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+ | Ligia Galvis Ortiz ; , eras la familia de hoy | = El paradigma de los derechos ~ i humanos ‘ | = Fin del régimen patriarcal 4 Los derechos humanos en los espaci familiares El ideal de la humanidad desde siempre y para siempre es la felicidad ;Seguimos aplazando su realizacién? Ligia Galvis Ortiz Para llevar los derechos al interior de las familias s6lo neces tamos pensarlos como una forma de vida que se despierta todas las mafianas con nosotros y nosotras y se expresan en todos los espacios de nuestra vida cotidiana, Eleonor Roosevelt, al presentar al mundo Ja Declaraci6n Universal de los Derechos humanos se pregunt6 por dénde empiezan los derechos universales a lo cual respondié: “en los pequeiios lugares cerca del hogar tan pequefios que no figura en ningsin mapa del mundo.” Esos “pequefios lugares” estén en el mundo de las personas y el mundo de las personas inicia su camino en la casa, donde comparte con todos sus integrantes el ejercicio de los derechos, Para entender esta dindmica, tenemos que tener en cuenta los multiples aspectos que entran en juego y que determinan el modo de ser y de pensar de quienes integran el grupo familiar, hay que mirar las armonfas y las disfunciones, las razones y las sinrazones que conforman las paradojas que la habitan. La formacién de los seres humanos para el ejercicio de sus derechos como especie es uno de los aspectos que se deben tener en cuenta para establecer 1a raz6n de ser de Ia familia en la sociedad actual. En los espacios familiares, encontramos Roosevelt, Bleonor. Discurso pronunciado el 10 de diciembre dé 1948 cen Paris, en la proclamacién de la Declaracién Internacional de loa Derechos Humanos. Liou Gaus Ons aspectos que nos arraigan como grupo pero también esas sinra- zones que entorpecen y enrarecen su ambiente y alimentan las frustraciones, las desesperanzas y los conflictos. Es tan frégil la dindmica de estos vinculos y tan compleja la biisqueda de las razones de su existencia, que la mirada analitica sectorial no es suficiente para comprender a cabalidad todos los hilos que conforman el entramado de las redes que entrelazan las relaciones familiares. Los vinculos y relaciones que se tejen son complejos y el ejercicio de los derechos es el camino para superar las tensiones que permanentemente se presentan en esta préctica. La vida familiar no siempre es color de rosa, disfunciones como el mal- trato entre los cOnyuges, los castigos severos que los padres y Jas madres imponen a los hijos e hijas, 0 los trabajos que éstos deben realizar en vez de ir a la escuela, son factores que deben ser erradicados para transformar los espacios del hogar en am- Dientes idéneos, en donde sus miembros tengan la posibilidad de desarrollar integralmente su personalidad, de estimular la préctica y las responsabilidades que se derivan del ejercicio de los derechos. Pensar los derechos desde el interior de las familias es abrir la posibilidad para consolidar la cultura de la convivencia pacffica y respetuosa de la dignidad de las personas en los demas escenarios sociales y politicos. Si la préctica de los derechos se inicia en casa, la confor- macién de las précticas culturales y politicas que modifican el orden social y politico de un pafs cuenta cbn bases humanistas sélidas. En este orden de ideas, la unidad familiar adquiere sen- tido y consideracién como el punto de partida para la formacién de los sujetos activos de la democracia. La familia forma seres participativos y comprometidos con su vida personal y con la vida social y politica del pais. Desde este punto de vista, es un escenario central en la democracia contemporinea. De ahi la importancia de la relacién de la familia con la sociedad y el Es- tado. Esta interrelaci6n parte del conocimiento y comprensién de este escenario como espacio de realizacién de los afectos y los sentimientos, pero también de la formacién de vivencias para la democracia, Cuando en la familia se captan las vivencias de per- tenencia ¢ identidad con el patrimonio de los derechos humanos 82 Powsan LA avin HOY y se negocian las decisiones que emanan de sus dindmicas, se viven también las primeras percepciones de la politica. ‘Tenemos clara la finalidad de la familia en el paradigma de los derechos pero también son claras las huellas que se desprenden de los factores que atin subsisten del modelo de familia patriarcal Hay caracterfsticas de las practicas familiares tradicionales que son incompatibles con la vigencia de los derechos al interior de Ja familia. Son obstaculos graves la violencia intrafamiliar, el maltrato y el abuso sexual de las nifias, nifios y adolescentes, la explotacién laboral, etc. Para que el escenario familiar pueda ser agente garante de los derechos de sus integrantes y espacio de formaci6n de las vivencias de la democracia es preciso depurarla de esos factores de violencia que la afectan. Esa tarea supone el conocimiento de las diferentes formas de organizacién familiar que existen, del estilo de sus comportamientos y del sentir y pensar de sus integrantes. Es necesario evar a cabo una comprensi6n integral de la familia desde el punto de vista académico y politico para tener claridad acerca de su problemdtica, orientar la gestiGn del Estado y de la sociedad civil en la direccién adecuada para contribuir ‘al cumplimiento de las responsabilidades de la familia en la garantia de los derechos de quienes la conforman. Este es un imperativo de las ciencias sociales y jurfdicas, de la academia en general, y del Estado, pues la complejidad de su situacién parece desbordar la comprensién te6rica y politica de esta unidad, que ¢s parte integrante de las dinémicas sociales, econémicas, cultu- rales y politicas de las naciones. Existen estudios especializados sobre las problematicas que afectan o que se desprenden de k dindmicas familiares, pero no tenemos estudios que reflejen su comprensién integral. La academia atin trabaja con sus metodo- logias sectoriales y el Estado sigue en el desarrollo de politicas disefiadas por grupos de poblacién. Estado y academia contingan en el distanciamiento que los ha caracterizado y no encuentran canales de comunicacién para que la gestién puiblica se alimente de los estudios académicos. Esta es una de las razones de la in- eficacia y falta de claridad y efectividad de las politicas puiblicas relacionadas con la familia. 83 Lacin Gatvis Ox LA FAMILIA ES UNA UNIDAD COMPLEJA La complejidad en el comportamiento de las dinémicas de Ja familia parte de la diversidad en su estructura y constituci6n, Poseemos informacién, pero no estudios sobre hogares con je- fatura masculina o con jefatura femenina; no sabemos qué pasa con otras formas de organizacién como los hogares unipersonales, ni quienes los conforman; no conocemos acerca de las familias ‘monoparentales, acerca de sus circunstancias especiales ni cémo se forman; estén en la sombra los matrimonios sin hijos, las parejas que no pueden procrear y que pueden ser candidatas a adoptar, el llamado nido vacfo, que se conforma cuando los hijos crecen y se van. No conocemos a fondo que sucede con las familias de hecho y las constituidas por las diferentes formas de matrimonio; con las familias ind/genas y las afro-descendientes. Hay estudios que muestran que el padrastro es uno de los abusadores y mal- tratantes mas frecuentes de las nifias y los nifios, pero no existen aportes académicos que nos permitan entender las dindmicas de las familias nucleares recompuestas con hijos no compartidos. Seria importante conocer los efectos que esta forma de familia tiene en el desarrollo de los hijos e hijas. Tampoco existen estudios que nos permitan conocer las caracteristicas de las familias con hijos € hijas adolescentes y sus probleméticas para mejorar la eficacia de las estrategias de atenci6n integral a estos grupos familiares. El conocimiento de todas estas formas de constitucién y com- portamiento de las familias permitird mejorar la intervencién de autoridades y organizaciones sociales en la problematica de los embarazos adolescentes, en la educacién sobre la salud sexual y reproductiva, en las diferentes formas de violencia que afectan a las familias, en las relaciones de los padres y madres con sus hijos e hijas y aseguraré la generaci6n de ingresos que les garan- ticen una subsistencia auténoma. Conocer todas estas tipologias y sus contextos especificos, es tener en cuenta la diversidad en sus manifestaciones cotidianas; éste es uno de los elementos que entran en juego para que los derechos sean una préctica diaria en los escenarios familiares. La diversidad comprende muchos aspectos que tienen que ver con la etnograffa, la sociologia, la psicologia, la historia, y a el trabajo social. Este aspecto es desconocido por el derecho que atin trabaja con la categorfa de familia nuclear y, por supuesto, biparental. Comprender Ia organizacién de las familias desde el punto de vista cultural y segun los diferentes grupos étnicos, es también aprehender lo diversos que somos como individuos y saber cémo el grupo familiar se transforma cuando crece con el advenimiento de la prole y cuando decrece por su salida en busca de sus propios horizontes. Esta dinémica supone tener en cuenta lo heterogéneos que somos como pareja, como padres y madres, como hijas, como hijos, como hermanos y hermanas, etc, Otro aspecto que hay que resaltar es el conocimiento de las disfunciones que se producen en las familias en situacién de desplazamiento o cuando son afectadas por las inclemencias naturales. Tenemos que saber que pasan de tener una forma especffica de organizacién en sus lugares de origen, para con- vertirse en familias monoparentales, familias sin hijos, familias con jefatura femenina, porque han perdido uno 0 varios de sus miembros, familias sin amigos y amigas, sin vecinos, sin con- texto social porque perdieron su entorno topogréfico. Debemos dar cuenta de las dindmicas psicolégicas, culturales y sociales que se desprenden de esta nueva condicién, para hacer efectivas las formas de atencién que merecen. ‘Tenemos informacién estadistica de las familias, pero no conocemos sus dindmicas psicolégicas y culturales, sus situaciones reales y sus contextos para tratar asertivamente las disfunciones que puedan estar afectando sus vinculos. De pronto, sean estas las razones que estén desencadenando las formas de violencia doméstica y maltrato infantil o que afectan el rendimiento escolar de las nifias, nifios y adolescentes. En fin, thasta qué punto conocemos integralmente las caracterfsticas y dinémicas de la diversidad de las familias y de sus miembros individualmente considerados, para acertar en el disefio de las politicas ptiblicas y de la gestién de las entidades responsables en el orden nacional, departamental, distrital y municipal y para atinar en la planeacién de la atenci6n profesional que se les estd ofreciendo? 85 Lica Gazvis Ona MIRADA INTERDISCIPLINARIA DE LA FAMILIA {Qué entendemos por el enfoque de los derechos cuando hablamos o pensamos la familia como categoria epistemolégica y como actora de su propio desarrollo?, ;,cémo vemos la familia, como unidad, grupo social o como institucién?, ,c6mo resolver la interrelacién entre ésta y sus miembros individualmente conside- rados?, 1a familia es sujeto de derechos en si misma’, ,garantiza derechos?, {c6mo se viven los derechos al interior de ella? Todas estas inquietudes tienen que ser resueltas a través del conocimiento integral, desde el punto de vista epistemolégico, socioldgico, psicolégico, cultural, juridico e inclusive econémico, es decir, mediante la construccién de un discurso wansdisciplinario que ilustre el disefio de politicas y estrategias integrales para aten- derla en sus modo de ser, en sus contextos, en sus tiempos y en sus espacios. No es suficiente con la recopilacién de los datos estadis- ticos, no es suficiente con un estudio académicamente correcto de Ja familia, si dicho estudio no da cuenta del conocimiento de las realidades internas y de los entornos que definen y caracterizan las familias que conforman el horizonte social que se desea intervenir. Insistimos en que, para comprender la diversidad y las caracte- risticas de las familias, es preciso tener un referente epistemoligico. La familia como idea es singular, es un concepto; en el modelo tradicional la nocién era clara. {Qué entendemos por familia en Ja sociedad actual?, ,seguimos funcionando con la idea de familia como institucién social, sacralizada, orientada por los cénones religiosos hegemsnicos o salimos de la institucionalizaci6n para mirarla con ideas mas dindmicas, mds civilistas ¢ interrelaciona- das con otras précticas sociales como la economia, la cultura y la politica? La familia de hoy no es institucién, no esta aislada, ni ¢s estatica y rigida; no est orientada por hegemonfas teolégicas, éticas, epistemoldgicas o politicas. Transitamos del modelo de familia patriarcal a la idea de familia democratica y fundada en el paradigma de los derechos. La ruptura de las hegemonfas propias del modelo autoritario de sociedad también afecta la estructura de Ja familia. Por ello, no es pertinente pensar en la familia en crisis, sino en la familia en proceso de transformaci6n, que transita hacia Ja consolidacién de vinculos y relaciones fundados en el recono- 86 PENSAR LA FAMILA HOY cimiento universal de la dignidad de hombres y mujeres en todos los momentos del proceso vital. La btisqueda de nuevas formas de organizaci6n de los vincu- los familiares es un proceso proyectivo, por consiguiente, libre de las nostalgias de un pasado que se perdié y que es necesario recuperar para volver al orden perdido, a la autoridad efectiva, exclusiva y vertical. La busqueda de nuevas formas de organiza- ci6n familiar es inédita y tiene, entre otros, los siguientes insumos: EI reconocimiento de las mujeres y de las nifias, nifios y adolescentes como personas sujetos titulares activos de sus derechos, de los padres y madres con la misma titularidad y, a su vez, agentes garantes de los derechos de quienes integran el grupo familiar. En el recinto familiar se conjugan la titularidad de Jos derechos de sus miembros y la calidad que tienen los padres y madres de ser agentes proactivos, para asegurar la realizacién efectiva de los derechos de sus hijos e hijas. Un sistema econdmico que convoca a las mujeres a parti- cipar en las Ifneas de la produccién econémica y cultural con las mismas oportunidades, derechos y responsabilidades que los hombres. En este campo hay que superar la realidad que se manifiesta en salarios mas bajos y en la carencia de condiciones id6neas para atender las responsabilidades familiares y laborales que padecen las mujeres. Un régimen politico que garantiza el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres pero que esti lejos de su plena realizacion en todas las instancias del ejercicio del poder y en la toma de decisiones personales, sociales, econémicas y politicas. Una cultura que supera la valoracién hegeménica de los hombres, para que ellos asuman las tareas del hogar en igualdad de condiciones que las mujeres. Una estructura social y familiar que supera el adulto-centris- mo y reconoce la comunicacién intergeneracional en condiciones de igualdad y autonomfa durante las diferentes etapas del proceso vital, pero que atin tiene un largo camino por recorrer para que se haga realidad. 87 Lacia Gas Orr Una estructura social y politica en la cual la autoridad est abandonando sus caracterfsticas autoritarias para asumirse como orientadora de los procesos de realizacién individual y colectiva de quienes conforman los grupos familiares y sociales. El carécter institucional de la familia cede el paso a otras consideraciones relacionadas con su mirada desde el paradigma de los derechos. En este enfoque, la familia tiene una naturaleza compleja que comprende la diversidad en su constitucién y organizacién, los diferentes vinculos entre las personas que la conforman, la mirada intergeneracional y de género, las rela- ciones que se establecen entre las distintas unidades familiares y sus contextos y relaciones con la sociedad y el Estado. La familia tiene funciones democrdticas que son incompatibles con el autoritarismo que heredé del modelo patriarcal. En la perspectiva de los derechos, esta unidad no puede ocultar a sus componentes individualmente considerados, por el contrario, en virtud del cardcter universal del paradigma, éste se instala también en el recinto familiar para convertirlo en un espacio de ejercicio de los derechos de cada uno de sus integrantes. Se afirma, por lo tanto, que en la perspectiva de los derechos, los componentes del grupo familiar son al mismo tiempo titulares y garantes, que estén en una permanente relacién marcada por la reciprocidad. La mirada democrética de la familia se manifiesta en la dualidad persona/familia. Asf lo establecen las constituciones politicas que resefiamos en otros momentos de este escrito. : La familia es el espacio primario de la convivencia de los seres humanos, es el primer contexto que percibimos al inicio de la existencia, a través del cual configuramos Ia dimensi6n colectiva de nuestra personalidad. La familia es la dimensién social del desarrollo personal, es ambito, es contexto, es el factor topogréfico del desarrollo de la subjetividad en su di- mensién individual y colectiva. La subjetividad es compleja, est conformada por todos los factores de nuestra humanidad: los deseos, las pasiones, las esperanzas, los amores, las voca- ciones, las tendencias, etc. Es el espacio de la ira y del amor, de la conversacién esponténea, de la conversacién razonada, de la autoridad amorosa, de la conciencia autorregulada, de las 88 razones précticas del obrar, del encuentro con el otro en términos de amor o desamor, es el espacio de la comunicacién a través de las percepciones, a través de las vivencias, pero también a través del discurso. Por todo esto, la familia es un espacio for- mador que se guia mas por las tonalidades de Ia ternura y del amor, que por las demostraciones deductivas o inductivas que proponen las diferentes teorfas del conocimiento. Por ser la familia ese ambito inmediato de la conformacién de Ja personalidad tiene un papel determinante en la formacién del sujeto titular de los derechos. Ella es moldeadora de conciencias libres y aut6nomas o de conciencias sumisas y autoritarias seguin el modelo de relaciones que Ia orienten. El maltrato y la violencia al interior del hogar marcan de manera indeleble la personalidad de quien los sufre y es un factor determinante de sus conductas presentes y futuras. El nifio, nifia o adolescente que padece la vio- Iencia fisica o psicoldgica de sus padres y madres, o de cualquier miembro de su familia, es una persona con fuertes incapacidades para asomarse a la vida con dignidad y en libertad. Por el contrario, serd una personalidad inclinada a utilizar la fuerza y la violencia para conducir sus relaciones interpersonales. Autores como Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan afirman que “los malos tratos privan a los nifios y las niflas pequeiios de los cuidados, atenciones y estimulos necesarios para el desarro- Ilo de sus cerebros y sus mentes”. Dicen también que entre las privaciones més daffinas est la ausencia de contacto fisico: “asf mismo se ha demostrado que la ausencia de contacto y la falta de cuidados, hacen que el cerebro produzca més adrenalina, la cual predispone también a comportamientos més impulsivos y agresivos."* Por el contrario, el nifio o la nifia que percibe en su hogar el reconocimiento a la dignidad de Ia persona cuando las madres y los padres orientan y respetan sus propuestas, los estimulan a realizar sus propios proyectos, cuando estén atentos a cumplir las reglas que establecen en sus juegos y en sus acuerdos, ese nifio 0 nifia se desarrolla en un ambiente apropiado para la conformacién de la conciencia libre, aut6noma y responsable. ™ Barudy, Jorge y Dantagnan, Maryorie. Los desafios invisibles de ser ‘madre y padre (Manual). Gedisa Editorial. Barcelona 2010. Pg. 81 Lacis Gaz Orr Desde el punto de vista de las personas que forman parte del grupo familiar, ta familia es un ambito irremediable, es su primer espacio de contexto que cumple la funci6n de mediador entre la persona y la sociedad. Ahf formamos las primeras vivencias y experiencias de la libertad o de la dominacién, de la dignidad o de la minusvaloracién del propio yo. En fin, en esas interrelaciones que establecemos en la primera infancia, experimentamos las vivencias de la felicidad o de la desventura. ‘La FAMILIA ES UN ENTE COLECTIVO En la tradicién académica y especialmente en la jurfdica, la familia es considerada como el espacio privado por excelencia. Kant es uno de los pensadores que define la familia como la unidad doméstica en la cual se ejerce el poder conyugal, paternal y servil con total independencia de la accién del poder piiblico ejercido por el Estado. Este poder oculté las pretensiones y aspiraciones democréticas de sus miembros individualmente considerados. El esquema de los derechos civiles y politicos es el factor detonante de la pérdida de la hegemonfa del poder patriarcal y, por consiguiente, de la consideracién de la familia como un ente colectivo cerrado y con sentido exclusivamente privado. En el paradigma de los derechos, la familia se recons- truye como un ente colectivo que puede ser titular de derechos colectivos y al mismo tiempo agente formador y garante de los derechos de sus integrantes. En la familia de nuestros tiempos,encontramos la conjuncién entre la titularidad de los derechos dle quienes la integran y la titularidad como sujeto colectivo de derechos. Esta interrelacién se expresa en tensiones permanentes, en biisqueda de equilibrios, en manejo pacifico de los conflictos, en fin, en encuentros y des- encuentros entre las personas que conforman el grupo familiar y el sujeto familia. Se perdi, por fortuna, la homogeneidad que existia como resultado del ejercicio exclusivo y vertical del poder conyugal y paternal. Esta ruptura desfigura también la dicotomfa entre el espacio privado hegeménico de la familia y el espacio puiblico de lo social y lo politico. La distincién ya no es radical. ‘Como ente colectivo, la familia no puede reclamar la exclusividad 90 Pensan 1A Puasa HOY y primacfa de lo privado para ejercer un poder omn{modo sobre ‘sus miembros. Esa supremacfa hoy esté en la vigencia de los dere- chos humanos de las personas que la integran y el Estado tiene la facultad de intervenirla cuando el ejercicio de la autoridad atenta contra la titularidad y ejercicio de los derechos de sus integrantes. Como ente colectivo, la familia no puede desconocer la titularidad de los derechos de sus miembros: ante el Estado y la sociedad, la familia es sujeto colectivo y agente garante de su vigencia. Esta doble condicién se reconoce especialmente para la elaboracién y ejecucién de las politicas piblicas, que le abren el camino al desarrollo individual y colectivo de las personas que la componen. La familia contempordnea esté vinculada al paradigma de los derechos y su presencia como grupo social tiene importancia en la medida en que ella contribuya a su consolidacién como forma de vida de todos los seres humanos. Podemos organizar esta reflexién sobre la vigencia de los derechos al interior de la familia, haciendo un esbozo de las caracteristicas que acompafian Ja vigencia de este grupo en la sociedad actual. En una breve mirada aparecen las siguientes: LA FAMILIA PEDAGOGA DE LAS VIVENCIAS DE LA DEMOCRACIA Lo primero que debemos reconocer es que la familia es el espacio ineludible en el cual pasamos los primeros aris del ciclo vital. Las experiencias vividas en ese momento conforman el archivo de la historia personal, que nos acompaiiard para el resto de la vida: es el legado que nos hace demécratas o autoritarios. Por ello, hoy que estamos viviendo y conformando la democra- cia fundada en el paradigma de los derechos humanos, el ser humano tiene que formarse como sujeto en ejercicio pleno de sus derechos. Para la democracia contempordnea, el sujeto es el eje de su dinémica: es un sujeto activo, un sujeto que comprende y tiene conciencia clara de sus derechos y de la responsabilidad que le asiste para alcanzar su propio desarrollo, el fortalecimiento de la democracia y el cumplimiento de los fines del Estado. La formacién del sujeto de la democracia es un proceso que se inicia justamente en las relaciones primarias que instauramos en el seno de nuestro grupo familiar. 91 ‘Cuando la democracia se lleva en el coraz6n y en las viven- cias que determinan nuestros comportamientos, las précticas politicas democriticas son fluidas y coherentes. No sucede lo mismo cuando la democracia se aprende con Ia adquisicién de la cédula de ciudadanfa: cuando se participa por primera vez en los procesos electorales ofmos que somos demécratas, porque debemos votar para elegir al Presidente de la Reptiblica o a los miembros del Congreso y las demés corporaciones piiblicas. En este caso la democracia es superflua y volatil y, por consiguiente, débil en su funcionamiento y proclive a diferentes disfunciones como la corrupcién, el clientelismo y la evasién de impuestos. En la perspectiva de los derechos, la democracia es una forma de vida y no solamente una prictica politica. Esta tltima es efectiva, cuando sabemos que la democracia es, ante todo, un compromiso con nosotros mismos, nosotras mismas y con la sociedad en la que vivimos. Es un compromiso que no se entiende como una aspira- ci6n individual, sino en la conjuncién de los anhelos individuales y colectivos. En su etapa inicial, el sujeto de la democracia se forma en Ia familia, pero para que esta funcién se cumpla, es condicién indispensable que la democracia se instale en este recinto. EI mejor camino para lograrlo es ejercerla en todas las relaciones de nuestra vida cotidiana y en particular en las relaciones intrafamiliares. En este Ambito, las directivas que le dan curso a la democracia las establece el corazén. La Constitucién es el referente politico. El ingreso de la democracia ala familia supone la transforma- cin de sus relaciones, particularmente el ejercicio de la autoridad al interior del hogar. La casa debe propiciar el encuentro entre personas libres ¢ iguales, en el que nadie es objeto de nadie, ni donde ninguno de sus miembros tiene derechos sobre alguno de sus integrantes. El gran desaffo que tenemos como padres y como madres, como esposos 0 esposas, compafieros 0 compaieras, es el de ejercer la autoridad en democracia, entre sujetos titulares de los derechos y entre interlocutores, en un proceso de comu- nicacién intergeneracional que abra caminos pero que también establezca exigencias. La autoridad paterna y materna tiene como fin establecer los Ifmites, pero también las posibilidades para el desarrollo de la libertad, 1a autonomfa y la responsabilidad. En la democracia los limites, son posibilidades de realizacién de los oy Pesan 1 Faun HOY proyectos personales de cada uno de sus miembros. En sintesis, tuna de las caracteristicas de la familia en la sociedad actual, es la formacién de sus miembros en la vivencia de la democracia. En este recinto, aprendemos a ser demécratas desde el corazén, desde la dimensi6n de los afectos, buscando siempre el equilibrio entre la sensibilidad y la raz6n. La finalidad de la autoridad en el hogar es dotar a sus integrantes de las destrezas para encontrar ese equilibrio mediante concertaciones y negociaciones permanentes con las cuales se construye la comunicacién interpersonal. Pero este tema lo abordaremos en otra reflexién. LA FAMILIA FORMADORA DE LA AUTONOMIA PARA LA VIDA Otra caracterfstica de 1a familia es el desarrollo de ta capaci- dad de agencia para la atencién de las necesidades personales y colectivas del grupo que la integra. Entendemos por “autonomfa para la vida” la posesign de las fortalezas personales y colecti- vas que son necesarias para atender, de manera independiente, la realizaci6n de los deseos, las esperanzas y las vocaciones. El eje de la autonomfa para la vida es la generaci6n de ingresos que la habiliten para la gestidn independiente y responsable de sus proyectos de vida. En la familia también se adquieren esas vivencias de capacidad y autonomifa con las cuales las hijas y los hijos ingresan a la vida social para continuar su desarrollo, para organizar la vida como la entienden y la desean. No se desarrolla este concepto cuando los padres les hacen las tareas a sus hijos e hijas, en vez de acompaiiarlos en la buisqueda de la informacién y en la organizacién de sus trabajos. Tampoco se desarrollan esias fortalezas cuando los padres y madres los afslan porque los consideran poco dotados, cuando no les desarrollan el habito de ordenar sus cuartos 0 cuando todo lo tienen al instante en que lo exigen. La capacidad de agencia se adquiere cuando el grupo fa- miliar se conforma como un colectivo que conjuga sus esfuerzos para convivir en armonfa, sabiendo que todos sus integrantes, sin importar la edad o sus condiciones personales, contribuyen segtin sus posibilidades, a la realizacién de los proyectos de vida de todas y de todos. El colectivo familiar es un todo diverso en el cual sus integrantes disponen de las condiciones propicias para 93 Lista Gave One dar curso a sus propios intereses y contribuyen al desarrollo de los proyectos de todo el grupo. La FAMILIA COMO COLECTIV Otra caracterfstica de la familia en la sociedad contemporsinea €s su consideracién como ente colectivo. El sujeto colectivo es una idea que se forma a partir de la sensacién de pertenencia de las personas a un grupo al que identifican como entidad que los une y los convoca para vivir, actuar y trabajar en comunidad. Este Conjunto de personas puede ser considerado sujeto colectivo de derechos. En el derecho internacional de los derechos humanos, esta figura ha tenido fuertes debates y cuenta con detractores muy importantes. Los paises llamados “desarrollados” no han sido partidarios de esta figura, pues consideran que la titularidad de los derechos humanos es puramente individual y personal. Para ellos, no existen sujetos colectivos. Este debate tuvo momentos culminantes en los trabajos preparatorios de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993 realizada en Viena.” La consagraci6n de nuevos derechos, como el derecho a un medio ambiente sano, el derecho a la paz y el derecho al desa- rrollo humano y sostenible, que son derechos colectivos, abre el camino a la aceptacién de la existencia de los sujetos colectivos. El conjunto de los miembros de una comunidad, el conjunto de los seres que habitan el planeta y que se Hama la humanidad, son Ios titulares activos de los derechos mencionados. Por esta raz6n, la controversia en torno a este tema comienza a desvane- cerse para dar paso a la consagracién de los sujetos colectivos como titulares de los derechos colectivos. La familia es sujeto colectivo si se la considera como unidad conformada por quie- nes Ia integran en razén de sus vinculos biolégicos, civiles, de Esta Conferencia fue convocada por la Asamblea General de las Na- cciones Unidas para revisar el panorama mundial de los derechos humanos y se llev6 a cabo en Viena en 1993. Uno de los aspectos importantes de sus debates fue la consagracién del desarrollo como derecho humano ina- lienable que abrié el camino para la consideracién de los sujetos colectivos. Ver la Declaracién y programa de accién de Viena. 94 Pesan ta pawn nor amistad, de amor, o por los intereses emanados de la convivencia © porque comparten espacios y proyectos de vida con los cuales adquieren la identidad que los define como grupo. En la familia se conjugan lazos afectivos, econémicos, biolégicos y culturales, complejidad que rompe la hegemonfa de los vinculos biolégicos ‘como el factor determinante de la estructura familiar. Los grupos que se identifican por uno 0 varios de estos factores, 0 por otros de igual rango, son los que conforman este sujeto colectivo. En su cardcter de sujeto colectivo, la familia es un ente que reivindica los derechos, es agente interlocutor del Estado y,como tal, debe participar en las definiciones fundamentales para con- solidar los modelos econémicos, politicos y sociales. Insistimos cen que esta condicién.no puede ocultar a los sujetos titulares de los derechos individualmente considerados: el sujeto colectivo familia ejerce y hace exigibles los derechos colectivos y tam: bign se conforma como el agente garante de los derechos de sus miembros y sus intereses personales, en desarrollo del principio de corresponsabilidad. Como sujeto colectivo, la familia repre- senta pero no oculta a sus integrantes, por el contrario, su tarea es hacerlos visibles como personas portadoras de sus atributos onto- 6gicos y de sus derechos. Cuando se habla de corresponsabilidad, es necesario establecer con claridad los agentes a quiénes se dirige la exigibilidad en el reconocimiento, ejercicio y restablecimiento de los derechos. En los espacios familiares, los agentes garantes son al mismo tiempo las personas que ejercen responsablemente sus derechos y al mismo tiempo, tienen que garantizar el ejercicio de los derechos de todos sus integrantes, La familia como sujeto colectivo es el ente a quien el Estado Tama a responder por la realizacién plena de los derechos de sus miembros. Como sujeto colectivo, la familia es interlocutora del Estado en la definicién, ejecucién y seguimiento de las politicas sociales. La calidad de sujeto le otorga a la familia las facultades de agencia para acompafiar a sus integrantes en la reivindicacién de sus derechos en el orden juridico, en el orden econémico y en el orden social y politico. Enel primero, puede constituir patrimonio familiar y con- formar la sociedad conyugal. En el segundo, es unidad de agencia y agente de produccién y de consumo; la familia deberia ser uno de Jos ejes del modelo econémico, de los planes de desarrollo y, por 9s Lacia Gaavis Orrez consiguiente, de las politicas ptiblicas. En el tercero, es organizacién primaria, interlocutora de su entorno y agente politico. Los modelos de desarrollo, en los cuales la familia es el eje de su concepcién, tienen un carécter integral, humano y sos- tenible. Hoy se denominan modelos ecolégicos. Los modelos econ6micos centrados en la familia como sujeto colectivo y, no solamente a partir de las unidades empresariales, son también esquemas humanistas que toman en cuenta el equilibrio entre los fines de la familia y los fines del mercado. Posiblemente, la pro- ductividad y 1a rentabilidad serdn més consistentes si se tiene en cuenta la familia como el colectivo en el cual reposa el consumo y la producci6n. En sintesis, para considerar a la familia como titular de derechos, es necesario pensarla como sujeto colectivo interlocutor del Estado en la gestién social y econdmica, y no simplemente como espacio de socializacién. ‘Como puede apreciarse, la familia hoy tiene unas caracteris- ticas que le confieren funciones importantes en el desarrollo de la sociedad actual, pero para cumplirlas, tiene que liberarse de los imaginarios que atin conserva, heredados del modelo autoritario y resolver las paradojas conformadas por el trénsito de la tradici6n patriarcal a la familia garante de los derechos. Sefialamos entre otras, las siguientes: - La sacralizacién que atin la caracteriza y la hegemonfa de la religiosidad en los procesos de formacién y orientacién. de la vida cotidiana, frente a la mirada de la familia como agente de la democracia. 7 ~ El castigo fisico y psicolégico instalado en los espacios familiares como forma dé educacién y las exigencias de respeto y garantia de los derechos de sus integrantes indi- vidualmente considerados. - El autoritarismo paternal y maternal estimulado por insti- tuciones jurfdicas incompatibles con el paradigma de los derechos, entre las cuales la mas destacada es la patria potestad, frente al ejercicio democritico de 1a autoridad fundada en el respeto de la dignidad de las personas. - El adulto-centrismo que oculta el mundo de las nifias, nifios PENSAR LA Pavia Hoy yadolescentes tratados como objetos de proteccién, de amor © abandono y maltrato, frente a su reconocimiento como personas sujetos, titulares activos de sus derechos. - La persistencia de los roles diferenciados para el hombre y para la mujer, frente a la exigencia de la igualdad entre los ‘g6neros en todos los escenarios de la vida social, econémica, politica y cultural de todas las personas. ~ La marginalidad de la familia en los modelos econémicos y politicos, frente a su consideracién como sujeto colectivo interlocutor del Estado, sujeto de participacién ciudadana ¥ agente en el principio de corresponsabilidad. ~ La nostalgia de la moral tradicional como tinica fuente de valores rectores de los comportamientos al interior de la familia, frente al desaffo que propone el paradigma de los derechos de construir familias en dignidad, igualdad, liber- tad, responsabilidad y autonom(a a partir de una ética civil. Estas paradojas son determinantes en el comportamiento de Jas familias en la sociedad actual. Por consiguiente, son elementos que contribuyen a definir las formas de manejo de los vinculos intrafamiliares. La manera como se resuelvan, permitird estable- cer si nos encontramos ante familias democraticas y garantes de los derechos de sus integrantes o ante familias autoritarias con vocacién para el maltrato y el desconocimiento de los derechos de las personas que la integran, Las paradojas también deben formar parte de los ejes y Iineas de accisn de las estrategias pedagdgicas ¥y politicas con las cuales el Estado cumple sus responsabilidades frente a la familia. Los dos enfoques que conforman las paradojas son importan- tes para asegurar el cumplimiento de las funciones de la familia desde el punto de vista del paradigma de los derechos. Asf, el imaginario del castigo fisico y psicolégico, autor de las diferentes formas de violencia intrafamiliar, hay que reemplazarlo por la cultura del respeto al cuerpo y a la dignidad de las personas. La hegemonfa de la conciencia religiosa tiene que eliminarse, para instalar la diversidad de conciencias, pensamientos, opiniones y concepciones, es decir, hay que instalar el pluralismo democritico 97 Licta Gass Onrtz en el manejo de las relaciones interpersonales. El autoritarismo debe bajarse de su trono y dar paso a la autoridad democratica donde los limites sean posibilidades de realizacién personal y colectiva de todos los integrantes del grupo familiar. Lo mismo debe hacerse con el adulto-centrismo que debe dar paso al re- conocimiento del mundo de las nifias, nifios y adolescentes con visiones, sentidos y lenguajes, con capacidad para ejercer los derechos y participar de manera activa en la dinémica del hogar. El fin de los roles y de los valores tradicionales y propios del ‘modelo patriarcal es un imperativo ético y cultural, para que se bra paso la cultura de la igualdad entre los géneros y la cultura de la comunicacién intergeneracional. El cumplimiento de las obligaciones de la familia es compro- miso de quienes la integran. Las responsabilidades se organizan yy se distribuyen entre todos y todas seguin el momento del ciclo Vital en que se encuentren. No hay roles femeninos ni masculi- nos, hay miradas diferentes, intereses consolidados a partir del ‘género y del momento del ciclo vital en que se encuentren quienes integran el grupo familiar. Estas caracteristicas, tan propias de la humanidad, determinan la diversidad personal y colectiva que nos caracteriza como especie y que se reproduce y orienta en Jas familias que viven la democracia y forman sujetos titulares activos de sus derechos. La superacién de los imaginarios, heredados de la tradici6n, hace posible la construcci6n de la cultura del respeto fundada en la interlocucién entre iguales, en la titularidad de los derechos, tanto desde el punto de vista de los géneros como desde el punto de vista intergeneracional. La‘atencién que el Estado le debe a las familias no puede concentrarse solamente en las coyunturas -y emergencias provenientes de las diferentes formas de violencia ‘que las afectan, sino que tiene que enmarcarse en un proyecto cultural encaminado a la consolidacién de la democracia fundada en el paradigma de los derechos. No olvidemos que todo cambio de paradigma involucra a la cultura en su sentido mas amplio. La entendemos como las percepciones, las vivencias, las produc- ciones y creaciones, los imaginarios y las formas de pensar, que definen la vida de los pueblos en su diversidad y pluralidad de expresiones y concepciones. Lo primordial de estas estrategias es 98 Pensan 14 raMiuia HOY la claridad que se debe tener en el punto de partida y en el punto de llegada, es decir, conocer de cerca la realidad de las familias y de su contexto en el momento actual y saber con precisién cul es ‘su finalidad en la sociedad actual. Si aceptamos que ésta se orienta por el paradigma de los derechos, los fines del Estado Social de Derecho serdn la biisqueda de modelos de organizacién social, econémica y politica en los cuales sea posible la convivencia de seres humanos plenamente concientes y empoderados de la titularidad activa de sus derechos y libertades fundamentales. Este propésito es principio transversal de la gestién publica. ‘Toda gestin que se haga con las familias debe encaminarse a consolidar el grupo familiar como ente, es decir, como sujeto co- lectivo de derechos y como dmbito de realizacién de los derechos de sus integrantes. Es un proceso dificil, porque tiene que abarcar la complejidad que caracteriza esta unidad socio-antropol6gica en el siglo XXI. La finalidad tiene que mostrar lo que queremos que ella sea desde la mirada de nuestras esperanzas, nuestros deseos, nuestros suefios y nuestros proyectos de vida. La familia hoy se entiende desde la pluralidad que la caracteriza, desde la diversidad de sus propias formaciones y desde sus dinémicas internas. El hecho de que hablemos de Ja categoria universal “familia”, no quiere decir que estemos pensando en un modelo tinico, ni menos atin hegeménico, tampoco estamos imponiendo una sola finali- dad con tendencia a consolidar otro patrén dominante. El gran desafio que tiene la familia como grupo, como sujeto colectivo es afianzar el paradigma de los derechos humanos, en cuya base se encuentran los atributos ontolégicos del ser y el desarrollo en Ia igualdad, la pluralidad y la diversidad que caracterizan la vida personal y social de la humanidad. Necesitamos que la familia se consolide como agente garante de los derechos de todos sus integrantes, como sujeto colectivo de derechos, como agente gestor y formador de la capacidad de agencia de los derechos y libertades fundamentales y generador de ingresos econdmicos. Estos tres propésitos son las fortalezas con Jas cuales la familia estard en capacidad de erradicar los obsticulos que la contradicen y le quitan su sentido social y cultural, para poner fin al autoritarismo, a la marginalidad y dominaci6n hege- ménica de las relaciones familiares por parte de los imaginarios 99 sacralizados. Si la finalidad es hacer de la familia el agente y el espacio formador de las vivencias de la democracia, la gestiGn del Estado debe moldearse y ejecutarse segtin el modelo democritico fundado en el enfoque de los derechos, la igualdad de género, la participacién y el manejo democratico de los conflictos. Cuando nos ubicamos en el paradigma de los derechos, el desarrollo humano integral y sostenible es el derecho sintesis de las politicas sociales relacionadas con la familia. Es por esta raz6n que en el panorama de los derechos, visto por la Declara- cién y Programa de Accién de Viena, se reafirmé el derecho al desarrollo como humano inalienable. Y para que éste sea efectivo ‘como formador de seres humanos integros para la gestién de sus proyectos de vida, es preciso que el proceso que se lleva a cabo en Jos espacios familiares se prolongue y florezca en los escenarios escolares, laborales, politicos y culturales. La finalidad de la gestién del Estado debe tener en cuenta Ia visi6n a largo plazo del proyecto de sociedad, en la cual sus integrantes —hombres y mujeres— tengan espacios fisicos y mentales adecuados, suficientes para soffar, para crear, producir y contribuir activamente al desarrollo de una sociedad justa, igua- litaria, libre y aut6noma. Esta es la capacidad de agencia para la libertad. En Colombia, el Cédigo de la Infancia y la Adolescencia interprets esos propésitos y los plasmé en su articulo primero de la siguiente manera: “Este eédigo tiene por finalidad garantizar a los nifios, a las nifias y a los adolescentes su pleno’ y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensi6n. Prevaleceré el reconocimiento de la igualdad y Ia dignidad, sin diserimi- nnacién alguna”. Para coneluir esta reflexién, miremos de cerca un elemento del articulo citado para aplicarlo a la finalidad de la familia y de la gestin del Estado que es la felicidad. Termino con una anécdota de mi vida académica: en una de las promociones de mi cétedra universitaria, le pregunté a mis estudiantes si podrian 100 PENSAR LA FAMILIA HOY concebir un proyecto de politica publica para las familias que tuviera como finalidad la felicidad. La respuesta generalizada, con excepcién de una persona, fue que no. Estimadas y estimados lectores: ustedes qué responderfan, ;estarfan dispuestos a orientar Ia gesti6n piiblica y sus politicas sociales dirigidas a la familia y asus integrantes hacia la btisqueda de su felicidad? Recorde- ‘mos que éste ha sido el ideal de la humanidad desde Aristételes y los revolucionarios burgueses la plasmaron en algunas de las ‘constituciones republicanas. ,Nos atrevemos a cumplir este ideal © lo seguimos aplazando? 101 En las Ultimas décadas, vienen sucediendo cambies

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