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ESQUEMAS 86 COLECCION EDITORIAL COLUMBA ESQUEMAS gEs el usbanismo una extensién de ls arqutecturs, Ja. adminis ‘macién de 1a ciudad, cl ordenamiento do los servicior urbanos? 40 es un aspeeto sectoral de Iz economia? . Se trata devuna tdeniea nueva? * 20 es un arte supersdo. por le GEs que el plancamiento urbano austtuye al urbanismo? {Cuil es Ia esencia del urbanismo: Is) previsén del fotwro © la eiudad misma? gLe compete, al urbaniimo ls ciudad ‘ode? Se puede plasifier la sociedad? Crear ciudades nuevas ger Ie nice soluciéa? {Cuéles son fos limites de un urbanismo que no pe pico? 4Se puede hacer urbanismo sin el aunilo de inattrclones? ¢tlace realmente utbanimmo la meta adminisracion municipald Extasy oftas preguntas hallan reypuests sathberore en el texto de esta apretada sinteis sobze a esencia del wibarioee P. HL, Rawote, proferor de la Facultad de Auitectura y U nme ge Is Univenided de Buenos Aires desde 1938, se halls dev Pefiando fanciones en el exttanjero. Desde ese puesto, con la pemeee- Sve que da Ia distancia, ha compuesto una especie de reviade at cl wbanisme, Sa experiencia como profesional y como investigsdor —pertenece al Consejo, Nacional de Investigaciones Cientifeas y ‘Téenkas ie Permite enfocar el tema con la madurez necesati pars responder cone ssamente Is compleja pregunta: {Qué es el urtaneeos Ets obra se suma a una repulse produecién de aticulos publicados en al pes ero, ast come. sus anteriores libwos Tntroduc- nto, Gvografia histbrica plancamiento y La ti empean (de préximna sparcion), Diplomado de arqutecto en 1949, complets sus estudios en Eu pay Ios Estados Unidos, en cuyas univeridadss ha dictade conte ‘Naeié en Buenos A cia y I tecnologia contempor es en 1927, Parnicio H. Ranpee CRC SCECTOCHEHESHOOREOERAEEAAAADRAANDS IMPRESO Y EDITADO EN LA ARGENTINA Queds hecho l depssite. que revime Ie lsy miners 11,723. Copprght by Colimbe SACEITPA. Bueror tes, 1968. INDICE Nora saztmman Breve iwvxopueerés AL TESA I. Parcisionys rowpaaewraes 1, Ciudad y sociedad 2. EY pesado urbano 3. La ciudad y la regién . . gUibanisme 0 plancamiento weno? . * .Cémco wacré ¥L URMANISMO conTEMPORAMZO? = Los precunsores tebeicos « TLos precursores prietcos Nueva toma de coneiencia TIL La crupap como PRomrEMa 1. Le qus cece, lo que cambia 2. Les funciones rbanas y su complejidad: uso del suee ey citeulacion . 3. Ultaje al passe 4. Causrefecto y finslidades TV, Unwasusno ex Ac 1. Proposiciones, modelos y férmulas 2. Initiucionalizcién de lar ssluciones 3. El toque final . 4. Roslissciones recientes Pag. u 4 4 16 20 22 26 26 28 32 “4 44 48 82 56 60 60 64 oS) 73 7 NOTA PRELIMINAR Resumir en pocas carillas, al aleance del lector culto pero no especilizado, Jos aspectos més sobresalientes del urbsnis ‘mo como teoria y accién, podria habernos inducido a escribit To que con justicia se llama despectivamente una obrita de vul- garizacién. Lejos de tomar esa senda —evitada pot la Coleccién Es quemas— pretendemos una especie de puesta al dia de la problemética esencial del urbanismo a dos tercios del siglo xx, e forma que el arquitecto, el gedgrafo, el sociblogo, el eco: nomista, el politico y todo aquel que pot tazones de estado esté ligado al quehacer de la ciudad, aclare su papel y su res ponsabilided Ain més, nuestra pretensién alcanza a los propios urbanis- tas pensando en quienes ven aqui algunas reflexiones al estilo de un examen de conciencia que, por un momento, los sus ttaiga del detslle y de los tecnicismos para re-pensar los fun” damentos de su actividad. EI hecho de hallarnos lejos de nuestros libros y de tras anotacfones puede haber sido causa de la omisién do algu- nas precisioncs interesantes, pero, en cambio, nos ha obligado a empezar de fojas cero, como quien re-descubre un terreno conocido cuando se lo observa desde una cierta perspectiva Paris, junio de 1967, 2” — = ) ” a = = Lay = “= Lem BREVE INTRODUCCION AL TEMA El urbanismo es el método de organizar el espacio url ¥, a It vex, el arte de concebir ciudades, la técnica de equi. parlas, la ciencia de profundizar su problemitica, Esta he sto, por lo demés, la natural evolucién operada en los sucesivos enfoques que el urbanismo ha adoptado en su larga historia (°), La particularidad del momento actual estriba en que esa sucesién histérica ha alcanzado un estado de sintesis invirtien- do el orden, es decir que hoy el usbanismo comienza por el lado cientifico del problema, prosigue su tarea como teenica ¥,concluye por aleanzar resultados formales. Naturalmente, lo cientifico del urbanismo esti més ligado a las ciencias huma- yas que a las experimentales, aunque su peculiaridad reside en el hecho de que lejos de dividie las jutisdiceiones del cono- cimiento, trata la realidad como una unided indisoluble en la gue el contenido social y el continente fisco aleanzan el md ximo de la interaccién recfproca. En cuanto al urbanismo como técnica, mal podria desentenderse de los fines hacia los cuales apunta como medio. Esa subordinacién es, no. menos, otra racteristica esencial. Finalmente, Ia estética urbanistiea par ipa de un profundo compromise con la comunidad. El excesivo predominio de cada una de estas tres dimen- siones del urbanismo, a cientifica, la sécnica y la formal, fre. Guentemente altera Ia atmonia del resultado. El eientificisme tubanistico supone una actitud poco constructive euando no se procede con método, ya que las complicaciones de la estruc- fara urbana son tales que uno podria conformarse con la ob- sewacién, Ie vetificacién o la ‘explicacién, sin contracr ningin (2) Pierre George Ne f afrmat hoy que el uibiantimo ex “une ul PRSSSHOHSHSHSHSHSHHSSSSSSVRARSTTEHESESSNKRSAKD compromiso. El tecnicismo urbanistico corte él peligro de que al volumen y la complejidad de los problemas préctices absor: ban todas las energlas en detrimento de un equilibrio, sin cuya presencia les soluciones no superan lz tecnologia cortiente, basada en los supremos fines de la eficiencia o la producti- vidad: el esteticismo logrado a expensas del bienestar espiri tual y material de la propia comunidad a la cual debe servir. Si bien se mira, esta triple concepcién del urbanisme paze- ciera poder ser cubierta teéricamente por I geografia, la inge- nieria y la arquitectura. A lz geografla urbana, sin duda, com- pete el estudio de la ciudad como medio fsico; la ingenieria civiea tiene plena eapscidad de resolver les problemas pricti- cosy la atquitectara disefiadora de conjuntos urbanos es la indicada para decidir las formas que encerrarin el contenido de la cindad. Este planteo, que parece tan exactamente responder a nucs- ta definicién inicial, demuestra una vez més lo limitada que es necesatiamente toda definicién. Echando mano de un em- pitismo bien opuesto a las distinciones racionalistas, podtfamos haber dicho simplemente que el urbanismo es lo que hacen Dos. surbanittzs. En ese caso, hubiéramos visto de entiada que Ia niecesatia ingerencia del jurista, del economista, del sociclogo, del médico, del administrador, ete., revela la existencia de tuna problemética harto rica y compleja. Pero, como a la vez el concutso de tantos enfoques debe ser organizado de una manera coherente y operativa, puede agregarse que todas estas contribuciones deben estar presentes en las tres fases previa- ‘mente enunciadas, incorporadas con método riguroso y crite’ rio realista, Que estos aspectos tan importantes justifiquen el empleo de expertos y_asesores, de ningtin modo impide que, por su sustancia, el urbanista esté enraizado en una problemética pro- piz: la de la organizacién del espacio urbano, panicularmente en vista de su desarrollo futuro. Esta ciencia-téenica-rte, como dijimos al comenzar, supone tun compromiso ético, una fuerte voluntad de armonizacién de las fuerzas en juego y una vocacién de sercir a la comunidad. Semejante patrimonio, por lo demis probado a lo largo de sus experiencia, coloca al urbanismo contemporineo en la no poco 12 privilegiada situacién de ofrecerse a nuestro tiempo como guia y_temedio de los excesos —a veces involuntarios— de la ciencia, la técnica y el arte, reuniéndolos intimamente a fin de que el genio y la inventiva humana no se conviertan en un enemigo colateral de Iz comunidad, como por desgracia sucede tan frecuentemente. Tan altos ideales, curiosamente, no suclen set motivo de declamacién entre los urbanistas, pero han ve- nnido informando sus tareas —implicitamente— desde que el urbanismo cobré conciencia nueva a fines del siglo pasado. En los albotes del urbanismo contemporéneo, sus pioneros activistas opinaban y resolvian, implicitamente, cuestiones que ‘excedian su dominio con toda impunidad, por la sencilla razén de que no podian esperar que los expertos madurasen antes de tiempo. Hoy —por efectos de la especializacién— hemos ido caso demasiado lejos e, inversamente, los supuestos asesores hhablan del urbanismo como si esta actividad fuese de su ex: clusiva competencia, La situacién actual, y no hay exageracién en decitlo, pasa Por cabtica en muchos medios, porque se hablan distintos len+ ‘guajes como consecuencia de la incorporacién de muchas dis- ciplinas y experiencias auxiliares sin fijrles su exacta jurisdie- ign, ni su punto de articulacién con el conjunto restante. Esta obrita intenta poner las cosas en su lugar repasando el error de haber perdido de vista el limite operative del urba- nismo, que es lz organizacién, la regulacién y el control de funciones, 12 estructura y las formas urbanas, en su mani tacién espacial, conforme a los xesortes legales que son conna- turales con el gobiemo de Ia ciudad. Toda otra concepcién del urbanismo es quimérica y peli- grose, s€2 por su enfoque totaitario © por su inoperatividad. Los ejemplos imundiales disponibles permiten recoger una va- liosa experiencia. cuando se analiza el estado de desarrollo de Ta conciencia urbanistica, su institucionalizacién y sus reali ciones, en pases como Holanda, Espaia y Gran Bretafia —cl més evolucionado y maduto en este campo— o como la Unién Sovidtica y los Estados Unidos, que aiin no han acertado con formulas de validez universal 13 1 PRECIS 1. Dificil seria contest ONES FUNDAMENTALES Cropan vy socrepey far la pregunta: ¢Qué os el urbanismo?, te ehawimen interogarse acerca de eudl ex la coon xe | ciudad, supone ya u Cida vez que decimo claramente discemnido: jd, andlogamente al de sociedad, implica » una realidad material variable o hete- in concepto, un modelo tedrico, wun ideal, os ciudad (0 sociedad) sugerimos cloves de Ja misma manera que cuando que. fer babies ct Ie exrenca o la subversin de sios miseree ae, ©, meramente, la aspi Some, de ipésbole, contime le aspiracin ¢ aus apanta el concepto de urbeno, J binomio ciuded-sociedad es elocuent, asimismo, de lo gue de aproximative son los valores que en To que la realidad urbana y Ta ez hechos. La analogia tienen ambos términos, ya que una sors nuncian y otra —siempre pide sefejo. lidad social exhiben en los 3 fan patente, al punto que es proble Initco dstinguir Is dicotomta semsntca que Plantea el mezo renee! oetbos. Desde que el hombre’ e honte sus |h sociedad no existe supetior y mucho me de esa sociedad, que sehen a eaeteizan por lo imperiecto, por le dicenss Te sovtedag ietivos de sus logros. Hasta podria desta que mis que en la imaginacién de un orden nos la ciudad que pretende ser el expeje tara ver aleanza a reflejar ajustada ae | | apaioneg i itetes donde la atmonia y concietto de. las week cel Tasuato de un contenido chimente coniplejs Bien sabemos que cuando hoy pronunciamer ir palabra ciu- dl nos invade le sensecion de dessorego aoe of desacomodo Shani fee Y ls formas shovace, mio co nea lilo de vittudes inherentes al’ concepta snare a como contemps® 1s presin de los males que aquejan s' It eseg man riorinea haya gravitado a tal punto, sobee quienes vetls von tla ses de ocuparse de ella, que sSlo peedin EEyA Gome ba aédico «su pacente: con Is lonetige pro- saional que viene de tratar sélo cass pateligice no perder Ia imagen del urganismo sane. JNo obstante existic concieacia generl de los problemas ur Banos, no hay duda de ue la gian mayor ce gee arate Por iudsd on taxén de su orden testo y enema nt {indo sus eaéticas ealamidades de la misma foe que nos Henamos la boca hablando de la sociedad, Son 1a pobla- ve on Tone 3, reiticamenteextraceorada con anrele coatlicn, Me™ de hallarse esparcida en medio de uae oat de confictos. Ta conespondencis ent sociedad y ciudad es asunto de Bay foimblelded. No se mata de la comclaién eone seat Ea x forms, que, hablando de la ciudad como ote’ casi Sieltsivo de la cultura contemporines, no pedis wegee a ne deterministas, Més ain, In interacelén eo shar fo tel modo reciproca que todo deslinde se hoes hing roble- rygttbanimo se concenica en Is jarsiceién y realidad del Gisele tangible como si se satara del resultado. Coreen Bo de nit de factores inviibles —aungue coniende at ia 9 ge perderse en el aniliss de las eaumns = pee sencilla se verifica en el campo de las tazén de que su operativid decsiones y controles de Is disposicién flea de ciudad. Bn todo cso, aunque espacial, redlista y conciew, aes imple- tones mats él utbanismo mo pode desentndere de lor ee, Hy Bae Brovacan los efectos fisicas hacie los uslee Sifear le mo debe importa amogare Ia misiéy fe ciiar esas causs, sino de sustar —~denteo de orden— Sus, consecuencias 15 Conceptualmente piieden equiparasse los términos de dad y sociedad por la profundasigniiacim gue lees oma pero en la pratis se impone una sensata dicotomia que per. rita Ia accin eficaz y vede el paso a la utopia, La ciudad, para el urbanist, no puede ser el total del com plejo de las manifestaciones urbanas, pues frente a él queda ia empequefiecido hasta desaparecer. Casi toda la cultura con. temporinea es urbana, lo repetimos; y de ese total, el urbs- nista tabaja solamente con espacios que puede adecuar, creat formar y dentro de los cuales localiza los elementos fsicos que integran Ia estructura urbana. La informacién cultural del urbanista 20 puede ser motivo de_edanies Tueubraciones nde progres fantasioso sino, justamentc, el mejor seguro contra las hipétesis de trabajo ele. vadas a doctina, Empero, no se puede regat que la creecibn usbanfsca, en cuanto ej orginalidad, equere una dosis de ‘idealiomo o, mejor aim, de imaginativided basada en metas fdeales. No se concibe la obra urbanistica basada pura y exch sivamente en un estudio theico y Qe ev al problema mis exclusive que plantea como profesién el utbanismo, ya que demanda dotes de cierta universalidad, graduadas’ sobre un largo elaroscuro, como lo es el complefo ciudad-sociedad. 2. EL Pasapo uRBANO Aunque la esencia de 1a ciudad conserva sus catacteristias a través del tiempo y de todo tipo de cultura, no hay dda de que el pasado, el presente y el futuro urbano nos enfien: tan a una problemitica diferente. Por refetimnos 2 una tenden- cia relevante recordemos que las proporciones entre poblacidn urbana y rural van vatiando de tal modo en el mundo, que de un minimo de habitentes localizados en ciudades en la antigitedad vamos hacia el extremo opuesto, en el gue sélo tuna minoria habitaré el campo y éte perderé casi todas las notas que Jo distinguen hoy. ‘Una breve mirada al pasado de Ta ciudad nos revela cudles son Tos elementos que al contribuir a la aglomeracién humana, en un marco de mayor simplicidad que

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