En: Aotar ole vir. Con grem Ayarnat te Lheatera Agewhna 7
RELECTURAS DE BORGES Y SUR
POR LA IZQUIERDA INTELECTUAL ARGENTINA
DESDE LOS ANOS OCHENTA:
EL CASO DE PUNTO DE VISTA
. Pagni, Andrea
(Univ. de Regensburg. Alemania)
Punto de vista habia sido creada, a comienzos de 1978, en el marco de las
estrategias de articulacién de modelos intelectuales de resistencia contra el autoritarismo
militar (ct. King 1989, Masiello 1987), pero con el desgaste del régimen en torno a
la cuestion de las Malvinas, entre 1981 y 1982. y ya definitivamente con el restable-
cimiento de la democracia a fines de 1983, surge primero laposibilidad y !uego la
Necesidad de repiantear la propia posicién intelectual, inicidndose lo que podriamos
lamar el segundo tiempo de Punto de vista. En el editorial titulado ‘Punto de vista.
Décimo afto’ del nimero 30 (julio-octubre 1987) se anuncia un programa: Si la dic-
tadura militar nos arrojaba a ser pura oposicién, un gobierno democréticamente ele-
gido y, sobre todo, 1a reconstruccién del sistema institucional y politico abren in-
terrogantes sobre el lugar y el caracter de nuestras intervencione:
Quienes ahora dirigen la revista’ se definen como intelectuales de izquierda, en
el marco de la democracia, Esta formula parece, a primera vista, mas simple de lo
que es, pordus la aceptacién abierta del juego democraticé no habla sido un fuerte
de la izquierda argentina de los sesenta y comienzos de los setenta. Si en la etapa
de Ia dictadura ‘ellos’, aquellos contra los que Punto de vista toma posicién, eran
basicamente todos los que de algiin modo apoyaban al régimen militar, en esta segunda
etapa se reconfigura la oposicién entre ‘nosotros’, el grupo de intelectuales que se
Propone ‘repensar la izquierda’, y para los que Punto de vista constituye una plat:
forma de discusién y difusi6n de ideas, y ‘ellos’: los que rechazan ese planteo, en
un espectro que va desde quienes festejan la muerte del socialismo, hasta los que
no estan dispuestos a abandonar o revisar criticamente posiciones ortodoxas.
Sobre este trasfondo que dejo aqui solamente esbozado, pero al que no me re-
{eriré en detalle ahora’, me voy a centrar en las relecturas de Borges y de la revista
Sur, relecturas que tienen que ver, para Punto de vista, con ese replanteo de po-
Siciones de Ia izquierda intelectual
1. Reloor Sur
En el primer editorial que publica Punto de vista (4:12, julio-octubre 1981) al que
aludi mas arriba, se remite a una tradicién cultural para la revista, se les construye,
{ e808 doce primeros numeros, un linaje: Existe una tradicién argentina que los que
hacemos Punto de Vista reconacemos: una linea critica, de reflexién social, cultural
Y polltica que. pasa por la generacién de! 37, por José Hernandez, por Martinez
Estrada, por FORJA, por el grupo Contorno. El numero siguiente trae un articulo de
Beatriz Sarlo sobre Contorno (Los dos ojos de Contorno) y un reportaje a David
YVilfas. Pero una de las relecturas criticas mas importantes en el segundo tiempo de
Punto de vista tiene que ver con Sur, la revista contra la que justamente Contorno
habla ejercido una polémica implacable. Podria decirse quizés que la imagen de Sur
tansmitida por Contorno, y que cristalizé en el imaginario de la izquierda intelectual
459argentina de los afios sesenta, es revisada en Punto de vista a partir de la critica a
‘ese mismo imaginario.
Poco mas de un afto después de aquel numero sobre Contorno, se publica un
dossier sobre Sur. Alli Beatriz Sarto, al analizar lo que denomina ‘la perspectiva ame-
ricana’ de la revista en sus primeros afios, subraya el cardcter heterogéneo y mat
ginal de Sur en tanto revista argentina, poniendo en duda que se la pueda asimilar
sin més, como se habla hecho en la tradicién de Contorno, a la cultura de la oligar-
quia (6:17, abriljulio 1983). Resuena aqui la critica formulada en este segundo tiem-
po de Punto de vista a la concepcién sustancialista de la ‘cultura de elites’ como una
totalidad homogénea e invariable, opuesta a la ‘cultura popular’, oposicién que, asi,
tajante, habla dominado en el discurso intelectual no slo del nacional-populismo,
sino también de la izquierda hasta mediados de los aftos setenta.’ Esta critica apa-
rece modulada ahora por las tensiones y connotaciones especificas que se derivan
de la consideracién del cardcter periférico de la cultura argentina.
Tres aftos més tarde, Maria Teresa Gramuglio habla de Sur en la década del
treinta como de una revista poltia (9:28, noviembre 1986), y concede que [aJdjudicar
a Sur, ese sujeto incémodo de nuestra historia cultural, el predicado de la politicidad
‘como uno de sus rasgos definitorios, implica poner én cuestion las imagenes mas
difundidas de 1a revista, que la habian denunciado como apolltica, 0 politica por
ausencia de compromiso, ecléctica y extranjerizante. Gramuglio observa que esa
imagen habia sido construida por una mirada desatenta a /a especificidad del trabajo
cultural y la colocacién desajustada de los intelectuales en su relacién con la $0-
ciedad y con el poder. Frente a quienes le habian criticado a Sur que privilegiara la
traduccién de lo extranjero por encima de la produccién cultural nacional, Gramuglio
refiere ver en esa eleccion una estrategia de la revista dentro del campo intelectual
argentino en los afos treinta: En la medida en que los intelectuales europeos publi-
cados en Sur representaban a nivel internacional una ~autoridad moral», sus posicio-
‘nes antitotalitarias podian oponerse con mayor fuerza, a nivel nacional, al adversatio
implicito de Sur, el nacionalismo catdlico' de derecha cuyo portavoz era la revista
Criterio. (Plese @ 1a indole privilegiada de sus relaciones sociales y culturales - ob-
serva Gramugiio -, el grupo de ‘Sur’ no tenia la autoridad suficiente como para crear
las condiciones de posibilidad que autorizaran su propio discurso.
EI punto de vista asumido por Gramuglio al revisar el lado ‘extranjerizante’ de Sur,
y descubrirle una dimensién politica no conservadora, tiene que ver, como la lectura
de Sarlo, con una percepcién mas afinada de los mecanismos de legitimacién del
discurso intelectual argentino, caracterizado por su marginalidad respecto de los centros.
autorizantes. Se trata de una percepcién contextualizada, que rele el dato de la
specifica internacionalizacién del campo cultural argentino no en clave de depen-
dencia cultural, como fo habia hecho ta izquierda en los altos sesenta, sino de des-
Centramiento. Detras de la revaloracién de Sur, creo percibir, también, una sensibili-
Zacién para las estrategias de insercién de discursos extranjeros autorizados y auto-
rizantes en la revista, sensibilizacion que tiene que ver - con todas las diferencias del
‘¢aso, que son muchas - con la experiencia de Punto de vista durante la dictadura.
Alli el grupo que hacia la revista pudo percibir y valorar la importancia que puede
tener, para una publicacién cultural de ese tipo, el apelar a discursos extranjeros -
primer articulo publicado por Punto de vista, de Jean Franco sobre la parodia, 0
las entrevistas de Sarlo a Raymond Williams y Richard Hoggart - cuando las voces:
ropias son, en este caso, no meramente desoldas como en Sur, sino censuradas y
silenciadas.
2. Releer Borges
Si en la primera época de Punto de vista la reflexion sobre Ia literatura argentina
40.habia pasado por Sarmiento, en el segundo tiempo pasa por Borges.‘ Pero incluso
{en aquella primera época se destacan dos trabajos sobre Borges; son prdcticamente
{os Gnicos dedicados, aparte de las resefias, a una zona de la literatura argentina de
l08 Gitimos afios. En el primero de los dos articulos mencionados, Ideolagia y ficcién
en Borges (1:5, matzo 1979), Pigla lee la ‘narracion geneal6gica’ de Borges, la ‘ic-
cién familiar’ del linaje materno de sangre y el linaje paterno literario como ‘inter-
etacién de la cultura argentina’ en la que coexisten sin resolverse, aunque integr
das en el mito familiar, /as contradicciones entre las armas y las letras, entre lo criallo.
¥ 10 europeo, entre el linaje y el mérito, entre el coraje y la cultura. La doble herencia,
puede seguirse en las dos ramas de la ficcién borgeana, dice Piglia: los textos que
se estructuran en torno al duelo (es decir en Borges, la relacién entre el nombre y
a muerte), y los que se estructuran sobre el apéctifo (es decir, la relacién entre
nombre y propiedad). A partir de esos dos niicleos, la ficcién borgeana transforma
¥ socava la ideologia bésica dentro de la que Borges escribe y en la que se vinculan
cultura y clase, herencia y linaje, en la medida en que convierte al héroe épico de
la gauchesca, el antepasado por linea materna, en cuchillero, y se dedica a parodiar
la tradici6n cultural que heredara en la biblioieca patema, Lo que Piglia subraya,
entre otras cosas, es el uso parddico y desviante de fa literatura en la literatura de
Borges.
En un articulo ttuiado “Borges y Ia literatura argentina” (12:34, julio-setiembre
1989), Beatriz Sario prolonga esa linea de lectura al elaborar la idea de que /a lite
ratura de Borges dibuja uno de les paradigmas (si no el paradigma) de la literatura
Ver por ejemplo Beatriz Sarl: "La perseverancia de un debate" (6:8, agosto
1983), Para una critica a las posiciones adoptadas por la izquierda en rela-
ida cen el nacional-papulismo, ver entre otros Beatriz Sarlo: “La izquierda
ante {a cultura: del dogmatismo al populismo” (7:20, mayo 1984)
* Cuando, retrospectivament, Sarlo se pregunta por qué tanto interés en Sar-
‘miento, sobre todo en el FACUNDO, su respuesta es que se trata de un texto
scque, desde el exilio, resuelve el enigma argentino, cora el nudo que la
‘espada no habia podido cortar (J remite a una ordenacién de lo real que.
cen los aflos setenta, parece una empresa imposible» (Sarlo 1987, 48). Ver
también, en ef mismo sentido, las reflexiones de Sarlo en “Literatura y po-
Iitica™ (6:19, diciembre 1983)
* En ““Bioy, Borges y Sur. Dislogos y duelos” (12:34, julio-setiembre 1989),
Maria Teresa Gramuglio cita 2 Bioy, quien, en igual sentido que Borges,
deci: «Podemos ser ecuénimes y logicos: un pasado breve no permite una
iran acumulacion de erores que después habré que defender. Podemos prescindir
de cierto provincialismo de que adolecen algunos europeos. Es natural que
para un francés Ia literatura sea la literatura francesa, Para un argentino, es
natural que sea toda la buena literatura del mundo
En "Sobre la vanguardia, Borges y el crollismo"” (4:11, marzo-juni
Sarlo descubre en el «criolismo urbano de vanguardi
construccién formal y el populismo urbano» la originalidad, «la verdadera
ruptura de MARTIN FIERRO en el sistema literario argentino», y ve.en Bor-
ies a quien practica esta propuesta con mayor deiberacion, Esto es as, dice
Sarlo, porque el sistema de lecturas de Borges, tn heterogéneo, exhibe un
desfasaje respecto de las convenciones martinfierrstas. En su cltimo libro
Sarlo desarroa justamente esa lectura de Borges como escrtor en los mar-
{Benes de la cultura occidental (ver Sarlo 1993).
” Para una propuesta exactamente contaria, ver Jaime Alazraki (1989, 217-
230), quien presenta a Cortizar como el mentor de Ia narratva argentina de
los setenta y ochenta, Parte de ta discusin y del total rechazo que suscito esa
Dropuesta entre los escritores y erticos argentinos que la escucharon durantetun congreso en 1987, esti documentada en Pagni (1989, 287-297),
* Parece dificil adherir sin més a esa definicién del cambio de paradigmas.
Para Prieto, por ejemplo, RAYUELA marca, hacia 1964, una adivisién de
aguas en el circuito de producciOn y de lectura de es0s anos» (Prieto 1983,
£892) que deja del otro lado al reaismo existencalista de Sabato y al realismo
critico de Vinas. No se podria hablar entonces, para los sesenta, de un sis-
tema dominado sin més por Cortizar, a menos que se lo incluya, aun como
‘aso extremo, dentro de la linea de produccién literaria mimética por oposi-
cid a otra linea de produccion autorreferencalizada. Para Avellaneda, en
‘cambio, los desaflas al canon realista dominante desde Ia década de 1940 en
la Afgentina, no aleanzan a resquebrajar mayormente ese canon de represen-
tacion mimética hasta comienzos de la década del ochenta, y RAYUELA
seria mis bien una excepcién (Avellaneda 1985, 580s),
* Marta Morello-Frosch (1991), observa la aparente contradiccién de que los
Jjovenes escritores se apoyan en Borges, a quien consideran «tan distante en
ideologia como proximo en intereses literarios. en vez de identificarse con
CContzar tanto més cercano a ellos en materia de praxis cultural y politican
(p.118),
"Para una reflexién acerea de la recepeién de Adomo en América Lating
4esde los aftos ochenta, ver Martin-Barbero 1987.
"En su libro de 1988 sobre la prosa de la modernidad, Peter Barger repien-
sa y reformula, creo que en el sentido en que también lo propone Punto de
vista, os presupuestos de la literatura modema y del discurso ertico que la
acompatia, a Ia luz de las discusiones entre los defensores y los detractores
‘del proyecto de In modernidad,
LIOGRAFIA
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DURANTE EL PROCESO MILITAR. Buenos Aires: Alianza Editorial, 30-
39,
w=. 1993. JORGE LUIS BORGES: A WRITER ON THE EDGE, Londres:
Verso,
MEMORIA: AGONISTA PRIMERA
: Y MUSA ADJUNTA EN
EL SANTO OFICIO DE LA MEMORIA
DE MEMPO GIARDINELLI
Paladino de Blake, Sara, H.
‘(niv, Nac. de la Plata)
La idea de colocar como personaje protagénico a Memoria no nace solo del
hecho que desde el titulo de la obra sea mencionada sino de las condiciones de
Guiar el accionar de los otros personajes. Estas acciones ni mudan ni alteran la
verdad de la historia como dicen las palabras de Miguel de Cervantes Saavedra en
el epigrafe de la Parte |. Pero sin embargo, estén en la novela y a veces no son
acciones ni piadosas, ni prudentes y mucho menos equitativas.
La familia Domeniconelle es descripta por primera vez en el capitulo | por Franca,
feta de Don Antonio y Da. Angiulina, desde un presente situado en el mes de agosto
de 1987, una manana muy fria. La actualizacion de los recuerdos de Franca, sin
duda, esta motivada por la legada al Puerto de Buenos Aires del ‘Cordoba’, barco
en que viaja, después de doce arios de ausencia, Pedro, bisnieto de Antonio, rieto
de Gaetano, hijo de.Enrico, los hombres de la familia, todos ellos muertos trégica-
‘mente, por motives y circunstancias diferentes cada und de ellos.
También una maiiana muy fria de agosto hablan matado a Don Antonio a 10s 37
afios, en agosto de 1896. Fatalista como un arabe, lo describe Franca, estaba con-
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