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LUIS GUILLERMO LUMBRERAS LA ARQU EOLOGIA ediciones LIMA - PERU INTRODUCCION La arqueologia es una disciplina que se ocupa de estudiar los restos de pueblos sobre los cuales generalmente no existe més informacién que las tumbas de los muertos, las casas abandonadas y en ruinas, los misteriosos caminos perdidos... la Arqueologia es una disciplina que se ocupa de estudiar la vida sin més informaci6n que la que proporcionan los muertos. Estas caracteristicas hacen que la Arqueologia tenga una imagen miste- riosa y, ademés, provocan la equivoca impresién de que los arquedlogos pueden resolver los misterios del pasado sobre todo a base de una rica imaginacién. Gracias a esta imagen, el arquedlogo se convierte en algo asi como un mago que hace hablar a los muertos... lo que é! quiere y cree. Pero esto no es Arqueologia, ni tan siquiera arte, aun cuando algunos escriben con estilo que denota talento literario. La Arqueologia, desde sus origenes en el siglo pasado se fue organizan- do como una disciplina cientifica y su avance ha ido acomodéndose al de fa Ciencia. En el siglo pasado surgieron al menos dos grandes tenden- cias en la Arqueolog/a, una procedente de las Ciencias Naturales y otra de la Historia del Arte; ambas, tendencias definidas en siglos anteriores al XIX, La tendencia que procedia de las ciencias naturales se dedicé funda- mentalmente al estudio del llamado “hombre prehistérico” y en el fondo su objetivo era el de consolidar /a teorta cientifica del origen natural del hombre. Utilizando fos escasos recursos de los qwe disponia la ciencia W entonces, los prehistoriadores excavaron las cavernas de fos hombres primitivos que habsan habitado el viejo mundo, Lograron demostrar que Europa habia sido previamente ocupada par “Salvajes” y que en consecuencia fos europeos no siempre fueron los poderosos y préspe- ros dominadores del mundo, De otro lado, pusieron en duda el mito de la creacién transmitido por la Biblia, proponiendo Ia tesis de que el hom- bre no tuvo siempre ni la “mente ni la forma que le conocemos ahora. Por supuesto que aquella disciplina fue duramente combatida; y lo fue también en este siglo en palses ultra conservadores como Estados Unidos, en donde en pleno Siglo XX un maestro ensefié en la escuela la teorta del origen natural del hombre y por esta causa fue tomado preso y sometido a juicio ante fos tribunales, : Como sucede en estos casos, /a ciencia tuvo mil respuestas esotéri- cas, las que fueron largamente difundidas mediante libros, textos esco- Jares, etc. Un obispo inglés, sumando (os afios de vida de los persona- jes biblicds Negé a sostener, la idea que el hombre, o sea Adin, habia aparecido en el Parafso Terrenal iun dia de octubre del afio 4004 a. C! EI buen sefior no imaginaba siquiera que en ese tiempo ya toda la Tierra estaba poblada y que estaban incluso origindndose las grandes civilizacio- nes orientales. Al lado de la Arqueologla prehistérica se desarrollé una Arqueologia basada en el estudio del arte; la fusibn de ambas tendencias dio origen a Ja Arqueologia actual. Dicha tendencia era mas especulativa, pese a que frecuentemente tenia una mayor cantidad de materiales y pese también @ que se dedicaba al estudio de periodos mas recientes. Los arquedlogos de esta tendentia estudiaban e/ préximo Oriente, el mundo Clasico (Ro- ma, Grecia) y las llamadas edades del Bronce y del Hierro de la Europa antigua. Una de las causas por las que la tendencia especulativa era mayor puede estar en el hecho de que este tipo de arquedlogos manejaba_ mucha informaci6n legendaria oral y escrita sobre la antigdedad. Se conocie por tradici6n a los dioses, a los héroes, los nombres de antiguas ciudades, muchas de ellas desaparecidas y otras jamés construidas . . . los arqued- logos trataban pues de congeniar sus descubrimientos con las leyen- das. Era ése un tiempo en donde todavia era mas importante /o que hu- biera dicho un “sabio”’ que los hechos mismos. Naturalmente, en torno a ello crecieron “sabios” que sin necesidad de demostrar nada escribieron muchas histories sobre los pueblos antiguas, Nenando con imaginacién muy creadora todo lo que no aparecia en los “ibros antiguos”. 12 Pero todo eso pertenece @ una etapa superada; aquella época en que fa burguesia progresista favorecia a la Ciencia para demostrar la existencia real del “progreso”, ha pasado. Ha pasado también aquella época en que 1a vieja aristocracia de origen feudal se dedicaba a la especulacién de la historia antigua. La Arqueologia en e! Siglo XX, péro sobre todo a partir de la década del 30 y en el periodo de los 50 y 60, ha adquirido un cardcter cada vez ‘més riguroso, en donde la especulacién es cada vez menos posible. La Arqueologia cientitica de nuevo tipo se inicia con la obra del ar- queélogo Gordon Childe, quien dice de ella que “proporciona una especie de historia de ta actividad humana, siempre y cuando las acciones hayan producido resultados cancretos y hayan dejado huellas materiales recono- cibles”, las cuales deberén ser estudiades mediante procedimientos de ri- gor cientifico. : Como se sabe, la ciencia tiene por objeto estudiar la naturaleza con el objeto de comprender su funcionamiento, sus leyes, su existencia. Su ob- jetivo es el formulary confirmar las leyes que permiten comprender y ex- plicar los fenémenos naturales; es decir que trata de descubrir y describir e! qué, el cudndo, el dénde, el cémo y el porqué de las cosas. Es sabido también que a partir del uso de las leyes y teorfas cientificas se puede obtener explicaciones de las cosas y hacer predicciones. Cuando se de- muestra cientificamente que un tal fenémeno ocurre, cuando se dan ta- les y cuales condiciones, significa que cada vez que se repitan esas mis- mas condiciones el fendmeno volverd a ocurrir; es decir, se predice lo que ocurriré en el futuro, de darse tales y cuales condiciones. Esto no /o dis- cute nadie que trabaje en ciencia, sea cual sea su campo de accién, Ia fisi- ca 0 la genética o cualquier otra disciplina. De modo que cuando decimos que existe una Arqueologia cientifica estamos diciendo que a través de los métodos de /a ciencia, aplicados al estudio de los restos dejados por el hombre, se procura encontrar las le- yes que permiten comprender y explicar el fenédmeno social como parte de fos fenémenos naturales, lo que quiere decir que se trata de descubrir qué es el ser social, cud! es su tiempo, dénde se desarrolian sus acciones, cémo funciona la sociedad y porqué. Si Ja sociedad, si el hombre, es parte de la naturaleza y puede ser ex- plicado cient/ficamente y en consecuencia el futuro es previsible, enton- ces los pueblos deberén actuar de acuerdo con las pautas que seflale /a explicaci6n cientifica de la historia. 13 Como ha ocurrido en todos los campos We la ciencia, una de las carac- teristicas de! desarrollo de la Arqueologia ha sido y es la pugna entre dos maneras distintas de abordar el problema del conocimiento: La investi- gaci6n cientifica y el razonamiento especulativo, La diferencia que existe entre ambas es muy grande, sin embargo se tiende a confundirlas por parte de quienes tratan de explicar la natura leza human mediante el razonamiento especulativo; esta confusién se ve favorecida por el hecho de que dicho razonamiento es un remedo de fa ciencia y tiene una serie de propiedades parecidas a las de a investiga- cién cientitica pero que por cierto no resisten a la critica, En Arquelo- gia, con el falso misterio con que se rodea a su objeto de estudio, es adn més facil que en otras disciplinas el proceder de esta manera, Las diferencias més importantes se pueden establecer en cuatro aspec- tos: 1. LA INVESTIGACION CIENTIFICA SIEMPRE TIENE QUE VER CON OBJETOS CONCRETOS O ESPECIFICOS, de modo que e! objeto es ef punto de partida metodolégico, En la investigacién cientitica no se puede confundir los hechos verificados empfricamente con los unica mente supuestos y atin no comprobados. En cambio, los rezonamientos especulativos no tratan con objetos concretos, realmente existentes, ni se fundamentan en hechos exactamente establecidos. Mientras que el pro- pésito de la investigacién cientifica es separar ef objeto concreto o especi- fico, conocer sus caracterfsticas, estructura, relaciones, dependencia, in- teracciones, etc., para expresar todo esto en forma de descripciones pre- cisas de hechos, hipdtesis, leyes o teorfas, en cambio, la otra forma se ba- Sa exclusivamente en fa organizacién metaffsica de las cosas, donde desde antes de conocer el objeto se postula aquello que es necesario demostrar 0 fundamentar, de manera que los problemas se resuelven a base de argu- mentaciones légicas que no tienen necesariamente asidero en la realidad verificable. 2, LA CIENCIA PROCEDE POR MEDIO DE TAREAS DE INVES- TIGACION BIEN DIFERENCIADAS: LAS EMPIRICAS Y LAS TEO- RICAS, que se manejan de diferente manera en la construccién de las teorias, las hipotesis y la formulacién de las leyes, aunque ambas estén intimamente ligadas. En cambio, el razonamiento especulativo procede con ambas tareas cognoscitivas como si fuesen la misma cosa, poniendo el peso de su preocupacién scbre el trabajo tebrico, negandole validez af trabajo empirico. Esta situacién conduce a /a interpretacién arbitraria de los hechos. . 14 3. EN LA INVESTIGACION CIENTIFICA SE ESTABLECE UNA CLARA DIFERENCIA ENTRE LOS CONOCIMIENTOS FIRMEMENTE ESTABLECIDOS Y LOS HIPOTETICOS. La otra forma de conocimien- to ni siquiera parte de diferenciar las tesis conocidas y las hipdtesis, por que ambas coexisten dentro de su concepcién. 4, EL OBJETIVO PRINCIPAL DE LA INVESTIGACION CIENTI- FICA ES LA CONSTRUCCION DE LA EXPLICACION CIENTIFICA DE LOS HECHOS Y PROCESOS ESTUDIADOS Y LA ELABORA- CION DE SISTEMAS LOGICOS QUE PERMITEN HACER PREDIC- CIONES, las que a su vez siempre se relacionan con una esfera concre- ta de objetos, En cambio, en los esquemas que surgen de! razonamiento especulativo no se puede establecer diferencias entre explicaci6n real y fantasia, entre prediccion y acto de fe. Estas dos maneras de abordar el conocimiento de las cosas son en realidad dos etapas en la historia de la ciencia que cuando coexisten: la investigacién cientitica asume el rol progresista mientras que el razona- miento especulativo se convierte en posicién retrégrada y reaccioneria. La pugna entre ambas tendencias asume, ademés, un papel dentro del proceso social, La ciencia se convierte en instrumento de lucha de las nuevas fuerzas sociales, mientras que la especulacién es el instrumento de fos conservadores y reaccionarias. La Arqueologla es la parte de las ciencias sociales més proxima a las ciencias naturales y ahora-recurre progresivamente en més y mayor me- dida a la investigacién mediante procedimientos tan aparentemente ale- jados de ella como la Fisica nuclear, la edafologia o la quimica. Pero to- do esto s6lo sirve para afianzar més /a disciplina dentro de las ciencias Sociales que operan, como toda /a ciencia ahora, dentro de un terreno interdisciplinario cada vez mas integrado, La Arqueologia como ciencia Social se preocupa de estudiar sisteméticamente a /as sociedades cuyos restos materiales nos permiten reconstruir determinados aspectos de su vida. Para ello, ha desarroliado 0 més bien esté desarroliando el cuerpo metodolégico que le permita hacer dicha recnstruccién de acuerdo con Jas exigencias de Ja ciencia y las necesidades de nuestro tiempo. Para lle- gar a esto necesita superar una serie de deficiencias que son producto de su incipiente desarrollo; entre ellas, una corriente empirista que ha sido difundida principatmente por los norteamericanos y que es el otro extre- mo de Ia tendencia racionalista légice. Los empiristas piensan y proce- den como si la tarea de la ciencia fuera unica y exclusivemente la de identificar los objetos y describirlos. Los empiricos reducen la Arqueo- fogia a una disciplina mecdnica y descriptiva que se concreta a la presen- 15 tacién de los objetos arqueolégicos tales como la cerémica, sin ninguna preocupacion tebrica, De esta manera la Arqueologia queda reducida a un nivel bastante elemental en el proceso cientifico. Los principales temas de la Arqueologia tocan con problemas que son de preocupacién muy propia de nuestra época: el cardcter y las formas del cambio social dentro del proceso histérico; la relacién entre el hombre y la naturaleza; las leyes generales de la revolucién; las causas y carécter de las relaciones entre la ciudad y el campo; etc. Si bien para resolver estos problemas se requiere de muchas y muy largas descripciones de ob- jetos asf como de indices y cuadros de interaccién y recurrencia, éstos son s6lo Jos medios para lograr veriticar esquemas, hipotesis, etc., tendientes a formular las explicaciones cientificas esperadas. Los empiristas y los racionalistas especulativos son pues dos extremos dentro de los cuales se ubica la Arqueologia como ciencia, con la diferen- cia de que mientras que ef trabajo de los primeros puede ser usado por los cientiticos, el de los Gltimos es totalmente inutil y ademas negativo y pe- ligroso. El razonamiento especulativo como el que usaron en siglas anteriores los metafisicos para explicar el origen del hombre americano u otros pro- blemas parecidos, ain sigue usdndose y difundiendose peligrosamente en forma sensacionalista, especialmente en los érganos de informacién masiva, creando una imagen distorsionada de la Arqueologya y buscando deformar a realidad con objetivos francamente reaccionarios. Hay varias formas como se expresa el razonamiento especulativo en Arqueologia, desde aquelias que con visos de ciencia pretenden sustentar teorfas ya desechadas como la del “difusionismo”, hasta aquellas que ho- nestamente se declaran “Cienciaficcién”, eso, sin tener en cuenta a falsa- rios de varios tipos que pretenden e inventan “descubrimientos” sensa- cionales que “obligarén a cambiar las teorias cientificas”. Todo esto, to- dos ellos sélo cumplen,una funcién: crear una gran confusién en el'seno de Jas amplias masas populares no s6lo acerca de la Arqueologia y su caracter cientifico, sino sobre todo acerca de Ia historia social y de las posibilidades que tiene el pueblo de organizar cientfficamente su futuro. Claro que esta meta-arqueologia, esta arqueologia especulativa es a la vez muy sugerente, muy atractiva,; tanto como son sugerentes y atractivos Jos cuentos terrorificos, los fantasmas o las novelas de Agatha Christie. Pero, mientras que esos son cuentos y los sabemos tales, los que usan materiales arqueolégicos para especular con ellos se presentan como “ciencia” y confunden nocivamente. 16 Uno de los temas favoritos de estas corrientes es el que trata de demos- trar que los “indios” de la antigua América fueron incapaces de crear los restos arqueolégicos que hoy les adjudicamos. Sino fueron ellos y aqui estén los restos, estos monumentos debieron ser hechos por otros, venidos de otras partes; estos “venidos de otras partes” cambian en la cabeza de sus “descubridores” a Jo largo del tiempo: 1. Primero eran personajes biblicos, perdidos en ef océano, como las famosas “Tribus de Israel”; 2. Luego, en la época de apogeo de las leyendas griegas, fueron los po- bladores de un continente sumergido en las aguas, la “Atléntida”; 3. Luego, fueron a los egipcios, o los mesopotdmicos que se “‘difundie- ron”; . 4. Luego los chinos. .. y finalmente los japoneses. Sin mencionar los que hablan de fenicios y negros, pigmeos, Santo Tomds y otras gentes que vinieron aqui a hager lo que ahora admiramos y que “‘naturalmente” los indios del Pert: o México fueron incapaces de hacer por su cuenta. 5. Y, ahora, llegaron de otros planetas. Todo esto, todas ellos y sus trabajos son claro ejemplo de lo que aqui hemos definido como razonamiento especulativo; por supuesto con distintos niveles de calidad literaria y de calidad imaginativa, que van desde burdos bosquejos lucubrativos hasta bien elaboradas teorfas que hubieran merecido un lugar destacado en las bibliotecas del mundo pre- cientifico medieval.

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