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prendi el radio. Entonces of que Miraflores habia quedado arrasado porque las Fare se tomaron el pueblo. Dijeron que el Fjército y la Poliefa habian quedaba-ningin-sobreviviente, ‘Me puse a llorar y a rezar. E] miércoles continuaban las mismas noticias. Fuimos al atallon. Le pregunté a todo el mundo si sabia algo de lo que habfa pasado en Miraflores, hasta que le saqué la chispa a un muchacho del Comando Central, y me dijo que si yo queria que él se fuera ala zona de combate para averiguar... Nos dieron un teléfono del Batallén en San José del Gua- viare. Llamébamos pero no nos daban raz6n. Todos los dias ibamos al Ministerio de Defensa con la sefiora Gloria Pérez, 1a mamé de Carlos Alberto, un amigo de mi hijo a quien él le decia «mi primo». Allé tampoco nos deeian nada. ‘Asi duramos hasta el viernes. Ese dia estébamos en la casa y mi esposo pregunté por el almuerzo. Yo le dije que no habia porque no tenia 4nimos de hacer nada. Entonees él dijo que iba a conseguir unos perniles para prepararlos. Estaba coci- néndolos cuando soné el teléfono. Era la sefiora Gloria: —Me van a entregar a mi hijo ahora. Pero esté muerto —me dijo. —Siel suyo est muerto, el mio también —le contesté. Me puse allorar. Me fui a donde ella. La saludé. Le dije que me avisara cuando le trajeran el hijo. Regresé a mi casa. En- ‘tonces me lamé una tia de mi yerno para decirme que habia visto por television que bajaban de un avién de la Policia a un muchacho parecido a René, cameo rs nde iste ia eee 'o en la Policia, lleg6 con el uniforme y le que lo dejara entrar. Habia varios heridos. Pregunt6 por Jairo René. Entonces nmuchacho le dijo que estaba bien pero quel guerilla elo va jaltevado. Ahi fue cuando mi hija melamé por tléfono. El sibado acompafiamos a la sefiora Gloria al entierro. El domingo las noticias decian que habian trafdo més heri- dos. Yo anoté el nombre de uno: el soldado Arturo Chaparro. Ellunes me fui al hospital y le dije al muchacho que estaba en Ja puerta: Van a completarse ocho dias de la toma de Miraflores y no sé nada de mi hijo. —Hay muchos heridos graves —contesté. Yo tengo un familiar aqui y quiero verlo. Es el soldado Arturo Chaparro —le dije. —A éllo sacaron y lo tienen en el Batallon de Puente Aran- da —me contesté. Nos fuimos al Batallon. Dije que era una tia de Arturo Chaparro. Nos dejaron entrar. Encontramos al muchacho. Nos dijo que a Jairo René no le habia pasado nada, que sélo se quejaba de la cintura y que la guerrilla se lo habja llevado. Nos conté que él habia quedado malherido, que también se lo habfa levado la guerrilla y mi hijo lo habia cargado mucho tiempo, pero que los guerrilleros Jo encontraron muy mal y lo dejaron en un sitio para que lo vieran desde el avién y lo recogieran. Dijo, ademés, que los guerrilleros comentaban que iban a tener a los muchachos tunos cuatro meses, mientras se llegaba a algiin arreglo con el te. ‘Yo ya sabia que mi hijo estaba vivo, y eso era lo mas impor~ para mi. Pero me entré la duda de que Chaparro hubiera 225 El dice que yo preferia a la nifia. vez le di una tunda porque me sacé necesitaba. No encontré la plata y ella. Dijeron que no sabjan nada de ibaa darles fuete a todos. Ahi si Jairo sido... Le di una tunda con corr que ‘qued6 quieto, acostado, esperando a. de fy. TE las 997, istio gar. se cid lio ill - Jairo me tenia mucho miedo. Decia que yo lo castigaba muy duro. Bs que a los tres 0 euatro afios todavia se orinaba enla cama, hasta que un dia le di una muenda y se le quité la ‘mafia. Elha sido muy noble. En realidad, mis tres hijos han sido nobles: en Bogoté hemos pasado crisis terribles, nos ha tocado aguantar hambre porque no hemos tenido para el almuerzo, y ellos siempre han esperado con paciencia a que el papé llegue y les consiga algo. Afortunadamente tengo un buen marido. Se llama Plutarco Elias Roa. El es de Bogoté, pero se fue a vivir con la mama a Fusa, y allé lo conoci. Yo naci en Fusa el 24 de mayo de 1951. Mi papa tenia un puestico para vender papa en la plaza de mercado, y mi mama tena otro de comida. Nosotros fuimos ocho hijos: seis mu- jeres y dos hombres. Uno de mis hermanos maneja un carro repartidor de leche, el otro maneja una griia; ambos viven en Fusa. Las mujeres estamos dedicadas al hogar. A mi esposo no le gusta que yo trabaje. Casi siempre he trabajado a escondidas de él, lavando ropa y arreglando apar- tamentos. Sélo una vez trabajé con su permiso: necesitabamos pagar las matriculas. Yo le reclamo a veces que si me hubiera jado trabajar tendriamos una easita. Pero él me responde Soe eee jor no estariamos juntos. que si eso hubiera sido asf, alo me ea ‘Nosotros nos conocimos cuando yo tena Ace z fs Glldiecintieves Yo habiaiterminado quinto de prinats y = arse ‘llerato. En 1973, a los cuatro afios de estar segundo noventa pesos mensuales por una pie- “alario minimo, trabajaba en Baldosines La cita. fl ganaba ¢l salt josias, baldosines y tanques para el Roca ¥ ay" lll 227 agua. ‘Después trabajé en una empresa de cemento, pero lo despidieron y no teniamos dinero ni siquiera para la leche de Jairo René, que tenia dos meses. Entonces mi suegra hablé en Rexal, en Bogoté, le dieron puesto a Plutarco y nos vinimos, “Ahi él ayudaba a hacer lavadoras, aspiradoras y licuadoras, Conseguimos una piecita en el barrio Kennedy. Tenja- mos dos camas. En una dormfamos nosotros, y en la otra los dos nifios. En Bogota nacié la nifia. Mi suegra me ayudaba a cuidarlos. Ella me ayudaba para que yo pudiera salir a lavar ropa: cuando los nifios preguntaban por mi, mi suegra les decia que yo habia ido a hacer un mandado, Eso si, yo tenfa que llegar alas cuatro para hacerle la comida a Plutarco. El nunca supo que yo salia a trabajar, hubiera sentido celos por eso. Pero con Jo que yo me ganaba compraba la ropa para los muchachos y para mi. Cuando la nifia crecié arrendamos otra pieza donde cabjan tres camas, Entonces dormian los dos nifios en una cama, la nifia en otra y nosotros dos en otra. Ahi crecieron mis hijos. Plutarco entré a trabajar en una empresa de congeladores que se llamaba Refricarso. Yo seguia lavando ropa y arreglan- do apartamentos a escondidas. Los muchachos terminaron la primaria, Habia que pagar ya las pensiones del colegio. Entonces me empefié en que mi esposo me diera permiso de trabajar. Lo convenci porque con lo que él ganaba no nos al- canzaba para pagar el colegio. Consegui trabajo en el colegio Mis Afios Felices: hacia el aseo y vendfa en la cooperativa. Ganaba sesenta mil pesos- Y en la cooperativa me daban el 70% de lo que vendia: me tocaba pagar la mercancia, A veces ganaba hasta doscientos ‘il Besos mensuales. Mis hijos iban y me ayudaban a hacet sme Pityyo volvi a lavar Fopa Y hasta 1989. Pero me tocé salir- jé cuatro afios, f ed ‘0 decay y se daiié el negocio de la coope- 1 colegi see a arreglar apartamentos. Segui el seeuestro de Jairo René. Después, mi eso hasta dijo que yo tenia que jendo ac no me dejo trabajar mas porgu estar pendiente de lo qué pasara con el muchacho. ‘Mi esposo sigue trabajando en la misma empresa, pero por contrato. Le resultan dos 0 tres servicios al dia para arreglar refrigeradores. Gana unos quinientos mil pesos mensuales. La pieza nos vale ciento setenta mil pesos al mes, y con los servicios sube a doscientos cincuenta mil pesos. Nos queda otro tanto para lo demas. ‘No tenemos més entradas que ésas, porque mi hija se casé yest criando dos bebés. Mi hijo menor manejé un carro par- ticular afiliado a una cooperativa, le pagaron trescientos mil pesos el primer mes, pero no le volvieron a pagar porque la empresa quebr6; hoy esta haciendo un curso de electronica en el Sena’ y va a trabajar con el papa. Jairo René pintaba casas y era érbitro de fiitbol, pero no le pagaban por estos trabajos. Por eso se desilusion6 y se fue para el cuartel. Ya lleva casi dos afios y medio secuestrado por la guerrilla... Yo le supliqué que no se fuera al Ejército y que estudiara. Elhabia hecho hasta cuarto de bachillerato no més. Los otros si terminaron el colegio. Pero Jairo dijo que queria conocer otro mundo, porque sélo conocia Bogota y Fuss, pues noe” ‘tros no lo sacdbamos a ninguna parte. ‘Servicio Nacional de Aprendizaje. 229 ido capaces de decirle sros... Pero no hemos sido cap: Pe samo since! . 2 . is las ha mandado a traves de la Defensort quero a noe a eysha traido dofia Marlene Orejuela oe oe Ellaes la representante de nosotras, haidoal sla oa “feos soldados y poliias secuestrados. hablado con todo el mundo, con el de- Dofia Marlene ha Néstor Humberto, con fensot del pueblo, con Victor G., con Camilo’ El defensor Castro Caycedo, quien vio a los secues- trados de Mita, le dijo que la guerrilla no lo habja vuelto a de- jr entrar. Vietor G. le asegur6 que harfa todo lo posible para quesoltaran a los muchachos, pero que él no podia garantizar que fuera ya. En agosto de 1999, cuando cumplieron un afio de secues- trados, la guerrilla Ilamé a las mamas al Cagudn. Fuimos un lunes y regresamos un viernes; estuvimos un dia alld, el resto del tiempo lo pasamos viajando. Se presentaron Ivan Rios y Joaquin Gémez, nos reunieron en un potrero muy grande, nos dieron cien mil pesos para el viaje, nos sirvieron carne, papa y Yuea y nos dijeron que teniamos que acosar al gobierno. a ae destrozadas porque después de semejante viaje a etiersvimos a nuestros hijes. En junio de 2000 volvimos ‘aguan, y la guerrilla nos dijo lo mismo: que el gobierno no queria hacer nada. ao " alld, y los de la guerrilla hablan con uno, lo tratan » Son respetuosos y saludables... Al hablar con ellos Tee Nis" G. Ricardo y Camilo Gémer fueron altos ‘comisionados para la paz y “stor Humberto Martinez fue ministro del Interior. son muy aistir siestaban con él P “También hemo guin, vio a los muchachos presos, volvi6, por televisin y se armé el escandalo, dente. Eso fue el 20 de octubre de 2000. A.unole da mucha tristeza que esos ran sirviendo a la patria y que el gobierno se h soldados y policias secuestrados, no son importantes... Mevan tres afios y medio ahi. Los que tienen evan quince meses secuestrados).

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