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Antropologia breve Juan Manuel Burgos —Ia sustancialidad, es decir, el hecho.de que la persona subsiste a través de Ios cambios y las modificaciones; —la individualidad: la persona es una realjdad tnica y determinada, cada persona es distinta y diferente; — Ia naturaleza racional: dentro del amplio mundo de Jas sustancias, las personas son una clase especifica; las que tie- nen inteligencia. pe Sin embargo, no es'una definicién del: todo perfecta. 13. Antropologia breve Por ejemplo, no aparecen caracteristicas esenciales de la per- sona, como la libertad, la conciencia, las relaciones interperso- nales 0 el yo. Por otro lado, resulta dificil reflejar el caracter personal de alguien en cualquier clase de definicién. Por eso dijo Mounier: «Solo se definen los objetos exteriores al hom- bre y que se pueden poner ante su mirada. Ahora bien, la per- sona no es un objeto». Por estos y otros motives, la bisqueda de una definicién perfecta de la persona, a partir de la cual se podria «construir» toda la antropologta, se ha abandonado. Hoy se prefiere comenzar con aproximaciones que sirvan como mera introduccién y entrada a un misterio imposible de describir en un par de frases. Aqui vamos a presentar dos descripciones de este tipo. Una muy hermosa la proporciona Jacques. Maritain. «Cuando decimos que un hombre es persona, no queremos decir solo que es un individuo, como lo son un atomo, una espiga de trigo, una mosca o un elefante. El hombre es un in- dividuy que se rige cou Ia inteligencia y con la voluntad; no existe solamente en modo fisico sino que sobreexiste espiri tualmente en conocimiento y en amor, de tal forma que, en algtin sentido, es un universo por si, un microcosmos en el cual el gran universo todo entero puede quedar compren- dido con el conocimiento, y con el amor puede darse todo entero a seres que estan ante él como otros tantos él mismo, relacién de la que es imposible encontrar el equivalente en el mundo fisico. La persona humana posee estos caracteres por- que, en definitiva, el hombre, esta carne y estos huesos pere- cederos que un fuego divino hace wivir y obrar, existe ‘desde el Gtero hasta el sepulcro’, por obra de Ja existencia misma de su alma que domina el tiempo y la muerte, Es el espfritu Ia raiz de la personalidad», Owa la propone el autor de estas paginas: La persona es un ser digno en si mismo pero necesita entregarse a los demas para lograr su perfeccién, es dindmico y activo, capaz de trans- formar el mundo y de alcanzar la verdad, es espiritual y corpo- 14 La persona: dignidad y misterio ral, poseedor de una libertad que le permite autodeterminarse y decidir en parte no solo su futuro, sino su modo de ser, esté enraizado en el mundo de la afectividad y eb portador y esté destinado a un fin trascendente: 2, Principales caracteristicas de la persona Las definiciones descripciones nos muestran a grandes trazos, como a pinceladas gruesas, los rasgos principales de Ia persona. Pero, evidentemente, esto no es suficiente. No es mas que una simple presentacién de la complejidad y riqueza del ser que queremos estudiar y entender. Hace falta ir mucho mis all, Otro pequefio paso consiste en exponer, de modo un poco mis sistematico, las caracteristicas principales del hom- bre. Recogiendo ideas de varios fil6sofos, proponemos las si- guientes caracteristicas esenciales 0 notas fenomenolégicas. 4) Substancialidad-subsistencia Con esta nota de raigambre aristotélicotomista queremos indicar que la persona es un ser con una densidad existencial tan fuerte que permanece a través de log cambios. La persona es siempre la misma, aunque cambie el mundoa swalrededor y ella misma cambie. De modo similar al barco de'Teseo que fue susti- tuyendo alo largo del viaje cada una de las piezas que lo compo- nfan pero continué siendo el mismo barco, la persona humana, aunque cambia interior y exteriormente, incluso orgénicamente, sigue siendo la misma. Ademés, ese ser ella misina ¢s algo pro- fundo y decisive porque la persona no es un mero flujo de viven- cas ni una agrupacién temporal de fendmenos que el tiempo di- suelve y transforma, sino un ser consistente que resiste el paso de Jos afios y los dias y, aunque a la filosofia le resulte ya mas dificil confirmarlo, posee una dimensién eterna. A esta realidad se le denomina subsistencia del ser personal. 15 Antropologia bre 0) Intimidad-subjetividad Lo que permanece.en los cambios de la persona no es una «cosa», sino un «quien», un «alguien», una realidad muy profunda con una gran riqueza interior que se manifiesta y se ejercita a través de cualidades especificas: la sensibilidad, los afectos y sentimientos, la conciencia de sf. Todas esas caractéris- ticas conforman la subjetividad: lo propio y especifico de cada persona, su mundo interior, intimo, distinto de cualquier otro hombre 0 mujer. Este mundo, en parte, se puede manifestar al exterior a través de los sentimientos y de las acciones, pero su fondo tiltimo es ifiexpresable porque constituye la identidad de Ja persona, que es intransferible. De ahf que los clsicos dijeran que en la persona habfa algo incomunicable. Este nticleo tiltimo es el que Ja hace un ser aut6nomo, conscierite de sf e indepen- diente, es decir, un alguien, un sujeto, un «yo», capaz de decidir sobre sf mismo y poneise frente'al mundo. Persona, como dice Karol Wojtyla, es quien «se posee a si mismo». 6) Ser conporal, espacial y temporal La persona posce una dimensi6n material y corporal; es subjetividad e intimidad; pero en un cuerpo concreto, fisico y determinado, ¢s «alguien corporal», como dice Julian Marias. Esto tiene numerosas consecuencias pero una de las principa- les es que no es un ser puramente espiritual, sino lécalizado y herido por el tiempo. ; EI espacio: la persona se mueve en un espacio fisico, geo- grafico y humano que le resulta necesario para vivir y le condi- ciona: la casa; la ‘ciudad, el pafs, ete: El tiempo: la persona no es un ser estético, sino en'cons- tante evoluci6n; es temporal; dindmica y proyectiva: Se sitéa siempre frente al tiempo del que dispone en una lucha cons- tante y paradéjica, Por un lado, busca detenerlo guardando me- moria del pasado y eternizando el presente que le resulta pla- 16 La persona: dignidad v misterio centero 0 feliz. Y, simulténeamente, busca anticipar el futuro para poder decidir su destino y ejercitar el dominio de sf que la caracteriza. Pero se trata siempre, al menos a primera vista, de una lucha perdida de antemano, La muerte siempre llega, y el tiempo siempre sale vencedor, aunque el anhelo de la inmortali- dad, presente en todo hombre, exige una respuesta. @) Apertura y definicion Aunque la persona tiene una vida propi personal e in- trasferible, no ¢s un ser cerrado en si mismo}'sitio abierto, que necesita trascendersey salir de si para desarrollarse on pleni- tud, Todos los hombres necesitan salir de si y hivérse don para Jos otros, si quieren realizarse, y lo hacen fundaméntalmente a través de sus capacidades y facultades mas elevadis 'y espiritua- les: la'afectividad, la inteligenti y Ia libertad. “°° El hombre se rélaciona Gon la realidad én'trés niveles fun- damentales: las cosas, las relaciones interpersonales y Dios, y esa relacién se establece, a su vez, en dos direcciones! tecepcién ¢ in- fluencia. El hombre es afectado por el mundo quelle rodea pero, a su ver, mediante su actividad puede modificas. ese mundo y transformarlo de acuerdo con sus deséos y necesidades. Esa apertura, por otra parte, no es la modificacién de un ser indiferenciado, sino la perfeccién de,un ser definide y con una naturaleza precisa. Por eso, como indica Luigi Parey- son, la persona es «al mismo tiempo abierta.y, cerrada. Es ce- rrada por la inmanencia de su pasado en su:presente, por la condensacién de toda su historia completa-en,cl instante ac- tual, por una valoracién general que, haciendo, el balance de sus conquistas y de sus realizaciones, establece la-validez de lo que la persona ha logrado hacer de sf misma: ¥es-abierta por- que su presente se abre a su futuro, porque la récorre un'im- pulso que la coloca frente a si misma, porque Ia exigencia que 7 Antropologia breve la mueve la obliga a nuevas decisiones y a una dedicaci6n cada vez mayor a la tarea en la que ella se reconoce». ©) Hombre y mujer Por dltimo hay que advertir que hablar de persona su- pone colocarse en un cierto nivel de abstraccién porque, en realidad, existen dos tipos o modalidades diversas de persona humana: el hombre y la mujer. No existen personas humanas en abstracto, sino personas humanas masculinas 0 personas humanas femeninas que aportan una maravillosa diversidad cuajada de misterio y complementariedad. Esto no quiere de- cir que el hombre y la mujer sean dos seres completamente distintos; son esencialmente iguales, pero ¢l modo especifico en que se constituye su ser personal, siendo igual en los niveles més radicales, es distinto en sus manifestaciones concretas. La corporalidad, la sensibilidad, la psicologia, la intcligencia y Ia afectividad recorren caminos distintos en el hombre y en la mujer y enriquecen asi el mundo del ser personal. 3. La dignidad de la persona Las cualidades que acabamos de describir apuntan ya en una direccién muy precisa: la toma de conciencia de que los. hombres y las mujeres son seres especialisimos por la perfecci6n. intrinseca que poseen y que les coloca por encima y en otro plano del resto de los seres de la naturaleza. Persona significa lo ‘que es perfectisimo en toda la natteraleza, afirmé santo Tomas, y, en nuestra época, esa perfecci6n tiene un nombre especifico: dig- nidad. La persona es el ser digno por excelencia por encima del ‘cosmos; Ia materia, las plantas y los animales. A pesar de la es- pléndida perfeccién del universo y de los organismos naturales ~que la ciencia nos muestra de manera cada vez mas fasci- 18 La persona: dignidad y misterio nante-, la persona humana los supera de manera radical por- que se sitia en un plano distinto y superior: el dela personali- dad y el espiitu Por so, sol la persona es digna en:sentdo radical ‘Veamos ahora algunos desarrollos de este ‘concepto. — La dignidad de la persona es una perfeccién intrinseca y constitutiva, es decir, depende de la existencia y caracteristicas esenciales de su ser, no de la posesién 0 capacidad de cjercitar determinadas cualidades. Toda persona es digna por el mero hecho de ser persona, aunque carezca 0 posea de modo defici- tario alguna de las caracteristicas especificas dé lo humano (discapacidades fisicas © psiquicas, aspectos rig’ desarrollados, etc.). En otras palabras, se es persona 0 no sees de manera ra- dical, pero no se puede ser mas o menos persona. Conse- cuentemente, los planteamientos, como el aborto.o la eutana- sia, que limitan la condicién de persona y Ia correspondiente dignidad a la posesién efectiva de algunas cualidades fisicas 0 psiquicas (autoconciencia, calidad de vidd sauisfactoria, etc.) son incorrectos. : — La diignidad de ta persona hace que sea untlor en'sé misma 9 no jrueda ser instrumentalizada, La perfecciénintrinseca de la Persona hace que tenga valor por sf misma, por ¢l.simple hecho de ser persona o de existiz. Por eso existe la dbligacion positiva de buscar su bien y la negativa de no,utilizarla como mero ins- trumento para otros fines, lo que irfa en contra de su dignidad. Nadie (ni siquieva Dios) puede instrumentalizarla, es decir, ser virse de ella tinicamente como medio para sus intereses porque cso significarfa que se la est identificando Con una cosay se esta prescindiendo de su caracter personal. Como ¢s sabido, la pri- mera formulacion explicita de esta idea se debe @ Kant. — El valor de la persona es absoluto. La persona es un valor en si misma peroes importante especificar que’se-trata de un valor absoluto. Quiere esto decir, por un lado; que es superior a cualquier otro valor que podamos encontrar en nuestro en- 19 Antropologia breve torno: naturaleza, animales, bienes materiales o espirituales. Pero, mas radicalmente atin, significa que ¢s un valor no inter- cambiable, manipulable o sustituible por nada. No se puede atentar contra la dignidad de la persona. Por el contrario, la actitud adecuada en relacién a ella es la de respeto, reconoci- miento y promocién. — La dignidad de la persona es el fundamento de los derechos humanos. El valor absolute y la dignidad intrinseca de la persona se traducen a nivel juridico-social en la existencia de los derechos aumainos 6 derechos fiindamentales que poseeri por ¢l mero hecho de ser persona. Tienen dos dimensiones. Desde el punto de vista subjetivo son los 4mnbitos de libertad social de que dispone y en los que el Estado ni puede ni debe inmiscuirse (libertad re- ligiosa, libertad de expresién, derecho a la intimidad, etc.). Es- tos derechos 2io son concesiones del Estado, sino exigencias inte- riores que dimanan del ser pérsonal y que ¢l Estado, si obia cortectamenté, no purde menos de reconocer. Corresponde al Estado también promover Ias condiciones adécuadas para que la persona pueda ejercitar sus derechos de manera eficaz y sin trabas (derecho a la educaci6n, a la vivienda,etc.);.en este se- gundo sentido se habla de derechos objetvos: — La dignidad de ta persona hace que cada'hombré } cada mujer Seain irrepetibles ¢ insustituibles. Las peculiares caracteris- ticas de la persona hiithana fos permiten comprender que cada persona es tinica y tiene un valor irrepetible indepen- dientemente’ dé sus condiciones fisicas, intelectuales, etc. Na- die puéde ser, en sentido estricto, stistituido, algo qite se pone especialinente de manifiesto en la familia y en las relaciones en las que media el amor. La conistatacién'de este hecho ha obligado a'una reelabo- racién-de las nociones de individuo y especie para los hombres. En el reino animal, lo que cuenta es la especie; el individuo estéia su servicio y debe sacrificarse:por ella si hace falta. Ademés, un individuo de una especie animal -excepto quiza en Jos anima- 20 i La persona: dignidad y misterio les superiores~ ¢s practicamente equivalente.a:otro individuo. Las hormigas no tienen nombre. Pero este:planteamiento no se puede aplicar sin mas al hombre. La persona no est al servicio de la especie humana ni los hombres somos intercam- piables. En este sentido afirma Robert Spaeffiatitr’que PERSONA experiencias vitales o afectivas. Gracias ala memoria podem recordar, es decir, volver a poner ante Ja mente y, por tanto} volver a poser de modo inmaterial lo que hémos ido almac nando en nuestro interior a lo largo de nuestra vida. a) La estructura de la memoria La estructura interna de la memoria es compleja pero, gracias al trabajo experimental de los psicélogos, se han dad pasos importantes que permiten hacerse una idea precisa de Jos elementos que la componen. En concreto, segiin Atkinsor y Shiffrin, la memoria humana esta dividida en tres estructura: relacionadas entre si por mecanismos de control, : La primera estructura la constituye el llamado sistema registro sensorial donde se registra, de ahi su nombre, toda la in; formacién que lega de los érganos de los sentidos. En reali dad hay un registro para cada érgano. El llamado registro icé nico corresponde a Ia yisién, el ecoico al oido, etc. En el] registro sensorial se almacena toda la informacién que pro+ cede de los sentidos; pero permanece durante un periodo de| tiempo muy escaso, del orden de un segunds. En ese tiempo, el sujeto tien¢ que realizar un proceso de control y seleccionar} mediante la atencién u otro procedimiento la informaci6n' que va a ser guardada en Ia segunda estructura: la memoria | corto plazo. El resto de Ja informacién se pierde para siempre: Esto podria pareder negativo peto, si el hombre recordara todo lo que vive, como ie sucede al protagonista de un relaté de Borges, moriria al pocd' tiempo ‘aquejado de saturacién de informaci6n innecesaria. Micntras que el registro sensorial se puede considerar practicamente como un espejo, es decir, un mero reflejo de la realidad, la memoria a corto plazo es ya una estructura propia- mente personal por la que el sujeto almacena en su subjetivi- dad, haciéndolas suyas, unas informaciones especificas selec- 3 4 42, Sensibilidad! y tendencias ondndolas de entre muchas otras. En esta memoria, ademas, ta informacin se reelabora a través de mecanismos,-como la organizaci6n, la repeticién o la recuperaci6n;que tienen cl objetivo tanto de que la persona pueda disporier ‘de esa infor niacin cuando Io desee como de explotar af maxiino la capa- cidad de retencién. La memoria a corto plazS"détae en un pe- sfodo de 15 segundos a dos minutos y, en'ésié*periodo, el sujeto debe decidir si esta informacién se alihiacetia en la me- nivia @ largo plizo, el sistema més profundo; edmplejo y per- sistente de acumulacién de informacién. Si'la informacién pasa, a través de la repetici6nt 0 de otros mey-apisinos, a este misterioso receptaculo interno permanecera allt durante dias, meses 0 afios constituyendo Ia base imprescindible de cual quier actividad, aunque estar siempre en pugna con otro fe- n6meno tipicamente humano: el olvido. 1b) Memoria ¢ identidad personial La fancién habitual que se asigna a la iméiiicria es la de archivs de informacion, la flente del recuerdo, Pérs;'siendo esto cierto, y precisamente por ello, también resulta’ ékencial en una cuestién mucho més importante! la forraadion ¥ constitu- ion de Ia identidad porsonal del sujeto. Esta relacton'sé pone ya de manifiesto en los procesos de control medianté los que la persona decide —al menos en parte- qué sector de la informa- cién se va a almacenar en su interior y, por lo tanto, va a cons- tituir su subjetividad y ser un punto de referencia en sus activi- dades futuras. La atencién alo que nos gusta o interesa, por cjemplo, haré que algunas cosas se graben de manera inme- diata o fuerte en nuestra memoria mientras que lo que no nos. atrae puede no dejar ningGn tipo de huella en nuestro inte- rior. En este sentido, el esfuerzo voluntario por aprender desa- rrollaré nuestra memoria a largo plazo y nos permitira dispo- 43, ner de ms recursos intelectuales y experimentales a lo larg de nuestra vida. Que la memoria forma parte de nosotros mismos lo p nen de relieve,también los sucesos traumiticos. Algunos gol: pes 0 accidentes bloquean la memoria desde un punto de vista fisico pero otros la pueden bloquear desde un punto de vis emocional porque el sujeto, al no ser capaz de asimilar con: cientemente una experiencia, Ia constrifie al 4mbito de lo in. consciente o intenta cancelarla, Este fenémeno, por otro lado, no es algo, excepcional, sino una tendencia humana generall que se puede comprobar, por ejemplo, en que, con el tiempo; nos resulta mas facil acordarnos de lo agradable que de lo de; sagradable. Pero la rélacion més directa con la identidad personal sé} pone de manifiesto en que en la memoria no solo encontr: mos objetos o experiencias, sino a nosotros mismos, como ya! puso de relieve san Agustin en Las confesiones. «Alli me encuens tro yo a mi mismo, me acuerdo de mi y de lo que hice, y en} qué tiempo y en qué lugar Io hice, y en qué disposicion y cir cunstancias me encontraba cuando lo hice». Si no tuviésemnos: memoria, no sabriamos quiénes somos ni de dénde procede~ mos. Como el hombre es un ser temporal, proyectado hacia el futuro y que huye del pasado, necesita de la memoria para re~ cuperar constantémente lo que deja atras y asf establecer url didlogo con Jo que fuimos y que, de algan modo, todavia con: timiamos si¢ndo. 3. La imaginacién’ La imagintacién es el dltimo componente de la sensibili- dad y se distingue de la percepcién en muchos puntos, pero; sobre todo, en su distanciamiento de los objetos. La percep- cién: es un conocimients: presencial. qué solo es posible cuando el objeto est realmente presente. La imaginacién, por 44 Sensibilidad y tendencias elcontrario, es un conocimiento representativo que representa o wproduce interiormente un objeto independientemente ie su presencia, sica. Precisamente por eso es, en general, mas difuminada ¢ jmprecisa que la percepcién y esté sujeta con mucha mas facili- dad al error o ala deformacién. Ta sinestesia es un fenémeno relacionado con el mundo de Ja imaginacion y consiste en que una determinada modali- dad sensorial suscita una reacci6n sensorial deiotro tipo. Por ejemplo, determinada misica, como Las euatro estaciones de Vi- valdi, puede despertar imagenes visuales. Las alucinaciones son percepciones falsas.o aparentes (percepciones sin.objeto). El sujeto est4 convencido de que ve cosas que en realidad no exis- ten. Las ilusiones, por el contrario, son percepciones incorrec- tas, es decir, manifiestan una percepcin disiisionada pero de algo que est realmente presehte. Por titi; 14 imagen cor- poral hace referéncia'a la idea aproximada qiie’toldos tenemos de nuestro cuerpo, de su estructura y dimesisiotiés. También puede ser interesante afiadir que no toda la itfidginacién es vi sual en cuanto que Somos capaces!de repréditcir interior- mente no solo imagenes, sino sonidos, etc. Las principales funciones de la imaginacié son las siguientes: 1) Da continuidad a la sensibilidad. Aunque x10 perciba- mos una rosa ,podemos seguir hablando de efla'y’ ‘pensando en ella porque tenemos su imagen en nuestro intérior. También nos permite re-conoceé objetos: si teniemos ei la mente la ima- gen de algo (un rostro, por ejemplo), cizando 16 veamos de nuevo To reconocéremos porque lo identificafesijos con el que guardamos en nuestro initerior. 2) La imaginaci6n tiene, ademés, una importantisima funcién oreativa. Gracias a ella podemos crear mugvos objetos, situaciones ¢ incluso inventar mundos inexistentes. Poseer una imaginacién poderosa y creadora es un/auténtico don y una cualidad imprescindible en profesiones:como noyelistas, 45, Antropologia breve disefiadores, guionistas, artistas o inventores. Dos ejemplos. magnificos de poder imaginativo son Et Sevior de los anilles de: Tolkien y la serie de Harry Potter. Los autores de esas novelas, han creado auténticos mundos paralelos, con sus propias le yes, personajes, territorios y lenguajes capaces de evolucionar, en el tiempo sin perder su coherencia interna. Eso solo es po sible mediante una imaginacién genial. La imaginacién tiene también su aspecto negativo pues, sino se controla, puede encerrar al sujeto en un mundo exclu- sivo, inventado, y quizé obsesivo, que no se corresponde con la realidad y que, cuando mis tarde o mas pronto se venga abajo; le cause graves trastornos. 3) Por iiltimo, como Aristételes y santo Tomas entre otros han demostrado, la imaginacién juega también un papel muy importante en Ja elaboracién del concepto y, por lo tanto, en el paso del nivel cognoscitivo sensible al intelectual. Este paso se puede intuir de algtin modo en que la imagen que podemos hacernos de determinadas realidades (animales, plantas, etc.) es una imagen genérica que se sitéa a medio camino entre la. percepcién de algo concreto y el concepto abstracto. 4. Las tendencias EI hombre, ademas de relacionarse cognoscitivamente con el mundo, interactiia con él de forma activa. No es un mero recepticulo de formas externas, sitio un organismo que tiene sus necesidades y sus aspiraciones, sus deseos y sus proyectos. La actividad humana es multiforme y la iremos estudiando progresivamente. Ahora comenzaremos con el aspecto més elemental que tiene su correspondencia con Ia dimension también clemental del conocimiento sensible. Son las tenden- ias 0 instintos elementales que descubrimos en nosotros y que un examen somerisimo de nuestra experiencia saca a Ia luz, 46 Sensibilidad y tendencias Nuestro organismo necesita alimentos, siente:impulsos sexua- tes, tiende a protegerse de los peligros que:parecen amena- zarle, responde con agresividad a determinados males, etc. Guiles son las caracteristicas de estos impulsos? ¢Son simila- res 2 los instintos animales? ¢Qué papel juegaven ellos las di- mensiones cognitivo-volitivas de Ia persona?:¢Gudles son las tendencias principales? Son las cuestiones que'debemos de- sentrafiar a continuacién. ek a) Instintos animales y tendencias humanas 3. En un anilisis preliminar y poco atenfo, podria parecer que las tendencias humanas son iguales a los instintos animales ya que, si, por ejemplo, el hombre tiene hambje}, busca saciarse taly como hacen los animales. Pero basta un, anilisis algo pro- fundo para desechar rapidamente esta posibilidad. Beltrén, en Para comprender ta psicologia, ha descrito,con précision, los rasgos principales de los instintos mostrando que,no:se dan de ese modo en el hombre. «Los rasgos diferenciales de Ja conducta instintiva, explica, son: conducta innata (por tanto, no derivada del aprendizaje), estereotipada (expresada a través de pautas fi jas ¢ invariables), especifica (compaitida por. los miembros de una especie) ¢ indeliberada (desencadenada necesariamente ante la presencia de estimulos adecitados, de;fal manera que, una vez iniciada, continuar4 indefectiblemente hasta su consu- macién). Por otra parte, el instinto tiene un ¢laro valor de su- pervivencia y es ffcilmente saciable; por es6, ciaiido Ia teniten- cia instintiva ha sido satisfecha, cuesta mds volver a estimularla. Es evidente, concluye, que en el hombre no existen dpenas pautas fi jas de accién, como ocurre en el animals. En el hombre, en efecto, practicameiite todas sus con- ductas dependen del aprendizaje; el nifio debe aprenderlo casi todo, incluso acciones tan elementales como-comer 0 an- dar. Ademas, y por efecto del aprendizaje, el modo.concreto 47 Antropologia breve envel que se hace efectiva una conducta varia enormemente dé: persona a persona y de cultura a cultura.Todos los leones ca: zan de forma similar, es decit, poseen una conducta estereoti« pada. En los hombres no ocurre asi: la técnica de caza vara de persona a persona; de cultura a cultura y de época a época. De hecho, los hombres de hoy ya ni siquiera cazan, consiguen su alimento de maneras altamente sofisticadas ¢ inimaginables. hace 2.000 0 5.000 afios. Por iiltimo, el comportamiento hu- mano, aunque verse sobre necesidades basicas, no puede reali- zarse al margen de Ja voluntad ni de la inteligencia. Tener hambre, por ejemplo, es una necesidad biolégica' pero Ia satis: faccién humana de esa necesidad, es decir, Ia actualizaci6n y concrecion dé la teridencia a satisfacetla es siempre voluntaria, lo que separa una vez mas al hombre del animal.’ Un animal que tenga hambre siempre comers, a iniénos que no pueda Pporque'se Io impidan fisicamente. E1 instinto és el'mecariisma timo qixe determina su actividad: En el hombre, la situaci6n es distinta. Si tiene hambre, tenderd a satisfacérla pero pa- sando-antes por un corittol previo, la decisién del sujeto; que puede sér favorable o cofiiraria en dependencia de otros crite- rios: morales, estéticos, ete! Podemos concluir, por tanto, afirmando:que el ditia- mismo tendencial sensible del hombre no‘es instintivo y, por 80, s¢ sitelen einplear otros nombres para designarlo: tenden- cias, impulsos, apetitos, etc. 2) Caracteristicas de las tendencias Una vez descartado lo que no son las tendenciag, es el momento de caracterizarlas de modo positivo. Sus rasgos prin- cipales, apuntados ya en las consideraciones anteriores, son los siguientes: : — Plasticidad: las tendencias humanas; a diferencia de Jos instintos; son flexibles y variadas. Por ejemplo, el hombre se iilidaid v tendencios ingiere alimentos muy distintos segiin las-culturas y siguiendo reglas sociales que varfan con el tiempo y el lugar ademas, Jos ‘labora, cocina, inventa nucvos platos, etc., es decir, satisface sunecesidad de una manera flexible y sofisticada que da lugar aalgo inexistente en el mundo animal: Ia cultura de la comida yelarte de la gastronomia. — Variabilidad: las tendencias no solo'son:flexibles, tam- bign son variables. Esto significa, por un lado, que pueden ere- cer en intensidad 0 debilitarse, pero, sobre toto, que el hom- bre puede, en cierta medida, crear o eliminarnecesidades. Un }e6n saciado es un le6n satisfecho, reposaré hasta’ que vuelva a sentir hambre. Pero en:el hombre la situacignres mucho mas compleja ya que la satisfaccin depende en buena medida de Jas expectativas y costumbres. Un. pobre:hambriento se satis- fard con cualquier tipo de comida, pero una:peisona de pala- dar exquisito solo Jo hard con determinadgs manjares. Ade- més, el hombre puede convertir en necesidadhalgo:qne en si nolo es: un paseo a determinadas horas y pondeterminado re- corrido, dormir de un modo peculiar o.escushiar misica de U-2, La causa hay que buscarla en la subjetividad humana. Los animales no tienen, propiamente hablando,subjetividad y, por esos, sus deseos son esencialmente jdénticos.y.Se correspon- den con sus necesidades vitales. Pero cada personia’es distinta y por eso, dentro de un marco general comin, necesita y desea cosas diferentes. — Esquema abierto: ya hemos aludido a esta caracteristica que distingue a los hombres de los animales. Si un animal tiene hambre o est en celo, buscaré ¢ intentara dé todo-autom- tico Ia satisfaccién de esa necesidad. Pero en el hombre este proceso no se activa automaticamente porque'la satisfaccion de la tendencia implica un aspecto més: la diménsion cogni- tivo-volitiva, que es la que tiene Ia witima palabra y decide cémo se satisface el impulso 0, lo que es ms itsportante atin, si se satisface. Una persona puede tener hambré pero no por 49 Antropologin brove ae aoe eso comerd automaticamente si esté a dieta o ayunando por} motivos religiosos. De igual modo, alguien puede sentir w fuette impulso sexual pero no por eso est necesariamente de! terminado a satisfacerlo a toda costa. q — Necesidad del aprendizaje y formacién de habitos y pautas de conducta: los animales disponen del instinito para compor tarse. Los patos no-tienen que aprender a nadar ni los topos aj excavar, Estdn genéticamente programados para hacerlo y 16 hacen. El hombre, por el contrarioy no esta genéticamente programado y por eso tiene que aprenderlo practicamenté: todo, incluido cémo satisfacer sus impulsos mas elementales\ como alimentarse o,moverse. Esta es una tarea compleja que se va perfeccionando a lo largo de los afios mediante la elabo=4 racin de paiitas.estables.de comportamiento (habitos) qué automatizan determinadas acciones facilitando enormementé Ja vida. Si tuviéramos que pensar cada dia y en cada momento; todo lo. que hacemos, nuestra vida seria agotadora y clemental: Estarfamos partiendo siempre de cero. El aprendizaje y Ia for macién de habitos y pautas de conducta, como destacé: Wi, liam James, nos libera de esta penosa tarea. Ahora bien, aun: que puedan. parecer exclusivamente, mecanicos; como: conducir en determinados trayectos, siempre dependen de la actividad global del yo, que interviene si lo considera necesa= tio. E] mundo de la sensibilidad comunica céii-otro de los mundos de la realidad personal: cl de los sentimientos y la afectividad. Y lo primero que hay que afirmar es que se trata, de una dimensi6n esencial. No podemos concebir una persona sin afectividad, sin sentimientos: le faltaria algo fundamental que Ja haria inhumana en un sentido muy profundo. Un ser muy perfecto, pero que no tuviera sentimientds, lo! considera- riamos carente, truncado, inferior. Es un tema recurrente en las peliculas de cienciaficcién: un robot supuestamente supe- rior al hombre se esfuerza por conseguir la «imperfeccin» de Jos sentimientos humanos al precio de algo muy valioso como sus poderes 0 la inmortalidad. Los replicantes de:Bldde Runner, por ejemplo, desean ser capaces de sufrir y de.amar, de ale- grarse y entristecerse, de sorprenderse 0 quedarse decepciona- dos y no les parece que todos sus poderes sean: preferibles a poder vivir esas experiencias. A pesar de ello, los sentimientos y la afectividad se han quedado con frecuencia fuera de los tratados de antropologia ©, como mucho, han jugado un papel secundario y mas bien negativo. Se ha pensado en ellos como pasiones, inferiores a la inteligencia y ala voluntad, que tienden a alterar el recto com- portamiento nublando la inteligencia o debilitdndo Ja volun- tad y que, por eso, hay que esforzarse por dominar y controlar. 51 Antropologia breve Pero esta visi6n es inadecuada. El sentimentalismo, en efecto, es negativo, pero cualquier exceso lo es, como la tira nfa de una voluntad opresora o la soberbia de una inteligencia brillante. Ahora bien, en sf mismas, la voluntad y la inteligen. cia son cualidades maravillosas. Ylo mismo ocurre con los sen: timientos. Son una dimensi6n esencial del hombre, presente} en todos sus niveles, corporal, psiquico y espiritual; y, los profundos, los que surgen del coraz6n, tienen el mismo nivel “ontolégico que las facultades liumanas superiores: la libertad Ia inteligencia. 4 1. La afectividad corporal 4) Los sentimientos sensibles tesia, es decir; la sensacién de niovimiento, etc-Se caracterit zan, ante todo, por estar localizados corporaimerite. No es mi yo quien siente frfo, sino mi cuerpo y, ademis, lo siente en-una superficie especffica: en-las manos 0 en-las orejas; 0 én todo el cuerpo porque estoy en medio de una ventisca de nieve sin la proteccién adecuada. Por eso, como indica Scheler, se refieren’ al «yo de un modo doblemente indirecto: No los hallamos ad heridos inmediatamente al yo como lo est un sentimiento pu = nomenclatura gue ublizamos para referemos ls dverss real dades afecitas et basa ch tnoscrterios coneretes qu aq No podemo cxponer (cic Antroulogta una guia pala elena 52, yamente animico, por ejemplo, la tristeza o la'melancolfa, el sary 1a dicha, ni tampoco lenando inmediatamente el yo toporaly adherido a él, tal como lo estén los autépticos senti- mientos corporales»: ain sit _ _- Los sentimientos sensibles son, ademis;-acixales, es decir, se dan solo en-presente y en.relaci6n con cliestimulo que los woca. Podemos recordarlos 0 rememorarlos,, pero entonces son otro sentimiento. No es lo mismo sufrir dolor que recor- Gar el dolor; no es lo mismo sentir placer que recordar el placer. ‘También por eso no se conectan significativamerite,°0 solo de modo muy débil, con otras realidades personales. El arrepentimiento, por-ejemplo, me habla simulténeamente dé un hecho del pa- sado, de mi situacién actualy me plantea posibilidades de ac- ‘in para el futuro. Pero el placer que se-deriva-de una comida ‘esalgo mucho mas dado y puntual; que se agota.en sf mismo sin seferir 0 introducir sentido en otras partes de lavida. Antropologi 8) Los sentimientos corporales El segundo tipo de afectividad corporal lo comprendexi aquellos sentimientos que se caracterizan por afectar al cuerp en su totalidad y por no estar localizadas. Son, por ejemplo, las sen saciones que mi cuerpo me proporciona en determinadas cir: cunstancias. Acabo de levantarme y me siento obtuso y abotars gado, sin posibilidad de concentracién ni capacidad def reacci6n. O he hecho deporte y, después de haberme «macha: cado», me he dado un baiio caliente y reconfortante y ahora! me «siento» de marayilla. O, por el contrario, me encuentro al final de la jornada y estoy cansado y sin reflejos, deseando, irme a dormir para recupérar fuerzas. Son, todos, ejemplos de! sensaciones-sentimientos corporales, de situaciones en las que! se encuentra mi cuerpo y de Jas que envia un mensaje global que recibo de manera inmediata pues, como sabemos, no hay una separacién real entre mi yo y mi cuerpo. Si mi cuerpo «se’ stente» de una manera determinada, también yo me siento au- tométicamente asi. Los sentimientos corporales afectan, por’ tanto, al yo mas que los sensibles pero no tanto como los an‘ micos. La razén tiltimia es que; como dice von Hildebrand, son‘ «la voz de mi cuerpo» pero no la voz de mi yo. No ¢s lo mismo estar cémodo 0 incémodo que triste o desesperaido; en el pri- mer caso se trata de una situacién esencialmente corporal, en4 el segundo, de una situacién del yo. A diferencia de los sentimientos senisibles, los corporales se caracterizan por su wnitariedad ya quie no informan de situa- ciones puntuales, sino del estado global del cuerpo. Precisa~ mente por esto, a veces dan también informacién. sobre situaciones de nuestro entorno que parecen fundirse con nuestro estado cor | poral: el vigor de los Arboles y la frescura y limpidez del agua que se desliza por un arroyo me transmiten una impresion de | bienestar corporal y de positividad. Una consideracién tiltima sobre la afectividad corporal. Tanto los sentimientos corporales como los sensibles, a pesar 54 La afectividad ge terier-una dimensién organica, no pueden identificarse con sen- saciones de tipo animal. «Serfa completamente erf6neo, dice von Hildebrand, pensar que las sensaciones corp6reas de los hom- bres son las mismas que las de los animales,’ que el dolor corporal, el placer y los instintos que experimiénta una per- sona poseen. Uh cardcter radicalmente diferente del de un ani mal. Los sentimientos corporales y los impulsos eri el hombre no son ciertamente experiencias espiritualesypero son sin Iu- gar a dudas experiencias personales». rc 2, La afectividad psiquica 4) Corporalidad Pasemos ahora a explicar qué son los sentimientos, es decir, la afectividad psiquica y cual es su estructura. Los senti- mientos tienen, en primer lugar, un componente’ fisioligico y or- génico. Si voy caminando de noche por una.cille desierta y oto que una moto, detrés de mi, comienza aseguitime a poca velocidad, mi organismo reacciona de una mialieia muy deter- minada: el coraz6n se acelera, la boca se-secalos imtisculos se tensan y se me hace un nudo en el dstémago: Estoy sintiendo tuna emocién (desagradable en este caso) y ufa'parte de mf, mi organismo, reacciona fisiologicamenté. Esia reaccién puede tener el efecto positivo de favorecer mi respuesta ante el hecho que ha provocado la emocién y podétnos conside- ratla, por tanto, una reacci6n adaptativa: Pero Hio'siempre ocu- rre asi. Si el miedo que se genera en mi intétioy €$ excesivo, puede bloquearme e impedirme toda respuesta: # La dimensién corporal de los sentimientos tiene, ade- més, otro aspecto de tanta importancia conio.li reacci6n fisio- logica: la manifestacién o expresin externa. 1.08 Sentitnientos, a diferencia, por ejemplo, de los procesos.cogndscitivos,'se ca- racterizan por que tienden a ser exteriorizados y expresados 55, corporalmente. No se trata solamente de que surjan al ext rior'a través de reacciones orgénicas incontroladas, coma quien se pone rojo de-vergiienza, sino que, por su propia nati raleza, requieren ser expresados. Si estoy alegre, sonrfo o m rio'a carcajadas y si, por el contrario, estoy enfadado, ine enfui rrufio y adopto una posicién facial muy determinada. De igu: modo, si.tengo panico, puedo hacer todo tipo de aspavientosi esconderme, taparme la cara con las manos para no mirar, etc! Este tipo de reacciones remite al lenguaje corporal. Taparse la cara cuando se tiene miedo supone un intento de proteccién,: y la gestualidad del enfadado es una transmutacién corporal! de la rabia y la energia que le posee. Por eso, la atencion alj cuerpo de Ja persona nos puede dar muchas indicaciones so} bre su estado de animo. * 3 ral no siempre es sencilla ni directa: Los movimientos corpora! les.(de las manos y brazos, espaldas; fc.) no tienen un signifi] cado nécesatiamente univoco y-varian con las €pocas y con las, culturas. Golpearse el pecho-con la mano és el simbolo corpo; ral del arrepentimiento en Occidente y se.usa, por ejemplo; durante la misa. En Africa, sin embargo, significa todo lo con’ trario: la exaltacién del yo y dé la fiierza del individuo. Por 1d § que respecta al rostro, sin embargo, existe una universalidad semantica mucho mayor que se:ha confirmado con-estudios 4 experimentalés. Parece; en efecto, que en todas las culturas los § sentimientos fundamentales de alegria, enfado, sorpresa, ete.; se expresan del mismo modo; de manera que personas de cul- turas muy diferentes pueden determinar sin error ¢stas emo: ciones'expresadas por los rostros de nifios o de adultos de otras cultitras. » = Por todo‘ello, en la-relacién’emocién-expresién no se f puede prescindir de la posibilidad de la simulaci6n. Una per- con el objeto de engafiar a quienes la rodean (0 de entrete- 4 nerles, en el caso de los actores). ¥; si por un lado se ha dicho 56 Sess eee eee gue «la cara es el espejo del alma», también Shakespeare dice esi Macbeth que. «no hay arte que descubra en:el rostro la cons- facci6n del alma». Se necesita una especial sensibilidad, una empatia profunda, para llegar a conocer con-certeza los senti- .s de la otra persona a través de su expresion;.algo.en lo mientos Q gue parecen descollar las mujeres. 1p, Vivencia interior La reaccién corporal es, de todos modo§, cl reflejo de Algo mas profundo y decisivo: Ja vivencia iniginis del sentimiento. Ia afectividad, es, sobre todo, algo que afecta a mi subjetivi- dad, a mi yo, y que, por tanto, vivo como algé proftindamente sonal ¢ intimo. Se han definido los sentimientos como «es- tados del yo» (T. Lipps) 0 «estados de la subjetividad, y es, probablemente, una buena definicién (o descripcién). Puedo estar alegre por una-nuticia que me han dadér(emocién) 0 por una situaci6n global de mi vida (sentimiento) y, e cual- «quiera de los dos casos, ese hecho producira.en'ini unas deter- ‘minadas manifestaciones corporales. Pero loeseritial de esa si- tuacién es que supone una peculiar actinid-y.situacién de mi yo, es un estado de mi interioridad: Los sentimientos'y-las emocio- nes son, por tanto, y de modos distintos, la maneiti en la que-mi subjetividad se enfrenta a los acontecimientos de lavoida y reacciona ante ellos. En 1a emocién hablamos de una reaccién:puntual y ds bien pasajera; en el sentimiento, por el contrario, estamos ante una actitud asentada que constituye-un estado de animo, yes, por eso, més persistente y duradera hasta.el punto de que puede llegar a influir de modo determinante:em mi personali- dad. ah La dimensi6n vivencial e interna de: los sentimientos les confiere, por otra parte, un cardcter intimo e interno que dificulia su comunicacién dando lugar a una situacion paradéjica. Por un lado, tienden a ser comunicados pero, por otro, esa comunica- 5z Antropologta breve cién es compleja porque la experiencia personal ¢s tinica ¢ fi i tima y nunca puede transmitirse de modo completamente ad cuado, Puedo mostrar a otra persona una silla u otro objeto discutir sobre la objetividad de nuestro conocimiento a partis de una,constatacién experimental sobre lo que vemos,’ ‘per ¢cémo discutir sobre mi dolor o sobre mi alegria? Es mas; gcOmo sé, si expreso lo que siento, que los demas lo han com. prendido realmente 0 que yo lo he descrito de manera ade. cuada? La intimidad y la relativa incomunicabilidad de los sen limientos crea, en. consecuencia, un mundo misterioso, | enigmitico y ambigiio ext ef que nunca es posible tocar fondo de manera definitiva y en el que la incertidumbre siempré tiene un peso importante. q ©) La estructuracién afectiva de la realidad Los sentimientos son estados del yo peru uo a modo dé. islas olvidadas ¢ inalterables y se configuran de acuerdo com Jos modos en los que la subjetividad reacciona ante el exterior: Por eso constituyen uno de los principales medos de vinculacién que tenemos-con el mundo. Nos relacionamos con el exterior me: diante el conocimiento, pero nos vinculamos mediante la afec. tividad y la libertad-voluntad, Esta iltima representa y consti- tuye la expresin definitiva de nuestro querer, pero muchas ‘veces lo que hace es activar nuestros sentimientos, nuestra ar quitectura sentimental, lo que'nos gusta o nos desagrada, enten- diendo este «gusto» en un sentido amplio, es decin, no como mero placer sensible, sino como acuerdo o desacuerdo con nuestra subjetividad: La afectividad, en efecto, determina en buena medida lo que nos interesa 0 no nos interesa, lo que aceptamos.o rechazamos, Jo qué consideramos nuestro y 10 que queda fuera del centro de nuestros intereses. Esto supone, en otras palabras, que cada sujeto, vinculandose con determi. nados objetos y rechazando otros, estructura afectivamente la 58, Lal id realidad que le rodea doténdola de-tonalidades subjetivas de acuerdo con sus preferencias. ‘4 Cabria quiza preguntarse siesta estructiiracion es un he- cho positivo o negativo (pues subjetiviza la realidad) pero se tratarfa de una pregunta equivocada. La ordénadion afectiva de la realidad es, ante todo, un hecho, algo que todos realiza- mos inevitablemente porque responde a una cardcteristica in- trinseca del ser humano, Nada mas nacer, el nifio clasifica la rea- lidad de acuerdo con sus preferencias. Le gusta ¢l chocolate pero no la leche y r4pidamente esos objetos pasan de neutros a tener una coloracién afectiva a la que acompaiia tina valoracion yuna actitud especifica de atraccién 0 rechaz, A estos objetos simples seguirén otros més valiosos y més complejos (colegio, actividades, aficiones, amigos, etc.) hasta que, al final, posea un ctiterio subjetivo y afectivo de ordenacién de la realidad. Es importante recalcar que esa estructuracién no responde fundamentatmente ce citerivs tigivas v rasiunuses, ying 1 foeferencins afectivas, a gustos, lo cual no debe verse como, algo negativo, sino como una propiedad de la.vida personal.qug, introduce Ia diversidad y la alogicidad en el mundo. Que caiga bien una persona y no otra no es algo que se pueda.ni.se debayreducir a Ia logica; es de orden afectivo y emp§tico.y cobra gu valor y su sentido en esta dimensi6n. De igual modo, que gusten Jos co- ores suaves 0 los.intensos tampoco tiene por qué tener una explicacién «légica», sino que se sitiia en el ambito de Jas pre- ferencias de la subjetividad y de la sensibilidad.<¥ es que los sentimientos son ajenos a la racionalidad légica, lo cual.no quiere decir que sean irracionales ni que Ja raz6n no pueda o deba decir nada de ellos, sino que son sentimientos,.no raz6n, del mismo modo que el cuerpo o las tendencias.tampoco son raz6n. Por eso tienen también un cardcter de ultimidad y radi- calidad en su ambito propio. Esto no significa; sin embargo, que la persona no deba ir, en ocasiones, en contra de sus sentir mientos (si son incorrectos 0 irrealizables, por ejemplo) pero 59. Antropologia breve si se opone a que la afectividad puede reducirse a razén o sim’ ple tendencialidad. & La importancia del gusto y la educacién sentimental La necesidad de educar los sentimientos nace funda mentalmente de Ja imposibilidad de que la arquitectura sent mental tenga como criterio tnico y definitivo los gustos y p! ferencias del sujeto. En algunos aspectos (quiziis en bastantes) esas preferencias sf ptieden considerarse incuestionables hasi el punto de que puede résultai Casi irracional pretender cue: tionarlas desde el exterior. Serfa absurdo, por ejemplo, que al. guien me dijera que “endria que gustarine ir dé vacaciones a 134 playa eni vez de a la montafia o que téndria que gustarme él co! lor azul eri vez del rojo. Pero, siendo esto cierto, no sucedé 13} mismo con todas las'preferencias o actitudes afectivas, Taj, por ejemplo, aatisudes afectiuas bastas 0 poco desarrolla das. Una persona puede tener un registro afectivo exiguo y seb incapaz de valorat detalles de'delicadeza o de educacion. ¥ esd ¢s objetivamente una carencia y una limitacin. Y tainbién'jfl Puiede hiaber referencias afectivas éticaitente incorrectas. Puede gus!’ tarme Ia‘droga o el botellén o el robo pero, aunque me ape! tezea, no debo realizar esas accionés pordue los seintimientos nd son toda la persona. Y esto significa que, én ocasiones, habré que actuar en su contra'por el bien general del sujeto. Compor! tarse de otro modo seria:dejarse arrastrar por um sentimenta: lismo cémodo y superficial. Aqui resulta crucial el papel dé la inteligencia que muestra la verdad sobre la persona y'el de la vo- luntad.libertad que capacita al sujeto-para optar por esta verdad en contrade un sentimiento quiz4 fuerte pero equivocado. Contrariar los sentimientos, sin embargo, es una labor di- ficil de realizar, y mas atin de mantener a largo plazo, porque la afectividad es uno los motores més poderosos de.la existencia: Buena parte de nuestra actividad la llevamos a cabo porque «nos 60 La ofectividad (entendido este sto, como ya hemos dickio,-en sentido: on o aus cas Plea en naeane Tncluso mu sacrificios estin motivados por «el gusto». Mantener la linea oveica implica grandes sacrificios para muchas.1tiujeres; pero lo eaten con «gusto» porque desean sentizse bellas, yo mismo les tae alos atletas con su entrenamiento 0 a inmamerables pe Gres de familia con sus deberes familiares. El «gusto», en defini. tiva, es una parte importante de nuestra vida y no se puede irs tematicamente en su contra porque, siendo una necesi¢ wat sninsatsfacionstematea acaba produciendo de manera table fracturas internas importantes: tristeza, ansiedad, dep! oe “significa esto que la afectividad debe ser dejada a si smisma? Lo que significa, mas bien, es que tiene sus propias re glas y su propia fuerza y que, en ver. de un enfieitimiento ie recto (que en algunos casos. sera necesario inevitable), ea rea mis productiva y valiosa es la educacién (0. Feeducacin 7 es el caso). Play que eduaar a tas personas para ques guste i ue les conviene, lo que es afectivamente elevado’y rico. De = inodo, a afectvidad se pod’ desplegar con espontancidad'y Ia persona se beneficiard de ese despliegue. Esattarea debe cd lirarse principalmente en la infancia y en la adolescencia po que es cuando el sujeto forma y fragia su petsonalidad. ee pués solo cabe una tarea de reeducacion muché més dificil, aunque 110 imposible, porque no es lo mismo forniar que mo: i onsolidado. ves agp feat cea de la afectividad som muy-importantes Jos razonamientos porque muestran a la persona Ja'verdad y conveniencia de los comportamientos que se le:proponen, ¥ también juegan un papel esencial las virtudes: porque Ia cape citin para evar a la préctica los comportamientos:adecuados. Pero resulta crucial advertir que la fuerza de los'fazonamien- tos ¢s limitada. Gracias a ellos se puede llegar-a.saber lo que hay que hacer, pero eso no quiere decir que.ese:tipo de a nes «gusten» o impliquen emotivamente, porjlo que es 61 Antropologia breve realmente la afectividad, lo fundamental es conseguir que la pel sona experimente las emociones adecuadas para que se vincule afei tivamente a ellas y las introduzca en su universo axiolégicd Solo entonces podré construirse una arquitectura sentimen ética y psicolégicamente correcta. 3. El corazén y Ja afectividad espiritual 4) Las caracteristicas de la afectividad espiritual Existe un tercer tipo de afectividad, mas elevado que I ‘corporal y los sentimientos psiquicos, al que se puede denomif nar afectividad espiritual. Esta modalidad afectiva es la quid llega a las zonas nas profundas, o mas altas, del hombre, y toca con sus dedos el corazén. Un acceso de ira nos afecta ¢ inclusd nos puede alterar de manera importante pero no nos co! mueve ni alcanza los estratos mas profundos de nuestro seiif Permanece en la superficie, quiz4 como una gran tormenta que cambia todo en la faz del mar pero deja inmutadas las pr fundidades. Por el contrario, la muerte de un ser querido, di unamigo, de una.hermana, de nuestra madre, sf toca las fibras més profundas de nuestro ser, pero no principalmerite'a travég de nuestra inteligencia o de nuestra libertad, sino del otro nit cleo espiritual que las personas poseen: el corazén. if En sus anilisis fenomenolégicos, von Hildebrand ha descrito tres tipos de afectividad espiritualsLa primera la constitu yen las respuestas afectivas al valor Guando la persona descubre un valor frente a él, puede responde positivamente a ese ofre- cimiento que el mundo le hace y.entonces empesia positiva: mente su afectividad y su coraz6n. Responde al valor'no solé con la inteligencia y la libertad, sino con su corazén y asi se une de una rnanera mucho més fuerte al objeto que provoca la emoci6n, porque se ama con el corazén. 62 jen En otras ocasiones, la afectividad espiritual surge no de ad accién nuestra, sino de Ia conmocién que provoca en nuestro interior la contemplacién de acciones ajénas: Vemos un acto-de humildad heroico 0 valiente y nos emégionamos, nos sentimos «afectados por» esa accion que ot'as'ptisonas han idalizado y en la que vemos brillar destellos dela dignidad hu- sland. Aunque también puedé suceder lo contati6! La atroci dad y la barbarie pueden hacer mella en’nuiestro interior al comprobar los abismos de maldad 0 de degéiieraci6n a los que puede Megar el hombre y, consecuentéiienizs ‘tirbarnos y alterarnos en lo mas hondo. : Por iiltimo estén los sentimientos poéticas 9 éstéticos. Son, dice von Hildebrand, «habitantes legitimos del coraz6n del hombre. Son significativos y es injusto, considerarlos como algo poco serio o incluso despreciable 9 ridiculo, Poseen una fungién dada por Dios, forman una parte indispensable de la vida del hombre én statu viae y reflejan los altgs y,hajos dela existencia humana, que es un rasgo caracteristico.de Ia situa: cién metafisica del hombre sobre la tierray. yj... 1 ¥) Bi coraxén como centro espiritual La existcneid de este Conjunto de expericicias afectivo-es- Birituales conduce al coraz6n, el gran olvidado dé fa filosofia, comio su centro y su Faiz. Qué es el corazén2\Podemos enten- deslo, en un primer sentido, como la rate de joda ta afectividad, como la fuente siltima de todo nuestro mundo, sentimental, pero aqui nos interesa més profindizar en el corazon como rea- lidad responsable dela afectividad expiritual, del waclea, de vivencias més profundo de la persona. En este segundo.sentido, el cora- z6n lo debemos entender como tuno de los centros,espirituales de la ‘persona (junto a la inteligencia y a la libertad), un,centro que, en ‘ocasiones, se constituye como eh elemento tiltimo y decisivo del yo. 63, Antropologia breve con el corazén, un proceso en el que la inteligencia y la voh tad no son decisivas, No hay razones para explicar por qué nq cuada y podemos también ser incapaces de dejar de quererlg Abi radica la fuerza incendiaria de la pasion. ; Elcoraz6n también resulta decisivo en la felicidad. Josema conseguir riquezas, poder, prestigio, pero todo ello no da nec! sariamente la felicidad; esa es una prerrogativa del coraz6n, neamente el centro radical que es el yo. Esos tres centros esta siempre presentes en cualquier experiencid plenamente hy del tipo de accién o vivencia que se trate, uno pueda primar! sobre otro, En Ja dimensi6n ética, la primacia corresponde a la! libertad porque, como veremos mas adelante, allf radica la ca pacidad de la autodeterminacién (cfr. cap. 6.2). Pero en otros casos, como el amor o la amistad, lo decisivo es el corazén. £1Y tiene la Gltima palabra. Quiz4 puede parecer una ‘afirmaciét!, arriesgada pero es algo que no deberia sorprendernos puesta’ que el cristianismo lo ha séstenido desde hacé milenios. Sari! Pablo afirina sin dudarlo: «ahora' permanecen la fe, la espe! ranza y la caridad; estas-tres; pero'la mayor de ellas es la cari: dad» (1 Co-18, 18). ¥, todavia mas all4, se yergue impresio® J nante la afirmacion de S. Juan: «Dios es amor» (1 Jn 4, 16). 64 5. LA INTELIGENCIA: +" 1. En qué consiste conocer ee ‘La inteligencia y el correlative conocimicinto intelectual esuna de las grandes maravillas que anida en ehinterior de la persona. Esencial para nuestra vida, cotidiano, habitual, es, como todas las realidades radicales y primarias, algo dificil de explicar. Ya lo comentaba san Agustin hablando'del tiempo: «si no me preguntas qué es el tiempo, sé lo que es; peio, si me lo preguntas, no lo sé». En una primera aproximidcién, podemos definirla como Ia capacidad que tiene jla persona de salir de si misma, trascendiéndose, acceder al mundo. que la rodea, com- prenderlo y poseerlo de modo inmaterial. Mediante el conoci- miento, en efecto, de modo misterioso pero real, el hombre sale de sf mismo y «llega a ser otras cosas»... sin serlo, «Soy» la calle que veo frente a mi con sus Arboles, sus ruidos y.sus coches, sus contraluces y sus claroscuros. La comprendo, la conozco, ac- cedo allay en ese sentido la poseo. La calle esté dentro de mi pues, si no, ge6mo podria saber de su existencia, si ést4 mas all4 yyo no estoy alli? Pero la poseo solo intencionalmeiite,inmate- rialmente, pues, a pesar de todo, yo no soy ni la-calle ni el azul del ciclo ni el verde de los Arboles. Soy solo una’persona que contemplo y conozco. Este es el misterio del conocimiento. 65, Antropologia breve El conocimiento no es una cualidad exclusiva de la intd ligencia; ya hemos visto que existe un conocimiento sensibld Pero, con la inteligencia, el conocimiento humano adquiex4 su plenitud y alcanza el maximo de su perfeccién. . Pero sf que es posible, sin'embargo, so- jneter a Ja persona a tal grado de violencia que-o-bien no sea capaz de resistirla y ceda a los deseos del torturador o que- prante de tal modo su estructura psicoldgica que pierda, desde €l punto de vista ejecutivo, el autodominio y la responsabili- dad. Lo que se rompe entonces no es Ja estructura constitutiva por la cual Ia persona se autoposee, sino los niveles fisicos 0 psicoldgicos mediante los cuales esa estructura se manifiesta y expresa. , Pues bien; es precisamente este dominio de la persona sobre si misma él que hace posible la dimensiéi,¢ésencial de la libertad: la autodeterminacién. «Todo ‘querer’ verdadera- mente humano, indica Wojtyla, es precisamente-autodetermi- nacién (...) y presupone estructuralmente la autoposesion. En efecto, se puede decidir solo de lo que realmente se posee. ¥ puede decidir solo quien posce. El hombre,decide de si me~ diante la voluntad puesto que se posee a si mismo». En este decidir sobre si mismo consiste esencialmente|la libertad, pero bay que tener en cuenta que esa decisién se activa en las accio- nes concretas. Cuando quiero algo, elijo una‘opei6n, pero lo que hago fundamentalmente es tomar una decision sobre mt: ser profesor o periodista, trabajar,idescansar, jugar, amar u odiar, son decisiones sobre el mundo pero son, sobre todo, de- cisiones sobre mi y sobre mi destino. fled Curiosamente, el aspecto autorreferencial dela libertad, que es el principal, ha sido, sin embargo, el mas descuidado. La libertad se ha entendido, sobre todo, como eleccién. La li teratura también ha seguido Ia misma tendeneia, aunque no siempre. El Seiior de los anillas, por ejemplo, és un maravilloso canto a la libertad; y también a Ia libertad autorreferencial. El anillo de Sauron, que simboliza y encarna el_poder al que aspi- ran todos los seres, impone siempre una eleccién radical: por © contra ¢l anillo. Pero todos saben o intuyen que no estén eli- giendo simplemente un objeto, sino que se enfrentan a algo 87,

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