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CapituLo 8 LOS CONECTORES' por SALVADOR PONS BORDERIA 1. Introduecién La conversacién coloquial, frente a otras variedades discursivas més elabo- radas, tiene que enfrentarse al problema de Ia organizacién discursiva. Hablar es diez veces mas répido que escribir (Chafe, 1982), por lo que no es de extrafiar que los instrumentos de cohesiGn de una conversaci6n no planificada sean diferentes de los de un texto escrito. Sin embargo, hasta hace poco tiempo, para analizar un texto oral no se disponfa de otros instrumentos que los disefiados para estudiar cl texto escrito por la gramtica tradicional o por la linghstica textual. En este ca- pltulo vamos a defender un tercer acercamiento, de tipo pragmético, que, aunque ‘no niega los dos anteriores, permite enriquecerlos desde otra perspectiva. 11, LA UNION DE ORACIONES EN LA TRADICION GRAMATICAL La tradicién gramatical?distingue tres tipos de relaciones entre enunciad yaxtaposici6n, coordinacién y subordinacin. La primera de ellas se produce en au ‘sencia de nexo (unin asindética) y las dos restantes en presencia del mismo (unin sindética). Las oraciones formadss mediante coordinacién y subordinacién —ora- ciones coordinadas y subordinadas— se dividen, a su vez, en subgrupos, lo que da Jugar a una taxonomia finita de las combinaciones entre enunciados. La clasificaciGn gramatical aplicada a la conversaciGn coloquial no permite explicar buena parte de los encadenamientos que se dan en la misma, Obsécvese el 1. Agradeaco alos pofesores Antonio Bria, Jost Poros y Scou Schwenter sus comentarioe y sugeeniag ete capita. 2. No debe considers que ls gramdics anteriores al sgl x no hayan pesado ateacin a los fenémenos propos de a converscio, En las mejores grams de nesta lengua se encuentran referencia woe oles o textiles de conjuciones como que 0 pars. Lo que ala en dics obras tn mare tesco que perma inteprarulescbsrvacioes disperses, Puedoneacontarserefecocns 8 ‘este tema en Brix (195), Marfa Zoraguino (199 y 198) y Pos (1954, 1935 y 1956). 194 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? siguiente ejemplo, en el que el hablante A cuenta lo que le ocurrié con un reloj roto ‘que se encontré en Ia calle: w PERO yo? digo no va ni nd-> digo mira ‘digo tiene wna saeta rotall 4 dicee! ESTO que lo habrin tirao a la basura y alginerto lo habré pues- to ahd (y yoo digo) por lo menos la correa/ mil pesetas por lo menos la correa valdré (RB378. 1) {Cudl es la funcién sintéctica de Ia conjuncin que en negeita? Para la Gra- miética de la Academia (RAE, 1973), que, bésicamente, puede ser 0 un relativo © una conjuncién. Como relative, introduce una oraci6n subordinada adjtiva 0 una oracién interogativa. Como conjunciGn, puede desempefar los siguientes ‘empleos: coordinada distributiva (no puede nadie excusar este trago, que sea rey, que sea papa), subordinada completa (quiero que vengas), comparativa de cantidad (mds... que), consecutiva (tanto... que) 0 causal (Enirome aqui, que Mueve). Adem, y siempre segiin Ia Academia, que puede encabezar una ora- cién exhortativa (que pase!) repetir un adjetivo con motivos enféticos (estd ‘mds muerto que muerto) 0 formar parte de Iocuciones conjuntivas de valor di verso (en tanto que, segtin que, para que). Por dltimo, en ocasiones la conjun- cidn parece no poseer funcién alguna. Se trata del que pleondstico (Pregunié D. Quijote que cémo iba aquel hombre con tantas prsiones), al que otz0s auto- res denominan explerivo. Sin embargo, que, en (1), no puede ser: 4) _pronombre relativo, porque no posee antecedente. Unicamente esto podsfa funcionar como tal, pero es el antecedente de lo. El relativo que, sin preposicién, s6lo puede ejercer las funciones de sujeto y de objeto directo. El sujeto de Ia es tructura en que se inserta es una tercera persona, que concuerda con hgbrén tirao (ellos). Bl objeto directo es el pronombre Lo, asf que el supuesto relativo no tendria funcién sintéctice en la oracién que deberta introducir: @ *y dicee! ESTO [oneyque lo habrén tirao a ta basura y algin crfo lo habré puesto ahillogsx) 5) ni pronombre interrogativo, ya que el tinico verbo del que podria depen- der segin esta interpretacién, decir, no admite la referencia a una modalidad inte- rrogativa; ©) ni conjuncin distributiva, porque se necesitarfa la reduplicacin de la conjuncién (que... que); ) ni conjuncién completiva, porque el objeto directo del verbo decir es cl fragmento ESTO... ahi, y no que... aht, como se comprueba mediante la pro- nominalizacién: Los CONECTORES 195 @ 1a. y dicee/ ESTO que lo habréntirao a la basura y algtin erio lo habrd pues- to ah b.y dice eso cy lo dice 4. *y dice ESTO eso ¢. #y lo dice ESTO €) ni conjuncién comparativa o consecutiva, ya que, ene otras razones, ne cesitaria un formante previo (mas... que, tanto... ue); ‘Dn conjuncién causal, porque, como demuestra la prueba de la pronomi- nalizacién, el fragmento en que aparece que forma parte de un constituyente con funcién de objeto directo y no existe ningin verbo a su izquierda: “ y dicee! [opESTO que lo habrén tirao a la basura y algiin crfo lo habré puesto ahilgg) {8)_ ni conjuncién que encabece una proposiciOn exhortativa, al no existr en- tonacién exclamativa en la misma; 'h)_ ni conjuncién entre dos adjetivos, puesto que las palabras situadas inme- iatamente a su iaquierda (esto) ¢ inmediatamente a su derecha (lo) no pertenecen 1a dicha categorfa gramatical sino que son, respectivamente, un pronombre demos trativo y un pronombre personal; 1). ni Jocucién conjuntiva, porque ta conjuncién no esté incrementada con otros elementos. Que, sea cual sea su funcién, es el inico marcador de la misma. ‘sf pues, tras la eliminacién de altemativas, parecemos abocados a conside- rar que que posee un valor pleonéstico. Si, siguiendo el Diccionario de la Acade- mia (DRAE, 1992), definimos pleondstico del siguiente modo: figura de construcciGn, que consiste en emplear en la oraciGn uno o més vo- ccablos innecesarios para el recto y cabal sentido de ella, pero con los cuales se da gracia o vigor ala expresion la funcién de que, en nuestro ejemplo, seria precisamente la de indicar que no posee funcién alguna. Esta poco satisfactoria solucién lleva a pensar que la res~ puesta al problema planteado por que en (1) se deba buscar en otro tipo de acer- camiento. 12. LA UNION DE ORACIONES EN LA LINGOISTICA TEXTUAL Desde un enfoque textual, la unidad méxima de estudio no es Ia oracién, sino et texto. El ser humano, cuando utiliza el lenguaje, produce textos, es decir, secuencias 196 {UCOMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? de enunciados bien constaidas y comprensibles. En la construcién de un texto se imbrican dos process ditntos pero convergetes: el primero, de tipo mis bien sin- Léctico, consiste en trabar sus consituyentes. Denominaremos exe proceso, siguiendo a Halliday y Hasan (1976), coherencia. El segundo, que se podria considerar seman tico,consiste en garantzar que el sentido de cada nuevo enunciado se atada de for- ‘ma consistente al de los anteriores. Se trata dela cohesiém (Halliday y Hasan 1976). Las conjunciones son instrumentos al servicio dela cohesién. Por ejemplo, la aparici6n en un texto de Ia locucidn conjuntiva’ por un lado... hace espera lo siguiente: 42) que, més adelante, posiblemente en el siguiente pérafo, aparezca la lo- ceucién por otro lado 'b) que exista una relacin entre el tema tratado en ambos pérraft €)__que dicho tema sea susceptible de enfocarse s6lo desde dos puntos de vis- ta (los introducidos por las dos locuciones); )_ que ambos pirrafos formen parte de una secuencia en la que se desarro- He 0 ejemplifique algin aspecto aparecido anteriormente Desde dicha perspectiva, las conjunciones como unidades al servicio de la co- hherencia poseen las siguientes caractristicas: 4@) Todas las conjunciones se pueden clasificar en subclases seménticas. Van Dijk (1980) distingue cuatro grupos: aditivas, disyuntivas, condicionales y contras- vas, Halliday y Hasan (1976), por su parte, dviden todas las conjunciones en adi- tivas, adversativas, causales y temporales. A estas relaciones, més «abstractas» 0 ‘profundas» remiten los significados «superficiales» de todas las conjunciones. b)_El valor de unin se estudia principalmente en el &mbito oracional; para ‘otros niveles se considera que los resultados son extrapolables (Van Dijk, 1980, 141), por lo que todos los usos de las conjunciones remiten, en ltima instancia, ‘estas cuatro categorias subyacentes. ©). Un aitimo aspecto destacable es que no se aprecian diferencias esencia- Jes entre un texto oral y un texto escrito. Ambos son tipos de textos y la variacién cesperable enire ellos no afeca ala aplicabilidad de los principios que igen su cons- ‘ruccién, Las diferencias que separan texto oral y texto escrito no son, desde la Lin- ‘listica Textual, bésicas, sino supeficiales. Estos principios poco pueden decir sobre el uso de que en (1). La unig no se produce entre consttuyentes del mismo rango, sino entre una palabra (esto) y una proposicin (lo habrén tirao a la basura). Resulta dificil explicar en qué consiste 3. Distngumos ues ios de unidaseseauncla sive comunicatv), rai uve sintictico) Y proposicn (ave serio). ;Socorre! © Comarer, un café mo son cracioes, pe comunican vn Imenajeatdoomo; son, por tna, enunias. Jan bebe un café, la ver, rain yenncadoy Ia ‘suvetra que adopa Ia informacion semSnia, x dei, Tora gies, eepeesena la ropes Que subyace a toda oda ‘Van Dijk (1980) haba de conesisn y coherencia. En ueminospteidos 2 Hliay y Hasan se expesa Casado (1993, 19, "En este punto, el estudio de los conectores confaye come de algunas wnodesfaseoogins. Vid exp 7 Los conscTORES 197 la coherencia que debe de mostrar la unién de ambos constituyentes, si ésta se ex- plica en funcién de las relaciones semanticas anteriormente mencionadas. El uso de {que en (1), por ejemplo, no es adscribible a ninguna de las relaciones establecidas por Van Dijk: adiciGn, disyuncién, condicionalidad o contrastividad®. La idea de {ue los principios de conexién y coherencia, tal y como han sido definidos para el texto escrito, se puedan aplicar al texto oral parece, pues, matizable. 2. Conjunciones, conectores y marcadores del discurso Obsérvense los siguientes ejemplos (extraldos de Briz, coord., 1995): o (hojeando una revista) miral. Laser medicinal hablando de Miser (AP84, A.l, 801] o ‘A: pero es quee- ees otros tiempos B: ya/ bueno bieen/ otros tiempos/ pero es que es demasiao/ demasiao de- (S.65.A.1, 4-5] a se pode poner mca eos ab (eno (4) [claro/ claro}/ pues! ,qué me estabas di- © Send dt cigitor (6.68.B.1 + G.69.A.1., 47-49] Las formas en negrita, pertenecientes a diversas categoria gramaticales (Ver bos, adverbios y adjetivos), desempefian funciones no gramaticales. En (5), el ha- biante tama la atencién sobre una circunstancia de la enunciacién; en (6) el hablante expresa un falso acuerdo sobre el que edifica a continuaciGn su oposicién. Por iltimo, en (7), el locutor se sirve del mismo procedimiento para preparar un ‘cambio de t6pico. Estos valores estin ligados a a interaccin entre hablante y oyen- te y se caracterizan por no estar integrados ni en la estructura sintéctica de la ora- cin (seria diffil determinar qué funcién desempetian o sobre qué elementos inc defn) ni en su estructura semdntica (forma l6gica). Estas funciones también pueden ser desempefiadas por conjunciones,? como se muestra en los siguientes ejemplos 46 Bata condiciones se deinen, e sora de! autor Rlans, en eminos de condiciones de ver ad. Alm haber en ext ato dot proporcone subyscets, Is condcoces de Verde dl corer fe pueden calelr, Por lo que ae rete alaeasificaion de Haliay y Hsin, pda estacar un ‘seo alr adv que conta ala coalauaide del masse 7. Lar grams an seals alguncs de estos wos poe medio de eiquets como lade diss (por efmpo para y, pero pues —RAE, 1973, 295,310 y 352—) 198 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? @) Pues si no Hlega a ser por mf no encontris un sitio como este (38.4.1, 25.26) 0) ‘oye/ hace calor aqut/ tienes Ia estufa puesta/ 0 qué? [582.A1, 605] ao) A yo ue yo gut soy yo? ‘A: Zyo qué soy tuyo? N: mi madre A: jahht! TAPSO.A1, 1040] ay J: pues mafiana te lo tag zvale? G: pero quee yal: porque yoo voy hacer la insripeign por telefono TAPSDAL, 27] En (8), pues preludia un desacuerdo con respecto a una opinin anterior; en (©) y (10), que sirve para la expresin de la intensifcaci; en (11), por el conta- Tio, permite atenuar (sobre todo por el alargamiento de su vocal) la peticién del, enunciado en el que se inserts. Las conjunciones, pues, no funcionans6lo en el n- bito del enunciado, uniendo consttuyentes, sino también en el de la enunciaci6n, ‘manifestando la acitud con que se produce o se recibe el menssjelingusico, al igual que ls formas de los ejemplos precedentes (5-1). Del mismo modo que las conjunciones pueden desempeiar mds funciones que Jas puramente nexivas, también se puede consalar el hecho contrai, tonsistente en hallar verbos, adverbios o adjetivos introduciendo cambios de tpico (12), je- rarquizando el texto (13) o manifestando una rlacién concesiva (14) (12) (C esté hablando de Jos problemas de su hijo con el coche. Mediante ‘mira, P introduce una secuencia de historia en la que narra las experien- cias de su hija con la motocicleta) CC: yo le daba um aplomo/ porque es que ademés valgo para ir al lao del con- ductor” porque su padre tuvo que hacer unas prdctcas ali sin hacer clase ni nadaT§ P Smiral mi Mari Angele es cuarenta veces ms deidida que Rosa/ para el eochel/ porque fue sacartee())- cuando se compes el Vespi- oT copis el Vespino y yor nenal jay [nena jay!=) (G.68.B1 + G.69.Al, 457-463] Los CoNECTORES 199 (13) (Mediante entonces, P cierra la secuencia lateral previa) : {segs gu ln tien a lego esto (_)¥ aqut ene » conned c: § si§ P $ entonces/ luego le dijo dice le traigoalgin zumo de pi fit algo y te tajo/ sumo pero el ero no lo queria [G.68.B1 + G.69.A1, 65-70] (14) (A y M estén hablando de qué hacer con el tic de la finca en que viven) ‘A: [perol! pero es que si no s-| sino se vendeT/nadie se hace el &nimo de! auitar los trastos M: eso también es verdad/ claro que primero tenfa que ((..)V porque abt para hacer un estudio no esté nada mall un estudiod hacer por ejemplo! ‘uitartabiques y hacer una habitacién solamente con cocina y cuarto de bafto y de- lo demés todo un selén para (fun pintor o un estudio}= 18.65.81, 228-233] Por iltimo, no es infrecuente encontrar, en la conversacién coloquial,conjun- ciones con valores distintos a los de su descripcién gramatical. Témese como ejem= plo, una vez més, que: as) CC: i cojo el de as nueve menos tece minutos! como le euesta cinco mi- nutos por bajo teat alas nueve en punto estoy en Ia oficin/ pero s tengo la mala suerte/ (°que la tengo casi todos los dias)/ de perder ése § U.82.A1: 822) a9) ‘A: (tengo que habla) con el ayuntamiento fol ‘A: ((_)) porque estoy que si entroT que si no entroT (( )) Br a sf afl que extabas esperando aver (peo: | (6.68. B1 + G.69.A1: 299] a7) ‘Siar ex ahoral ya puede ser mediodtaa/mité mafianaaT que mit tar- deel tiene que ser ahora eh que yo he dicho tantas veces mana ya on el tabaco y con! otras muchas cosas! con muchas decisiones qe te- nes que tomari// como digas maana? c-va- vas vendido TAPSO.A: 608) as) c: $y luego Hlegan tres tfosT Ll c ((_)) cuatro y entre los tres hicieron ahi— (una hazafia— =) {un trabajo} 200 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? que aquello fue—/ que{a mf- (( ))]_ {épicol nano (RISAS)} (38.4.1: 713) «sy ‘A: (RISAS) dame fuego§ 8: § mg & § que lo wyo lo he intenta localiza()T pero fs que? tiene el teléfono portti()1/ (d'eseeT=] {AP80,A1: 123) En (15), que se asemeja @ una conjuncién copulativa; en (16) presenta la dis- posicién de las conjunciones distributivas; en (17), valores disyuntivos; en (18) sir- ve para distinguir una relacién de causa a consecuencia. En (19), por dltimo, une el enunciado al resto de la conversacién; esta relacién no es reductible a una rela cién oracional entre constituyentes. ‘Ast pues, al estudiar la unién de elementos en la conversacién coloquial es necesario tomar en consideracién: 4@) que no todo elemento que une pertenece a la categoria gramatical conjunciGn; ‘)_ que una conjuncién no siempre indica la existencia de unin entre unidades, y ¢) que los valores de unién de una conjuncién no siempre se corresponden ccon los que marca le descripcién gramatical habitual. Lo que los ejemplos (5) a (19) sugieren es que tanto conjunciones como otros elementos (fundamentalmente, adverbios, locuciones prepositivas y adverbiales, unos ppocos adjetivos y algunas formas verbales e interjecciones) comparten un espacio fun- ‘cional caracterizado por su carécter no oracional, tanto en el Ambito dial6gico (donde ‘marcan Ia actitud con que se enuncia el mensaje, indican acuerdo o desacuerdo o ma~ nifiestan relaciones interactivas) como en el monolégico (ejemplifican, jerarquizan 0 reformulan). Este es el espacio al que se denomina marcacién del discurso8 Afirmar ue algunos adverbios, verbos 0 conjunciones son marcadores discursivos no es tna ccontradiccién; significa que, en algunas ocasiones, funcionan como tales; la nueva cla- se de palabras se establece a partir de la funcién comin que los engloba. En conse- ‘cuencia, una forma verbal como mira funciona como verbo pleno en (20): (20) Juan mira el paisaje por la ventana como marcador discursivo en (21): (21 ey presenpade pong a Jam yo coe a ene negocio. 8 Poros (1998: 25-26 otece la siguiente defnicde: Los marcadores del ducuso so ubades aguas lvarbles, no etc una func sn lca en el marco de a prediecion oacionaly poseen wn cometido coincigeate ene ici el de ‘ui, de aeuerdo con sus sins propiedades morfosintcas,sedncasypragmacas, ls infren- las ques reaizan ena comuniecin.» 1L0S CONECTORES 201 La marcaciGn del discurso es una (macro)funcin bajo la cual se engloba una setie de valores no oracionales que comprende varios planos (enunciativo, argu- ‘mentativo einteectivo —vid. cap. 2—). Las unidades que marcan el discurso for ‘man una categorfa funcional, es decir, una selecién de formas algunas de cuyas currencias desempefan la misma funcién. Deci sin ms que claro es una mar- ca de acuerdo, pues un conector 0 es decir un reformulador es inexacto, porque se pouria pensar que estas unidades solamente tienen estos valores.® Afimar, por el contrario, que claro se puede utilizar para marcar el scuerdo, pues para conec- tar enunciados 0 intervenciones y es decir para establecer la igualdad entre dos constituyentes discursivos se acerca ms a Ia polfuncionalidad que se observa en el coloquio, donde la relacién entre formas y funciones es suprayectiva, tal y como se expresa en el siguiente grafico: (onde F = formas y G = funciones) La marcaciOn del discurso incluye diferentes funciones, de entre las que desta- ‘cams las siguientes, relacionadas con la conexiGn:!0 F. argumentativa [Demarcacién Formulacién Mareacién | Conexién —> Estrvcturacién inicio el» IF. metadiseursi Regulacién | progresién iscurso cierre [Reformulacién Modalidad (Control de contacto 9, Ete panteamieno recuete en los actuals libros de texto para Becilratoy Logs, put- ‘e hacer cee a lomo queen er de memories lsta de conjuncones,aora ha de exular ia s+ ts de smareadores de gjemplifesiie,wconetoresenumeaivoe 0 econecoes de contrasts 10. Otaseasifiacones, ew riz (19930 y by; Pors (199); Main Zmaquno y J. Poros (4989. 202 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? ‘La marcacién del discurso se relaciona con el enunciado y con la enunciscin, Por un lado, estudia el mensaje como un producto con unos consttuyentes inter- 10s. Por otro, relaciona el mensaje con el emisor y con la dialéctca emisor-recep- tor, Los conectores del lenguaje hablado, por muy prototipices que sean, no dejan de funcionar también en estos planos. La relaciGn’de adversatividad entre una in- tervencién y otra encabezada por pero, por ejemplo, es también una marca de de- sacuerdo desde el punto de vista interactivo. Ante este esquema, de base funcional, cabe plantearse dos preguntas: 2) {Cémo se relacionan los términos del esquema con el estudio de los ‘conectores? ) ~Cémo se puede analizar un uso concreto de un conector en la conversa- .!? La aparicién del primer pero, sin embargo, niega esta posibilided, puesto que a partir de «no dejar de solteros» se puede coneluir «no montar una timbav: sia éstos los dejan de solteros pero no los dejarfan 1 1 vamos a hacer una timba alli no vamos a hacer una timba allt Obsérvese que pero no opone el contenido seméntico «no dejar de solteros» a adejar de solteros», sino a la relacién entre un argumento («dejar de solteoss) y la conclusién a que permite acceder («montar una timba»), La relaci6n entre el con- tenido seméntico de un enunciado y el conjunto de conclusiones a las que permite acceder se denomina orientacién argumentativa. El segundo pero, emitido por un hhablante distinto, crea una nyeva relaciGn, esta vez entre «dejar de soltero (a mf)» «montar una timba», que shtenta invalidar la secuencia argumentativa estableci 4a por el hablante anterior, V. Este segundo valor, de cardcter dialégico, se inter- preta, ademés, como marca de desacuerdo: A: pero no los dejarian B: no dejar (2 ti) 4 1 no vamos a hacer una timba allf hacer una timba (yo) Imaginemos ahora que los directivos de un club de futbol discuten la conve- niencia de reforzas la plantilla para la préxima temporada. Un directivo podria afir- ‘mar lo siguiente: 23) EE delantero centro es lento, pero controla bien el balén (= > fichémoslo) " 3 + {A lo que otro podrfa oponer, usando las mismas palabras en un orden distinto: (24) El delantero centro controla bien el bal6n, pero es lento (= > no lo fichemos) + é ° El «significado» (el significado de diccionario) de ambos enunciados es el ‘mismo. Su orientacién argumentaiva, no. ‘Abstrayendo el significado de los argumentos que une pero se comprobaré que, en ambos casos, este conector une dos enunciados que llevan a conclusio- nies optestas: si el primero se dirige hacia una conclusién negativa, el segundo 12, Se entecoilla el contenido semdatico dl enuniao. 204 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? unta @ una conclusi6n positiva y viceversa. Diremos pues que ambos enun- ciados estén antiorientados. La conelusién lleva siempre el mismo signo del se- {gundo elemento, de modo que pero no se limita simplemente a enlazar sino que, por el mero hecho de aparecer, obliga a releer las secuencias conectadas en un sentido concreto. En esto consiste su valor argumentativo. La novedad con res- pecto al carfcter adversativo de la tradicién gramatical radica en que lo que se ‘pone no son oraciones, sino argumentos, razones para llegar a una conclusién, esto se puede expresar prototipicamente mediante oraciones, pero también me- iante palabras (Juan es listo pero vago), secuencias de enunciedos 0 pérrafos entero. En resumen, podemos emitir una regia que describa el funcionamiento de pero del siguiente modo (A = argumento; C = conclusin}: A, pero Ay A, y Ay estin antiorientados ‘Ag > Aj (Ag és argumentativamente més fuerte que A). C= > Aj (la conclusiGn tiene la misma orientacién que A;) ‘Todos —o casi todos— los conectores tienen valores argumentativos; de ah ‘que se haya hablado de la existencia de conectores argumentativos como pero. Junto a la funcidn argumentativa hay que sefalar que los conectores & me- nudo se uilizan para guiar las inferencias que se pueden extraer de los enunc os. En la comunicacién humana —y especialmente en Ia conversacién co uial—es relevante tanto lo que se dice como lo que no se dice. Grie (1975) fialé que existe un mecanismo para calcular el significado implicito en los enun- ciados ¢ indic6 el carécter inferencial del mismo. La Teorfa de la Relevancia perber y Wilson 1986; Wilson y Sperber 1993), siguendo el eamino marcado Por Grice, considera que los eonectores son guias para el proceso inferencial del coyente. Por ejemplo, de la aparicin de pero se infire que los elementos a tener en cuenta para la continuaciGn de la conversaciGn son los introducidos por el se- ‘gundo enunciado y no por el primero, porque el segundo enunciado anula las in- ferencias que se puedan extraer del primero. Todos los hablantes de espafiol co- nocen Ia estructura En mi casa somos pobres pero honrados. {Por qué esté fjada esta estructura y qué quiere deci? A partir de Juan es pobre pero honrado no es posible inferir que Juan sea un delincuente, porque el conector adversatvo indica aque las tnicasinferencias vidas para procesar el enunciado son las del segundo rmiembro (y a parts de Juan er honrado no se infiere Juan es un delincuent,sin0 todo lo contrario). Sin embargo, del primer enunciado sislado, Juan es pobre, se podria inferir, entre otras cosas, que la pobreza puede llevar ala no honradez, por asf decitlo. Curiosamente, la expresién correspondiente en inglés serfa John is poor but happy, lo que indica que el concepto de pobreza se conceptualiza de for- ma diferente en espafol y en inglés; en nuestro idioma se lo ve cereano a la de- lincuencia; en inglés, no lejos dela infelicidad. Los coNECTORES 205, 3.1.2. Funcién metadiscursiva La funcién metadiscursiva tiene que ver con la planificacién discursiva (Ochs, 1979), que comprende tanto el discurso planificado como el no planifica- do, En este proceso distinguiremos dos dimensiones relacionadas con la cone- xidn, Por un lado, la estructuracién, que tiene que ver con la organizacién de los constituyentes linghfstcos, en sus diversas unidades (secuencia, intervenci6n, tercambio) y, por otro lado, la reformulacién, es decir, el proceso de distanci ‘miento (Roulet, 1987; Rossari, 1994) que, en ocasiones, mantiene el hablante con respecto a lo dicho y que implica que lo que éste dice después del reformulador es el segmento més importante para la continuacién del discurso. Los (usos de Jos) conectores que sirven a este fin se incluyen dentro de lo que Briz (1998) de- rnomina conectores metadiscursivos. 3.1.24. Estmucturasi¢n Conectar no es s6lo indicar el tipo de conclusiones a las que se puede llegar, dado un determinado enunciado, sino también ordenar, componer o jerarquizar el ‘mensaje. La relacin existente entre los dos enunciados de (25) 5) EI Ejecutivo alabé la gesti6n del ministr. La oposicin puso de manifiesto su disconformidad puede concretarse con la ayuda de los siguientes conectores: 26) Mientras el Ejecutivo alabé la gestiGn del ministro, la oposicién puso de rmanifiesto su disconformidad Aunque el Ejecutivo alabé la gesti6n del ministro, la oposici6n puso de ma- nifiesto su disconformidad E] Ejecutivo alabé la gestién del ministro pero la oposi fiesto su disconformidad ppuso de mani- ‘Ademés de las relaciones temporal, concesiva y adversativa, el conector indica {que la informacign principal aparece en el segundo acto, con lo que se marca, en los tues casos, una relacién de acto subordinado a acto director (As-Ad).!3 Tanto el tipo de relacién como la informacién jerirquica podrian sobreentenderse, dado un con~ texto suficiente. No se olvide que ia interpretacin de una conversacién coloquial de~ pende en gran medida de las circunstancias de la enunciacién, que restringen el aba- nico de posibilidades de interpretacién. Sin embargo, los conectores son necesarios 19, Estos cooseptos esti toma de I Escuela de Ginebra (vd. Roulet eal, 1985). Su ali aca al estudio dela conversa coloqual puede vere ene ap 2. 206 {0OMO SB COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? Porque permiten expresar estas relaciones de una forma més econdmica. En su au- sencia, el oyente deberfa infer una relaci6n que, con su presencia, aparece explici- tamente en el contenido seméntico de la oracién. Los conectores son, pues, elemen- tos estructuradores y permiten descodifcar el mensaje de una forma més econémica. Distinguiremos tres valores dentro de esta funcién: demarcativo, formulativo y regulativo, que se realizan preferentemente en tres unidades del discurso: la se- ‘cuencia, el intercambio y la intervencién. 31211. Demancacién Se trata de un valor de a funcién conexién en el émbito extraoracional, me- diante el cual se jerarquizan e interrelacionan las diversas partes del discurso. La conversaciGn coloquial, pese ano tener une onganizacin supraoracional tan estrc- {a como otros tipos de texto, organiza sus contenidos en secuencias. La secuencia 8 una unidad discursva defiida por la coherencia temtica de las sucesivasin- tervenciones de los hablantes que, a diferencia de lo que ocure en el registro for- tal, no esthplanificada de antemano y cuyo resultado se delimita a posterior como resultado de la interecci6n entre sus partcipantes. Los eonectores con fe- cueneia aparecen al principio de las nuevas secuencias, marcando de este modo la continuidad a nivel macroestructural del mensaje. Funcionan, en este caso, como ordenadores del discurso (Alcina y Blecus, 1975). Por ejemplo, en el siguiente fragmento dela conversacin (RB.37.B.1), @ ‘A: nol oyel paa normalmente toos los das no se lo ponDRA/ pero asi al- agin dfa-> que see vista bien o algoTS C: §claro ( )) Bi jab! y atin Vine la ora noticia que también! menuda semana han tenido§ ‘A: STuego han hecho fijo a mi marido {(RB.37.B.1, 249-253} la fnea 251 cierra Ia secuencia de historia que ocupa la mayor parte de la conver- sacién (el relato del reloj) y abre una nueva secuencia, en la que se pasa a hablar del nuevo contrato del marido de A, introducida por los conectores y ain y por lue- 4g0. Ambos marcan la igualdad jerérquica de ambas secuencias, que funcionan ma- ‘roestructuralmente como justficaciones del enunciado de las lineas 39-40 (pare- ce que todo} nos venga rodando (sic). En el nivel interactivo, Ia conexi6n textual ¢s un indiio de la planificaci6n del hablante, como sucede con locuciones como por un lado... por otro lado, comenta- da anteriormente, o con series como en primer lugar... en segundo lugar... en ii- ‘mo lugar, que manifiestan la voluntad del que habla de estructurar su mensaje en una setie ordenada, y argumentativamente coorientada, de elementos. En ambos casos, los conectores pueden aperecer como marcas de este proceso. Sefalemos que, mientras {ue en el segundo caso la presencia de conectores es habitual, tal vez por tratarse de Los CoNECToRES 207 una relacién semnticamente més especalizada, en el primero puede no serlo: en ta- les ocasiones, la presencia de un conectorfaclita la interpretacién de un enunciado. Por ejemplo, en (27) se podrfan suprimir y ain y luego, manteniéndose la aceptabi lidad de las secuencias, pero su presencia, como se dijo anteriormente, asegura la di- receidn en que se debe interpetar el mensaje, evitando de este modo ambigledsdes. En el registro formal existe una serie de conectores especalizados en dicha funci6n, como otros, item més, en {primer segundo,.., timo] lugar, etc. (Mederos, 1988). 3.12. Formulacién El formulativo es el valor que asume la funcién conexién en el dmbito infra- oracional. Producir un mensaje supone un esfuerzo cognitivo considerable en el que hay que respetar una serie de estricciones impuestas por el tipo de discurso (la con- versacin), por la relaciGn establecida entre eVlos iterlocutor/es y por el desarro- lo de la conversaciGn, El emisor de un mensaje ha de integrar habilidades propias| dde un hablante (producir un mensaje que pueda ser procesado por el interlocutor € integrarlo en un t6pico discursivo y en una secuencia conversacional) y de un oyen- te (proceser la informacién que acaba de emitir el interlocutor, lo que requiere una actitud especifica, denominada ostensivo-inferencial por Sperber y Wilson (1986). Este proceso no es perfecto. La conversacién, en palabras de Sperber y Wilson (1986: 45), est «gobernada por una heurfstica imperfecta» y «lo misterioso, y que requiere explicacién, no es cl fracaso sino el éxito» (ibid) Los conectores reflejan las dudas y marcas atrés del proceso de produccién el mensaje. Denominaremos a este proceso formulacién, 28) S: claro nod et de allftambién zeh? subia un piso 0 dos! el dee-el de Ma- IorcaT” pero claro! tu vetas/ velas la 20- la playa desde- desde l'ascensor ésel por eso sf que tenia muchoo=wilQ5") a mf ese Pryva me gusta [APSO.A.L 409-412] En (28), donde el hablante describe un ascensor exterior que ha visto en Ma- Horea, surgen problemas de planificacin, que se reflejan en la abundancia de re- peticiones (el de- ef de), pausas (vefas/veias) y einicios (desde- desde). El uso de claro en negrita marca la voluntad de continuacién del tumo de habla y se acerca al valor de pausa oralizada, como también ocurre en el siguiente ejemplo: co) ‘i un grupo de masica se Ilama-v/l a floc- a floc! ofl sigue! eaguls! (2.3%) pero entonces no s6-2/ eagulsY 00 J: igual éste es el plural d- de éste jsabes? Sue agus nos A {Santit) S: esto es el vuelo de las éguilav! entonces claro [APS0.A.1: 225-230] 208 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? (Claro indica un acuerdo que supone una voluntad de mantener el umno de ha- bla ante os problemas que plantea el t6pico discursivo (la traducciGn al espatiol del nombre de un grupo musical inglés). 3.12.13. Regulacién El regulativo es un valor que asume Ia funcién conexién en la intervenci6n y en el intereambio y consiste en marcar el inicio, continuacién o final de 18 uni dad en que se inserta, La diferencia con respecto a Ia demarcacién radica en el mbito en que se produce. Existe una relacién de inclusién entre ambas funciones: todo demarcador es, ala vez, un regulador de la intervencién en que aparece pero, ‘al mismo tiempo, desempefia funciones jerarquizadoras en la secuencia La regulaciGn al inicio dela intervencién marca el carécter inicativo o reac- tivo de la misma, ofreciendo de este modo instrucciones sabre su papel jerérquico con respecio al contexto previo. En (30), 0) S: ual fees} J Geum trabajo. S: = la misiOn dee/ del agente (de seguros?] [ve-vender] seguros!/ vendia yoo!/ una tem- poradal// no vendt ni uno y lo tuve que dejar ‘A: (RISAS) pues por eso! yo ni lo he cogio [AP80.Al, 129-136) el pues que aparece al principio de Ia intervenci6n de A desempeta tres funciones: marca el carfcter reactivo de ésta y vincula su interpretacin a la de la interven- ccién precedente, le confiere el carécter de tumo (por manifestar su aceptacién de la misma) y sefiala Ia existencia de un intercambio, formado por su inlervencién y Ia precedente. Los demarcativos, por el contrario, marcan una relacin jerérqui- ‘ca que sobrepasa el intercambio. La regulacién como marca de progresin se da en el interior de los intercam- bios y sieve para marcar el carécter subordinado, director 0 co-subordinada/co-di- rector de los distintos actos; esta funcién se superpone a la argumentativa. Por ejemplo, en (31), ep ‘A: *(claaro)*/ pa eso estamos pa [servirles] M: [yaa/ oye] no/ pero no somos criadaslojo! ‘no somos criadas tampoco/ {hay que ponerse en su sitio] {S.65.A1, 415-417] 14 Térmiaos tomatoe de ta Escela de Ginebra, Para su uso en exe volumes, wid cap. 2 Los conecrores 209 cl conector pero indica el carécter antorientado de los dos actos que une y, des- de el punto de vista estructurador, funciona como regulador de progresiéa en el interior de la intervencién indicando una relacién de acto subordinado a acto di rector. En este punto se pueden inclur las elaciones oracionales tradicionales. Si guiendo con (31), se puede distinguir una relacién adversativa entre las dos inter- Venciones, que estén argumentativamente antiorientados. Adversativa, porque se pueden distinguir dos constituyentes oracionales (estamos para servirles y no s0- ‘mos criadas). Estructuradora, porque se refiere a la regulacién de dos interven- ciones. Argumentativa, porque las dos intervenciones permiten llegar a conclusio- nes diferentes. De este modo, entendemos que los valores oracionales de las con- Junciones se relacionan con los valores de los marcadores del discurso,'5 posible~ mente —y esto es sélo una hipétesis— como especializacin a partir de funcio- nes pragméticas. Obsérvese que comenzar el andlisis desde las funciones permite explicar la polifuncionalidad de un conector y, ms importante ain, el que una ‘currencia de un conector se pueda analizar desde distntas, aunque eomplemen- arias, perspectivas. La polifuncionalidad de la que se ha hablado a lo largo de todo este capitulo es una necesidad para entender el funcionamiento de estos ele- rmentos en 1a conversacién coloquial.'6 El tercer y dltimo valor de la regulaci6n es el de indicar el ciere dela inter- vencién o la secuencia (Briz, 1998: 220-224). 3.122. Reformulacién Cuando hablamos no siempre mantenemos la misma posicién. A medida que la cconversacién avanza, el hablante parafrasea lo que ya ha dicho para que se le en- tienda mejor, se aleja de sus posiciones iniciales si cl desarrollo de la conversacién le fuerza a ello o retoma las palabras de otro para construir su propio discurso sobre cllas. Esta funcién, que no puede equipararse ala argumentativa,” se denomina re~ formulativa. En (32) y (33) se ejemplifican los dos casos més comunes: (32) G: yy [después] de haberse lefdo el libro en su casa 0 s(e)aen los rtos que tenia libres/ fue al de la autoescuela y le dicee oye aptintame para examen [L.15.A2, 1056] 15. Con todo, ésa es una relaisn especialy sujeta a fra ivesgaiones, Lo important que de este modo se pueden integra en la expicecn los valores eraionales Wadicionales que, ‘gu dada cabe, también se dan en in coavereacia colo 16, O en el lengusje habla en general Es sotomsic que la Escuela de Ginchra ead por Roulet, woo de los rapes de wabjo qu con mis decicacin se ha enretao 2 eos problemas, cambiar bo visi jedrguiea del discus (Rosetta, 1985) por uaa modular (Rule, 1991, en Ia {ue el objeto de esadio asume un eareter mlimensonl aya compeensiéa se alcanza a waves de [a ealzacin de anisisendistinosplaos que enn sepunio moment, supepone. 17.” Ba ete panto seguimoe a Rout (1962) y Ross 1994). 210 {COMO SE COMBNTA UN TEXTO COLOQUIAL? (33) (A.C y D hablan de la estancia de A en Bél comer allt) CC: gentonces/ en los bares qué hacen? ‘A: pues cosas raras/ platos combinaos o cosas de esas D: aquf no hacen eso A: [0 una cosa] B: [o sea] alt no hay costumbre del bocaillo ni historias geh? (H.38.A1, 569.575) 4 de lo que se podia En el primero, 0 sea equpara leerse el libro en casa y en los ratos libres. G quire decir que el tiempo que la persona de la que habla dedics a prepara el exa- men teGrico del caret de conducie fue el tempo libre, que es el que estaba en casa. En el segundo no se establece una relacién de igualdad entre sus miembros; por el contraio, B indica que lo relevante para él no es lo que hagan en los bares (cosas ‘raras/platos combinaos 0 cosas de esas), sino que no se hagan bocadilos (all no hay costunbre de bocadilo ni historias). La primera de estas relaciones se denomi- na parafrstica y se relaciona con procesos de expliaciGn,equivalencia,e inluso con las repetciones (Norén, 1995), que sirven para aclararaspectos no comprendi- dos de una intervencin en la intracciGn comunicativa, asf como para rforzarlos. La segunda se denomina no parafrstica y tiene que vee con los procesos de comeccién por los que un hablane rectifica lo que ha dicho hasta el momento para marcar como relevante lo que va a decir a conintacin, Marcadores como en el fondo, en defini ‘va o en swma funcionarian de forma preferente como marcadores no parftisticos. 3.2. La MODAUIDAD Los conectores (gue, pues, pero, entonces, etc.), no s6lo se utilizan para unit ‘enunciados, intervenciones u otros constituyentes. Con frecuencia sirven de ve- hculo a otro tipo de valores, como el acuerdo (34), el desacuerdo (35), Ia inten- sificaci6n (36) y la atenuacién (37): (4) (E y L hablan de las oposiciones a ensefianzas medias) : los temas HECHOS? L: (lo que) pasa es que te cuesta veinte mil o treinta mil pelas§ E ‘Sah pues yan da igual te redines con cuatro cincoT/ te eines con cuatro 0 cincol fy sa- cas ti los temas) L [eta ro/ claro} es una ideas (L.15.A2, 286) es) 'S: pero a mf tam- a mf tampoco me gusta que llamen maméT L: pues a mi sf (AP. 80.1] 1L0S CONECTORES au G6) J: :pero sobre qué es la sentenciat? ‘hombre! jes que le han presenta un reeursoTY jes que no quiere con- vocar el plenoT! G: que no quiere convocar el pleno de extraordinaro(( » UR82AL, 707) en ‘A: Pero si ahora pagamos mil pesetas de luz de escalera luego tendrian que ser a lo mejor diez mill (E-es un gasto enorme} M: [((Pues 0 sea eso es lo que hay)) [S.65.A1, 219) ‘Todos estos valores forman parte de una nueva funciGn, distinta de las ante- sores, denominada modalidad, entendida como hiperGnimo de un conjunto de ac- titudes en las que se pone de manifiesto cOmo el hablante se enfrenta al mensaje. No se olvide que el tipo de texto analizado es una conversaci6n perteneciente al re- Bistro informal de la lengua y que, como toda conversacién, es un hecho social en el que se pueden rastrear las huellas de la interacci6n mantenida por los partici- pantes. En lenguas como el alemén existe una clase de palabras, denominada par- ticula modal, por medio de la cual se expresan estos aspectos no condicional-veri- tativos del significado (cortesfa, atenci6n, énfass...).!¥ El espafiol no ha codifica- do de forma tan gramatical esta funcién, aunque esté presente en unidades como ‘ues, que, bueno 0 claro. Pero puede funcionar como conector argumentativo, al tiempo que, desde el punto de vista modal, indiea desacuerdo, como en (38): ) M: Bueno pues ya verd eso/ Y aparte eso/ pues ya ha visto [((dos))]= a {pero eso] M: =millones! a pagaos los-cine-mira mira/ me lo dijo todo todo todo [clar- sismo} A {pero ©] pero es quell es que es el gasto que Hleva el ascensorli/ [S.65.A1, 208] Bajo la etiqueta de modalidad se esconden funciones como la atenuacién y la intensificacin, el acuerdo y el desacuerdo, que con frecuencia se expresan median- te formas que también funcionan como conectores: acuerdo (bueno), desacuerdo (pues, pero), intensificacion (que), atenuacién (que, claro). De estas cuatro funcio~ nes, Ia intensificacién y la atenuacién son (proto), tipicamente monolégicas, mien- tras que el acuerdo y el desacuerdo son (proto) tipicamente dial6gicas.? 18, Exosfentmenot han sido analizados por Is coiente de esudios denominata Partityors ‘chang (Wey, 199, 1983, 1989; lie, 1970, Bubliz, 1978 ene ovo) 19.” Bn lo atos en qu se manifesta aver y descuero deat dea intrvenci et impli- cado, de una wots manera, el conceto de polfonts (Duro, 1986) 212 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? 3.3. Contnot, pet. contacto La conversacién es una actividad social en la que hablante y oyente interac tan, Por la existencia de esta iteraccién existe en la conversacién una funcién destinada a regular Ia interacci6n entre los partcipantes de la conversacién y a ne= ociar el acuerdo en la misma, Formas como aye y mira, que'en algunas ocasiones pueden funcionar como conectores, especialmente como elementos demarcativos, se comportan las més de las veces como controladores de la actividad interactiva, Junto a ellos, otros verbos de percepcién y movimiento (csabes?, centiendes?, ves?) y ottas formas, preferentemente en modalidad interrogativa (zno?, gek?, eteétera) se habilitan para desarrollar dicha funcién (Briz, 1998; Ortega Olivares, 1985 y 1986; Fuentes Rodriguez, 1991), 4. Anélisis de un conector Al iniciar este capitulo, se comprobé que el ejemplo (1) (reproducido eémo 39) era de dificil andlisis, tanto desde una perspectiva gramatical como textual. ‘Vamos a analizarlo en los téeminos que se han ido desarrollando a lo largo de este capitulo: 9) ‘A: § PERO yoT digo no va ni nd-> digo mira ‘digo tiene una saeta rotall y dicee/ ESTO que lo habrén tirao a la basura y algiin crio lo habré pues- ‘0 ahi (y yoo digo) por lo menos la correa/ mil pesetas por lo menos la co- rea valdrd [RB37.B.1: 51] Pragméticamente, el valor de que en (39) estableceria la unin de constitu- yyentes en el Ambito infraoracional, funcionando como elemento estéucturador formulativo, mediante el que se integra un elemento tematizado en el resto del cenunciado y en su curva entonativa. No es extrafio que el conector que asuma cesta funcidn: en el cologuio se encuentran altemancias como claro ~ claro que, ‘mira ~ mira que, 0 sea ~ 0 sea que. En estos casos, la ausencia del conector su ppone el carscter parentético del elemento tematizado y su presencia, la integra- i6n del mismo (claro, mira, o sea) en la curva entonativa del enunciado en que se integra. El hecho de que buena parte de los elementos previos tematizados pueda funcionar como conectores favorece la interpretacién de que como for- ‘mulador, puesto que cuando dos conectores coaparecen han de ser semfntica- ‘mente compatibles y, con frecuencia, funcionar en planos distintos del discurso. ‘También se podria apreciar un matiz intensificador (si se compara con el mismo enunciado sin conector), similar al existente en otras ocurrencias del «que ini- cial» (Que sf, que te calles, etc.) si bien es preferible buscar pruebas lingtisti- ceas que permitan precisar mds estos términos. os conecTorEs 213, 5. Conclusiones CConectar es unirel antes con el después. Desde la perspectva pragmatica que ‘doptamos, a conexin oracional es el émbito de acidn protoipico dela misma Pero existn otros &mbitos: se puede unir una oracién a) con la situaciGn de la enunciaci6n; b) con el t6pico de conversacién (no con una oracién determinads); <) con un constituyente de natualezainfraoracional: d) con otro enunciado no con- secutivo, y e) con un argumento. Por eso hemos considerado que las conjunciones est incluidas dentro del grupo de conectores. Adoptando una perspeciva ms di- nmica, seré més exacio decir que las usos oracionales de una conjuncién (por ‘ejemplo, de que 0 de entonces) son wn subconjunto de sus usos conectivos La clasificacién que acabamos de esbozar es una clasficacin de funcionesy, con frecuencia, un mismo conector puede tener varios valores a la ve2. Pero, por «ejemplo, asoca las funciones de oposiidn y desacuerdo. De cara al anlisis convie~ ne no olvidar que la interpretaciéndepende del plano del discurso en que nos siue- ‘mos. Desacuerdo remite al plano dialdgico (el desacverdo se manifista con respec- to a lo expresado por una vor dstnta ala nuestra) y oposicin preferentemente al plano monolégico (como indica su fijacién en la relacin gramatical de tipo adver- sativo). Es deci, que la primera nocién guard relacin con las funciones iteacti- vas y la segunda con los valores argumentatvos. Cuando se clasfica un conector como comectvo, advesativo © consecutivo no se debe intrpretar que todos Sus usos se puedan encuadrar dentro de dichafuncin, sino mis bien que, en dicha clesifica- cin, se recoge la mayor pate de sus apariciones. Al mencionar la formas, hablan- 4éo por tanto de conectres, nos referfamas a aquellas unidades que cuanttativamen- te funcionan como tales en la mayor pate de sus ocurrecias y que cualtativamente desempefin las funciones de conexin mas prottpicas. Si el andlss e considera desde las formas a categrfa conectar se concebird como no disrea y se conside= ‘ard queen la misma existe un centocategoial y una psiferi dondese encuentran Tas formas que pueden habiltarse para ls funcién conectiva, en alguno de sus valo- res. Siguiendo esta idea, que ser un conecior central y mira un conector peiféico. ‘Nuestra visién dindmica no implica que todo conector pueda desempefiar un rango infinito de funciones: las palabras que lo componen, sobre todo en el caso de as locuciones, seleccionan un mimeo limitado de oficios. Ast, es imposible que en consecuencia introduzca la cause de algo 0 que en primer lugar stva para ce- rrar una enameracin de argumentos. La relacin entre formas y funciones estarfa (Ge)limitada por el significado de los componentes de cada conectory por los pro- cesos de convencionalizacién de impliaturas. La teoria de Ia gramaticalizacion (Hopper, 1991; Traugot, 1995) se ocupa de este aspecto 20, Cunato ms prio e wn contr, menos capaci se halla para desempetar fusions de wnign en el Abit oacionl Por ejemplo, condo mira sve para unr elemento fncoaa o en el ‘marco supreraionl(tredscoe de eambos de pico) een el intaorcional (ale fomalativo), pero to en el eacional. Estos ealados se repiten en oat forms. Sin embargo, cuanto mis prtepco es tn conecon mayor es el peo que los woe oraconales nen en sa dessin. Eas ideas $6 com ‘rucbanemplricamenteen Pons (198), 214 {COMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? A lo largo de este trabajo hemos sugerido una relacién entre las formas, las funciones y los émbitos en que éstos se desarrollan, que se integra en la teoria de uunidades de la conversacién defendida en el capitulo 2 de este libro. Esta relaci6n debe entenderse de forma dindmica, en términos de preferencias, y esté sujeta a ul- teriores comprobaciones. 6. Bjercicios 1. En ls fragmentos en negritaidentifique las secuenciassujto mis predi- cado e intente una clasificacién de los elementos situados a su iaquierda. :Podria hacer alguna observacién sobre su funcionamienta? uy E: sf pero slo eabemos cuatro zté no has vist e piso? L: [mm] G:{s) E: sélo cabemos euatro G: jays ‘Sque me he acordao que me tienes que dar los apuntees§ E ‘Siay! sisi Ly me los das ahora y asf me los lefvo yo=] E (sf) L sen el coche (LAS.A1, 186-196) (2) 'E: yo.no lo hago porque mi postura sea contrat? sino por m{ MISMAL porque yo! personalmenteT§ fl L: §YO NO LO HARIAR§ G: no si OYE que yo§ L Spero es que eso G: si quieres lo puedes acee/yoo8 L es que no lo haril/y ya esté 5 que nog Sprimerol. que tengo una relacién contigo que no-{ no me gustaria que acabara/pero yo es que-=} [L-1S.AL, 487-500] a3 IE: mira que si me sale ahora un trabajo que me interesaa no? Li tia pues no esté mal jn0? 21, Serefere aostse con alguien que se aaba de conocer. 22. Les novia de y se siete ena oblgci de jsf Los CONECTORES 25 G : Um site interesa y encima te va bien/ te es compatible con los estu- dios§ E: § no creo con el horario que tengoT/! compatible a lahh siETEET / ya me diris qué trabajo G : ay a lo mejor es por la mafiana L: sf pero! [de 8 a 1) [LAS.A1, 16-24] aa) L: [eclaro))a(ho)ra te bebes una-] te bebes un par de cervezas y ya no pue- es conducin§ G: §con una cerveza§ ED $si§, & con una- ung E {cero coma ochot 16 puedes con medi lito de cervezs (segiun el c6digo]$ G: {con un- sf) § Le Sear pues entonces ya$ [LAS.AI, 1438] 2. Sefale los valores del conector que en los siguientes ejemplos: ay (tema: C y P estén viendo fotografis viejs) C: [és éta est] de ag tiene historia [esto era cuando=] P fa chiguta me fo dijo) Cel concurso En Pos de Fama‘! y habfa una revsta/y ain tengo yot si no las he tirao! que no las debo haber tirao/ que se tiulabalY se Hlamaba Cli- mmal/ Y/ en la portads/ salia1/en grande¥/ una cara de -<'una chica de las de Valencia de las guapasy yor? ni conta ni prezosa te habias de hacer una fotoT/enéxtel que no &quin ey pore no 36a exh or ah el nombre! [del fot6grafo = (G.68B.1 + G.69.A1, 681-689} 22) {tema: A debe dejar su finea porque no le renuevan el conirato de alquiler} Li [zpero] °(pensabas dejarla o algo)°? ‘A: NOOII! me trabani! no me renovabsn conteto Liya [Ar pero que vamos quee tampoco la alqulan? porque no0o (quieren) TAPSO.AL, 69-72] 216 {UCOMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? 3) [lema: A y M hablan de dinero y de la posible herencia que tendrén sus hijos] ‘ME: yo también tengo mis gastos A: asf se los deja M: yo también tengo mis gastos! eh? oye] A: [se lo deja arregladito) a ellos§ M: § yo men ropa ‘me gasto mucha/ A mi me gusta ir muy bien vestida/ Que en ropa me gas- to mucho ‘A: Buena pero nos lo hacemos nosotros y no es como ir a (una butic] 18.65.41, 504] Soluciones (1) Sélo el primer que esté fuera de la estructura S4P e introduce un cam- bio de t6pico. El conector no indica una relaciGn determinada mediante la que éste se une ala conversacn (recuérdese que en espaol disponemos de marcadores que indican el cambio de t6pico, como por cierto y a propésito. (1.2) Hay dos elementos fuera de la estructura sujeto més predicade: 10 y que. Primero es un conector que funciona como estructurador supraoracional (es un ordenador discursivo), cuya aparici6n anuncia ademés la existencia de una serie ordenada de enunciados que han de entenderse como partes de una misma ar gumentaciGn. Que, por su parte, marca la unin de primero al enunciado que le si- sue (obsérvese que, en ausencia del conector, primero poseerfa una entonacién pa- rentética. El tonema descendente también resulta sigificativo —vid. cap. 11—). (1.3) Hasta ahora hemos visto los valores de los conectores en relacién con el texto. En el émbito dialbgico adquiere importanca la interaccin entre los hablantes. Enel ejemplo que nos ocupa, rfa es un sustantivo empleado como vocativo que, des- de el punto de vista iteractivo, marca la relacién entre los participantes y s¢ emplea, dems, como marea que sugiere la imporancia de que el oyente procese el frag ‘mento que sigue (conrola el contacto). Dentro del marco estableido por el marca dor de relacién interactiva, pues enlaza la respuesta a la intervencin anterior (es un regulador de progresin a nivel interactivo), marca el inicio de Ia intervencién —ni- vel monol6gico— y refuerza Ia valoacin posiiva de I intervencin precedente. Los valores conectivos y modales aparecen de este modo unidos en la misma forma. (14) En esta intervenci6n, claro marca, en primer lugar, el acuerdo con el ‘enunciado precedente. Las marcas de acuerdo y desacuerdo suclen aparecer en po- siciGn iniial como en los casos semifijados de s1/ pero, no/ pero). Este acuerdo es la base a partir de la cual ef hablante construye su intervencién, mediante un co- nector que indica respuesta o réplica (pues) y otro mis espectfico, que sfiala que el tipo de relacién que media entre el acuerdo y la nueva intervencién es de causa a consecuencia (entonces). Cuando los eonectores aparecen agrupados suele suceder ue los de significado més general se sitian en primer lugar y los més especializa- dos después de Estos. Por este motivo podemos encontrar combinaciones como pero Los ConecToREs 217 ‘aunque... 0 y entonces... mientras que son agramaticales *aunque pero 0 *entonces y. En este caso, los conectores de valor inteactivo preceden a los de valor gramati- cal, hecho que se puede incluir en la tendencia anteriormente mencionada. 2.1) Valor unitivo inespectfico, relacionado con la sintaxis parcelada propia el espafiol coloquial. Obsérvese que su intercambiabilidad por otro conector ines- Pecffico como y es posible. (2.2) Valor formulativo, La produccién del enunciado plantea dificultades, ‘como se puede observar a partir de la presencia de vamos y del alargamiento vo- blico de que. (23) Ademis del valor de uni6n, la repeticién del primer enunciado (yo en ropa me gasto mucho) otorga un valor enfitico a que. Considérese que una for- ima de enfatizar algo es repetirlo y que, en casos de repeticiones, sobre todo en el Ambito dial6gico, cl mareador que suele acompafiar al fragmento repetido ‘que (—Ven a casa. —;Qué dices? —Que vengas a casa). El andlisis de conversa- cones, como se puede observar, no siempre permite una separacién clara de fun- ciones; la amalgama es frecuente, porque el lenguaje hablado es la cistaligacién de una serie de estrategias (ineractivas, argumentaivas, cognitivas). Lecturas recomendadas Para comprender el valor de los conectores como articuladores del lenguaje necesario tener en cuenta diferentes perspectvas de andlisis. Briz (1998) es una ex- plicacién pedagégica y rigurosa de los principios que intervienen en el espaol colo- , BRAE, LXXY, mayo-agosto, 231-269. — (1995b): «Del discurso oral a la gramética. La sistematizacin de los marcado- res discursivos», en L. C. Rodriguez (ed.), —1 Simposio sobre el espaol coloquial (aspectos del discurso oral), Almeria, Universidad. — (19980): Los marcadores del discurso, Barcelona, Arco. 220 {LCOMO SE COMENTA UN TEXTO COLOQUIAL? — (19988): «Dos pares de marcadores del disurso: en cambio y por el cantrario, ‘en cualquier caso y en todo caso», en M. A. Martin Zorraquino y E. Montolfo (e4s.), Los marcadores del discurso. Teorla y andlisis, Madrid, Arco, pp. 71-92. Real Academia (1931): Graméica de la Lengua Espatiola, Madrid, Espasa-Calpe. — (1973): Esbozo de una nueva gramdtica de la Lengua Espafola, Madcid, Espa- sa-Calpe. = (1992): Diccionario de la Lengua Espafiola, Madrid, Espasa-Calpe. Rossari, C. (1994): Les opérations de reformulation, Berna, Peter Lang. 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