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La naturaleza de la experiencia Volumen | Sensaciones Maite Ezcurdia — y Olbeth Hansberg (compiladoras) BoUaeode he Coee ie Mee pce s cake Reus teiens sos.) eerie econ Ls ea ede Le gees eS ere gL LS we mayor obstaculo para dar una explicocion satisfactoria de eM agli Maren ae Ease Meee Lae sel a) seks Elie eee Eee Ree ines iso fenoménice, que sé resista o ser explicado, y que hace patente ae MMs AS es Reta) aspecto de los sensaciones? gLograremos alguna vez dar cet ales Pere rel lete ng Ee ae P eal see lenges See} ea te tee ELE ne MIE Rec lel= [n Los arficules da este volumen exploran diferentes maneras de feel eRe Me eee eRe Mie Me eet Mee Beis allel Tae emits solos e Mune ks eel Rores seco eile) problemas que los qualia presentan a los teorias fisicalstas. ele EM ie MR eRe one) Pee eee Mca Melee Mele eRe louse lems ed eee jolie om Cie Messe Wene ie Ko M ole coll imc ilse eg) en tomo a las sensaciones y su caracter fenoménico; los demas PesMuels Meteor Ms Menus eee “MUR e Re ote) [eeiete ects Mes M@cesien emai ele les etme nites Jackson (Quatia epifenomeénicos” y “Lo que Maria no sabia"). Pico Rue Ee ee eo ed Bene ademas, arficulos de Dennett, Block y Fodor. McGinn. Lewis y Shoemaker. Maite Ezcurdla es investigadora del Institute de Investigaciones Filosdficas de la Universidad Nacional Autonoma de México, Realizd sus estudios de doc- torado en la Universidad de Londres, y ha publicado diversos articulos en in- gi#s y en espafol, principalmente, en (etMesiecrs time Milter teL es Mmsrcim cura} rel ae filets Me SM MnCl CLL para dos antologias: Orayen: de a for ma légica al significada y (con Robert Sree e Mei re cate and World, La doctora an filosofia Olbath Hansberg es investigadora del Instituto de Inves- Nee neler es ia clits) fa Facultad de Filosofia y Letras de la UNAM, Ha publicade articulos sobre Tee MEER Minas les MMi) Die i coe ct Mee se eE eee eet) emociones. Es autora del libra La diver eee eM come Mea) a compiladora, junto con Mark Platts, de eeeneueae le eM a ian MW oa ines 2002). Desde 2000 es Coordinadora de TOs etre sce -a Boi ta LA NATURALEZA DE LA EXPERIENCIA VoLuMEN I: SENSACIONES INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS Directora: DRA. Pauterte DIETERLEN Secretario Académico: Dr. Ricarno Sates Colecciin: Frosorta ConTEMPORANEA Serie: ANTOLOGIAS LA NATURALEZA DE LA EXPERTENCIA VOLUMEN I: SENSACIONES Compilacién, introduccién y revisin técnica de las traducciones MAIvE EZcurDia y OLBETH HANSBERG UNIVERSIDAD NACIONAL / UTONOMA DE MEXICO, MEXICO 2003, Agradecemos a los proyectos CONACYT 3128P-H “Conciencia y esta- 8-H “Los limites de Ja concienck: dos mentales’ el apoyo financiero pe Asimismo, agradecemos cusiones sobre el tema se Hevé a cabo esta seleccion. rticipantes cn dichos proyectos las dis- aciones y qualia, a partir de las cuales DR © 2003, Universidad Nacional Auténoma de México INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS Circuito Mtro. Mario de la Cueva s/n. Ciudad Universitaria, a 04510, Mé DF. pagina web: htp://www-filosoticas.mam.mx Impreso y hecho en México ISBN 970- INTRODUCCION SENSACIONES, CONCIENCIA, FENOMENICA Y LOS LIMITES DE LA EXPLICACION, Marve Ezcurbia ¥Y OLBETH HANSBERG Cuando nos enfrentamos a un fenémeno, sea cual fuere, inten- tamos entenderlo y entender su lugar frente a los demas fend- menos, especialmente aquellos que ya comprendemos. Tal es el caso de los fenémenos fisicos (por ejemplo, la erosién de las orillas de un rio, la solubilidad de Ia sal, el funcionamiento del cerebro humano), asi como de los fenémenos mentales. En- tre estos tiltimos, buscamos explicaciones de estados mentales como creencias, deseos, emociones y de lo que podemos llamar “experiencia”. “Experiencia” es un término que se usa para denovar varios tipos de estados, sucesos © capacidades. A veces decimos que alguien tiene experiencia en arreglar autos, 0 que tiene gran experiencia en politica, En estos casas estamos denotando capa- cidades 0 un conocimiento practico que un sujeto ha adquiride. Fn otras ocasiones, se puede usar el término para denotar algo que le pasé a uno, como cuando decimos que un suceso consti- tuy6 una experiencia inolvidable. Ninguna de esas acepciones nos interesa aqui, Nuestro interés cn la experiencia reside en aquellas acepciones que denotan sucesos 0 estados mentales. Se incluyen aqui los diversos estados perceptuales como ver la Jones como dolores, ardores y cos- silla, ofr uma vor, y las sensa quilleos, entre otros 6 MATTE EZCURDIA Y OLBETH HANSBERG, Al buscar explicaciones de la naturaleza de Ja experiencia tra- tamos de dar cuenta de los rasgos distintivos de la experiencia y de sus relaciones con otros estados 0 sucesos fisicos y mentales. Intentamos encontrar respuestas a preguntas como ¢qué distin- gue a una experiencia perceptual de otros estados mentales, como creencias, deseos, y estados de 4nimo (por mencionar al- gunos)?, équé hace que esa experiencia constituya la percepcion de un estado de cosas en el mundo? y équé relaci6n existe entre una experiencia perceptual y otros estados mentales y acciones? Las experiencias perceptuales, por ejemplo, tipicamente ge- neran creencias en los sujetos acerca de sus entornos, las cuales, cuando son veridicas, sirven para guiar sus acciones en esos entornos. Las experiencias perceptuales ademés de poder ser veridicas 0 correctas, exhiben otras caracteristicas de las que carecen otros estados mentales. En particular, las experiencias yisuales se distinguen de otros estados mentales, incluyendo otros tipos de experiencia, por las sensaciones que las acom- pafian, por sensaciones de colores que les son constitutivas. Asf pues, si queremos entender qué es una experiencia visual nece- sitames caracterizaciones y explicaciones de sus relaciones con otros estados mentales, de cémo y en qué sentido puede ser veridica 0 correcta, y de qué la distingue La meta principal de esta coleccién sobre la naturaleza de la experiencia es ofrecer al lector dos conjuntos de articulos con- tempordneos (casi todos traducidos por primera vez al espaiiol) que han tenido gran influencia en la discusién actual sobre los problemas de la experiencia perceptual. En el segundo vohr men, nos abocaremos a la investigacién de lo que hace que una percepcion sea veridica o correcta (y qué que no lo sea) y de las relaciones (causales y justificatorias) que tiene con otros es- tados mentales. En este primer volumen nos ocupamos de uno de los problemas mas dificiles con los que se ha enfrentado la filosofia, y que surge de algo que al parecer permea toda la ex- periencia, a saber, las sensaciones.! El problema surge a partir de una caracteristica que comparten todas las sensaciones y que 1 Decimos “al parecer" porque el caso de visién ciega podefa considerarse como un caso en el que hay cierto tipo de percepcién sin sensaciones: un sujeto reporta no poder ver en un area de su campo visual y, no obstante, parece procesar informacién visual de esa drea. Dejamos para el segundo volumen la INTRODUCCION 7 se ha denominado “la conciencia fenoménica”, “qualia”, “el as- pecto subjetivo de la experiencia”, “el contenido cualitativo “el contenido fenoménico” de la experiencia, entre otros. Ejemplos de sensaciones son las sensaciones de los colores los dolores, los ardores, cosquilleos u hormigueos en la piel. Algunas de las sensaciones constituyen ellas mismas percepcio- nes. Esto sucede, por ejemplo, cuando al ver la pared frente a mf experimento la sensacion de blanco. La sensacién que en este caso experimento constituye mi percepcién de la pared blanca? Pero a primera vista no todas las sensaciones son percepciones. E] cosquilleo u hormigueo que siento sobre la piel no parece serlo, ni tampoco el dolor de cabeza. Lo que todas las sensa- ciones comparten (sean 0 no percepciones) es el hecho de que cada una tiene cierta fenomenologfa o quale, La conciencia fe- noménica (el quale) asociada con un dolor es la manera como se experimenia.o se siente dicho dolor. Fl dolor que siento cuando se me ha roto el apéndice es distinto del dolor que siento después de un golpe en la regién del apéndice. La diferencia reside en cémo experimento o siento dicho dolor, la diferencia est4 en su fenomenologia o en los distintos gualia asociados. De la misma manera, mi sensacién de un tono de rojo, digamos, el rojo 13, difiere de mi sensacidn de otro tono, el rojo 14, no sdlo por los tongs mismos, sino por la manera en que experimento dichos tonos, por su fenomenologia. En esta introduccion explicamos la seleccién de articulos en. este yolumen y el orden de su presentacién, lo cual esperamos pregunta de si iodas las percepciones es esin constituidas por ellas. 2 Fs importante distinguir fa conciencia fenoménica de otras nociones de conciencia, en particular, de Ia nociém que acompatia a frases como “soy cons: ciente de mis creencias”, Ia cual ha llegado a caracterizarse como conciencia de segundo orden (véase Rosenthal 1985). Dos excelentes articulos que presentan caracterizaciones de diferentes nociones de conciencia y que ademas presen- an explicaciones de cémo éstas interactiian con la conciencia fenoménica son Block 1995 y Burge 1997. Una excelente coleccién en inglés sobre diferentes lemas y problemas que presenta la conciencia es Block, Flanagan y Giveldere 1997. En lo que sigue al hablar de conciencia nos estaremes refiriendo ala conciencia fenoménica, a menos que se sefiale lo contratio. 3 Dejaremos para el segundo volumen la discusién sobre las condiciones necesarias y suficientes para que una sensacion constiluya una percepcién. n acompafiadas par sensaciones 0 RDIA Y OLBETH HANSBERG sirva como guia para su lectura y discusién, y para presentar nuestra propia visidn sobre el estado actual del debate. 1. Subjetividad y los limites explicativos De manera general y no exhaustiva, podemos agrupar las expli- caciones en dos grandes clases: las explicaciones causales y las explicaciones constitulivas 0 composicionales. Las explicaciones causales nos permiten entender c6mo se generé un fenémeno a partir de otro(s), mientras que las explicaciones constitutivas se centran en la pregunta sobre cudles clementos constituyen un fendémeno. Estas explicaciones no tienen por qué ser exclu- entes. Por ejemplo, al ofrecer una explicacién de cémo se ob- tiene agua dulce a partir de la inmersién de un cubo de aaticar en agua pura, se ofrece una explicacion causal que puede apelar a componentes del azticar, esto es, a su composicién quimica, y ala composicion quimica del agua para explicar la solubilidad del azticar en el agua. Asf, dos explicaciones composicionales © constitutivas pueden servir para cxplicar causalmente como se obtuvo agua dulce. Alintentar comprender la conciencia fenoménica 0 el aspec- to cualitativo de las sensaciones, tendremos que ofrecer expli- caciones que sean causales y constitutivas. Las explicaciones causales nos diran cémo las sensaciones surgen a partir de cier- tos sucesos fisicos o mentales y cudles son sus conexiones con otros sucesos. Sin embargo, si estas explicaciones han de ser ilu- minadoras nos deberan decir no sélo qué causa qué sino cémo lo hace. Para ello, como en el caso del aziicar disuelta en el agua, sera necesario ofrecer explicaciones constitutivas de un estado de experiencia —del estado en el que estoy al experimen- tar una sensacién-, las cuales nos permitan decir cémo ciertos mecanismos 0 elementos subyacentes fueron responsables de que cierto suceso fisico o mental causara determinada sensa- cién de dolor, y cémo éste a su vez fue causalmente responsable de otros sucesos y comportamientos. La pregunta es si existe la esperanza de lograr una explicacidn constitutiva completa de las sensaciones que nos permita acceder a estos mecanismos y que ilumine la naturaleza de Ia experiencia. INTRODUCCION 9 Nagel (“¢Cémo es ser un murciélago?”), McGinn (*¢Podemoas resolver el problema memte-cuerpo?”) y Jackson (“Qualia epife- noménicos” y “Lo que Marfa no sabia”) son todos (aunque en diferente medida) pesimistas al respecto. El problema reside esencialmente en que, al ofrecer explicaciones, lo hacemos des- de un marco conceptual que es en cicrto sentido objetivo, esto es, que no requiere una perspectiva o punto de vista particular sabre el objeto de estudio;* pero las sensaciones, y, en parti- cular, su aspecto fenoménico es necesariamente subjetive, esto es, requiere necesariamente un tipo de perspectiva o punto de vista. Consideremos primero la posicién y argumentacién de Nagel? Un relampago puede conocerse de diversas maneras: unas son perceptuales y otras son meramente conceptuales. Puedo llegar a saber qué cosa es un reldmpago al verlo caer, pero al- guicn que carezca de nuestro sistema perceptual puede también conocer nuestro concepto reldmpago al saber que es una descar- ga eléctrica de cierto tipo.® Lo mismo sucede con el agua y el avticar. Nuestros usos de los conceptos de agua y azticar llevan +E] sentido de “objetivo” que nos interesa no es de lo que puede darse sin un punro de visra, sinp sélo de aquello que puede darse inclependientemente dc un tigo de punto de vista particular, esto ¢s, de aquello que puede darse desde varios tipos de puntos de vista. 3 E} articulo de Nagel (publicade originaimente en 1974) inicié la dis- casin contemporsnes acerca de la conciencia fenoménica o qualia, de las cualidades fenoménicas de ciertos estados mentales, Pero el problema cierta- mente surge mucho antes en la historia de Ia filosofia. Fl problema se puede trazar hasta Sexto Empicieo (Esbozos pirrénicas), quien afirind contya el ator mo de Epicuro que es imposible explicar cémo de un cdimulo de atomos puede surgir el placer. Leibniz (1765, véase el prefacio) también se pregunté como podian las sensaciones y el pensamiento surgir a partir de algo meramente mecdnico. Como es bien sabido, Descartes (1637), también se enfrenté al pro- blema € intents resolverio de manera no satisfactoria apelando a la gl4ndula pineal como vinculo entre lo mental y lo Fisica. ® Somos neutrales sobre la cuestién de si los conceptos se indivichian s6lo por sus extensiones 0 por ellas y por la practica asociada © sus usos. Para los fines de esta discusién, no mucho depende de esto. Si uno piensa, en ung linea kripkeana, que los conceptos se individitan sélo en términos de sus extensiones, puede hacerlo sin afectarla problemtica que aqut nos ocupa. Dirfe simplemente que alguien que caresca de mi sistema perceptual puede conocer mi concepte relémpago y no sélo su extensidn. El que piensa que fa prictica tambi mento individusdor, dird que quien no comparte mes un eles 10 MALTE EZCURDIA Y OLBETH HANSBERG asociados cierta fenomenologfa (por ejemplo, cémo se ven y ¢émo saben) y, por ello, cierto punto de vista sobre ellos. Pero, nucvamente, alguien que carezca de nuestro punto de vis bre el agua o el azticar por carecer de un sistema gustativo 0 visual como el nuestro, puede conocer el agua y el azticar me- diante una descripcién de su composicién quimica. Para ser comprendida en su totalidad, dicha descripcion no requiere que uno tenga cierto aparato perceptual o cierta perspectiva 0 punto de vista sobre el agua o el anicar. Sin embargo, la situa cidén es muy distinta con las sensaciones. Poseer el concepto de dolor o de sensacién de rojo, a diferen- cia de la posesién de conceptos como agua, azticar y relémpago, necesariamente requiere una perspectiva, La manera en que el agua o el azticar o un reldmpago se me presentan puede ser distinta de lo que la constituye. Asi, por ejemplo, el agua se me presenta como transparente, tipicamente inodora y con cierto sabor, pero esta constituida por dos étomos de hidrégeno y uno de ox{geno. La posibilidad de esta diferencia entre como se me presenta algo y como es en realidad simplemente no surge en el caso de las sensaciones. La manera como se me presenta un dolor simplemente es ese dolor. No hay, en este caso, ninguna diferencia entre como se me presenta un dolor y cémo es ese dolor; en este caso no existe una distincién entre la apariencia y la realidad, Luego, si alguien ha de saber qué es un dolor, si siquicra ha de poser el concepto dolor, debera saber cémo se le presenta a un sujeto, cémo ese sujeto lo experimenta o sien- te. Y para saber esto, deberd, segtin Nagel, sentirlo. Asimismo, para dar cuenta de los dolores y dems sensaciones, el tedrico debera tomar en cuenta la manera como se le presentan al su- jeto que las tiene, deberd hacerlo diciendo cémo las siente el xjeto, esto es, desde el punto de vista del sujeto. No hacerlo im- plicaréa dar una explicacién no satisfactoria de las sensaciones. una explicacién que deja fuera lo esencial de las sensaciones. El reto es, pues, dar cuenta de las sensaciones en términos que rescaten su aspecto fenoménico y, por ende, que tomen en cuenta la perspectiva que el sujeto tiene sobre ellas, esto mi sistema perceptual sélo conace la estensién de mi concepto, pero ne mi concepto. INTRODUCCION 11 es, la perspectiva de la primera persona. El problema es que comtinmente las explicaciones se dan desde el punto de vista del observador o de la tercera persona, y no desde el punto de vista del sujeto. Ihustremos la cuestién asumiendo una perspectiva fisicalista de lo mental. Un fisicalismo sostiene que lo mental es idéntico a lo fisico, ya sea porque un tipo mental es idéntico a un tipo fisico (fisica- lismo tipo) o porque un suceso mental es idéntico a un suceso fisico (fisicalismo caso). El fisicalismo tipo es poco defendido hoy en dfa, pero le sobrevive un fisicalismo caso, segtin el cual un mismo suceso o estado es mental y fisico a la vez. El traba- jo de Nagel est dirigido principalmente contra el fisicalismo tipo, pero, como veremos, sus consideraciones se aplican no sdlo al fisicalismo tipo sino también al fisicalismo caso. El fi- sicalismo tipo sostiene que asf como hay un tipo quimico que corresponde con el tipo que hemos identificado perceptual- mente como agua, dando como resultado enunciados de iden- tidad como “agua = H,O", de Ja misma manera hay un tipo fisico que corresponde a un tipo mental como, por ejemplo, un dolor de cierta clase, que da como resultado enunciados de identidad como “el disparo de las fibras C = el dolor de tipo 1”. Pero no importa qué caracterizacién fisica demos de un dolor, esta caracterizacion no servird como anidlisis del concepto dolor de tipo 1, porque dejaré sin explicacién el aspecto fenoménico sencial a dicho concepto. Dejard sin explicacin por qué ese tipo fisico y no otro es idéntico al dolor de tipo 1 y cémo es que ese tipo fisico puede ser responsable de cémo se siente el dolor. El problema es, pues, el siguiente: Si hay que defender el fisicalismo, debemos ofrecer una explica- cién fisica de las caracteristicas fenomenolégicas. Pero cuando cxaminamos su cardcter subjetivo, tal resultado parece imposible de alcanzar. La razén es que todo fenémeno subjetivo esta concc- taco esencialmente con un solo punto de vista, y parece inevitable que una tcorfa fisica objetiva abandone ese punto de vista. (Nagel, pp. 47-48 de este volumen.) Elfamoso ejemplo del murciélago de Nagel sirve para ilustrar la importancia del aspecto subjetivo y el conflicto al que nos enfrentamos cuando intentamos explicar, desde un punto de 12 MATTE EZCURDIA Y OLBETL HANSB vista independiente, algo que depende de un punto de vista subjetivo. Hemos dicho ya que lo esencial a la sensacién de dolor o de rojo es la manera en que se siente o experimenta. Dado que la sensacion es necesariamente sentida o experimentada, debe ha- ber una criatura u organismo que sienta dicha sensacién, esto es, la sensacion debe pertenecer a algo que sea consciente. Y si hay algiin organismo que tenga experiencias conscientes enton- ces, segtin Nagel, hay algo que es cémo es ser ese organisino para ese organismo, y viceversa. El como es ser una criatura para ella nos da el punto de vista subjetivo necesario para cual- quicr experiencia, y es lo que Nagel llama “el carécter subjetivo de la experiencia”. Ciertamente, un murciélago tiene experiencias. Segtin Nagel, esas experiencias son conscientes en el sentido de que hay algo que cs cémo se siente tal experiencia para el murciélago y, por ello, hay algo que es cémo es ser un murciélago para el murcidlago.’ Pero, ¢podriamos nosotros saber cémo es scr un murciélago? Parte de lo que constituye la manera de ser de un organismo son las experiencias que tiene,’ y éstas estan de- terminadas, al menos en parte, por los aparatos perceptuales de ese organismo.” La mayoria de las experiencias perceptuales de los murciélagos provienen principalmente de su aparato so- nar, por medio de ecolocalizacién. Los murciélagos emiten cier- tos sonidos y la deteccién de sus reflejos les da la informacion necesaria para maniobrar en el mundo. Luego, si queremos 7 EL ejemplo supone que los murciélagos tienen cierta conciencia de si mismos. Esto no es ficil de aceptar. Sin embargo, el ¢jemplo podria modifi. arse sustimyendo a los murciélagos par seres autoconscientes (c imaginarios) con un sonar scmejante al de los murciélagos. En lo que sigue respetaremos la formulacién original del ejemplo de Nagel. 8 Es dificil dar una lista exhaustiva de lo que constituye o determina cémo ¢s ser tm organismo para ese organismo. Las experiencias perceptuales son parte de ello, pero también Jo son las capacidades que el organismo tiene para imeractuar con el mando y, en nuestro caso, ciertas creencias, des incluso cierras tendencias psicoldgicas como las tendencias a la depresin ola hiper actividad. ® Recordemos que hay experiencias que no son percepiuales, como el dolor y la sensacién de hambre, entre otras, Ambas atribuibles, segiin Nagel, alos murciélagos, INTRODUCCION 13 saber cémo es ser un murciélago, es necesario que sepamos cémo es tener una experiencia ecolocalizadora. El problema es que carecemos de un sentido perceptual semejante al sonar, y por ello de experiencias ccolocalizadoras necesarias para saber cémo es ser un murciélago. éPodriamos imaginar cémo es tener experiencias ecolocali- zadoras para llegar a saber cémo es ser un murciélago? Podria imaginarme que tengo los rasgos de un murciélago (que tengo alas, que vuelo al atardecer, que como fruta, que tengo muy mala visién), pero esto no constituirfa imaginar cémo es ser un murcidlago para un murcidlago, sino cémo seria para nosotros ser un murcilago. El problema es que nuestras capacidades imagi- nativas estin restringidas por nuestras experiencias y recursos mentales, los cuales son insuficientes para imaginarnos la feno- menologia de un murciélago, esto es, cémo ¢s ser un murciélago pare un murciélago. En particular, sin acceso a la experiencia fenoménica ecolocalizadora de un murciélago, no tenemos ac- ceso al caracter subjetivo de esa experiencia, Podemos ofrecer todo tipo de descripciones de esas experiencias (por ejemplo, podemos describirlas como experiencias tridimensionales audi- tivas), e incluso explicaciones causales de los mecanismos que hacen funcionar las expcriencias ecolocalizadoras, pero esto no bastard para saber c6mo es tener esas experiencias, y por ello, tampoco para saber como ¢s ser un murciélago. La feno- menologia de una experiencia ecolocalizadora, y por ello, la experiencia ecolocalizadora misma y el cémo es ser un mur- ciélago para un murciélago es inefable para nosotros. Segiin \agel, hay entonces hechos que son esencialmente subjetivos, esto es, que dependen del punto de vista del organismo que los tiene. En algunos casos, como los de las experiencias del mur- ciélago, constituyen hechos cuyo conocimiento y comprensién escapan a las capacidades humanas, en particular, a los concep- tos humanos. Fn nuestro propio caso, nucstras experiencias no son ine- fables para nosotros, pero sf son csencialmente subjetivas; a saber, dependen de cierta clase de punto de vista o perspectiva. 10 Vease la 0. 7. 4 MAITE EZCURDIA Y OLBETH HANSBERG Como en el caso de las experiencias del murciélago en rela- cidn con nosotros, para una criatura que careciera de nuestro aparato perceptual nuestras experiencias serfan inefables, pues carecerfa del tipo de perspectiva necesaria para saber cémo se sienten esas experiencias. La dificultad para el fisicalismo re- side en que si los hechos de la experiencia son hechos acerca de cémo es para cl organismo que los experimenta experimen- tarlos, esto es, si sélo son accesibles desde un punto de vista, entonces resulta un misterio como una explicacién fisica objeti- va o independiente de ese punto de vista puede dar cuenta de las experiencias. Recordemos que las explicaciones fisicas (compo- sicionales y causales) como las de la solubilidad del azucar en el agua o de la naturaleza de un relaémpago son explicaciones que son, en principio, accesibles por criaturas que no comparten nuestros aparatos perceptuales. Esto, como el caso del mur- ciélago nos ha mostrado, no sucede en el caso de las propias experiencias. Decir que el disparo de las fibras C constituye o es simplemente un dolor de tipo 1 no nos dice nada acerca de la fenomenologia de ese dolor, de por qué el disparo de esas fibras constituye Ja manera en que el sujeto siente el dolor. Po- niéndolo de otro manera, el aspecto relacional dependiente de un punto de vista que es esencial a la experiencia es ignorado en la explicacién fisicalista. Luego, queda un hucco explicativo por cerrar Este hueco existe incluso con el fisicalismo caso. El fi mo caso, a diferencia del fisicalismo tipo, sostiene que no hay identidad entre tipos mentales y tipos fisicos, pero que todo su- ceso mental es un suceso fisico. Asi, el suceso que constituye mi dolor en la rodilla es un suceso que tiene propiedades fisicas, especificamente, neurofisiolégicas. Un fisicalismo caso, como tal, no est4 comprometido a elucidar la relacién entre las pro- piedades mentales de un suceso y las fisicas mas alla de decir que cada vez que hay un suceso con propiedades mentales, éste tendra propiedades fisicas. Sin embargo, esto no ayuda a cerrar el hueco explicativo. Ha habido intentos de decir algo mas sobre la dependencia que lo mental tiene de lo fisico. En particular, se ha dicho que existe una relacién de superveniencia que lo alis- ' Sobre el hueco cxplicativo, véase Levine 1983. INTRODUCCION 15 mental tiene de lo fisico.? Hay diferentes maneras de entender esta relacién de superveniencia,!* pero la idea general se pue- de expresar as un objeto, suceso o mundo E’ difiere en sus propiedades mentales de un objeto, suceso o mundo E”, enton- ces E’ y E” dificren en sus propiedades fisicas. Sin embargo, no hay nada en la relacién de superveniencia que ayude a cerrar el hueco explicativo.!* El hueco subsiste porque la relacién de superveniencia que establece ciertas correlaciones necesarias no puede ella sola decirnos cémo (por ponerlo en términos de Nagel) de un conjunto de hechos objetivos surge un hecho sub- jetivo, no puede ofrecernos una explicacién constitutiva de un hecho subjetivo a partir de hechos objetivos. Pero aceptar la existencla de este hueco explicativo no es aim concluir que todo fisicalismo cs falso,!” 6 que no podre- mos algtin dia cerrar ese hueco. La conclusién de Nagel no consisie en negar el fisicalismo, no es siquiera una conclusion omolégica. Adopta més bien una posicién epistemoldgica, en particular, una posicién agnéstica: dado el estado de nuestro conocimiento actual en ciencia y filosofia no sabemos cémo el fisicalismo podria ser verdadero, cémo podria cerrarse el hueco explicativo y cémo podriamos lograr una explicacién fisicalista (causal y constitutiva) satisfactoria del cardcter subjetivo de la experiencia. Quizé en el futuro podamos desarrollar un vocabu- lario!® que nos permita entender cémo de la actividad cerebral puede surgir la conciencia fenoménica. A diferencia de Nagel, McGinn (“¢Podemos resolver el pro- blema mente-cuerpo?”) arguye que nunca podremos cerrar ese hueco explicativo porque comprender la manera en que éste pu- diera cerrarse trasciende nuestras capacidades cognoscitivas; 12. Ejemplos de esto son Davidson 1970, Kim 1993, Fodor 1987, entre otros. éase Kim 1984, * Nagel tampoco cree que un andlisis funcionalista o causal de lo men- tal logre cerrar cl hueco explicativo. Sobre el funcionalismo volveremos més adelante. 15 A partir del cardcter esencialmente subjetivo de lo mental y dentro dei marco de su teorfa de designadores rigidos, Kripke (1972, véase su conferen- cia TIT) extrae la conclusiGn de que el fisicalismo es falso 18 Nagel habla incluso de !a posibilidad de desarrollar una fenomenologia objetiva, lo que a primera vista parece una contradiccién en términos. 16 MAITE EZCURDIA ¥ OLBETH HANSBERG en palabras de McGinn, nuestras mentes esisin cognoscitivamen- te cerradas a la(s) teoria(s) necesaria(s) para cerrar dicho hueco. Un tipo de mente M esta cognoscitivamente cerrada a una propie- dad P (0 teorfa 1) si y s6lo si los procedimientos para formar conceptos que estén a la disposicién de M no pueden extender- sea una aprehensidn de P (o una comprensién de 7), McGinn argumenta que existe una propiedad P que cl cerebro instan- cia, en virtud de la cual el cerebro es la base para la conciencia, y, correspondicnte a esto, que existe una teoria 7’ que refiere a P y que explica completamente la dependencia de los es! dos conscientes en los estados cerebrales. Asi, de conocer T, tendriamos una solucién al problema mente-cuerpo. Desgra- ciadamente, segtin McGinn, T est cognoscitivamente cerrada para nosotros. Si bien ¢l tracaso a lo largo de la historia de la filosofia y (mds recientemente) de la ciencia en explicar cémo surge la concienciaa partir de la actividad cerebral muestra que hay una dificultad seria para resolver el hueco explicativo, esto no permite todavia concluir que simplemente no hay esperanza de cerrar dicho hueco. Sin embargo, bastarfa mostrar que no podriamos formar los conceptos pertinentes de P para afirmar que nuestras mentes estan cognoscitivamente cerradas a P. Ciertamente, la introspeccién es el medio aparentemente mas adecuado para acceder a la fenomenologia de la conciencia,!7 pues tenemos acceso inmediato a ella. Por ejemplo, para saber cémo se siente mi dolor no tengo mas que sentirlo o introspectar dicha sensacién y sabré cémo es mi dolor. Pero la inwospeccién no es el medio ideal para acceder al vinculo entre lo mental y lo fisico, pues no tenemos acceso a lo fisico por medio de la in- trospeccién. La percepcién directa del cerebro tampoco sirve como medio para llegar a conocer P 6 para formar un concepto de P. La rav6n es que la percepcidn es esencialmente un me- dio para conocer objetos espaciales, pero la conciencia no es algo que se ubique en el espacio o que tenga partes espaciales. Podemos pensar, no obstante, que el concepto pertinente de P seri un concepto tedrico que se introduce para explicar ciertos fenémenos observables del cerebro, esto es, que se introduce * Como veremos en la secci6n 4, Dennett (“Quinear los qualia”) cuestiona que esto sea cierto. INTRODUCCION 17 mediante un argumento a la mejor explicacidn. Este seria un camino mas prometedor si no fuera porque la introduccién de conceptos teoricos en las ciencias fisicas est constrenida por un principio de homogeneidad.'* Dicho principio establece que, en la introduccién de conceptos tedricos a partir de la observacion de fendmenas fisicos, estos conceptos ieéricos seran conceptos fisicos y no mentales, Segtin McGinn, esto significa que no po- demos acceder a la conciencia a partir de las ciencias fisicas y, por tanto, que la conciencia esta cognoscitivamente cerrada frente a la introduccién de conceptos via inferencias a la mejor explicacién a partir de datos perceptuales acerca del cerebro. Ciertamente, gran parte de los conceptos que nos forma- mos estan ligados con la percepcién y la introspeccién, pero no todos, Nuestros conceptos matemiticos, al parecer, no lo estan. McGinn cree que una mente que obtuviera Ja mayorfa de sus conceptos como nosotros obtenemas los conceptos ma- temiaticos podria (quizds) obtener un concepto de P y compren- der la teorfa T correspondiente. Dicha mente tendria que poder pensar sobre el cerebro y la conciencia fenoménica de modos que prescindieran de los medios perceptuales y de la introspec- cidn. McGinn sugiere que dicha mente podria pensar sobre el problema de manera a priori, semejante a la manera en que pensamos cn mtimeros. Pero dado que nosotros ne podemos formarnos conceptos del cerebro y de la conciencia indepen- dientemente de la percepcidn y la introspeccién, segiin McGinn, nuestras mentes estan cognoscitivamente cerradas a P. El argumenio del conocimiento En la misma linea cic Nagel, aunque con pretensiones de llegar auna conclusién ontolégica sobre ¢l fisicalismo, Jackson (“Qua- lia epitenoménicos” y “Lo que Maria no sabia") presenta lo que se ha denominado el “argumento del conocimiento”. Este argu- 18 Este pr nera en Ia pio de homogeneidad se encuentra presente de alguna ma- ones del fisicalis so. Davidson (1970), Crane (1991), (1990 y 1991) (por mencionar a algunos) hablan de que lo fisico Constituye un sistema cerrado, esto es, un sistema que no acmite elementos no fisicgs, entre: és10s, los m no ales. 18 MAITE F7.CURDIA Y OLBETH 1IANSBERG. memo, tan discutido en Ia literatura filos6fica reciente, intenta mostrar que el fisicalismo es falso En el primer articulo, empieza afirmando la validex del ar- gumento mas comin contra el fisicalismo: que nada de lo que se pueda decir fisicamente captura, por ejemplo, el olor de una rosa. Pero, si cl fisicalismo es correcto, entonces todo es captura- ble en términos fisicos. Por lo tanto, él fisicalismo es incorrecto: Sin embargo, considera que este argumento es muy débil en el contexto de la polémica alrededor del fisicalismo, ya que sus premisas no son intuitivamente obvias para muchos filsofos. Por ello, se propone presentar un argumento contra el fisicalis- mo cuyas premisas sean obvias para la mayorfa: el argumento del conocimiento. El argumento sc da en dos variantes. Ambas parten de ex perimentos de pensamiento en los que ciertos individuos, que munca han experimentado una determinada experiencia per- ceptual o una determinada sensacién, poscen, sin embargo toda Ja informacidn fisica pertinente (conocimiento cientifico completo) sobre esa experiencia perceptual 0 esa sensacién. Aqui sélo nos ocuparemos de la segtmda variante, que ha sido la mas discutida. Se trata de una brillante cientfica, Marfa, que sabe todo lo que hay que saber en términos fisicos (tiene conocimientos cientificos completos) de Ja naturaleza fisica del mundo, inclu- yendo todo lo que hay que saber acerca de los hechos causales relacionales y los papeles funcionales, Conoce, por supuesto, todo acerca del proceso visual y las experiencias de los colores. Sin embargo, como estd confinada a un mundo blanco y negro (que incluye que vea su cuerpo en blanco y negro) y estudia con libros y monitores de televisién en blanco y negro, nunca ha ¢ perimentado sensaciones de colores como rojo o verde. Un dia ale de su habitacién y ve por primera vez un tomate, Segun Jackson, Maria eprende algo nuevo, a saber, cémo se ven los tomates maduros. Pero, écémo es esto posible si, por hipétesis, clla ya sabia todo lo fisicamente pertinente acerca de las expe- riencias de rojo? Entonces, si el fisicalismo es la tesis de gue cl mundo es enteramente fisico y el conocimiento fisico es el conocimiento completo, esta tesis es falsa, puesto que Maria, al INTRODUCCION 19 salir de su cuarto aprende algo que no sabia, es decir, como se siente ver algo rojo. En “Lo que Marfa no sabia”, Jackson aclara algunos aspectos de su argumento y lo defiende de varias objeciones, Explica cémo en su argumento no esta en cuestién la intensionalidad del conocimiento, ni que éste depende de los poderes imagi- nativos de Maria. También compara su argumento con el de Nagel y afirma que el objetivo de este titimo es mostrar que ninguna cantidad de informacion fisica (que es accesible desde muchos puntos de vista) nos puede hacer entender c6mo es ser un murciélago. Esto s6lo pucde entenderse desde el punto de vista del murciélago, el cual es muy distinto al nuestro, por lo que los seres humanos no podemos saber y ni siquiera imaginar como es ser un murciélago. Segiin Jackson, a Nagel le preocupa el problema de extrapolar el conocimiento de una experiencia con el de otra, y el problema de imaginar una experiencia que no cs familiar, a partir de una que silo es. Asi, nos dice Jackson, el argumento de Nagel no es realmente un argumento contra él fisicalismo, dado que el fisicalismo no atirma nada cn espe- cial sobre Ios poderes imaginativos 0 de extrapolacién de los seres humanos. En cambio, con su argumento del conocimien- 0, Jackson subraya el hecho de que hay algo de la experiencia misma que el fisicalismo deja de lado, porque al tener por pri- mera vez una experiencia particular, sabemos algo que antes no sabiamos de la persona que tenfa la experiencia, aunque sig: mos ignorando cémo es ser ¢sa persona (por ejemplo, cémo es ser Marfa). Asi, de acuerdo con Jackson lo que le faltaba a Marfa es conocimiento acerca de las experiencias de las otros. Curan- do Marfa sale y experimenta por primera vez cémo es ver un tomate, se da cuenta de que la concepcidn que tenia de la vida mental de los alzes (y de ella) estaba muy empobrecida ya que no sabia cémo era ver los colores. Dado que ella sabfa todo lo fisico accrea de la vida mental de los otros, lo que aprende tras su liberacién es un hecho no fisico acerca de ella y éste es el problema que no puede mangjar el fisicalismo. El argumento ha sido discutido por numerosos autores, en- tre ellos Churchland!® y Lewis, Aqui sélo hemos incluido el 18 De hecho, *Lo que Maria no sabia” se escribid en respuesta al articulo 20 MAITE EZCURDIA Y OLBETH HANSBERG articulo de Lewis (“Lo que ensefia la experiencia”), en el que argumenta contra Jackson sostenicndo que lo que Maria ad- quiere cuando experimenta por primera vez una sensacién de rojo no es conocimiento proposicional sino una capacidad re- cognoscitiva. Cuando Jackson suponfa que Maria conocia todo Jo fisico acerca de la visién de los colores, lo que clla tenfa cra co- nocimiento proposicional. En cambio, aprender cémo es cierta experiencia es adquirir nuevas habilidades para recordar, ima- ginar y reconocer. Lo que Maria adquiere cuando es liberada es cierta habilidad representacional o imaginativa; es un saber cémo en ver de un conocer que. Si esto significa adquirir nue- va informacién, entonces hay buenas razones para pensar que esta informacién nueva no es un tipo especial de informacién no fisica como pretende Jackson. Por ello, concluye Lewis, el hecho de que uno no pucda conocer edo es una nueva ex- periencia a menos que uo la experimente, no debe tomarse como una medida de los Imites de la ciencia o de la metafisica de la mente. Lewis parece tener raz6n al decir que Marfa adquiere cier. tas habilidades 0 capacidades nuevas, por ejemplo, reconocer, imaginar 0 recordar lo que se siente yer rojo. Sin embargo, la pregunta es si Maria adquiere algo més que habilidades. ¢Co- noce algo nuevo acerca de la percepcién de los colores sdlo después de salir del cuarto?

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