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Norba 15 Rovista de Historia Caceres, 2001: 237-254 PRINCIPALES TEORIAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO El conflicto social ha generado un abundante mimero de reflexiones te6ricas, fundamen- talmente desde el campo de la sociologia’. Dichas reflexiones han tomado a la revoluci6n, el conflicto social por excelencia, como principal referencia y ello ha condicionado notablemente sus posicionamientos, no sélo a nivel intelectual, sino también en términos politicos. Por otro lado, no es facil explicar las teorfas del conflicto: las distintas escuelas, por llamar- Jas de algtin modo, han evolucionado sus posiciones notablemente y en la préctica investigadora se detecta con frecuencia un acusado eclecticismo. Entigndase pues que la explicaci6n que sigue es, stricto sensu, una simplificacién sin otro objeto que facilitar en términos didécticos un primer acercamiento te6rico al fenémeno de las luchas sociales? En términos genéricos, una teoria del conflicto social dificilmente seré auténoma, lo nor- mal es que forme parte de una concepcién global de la realidad social y de su funcionamiento. De ahi que se pueda hablar de dos grandes concepciones del orden social, las cuales condicio- nan a interpretacién de los conflictos sociales: a. Teorfas consensualistas: La organizacién de cualquier sistema social tiende a la autocompensacién entre los actores y las fuerzas que articulan sus estructura y su funcionamiento. Los conflictos sociales son pues situaciones anémalas, fruto de una alteracién en el discurso normal de la vida social, de manera que tenderén a ser explicados en términos espasmédicos. b- Teorias conflictivistas: La sociedad encierra dentro de s{ una serie de contradicciones y objetivos colectivos contrapuestos que provocan confrontacién de intereses. Por esta raz6n, el conflicto es inherente a cualquier dindmica social, es un imperativo estructu- ral y un motor del cambio social. + Recomiendo, para una primera ampliacién sobre este tema, tres obras: COHAN, A. S.: Iniroduccién a tas teorias de la revoluci6n, Madrid, 1977; REX, J.: El conflicto social, Madrid, 1985; Ava, R.: “Reconsideracién de las teorias de la revolucién’”, en Zona Abieria, n° 36-37, 1985, pp. 27-53; y Givex, S.: Sociologia, Barcelona, 1988, pp. 195-233; Perez LEDESMA, M.: “Cuando Ileguen los dias de c6lera. Movimientos sociales, teoria e historia", en Zona Abierta, 69, 1994; y ALvaREZ JUNCO, J.: “Aportaciones recientes de las ciencias sociales al estudio de los movimients sociales”, en Banos, C.: Historia a debate, Santiago de Compostela, 1991, T. II. 2 Este anvculo resume un capitulo de mi obra Fundamentos tedricos del conflicto social que editaré SiGLO XX1 DE EsPa- aen breve, 238 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO. 1, ELMARXISMO El marxismo ha sido probablemente la corriente intelectual que mas ha contribuido a la interpretacién contemporanea del conflicto social, tanto por sus aportaciones tesricas y en la préctica investigadora como por la reaccién incentivadora que ha provocado en otros émbitos ideolégicos o metodolégicos. No se trata slo, ademés, de las novedades conceptuales que apor- 16 y sigue aportando, sino de su papel capital en la adopcién de actitudes mentales diferentes hacia este tipo de fenémenos, caracterizadas por su valoracién como factores de cambio social creativo y por la consideracién de la rebeldia popular como algo mds que protestas ante las injusticias 0 respuestas desesperadas ante situaciones extraordinarias’. En cualquier caso, hablar de marxismo es referirse a una teoria que no ha dejado de evolu- cionar desde la obra de Marx hasta el momento presente. No es ficil unificar el pensamiento sobre el conflicto social y la revolucién de corrientes marxistas tan diferenciadas como la obra de Gramsci, el marxismo soviético, el estructuralismo de Althusser’, los marxistas franceses del efreulo de Annales, las ultimas corrientes del marxismo briténico®, la fusidn entre marxismo y funcionalismo’ o el llamado posmarxismo?, entre otras. Pese alo dicho, y asumiendo el riesgo de la superficialidad y la parcialidad, vamos a tratar de reconstruir la interpretaci6n marxista del conflicto social, limitandonos a resefiar aquellos conceptos que més la identifican’. 1.1, LAS CAUSAS DEL CONFLICTO SOCIAL El punto de partida intelectual de la concepcién marxista de los movimientos sociales esta en una interpretacién de los sistemas en clave conflictiva: La historia de todas las sociedades habidas hasta hoy ha sido la historia de la lucha de clases", El conflicto es pues inherente a todo sistema social, algo asf como un imperativo estructural mientras que la sociedad siga arti- culandose de manera clasista. Concretando més, las tensiones sociales tienen dos orfgenes que se complementan, uno de orden social —la actitud de las clases antagénicas en cada sociedad- y otro de tipo socioeconé- mico -la interaccién entre fuerzas productivas y relaciones de produccién-. El primero de ellos tiene, obviamente, dos -o mas actores: la clase que ejerce como grupo dirigente en términos politicos y econémicos, y la clase sometida, pero con aspiraciones a dejar de serlo. La actitud de los grupos dirigentes, dird Marx, es siempre esencialmente conservadora, manteniendo una actitud hostil hacia la innovacién y procurandose mecanismos que permitan su cierre social y su autorreproduccién como clase dominante. Por otro lado, a un nivel socioeconémico se habla de la existencia de contradicciones, tanto por los intereses de clase como por la dicotomia que puede producirse entre la divisién social del trabajo y la riqueza y el estadio de desarrollo de las fuerzas productivas. 2 Una visin eritica de las aportaciones recientes del marxismo al estudio de los movimientos sociales desde los aiios 60 (aunque se admite la importacia de esta interpretacién en periodos anteriores) puede verse en ALVAREZ JUNCO, J. “Aportaciones recientes de las ciencias sociales al estudio de los movimientos sociales”, en BARROS, C. (ed.): Histo- ria a debate, Santiago de Compostela, 1995, pp. 98-101 4 Véanse especialmente sus Cartas desde la cdrcel, Madrid, 1975. 5 Vase una sintesiscldsica en HaRNEcKER, M.: Los conceptos fundamentales del Materialism hist6rico, Ed. Siglo xX ® Véase KavE, H. J. Los historiadores marsistas britdnicos, Zaragoza, 1989. 7 Un ejemplo clisico es WaLLenste, 1: El moderno sistema mundial, Madrid, 1979. * Véase Calnzos LOvez, M. A. “Clase, accién y estructura: de E.P. Thompson al posmarxismo”, en Zona Abierta, 50, 1989, pp. 1-69. * Un excelente trabajo, con temética mas amplia que el marxismo, es GineR, S.: Historia del pensamiento social, Barcelona, 1975. "© Manx, K. y ENGELS, F: El Manifiesto del Partido Comunista, Madrid, ed. de Alhambra, 1985, p. 45. PRINCIPALES TEORIAS SOBRE EL. CONFLICTO SOCIAL 239 De todo lo dicho se deduce que, para el marxismo tradicional, el conflicto social -y la revo- lucién— han de ser interpretados en términos de imperativo estructural, con un origen funda- mentalmente socioeconémico. 1.2. CLASES Y LUCHA DE CLASES Cuando los marxistas encaran el andlisis de un movimiento social lo hacen valigndose de una serie de conceptos que, tras las continuas mutaciones que han sufrido en el siltimo siglo y medio, hoy resultan relativamente confusos, si bien caracterizan plenamente esta corriente his- toriogréfica. Un de ellos es, sin duda, el de clase social. Una clase social es uno de los sectores en que queda dividida la sociedad seguin el estadio en que se encuentren las relaciones de pro- duccién existentes. Aunque se acepta la existencia de mds de dos, la explicacién se hace en torno al concepto de clases antagénicas, una dominante y otra sometida o, en periodos revoluciona- rios o prerrevolucionarios, una clase ascendente que pretende sustituir a ta dominante. En tlti- ma instancia, como sefialan Fox y Genovese: “La historia, cuando trasciende a la crénica, al romance y a la ideologfa ~incluyendo versiones de izquierda es principalmente el relato de quién domina, a quién y cémo”"? El marxismo tradicional entendia que las clases sociales eran generadas, de forma més 0 ‘menos automatica, por la base econémica de cada modo de produccién. En la actualidad, tras los trabajos del nuevo marxismo inglés, y en especial de E.P. Thompson, se tiende a exponer una concepcién dincimica de las clases sociales, es decir, que éstas se construyen, partiendo de unas determinadas condiciones socioeconémicas, a través de sus propias experiencias historicas y proyectos compartidos. También en el marxismo tradicional se exigia para poder hablar de clase y de lucha de cla- ses la existencia dentro del grupo de la llamada conciencia de clase, es decit, no sdlo el auto- rreconocimiento como grupo, sino disponer de un contraproyecto social revolucionario -enten- dido éste en términos marxistas-. Los primeros debates entre ideologia en si e ideologta para side Lenin y Rosa Luxemburg esbozaron el camino", pero han sido nuevamente los marxis- tas briténicos, Iéase por ejemplo a G. Rude'*, quienes plantearon conceptualizaciones mas laxas y, por tanto, aplicables a movimientos sociales no protagonizados por el proletariado militante contemporineo. Por otro lado, el viejo concepto de clase-masa, apenas analizado, ha dado paso una categori- zacién interna de los grupos sociales en pugna, acuiiindose conceptos como el de proletariado mili- tante © aristocracia obrera, vinculandolos con la orientacién de los movimientos clasistas. Aunque los conceptos se hayan vuelto mds eclécticos, el marxismo sigue no s6lo distin- guiendo, sino también jerarquizando los conflictos sociales en relacién con el papel que se les asigne en su concepcién de la evolucion de la sociedad a largo plazo. Seguin esto, distinguirén entre conflictos no clasistas, conflictos clasistas y lucha de clases revolucionaria. '" Un breve repaso al concepto de lucha de clases en Fox, E. y GENOvESE, E.: “La lucha de clases como objeto y como sujeto”, en Historia Social, n° 1, 1988, pp. 77-110. Un recorrido mds amplio en Gurvrtcs, G.: Teorta de las cla sis sociales, Madrid, 1971; GANby, R., Introduccién a la sociologia histérica marxista, Méjico, 1978; y LAFASSADE, G. y Lourau, R.: Las claves de la sociologia, Barcelona, 1973, pp. 81-132 Ant cit, p. 110. "3 Véase, por ejemplo, BASSO, L: El pensamiento politico de Rosa Luxemburg, Barcelona, 1976. Rupe, G.: Revuelta popular y conciencia de clase, Barcelona, 1981. También THOMPSON, E. P: “Algunas obser- vvaciones sobre clase y “falsa conciencia”, en Historia Social, n° 10, 1991, pp. 27-32; ibid. “Patrician Society, Plebeian Culture”, en Journal of Social History, 7, 1973-74, pp. 382-405,

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