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Sobre el materialismo dialéctico el materialismo histdérico JOSEPH VISSARIONOVICH STALIN. Cuestiones del leninis EDICIONES LENGUAS EXTRANJERAS DE PEKIN. partido EI materialismo dialéctico es la concepcién del mundo de marxista-leninista. Llamese materialismo dialéctico, po dos de abordar los fenémenos de la naruraleza, su méi estos fendmenos y de concebirlos, es dialéctice, 3 de los fenémenos de la naturaleza, su modo de enfocarlos, su te materialista. El materialismo histérico es la extensién de los prix: terialismo dialéctico al estudio de la vida social, le eplicacis principios del materialismo dialéctico a los fenémenos ce 2 sociedad, al estudio de esta y de su historia. Caracterizado su método dialéctico, Marx y Engels s generalmente a Hegel, como el fildsofo que formuls ks mentales de la dialéctica. Pero esto no quiere decir q= Marx y Engels sea idéntica a la dialéctica hegeliana. En reall y Engels solo tomaron de la dialéctica de Hegel s «méd desechando la corteza idealista hegeliana y desarrollando Ia cisi Para darle una forma cientifica moderna. «Mi método dialéctico —dice Mar no solo es en su base & método de Hegel, sino que es directamente verso. Para Proceso de! pensamiento, al que é] convierte in i ; 6) jo con vida propa, eel demiurgo (readod) deo ral, jc en su) . . wae ple forma extern. Para mi, po el contaro, lo ideal oar ‘ real susi / Jo material eranspuesto y traducido en la cabeza del hombres yg que Marx, Palabras finales la segunda edicién alemana del t. I de El capizgy, En la caracterizacién de su materialismo, Marx y Engels se te. miten generalmente a Feuerbach, como el filésofo que restauré ea sus derechos al materialismo. Pero esto no quiere decir que el materialis. mo de Marx y Engels sea idéntico al materialismo de Feurbach. Ep realidad, Marx y Engels sélo tomaron del materialismo de Feurbach su «médula esencial» y desarroll4ndola hasta convertirla en Ja teoria cientifico-filosdfica del materialismo y desechando su escoria idealista y ético-religiosa. Es sabido que Feurbach, que era en lo fundamental un materialista, se revelaba contra el nombre de materialismo, Engels declaré mas de una-vez que, «pese al cimiento materialista, Feuerbach no Ilegé a desprenderse de las ataduras idealistas tradicionales», y que «donde el verdadero idealismo de Feuerbach se pone de manifiesto es en su filosofia de la religién y en su ética (K. Marx y F. Engels, t. XIV, pags. 652-654), La palabra dialéctica viene del griego dialego, que quiere decir «didlogo» 0 polémica, Los antiguos entendian por dialéctica el arte de descubrir la verdad poniendo de manifiesto las contradicciones en la ar- D El método dialéctico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales: = Por oposicién a la metafisica, la dialéctica no considera la na- turaleza como un conglomerado casual de objetos y fendmenos, desli- gados y aislados unos de otros y sin ninguna relacién de dependencia entre si, sino como un todo articulado y Unico, en el que los objetos y los fenémenos se hallan orgdnicamente vinculados unos a otros, de- penden unos de otros y se condicionan los unos a los otros. Por eso, el método dialéctico entiende que ningtin fendmeno de Ja naturaleza puede ser comprendido si se lo toma aisladamente, sin co- nexién con los fenémenos que lo rodean, pues todo fendmeno tomado de cualquier campo de la naturaleza puede convertirse en un absurdo si se lo examina sin conexién con las condiciones que lo rodean, desli- gado de ellas. Y, por el contrario, todo fendmeno puede ser compren- dido y explicado si se lo examina en su conexién indisoluble con los fenémenos circundantes y condicionado por ellos. B) Por oposicién a la metafisica, la dialéctica no considera la natu- raleza como algo quieto e inmévil, estancado ¢ inmutable, sino como algo sujeto a perenne movimiento y a cambio constante, como algo que se renueva y se desarrolla incesantemente y donde hay siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y caduca. Por eso, el método dialéctico exige que los fendmenos se exami- nen no solo desde el punto de vista de-sus relaciones mutuas y de su mutuo condicionamiento, sino también desde el punto de vista de su movimiento, de sus cambios y su desarrollo, desde el punto de vista de su nacimiento y de su muerte. Lo que importa sobre todo al método dialéctico no es lo que en un momento dado parece estable pero comienza ya a morir, sino lo que nace y se desarrolla, aunque en un momento dado parezca poco estable, pues lo unico que hay insuperable, segin al, es lo que se halla en estado de nacimiento y desarrollo. 1 materialismo histvico 1. statin: Sobre ef materialism dialéctico ye a Escuela de Cuadros (168) Toda la naturaleza —dice Engels-, desde sus i “ mis Mintisey, las hasta sus cuerpos mis gigantescosy ‘esied a ia d sol, desde el protozoo -organismo vivo unicelu's ns ‘ br, s halla en estado perenne de nacimiento y ot indo en movimiento y cambio incesante» (Obra citada, pagina 484), A ca las cosas y sus ims. Por eso, la dialéctica, aftade Engels, «enfo ; Y Sus imi, ialmente, en sus conexiones mutuas, en 54 genes conceptuales, sustancialmente, sen i dindmica, en su proceso de Genesis y entronque y concatenacién, en su din’ Pane ina 23). desaparicién» (C. Marx y F. Engels, t. XIV, pig ina ©) Por oposicién a la metafisica, la dialéctica no examina el pro- ceso de desarrollo como un simple proceso de crecimiento, en que los cambios cuantitativos no se traducen en cambios cualitativos, sino como un proceso en que se pasa de los cambios cuantitativos insigni- ficantes y ocultos a los cambios manifiestos, a los cambios tadicales, a los cambios cualitativos; en que estos se producen, no de modo gra- dual, sino répido y siibitamente, en forma de saltos de un estado de Cosas a otro, y no de un modo casual, sino con arreglo a leyes, como resultado de la acumulacién de una serie de cambios cuantitativos in- advertidos y graduales, Por eso, el método dialéctico entiende que el proceso de desa- ‘oncebitse no cémo movimiento circular, simple repeticién del camino ya recorrido, Progresivo, no como una sino como un movimiento : aa ascensional, como el tran- sito del viejo estado cualitativo aun nuevo ae estado cualitativo, como el atrollo de lo simple a lo complejo, de lo inferior alo superior. en primer término a Darwin, quién, con su prueba de que toda la naturaleza orginica e: ente, plantas y animales, y entre ellos, como es ldgico, cl hombre, es el producto de un proceso de desarrollo que dura millones de afios, ha asestado a la concepcién metafisica de la naturaleza el mas rudo golpe» (Obra citada, pagina 23). Caracterizando el desarrollo dialéctico como el transito de los cambios cuantitativos a los cambios cualitativos, dice Engel «En fisica (..) todo cambio es una transformacién de cantidad en ca- lidad, una consecuencia del cambio cuantitativo de Ja masa de movi- miento de cualquier forma inherente al cuerpo 0 que se transmite a este. Asi, por ejemplo, el grado de temperatura del agua no influye para nada, al principio, en su estado liquido; pero, al aumentar o disminuir la temperatura del agua liquida, se llega a un punto en que su estado de cohesién se modifica y el agua se convierte, en un caso, en vapor, y en otro caso, en hielo (..) Ast también, para que el hilo de platino de la Kimpara eléctrica se encienda, hace falta un minimo de corriente. Todo metal tiene su grado térmico de fusién, y todo liquido, dentro de una determinada presién, su punto fijo de congelacién y de ebullicién, en la medida en que los medios de que disponemos nos permiten pro- ducir la temperatura necesaria y finalmente, todo gas tiene su punto critico, en que bajo una presidn y un enfriamiento adecuado se licua en forma de gotas (..) Las llamadas constantes de la fisia {los puntos de transicién de un estado a otro: J. Stalin] no son, la mayor parte de las veces, mas que los nombres de los puntos nodulares en que la suma © la sustraccién cuantitativas (cambios cuantitativos) de movimiento provocan cambios cualitativos en el estado del cuerpo de que se trata, y en que, por tanto, la cantidad se trueca en calidad» (Obra citada, paginas 527-528). Y més adelante, pasando a la quimica, Engels prosigue: i i i i ; J. Stan (169) Escuela de Cuadros (170) «Podrfamos decir que la quimica es la ciencia de los cambios cualitati- vos de los cuerpos por efecto de los cambios producidos en su compo- sicién cuantitativa. Y esto lo sabia ya el mismo Hegel (..) Basta fijarse en el oxigeno. Si combinamos, para formar una molécula, tres étomos en ver de dos, que es lo cortiente, produciremos ozono, cuerpo que se distingue de un modo muy definido del oxigeno normal, tanto por su olor como por sus efectos. ;Y no digamos de las diversas proporciones en que el oxigeno se combina con el nitrdgeno o con el azufre, y cada tuna de las cuales produce un cuerpo cualitativamente distinto de todos los demas!» (Obra citada, pagina 528). Por iltimo, criticando a Diihring, ~sin perjuicio de tomar de él, a la chita que el trénsito del reino de lo insensible mundo inorginico al mundo de la vida un nuevo estado~, Engels dice: que colma de injurias a Hegel callando, la conocida tesis de al reino de las sensaciones, del orgdnica, representa un salto a «Es, en absoluto, la linea nodular h egeliana de las proporciones de la medida en que el simple aumento o la sim ov roduc i Pp ducen, al llegar a un determinado Punto nodular, un salto cualita- tivo, como ocurre, z > » Con el agua puesta a calentar o enfrian el punto de i 6 : a congelacién son los nédulos en que, bajo una presién normal, se Produce ¢ i wo de cohesién, es decir, en ue | i citada, paginas 45.46), “*M*ldad se trueca en calidads (Obra ple disminucién cuantitativa =i aa a ; implcitascontradicciones internas, prs: = lra evan sempre iti a clos ti Jado Positivo y su lado negativo, su Pasado y sy fue pee cidad y su lado de desarrollo; del er ro, stt lado de cadu- rio d lados contrapuestos, * Que la lucha entre estos 10 vi entre lo que cad © y lo nuevo, entre lo que ro del proven t®2Y lo que se desarrolla a de desarrollo, el contenido Ja lucha entre | agoniza y lo que nace, forma el contenido inte interno de la transforma cualitativos. Por eso, el método dialéctico entiende que el proceso de desarro- Ilo de lo inferior a lo superior no discurre a modo de un proceso de desenvolvimiento arménico de los fenémenos, sino poniendo siempre de relieve las contradicciones inherentes a los objetos y a los fenéme- nos, en un proceso de «lucha» entre las tendencias contrapuestas que acttian sobre la base de aquellas contradicciones. in de los cambios cuantitativos en cambios «Dialéctica, en sentido estricto, es ~dice Lenin~ el estudio de las con- tradicciones contenidas en la esencia misma de los objetos» (Lenin, Cuadernos filoséficos, pégina 263). Y més adelante: «El desarrollo es la ‘Jucha’ de los contrarios» (Lenin, t. XIII, pagina 301), Tales son, brevemente expuestos, los rasgos fundamentales del método dialéctico marxista. No es dificil comprender cudn enorme es la importancia que la difusién de los principios del método dialéctico tiene para el estudio de la vida social y de la historia de la sociedad y qué importancia tan enor- me encierra la aplicacién de estos principios a la historia de la sociedad y ala actuacién practica del partido del proletariado. Si en el mundo no existen fendmenos asilados, si todos los fend- menos estan vinculados entre sf y se condicionan unos a otros, ¢s evi- dente que todo régimen social que aparece en la historia debe ser consi- Jo, no desde el punto de vista de la sjusticia eterna» 0 de cualquier da, como lo suelen hacer los historiadores, sino fe las condiciones que han engendrado este régimen y este movimiento social, y a los cuales se hallan vinculados. Dentro de las condiciones modernas, el régimen de la esclavitud ¢s un absurdo y una necedad contraria a la légica. En cambio, dentro de las condiciones de disgregacién del régimen del comunismo pri- mitivo, el régimen de la esclavitud era un fendmeno perfecramente légico y natural, ya que representaba un progreso en comparacién con el comunismo primitivo. dera otra idea preconcebi desde el punto de vista d irico 4. STALIN: Sobre el materialimo dialéctio y el materialism his (171) de Cussdres Enowels 2 (172) La reivindicacién de la repiblica democrdtico-burguesa dentro de las condiciones del zarismo y de la sociedad burguesa, por ejemplo en la Rusia de 1905, era una reivindicacién perfectamente légica, acertada y revolucionaria, pues Ja republica burguesa representaba, en aquel tiem- po, un progreso. En cambio, dentro de nuestras condiciones actuales en Ja URSS, la reivindicacién de la repiiblica democratico-burguesa seria absurda y contrarrevolucionaria, ya que, comparado con la reptiblica soviética, la reptiblica burguesa significa un paso atrds. ‘Todo depende, pues, de las condiciones, del lugar y del tiempo. Es evidente que, sin abordar desde este punto de vista histérico Jos fendmenos sociales, no podria existir ni desarrollarse la ciencia de la historia, puesto que este modo de abordar los fenémenos es el tinico que impide a la ciencia histérica convertirse en un caos de sucesos for- tuitos y en un montén de los mds absurdos errores. Continuemos, Si el mundo se halla en incesante movimiento y desarrollo y si la ley de este desarrollo es la extincién de lo viejo y el crecimiento de Jo nuevo, es evidente que ya no puede haber ningun régimen social «inconmovible», ni pueden existir los «principios eter- nos» de la propiedad privada y la explotacién, ni las «ideas eternas» de sumisién de los campesinos a los terratenientes, y de los obreros a los capitalistas. Esto quiere decir que el régimen capitalista puede ser sustituido por el régimen socialista, del mismo modo que, en su dia, el régimen capitalista sustituy6 al régimen feudal, Esto quiere decir que hay que orientarse, no hacia aquellas capas de la sociedad que han Ilegado ya al término de su desarrollo, aunque en cl momento presente constituyan la fuerza predominante, sino ha- cia aquellas otras que s¢ estan desarrollando y que tienen un porvenir, aunque no sean las fuerzas predominantes en cl momento actual. En la década del 80 del siglo pasado, en Ja época de luchas entre los marxistas y los populistas, el proletariado constituia, en Rusia, ignificante, cn comparacién con los campesinos in- dividuales, que formaban Ja inmensa mayoria de la poblacién. Pero una minoria ins el proletariado se estaba desarrollando como clase, mientras que !os campesinos, como clase, se disgregaban. Precisamente por esto, por- que el proletariado se estaba desarrollando como clase, los marxistas se orientaron hacia él. Y no se equivocaron, puesto que, como es sa- bido, el proletariado se convirtié, andando el tiempo, de una fuerza de escasa importancia en una fuerza histérica y politica del primer orden. Esto quiere decir que en politica, para no equivocarse, hay que mirar hacia delante y no hacia atrds. Continuemos. Si el transito de los lentos cambios cuantitativos a los rapidos y stibitos cambios cualitativos constituye una ley del de- sartollo, es evidente que las transformaciones revolucionarias llevadas a cabo por las clases oprimidas representan un fenémeno absoluto natural e inevitable. Esto quiere decir que el paso del capitalismo al socialismo y la li- 173) beracin de la clase obrera del yugo capitalista no puede realizarse por medio de cambios lentos, por medio de reformas, sino solo mediante la transformaci6n cualitativa del régimen capitalista, es decir, mediante : Sobre el materialinmo dialectic y ef materalismo histérco J. staun la revolucién. Esto quiere decir que en politica, para no equivocarse, hay que ser revolucionario y no reformist Continuemos. Si el proceso ded internas, un prov radicciones y con el fin de su- es del proletariado constituye esarrollo es un proceso de revela- ceso de choques entre fuerzas cién de contradiccione: contrapuestas sobre la base de estas cont Jas, es evidente que las luchas de clas pers un fenémeno perfectamente natural e inevitable. . o quiere decir que lo que hay que hacer no es disimular las contradicciones del régimen capitalista, sino ponerlas al desnudo y desplegarlas en toda su extensién, no es apagar Ja lucha de clases, sino Hevarla a cabo hasta el fin. , Esto quiere decir que en politica, para no equivocarse, hay aue mantener una politica proletaria, de clase, intransigente, y no una poli- i i ario y Ia burgue- vica reformista, de armonia de incereses entre el prolesario ¥ 3 00°8 racién gradual» del capitalismo sia, una politica conciliadora de «integ! €n socialismo. Escuela de Cuadros (174) En esto consiste el método dialéctico marxista, aplicado a la vida social y a la historia de la sociedad. Por lo que se refiere al materialismo filoséfico marxista, es en su base lo opuesto al idealismo filoséfico. 2. El materialismo filoséfico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales: A) En oposicién al idealismo, que considera el mundo como la encarnacién de la «idea absoluta», del «espiritu universal», de la «con- ciencia», el materialismo filos6fico de Marx parte del criterio de que el mundo es, por su naturaleza, algo material; de que los multiples y variados fenémenos del mundo constituyen diversas formas y moda- lidades de la materia en movimiento; de que los vinculos mutuos y las relaciones de interdependencia entre los fenémenos, que el método dialéctico pone de relieve, son las leyes con arreglo a las cuales se de- sarrolla la materia en movimiento; de que el mundo se desarrolla con arreglo a las leyes que rigen el movimiento de la materia, sin necesidad de ningiin «espiritu universal», «La concepcién materialista del mundo —dice Engels~ significa sen- cillamente concebir la naturaleza tal y como es, sin ninguna clase de aditamentos extrafiow» (C. Marx y F. Engels, t. XIV, paginas. 651). Refiriéndose a la concepcién materialista de un filésofo de la An- tigitedad, Herdclito, segiin el'cual «el mundo, que es la unidad de todo 'o existente, no ha sido creado por ningiin dios ni por ningdin hombre, sino que ha sido, es y sera cternamente un fuego vivo que se enciende ¥ se apaga con arreglo a leyes», dice Lenin: «He aqui una excelente definicién de los principios del materialismo dialécticon (Lenin, Cua- dernos filoséficos, pagina 318). ‘ b) En oposicién al idealismo, el cual afirma que sol on SDE ; ¢ solo nuestra C ciencia tiene una existencia real i Y que el mundo material, el ser, Ja n@° turaleza, solo existe en Nuestra conciencia, i en ni jones, € nuestras percepciones, uestras sensacio: en nuestr a 5 ‘0s conceptos, el materialismo filoséfico marxista parte del criterio de que la materia, la naturaleza, el ser, es una realidad objetiva, que existe fuera de nuestra conciencia e inde endiente mente de ella; de que la mate: ‘ : te de la que se deriv: la conciencia lo secundario, lo derivado, ya que es la imagen refleja de la materia, la imagen refleja del ser; de que el pensamiento es un producto de la materia que ha llegado a un alto grado de perfeccién en su desarro- Ilo, y mas concretamente, un producto del cerebro, y este el érgano del pensamiento, y de que, por tanto, no cabe, a menos de caer en un craso error, separar el pensamiento de la materia. es lo primario, ya que constituye la fuen- n las sensaciones, las percepciones y la conciencia, y «El problema de la relacién entre el pensar y el ser, entre el espiritu y Ia naturaleza es dice Engels el problema supremo de toda la filosofia (...) Los filésofos de dividian en dos grandes campos, segin la contestacién que diesen a esta pregunta. Los que afirmaban el earécter primario del espiricu frente a la naturaleza (...) formaban en el campo del idealismo. Los otros, Jos que reputaban la naturaleza como lo primario, fguraban en ls diversas escuelas de! materialismo» (F. Engels, Obra citada, paginas 16-17). Y més adelante: tible por los sentidos, del que formamos el tinico mundo real (...) Nuestra con- por més suprasensible que parezcan, terial, corporal: el cerebro. La materia «El mundo material y percept parte también los hombres, es ciencia y nuestro pensamiento, son el producto de un érgano ma no es un producto del espiritu, y © | espititu mismo no es més que el producto supremo de Ia materia» (F. Engels obra citada, pagina 3-2). Refiriéndose al problema de la materia y el pensamiento, mani- ensamiento de la materia pen- fiesta Marx: «No es posible separar el ; sante, La materia es el sujeto de todos los cambio. 7 Caracterizando el materialismo filoséfico marxista, dice Lenin «El materialismo en general reconoce sora ivamente real del ser (la materia), independiente de la conciencia, Ia existencia objet ie las sensaciones, J. statin: Sobre el materialismo dialécico el materialism histrico (175) Exeuela de Cuadros (176) de la experiencia (...) La conciencia (...) no es mas que un reflejo del ser, en el mejor de los casos su reflejo aproximadamente exacto (ade- cuado, ideal en cuanto a precisién)» (Lenin. t. XIII paginas 266-267), Y en otros pasajes: «Es materia lo que, actuando sobre nuestros érganos sensoriales, produce las sensaciones. La materia es la realidad objetiva, que las sensaciones nos transmiten (...) La materia, la naturaleza, el ser, lo fisico, es lo primario. El espiritu, la conciencia, las sensaciones, lo psiquico, es lo secundario» (Obra citada, paginas 119-120). «El cuadro del mundo es el cuadro de cémo se mueve y cémo ‘piensa la materia’» (Obra citada, pagina 288). «El cerebro es el Srgano del pensamiento» (Obra citada, pagina 125). ©) En oposicién al idealismo, que discute la posibilidad de conocer el mundo y las leyes porque se rige, que no cree en la veracidad de nues- tros conocimientos, que no reconoce la verdad objetiva y entiende que el mundo esta Ileno de «cosas en si» que jamds podran ser conocidas por la conciencia, el materialismo filos6fico marxista parte del principio de que el mundo y las leyes porque se tige son perfectamente cognoscibles, de que nuestros conocimientos acerca de las leyes de la naturaleza, probados por la experiencia, por la practica, y tienen el valor de verdades objetivas, incognoscibles, sino simplemente atin com- son conocimientos veraces de que en el mundo no hay cosas a no conocidas, pero que la ciencia y la experiencia se encargarin de revelar y dara cono: cer. Criticando las tesis de Kant y de otros idealis tas sobre la incog- La reputacién més contundente de es ; i tas manjas, como de todas Jas demas manias filoséficas, es la practica, o sea, el experimento y la in- ostrar Ia exactitud de nuestro modo de con” reproduciéndolo Nosotros mismos, creéndolo dustria. Si podemos dem cebir un proceso natural como rotado de sus mismas condiciones, y si, ademés, lo ponemos al servicio de nuestros propios fines, daremos al traste con la ‘cosa en sf” ina equible de Kant, Las sustancias quimicas producidas en el cuerpo animal y vegetal siguieron siendo ‘ec en sf’ inasequibles hasta que la quimica orgdnica comenzé a producirlas unas tras otras. Con ello, la ‘cosa en si’ se convirtié en una cosa para nosotros, como, por ejemplo, la materia colorante de la rubia, la alizarina, que hoy ya no se extrae de la raiz de aquella planta, sino que se obtiene de alquitran de hulla, procedimiento mucho m s barato y més sencillo. El sistema solar de Copérnico fue durante trescientos afios una hipétesis, por la que se podia apostar cien, mil, diez mil contra uno, pero, a pesar de todo, una hipotesis, hasta que Le Verrier, con los datos tomados de este sistema, no solo demostré que debia necesariamente existir un planeta desco- nocido has ta entonces, sino que, ademés, determiné mediante cilculos cl lu ren que este planeta tenia que encontrarse en el firmamento, y en cuando después Galle descubrié efectivamente este planeta, els de Copérnico quedé demostradon (Marx y Engels, Obras escogidas, t. 1, pagina 330). Acusando a Bogdinoy, Basdrov, Yushkévich y otros partidarios del Mach del fideismo (teorfa reaccionaria que prefiere la fe a la cien- endiendo la consabida tesis del materialismo de que nues- cia) y de s por las que se rige la (ros conocimientos cientificos acerca de las ley yes de la ciencia naturaleza son conocimientos veraces y de que las le vas, dice Lenin: constituyen verdades objet EI fideismo moderno no rechaza, ni mucho menos, la ciencia, Lo sinico que rechaza son las ‘pretensiones desmesuradas’ de la ciencia, y Si existe una ver- concretamente, sus pretensiones de verdad objeti dad objetiva (tal como lo enticnden los materialistas) y si las ciencias del hombre, naturales, reflejando el mundo exterior en la ‘experiencia son las dinicas que pueden darnos esa verdad objetiva, todo fideismo queda refutado incontrovertiblemente» (Lenin, t. XII, pigina 102). J. Statsn: Sobre ef materialism dialéctico yel materialism bistrice (177) Escuela de Cuadros (178) Tales son, brevemente expuestos, los rasgos caracteristicos del materialismo filoséfico marxista. | Ficil es comprender la importancia tan enorme que tiene la ex- tensién de los principios del materialismo filosdfico al estudio de la vida social, al estudio de la historia de la sociedad, la importancia tan enorme que tiene el aplicar estos principios a la historia de la sociedad y ala actuacién practica del partido del proletariado. Si la conexién entre los fenémenos de la naturaleza y su interde- pendencia representan las leyes por las que se rige el desarrollo de la naturaleza, de esto se deduce que la conexidn ¢ interdependencia de los fenémenos de la vida social representan también, no algo fortuito, sino las leyes por las que se rige el desarrollo de la sociedad. Esto quiere decir que la vida social y la historia de la sociedad ya no son un conglomerado de hechos «fortuitos», pues la historia de la socie- dad se convierte en el desarrollo de la sociedad con arreglo a sus leyes, y el estudio de la historia de la sociedad adquiere categoria de ciencia. Esto quiere decir que la actuacién practica del partido del prole- tariado debe basarse, no en los buenos deseos de las «ilustres personali- dades», ni en los postulados de la «razém», de la «moral universal, etc, sino en las leyes del desartollo de la sociedad y en el estudio de estas. Prosigamos. Si el mundo es cognoscible, y nuestros conocimien- tos acerca de las leyes que rigen el desarrollo de la naturaleza son co- nocimientos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas, esto quiere decir que también la vida social, el desarrollo de la sociedad, son susceptibles de ser conocidos, y que los datos que nos brinda la ciencia sobre las leyes del desarrollo de la sociedad son datos veraces, jue tie- nen el valor de verdades objetivas. ‘ Esto quiere decir que la ciencia que estudia la historia de la socie- dad puede adquirir, pese a toda la complejidad de los fenémenos de la vida social, la misma precisién que la biologia, Por ejemplo, ofrecién- donos la posibilidad de dar una aplicacién peics iplicacién . el desarrollo de la sociedad. Practica a las leyes que rigen Esto quiere decit que, en su actuacién practi ido del : a rhc e proletariado debe guiatse, Bereica el parcido no i Por estos los otros motivos fortuitos, sino por las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y por las con- clusiones practicas que ellas se derivan. Esto quiere decir que el socialismo deja de ser un suefio acerca deun futuro mejor dela humanidad, para converse en una clencia. Esto quiere decir que el enlace entre la ciencia y la actuacién prdc- tica, entre la teorfa y la practica, su unidad, debe ser la estrella polar que guie al partido del proletariado. Prosigamos. Si la naturaleza, el ser, mundo material es lo primario, y laconciencia, el pensamiento, los secundario, lo derivado, y si el mundo material constituye la realidad objetiva, que existe independientemente de la conciencia del hombre, y la conciencia es la imagen refleja de esta realidad objetiva, de aqui se deduce que la vida material de la sociedad, el ser social, es también lo primario y su vida espiritual, lo secundatio, lo derivado, que la vida material de la sociedad es la realidad objetiva, que existe independientemente de la voluntad de los hombres, y la vida espi- ritual de la sociedad el reflejo de esta realidad objetiva, el reflejo del ser. Eso quiere decir que la fuente donde se forma la vida espiritual de la sociedad, la fuente de la que emanan las ideas sociales, las teorias sociales, las concepciones y las instituciones politicas, hay que bus- carla, no en estas mismas ideas, teorfas, concepciones ¢ instituciones diciones de la vida material de la sociedad, en ‘os estas ideas, teorfas, concepciones, etc. s diversos periodos de la historia de rsas ideas, teorfas, concepciones régimen de la esclavitud ob- ‘ociales, unas instituciones as bajo el capitalismo, a «propiedad» de las politicas, sino en las cont el ser social, del cual son reflej Esto quiere decir que, si en lo la sociedad nos encontramos con dive sociales ¢ instituciones politicas, si bajo el servamos unas ideas, teorfas y concepciones s politicas, bajo el feudalismo otras, y otras distint: n Ja «naturaleza», ni en I e instituciones politicas ja vida material de Ja soci la explicacién no reside e1 ‘ : mismas, sino en ideas, teorfas, concepcione: "dic edad dentro de las distintas condiciones de | los diversos periodos del desarrol Seguin sean las condiciones diciones en que se desenvuelve su teorias, sus concepciones ¢ instituci Io social. “ de existencia de la soci vida material, asi son edad, las con- sus ideas, sus ‘ones politicas. bre el materialitmo dialéctico y el materialisma histérico J. STALIN (179) Escuela de Cuadros (180) En relacién con esto, dice Marx: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es el que de- termina su conciencia» (C. Marx, Obras Escogidas, t. I, pagina 269), Esto quiere decir que, en politica, para no equivocarse y no conver- tirse en una coleccién de vacuos softadores, el partido del proletariado debe tomar como punto de partida para su actuacién, no los «principios» abstractos de la «razén humana», sino las condiciones concretas de la vida material de la sociedad, que constituyen la fuerza decisiva del desarrollo social, no los buenos deseos de los «grandes hombres», sino las exigencias reales impuestas por el desarrollo de la vida material de la sociedad. EI fracaso de los utopistas, incluyendo entre ellos a los populis- tas, los anarquistas y los socialrevolucionarios, se explica, entre otras fazones, porque no reconocian la importancia primordial de las condi- ciones de vida material de la sociedad en cuanto al desarrollo de esta, y; cayendo en el idealismo, erigian su actuacién practica, no sobre las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sino, inde- pendientemente de ellas y en contra de ellas, sobre «planes ideales» y «proyectos universales», desligados de la vida real de la sociedad. La fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisa- mente en que toma como base para su actuacién del desarrollo de la vida material de la socied: Practica las exigencias la vida real de esta. ad, sin desligarse jamas de Sin embargo, de las palabras de Marx no se desprende que las ideas y las teorias sociales, las concepciones y las instituciones po- liticas no tengan importancia alguna vez en la vida de la sociedad, que no ¢jerzan de rebote una influencia sobre el ser social, sobre el desarrollo de las condiciones materiales de la vida de la sociedad. Hasta ahora, nos hemos venido tefitiendo Unicamente al origen de las ideas y teorfas sociales y de las concepe} ‘ la importancia de las ideas y teorias soci: insticuciones politicas, en lo tocante al papel que desempefian en ! historia, el materialismo histérico no solo no niega, ane por el ev hoe contrario, subraya la importancia del papel y la significacién que les dad. corresponden en la vida y en la historia de la so sociales, Hay ide Pero hay diferentes ideas y teorfas y teorfas vie~ s de fuerz: jas, que han cumplido ya su misién y que sirven a los interes sociales caducas, Su papel consiste en frenar el desarrollo de la sociedad, su marcha progresiva. Y hay ideas y teorias nuevas, avanzadas, que sirven a los intereses de las fuerzas de vanguardia de la sociedad. El papel de estas consiste en facilitar el desarrollo de la sociedad, su marcha progresi- ‘a, siendo su importancia tanto mas grande cuanto mayor es la exactitud s del desarrollo de la vida material con que corresponden a las exigenc de la sociedad. Las nuevas ideas y teorfas sociales solo surgen después que el de- sarrollo de la vida material de la sociedad plantea a esta nuevas tareas, a de la mayor im- Pero después de surgir, se convierten en una fuer portancia, que facilita la ejecucién de estas nuevas tarcas planteadas por el desarrollo de la vida material de la sociedad, que facilica los progresos de ésta, Es aqui, precisamente donde se acusa la formidable importancia organizadora, movilizadora y transformadora de las nue- vas ideas, de las nuevas teorfas y de las nuevas concepciones politicas, sociales s instituciones politicas. Las nuevas ideas y teorfa ara la sociedad, porque de las nuev: surgen precisamente porque son necesarias Pp sin su labor organizadora, movilizadora y transformadora es imposible abo las tareas que plantea el desarrollo de la vida material de Y como surgen llevar la sociedad y que estan ya en sazdn de ser cumplidas. adas por el desarrollo de la sobre la base de las nuevas tareas plante nuevas idea bren y teorias sociales se paso, se convierten en patrimonio de las masas populares, movilizan y organizan a estas contra las fuerzas sociales caducas, facilitando asf el derrocamiento de estas fuerzas sociales caducas que frenan el desarro- Ho de la vida material de la sociedad. teorias sociales, las instituciones poli- as maduras para su solucién vida material de la sociedad, la He aqui cémo las ideas y ticas, que brotan sobre la base de las tare rrollo de la vida material de la sociedad, por el a su vez sobre este ser social, planteadas por el de desarrollo del ser social, acttian luego 5. statis: Sobre el materialismn dialéctico y el nazterialiome bistérico (181) 32) sobre la vida material de la sociedad, creando las condiciones nece- sarias para llevar a término la ejecucién de las tareas ya maduras de la vida material de la sociedad y hacer posible su desarrollo ulterior. En relacién con esto, dice Marx: «La teorfa se convierte en una fuerza material tan pronto como prende en las masas» (C. Marx y F. Engels, Obras completas, t. I, pag. 406). Esto quiere decir que para poder influir sobre las condiciones de la vida material de la sociedad y acelerar su desarrollo, acelerar su mejoramiento, el partido del proletariado tiene que apoyarse en una teorfa social, en una idea social que refleje certeramente las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad y que, gracias a ello, sea capaz de poner en movimiento a las grandes masas del pueblo, de movilizarlas y organizar con ellas el gran ejército del partido proleta- rio, presto a aplastar las fuerzas reaccionarias y allanar el camino a las fuerzas avanzadas de la sociedad. El fracaso de los «economistas» y de los mencheviques se explica, entre otras razones, por el hecho de que no reconocian la importancia movilizadora, organizadora y transformadora de la teorfa de vanguar- ae a la idea “ ee y cayendo en un materialismo vulgar, reducian su papel Casi a la né i i varie «la Sasi 2 vitae aes condenaban al La fuerza y la vitalidad d ‘ nie ; este se apoya on una teorfa penal itera estriban en que exigencias del desarrollo de la vida fed Fi i Se ee i ¢ la sociedad, en que cleva la iteoria a la altura que le corresponde y consider deber utilizar integramente su fuerza de movilizac ar ae ‘ién. tai transformacién. » de organizacién y de la sociedad. y el desarrollo de la vida espiritual de 3. El materialismo histérico Resta solo contestar a esta pregunta: ;Qué se entiende, desde el punto de vista del materialismo histérico, por «condiciones de vida material de la sociedad», que son las que determinan, en tltima instancia, la fisionomia de la sociedad, sus ideas, sus concepciones, instituciones politicas, etcétera? 4Cudles son, en realidad, esas «condiciones de vida material de la sociedad», cudles son sus tasgos caracteristicos? Es indudable que en este concepto de «condiciones de vida ma- terial de la sociedad» entra, ante todo, la naturaleza que rodea a la sociedad, el medio geografico, que es una de las condiciones necesarias y constantes de la vida material de la sociedad y que, naturalmente, in- fluye en el desarrollo de esta. ;Cudl es el papel del medio geografico en el desarrollo de la sociedad? ;No serd, acaso, el medio geogréfico el fac- tor fundamental que determina la fisionomia de la sociedad, el cardcter del régimen social de los hombres, la transicién de un régimen a otro? El materialismo histérico contesta negativamente a esta pregunta. El medio geogréfico es, indiscutiblemente, una de las condiciones constantes y necesarias del desarrollo de la sociedad ¢ influye natural- mente en él, acelerandolo 0 amortiguandolo. Pero esta influencia no es determinante, ya que los cambios y el desarrollo de la sociedad se produ- cen con una rapidez incomparablemente mayor que los que afectan al medio geografico. En el transcurso de tres mil afios, Europa vio desapa- recer tres regimenes sociales: el del comunismo primitivo, el de la escla- vitud y el régimen feudal, y en la parte oriental de Europa, en la URSS, fenecieron cuatro. Pues bien, durante este tiempo, las condiciones geo- grdficas de Europa no sufrieron cambio alguno, o, si sufrieron alguno, fue tan leve, que la geografia no cree que merezca la pena registrarlo. Y se comprende que sea asi. Para que el medio geografico experimente cambios de cierta importancia, hacen falta millones de afios, mientras que en unos cientos o un par de miles de afios pueden producirse inclu- so cambios de la mayor importa De aqui se desprende que el me sa fundamental, la causa determinante miles ncia en el régimen social. dio geogrifico no puede ser la cau- del desarrollo social, pues lo que J. STALIN: Sobre el materialism dialécticay el materialismo histbrico (183) Exeuela de Cuadros (184) permanece casi invariable a través de decenas de miles de afios no puede set la causa fundamental a la que obedezca el desarrollo de lo que en el espacio de unos cuantos cientos de afios experimenta cambios tadicales, Asimismo, es indudable que el crecimiento de la poblacién, la ma- yor o menor densidad de poblacién es un factor que forma también parte del concepto de las «condiciones de vida material de la sociedad», ya que entre estas condiciones materiales se cuenta como elemento nece- sario el ser humano, y es imposible la vida material de la sociedad sin un determinado minimo de seres humanos. {No serd, acaso, el desarrollo de la poblacién el factor cardinal que determina el cardcter del régimen social en que viven los hombres? El materialismo histérico contesta negativamente también a esta pregunta. Es indudable que el crecimiento de la poblacién influye en el de- sartollo de la sociedad, facilitando o entorpeciendo este desarrollo, no puede ser el factor cardinal a que obedece, el desarrollo de la sociedad puede set una influ que el crecimiento de la poblacién de por si no explicar por qué un régimen social dado es susti pero ni su influencia sobre encia determinante, ya nos ofrece la clave para ituido precisamente por Un tipo proporcionalmente ~ Pero en realidad no i. if n sl | ocurre asi. La den- sidad de la poblacién en China es cuatro veces mayor que la de Estados Unidos, a pesar de lo cual Estados Unidi i Sin embargo, Norteamérica sobrepasa a Bélgica en lo tocante a su de- sarrollo social, y la URSS Ie Heva de ventaja toda una época histérica, pues mientras que en Belgica impera el régimen capitalista, la URSS ha liquidado ya el capitalismo ¢ instaurado el_régimen socialista. De aqui se desprende que el crecimiento de la poblacién no ¢s ni pucde ser el factor cardinal en el desarrollo de la sociedad, el factor deter- minante del caracter del régimen social, de la fisonomia de la sociedad. A) Cudl es, pues, dentro del sistema de las condiciones de vida material de la sociedad, el factor cardinal que termina la fisonomia de aquella, el caracter del régimen social, el paso de la sociedad de un régimen a otro? Este factor es, segtin el materialismo histérico, e! modo de obtenciin de los medios de vida necesarios para la existencia del hombre, ¢! modo de produccién de los bienes materiales: del alimento, del vestido, del calzado, de la vivienda, del combustible, de los instrumentos de produccidn, etcé- tera, necesarios para que la sociedad pueda vivir y desarrotlarse. Para vivir, el hombre necesita alimentos, vestido, calzado, vivien- da, combustible, etcétera, Para tener estos bienes materiales, ha de pro- ducitlos y, para poder producitlos, necesita disponer de instrumentos de produccién, con ayuda de los cuales se consigue ef alimento, se fabrica el vestido, ef calzado, s¢ construye la vivienda, se obtiene el combustible, eteétera, Necesita saber producir estos instrumentos y servirse de ellos, insrumentes de producciin con ayuda de los cuales te producen los bicnes materiales, y seres humanar que los manejan y efectian la produccidn los bienes materiales, por tenet una cierta expe- riencia productiva y hdbitos de trabajo tales son tos elementos que, en Conjunto, forman las fuersas productivas de la sociedad Veto las fuetzas productivas no son mis que uno de los aspectos del mode de produccién, aspee- los objetos y fuerzas de la fe lox bicnes materiales, Fl de la producciin, uno de los aapectos to que tefleja la relacion entre el hombre 3 haturaleza cmpleados para la produccién ¢ 1 Jo constituyen las relaciones de 6110 aspecto del mod unos hombres con otros dentro del proceso Los hombres no luchan con de la produceién, las re- Liciones de producctén entte bos hombres 1 stausne: Sobre ef materialisma dialéstice y el materialisms bissérice (185) Escuela de Cuadros (186) la naturaleza y no la utilizan para la produccién de bienes materiales aisladamente, desligados unos de otros, sino juntos, en grupos, en eda- des. Por eso, la produccién es siempre y bajo cualesquiera condiciones una produccién social. Al efectuar la produccién de los bienes mate- riales, los hombres establecen entre s{, dentro de la produccién, tales 0 cuales relaciones mutuas, tales o cuales relaciones de produccién, Estas relaciones pueden ser relaciones de colaboracién y ayuda mutua entre hombres libres de toda explotacidn, pueden ser relaciones de dominio y subordinacién o pueden ser, por tiltimo, relaciones de transicién entre una forma de relaciones de produccién y otra. Pero, cualquiera que sea su cardcter, las relaciones de produccién constituyen —siempre y en to- dos los regimenes— un elemento tan necesario de la produccién como las mismas fuerzas productivas de la sociedad. «En la produccién —dice Marx los hombres no actian solamente so- bre la naturaleza, sino que acttian también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en comiin y establecer un intercambio de actividades, Para producir, los hombres contraen determinados vinculos y relaciones, y a través de estos vinculos y relaciones sociales, y solo a través de ellos, es como se relacionan con la nacuraleza y como se efectia la produccidn» (C. Mars y F. Engels, Obras escogidas, t. V, pagina 425), Consiguientemente, la produccién, el modo de produccién, no abarca solamente las fuerzas productivas de la sociedad, sino también las relaciones de produccién entre los seres humanos, siendo, por tanto, la forma en que toma cuerpo la unidad de ambas dentro del proceso de la produccién de bienes materiales, 8) La primera caracteristica de la produccién es que jamés se es- tanca en un punto durante un largo periodo, sino que cambia y s€ desarrolla constantemente, con la particularidad de que estos cambios ocurridos en el modo de produccién provocan inevitablemente el cam- bio de todo el régimen social, de las ideas sociales, de las concepciones ¢ instituciones politicas, provocan la reorganizacién de todo el sistema social y politico, En las diversas fases del desarrollo, el ser humano emplea diversos modos de produccién o, para decirlo en términos més vulgares, mantiene distinto género de vida. Bajo el régimen del co- munismo primitivo, el modo de produccién empleado es distinto que bajo la esclavicud, bajo el régimen de esclavitud es distinto que bajo el feudalismo, etcétera. Y, en consonancia con esto, varian también el régimen social de los humanos, su vida espiritual, sus concepciones, sus instituciones politicas. Segtin sea el modo de produccién existente en una sociedad, asi es también, fundamentalmente, esta misma sociedad y asi son sus ideas y sus teorfas, sus concepciones ¢ instituciones politicas. O, para decirlo en términos mas vulgares, segtin vive el ser hu- mano, asi piensa. Esto significa que la historia del desarrollo de la sociedad es, ante todo, la historia del desarrollo la produccién, la historia de los modos de produccién que se suceden unos a otros a lo largo de los siglos, la historia del desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de produccién entre los humanos. Esto quiere decir que la historia del desarrollo social es, al mismo tiempo, la historia de los propios productores de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que son las fuerzas fundamentales duccién y las que llevan a cabo la produccién de los bienes materiales necesarios para Ja existencia de la sociedad. Esto quiere decir que la ciencia histérica, si pretende ser una ver- dadera ciencia, no debe seguir reduciendo la historia del desarrollo so- cial a los actos de los reyes y de los caudillos m: «conquistadores» y «avasalladores» de Estados, sino que debe ocuparse ante todo de la historia de los productores de los bienes materiales, de la historia de las masas trabajadoras, de la historia de los pueblos. Esto quiere decir que la clave para el estudio de las leyes de la historia de la sociedad no hay que buscarla en las cabezas de los seres humanos, en las ideas y concepciones de la sociedad, sino en dl made de produccién aplicado por la sociedad en cada uno de sus periodos histéricos, es decir, en la economia de la sociedad. del proceso de pro ilicares, a los actos de los : Sobre ef materialiom dialéetco y el materialismo histrico (187) a Ercuele de Cuz (188) Esto quiere decir que la tarea primordial de la ciencia histérica es el estudio y el descubrimiento de del desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de produc- sociedad. las leyes de produccidn, de las leyes rrollo econdmico de la cidn, de las leyes del des ©) La segunda caractertstica de ka producci6n con mpre de los cambios y el d te en que sus arrollo arrancan s' productivas, y, ante todo, de los que afectan a Jos cambios y su de: fu rrollo de instrumentos de produccién. Las fuerzas productivas son, por tanto, el elemento mis dindmico y mis revolucionario de la produccién, Al principio, ‘amb an y se desarrollan Jas fuerzas productivas de la socie- dad y luego, en dependencia con estos cambios y en consonancia con ellos, cambian las relaciones de produccién entre los hombres, sus relaciones econémicas. Sin embargo, esto no quiere decir que las relaciones de pro- duccién no influyan sobre el desarrollo de las fuerzas productivas y que estas no dependan de aquellas. Las relaciones de produccién, aunque su desarrollo dependa de las fuerzas productivas, acttian a su vez sobre el desarrollo de estas, acclerindolo o amortigudndolo. A este propésito con- viene advertir que las relaciones de produccién no pueden quedarse por un tiempo demasiado largo rezagadas de las fuer sas, ni hallatse fla tzas productivas al crecer estas, ni hallarse en contradiccién con ellas, ya que las fuerzas productivas solo pueden desarrollarse plen SP ~amente cuando las relaci olo pu fas relaciones de produc- cién estén en armonia con el cardcter y el estado de progres dedi has " " : a so de dicha fuerzas productivas y dan curso libre al de rrollo de ms P estas. Por eso, por muy rezagadas que las relaciones de produccién se qued. | desarrollo de las fuerzas productivas, tienen nectaei i COR Tespecio & y se ponen realmente —mis tarde 0. més eas men ar Poners nivel de desarrollo de las fuerzas productivas yconel a armonia con c otro caso, nos encontrarfamos ante una ruptura radi a - de ee las fuerzas productivas y las relaciones de produccién ra unica ene de esta, ante un descoyuntamiento de la produccién ‘ — Seen crisis de produccién, ante la destruccién de las fue ont me une Un ejemplo de armonia entre rdcter de las fuerz: va as productivas. relaciones de produccién y el ca un cjer i n ejemplo de conflicto entre ambos s productivas, factores, lo tenemos en las crisis émii ¢ is itali donde la propiedad privada capitalla sobre! ‘bs nan cpialias ooh en violenra di alist sobre los medloe de produccién en con el cardcter social del proceso de pro- duccidn, con el caricter de las fuerzas productivas. Resultado de esta discordancia son las crisis econémicas, que conducen a la destruccién de las fuerzas productivas. Y esta discordancia constituye, de por si, la base econémica de la revolucién social, cuya misién consiste en des- truir las relaciones de produccién existentes y crear otras nuevas, que correspondan el carécter de las fuerzas productivas. ‘a completa entre las cordan Por el contrario, el ejemplo de una armonii el cardcter de las fuerzas productivas nos de la URSS, donde la propiedad social | caracter isten relaciones de produccién y lo ofrece la economia socialista sobre los medios de produccién concuerda plenamente con ¢! social del proceso de la produccién y donde, por tanto, no exis crisis econdémicas, ni se producen casos de destruccién de las fuerzas productivas. Por consiguiente, las fuerzas produ mico y mas revoluciona mento determinante de erzas productivas, as ctivas no son solamente el ele- tio de la produccién, sino que su desarrollo. { tienen que ser también las mento mas dina son, ademas, el ele Seguin sean las fur relaciones de produccién. Si el estado de las fu con qué instrumentos de pre teriales que le son necesario responden ya a otra pregunta: a tierra, los bosq' erramientas Y los s de comunicacion, de producci6n, dos individuos, ividuos, gruP pe "desarrollo de las Fucr72s PrO- vcivos hasea nuestros das. De las he- pasa al arco y 2 ft flecha y, en esponde a la pregunta de humanos los bienes ma- «el estado de las rlaciones de produccién _ en poder de quién estén los medios de ve fas aguas, el subsuel, las macerias edificios dedicados 2 la produccién, Ins aacétera), a disposicion de quien se 'sdisposicion de toda la sociedad 0 rps o clases que IOs em ‘os o clases? erzas productivas re oduccién crean los produccién ( primas, las h vias y medio: hallan los medios a disposici6n de determina’ plean para explotar a otros in He aqui un cuadro esque! ductivas desde los tiempos prim! rramientas de piedra sin pulimentar se i | i i E (189) | t ae Custis (190) relacién con esto, de Ja caza como sistema de vida a la domesticacién de animales y a la ganaderia primitiva. De Jas herramientas de piedra se pasa a las herramientas de metal (al hacha de hierro, al arado con roja de hierro, etcétera) y, en consonancia con esto, al cultivo de las plantas y a la agricultura. Luego, con el mejoramiento progresivo de Jas herramicntas metdlicas para la elaboracién de materiales, se pasa a Ja fragua de fuelle y a la alfareria, y en consonancia con esto se desarro- Ian Jos oficios artesanos, se desglosan estos oficios de la agricultura, se desarrolla la produccién independiente de los artesanos, y més tarde, la manufactura. De los instrumentos artesanos de produccién se pasa a la méquina, y la produccién artesanal y manufacturera se transforma en la industria mecanica, y, por ultimo, se pasa el sistema de maquinas, y aparece la gran industria mecdnica moderna. Tal es, en Iineas generales y no completas, ni mucho menos, el cuadro el desarrollo de las fuerzas productivas sociales a lo largo de la historia de la humanidad. Ademés, como es ldgico, el desarrollo y perfeccionamiento de los instrumentos de produccién corren a cargo de hombres relacionados con la produc- cién y no se realizan con independencia de estos, Por tanto, con Jos cambios y el desarrollo de los instrumentos de pro cambian y se desarrollan también los seres humanos, como el més import a la par duccién, elemento ante que son de las fuerzas productivas, cambian y se desa- rroflan su experiencia en punto a la produccién, sus habitos de trabajo y su habilidad para el empleo de los instrumentos de produccién. En consonancia con los cambios y el desarrollo experimentado por las fuerzas productivas de la sociedad en el curso de la historia, cambian también y se desarrollan las relaciones de produccién entre los hombres, sus relaciones econémicas La historia conoce cinco tipos fundamentales de relaciones de produccién: el comunismo primitivo, la esclavitud, capitalis el feudalismo, el mo y el socialismo. jo cl régimen del comunismo primitivo, la base de las relacio- nes de produccién es la propiedad social sobre los medios de produc- cin, Esto, en sustancia, corresponde al caracter de las fuerzas pro- ductivas durante este periodo. Las herramientas de piedra y el arco y la fecha, que aparecen més tarde exclufan la posibilidad de luchar aisladamente contra las fuerzas de la naturaleza y contra las bestias feroces. Si no querian morir de hambre, ser devorados por las fieras o sucumbir a manos de las tribus vecinas, los humanos de aquella épo- ca se veian obligados a trabajar en comin, y asi era como recogian los frutos en el bosque, como organizaban la pesca, como construian sus viviendas, etcétera. El trabajo en comin condujo 2 la propiedad en comin sobre los instrumentos de produccién, al igual que sobre los productos. Atin no habia surgido la idea de la propiedad privada sobre los medios de produccién, exceptuando Ia propiedad personal de ciertas herramientas, que al mismo tiempo que herramientas de trabajo eran armas de defensa contra las bestias feroces. No existia ain explotacidn, no existian clases. Bajo el régimen de Ia esclavitud, le base de las relaciones de pro- ducciéa es la propiedad del esclavista sobre los medios de produccién, asicomo también sobre los mismos productores, los esclavos, 2 quienes elesclevista podia vender, comprar y matar, como ganado. Estas rela- Gones de produccién se hallen, fundamentalmente, en consonancia con el estado de las fuerzas productivas durante este periodo. Ahora, en vez de herramientas de piedra, el ser humano dispone ya de herra- mientas de metal. En vez de aquelle misera economia primitiva basada en la caza ¥ que no conocfa ni lz ganaderfa ni la agriculrura, aparecen la ganaderla, [a agriculrure, los oficios arvesanos y le division del traba- jo entre estas diversas ramas de produccién. Aparecen la posibilidad de efecruar un intercambio de productos entre los distintos individuos y les distintas sociedades y le posibilidad de acumular riquezas en manos de unas cuantes personas. Se producen, en efecto, una acumulacién de medios de produccién en manos de una minorla y surge la posibilidad de que esta minoria sojuzgue a la mayoria y convierta 2 sus componen- res en esclavos. Ya no existe el trabajo libre y en comtin de todos los miembros de la sociedad dentro del proceso de le producci6n, sino que impera el trabajo forzado de los esclavos, explotados por los esclavis- 2s, que no trabajan. No existen tampoco, por tanto, propiedad social sobre los medios de produccién, ni sobre los productos. La propiedad SB sngtan: Sobre mate Escuela de Cuadros (192) social es sustit a por la propiedad privada. EI esclavista es el primero y fundamental propietario con plenitud de derechos, Ricos y pobres, explotadores y explotados, hombres con plenitud de derechos y hombres privados totalmente de derechos, furiosa lucha de clases entre unos y otros: de la esclavitud, al es el cuadro que presenta el régimen Bajo cl régimen feudal, la base de las relaciones de produccién es la propiedad del sefior feudal sobre los medios de produccién y su pro- piedad parcial sobre los productores, sobre los siervos, a qui¢nes ya no puede matar, pero a qu enes si puede comprar y vender. A la par con la propiedad feudal existe la propiedad individual del campesino y del artesano sobre los instrumentos de vada, produccién y sobre su economia pri- basada en el trabajo personal. Estas relaciones de produccién se hallan, fundamentalmente, en consonancia con el estado de las fuerzas productivas durante este periodo. El perfeccionamiento progresivo de la fundicién y elaboracién del hierro, la difusién del arado de hierro yel telar, los progresos de la agricultura, de la horticultura, de la viniculeura y de la fabricacién del aceite, la aparicién dé las primeras manufacturas junto a los talleres de los artesanos: tales son los raspos caracteristicos del estado de las fuerzas productivas durante este periodo. Las nuevas fuerzas productivas exigen que se deje al trabajador cierta iniciativa en la produccién, que sienta cierta inclinacién al traba- jo y se halle interesado en él. Por eso, el sefor feudal prescinde de los esclavos, que no sienten ningtin interés Por su trabajo ni ponen en él la menor iniciativa y prefiere entendérselas con los siervos, que tienen su propia economia y sus herramientas Propias y se hallan interesados por el trabajo en cierto grado, en la medida necesaria para tr: y pagar al sefior en especie, con una parte de la cosecha, Durante este periodo, abajar la tierra la propiedad privada hace nuevos progre- sos. La explotacién sigue siendo casi tan Tapaz como bajo la esclavitud, aunque un poco suavizada. La lucha de clases entre los explotadores y los explotados es el rasgo fundamental del feud: alismo, Bajo el régimen capitalista, la base de las relaciones de produc- cién es la propiedad capitalista sobre los medios de produccién y la inexistencia de propiedad sobre los productores, obreros asalariados, a quienes el capitalista no puede matar ni vender, pues se hallan exentos de los vinculos de sujecién personal, pero que carecen de medios de produccién, por lo cual, para no morirse de hambre, s¢ ven obligados a vender su fuerza de trabajo al capitalista y a doblar la cerviz al yugo de la explotacion. A la par con la propiedad capitalista sobre los medios de produccién existe y s¢ halla en los primeros tiempos muy generalizada la propiedad privada del campesino y el artesano, libres de la servi- dumbre, sobre sus medios de produccién, propiedad privada que esta basada en el trabajo personal. En lugar de los talleres de los artesanos y de las manufacturas, surgen las grandes fébricas y empresas dotadas de maquinaria. En lugar de las haciendas de los nobles, cultivadas con los primitivos instrumentos campesinos de produccién, aparecen las grandes explotaciones agricolas capitalistas, montadas con base en la técnica agraria y dotadas de maquinaria agricola. Las nuevas fuerzas productivas exigen trabajadores més cultos y mas despiertos que los siervos, mantenidos en el embrutecimiento y en la ignorancia, trabajadores capaces de entender y manejar las maquinas. Por eso, los capitalistas prefieren tratar con obreros asalariados, libres de las cadenas de la servidumbre y lo suficientemente cultos para saber manejar la maquinaria. Pero, después de desarrollar las fuerzas productivas en proporciones gigantescas, el capitalismo se enreda en contradicciones insolubles para él. Al producir cada vez més mercancfas y hacer bajar cada vez mas sus jtalismo agudiza la competencia, arruina a una masa de pe- quefios y medianos propietarios, Jos convierte en proletarios y rebaja So poder adquisitivo, con Jo cual se hace imposible la venta de las mercancias producidas. ‘Al dilatar la produccién y concentrar en enormes fabricas y empresas industriales a millones de obreros, el capitalismo da al proceso de produccién un cardcter social y va minando con ello su propia base, ya que el cardcter social del proceso de produccién reclama la propiedad Jos medios de produccién, mientras que la propiedad sobre duccién sigue siendo una propiedad privada capitalista, el cardcter social que el proceso de produccién presenta. precios, el cap’ social sobre Jos medios de pro incompatible con mnatersationns + z x | (194) Estas contradicciones irreductibles entre el cardcter de las fuerzas productivas y las relaciones de produccién se manifiestan en las crisis periédicas de superproduccién, en que los capitalistas, no encontrando compradores solventes, como consecuencia del empobrecimiento de la masa de la poblacién, provocado por ellos mismos, se ven obligados a quemar los productos, a destruir las mercancas elaboradas, a paralizar la produccién y a devastar las fuerzas productivas, y en que millones de se- Tes se ven condenados al paro forzoso y al hambre, no porque escaseen las mercancias, sino por todo lo contrario, por haberse producido en exceso. Esto quiere decir que las relaciones capitalistas de produccién ya no estan en consonancia con el estado de las fuerzas productivas de la sociedad, sino que se hallan en irreductible contradiccién con ellas. Esto quiere decir que el capitalismo Ileva en su entrafa la revolu- cidn, una revolucién que est4 llamada a suplantar la actual propiedad capitalista sobre los medios de produccién de la propiedad socialista. Esto quiere decir que el rasgo fundamental del régimen capitalista es la més encarnizada lucha de clases entre los explotadores y explotados. Bajo el régimen socialista, que hasta hoy solo es una realidad en la URSS, la base de las relaciones de produccién es la propiedad social so- bre los medios de produccién. Aqui ya no hay explotadores ni explota- dos. Los productos creados se distribuyen con arreglo al trabajo segin el principio de «el que no trabaja, no come». Las relaciones mutuas en- tre los hombres dentro del proceso de Produccién tienen el cardcter de relaciones de colaboracién fraternal y de mutua ayuda socialista entre trabajadores libres de toda explotacién. Las relaciones de produccién s¢ hallan en plena consonancia con el estado de las fuerzas productivas, pues el cardcter social del proceso de Produccién es fortificado por la propiedad social sobre los medios de produceién, Por eso, en la URSS, las fuerzas productivas se desatrollan con ritmo acelerado, ya que las relaciones de produccién, al hallarse en consonancia con dichas fuerzas productivas, abren amplio cauce a este desarrollo. Tal es el cuadro que presenta el desarrollo de las relaciones d¢ produccién entre los seres humanos, humanidad. en el curso de la historia de la / Tal es la relacién de dependencia en que el desarrollo de las rela- ciones de produccién se halla con respecto al desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, y en primer término con respecto al desa- rrollo de los instrumentos de produccién, relacién de dependencia por virtud de la cual los cambios y el desarrollo que experimentan las fuer- zas productivas se traducen, més tarde o mas temprano, en los cambios y el desarrollo congruentes de las relaciones de produccién. «EL uso y la creacién de medios de trabajo ~dice Marx-, aunque en ger- men son ya inherentes a ciertas especies animales, caracterizan el pro- ceso de trabajo especificamente humano, razén por la cual Franklin define al hombre como un animal que fabrica instrumentos. Y asi J. StALIN: Sobre ef materialismo dialéctico y el materialismo histérico como la estructura de los restos fésiles de huesos tiene una gran impor- tancia para reconstruir la organizacién de especies animales desapa- recidas, los vestigios de los medios de trabajo nos sirven para apreciar formaciones econdmicas de la sociedad ya desaparecidas. Lo que dis- tingue a las épocas econémicas unas de otras no es lo que se produce, sino cémo se produce (...) Los medios de trabajo no son solamente el barémetro del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino tam- que se trabaja» (C. Marx, (195) bign el exponente de las relaciones sociales en El capital, ¢. 1, pagina 121, edicién de 1935). Y en otros pasajes: ales estan intimamente vinculadas a las fuerzas pro- «Las relaciones soci Jos hombres cambian ductivas. Al adquirit nuevas fuerzas productivas, de modo de produccién, y al cambiar el modo de produccién, Ia mane- todas sus relaciones sociales. El molino ad de los sefiores feudales; el molino de (C. Marx y F. Engels, ra de ganarse la vida, cambian movido a brazo nos da la socied vapor, la sociedad de los capitalistas industeiales» +. V, pagina 364). nto constante de ineremento de las fuerzas pro- «Existe un movimiet sociales y de formacién de dductivas, de destruccién de las relaciones Escuela de Cuadros (196) las ideas. Lo nico inmutable es la abstraccién del movimiento» (Obra citada, pagina 364). Caracterizando el materialismo histérico, tal como se formula en el Manifiesto del Partido Comunista, dice Engels:

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