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LO QUE IMPORTA AHORA Como triunfar en un mundo de cambios implacables, competencia feroz e innovacin sin barreras GARY HAMEL Traduccién Juan Manuel Pombo y Andrés Matallana Hamel, Gary Lo que importa ahora, Cémo triunfar en un mundo de carbios implacables, competencia fero7 e innovacién sin barreras / Gary Hamel ;traduccién Juan Manuel Pombo Abondano, Andrés Matallana Brifiez, - Bogots (Carvajal Educacién, 2012. 304 p.:23 em. -- (Gerencia) ‘Titulo original : What matters now. How to win in a world of relentless change, ferocious competition, and unstoppable innovation. ISBN 978-958-45-3760-4 1. Administracién de empresas 2. Administracién del conocimiento 4. Ianovaciones teenolégicas ~ Administracién 4, Exito en los negocios, ‘5, Liderazgo I. Pombo Abondano, Joan Manuel, tru. Matallana Britiez, ‘Andrés, tr mt. Tit, IV. Serie. 658 cd ar ed. An332128 CEP-Banco de la Repiblica-Biblioteca Luis Angel Arango Titulo original: What Matters Now. How to Win in a World of Relentless Change, Ferocious, Competition, and Unstoppable Innovation © Gary Hamel, 2012 Publicado por Jossey-Bass, sello editorial de John Wiley & Sons, San Francisco, ca © De la presente edicién: Carvajal Educaci6n s.4.5., 2012 Avenida El Dorado 90-10, Bogoté, Colombia Derechos exclusivos para América Latina Abril de 2012 Disefio de cubierta: Ana Marfa Sanchez Baptiste Diagramacién: Blanca Villalba Palacios Impreso por: Editora Géminis Ltda Impreso cn Colombia ~ Printed in Colombia CC. 26§01563 ISBN 978-958-45-3761-4. ' Prohibida la reproduccién total o parcial de este libro por cualquier medio, sin permiso escrito de la editorial Este libro se compuso en caracteres Bembo Seccion 1 LOS VALORES IMPORTAN AHORA LO QUE IMPORTA AHORA 3. Prudencia: El firme compromiso de salvaguardar el futuro incluso mientras se le saca provecho al presente. 4. Sentido de la responsabilidad: Asumir plena cuenta de las consecuencias sistémicas de nuestros actos. 5. Equidad: La voluntad y deseo de garantizar que los beneficios se dis- tribuyan de manera que respondan a lo que se aporta antes que al ejercicio del poder. Todo pareceria indicar que las anteriores virtudes han brillado por su ausencia en afios recientes, de manera muy particular si miramos la precipi- tada sucesién de acontecimientos que nos llevan de las artimafias contables de Enron a las argucias financieras de Parmalat; de las exageradas reservas de crudo de Shell a los precarios esténdares de seguridad de Bp; de los colo- sales chanchullos de Bernie Madoff al escdndalo por espionaje de Hewlett- Packard; de los rapaces préstamos realizados por Countrywide Financial a los catastréficos excesos de Lehman Brothers, y de la corruptela detras de la venta del espectro inalambrico en India a la tormenta desatada por las in- tercepciones telefonicas de News Corp. Con todo, y a pesar de estos y otros sucios hechos, no creo que los actuales magnates tengan menos principios que sus homélogos en épocas pasadas. En alemén, la palabra raubritter (mas tarde acufiada en inglés como robber baron), sc remonta a la Edad Media y se implement por entonces para designar a aquellos duques y barones que cobraban peaje para pasar por sus heredades a lo largo del rio Rin. En el siglo x1x el término resurge en inglés, como ya se dijo, esta vez como epiteto adecuado para los osados y en ocasiones rapaces primeros grandes fundadores de industrias en Estados Unidos. De manera que si algunos lideres de las grandes industrias del siglo x1 nos parecen especialmente amorales, esto se debe a que una arraiga~ da economia global amplia los efectos de practicas ejecutivas temerarias 0 inescrupulosas. Piénsese, por ejemplo, en la crisis de la deuda soberana que golpeé a la Eurozona en 2011. En un mundo de instituciones nacionales restringidas, los problemas crediticios de un pais como Grecia habrian sido una debacle, pero a pequefia escala. Cosa que no ocurre en un mundo in- terconectado, donde ciertas codiciosas estrategias se emulan rapidamente y donde riesgos a todas luces imiprudentes se propagan como virus. Fue esta dinamica la que obligé a los bancos franceses y alemanes a depositar més 18 Seccidn 1: Los valores importan ahora de 900.000 millones de délares en las a duras penas solventes economias de Portugal, Irlanda, Grecia y Espaiia (0 “pics”, como se les llamé por sus ini- ciales con no mucha elegancia). Ast las cosas, resulta pues que los bangueros americanos no son los tinicos expuestos a peligros morales. ¥ no solo de- bemos preocuparnos por los banqueros. En un mundo conectado on redes, estandares de seguridad poco estrictos pueden poner en peligro informa- cién confidencial que atafie a cien millones de consumidores 0 ms. Una falla en la debida diligencia respecto a un vendedor, puede generar como resultado un panico de contaminacién alimenticia mundial.Y una decision que ponga cn entredicho la calidad de un producto, puede provocar su re- tiro forzoso del mercado global. El punto crucial es el siguiente: dado que las decisiones de los prin~ cipales protagonistas globales tienen trascendencia extrema, sus principios éticos deben ser también singularmente ejemplares. Es ficil compadecernos por la suerte de Mark Hurd, antiguo director general de Hewlett-Packard, que fue retirado de su cargo por lo que podria parecernos una infraccién menor de las normas éticas de up. Y no sé si en este caso particular se hizo justicia, pero lo que si sé es que siempre es bueno que a los lideres influyen~ tes se les exijan altos principios. Ahora, si la economia global acrecienta el impacto de las decisiones éticas, lo mismo se puede decir de internet. La palabra enviada a través de la red puede trocar rapidamente un delito local menor en un célebre caso global. Nike, Apple y Dell son apenas unas pocas de las compafi‘as que han sido duramente castigadas por hacerse las de la vista gorda respecto a pricti- cas de empleo que dejaban mucho que desear por parte de sus proveedores en Asia. En la red no hay callejones oscuros: los bribones seran expuestos a la luz. La red, ademis, est4 creando un-nuevo tipo de conciencia global, una creciente sensacién de lo muy interconectados que estamos. Cada vez com- prendemos mejor que vivimos en el mismo planeta, respitamos el mismo aire y compartimos los mismos océanos: En la vida civica y comercial, es- peramos que los mismos niveles de equidad y juego limpio se implementen en todas partes, y que no sea asi nos ofende.Y gracias a la red, dicho malestar puede convertirse con rapidez en un coro de indignacién global. A lo largo y ancho del mundo las expectativas éticas (si bien todavia no los compor- tamientos) se estén nivelando. LO QUE IMPORTA AHORA La coincidencia y engranaje entre los grandes negocios y el alto go- bierno es otra fuerza que esta levando los valores a Jas primeras planas. En cuanto ciudadanos y consumidores, somos lo suficientemente astutos como para discernir que, cuando legisladores y poderosos grupos de cabildeo y presién se sientan a compartir un espléndido almuerzo, nuestros intereses con seguridad no haran parte del ment. Sabemos, por instinto, que tanto Ia democracia como la economia fancionan mejor cuando no hay concen- tracién del poder, pero, como por lo general si se da la tal concentracién de poder, debemos hacer todo lo que nos sea posible para garantizar que, quienes ocupan cargos de responsabilidad, sean eso, responsables... personas dignas de nuestra confianza. Por todas estas razones necesitamos una revolucién de los valores en. el mundo de los negocios... y cuanto antes mejor. En 2010, un sondeo de Gallup, arrojé que solo el 15% de los encuestados considerd que el nivel ético de los ejecutivos era “alto” o “muy alto”. (Enfermeros y enfermeras sacaron el porcentaje més alto con un 81% y los cabilderos de las corpora- ciones el mas bajo con un 7%).' Esta falta de confianza representa una amenaza existencial para el capitalismo. Las empresas no gozan de derechos inalienables otorgados por un dios; sus derechos son una construccién social y pueden, por tanto, re- construirse cuando quiera que a dicha sociedad asi le parezca, (Hecho que quedé perfectamente claro con Ja aprobacién de las leyes conocidas como el Sarbanes-Oxley Act de 2002 y Dodd-Frank Act de 2010... dos leyes del gobierno federal de los Estados Unidos disefiadas para restringir de manera radical Jas prerrogativas de las corporaciones). La buena noticia es que la revolucién de los valores ya empez6, Pero nadie espera que los ejecutivos suftan una especie de “revelacién”. Una es~ tadistica clocuente: entre 2005 y 2010, el monto de activos en los Estados Unidos invertidos en fondos de “responsabilidad social” (tal y como los de~ fine la Social Investment Forum Foundation) crecié en un 34%, mientras que el total de activos bajo gestién privada solo crecié en un 3%. Hoy en dia, de los més de 25 billones de délares bajo gestién en los Estados Unidos, 1 “Nurses Top Honesty and Ethics List for rrth Year”, hetp://www.gallup.com/poll/ 145043/Nurses-Top-Honesty-Bthics-List-11~Year.aspx. 20 Seccidn |: Los valores importan ahora es uno de cada ocho délares se invierte en fondos con orientacién social. Y hay otros signos alentadores, Hace una década ninguna revista de automé- viles habria sefialado las emisiones de co, de un vehiculo; sin embargo, hoy casi todas lo hacen... por lo menos en Europa. Hace diez afios la consigna de “comercio justo” tampoco habria hecho parte de la retérica de merca~ deo, y ahora lo hace. Hace una década nadie les habria prestado atencién a los salarios de los ejecutivos: hoy por hoy millones de personas lo hacen, Dado todo lo anterior, la pregunta que debe formularse respecto a usted y su organizacién es muy sencilla: se convertirin en lideres a la cabe- za de los valores, o en unos de los rezagados? Es facil vilipendiar directores de corporaciones fraudulentos y banqueros codiciosos, pero qué respecto a usted (y a mf, para el caso)? No podemos esperar que otros sean buenos guias si nosotros no lo somos. A pesar de que algunos ejecutivos proyecten oscuridades morales mas grandes que otros, todos debemos asumir la res- ponsabilidad de proteger el capitalismo de los vandalos éticos. De Adam Smith a Ayn Rand, los defensores del capitalismo han sos~ _tenido que el bien comin se potencia al m4ximo cuando a cada individuo se le permite ir en pos de su propio interés, y yo creo que eso es cierto con una esencial salvedad. Como ocurre en la fisién nuclear, el interés personal solo funciona cuando cuenta con un recipiente de contencién, en otras pa- labras, un conjunto de principios éticos que garantice que el interés propio licido no se convierta en un egoismo desenfienado. Sin embargo, infor- tunadamente, las aguas del subsuelo del mundo de los negocios estin hoy por hoy en exceso contaminadas con los residuos liquidos de un egoismo patolégico moralmente ciego. Como padres, gastamos enormes cantidades de energia en la sociali- zacion sana de nuestros hijos. Asi, al tiempo que un hijo adolescente pueda un dia Iegar a pensar que su interés propio se veri mejor servido abando- nando sus estudios para irse a vivir con su novia, es probable que sus padres no coincidan con su opinién, Después de todo, eso es lo que los padres ha- cen: ensefiar a sus hijos a ser mejores guias de sus propias vidas. 2 “Report: Socially Responsible Investing Assets in usTop $3 Trillion; Neatly 1 out of Bvery 8 Dollars Under Professional Management”, https://ussif.org/news/teleases/ press release.cfin?id=168. a LO QUE IMPORTA AHORA Ahora, el problema es que, en calidad de gerentes 0 ¢jecutivos, nues~ tras obligaciones de supervision y guia administrativa trascienden nuestro Ambito personal y cl de nuestra familia.Y el hecho es que, en afios recientes, muchos lideres empresariales han eludido alegremente tales responsabilida- des.¥ por eso los ejecutivos ocupan los diltimos puestos en los indices de confianza. De manera que, antes de seguir adelante con este libro, pregtintese: gacaso yo si soy un verdadero gufa, un verdadero conductor? 1. Veamos, frente a la lealtad? Bn cuanto custodio de un patrimonio, ame considero su garante fiduciario? 2. gFrente al amor al préjimo? Igual que un padre abnegado, estoy dis- puesto a anteponer las necesidades de otros a las mias? 3. ¢Frente a la prudencia? Como ocurre con los conservacionistas com- prometidos, zme siento responsable de la proteccién y mejora del legado que heredé? 4. gErente al sentido de la responsabilidad? Igual que el capitan de un na- vio, scomprendo que soy responsable de la estela que dejo a mi pa- so... es decir, de las remotas ondas que mis decisiones provocaron? 5. gBrente a la equidad? Como con los mediadores aplicados y serios, mi verdadero compromiso si es encontrar el resultado mas ecuanime para todos? Si le cuesta trabajo entender a cabalidad qué significa en la practica todo lo anterior, lo que sigue quiz le sirva de ayuda. Durante afios dicté un curso para segundo afio de una maestria en administracién de negocios (xa por sus siglas en inglés) en el London Business School. En la éiltima sesion solia ofrecerles a mis alumnos un par de consejos de despedida. Cuando acepten su primer salario, una véz terminado el MBA, les de~ cia, hagan de cuenta que las siguientes cosas son ciertas: En primer ugar, que sus madres viudas han invertido los ahorros de toda la vida en su empresa. Que ella es la tinica accionista y que dicha inver- sién es su tinico activo. Por supuesto, ustedes harin todo lo que esté de su parte para asegurarse de que la jubilacién de la mujer sea segura y feliz. De aqui que la idea de sacrificar el largo plazo en aras de una rapida liquidaci6n ni se les pasar por la cabeza. 2 Seccién 1: Los valores importan ahora Segundo, sus jefes son sus hermanos mayores, de manera que los res- petaran siempre, pero no por ello eludirén ofrecerles a ellos st franco con- sejo cuando quiera que la situacién asi lo amerite... y jamés les chuparan Jas medias. ‘Tercero, sus empleados son todos amigos de infancia, de manera que siempre les dara el beneficio de la duda y har4 todo lo posible por allanarles el camino. Sin embargo, cuando sea necesario, les recordard que la amis- tad es una responsabilidad mutua. Jamis los tratara como meros “recursos” humanos. Cuarto, sus hijos son sus principales clientes y querrin complacerlos y deleitarlos. De aqui que lucharan hasta las tiltimas consecuencias con quien- quiera que sugiera que debe engafiarlos aprovecharse de ellos. En pocas palabras; jam4s explotariamos a un cliente. Quinto, son ricos y cuentan con sus propios medios, trabajan porque quieren y no porque lo necesiten... de manera que jamis sactificaran su in- tegridad por un ascenso 0 un elogioso informe sobre sus desempefios, Pre- feriran renunciar antes que hacer concesiones o llegar a acuerdos indebidos. Asumir estas cosas, y actuar en consecuencia, fortalecerd las semillas de la buena administracién y gerencia en sus vidas como hombres y muje- res de negocios y, a través del ejemplo, en las vidas de otros. En medio de nuestra lucha por superar los singulares y complejos re~ tos que nos presenta el siglo xr, conviene recordar que lo que mas importa hoy es lo mismo que siempre ha importado: los cimientos de nuestros valores, 23 APRENDER AL FRAGOR DE LAS CRISIS e | tiempo que escribo estas lineas, la economia de los Estados Unidos trastabilla.A pesar de que en teoria la Gran Recesién terminé hace dos afios, cl desempleo sigue empecinadamente alto, y el crecimien- to econémico, penosamente flojo. El porcentaje de poblacién estadouniden- se empleada es cl mas bajo en 25 afios y, si se piensa en los 125.000 nuevos buscadores de empleo que ingresan al mercado laboral cada mes, bien puede pasar una década antes de que Estados Unidos alcance los niveles de empleo anteriores a la recesién. Un buen ntimero de paises europeos pasan por si- milares apuros: los precios de los bienes inmuebles se han venido abajo, el desempleo va en rapido aumento y el crecimiento se estancd. Lo que estamos presenciando es la madre de todas las resacas... el inevitable y perfectamente previsible resultado de una verdadera borrache- ra de préstamos y endeudamiento irresponsables de proporciones colosa- Jes. Infortunadamente, en este caso, quicnes organizaron la borrachera no fueron jovencitos universitarios de juerga en una playa en Fort Lauderdale, sino los capitanes del capitalismo. Los destiladores del licor fureron los en- cargados de establecer las politicas que siguié la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal; del trafico ilegal del ron se encargaron los legisladores del Congreso, y los barmanes de la fiesta fueron los directores de los grandes 4 Seccidn 1: Los valores importan ahora bancos. Sin duda, no fueron pocos los ciudadanos del comin que se arrima- ron al bar de préstamos ficiles y baratos, pero, hay que decitlo, estos fueron alentados por los “adultos”. Para una mejor analogia, piénsese en un baile de secundaria en el que padres y profesores se encargan de servir tragos ili- mitados tras la presentacién de una boleta barata de ingreso. Cuesta trabajo imaginar adultos comportandose de manera tan irres- ponsable, sin embargo, hace una década, también habria sido dificil imagi- nar a los més inteligentes financistas y encargados de establecer las politicas pertinentes secundando la més absoluta idiotez financiera a escala global. El peor bajén econémico desde los afios 1930 no fue una crisis ban- caria, ni ctediticia, ni hipotecaria... fue una crisis moral, una negligencia deliberada a ultranza. Pocos de nosotros nos vemos sorprendidos cuando nos enteramos de comportamientos abyectos en encumbrados lugares (por ejemplo, un congresista que envia mensajes de texto créticos), pero la im- plosién del negocio de la banca de inversién estadounidense puso al des- cubierto transgresiones de proporciones biblicas. No podemos menos que recordar los hechos narrados en el Exodo cuando todo el pueblo judio abandona a Yahvé para venerar a un becerro de oro. Toda institucién descansa sobre unos cimientos morales, y no hay fuerza capaz de erosionar tales cimientos con mayor celeridad que una avalancha de interés personal. En su libro El radicalismo de la Revolucién Americana, Gordon Wood seiiala repetidamente que los fundadores de la nacion consideraban el “desinterés” una noble virtud. En tanto se disponian a inventar los Estados Unidos de América, aquella primera cosecha de pa- triotas hizo esfuerzos por distanciarse de preocupaciones egoistas relativas a la ganancia y Ja pérdida personales. Me temo, sin embargo, que nos esforza~ rfamos en vano buscando pruebas de “desinterés” en el comportamiento de Dick Fuld en Lehman Brothers o de Stan O’Neal en Merrill Lynch o de cualquiera de los otros caciques de la banca que saquearon la economia de los Estados Unidos en beneficio, propio. A pesar de que se ha escrito mucho sobre los antecedentes de la de- bacle bancaria (casi todo oscuro y tedioso), bien vale la pena tomarnos unos instantes para realizar una rapida autopsia moral. Hacerlo obliga a una breve reconstruccién de los hechos. Bl objeto aqui no es echarle atin més culpas a los banguéros (bueno, por,lo menos no el tinico objeto), sino més bien entender lo que ocurre cuando el interés personal se deshace del nudo 25 LO QUE IMPORTA AHORA de sus amarras éticas. Es facil despreciar a los banqueros y reguladores que precipitaron la crisis, pero no estoy muy seguro de que usted y yo hubiéra- mos obrado de manera muy distinta de habernos visto frente a las mismas tentaciones. Sin duda alguna, Ilamemos a cuenta a los-banqueros (salguien, por favor?), pero aprovechemos su calamitosa desventura para realizar una pequeiia reflexién moral de nuestra parte. Entonces, ;qué ocurri6? Concentrémonos primero en las causas pro- ximas del desastre. 7 EL DINERO FACIL ‘Tras el descalabro de muchas empresas puntocom en 2000, el banco central de los Estados Unidos, mejor conocido como la Reserva Federal, bajo la di- reccién de, primero, Alan Greenspan, y luego, Ben Bernanke, redujeron los intereses del dinero para empréstitos a niveles desastrosamente bajos. Este dinero practicamente regalado insté a los consumidores estadounidenses a atracarse de dinero prestado, aumentando de manera espectacular el riesgo de prolongados incumplimientos en los pagos hipotecarios. Los ahorros asiéticos también desempefiaron un papel. Al vincular el yuan al délar estadounidense, las autoridades chinas lograron mantener al- tas sus exportaciones, y el consumo interno bajo, acumulando asi enormes reservas, Ahora bien, dichas reservas tenian que reciclarse, de manera que buena parte de ese dinero se invirtié en la compra de titulos hipotecarios, es decir, valores respaldados por hipotecas. TITULACION Al hacer un fardo con estas hipotecas Iamadas “obligaciones de deuda ga~ rantizadas 0 colateralizadas” (cvo, por sus siglas en inglés) y vender los su- sodichos evo a terceros, a los banqueros les fie posible sacar de sus libros contables muchos de estos préstamos riesgosos. Entre 2005 y 2007, mds del 85% de todas las hipotecas en los Estados Unidos habfan sido tituladas asi. Histéricamente hablando, los préstamos solian estar ligados a Ja cap- tacién de depésitos. Al quitarle cortapisas a la captacién de fondos, la titu- lacién condujo a un auge sin precedentes en los préstamos hipotecarios. El resultado esciteto: un grave deterioro de los requisitos para solicitar y reci- 26 Seccién 1: Los valores importan ahora bir préstamos. Asi, al tiempo que los bancos competian entre si para tocar fondo, otorgaban préstamos mas o menos a cualquier persona que respirara. Pero resulté que la titulacién no inoculé a los bancos contra los ries- gos de los préstamos subprime (Iéase “de alto riesgo”), ya que muchos bancos acumularon enormes carteras en cpo sacandolos de sus balances contables a través de un instrumento conocido como vehiculos de inversién especial (stv, por su siglas en inglés). Ademis, los bancos comerciales también les prestaron miles de millones de délares a los mds grandes compradores de co, a saber, bancos de inversién y fondos de inversin libre (o hedge funds). SEGUROS Las permutas de cobertura por incumplimiento crediticio (cps, por sus si- glas en inglés), les permitfa a quienes invertian en cpo protegerse de la caida del mercado inmobiliario... en teoria. Como ocurre con todas las pélizas de seguros, garantizar la prudencia exige una rica veta de informacién his- térica, pero, dados el crecimiento sin precedentes del mercado subprime y la consiguiente caida en los requisitos para otorgar los préstamos, los indices de morosidad anteriores perdieron valor como instrumento de. previsién. Como resultado de ello, ascguradoras como ArG subvaloraron de manera dramitica el precio de los riesgos que implicaria una debacle por no pago, y este error se multiplicé cuando los especuladores aumentaron la deman- da de titulos y contratos cps. De manera increible, el mundo terminé con permutas de cobertura por incumplimiento crediticio por un monto de 62 billones de délares'y sin un sistema organizado para su negociacién e intercambio. COMPLEJIDAD Los nuevos instrumentos financieros que urdieron los bancos-para enfrentar la situaci6n resultaron endiabladamente complejos. Se hicieron paquetes de hipotecas, se dividieron en porciones y luego las vendieron. Muchos coo no eran mas que fardos de otros cpo. Tales enredos les dificultaron a los inversionistas y a las agencias de calificacién de riesgos el trabajo de desen- trafiar los verdaderos riesgos. a LO QUE IMPORTA AHORA Cabe sefialar que toda esta complejidad no ocurrié por azar. A los banqueros les encanta la complejidad, ya que esta crea la ilusién de valor agregado y levanta un velo detras del cual pueden esconder sus pingiies ho- noratios.Y resulta atin mejor cuando un producto financiero no se cotiza en bolsa, ya que asi al comprador le es més dificil discernir su verdadero valor. Infortunadamente, como el mundo entero Ileg6 a entender, la com- plejidad también puede ocultar el riesgo. APALANCAMIENTO En un mercado alcista, a mayor apalancamiento, mayores rendimientos. Por ello los ms grandes compradores de titulos y valores garantizados por hipotecas solicitaron enormes préstamos para engrosar sus carteras. Con coeficientes de apalancamiento de 30 a 1 y atm més altos, la mayoria de los bancos de inversién le apostaron en grande al alza continuada en los precios de la vivienda en Estados Unidos. Al tiempo que este apalancamiento sin precedentes amplificaba sus rendimientos de manera positiva, también acre~ centaba escandalosamente los riesgos de manera muy inconveniente. En su afin por sacarle provecho a la bonanza de los préstamos subprime (de alto riesgo), muchos banqueros parecieron olvidar que el apalancamiento es un arma de doble filo... tarde o temprano corta por ambos lados. Para rematar, buena parte de tal apalancamiento provino de préstamos otorgados por bancos comerciales. Cuando el nfumero de morosos empez6 a crecer aceleradaniente, dichos bancos empezaron a exigir el pago inme- diato de sus carteras y, al hacerlo, obligaron a los bancos y fondos de inver- sién a desapalancar en medio de un mercado a la baja. Para hacerlo, tales instituciones no tuvieron mas remedio que deshacerse a como diera lugar de otros activos, asunto que a su vez puso a tambalear el mercado bursatil. ILIQUIDEZ Dadas su complejidad y novedad, no se contaba con un verdadero mercado secundario para tantos cpo, de manera que, cuando las cosas empezaron a pasat de castafio a oscuro, a muchas instituciones cortas de dinero les fue muy dificil protegerse y reducir sus riesgos. 28 Seccién 1: Los valores importan ahora Sin la presencia de un mercado secundario en buen funcionamiento, quienes los habian adquirido no tenian manera de discernir el verdadero valor de los exéticos instrumentos que tenian en las manos y tampoco les era facil a inversionistas y reguladores calibrar la verdadera amenaza que podian representar para el balance de los bancos. A falta de informacién que permitiera una fijacién de precios fiable, los banqueros no tuvieron més remedio que asumir onerosas amortizaciones para sanear sus titulos hipotecarios. : Muchos banqueros veteranos alegaron que la crisis del mercado subprime no se habria podido anticipar... que se trataba, como dijo el direc- tor de la Financial Crisis Inquiry Commission (Comisién Investigadora de Ja Crisis Financiera), de una “calamidad intachable”.* No estoy de acuerdo. Cualquier persona que hubiera estado atenta a la carrera al alza sin prece- dentes en los precios de la vivienda en Estados Unidos (ver figura 1.2.1), tenia que saber que se avecinaba una crisis. Es més, en 2005, yo mismo compré un derivado financiero a mi corredor de bolsa que era, en efecto, una apuesta contra el mercado inmobiliario. Dicho instrumento financiero derivado iba ligado a un indice bursatil que seguia el desempefio del cons- tructor de vivienda ms grande en los Estados Unidos. Por cada punto por- centual que cayera el valor del indice, el valor de mi inversién subia un 3%. El instrumento vencid en 2008 y pagé con creces. Lo tinico de lo que me - arrepiento es de no haber apostado mis, Mi primera reaccién al contemplar el desarrollo de la crisis fue la de incredulidad. gCémo era posible que tanta gente tan inteligente estuviera tan equivocada? Para cuando la caca empez6 a volar al techo, expertos de toda laya surgieron para ofrecer su remedios preferidos (hacer de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal un ente superregulador, crear “testa- mentos vitales” para los bancos més grandes, incrementar radicalmente las reservas de capital, restringir las bonificaciones de los banqueros, etc.). Por aquel entonces me pregunté si quiz4 la solucién no seria més sencilla: por ejemplo, tatuar en la frente de todos los banqueros que habian recibido di- neros de rescate unas pocas sentencias bien escogidas como las que siguen: 3 “Ex-cro: ‘Market forces’ Killed Bear Stearns”, http://www.msnbc.msn.com/id/ 36958429/ns/business-us_business/t/ex-ceo-market-forces-killed-bear-stearns/. 29 LO QUE IMPORTA AHORA Figura 1.2.1 S&P/ (ndice Case-Shiller de precios de vivienda en EE. UU.* 250.00 2100.00 a BSeRRTRARERRSSSSRSES SEB P2a00G0 02200000001 ias Los precios de enero 2000 est4n indexados a 100. La alquimia no funciona. Lo que hace ya un buen par de siglos era cier- to para Newton sigue siendo cierto hoy por hoy: no importa qué tan. inteligentes scamos, es imposible convertir la basura (Iéase “préstamos basura”) en oro. (léase “valores de certificacién triple A”). Las cosas que no pueden seguir per saecula saectlorum, por lo general no siguen per saccula saeculorum. Si la extrapolacién de una ten- dencia produce resisltados absurdos (como hogares de un millén de délares para quienes compran vivienda por primera vez), pronto la tendencia se invertir4 por si sola... de manera que no apueste por lo contrario. Riesgo y utilidades siempre guardan correlacién. Quiz4 haya alguien por ahi capaz de producir un “alfa” positivo afio tras afio, pero tenga la seguridad de que no sera usted ni nadie que usted conozca. 30 Seccién 1: Los valores importan ahora La estupidez es contagiosa. Piense en la loca obsesién con el apalanca- miento y la complojidad que los embargé a usted y a sus amigotes en la banca. Sin importar cudn inteligentes seamos, igual somos tan proclives a modas ridiculas como las colegialas japonesas. Dichos tatuajes deben inscribirse con las letras al revés, de manera que cada vez que un banquero enamorado de si mismo se mire al espejo, reciba una leccién. Sin embargo, con o sin tatuajes, todos los banqueros comprenden bien estas sencillas verdades, entonces, spor qué los més brillantes elementos de Wall Street hicieron oidos sordos? O quiz4, mds precisamente, zpor qué arrojaron por la borda sus responsabilidades como guardianes de los mas importante baluartes del capitalismo? A medida que se desplegaba, la crisis bancaria de las hipotecas de alto riesgo expuso un catalogo shakespeariano de bajeza moral. Fue una impe- cable tormenta de delincuencia humana donde el engafio, la arrogancia, la miopia, la codicia y una terca voluntad para negarse a aceptar la realidad se exhibieron con escabrosa claridad. ENGANO Hoy sabemos que una buena cantidad de banqueros hipotecarios, los tipos que hicieron esos préstamos subprime, se confabularon con muchos de quie- nes pedian dinero prestado por primera vez para inflar los ingresos y mini- mizar las deudas. Ademis, tacticas engafiosas de venta sumadas a la falta de transparencia alentaron a muchos prestatarios a asumir créditos que jamés podrian pagar. En 2009, el rar investig6 2.794 casos de presunto fraude hi- potecario, a diferencia de 721 casos en 2005.4 Leccién sencilla: cualquier instrumento financiero montado sobre mentiras y tergiversaciones sera, por necesidad, endeble. 4 2009 Financial Crimes Report, Federal Bureau of Investigation, http://www.fbi. gov/stats-services/publications/financial-crimes-report-2009/financial-crimes-report- 2009#mortgage. a LO QUE IMPORTA AHORA ARROGANCIA DESMEDIDA Las lumbreras de Wall Street encargadas de convertir los paquetes de visce- ras subprime en valores cometcializables sobrevaloraron de manera ostensi- ble su capacidad para ponderar y dosificar el riesgo. Aprenderian, para su dolor, que distribuir el riesgo no es lo mismo que eliminarlo, de manera muy particular cuando el riesgo se ve agravado por un apalancamiento peli~ grosisimo. Convencidos de su genialidad, no pudieron ver la diferencia en Jo que va de una verdadera y genuina complejidad a la mera sofistica. MioPiA A la hora de crear, ponerles precio y estimar los posibles riesgos de todos aquellos magnificos y novedosos “productos estructurados”, los prodigios de Wall Street confiaron en complicadisimos modelos financieros. Sin em- bargo, dado que tales modelos se basaban en datos de tendencia reciente que cubrian un marco temporal durante el cual el valor de los activos habia conformado un arco de crecimiento continuo, les fire imposible anticipar Ja posibilidad de una caida brusca en el valor de tales activos. Ahora, las en- tidades crediticias y los bancos de inversién bien podian alegar que el mer- cado inmobiliario de los Estados Unidos jamés habia sufrido una brusca y prolongada caida a escala nacional pero, en ese caso, también era cierto que tampoco habia habido nunca antes una carrera alcista en el valor de la vi- vienda como la que se habia presenciado entre 2000 y 2007. De nuevo, he aqui una leccién: el hecho de que no recordemos la tiltima tormenta que duré cien afios, eso no significa necesariamente que no se avecine una. CODICIA Sobra decir que todos los que navegaban en el barco de la locura del subpri- me estaban ganando muy buenos honorarios: los creadores de las hipotecas que aprobaron todos aquellos famosos préstamos “Ninja” (calificativo que surge del acrénimo en inglés para no income, no job, no assets 0 “sin ingresos, sin trabajo y sin activos” que era la situacién de muchos de quienes se be- neficiaron de tales préstamos); los banqueros de Wall Street que los convir- tieron en paquetes de valores; los fondos de inversion que compraron estos 32 Seccién 1: Los valores importan ahora novisimos instrumentos financieros y que les cobraban a sus clientes gran- des cantidades de dinero contante y sonante para brindarles utilidades muy por encima de la media, ademas de las agencias de calificacién crediticia cuya sed de nuevos negocios los Ilevé a comprometer su otrora sacrosanta objetividad. El atractivo de bonificaciones multimillonarias hizo de respe- tabilisimos banqueros una gavilla de especuladores desenfrenados. Como siempre, la codicia demostré ser la infatigable porrista de la locura humana. NEGARSE A ACEPTAR LA REALIDAD En efecto en ocasiones ocurre que las organizaciones se ven superadas por acontecimientos en verdad imprevisibles. Tal es:el caso de las compajfiias aéreas tras los ataques terroristas del 11-s. Por lo general, sin embargo, la estupefaccién es resultado de negarse deliberadamente a ver la realidad. En cuyo caso las compaiifas se ven sorprendidas por el futuro, no debido a que este sea imprevisible, sino porque les parece desagradable, dificil de aceptar y digerir. Poco dispuestos a encarar los hechos, casi todo el mundo finan- cieramente implicado en el auge del sector inmobiliario opté por ignorar lo inevitable. Hasta cierto punto, el futuro siempre sera impenetrable, pero muchisimo més si lo enfrentamos con los ojos cetrados. La debacle de los préstamos de alto riesgo revelé que Estados Unidos contaba con un sistema financiero de banqueros, dirigido por banqueros y para los banqueros... al diablo con los consumidores y los accionistas.Y en muy buena medida esto sigue siendo cierto. No hay ni un solo banquero de alto rango preso, los bancos més grandes se han hecho atin més grandes, las bonificaciones una vez més estan batiendo marcas y, en este mismo mo- mento, mas de 3.000 cabilderos del sector bancario trabajan duro en Wash~ ington para atenuar las reformas que se promulgaron tras la crisis. La ausencia de esta rendicién de cuentas resulta desconcertante hasta cuando comprendemos que quienes se“suponia que eran los encargados de proteger la economia de los ‘excesos de la banca —individuos como el antiguo director de la sac (Securities and Exchange Commission de Esta- dos Unidos), el sefior Christopher, Cox, y el sefior diputado Barney Frank, 5 Gary Rivlin, “The Billion-Dollar Bank Heist”, Newsweek, julio 18, 2011, p. 10. 3B LO QUE IMPORTA AHORA director del House Financial Services Committee de 2007 a 2011— eran a su vez fervientes conspiradores de la causa. ‘Vemos pues también aqui capitulaciones faustianas y negligencia olimpica en el cumplimiento del deber. Como contribuyentes y ciudadanos, esperabamos que el gobierno protegiera la economia de bonanzas y bancarrotas insostenibles. A cambio, lo que hizo fue suministrar el combustible para promover un auge sin pre- cedentes del sector inmobiliario. ‘Como contribuyentes y ciudadanos, esperibamos que el gobierno evitara crear incentivos econémicamente malsanos.A cambio, subsidié con brio las hipotecas de alto riesgo. En los afios que condujeron al descalabro, Fannie Mae y Freddie Mac, entidades respaldadas por el gobierno y res- ponsables ante los amos del Congreso, les compraron préstamos hipote- carios subprime por miles de millones de délares a sus creadores, es decir, a entidades como New Century Financial Corp. y First Franklin Financial Corp. Asi, con el respaldo implicito del gobierno, a Fannie y Freddie les fue posible solicitar créditos a tarifas preferenciales hasta que lograron acumular una cartera de valores respaldada con hipotecas que ascendia a 1,4 billones de délares. Esperébamos que el gobierno hiciera cumplir pricticas bancarias prudentes.A cambio, le permitié a la banca de inversién contraer peligrosa- mente mis obligaciones de las que sus recursos permitian, Para 2004, ya con el auge inmobiliario bien avanzado, los grandes bancos de inversién se que- jaban de las restricciones de la sec que limitaban sus niveles de deuda. An- siosos por incrementar sus utilidades aumentando su deuda, los principales bancos de Wall Street se aunaton al cabildeo solicitando regulaciones més Jaxas. La sec, ante el frente unido de los bancos de inversién més grandes del pais, cedié. Impotentes debido a su fe en la omnisciencia de banqueros multimillonarios y enceguecidos por su fe en la capacidad de la industria en cuestién para autorregularse, los reguladores fueron incapaces de ejercer la debida diligencia que habria impedido un Katrina financiero. Como contribuyentes y ciudadanos, esperabamos que el gobierno ga- rantizara mercados transparentes y disciplinados. A cambio, lo que hizo fie renunciar a su responsabilidad de crear un marco que regulara la permuta de coberturas por impago y otros derivados. Gracias, pues, al abandono y negligencia de muchos legisladores, el mundo entero terminé convertido 34 Seccién 1: Los valores importan ahora , en un mercado persa de valores y titulos respaldados por hipotecas peor organizado que el mercado en eBay de globitos de nieve. Como contribuyentes y ciudadanos, esperabamos que el gobierno indemnizara contra las fallas y fracasos de los bancos. A cambio, se quedé cruzado de brazos al tiempo que un auge de fusiones creaba bancos que “eran demasiado grandes para fracasar”. En la década de 1990, la industria bancaria lideré a todas las dems en términos de fusiones y, para 2004, el 74% de los depésitos bancarios estaban bajo el control del 1% de los bancos estadounidenses. Con todo, la verdad es que los reguladores estadounidenses tenian todos los medios necesarios para ponerle freno a la “cuforia irracional” que precipité la crisis bancaria... pero no lo hicieron. Una vez mis, esto fue una debacle moral. A continuacién, algunos de sus més atroces lapsus: Ciega indiferencia a los costos humanos del fervor ideolégico. Du- rante los afios que condujeron a la crisis, entre muchos reguladores prevalecia la ingenua creencia de que se podia confiar en que los bancos se supervisaran a si mismos. Estos fanaticos del libre mercado no fueron capaces de ver la diferencia que hay entre un comercio li- bre (por lo general una cosa buena) y la ausencia de toda supervision (por lo general una cosa mala). En octubre de 2008, un compungido Christopher Cox sefialé: “Los filtimos seis meses corridos han dejado perfectamente claro que la regulacién voluntaria no funciona”. Ja. Excepcién hecha del nazismo y el comunismo, dificil imaginar un capricho ideolégico que le haya costado tanto al mundo. Se abandonaron responsabilidades ptiblicas para ganar favores poli- ticos. Wall Street utilizé sus colosales ganancias para comprar in- fluencias politicas de peso, y ‘muy pocos legisladores tuvieron las agallas necesarias para enfrentarse a sus benefactores. Considérese lo que sigue: segin la revista’Time, entre 1990 y 2008, Alc aporté mas de 9,3 millones de délares a campajias politicas y gast6 mas de 70 millo~ nes de délares en cabildeo para echar abajo obstculos reguladores.® 6 “How aic Became Too Big to Fail”, http://www.time.com/time/magazine/article/ 0,9171,1886538,00.html, 35 LO QUE IMPORTA AHORA Practicamente todos los guardabosques en el Congreso de los Estados Unidos recibian el dinero de los cazadores furtivos. Reguladores timoratos preferfan proteger sus espaldas antes que dar la voz de alarma. Sin duda hubo funcionarios en Washington (en la sec, la Reserva Federal, la Contraloria General, el Departa- mento de Justicia, la Superintendencia de Ahorros y la 1c [Corpo- racién Federal de Seguros de Depésitos, por sus siglas en inglés}) que se alarmaron ante la plaga del subprime y se percataron de la rapida multiplicacién de patégenos en los recovecos del sistema reguladot. Sin embargo, los perros guardianes, en ver, de ladrar y dar la voz de alarma, se echaron patas arriba y permiticron que los banqueros les rascaran las barrigas. Si, en cfecto, habia vacios en la cobertura de las regulaciones... pero cuando se nos ha encomendado proteger la economia del pais, nuestra responsabilidad es encontrar y taponar esos vacios y no salir corriendo para refugiarnos on el santuario de lo estrechas que son nuestras atribuciones reguladoras. Entre las mas execrables de todas las excusas est4 aquella de “eso no me compete, no hace parte de mi trabajo”. El hecho es que los legisladores y reguladores de los Estados Unidos de América fueron tan culpables como los banqueros. La bomba que reven- t6 la economia de los Estados Unidos quiz4 detoné en Wall Street, pero se manufacturé en Washington, Dc. Igual que con los banqueros, todavia estamos esperando el mea culpa de los reguladores. Es probable que no oigamos ninguno. (Entre los podero- sos, desviar la culpa es una destreza mayor). Lo que hemos recibido a cam- bio es un aluvién de propuestas para aumentar el poder de quienes fueron demasiado cobardes o estaba muy involucrados para ejercer la autoridad que ya tenian. Es menester ser claros: en la crisis bancaria no fue el capitalismo quien nos defraud6, fueron los custodios del capitalismo. Quienes debieron haber luchado para proteger el terreno de la moral bajaron la guardia y subastaron su integridad ante unos banqueros barbaros. Nos restan pues, dos preguntas cruciales: zqué cosa puede generar tan desastroso lapsus en el criterio moral colectivo? y squé lecciones nos 36 Seccidn 1: Los valores importan ahora quedan a quicnes no somos banqueros ni establecemos las politicas que se deben seguir? Tomemos cada una de las preguntas por aparte. A mi modo de ver, la degradacién moral hunde sus raices en el egois- mo a fuego lento que a todos nos consume. Para todos y cada uno de no- sotros, cualquier dia en particular, la batalla entre el interés personal desca~ rado y unos principios desinteresados bien puede ser una lucha muy refiida. Nuestro angelito bueno no siempre gana. De lo contrario, el concepto de “pecado” jamas habria entrado en circulacién, Otro factor que contribuye es la tendencia natural de la decadencia moral a crecer de manera gradual. Los principios rara vez se derrumban todos al mismo tiempo; més bien suelen descolgarse de manera gradual a través de una serie de pequefias, casi inocuas concesiones. Por eso mismo nos es tan facil no percatarnos del deterioro 0, quizi mejor, tan ficil deses- timarlo, Igual que ocurre en tin puente que se herrumbra poco a poco, las alarmas solo se disparan cuando la estructura ya se ha derrumbado. Enton- ces y solo entonces, ante la degollina, la gente se rasca la cabeza y se pregun- ta como demonios ocurrié esto, Respuesta: poco a poco. Por éiltimo, hay una suerte de dinamica social que, si no se cuestiona, nivela los principios por lo bajo. En cuanto seres humanos, con frecuencia buscamos en otros nuestros parametros y referentes morales. Cuandoquiera que se nos presenta una opcién entre la conveniencia personal interesada y el deber abnegado, por lo general nos alegramos al descubrir que ya alguien mis ha bajado el rasero por nosotros. En otras palabras, tenemos la tenden- cia a buscar (y sobrevalorar) precedentes que nos ayuden a normalizar nues- tra propias concesiones y transigencia éticas. Escarbamos como animales carrofieros en busca de excusas; por eso el subterfugio moral es contagioso. Un ejemplo: en julio de 2007, pocas semanas antes de que estallara la bomba de la deuda, Chuck Price, director ejecutivo de Citigroup, en una entrevista con Financial Times, defendié asi el entusiasmo exaltado con el que su banco tomé riesgos peligrosisimos: “Cuando la misica deja de sonar, en términos de liquidez, la cosa se complica. Pero, mientras la misica suene, no tenemos més remedio que salir a bailar. Y si, nosotros seguimos bailan- do”. La tiltima vez que of una excusa tan lamentable, se la escuché a un nifio de trece afios: “Pero, pap, si todo el mundo lo est4 haciendo”. La libertad de todo ser humano de procurar su interés personal es un requisito esencial en una economi{a abierta, pero no el fundamento adecua- a LO QUE IMPORTA AHORA do para el capitalismo. Adam Smith, santo patrén del capitalismo, en La ri- queza de las naciones hace una convincente, si bien algo deprimente, defensa del interés personal: No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del pana- dero la que nos procura el alimento, sino la consideracién de su propio interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su egofsmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas*, 7 La superioridad moral del capitalismo reside en el hecho de que, en un mercado libre, la Gnica manera de que nos vaya bien es haciendo que a otros les vaya bien. Fundamental, sin embargo, es el hecho de que el tendero no nos alimenta porque le preocupe nuestra hambre... nos alimenta por- que hacerlo le trac utilidades. Al capitalismo lo alienta el interés personal, pero cuando no lo sojuzga una autodisciplina moral, facilmente se torna mendaz y tramposo. Cuando ¢so ocutte, se abusa de los mas débiles y se engaiia a los ignorantes, se comipra a los legisladores y se pisotean las salva~ guardas. La “mano invisible” del mercado es algo maravilloso, pero cuando no la gobierna un profundo sentido de deber moral, bien puede causar todo tipo de caos y estragos. A pesar de que sus acélitos rara vez lo reconocen, la filosofia de Adam Smith tiene matices atin ms pronunciados que los que se pueden inferir de Ia anterior cita. Su libro La teorla de los sentimientos morales comienza como sigue: Por mis egofsta que quiera suponerse al hombre, evidentemente hay algunos elementos en su naturaleza que lo hacen interesarse on la suerte de los otros_de tal modo, que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el placer de presenciarla**. * Traduccion de Gabriel Franco en la edicién de la obra publicada por el Fondo de Cultura Econémica, México, 1997. ** Traduccién de Edmundo O’Gorman, publicada por el Fondo de Cultura Econémi- ca, México, 2004. 38 Seccidn 1: Los valores importan ahora Afortunadamente, hay un depésito de benevolencia en cada uno de nosotros. La compasién, sin embargo, puede marchitarse. En el caso de los lideres, esto puede ocurrir de dos maneras. Una, que la compasién se pierda en la procura del éxito, que en medio de nuestros esfiterzos empecemos a ver a colegas, empleados, accionistas y clientes como accesorios de la ambicién personal, como meros instrumentos para ser usados y abusados a discrecién. La otra, la posibilidad de perder la compasién al alcanzar el éxito. El poder, una vez alcanzado, nos aisla de las consecuencias de nuestros actos. De ma- nera que, en calidad de lideres en pleno siglo xx1, es menester estar atentos a estos riesgos y cultivar deliberadamente la compasion. No dispongo de un gran plan para la renovacién moral del capita- lismo; sin embargo, si voy a ofrecer al respecto un par de ideas de mediana escala en algunos capitulos posteriores. Dado que la renovacién es algo que ocutre de manera personal, alma por alma, por decitlo de algin modo, igual me parece que un gran plan no viene al caso. Pero sea como sea, debemos encarar de frente los defectos y deficien- cias del capitalismo. A los fanaticos del libre mercado les dirfa lo siguiente: no se necesita renegar de una filosofia econdémica para reconocer sus falen- cias. ;De manera que no hay por qué ponerse tan a la defensival Hay ciertas cosas del capitalismo tal y como se le practica hoy por hoy que no importa bajo qué rasero se les mire son francamente indefendibles, En mi calidad de paladin y defensor del capitalismo, me preocupo cuando veo: + Una porcién cada vez més grande de la riqueza del mundo quedando en manos de una élite global cada vez mas pequefia.’ + Compaiifas gastando millones de délares para inclinar las reglas del juego a su favor. * Diferenciales salariales de 300 a 1 entre los directores ejecutivos y los empleados de primer nivel. + Estructuras de gestién y gobierno disefiadas ex profeso para eludir preocupaciones e intereses de accionistas. 7 World of Work Report 2008 — Global Income Inequality Gap Is Vast and Growing”, hutp://wywilo.org/ global /about-the-ilo/press-and-mediacentre/news/WCMS_099406 Nang--en/index.htm. 39 LO QUE IMPORTA AHORA + Compafifas que tratan a los empleados como meros factores de producci6n. * Ejecutivos que cosechan gigantescas recompensas por mediocres desempefios. + Compaitias que otorgan el 90% de sus opciones de compra de accio- nes a un pufiado de altos ejecutivos. * Compafifas que se resisten al clamor por mayor transparencia y pro- teccién del consumidor. + Corporaciones que comprometen sus valores para realizar negocios con regimenes represivos. + Campaiias de relaciones piblicas corporativas que amafian los hechos y satanizan a sus criticos. + Bjecutivos que sienten que los intereses de la sociedad de alguna ma- nera son distintos a los suyos. Sino podemos acopiar dentro de nosotros mismos al menos un poco de rabia justificada respecto a la manera como nuestra compaiiia cumple sus responsabilidades, entonces ser4 muy poco lo que podremos hacer para ayudar a reparar el tejido moral del capitalismo. “Todos aquellos que estamos interesados en el futuro del capitalismo, tenemos la indelegable responsabilidad de hacerlo mejor... y debemos em- pezar por subir nuestros propios estandares éticos y retar a otros a que hagan lo mismo. La rehabilitacién del capitalismo no ocurrira a partir de programas verticales del tipo “responsabilidad social corporativa”. Aunque bienvenidas, nuevas ¢ ingeniosas estrategias para generar beneficios particulares y sociales en tandem no son suficientes. Magnifico, por ejemplo, que en 2008, tras las protestas de activistas que exigian a la compafiia un mejor manejo de las ya de por si escasas reservas de agua, el por entonces director ejecutivo de Coca-Cola, Neville Isdell, hubiera comprometido su empresa a ser water neutral, asegurando que para 2620 toda el agua utilizada en sus productos se- via reciclada o regresaria a su fuente. Sea como sea, cualquier grandiosa ini- ciativa vertical, no importa qué tan admirable o incluso rentable sea, jamas podré sustituir un sentido de responsabilidad moral de base impregnando de abajo a arriba la toma de toda decisién. La moral corporativa debe ser proactiva y envolvente... por lo general no es ni lo uno ni lo otro. 40 aoe] Seccida I: Los valores importan ahora La mayoria de nosotros no arroja la basura por la ventanilla del auto- movil, ni patea a sus mascotas, ni hace trampas al pagar impuestos, ni miente en sus hojas de vida, ni insulta a quienes hacen ventas por teléfono (bueno, cuatro de cada cinco no est mal). Sin embargo, trazar la raya en el lugar del trabajo puede ser més dificil, de manera muy particular cuando dicha raya la pisotean regularmente quienes estan al mando. Por otro lado, si ser humano significa algo, eso significa ser éticamente responsables... de modo que un canino con gusto por el cuero de los zapatos jams podrfa serlo. Fue precisamente ese sentido de la responsabilidad lo que lev6 a Deitrich Bonhoeffer, el tedlogo alemén, a unirse a la resistencia nazi, una decision que le costé la vida, Fue ese sentido de la responsabilidad lo que condujo a los manifestantes del movimiento por los derechos civiles camino a Selma, a pesar de los gases lacrimégenos y las cachiporras de los policias, Fue ese sentido de responsabilidad lo que le dio a Aung San Suu Ryi el valor para enfrentarse a la dictadura en Birmania. gAcaso la mejora del capitalismo amerita el mismo tipo de coraje moral? Quiz4 no, pero excepcién hecha de la democracia, no existe nin- guna otra ideologia que haya realizado tanto para tantos. La posibilidad de comprar y vender libremente, de recaudar capital, de tomar un riesgo y ob- tener un beneficio, de montar una nueva empresa, de invértir donde mejor nos parezca, de expandir o reducir un negocio, de importar o exportar, de innovar 0 reducir costos, de comprar otra compafifa o vender la nuestra, son todas ellas actividades que equivalen a extraordinarios privilegios econémi- cos y, cuando se restringen, todo el mundo pierde. Pero, :qué puede unio hacer? Quiz4 haya escuchado que los valores de una empresa deben proceder de arriba, de los altos mandos. Paparruchas, La virtud se expande del mismo modo que la vileza contamina. El correo elec- trénico, los blogs y Twitter son poderosos amplificadores de la consciencia moral, como el antiguo presidente de Egipto, Hosni Mubarak ahora sabra para su pesar. Si, en efecto, la recaida moral es contagiosa, pero el coraje moral también contagia... de manera que ejerza el suyo. Se corren riesgos, por supuesto. Podemos cabrear a un par de perso- nas, nos pueden tildar de resentidos o pueden pasar por encima de nosotros ala hora de un ascenso, pero nadie nos va a poner bajo arresto domiciliario. De manera que preguntémonos: en el 4mbito de mi liderazgo, qué raseros considero inviolables? sCual es mi “impronta moral”? :En qué cosas no 4h LO QUE IMPORTA AHORA estoy dispuesto a sacrificar mi propia integridad? Qué valores quiero que otros infieran de mis actos? ¥ al contrario, gen qué circunstancias he caido victima de la codicia, el orgullo desmedido o la sed de poder? Cuando he callado pero debi hablar? Los deslices morales a gran escala, como los que pudimos obéervar en el escdndalo bancario, solo son posibles en medio de una epidemia de abandono y negligencia moral. De manera que, si lo lle- né de indignacién lo que la bolsa y la banca le hicieron a la economia y al comercio normal, como debié hacerlo, enarbole y defienda los principios y estindares en los que usted cree. Y, ssabe una cosa? Creo que hasta la élite de los banqueros todavia tie~ ne una esperanza. La redencién es posible. Pienso en la adhesion de Mijail Gorbachov a las politicas de glasnost y perestroika en 1984, poco antes de ser nombrado secretario general del partido comunista o en el discurso de EW. de Klerk en febrero de 1990 cuando, contra todo pronéstico, anuncid el desmonte del apartheid. Cualquier persona puede recuperar y reivindicar su compasién. Mi amigo John Ortberg, pastor, psicélogo y autor, sostiene que si queremos un mundo en el que valga la pena vivir, cada uno de no- sottos debe tener el coraje para hacer “un despiadado inventario moral”. Si de alguna manera somos lideres, en cualquier organizacién, ya mismo seria un buen momento para empezar. 4D

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