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Las senadoras y senadores que suscribimos, integrantes del Grupo Parlamentario de

MORENA a la LXIV Legislatura del H. Congreso de la Unión, en ejercicio de la facultad


que nos confiere el artículo 35, fracción VIII, numeral 1°, inciso b) de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, y de conformidad con lo establecido en los
artículos 18, 21, 22, 24 y demás aplicables de la Ley Federal de Consulta Popular,
señalamos como domicilio para oír y recibir todo tipo de notificaciones y documentos, el
ubicado en ____________________________, y designamos como nuestro
representante al C. __________________________, por nuestro propio derecho,
comparecemos ante usted para presentar formalmente esta PETICIÓN DE CONSULTA
POPULAR para la jornada de consulta a celebrarse el domingo 6 de junio de 2021, a
efecto de consultar al pueblo de México sobre el tema de trascendencia nacional que se
describe, funda y motiva en los siguientes:

I. ANTECEDENTES

El 9 de agosto de 2012, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Decreto


por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en materia política. Entre otros elementos, esta reforma
modificó las disposiciones del artículo 35 de la Ley Fundamental para reconocer el
derecho de las ciudadanas y los ciudadanos a votar en las consultas populares sobre
temas de trascendencia nacional.
El 10 de febrero de 2014, fue publicado en el DOF el Decreto por el que se reforman,
adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, en materia político-electoral. Por medio de esta reforma se adicionó el
numeral 4o. a la fracción VIII del artículo 35 de la Carta Magna, el cual dispone que el
Instituto Nacional Electoral tendrá a su cargo la organización, desarrollo, cómputo y
declaración de resultados de las consultas populares; así como la verificación, en forma
directa, del requisito porcentual, en un número equivalente, al menos, al 2% de los
inscritos en la lista nominal de electores.
Con el objeto de regular el procedimiento para la convocatoria, organización, desarrollo,
cómputo y declaración de resultados de la Consulta Popular, el 14 de marzo de 2014, se
publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se expide la Ley Federal
de Consulta Popular (en adelante LFCP o Ley).
El 20 de diciembre de 2019, fue publicado en el DOF el Decreto por el que se declara
reformadas y adicionadas diversas disposiciones de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en materia de consulta popular y revocación de mandato.

II. CONSIDERACIONES
PRIMERA. Concepto de consulta popular. La consulta popular constituye un
mecanismo de democracia participativa directa consagrado por la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (en adelante Constitución o CPEUM), con el propósito de
consolidar y transformar la democracia y generar una cultura participativa en la sociedad,
que permita a las y los ciudadanos ejercer su derecho constitucional de votar, expresar su
opinión y decidir sobre temas de trascendencia nacional o regional.
SEGUNDA. Derecho ciudadano. Conforme a los artículos 35, fracción VIII de la
Constitución, y 7 de la Ley, es un derecho y una obligación de la ciudadanía votar en las
consultas populares.
TERCERA. Objeto de la consulta popular. El artículo 5 de la LFCP señala que serán
objeto de consulta popular los temas de trascendencia nacional. La trascendencia
nacional de los temas que sean propuestos para consulta popular será calificada por la
mayoría de los legisladores presentes en cada Cámara, con excepción de la consulta
propuesta por los ciudadanos, en cuyo caso lo resolverá la Suprema Corte de Justicia de
la Nación. Asimismo, de acuerdo con el artículo 35, fracción VIII, numeral 2o. y con el
artículo 64 de la Ley, el resultado de la consulta será vinculante para los poderes
Ejecutivo y Legislativo federales, así́ como para las autoridades competentes, cuando la
participación total corresponda, al menos, al cuarenta por ciento de los ciudadanos
inscritos en la lista nominal de electores.
CUARTA. Concepto de trascendencia nacional. El artículo 6 de la Ley establece lo que
ha de entenderse por trascendencia nacional en el tema propuesto para una consulta
popular, considerando fundamentalmente su repercusión en la mayor parte del territorio
nacional, así como el impacto en una parte significativa de la población.
QUINTA. Temas que no son objeto de la consulta popular. En términos del artículo 35,
fracción VIII, numeral 3o. de la Carta Magna y del artículo 11 de la Ley, no podrán ser
objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos reconocidos por la
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, ni
las garantías para su protección; los principios consagrados en el artículo 40 de la misma;
la permanencia o continuidad en el cargo de los servidores públicos de elección popular;
la materia electoral; el sistema financiero, ingresos, gastos y el Presupuesto de Egresos
de la Federación; las obras de infraestructura en ejecución; la seguridad nacional; y la
organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente. La Suprema
Corte de Justicia de la Nación resolverá, previo a la convocatoria que realice el Congreso
de la Unión, sobre la constitucionalidad de la materia de la consulta.
SEXTA. Derecho a presentar petición de consulta popular. Conforme a lo previsto por
el artículo 35, fracción VIII, numeral 1o, inciso b) de la CPEUM y por el artículo 12,
fracción II, de la LFCP, podrán solicitar una consulta popular el equivalente al treinta y tres
por ciento de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del Congreso.
SÉPTIMA. Fecha de la consulta. Conforme al artículo 8 de la Ley, la consulta o
consultas populares a que convoque el Congreso se realizarán el mismo día de la jornada
electoral federal.
OCTAVA. Oportunidad. El artículo 13 de la LFCP señala la oportunidad para presentar la
petición de consulta popular, estableciendo que ésta podrá presentarse ante las Cámaras
del Congreso, según corresponda, a partir del uno de septiembre del segundo año de
ejercicio de cada legislatura y hasta el quince de septiembre del año previo al año en que
se realice la jornada electoral federal. Por tanto, dado que las elecciones federales se
llevarán a cabo el primer domingo de junio de 2021 y la fecha límite para presentar la
petición de consulta popular concluye el 15 de septiembre de 2020, se considera que la
presente se encuentra presentada en tiempo y forma.
NOVENA. Requisitos de la consulta popular. De conformidad con los artículos 21 y 22
de la LFCP, la petición referida deberá cumplir con el nombre completo y firma del
solicitante o solicitantes, el propósito de la consulta y los argumentos por los cuales el
tema se considera de trascendencia nacional y la pregunta correspondiente. Además,
deberá acompañarse del anexo que contenga nombres completos y firmas de por lo
menos el treinta y tres por ciento de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del
Congreso, sin que puedan presentarse peticiones suscritas por legisladores de ambas
Cámaras.
DÉCIMA. Sustento de la petición de consulta popular. El tema que motiva la presente
PETICIÓN DE CONSULTA POPULAR repercute en todo el territorio nacional e impacta
en una parte significativa de la población mexicana, en términos del artículo 6 de la Ley
Federal de Consulta Popular, al estar involucrados sus intereses e instituciones y dado
que los hechos que la originan revisten por sí mismos una importancia y gravedad tal, que
es preciso se sometan a este mecanismo de participación ciudadana, en atención a las
consideraciones que más adelante se precisan.
III. PROPÓSITO Y TRASCENDENCIA NACIONAL DE LA PETICIÓN DE CONSULTA
POPULAR

Desde una perspectiva global, el costo de la corrupción ronda los 2.6 billones de dólares,
lo que equivale al 5 por ciento del Producto Interno Bruto Mundial, de acuerdo con los
datos más recientes del Foro Económico Mundial, Además, según datos del Banco
Mundial, empresas e individuos pagan cada año más de mil millones de dólares en
sobornos.

En palabras del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, «la


corrupción está en la raíz de la disfuncionalidad política y de la desunión social». Es
además generadora de graves conflictos vinculados con el tráfico de drogas, armas,
personas, terrorismo y violencia.

En el caso de nuestro país, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo


Económicos (OCDE) ha revelado que el daño económico de la corrupción le cuesta a
México entre un 5 y un 10 por ciento del Producto Interno Bruto.

A nadie escapa que la corrupción y la impunidad constituyen las principales amenazas a


los principios y valores que dan sustento y estabilidad a nuestro sistema democrático.
Esas amenazas se profundizan aún más cuando quien atenta contra esos principios y
valores es un servidor público cuya principal obligación es cumplir con la Constitución y
con las leyes que de ella emanan.

De ahí que tanto las múltiples sospechas como las acusaciones formales que se han
presentado contra algunos expresidentes de la República por su presunta participación en
hechos de corrupción y en otras conductas constitutivas de delitos representen asuntos
de interés nacional que, por sí mismos, ameritan y justifican consultar a la ciudadanía, a
efecto de que, en ejercicio de su derecho, exprese su opinión al respecto.

Resulta imposible negar que el legado de violencia, desapariciones, impunidad, pobreza


y desigualdad extrema se explica, en gran medida, por la corrupción, la indolencia, el
abuso y las incontables omisiones de quienes ocuparon el máximo cargo de nuestra
República.

Peculado, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, violaciones graves a derechos


humanos, entre otros, forman parte del catálogo de actos ilícitos que crecieron
exponencialmente a lo largo de su mandato. A ello se suman casos como los de
Ayotzinapa, Tlatlaya, la Guardería ABC, el Fobaproa, la Casa Blanca, la masacre a los
jóvenes en Villas de Salvárcar en Chihuahua, los múltiples de delitos alrededor de la
llamada guerra contra el narcotráfico, la Estafa Maestra, el sinnúmero de desapariciones
forzadas y despojos o la entrega de las riquezas del país a intereses privados son solo
algunos de los actos que han afectado gravemente a las y los mexicanos.

Además, hay indicios de que incuantificables recursos destinados a los sectores más
vulnerables de la población no llegaron a estos, debido a conductas realizadas al margen
de la ley por funcionarios públicos que aprovecharon su cargo para acumular riquezas en
detrimento del pueblo.

Todos estos hechos evidencian la urgencia de hacer lo necesario para que los
expresidentes de nuestro país, con apego al marco constitucional, convencional y legal y
sin demérito del principio de presunción de inocencia, sean sujetos de investigación y, en
caso de ser hallados culpables, paguen por los delitos que hayan cometido en perjuicio
de nuestra Nación

Llevar a los exjefes de Estado y los miembros de su gabinete ante la justicia no es un


hecho inédito, sino una realidad cada vez más frecuente ante la incontrovertible evidencia
de actos de corrupción en los niveles más altos de los gobiernos; en los últimos tiempos,
diversos países de la región latinoamericana, tales como Argentina, Perú, Brasil, Ecuador
y Colombia han procesado a los expresidentes por delitos diversos y éstos han purgado
penas privativas de la libertad.

Uno de los motivos que le impidieron a México seguir el ejemplo de otras naciones fue el
enraizamiento de una cultura de corrupción y complicidad, que ha protegido durante
muchos años a los poderosos, pese la brutalidad y los devastadores efectos de sus actos.
Esta cultura contribuyó a generar un ambiente de desesperanza entre las y los
mexicanos, quienes llevan años exigiendo que se le ponga fin al velo de intocabilidad que
ha mantenido protegida a la antigua clase política mexicana. Hoy, según, el Barómetro
Global de la Corrupción: América Latina y el Caribe 2019, 9 de cada 10 personas en
México consideran que la corrupción es uno de los problemas más graves para el país.

En este contexto resulta fundamental restituir la confianza ciudadana y, con ese propósito,
contribuir a materializar el ejercicio de sus derechos para que expresen su punto de vista
sobre temas de trascendencia nacional incluyendo la investigación y el deslinde de
responsabilidades por la comisión de conductas antijurídicas que han dañado
profundamente a la sociedad. Ello, sin menoscabo de las garantías constitucionales y
procesales aplicables, y sin demérito alguno del ejercicio de las facultades y atribuciones
de las autoridades competentes.

A partir del arranque del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y la
consecuente inauguración de una nueva etapa de la vida pública, México ha dado señales
contundentes para caminar hacia esa dirección. Prueba de ello es que hoy existen
procesos judiciales que vinculan a diversos exfuncionarios que, en otro tiempo, hubieran
sido intocables. Un ejemplo claro es el proceso judicial que actualmente se lleva en contra
del exdirector de la empresa productiva del Estado más importante de las últimas décadas
o el del exsecretario de Seguridad Pública que hoy se encuentra recluido en una prisión
de Estados Unidos de América por sus vínculos con el narcotráfico mientras ejercía sus
funciones.

Sobre el caso que nos ocupa, el pasado 27 de agosto de 2020 el diario de circulación
nacional El Universal reveló que, de acuerdo con una encuesta realizada por dicha casa
editorial, nueve de cada 10 mexicanos quieren que se juzgue a los expresidentes. Al
preguntar si consideran que aquellos deben ser llevados a juicios por ilícitos cometidos
durante sus gobiernos, Enrique Peña Nieto se encuentra en primer lugar con 89.4%,
seguido por Carlos Salinas, con 88.5%, y en tercer sitio aparece Felipe Calderón, con
82.1%.
Con este panorama de fondo, y a la luz de una nueva serie de dispositivos
constitucionales, hoy más que nunca es necesario que las y los mexicanos constaten que
su participación no se agota en las urnas: los mecanismos de democracia directa que han
sido incorporados a la Constitución General de la República deben ser verdaderas vías de
incidencia en los asuntos que le dan forma y fondo a nuestro Estado.
Precisamente la reforma constitucional aprobada en 2019 en materia de revocación de
mandato y consulta popular definió a esta última como el mecanismo de participación que
sirve para que la ciudadanía ejerza el derecho constitucional para votar en torno a temas
de trascendencia nacional de manera que su voluntad, vinculante conforme dicte la ley,
pueda incidir en el debate y en las decisiones que adoptan los órganos representativos
del Estado.
En este sentido, es deber del Estado mexicano, a través de sus Poderes de la Unión,
sensibilizarse con esta exigencia ciudadana y, en el marco de las funciones que a cada
órgano le atañe, debemos atender al claro mandato popular del proceso electoral de
2018, consistente en el combate a la corrupción y a la impunidad, y actuar en
consecuencia. Por ello, es claro que la presente consulta nos atañe a todas y todos los
mexicanos, ya que tiene repercusión en todo el país y genera impacto en la mayor parte
de la población.

En la LXIV Legislatura del Senado de la República hemos trabajado sin descanso para
aprobar reformas constitucionales y legales en materia de combate a la corrupción,
cáncer que ha aquejado a nuestro país, elevando a rango constitucional delitos como el
enriquecimiento ilícito y el ejercicio abusivo de funciones que ameritan ahora prisión
preventiva oficiosa, dado el grave daño que provocan en los intereses de la población y
en la economía nacional.
La Cámara Alta no puede ni debe ser omisa ante actos que han afectado en grado sumo
la subsistencia de millones de mexicanos y la estabilidad de la economía del país. Por
ello, es necesario impulsar los mecanismos de participación que hemos incorporado a
nuestra Ley Fundamental.
La Cuarta Transformación ha demostrado que entre sus principales prioridades se
encuentra el combate a la corrupción y el crimen organizado. Una expresión de ese
compromiso ha sido la adopción de nuevos dispositivos legales que coadyuvan a su
extinción; sin embargo, la función del Poder Legislativo no se agota en la creación de
nuevas leyes y su mejora continua, también es parte de su marco competencial el activar
mecanismos como la consulta popular, cuya petición y aprobación le han sido conferidas
como atribuciones por la propia Constitución
En atención a lo anterior, la presente petición de consulta popular tiene como propósito
que las ciudadanas y los ciudadanos, en un auténtico ejercicio democrático, hagan uso
de su derecho constitucional al voto para expresar su opinión frente a este tema de
trascendencia nacional, para determinar si están de acuerdo en que se investigue y en su
caso, se juzgue a los expresidentes de los Estados Unidos Mexicanos, que sean resulten
responsables de algún acto u omisión contrario a las leyes mexicanas.

A través de esta vía podremos garantizar que la ciudadanía sea partícipe en la toma de
decisiones sobre un tema que atañe a todas y todos los mexicanos: la impartición de
justicia sin distingos, garantizando así un trato igualitario ante la ley sin prerrogativa
alguna.

Nuestra motivación principal es abonar a la legitimidad de la lucha contra la corrupción y


la impunidad; contribuir a impulsar la investigación de delitos y el esclarecimiento de los
hechos de corrupción cometidos en administraciones federales pasadas en contra de los
intereses de la nación; clarificar la exigencia ciudadana de una procuración de justicia
más eficaz, efectiva y siempre apegada a derecho, y propiciar un ejercicio de
participación ciudadana hasta ahora sin referente ni antecedente, que fortalezca el
Estado de derecho y renueve el espíritu de nuestro sistema democrático.

Respecto al ángulo relativo a su trascendencia nacional, tanto la corrupción como la


impunidad corresponden a dicho supuesto, toda vez que ambos fenómenos quebrantan el
orden constitucional y destruyen la credibilidad y la confianza de la sociedad en la política
y en el gobierno, lo cual repercute en la mayor parte del territorio nacional e impactan en
la totalidad de la población. También atentan de manera directa y sistemática contra el
Estado constitucional y democrático de derecho. En este sentido, el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos ha declarado a la corrupción como un obstáculo
para la vigencia de la democracia y la garantía de los derechos humanos, tanto los civiles
y políticos como los económicos, sociales, culturales y ambientales, así como una
amenaza que debilita la estabilidad política, la gobernabilidad y el orden constitucional, y
fomenta la impunidad, socava el Estado de derecho y exacerba la desigualdad.

Además, su trascendencia nacional descansa en que los sujetos a los que se refiere la
consulta popular fueron los máximos representantes del Poder Ejecutivo que, en términos
de los artículos 80 y 89 constitucional, representaron a la Nación Mexicana con facultades
que incidieron en todo el territorio nacional, como la preservación de la seguridad
nacional, la dirección de la política exterior y la ejecución de las leyes del Congreso de la
Unión; quedando su actuación limitada por la Constitución y las leyes mexicanas. Dichos
sujetos en los términos del artículo 128 constitucional, se comprometieron a guardar la
Constitución y las leyes que de ella emanen, lo que más allá de un acto protocolario, les
obliga a actuar plenamente en el marco del Estado de derecho.
Además, la consulta popular resulta trascendente, pues pretende someter al escrutinio
público la opinión sobre posibles hechos de responsabilidad jurídica de aquellos
individuos que fueron investidos de autoridad pública con respecto a sus gobernados,
quienes, en el marco de un sistema democrático representativo, delegaron en forma
condicionada el poder de gobernar. En ese espectro, dichos funcionarios tuvieron deberes
de gran relevancia nacional como el orientar las decisiones políticas en el mejor interés de
los gobernados al ejercer un cargo público, el deber de ejecutar o gestionar la decisión
política con la mayor diligencia y honradez, el deber de rendir cuentas del ejercicio del
poder del pueblo y el deber de asumir las consecuencias positivas y negativas del
ejercicio de su mandato.
Los argumentos anteriores colman los supuestos previstos en el artículo 6 de la Ley
Federal de Consulta Popular y demás disposiciones normativas aplicables.

Por otro lado, cabe precisar que el tema de la presente solicitud no corresponde a los
supuestos enunciados en el numeral 3º de la fracción VIII del artículo 35 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra dice:

(…)

3º No podrán ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos


reconocidos por esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, ni las garantías para su protección; los principios
consagrados en el artículo 40 de la misma; la permanencia o continuidad en el
cargo de los servidores públicos de elección popular; la materia electoral; el sistema
financiero, ingresos, gastos y el Presupuesto de Egresos mucho más de la
Federación; las obras de infraestructura en ejecución; la seguridad nacional y la
organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente.

Esta petición de consulta tiene el propósito cardinal de conocer la opinión ciudadana


respecto a la actuación de sus gobernantes, lo cual, de resultar procedente, encuentra
cabida en el régimen constitucional y legal vigente. En ese sentido, no se afectan los
derechos humanos de los posibles involucrados, dado que únicamente se busca legitimar
algo que constitucionalmente es de interés general. Incluso, con esta petición se busca
garantizar los derechos humanos previstos en el artículo 25 del Pacto Internacional de
los Derechos Civiles y Políticos y el artículo 23 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, orientados a garantizar la participación ciudadana en los asuntos
públicos, a través de los mecanismos correspondientes.

En este punto resulta pertinente señalar además que México es Estado Parte y promotor
activo de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y de otros
instrumentos mundiales como el Convenio para Combatir el Cohecho de Servidores
Públicos Extranjeros en materia de transacciones comerciales internacionales. De
conformidad con los compromisos adquiridos por nuestro país al ratificar estos Tratados,
el Estado mexicano está obligado a promover y fortalecer las medidas para prevenir y
combatir más eficaz y eficientemente la corrupción, lo que es propósito de esta petición.

Tomando en cuenta los compromisos anteriormente referidos, resulta pertinente y


oportuno señalar que el ejercicio de los derechos ciudadanos y la efectiva utilización de
mecanismos de democracia directa, entre los que la consulta popular juega un papel
fundamental, tienen como finalidad y eje rector el coadyuvar a garantizar la dignidad de
las personas y la vigencia de los valores y bienes jurídicos que dan sustento al Estado
constitucional y democrático de derecho.
La Constitución establece que el pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de
la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de
México, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente
establecidos por la Constitución Federal y las particulares de cada entidad federativa. En
este sentido, la toma de decisiones que llevan a cabo quienes ejercen un cargo de
elección popular, particularmente quienes integran las cámaras del Congreso de la Unión,
tiene un impacto en todos los sectores de nuestra sociedad.
El Constituyente Permanente, al reformar el artículo 35 Constitucional, estableció como
derecho de los ciudadanos participar en las consultas populares sobre temas de
trascendencia nacional. De acuerdo con las consideraciones de las comisiones
dictaminadoras que dieron origen a la reforma del 9 de agosto de 2012, era necesario
contar con un mecanismo en el ámbito federal que permitiera al conjunto de ciudadanos
de la República expresarse en torno al sentido que deben tener las decisiones relativas a
los asuntos de gran importancia nacional.
Al respecto, las comisiones dictaminadoras señalaron que:
“La introducción de mecanismos que supongan el involucramiento de los ciudadanos
en los procesos de decisión colectiva puede aumentar y fortalecer la participación
política de éstos y con ello contribuir a construir una ciudadanía más fuerte,
consciente y atenta a los problemas que la aquejan y corresponsable de la
soluciones colectivas que se adopten para enfrentarlos.
A través de la figura de la consulta popular se abre la posibilidad de que exista ese
pronunciamiento directo de los ciudadanos en relación con asuntos de gran
trascendencia nacional de manera que su voluntad, vinculante conforme determine la
ley, para el Congreso de la Unión en caso de reunirse determinados requisitos de
participación, deba ser asumida por el Poder Legislativo en el procesamiento de la
decisión que corresponda”.

En México, de manera particular, investigaciones asociadas a casos recientes de


presunta corrupción de altos funcionarios públicos, incluidos expresidentes de la
República, secretarios de estado, gobernadores y legisladores, han venido a demostrar
que las deficiencias de nuestro sistema de procuración de justicia y la ausencia de una
correcta aplicación de nuestra legislación procesal y sustantiva penal son factores que
contribuyen a los enormes índices de impunidad que alientan y estimulan la comisión de
prácticas corruptas.
Por lo anterior, estimamos que la magnitud, gravedad, trascendencia y efectos de los
delitos por hechos de corrupción tienen un impacto determinante en la institucionalidad y
en el desarrollo democrático del país, y por ello resulta necesario y procedente que el
pueblo de México tenga la oportunidad de ver concretadas las condiciones para el
ejercicio de su derecho a opinar sobre hechos y conductas que permanecen impunes y
que han causado un gran daño a la sociedad.
Por lo anteriormente expuesto, consideramos que nuestra solicitud es legal y sobre todo
legítima, cumpliendo así nuestra responsabilidad con el pueblo de México de
representarlos y escuchar sus demandas para buscar soluciones que fortalezcan nuestro
sistema democrático, con el objetivo de conformar una sociedad que confíe cada vez más
en sus instituciones para así fortalecerlas.

IV. PREGUNTA DE LA CONSULTA POPULAR

En cumplimiento a la fracción III del artículo 21 de la Ley Federal de Consulta Popular,


proponemos la siguiente pregunta:
PROPUESTAS:
1. ¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a
las leyes y procedimientos aplicables, investiguen la presunta comisión de
delitos por parte de las y los servidores públicos que formaron parte del
Gobierno Federal en sexenios anteriores? (PROPUESTA)

2. ¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a


las leyes y procedimientos aplicables, investiguen la presunta comisión de
delitos por parte de las y los servidores públicos que formaron parte del
Gobierno Federal en sexenios anteriores, incluyendo a los extitulares de la
Presidencia de la República? (PROPUESTA)

3. ¿Estás de acuerdo o no con que se revisen y auditen las administraciones


pasadas de la Presidencia de la República, a efecto de deslindar
responsabilidades penales y administrativas? (PROPUESTA)

4. ¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes investiguen a


los expresidentes de los Estados Unidos Mexicanos para determinar si
cometieron algún delito durante el ejercicio de sus funciones? (PROPUESTA)

5. ¿Estás de acuerdo con que el Estado investigue los posibles hechos


constitutivos de delito cometidos por los expresidentes de México en el
ejercicio de sus funciones? (SEN. OVIDIO PERALTA SUÁREZ)

6. ¿Estás de acuerdo o no con que las autoridades competentes realicen una


investigación sobre probables hechos de corrupción, violaciones graves a
los derechos humanos y otros actos constitutivos de delitos presuntamente
cometidos por los expresidentes de México? (SEN. SALOMÓN JARA)

7. ¿Está usted de acuerdo con que las autoridades correspondientes realicen


una investigación relativa a las administraciones pasadas en la Presidencia
de la República y que conforme a los resultados se inicie un procedimiento
judicial bajo los principios del debido proceso en contra de los
expresidentes de México? (SEN. ALEJANDRO PEÑA VILLA)

8. ¿Estás de acuerdo con que el Estado investigue posibles hechos


constitutivos de delito cometidos por los últimos expresidentes de México en
el ejercicio de sus funciones, a fin de incentivar y procurar, de ser necesario,
una correcta impartición de justicia sin excepción alguna y trato igualitario
ante la Ley? (SEN. LUCÍA TRASVIÑA WALDENRATH)

9. ¿Estás de acuerdo con que se investigue a fondo sobre posibles hechos


constitutivos de delito cometidos por los expresidentes de México en el
ejercicio de sus funciones y, en caso de encontrarse elementos, se inicie un
procedimiento jurisdiccional tanto en tribunales nacionales como
internacionales, según sea el caso? (SEN. MINERVA CITLALLI HERNÁNDEZ
MORA)
10. ¿Estás de acuerdo en que se revisen y auditen las administraciones pasadas
en la Presidencia de la República, a efecto de deslindar responsabilidades
penales y administrativas? (SEN. ANTARES VÁZQUEZ)

11. ¿Consideras necesario que el Estado investigue y, en su caso, sancione los


hechos constitutivos de delito que descubra, cometidos por los
expresidentes de los Estados Unidos Mexicanos en el ejercicio de sus
funciones? (SEN. CASIMIRO MÉNDEZ)
Por lo antes expuesto y debidamente fundado, solicitamos a usted:
PRIMERO. Tener por presentados en tiempo y forma el presente escrito, así como por
acreditado nuestro interés y personalidad jurídica, en términos de lo previsto por los
artículos 12, 21 y demás relativos de la Ley Federal de Consulta Popular
SEGUNDO. Tener por señalado el domicilio que se indicó para los fines que fueron
precisados, en términos del artículo 23 de la Ley de mérito.
TERCERO. Tener por designado al representante común que fue referido, en términos de
lo dispuesto por el artículo 22 de la Ley Federal de Consulta Popular.
CUARTO. Dar cuenta de la presente petición de consulta popular y turnarla a la Comisión
de Gobernación y, en su caso, a las comisiones que correspondan, según la materia de la
petición, para su análisis, dictamen y cumplimiento de las etapas procesales
correspondientes, con fundamento en lo dispuesto por la fracción I del artículo 27 de la
Ley Federal de Consulta Popular. y demás disposiciones aplicables.

Senado de la República, ___ de septiembre de 2020

A efecto de dar cumplimiento a lo que dispone el primer párrafo del artículo 22 de la Ley
Federal de Consulta Popular, se agrega Anexo que contiene el nombre completo y firma
de las Senadoras y Senadores que suscribimos el presente escrito.

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