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Rituales de peticién en las cuevas de El Calvario y Las Siete Puertas, cuenca de Coixtlahuaca, Oaxaca MIGUEL MEDINA JAEN NORMA G. PENAFLORES RAMIREZ ANGEL IVAN RIVERA GUZMAN INCA DE Coixtlahuaca fue uno de los principales escenarios lesarrollo indigena en la Mixteca Alta, como lo manifiesta la coleccién de documentos pictograficos elaborados en esta durante el siglo XVI y los centenares de sitios arqueolégicos ortados por diversos proyectos de investigaci6n. El monu- ital convento de Coixtlahuaca refleja también los grandes ‘os de poblacién indigena que, tras la conquista espafiola, n convertidos a la religién catélica, misién que los evange- lores dominicos llevaron a cabo incesantemente, sin lograr fueran erradicadas totalmente las ancestrales formas de culto elementos de la naturaleza. tegién fue sometida por los conquistadores hacia 1522 la evangelizacin se prolongarfa por el resto de dicho siglo, ido aparentemente consolidada por fray Jeronimo Abrego, luien se dice que logré catequizar a mixtecos y chochos s6lo Dués de haber destruido las deidades nativas que se encon- en una cueva y que segufan siendo motivo de culto por | 465 SES Zz VNNV 990 parte de algunas poblaciones indigenas que se habian replegado hacia las partes mas abruptas.! A la fecha se cuenta con abundantes referentes arqueolé- gicos, etnohistoricos y etnograficos que ayudan a entender el significado que tuvo la ritualidad cavernaria en el pasado prehis- panico de la Mixteca’ y del sentido que conserva en el contexto del sincretismo religioso actual, en el que se contintian expre- sando las antiguas creencias relacionadas con cuevas y monta- fas, y la manera en que estos elementos se conectan con los ritos agricolas, mismos que originalmente tuvieron una proyeccion en el paisaje circundante de los pueblos.* En este contexto, el objetivo del presente articulo es mostrar una singular peregrinacion que atin realizan algunos pobladores de Coixtlahuaca y de otros pueblos circunvecinos el dia 2 de febrero a la montana conocida como Cerro de Agua, en cuya cima se encuen- tran las cuevas de El Calvario y Las Siete Puertas, en donde se llevan a cabo rituales de peticion que conservan muchos elementos de la religibn prehispanica y que en menor o mayor medida se han fusionado con las festividades de la liturgia catélica. La singulari- dad de este ceremonial radica en los siguientes aspectos: La peregrinacion a las cuevas se realiza el 2 de febrero, que en el calendario cat6lico corresponde al Dia de la Candelaria, en el que se celebra la presentacion del Nifo Jestis en la iglesia y la bendicién de candelas que simbolizan la luz de Jesucristo. En el antiguo calendario mesoamericano, el inicio del ano coincidia generalmente con esta fecha y muchos pueblos agri- colas de México conservan la costumbre de llevar a bendecir a la iglesia -junto con las candelas y las imagenes del Niiio Jestis- las mazorcas que serviran de semillas en la proxima siembra. ' Véase Wence (1982). Vease Rincon Mautner (2003a). + Como ha sido remarcado por Broda (1991, 2004a). Estudios del sincretismo religioso ¢? la Mixteca han sido realizados por Bartolomé y Barabas (2008). A pesar del sincretismo religioso, los pocos peregrinos de Coixtlahuaca que mantienen esta tradici6n no parten de la igle- sia del pueblo y tampoco llevan imagenes catélicas a las cuevas, manifestando con ello la persistencia de sus costumbres mas ancestrales. En las cuevas se ofrendan velas, mezcal, humo de tabaco y copal en sefial de agradecimiento, pero es sobresaliente el acto de pedir por el agua, la fertilidad de las semillas, el hogar y la benevolencia del ano que comienza. A la hora de pedir no basta con anhelar, imaginar o invo- car a los bienes deseados, sino que éstos pueden ser precisados © materializados en la cueva mediante maquetas, miniaturas, dinero o dibujos, asf como con “limpias del cuerpo”. El lugar y la fecha en que se realiza esta ceremonia mani- fiestan tanto el sincretismo religioso como la persistencia de Jas tradiciones indigenas relacionadas con el inicio de los ciclos -anuales y agricolas, que en el pasado prehispanico del Altiplano Central estuvieron marcados por las ceremonias del mes Atlca- hualo (“cesan las aguas”), tiempo en el que iniciaba la prepara- cidn de las semillas para las siembras que tendrian lugar en el ‘curso del afio y para ello se pedfa a las divinidades del agua por su benevolencia. Bajo la anterior perspectiva, queremos mostrar este ejemplo de Ja ritualidad cavernaria que sobrevive en la regién de Coix- tlahuaca, en el contexto de la tradicion religiosa mesoamericana yel culto a los elementos de la naturaleza,‘ criterios que consti- en el marco de andlisis en el que entendemos a los rituales de eticidn que atin se realizan en montes, cuevas, manantiales y Otros sitios de la cosmovisidn indigena. ‘De acuerdo con las propuestas de Broda (1991, 2004a, 2004b) y Lopez Austin (1995: 12) 467 “CONVOCAR A LOS DIOSES* I. Antecedentes generales de la zona y el tema de estudio La cuenca de Coixtlahuaca (del nahuatl “en la planicie de ser- pientes”) se localiza en un punto intermedio del camino de cuota que comunica a Tehuacan, Puebla, con la capital de Oaxaca. El pueblo de Coixtlahuaca se ubica 100 km. al noroeste de Oaxaca y cuenta hoy con una disminuida poblacion de aproximadamente 3,000 habitantes, pero en el pasado fue el centro religioso, poli- tico y econdmico de esta cuenca ocupada por numerosas pobla- ciones de origen chocho, popoloca y mixteco, diseminadas por todo el valle y organizadas en varios municipios (figura 1). Los chochos se cuentan entre los primeros grupos que ocu- paron la region, quienes hacia el siglo XII de nuestra era coha- bitaban ya con grupos popolocas y nonoalcas, estos tiltimos procedentes del Altiplano Central y emparentados con los tolte- cas de Tula. La Historia Tolteca-Chichimeca nos refiere que, tras la descomposicién del gobierno de Tula, los nonoalca-chichimeca y los tolteca-chichimeca, abandonaron la ciudad, establecién- dose los primeros hacia la zona de Tehuacan-Cozcatlan-Teotit- lan (en limites de los actuales estados de Puebla y Oaxaca) y los segundos en la regin de Cholula-Cuauhtinchan (Puebla).* Por otra parte, los Anales de Cuauhtitlén refieren que los nonoalcas se establecieron en Coixtlahuaca dirigidos por Atonal, lider de ascendencia tolteca. Posteriormente vinieron las alianzas con los pueblos mixtecos de la region y Coixtlahuca lleg6 a consolidarse as{ como una poderosa ciudad-Estado, cabecera politica y sede de un gran mercado regional, con una poblacion dominante de chocho-popolocas, mixtecos e ixcatecos.* El tiempo prehispanico quedo tegistrado en algunos lien- zos indigenas de la region, en los que se ilustra la historia de Kirchhoff (1940); también Kirchhoff, Odena y Reyes (1989: 131-141, parrafos 12-78) « Bernal (1948); Wence (1982); Van Doesburg y Van Beuren (1997:107-114) Zc. 1. Mapa topografico de Coixtlahuaca con relacién al Cerro de Agua Yeomunidades adyacentes. 469 A LOS DIOSES CONV vaoud VNNVHOL oZP | Coixtlahuaca y pueblos vecinos como Tequixtepec, Nativitas y Tlapiltepec,” asi como en otros documentos de lugares vecinos, como los de Tlaxiaco, Tilantongo y Teozacoalco (cédices Nuttall, Bodley)* 0 de la zona de Puebla (como la Historia Tolteca-Chichi- meca y los Mapas de Cuauhtinchan),? en los que se designa a Coixt- lahuaca como un lugar importante de la geografia socio-politica regional. Esta situaci6n cambid cuando los mexicas invadieron la region durante la segunda mitad del siglo xv, imponiendo a mixtecos y chochos el pago de tributos a cambio de que éstos continuaran con sus usos, costumbres, gobernantes y divisio- nes politicas, curso que conservaron hasta que sobrevino la con- quista espanola de la region, acaecida en 1522." La iniciativa de participar en la ceremonia que nos ocupa surgié como parte de las investigaciones arqueoldgicas que rea- lizamos en la zona mixteco-popoloca de Puebla y Oaxaca.'" Por ello, en enero de 2001 visitamos el museo comunitario de Coixtlahuaca, en donde el sefior Fernando Juarez, habitante del lugar, nos inform6 sobre la peregrinaci6n que él y otros vecinos realizan tradicionalmente el 2 de febrero a las cuevas El Calva- rio y Las Siete Puertas con el fin de llevar a bendecir las semillas y hacer peticiones para el afio que comienza. Habiendo soli- citado permiso para asistir a este ceremonial, logramos regis- trar sus caracteristicas mas generales, mismas que describimos a continuacion. 7 Parmenter (1982), Van Doesburg y Van Beuren (1997:104-105). Jansen y Pérez (2004). if » Vease Yoneda (1991); Kirchhoff, Gitemes y Reyes (1989, parrafos 325-327), Reyes (1988), Martinez (1984: 42, 1994: 29), Van Doesburg y Van Beuren (1997); Medina (2000: 165- 212); Penaflores (2004:35-46). "Wence, op. cit. "ease Medina (2000), Pefiaflores (2004), Rivera (2008). Il. La peregrinaci6n a las cuevas La peregrinacién comenzé la mafiana del 2 de febrero, partiendo de la casa del sefior Fernando Juarez, en Coixtlahuaca. Contra- riamente a lo que se esperaria de una romeria, el grupo era muy pequeno, no mayor a las 10 personas, entre las cuales se conta- ban tres personas procedentes de la ciudad de Oaxaca, el resto eran originarios de Coixtlahuaca, todos hombres adultos, con excepcion de dos adolescentes. Cabe mencionar que ninguna autoridad municipal o religiosa participa en el evento, en tanto que el sefior Judrez no se asumfa como oficial o mayordomo de la peregrinacién; aparentemente él sdlo trata de mantener la tradicion de acudir a las cuevas en esa fecha y convoca a la gente que asi lo desea. En esa ocasi6n habia invitado a un curandero de Oaxaca, quien posteriormente dirigié el ritual de agradeci- miento a la cuevay la “limpia” de los asistentes, particularmente de dos mujeres que lo acompanaban, quienes padecfan proble- “mas de salud, lo cual manifiesta las propiedades que se les atri- buyen a estas cuevas, ademas de que el ritual no tiene un cardcter comunitario estricto, De Coixtlahuaca nos dirigimos en vehiculos hacia la comuni- id de Rio Blanco, localizada a 7 km. de distancia hacia el noreste Por camino de terracerfa, en donde se nos unieron otras personas. La localidad se ubica en la base del cerro conocido como Cerro de Agua, y desde ahi comenzamos el ascenso a pie para llegar a cima (entre 2,600 y 2,700 msnm.), la cual se ubica a 500 m. ‘Por arriba del nivel de Rio Blanco. El cerro es un macizo de roca liza, formado por la elevacién de un antiguo fondo marino Cuyas grietas se infiltra rapidamente el agua de lluvia, lo que ite la formaciOn de cuevas y cuerpos de agua en el subsuelo, acteristica que le concede su denominaci6n Cerro de Agua. Después de dos horas de ascenso Ilegamos a Ja cima del “erro, en donde la niebla y el verdor de la vegetaci6n arbérea x 2 Z Zz tLe -encinos y matorral de altura- contrastan marcadamente con la sequedad de sus laderas pronunciadas. Ya en plena cima, la pere- grinacién se detuvo en un estanque natural donde abrevan los animales que pastan en el lugar. Y es aqui donde los peregrinos comentan la raz6n del nombre del cerro, mencionando que éste siempre tiene agua. Desde este lugar se tiene una vista excelente de todo el valle de Coixtlahuaca y de algunas comunidades cer- canas como Carrizal, Rio Blanco, Rio Poblano, Cerro del Aguila, Cerro del Agua, Tecamachalco e Ixcatlan (figura 1). Continua- mos el recorrido siguiendo una vereda bien marcada por el paso constante de la gente y tras dos horas mas de camino, llegamos a una pequena depresin del terreno en donde la vegetacion es mis densa y apenas deja ver que a menos de cinco metros por abajo del nivel de suelo, se encuentra la boca de la cueva cono- cida como El Calvario. III. La cueva El Calvario Esta cavidad fue formada por el hundimiento del terreno que ocasioné la milenaria erosién del agua sobre la roca caliza. No es de gran tamafio; su acceso esta orientado hacia el poniente; presenta dimensiones aproximadas de 10 a 15 m. de lado por 3.a5 m. de altura con una profundidad horizontal que apenas rebasa los 20 metros (figura 2). El goteo constante en la entrada de la cueva ha formado una estalagmita que apenas alcanza un metro de altura sobre el piso, cuya forma evoca a la silueta humana. A pesar de ser una forma- cién natural que no presenta grabado o pintura alguna, es uno de los elementos de culto mas significativos en el espacio subterra- neo, al grado que forma una especie de altar junto a otras esta lagmitas menores, proximas a su base, La estalagmita presenta una pequena horadacion en su extremo superior, en donde se —— FIG. 2. Corte idealizado de la cueva El Calvario, mostrando la estalag- ita conocida como “El! Guardian” en el umbral de la entrada. 473 CONVOCAR A LOS DIOSES NNVI acumula el agua que gotea del techo, siendo relevante que ésta es apreciada por los asistentes como “agua bendita” (figura 3). Debido a sus caracterfsticas, los peregrinos reconocen a la estalagmita como el “Guardian de la Cueva”, “es el que cuida” dicen ellos. Y es en este punto donde comienza el ritual: al entrar a la cueva, la gente coloca sus manos sobre la estalagmita, mojando éstas, su frente y nuca con el agua acumulada; los asis- tentes tocan las semillas de maiz y los alimentos que llevan en pequefios morrales, haciendo oraciones de agradecimiento y peticiones en silencio; ellos mismos comentaron que sus plega- rias son para tener “agua buena” en sus cultivos y que se le pide a “El Guardian” y ala Madre Tierra porque para ellos la cantidad de agua que gotea en el interior de la cueva es senial de la canti- dad de lluvia que tendran en ese afio (figura 3) En el piso de la cueva se distinguen discretos objetos de peti- cién que se han acumulado con el paso de los afios: grupos de maquetas hechas con pequenas piedras que para los asistentes representan casas con corrales y ganado, asi como circulos de piedra con semillas que simulan a las trojes o bodegas en las que se depositan los alimentos deseados. Entre los grupos de piedras y semillas se observan también pequenas latas en las que se capta el agua que gotea del techo, simbolizando el agua anhe- lada para el bienestar doméstico (a manera de pozos o manan- tiales). Como parte de las maquetas, junto a las casas y latas con agua, se observan también varas enterradas en el piso, las cuales representan plantas y arboles a manera de huertos, senalaron los asistentes (figuras 4a-4b) Es notorio que la gran mayoria de los objetos de peticién se realiza con materiales propios del lugar, como semillas, piedras, varas, cortezas de arbol, frutos y agua; incluso se dice que los animales deseados estan representados con piedras que se colo- lo en uno de los can dentro o fuera de los corralitos de piedra; casos se observé un borrego de plastico que representa al ganado ic. 3. Detalle de la estalagmita El Guardian, mostrando en su base una de las maquetas elaboradas con piedras y varas. t VdOud VNNVH 9Lb deseado. Dentro de los circulos de piedra se observan semillas de encino, granos de maiz y otros frutos secos como tejocotes, algunos de los cuales parecen tener muchos afios de haber sido depositados en el lugar (figuras 4a y 4b). Otros objetos de peticién estan representados por dibujos inscritos en las paredes de la cueva, los cuales representan algu- nas casas sencillas y otras de varios niveles, asi como coches, camionetas y hasta autobuses. Junto a los dibujos se observaron también algunas monedas que han sido colocadas en peque- fas grietas o salientes de la roca, con las cuales se pide por el dinero. Asimismo se observan los nombres de algunas personas y otras palabras poco legibles. Cabe mencionar que entre todos los dibujos y objetos observados, ninguno representaba simbo- los del catolicismo. Los peregrinos de Coixtlahuaca y Rio Blanco comentaron que las maquetas y los dibujos han sido elaborados durante muchos afios por las personas que acuden a la cueva en esta fecha para pedir por el agua y las buenas cosechas del aio que comienza, asi como por el alimento, el hogar, el ganado y hasta por vehiculos de carga, no faltando la imploracion por la sanaci6n de personas cuyos nombres fueron grabados en la pared. Segtin los mismos relatos, quienes desean hacer peticiones especiales lo dibujan en el muro o los sefialan con una piedra o una maqueta. Continuando con el ritual, lleg6 el momento de agradecer y ofrendar: en el interior de la cueva se encendieron algunas vela- doras que fueron colocadas en pequenos nichos y en el piso junto a las maquetas; posteriormente se procedio a sahumar con copal y se sirvieron vasos con sidra entre los asistentes, apartandose también un vaso para la cueva, que, junto con el sobrante de la botella, se le ofrend6 en un pequeno nicho rocoso. A continua- cin, se llev6 a cabo la “limpia de cuerpo”, que en esa ocasi6n fue realizada por el curandero que venfa de Oaxaca, quien, mediante ruegos a la Madre Tierra y rociando mezcal con la boca sobre las a Centimetres 4a, Esquema de un grupo de maquetas: (1) estalagmita El Guar- i; (2) un grupo de piedras simboliza al ganado; (3) las varas y ramas Sentan al huerto; (4) una lata con agua que gotea del techo simula Pozo de la casa; (5) un circulo de piedras representa a la troje en de son almacenadas las semillas (6); la casa es elaborada también Piedras sobrepuestas (7) 477 SAR A LOS DIOSES* 2 vaoud YNNVHOL | BLD seownues © © z FIG. 4b, Otro grupo de maquetas: (1) casas de piedra; (2) circulos de piedras con semillas que representan trojes; s Alen a eK (3) piedras que simboli- Wek He todo | aaa rsonas, imploraba por la proteccién o sanaci6n de quienes asi esearan. En el momento de la limpia, el curandero indicaba a persona que pensara sus peticiones a la Madre Tierra. Casi para terminar, se encendieron cigarrillos para ofrendar 0 de tabaco, en tanto que algunos miembros del grupo, prin- mente los de Rio Blanco, procedieron a elaborar maquetas » a restaurar algunas de las que ya se encontraban derruidas. a ese momento, habian Ilegado personas de otras comunida- s, como Ixcatlan, Rio Poblano, Palo Solo y Carrizal, quienes eraban su turno para entrar a la cueva. Antes de salir realizamos una inspecci6n general por el espa- o subterraneo, sin haber observado restos arqueolégicos que udieran ser atribuidos a la época prehispanica, con excepcion a grieta en la que se distinguieron huesos semicubiertos tierra, de los cuales se desconoce su origen. Finalmente, llego el momento de comer fuera de la cueva, en le se vive otro aspecto significativo del ceremonial: los pere- os de diferentes comunidades comparten no solo el espacio ado, sino también sus alimentos; unos con otros intercam- n comida mientras se saludan y platican, siendo notorio que peregrinos de otras comunidades tampoco son numerosos, es al final de la comida no habfamos en el lugar mas de treinta isonas, entre hombres, mujeres y algunos nifos. Después de comida, la peregrinaci6n tomo rumbo hacia la cueva de Las e Puertas, a la que arribamos una hora después, siguiendo la con direccién sur y bajando por una ladera sinuosa. a cueva de Las Siete Puertas 479 “CONVOCAR A LOS DIOSES” z z Osr mira hacia el poniente y en partes alcanza mas de 10 m. de altura, aunque consta de varias entradas en forma de grietas, arcos natu- rales y una abertura mayor que esta dividida por un gran estalag- mato o columna natural que une el piso con el techo, todos los cuales simulan grandes portales, como bien lo indica el nombre de la cavidad (figura 5). El espacio subterraneo consta de todas las formaciones caracteristicas de una caverna karstica: intensa actividad del agua carbonatada que forma estalagmitas, estalactitas y estalagma- tos; grandes salones que alcanzan hasta 20 m. de altura; galerias, wineles y grietas que pueden rebasar los 50 m. de extensién hori- zontal tan slo en la zona de penumbra y se contintian mas alla a través de estrechos conductos que no pueden ser facilmente penetrados, haciendo evidente que la extension interna de la caverna puede ser considerable, dada la intensa actividad que el agua subterranea ha tenido en el lugar. Cuando arribamos a la caverna notamos que otras personas ya habfan estado en el lugar, pues encontramos algunas velado- ras encendidas, colocadas tanto en nichos naturales como en lo alto de las estalagmitas, o en el piso, junto a grupos de pequenas piedras y varas que denotan el mismo patron de maquetas regis- tradas en El Calvario, al igual que dibujos en las paredes y algu- nas monedas colocadas en pequefios nichos, aunque aqui |os objetos de peticién se encuentran mucho mas dispersos debido al mayor tamaiio del espacio subterraneo (figura 5). Al igual que en El Calvario, aqui tampoco observamos simbolos catoli- cos ni rasgos prehispanicos de superficie, pero la caverna es tan grande que faltarfan mayores exploraciones para confirmarlo. Sin embargo, para la antigiiedad que pudiera atribuirse al us ritual de este espacio, son significativos tanto el nombre de la caverna como las tradiciones orales que atin se conservan. Los asistentes mantienen la creencia de que en este lugar hay “siete puertas” que conducen al interior del Cerro del Agua, 6 Beinterior de 7 i Interior de la cucva Las Siete Puertas: los peregrinos colocan sus aNOs en una estalagmita para agradecer y pedir. 481 oN Zz Z z C8P donde abunda todo tipo de bienes como el agua (en forma de rfos y lagunas) y los alimentos en forma de plantas, semillas, frutas, maiz y animales, entre otras riquezas materiales se el dinero y el oro. Las personas que aspiren a ingresar en este rico mundo subterraneo deberan hacerlo a través de alguna de las siete puertas; pero tendran que encontrar el acceso indicado el que le corresponda a cada persona pues de lo conuario podrian cruzar la puerta equivocada y perderse 0 morir al caer a un pre- cipicio. Quienes encuentren la entrada correcta podran et al certo y tomar todos los bienes que puedan llevar consigo, pero cuando regresen a la superficie terrestre ya habra pasado mucho tiempo, quiz4 un ano 0 mas, pues se dice que el tiempo peeps rre mas rapido en el mundo subterraneo que en la superficie. Como veremos mas adelante, estas tradiciones orales con- servan muchos elementos de la antigua cosmoyisién indigena relacionada con los espacios subterraneos de las divinidades de la tierra y el agua. Habiendo descrito el ceremonial de las cuevas, procedere- mos a revisar algunos de sus componentes principales con la finalidad de explicar su origen y entender su significado en el siguiente orden: 1. El lugar del ritual: el cerro y las cuevas. 2. Los nombres de las cuevas: su simbolismo. 3. La diosa terrestre y los rituales de peticién en las cuevas. 4. Las estalagmitas: “guardianes” de las cuevas y del agua. 5. Los elementos y objetos de peticion: agua, alim materiales. 6. La fecha del ritual: el 2 de febrero. entos y bienes . El lugar del ritual: el cerro y las cuevas . En la region mixteca las cuevas figuran entre los lugares de culto mas importantes, tal y como fue senalado siglos atras por evange- lizadores como el cronista Burgoa, y confirmado por especialistas mo Dahlgren (1966: 270), al afirmar que “en la zona mixteca ada pueblo tenfa, aparte de sus templos en la ciudad, lugares de acion dentro de las cuevas”. Numerosas investigaciones reali- tanto en la Mixteca como en regiones aledafias, han mostrado ‘as evidencias prehispanicas de esta afirmaci6n,” mientras que as han remarcado el uso ritual que atin conservan muchas cue- de la region, como lo expresan Katz (1997: 109) 0 Bartolomé y abas (2008: 71) al decir que en toda la Mixteca se mantiene la a tradici6n de realizar rituales en las cuevas, principalmente éllos relacionados con rituales agrarios y de peticion de Huvia.'* En la cuenca de Coixtlahuca existen cuevas que fueron desti- aun uso ceremonial desde los primeros siglos de nuestra como el llamado Puente Colosal, una enorme cavidad for- da por el rio Ndaxagua, en cuyas paredes se encuentran con- de pinturas rupestres de estilo huine (400 a 800 d.C.) que esentan glifos calendaricos y escenas de sacrificio humano, ar fue utilizado para realizar rituales con numerosas ofren- algunas pertenecientes al periodo Posclasico (900 a 1521 ). Con base en los estudios que Rincén Mautner ha reali- en este sitio, dicho autor concluye que para los pueblos 10s, ixcatecos y mixtecos, las cuevas fueron consideradas © lugares de origen de pueblos y linajes, asi como portales comunicaban con el interior de la tierra." iplo: la cueva del Puente Colosal en Coixtlahuaca (Rinc6n, 2005a-b), la cueva de a Telaxtoc (Vargas, 1989), las cuevas de la Canada de Tehuacan-Cuicatlin (Gon: las de la Sierra Mazateca (Hapka y Rouvinez, 1994; Fitzsimmons, Ejutla (Moser, 1975). ores detalles vease Rincon (2005a, 2005b) y Fitzsimmons (2005). On (2005, 2005b); Urcid (2005) también ha realizado investigaciones en la misma cueva, 483 CONVOCAR A LOS DIOSES Otras evidencias del uso ritual de cuevas en la cuenca de Coixtlahuaca se encuentran en documentos histéricos de la region que fueron elaborados durante el periodo colonial tem- prano, pero pertenecen a la tradicion prehispanica local."? Asi- mismo en la obra del historiador oaxaquenio Manuel Martinez, Gracida (1910) encontramos mas reportes sobre cuevas de uso ritual en la zona de Coixtlahuaca, entre las que destaca la Gruta del Dios de las Lluvias, ubicada en Ixcatepec (30 km. al noreste de Coixtlahuaca), en donde se practicaba el culto al agua y se realizaba la peticién de Iuvias para las comunidades del valle. Asimismo, en la Relacién geogrdfica de Ixcatlin (poblacién cer- cana a Coixtlahuaca), escrita en el siglo XVI, se hace menci6n de una importante cavidad en la que se realizaban peregrinaciones y ofrendas: Y llamase esta quebrada Oloztoc, que quiere decir “cueva redonda” dentro de la cual estan pintados muchos despojos: macanas, dardos, flechas, arcos, y capacetes como las usaban, a manera de cabezas de patos, y huesos y calaveras. Y dicen que yendo alli a hacer sus areitos, ofrecfan allf algod6n, y de alli qued6 este nombre, “lugar de algod6n”, como quiera que este pueblo sea falto de él (Acuiia, 1984: 227-228). A partir de las anteriores referencias vemos cémo las cuevas El Calvario y Las Siete Puertas representan expresiones remanentes de la ritualidad cavernaria que se gesto durante el tiempo pre- hispanico y estuvo relacionada con las ceremonias de peticion de agua y alimentos al inicio del cido anual. Pero esta rituali- dad forma parte de un complejo mayor que incluye también a '° En el Rollo Selden se muestra a un sacerdote o nahual saliendo de una oquedad simboliza- da porla boca de un lagarto (Jansen y Winter, 1980). Elementos semejantes se encuentran en los cédices de San Miguel Tequixtepec, asi como en el Mapa de Santa Maria Ixcatlén y en el Lienzo de Tlapiltepec; en este tiltimo se ilustré a la gran montafia de siete cuevas ~Chico- moztoc entre los nahuas- como el lugar de origen de los pueblos que ocuparon la cuenca de Coixtlahuaca durante el Posclasico. montanas y a todos aquellos elementos que conjuntamente yan el paisaje ritual de los pueblos campesinos que conser- ese sentido de pertenencia con la naturaleza. Valorando que el ceremonial en estos sitios esta dirigido a a peticion de agua, éste tiene mayor relevancia si consideramos ue las cuevas descritas se localizan en el Cerro de Agua. En su junto, ambos elementos manifiestan el antiguo modelo indi- que consideraba al cerro como el gran contenedor de agua y tos, en donde las grutas eran los espacios de comunicaci6n tre los pueblos y las divinidades que posefan o personificaban elementos de la naturaleza. Como se sabe, este modelo fue ) de los mas constantes en la cosmovisi6n mesoamericana, entre los nahuas integraba a los conceptos de Altepetl (cerro- ua, sindnimo de pueblo o ciudad), Tlalocan (paraiso de Tlaloc ajo la tierra) y Tonacatepetl (certo de los mantenimientos).'* Asi manifiestan los informantes de Sahagtin en el Cédice Florentino, donde se decia que del Tlalocan surgen las aguas que vienen | mundo de los hombres, que los rios salen de la diosa Chal- iuhtlicue, que los cerros “s6lo por encima son de tierra y piedra ‘0 por dentro son como ollas, como cajas que estan Ilenas de a”, y por esta raz6n a los pueblos que habitaban encima de se les daba también el nombre de altepetl, y de acuerdo con Austin (1995: 184-185) se decia: “Esta agua-cerro, este rio, ll4 mana, del interior del cerro, de alld surge. Chalchiuhtlicue uelta de sus manos” (figuras 6a-6c). __ Ademas del simbolismo que encierra por si solo el Cerro de gua, debemos considerar la relevancia que tuvieron otros cerros geografia de Coixtlahuaca y que delimitan a la cuenca en su 10 oriente, como el Cerro Verde, que es motivo de culto y into de referencia entre las comunidades actuales. Alicia Bara- Véase Heyden (1976, 1989, 1991); Ménnich (1990; 34); Broda (1991); Lopez Austin (1995: 175-200); Montero (2000: 71-110). 485 A LOS vuol doug VNN 98 FIGS. 6. Cerros con agua en documentos indigenas de la Mixteca poblana-oaxaquena: FIG. 6a. Cerro con siete cuevas y un templo en el que ingresa el agua de un rio (Cédice Nutall, foja 10) FIG. 6b. Topénimo de un cerro del que sale agua que propicia el crect miento del maiz (Mapa de Cuahtinchan No. 2). ' % IG. 6c. Cerro Ileno de agua, en cuyas cimas se observan dos sacerdotes, r i de los cuales porta la mascara del dios de la lluvia, Tléloc -o Dza- i en mixteco (Cédice Nutall, foja 14) 487 CONVOCAR A LOS DIOSES bas (2006: 71) cita una de las creencias conservadas en el vecino poblado de Nativitas, respecto a los abundantes frutos que se dan en Cerro Verde: platano, uvas, naranja, pina, diversas espe- cies de chile e incluso algod6n blanco y de colores. La fertilidad que se le atribuye a este cerro contrasta con la sequedad y aridez de su entorno, por lo que este relato alude mas a una concepcion de los cerros que seria equivalente a la version del Tonacatepet| nahua. Montafias como éstas fueron importantes elementos de! paisaje ritual y de la geografia politica de los pueblos prehispani- cos para la demarcacién de sus territorios. Los origenes de esta percepci6n parecen remontarse al periodo Preclasico Tardio (400 a.C.), como lo manifiesta uno de los monumentos grabados de San Juan Yucuita, no muy lejos de Coixtlahuaca, en donde se encuentra la imagen del dios Dzahui (en mixteco “Iluvia”) dentro de un glifo que representa un cerro- cueva cuya forma estilizada es la de una mazorca de maiz, den- tro del cual se representa un conjunto de glifos que simbolizan a las nubes, las semillas de maiz y las plantas en crecimiento."” Posteriormente, durante el periodo Posclasico, la evolu- cién de estas formas de pensamiento quedaron ilustradas en documentos de la region mixteca como en la foja 19 del Codice Nutall, en donde se observa a un Yahui o sacerdote ingresando por una cueva hacia el interior de una montana cuya cima es ocupada por un grupo de personajes en procesién. En el interior de la montana se ilustran diversas divinidades, ancestros y even- tos mitolégicos que ejemplifican el ideal mitico-religioso que los pueblos mixtecos tenian sobre el acontecer interno de las montafias sagradas, de donde pudieron derivar algunas de las creencias y tradiciones que atin se conservan entre los pueblos de la region. © Rivera (2008) . Los nombres de las cuevas: su simbolismo \demas del Cerro de Agua, igualmente simbdlicos resultan los ‘nombres de las cuevas en las que se realiza el ceremonial: El Cal- vario y Las Siete Puertas. A pesar de que se han perdido sus nom- bres originales en lengua indigena, el primero se deriva de la eligin catdlica y el segundo de la indigena mesoamericana, si ambos aluden a lugares sagrados relacionados con la vida y muerte que se conjuga en las montanas. alvario pn la tradicion cristiana el 2 de febrero se conmemora el Dia de la Candelaria y la presentacion del Nifio Jestis en la iglesia. En los atos biblicos, el Calvario nos remite al monte en el que murié isto;'* en memoria de ello, un sinntimero de cerros y panteo- s en el mundo catélico pueden llevar este nombre. En la cueva alvario de Coixtlahuaca, el 2 de febrero se pide por agua, ali- tos y otros bienes materiales. En otros lugares de la Mixteca rsisten creencias que refieren a los calvarios como sitios sagra- s en donde tiene lugar el intercambio de dones entre personas es sobrenaturales;'” en algunos pueblos se cuenta que estas tumbres tienen lugar el 2 de febrero.*° Asi, no es casual que cueva ritual como ésta, que se visita en esta fecha para hacer iones, tenga por nombre El Calvario, pues como sabemos, nte el proceso de evangelizacién, las imagenes del Diablo de Jesucristo se sobrepusieron a las divinidades mesoamerica- y con la presencia de este tiltimo en las cuevas y otros tem- alvario” es el nombre dado al monte en las afueras de Jerusalén en donde fue crucifica- - EI nombre del lugar se debe a la existencia de rocas que tienen forma de calaveras, ande deriva el término. Segtin la tradicién judia, en este lugar también fue enterrada 1a de Adan. especto, véase Pérez (2007: 427-429). Neff (2007: 357-361). 489 OSES” NVOCAR A 105 “ec 0Gr plos indigenas, los evangelizadores trataron de santificar aquellos lugares que otrora fueron importantes centros de culto. Por ejemplo, alrededor de 50 sitios arqueoldégicos en México llevan por nombre El Calvario’' y tantos otros lugares de culto indigena en donde Cristo se aparecio en una cueva, como el “Senor del Calvario" en Culhuacan (Cerro de la Estrella, DF),2 el “Senor del Sacromonte” en Amecameca (al poniente del vol- can Popocatépetl) y el Cristo de Chalma (Estado de México), de quien se dice que sustituy6 a Oztotéotl, “dios de la cueva” relacionado con Tlaloc, al que se le adoraba en una caverna en |a que se sacrificaban nifos y se pedia por el agua, la vegetacion y la agricultura.’* En Tepeaca (Puebla), existe también una Cueva del Calvario en cuyo interior se acostumbraba realizar la cere- monia de nacimiento de 4 nifos Jestis; ahi mismo se encuentra una cruz que es vestida de blanco y azul el dfa 3 de mayo para llevar a cabo la misa de la Santa Cruz y la peticién de lluvias.”* Entre las referencias actuales que tienen mayor similitud con los ritos de peticion que se realizan en El Calvario y Las Siete Puertas, podemos citar aquéllas reportadas por Neff (2007: 362- 364) en la region mixteca de Guerrero; pero una de las mas afi- nes se encuentra en el volcan Popocatépetl, en donde también se conservan lugares de culto conocidos como calvarios y cuevas a las que se les considera “puertas” que conducen al interior de la montana. En este lugar, Glockner (2007: 83-86) reporta que una congregacion de Misioneros del Temporal realiza ceremonias en doce lugares sagrados que son conocidos como “calvarios’, los cuales se encuentran en las cimas de los cerros, en donde se colocan grupos de cruces dispuestas en circulo; en el centro se * INAH (2009). ? Chavez Mendoza (1994: 5). » Gonsalez Torres (1991: 133); Lopez Austin (1989: 76) ** Medina Jaen (2000: 214-218). tierra una bandeja de peltre con agua y cuatro algodones que esentan nubes; las bandejas estan tapadas con lajas de pie- a, pues se piensa que el agua tiene que estar limpia para que “mensajeros” o angeles desciendan a beber. Los miembros Ja congregacion se asumen como mensajeros “de la Madre ‘a, O sea, para hacer los pedimentos hacia Dios”. Ademas e hacer oraci6n y ofrendar a los espiritus del temporal en los varios, los misioneros realizan otras ceremonias en la cueva ocida como El Divino Rostro del Popocateépetl, en la cual e imaginan que hay “como una mesa grande en donde todos se les ha revelado como “una oficina de comer" y a otros le dos pisos” 0 como una “casa grande de dos aguas” (idem). Es claro el paralelismo que se percibe entre la ritualidad del pocatépetl y sus calvarios con el Cerro de Agua y su cueva El Jalvario; sin embargo, en el ceremonial de esta ultima estan sentes los simbolos catélicos, denotando que bajo las denomi- ciones de calvarios subyacen lugares que en el pasado fueron dbjeto de un marcado culto indigena, siendo por ello necesario jue los evangelizadores sobrepusieran los simbolos catélicos, Inque esta accién haya sido mas de forma que de contenido. Siete Puertas tradici6n oral explica la ritualidad y la raz6én del nombre con ie se conoce a este lugar: en el fondo de la caverna hay “como Ppuertas” que conducen al interior del Cerro de Agua, en ide abunda todo tipo de bienes que pertenecen a la “Madre tra”, desde el agua y los alimentos hasta otro tipo de valores ‘0 el dinero y el oro. Estos bienes de subsistencia constituyen elementos que se piden en la cueva mediante ofrendas, ora- es, Maquetas, miniaturas, monedas y dibujos con los que se ‘Presa todo aquello que se anhela; pero se dice que hay perso- que quieren asegurar lo que desean, y para ello tienen que 491 a YNNYHO! TOP ingresar al interior de la montafia, para lo cual deberan encon- trar “su puerta”, pues de lo contrario pueden perderse e incluso morir al cruzar por el acceso equivocado y caer a un precipicio; s6lo las personas que encuentren la puerta correcta llegaran a ese maravilloso lugar de la abundancia y Ilevaran consigo todo lo que puedan cargar de regreso a la superficie. Pero (como ya se mencion6) la nocidn del tiempo en el mundo subterraneo es diferente y cuando la persona logre salir a la superficie, ya habra pasado mucho tiempo, quiza un ano o mas. En su contexto actual, estas tradiciones expresan que durante los primeros dias del afio, en este lugar se conjuga el intercam- bio de dones y el destino de las personas por la benevolencia de las entidades sobrenaturales que moran en el interior de la tie- tra, a cuya voluntad se debe que los bienaventurados que logran ingresar y salir de su mundo subterraneo, renazcan después de mucho tiempo y lleven al mundo terrenal los bienes concedidos, cambiando con ello su condici6n social, como se piensa en otros lugares de la Mixteca, en donde la riqueza o buena salud de una persona es atribuida a una especie de acuerdo entre esa persona y el tlapizque, el “espiritu guardian" de alguna cueva localizada en la vecindad del pueblo.’ Tanto el nombre de esta cueva como las creencias y la fecha de los rituales que en ella se conservan, evocan otra vez a las nociones de la antigua vision indfgena relacionada con el sub- mundo de las divinidades del agua, la tierra, los mantenimien- tos y los ciclos de la naturaleza; pero también a los cambios que estas tradiciones han tenido que sufrir para continuar presentes en la ritualidad actual. Como lo describiremos a continuacién, en la region mixteca y otras aledafas, se conservan abundantes referencias afines, tanto histéricas como actuales, que nos per- miten conocer mejor los origenes y el significado actual de la “Tradicién oral citada por Rinc6n (2005a: 122) situalidad que se conserva en esta cueva, en cuanto a sus formas- ntenidos y aspectos numéricos tan simbélicos como el 2 de febrero y el ntimero 7 (en los parrafos subsiguientes resaltamos Comencemos con el cronista Burgoa, quien relataba en el siglo XVII c6mo los pueblos mixtecos veneraban un gran cerro Jas inmediaciones de Chalcatongo, en donde habia “una grandisima oquedad o cueva |...] que inventé la gentilidad hacién- doles creer que aquélla era la puerta, o transito para las amenas stas” 2° ho tiempo que Dios vivia con el Dios de la Lluvia |...| Dios fa siete casas |...] el Dios de la Lluvia también tenia siete casas” *” algunos relatos de la regi6n nahua-mixteca-tlapaneca de errero, se refieren también a las cuevas como puertas que se en el segundo dia de febrero para conducir al interior de los ‘os, en donde el flujo del tiempo es acelerado, pues se piensa e “medio dia en este lugar correspondta a medio ano en el tiempo lel pueblo”.°* Un mito recopilado por Luis Reyes y Dieter Christensen en ongolica, Veracruz (al norte de Coixtlahuaca), conocido como 1 Anillo de Tlalocan”, habla de un hombre que, siguiendo nimales para cazar, lleg6 al Tlalocan, en el interior de un cerro ide abundan los alimentos y los animales. Cuando el caza- tegres6 después de haber estado siete dfas en el Tlalocan, en 1 casa ya habian pasado siete afios: “Siete aiios son los siete dias é [el cazador] fue a estar en el Tlalocan |...) Cuando arribé su Nujer ya tenia hijos otra vez”.2” En el mismo relato se dice que Gitado por Heyden (1989: 93) Gitado por Pérez (2007: 408-410). Neff (2007: 358). és Garcia y Christensen (1990: 90) 493 OSES’ entre los dones concedidos a este hombre en el Tlalocan, se le enueg6 un anillo, mismo que hizo aparecer mucho dinero en su casa. Otros mitos similares a éste se conservan entre los tzotziles de Chiapas: en una cueva los sefores de la tierra entregaron un azad6n y un machete a unas personas, propiciando con ello la riqueza monetaria en su hogar y la proliferacion de animales en su corral.*° En la zona mixteca de Guerrero, se cuenta también que los animales obtenidos por esta via son particularmente fecundos y simbdlicos: una burra obtenida mediante un rito de peticion en una cueva “pario siete burritos en cinco anios”.*' En la zona nahua y mixteco-popoloca del estado de Puebla (con la cual estuvieron vinculados los pueblos de Coixtlahuaca) se conservan relatos que también evocan al antiguo Tlalocan de las montanas. En las cuevas de Tepeaca,*? de la cordillera del Tentzo® y de Tecali,** aquel lugar subterraneo colmado de bie- nes tanto de subsistencia alimenticia como de riquezas mate- riales, es conocido hoy como “el encanto”, al que sdlo ciertas personas pueden ingresar a través de las cuevas. Se dice que éste “se abre” tinicamente el 24 de junio, al comienzo del tempo- ral Iluvioso, referencia que lo vincula atin mas con Tlaloc y su mundo subterraneo. Las personas que ingresan alli s6lo podran salir hasta el aio siguiente, cuando la cueva se vuelva a abrir al inicio del temporal Iluvioso.** Glockner (2007: 88) relata la forma en que un misionero del temporal concibe actualmente el interior del gran volcan: “se abren las puertas del volcdn |...] adenwro es una iglesia muy bonita, muy grande |...] alli encontré a Nuestro Sefior Jesucristo °° Lopez Austin (1995: 112) "Neff, op. cit. se Medina Jaen (2000: 394-399). Véase Fagetti (1998: 163-172). * Véase Castillo Rojas (1994: 85-173). » Medina Jaen, op. cil. [+1 y vi que hartos estaban acarreando como carbon [...] habia cho carbon [...| Don Epifanio interpreto después que el carbon fa riqueza, que era dinero, pero también maiz, frijol, calabaza y otros alimentos”. De acuerdo con los relatos citados y considerando que en Las ‘Siete Puertas se llevan a cabo ritos de peticién relacionados con las semillas y las buenas cosechas, el origen de este simbolismo os remite a las divinidades del maiz que habitan en el Tlalocan, ‘como Chicomecéatl -Siete Serpiente-, segtin lo refiere aquel himno sacro de los nahuas, en donde se invoca a esta divinidad ‘como “Siete Mazorcas [...] tti te vas ya a tu casa, el Tlalocan”.*° on base en esta referencia histérica, Broda (2004a: 48) y Lopez stin (1995: 204) nos dicen que, tras la cosecha, las mazorcas las que se obtendria la semilla para la proxima siembra se guardaban en manojos de siete y mas tarde eran Ilevadas al tem- lo de Chicomecéatl y Cintéotl para que se hiciesen benditas y se cargaran de poder germinativo. Ya con su fuerza, las mazorcas ran Hevadas a las casas y depositadas en el fondo de las trojes ‘a que éstas les sirvieran de “corazones”. La troje era, en este entido, una “réplica” del cerro.” Finalmente, la relacin entre el simbolismo del ntimero con las montanas y las cuevas alude también al enigmatico ir de siete cuevas —Chicomoztoc-,* término que nos refiere que a un lugar geografico concreto, al concepto mitico-reli- ioso relacionado con la montaiia de origen étnico, mismo que e compartido por los pueblos mixtecos®” y particularmente los de la cuenca de Coixtlahuaca, como lo demuestran a los conceptos de “corazén" y “réplica”, véase Lopez Austin (1995: 128, 204, 161- Tespecto véase Heyden (1976) 30 (1996: 47-48). 495 ys DIosEs’ | CONVOCAR vdoud VNNVHOL 96b FIG. 7a. Fics. 7. Diferentes representaciones de Chicomoztoc en la region de Coixtlahuaca: AG. 7a. Rollo Selden. IG. 7b. Lienzo de Tlapiltepc (Heyden, 1975: 136). MIG. 7¢. Vasija de Nochixtlan (Taube, 1986). En los tres casos la mon- faa esta representada por el rostro del animal que simbolizaba a la tie- fa, en cuyas fauces -la cueva~ se observan: (a) un sacerdote o nahual; ) glifos calendaricos que segtin Caso (1996) representan a Quetzal- fSatl; (c) el interior de la montafa lleno de agua con un pez. YNNY 867 Con base en las anteriores referencias, podemos considerar que el nombre hispanizado “Las Siete Puertas” fue una interpre- tacién o traduccion de otra denominadon similar que este lugar tuvo en lengua nativa.“° En un paisaje ritual como éste, la idea- lizacion de un cerro con siete cuevas 0 puertas que conducen al interior de la tierra, pudo hacer referencia no a la existencia fisica del mitico lugar de origen de los pueblos, sino a una de sus “réplicas” en la tierra,’ configurando asi los centros rituales que los pueblos indfgenas desarrollaron en su entorno geografico, en una forma acorde con su cosmovision y las festividades de su calendario religioso.*? VII. La diosa terrestre y los rituales de peticién en las cuevas Las ofrendas y rituales de peticién que se realizan en cerros, cue- vas, manantiales, barrancas y rfos, forman parte de un complejo creado por la antigua cosmovision indigena en su necesidad de entender el acontecer de los fenémenos naturales relacionados con la vida de los pueblos. Este complejo consideraba a la tierra como la gran madre, la que otorgaba la vida vegetal, animal y humana con el auxilio de dioses y diosas menores, a los que se les reconocia como los duefios del agua, del monte, de los animales, de las plantas y de los bienes agricolas. El origen de esta concep- cién se encuentra en los mitos de creacion de la tierra. Por ejem- “© Rinc6n (2005a: 123-124) trata el origen de los chochos, ixcatecos y mixtecos relacionado con las cuevas. 4 Como ha sido propuesto por Lopez Austin (1995: 37): ‘Chicomoztoc es el arquetip? mnftico del lugar de creacion y del nacimiento de los distintos grupos humanos, y com? arquetipo podia tener réplicas en las montafias y cuevas de la superficie terrestre” ® En la zona de Tepeaca, Puebla, se reportan sitios arqueolégicos en los que se observa la intenci6n que tuvieron los pueblos del periodo Posclasico de recrear el ideal mitico de Chi- ‘comoztoc en sus centros ceremoniales, en los cuales atin se mantienen sincreéticas creencia® sobre la existencia de “siete barriles llenos de oro” en el interior de algunas cuevas, véase Medina Jaen (2000: 303, 355) y Aguilar et al. (2005). plo, entre los pueblos del Altiplano Central el mito de creacién de la tierra descrito en la Historia de México (Histoire du Mechique) nos relata como, después de que Quetzalcdatl y Tezcatlipoca se transmutaron en dos grandes serpientes y partieron por la mitad ala diosa Tlaltecuhtli para crear la tierra, “ordenaron que de ella saliese todo el fruto necesario para la vida del hombre”.** Esta concepcién mitolégica fue compartida por los pueblos de la cuenca de Coixtlahuaca, quienes estuvieron vinculados con los pueblos toltecas, cholultecas y mexicas.** Por ello, no es extrano que en el Rollo Selden, documento historico procedente del valle de Coixtlahuaca, se ilustrara una escena similar al mito que describe la creacién de la tierra en la Historia de México. En sta escena (véase figura 8) se observan dos pares de serpientes entrelazadas que forman el cuerpo de la diosa terrestre, mismo e denota la silueta de una montana o de una cueva, de cuya base nacen el agua y dos personajes que pueden representar a Pareja creadora. Segtin este mito, Quetzalcéatl y Tezcatlipoca artieron el cuerpo de la diosa por la mitad: de una parte se hizo erra y de la otra el cielo. Por su parte, Rincén (2005a: 123) interpreta la anterior escena como la “Montafia Sagrada de las Serpientes Entrelaza- s”, en cuya cima fue colocado el bulto sagrado de Quetzal- coatl, dios creador y divinidad tutelar de Coixtlahuaca. Para el lismo autor, este mito “nos remite al principio de la reciproci- z dad, en e! que los bienes obtenidos de la tierra -sangre (vida), ia, vegetaci6n y comida- tenfan que ser devueltos a la tierra Por medio de ofrendas rituales”.‘* Esta ritualidad se confinaba “Historia de Mexico 0 Histoire du Mechique, en Garibay (1996: 108) ‘Coixtlahuaca tuvo entre sus habitantes hablantes de nahuatl; su nombre proviene de esta ngua y significa “en la planicie de serpientes”, que se sobrepuso al nombre mixteco Yodo- 0 que tiene el mismo significado (Van Doesburg y Van Buren, 1996: 104-109). ‘Véase también Pérez (2007: 411) y Conaculta (2007:11) en donde se reportan relatos dbre Quetzalcéatl como deidad creadora en a regién mixteca y poseedora de los mante- Umientos, a aD + Los p Zz Vdoud VNNVHOL 00s Jos espacios subterraneos, que en la mitologfa fueron conce- dos como los orificios de la diosa terrestre y, por antonomasia, sus templos. Asi, con sus respectivas variantes de tiempo y espa- jo, en toda la mixteca se conservan tradiciones orales y rituales elacionados con estos cultos ancestrales a la tierra, de donde olomé y Barabas (2008: 71) concluyen que: la sociedad y las deidades, que se establece por medio del intercambio reciproco de dones. al), sino como culto en la cueva que esta dirigido a la Madre ra ancestral, entendida ésta en el complejo de los “pro- dores miticos de bienes”,“° que para la mentalidad indi- na engloba a los encargados de proporcionar los elementos le subsistencia que se encuentran almacenados y custodiados lerra -como ellos mismos la nombran-, a quien dirigen sus frendas y ruegan para que otorgue los bienes solicitados 0 ure a las personas enfermas, para que conceda el agua que FIG. 8. La Diosa Madre, la Tierra, en el Rollo Selden (segiin Heyden, 1976: 17). del monte y la Iluvia que Ilegara durante el temporal del ho que comienza. Su anilisis semidtico de tradiciones orales registradas en Tecalli, Puebla, Castillo Rojas 114, 168) emplea este término para referirse al complejo de entidades sobrenaturales Participan en el intercambio de dones y pactos: “mientras en la tierra (planicie) habita tombre, en las cuevas de los cerros (mundo subterraneo) habitan... los proveedores miti- de bienes ... en un mundo mitico de encantamientos y riquezas inagotables’ o S wm wu So 8 VIII. Las estalagmitas: “guardianes” de las cuevas y el agua En relieves calizos como el de Coixtlahuaca, la accion de la Ilu. via y el agua subterranea han formado grandes cavidades en las montanas. En el interior de estos espacios hay numerosas formaciones rocosas que fueron originadas por el goteo y escu- rrimiento incesante del agua carbonatada. La veneraci6n que muchos pueblos mesoamericanos tuvieron por estas formacio- nes cavernarias se debe a una constante observacion de la natu- raleza, puesto que son rocas de formas dinamicas que pueden encontrarse en el techo o en el piso de la cueva (estalagmitas y estalactitas), o creciendo hasta unirse y formar grandes colum- nas (estalagmatos). De ah{ que fueran imaginadas y explicadas como seres animados, en una forma coherente con las concep- ciones mitoldégicas de los pueblos. En El Calvario persiste la creencia de que el agua que gotea del techo es indicativa de la cantidad de Iluvia que se tendra en el ano que comienza.*’ En este mensaje, que se revela al inte- tior de la cueva, juega un papel protagonico la estalagmita cono- cida como El Guardian, sobre la cual gotea el agua del techo. Al ingresar a la cueva, los asistentes colocan sus manos sobre la estalagmita orando y pidiéndole por el agua; después mojan sus manos con el agua que se acumula en la roca, con las que ungen las semillas y mazorcas para bendecirlas y asegurar su reproduc- ci6n (figura 3). Entre los mixtecos y chocho-popolocas, las estalagmitas han sido veneradas desde tiempos prehispanicos como divinidades del agua y los mantenimientos. Basta con recordar a fray Jer6- nimo Abrego, quien, durante la segunda mitad del siglo xVly tras varios intentos fallidos en la conversion religiosa de los chochos, *” En una cueva de la Mixteca guerrerense, la adivinaciOn de las Iuvias que caerén en el aiio se hace sumergiendo los dedos en una pocita cavada en la roca (citado por Neff, 2007 362-363). yo que destruir a su divinidad que se encontraba en una cueva una estalagmita.** En el siglo xvii el cronista Burgoa (1934: 481) relataba que por el rumbo de Juxtlahuaca “atin eran ala idolatria, aprovechando lo intrincado de los montes, acticaban la supersticion y eran incrédulos”; senala ademas #* por el mismo rumbo se encontraba una cueva donde las stalactitas y las estalagmitas formaban “caprichosas figuras y de notisimos’ lugares y de diferentes ‘naciones’ venian a rendir ’ loracién a sus antiguos dioses, nunca olvidados del todo, den- ro de esa cueva”. En la Sierra Mazateca (al noreste de Coixtlahuaca) se encuen- ra uno de los antecedentes prehispanicos mas antiguos refe- s a esta forma de culto: en la cueva La Navaja se conserva a estalagmita de aproximadamente 1 m. de altura, que por to también es conocida como El Guardian, en cuya base se ncontraron ofrendas consistentes en vasijas de barro, objetos de ade, turquesa, concha y coral, asf como navajas de obsidiana; los bjetos ofrendados representan varios momentos rituales que enzaron en los primeros afos de nuestra era y continuaron a el siglo XII. La estalagmita es interpretada como una expre- in. prehispanica de las divinidades del agua.” En la Cordillera del Tentzo, zona popoloca del sur de Pue- ala que arribaron algunos migrantes procedentes de Coix- lahuaca en el siglo XIII, persiste también la tradicion de realizar itos de peticion en la llamada “Cueva del Tentzo", donde una enorme estalagmita de casi tres metros de altura contintia siendo Objeto de veneracion de quienes acuden a la cueva para pedir gua, alimentos, salud, riqueza para una persona 0 la ruina para asi como novias, trabajo, viajes, tractores y camiones. Para Muchos, esta cueva y su estalagmita son ahora manifestaciones 'Véase Wence (1982); Brady et al. (1997); Fitzsimmons (2005: 110). Fitzsimmons (2005). 503 Zz VNNV del demonio, a quien se le tiene que pagar incluso con el alma de algunos nifos por los bienes recibidos; para otros, aquéllas atin representan el lugar del “Tentzonhuehue” o el “Viejito del Tenzo”, quien, de acuerdo con las tradiciones orales recuperadas por Antonella Fagetti (1998), puede ser considerado como una de las antiguas divinidades del agua y los mantenimientos que habitaban en el Tlalocan, lugar que en las creencias locales es imaginado como un espacio de abundancia acuifera y alimenti- cia que existe al interior de la Cordillera del Tenzto.° En lazona maya también existen referencias que nos indican como el agua que se origina en las cuevas junto con las estalacti- tas, estalagmitas y estalagmatos, ha sido motivo de cultos dirigi- dos a las antiguas divinidades acuaticas; incluso muchas de estas formaciones rocosas eran extrafdas de las cuevas y transportadas a las ciudades para integrarlas en la arquitectura religiosa de los templos dedicados a las divinidades del agua, la tierra y el infra- mundo. En la misma zona persisten estalagmitas que conservan sincréticas formas de uso ritual, como lo expresan sus nombres actuales: “Virgen de la Candelaria” 0 “El Santo”.°! IX. Los elementos y objetos de peti El agua, los alimentos, el bienestar personal y comunal, figuran entre los principales elementos de peticién® en las cuevas El Calva- rio y Las Siete Puertas. Aqui, el agua es el tinico ingrediente que se manifiesta en su forma natural, a través del goteo del techo. Los demas elementos por los que se pide tienen que ser simbolizados °° Fagetti (1998: 163-178); Medina (2000: 32, 139-147). *' Para mayores detalles véase Brady et al. (1997); Heyden (1991). * Elementos de peticién: todo aquello que se pide en la cueva, es decir, el conjunto de bie- nes naturales o de subsistencia, como agua, Hluvia, tierra fértil, vegetaci6n, animales, et y aquellos bienes de valor social como casas, pozos, ganado, bienestar personal, salud: dinero, autos, etc ediante diversos objetos de peticién,>* que consisten en modes- s maquetas o miniaturas que se elaboran con materiales pro- pios del lugar: piedras, varas, cortezas de Arbol, frutos, bellotas de cino y otras semillas, siendo pocos los objetos que son llevados por los peregrinos a la cueva, como los granos, las mazorcas de maiz y las latas con que se recolecta el agua que gotea del techo. Para ofrendar se Ilevan candelas, copal, tabaco, sidra y mez- al. Otros elementos de peticion se refieren especificamente al bienestar personal, a la salud y a la posesién de bienes materia- le como vehiculos o dinero, los cuales se expresan mediante la aboracién de dibujos en las paredes de las cuevas, 0 colocando nonedas en algunos nichos naturales. _ En términos generales y al margen de las peticiones de indole sonal, con las maquetas se representa a los componentes icos e indispensables para el bienestar de la unidad domés- a: la casa (elaborada con piedras, varas y corteza de arbol); el rral de animales (ambos simbolizados con piedras); la troje ada por un circulo de piedras en el que se depositan semi- sy frutos); el huerto y el campo de cultivo (simbolizados con as); el pozo de agua o manantial (una lata que contiene el que gotea en la cueva). En otras areas de Oaxaca existen referencias que indican antecedentes de las peticiones mediante el uso de maque- S, miniaturas, dibujos o algun simbolo representativo de los lenes deseados.** Esta costumbre parece remontarse al pasado tehispanico y se conservé durante la Colonia, llegando hasta letos de peticion: conjunto de objetos y acciones que se realizan en la cueva para pe- Aqui estarian comprendidas las maquetas y otras miniaturas, asi como los dibujos, las das, etc.; en las acciones de peticién quedan comprendidas las oraciones que se hacen fa agradecer y pedir, asi como las limpias del cuerpo, con las que se pide por la sanacion Proteccion del cuerpo contra las malas influencias, “ia la Mixteca guerrerense, se reportan rituales de peticién con los que se pide por Rimales domésticos en el interior de una cueva; los animales son imaginados como millas” en la cueva y se espera que posteriormente se reproduzcan en el corral de la casa ff 2007: 362-363). 505 OSes AR A LOST Zz Zz Zz > 90s | el presente debido a que en algun momento fue integrada a las ceremonias de peticién que se desarrollaban en las iglesias al comienzo del afio, aunque en algunas partes continué desarro- llandose en cuevas y cerros, € incluso en sitios arqueolégicos, es decir, lugares sagrados tanto de la antigitedad como de la actua- lidad. Veamos algunos ejemplos. En 1967 Weitlaner reporté una cueva localizada en la Mix- teca Alta, donde la gente atin colocaba miniaturas de ropa como parte de sus rituales de peticion. En Mitla, durante la ultima noche del aio, se tenfa la costumbre de llevar a las cuevas peque- fas figuras representativas de las cosas deseadas: casa, dinero, hijos, animales, etc.; los lugares cambiaron, pero la costumbre contintia y la ceremonia se sigue realizando, aunque ahora frente auna cruz ubicada en la cima de un cerro en las inmediaciones de la iglesia de Tlacolula.** En la cima del cerro Iki Ya (en zapoteco, “donde hay tianguis”),5° ubicado en Santa Ana del Valle, se encuentra un sitio arqueolégico del periodo Clasico que cuenta con terrazas, mon- ticulos y canchas para el juego de pelota. En las ruinas de la plaza principal del sitio se realiza un ritual de petici6n durante la vis- pera del afio nuevo, al que acuden habitantes del pueblo citado y también del vecino Teotitlan. La ceremonia puede ocurrir los dias 31 de diciembre o 1 de enero y para manifestar sus peticiones los visitantes elaboran maquetas con las piedras que se encuen- tran en la superficie del sitio; con ellas realizan pequefias cons- trucciones de diferentes tipos y formas. Entre las mas sencillas se encuentra la representacion de solares y terrenos delimitados por pequeinias piedras, o también de casas de uno 0 varios cuartos; algunas de las casas incluyen una pequefia bandeja de agua ente- ® Montero (2000: 257). 3 5 Su significado puede hacer referencia al “mercado” que se manifiesta como “encantO en este lugar (segtin los relatos de los vecinos del pueblo, quienes dicen que éste es como el mercado de Tlacolula) ada en la tierra con dos varas en sus extremos, simbolizando al ozo de agua; incluso se pueden observar maquetas de grandes ificios con cocheras, que manifiestan la modernidad en la que desarrolla esa ritualidad y, al mismo tiempo, su vinculacion on el pasado indigena. Otro de los lugares de Oaxaca en donde se mantiene viva la ritualidad de la peticién mediante miniaturas, maquetas y otros objetos simbdlicos, es el circuito ritual del santuario de Juquila, uno de los principales de su tipo en México, fundado hacia mediados del siglo xvi, en donde el sincretismo religioso esta e sobra representado. Los puntos importantes de este circuito ritual se encuentran en los alrededores de Juquila, en lugares On reza que se aparece la imagen de la Virgen de Juquila. Otro punto del circuito ritual es el lugar conocido como “E] Pedi- alizado pocos kilémetros antes de llegar a la iglesia de Santa tarina Juquila. En este lugar, los millares de personas que visi- el santuario cada aio vienen a dar las gracias por los favores gan a pedir por la salud, el hogar y otros bienes materiales, ido notorio que los pedimentos son elaborados de barro y tementos que se encuentran en el mismo lugar, como varas, En 1953, Laurette Séjourné describio el ceremonial que ara entonces se vivia en Juquila, y con respecto a El Pedimento y Las Siete Puertas, que vale la pena transcribir algunas de S descripciones: Séjouré (1985: 30-33), Barabas (2006: 89). 507 “CONVOCAR A LOS DIOSES” VGOUd YNNVI gos | Aqui se detienen todos los peregrinos para cumplir ciertos ritos inesperados [...] peticiones que cada quien viene a hacer a la Virgen |...] pero es claro que estas ceremonias no tienen nada que ver con el catolicismo [...] Cargados de flores silvestres, los peregrinos llegan cantando himnos y van a arrodillarse ante el santuario del lugar -unas ramas en pabellén, sin ninguna ima- gen religiosa~ donde ellos cuelgan una primera peticion... Un campesino acaba de construir una casa con cortezas de Arbol; una anciana deposita flores sobre el reborde del brocal de un pozo en miniatura... unos jévenes modelan animales en arci- la; unas muchachas confeccionan opulentas trenzas con agu- jas de pino [...] una campesina ofrece un puiado de bellotas y [otra pide mediante] signos herméticos que raz durante un largo rato en la tierra [...] un joven, a cambio de la envoltura de un paquete de cigarrillos que ofrece, se le pagara con una piedrita [...] dos viejos discuten el precio de una vaca de barro [...] un muchacho arrastra muy seriamente tras de si el caballo que acaba de adquirir y que no es otra cosa que una pia alar- gada |...] una casita de barro finamente modelada [...] con ese hermoso maiz (trocitos de piedra blanca) [...] Los guijarros y las hojas de roble representan el dinero y aparecen en gran cantidad (Séjourné, 1985: 30-33). Basta con hacer una visita a este cerro en Juquila para dar cuenta de que las formas rituales atin utilizadas en ese lugar mantienen gran similitud con los objetos de peticién que se utilizan en las cuevas que nos ocupan. El simbolismo de éstos se pierde en el tiempo y s6lo podemos sospechar remotamente su relaci6n con aquellos mitos de origen que se conservaron en algunas regiones oaxaquefias, en donde las cuevas, los arboles y las piedras caverna- rias tuvieron papel importante en la creacion de la humanidad.* * Basta con recordar los mitos de creacién en Apoala, en donde se encontraba el gran Arbol del cual nacieron los mixtecos; asf como los mitos de los “hombres de piedra’ y el “Arbol de origen” de Santa Cruz Mixtepec y Pinotepa Nacional, que relatan cémo los primeros mix- tecos nacieron de los Arboles y después quedaron convertidos en piedra en el interior de una cueva (Gonzalez-Torres, 1991: 12; Heyden, 1989:97; Montero, 2000: 256; Pérez, 2007 403-406). En Pinotepa Nacional atin se cuenta que hubo un tiempo en el que las piedras d¢ __ No obstante, la similitud que guardan los objetos rituales que se utilizan tanto en un santuario del catolicismo indigena ‘como en un sitio arqueologico, en la cima de un cerro o en una eva, nos indica, mas que eventos histéricamente relacionados, Ja permanencia de un trasfondo cultural y religioso comin que contintia manifestandose en lugares sagrados y que, a pesar de diferencias étnicas y del tiempo transcurrido, ha sido con- formado por la estrecha vinculacién que los pueblos agricolas contintian manteniendo con la naturaleza. _ De acuerdo con el modelo explicativo que sobre la rituali- ad indigena ha propuesto Lépez Austin (1995: 160-200), pode- os concluir este apartado mencionando que la relacién entre objeto de peticién (por ejemplo, la maqueta), el elemento de eticion (la casa, los alimentos, el pozo de agua, la salud y la riqueza, etc.) y la esperanza de su creacién o reproduccion en el mundo terrenal, expresan una forma de pensamiento magico, n el que los sujetos esperan que los objetos con los que comu- sus anhelos, sean “replicados” en la superficie de la tierra haber sido conjurados y configurados en un lugar sagrado (el mplo-cueva), en donde las fuerzas de la naturaleza con su poder vo los dotaran de existencia, tal y como lo hacen con la ger- acion de las semillas, las cuales, al haber sido bendecidas en E | cueva o en la iglesia, garantizan el crecimiento que tendran en el campo de cultivo cuando llegue el tiempo de la siembra. <. La fecha del ritual: el 2 de febrero n el calendario catdlico el 2 de febrero corresponde al Dfa de la indelaria, en el que se festeja la Purificacin de la Virgen Marfa S cumplirse la cuarentena de su alumbramiento, por lo que se evas tenjan alma y eran “como animales domesticados por la gente” (Pérez, op. cit.) 509 CONVOCAR A LOS UH VNNVHOL vo ors conmemora también la presentaciOn del Nifo Jestis en la iglesia. Tras la conquista espafiola, en algunas regiones de Mesoamérica como el Altiplano Central, esta fecha se relacioné con el inicio del afto solar indfgena, como lo refiere Sahagtin (1985: 77): El primer mes del ano se llamaba entre los mexicanos Atlca- hualo, y en otras partes Quauitleoa. Este mes comenzaba en el segundo dia del mes de febrero, cuando nosotros celebramos la purificacién de Nuestra Sefiora. En el primer dia de este mes celebraban una fiesta a honra, segtin algunos, de los dioses Tla- loques que los tenfan como dioses de la pluvia; y segtin otros de su hermana la diosa del agua Chalchiuhtlicue; y segtin otros, a honra del gran sacerdote o dios de los vientos Quetzalcoatl, y podemos decir que a honra de todos éstos [...] En este mes mataban muchos nifios: sacrificdbanlos en muchos lugares y en las cumbres de los montes [...] a honra de los dioses del agua, para que les diesen agua o Hluvias. Por su parte, Motolinia (1914: 68) describe como, desde mediados del siglo XVI, en los territorios recién conquistados del drea de México-Puebla-Tlaxcala y parte de Oaxaca, se vis- lumbraban ya las primeras manifestaciones del catolicismo indfgena, y con relacion a las festividades del segundo dia de febrero inform6 que: En la fiesta de la Purificacion o Candelaria traen sus candelas a bendecir, y después que con ellas han cantado y andado la procesi6n, tienen en mucho lo que les sobra, y guardanlo para sus enfermedades, y para truenos y rayos; porque tienen gran devocién con Nuestra Sefiora, y por ser benditas en su santo dia las guardan mucho. En la mezcla de tradiciones religiosas se conservaron sincréticos relatos y festividades que evocan al sentido de las fiestas descri- tas por Sahaguin para el primer mes del afio indigena, cuando s¢ ertas en Coixtlahuaca subyace la creencia de que algunas per- sonas pueden morir al intentar ingresar al Cerro del Agua para jhacerse de los bienes que ahi se resguardan. En otras areas se conservan relatos similares, en los que se refieren a las cuevas como “puertas” de los cerros que se abren el 2 de febrero, cuando alen entidades sobrenaturales que buscan almas jOvenes que ayuden al mantenimiento y renovaci6n de la naturaleza, como lo expresa un relato registrado por Neff (2007: 359) en la region -nahua-mixteca-tlapaneca de la Montafia de Guerrero: “Un dia al afio, el dia de la fiesta de La Candelaria, el cerro se abre para dejar salir a los que viven adentro: animales, hijas de animales, uales. [Estos] llegan al pueblo para atraer a los jovenes y lle- Con relaci6n a las fiestas y tradiciones mesoamericanas vin- culadas al 2 de febrero, Broda (2004a: 37) ha remarcado c6mo ando los momentos importantes del ciclo agricola. Asi, las actuales fechas del 2 0 12 de febrero, 3 de mayo, licas, constituyen el marco fundamental para la celebraci6n Jos ritos agricolas en las comunidades indigenas tradicionales Mesoamérica. Particularmente las fiestas del mes Atlcahualo e los mexicas se correlacionaban con el principio del afilo fa (2004a: 40) nos dice que si al 2 de febrero se le afiaden los 10 dias establecidos por a Gregoriana de 1582, que fue posterior a la obra de Sahagtin, la fecha corregida eria ser 12 de febrero. 511 “CONVOCAR A LOS DIOSES” vVdoud YNNVHOL TLS civil y cronolégico pero marcaban también el inicio del ciclo agricola en lo que respecta a las siembras de regad{o.°! Mas tarde, en el templo de la diosa Chicomecéatl, tenia lugar la bendicién del maiz que, tras ser almacenado en la troje, era utilizado en el siguiente periodo de siembra. En este proceso de sincretismo religioso se gestaron las tra- dicionales festividades y peregrinaciones que, en el marco de la religiosidad popular mexicana, se realizan actualmente entre el 2 y el 12 de febrero a las iglesias y otros santuarios tan importantes como la Basilica de Guadalupe o de Juquila, en donde, ademas de las candelas y las imagenes del Nino Jestis, los campesinos llevan a bendecir las semillas que mas tarde utilizaran en las siembras, en tanto que, para otros, las mazorcas que han sido bendecidas en esos dias son colocadas en la casa y simbolizan la buena esperanza de los alimentos. En El Calvario y Las Siete Puertas esta ritualidad comparte el trasfondo religioso antes descrito, con excepcion de que se desarrolla al margen de la iglesia catolica y las peticiones tie- nen lugar en espacios subterraneos, donde el agua y las semillas son depositadas en maquetas que simbolizan a las trojes y las fuentes de agua que son anheladas para el bienestar doméstico. Esta situacion es coherente con el modelo del ciclo agricola pro- puesto por Lépez Austin (1995: 160-163) en el contexto de la tradicidn religiosa mesoamericana, segtin el cual los cerros se conciben como grandes bodegas que almacenan riquezas, entre ellas las semillas del maiz y otras plantas cultivadas, asi como el agua de Iluvia. “! Idem; véase también Broda (2004b: 66), . Comentarios finales las cuevas El Calvario y Las Siete Puertas se conservan ritos creencias que sin duda nos remiten al pasado prehispanico, pero sobre todo a la resistencia étnica y a la manera como esta 0 religioso que indigenas y clérigos conjugaron a lo largo del po, engranando calendarios y santorales de Ia liturgia cat6- 1 ica con las festividades ancestrales que para la gente del campo continuaron centradas alrededor de la naturaleza, la fertilidad y proceso de producci6n agricola. En el pasado, el sentido de los a forma de ritualidad se ha adaptado a su momento histérico specifico, llegando a integrar los bienes materiales mas diver- s, a los cuales se les trata de proyectar también la fuerza crea- de la tierra, Mas alla del dia 2 de febrero y de las candelas, en la ritua- ervaciOn de sus tradiciones que, ante el ojo inquisidor de lesia durante la Colonia, los llevé a buscar lugares cada vez alejados y ocultos en los montes para continuar realizando eremonias ancestrales de manera clandestina, tal y como fue Ncionado por el cronista Burgoa en el siglo xvii al decir que ‘se momento atin existian pueblos en la Mixteca que “eran os a la idolatria, aprovechando lo intrincado de los montes, 513) s VNNVE wu _ - practicaban la superstici6n y eran incrédulos”. Esta situaci6n nos permite suponer que la ritualidad conservada en estas cuevas pudo generarse en el contexto del colonialismo europeo. Pero independientemente de cudntos elementos prehis- Ppanicos, catdlicos o modernos puedan tener, estos rituales de peticién conservan atin partes de su origen mas profundo: la yeneracion por la naturaleza y el hecho de asumirse como parte de ella. El intercambio de dones entre divinidades y personas puede tener lugar en una cueva, en un sitio arqueoldgico o en un santuario del catolicismo indigena, pero todos son lugares sagrados en donde el “pedimento” puede tener formas diferen- tes pero un sentido andlogo. Entendidas en este contexto, para la tradicion indigena de la regiOn, estas cuevas representan templos subterraneos en donde se ofrenda y se pide, conjugandose asi el intercambio de dones con la naturaleza; son el portal de acceso al espacio interno de las montafias, concebido como un mundo paralelo donde el ritmo del tiempo es diferente y donde las entidades sobrena- turales resguardan los bienes de subsistencia que sdlo pueden ser concedidos a los pueblos en determinadas fechas y acciones tituales; aqui se ofrenda y se reza para que la tierra y el agua (como entidades animicas) propicien la vida, regeneren, lim- pien, curen y multipliquen todo aquello que les sea implorado en su mundo subterraneo. En su conjunto, los elementos de peticidn reflejan las con- diciones de vida en las que atin subsisten estas poblaciones, en donde la agricultura y la crianza de ganado permanecen en 1a base de su economia, como lo expresan a la hora de pedir por los cultivos, por el granero y el ganado. Dichos elementos giran en torno a un ideal de vida que esta centrado aun en la unidad doméstica integrada por la casa, el campo de cultivo, el corral con ganado, la troje con granos, el huerto, el pozo de agua, el dinero, la salud y, mas recientemente, ta vehiculos de carga y de transporte personal. Para asegu- rar lo que se desea, la peticidn se personaliza y direcciona, es ecir, se expresa lo que se quiere, como se quiere y para quién se quiere. Por ello, a la hora de pedir no basta con ofrendar, imagi- ar, pensar 0 anhelar lo que se desea; lo que se pide tienen que ser simbolizado o materializado de alguna manera en el interior e la cueva para que la bondad de la “Madre Tierra” lo repro- a en el mundo exterior. Antes de terminar, queremos mencionar que para los arque6- logos que tratamos de interpretar los restos de actividades que e conservan en cuevas como éstas, las evidencias etnograficas e hemos presentado aportan valiosos elementos de juicio para entar las interpretaciones que hacemos de los contextos arqueo- ‘os cavernarios, en donde ya sdlo encontramos fragmentos de iculado, pero que en su momento pudieron formar parte de das y rituales de peticion como los aqui mostrados. 515 "CONC Yaoud VNNVHO! 91s Bibliografia ACUNA, René (ed.), Relaciones geograficas del siglo XVI: Antequera, t. |, México: UNAM, 1984. AGUILAR, Manuel, Miguel Medina Jaen, Tim M. Tucker and James Brady, “The significance of a Chicomoztoc complex at Acatzingo Viejo", in In the maw of the earth monster. Meso- american ritual cave use, James E. Brady & Keith M. Prufer (eds.), Austin: University of Texas Press, 2005, pp. 68-87. 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Objetos votivos huicholes: las perspectivas __ tedricas de Konrad Theodor Preuss f y de Carl Lumholtz a la luz de las investigaciones recientes sobre intercambio y sacrificio rituales en el Gran Nayar JOHANNES NEURATH There is no problem in ethno- logy so difficult to solve as the meaning of the arrow CARL LUMHOLTZ (1902: 201) troduccién SU COMPLEJIDAD y dinamismo, la documentacién de los les huicholes sigue planteando un desafio a la etnografia. no perderse en la selva de los sfmbolos, una estrategia via- e ha sido la de enfocarse en los elementos més recurrentes de S ceremonias y fiestas, es decir, en secuencias rituales relativa- ente invariables que aparecen en contextos diversos, aunque ‘mpre en combinaciones distintas. Una de estas secuencias es Ofrenda de flechas (+r+te), jicaras (xukurite) e “instrumentos ira ver” (nierikate). Los objetos en cuestién siempre son vela- 9s durante una noche de canto chamAnico. En la madrugada se ‘ unta con sangre sacrificial para posteriormente depositarlos ' diversos lugares sagrados del paisaje. 523 “CONVOCAR A LOS DIOSES” “Convocar a los dioses": ofrendas mesoamericanas. Estudios antropologicos, hist6ricos y comparativos JOHANNA BRODA 7 “Se > GOBIERNO DEL ESTADO DE VERACRUZ DE IGNACIO DE LA LLAVE Dr. Javier Duarte de Ochoa Gobernador Constitucional Lic. Harry Grappa Guzman Sectetario de Turismo, Cultura y Cinematografia Mtro. Alejandro Mariano Pérez Director del Instituto Veracruzano de la Cultura Mtro. José Homero Hernandez Alvarado Coordinador Editorial Primera edicion 2013 CONSEJO NACIONAL PARA LA. CULTURA Y LAS ARTES Lic. Rafael Tovar y de Teresa Presidente Mtro. Sail Juarez Vega Secretario Cultural y Artistico Mario Antonio Vera Crestani Director General de Vinculaci6n Cultural Lic. Laura Emilia Pacheco Directora General de Publicaciones D. R. © Instituto Veracruzano de la Cultura ISBN: 978-607-96044-8-6 JOHANNA BRODA (coord, ) “CONVOCAR A LOS DIOSES”: ofrendas mesoamericanas ; aed a los dioses: ofrendas mesoamericanas” jconjunté a mas de una docena de investiga- in ote ee UN On RCCL PW MU fur Ma ae UL ea Cod od eT MR CMs OCT eee ee CS Purl Wolcott ello Me Me el ema ad Peco eR ee Rec ea Pie Cette ao ORs Mee eR uC Oe eee Cate Re Ve Wt UM ecole ead Rene CRUST UMS MUR eRe) Wao e Mor olee i Ua M (merT CoCee UL les, palpable y viva en los rituales que hoy dia se siguen practicando. PR oe R(t CNN U CIC OM: CM SMU L Ome oe que desglosa las peculiaridades de etnias y zonas Pyare CE A miento intelectual a los caminos que adopta la erate Mme ie OREO MMe er OM CoM CS Meo PR Eee oR MMU RRL cey nM CUT RCo aCe Preset Ua: Mee OOO sa oe Peer Rea tel ee CCU indigenas mexicanas. Te ulOMCL TUM) c Sa to} EPEC Reel Role ULC MR ese Mac Cone Tua elie UL Se A (oA CoML Cole ofrendas que datan de siglos atras. Con ello se atestigua el continuo ahinco con que las poblacio- ata cues defienden la posesién de sus pro- PT toto MU ole) de CoS ose) cata Pee MURR: ORCS ete onc Uo Le CL) tradiciones como reescribir autonomamente su pasado cultural. ee

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