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108 HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA Giscomn H. (ed.), Homenaje a Gabriel Gareia Marquez, Nueva York, Las Américas, 1972, Guano, Jacques, (Comp. ¢inttoduccién), Gabriel Garcia Marquee, Obra pe- riodistica.l Texts costenos: I. Entre cachacos; Il, De Europa y Ameri. a (diversas ediciones: Barcelona, Bruguera; Bogoté, Oveja Negra; Bue. tos Aires, Sudamericana; Madrid, Mondadori, 1991-1992). ARO, Jacques, “Introdueeién, El tiempo, la muerte y la vida", en G. Gar- fa Marquez, El Coronel no tiene quien le esctiba, Bogotd, Cireuto del ec. ‘ores, 1983, pags. V-XCIIL, Reproducido de la edicién del Ciroulo de 1 tores de Espatia, Gu GUARD, Jacques, Garcia Mérquez et le groupe de Barranquilla, tesis de doe- torado, Universidad de Parts-IIl, Sorbonne Nouvelle, 1984, Gnuano, Jacques, Vente y euarenta afios de algo peor que la soledad, Bogo- 4, Nuova Epoca, 1988, GuLtOn, Ricardo, Garefa Marquez o el arte de contar, Madrid, Taurus, 1970, Levine, Suzanne Jill Bt espejo hablado. Un estudio de Cien afos de soledad, Caracas, Monte Avila Editores, 1975, “Gabriel Garcia Marquez”, en Silex, n° 11, 1979, Mea, Lucila Inés, La fiencién de la historia en Cien afios de soledad, Barce- Jona, Plaza & Janés Edivores, 1979. ‘MeNDoza Plinio Apuleyo, Une odeur de goyave (conversaciones con Garcia ‘Mérauez), Parts, Belfond, 1982. Paout, Roberto, Invito alla letura di Garcla Marquez, 1987 (2* ed). Recopilacin de textos sobre Gabriel Garcia Marquez, La Habana, Casa de las Américas, 1969, Revista Iberoamericana, n° 128-129, julio-dic. 1984. Vanaas Luosa, Mario, Garcla Marquez, historia de un deicidio, Barcelona, Barral, 1971. Milén, Mursia Editore, Nota |. Nombre dado a wn pertodo especialme nte sangricnto de fa historia colombiana, Producido entre 1948 y 1957, MARIO VARGAS LLOSA. NACIDO EN 1936 Mario Vargas Llosa nacié el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, al sur de Pe- ri, Con unos cuarenta afios de vida literaria y una obra considerable y diversi- cada en su haber —novelas, cuentos, nouvelles, teatro, ensayos, articulos— el escritor representa, en el panorama literario latinoamericano, uno de los mascaroes de pron que, ene tanscuro de as im res eadas, no di zon de ocupar Ia delantera de la escena literara, Esto supone una notoreda que no debe todo ala ereacién.¥ a la que contribuyen, en particular, cierto cos- mopolitismo y, con la bendicién de los grandes medios, una participacién ac- tiva y muy comprometida en el comentario det espectaculo de! mundo. EL DISCURSO “PERIBIOGRAFICO” Si bien el personaje pdblico —en que se convirt6, con el corres los a el joven desconocido apasionado por la escritura que desembarcé en Buropa en 1958-—a veces tiende a ocultar al creador, Vargas Llosa supo edificar, en tres décadas, una obra de creaciGn y andlisis en prosa que muestra una preo- ceupacidn real por la cosa Titeraria. Dove novelas, cuatro obras de teatro, dos énsayoshiteratios monogrifies y vais recpilaciones de dans articulos ponen de relieve una fecundidad confese, cualesquiera sean, por otra parte, las pumerosesreseras que] personae public y as tess que sostiens no dejan 9 to en sus obras como en sus t0~ 4 de generar. Porque Vargas Llosa aparece, tanto en sus obras comé 0 tras de poscin, como un bombre (seg, talents comprometido con susp bra y su tiempo, lo cual equivale a decir que bl eminentemen ie polémico. 0 HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA Por més limitado que sea, el emfoque de la biografia consciente del autor se hace posible por la existencia, a través de reportajes,escritos y ahora me. Imorias EI pez en el agua (1995)— de un discurso peribiogrético relativa- ‘mente abundante, constante y paralelo a la obra de ereacién, En particular, es. te discurso insiste en la rafz biogratica de gran parte de esta dltima, la cual cristalizaria cierto niimero de experiencias fundadoras y, muy probablemente, fo que se suete Hamar una visién del mundo, Bajo la pluma del novelista, su infancia siempre cobra fos colores de fa fo- licidad. En el islote familiar matemo transplantado a Cochabamba, Bolivie, donde el abuelo Pedro garantiza ta subsistencia de una numerosa familia Lio. sa, reina una célida atméstera; el nifio-rey no parece suitir la ausencia de up Dadre al que jamés conoeis, ya que los padres se separaron desde antes que cl ‘aciera Ia infancia, evocada a posterior, se ascmeja a un abra de paz que se- ‘i brutalmenteinterrumpida porta primera adolescencia. Esta, que se abre ba. Joel signo de Ia rupiura y el desgarro, continuard bajo cl de la violencia Violeneia en el seno de la familia, ya que la tepentna reapariin del pa- Gre desaparecido es vivida como un rapto, pues el nifio es arrancado al sua. ¥e eapulto protector de la familia materna, A nivel visible al menos, y tal oo. ‘mo surge del discurso biogratico, ef rechazo hacia el padre parcce haber s do total Por oita parte, Ia oposicién temperamental y edipica pronto tomaré tuna direccicn particular: la ijacién en laescrtura, Ast, el conflito con el pa dte se entiquecers con un nuevo motivo. En efecto, para su progenitor, las in, clinaciones artisticas del hijo —gusto por los libros, poemas-— serfan frute Pura y simplemente de una inconcebible homosoxualidad e incluso de iocu, "a. Ast, lo escritura cuistuliza desde el peincipio una sorda oposicidn sistamd, tica y se presenta como una instancia compensatoria, expresidn dela frusiras cid y ta rebeldta Simuliéncamente 2:un mundo familiar perturbado, dominado por la agre- sividad de la figura pater, el aprendizaje del mundo socal se produce bajo {os mismos signos: violencia 0 engafio, injustiia o cinismo, y aqut tambicn singin término excluye al otro, Progresivamente, toda la sociedad pervana id tomando forma ante la mirada del pequenobureués que convive con el univor- $0 un poco aparte de Miraflores, en la Lima de ls aflos eineuenta y sesvata {Y que afin no Nega al millon de habitantes). Tres experiences inictticas pue- yi, Sen detetarse en la rayecora del futuro noveisia, aunque sin ninguna a ésta sea mucho més compleja: colegio militar Leoncio Prado, primer contac. aso con Ta vida periodistica y, por dkimo, vida estudiantl con fondo de dicta. 2° dra van a fundirse para consiur la iewa made de una vocacidade sence f2.due se precisay afirma, contra mil ostéculs, en esos rimerosafos dele edad adult MARIO VARGAS LLOSA m Como institu, Leoni rags, colegio militar nacional donde Maso pasara dos afios (1950 y 1951), es decir el final de sus trece y sus casi dieci- ss gos un a dscgu sore ec el esr vole en aris ‘oportunidades. Por primera vez, 1a diversidad del pafs se le Jmpone si fi We ines cas mips ywnsons svarais, on score prejcio, bajo fos auspicios de un discus tnstucioal singularmente fundado respecto de la verdadera cara de los seres y las cosas. 7 “Tncluso adornada por fos encantos de la vida bohemia, lamisma leccién se despre de sy at paso—anos meses apenas— pr La Cra un pet dico bastante mediocre en busca del sensacionalismo y lo candente, Obligada Sof esintas seciones, el joven ve desfilar bajo sus ojs la ara ocula de i eluant dog, ctype rinons, Un sinesto ano {que no dejaré ce enconirarenel fondo de sus recuerdos, quince afios ms tar- I iaak, Conrasetin onl Cadel (989) ~~ No hay duda de que Tos afios universit agregan a este despertar a la bwutalidad de la realidad peruana. La rebeldia adolescente, ahora tefida de ‘sensibilidad social y atraccién politica encuentra en San Marcos, universidad publiay mayoriarament chola' un teeno pedis. Allis alrman a o- ria de cencioncia politica y la rebelign contra el egoemo de la clase divigen- te y la cormupeidn que le dictadura del general Manuel Apolonio Odtfa y su alma condenada, Esparza Zafarty, hacen reinar sobre el pais. Pero también contra la dificultad para desartollarse plenamente cuando un orden establec do amordaza toda libre expresién, devora J cultura hasta hacerta casi inex tent. por tino eckaa perder y asic en oto sos. ada una genes cin. Entonces zqué decit de una voeacn de escritor que no slo nada ni na die alienta, sino que, por el contrario todo cuestona’? A medida que va arraigindose, esta vocaién impone, més allé de ls in- wumerablesviistudes el momento presente, una soucién radical que per- mite borrar los obstéculos y paliar las frustraciones. Sera la expatriacién, la pride volantara hacia una Europa que el deseo de escritura, por donde pasa ‘oda retizacién para cl aprendiz de novelisa, oma con todos os encantes de la cultura, Asi se esboza una carrera fulgurante que, en algunos afi, fe per ‘mitir4 acceder al lugar que hoy- a conservando: el _ “ ete més que. conocido, un intelectual cosmopolitae incesantemente requerdo que se ex- proms var tn fre del emp dea cei Iara amis fue presentando esta tItima como su verdadera especialidad, Lanzado aminos de la gloria por el éxito de sus primeros libros, en pena po a,mis, Con distinios premios, esde el Rémulo cisnte premio Planeta, pasando por el Cervante: m HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA ‘conocimiento de insttuciones tan prestigiosas como la Academia de Lengua de Peri, la Real Academia de Espafta —su segunda patria, el punto cul nante de esta singular y sorprendente carrera hubiera podido ser, en junio de 1990, su eleccién a fa magistratura suprema de su pats de origen, Pera. Pero Jas was decidieron otra cosa y los peruanos prefrieron a Alberto Fujimori LA OBRA NARRATIVA Si bien of deseo de escribir desperté muy tempranamente en Vargas Llosa, ln decisin de consagrarse plenamente a ello sélo se oma de manera defini vaa fines de Ia adolescencia. Por lo tanto, hace sus primeras armas escribien- do cuentos, trabajo menos costoso para quien tiene poco tiempo libre para de- dicar a su pasién y, ademds, més facil de publicar, Algunos sobrevivientes de esta época de Lima figuran en la recopilacién publicada en 1959, Los jefe. De desigual interés, revelan a un autor en busca de sus marcas y que, a veces, las encuentra. Asf, “Dia Domingo” esboza el gran tema adolescente, mientras que “EI desafio” ya juega con las estructuras narrativas y aplica al relato la clipsis que tanto gustaré al Futuro novelist. Por otra parte, el autor reniega ‘Muy répidamente de estos primeros tanteos narratives, en los que ve “inentos frustrados de novela”, para él la forma soberana del relat, Los “faros” del joven Vargas Llosa se llaman entonces Hemingway, y so- bre todo Faulkner y Malraux, pero también Flaubert, Martorell, Tolstoi, ete. Asi se elabora lentamente y va cobrando forma la visin de una imposible no- vela que pretende ser “total”. Esta seré por mucho tiempo la utopia dindmica de su creacién, Una forma que jamas es absiracta y totalmente teorizada, pe- To que vuelve a aparecer en las novelas del primer estilo. Resumiendo sus ‘qua? Btandes lineas, ser una novela de intriga abundante y arquitectura cuidadosa- ii oe jp mente pensada, y ala que as distntas ténicas narrativas deberian dat bastan- te vida para que el lector, atrapado en ls retos del montaje, se convierta, de alguna manera y contra su voluntad, en una suerte de coautor que “no puede ppedirio, ero”. Comprenderemos ffcilmente que semejante concepsion del xénero desemboquc en une novela compleja, de tipo experimental y que tala de realizar amplitudtemndtica y narracin elaborada. Asi sen en particular las tees primeras novelas que participan plenamente en esta base comin. Y aun, «que una toma de conciencia de Ios limites del relat asf coneabido se prod. cird en las novelas posteriores a 1970, es la misma vastedad ln que sigue ca. racterizando una novela-rfo como La guerra del fn del mundo (1981), mien. ‘as que las producciones ulteriores parecen haber abandonado las premises de Ios fio sesenta, MARIO VARGAS LLOSA eo ua yar BL PRIMER CICLO NovELESCO. ‘oo Escrita entre 1958 y 1962, La ciudad y fos perros (1963) abre un primer ciclo novelesco que inaugura el inventari cxtico de To real, estructurando en profundidad el universo de Vargas Llosa. Como suele suceder, esta primera novela directamente tributaria del itinerario biogréfica del autor, wanscurre csencialmente en el marco conocido y atin cercano del colegio Leoncio Pra- do. La anéedota, totalmente imaginaria, parte de un incidente menor que, al cabo de las varias semanas que dura la accién de lanovela, se convierte en tra- gedia: un cadete del colegio es asesinado durante una préctica de tro. La ins- titueidn, contrariamente alos principios morales que demuestra, tata de ocul: tar el hecho. En realidad, gracias al juego de narradores miitiples que cubren espacios y perfodos mucho ms amplios, la novela toma como pretexto el ca- so del cadete Arana, apodado “el esclavo", para trazar un retrato del grupo adolescentey, des de él, dela sociedad peruana, dela cual Io menos que se puedo decir es que es critica y cruel. Familias a a deriva, moral en picada, ci- nismo, machismo y vulgaridad de espiitutriunfen ampliamente, y nada per mite imaginar gue algtin dfe pueda producirse un cambio. Publicada en Barcefona en 1963, la novela tuvo un gran éxito y vali a su joven autor el Premio de la Critica espafiota. Pero Vargas Llosa ya se ha lan 2ado a una nueva aventura creadom que culmina, tes aios ms tarde, con una novela intitulada La casa verde (1966). Légicamente, en virtud de su gran proximidad cronolégica, ambas obras, a pesar de una temiética muy diferente, partcipan en la misma éptin de la novela total Aprovechando su propio descubrimiento, en 1958, de la montaa el no: velista fija alli uno de los polos de una narracién que realmente no tiene eje central El segundo poto estaré en Piura, ciudad del norte del pais que conoce desde su infancia. Entre estos dos polos, una narractn desmultiplicada sigue a algunos grupos de personajes en un perfodo de cuarenta aos. A pesar de las rupturas temporales, un sabio montaje permite orientarse en las diferentes se- cuencias, que vuelven con una regularidad suficiente como para que el lector xno pierda el hilo de la narravién global. Abriéndose camino, el mensaje de la novela se desprende de sus propias estucturas. La selva no es s6lo un referen- te narrativo, sino la metifora del mundo social representado. Del Iaberinto sé- Jo logran sali los mas violentos, os menos eserupulasos. Profusién de la trign miltiple escritura a a vez flexible y suntuosa, rica por toda la ambicin que manifiestay los desafios narrativos que enfrenta con éxito, La casa ver- de sin duda quedaré como una novela clisica de factura moderna y matices faulknerianos claramente reconceibles. Proyectaré a su joven autor hajo las luminarias de la gloria con apenas treinta afios de edad. Incansable, ya esté na HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA trabajando en su nouvelle “Los cachorras", y sobre todo en la gran novela donde se liberara de su adolescencia, ajustando una vez el Pert: Conversacian en la Catedral (1969), De “Los eachorros” convendria decir que se tata de un talentoso ejercicio de estilo, una variaci6n sobre el gran tema adolescente que atraviesa el univer. 0 de Vargas Llosa hasta 1978, fecha de aparicién de Let ta Julia y el escribi- dor. La nouvelle, dividida en seis episodios, se basa al principio en un hecho policial auténtico: un perro agrede y emascula a un muchacho, Herida sims Jica cuyos efectos, en lugar de borrarse, se aventdan con los aos. La originali- dad de la novela reside en gran parte en la forma narrativa escogida por el au. tor. Bn efecto, ese iitima traza los diferentes momentos de la vida de su pro. {agonisia haciéndoios relatar por un narrador colectve, el grupo adolescente aumigo de Cuellar: el barrio. Insensible pero despiadadamente, Cusllar es mar ginado y luego excluido. Mientras el grupo se integra a la sociedad local con mayor facilidad en tanto sus miembros pestenecen a la clase eopetuda del Mi raflores de Ios afios cincuenta, Cuellar, incapaz de satsfacer los diferentes ritos de integracién, no puede seguir el movimiento general. A instancias del James Dean de Rebelde sin causa, desatia la muerte para probar una vitlidad que to. dos le niegan, hasta el dfaen que, voluntad sucida finalmentesaisfecha o pre- visble destino que se cictra sobre sf mismo, un accidente automovilistico pone fin ala iste existencia del hombre que, decididamente, no tenia un lugar mds sus cuentas con {muster Concebica en fa nea inmediata de ls dos primeras novelas, Conversacién ale (ale o ent! Yeu cw en la Catedral no s6lo participa de la “novela total", sino que ademés lleva a su mayor expresi6n la (endencia experimental de este primer cielo novelesco que se cierra con ella. Probablemente organizada a partir del modelo faullene- Fiano de Absalom, Absalom, desafia, a instancias de éte, todo resumen en de talle. Un encuentro fortuito, que determina el presente det relato, vuelve a po- ner cara a cara, diez afios més tarde, a Santiago Zabala, mediocre esetibiente de La Crénica, y Ambrosio, ex chofer de Ia familia Zavala y ahora sacrifica dor de perros perdidos en el depdsito municipal de Lima. La novela esté cons-_ tituida por ef desarrollo del contenido temndtico de su conversacién. No hace falta decir que se trata del Perdi d Odria, el Pert “jodido” que el novetista quie re hacer revivir a lo largo de tas seisciemtas setenta y cinco piiginas de la obra, El tema federador de una intriga basada en una multiplicacién de figuras aparece progresivamente y remite al realismo critico: el peder politico des controlado lleva a individuos ¢ instituciones hacia una podredumbre cole: va. La demostracién narrativa es administrada con el sorprendemte brio que ya “caractetizaba al autor de La casa verde. Lineas natrativas multiples, juegos emporales incesanics, relato elfptico que reserva sorpresa y ambigiiedad, y ialogos transtemporales recorren una novela compleja y hacen tesurgir poco MARIO VARGAS LLOSA ? 4s ‘poco un perfodo histérico con una fuerza singular. Al hacerlo, Vargas Llosa, Ineo si una vieja corns con una époea de fusion cols y por sonal, traza una pintura singular de una sociedad en estado de abandono y suestiona fos mecanismos que gener el feneno dictate psi de f no siempre sencilla, la novela total cumple aqut una doble misién: coma una ito pnaelanente, denurca Es indudable qc a ra esta novela de formacin debe mucho a las convicciones de su autor, que cs bran forma con una exigencia constante. CREACION ¥ RELATO TRADICIONAL ey Una vez operada la evidente catarsis a Ja que da lugar este primer perfodo, la tematica de Jos relatos se hage. menos tensa, menos dramética, y el trata- miento de los temas ya no excluye la sonrisa ni fa isa, En virtud de la ambi edad que es destino de todo creador, algunos quisieron ver en este cambio {Etc abandon dl compan del cory no ron content al autor en nombre de certezas fuertemente temidas de absoluto, Consideradas ‘con un poco de serenidad, las tiltimas dos décadas transcurridas sin duda no rmerecen, segin [a frase de Racine, “ni este exceso de honor ni esta indigni- dad”, Vieron diversificarse la produccién del escritor, siempre marcada por tuna misma preocupacién de acabado formal. A la racha creativa que caracte- rizael perfedo 1962-1969, aos que ven aparecer una tras otra tres volummino- sas novelas y una nouvelle, sucede, con un ritmo mas apacible, una serie de ‘obras donde el género novelesco sigue predominando, pero también se acom: paiia de textos de reflexidn literaria y luego de obras de teatro. En realidad, toda la practica de la novela corresponde, en Vargas Llosa, a una meesniica global que elabora progresivamente un modelo que se siente co- mo operatorio. Esto pasa por un vaivén de la reflexiGn tedrica a la préctica de ‘escritura e, incluso antes de los afos setenta, varias declaraciones y breves en sayos surcan el itinerario del escritor. Podemos citar “La novela’, conferencia de 1966, Carta de batalla por Tirant el blanco (1968) e Historia secreta de una novela (1969). Los dos ensayos de los setenta, Gabriel Gareta Marquez historia de un deicidio (1969) y La orga perpetua (1975) sintetizan lo esen- ial de los elementos presentes on textos anteriotes. El primero de estos ttu- fos es un voluminoso estudio de mas de seisciemtas cincuenta piginas, dividi- do en dos partes. Una presen la teorfa de Ja creacién segdn Vargas Liosa aplicada a Gabriel Garcia Mérquea. La segunda parte considera la produccién sel colombiano. Por su parte, La orgéa perpetua analiza la relaciGn de Vargas Llosa con Flaubert, através de Madame Bovary. 116 HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA Podemos considerar que, a mediados de Ios ais setenta, este movitniento de teorizacin, sin estar definitivamente terminado, puesto que breves textos {e6rieos son posteriores a él, ha alcanzado su expresion més lograda, Ast, es Ticito familiarzarse con la teorfa de Ia ereaci6n segin Vargas Llosa. En el ni- ‘loo de esta citima radica el interrogante fundamental sobre lo que debemos llamar misterio dela escrtura. Sentida como una necesidad y una pulsiGnitre- primible, la escrtura interpela constantemente al escritor. Para convencerse de cllo, basta considerar su imagen fantasmética, que corre a través de los textos narrativos del noveista y el hombre de teatro. En este crisol misterioso se en- ‘cuentran insaisfacciGn del mundo, impresiones miltiples y temas mds 0 me- nos obsesivos. Poco a poco, bajo el empuje incoercible de unos y los esfuer- os de una razén guiada por una estética de la creacion —y, a pesar de todo, por una ética personal— las obras vienen al mundo gracias al largo parto de Ja eseritura, Se trata entonces de un proceso complejo y lento que, en deter- ‘minadas fases, escapa al control voluntario, Algunos volverdn a ver en ello el ‘esquema rejuvenecido de una inspiracidn que deja lugar a la posesién y, en la ‘medida et) que no coineida con sus propios postulados, to usardn como pre- texto para desatar &speras pole ‘A partir de los afios setenta vemos eémo Vargas Llosa nos entrega novelas ‘menos complicadas. Se trata indudablemente de aligerar el esfuerzo de una

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