You are on page 1of 4
RECENSIONES Y NOTICIAS DE LIBROS Aznar GOMEZ, Mariano J.: La proteccién internacional del patrimonio cultural subacudtico. Con especial referencia al caso de Espaita, Tirant lo Blanch, Valen- cia, 2004, 661 pags. 1. Pocas actividades estimulan tanto la imaginacién como la biisqueda de tesoros sumergidos en los mares y océanos. Quie- nes se aplican a ella tienen, para e] comtin de los mortales, cierta fama de aventure- ros irredentos que arriesgan sus vidas y fortunas on la dificil tarea de extract bar- cos y objetos de las profundidades subma- rinas; son vistos casi como arrojados cam- peones que no dudan en sumergirse en un medio bellisimo pero hostil y plagaco de peligros de toda laya, con el objeto de re- cuperar los bienes que los naufragios, los combates, los accidentes y otras calamida- des han ido depositando incesantemente en su Iecho descle hace siglos. Quién no ha admirado alguna vez, y guiza en secreto envidiado un poco, a los protagonistas de tales empresas quo, cuando damos con ellos en las revistas y on los documentales, nos dejan boquiabiertos por su inteligen cia, su pericia y su valor, que todas esas cualidades son necesarias para acometer- Jas, ademas de una bolsa bien repleta, cla- vo. Por no hablar de la asociacién que nuestra mente hace entre la busqueda de los tesoros que atin guardan los barcos gue hacfan la ruta de las Indias y el fabulo- so mundo dle los piratas y de los bucane- ros. Un mundo que a todos nos es familiar, putes el cine y la literatura se han ocupado de él a placer, y para algunos particular- mente entranable, pues de su pasta estén hechos unos cuantos suchos que se resis tieron a abandonarnos en ol transito a la edad adlulta y que siguon ocupando un es- pacio en el estante reservado a nuestras querencias mas intimas. Sin embargo, debemos poner coto al romanticismo, a la ensofiacién y al gusto por la aventura y contemplar la actividad a la luz del foco correcto. Vamos a ver si somos capaces de hacerlo aqui. 2. La difusién de noticias relaciona- das con la biisqueda de barcos hundidos se hace mostrando la actividad como la btisqueda de un tesoro con valor de mer- cado. Abi va un ejemplo elocuente. El dia- rio FI Pats publica en la pag. 27 de la edi- cidn del dia 26 de diciembre de 1998 un articulo titulado «Espafia retine nuevos documentos para recuperar dos galeo- ness. ¥ la entrada en negrita dice lo guiente: «¢Quién se quedard con el tesoro de 500 millones de délares (71.000 millo- nes de pesetas) sepultados en dos galeo- nes espafioles hundidos cerca de las cos tas del Estado norteamericano de Virgi- nia? Para evitar que un cazatesoros y el Estado de Virginia se aduerien del tesoro, el Gobierno espatiol entregs el miércoles aun juez federal numerosos docemenjos para hacer valer sus derechos de propie- dad», Estos derechos remiten al intere- sante tema del estatuto juridico de los na~ vios de Estado, pero el lector del di guardard Wnicamente en su memoria la pregunta que se le presenta como princi- pal: gquién se quedard con el tesoro? Ados después, las aguas del Esirecho de Gibraltar se han agitado a propdsito de la brisqueda de los que podrian ser los restos de la Sussex, hundida en 1690, El diario ci- taco, en la edicién del dia 10 de abril de 2005, dedica al asunto la pag. 34, subrayan- do que la nave se hundié «con monedas de oro valoradas en 4,000 millones de etsrosm, Revista de Administracién Priblica ISSN: 0034-7639, néima, (70, Madrid, mayo-agosto (2006), pags. 429-475, 429 "ENSIONES ¥ NOTICIAS DE! LIBROS haciendo notar que «entre Ayamonte (Huelva) y Tarifa (Cadiz) descansan los res- tos de 800 navios hundidos entre fos siglos Xv1 y xix, mas dle 100 con valiosos tesoros». Un tratamiento parecido dispensan al tema otros medios de comunicacién. Vaya por delante que no me parece & cable que la prensa enfoque el asunto des- de esa dptica ya que, al fin y al cabo, fa no- ticia es que hay un barco hundido con una fortuna en su interior, Pero tal presenta- cidn es parcial en la medida en que no re- para en que hay unos vestigios sumergidos que contienen informacién acerca del pa- sado y que fo procedente es utilizar los métodos cientificos que permitan extraer- la, procesarla e incorporarla a los conoci- mientos disponibles acerca de las formas de vida de nuestros ancestros. Esto es, que existe un modo dle aproximarse a las cosas hundidas que obedece a un Animo cientifi- coy no comercial, que utiliza una metodo- logia cientifica cuyo dominio esté sto al alcance de expertos cualilicados movidos por finalidades de investigacion y no por Ja de extraer objetos con valor de mereado, Y, sobre todo, que ese modo de aproxima- cién a los bienes sumergidos es el tmico aceptable si consideramos que, antes que otra cosa, son un depésito de informacion cultural que debe ponerse a disposicién de la sociedad. Tengo la impresion de qué muchas per- sonas capaces de escandalizarse sincera- mente ante el saqueo impune de un yaci miento terrestre no reaccionan del mis- mo modo ante el saqueo impune de un yacimiento subacuatico; pero saqueo y no otra cosa es la brisqueda de objetos su- mergidos con animo de lucro, con fines comerciales 0 por puro y simple apelito de coleccionismo privado. Si se acepta que la Arqueologia os una ciencia histor ca que, mediante el estudio e investiga~ cién de los vestigios materiales del pasa- do, permite reconstruir las artes, técnicas y modos de vida de las sociedades que nos han precedido en et tiempo, se con- vendra en que la ubicacién fisica de tales vestigios es indiferente, y que tan arqueo- logica es la investigacién de un castro ro- mano como la de un barco sumergido. De ahi que los arquedlogos insistan en que la Argueologia subacuitica es, pura y simplemente, Arqueologia, sélo que ca- racterizada por el medio en que se desa- IBLIOGRAKIA olla; éste exige clertas modutaciones xécnicas inevitables, pero no modifica el sentido de la actividad ni su metadologia caracteristica. A este propésito, no esta de mas recordar que, en el curso de su 13." Asamblea General, celebrada en Ma- drid en diciembre de 2002, el Consejo In- ternacional de Monumentos y Sitios Histé- rico-Artisticos (ICOMOS) ha mostrado su preocupacién por el modo en que el Rei- no Unido y la compaiiia norteamericana Odissey Marine Exploration Inc. se estén conduciendo en el asunto de la Sussex, que no se reputa el mas adecuado para Ja proteccién y salvaguarda de! patrimonio cultural sumergido. Tal es, en efecto, la cuestién principal y no quién se queda con el tesoro. 3. Supuesto lo anterior, por lo que un jurista se pregunta es por el papel que cn todo esto esi Hamado a cumplir el Dere- cho. Una respuesta seria, trabada y sol- vente puede encontrarse en la monogra- fia de M. J. Azwar Gomez gue ha suscita- do la redaccién de estas Ifneas y cuyo objeto principal es exponer el marco jut: dico internacional de la proteccién de los bienes culturales subacusticos, pues no en vano ¢l autor es Profesor Titular de Derecho Internacional Pablico y Relacio- nes Internacionales en Ia Universidad de Valencia. Que ése sea el objeto principal, aumque no exclusive, de la obra no debe suscitar ninguna clase de reparo en quienes no ten- gan por cosumbre introducirse por los en- tresijos del Derecho Internacional Péiblico Gales, cabalmente, mi caso). El libro pro- viene de la pluma de un especialista en una rama juridica que no es la que profe- samos muchos de los lectores habituales de esta Revista, pero ahi radica justamen- te su valor para nosotros pues es en el De- recho Internacional Pétblico donde vibra ct auténtico nervio juridico de la Arqueologia subacudtica, Si no es discutible que la Ar- queologia subacuatiea no se reduce a la que se practica en ios espacios marinos (pues tan subacudtica es te que se realiza en ellos como bajo las aguas continenta- les), no cabe duda de que las cuestiones ju- ridicas mas interesantes se suscitan a pro- pésito de los hallazgos ¢ intervencione: que tienen lugar en agueéllos, cuya dliscip! a juridica sobrepasa las fronteras de los Revista de Adiministracién Publica 430 ISSN: 0034-7639, ntim. 170, Madrid, mayo-agosta (2006), pags. 429-475. RECENSIONES ¥ NOTICIAS DE LIBROS ordenamientos nacionales. Una exposicién clara, sistematica y completa de la mate- tia, hecha por un jurista especializado y buen conocedor de la misma, es el mejor regalo que podiamos recibir los adminis trativistas que nos hemos aproximado al estudio del Patrimonio Arqueoiégico y que, lo digo por experiencia, hemos encon- trado ciertos problemas para comprender algunas situaciones una vez que dejamos atras el mar territorial. 4, En el mar territorial, en efecto, no esté en cuestion la determinacién de la le- gislacion aplicable ni la extension de las potestades administrativas de control ¢ interveneidn, que siguen Jas pautas que marca el ordenamiento vigente on el Es- tado viberefio. En el caso espafil, el tini- co punto serio de debate estriba en sila competencia para gestionar el patrimonio cultural sumergido alli es de las Comuni dades Auténomas o de la Administracién General det Bstado; la practica adminis- iativa muestra que pertenece a las pri meras, pero mas importante que eso es que a la misma conclusion se llega a tra~ vés del andlisis de los datos juridicos dis- ponibles, que es lo que hace el autor de la obra que se comenta, Para un administra- tivista, este extremo es, como bien se comprende, del maximo interés y conven- go con el Profesor Aznar en el resultado, aunque piense que para Negara él pue- den utilizarse otros argumentos adiciona- les a los que utiliza. Por cierto que aquella practica adminis- trativa depara alguna sorpresa, como acre- dita el espinoso asunto de la Sussex, ex- puesto on ol libro con todo lujo de detalles (pags. 369 ss.): el Consejo de Ministros ha consideraclo competente para autorizar Ja intervencion pues se ejecuta cn aguas disputadas del Estrecho de Gibraltar, crite- rio con el que se ha conformado hasta ahora la Junta de Andalucia. En el caso, la solucién se ha apoyado en las competen- cias estatales en materia de relaciones in- ternacionales y, con independencia de cua- lesquiera otras consideraciones, importa seilalar que constituye una excepcién 2 la regia general que postula gue la competen- cia autorizante es autonémica. De todas formas, nétese que ni siquiera en cl mar territorial el régimen juridico de los bienes culturales sumergidos se BIBLIOGRATIA resuelve exclusivamente conforme a los parametros del ordenamiento interno. Nuestra legislacion afirma el dominio pti- blico de los bienes susceptibles de estudio con metodologia arqueolégica existentes en el mar territorial y en la plataforma continental, pero tal declaracién debe matizarse ala vista del régimen interna- cional de los buques y aeronaves de Esta- do (véanse las pags. 176 ss. y 273 ss.), que es, por cierto, el que ha permitido al Esta- do espafiol defender con éxito ante los ti- bunales norteamericanos sus derechos sobre las fragatas La Galga de Andatiicéa y Juno, hundidas en aguas del Estado de Virginia en 1750 y 1802, respectivamente. Mas alla del mar territorial, entra plena- mente en juego el Derecho Internacional, sea general, sca del patrimonio cultural, sea del mat, al que el libro de Azar pasa revista con detenimiento (pags. 33 a 205). Su conchusién no es demasiado optimista: los dispositivos juridicos en vigor no ofre- cen una respuesta clara para proteger el patrimonio cultural subacudtico, No nos corresponde examinar las razones del fe- ndmeno, pero es evidente que las posturas de los Estados en la materia son tan diver gentes como sus intereses. A este propési- to, podemos recordar que desde 1978 el Consejo de Europa intenta sin éxito apro- bar una Convencion europea sobre el pa- trimonio cultural subacudtico y que, se- gin parece, cl fracaso se debe tinicamente a que las disputas que dos Estados miem- bros del Consejo mantienen sobre la deli- mitacién de sus espacios marinos impiden alcanzar un acuerdo sobre la extensién de las yonas maritimas bajo la jurisdiccion arqueolégica nacional. 5. Ein ese contexto juridico, la aproba- cidn por la UNESCO de la Convencién so- bre la protecci6n dei Patrimonio Cultural Subacuatico, de 2 de noviembre de 2001, abre un horizonte de esperanza en la ine- dida en que constituye el primer instru mento normativo internacional que nace con la decidida vocacién de dispensar uma proteccién eficaz al patrimonio cultural sumergido, no ya en el mar territorial, sino también en la zona econémica exclusiva y on la plataforma continental, No es raro, por lo tanto, que fe monogralia que se co- menta contenga un andlisis exhaustive de la Convencion (pags. 207 a 337). No es la Revista de Adminisiracion Publica ISSN: 0034-7639, num. 170, Madrid, mayo-agosto (2006), pags. 429-475. 431 RECENSIONES ¥ NOTICIAS DE LIBROS del Profesor Azvak la primera exposicién Juridica del texto en lengua espaiiola, pero ¢s, hasta la fecha, la mas completa y minu- ciosa. El experto trabajo del autor me des- autoriza para emitir cualquier considera- cién acerca del texto, que por lo demas estarfa fuera de lugar en el presente mo- mento. Me limito a hacer notar que el rit- mo de las ratificaciones no ests siendo pre- cisamente veloz y que, mas de cuatro afios después de aprobada, sélo la han ratificado Panamé, Bulgaria, Croacia, Espafia, Libia y Nigeria (son necesarias 20 ratificaciones para que la Convencién entre en vigor). 6. No quisiera concluir sin resefiar que esta notable monografia tiene un va- lor afiadido nada despreciable. Incorpora un nutrido anexo documenta (pags. 435 a 620) que permite la consulta de acuer- dos multilaterales y bilaterales, de pro- yectos de acuerdo, de documentos relati- vos a la practica convencional y de una miscelénea de actos no normativos que van desde recomendaciones de la UNES- CO y det Consejo de Europa a Ja propues- ta de declaraci6n interprotativa a la ratifi- cacién por Espafia de la Convencion de 2001 redactada por el autor, pasando por el acuerdo suscrito entre el Gobierno bri- tanico y Odissey Marine Exploration Inc. en relacién con la Sussex, o la sentencia norteamericana de apelacién que recono- ce los derechos de propiedad del Estado espaiiol sobre La Galga y la Juno. Es cier- to que algunos de los textos reproducidos en el anexo son de localizacién relativa- mente sencilla, pero no sucede lo mismo con muchos otros. Poder disponer de to- dos ellos es extraordinariamente ttil y su inclusidn enriquece el indiscutible valor que tiene esta monografia importante. Javier Barceiona LLoP Luis Angel: La priva- cidad electronica. Internet en el centro de proteccion (Prélogo de J. L. PINAR Manas), Ed. Tirat lo Blanch, Valencia, 2005, 348 pags. Resulta facil advertir que Internet ha originado una evidente revolucién en los BIBLLOGRAFIA comportamientos sociales y en el desen- volvimiento de la personalidad. Las posibi- lidades que ofrecen las comunicaciones te- lematicas, la interconexién entre los luga- res més distantes, las brisquedas de informacién desbordadas por las ingentes referencias, la multiplicacién de relaciones comerciales y muchos més etcéteras de cjemplos se podrian citar ante la sucesiva ampliaci6n de esta merecidamente famosa Red. Pero si esta revolucién no puede po- norse en duda, lo que sf origina muchas dudas a los juristas son los nuevos interro- gantes, desaffos y problemas que estas practicas permiten incorporat, De abf que deba saludarse la aparicién de monogra- fias furidicas que traten de explicar y res ponder a las inquietudes y conflictos que Ja utilizaci6n de Interact genera. Tal es el caso de este sdlido estudio realizado por el profesor Luis Angel Ba- LLESTEROS MoFrA sobre la privacidad en Internet. Su interés lo avala el hecho de haber recibido cl Premio Nacional de Proteccién de Datos que le otorgé la Agencia Espafiola de Proteccién de Datos en 2004. ¥ es que asunto capital en toda sociedad es la proteccién del Ambito pri- vado, como recuerda con acierto el pro- fesor Piriar MaXas en el prologo que pre- senta esta obra. Con rigor y una claridad de expresion que se agradece, ante tantas manidas ex- presiones y locuciones convencionales 0 los «archisflabosn, en la feliz expresin del profesor ArtET, Luis Angel Batcesninos recuerda la doctrina constitucional basica de la proteccion de los datos personales y de los derechos de libertad de informa- cién y comunicacién para, a continua- cién, analizar con detalle los principales hitos normativos que tratan de levantar instrumentos necesarios para la necesaria proteccién de la privacidad ante este nue~ vo espacio. Ast, estudia y analiza con deta- le tanto las Divectivas comunitarias sobre el tratamiento de los datos personales y la proteccién de la intimidad, como las leyes espafiolas de telecomunicaciones, de ser- vicios de la sociedad de la informacién y el comercio electrénico y la ley de firma clectrénica, que han incorporado esas previsiones comanitarias. Internet es un inmenso universo de li- bertad, pero un universo que tiene muy difuminados su contorno y sus limites. Revista de Administraciin Peiblica AZ? ISSN: 1034-7639. nfan. 170. Madrid mavo-neoetn (2006) das. 429-475

You might also like