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DANIEL Cosio’ VILLEGAS El sistema politico mexicano LAS POSIBILIDADES DE CAMBIO -UADERNOS DE JOAQUIN MORTIZ Ss 1, ENTENDIMIENTO OSCURO, CLARA ORIGINALIDAD Pocos seria los mexicanos mis 0 menos “leidos y escre- bidos" que no tengan opiniones definidas sobre la po- Iitca y los politicos de su pais. Deberian, sin embargo, Iamasse “impresiones” y no opiniones, paes son marca. ddamente subjetivas, es decis, hijas del temperamento de duien las emite, 0, cuando mucho, de su visién personal y del circulo de sus relaciones inmediatas. El fundamento usual que tienen es la lecrura del diario, el dicho de ocras agentes 0 el vago recuerdo de un hecho o un dicho del presidente de la Republica, Rara vez esas “opiniones” son hijas del escudio o siquiera de una retlexién cautelosa que rehuye In gencralizacién exeremosa que divide al mando Jen una zona de negro azabache y otra de un blanco an- | gelical. Cerca de esas "impresiones” escé la opinion “re | buscada’, es decir, aquella cuyo autor quiere darle el sus- tento de algiin hecho, y que por no encontrarlo acaba por eourciatla condicional, aun vacilantemente. Ea fin, estin unos cuantos politélogos, incluso de formacién uni versitaria, no pocos de Jos cuales escriben para hacer po- lidca y no exactamente para escudiarla Tal vez deban singularizarse dos clases de opinién que tienen un mejor fundamento que las anteriores, La pi ‘mera procede de lideres obreros que se destacaron hasta llegar a dicigit sindicatos importantes, y que, por una azn o por otra (en general su caricter independiente) fueron expulsados de ellos. Esta experiencia les ha dado tun cosiocimiento fatimo de un_aspecto bien importante del sistema politico mexicano: éimo manipula el gobier- ‘no los lazog que To unen con las organizaciones obresas. [Por desgracia, hasta ahora semejantes opiniones se han | presentado tan sélo de un modo ocasional y sin:la su- | ficente congruencia para apreciar su verdadero alcance. | ul 1a ora fuente de opinién suele proceder de gente jo- ven, en general estudiantes, que siguea con sostenia ate cin el juego politico diario y que tienen una informs cin sorprendente acerca de los principales actores de la politica nacional. Como es de esperase, suele ser tremex damente critica, y aunque esti mejor informada y no ce rece de cierta reflexién, ea general se detiene en los fi {ores metamente personals, sin iatentar dar con ofr, digamos los socioeconsmices, que pueden explicar is clusive la conducta individual de tales actores. Semejante ‘opiniones deben considerasse, pues, como una materi prima promisora, que alain dia un politlogo profesional aprovechari recogiéndola mediance una encuesta, Por estas y ours ciscunstancias, puede decirse que m0 ha existido en México la investigacién sistemécica de les problemas policicos sacionales 0 locus, yi siguies el examen serio y ordenado de ello. Después de todo, esta situscién, por muy lamentable que! se In considere, no deja de tenet algunos mocivos. Desde Iuego, al parecer México es tierra poco propiy cia para el gran peasador y el gran escritor politic, hecho extraio a primera vista porque la nacién inici 5 vida independiente a la sombra de brillantes escitors politicos: Fray Servando, Mora, Otero, Alaman, Pero ya) 6 significative que el seguado gran’ sacudimiento ni cional, el de la Reforma, no haya produce un solo exctitor politico, aunque s¢ dieron entonces os hombre de mis talento y de mejores aptitudes literarias que has ‘hora ha tenido et pais. Diganlo, si no, Melehor Ocam- po, Miguel Lerdo de Tejada, Ignacio Ramirez, Francis Zarco, etc. En los albores del Porfiriato apuntan como seductoras.promesas los jévenes Justo Sierra, elesfor Garcia, Francisco G. Cosmes, y sus mayores José Maria Vigil ¢ Ignacio Aksamirano. Ninguno de ellos, empero, cus) en un gran esto poco, 0 sea el gue de al | mis que el comentario periodistico ocasional, por opot 2 1 tuno y agudo que haya sido en su momento, En cambio, a responso del Porfiriato lo cantan un sélido escritot polio, Emilio Rabasa, y un comentarista brillante y llametivo, Francisco Bulnes. La Revolucion Mexicana, Ia mis reciente coamocién que ha suftido el pais, tampoco ha sido fecunda, Luis Cebrera no dej6 de feunie sus ae- ticulos de las postrimerias del Porfiiato y de los inicios de la Revolucién en un grueso volumen que ttulé of tentosamente Obras Politica; pero a pesar de su inne- able talento y de la eficacia de su pluma, no ofrece un fran lienzo del antiguo régimen y menos un bosqucjo de ls future sociedad mexicana. Debe admirarse la per- severancia y los sufrimientos que a los Flores Magén les scarred su vida de agitadores incendiarios y aun lo que algunos llaman su “pensamiento”, pero seria dificil sos tener que incluso el mejor de ellos, Ricardo, fue un gran, sscritor politico, Su dominio de In lengua, aun de la gra- smicica, ¢5 precario; tampoco alcanza las grandes concep- ciones generales y’ ni siquiera cierta congeuencia en sus ‘scritos, y menos podria decise que la lucider fuera una de sus prendas distinciva. BB hecho extrafio de que México haya dado contados arandes escrtores politicos tiene, a su vez, una explica cin, En efecto, ¢s incuestionable que el pais ha produ cido hombres de clarisimo talento; ademés, se ha inceresado vivamente en la politica y ha participado cen ella af grado de que hasta muy récientemente ha pre- ferido ese oficio a los socortidos de Ia iglesia y de las ‘mas; en fin, como la historia nacional y local ha sido accidentada, por fuerza ha tenido que atraer sa atencin, Sin embargo, a esas tes citcunstancias innegables se haa sobrepuesto otras. De 1830 a 1876, digamos, os buc- nos talentos y las grandes plumas cambiaron la profe- sidn del escrcor-por Ja del soldado, o pretendieron com Binar el ejerccio de ambas, siempre en desmedro de las lewras, (De Vicente Riva Palacio se decia que cuando 13 | «queria combatir, sacaba a pluma, y cuando quetia est bi, echaba mano de la espada.) La esperanza que repre seataron Sicera, Vigil y Garcia se explica porque esc bieson cuando ef régimen de Diaz ain no habia romado forma y, en conseeuencia, incitaba a reflexionar sobre él De 1888 a 1911 los intelectuales de mayor relieve sit, vieron al gobierno de Dizz, y, por lo tanto, se adormeci su espitieu criico, optando les menos por callae, y | mis por cantar las proezas del régimen, La caida de Dia en 1911 hizo posible los eseritos de Rabase y de Bulnet Bastante mis insegura es Ia explicacién en cuanco 4 la historia comtemporinea, Ninguno de los miembros del ‘Ateneo de la Javeneud cenia un interés verdadero en. politica, de modo que su rebeldia se enderexd mis bie contra él estancamiento de la culeura en general y sobe todo de la educacién superior. De los escricores de época heroica (1909-1911), euando el gobierno de Por firio Diaz era afin lo bastante fuerce para castigar con rudeza a sus oposicores, s6lo Madero produjo un. libro} Cabrera, Ricardo Flores Magén, Juan Sinchez Azcona, ce. se quedaron en el articulo periodistico. Ningin his| toriador 0 polislogo, mexicano 0 extranjero, ha. conce; did sa scion presencia de 2910 ox malo el de su oportunidad, pues aparecié cuando existia ya un opinién piblica desfavorable a Diaz y asi ayudé a dae mayores vuelos a la campafia electoral de 1909-1910, Para mi es un gran libro: bien escrito, con un minima de demagogia, es el mejor anilisis condenarorio dd régimen porfiriano, digno pendant de La cuestién pres} dencisl en 1876 de José Maria Iglesias. Los escrie, periodistios de los otros, siendo en su época de wa val ‘moral ejemplar, y hoy importantes testimonios histicoy ppoca sustancia ideolégica han deja, La brillante generacién de “1915”, 0 de los Siete $ bios, eampoco ha dado un gran esctitor politico por la) razones que tearé de explicar en el prélogo de mi lib Ensayor y Notas, Ni siquieta Narciso Bassols, dos 0 tra ‘ios menor que los Sabios, y con un interés por Ia pol 4 | licca casi obsesivo, supo escapar « Ia ilusién de que més vvalia “hacer” algo_par_el México Nueva nacido dela pque pensar y “Cos ellos, en efecto, obré un factor sumamente desfavora- ble: cuando eran jévenes y animosos, cuando su vida ra mis simple, cuando, en suma, la carea de escribie largo y tendido hubiera sido relativamente llevadera, admiraban tanto a la Revolucién, que su deseo predominante era ser Vitla en la accién. Cuando les vino el deseacanto, a unos ya en 1929 y a todos sin excepcién en 1940, era deme: Sindo carde para sentarse quietamente a escribic, Como no se interes6 en atruerse los verdaderos in- telectuales, ni éstos se esforzaron en absitse paso hasta las posiciones de poder, la Revolucién se qued6 con los ‘menos dotados, Jos cuales se dedicaroo, sea a cantar sus slorias, sea a servisla como “cécnicos”, Sin embargo, Ie mayor calamidad de todas es Ja forma peculiae como se hace politica ea México, Alguna vee fue abiera, digamos durance los_afos que precedieron al Congreso Constuyente de 1856 y durante los diez de Ja Repiblica Restaurada (1867-1876), Hubo eneonces was fos gue eps Js disints mais de os Pattdos conservador y liberal, que gozaba de la més com pet liberal y que Contabs con ecioes de un ine Vigencia sorprendente, EL gobierno en turno, por su puesto, solia tener asegurada una fuerte mayocia parla rmentariay pero en ningsin momento dejé de habet una ‘minotia oposicora que, por su agtsividad, su talento y su destreea, desempené con eficacia la funcida de cen- sor avisido y resueto del gobierno. Y los peesidentes y Jos scree estado estaba acosumbrados « conse lett los efectos que sus actos pablica, y aun los privae dos, poiian renee 'en el sete publica Esta situcién comenzé a cambiar con el advenimien- to de Porfirio Dinz, Decliné la calidad intelectual y moral de los perodistas; la oposicién parlamentaria fue debil- 15 7 BO 09 Weicle creny | ~cindose hasta desaparecer pot completo desde 1888. El sucesién presidencial da Ja mejor oportunidad para que poder ejecutivo federal acabé por ser 1a mayor fuerza po- Jas maniobras facciosas se agudicen hasta ser el pan co- Iitica y econémica del pais, y, por lo canto, como todo tidiano del comentario pablico, Las desavenencias de Ma- dependia de él, solo los suicidas desatendian la necesidad lero con Orozco y Jos hermanos Viaquez Gémer; las de de acercirsele, Ademés, Poeftio Diaz, que naturalmente Carranza con Villa, Zapata y los convencionistas y mis Je dio un tono personal a su Jargo zeinado, senta un ver- rade con Obregén; las de te con De In Huerta y las dadero horror por lo que él mismo lamaba el “escin- dle Calles con Cirdenas, no podian set sino hechos pie dalo”, es decir, ventilar en piblico las diferencias poli blicos, como que conmovian a toda la nacién. ticas. Prefiié siempre, aun si oo procedimiento le hu- A partie de 1928 esta politica abierta, ruidosa hasta biera dado mayores © més ripidos beneficios, Ia nego- Ja violencia, comienza a modificarse, en parte porque un ciacién directa, callada, con Jos actores de cualquier drama buen nimero de los lideres sobresalientes dela Revo- politico. Coando no podia evitarlo, usaba la correspon- Jucién ha sido eliminado de un modo 0 de otto, y en dencia epistolar, que hacfa Hegar al destinatario directa parte por la creacién del partido snico de Ia Revolucién, mente oa través de un condueto de su plena confianza; cuyo fin inmediato fue el de confiar a la lucha civica y pero su método preferido era la conversacién personal no a las armas Ie solucién de los conlliceos politicos. Pot Y sia eestigos. Ademas de sustraese asf a le mirada pi- primera vez desde 1911 se introduce un minimo de dix Brica sus actos preparacorios, la resolucién tomada se iplina enere los miembros de la gran familia revolucio- dlaba a conocer sin anuneio © explicacién alguna, a pe- maria y entre los muchos aspirantes a pertenecer a ella, Esta sar del riesgo de que fuera interpretada equivoceds 0 des-erapa de organizacién y de disciplina dentro del Partido, favorablemeate yen general dentro del grapo gobernante, lo mismo el | Durance la Revoluciéa se ha producido una situacién federal que los locales, avanza con tanta prisa, que pucde ‘muy semejante, aunque por razones diversas. De 1911 a decirse que tal vez para 1940, pero ciertamente en 1946, 1928 In politica es abierta, y en ocasiones tan roidos, llega a un grado de perfeccidn increble: desde entonces que sus conflctos més escondidos legan a dlirimisse a la politica mexicena, sobre todo en cuanto a Jo que los | Balazo limpio. Esto ocuete en parte como wha reaccién polislogos gustan de lamar el decision-making process, | rnarural contea la politica a puerta cerrada del anciguo $© convierte en un misterio poco menos que impene- régimen, y en parte mayor porque, como el pats se ha fable. tembarcado en un camino nuevo, cada uno de los cami- Vaya un ejemplo. Hay un consenso general entre los nantes grita para que se le reconozca algiin descubré politélogos, aun entre los legos, acerca del procedimiento miento. Por afiadidura, de la contends atmada brotan que se sigue para designar al candidato del PRI a la muchos héroes que reclaman honores y compensaciones presidencia de In Republica: el presidente salieate 1o es proporcionados a lo que ellos juagan una contribucién coge, pero ha de someter al elegido, pot lo menos, a Ia decisiva a la victoria, ¥ claro que estas reclamaciones no pinion o consejo de los ex presidentes. Y como demos- se presentan en un documento escrito y razonado, sino tciin de que asi en efecto ocurte, se cita el caso del con el apoyo de las azmas o del grito de los secuacss presidente Miguel Aleman, que, habiendo escogido pri politics. Asi se forman las facciones y se entabla entre mero como su sucesor a Fernando Casas Alemia, enton- clas una lucha que resulta imposible mantener en secre. ces jefe del Departamento del Diserto Federal, ctvo que to, pero ni siquiera dentro de un orden tolerable, La recfic su decisién en vista de las objeciones puestas 16 | 0 por alguno o algunos de los ex presidentes, y acab6 pt amparar la candidatura de Adolfo Ruiz Cortes. Pog bien, no hay un solo cestimonio de los partcipances ¢ festa supuesta consulta o siguiers de una persona cerca a ellos. No sélo es, sino que todos los ex president hhan declarado explicita y reiveradamente que jamés hu sido consultados, explicando que no hay razén ag para que asi se haga puesto que el Pastido lleva a a J seleccién a la vista del piblico, No es ésce, por sf puesto, el tinico misterio de la politica mexicana, se repite en todos los puestos de eleccién popula. Dar con los hechos que puedan fundar su explicaci, racional, es 1a ocupacién y Ia peeocupacién mayores ‘quien escudia un fenémeno determinado; pero como politSlogo que. examina nuestra_vida_ publica n0 log escubrit, por ejemplo, los. que determina, Ti_sucesi presidencial, lejos. de.reaunciar-a.explicarlo. facionalm ‘6, se lanza. a a suposicién.y.aun.a.ta.fantasia. Acud cdigamos, a piotar las caracteristcas que debe tener sspirante a a nominaciéa del PRI, y acaba por pre farlas con canta seguridad que parece haberlas hall como si estuieran escitas en un cédigo piblico 0 4 alguien le ha revelado el secreto. Entonces dice que candidato ha de ser un hombre lo menos objecble sible, sin pensar que siendo vilida esa observacin cel caso de México, lo es también en cualquier pais, pus gue iria al fracaso un personaje generalmente im Tar, y al éxito seguro el que es querido y admirado todo el mundo, Sefalan asimismo el requisito de q sus ideas sean, no ya alejadas de todo extremo, pero siquiera muy definidas. La historia mexicana de los i mos treinta aos asi lo comprueba, en efecto; pero, luna parte, este requisito de no estar comprometido af programs’ demasiado rigido 0 explicico ¢ vilido’en mayor parte de los paises occidentale, y, por octa ps 1, la realidad mexicana es que, antes de llegar a sel los candidacos del PRI no han’ expresado ninguna id de cualquier case que sea, puesto que la norma es 4 18 "Replica. ~~ Ja Soca vor oficial autorizada es la del presdence de la Este rasgo inconfundible de misterio que tiene Ia po- | liter mexicana desde 1940 © 1946 en verdad obliga a quien pretende estudiarla a invencar supuestos y ra20- res a extremar la especulacién fantasiosa ance la falea de hechos comprobables que pudieran dar a sus opinio-_! nes un fandamento convincente. Citense dos ejemplos ilustativos. Forzado a pintar los requisitos que ha de enar un aspirante a la nominaciéa del Partido para la presidencia de la Repiblica, un politélogo afirma que es luna tara definitva tener una esposa extranjera, sobre todo de nacionalidad norteamericana, como le ocurié en 1946 al candidato Ezequiel Padilla. La exposa de Padilla tenia ascendientes franceses y no norteamericanos, y frane ceses, ademas, con més de un siglo de resdencia’en Me xico, y tan mexicanos, de hecho, que acabaron por cribir equivocadamente el apellido del antepasado primi- tivo francés, Hegado a México hacia 1818, Padilla perdid las elecciones porque siendo miembro de la familia revolucioneria, rompi con ella al lanza su candidatura; perdi porque luchaba contra un partido politico ori nizado que contaba con el apoyo oficial; y perdid porque 4d, no a sa esposa, se le acusaba de “peo-americanis- ‘mo, cacgo que hace’ impopular a cualquier mexicano y mucho mis al aspirante a le presidencia de la Repiblica El cargo provino de la actuacién de Padilla como se- crecario de Relaciones Exteriores en los anos inmediatos 4 su aventura presidencial, actuacidn que, ademis, debe cntenderse. México declaré formalmente a guerra a las potencias del Eje; entonces Padilla no podia haber se ‘guido sino una politica de solidarided con los Aliados, al frente de los cuales, como el factor decsivo en la con- tienda, se hallaba Estados Unidos. Otro politélogo se adelanté a los tiempos al conside- rar como requisito para ser el candidato oficial a la presidencia, el de no ser declaradamente feo. Tal aseve- racion se hizo pensando en la guapura juvenil de Mi- 19 —— guel Alemin y de Adolfo Lopez Mateos, y antes, por supuesto, de Ia nominacién y elecci6n eventual de dop Gustavo Diaz: Ordaz. La organizacién politce de México ha Uamado. mucho I atencin del extranjero (el mexicano la da por con: cedida) desde hace unos veinte afios. Sobre ella se han escrito mis de una docena de libros, un buen siimero de auriculos eruditos e incontables crénicas periodisticas. Ts ‘as: tras independizarse, algunos de los paises africans cenviaron en sa_momento misiones que eseudiaron de ‘modo discreto. su posible adopcién, ‘No es dificil dar con la causa principal de esa curio- sidad, México, que vive en frecuentes convulsiones. du- rante los primeros sesenta aiios de su vida independiente, gor de treinta y tres de paz y de estbilided durance fl régimen porfiriéno; pero en 1910 vuelve a las an- dadas del levantamicnto militar y de la revolucién, que sélo concluyen en 1929. De engonees acé, ha dado un specticulo sorprendente de siete sucesiones presidencia- les hechas paciticamente, y una vida piblica en que no hha habido una conmocion perceptible hasta: 1968 des pués en 1971, en ocasién de la rebeldia estudiansil, A sn situacién inusitada de eeanquilidad péblica, ha ata- dido desde hace treinta atios un progreso econdmico sia paralelo en toda su historia anterior. Estos dos hechos: ‘gran estabilidad politica y sefalado avance material, co- bran una singulatidad todavia mayor si se piensa en.la agitaciGn aparentemente inexplicable en que viven los ‘otros paises lntinoamericanos, y en su progteso econémi- o siempre inferior al mexicano, a excepcién del muy. reciente de Brasil. Es més: Ia comparacién sigue siendo favorable a México si se extiende a codos los paises Ie ‘mados subdesarrllados. 1a singularidad, notable en. sf misma, de esta estabili- dad politica y de semejamté progreso econémico crece si se reflexiona que México los ha onseguido sin acudit 20 4 ninguna de laa dos fSrmulas politcas consagradas: Ia diaadars o la democeacia occidental, Es obvio que no? hha sido gobernado dictaorialmente durante los ‘ltimos trcint ait, y menos obvio, pero comprobeble, que si bien 1a Constincién de 1917 le dio una orgenizacién pollica democritca, muy a la occidenal (0, si se quiere, ‘muy a la norceamericana), el poder para decidit no reside en los érganos formales’de gobierno prescrtos. por la CConstiucibn, digamos los cuerpos legisacvos mun pales. Es rambién comprobable que la independencia de fos poeres legsltivo y judicial respecto del ejecutvo es macho menor que en una verdadera democraia. Y es asi- mismo signo de una organizacién democritica impura © ai generis, la existencia de un partido poicco oficial 0 semioficial, 90 ‘inico, pero sf abrumadoramente predo- Por exo se ha concluido que las dos picza principalés ¥ caracersticas del sistema politico mexicano son un poder ecutive —o, mas especificamente, una presiden Gia de-la Repéblica— con faculades de una amplitud | cexcepcional, yun partido politico oficial predominante1 Ne 12 hombre, sino impuesto porvel hecho inevitable y pro: fino del escao desartollo politico nacional, La conchi- in de Rabasa, en suma, era que la Constsucion de 57, des deTjecutvo, babia_impueso la ynal. Puede suponerse también, junque esto 0 erascendid @ sus discusiones, oe ae ayentes del 17 jurgaron necesario dort de faculeades Pine al-opeuisn-para: que teaplan HS Tbs ous, ya perceptible, dentto del. propio grupo sevolu- nario, Y con certeza cabe afiemar que n0 influyd en jo mis minimo la consideracién, hoy obvia, de que para C, I, LAS DOS PIEZAS CENTRALES 1. La Presidencia de la Republica Las amplisimas facultades que tiene el presidente de Mé xzico proceden de la ley y de una serie-de circunstancss del mis variado carécter. Es un hecho histrico notable, y hasta ahora iosuli cientemente explicado, que de la’ Consttucién revoluci: naria de 1917 salié un ségimen de gobierno ea que €] poder ejecuivo tiene facultades visiblemente superiores 4 las de los ros dos poderes, sobre todo el legslcivo. Los consuyentes del 36 icon de dee poder ence mcamciee,podcroen Y que de pal por dos motives primero, porque les obsedia cl e- fas faculeadey amaplag He aue_goza en cuerdo de'los ciaciehta aiios anceriores, en que repetda-| i piblica Otras por “mente el jefe del ejecutivo se transformaba en dictador; 5, comenzando. por la mismisimna. Y segundo, porque considerando inconclusa la obra de la F ejemplo, en la fraccion XVI ‘Reforma, quisieron confiar sw prosecucién a una cémara el arculo 73, que define las faculeades del Congreso en ‘inica de diputados con cieito aire de asamblea nacional fsuneos educatves y culturales, Cuslquiera ditia que le fevolucionaria « la francesa, Cualquiera ditia que esas das Uisposicion constitucional debia haberse limitado a decie ‘mismas consideraciones se repitieron en 1917, Justamente lage corespondia al Congreso de la Uniéa fijar las bases la Revolucién habia derribado al régimen dictaeoral més enerales conforme las cuales ha de desartllarse 1a prolongado que México habia cenido hasta entonces, y cin eucativa del cjecusivo federal Pues no: faculta parecia incuestionable también que los consttuyentes ret! Congreso, por no clecit que 10 obliga, a “establecr, volucionarios dudaban mucho de que su obra legislaivaforgsninas y sostencr en toda la Repiblica” la gama com (como lo demuestra Ia amplitud y el detalle con que Inlet de escuelas, desde las rurales y primis hasta las redactaron el articulo 123) aseguraba la victoria defini: Mie ensefanza superior, a mis de muscos, bibliorecas, ob- tiva de sus ideas atrios "y demis insttuciones concernientes 1a’ cul Del lado opuesto se puede pensar en varias ciecuns © sea que la, Consttuciin pensé tancias, La primera, que yo sefalé hace ya tiempo, pero feonyertit al Congreso. en toda una secretaria de Educa que no ha sido admitida por Jos consticuyentes del 17, eid Public y Bellas Actes, Sobra decit que en los consisee en que étos tabajaron inspiréndose en el libro Kincuenta y coutro anos que tiene de vida In Constine de Emilio Rabasa (La Consiruciin y la Dictadura), cuya Fein, el Congreso jmis ha creado o dicigido una sola tesis principal es que el ségimen autocrético de Porftio fxcyela u observatorio, y que el Ejecutiva no: ha’ val Diaz no habia sido obra de la ambicién o el capricho de [isto ua momento suicte en moverse por su. propia 2 na época de reconstruccién y de avance econdmico, po- ~ cscorbae una asamblea deliberaiva, y ser necessto, ca cambio, un ejecuror fuctee y dindmico. Lo, certo es que Ia Constiiciin de 17 cred un eje- 3 lay cuenta en estas maverias, sin consultar al Congzeso J cvando le somete el presupuesto anual de egresos, en = figura, por supuego, el correspondiente allan Rose, tree ahead EL “Gonits poser del Presidente proviene no sélo d » las facultades que acertada o desacereademente le dan |i \leyes, sino de otras fuenees. Desde luego una de cat ‘geogtifico: el asiento de los poderes federales esti en Ciudad de México, que se halla mis o menos en el cent del pais, pero, en todo caso, y como ocurre con Pati, tuna posicion “radial”. Esto quiere decir, por ejemplo, g las mercancias europeas desembarcadas en el. puerto d Veracruz tienen que pasar por la ciudad de México pat Megat al consumidor de todos los estados de la. Re, Dilica, excepto los de Puebla y Tlaxcala, que estin paso. Esce simple hecho geogratico ha decetminado el tiempo una concentracion demogeifica, econdmi cultoral y politica que ha convertido al Distrito Feder en el Gegano vital de toda la nacién. Es decir, Mexic a despecho del régimen federal de gobietno establecid por la Constitucin, es un.pais gobernado en la por una autoridad central incontrastable. El Disitito Fs deral tiene hoy més habitantes que el més populoso tado de In Repiiblica; los secursos fiscales del gobi federal son superiores a los de todos los estados junto la mayor concentracién bancaria, comercial, industrial, halla también en el Distrito Federal, y en él, por puesto, se encuentran las instinuciones educativas y cl turales mejor dotadas EL Distrito Federal es, pues, el érgano ditector d pais; en él estin los poderes federales, que son, 2 vex, el foco de poder y de actividad de esa pequedia 2 ‘geogtifica, y en Ja cima de todo se encuentra el dente de ln Replica. Hscasa sorpresa puede causae q ésce conga una fueraa tan grande, EL mismo desarrollo econdmico, objetivo principal 24 Ja accién publica y privada, ha robustecido el poder del Presidente. Agut eseh un ejemplo ilustrativo: el progreso industrial se ha logrado con el conocido procedimiento de Is susttucin de imporeaciones, que exige un control de Gas. En México se ha llevado al extremo de que el fochenta por ciento de las importaciones requiere un per- riso expecal y expeifico de la secreara de Industria y Comercio, es decir, de woa dependencia ditecer del presi dete de la Repiblica. Se supone, es verdad, que seme jants licencia sedan conforme a critrios generale; pero parte de que se tata de simples normas administatvas, sujes a cimbio en cualquier momento por decsién pre- Sidencial, en la pecica su incerpretacién.permitrfa con- ceder 0 negar Jos permisos al arbierio de los funcionaros de esa secrearia, México ha cambiado mucho desde 1a Epoca porfiiana; pero, aun asi, sigue siendo una sociedad insuficientemente diferenciada, En los vijos tiempos, el mejor porvenie po- sible para un joven, de mediana instruccién y de algunas ambiciones era una carrera pblica, es decis, un empleo administetivo 0 como miembro del congreso 0 Ia magi teacura judicial. Las otras dos_posibilidades, el clero y el ejércio, focos muy vivos de acraccién durante la époce ‘ieeenal y Ja primera mitad del siglo x1x, habian dejado de serlo, Se dio asf en la época porfiriana Ia siuacién carisa de que 10s negocios escavieran en. manos de ex- twanjeros, no por las eazones habituales de. competencia téenica o por ser ellos dueios del capital, sino porque no padiendo dedicarse a la politica, tenjan que desenvolverse Aentro de los negocios privados. Hoy, repto, las cosas han cambiado mucho, de modo que las empresas privadas (ine dustiales, comerciales, bancarias y_agricolaccomerciales) ofrecen un buen campo-de actividad los jovenes deseo- sos de enriguecerse y de encumbrarse socialmente. Aun asi a vida piblica sigue siendo In atraccién mis seduc tors, y claro que aqui se abre un nuevo campo de in- 25 na secretatia de estado, acude « la autoridad inferior a kayo curgo inmediaco esti encomendado su conocimienco, figamos lo que se llama en el lenguaje burocritico me. 0 el jefe de seccién, Pero si el particular encuentra esfavorable su resoluciGn, 0 si cree que acudiendo ala utoridad inmediaca superior sacari una ventaja mayor, ce el asunto al jefe de departamento, de aqui al rector general, después al subsecreteio, en seguida al retario de esado y finalmente al presidente de Ja Re- blica, Asi, una vez mis, éte se convierte en el juez de lkima instancia o.en el érbieto superior de la enorme iad de asuntos que manejan las secrtacias de estado os departimentos del gobierno federal. A este modo cendente, llamémoslo asi, de manejar Jos asuntos pi- ices, se ‘agrega otto) procedimiento, que consiste en cea directamente al presidente de la Repablica, iltindose a rodas las auroridades inferiores a él. No eden usarlo, desde Iuego, sino los escasos individuos ue por una tez6n 0 por oera tienen una vinculaciéa sonal con el Presidente, 0 los grandes grupos de pre- como las cimaras industries y de comercio 0 la ocacién de Banqueros. Se dirk que, después de todo, estos fendmenas no de- ieran sorprender, porque entre la autoridad inferior del fe de secciin y el presidente de la Repiblica hay una la ascendente de autoridad, y es natural que la superior revocar 0 modificar la resolucién dada por la rridad inmediatamente inferior a ella. Esa reflexién fuencia del presidente de la Rep6blica, puesto que él de termina en buena medida el curso de esa vide piblica Quizis valga la pena sealer otra razin que ayuda a ex: plicar el origen extralegal de algunas de las muy amplias Incas dl Presitent En I sande poder cv of cial, el tltime_peldafio 1o-ocupa el presidente municipal, al goberoador tel estado el inermalio, y-epeiarel ‘presidente’ de Ia -Repiblica, Juridicamente, cada una de sas atoridades ejecuivas tiene un campo de accién peo- pio e independiente, de modo que, en principio, une resolucion dictada por el presidente municipal no puede ser modificada, y menos aaulada, sino por el fallo de una autoridad judicial competence, En la realidad ocurren las «cosas de un modo distingo, Subsste mientras no sea obje- tada por nadie, sea porque los miembros de la comuni- dad respeciva is encuentran justa o ventajosa, sea porque Jos que la desapeueban no se resuelven a acudie a 1a auto- ridad mas fuerte del gobernador para indvcirlo a que de algin modo inteevenga cerca del presidente municipal y ogre que la medida se revoque o se modifique, Igual cure en el ambito del gobernador de un estado, con cesta agravante: como la Constitucién general declara con cho énfasis que los estados de la Repiblice son “li bres y soberanos en su régimen interior", juridicamence debiera ser imposible Ia intervencién de cualquier aurori dad federal, como no fuera la judicial, y eso en casos muy restringidos. Pero en_la tealidad ocurre que los inconfor- {§ Vélida s6lo en. teoria, pues aparte de la indefinici con_una disposicién, sea del ejecutivo, sea del Tegis- (lvls deliberado(’dle los campos propios de cada. et er reroute gg tol a tenil cbn te meeeee pe es oe Jativo dé_un estado, acuden al piesidente”de"le-Repablics para que’ sea modificada por la. via de la “persuasion” nesta forma el Presidente resulta ser el juez de iltima J instancia 0 el abit final de los conflicts entre los go- bemantes y os gobernados de las comunidades. muici poles y estacales. ‘Algo muy semejante ocurre en el campo de la accién federal, Un particular que debe ventilar un negocio en 26 arse el derecho de revocat cualquier resolucién de sus rdinados simplemente por & deseo de hacer sentir superioridad, 0 por la conveniencia personal de userlo. \un admitiendo que es comprensible ¢ incluso justificada subordinaci6n al presidente de la Replica de todas 2 Sarr voane las sutoridades, alas, medias y bajas, de las secret de estado y de los departamentos, puesto que son depe dencias suyas, cualquiera dirfa que no lo es el que fsordinen timbin. al or miembros de Tas pode judicial y legislativo, que, por definicién, tienen una aut “Fidad_ propia ¢. “ap ane oe soe En el caso de los magisteados de la Suprema Corte asic, po empl, suai e lio, Esk b Temunerados, y ni ef jecutivo ni el Congreso pucd disminuir sus Sues; cuentan, ademés, con una’ b jubilacién y sus nombramientos son vitalicios, es ded no cabe removerlos sino mediante un juicio de respo sabilidades 0 por una mayoria de votos de las cma de dipatados y senadores que apruebe la acusaciin mala conducta presentada por el jele del cjecutivo receritpos, qu In Consttuc Ios ha rodeado de co las garantias necesarias para asegurar su independenc Y. de verdad’ In tienen” generalment, except Cuan ppor alguna raz6n el presidence de la Repiblica se inter dle modo especial en algin asunto. El caso més claro lo el articulo 98 de la Consttueién, que faculia a la Supres Corte 2 nombrar a un miembeo del poder judicial 0 a comisionado ind boc para averiguar “Ia violacién del vo priblico" es deci, un asunto de orden politico. Un pati oposicionista le pidié alguna vee que usara de est fac tad, y la Corte se negé, sin duda por no querer interfer fen un campo donde ei jecutvo tiene un inter pri cipal Puede explicar parcialmente esta sujecién intermicen el poder judicial ef hecho de que los magisrados ‘ministos de 1a Corte son nombrados_por el Senado peticinrdet presidente de-Ta Republica. Esto quiere dec que en alguna forma, directa’ 0 indicecta, el aspirante «208 puestos debe tener ligas con el Presidente y ser bi visco por él, La Constituci6a, por supuesto, faculca Senado para rechazar aun candidato propuesto por Presidente, pero como el Senado esti. bien. atado. al jl del jecutivo, en In realidad el nombramiento’ dew 28 . BEC: propre a Kd apistrado depende exclusivamente de Ja voluntad pre- idencial. Claro que, una vez aprobado por la cimara alta, ie puede revocat su nombramiento, segin se ha dicho 1. Podtia. pensarse que, pasado ese momento de suje~ a, el magisttado goza de una independencia plena. No ‘i, sin embargo, dadas esas razones, y por motivos jue también operan con los miembros del poder legis- iv. ‘Tebricamente, la subordinacién del poder legislativo bl Presidente es explicable, pues la mayoria parlamentaria compuesta de miembros del partido oficial, cuyo jefe supremo es el presidente de la Repiblics, aun cuando jormal o abiestamente no aparezca como tal. La verdadera sin embargo, es de otra naturaleza. Los candidatos diputados y senadores desean en general hacer una ca- eta politica, y como el principio de la no-teeleccién les pide ocupar el mismo lugar en el Congreso por mucho 1p, se sienten obligados 2 distinguirse por su lealtad Parcido y al Presidente para que, después de servir tres ies como diputados, puedan pasar en el, senado otros cis, y de alli, digamos, otros tancos de gobernadores de gus respectivos estados o alcanzar un puesto administr fos de sit mandaco, el porvenir de un diputado no de- cade en absoluto de los ciudadanos de su respectivo isto electoral, sino del favor de los ditigentes det fo inporuae, Exo qucre deci que Gspts de lon | ) Pardo y en tlkima instancia de Ia voluntad presi! dencil ‘Todos estos hechos, y varios otros que podrian agre- se, no explican de'un modo cabal el papel deslucido ue viene desempeiando en el escenario politico nacional poder legislcivo desde hace por lo menos treinta. aos, 'A buen seguro que el mexicano po veria con ojos compla- Ideates un parlamento que, cotio el de Ia IV repiblica francesa, formara y derribara gobiernos sin més objeto |que demostrar ef mayor poder de una fraccidn sobre otra, lon la consiguiente paralizacién de toda accién benética del poder ejecutivo, Es de suponerse que tampoco apro- 29 FaLOT ws aa Daria Ia conducta de un Congreso que’ mantuviera si ‘motivos perfectamente claros y justficados una acti levantisea frence al poder ejecutivo. Pero asimismo claro que el mexicano medio no aplaude cémaras de pputados y senadores que creen leviat sus funciones las ruidosas ovaciones que le dispensan al presidente de Replblica, pues semejance actitud significa renunci al papel de cooperadores del Ejecativo , si el caso Ik 4gara, el de sus més severos criticos. En todo caso, el mexicano, por lo visto, ha actbado creer que ha cxfdo en desuso Ia independencia de cr rio, sin contar con que una experiencia larga y has ahora no desmentida ensefia que la, sujeciénes_muct smis_lucrativa que-la independencia, Y no deben descartarse los efectos puramente sioldgic que estas sitwaciones producea, pues basta que la ge rea que un hombre es poderoso para que su poder te por ee solo hecho. Si una persona supone que fortuna personal de un banguero es de cien millones ‘pesos cuando en realidad s6lo llega a cincuenta, In eq ‘vocscién no le agrega al banquero un solo peso. En ca bio, aumenta macho el poder del Presidente la cre de que puede resolver cualquiee problema con s6lo que: © proponérselo, crzencia general entre los mexicanos, ‘cualquier clase social que seen, si bien todavia mis, c 5 natural, entre las clases bajas yen particular entre k Indios campesinos, Estos, en realidad, le dan una p yeccién divina, convirtiéndolo en el Sefor del Gran er, como muy significativamente aman los sevll a Jesuciso No han faleado, por supuesto, observadores que {gan que, contrariamente a las apariencas, el poder Sidencal ha acabado por ser muy restingide. Apun desde luego al principio de no-reeleccién, que 10 limi +30 sino en cantidad, por lo menos temporalmente a los seis afios de su mandato, Despaés, a que el caudillo nilicar fue, susie 46. por axes ive Iss, elimindndose asi el poder adicional de las armas. Sedalan en sercer lugar que la creacién de la secretaria de la Presidencia refleja n0 tanto el deseo como la nece- Sidad de “instcucionalizae” las dadivas presidenciales, su- jetindolas a ciertss normas generales, y no, como antes, que quedaban librades al capricho cifcunstancial del dis pensidor. Por tltimo, rszonan que el hecho mismo de haber cenido un poder tan exorbitanee que précticamente todo dependia de él, ha convertido_al Presidente en ob- jeto-de fuerte y miltiples presiones que le impiden actuar conforme.a_sus_opiniones, gustos_ intereses personales. Es inewestionable que el principio de no-eelecion ha sercido una influencia decisiva en nuestra vida pablica, Y asi lo confirma el que su tinica violacin tuviera el eric Fico desenlace del asesinaco de Obregén. Del mismo modo, Sibien en una escala menor, Ia suspicaz acogida que tuv0 Ia idea de prorrogar el mandaeo del presidente Alemin 1 la mis reciente de exclur del principio a los diputados foderales. Esto n0 ha impedido, sin embargo, que todos loz presidentes, con excepcién de Ortiz Rubio, hayan tenido tn poder enorme durante su respectvo periodo. Por eso se, haa dicho que la mexicana es la tnica.repiblica del. mun-\ do que-se-da nada por una_mongr- quia-sexenal_absolura. Y la citcunstancia de que_ para ser presidente sea preciso pertenecer a la Familia Revo- Jucionaria, ha Uevado al comentarista chocarrero a afinar la definicisn anterior dicfendo que se trata de una Mo- nurquia Absoluta Sexenal y Herediaria en Linea Trans versal ‘Como cada uno de los sumandos es siempre menor que 1a aici de todos ellos, parece matemiticamente exacto que el presidente civil tenga menos poder que el presi dene militar, ya que és afiade al de la le el de las armas. ‘Aqui, sin embargo, también conviene puntualizar un | pro 'lascosus. Quiads no sea muy-aventurado suponer 31 que, salvo en el caso de una crisis mortal, digamos el le vantamiento militar de Obregén para oponerse al. suce sor elegido por Carranza, o al ocurrir la rebelién dele hnuerista, las armas han’ cenido que ver en la politica rnacional’bastance menos de lo que generalmente se su: pone, El unico presidente que puede considerarse como lun gran caudillo militar es Obregén, pues: nadie toms} ‘unca muy en serio los hechos de armas de Ortiz Rubio, ‘Avila Camacho, Abelardo Rodefguez y aun de Calle, siendo los de Césdeoas més bien oscuros. A. Obregén pudo favorecerlo politicamente su aureola militar, pero el poder que tuvo como presidente, y el que tuvieron| Ios otros, Se debié ance codo a la, destrea’ para usar la enorme suma de faculeades “civiles” que la Jey_y los hi bios politicos le ofrecian. Ua modo coavincente de com: probar esto lo da nuestco proceso electoral. AL. dest passe, el Tapado es una figura politica sumamente frig, pues aua cuando ha sido durante los seis afios anteriores Secretario de estado, la nacion apenas sabe de, su exis tencia, A esa debilidad original corresponde la necesidad] y la urgencia de una campafia electoral protongada, ex tensa y costosa, durante Ja cual el candidato, al mismo} tiempo que se da a conocer fisicamente, estblece ua contacto personal-con los grupos politicos’ de cada logae Yisitado para crear en ellos esperanzas © intereses con el conocido doble sistema de alabar al héroe local y sobre todo prometiendo el oro y el moro. Una vez hechas las elecciones, su fuerza basta para que ya-Congreso en cuya composicin apenas ha intervenido, fucilite y apresure declaracién de haber sido electo. ¥ el dia mismo en que toma posesién de sa puesto, esté ya-en pleno uso de sis amplisimas facultades. Parece cosa de magia, pues silo en un mundo imaginado podria verse el especticulo de {que en s6lo ocho meses un hombre pase de la indigencia politica mis cabal a tener un poder casi absoluro sobre ‘un pais, una nacién y un estado. Revela también cua grande 3 el hecho de que, salvo un caso conocido, el ejéecito 0 haya puesto en duda 1a autoridad presidencial, 32 Y exo a per de que ningtin presidente civil se ha des vido por halagerlo, dotandolo, por ejemplo, de armas fnolernas y costs. 'No se saben « punto fio cules fueron los verdaderos proptitos que se petsiguieroa con le creacién de la se feria de Ia Presdenci, Sa anecedentelejano fue ura omisién que, operando dentro de la secrearin de He- Peis reso, ie sro resend ler cjecutivo, EL presidente Ruiz Cortnes la sacé de lt para ponerla bajo sa aucrided imedita, ampliando sus funciones a una incipiente fiscalizacin de Ins inver- ines aprobades. Enconces s¢ paso a la secretria de Ia Presdencia que, por seguir con est funcién, dio pibalo Js creer que se tataba de una supersccrearia encargeda, no slo de coordinar y vigilar las inversiones del secot piblio, sino de hacer del poder ejecutivo un instrumenco ic acibn unitaria, y no, como siempre habla ocurtio, tuna serie de feados, cada uno de los cuales tiraba_ por lado, Notese que en estos ancecedentes no some. sk auicr el propisio-de-“instucionalizat™ los dones pres tsa; pro de cnlulr mars, endepeniencnee de todo, ce un hecho que esa seretaria a resultado una junidad_buractitica.més, con facultades mal definidas y fea conflict continao can otras, sobre todo las secrecaias de Hacienda y del Pawcimonio Nacional. Y clertamente 0 ha podido ser ai es la nia dispensadora de los recs presidencies. Baxtante mis atendible es la observacién de que justa- mente por depender de la volunead del Presidente tantas ors imporants, ha hecho surge ¥ ha robuseido wea ee aumeresa de peesiones, todas ells dias de ganrse cst voluntad para lavorecerintereses particulares de per- fons y de grupos. Desde luego, es un fendmeno cono- Cio y muy estudiado por los poliélogos este de los “gr a” 0 “grupos opresores", como parece mi pce Larios a dos Und, donde alloran como ninguna oera paite del mundo, han acabado por creat ‘uxa una profesién, la del Jobbyst, encargado de propiciar, 33 sobre todo en el Congreso, leyes y disposiciones favoral 4 sus representados 0 que no lesionen sus incereses. P en Estados Unidos, donde el parlamenco es libre y dond la prensa, a més de serlo también, juzga que sa pris pal fanciin es desenmascerar al delincuente y al ral, el pablico esta en mejores condiciones de localiza y de reaccionar contra ellos. En México, a la inversa, 3 ‘onocen y pueden medic esas presiones los grupos Is ejercen y el Presidente que las sufre. No puede, discurrirse mayormente sobre este tema de si rales gr os optesores han debilitado, y en qué grado, el pod del Presidente. Se sabe, si, y perfectamente, que los beneficios progceso material de los iltimos treinea aos se han di tribuido del modo més inequitatvo posible e imaginabl La parte mayor, mucho mayos, ha ido a los empresa razéa por la cual se ha dicho que si en el partido ofici estuvieran representados de verdad los intereses de obreros y de los campesinos, el reparto hubiega sido m Aiferente. Asi, no puede haber duda alguna'de que | fupos oprsores exten y de que han tendo a suficence para desviar de su cauce nacusal los peo originales Ge a Revolucion Mexiann Es de pret ademés, que aparte de esos grupos opresores “privados| a Presidente también es objeto de continuss y fuer presiones de los miembros de la Familia Revolicionar y que cada uno de ellos alegard que pretenden ganarse eneplicito, no para engrandecer su propia persona, si por abogar en favor de los ineereses “superiors” de u representados mis © menos imaginatios. El problema, empero, no es el de la existenci’ de pos opresores, que puede darse por resuelto afiematin ‘mente, sino el de la medida en que de verded han ‘itado y limitan el poder del Presidente. No puede des cartarse 1a posibilidad de que as{ sea, pero tampoco que el Presidente lo conserva ineacto, s6lo que su ejercici se ha hecho més compplicado y un tanto azaroso. En tod ‘aso, si ese poder estuviera, en efecto, muy limitado 34 oo semejantes presiones, habria que aceptar dos consecuen- Cis. La primera, que esta picza de nuestro sistema politico, la presidencia de la Repablica, que se creia, como la vieja Anibuac de Alloaso Reyes, la regién més transparente In politica mexicana, es ya también victima de Iss tinieblas y de un denso y envenenador smog, Y la seguo- 4, que una situacin semejance nos alejacfa ain mis de una vida pablica sana y abierta, pues quedaria acen- tuado haste Io indecible su cardcter palaciego y oculto, de mada intiga y de pusalada trapera. 2, Bl Partido Oficial No pacece haberse insistido bastance en las tres impor- rancsimas funciones que desempefié.iniialmenis-el-pat- {ido ofcial"al Fundazse én. 1929 con el nombre, de Pat- ‘ido Nacional Revolucionario:.contener. el desgajamisnto del grupo fevolucionario, instaurar vn sistema civiizado ‘de dirimir las luchas por el poder y dar un alcance na- Gional a la acciéapolitico-administrativa_para lograt as. seta de la Revoluci6n Mexicana Algunos recuerdos histéricos pueden ayudar a medic la imagnitud. de Ja primera tarea. Cuando la Repéblica y dl liberalismo eriunfaron en 1867 sobre In Incervenci6n 7 el partido conservador, qued6 al frente de los destinos tacionales el grupo gobernance mis experimentado y px- ‘rota que México ha tenido en su historia. Sin embargo, cee grupo fue incapaz de mantenerse unido para recoger los frutos de su victoria: pronto se dividi6 en facciones personalistas cuyas luchas hicieron estéil el triunfo lo- sgnido, y acabaron por abrir Ia puerta a Ia dictadura por- firiana. A los cuatro meses de esa victoria, en las elec- ciopes de diciembre de 1867, Porfirio Diaz contendié con- te Juizer, forméndose as ‘las faciones juarista y por firta, En’las eleciones siguientes, de 1871, surgi tna 35 Sora 3a tercera faccién, Ja de Sebastién Lerdo de Tejada; y las de 1876, desaparecido Judree, a las facciones” super vivientes, la lerdista y 1a porfirista, se agregé ta de J Maria Iglesias. Tanto descalabro hizo surgit una y vez el anhelo de reconstruir el "Viejo Partido Liberal’, para ello se hizo un esfuerzo apararoso en 1880, en ov sin también de una eleccién presidencial en-la. que pat ticiparon como candidatos nada menos que seis figu destacadas de ese atiorado partido, Se hizo otto intent en 1893, mediante Ia Unién Nacional Liberal, nomb significative, porque, en efecto, se queria unir ‘nacional mente a Jos liberales. Este intento, como el itimo d 1903, fracasé, El movimiento revolucionatio estuvo todavia mis ex puesto al desgajamiento ya que, salvo el grupo de Chi hbuahua que conservé inicialmente una cierta unided bai Ia jefatura de Madero, en muchos de los estados de Ii Repiblica brotaron como por generacién espontines nb| cleos sebeldes que apenas habian oido hablar del_pro| ‘grama y de los lideres anti-eeleccionistas. Es més, au) dlentro del grupo de Chihuahua, apenas inicado el movi miento rebelde, Pascual Orozco y Francisco Villa pre} tendieron desconocer la autoridad de Madero. Triunfance ya la Revolucidn, durante el interinaro de Ledn de i Batra, e hizo manifiesta Ia disidencia de Emilio Vazquer Gémez. Bl hermano de éste, Francisco, fue descartado como candidato vicepresidencial en favor de José Maria Pino Suérez, y apenas Llegado Madero al poder, se le vanearon contra él Pascual Orozco y los hermanos Vie quez Gémex, La situacin empeord al renacer el mo, Vimiento sevolucionatio, pues desde los comienzos el srupo carrancista estuvo amenazado por el bando villsa, para no hablar de la desconfianza con que el Gleimo| vio siempre 1a participacién de los rebeldes sonorenses, Esta primera etapa de divisiones fue poca cosa al lado del rompimiento ya declarado de Ville, del geupo con. vencioniste y la actitad separaista del zapatismo. Eleeto Carranza como presidente constitucional, el grupo revo. 36 CONORA BY sv eaca contain ve planes l problema den Fen ala gue eptaban figs rare van sobre ato que habia obeivio spines divisions ca Leer el comienzo de esta Gates fom Alvaro Obregn y Pablo Gonzilez. Al in- inusse Carranza por an candidato civil, el grupo obre- fonista acudié a una de las rebeliones mis sangrieneas que fsa entonces habia hubide. Una peor ain se repo al plantearse en 1924 la sucesi6n de Obregdn. ¥ en 19. Jn lucha facciosa conclay6 con la muerte de los exes can- didatos revolucionatios: los generales Serrano y Obregén, ssesinados, y Arnulfo R. Gomez, fuslado, he in pacien cd pion « ‘cual mas delicado, Ante todo, habia que nombrat a oe A ele oa Obregin habia sido ya elect. Ese presidente enia que asin lip capa, oe ae eo) i ei ee i dk i Pe ls Gl ie sonalidad més hecha del grupo revolucionario, si bien ere Pee err es ae ip genie ee eee ee 3 \ Hes no era enteramente ajeno a la desapaicién de Obre 6, Semejante arreglo resulta, pues, poco menos que ible, pero apenas cabla esperar algo mejor de un negociacién de Calles con los obregonistas para convenit| en un candidato “neural, es deci, i amigo ni enemigg de ellos, En una forma 0 en ota las figuras mis cons picuas del momento se hallaban comprometias con al sin bando; pero, sobre todo, esta segunda solucidn resul- taba todavia menos acepeable para los obregonistas; pues ‘que convertia la posibilidad inmediats de hacerse de la Dresdencia en una probabilidad remot, Frente a esta sioaciSn tan embrollada, y sin doda con] al recuerdo de las escisones sangrientas de 1920 'y de 1924, en las cuales habia partiipado activamente, Call favo que opcar por la solucién de format un Partido} Nacional Revolucionario de cuya primera convencién saliera el candidaco presidente constieucional, que todos se compromererian a acepear y apoyar. oa El partido oficial naci6, pues,-de [a-necesidad de con ssser cL desmembramien de To, que comensabs «le smarse ls "Familia Rev ia", necesidad que, por 10 visto, habia egado a consieratse muy apremiantemen, fe, ya que, a pesar de no haber favorecido al candidato obregonista Aarén Sienz, sino al “viejo revolucionario™ Pascual Ortiz Rubio, la nominacién del Partido fue acep- tads, en efecto, consiguiéndose asi el segundo fin, a se = I solucién de la lucha por el poder el’medio i pollico, y-no a las ana; como Hb see se inicid Ia revolucién made- tta, pero de un modo mas espectacular y sangriento jae be Re Does see lect, durante cuarenta ye atos continis, ef Partido | desempefiado cada vez mejot. En efécto, desde 1929 silo {se han tegistrado tes. escisiones: Ja del general Juan \| Andrew Almazin en i940, la de Hzequiel Padilla en 1946 y la del general Miguel Henrique Guzmén en 1952. En los tres casos, el Partido, ademis de haber le 38 Colles cambia PRM ~b Prat slp ass pets candace sila psa to sufris un reoebajamicato eeparable en su or nei, oi vio mermat gran cosa el nimezo de ss adhe fete. Y por si fuera poco eae eesulado, hace diciocho thon en gesion de lt ftimas tes elcones generale, to ha habido eovsién alguna, de modo que ba legado 1 hablarse de una organizacicn. “monolitica” del, Partido. wbiare Comoe No que el Partido Nacional Revolucionario fuera el pei ner en fundare depts de a caida de Verano He ‘a, ni tampoco que dejara de encontrar serios obsciculos se priera proc, 0 sea en las eleciones de 1929. 1 bien signficativo que si bien de un modo esporidico y wn tanto desarticulado, comenzara a hablarse de la hecesidad de funda un partido politico nacional aun antes de la victoria mca del Constitucionalismo, El 1° de ene- to de 1913, en ocasion de repasar los sucesos principales {el ano anterior y de vislumbrar qué podia deparar el siguiente, se dice que nada le hacia tanta falta al México ruevo que se estaba forjando como un “partido de go- bierno"s No tanscureié ni una semana sin pasar de ese deseo romintco a la accidn. EI 6 de enero de 1915. Mo- esto C. Rolland, Salvador Alvarado, Gustavo Espinosa Mireles y ovo, ianzaron uon invitacion para consivir unt "Confederaciin, Revolucionaria” cuyo objeto princi pel setia “Ia organiacién civil revolucioaria", que con- Sideraban como el. coronamiento “definitive” de la victo- tia armada, Dos dias después eavo la Confederaciin su primer mitin en Puebla, presido por el general Obre- ‘pn, ¥ que se aprovecha’ para designar una comisin que felacte una ley agra 'A la dificultad dntrinseca, amémosla as, de crear un arido politico nacional, se sumaba la falta del esimvlo de luchar teas el poder, puesto que el pais vivia aun en plena guetta civil y no podian hacerse elections. Pero tuando la lucha queda reducida a ta petsecuciin de lis facciones vista y zapatista, yel de Carranza es reconocido 39 yy WAKE ayo wait como gobierno de hecho por Estados Unidos, ya podi celebrarse unas elecciones generales, tanto mas necesatis unto que encaueae consitacionalmente al pais cons daria el poder y el prestigio del grupo vencedor. Esta tima circunstancia hizo inevitable el que fueran los liares quienes tomaren Ia inicitiva, que, en el fo tenia como fin principal aplazar hasta 1920 el enle tamieno de las dos figuras miliares mayors, los gen rales Pablo Gonziler y Alvaro. Obzegin, concedignda 4 Carranza Ja primera’ pesidencia constuconal. EL 2 de octubre de 1916 Gonzalez lanzé la idea de “unifies el criterio del elemento revolucionacio". A la prime reunin asistieron, a més dl anit, los generales Ob 46n, en ese momento scretario de Guerra, y Cindi Aguila, de Relaciones; Alejo E. Gonzilen, jefe deo ‘aciones militares en el estado de Merica; Cesieo Cast comandante miliae y gobemnador de Puebla; Francis Cosio Robelo, jefe de la 4° Division de Oriente; Cés per de Lata, gobemador del Distito Fedeeal, et. P cn seguida se vio la necesidad de llamar a los civies aun Ia de darles cirta prominencia en la diteciSn d partido, De alli que, pot lo pronto, se nombcaran co vocales a los abogados Jesiis Urueta, José Inovente Lugo. ‘Manuel Garcia Vigil, jal médico Luis. Cervantes, cluyéndose por designae presidente a Eduardo Hay, B 25 de octubre de 1916 se constituyé formalmente el par tido al que se le dio el nombre de Liberal Contac lsta'a_propuesta de Obregén, tas de rechazarse los “Constitucionalismo Electoral”, de Roque Estrada, y " tiucionalista” a seas, del general Rios Zertache. En af manifesto, el partido explica que ha selectionada a Ve sustiano Carranza como candiato a ln. presidenca po 2 ts econ y pout Sb nei i los revolucionaris, Jo. mismo civiles que miltzes, alli que el manifiesto concluyera con la aseveracion def que “ahora es tiempo de que los. revolucionarios. demps| ‘tremos. una. vez mas. Ia indestructible solidaridad qu 40 Ts de suponerse que esa necesidad de mantenerse uni- dos Ileg6 a preocupar de verded al: grupo revolucionatio, y no sin motivo, A pesar, en efecto, de que el Partido ier Concconalia habla nacido al amparo de Is nis recias figuras militares y civiles del momento, apa- arido ConstaconalFronetizo, ua. "Cheb CConstitucionalista, Democritico” y cxactamente el mismo nombre de lista", todos los cuales, sin embargo, postulaban a Ca sranza. La preocupacin debi6 ser mayor porque no pa- recia que las citcunstancias fueran muy propicins para ograr esa unidad. Desde luego, dificilmente podia dist mularse que sus dos soseenedores mas fuertes, Gonzilez y Obregéa, pretendian usar el nuevo partido’ para. pre- parar sus candidaturas presidenciales. Sin embargo, como ‘no tocaba hacer elecciones hasta 1920, esa manipula. cién podia haberse mantenido més 0 menos cubiecta si no hubiera sido porque a poco de formarse el partido tue vieron que ser convocadas las elecciones de unos dipt- tados encargados nada menos que de redactar una nueva Consteuci6a, 1a constcucién revolucionaria, porque en- conces los grupos personalista, sobre todo el de Obregén, comenzaron a actuar abiertamente EL primero en reseatir esa situacién fue Carranza, pues si el partido se habia creado, como dijo en su momento Pablo Gonzalez, para “unificar el criterio del elemento revolucionario” acerca del primer candidato presidencial, cera de esperarse que Carranza, electo gracias al partido, Inobiera contado con el apoyo de éste para su gestién ‘gubernativa. No fue asi, y por eso lo vio desde los co- mienzos con desconfianza, Pidié, por ejemplo, a Juan Sinchee Azcona que observara su conducts para aveti- zguat si correspondia al propésito de “uniformar el senti riento revolucionario”. El observador acabé por creet que el PLC estaba cometiendo el error de limiter su tusién al parlamento y a “las oficinas piblicas", con des- meio de una accién propiamente popular. Ea todo caso, Catsanaa no se sintié muy obligado con el partido, como a Sat) VIAEOY ONE forma agearia y al control de las. compas petcolery gin, el Partido Nacional Cooperatis acabé por verse extranjerss. En todo caso, Obregéa logrd su proptigdeslojado del escenario politico, seis meses después, en las elecciones de dipueados Sobrevino, como se sabe, la rebelién_delahuertata de 1922. Para ello, se fund6 ln Contederacién Naciong 192%, que_pario Meralmente en dos al_ grupo revolw Revolucionaria con los partidos Nacional Cooperarst}cionari, causando, ademés, una_gran_destruccidn_fisica Navonal Agr, Labotsa y Socal del Surat i Tues cubes al ou De alle no oedema Calo mpo depuis hicieran-estuerzos mayores y mis-elahorados para coas- acusaba una debilided inicial el que a pesar del cali Cativo de “hacioal” que levaban dos de sos mic y lipropia Confederaién, no fuera éta, en realidad, uc en gran pareido-nacinal. Dexde mayo de 1917 se Oeganizacién nacional, Por afadidura, no se trataba qhabl6 de que iba a formarse en la cimara de dipucados tin parrido nico, sino de una especie de alianza, de cfun “Bloque Socialists", promovido por Basilio. Vadillo ricter necestriamente temporal; en fin, era inevitably J. D. Ramitez Garrido. Les disgustaba comprobar que que alguno de los componentes tratara'de predomina}st colegas se ocuparan s6lo de “labores politicas”, mien- Emolo que los sewantcs, © demparecian, 0 abandtae que ellos quecan atacac los grandes problemas del naban la Confederacién, Asi ocurrié, sobre todo porqypals: el agrario y el obrero, el religioso y el educativo, cl Nacional Cooperatista, fundado desde 1917, estaba merc. El Bloque se formé sin alcanzar mayor resonancia; pero was la tite experiencia de a revucla delahuerista nejado por lidees habiles y dinimicos TE Partido Laborista Mexicano, creado en. diciemby en el poder ya Calles, resolvis convocar el 2 de mayo de 1919, tenia raices més antiguas, como que algunos dde 1926 a todos los partidos para formar una “Alianza Sus drigenees habian hecho sus primeras armas desde 191fde Partidos Socialists de 1a Repsblica’. Las razones es scimilas para crearla resultaron un tanto contradicrorias en la Casa Amiga del Obrero; también su composi imosttaba mayor homogeneidad y su programa era mide aquel buen propésito de abandonar la “politiqueria” ymin ocuparse de los grandes problemas nacionales. Ea definido, Y, sia embargo, no habia cobrado mucha fu ‘a. EL Nacional Agrarsta, fundado en 1920, conraba cafeec, declaran desde luego "imposible concebir la idea Gizigectes conocidos, como Antonio Diaz Soto y Gamfée grandes electores que manejen a su antojo In maqu- y Aurelio Maorique, Tenia ef programa claro, pero evjoaia electoral del pais", debiendo estar en manos de ‘Jentemente parcial, de propiciar la reforma agraria, puts los partidos. Al lado de ésta, es verdad, se dieron Siendo ése, sin duda, uno de los objedivos mayores de Yotas razones: por lo pronto, que la Alianza fuera." ‘Revolucion Mexicana, no era ni podia set el Gnico, Y qedalero_exponente del sentit nacional”, unificae las Partido Socilista del Sureste dticilmence podia dese) relecias socialisas “que-se-agican en los diversos per pefar un papel activo y eficaz dentro de la Confedess tos de In Revolucin”, etc. La convocatoria fue comen- Pi cor fuderes ealicdkan en Yucatin y extaban empha por la prensa, Excdlsior proves. porque. aquellos fiados en una accidn radical apenas compatible con @geiores creian.que “la nacién.mexicana.estaba-compuesta foportunismo del Cooperatista, El resultado fue que prog in slo por los. partidos revolucionarios”..Lf Universal, {0 se advinié el predominio de este slkimo; pero compet cambio, acet6: consideraba ridicula la fragmentacin al acercarse las elecciones de 1924 se inclind por la cagde Tos nuevos policcos en “partidos, paciivos_y_partidi didaeura de Adolfo de la Huerta, en oposicién a le dl6e"-cuando" To necesario era. un partido. “completa”, alles, que coataba con el apoyo del presidente ‘en principios_y_con_un_ programa _llamativo, 45 44 419 Wa LOF Had Atidliiimna [tt oO El comentario results profético, pues al pasarse lis] -de_presentes en Ia primera sesiGn, se vio que concurti ‘818)delegados, que bien podian haber representado ‘Er0s tantos partidos, ya que la convocaroria habia tado a un solo delegado la representacién de cada pl ‘ido, Por supuesto que no fue asi, pero, de todos mod result facil adver ciertas irregularidades en las rep sentaciones, Guerrero y Jalisco, por ejemplo, contar con 47 representantes cada uno, a pesar de las marca diferencias de poblacién y de politizacién, Llamé més acencién que Yucatin, donde habia un partido sociali combativo y famoso, enviara un solo delegado, y 6 o| «asos el Socialista Froncerizo, también de Fenombre. D| hiecho, aparte de estos dos, apenas tres, mis, eval nombre de sovialisa: los de Campeche, Tabasco y Gente". Los demis tenian nombres eradiconales: “Cl Politico Venustiano Carranza”; Partido Politico "Gene ‘Vietoriano Zepedi"; Partido Politico "Guadalupe Vie tia", etc, No falt6 Ia nota cdmica que dieron los nombs de Ciertos delegados: Medegico Ruiz, Byron Guerce Segundo Arenaza, Dimas Popoca, etc. Lo més notable é todo, sin émbargo, resule6 la increible pulvetizacién que habian legado les organizaciones politicas del pai En Coahuila, digamos, existian 43 partidos politics, explicable ya que s6lo en Sabinas habia 6, De Chiba ‘hua concurtieron representantes de 23 partidos y de Sa lis Potosi 34. Era sumamente problemético que prosperara como pa tido nacional aquella Alianza, Por lo pronto, su nom mismo revelaba que no era su propésito crear, ya qu se trataba simplemente de juntar & los partidos loc cexistentes. Aun ast de reducido el propésio, resulea dificil aliar de verdad cantas organizaciones politica, ‘mayor parte de las cuales tenian un subido color loa puesto que no abarcaban siquiera un estado, sino wit ie nicipio 0, cuando mis, departamentos o jefacuras. Y esa también el escollo de que fuera el socialismo el_denomi rnador comiin de partidos tan ajenos a credos ideoldgica 46 Ladbural yous —~ Reus De alli que, en cuanto se instala, la Alianza se ocupa de define el sosialismo, asunto bien escabroso en si mismo ain si la definicin aspiraba © recibir una acep- tacin general. En parce por esa citcunstancia y en otra por simple ignorancia, To pintS como “una cendencia desinieresada completamente de hacer feliz a las clases iales mexicanas en un ambiente de socialismo mexi- ton de ofrecer ic ines, Primero, comenz6 2 0p nese una mentalidad nueva, la revolucionara, a la vieja libel, al fia-y al cabo del siglo xe. Y segundo, se re- i la idea de_que.el interés colective debia prevalecer L-individual. a convencién concluy6 con el nombramiento de una shes ditectva con 30 vocales, para que en ella estuvieran representados los estados y terrtorios de la Repiblica, Asimismo, con el anuncio de que 1a Alianza convocaria una nueva convenciéa con el objeto de seleccionar al candilaco presidencial de 1928, que todos sus miembros se comprometian a sostener. S¢ apunt6 a Obregéa, que, al parecer, contaba ya con un apoyo mayortaro, si bien Ik Alianza no lleg6 a pronunciasse por él considerando que atin faltaban dos atios para esas eleccion ‘Asi fracas6 de nuevo el propésito de constivuir un partido estable y de alcance nacional. Y esto teniendo ye a ln visea las elecciones de 1928, que amenazaban elebrarse sin que se hubiera podido’presentar Ia can- didaura presidencial de un caudillo 10 suficientemente destacado para set admitido por las principales facciones Y el hecho de que la candidatura de Obregén hubiera cxigido una reforma constitucional equivalente al aban- dono del principio de no-teeleccién, que habia desarado too el movimiento revolucionario, era ciertamente un ial presagio, Desde luego se resucié el viejo nombre de Partido AntiReeleccionista para postular al. general Ammalfo R. Gémez, hecho al cual se contest con la fun- Aaciin del Centro Director Obregonista, que claramence enunciabe su origen personalista, Tras la del general , 4a frecenee awitecior de t Francisco Serrano, surgieron las candidaturas disidentes José Vasconcelos, Antonio I. Villarreal y Gilberto V: Tenzuela. En fin, ocurri6 Jo que se temia: 1a sublevaci en Sonota de los generales Francisco Manzo y Gonzal Escobar. NRaresoulee wnslhp por Come 20 0G Yall ects! En estas condiciones tan dificiles se lanz6 la. convoca tia para una convencién nacional, que tendria lugar d 1" al 5 de marzo de 1929, con objeto de constituir Pastido Nacional Revolucionario. De los 929 delegad que asistiron, poguisimos tenian algiin relieve, si bien el Comité Nacional Directivo figuracon_ditigentes cierto nombre: el general Manuel Pérez. Treviso, eis ‘zeniero Luis Leén y lideres de partidos locales, como Me: chor Ortega de Guanajuato, y Gonzalo N. Santos, ¢ San Luis Porosi. La organizacién recibié su toque fina ‘on una “Declaracién de Principios”, un “Programa ‘Accibn” y los Esraeutos cottespondientes Puede decise, asf, que este partido, destinado a sobre vivie mucho mis tiempo del que se imagind, correspond a a necesad, segin se ha dicho antes, de contae dl desenlace de la lucha por el poder, no ya a las armas} sino al medio civilizado de un juego puramente politico ero no se ha dicho lo que ahora: PNR culminé una larga expec tas por lo menos CI ati por lo_mene wpida_de-intgntos fallidas pan ‘partido politico.-El nombre mismo que rtado, pues los das calificativos de “nm I" y de “revolucionatio” indicaban sus. principal} sspiraciones. Era, en primer lugar, una organizacin “na} cional”, o sea algo més que una agregacién de pequeta) uunidades policcas aisadas. Es verdad que en la Conven} cién misma, y en los documentos que de ella salieron) se insistié en que el nuevo partido respetarla la autono} mia de esas agrupaciones locales, pero el designio de asi rilarlas era la condicién misma del éxito de Ja nuevd 48 ecganizacién, Ademés,adiferenci, digemos, de los viejs poridos Agearista, Laboriste, Cooperatiseay socialists, fl Partido se llamaba simplemeote “revolucionat fovea decit que su programa era mis amplio o més com- pero que cl de los tees primeros y menos radical 0 jnenos comprometido que el de los “socialisas", 0 sea nis pto pata seguir un curso medio y cambiante, sein to dicaran las circunstancias. México 0 se habia recuperado del desgaste fisico y de a desorganizacin que necesatiamente trajeron consigo Js evolucidn maderisa, el golpe reaccionario de Hiuer, el movimiento constcuconalisa y la rebeliones de Obre- [gin y de Adolfo de la Huerta. Adems, la actién enca- J alograr las metas revoliicionarias apenas sc_habis Z| Exo) ian gran unidad en el gmp diene unt ag uc_no_poda_conseguirse_sino_mostrindoles_a_todos los os eezuleados Ta acca fj Revolucion. Es verdad que ésta no tuvo nunca un “programa” propiamente dicho, ni siquiera el que pre- faba Ia Conca de 1917; po a ene racipales eran inequivocs: un natonalsmd mateo, aoe as” SABE Te devacin sto rondmick 7 ual, sino concretamente politica, de los sectores de [Ffblaién menos favorecdos, 0 sean Jos campeiace y foe obreros. De aqui una de las grandes ventajas del Pacdo: si consegulaasegurase como "base suya a cos fs secre dels sad mesa y ofganiaros,contaria no s6lo con un gran némero eee sino con Jos votantes mis organizados y sivos Boa uma funciona a ser una de ar de mayor importancia y_duradera) que desempefaris el pari: Ipgumat las elecclones de todos los candiatos a pesos elecién popula, quidndole a éta el aire que ea buena pedida habla tenido hast entonces la tepaticiin y oc pid de los puestos por derecho de congquis, 0 se, 49 \ Orie vaio aD Wa por el simple hecho de que ua movimiento militar habia apoderado del. gobierno. Y también se vio con gran claridad una iltima ci cunstancia que hacia imperaciva la organizacion politi de la nacién, Durante el primer siglo de la Independes ia, cl caudillo, asi se llamara Santa-Anna, Juarez 0 fisio Diaz, habia sido el principal sostén ‘de esa orgs zacién, y dentro del mismo periodo revolucionatio, Mi ero, Carranza y Obregén desempefiaron ese papel satio. Pero para 1929, no ya esos tes cauaillos mayor sino muchos de los que los seguian y podian, etc cuencia, reemplazarlos, habian desaparecido, fisca 0 Uicamente, Calles mismo, entonces ya. con cincuenca dos afos a cuestas, no debié ver muy lejano su fin. esta situacién, se imponia un sustieuto institucional. qu eemplazara al caudillo, especie a punto de extinguie| Galles y el Partido fueron afortanados por una z6n mis, El general habia dejado de set presidente 4 Ja Repablica, Jo cual le daba un margen de _maniok és amplio y un tanto invisible para guiar al Partido ca sus primeros pasos, Por otra parte, logté que la convea| cién nominars, no a un candidato presidencial.obrego| sista, sino a un “viejo revolucionario”, es decic, a un clemento neutral, En fin, Calles se hizo el sucesor de Obregéo, o sea el lider revolucionario de mayor fuera Y no ha de descuidarse una ciccunstancia mis que fev reci6 Jos primeros atios del Partido, Puede decirse que a Ja Revolucién le tomé diez, de 1911 a 1920, dest el antiguo régimen porfiriano; pero como la obra acabi por ser total, la Revolucion se qued en 1920 sin ene| ‘igo al frente, duesa indiscutida del campo. Esto quiet decie que las posibles oposicién y divisién estaban dentro del grupo vencedor y no fuera de él Si al fin, con dl Partido, se unificaba, la Revolucién no tends ‘exterior, y, en consecuencia, contatia con ‘caminar_a sus anchas : abe, pues, concluir que la creacién de un litico nacional, revolucionario y aun “ofici 50 oficial, correspondis a genuinas y grandes necesidades trac, Desde luego e propia st, como dicen le liélogos, un aglutinador de los intereses opuestos de Peta 7'de prion de taras de ein, 00 it Ba tm civil, pero incluso la escisién natural denero del par- filo mismo. Buscaba dar coherencia a la accién poliico- dministrativa de las autoridades oficiales, sobre todo, caro, las federaes, viendo y eratando de resolver los pri spalfs problemas depuis en su_conju ao Tociles, ais nentes unos de ‘Adoprando 15 que vino a llamarse “el prograiia” de Ja Revolucién Mexicana, eataba de creat imponet un con: seaso general acerca'de las reformas de mayor impor ‘uncay urgencia, evitando asi la esterilidad de los par Jhmentes en que 20 hay una fuerte mayoria gobicrasta 'Viendo Ios ventajas com cieta perspectiva de tempo, po- ix ambien esperarse que el Partido sitviera. para cx raciar, con précicas y experiencia, alos jvenes descosos de hacer una carrera politica y, ya formados, dales en el Pardo una oportunidad real para ejercerla 3, El Avance Econémico Sea dicho ya que la segunda rzén por la cual se pue G& hubla de ua. selada sngularad en el soma polico merino es el. gran avance condmico. gue ‘México ha logrado en los iiltimos treinta afios, En efe 1 los economiasespecializados en la hse con Gada del Bae paren et de-acuerd env & dsp wo ds Mean el’ ge vs © [lt a 1940, yore de desatole-que se inka en WAL y continda hasta eles de hoy, Durance el prime. fp el conjunc de la economia mexican, o. deviende G2 nivel alenzado en el anigoo tégimen de Pofio Diaz, o apenas Jo supera, pero, de todos modos, no mues ov voatendenca betenide hati el progrso. En cambio, fiaace el segundo peiodo el svane eo cotioun. Ast 5 IDA —o vierende ‘mientras el producto interior bruto crece a una tasa anu de 33% durante 1900-1910, baja a 25 y 1.6, respec tivamente, dé 1910 @ 1925 y de 1925 a 1940. By cambio, llega al 6.3 y manciene este promedio de 194] a 1965, Las cifeas anteriores cobran_ una. significacéy acentuada si se comparan con las de los paises mayore| de la América Latina, que se hallan también en_ vial de industrializarse. La’ América Ladina en su conjunc hha crecido apenas a una tasa de 4.6, Argentina a la df 2.0, Brasil 4, Chile 54 y Venezuela 5.1, es decir, 4 tasts todas elas inferiores @ la de México. Se lega’ al mismo resultado si la comparacin se establece. sobre Ia base del producto interno beuto per capita: el de Mé| xico e de 3.3, el de América Latina 2.2, el de Argen tina, 1.9, el de Brasil 26, el de Chile 1.0, y el de Vene ucla 1.3. Esta situacién no se modifica hasta 1971, cuando Se quebranta Ia tasa anual de crecimiento de Mé| xico y la brasileha asciende espectacularmente hasta 10%, -Esos dos indices, el producto interno bruto global y el per capita, son los mis usados para medie los avances de una economia; pero cualquier otto que se apliqu tendri el mismo sentido, La tierra cultivable, por cjem- plo, ha aumentado en México de 15 a 24 millones de hhectéreas de 1930 a 1960, En 1940 el 659% de la fuera de ceabajo estaba dedicada a Ia agriculture y 25 aos después slo el 52, en contraste con Ja industria, que sube del 13 al 20, mientras los servicios ascienden det 22 al 28. Las inversiones de fondos federales aplicadas al desarrollo econdmico han legado a representar el 53% del total, y las inversiones sociales el 19, ‘No puei, pues, ponerse en duda que Ia economia me xicana se ha desarrollado de un modo perceptible y sostenido durante fos iltimos treinta o teeints y cinco 32 III, EL SALDO NEGATIVO 1. El Politico Ts por hacerse una historia del partido oficial que per rita ver en detalle las grandes vicisizdes por las que tha pasado en su ya larga historia; pero 4 ‘enturado suponer que camina por un sendero mis 0 tmenos seguro hacia su consolidacién de 1929 a 1940, J que en 1941 se inica una inflexién que lo conduce 21 estado en que ahora se encuentra. El punto culminate de la primera etapa fue la reorganizacion hecha_por_el prot Cledens, contente en gsi 1e nein Sones que tenfan Jos agremiados del Partido, por una representacién “fu THAT y decsivo del segundo periodo fue la importancia gue dentro de datos setores se dio al “popular” como. freno_a.un “partido. de masas", objetivo este que se le achacd a Clrdenas y que se juzg6 tremendamente des fquicador por revolucionario, No ¢ que los factores que than conducido finalmence al empobrecimiento de los pro- pists y caracteisicas primitivas del Partido hayan na fido en esa segunda época, pero si parece cierto que de fntonces aci se han aceneuado de un modo visible EL primero de los factores empobeecedores es la fl de un programa breve, claro, conyincente, ¢a-sums. Por supuesto que el Partido hizo desde su nacimiento una declaracién de principios", y un “programa de accion que, ademés, ha retocido después en siete ocasiones, la iitima de ella, seyin se veri despucs, en octubre de 1972, Pero estos documentos adolecen de una debiida tan manifiesta que resulta explicable su ineficacia. Lat , “historiados", escritos en un lengusje,alisonance, Ercan todos los, problemas nacional fabio pt ode “sectares". Yel punto. hhaber, de modo que resulta imposible que alguien tenga su esencia y mucho menos que se grabe en la coo} cieneia populas. Después, es fécil comprobar que orresponden al sentir colectivo y ai siquiera a las res Tidades politicas y socio-econémicas de la época para Ij cual se supone que van a regir. Més bien son fruto de J jimaginacién y del “buen (0 mal) decit" de un indivf duo 0 de una “comisién™ compuesta por cuatro 0 cine Penonas ero pecu a grve de eas dries y & escos programas de acin ey que st tau de dae cuenta de a necesidad de que se deingan el programa gubernamentl s limitan a epetis logue Presidente en taro he dicho en git electoral sus pronuncianintos Ya oftiales Be caro gue el Pa tid crece de los melon econdmicnyy aun jc pl . cesarios para evar a la préctice un’ programa, que el gobierno sf cuenta con ellos. Esta crcunstancia het pensar en una idea elemental: si el Partido tuviera a4 rograma_interno. propio, debeacticios inmediatos_ pa asain, pov arcat. cera del gob rupo de presién.para lograclo. Es perfectamente conce| Bible (do hecho aa debe We le feet eee Jos Sectores) un mecanismo como éste. Las “lemandas”| peticiones exigencias de un Sector, llegarfan a sus a Figentes, quienes las colarian para armoniarla. Repo ait ete os ros dos las demindas de los te Sectores serian aglotinadas amticuladas por los miem, bros del Comité Tjeeutivo. Nacional, cdando, dese luego, el aspecto de su visbilidad politica. Una vee con cluido este proceso, se presentarian al gobierno pars a satisfuci6n, Pero esto ‘noha ocuttido nies fell que cccurra porgue la idea de “enfrentarse” en alguna fotne al gobierno Hlenasia de horror a los ditigentes del Par ‘ilo, Todo lo cul impone la necesidad de defini la forme como el Partido puede contrbuir efectvamente en, la elaboraciéa del programa del gobierno y a su eventual ejecucin, 34 a verdadera razén por la que al Partido y al gobierno siamo les repogna tenet un programa es que &te ft- pone la definicien de metas y de méwodos para alcan- his asi como el tempo en que se espers conseguilas TE cost, por supuest, sigaifica un compromiso. moral Y politco, que no quieren echarse a cues. De alli que Upaccde declare que su programa es el de ia Revolo- Gin Mexican, y el gobierno, que la Constitucin de 1917 sein el siyo. Como es de suponerse, Ia opinion po- fla del put sbriga ya un franco exepdcismo antes tus dos formulas, que han actbado por indicar el deseo de ecamoter las realidad. Tas observaciones acerca del programa llevan a s- flr ccc, del desélin-aoual- del Pano -ave 6a ambigiedsd des relasiones con l_gobiesro. ‘ade puke Gculdrsle, por supuesto, que todos los go- Bernates, desde el presifente de ls Republica hasta el fino municipe, han sido postulados por 1 Pardo. Talo el mundo sbserva que én cuanto legs a sa pues dl nuevo. presente de ls. Replica, incoxpora en. sv equipo de gobiemo a dos o tres de los mis altos dii- fetes del Pareio, y que los resents son susttidos por fs mis de su agra. Todo el mundo ve que al pre Seate el Presidente a inaugursr un congreo obtero campesino, va acompatiado del presidente del Comicé Fjecuuvo Nacional del Partido, Y asi consecutivamente A pena de todo eso, el Partido mantiene ls aperienia de que ol Presidente no es su jefe nato 0 ex offic, sino {pe su vida est regula exclosivamente por sus propos Aganos de gobierno: asimbless nacionales, consjo.na- inal, comitéejecutivo nacional, er. ) Pocas cos, sin embargo, han desucred L tido como el no haber démocratizado, sus. procedimientos cleeeorates al piso del tiempo. La teoria inicial, que ain -urel'dia de hoy Se preSenita tomo una realidad, era le bien conocida’ y aceptada de que para escoger los can- . 55 AG Fag Wat sorteamericano ha expresado admitacién por su capacidad polsca y administeatsva. El problema es que, n0 habien- do sido antes figuras siquiera identificables,'su nomina- tia tiene que justficase ance el sentic piblico, lo cual se conseguitia usando procedimientos sbiertos, claros, de- rocriticos, en suma, sobre todo porque el Partido, pro- danando ¥ sosteniendo que silos usa, no ha conseguido Sino extender mis el descreimiento de esa opinion pir Mica Y no sélo han cambiado las personalidades, sino tam- bién lo que puede lamarse los principios. Aunque, segiin se ha dicho ya, la Revolucin Mexicana a0 tuo una ideologia bien definida, y su “programa” jamés fue sufi Geaterente explicit, nadie podia dudar de ciertos rasg0s Aisintivas suyos, como el nacionalismo y el propésito de ingjorar 1s condicién de Jos campesinos, los obreros y, a general, Los elementos més desemparados de In so. sialad. Pero el nacionalismo, que suponia un cierto sisla- mento de México con relaciia al mundo exterior, re suk insostenible después de la Segunda Guerra Mundial, con su comunicaciGn telegrifca y radial instancinea y la velocsima del avin, Se cre6 asi una atmésfera de unk resalidad de la que nian el mis poderoso pais de la tera podia escapar, También resulté insostenible ese racionalismo despues de decidir Mexico hacer del. pro- ‘60 econdmico In meta principal de Ia accién oficial y pivada, pues entonces euvo que acudie a ln ayuda del pital y la tecnologia extranjeros, El logro de Ia. segun- dk meta, el mejoramiento del pobre y el desvalido, se- sulté mucho mas complicado de lo que creyeron cando- rosamente los primeros revolucionarios, de modo que, «sun esfuerzo tenaz y sostendo, si bien’ no siempre muy ineligence, los éxitos parecen poco convincentes 0 bas runte dudosos, De alli que se hayan debilitado el entu- fsmo y la fe en que ese objetivo de la Revolucién esti ‘a wuelta de Ia esquina or si eco fuera poco, las ideas y sentimientos nacio- tulizas ¢ igualiarios nacieron cuando la sociedad era en 7 didatos del Partido a cualquiee puesto de eleccién po pular, se convocaria a una convenciéa seccional, dist tal o nacional; que el aspirante que veaciera en ells una voraciin ‘mayoriaria seria el candidato. tinico Partido; que por el votarian todos sus miembros, y qu és, por ser a mayoria ciudadana, Jo Hevarian ala Vi toria, Bsa ficeién se mantuvo por algén tiempo, pen aparte de que la opinin piblics, desde hace mucho, a segura de que jamés se aplica'semejante teoria. deme critica, es un hecho que si la apariencia se guarda cof agran rigor en cieras desigoaciones, tipicamente ln ed andidato a la presencia de la Repiblica, no siempa se la guarda tratandose de los gobeenadores de los es dos, de los miembros de los poderes legislativos, loca y federal, y menos ain por lo que toca los cuerpos mo aicipaes ‘Ahora bien, parece poco dudoso que ni los dtigente del Partido, de cualquier época, ni los presidentes de bl Repablica de los ikimos eeinea aio, han sabido estima Jos cambios profundas que han afectado a tod la socedal ‘mexicana, y-de wa modo particular en os aspectos po| liticos. iensese, desde luego, en las personalidades que figu razon en la escena politica digamos hasta 1940, y cy quienes las han reemplazado después. Ceando se’ redny por primera vee la convenciéa del Partido Ant:-Recles Cionisca, Madero es designado su candidato_presidencial por una buena mayoria, pero no por unsnimidad y mena por aclamaciéa, Una vea, sin embargo, que se lanza a li rebelién armada y derroca @ Porfiio Diaz, Madero 6} una figura indiscarble, de modo que su elecciba se im pone su propio partido y ala nacién entera. En unt situacién semejante se hallan en su momento Cartan yy Obregén, y en un grado menor Calles y Cisdenas, Pen] ¢ idwos oscuros, discuibles, comienzan con_ Avil y siguen sin Tntinapeisa hasta-el-diade hoy No se trata de determinar si esos candidatos resultan 0 no buenos presences; de hecho, un polirloge 36 xa garde Neato at ia ae spo a > México predominancemente rural y agricola; pero al tweinea afos a esta parte es bien clara su tendencia coavertrse en urbana o industrial. Asi han surgido po] blemas tan graves y tan complicados como Ja urbania cin, el eurismo, la dualidad de una agricoleura tadice fal y otea moderna y comercial, y la industializacié sobre los cuales no dijo ai pudo haber dicho una py Jabra el “programa” primitivo de la Revolucion Ni ‘Ademis de las personalidades que operan en el mer plano del escenario politico y del programa 1 ‘ativo de la accibn oficial y peivada, Ia socilad misa ‘la que peetenden gobernar ha experimentado cambio profundes, muchos de ellos provocados por la accién los gobicenos revolucionarios. El nimero de analfl hha dsminvido de modo notable durante los siltimos af y ha ctecilo paralclamence el de los estudiantes en Hl absicalo mayor part dentcratiar los panne ,-en_general, Ia actividad piblica del pais, por supuest, fo que se llama el “eapadismo”, « de Gf fe seleeiin cculin 0 invisible de lor candideroe det PRI& Tos pueitos de”eleccién popular, sobre todo los, pcos y parcularmente el de presidente de Ia Re piblic. Tomando este wltimo caso como el més ius- atv, recuérdese, en primer lugat, que, segiin una a ida no contrariada durante los tltimos treinca afios, el legido sale del circulo cescano al Presidente, més con- ceeamente de sus doce secretatios de estado y todavia mis (con la excepeién de un caso tinico), de Ia secre- facia de Gobernacién. Estos hechos, que, por supuesto, no son inmutables, pero que se han repetido a lo Jargo de tina aos, indican el margen estrechisimo de la selec- dos los grados de In educacin, Los medios de transpore|cin que hace el Presidente, lo mismo si se piensa en los y de comunicacién se han extendido y mejorado muchif ince miembros de su gebinete, que en sus doce secret fimo, y los de comunicacién de masas, prense, cine, ridiftis de estado y mas aiin, por supvesto, en el solitario y tclevisidn, tienen hoy auditorios que se cuentan p}ministro de Gobernacién. Pero es que, desde el punto de rnillones. La poblacién se ha multiplicado a un sitno}visa del pablico, aun esa seleccién aside apretada se impeesionaste, y su composiciin se ha alterado, de mafiuce dentro de una oscuridad tan impenetrable, que el ‘nesa que los j6venes, los que apenas se asoman a la vidipmexcano ha renunciado a entender cémo ocuete, y se pblica, represencan’ una proporcion muy respetable dfcanforma con rogar a Dios que sea tolerablemente acer- ella. Por afiadidura, ha habido una sefalada concentraci ats, urbana, de modo que hoy viven dentro de ciudades de} Desde el dia mismo en que reciben sus aombramientos, Cierta magnitud varios millones de seres hamanos ants} ls secretavios de estado comicnzan a taparsc, « certuse, aislados o semiaislados en el campo. ocltarse, a disimular y calla... peto no'eoealmente, Todas estas costs, y muchas otras, han conduc sfparque entonces serian olvidedos, inclusive por el presi desperrar una conciencia cfvica que antes no existia o que dente de la Repablica, que es quien al final rasga el velo feca menos sensible y exigente, Parece que, frente a est} que cubre al Tapado, Este juego resulea endemoniacamen- ‘cambios, numerosos y complicados, pero visible, no if edificil, si bien su esencia consisee en hacerse presente, surgido ain en México un hombre piblico que los aprep pro de ninguna manera omnipresente. El personaje debe Cie, y mucho menos que determine transformaciones papsiarse en el fondo del escenario politico, pero jamés al talelas dentro del Partido y ea la vida piiblica genet} pede las candilejas, y caer allf como angel alado, posine del pais dee an eve, tan suavemente, que incluso pueda dudarse Je si su presencia no es, después de todo, mera ilusién 58 39 49 Sptica, Bl juego consiste en musitar, en hablar entre die tes y a medias palabras mientras no se aluda al "Sefer Presidente”, porque enonces han de escucharse es palabras distinta y rotundamente. or supuesto que en cualquier pais, Francia, Inglatey 6 Estados Unidos, la figura sobresaliente es la del jefe sobierno, Iimese presidente o primer ministro; pero est rho impide que la opinién piblica conozca Ia conducy de los. secretarios de estado y tenga un juicio bil formado sobre cada uno de ellos. El juego del tapas ‘mo, por el contratio, impide conocer 2 Ios-cotaboradorg Gercanos del presidente de México, dé modo que cuana ‘estapa el Tapado, el piblico poco 0.11 ‘mécios y habilidades. Alo més que se atreve es suponer que el elegido debe tener una que ocra pre positive y muchas negativas. De entre las postvas, 1 principal y la més segura es una lealead inquebrantabl hacia cl Presidenee; una cuslidad inciera, en read tuna simple esperanza, es su capacidad de despertar cies simpavia popular, Las prendas negativas son mis ume rosis: no haber cometido un disparate garrafal en 3] zgestiin administrativa, pero, sobre todo, no tener rmigos y no suscitar fuertes antipatias; en suma, ser } ‘menos objerable posible. , Ta altima fase del largo proceso del_ destapamien) ‘es —segtin se ha creido siempre— el sondeo que hace ¢ presidente saliente acerca dle su elepido, sobre todo —l asegura— con los ex presidentes. Nadie ha probado has ahora si se hace de verdad 0 n0 semejante sondeo, i se limita en efecto a los ex presidentes o si se ampli 4 otros circulos y cules son ellos. Por lo que toca a lo ex. presidentes, hoy disponemos de sus testimonial EL més terminante de coxlos es el de Miguel Alemén segin él, jamés se les consulta sino "respecto de alg problema especial en relacién con el puesto que ocupan| 6 decir, a él en materia de turismo, a Emilio Pores Gil sobre seguros, al general Cirdenas en cuanto a Ia Cueno del Balsas y a Adolfo Ruiz Cortines acerca de la | 6 bicacion de productos de asbesto, Emilio Portes Gil ase utd que los ex presidences estaban obligados “disci- plinarse a Ia resolucién que en su oportunidad comara :U Partido", lo cual equivale, no solo a negar que se les fonsulta, sino a afirmar que si no les place Ia persona ecogida’ por cl Presidente, tienen que aguantarse y con- éucse, ademis, como si ellos mismos hubieran_parti- ipado’ en. la seleccién. Mis significativamente, Adolfo fiz Cortines asegur6 que recae sobre el presidente en jumo “la enorme responsabilidad de interpretar qué es fo que quiere y necesiea nuestro pueblo”. Esto significa jue el Presidente puede y debe escoger libremente @ su ucesor, si bien ha de hacerlo consciente de la que se le opera si desacerta, El general Cérdenas 0 fue interto- Jado por los periodises, de modo que nos quecamos att siempre sin sus opiniones. Sin embargo, cuando sus tolegas hicieron ests declaraciones, Cardenas exhorté a a grupo de estudiantes a participar en In vida politica racional presentindose como candidatos a diputados y ‘enidores para que en el Congreso defendieran fielmente has intereses de sus mandantes. Tal vez. expresara esta inctacién cierea inconformidad con algunos de os can- ‘duos seleccionados por el PRI y aun con los métodos ue 6te usn para escogerlos En cambio, algunos de sus colegas se acomidieron a facet una especie de “retrato hablado” de un buen can- aco a la presidencia de In Repablica, Retrato no muy ineligente © muy sutil, pero que, aun asi, da motivo a tlguna reflexién, Aleman soseuvo que deberla cener lis mejores cualdades civics y pols" adenis de tuber desempefiado “un puesto piblico”. Tal vez valua i pena peegunas shay alguna diferencia entre le oalidades " y las “politica. auisio de haber ocupado un puesto piblico, explicé que, de otra manera, "es muy dificil poder calificar sus ap- tudes, sus conocimientos, sus experienciss, su actu Gin’, Evideneemente este antiguo mandaterio juzga ne- ceario que el candidato pertenezca a la “Familia Revolu- a cionaria , pues sélo sus miembros desempetian los eargy}ninadas a asegurarse como sucesor a un testaferso re pilblicos ‘superiores; pero Ia falle mayor, segin se hifsltn pronca y absolutamence initiles expliado ya, es que con el sistema del Tapado laa: tuacién de un secrerario de estado a lo sumo puede servi para que el Presidente, que Jo mira de cerca e intern] mente, se aventure a suponer que serfa un buen sucesa suyo, pero jamés bastaré para justificar ante los ojos de ppiblico la seleccién hecha, Emilio Portes Gib fue mil explicze, aunque menos stil. Tras pedir que el candida fuera “revolucionario a toda prueba", honesto, capaz, ex petimentedo y ecudnime, asegur6 optimistamente que e el gobierno habia “muchas gentes” que Menaban ta cexigentes.requisios ‘Apenas cabe agregar que desde un punto de vista | cional, es dificil entender cémo ha podido subsists de} rante tanto tiempo (por 1o menos veinticinco aos) est método del Tapado. No, desde luego, porque no pare ca hamano que un Presidente, cualquier Presidente, cu ‘mandato concluye inexorablemente a los seis afios de he ber iniciado su seinado, desee protongarlo escogiendo ua hombre décl que siga sus “consejos”. También es pee tamente comprensible que procediendo asi, ‘egerse contra Ia critica y aun contra la deni de los desaciertos de su gestidn. Pero treinta afios de «| petiencia han ensedado que el sucesor se libera de i influencia de su antecesor en beevisimo tiempo, digam dentro del plazo méximo de los seis primeras meses ¢ su gobierno, El nuevo Presidente asume pronto uni actitad de plena independencia, y no sédlo él, sino tan} bién sus colaboradores inmediatos. Se han dado mucho ‘casos dé que el nuevo Presidente hereda del antri dos 0 ies secretarios de estado, a quienes, sexiin s¢ sp ppone, el segundo ha recomendado insistentemence, Pus bien, hasta ahora ninguno de ellos ha cometido el err de creer que debe actuat como representante y defensa} il gabinete, también aspirante. El hecho de prestar ser de los intereses, opiniones 0 gustos del anterior. En es} rtios tan “eminentes” como ésos tiene que crear en un forma, codas las largas y complicadas maniobeas encef rinitro 1a nocién de que ha fincedo un derecho a la @ 6 Recordando, digamos, la historia de los iltimos dieciocho sos puede advercrse en el tapadismo un verdadero peli 70, que ances hubiera parecido inexistente, 0, en el me- pat de los casos, remoco, No puede caber’ duda de que coco del gabinete de cada Presidente hay siempre ses fo cuatro secretarios de estado que aspiran a sucederlo, Pura lograrlo, cada uno de ellos extrema sus atenciones proclama su fidelidad con la esperanza de ser el ven- ‘edor final. Mientras Jas maniobras se reducen a esos sjetccios adulatorios, el no ser excogido apenss produce Ja reaccién resignada de achacar el fracaso a mala suerte 0 ingratieud, y allf quedan las cosas. Pero el hecho mismo J que la seleccifn final haya quedado librada durante tants afios al azar o al capricho del mandacario saliente, ba levado a algunos ministros més emprendedores a ‘bajar disereta pero tenazmente para crearse simpatias ‘iatereses con el Snimo de forzar hasta el méximo po- ‘le la mano del Presidente, mostrando, por ejemplo, ye, de no recaer Ia seleccién en ese ministro empren- {edor, el mandarario conteariarfa a grandes grupos poli- ‘ios organizados, exponiéndose a Ja consiguiente censura ¢ impopulatidad. las cosas no han parado alli, pues en los dtimos afios sha producido un fenémeno que, después de todo, n0 podia dejar de tract sus consecuencias. La inconformidad } la tebeldia, primero de un_geupo-de- 5 profesores de enscfianza superior, hicieron pasar al go- irno_por tres crisis seria. La primera y Ia segunda de is facron manejadas por un seeretrio de estado que spiraba a la presidencia, y la tercera por otto miembro -profesisnistas,-y- spuds, por dos veces consecutivas, le los_estudiantes qi VaLOrae sucesién, con el deber correlativo del Presidente de reco nocerlo. De no elegiescle a él —y sblo uno pucle serlo—, la reaccién de este nuevo tipo de aspirante 00 puede ser Ia antigua de atribuir el fraceso a mala suerte © ingratitud, sino a haberse violado una obligacién cal contractual, digamos un gentlemen's agreement, Esta feu tracién puede traducirse en una reaccién violent, con ds posibles consecuencias Iamentables: denuacias, abierta o ‘alladamente, los malos manejos del Presidente violaday del derecho sucesorio, y lo que es mis grave todavis| transferic el rencor al nuevo Presidente, a quien neces riamente el postergado juzgari indigno de ocupar et pus to. Y puede llegar esa reaccién hasta organiza al :mandaeario conflicios que lo pongen en aprietos. ‘Ast se produciria un doble resultado cuya geavedad «| ahora dificil de medir, Por una parte, se comperia de he| ‘cho, aunque por lo pronto no abiertamente, Ia clara tr dicidn. iniciada por Ciedenas de que el mandatario 5 Jicnte se retira a Ia vida privada, renunciando a. haca| politica. Por otra, esa ruptara puede ser Ia iniciacién ds tun resquebrajemieneo del grupo gobernante, que parecs hraberse consolidado paulatinamente desde’ 1929) hasa aleanzar un grado monolitico, Bs claro como la luz del dia que este tipo de com flictos desaparecerla, © que su gravedad se rebajar mucho, si 1a sucesiGn presidencial se ventilara a la lu] del dia, democriticamente, pues entonces los perdidoss no podria alegar mala svete, ingratitud y mucho me Bl Partido y la Familia Revolucionaria toda se haa de: sgaditado siempre para negar que existan el Tapado ¥ a Destapamiento; en cambio, poco han dicho aceeca de i sustcacién de las convenciones seccionales,diseritales, pe Jo que ef Partido Lama tan seductoramente “ausculaco popular”. Se supone que Ja hacen los representantes I cals del Partido, 0 tracindose, digamos, de los candids a ‘os a a gubernatura de un estado, el propio presidente {41 Comité Ejecutivo Nacional. Aparte de que este mé todo de la avicsleacién es y ser siempre un pobre su tuto del democtitico de ia coavencién abiert,, nunce ‘2 ha explicido cémo se hace, y nadie ha visto hacerla Lo mis grave, sin embargo, es que hace poco tiempo nada rnenos que el presidente del PRI declasé que el Partido no recoge propiamente el sentir popular, sino que lo inerpreta, e decz, 0 iaventa. . 2-El Beonmico 4 Cl Hl desarrollo econémico de México, segiin se ha dicho yi, 6 indudable y sefalado, y por serlo, el gobierno Io ba exhibido y ponderado como procba de su buena ges tia y como justificaivo del sistema politico del que ha vivido, Cosa semejance han hecho los egociances, yero con el fin principal de hacer resalar 1a enorme fontribucién que han aportado 2 ese desuollo. Impl sitamente, sin embaggo, y en ocasiones hasta de modo taplicio, clogian la extabildad police a cuyo amparo han visto fructficar sus desvelos, que, de otro modo, por ip visto, habrian sido eatérles. Estas afirmaciones hechas sin condicién 0 limicacin alguna, resultan insostenibes, ies a la vista de todos los habitanes del Distrito Fe ten, por ejemplo, eatin las lamadas "colonias proe tars", en donde viven bacinados en la mayor pobreza nilaces y millares de campesinos que buscan ctabajo en in gran urbe, Y quienes viajan alguna vez por el Bajo, 4e percatan sin esfuerzo de que la condiciin del campe- fino de esa regiin apenas ha cambiado, y si el viaje coincide con un aio de sequia, ven a las mujeres y los hijs del campesino acercarse a Jos aucoméviles para pe die imosna. Pero no es s6lo eso: hace algo mis de dice aos al unos economistas mexicanos comenzaron a «studiar el fan problema de cieo se estaban repartiend los be 6 dominante era una reparticign dispareja. Habia, por ejm} ferollo econdmico mexicano si en el partido oficial es pl, estados de ln Repiblics sealadamente peéspea crn tepresentados realy efectivamente los interests digamos Jalisco, Nuevo Leén 0 Puebla; otros cuya icin era mis 0 menos satsfacoria, yun tercer gru tel mis numeroso, en que la nota de atraso y de resulta visible. En cualquier pais, por supuest, exis ‘esas diferencias, determinadas’en general por condic naturales 0 grades e inesperados progresos teenologi fie los campesinos y de los obreros. Dicho con otras pi- Iubras: las grandes decisiones econémicas se coman fuera del Partido, ¥ asi es —confiema este autor—, porque los ‘yerladeros beneficiarios del progreso econémico de Mé- eo no son ni jamas haa sido miembros de ese Partido, ppero en el caso de algunos estados mnexicanos el ret y Is pobreza eran aeeibuibles en gran medica a citcu fancias remedibles si las ausoridades oficiales y 10s 0 zociantes se 1o propusieran. Los estudiosos hallaron ram Big que las reeribuciones a los dstintos contribuyentes al progreso eran marcada e injustificadamente desigual| Caro que eran mucho mayores las que recibian los en ppresarios (industrales, bancasios; comerciantes y agric| Tas); pero es que dentro de la retibucién al trabajo pet sistian las disparidades: la recrbucin era mis alta pan os trabajadores ocupados en la industria y los servic] que para los campesinos, y entre éstos, la més baja en Ja del hombre empleado en la agriculeura tradicional, «| consraste con lo que ocurre en la agriculrara modem Yy comercial, Eseas diferencias por zonas ¥ por ocupacio| nes se agravaban porque en los estados de mayor pobrea vivia una porcién més alea de habitantes, y los hombre cupados en Ja agricultura tradicional eran clarament| nis numeroros que los ottos. Pronto se concentraron. ls cestudios en In distribucién del ingreso, y aun cuando 2 Siempre se conté con. los datos necesarios ni. se_ usin Jas mejores eécnicas de investigacién, el resultado fal fio podia prestarse a muchas dudes y era, ademés, im presionante, Preseotaban un cuadro de una manifiesa Inequidad. En 1950, por ejemplo, el 109% de las fam lias privilegiadas recibian el 49% del ingreso, mientras que slo les tocaba el 14% al 40% de fps familias pobres De estos y otros eseudios, un escritor norteameicano| (Roger D. Hansen) ha sacado wna cbaclusién que im 6 6 ea las elecciones generales de 1970 mide 1a nulidad de a ares electoral, (PPS) aro Ppa elie wa iso in mains po no ineno did Intent e5 fncios resnie a los grupos de izqulerda inconformes con li marcha conservadora del gobierno y de su partido, inento que correspondia a una realidad. Fracasé por dos tuzones principales: porque su fundadot, animador y di ‘igen, Vicente Lombardo Toledano, hombre de muchos tiros métitos, fue siempre un factor divisivo y no, unifi- fador de Ja faquierda mexicana; y mis que nada, por ‘ue crear y sostener en México un partido politico, no 11 opositor “sistematico” del gobierno, sino independien- te de d, requiere por lo menos en los lideres un esptiau fpostblico que muy pocos hombres tienen o pueden im- proviser, De cualquier modo, y como en el caso del PARM, Csecretacio del PPS sac 2229 infelices voros en exis Insmas elecciones y fuc, en consecuencia, dersotado pot dl candidato priista, = See ec Nndaat GODp ca nico independiente y opositor del gobierio. Algo es al- 1, desde luego; pero no suficiente para Ja salud tice nacional, Como no ha ganado oi esti ganando bas- tune fuerza, es dificil esperar confiadamente que en un fuxuro previsble legue a ser un muro de contencién del qosce desbordado del gobierno” y de vt paride. MN agj-de Wer el PAN. con cided exe problema fundamental de la vida pablica acional al afirmar en sus Principios de Docerina que “el cumplimiento de un jrograma de gobierno para bien de la colectvidad no debe fincarse en el predominio que se mantiene en favor el presidente de la Repiblica", pues ésce —agregi— “gece de hecho una supremacia sobre los demas pode- 1 felerales y estarles". Bien vistos, es0s Principios de Docrina son defendibles, ademas de estar expuestos con oderacin y con inteligencia. Lo cierto es sin embar- {, que en sus treinta y dos afios de existencia, el PAN to ha logrado presentar un programa que sea diferente y 69 IV. CONTENER PARA LIMITAR Dadas las amplisimas faculeades, legales y extra-legaley del presidente de 1d Repiblica, y dado también el abru ‘mador predorainio del partido politico oficial, apenas puede exagerarse si se afirma que el problema politi iis importante y usgente del México actual es concenet yy aun reducie en alguna forma ese poder excesivo. Re ccuérdese la observacién de Madison: “La gran dificuk tad de idear un gobierno que han de ejercet unos hon: bres sobre otros radica, primero, en capacitar al gobierno para dominar a los gobernadores, y después, en obliga fal gobierno a dominarse a si mismo.” Es indudable que ‘México ha salvado de sobra la primera dificulead, per no Ja segunda, ‘Véase qué puede esperarse de los partidos dstintos del of cial. Nada del-Bartido Auténtico de la Revolucion Met SiciactPARM, como su nombre mismo lo india, we tende "mis “asténticamente revolucionario” que el PRI, o sea mas prifsta que el PRI. Tal pretension bi sido’ reconocia paladinamente por su presidente acual al explicar el general Juan Bartagiin por qué obeuvo d fescasisimos 1602 voros en el distrito en que presea su eandidatara para dipurado federal, contra los 56 66 de su rival prifsta, dijo que era porgue el elector confu 4 los candiatos del PARM con los del PRI. Y asi {que ser, como que el nombre que se le dio a exe tido fue un Japsus: el nico reclamo que hizo al darse fue el de que sus lideres eran mas viejos que del PRI Debid, pues, lamarse partido cronolégice historico de la Revolucién Mexicans. En todo ca, haber obtenido un pobrisimo 1.1% de los votos emit 6 aarrwraboride

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