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Gr Si Desariallo sesteavle Arturo Escobar Profesor asociado de Smith College en Massachusetts Profesor visitante de la Universidad del Valle ; EI desarrollo sostenible: dialogo de discursos* Arturo Escobar: 1 concepto de ‘desarrollo sostenible’, o sustentable, aparece en condicion toricas muy especificas. Es, Del problema al discurso parte de un proceso infis amplio, que podriamos Ilamarde problérmatizacién delarelaciénentrenaturalezay socie- dad, motiveds por ef carieter de: tructivo del desarrollo y In degrada cidn ambiental aesenta mundial, sta problematizaciénhasidoinfluenciada por Ia aparicién de los movimicntos ambientalistas, tantoenclNorte como enel Sur, todo lo cual ha resultado en un complejo proceso de interm- cionalizacién del ambiente.' Comoen toda problematizacién, han aparecido tuna serie de discursos que buscan dar | forma a la realidad a que se refigren."y. Estos discursos no son necesariamen- "* te descripciones objetivas de la reafi: dad como en general se pretende> sino refleju de la lucha por definir la realidad enrcierta forma y no en otra. y el Progra para ¢ Desirrollo, en {1 Ecorial agosto 23-27 de 1993 whine y Powe, 1990. ‘pubematizaciones de elas dicurene wave pot Foucault (1943). 4 nes que no son néutras en relacidn a sus efectos sobre lo social.’ A principios de los setenta, espe- Jnente con la conferencia de Bstocolm (1972) 9 los informes del Club de Roma sobre lox limites del crecimiento, apurecid una éategoria de andlisis inusitada: fos problemas * globales. Dentro de esta perspectiva, elmundo es concebidocomoun siste- global cuyas partes estén in- equirienlo por tanto formas de gestién igualmente glo- balizadas y globalizantes. En el presente articulo, analiza- remos tres de estas respuestas a la problematizaci6n de‘la relacién entre naturaleza y sociedad desde la pers- iva de la globalizacién del am- biente. Para facilitar el argumento, calificaremos estas respuestas con los gpitetos de liberal, culturalista y ecosoeiulistarespectivamente, Las tres primeras partes del trabajo esterdn dedicadas al recuento critico de los tres discursos, En la cusrta y altima parte, se presenta un breveanalisis de Ja reinvencién de Ja naturaleza que esi4 siendo producida por ciencias tales como la biologfa molecular'y la yenética y por tecnologias biolégicas einforméticas. Searguye que estamos pasando de uunrégimen de naturaleza orginica (de origen premodema, hoy minoritario) y de naturaleza capitalizada (moder- no, hoy dominante), a un régimen de naturaleza construida (posmoderno y ascendente), La pregunta general es entonces: Lqué esté oeurriendo con la aturaleza en elumbral del siglo XX1? 1, Qué forma esté tomando Ta lucha por Ja-naturaleza, y cémo esta lucha se rellgjuen los discursos y las précticas? “Nuestro futuro comin”: El discurs liberal del desarrollo sostenible sinnegable que el esfierz0 porarticularta relacidn en- ire naturaleza y sociedad mis difundido en los ‘iti mos afios lo representa el famoso fnn- forme Bruntiand, publicado en 1987 ‘bajo ta direccién de’ Gro Harlem Bruntand, exprimera ministra de Noruega. EI informe, publicado en varios idiomas bajo el titulo de Nues- tro futuro comin, lanzé al mundo ta nocién de desarrollo sostenible. Su parrafo introductorio reza ast En la mitad del siglo XX, vimos nuestro planeta desde el espacio por ‘Tarde o temprano los sicontrarén que esta vi- sién tuvo un impacto mayor sobre el pensamiento que la revolucién de Copémico del siglo XVI, la cual cam- bié por completo la iniagen de noso- tros mismos al revelar'que la tierra no es el centro del universo, Desde el espacio, vimos una pequefia y fragil esfera dominada no por la actividad humana, sino por un patrén denubes, océanos, reas verdes y suclos. La incapacidad de la humanidad para encuadrar sus actividades dentro de este patrén esté cambiando los siste~ mas planetarios en formas fundamen- tales. Muchos de estos cambios vie- nen acompayiados de amenazais leta- les. Esta nueva realidad, dela cual no hay escapatoria, debe serreconocida y gerenciada, (Subrayado nuestro).* El disourso del Informe Bruntland parte del eorazén mismo dela moder- nidad occidental, Bs por esta razén que lo lamamos liberal, no en un sentido moral o politico, sino en un sentido fundamentalmente antropo- légico y filoséfico. E} mundo de __ Bruntland, en efecto, da por sentadas una serie de realizaciones de la mo- demnidad liberal del Occidente: 1a creencia en la posibilidad de un cono- cimiento cientifico objetivo, cuya ve~ racidadesté aseguradaporel ejercicio instrumentado de la vista (Ia vision desde el espacio es la misma vision a través del microscopio del bidlogo, es decir, 1a visién cientifica); una actitud frenteal mundo que exige que este sea considerade como algo externo al ‘observador, pudiendo entonces ser aprehendido como tal, conocido y [Revista Foro ae Ecologia y Desarrollo 39 manipulado (la famosa division entre sujeto y objeto del cartesianismo); la insistenoia en que la realidad social puede ser gestionada, que el cambio socinl puede ser planificado, y que la gestiéndelo social puedesermejorada paulatinamente, ya que los nuevos conocimientos pueden ser retroali- mentados en los esquemas vigentes de la realidad para asi modificar y afinar las intervenciones: Pero tal vez el rasgo de la moder- nidad que el discurso liberal del desa- rrollo sustentable asume con mayor claridad es el de la existencia de una cultura econémica dada, Es sabido que la modemidad)descansa no sélo en una estructura epistemolégica par- ticular, sino en una serie de concep- ciones y précticas Hamadas econdmi- cas, también inusitadas desde el pun- to de vista antropolégico € histérico. El desarrollo de la cultura econémica de Occidente, y su consolidacién ho- cia finales del siglo XVI, requirié de _procesos sociales muy complejos, que s6lo pueden ser mencionados breve- mente en este trabajo, La expansiér delr mercado, la mercantilizacién des tierra y el trabajo, las nuevas formas de disciplinaen las fabricas, escueles hospitales, etc., las doctrinas filos6fi cas basadas en el individualismo y utilitarismo y, finalmente, laconstit jn de la economia coma una ester eal, auténoma, con sus propias leye: ¢ independiente de lo politico, lo so cial, fo cultural, etc., son tal vez lo elementos mis sobresalientes de | construccién historia de Ja cultur econémica occidental. itas percepciones ideologies de ial se han traducldo en dif iscucsivas (sobre las euuses ds IW erisia do recursos, sobre Ins desigusldades d= ezarollo ccondmico, sobre la distribucisn sis te for cots ecoldgicas, sobre los beneticies y desventajas de Ia dependencia teonol6gice y cult fl),ybaesablecide a condiciones de aris teaducbiones subsiguientes del inglés son nuesizes . —_ EcologiayDesarrollo __RevistaForo F Pace cliser modemno, el hecho de pose exiscs )aige Mamado economia no gundeserpeesio en duda. Fsto signi- pice Gader de la modernidad misma. ‘Desdecipentode vista antropolégico, pomemiberee, eso que hoy se nos apa- Seco como una realidad indubitable pis existencia de los mercados, los ‘pezcios, las mercancias, efc.— es una pooncrecién relativamente reciente. Si Siviremos al Occidente desde una de pias mal lamadas sociedades primiti- ses, o desde una sociedad campesina posi Tercer Mundo actual, percibiria- sees sin grandes dificullades que cl Jeomportamiento econémico de los modemos es bastante peculiar. La poise distincién entre lo econ: Ip politico, lo religioso, etc. ~distin- feicacs esenciales para’ Ia modern ‘Gee no existen en estas sociedaded? pEsm tiene consecuencias serias para ‘Serelaci6n naturaleza-sociedad, como Ls caltura cconémica occidental smuchas historias de importan- ‘Git pare los ccologistas. Nos habla, pose cjemplo, de que lanaturaleza esté sompuesta de recursos, de que estos json limsitados y, por tanto, con valor menetario y sujctos a ser posvidos, jes habla también de que los deseos Gelhombreson ilimitadosy que, dada Jie escasez de los recursos, sus necesi- Gades sélo pueden ser salisfechas a ) sevésdeun sistemademercadoregu- Sedo por precios; de que el bien social Jc asegura si cada individuo persigue s=propio finen la formamiseficienite. = nos instiga a pensar, final- ‘mente, que la bondad de In vida, su |solidded, sc mide cn términos dle pro- Sactosmatcrialcs,detal formaquelos pee eee acaltorn sc tcevas ‘seceneallos intersticios deesa esiruc- fiers ya sdlida y estable que es la ivilazaciGn coondmica de Oceider Estas premisas cullurales estin ‘Seplicitas cn cl discurso dominante | Sei desarrollo sostenible; serepiten en “tades los espacios en donde circula el | iscerso liberal, desde e! Banco Mun- (Sat fasta mochas de las ONGs.que ctiéen 2 nivel local. Quien fuera pre- sidente del Banco Mundial en cl mo- mento de la publicacién del Informe Bruntland resumid format sucinta, el enfoque economicista del discurso al decir, que “una ecologia sana es buena economia”.* ¥ agrega: “Ta pla- nifieaciénambiental puede maximiza los recursos naturales, de tal fornia que la creatividad humana pueda maximizar ef futuro”, La economi zacién de la naturatezn que supone esta situacién hist6rica pucde ser llc~ ‘Yada asusconclusionesligicas,como «la propuesta cada vez, mas audible de que se privaticen todos los recursos naturales. Segiin estos economistas, esto involuctaria una simple opera- cidn; laasignacién de precios genera- lizada. Lasolucién noseria otraquela de aceptar que f'tados los recurso: {deben tener titulos, y todo el mun [debe tener derecho # estos recursos’ ‘emo lo expresaba un economista re- cientemente. Se trataria de extender: el sistema de precios a todos los as- pecios de ia naturaleza que sen posi- ble, incluyendo el aire, el agua, los genes, etcétera, Esnecesariomencionarquelaten- dencia privatizante de los recursos se estd convirtiendo en realidad ett niu chos paises del Tercer Mundo, parti- cularmente en América Latina, en ef marco de las politicas deajusteecond- micoy de apertura de corte neoliberal(' (Y posneoliberal). Sin embargo, la teorizacién latinoamerieana del desa- rollo sostenible difiere en forma sig- nificativa del discurso de Bruntland, asi no constituya una propuesta radi cal. La perspectiva latin del desarrollo sosteniblecon afirmarla necesidad de di en: renciar los problemas ecoldgicos por regiones, ‘in cacr cnn peliprosa home pects no tocados por Brunthand en forma sule- cuada, tales conto Ia deucla externa, ka caducidad de los modelos de desarro- loconvencionales, las desizualdades mundialesy la detida ambiental hist rica de lus paises del Norte, fa equi dad, Ia importan lerespetarel pl- ralismo cultural, y In proteccidn det pattimonio natural y genéticn de region, Mas claramente que.sus cor trapartidas en el Norte, ya pesar de una persistencin del enfoque tecnoerfitico de Ia plinificncion, los tedricos: Intinvamericanos del desa- rrollo sostenible se ven abocados a una conceptualizacién de Ia ccologia como sujelo politive.? Hasta aqui lo fimdamental del dis- curso liberal del desarrollo sostenible, que Sugerimos como inctodologi: ntropologicemos muestra prop tura occidental, ‘es decir, que tome- mos cierta distancia de lo que hace posible nuestra prictica diaria, para asf ver, desde la distancia que nos permiteel andlisis, las estructurashis- toricas dedonde surge el discurso de! desarrollo sostenible. Digamos porlo pronté que este diseurso, como cual- quier discursu, no es ni verdadero 1 vetus de verdad”, como fo explica Foucault. El-discurso del desarrollo sostenible, en otras palabras, entra a participaren Ia produceién de! dad. Ve euttur dle esta propuest El discurso culturalista: la amuerte de Ja naturaleza y el nacimiento del, ambiente is que una propuesta en sf, el discurso cul- turalistaconstituye una criticn al diseurso libe- ral que aeabamos de Hamamos: culturalista TCEPAL, 197m 1M, Cen, 199, strains la CEPAL eee Unie PALIPNUIMA, tales cin HAT. 19013, Wilby. Véase t Revista Foro Ecologia y Desarrollo Tor porque pone énfasisen la cultura como instancia fundamental denuestrarela- cién con la naturaleza. De hecho, el discurso culturalista comienza por someter a juicio aquello que el liberal daporsentado:facultura economi y cientifica de Occidente. En efecto, es sta cultura donde los encuentran el origen de la crisis ambiental actual. La abjetivizacton de la naturaleza por la ciencia modema reduccio explotacién como recurso por womifas de mercado; el deseo lode consumo i ul de huesense: \a mujer por el hombre (que algunos inalistas ven como fa otra cara de la inonedkt del control de la naturaleza ror ef humana); y la explotacion de os ig oeeidentales por los occidenta- es, Sun Jos’ mecanismos culturales pales que han Hevado al muatle moderno a la destniccién sistemética desus entomos biofisicos, deacuerdo alacriticaculturalista. Analicemosen detalle algunos de estos aspectos. ‘Uno de los puntos claves a que se refieren los culturalistas es el trata- miento de lanaturaleza comomercan- cfa. El presupuesto de Ia escasez, por otro lado, contribuye a cimentar la opiniénde quelo que cuenta esencon- {rar formas mAs eficientes dé usar los recursos, no sacar a la naturaleza del cireuito del mercado, Como lo anota claramente el Informe Bruntland, 6). objetivo de la gestion ambiental debe ser™producie més partirde nines"? La Comisién no esta'sola en afirm este punto, Afio tras afio, esta convi cidnes renovucla porlos reportesant les del World Wateh Institute-tlos State ofthe World reports), otrade | grandes filentes de los ecodesa- rrollistas. Lat ecologia, como loafirma perceptivamente Wolfgang Sachs (1988), se reduce en estos reportes a luna forma de mayor eficiencia. Mas grave atin, la economizacién de la naturaleza permite que hasta las co- munidades més remotas lel Tercer Mundo sean arrancadas de su contex- to local y redefiniclas como recursos a ser gerenciados. Comienzan ast estas comunidades sulargoy peligroso viaje hacia 1a economia mundial. Hemén Mauricio Suirez Acosa teva (México); Asia Namly. my Claude Alvares (India): Frbddtiguey Seve Mi Ecologist (Londres) Alternatives (DelhNew York), fe 1FDA Dossier (Suita) incluyen eon freeven Scvirbueclones de este pr ale nutores y ot Sines, Ui wu del preset atic ‘yen algunas rewsiones con miembros de este tgrupo. Uns obra colectiva del grupo es The Derelopment Dietidnary (Sucks, ed. 1992). ‘9, World Commission, 1987, p. 15. pe —___Ecologiay Desarrollo ___Revista Foro CCoiiage Hemin Mauricio Surer A, En general, los cultu- ralistas ponen de relieve. ss consecuencias de la cultura economicista do- minante sobre la forma en que nos relacionamos con lanaturaleza. Més atin, se} rebusan a aceptar pro- {i puestas tales como Ia del 7; reverdecimientodelaeco- nomifa'® y los jitentos por subordinar la economia a los intereses sociales y. . ecolégicos. Para estos cri- - ticos es simplemente im- posible racionalizar la de- fensa de la naturaleza en términos econémicos. Aguellosecologistas yeco- nomistas ambientales que asi lo hagan sélo estarian contribuyendoconsusbien intencionados argumentos 2 extender la sombra que ls economia tiende sobre Ja vida y la historia. Una denuncia hecha tanto por culturalistas como por ecosccialisias sobre el discurso liberal deldesarrollo sosteniblees lsimposibilidad de recon- ciliar crecimiento cond; micoyambiente. Aladop- tarelconcepto de desarro- flo sostenible, en efecto, se intenta iliar a estos dos vicjos enemi- 208." Esta articulacién de ecologia y economia esta encaminada a crear Ia impresién de que sdlo se necesitan Pequeiios ajustes en el sistema de snereados para inaugurar una época de sesarrollo ecolégicamente respetuo- 0, encubriendo el hecho de que el marco de la economia -tanto por su isdividualismo metodoldgic por su estrecho marco disciplinario y 2 cortoplacismo— no puede llegar a scomodarlasdemandas:unbi Seenamodificacién muy sustanciala s2 estructura, como arguyen los eahuralistas." En el discurso liberal del ecoile- sarrollo, no hay duda que ol ereci- miento econdriicy es necesarie prt erradicar Ia pobreza, Como se pictis que la pobreza es tanto eatisa come efecto de los problemas ambientales, elcrecimiento econdmico sehace ne- liberal, cl cual ha llevado a losanalis de ecosistemas a concentrars 8 depredadurus de los pox discutir satistactoriamente fa dindmica social que genera la activi dad eco-destructiva de los pobres. Lia nazi no es ota que los mismos procesos de de- sartalle © han desplazade a las ¢o- munidades de indigenas y campesinos de sus tomos habituales, empu- jéndolos.a sitios y ocupa- ciones donde ecesa el discurso liberal del i sarrollo sostenible tiende a colocar la culpa de a crisis ecolégica cn los po- bres del Tereer Mundo, nrds que en las grandes fuentes de contaminacién ns de Hypeiecers mapa el Montes tia vés del colonialismo y el desarrollo. Como lo maniliestrer Haticumente el cease lista cataldn Juan Martine Alier, “la idea de « 1 Ho ceondmicnes bueno paraclambiente no puede ser aceptaca. anloce nealizeces en verte dis gradacion ambiental, aunque la mis- ina riquezn permita destinar 1 cursos a proteger el ambiente contta los efectos causadas por ella mise anu’.!” Mas avin, Ia ilusion del ereei- mienty econdmico continundy es ali- mentada por los ricos del mundo para tener a los pobres en paz. Por el con- trario, la idea correcta es que el creci- Iniento econ tle; fo de reeisos (y 1a cor ¥ eso perjudicn a los pobres. Existeun 10) My 11, ta senha, 1994, 12 Nonna, 198: nM Hee tig a Her Alien, 1992, p. 1 conlicto enire ta destruccién de ta naturaleza para ganar dinero y lacon- servacion de la naturaleza para poder sobrevivir... La supervivenciat de es- tos grupos (indigenas y eampesinos) noqueda yarantizada porkiespansicn del sistenm de mercado sino que es annvenzatka pon este En resumen, la redefinicién del crecimiento econbmico qucel diseur- soe desarrollosostenibleintenta rea- Tizar no logra pasar por los fillies conceptuales de culturalistas y ecosocialisias. Un conocide critic del discurso liberal del ecoulesurvolo, clecologistaalemn Wolfgang Sachs, haresumido este problematico aspee- to de este discurso al sefialar gue, a difercneia de las propuestas ‘de los ios setenta (como fa de los reportes del Club de Roma), los cuales se cen- traban en los limites def erectnticnta, elddiwase liberal de his wehenta.se ia en ef crecimiento de las tim Una’de las principales contri jones de los culturalists es st reseatar el valor de ka nat bu interés e1 ralezacomo enteauténome, fuente de vieka no slo material sino tambi spiritual. Esta insisteneia en el valor de la naturaleza en si proviene del contacto que muchos de ellos han fenido con poblaciones indigenas. y campesinas del Tercer Mundo, para Jay cuales ha naturaleza no es ni an ser parte, nialgo externoala vida huma- na, Como es bien sabido, en muchas delasculturas lemadas tradicionales hay una continuidad entre el mundo material, el mundo espiriital, y el tami humane. EL ecofeminisane rm te resalta ha cereanist qute bat enistido en numerosas sociedlades en- tre la mujer y la naturaleza, Hs indudable que la muturatese hat ecnalo de ser un actor social inne fante en gran parte de la discusign sobre el desarrollo sustentable, Si re- visirumos ki mayoria de los textos al respecto, probablemente encontraria- erst pakabna suaturudece sana ver se micuigiona, Se mengignan recursos naturales aunbiente, i Revista Foro Ecologia y Desarrollo 1 ica, etc., pero no la aparentemente anticuada nocién de naturaleza.'La desaparicién de Ia naturaleza es un resultado inevitable del desarrollo de Ja sociedad industrial, la cual ha efec- tuado ka transtormaci6n de naturaleza en ambiente, Para aquellos didos a sus le kt naaturatleza eon re= curso, el ambiente se convierte en un concepto indispensable. En Ia forma en quese usa el término hoy en dfa, el wnbicnte representa una vision de la naluralezadeacuerdoalsistemaurba- no-industrial, Todo to que es indis- pensable para este sistema deviene en parte del ambiente, Lo que circula no es la vida, sino materiag primas, pro- ductos industriales, contaminantes, recursos. L reducea un éxtasis, a ser un mero apéndice del ambiente) Estamos asistiendo a la Implicito en el liscurso liberal det desarrollo sosteniblees la creencia de que debe ser (juna vez mis!) la mano benevolente del Occidente la que sa Son los padres del Banco Mundial, junto a las ecderatas del Terver Mando que cireulan en el jet- set Internacional de consultores am- bientales, quienes habrin de recon- ciliar a la humanidad con la naturale- Za. Siguen siendo los occidentales los que hablen por fa tierra, Sélo en tina segunda instancia se invita a las co- munidades del Tercer Mundo acom- partirsu conocimiento tradicional en Jos augustos templos del suber occi- dental y las organizaciones interna- cionales. Fs por tudo esto. que. un prominente ot indi, Shiv Visvanathan, Se refiere al mundo de Bruntkind como a un cusmos desen- cantado, Constituye wna renovacibn del contrato entre ls gieneis modema y el Estado que resulla en una visibn ‘empobrecida del futtiro, Como otros cullucatistas, Visvanathan manifiesta su preocupacién por Ia influencia del Tenguaje del desarrolto sostenible en Ire los evologistus, y hace un amido slos:resistirls eooptacién: ““Bruntland busoa cooptar los mis- ‘mos grupos que estén creando tna nueva danza dela politica, pare la cual Ia demo- ‘ericia no essolamente ordeny disciplina, donde la tierra es un cosmos mégico y la vid todavia un mistrio a ser eslebeado lo globalizaco y global evoplarlos, con Virligndolos en in mundillo de consulto- res de segunda clase, en un orden venido ‘a menos de enfermeros y paramédicos condenados a asistir a jos verdadero: expertos (..) Debemos ver al Informe Bruntland como una forma de analfi- betismo letrado, y decir una orécién por Inenergia gastada y los érboles desperdi viados en publicarlo. Y, finalmente, decir luna pequefa oracién, una apologia por el ‘rbot que suministr6 el papel para este documento, Gracias, érbol"." La capitalizacién dela naturaleza: visiones ce sts aeriticaecosocialistaal dis- curso liberal del desarrollo sosienible comparte mu- chas de las observaciones de los culturalistas. Se diferencia de sas illimas, sin embargo, por Ta mayoratencidn que presta a la econo- mia politica como base conceptual de Ia critica, El punto de partida es tuna economia politica reformada, centra- div en la teorizaeién de ta naturaleza del capital en lo que sc ha dado en Hamar su fuse ecolégica.” En esta fase, arguyen los tebricos ecosocia- listas, el capital opera en dos formas He thad pi ‘ 15, Sues 1988, 16. La reac entre clenelareduesionst, siedadpatarel y_ eoitalismo sido analizads ‘xh vaste portafiaieny ecSloga nd Vondans Shiva (1080) Pea Shiva fa vikensin co tattolee yl vlan conte a wer eon {os de isin fensmevo, es decir, {ina socked ub as bas den eonosien- to cienifico” qve, por #4 marcado sesgo ‘edyecionsi, tace violenela sobre el objeto Je ‘onociienl, Vése también el abajo de Mersin! cranny 17, Sac, 1922 1%, Visvaatian, 1991, p. 384, 19.M, Connie 1993, anaggaagaaa ra i ae mae ae cae Gistintes © interrelacionadas. Lla- mémoslas las formas moderna y posmoderna del capital eeolbgico. La forma moderna del capital ecoldgico 4 primera forma que el ea- pital toma en su fase ecolégica operadeacuerdo a la logica de la cultura y racionalidad capitalistas modemnas, Se resalta, sin embargo, un cambio en el modode operacién del capital mismo. Estecambio es entendidoen términos de Jo que James O'Connor (1988, 1992) llama la segunda contradic cidn del capitalismo. Recordemos que, eacuerdoalateoriamarxistactésica, Ja contradiccién fundamental del ca- pitales entre las fuerzas productivas y Jas relaciones de produccién, 0 entre laproducciény realizacién del valory Js plusvalia, Esta primera contradic- cin es bien conocida por los econo mistas politicos. Hay, sin embargo, unsegundo aspecto dela dinémicadel capitalismo que'se ha convertido en scuciante con el agravamiento de Ia crisis ecolégica contempordnea. Este aspecto define la lamada segunda

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