[OBretos PRECIOSOS Y MONEDA EN -AS SOCIEDADES PRIMITIVAS:
JPALGUNAS OBSERVACIONES TEORICAS FREVIAS
rar el potlatch de los indios kwakiutl y Ia Kea de los me-
iésios de las islas Trobriand, borrazon en parte la imagen tra-
fcidnal del hombre primitivo aplastado por la naturaleza y
jeupado sélo por subsistir. Al coatrario, se le descubria in-
fssado, mas alla de sus actividades de suibsistencia, en acu
pular objetos preciosos, adornos de plumas, de perlas, dientes
cerdo, de delfin, placas de cobre; y transformarlos, mediante
Joa vAbIL estrategia de dones y prostaciones diversas, en un
ndo de poder» (Malinowski), en medios para’ acceder a las
¥ a los ectatutos méé valorados de su sociedad Fn
‘centro de la compleja red de las relaciones de parentesco, de
oduccién y de poder de las sociedades primitivas, el'don se
jelaba como Ja forma dominante del cambio y de la competi-
ente habla que elaborar su teoria.
“Mauss ? fue el primero (1924) que se dedicé al tema, seguido
Los materiales de este estudio fucroa reunidos en el curso de una
fa en Nueva Guinea (1967-1969) subvencionada por el Centre Natio-
de la Recherche ‘Scientifique. El autor agradece igualmente ata
jenner Grea Foundation 1a ayuda que Ie concedié personalmente. Una
jrsiéa mas descriptiva de ste estudio fue publicada en L’Homme, vor
jen TX, nen. 2, pp. 537, 1969
EEE" Boas:' , término ofensivo ut hhuir de sui territorio de origen como consecuencia de un
por algunos de sus vecinos y popularizado desde su ad
cto que los enfrentaba a otros segmentos de su tribu, alia-
por la Administraciém australiana. Lingilfsticamente, los Secirounstancialmente a sus encmigos. Este éxodo debio pro-
kuka no tienen nada que ver con el filo de las lenguas de Ha
Los baruya* forman un grupo de unos 1.500 individuos;
ximadamente, distribuidos en una docena de aldeas y. pol)
del subdistrito de Wonenara, que, en junio de 1960, fuel
ma regién de los Eastern Highlands de Nueva Guinea en.
jerse, segiin nuestras estimaciones, hace unos dos siglos. Los
ngiados se instalaron ea-la region de Marawaka, a tres dias
EGnarcha al noroeste de Mepyamya, y, poco a poco, mediante
Filecias y slianzas matrimoniales, se apoderaron de una parte
HEI territorio de las tribus locales, los andjé y los usarumpia.
véasc T. S. Epstein: «European contact and Tolal economic devélo
A Schema of Economics Growthss, en Economic Development and
tural Charge, abril, 1963, pp. 28304, y R. Salisbury: Polivice and St
Money finance in New Britains, on’ Political Anthropology, Aldine
paginas 1131 at
* Davenport: an las hierbas de sal con largos cuchillog
de bambé afilados y la Iefia se cortaba con un hacha de piecr
Se puede estimar que hacia falta un 50 por 100 més de tei
para segar Ia bierba, es decir, tres dias en vez de dos. Eboi
Junto del proceso debia exigir aproximadamente veintisiete:di
ox Juss de velathune, lo que eorresponde a un 30 por 10)
trabajo suplementarie.
Comparativamente, el trabajo agricola —tala de érbéles;ée
‘broce, construccién d= empalizadas alrededor de las bucits
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CUADRO NUM. 2
Disteibuclén de la cantidad de trabajo social = 21 dias; -
8) Sega Ia division semal de trabajo
Masculine Femenino
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(6 23 96)
1B) Segim la forma de trabajo
Individual Cotectivo
9 2
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Especializade | No espociatizado*
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Por trabajo u0 especializado se
‘Si se consideran las operaciones
formas de trabajo mas comple}
‘Simple Complejo
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2%) 68%)
entiends un trabajo para ciys
‘ién cualquier trabajador puede ser sustitulde por cu
tro de los limites de la divisién sexual del trabajo.
3, 5,7, 8 y 9 del cuadro mim. 1
jas que Ias operaciones 1, 2, 4
moneda de sal» y la circulacién de mercancias 281
protegerlas de los cerdos domésticos y salvajes, excavacio-
sie fosas para drenaje o riego— experimenté cambios mucho
iif-importantes. En un plano social, hay que sefialar que el
Gilmlento de la productividad del trabajo individual hha hecho
auir la importancia social de trabajo colectivo, haciendo
necesaria la cooperacién en el trabajo. Esta tltima se
ga la ayuda que algunos individuos deben al propieta-
‘de la sal en nombre de sus lazos de parentesco, o-que le
een cn tanto que amigos y vecinos, 2 cambio de que sea
wuné), ofrecida la mayorfa de las veces por el beneficiario
ld ayuda. Batatas, taros se sirven en abundancia y se comen
fapaiiados de los trozos de sal recogidos en los moldes o
Redentes del raspaco de las barras al alisar los extremes
sles de su embalaje. Jugosas-cafias de azicar completarén esta
de aruya volver y les alentaron para‘qiedage 1960, los baruya, que atin no es-aban bajo el control de los
permanecieran donde estaban para producir sal. Y asi sucedie@islancos, para poder adquirir conchas, cuentas de vidrio y uten- ;
No solamente los baruya plantaron vastas superficies de’) figs de acero, plantaron, produjeron y cambiaron mds can- )
bas de sal, creando con ello una especie de agricultura coniegalidad de sal que anteriormente. Durante esta época se alejaron 5
Slhayan plantado algunos afios antes). Mas adelante veremos
iS-cantidad de trabajo representa, para los grupos que inter
gnen en él, este intercambio «salcapas de corteza>. Pero el
isis global de un sistema de cambio, para ser completo,
ser histérico.
"Hcia 1920 aparecieron diversas variedades de cauris y de
Hentas de vidrio entre las poblaciones del Norte y del Sur, a
ficdida que éstas pasaban bajo el control del gobierno austra-
Zho, que utilizaba estos articulos a guisa de moneda. A partir
#1940 Iegaron las hachas y Ios machetes de acero.
cial primitiva, sino ‘qve también perfeccionaron Ja técaicaée qegiucho mas para realizar sus cambios, entrandy eu coutacto con
produccién conocida for la mayoria de los grupos kakakukssqitupos (cinco o seis) que hasta entonces les eran desconocidos 7
inventando Jos hornos con moldes, capaces de producir de dogea#i.que hablaban otras lenguas. Por tanto, sin presién exterior,
2 quince barras a la vez, que constituyeron instalaciones pagel: baruya transformaron su modo de produccién, sustituyen-
iad manentes controladas por especialistas, Asi pues, a Ja necesidag @ajuisiel hacha de piedra por el hacha de acero, y ampliaron al mis-
el objetiva de intercambiar para vivir, los baraya respondierjaegyiae, tiempo la esfera de sus objetos de lujo (cuentas de vidrio
con una utilizacién inteligente de su medio y con una innoviwagconchas); para lo cual tuvieron que intensificar su produc-
cién tecnolégica y social. En la medida en que esta invendi in.de sal y multiplicar sus contacto comerciales. En el perio- )
estaba orientada hacia el cambio, cabe afirmar que los ba gg.actual se produce una répida descomposicién de su sistema
han «aprovechado» sus recursos materiale: jcambios, aunque la sal de los baruya, consumida sobre todo cect
Puesto que el cambio de sal esté destinado a satisfacer i as ceremonias, no sufre directamente la competencia de la
necesidades de una peblacién que cuenta hoy dia aproximiliemygsl-europea que se puede comprar en la tienda de la Lutheran
mente con 1.500 personas, pademos indicar un medio indiressesgmipssion. Los trabajos de construccién de la pista de aterrizaje
para caicular el voluren de esos intercambios. Si se parte/degysidel patrol-post de Wonenara fueron pagades en cauris, har
| Iz hipétesis de que caia miembro de Ja sociedad necesita duumyyens ¥ machetes. El trabajo en las plantaciones aporté dinero:
capa de corteza por afio, y si se adopta como tasa met Ehuido, que répidamente encontré su camino hacia una tienda
Gbierta por una compatiia comercial de Kainantu, y posteriom
Eiiisente, 2 partir de 1967, hacia la tienda de la Lutheran Mission.
Ble} cambio de sal por capas de corteza es Ia wltima pieza sélida
(sistema, pero los socios de los baruya exigen ya, y cada vez
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anualmente 250 barras de sal para protegerse del frio. Si:
toma como cifra media de una hornada 12 barras, serén nets
sarias por los menos 21 personas que produzcan sal para rei.
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288 Maurice Goi!
mds, que se les pague en chelines, Finalmente, los ado 2
Temoniales y los encantos mégicos, que constituian una/ti
restringida de Jos intercambios, ticnen una demanda cada)
mas Iimitada desde que el gobierno termind con las gues
las misiones comenzaron a desprestigiar moralmente las}
monias de iniciacién.
En 1967 casi era ya demasiado tarde para encontrar,
del cambio de las bachas de piedra y resucitar el fantisiiyfis saclos baruya un producto destinado ante todo al cambio, es
de la economia neolitica. Mafiana, la sal de los baruya' sel ee cir, una mercancia.
accesori imitil, clasificado para siempre en el Museo defi Jal/Esta mercancia no tiene valor de cambio sino porque ante
culturas primitivas. io posee un valor de uso, es consumible*. Ciertamente, la
fate de sal consumida por los propios baruya es minima,
i810 sucede, no porque la sal sea fisicamente rara entre ellos,
Peso: porque es un objeto de consumo exclusivamente ritual
tanto, la sal es una mercancia cuyo valor de uso es el d=
(lobjeto ritual valorado por su significacién ideolégica y so-
‘asi como por su utilidad biolégica, su sabor gastronémico
Fas dificultades inherentes a su produccién. La sal es, por
iguiente, una mercancia «de precio», un lujo del que ordi-
itiamente se prescinde, pero que debe hacer acto de presencia
ftida vez que lo cotidiano cede el paso a lo ceremonial. Ademés,
Kila sal no es un producto fisicamente raro entre los baruya,
GBs la sal de los baruya una forma primitiva de moneda?::(ie/|iBies en cambio entre todos los grupos que no la. producen ¥
dla reservan igualmente para las ocasiones y necesidades
En el origen de Ia produccién de la sal existfa, como hi remoniales.
visto, para los baruya Ja necesidad objetiva de exportar:y Ea sal oo una mercancia ade procior, pero ges wna «ano
poder importar los medios de produccién necesarios-parsisu
agricultura, los medios para protegerse del frio, que consti
un serio, problema entre los 1.500 y Ios 2.300 metros de alii
para satisfacer Ia necesidad de expresién simbélica de: sis;
laciones soviales (adornos ceremoniales), asf como para’
rarse el control de ciertas fuerzas sobrenaturales (encants
tos magicos). Debido a esta variedad de funciones esex
(subsistencia, ideologia), el cambio no constiruye une’ actif
marginal, un apéndice ocasional del funcionamiento de la svt
dad baruya, sino un elemento estratégico de su estructura
liltimo extremo, puede afirmarse que esta sociedad no subst
ria sin intercambio, Nos encontramos, pues, on los anti
de las economias primitivas denominadas de «subsistenc
En el plano histérico, arqueolégico, la sociedad ‘baruya‘
tituye tin ejemplo importante para ilustrar la economia dé
noneda de sal» y la circulacién de mercancias 289:
sdades neolfticas, muchas de las cuales debian importar la
a prima de sus herramientas. En el plano teérico, su
splo-hace resaltar las dificultades del concepto ue exceden-
j-como lo manejan frecuentemente los economistas, ya se
sideren seguidores de los clésicos, de Marx o de Keynes. No
fue, después de asegurarse la subsistencia, los baruya se lan-
5. ALGUNOS ANKtrsIs TEORICOS
Partiendo de nuestro anilisis etnogrifico, podemos int
responder a tres cuestiones inevitables: 1) ¢Es la sal de lo!
raya un forma primitiva de «moneda»? 2) ¢Cudl es el full
mento del valor de cambio de esta moneda? 3) Si hay cambl
moneda, ¢s¢ produce beneficio?
G)Para que una mercancia funcione como «moneda» es preci
jue pueda cambiarse por el conjunto de las otras mercan-
nes decir, que funcione como su equivalente general. Vea-
fis el cuadro mimero 3 y tomemos como ejemplo Ia circula-
de un tabalf de dientes de cerdo, Este no puede cambiarse
iia primera vex que los baruya fueron pagados en monedas metéli-
no comprendieron la wilidad de escos objetos. Algunos de ellos las
oh en la selva, otros las horadaron y s¢ las colgarom del cuclio como
Seren conchas. Sin embargo, ea cuaaso se abrié una sfactoria» en Wor
ii sica, ca donde se lcs ofresia a cambio de dinero en metalico, shorts,
ae, conservis, chicle, ya no tuvieron en adelante ninguna duda sobre
dad de la moneda metélica. Tal vez la primera anéedota explica
gué lor baruya designan en su lengua a las monedas de los blancos
fl mismo nombre con que desigaan a sus cauris: moguye; ningun
Simador nos ha Dodido explicar las razones de esta asimilacion, Seiia-
‘jie, cuantlo aesean explicar el valor o las funeiones de la. sal,
varuya, Ia comparan con la «moneda fuerte» de los blancos, es decir,
dps biletes de una libra esterlina 0 de un délar.
% A. Deluz y M. Godelier: , y por parte, de sus socios comercia-
corteza y un taparrabos en una jornada, pero esto repr Gesiundénime la opinién de que la sai de los baruya es cara,
‘ocho horas de trabajo intenso y continuo. a
2
a tasa normal de camibio es, pues, una tasa desigdal, pues-
fle los baruya reciben en trabajo casi tres veces mas de 10
fellos dan. El cambio normal no es un cambio de equiva-
arte de la sustitucién de los cuchillos de bambi: por los
Shillos de acero —pricticamente sin incidencia sobre Ja pro-
wvidad—, el proceso de fabricacién de capas de corteza si-
siendo totalmente tradicional. Si tomamos la cifra de dos
ypara la producciéa de una barra de sal por los baruya
fes-de la introducci6a de los utensilios de acero, el cambio
ia siendo un cambio desigual.
2 dias <——> 4 dias294 295
guiente:
{Por qué los baruya y los yunduyé, a pesar de conoce
vivir siempre en paz, consideran como normal esa, tasayd
igual? (desigual desde nuestro punto de vista y en ‘términog
cambio de trabajo social). =
Proponemos Ia siguiente respuesta, que se compaginay#s
las declaraciones de auestros informedores: a sel es cara
que es un producto «de lujo» caya fabricacion exige tm
écnico y tn saber magico que no poscen las tribus vecina
gue los baruya exigen que se les pague y lo que acepten,
hormalmente sus socios os el monapotio de uma dobte eit
escasez de un producto y escasez de un saber. En nombid
la misma légica, los barvya pagaban caro determinados™
ductos para ellos preciosos como fas hachas de piedra, las
shells. El cambio se establece 2 un nivel que traduce con
mente la necesidad y el trabajo, 0 el esfuerso para procul
un recurso), pero cl trabajo parece desempetitr tn pape
cundarfo: s610 definicia una especie de minimo por debs
Gual no debe descencer la tasa de cambio, mientras que
Cesidad, la escasez del producto definitia él limite méxink
puede alcanzar.".