienes pagaban condenas de cuarenta aiios y més. En estos ultimos lugares la lucha diaria de las personas era por sobrevivir; operaban clanes y grupos que se enfrentaban unos a otros por asuntos de drogas, territorio y otros “negocios” que controlaban desde la carcel. Los muertos y los incidentes violentos eran asunto cotidiano y la guardia siempre fracasaba en su intento por controlar aquellas areas, por lo que los directivos del penal preferian que hu- biese una especie de “autorregulacién’, que inevitablemente siempre imponian los vencedores. En todos los casos, sin embargo, nuestra presencia era fuente de autoridad, orden y mediacién en muchos de los asuntos internos de aquel penal. De algiin modo nuestro régimen era especial. Nos las arreglabamos para evitar las requisas matutinas, que implicaban te- ner que formar y desnudarse para asegurar que no se estuviera en po- sesién de alucinégenos o armas. La requisa era, ademas, humillante. En cuestién de apenas una semana se hicieron los arreglos in- tetnos necesarios, que comprometian la participaci6n de nuestros compafieros en distintas actividades. Se trataba de que nuestra pre- sencia alli mantuviera una disposicién militar, de orden y actividades Planificadas. Incorporamos una agenda para reuniones de discusién Politica; la atencién de asuntos administrativos, como la Preparacién de las comidas; las tareas de aseo y las de vigilancia permanente, con una guardia propia, nuestra, en previsién de contingencias. Asi, Escaneado con CamScanner cis La CARCEL: MUERTE A SECUESTRADORES, natant desde el amanecer hasta muy entrada la noche, nos manteniamos ocupados. A muchas otras personas —no militantes sino colabora- doras de nuestra organizacién— las habian detenido y capturado en la operacién de desarticulacién de nuestras redes, y aquel esquema de disciplina se aplicé también a ellas, pensando en su propia adap- tacién. Era la tnica manera de sobrevivir como colectivo, en unas condiciones tan dificiles de controlar como las de una carcel. Los asuntos concernientes a delaciones, producto de la tortura, preferimos abordarlos como un asunto colectivo, reservando su exa- men mis exigente al fuero de cada uno de nosotros y evitando asf la disolucién de un colectivo que necesitaba reagruparse con base en el apoyo y la confianza recobradas. Las circunstancias del primer fin de semana en el penal fueron emotivas, El sibado era dia de visita para los hombres, y el domingo, para las mujeres. El fin de semana era la primera oportunidad, luego de la tortura y el encierro, de reencontrarse con los familiares y los amigos. La jornada fue conmovedora y dramética; esposas, padres, hijos y amigos se regocijaron al verse pero lamentaban luego las con- diciones de la captura y la tortura, ast como la ausencia de libertad. El domingo las cosas habian sido algo mas gratas, a pesar del drama- tismo inicial del reencuentro, pues se trataba de la visita femenina. Para quienes tenian esposas o compaiieras, significaba una visita con la posibilidad de la intimidad. Unos pocos de nosotros no recibimos visita aquel primer fin de semana. Los parientes cercanos en muchos casos no eran de la re- gion. En otros, sus familias no sabian de sus capturas. En principio, en mi caso, pensé que la ausencia de visita era una expresién de ech islamic c é . moe) aislamiento, pero después supe que era el resultado de un ispendioso tramite burocratico para ingresar a la cércel, f bian arreglado, mediante Para poder entrar al penal para acceder al permiso necesario Familiares de otros compaferos se las ha- sobornos a la guardia y otros métodos, Y realizar la visita. El encuentro con mi fa . milia se produjo a mi dia miércoles. Us i Produjo a mitad de semana; un ir provet. ini Proveia los suministros de carne y otros Escaneado con CamScanner MEMORIAS DE ABRIL. "7 alimentos al penal, y su cercania y amistad con el director del centro penitenciario permiticron que, entre semana, en un dia habilitado solamente para la visita de abogados, yo pudiera recibir a mis familia- res. Fue un momento Ileno de desazén y sentimientos encontrados. Estaban mi padre, mi madre y hermanos. Habfan Ilegado muy tem- prano, y luego de una hora de espera nos encontramos. Permanecirhos gundos y luego el didlogo transcurrié en medio en silencio algunos s de la tristeza, frases sueltas y lugares comunes, Hablamos de la captu- ray di una versién tolerable sobre Ia tortura. Luego la conversacién fluyé mds tranquilamente hacia cémo era la vida en una cércel y tam- bién sobre cudl podria ser mi futuro jurfdico. No hubo reclamos.| Lamenté honestamente la situacién de dolor y sufrimiento en que los habia puesto, que ademds de mi propia detencién, habia sido ya agravada por el secuestro de uno de mis hermanos menores, a quien unidades de inteligencia de la fuerza aérea habfan capturado y retenido en forma clandestina, para abandonarlo luego en una calle solitaria tras haberlo golpeado brutalmente, Las cosas transcurrieron varios meses igual. Sélo alguna actividad dentro del penal de tipo cultural, académico o deportivo, nos saca- ba de aquella rutina, Festejbamos ruidosamente cada cumpleaios, para los que hacfamos una comida especial y preparébamos bebidas alcohdlicas caseras, por medios artesanales de destilacién a partir de aziicar y panela. Celebrabamos también los éxitos de las operaciones que nuestra organizacién segufa ¢jecutando y nos doliamos cuando las cosas salian mal, especialmente cuando habia muertos. Yo habia recibido una noticia especial, que me alegrd, no tanto por su valor académico como por su significado de solidaridad. Los de notas y sobre directivos de mi colegio evaluaron mis promedios esa base, al ser altos, habfan decidido otorgarme el titulo de bachiller, decisisn que acompaiaron alegremente mis excompaneros de estu- dio. Tiempo después de estar detenido me llegé el diploma, asi como tun hermoso mensaje de afecto de profesores y estudiantes. Los planes de fuga habjan avanzado en secreto, No era un asunto que se compartiera abiertamente entre todo el colectivo. A mi me Escaneado con CamScanner 48 La cArceL: MuerTE A SECURSTRADORES involucraron por mis habilidades para hacer inteligencia. Habfamos estudiado cuidadosamente el dispostivo de seguridad interno de la carcel, sus puntos vulnerables y lugares accesibles para la fuga. Varios guardias aportaban mucho de la informacién, que la daban de ma- nera incondicional, pero que nosotros estimuldbamos con distintas formas de halago y compensacién, Desde afuera, nuestra organizacién habia analizado toda la segu- tidad perimetral y planeado también lo concerniente a los planes de rescate. Los dias de visita, cuando ingresaban compafieros nuestros fingiendo ser familiares, servian para compartir secretamente los de- talles de aquellas observaciones y avanzar en la concrecién del plan para salir de aquella cdtcel. Las acciones posibles pasaban desde el tradicional mecanismo de Sineles subterrineos, hasta la voladura de algunas de las paredes y muros extetiores. Lo de los tineles era en extremo complejo y dix pendioso; planes anteriores de ese tipo ya se habian descubierto y las opciones disponibles eran cada vez més restringidas. Un rescate aéreo era pricticamente imposible, aunque llegamos a planearlo en nuestras distintas versiones de rescate. La idea era Poco operativa, ya que el penal estaba situado en un tea urbana; se requeriria, ademés "tuna mezcla muy compleja de capacidad militar y rernas, ademds de que ayudaria a salir a muy pocos alo sumo tres 0 cuatro, de un helicéptero, guerrilleros, E . sin embargo, que las po- sibilidades de é do si se trataba de lograr algunos explosivos Producir, Y granadas, no muchas, Peto sf suficientes para desde adentro, las acci tones que facilitaran la fuga: neutra- Escaneado con CamScanner ‘MEMORIAS DE ABRIL 49 lizar a algunos guardias, abrirse paso entre los puestos de seguridad y volar paredes y muros de la seguridad interna. Asi podriamos acceder arrutas de salida e incluso a los propios depésitos de armamento de la guardia del penal. Aquellos elementos se escondian cuidadosamente en “caletas” 0 escondrijos ubicados en sitios a veces obvios, pero las més de las ve- ces insélitos: en el piso, las paredes, tuberias, sanitarios, colchones, comida, mesas y otros mobiliarios de la propia cércel. Para otros fines, los reclusos “comunes” hacfan lo propio para ocultar drogas y armas blancas como cuchillos y navajas. Las nuestras habfan pasado inadvertidas luego de varias requisas de la propia guardia del penal, y por lo menos dos allanamientos que las fuerzas policiales y del ejército habian hecho en cada una de nuestras celdas. La situacién de nuestra seguridad, y en general de toda nues- tra organizacin, se alteré draméticamente unos meses después. Un grupo especializado de nuestra organizacién habfa secuestrado ala joven Martha Nieves Ochoa, hija de una acaudalada familia de la provincia de Antioquia, vinculada extensa pero discretamente a actividades de narcotrdfico. El “clan de los Ochoa”, como se les conocia, formaba parte de la alta sociedad, con la que mantenfan reconocido vinculo social y numerosos negocios legales, al igual que estrechas relaciones con po- liticos, empresarios y miembros de las fuerzas armadas. De nuestra Parte, nunca se dijo puiblicamente que la habiamos secuestrado. Para ese entonces, el M-19 tenfa una amplia experiencia en asun- tos de secuestro. Los habfa de distinto tipo, empezando por aquellos Con un propésito politico, como el del dirigente sindical José Raquel Mercado, a quien se le hizo un arbitrario juicio por traicién y co- Tupcién que terminé en una cruel ejecucién, de la que el pais se enteré por medio de fotos enviadas a los periédicos, de manera bas- tante similar a como casi simultineamente el grupo Brigadas Rojas @ecutaba al politico Aldo Moro en Italia. Para obtener recursos que financiaran la guerra, nuestra organi- zacin apelé sistematica pero no indiscriminadamente al secuestro; Escaneado con CamScanner 50 La cArcEL: MUERTE A SECUESTRADORES la idea era “retener” a grandes industriales, banqueros y represen- tantes de multinacionales con presencia en Colombia que pudieran Pagar més de un millin de délares. Pero cuando las necesidades de sostener una organizacién clandestina como la nuestra crecieron, estas rentas ilegales fueron insuficientes, y aunque se deseché la idea —por razones éticas, politicas y de conveniencia— de invo- lucrarnos en la actividad del narcotrifico, sf se decidié secuestrar a algunos de los capos o sus familiares. Uno de los primeros intentos se hizo contra Carlos Lehder Rivas, pero nuestro comando no contaba con la descomunal resistencia que éste opuso en solitario y que le permitié escapar en el mismo intento de su secuestro, Nunca reconociamos la autoria de estas ac- ciones porque significaban no s6lo un desgaste politico sino tiesgos concretos a la seguridad de la organizacién y de sus miembros, Ast se hizo también para el secuestro de la hija del jefe del clan Ochoa, Sin embargo, de manera répida, los propios miembros de aquella familia, apoyados en su amplia red de contactos oficiales, que Martha Nieves Ochoa se encontraba en nuestro poder y que algunos de sus autores intelectuales estaban encarcelados en Cali. Para el M-19 era crucial que no se conociera de nuestra responsabili- dad, pues teniamos conciencia de que eso desencadenarfa i supieron nevitable- mente una cruenta guerra con aquella organizacién narcotraficante, como en efecto ocurrié, Lo que sucedié luego fue una reaccién violenta y contundente de aquel sector de la mafia, que propicié el surgimiento quizds de la primera forma de paramilitatismo contrainsurgente y de justicia Privada a gran escala en Colombia que dio en llamatse Muerte a Secuestradores (Mas). Con el apoyo de informaci fuerzas del Estado, tura criminal, en | miembros de orga publicamente su s desde un avién—, i6n de inteligencia Proporcionada por aquel grupo del narcotrafico organizé su estruc- & due se comprobé luego participaban también nismos de seguridad oficial. Luego de anunciat urgimiento —mediante volantes lanzados al aire el grupo se dio a la tarea de secuestrar, desapare- Escaneado con CamScanner MEMORIAS DE ABRIL 51 cer y asesinar a parte significativa de nuestra militancia, entre ellos miembros de nuestra propia direccién, y luego a todo ‘tipo de di- rigentes de izquierda y activistas politicos de derechos humanos y de oposicién, no siempre cercanos a nosotros. Fue una arremetida que no pudimos contener. El propésito de aquella vasta operacién desencadenada contra nuestras estructuras no era otro, en principio, que presionar répidamente, y al menor costo posible para ellos, la liberacidn de la secuestrada. Elimpacto de aquella confrontacién llegé también a las cérceles, particularmente a la nuestra. En razén de que algunos de nuestros detenidos pertenecfan a la direccién nacional del M-19 se confirmé que, a través de estructuras criminales que operaban dentro de la carcel, estaba en marcha un plan para atentar contra nuestra vida. Asi las cosas, extremamos nuestras propias medidas de control y seguridad. Vigilabamos dia y noche nuestro espacio, al igual que nuestros movimientos y los del resto de prisioneros. Era algo asi como un “acuartelamiento de primer grado” dentro de la propia cércel. Y cuando nadie lo esperaba, una tarde uno de los lideres del clan Ochoa, hermano de la secuestrada, legé hasta la propia cdrcel y pi- dié-una audiencia con nosotros. Para cuando este encuentro se pro- dujo, tenfamos varios miembros de la organizacién en condiciones de secuestro, desaparicién o muerte. Unicamente dos de nuestros compafieros, miembros de la direc- ci6n nacional, acudieron a la cita, Por ellos supimos los términos de wna conversacién tensa, con el ingrediente de una amenaza directa. El emisario del clan planted las lineas de una solucién “amigable” Para que no hubiese més violencia: nuestra organizacién liberarfa Sin condiciones a Martha Nieves Ochoa y suspenderiamos cualquier intento de reaccién o venganza; por su parte, de manera r4pida aa ellos liberarian a las Personas que nos tenfan secuestradas. di f idlogo transcurrié sin guardias ni testigos, en el espacio de una sala facil litada por la direccién del penal. La sentencia final del encuen. Perentoria: si en pocos dias no habia un resultado positivo, Escaneado con CamScanner

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