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INTRODUCCION zCémo nacié este libro? En el afio 1960 estuve en Leipzig durante el campeonato del mundo por equipos (la XIV Olimpiada Mundial de Ajedrez) como entrenador del equipo olimpico soviético y asesor personal del entonces campeén del mundo Mijail Tal. Algunos jévenes jugadores de varios pafses expresaban su admiracién por la escuela soviética y me preguntaban insis- tentemente por los «secretos» de mi método ajedrectfstico, Estas manifestaciones Megaron a halagarme, pero la palabra «secreto» me molestaba, porque nada més lejos de nosotros, los entrenadores sovié- ticos, que cualquier regateo de secretos. Consideramos que nuestro primer deber consiste en transmitir sin reservas de ninguna clase a nuestros discf- pulos toda la experiencia adquirida en Jargos afios de prdctica. Asi fue madurando poco a poco la idea de recoger las lecciones de ajedrez que yo daba en Riga y presentarlas al publico, Como el lector comprobar4, me he esforzado en subrayar los mds im- portantes principios tedricos que deben fomentar la accién y el entendimien- to independientes. En las lecciones que siguen, trato de abordar todas las cuestiones (prescindiendo de problemas concretos de aperturas) que existen en el camino hacia la cumbre que significa la maestr{a ajedrecfstica. También se ha pensado en la preparacién inmediata para el juego serio. En las Prdcticas, el lector deber4 procurar resolver por s{ mismo los proble- mas que se le presentan, a ser posible sometiéndose al control de tiempo. Estos ejercicios se componen de doce partes que se subordinan a las leccio- nes y son los que mejor se acomodan a los temas tratados. Con las practicas, el estudiante no sélo puede ejercitarse, sino que se familiarizar4 con los problemas de Ja estrategia y de la técnica de la combi- nacién y de los finales. Hasta qué punto he logrado prestar ayuda en la andadura por el escabroso camino del ajedrez, deberdn juzgarlo mis lectores, que a partir de ahora serén mis futuros discfpulos. A. KOBLENZ Lecci6n 1 LA FORMULA SECRETA... Antes de que haya empezado la partida de ajedrez, los ejércitos es- tan pesados y aburridos uno frente a otro. La falange de los peones im- pide el despliegue de las piezas. Com- pletamente cabizbaja, la dama tiene que permanecer ociosa tras la espal- da de los peones. Desde luego no es una ocupacién muy adecuada para una pieza tan fuerte. Sélo los caba- los sonrfen quizd descaradamente: pueden saltar sobre los peones con Ja mayor desenvoltura. Pero, por mu- cho que salten, la partida se encuen- tra lejos ain de estar empezada. 1Atencién! Ya han hecho los ad- versarios los primeros movimientos, y pronto somos testigos de un cho- que de los ejércitos, de una lucha a muerte de ideas estratégicas y tdc- ticas, de celadas ocultas e ingeniosas. Pero zqué férmula secreta pone en curso este choque bélico? ;Dénde se encuentra la varita magica que permite al maestro ajedrecista, igual que a un brujo, desarrollar hermo- sas partidas sobre el tablero? Si mi- ramos més de cerca, el secreto se revela: él sabe cémo «infundir vida» a sus piezas. Sus piezas y peones despliegan una sorprendente actividad, se apoyan unas a otras, trabajan arménica- mente. Ese es el principio fundamental de todas nuestras acciones bélicas, al que se subordinan todas y cada una de las celadas de la estrategia de la tdctica, Pero esto significa para nosotros aprender a ver y conocer los aconte- cimientos conforme a leyes que se producen en el tablero, saberlos a conciencia y hasta en lo més profun- do del corazén. Este estudio vale la pena. {No es excitante poder mirar al interior de una caja magica lena de secretos y poder observar cémo las muertas fi- gurillas de madera empiezan de pron- to a vivir, se empefian en una dura lucha por derrotar a las fuerzas ene- migas y llevar al rey de estas a un buen cautiverio final 0, como se dice en el ajedrez, darle mate? Asf pues, arrojemos primeramente una mirada al interior del laborato- rio creador del maestro de ajedrez. Sobre estrategia y tdctica El objetivo final de cualquier par- tida de ajedrez: dar mate al rey ene- migo. La estrategia general de nues- tros antepasados era claramente ine- quivoca: con abiertas intenciones, sin muchos cumplidos, salir a la caza del rey. Mucho valor y agudeza se ponfan de manifiesto y a menudo lo- graban la gran jugada. Sobresalien- tes triunfos consiguid el maestro alem4n Adolf Anderssen (1818- 1879); sin embargo, en el afio 1859 fue derrotado impecablemente en Pa- rfs por el norteamericano Paul Mor- phy (1837-1884). También la divisa de Morphy era «E] cuero cabelludo del rey». Pero 9 sabia crear para eso las condiciones Previas posicionales para sus inten- cionados ataques combinacionales. Investiguemos la regularidad ldgi- ca de su forma de juego y extraiga- mos de ella también algunas formula- ciones tedricas importantes. Morphy-Duque de Braunschweig y conde Isouard, Parfs, 1858. 1. P4R, P4R; 2. C3AR, P3D; 3. P4D, ASC. Esta_clavada resulta ser ilusoria. 4. PXP, AXC. Sélo ahora se dan guenta las negras de que después de -, PXP, la dama blanca podria habe? escapado del alcance de la clavada con 5. Dx D+, tras lo cual el caballo come tranquilamente el pedn 5R. La teorfa recomienda la pasiva ju- gada 4. ..., C2D o el contraataque con 4. ..., CZAR. 5. DXA, PXP; 6. A4AD, C3AR. Las negras pasan por alto la ame- naza tdctica del adversario. Debie- ron haber jugado 6. ..., D2D. 7. D3CD. Una doble amenaza con- tra dos puntos no protegidos: 2C y 2A. Usualmente sélo se consigue pa- Tar una amenaza. Naturalmente se Prefiere suprimir la amenaza mds pe- ligrosa. Como existe la amenaza 8. AXP+, seguida de 9. D6R mate, las negras defienden el punto 2A. 7. .... D2R; 8. C3A. A menudo hay jugadas que sdlo se explican desde el punto de vista del estilo individual del maestro. Las blancas podfan comer tranquilamen- te el peén de 2C, pero después de 8. DXP, D5C+; 9. DxD, AxD+, las blancas no querfan dejarse arras- trar a una aburrida explotacién de la superioridad de peones. Una so- lucién tan racional no se pensaba en los tiempos de Morphy; el objetivo principal consistfa en pasar r4pida- mente al ataque contra el rey. Las blancas prefieren desplegar sus restantes fuerzas para luego explo- tar su ventaja en el despliegue. Para las negras seré mucho més diffcil imitar la estrategia enemiga: la da- ma negra bloquea el camino al alfil e impide con ello el enroque corto. 10 8. ..., P3A; 9. ASCR. La idea de esta clavada: paralizar una importan- te pieza Gefensiva del adversario. IC. Para hacer posible 10. Sab 10. CXP! Las blancas habfan realizado un avance en el des- pliegue. En tanto que cuatro piezas blancas estaban desplegadas y ocu- paban posiciones favorables, sélo es- taban desplegados un caballo y la reina negra, y para eso desfavora- blemente. Pero estas ventajas de des- pligue tienen la peculiaridad de desvanecerse répidamente en caso de que no se acttie con bastante energfa en el curso posterior, Asf, por ejem- plo, después de 10, A3D, CD2D qui- z4 las negras habrfan superado lo peor. Con el movimiento del texto em- piezan las blancas una combinacién de mate exactamente calculada. En tales celadas se produce una comple- ta transformacién de los valores ma- teriales. Los factores dindmicos tie- nen la supremacfa. 10. .... PXC; 11. AXP+, CD2D; 12. 0-0-0, TID; 13. TX Cl. De nuevo es destruida una importante pieza defensiva. 13..... TXT; 14. TID. Diagrama nim. 1 Esta posicién era la que tenfan pensada ya las blancas cuando ini- ciaron su combinacién. Todavia las fuerzas negras contindan mal colo- cadas: el ala del rey estd sin desple- gar, la torre en 2D y el caballo en 3A estén clavados, y, lo que es peor, el rey, que no se ha movido de sitio, se bambolea en peligro de muerte. No es dififcil comprobar que las piezas blancas tienen mayor eficacia y, lo que es mds importante aun, las blancas tienen en el sector critico de la lucha un predominio material. Un teorema general estratégico que constituye el supuesto previo para cualquier ataque victorioso. No es de extrafiar que la siguiente hermosa combinacién de mate leve a una decisién répida. 14. .... D3R; 15. AXT+, CXT; 16. D8C+I!, CXD; 17. T8D mate. Con esto la combinacién iniciada en- cuentra su fin. iCual es el rasgo caracterfstico de la combinacién de ajedrez? Como acabamos de ver, una va- riante forzosa que usualmente va li- gada con sacrificios materiales cuyo objetivo final significa la consecu- cién de ciertas ventajas para la parte activa. Antes de que ejecutemos una combinacién, debemos tener en cuenta los siguientes factores ; Ante todo debemos saber los ras- gos posicionales que hacen aparecer justificado el empuje de nuestra com- binacién y que se fundan en el moti- vo. En el caso de Morphy: Avance en Ja apertura, el rey negro en el me- dio, desgraciado despliegue de las fuerzas combatientes negras, todo es- to son circunstancias favorables para que la combinacién estuviese ya pen- diente en el aire. Después que se ha visto el motivo, empieza la btisqueda de la idea con- creta combinatoria. Morphy vio la combinacién de ma- te. En tales combinaciones, la valo- racién de Ja posicién al final de la combinacién es innecesaria; con el mate, la partida esté acabada repen- tinamente. Pero en otras clases de combinaciones la valoracién de la po- sicién es importante. De la valoracién de la posicién depende si es aconse- jable en general para el bando activo dar vida a la combinacién. También acabamos de ver que son necesarias favorables condiciones previas posicionales que hagan po- sible las combinaciones. El primer campeén mundial, Wilhelm Steinitz (1836-1900), formul6é este conoci- miento de la manera siguiente: «No se debe atacar y es imposible atacar con éxito si la posicién no esté ma- dura para la accién. Primero hay que reunir ventajas posicionales y solo entonces pasar enérgicamente al ata- que combinatorio.» En posiciones abiertas (en las que las fuerzas combatientes de los ad- versarios entran con rapidez en con- tacto unas con otras), la forma de juego de Morphy sigue siendo actual hoy dia. Es el alfa y omega de la moderna estrategia general: 1° Promover lo mds répidamen- te posible el despligue de las piezas. 2° Tener bajo control el centro, disputandole al adversario cualquier casilla del centro. (Se trata principal- mente de las casillas P4R, P4D, PSR, PS5D!). 3. Abrir columnas y diagonales para con ello aumentar hasta el mé- ximo la capacidad de accién de las piezas. En nuestros dias no es tan facil irrumpir contra el adversario como lo consegufa Morphy. Examinemos cémo los maestros modernos crean los supuestos previos para sus com- binaciones. Keres-Béok 1. C3AR, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3A, C3AR; 4. P4D, A2R; 5. P3CR, 0-0; 6. A2C, P3A; 7. 0-0, CD2D. Ha surgido una posicién de la apertura cerrada en la que las fuer- zas combatientes atin no han entra- do en contacto (prescindiendo del contacto que se ha producido entre los peones P4A y P4D). Tras la co- bertura de la falange de los peones, los adversarios tratan de desplegar sus fuerzas combatientes, lu

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