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/ Michelle Perrot Mods de habitar La evolucin de lo cotidiano en la vivienda moderna Precisamente por tratarse del periodotidetiformacion “de la sociedad burguesa, el siglo XIX proporciona”ta clave para desentraiiar cl contenido de Ia principios del xx, ya se habi idea des privacidad que, a convertido en uno de los componentes mis activos de la ideologiadomiinante. Estos nuevos modos de habitar van a tener un claro reflejo en la configuracién de los espacios residenciales privados, que de este modo daran cobijo a unas nuevas relaciones familiares. genera pondido a las diseriminatorio ‘hacia 1820. ' . se lleva a cabo de varias maneras, Hay. grupos reducidos y ‘Gisomeiedadesique: mediante un proce- Sede mdifexcion, acolan en el espacio ‘blige reservados para su juegos Yee eeelisbulos: Clutes, circuios ars tomos, evartos patcuiaresniquados du ante una noche para una reuni6n gala te cafes cabarets tabernas,o esas een ss del pocblon —cuyos reservados aco- n reunionesclandestnasy camaras it- Gicalee cundriculan ln cudad. La socie- dedieiil no es ese vacio que hublese prefenido de buena gana el legisiador suse Picaz. sino un hormiguco de alveolos de Convinencia donde bullen los secrets eimancrs mis trv, las clases dom: SBMESE que viven con i obsesion de la fmultitud necia y svcia — Se Js area Fafa poder contar, en los lugares publcos ¥ concretamente eh Tes tansportes cole Tivox, MIMO PROTEELORER pelos Je teatro que prolongan el salon, camaroes de barco 0 cabinas de bao, si como elle Perrot establece los puntos"de-inflexién de esa wacion de la intimidad que, antesys6lo habia corres- clases altas y siempre en un sentido puramente compartimentos de primera clase; igi Fes, todos ellos. quéievitan la promiscui dad_y mantienen las distinciones. «La invencion del émnibus ha supuesto. ia muerte de ta burguesia!», escribe Flaw. bel que convierte por contraste el simén arisiense, que circula con las cortinills tchadas, en el simbolo mismo del adulte Espejo de virtudes Pero eldiminio peivado por excclencia es [ales fundamento material dela Familia, y pilar del orden social. Escuchemos a Kant, transerito por Bernard Edelman, ‘La casa, el domicilio, es el nico bastion frente al horror de la nada, de la noche y de los oscuros origenes; encierra entre sus rmuros todo lo que la humanidad ha ido acumulando pacientemente por los siglos 4e los siglos: se opone a la evasion, a la perdida, a la ausencia, ya que organiza su ‘propio orden interno, su sociabilidad y su pasion. Su libertad se desplicga en lo ‘stable, lo cerrado, y no.en fo abierto to ‘ndefinido’ Estar en casa es lo mismo que reconocer Ia lentitud de la vida y el placer de Ia, meditacion inmévil (..). La ident dad del hombre es por tanto domiciliaria, y ésa.es la razon de que el revolucionario, ‘el que carece de hogar y de morada —y ‘que tampoco tiene por tanto ni fe ni ley condense en si mismo toda la angustia de in crrabundes(.. BRGRRERE GEO esd ninguna parte es un erimial en poten: a casa un element de fijacién. De ahi la importaneia de las ciudades obreras en las estrategias patronales de formacion dunn mano de obra estab asi como de ls ideologias de prevision social o fami. lar Frere Le Ply 9 sue eps dedicarom a indngar adbre” tas ivicnoe Populares; ta precision de sus deserpcion hes, una fuente preciosa pata el historia: dor, equivale a ua disessi6n dos com? Porlamientos: En otros tiempos, la fision- homicadetallaha el rosiro, expejo. del tina aleoba va a desvelarnos ol de’ una vida. En las pequefasloalidades de ia 11 Repibica Francesa, Ia casa del maestro tiene que ser una casa de cristal. y su aleoba, ean pequeio santuario del orden, det trabajo y del buen gusto, fo contrario del weuchiti deseuidado del clibe desor- denado, que abandona su domiciio en cuanto puede y no siente gusto por nada aque sea hermoso», seg el inspector chard, que esboza en 1881 la traza de la vivienda jempla. Lecho austero, «de ca- deter, ropa Inmaculadamente blanca y ‘objetos menudos aque demostrarin que cl inguilino es respetuoso con su propia per roma, sin Hegar al rebuscamicnton, suelo de madera encerado, silas de pajt, «im: pias de cualquier tipo de manchas>, una 14 (1988) A&V loss 180. a sera ene vs, 1908 3 inca, de Le Magasin S— Sitticiecar, provista sobre todo Ge eiisicos procedcntes de la escucla de Mageterio, una vitrina para las coleccio- S55 Geatificas, una jaula «on pijaros Glmsores»,y algunas plantas verdes, 0 sea, Be direts presencia de una naturaeza do: smecsticada: tal es cl marco ideal para un (eriecio misionero de la Repiblica. Como. series bajo, sobre la mesa, «un magnifico tapese echo con un chal untiguo, sacado Seigscedseropa maternom, que rememore idea de as cacy ia buona educa oe Ge ona madre atenta y esmerada Mas adelante se nbadird an piano, alg posobsetos ce adoro, ubellos modcos de Sitters reproducciones de obras tmaesias que «los procedimients del he Trogabade han puesto fy dia Ge todos los bolls. He aqui sun omits vivenday que todos —1s aut Gates: os pies y fs tlumnos-— podran Wistar sin fubor ante una intrusion en la intmidad“ {Eas es demas una realidad moral y filities. No hay elecior sin domici, mi Rouble sin cast propin en la cudad y amplarfesidencn enel campo. Como sin Bolo dedncplnas y de rezonstruciones lneasa conju el peligro de las revoluio. hes Viltle-Duc_ publica au Misoire Tame maison en 1873, después de ka Co tuna que lamea al fondo del pase. El ‘ho del centenaio de in Revolucion Fran- Gesu, la seein de economia sci de Ta AY (1988) 14 Universal (1889) escogio aa casa através de las ed Ales», Las actividades del gobierno inclu muy pronto lo doméstico ndo resumido Pero, durante el siglo xix, la casa sigue endo un asunto de familia, su lugar de cexistencia y su punto de reunién. Encarna Ta ambicin de la pareja y la figura de su éxito: fundar un hogar es lo mismo que hhabitar una casa. Las parejas jovenes so: portan cada vez menos la cohabitacin. Viollet-le-Duc: «Yo he visto e6mo las mis Uiernas relaciones afectuosss de familia se pstaban y se extinguian en In. vida en Comin de los hijos casidos que seguian viviendo junto a sus ascendientes» Tener ‘el término se Su propia casa, su foie CGRNSRSTTEGO™ 0, en ser ‘mas pope ek propio rine («7° el nied ye ial de ka autonomis. U1 Confhcto politica con sus padres, Gustave ‘de Beaumont y su joven espost buscan «eun hueco donde esconderse». «Tenemos, Clémentine y yo, unas ganas enormes poseer un pequefio fun incluso a cabafia mas insignificante, si tung es su dueio, es un paraiso terrenai»* (1839), «No hay suerte mas envidiable que vivir com independencia dentro de la pro: pia casa, en medio de la familia de uno» tacribe el proletario Norbert Truguin. que hha recorrido el mundo y ha undado de fevolucion en revolucidm (1888), EL ile ior, que va a designar en adelante no tanto el epraziin del hombre como cl de la cas, es ft condicin de ht dicha, y eafoei NTETSEREGR, «Amigos mics, includ esta palabra en vues dicciona- ‘oy ojala que podiis poseer todo lo que expresan, aconseja Jean Baptiste Saya sla Clase media», lectora de La Décade philo- sophique (1794-1807), y opone este «lujo de comodidad al gusto de ostentacion® Caiiencia del hogar. la economia do- feist supone equilibrio de vida Tes casa es tambien propiedad, objeto de inversion, en un pars donde ia parte Sorreypondicnt al capital inmobiliario s sendo importante y su tendimiento sits honorable. La piedra es la forma Tamordial de esos patrimonios a propos mde los cuales Jacques Capdevielle suse t2igoc, al margen de su posesion, const sar un modo de char contra ia muer te euina apvesta vital? Por la posesion de woot casa inventariad, diviida en Iote, Wincrederos son capaces de despedazarse Suresh, wansformando el nido en mudo de viboras. Gacats también el teritorio median «Ged cual sus poseedores tratan de apro- eee eatnralera eracias ala exube Bare de fos jrcines J de los invernade Tor donde ls estaciones quedan abolidas alae gracias a la acumulacion de Ins SMeccones 0 al concerto privado; dl figipe. mediante los recuerdos de familia Bee aj Sodeljempaciog« través de os “4 2 libros que desrben el planeta, y de las revsiasiutradas —desde Llstration 4 Tas Lectures pour tous 0 al Je sais tout aie fo ponen ante los ojos’. La lecture “exploracion desde una Putaca es sine manera de colonizar el universo haciendo Tolegibley. mediante Ia ftograia visible ta Biblioteca abre a casa al mundo; y taciera el mondo eh Ta cos ‘Con ceambio de siglo empieza. a tomat ominacion del mando por medio dela {ea denrello tecnico —< telefono y {i deataidad— permite pensar en la cap- {asian de las comnicacones, incluso en 1B incoeporacion del trabajo para todos a Glomaifo, ta pequefa empresa. familiar Gane trabajan todos bajo tn mirada del padre ex una aspracion,ampliamente Padipartaia 9 el tema de algunas wlpias eipetuanenterecrrenes. Zola (Tra Peal io mismo que Kropatkin,dscere tn ela autenins potentalidades de una futara iberacion. El varbn,isepuro de sv fGentdad socal, encontraia en ella de evo au dignidad de jefe de familia" ES ute, por su arte imaginan une scan total, centro de soiabildad eso SAE y Se earn, remodelada —tal ela EG Iaoderm ile asta en e detalle de Ses formas, E, de Goncourtconsagra des Toldmenes a ia deseripeion de La razon fim re. ba i amen con ca verse en pblican —escibe, al tempo he deigns ota al eefelosio por exelent ¥ co feminare hombre aa een eter ton cheese eeaieesic Mist de todos aqectos Tos ave uve jr albores dl siglo XX. la "Os. odio, ‘amas ountiarce cet ins penn trancads, possiones ered a chan exer as tarde ceo tea Fortaleza dein privacy Gv ante ia ver el umbral, los consis ane Jel templo-y fa noche, cease mento de to inte: Ia eit 2 ea por las sivostaes d= Te rare done se efrentan lo publ tas Gomera nombres 9 Tr, Po- ye Rtermos y_eviadon, tama © are dues, Distrtbuciny so de as hai vaeryneeeacaleras pails de cieus- aeons, eons y cosas, igares de rt ca con cutdadosy tos places de iment. de Jo ras odo ll obedee a ns caer dc encuentro y de evasion Ue ceraets Gt Jocoy ia inguietd de uno a ay msuros as Y solos mien mulls, rutdos de. pasos 14 (1988) ARV We rechinan y el inexorable rio} de péndulo, teen las on dla sonoras de la ea El soko Se esconde cn el corazon de su seereto Interiores burgueses Con seguridad, este modelo de cxsa la Gislmodclo— es el propio de las Hades burguesas, Un modelo que deser ing sus variantes de innumerables porme- jores desde el Londres victoriano a ta ‘Viena de fin de siglo e incluso, mas al est hasta eleorazon ce Berlin y de San Peters- hurgo. Gabe li hipdtesis de una relativa tinidad del modo de vida burgués dl siglo ix y de las formas de habitar, refor incluso por la cicculacion europea de los tiposarquitecténicos, Se rata de una sul ‘mezela de racionalismo funcional, de un confort todavia muy reducido y de nosta ‘iavaristocritica, particularmente viva Tos paises en los que subsiste una vida ‘cortesana. Incluso en los paises democri- ticos, la burguesia s6lo tardiamente con: {quis la lgitimidad del gusto, y eu dee Tacign ideal siguié siende la de los salones Y Palacios del siglo XVin, la del «placer de ivirn, No obstante, jeuintos matices, Cuiintas disparidades engendradas por las ultras nacionales, religiosas © politics, fen las relaciones sociales, en las familiares, tn los roles sexuales y, por consiguiente, ABY (1988) 14 Mihaly Muskacsy, Irian paises, 1877 Interior rural con cocina. Lorena Vales, Esto de tia ‘Marie Petit, Lar plonchadrs, 182 Yolonton A Jakowlevih, £1 1881 ior exresen En a feng absuia® compara Els Caneti as distintas casas de su infancin Rust, tpn del Dando i BBR en pester once ison cn yo See ive taieni sa cask seaids 6 at nontaf que andan un Todo pura oro de in cas con los pit etal unacbeers pcos en es Me labosywampion Ls Manchest uh ee SET pion ia trary, sis ene piso superior, ror peuilor de Sslelad pede en deta an gues {Ei papa las predes:cl ibado por a ae es ne Secteden al an 9 Sensrkie dees sl doming® por ia statara ay lppe: be ehigace ica te El onden de os ‘lon y Tos igares Hetil Ghaste uy eaede vlesons 1 os usos de la casa que Ios visitantes; pase PASEO ceremoniosos por el Prater. «Todo giraba en torno An fami imperial eta a i ge ab eh tono, y este tono era el que prevalocis en fa nobleza y hasta en las grandes Tanliay burguesas» En Zirieh, por el contrario, sano habia Kaiser ni noblezs imperial (..) De eualquier forma, yo tenia la seguridad de que en Suiza no habia nadie que no tuvigea su propio Tugut, que uo comata ‘i mismo», No eabi la posiilidad de Vien liar, por lo que la madre (quiere oir hablar ya de ellas. Con esto se fefincrza be intimidad: «Mi madre estabsa al siempre a nuestra disposicion; no hhabia nadie que se interpusiera, 0 la perdiamos nunca de vista»; era un apart Iento singularmente estrecho. La topo- trata decide las costumbres La casa rural, espacio de trabajo reo hay otras f4cetas. no, menos impor: es. Ante todo, lueposicion entre Ia 9. fractura profunda de sin Widar que en los ‘confines del siglo XX la mayor parte Ue kt poblacion europea sigue siendo rural C1 Eampo no ignora i li intimidad ni el Secreto, pero ésos no Son consustancales al espacio abierto: el muro corresponde Is \ lege a brea, a In conhdenci in-Gahdeenende a expitncions 1s cay connttcee ee

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