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EPOCA COLONIAL 8 Espafioles y portugueses irrumpen en América IN AMANECIENDO mandé aderezar el batel de la nao y las barcas de las carabelas... para ver la otra parte, que era la parte del este, qué habia. Y también para ver las poblacio- nes, y vide luego dos o tres, y la gente que venia todos a la playa llaméndonos... Los unos nos traian agua, otros otras co- sas de comer.. y entendiamos que nos preguntaba si éramos venidos del cielo. Y vino uno viejo en el batel dentro, y otros a voces grandes llamaban todos, hombres y mujeres: «Venid a ver los hombres que vinieron del cielo, traedles de comer y de beber». (C. Colén, Diario de a bordo, domingo 14 de octubre de 1492.) Venidos del cielo. Eso creyeron, a! ver llegar a los espafio- les, los primeros indigenas americanos con los que se encontr6 Colén en Ia isla que él Ilamé San Salvador. También Moctezu- ma II se preguntd algunos ajios después, en 1517, cuando un ma- cehual que acudié a informarle desde las tierras del Golfo le co- municé la legada de unas como torres 0 cerros pequenos que ventan flotando por encima del mar, si sus ocupantes no serian los enviados del dios Quetzalcéatl que regresaba segtin ha- bfan anunciado cédices y tradiciones. Y algo parecido debieron creer los indigenas andinos al considerar a los espaiioles vira- cochas que retornaban del mar, segtin las creencias a que nos referimos en el capitulo correspondiente. El trato que inicial- mente dispensaron los indios a los descubridores espafioles res- 141 {HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA pondia a estas creencias. Pero muy pronto tuvieron ocasién de constatar que no era del cielo de donde procedfan aquellos ex- trafios hombres y que sus objetivos estaban fijados més a ras del suelo. Para explicar cémo habfan llegado y para entender de manera cabal las razones que los condujeron hasta alli debemos retroceder en el tiempo y desplazarnos al lugar de procedencia, ala Peninsula Ibérica, en la Edad Media. Europa antes de 1492 Durante la Edad Media, Europa se caracteriz6 en lo politico por manifestar una notoria fragmentaci6n en cuanto a la tenen- cia del poder. Si comparamos el mapa politico de la Europa ‘moderna con el del mismo continente en los tiempos mediev les, constataremos que en este titimo no habia unidades polit cas de gran extensién territorial. Lo que por entonces abundaba eran los seftorfos: extensiones geogrificas no muy grandes, que estaban bajo el poder de un determinado sefior territorial. Esta- ‘mos refiriéndonos, claro, a la Europa feudal. ‘Ahora bien: es verdad que durante el Medievo existieron instituciones que tuvieron vigencia sobre buena parte de lo que hoy conocemos como continente europeo: nos referimos al Pa- pado y al Sacro Imperio Romano Germénico. Sin embargo, se traté de autoridades fundamentalmente simbélicas, ya que el poder efectivo —e! que directamente recaa sobre las personas— ‘era el de la ya mencionada autoridad sefiorial. En lo politico, el poder del Papa estaba referido a los denominados Estados Pon- tificios, que abarcaban buena parte de la peninsula italiana. Era la autoridad espiritual del Papa la que Ilegaba a todo el conti- nente, al menos hasta que la mitad oriental se separé de la obe~ iencia romana. ¥ en cuanto al Emperador, sabemos que nunca tuvo un poder efectivo sobre ta integridad del Imperio, Por tanto, la fragmentacién del poder politico fue una ca- racteristica de Ia Europa medieval. Sin embargo, lo que unia a todos los europeos era Ia comin fe cristiana. Es més: en esos tiempos no se hablaba tanto de Europa, sino de Cristiandad. 142 ESPAOLES Y PORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA Dicho de otro modo, por ese entonces Cristiandad y Europa eran sinénimos. Durante 1a Baja Edad Media, los europeos habfan suftido graves padecimientos. Unos fueron politicos: cabe citar, por ejemplo, la célebre guerra de los Cien Afios. Otros fueron so- ciales, y con graves repercusiones demogréficas: en cuanto a ello, debemos mencionar lo que fue la terrible «Peste Negra» (1348-1350). Se traté de una peste bubSnica y neuménica que causé un dramético descenso poblacional, del cual Europa tardé cerca de un siglo en recuperarse. En general, los estragos de las epidemias eran devastadores. No existian vacunas, las, condiciones sanitarias eran muy deficientes y el desarrollo de la ciencia médica era muy elemental, Es ilustrativo referir, en este sentido, cémo las muertes que se producfan en las guerras no se debian tanto a la actividad de las armas en el campo de batalla, sino fundamentalmente a las enfermedades producidas por los contagios suscitados a raiz del paso de los ejércitos. Durante el siglo xv empez6 el lento desarrollp de lo que més adelante serfa conocido como Estado moderno. Este es un punto crucial, dado que precisamente la vigencia del Estado ‘moderno es el factor que distingue —siempre en el Ambito po- litico— 1a Edad Media de la Moderna. Pero qué es el Estado ‘modemno? Se trata, ante todo, de una entidad politica que su- pone Ia existencia de un poder centralizado, que abarca una gran extensién territorial y que est dotado de una serie de ins- trumentos que hacen posible la efectividad de ese poder: una organizacién burocritica, un ejército permanente y sujeto a las, 6rdenes del poder central y una estructura diplomiética que lo represente frente a otros Estados. Con su aparicién y extensién ‘el mapa politico de Europa ya no apareceré como un rompeca- bezas compuesto por numerosas piezas pequefias: se ird con- virtiendo en uno que tendré cada vez menos piezas, y estas de mayor tamafi ‘Al frente de los Estados modemos aparecen los reyes 0 mo- narcas. Sin embargo, debe aclararse que ya muchas dinastias mondrquicas existian en Ia Edad Media; aunque en esos tiem- pos el rey no era mas que un primus inter pares: el primero en- 143 HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA tre los iguales. El rey era un sefior territorial mds, al que los otros sefiores reconocfan como superior, pero solo desde un punto de vista simbélico. El poder politico efectivo del rey no traspasaba los limites de su seiiorio particular. Con el adveni- miento del Estado moderno, los monarcas buscan que ese po- der sobre los otras sefiores deje de ser simbélico. Pero seria inexacto afirmar que la aparicién del Estado mo- demo se debié exclusivamente al afiin de poder de los monar- cas, En realidad, a partir del siglo xv fueron diversas las circuns- tancias hist6ricas que favorecieron su implantaci6n. Fijémonos, por ejemplo, en el dmbito del comercio. Con el aumento de las actividades mercantiles en el siglo xv se percibié como una ne- cesidad la mejora de las comunicaciones. Esto es facil de en- tender: la recuperacién demogréfica llevé a que se diera una ‘mayor demanda de productos. Esa demanda debfa ser satisfecha por medio de actividades comerciales mas dindmicas. Y para ese dinamismo se necesitaban comunicaciones més répidas. Para que se diera esa rapidez debian confluir dos factores: el vance en los aspectos técnicos de las vias de comunicacién y Ja superacién de las multiples trabas administrativas propias de Ja Europa medieval. Recordemos el ejemplo del rompecabezas que acabamos de mencionar; al estar tan fragmentado el poder politico en el Medievo, el transitar por los caminos de Europa era sumamen- te complicado. Esos caminos estaban salpicados por muchas aduanas, peajes o controles de diverso tipo, que los diferentes sefiorios establecfan para manifestar su autoridad y buscar be- neficios econdmicos. Por tanto, esa situacién iba en contra de los afanes de rapidez en el comercio que la sociedad europea exigia de manera creciente. Asf, la biisqueda de una mayor agi- lidad en el comercio y en las comunicaciones es un factor que debe considerarse al mencionar las causas de la aparicién del Estado modemo. Para completar la idea, digamos que los pu- Jantes sectores sociales dedicados al comercio y al manejo del dinero —que comtinmente han recibido el nombre de burgue- sfa— estuvieron muy interesados en el establecimiento de un esquema politico presidido por el Estado eficaz. Por tanto, di- 144 ESPANOLES ¥ PORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA versas circunstancias fueron las que propiciaron el progresivo surgimiento del Estado modemo. Y a su vez, su presencia se convirtié en elemento fundamental para distinguir los tiempos medievales de los modernos. En el extremo occidental de la Europa del Sur se encuentra la Peninsula Ibérica, que en el siglo xv albergaba diversos reinos, de los cuales eran los mas importantes los de Castilla, Aragén y Portugal. La historia de la Peninsula Ibérica es compleja y variada. En todo caso, fueron los romanos quienes por vez primera plan- tearon un concepto unitario de la Peninsula. La «Hispania» roma- na constituy6 uno de los més importantes dominios del Impe- rio. Aun hoy en dia son muchas las manifestaciones materiales —sobre todo complejos arquitecténicos— que podemos apre- ciar de la presencia romana en esas tierras. Es més: son muy nu- merosas las actuales ciudades espafiolas que fueron fundadas precisamente por los romanos. Ademds, la huella de la Penin- sula Tbérica en Roma fue muy importante: no en vano hubo em- peradores nacidos allf —como Trajano, Adriano y Teodosio—, al igual que figuras intelectuales importantes, como Séneca. Luego de la caida del Imperio Romano a causa de las inva- siones bérbaras, fueron los visigodos —entre otros— quienes se asentaron de manera definitiva en la Peninsula. Sin embargo, ‘a partir del siglo vit se inicié la decisiva ocupacién drabe. En efecto, en el afio 711 desembarcaron en el sur peninsular y mantuvieron una presencia dominante durante varios siglos. Solo en 1492 los cristianos lograron vencer el tltimo de los en- claves politicos drabes en Ia Peninsula: el reino de Granada, Asi, en los siglos que median entre los afios 711 y 1492 tuvo lu- gar la coexistencia de una comunidad inicialmente preponde- rante, Ia musulmana, y otra, progresivamente més pujante, la cristiana, La alternancia de periodos de enfrentamiento y de apaciguamiento favorecié la experiencia de vida de frontera en- tre los castellanos. La frontera se convirti6 en lugar de oportu- nidades para los més arriesgados,; fue, ala vez, una escuela mi- litar y oftecié posibilidades de promocién en una sociedad cerrada y estamental, Ademis de su dimensién politica, el do- minio drabe de buena parte de la Peninsula Ibérica tuvo una 145 HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA gran importancia cultural y cientifica. Por ejemplo, fue a través de los drabes como la Europa occidental tomé conocimiento de muchas de las ideas de los filésofos griegos de la Antigiledad. Enese sentido tuvo gran trascendencia la Escuela de Traductores de Toledo, Junto con los cristianos y musulmanes, fue muy sig- nificativa la presencia de judios en la Peninsula Ibérica. Entre los reinos cristianos sobresalieron los de Castilla, Aragén y Portugal. La Corona de Arag6n estaba compuesta por una serie de tertitorios orientados hacia el mar Mediterréneo. Portugal, en cambio, era un reino que miraba al océano Atléntico, Los portugueses tenfan una gran tradicién marinera: podrfa de- cirse que era un pueblo fundamentalmente maritimo. Lo contra- rio ocurria con Castilla. Los territorios de la Corona de Castilla eran basicamente de «tierra adentrom, y la vida de sus habitan- tes estaba centrada en actividades que poco tenfan que ver con el mar, Entre ellas la mds importante era la producci6n lanar, En 1469 se celebré el matrimonio de los herederos de las coronas de Castilla y de Aragén: Isabel y Fernando, Conocidos posteriormente como Reyes Catdlicos, establecieron en la Pen- insula Tbérica —y sobre todo en Castilla— las caracteristicas propias del Estado modemo. Asf, buscaron crear una eficiente burocracia a sus érdenes; procuraron sanear las finanzas piibli- cas y organizareficaces sistemas de recaudacién de impuestos; fomentaron la unidad lingiifstica en torno a la lengua castellana y la unidad religiosa en torno al catolicismo. A pesar de que Isa- bel era reina de Castilla y Fernando rey de Aragén, desarro- llaron acciones coordinadas con los propésitos que hemos indi- cado, Por tanto, si bien entonces no se hablaba de «reyes de Espaiian, puede decirse que ambos fueron, de algiin modo, los fundadores, en términos politicos, de la Espaiia moderna. La navegacién transocednica en el contexto de la expansién europea i bien durante la Edad Moderna el continente europeo se convirtié en el «centro del mundo», el panoram 146 [ESPASOLES ¥ PORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA distinto durante el Medievo. Como ha sefialado un autor, antes de 1492 Europa era un pequefio apéndice del gran continente asiético. En efecto, si por entonces alguien hubiera tenido la po- sibilidad de contemplar nuestro planeta en conjunto, no habria dudado en admirar, en primer lugar, el poderfo y la importancia de la China. Si bien ya haba iniciado su decadencia, la China seguia manifestando gran fuerza y, en conjunto, Asia resultaba ‘mucho més importante que Europa. Este iltimo era, en efecto, tun pequefio continente, para cuyo sostenimiento era vital el in- tercambio comercial con Asia, y cuya cultura, en gran medida, era tributaria de conceptos orientales. Para la Europa medieval, efectivamente, el intercambio co- mercial con Asia era de gran importancia, Sobre todo en los si- aglos finales de ese periodo histérico, diversos productos asisticos empezaron a ser fundamentales para la vida europea. En el ‘campo de la dieta alimenticia, por ejemplo, las especias se con- virtieron en elementos propios de la vida cotidiana europea: la pi- mienta, el comino, el jengibre, constitufan ingredientes basicos para la condimentacién de los alimentos, 0 para la conservacién de los mismos. De otro lado, a pujanza econémica que fueron adquiriendo los sectores burgueses en la Baja Edad Media hizo (que se diera una gran demanda de objetos de lujo procedentes del Asia y que se convirtieron en simbolos de refinamiento y de po- der econémico: pensemos en las sedas 0 en las porcelanas. Por eso el afio 1453 se present con gran dramatismo: Cons- tantinopla cayé en poder de los turcos otomanos. Siendo esa ciudad el punto fundamental de comunicacién entre Oriente y Occidente, dicha accién bélica trajo consigo Ia aparicion de ‘graves dificultades para continuar con los mencionados contac- tos. Asf, muchos autores consideran que Ia toma de Constanti- nopla estd en la rafz de lo que fueron los afanes de expansién territorial de los europeos: el interés por buscar otras rutas para Hegar a Asia habria hecho que los europeos occidentales orga- nizaran numerosas expediciones de exploracién que los lleva- ron a expandirse geognificamente. Sin embargo, no debemos olvidar otros aspectos de Ia co- ‘yuntura europea de entonces que contribuyeron a la expansidn, 147 [HISTORIA COMUN DE TREROAMERICA Mencionemos, por ejemplo, el citado crecimiento demogriico el mayor desarrollo comercial. Esto dltimo debié influir en el afin por buscar nuevos territorios con los cuales establecer vinculos. Lo cierto es que a partir de la segunda mitad del siglo xv se produce una impresionante expansi6n, en términos territoriales, de Europa y de los europeos. Pero debemos ser més especifi- cos: el protagonismo en esa expansién estuvo inicialmente en Ja Peninsula Ibética, y sobre todo en los portugueses y castella- nos. Ya nos hemos referido a la tradicién marinera portuguesa: basta ver un mapa para advertir la intima vinculacién de los portugueses con el mar. Ademds, en el siglo xv, en la localidad costera de Sagres, el célebre principe Enrique El Navegante ‘ere6 una Escuela de Navegacién. Dicha Escuela, y los marinos {que se formaron en ella, fueron fundamentales en el desarrollo y perfeccionamiento de importantes instrumentos de navega- in, Igualmente, la carabela —indudable protagonista de los viajes de Colén— fue difundida por portugueses, aunque su origen era oriental. De forma ligera, era un navio muy dgil, y el tipo de velamen que tenfa era muy apto para aprovechar todos 10s vientos. Los portugueses pudieron mantener su presencia en ‘muchas zonas del mundo por el modo caracteristico de expan- sién que utilizaban: la feitoria (factor‘a). Se trataba de una plaza comercial fortificada que segufa una vieja tradicién me- diterrdnea y que evitaba la necesidad de profundizar en el do- minio de tierras interiores. A los portugueses se les debe mucho en materia de descu- brimientos geogréficos: fueron ellos quienes impulsaron diver- sas expediciones por las costas atlnticas de Africa, con el afin de buscar una ruta altemativa para legar a la India, al Japén y ‘ala China. Finalmente, encontraron esa ruta, cuando a fines del siglo xv Vasco da Gama logré la circunnavegacién de Africa. Pero ya para entonces un marino genovés —con el patrocinio de la Corona de Castilla— habia llegado —Iuego de atreverse a cruzar el Mar Tenebroso— a un continente que daria muchas ‘més riquezas que las que el Asia brindaba. Sin embargo, no se- ‘fa temerario afirmar que los portugueses merecieron descubrir 148 ESPANOLES Y FORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA América, por su tradicién marinera, y por su gran interés en el desarrollo cientifico de las navegaciones. Lo cierto, en todo caso, es que por obra de castellanos y portugueses Europa em- pez6 a estar presente —con una presencia dominante—en in- ‘mensos territorios hasta entonces desconocidos. En cuanto a la figura de Cristébal Colén, no es mucho lo aque se sabe de su vida antes de 1476, afio que se ha seftalado como el de su llegada a Portugal. Nacido en Génova en 1451, fue un hombre, al parecer, dedicado desde su juventud a la vida marinera, Hay versiones muy diversas sobre sus actividades: algunos lo han identificado con el mundo del comercio, otros con el de la piraterfa. En definitiva, hay muchas dudas y pocas certezas en los relatos sobre esa etapa de su vida. Al ilegar a Portugal, Colén era un marino que mostraba ya muchas ambi- ciones. Como afirma el historiador espaiiol Francisco Morales Padrén, el ambiente portugués era el mas adecuado para un hombre con esas caracteristicas. Y Lisboa una ciudad en la que estaban intimamente mezclados los conceptos de aventura, co- mercio, ciencia y ndutica. Para entonces, Colén se mostraba ya como un hombre muy interesado en los avances cientificos re- feridos a la navegacién, y en su espiritu habia un claro deseo de aventura, La idea de Ia esfericidad de 1a Tierra era aceptada ya en los, cfrculos cientificos desde tiempo atrés. Por eso, los plantea- mientos de Colén no fueron originales en cuanto a ello. La no- vedad que Col6n planteé fue la de que a Asia se podia llegar desde la Europa occidental cruzando el Atléntico, y que esa tra- vesia debfa ser breve. En otras palabras, Colén afirmaba que las costas portuguesas estaban mucho mas cerca del extremo oriental de Asia de lo que por entonces comiinmente se pen- saba, Eso habfa sido sostenido también por el médico huma- nista Paolo del Pozzo Toscanelli, en un trabajo publicado en la década de 1470, al que Colén tuvo acceso. Ademis, diversas obras cientificas que pudo consultar le ofrecieron indicios que lo llevaron a formular la idea mencionada, Colén solicit6 al rey Juan Il de Portugal, en 1484, el patrocinio para la realizacién de una expedicién maritima que confirmara esa hipstesis. Sin em- 149, HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA bargo, la solicitud fue rechazada por una comisién de expertos gedgrafos que se constituyé para estudiarla. En realidad, la idea de Col6n estaba equivocada, En primer lugar, consideraba que el globo terrdqueo cra de un tamafio mu- cho mas pequeiio que el real. Ademis, pensaba que los conti- nentes europeo y asidtico eran mucho més extensos de lo que son. Si bien era cierto que se podta llegar al Levante por Po- niente —es decir, arribar a la India navegando hacia el Oeste—, Colén nunca imaginé que un inmenso «Nuevo Mundo» se iba a interponer en su camino, Es més: al parecer, murié creyendo que habia llegado al Cipango y al Catay. Es decir, confundi6 las islas caribefias y las costas centroamericanas con el Japén y la China. Pero volvamos a sus planes: luego de recibir el rechazo por- tugués, se dirigié en 1485 hacia tierras andaluzas y, a través de ciertos personajes que valoraron sus planteamientos, pudo tener acceso a Ja reina Isabel. A pesar de que la Corona castellana es- taba en los aifos decisivos de Ja lucha final contra los musul- anes, la soberana prest6 ofdos a las ideas de Col6n. Sin em- bargo, diversas juntas de expertos consideraron que no se det apoyar al marino genovés. En cuanto a eso, debemos precisar que la ambicién de Colin —los muchos beneficios que pedia— fue un elemento negativo. Pero, finalmente, la reina le mostr6 su confianza, y asf se pudieron celebrar las capitulaciones de Santa Fe. En sus cléusulas se contemplaron grandes ventajas para Colén, que se harfan efectivas si realmente se Hegaba a nuevas tierras. Asi, se le daba el titulo de Almirante, Virrey y Gobernador General de los lugares que se descubrieran, ¢ igualmente se le daba la décima parte de las riquezas que alli se obtuvieran Con el decisive apoyo que significaron Ias capitulaciones de Santa Fe, Coldn se dirigié a la localidad de Palos de la Fron- " Imaginemos la magitud dela décima parte de as iquezas americans. Por es0, pocos fos después de 1492 emperaron ls «peitos col desacuerdosy procesos judicises ene ta familia de Colby Ja monarqua ‘stella, la cual se negaba a otongar esa dea pane, 150 EN AMERICA ESPASOLES ¥ PORTUGUESES IRRU! LAPENETAACION HISPANA EN AMERICA CENTRAL Y AMERICA DEL SUR Personajes, fechas y direccién de las principales expediciones de ‘conquista, Las islas del Caribe aparecen claramente como trampolin desde el que se produce la penetracién en los dominios de las grandes civilizaciones azteca, chibcha e inca. 151 HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA tera. La zona de Palos era conocida por sus experimentados marinos. Esa debié ser una de las razones por las que Colén eligié el lugar para iniciar su expedicién. Ademis, la reina Isa- bel ordené que se le ayudara, contribuyendo con dos carabe- Jas equipadas. Un hombre clave para el proyecto fue Martin Alonso Pinzén. Este marino de Palos era hombre de gran ex- periencia y fue el organizador de la expedicién entre sus paisa- nos. Al parecer, utiliz6 diversos argumentos para animarlos a participar: prometia que saldrfan de la miseria, o que encontra- rian casas con techos de oro. En todo caso, Io cierto es que su participacién fue fundamental en Ios preparativos del. viaje. Todo indica que fue é1 también quien contrat6 los barcos que fi- nalmente se usaron: dos carabelas y una nao. La Nifia debia su nombre al hecho de que un tal Juan Nifio—habitante de la ve- ccina Moguer— era su propietario, Los gastos que demand6 el uso de esa carabela fueron pagados por los vecinos de Palos. La Pinta fue la carabela en la que hizo el viaje el propio Pinzén, Y en la Santa Maria lo hizo Colén. Viajes y rutas de penetracién {.Cudntos hombres participaron en el primer viaje de Co- I6n? Aunque hay versiones distintas, debieron ser en torno a noventa, distribuidos en esos tres barcos, que eran realmente bastante pequefios. El 3 de agosto zarpé la expedici6n. La trave- sia duré algo més de dos meses. Durante ese tiempo se produjeron diversos momentos de tensién entre los tripulantes, dado lo prolongado del viaje y las diferentes ocasiones en que se crefa equivocadamente que se divisaba tierra. En esos episodios difi- ciles, Col6n repetia estar seguro de que iban por el camino co- recto, y que las costas de la India aparecerfan ante sus ojos. Fi- nalmente, Iuego de falsas alarmas, de intentos de motin y de momentos de desesperana, lleg6 el 12 de octubre. En ese pri- mer viaje, Col6n pis6 tres islas caribefias: Guanahani —a la que s¢ le dio el nombre de San Salvador—, Cuba —que recibié el nombre de Juana— y La Espafiola, que es la actual isla que 152 EESPASOLES ¥ PORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA comparten Haitt y la Reptiblica Dominicana. Colén estaba con- vencido de que se confirmaban sus predicciones: segtin él, ha- bfan llegado a la India; es decir, al Oriente. Por tanto, consideré ‘que, por fin, se habfa logrado el anhelo de llegar al Levante por Poniente. Y que se habfa encontrado la tan ansiada ruta alter- nativa a la China, el Japén y Ja India. Luego de ese primer viaje, Colén realiz6 tres més a Amé- ica. El segundo se inicié en 1493. En este caso, estuvo acom- pafiado de mas de mil hombres —entre soldados, sacerdotes, ar- tesanos y aventureros— y la expedicién consté de diecisiete navios. Era evidente el interés que despertaban las tierras des- critas por Col6n, en particular en los reyes Isabel y Fernando, quienes vefan que podta acrecentarse notablemente el poder de la Corona de Castilla aunque, probablemente, Crist6bal Colén hat pensado mds en un tipo de asentamiento parecido a la factoria portuguesa, El viaje permitié a Colén tomar posesién de otras, {slas del Caribe, entre las que estaba Puerto Rico. Sin embargo, le supuso también una primera experiencia desgraciada, al en- contrar destruida la fortaleza de Navidad en la isla Espaiiola, y muertos todos los europeos que habfa dejado alli en su primer viaje. Tras ese amargo episodio, Col6n emprendié la fundacién, en la misma ist, de un asentamiento més estable, aunque él seguia empeitado en alcanzar las zonas més ricas y civilizadas del conti- nente asiatico, al que crefa haber legado, En ese contexto, comen- zaron ya las primeras protestas graves contra el gobierno de Co- én en Ia isla Espafiola. En los meses finales de 1495 llegs a La Espaiiola un agente enviado por la Corona, con el fin de tomar conocimiento de las protestas producidas contra el almirante. Este decidis retornar a la Peninsula con el objeto de defenderse per- sonalmente, embarcdndose con ese rumbo en marzo de 1496. En realidad, se estaban iniciando los primeros capitulos de una historia que serfa muy larga: la de los llamados pleitos colombi- ‘nos, que constituyeron una larga disputa judicial entre Ia Corona, y Colén —y luego sus descendientes— en tomo a los derechos que al almirante le concedieron las capitulaciones de Santa Fe. El tercer viaje de Coldn se inicié en 1498, y fue en el curso # del mismo cuando llegé por primera vez.a tierras continentales 153 HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA americanas, tocando las actuales costas de Venezuela. Por til. timo, el cuarto viaje, desarrollado entre 1502 y 1504, llevé a Colén a tierras centroamericanas. Ya en los afios de sus dos til- timos viajes, los problemas entre Colén y la Corona habfan au- mentado. Por un lado, los monarcas habfan percibido que eran inmensas las riquezas que podrian encontrarse en las tierras descubiertas, como inmensa era la extensin que iban mos- trando, Ademds, comenzaba a sospecharse que se podifa tratar de tierras distintas al continente asidtico. Todo ello, unido a la falta de capacidad administrativa en el propio Colén, hizo que Ja Corona, por medio de su burocracia, fuera adquiriendo un poder cada vez mds efectivo en las islas caribefias. Ademés, a pesar de que Colén invocaba que las capitulaciones de Santa Fe le otorgaban el monopolio en la exploracién de esas tierras, a Corona no dudé, en los afios iniciales del siglo xvi, en otorgar licencia a otros navegantes para hacer més descubrimientos. Las noticias que iban Ilegando de América, en efecto, desperta- ban la ambicién de muchos en Europa. De este modo, a partir de 1499 se llevaron a cabo varias ex- pediciones importantes, dirigidas por navegantes andaluces, que llegaron a tocar diversos puntos de las costas septentrionales de la América del Sur. Precisamente, el gedgrafo y comerciante italiano Américo Vespucio, quien poco después alcanzaria ce- lebridad, formé parte de uno de esos denominados vi. daluces. Tgualmente, distintas expediciones de esos afios ayu- daron a precisar los conocimientos geogrificos europeos sobre ciertas islas del Caribe, y también sobre algunas zonas de las, costas orientales norteamericanas. Un antiguo compafiero de Col6n en sus primeros viajes, Juan de la Cosa, fue el autor del mapa que reproduce los descubrimientos de las expediciones a Jas que nos estamos refiriendo. El mapa —que se suele fechar en 1500— es especialmente interesante porque da a entender que ya por entonces se intufa que las tierras a las que habfa Ile- gado Col6n no formaban parte del continente asidtico. Paralelamente, los portugueses hicieron sus primeras incur- siones en las costas del Brasil. En el mismo aio de 1500 legs ‘@ esas costas una expedicién comandada por Pedro Alvares 154 ESPAROLES Y PORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA Cabral, estableciendo alli un primer asentamiento. Recibida la noticia en Portugal, la Corona lusitana patrociné la salida de tuna expedicién compuesta de tres carabelas, comandadas por el mencionado florentino Américo Vespucio. Hasta 1502 se de- ddic6 Vespucio a hacer diversas expediciones a lo largo de la costa oriental de la América del Sur, llegando probablemente hasta las proximidades del Rio de la Plata. Sus relatos fueron muy importantes en el proceso de perfeccionamiento de la no- cién de las Indias como un continente distinto al asidtico, hasta el punto de que en un mapa del mundo publicado en 1507 se denominé América al espacio que se intufa como un nuevo continente, En lo referido a Centroamérica, Colén fue pionero, dado que —como ya hemos sefialado— en su cuarto viaje llegé a las costas caribefias centroamericanas, recorriéndolas en una buena parte, desde las actuales tierras hondurefias hasta la zona del istmo de Panam. En la primera década del siglo xvi no hubo mayores descu- brimientos por parte de los espaiioles ya asentados en el Caribe. Iniciada la segunda década de esa centuria, en cambio, se mul- tiplicaron las exploraciones y nuevos asentamientos. Utilizando Jas islas del Caribe como base de nuevas exploraciones, los ex- pedicionarios pudieron adentrarse en el continente. Asi, en 1509 se-sealizaba el primer asentamiento permanente en el golfo de Avra: en 1513 se producfa el descubrimiento de la peninsula ‘de Florida, y en 1517 el primer intento de ingreso hacia tierras mexicanas. Fue también en 1513 cuando Vasco Niifiez de Bal- boa descubria el Mar del Sur (océano Pacifico), teniendo como punto de partida la recientemente fundada localidad de Santa Marfa de Ia Antigua del Darién, en el istmo de Panamé. Uno de los acompafiantes de Balboa en el descubrimiento del océano Pacifico fue Francisco Pizarro, quien en el curso de esa década se convirtié en uno de los més importantes espafioles de la zona de Panamé, situacién de la que afios después se valdria para proyectar la conquista del Pert. En los afios finales de la segunda década del siglo xv1 se desarroll6 la célebre expedicién, patrocinada por la Corona cas- 155 HISTORIA COMUN DE IBEROAMERICA, tellana y dirigida por el marino portugués Fernando de Maga- lanes, que logré realizar la primera vuelta al mundo, y pasar por el estrecho que lleva su nombre, La expedicién dut6 varios afios, a mayoria de sus integrantes —incluido Magallanes— perecié en el empeiio, y quienes sobrevivieron regresaron a la Peninsula Ibérica en 1522 comandados por el marino vasco Juan Sebastin Elcano. De este modo, fue en las dos primeras décadas del sigloxvi cuando, a partir de diversos puntos, se inicié el progresivo poblamiento europeo de las tierras continentales americanas, anuncidindose lo que poco después seria el triunfo de los cot quistadores sobre la denominada América nuclear: Mesoamé- Tica y los Andes. El impacto de los «descubrimientos» en Europa Los viajes de Col6n, y las otras expediciones dirigidas por europeos a fines del siglo xv y en las primeras décadas del si slo xvi, enriquecieron de un modo impresionante los conoci- mientos en el Viejo Mundo en torno a la variedad y riqueza del planeta. En efecto, la informacin creciente que por entonces fue legando a Europa, unida al hecho de la facilidad que para su difusién brindaba la imprenta, supuso el conocimiento de in- contables novedades, que fueron acrecentando también la ima- ginacién de los europeos de entonces. Tal como gréficamente ha dicho el historiador briténico John Elliot, la imprenta y la navegacién llevaron el mundo al umbral de Europa. El mismo Elliott —parafraseando al historiador francés Ju- les Michelet— nos recuerda que en esos tiempos se produjeron en Europa dos fenémenos fundamentales: el descubrimiento del hombre y el descubrimiento del mundo. Entiende por des- cubrimiento del hombre el proceso mediante el cual se fue ¢0- nociendo con mayor profundidad la riqueza de la naturaleza humana, en sus dimensiones fisica y moral. Este descubri- miento del hombre, obviamente, estuvo fttimamente vinculado con lo que fue el humanismo renacentista'y su interés por todo 156 ESPANOLES Y PORTUGUESES IRRUMPEN EN AMERICA lo relacionado con el estudio del individuo. ¥ el descubrimiento

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