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ri Los origenes de la cultura y la aparicion del género Homo inpIcE DEL CAPITULO Herramientas de los primeros hominidos Estilo de vida de los primeros hominidos Tendencias en la evolucién de los hominidos Primeros fésiles del género Homo Homo erectus 122. Civfnio 7 Los ones: OF LA CULAUEA¥ LA APARIIGN BEL GENO HOM nel capitulo anterior hemos estudiado el ori- ‘gen del bipedalismo y Smo este medio de lo- comocion de los hominidos comenzé y se perfeccioné con los Ausiralopithecus. En este ‘capitulo estudiaremos otras adaptaciones en la evolucion. de los hominidos, incluyendo el uso generalizado de las hherramientas de piedra, lo que se considera un signo de ‘a aparicién de la cultura, Fsté aceptado, aunque no se ‘considere totalmente seguro, que los instrumentos liticos mis antiguos fueron fabricados por los primeros miem- bros de nuestro propio género, razén por la cual el gé- nero Homo es el primero en sufrir una serie de ‘ransformaciones que probablemente se originaron con ‘a construccién de estas Herramientas Iticas expansion del cerebro, modificacién de la pelvis femenina para aco- ‘modar fetos con mayor cerebro y reduccion del tamanio de los dientes,rostro y mandibulas. ‘Aunque se hayan encontrado herramientas liticas varios yacimientos de Africa oriental antes de la apari- ‘on del genero Horta, la mayoria de os paleoantrop6lo- {gos supone que fueron fabricadas por miembros de una ‘especie muy antigua del género Homo antes que pensar ‘que esos instrumentos pudieran estar hechos por los Aus- tralopithecus (véase Figura 7.1). Después de todo, los pri- ‘meros Homo tenfan una capacidad cerebral un. tercio _mayor que la de los Australopithecus, Pero elhecho es que Figura 7.1. Primitiva evolucién del género Homo: i Cwrino 7 Los onicenes De A CULTURA 1A APARICIN DEL GENERG HOMO 123 Barranco de Olduvai, Tanzania. Es claramente visible ostratigrafia de los sedimentos fésiles. La capa |. en {ue se encontraron evidenclas de culturas humanas pr- mitivas, estd en el fondo del barranco. ninguna de las herramientasIiticas encontradas esté da- ramente asociada con los primeros Homo y por tanto es imposible saber todavia quién las hizo, Como hemos ob- servado en un apartado del capitulo precedente dedicado alos Australopithecus robustus, todos los hominidos en contrados posteriores a los 2,5 millones de aos tenian palgares eapaces de permitirles fabricar herramientas y,, por tanto, cualquiera de ellos pudo hacerlas. continua Gién estudiaremos aquellas primeras herramientas de piedra y veremos lo que deducen Tos arquedlogos sobre el estlo de vida de quienes las hicieron, los hominidos (quienesquiera que fueran) que vivieron hace entre2,5 y 1,5 millones de afos, BY Herramientas de los primeros hominidos las primeras herramientas Iiticas identificables como tales proceden de varios yacimientos de Africa oriental con una antigiedad de unos 2,5 millones de afi, © quizé mas. Las herramientas més antiguas, ale dedor de 3.000, se ham encontrado recientemente en Gona (Etiopia). Sus tamafos oscilan desde unas peque- ‘nas Liminas afladas, del tamano de un pulgar, hasta fuijarros © nicleos liticos del tamano de un puao, Es- {as primeras herramientas antiguas parece que estén hhechas golpeando una piedra con otra, técnica llamada de laminado por percusién, Tanto las léminas afiladas ‘como los nticleos afilados (de donde se obtienen las li- minas afiladas) se usaron probablemente como herra- rmientas. ‘Para qué se utlizaron aquellos instrumentos litcos? :Qué nos pueden revelar sobre la forma de vida de los primeros homfnidost Desgraciadamente poca cosa po- demoe deducie por el hallaxgo de estas herramientas, ya ‘quesean encontrado muy pocas piezas asociadasaellas en los yacimientos. En contraste, la aparicién de herra- ‘mientas posteriores en la Garganta de Olduvai, Tanzania, s{queibaacompanado de abundante informacién cultu- ral. Fl yacimiento de Olduvai se descubrié de forma ca- sual en 1911, cuando un entomélogo alernén encontré abundantes restos sles cuando estaba persiguiendo ‘una mariposa a través del barranco. Como vimos en el capitulo anterior Louis y Mary Leakey comenzaron a in- vestigar la garganta en los anos treinta, eneontrando alli las claves de la evolucién de los primeros humanos. So- bre el yacimiento de Olduvai, escribe Louis Leakey: H sueno de un cazador de fosiles es excavar 300 pies estrato tras estrato de la historia de la Tierra como si fuera através «de un giganteseo pastel. Aqut, investigando dentro de él, ya- cen incontables f6silesy artefactos que si no hubiera sido por las falls geoldpicasy la erosién podian haber permane- ido sellados bajo gruesas capas derocas consolidadas. Los materiales culturales més antiguos de Olduvai (Bed I 0 capa 1) datan del Pleistoceno Inferior. Los arte- {actos de piedra (hechos por humanos) incluyen ntileos y liminas de bordes muy afilados, predominando estas ‘himas. Entre los ncleos, predominan los llamados choppers. Estos choppers son miicleos que han sido par- cialmente afilados y presentan otrolado que se puede ha- ber usado para golpear. Otros miiceos, con un lado afilado a golpes y um borde aplanado, son denominados raspadores. Siempre que una herramienta se a tallado de forma afacetada solamente por un lado dejando un borde cortante se denomina util instrumento unifacial © chopper. Sila piecra est afacetada por ambos lados se llama bifaz. Aunque existen algunos bifaces entre los ti- les liticas mas antiguos, no estin elaborados tan comple- tamente como los. de épocas posteriores. FI tipo de instrumentos de piedra encontrados en la capa T ¢ in- uso algunos otros posteriores se denomina Olduva- yense (Figura 72) if Estilo de vida de los primeros hominidos Los arquedtogos han especulado sobre el estilo de vida de los primeros hominidos de Olduvai y de otros lugares. Algunas de estas especulaciones proceden de 124 CapfruLo 7 Los ORIGENES DE LA CULTURA ¥ LA APARICION DEL GENERO HOMO Figura 7.2. Produccién de un sencitlo nicloo chopper Olduvayense y las hojas resultantes Fuente: De The First Technology by R,Freyman in Scenic “American. Reproducdo con permis) dl ara, Fd Hanson. anilisis dle lo que se podia hacer con las herramientas, el andlisis microsc6pico de sus partes desgastadas y del samen de las marcas dejadas por ellas en diferentes ‘huesos; otras se basan en lo encontrado junto a las herramientas. Los arquedlogos han experimentado sobre qué se puede hacer con las herramientas elduvayenses. Las ho- jas parecen ser muy versitiles; se pueden usar para cortar pieles, desmembrar animales e introducir en el extremo de un baston para fabricar un instrumento punzante (lanzas de madera o bastén de excavar), Las herramien- tas de piedra de mayor tamano (choppers y rascadores) pueden ser utilizadas para partir ramas 0 cortar y trocear las resistentes articulaciones animales. Todos ls que han ‘watado de utilizar instrumentos de piedra para diversos fines, estin sorprencidos por lo cortantesy versitiles que son lashojas extraidas de un niicleo, por lo que la mayo- via duda de si realmente dichos niileos se utilizaban como herramientas. Quis los niicleos se utilizaban, so- bre todo, para extraer las hojas de ellos. Los arqueélogos asumen que muchos de los primeros instrumentos se fabricarian de madera y hueso, aunque ‘10s no han perdurado en las excavaciones arqueol6gi- cas, En nuestros dias ciertos pueblos utilzan palos agu- zados para cavar y extraer las rafees y tubérculos det suelo y las hojas de piedra son muy eficaces si se acoplan aun palo en forma de punta aguzada. ‘Nunca se ha pensado que se utiizaran como armas las eras hojas de piedra, porlo que, silos hominidos fa- bricantes de instrumentos utiliraron algiin tipo de arma pura evzar o defenders, serfan lanzas de madera, garro- tes 0 vulgares piedras sin modificar como armas arroja- ddizas. Los hallazgos posteriores de herramientas ‘olduvayenses inclryen piedras que fueron percutidas para obtener hojas o para darles formas redondeadas. ‘Tanto las piedras sin modificar como las modificadas de- bieron de ser proyectilesletales. ‘Los experimentos pueden indicar qué se podia hacer ‘on los instrumentos de piedra, aunque aquellos no pue- dan contarnos qué harfan con ellos realmente. Pero hay ciertas técnicas, como el andlisis microseépico de las marcas de uso cejadas en os instrumentos, que pueden sermuy informativas Los primeros estudios microscpi- cos de las marcas dejadas en los instrumentos liticos por los diferentes usos demuestran que las marcas paralelas que aparecen en el borde de wna herramienta, se produ- cen sila herramienta se utiliza con movimientos de sie- ‘ra; las marcas perpendiculares a los bordes sugieren su La répliea de un instrumento de piedra Olduayenea 90 utiliza pra golpesr un hueso largo y extreer eu nutritive ‘médula 6sea. Pocos animals tienen mandibules tan po- derosas como para abrir los hueses de los grandes ma- miferos, pero las herramientas de piedra podrian habérselo permitide a los primeros humanos. AF Coptruro 7 Los opICENES DE LA CULTURA ¥ LA APARICION DEL CENERO HOMO 125 uso como cuchillo 0 raspador. Lawrence Keeley utilize ‘microscopias de alta resoluciOn en sus estudios experi- rmentales sobre herramientas y enconteé diferentes tipos de «pulidor en ellas segiin el tipo de uso que se les habia dado. Fl pulido de ls herramientas tlizadas para cortar came es diferente del pulido de lasutilizadas para traba- jar ln madera. Basndose en ls investigacién microsed- pica efectuada sobre herramientas de mds de 1,5 millones de anos encontradas en la orilla oriental del Jago Turkana, Keeley y sus colaboradores concluyeron que, por lo menos, algunas de las herramientas se utili- zaron para cortar came, otras para cortar 0 serrar ma dra y otras en fin, para seccionar el tallo de las plantas. En los atos cincuenta y sesenta, la garganta de Oldu- vai revelé la existencia tanto de herramientas olduvayen- ses como la de restos de huesos fragmentados y dientes dde muchas especies de animales diferentes. Durante mu- cchos afios se considers conveniente asumir que los ho- rminidos fueron cavadores y esos animales sus presas. Pero, como hemos comentado en el capitulo dedicado a cémo descubrimos el pasado, los arquedlogos han reexa- rminado estas teorfas una ver que aparecié el nuevo campo de la tufonomia, que estudia los procesos que pueden alterar y distorsionar una coleccién de huesos. Por ejemplo, las corrientes de agua pueden juntar huesos ryartefactos, que pucdea tener una antigtodad en la gar- fganta de Olduvai de 1,8 millones de attos (el rea de lo que es actualmente la garganta bordea las orllas de un Jago poco profundo de aquella época). Otros animales, ‘como las hienas, pueden haber traido esqueletos @ algu- nos de los lgares en los que vivian entonces los homini- dos. La tafonomia necesita la ayuda de los arqueélogos para considerar todas las cosas posibles que pueden apa~ recer reuniéas. xisten pocas dudas de que hace algo menos de 2 mi- ones de atos los hominidos cortaban los cadaveres de Jos animales para obtener su carne. Elanlisis microsca- pico muestra la existencia de mareas de cortes en huesos de animales, desmembrados con hojas de instrumentos de piedra, y el andlisis microscépico del pulido de dichos tiles indica que éste es compatible con la carniceria. To- davia no sabemos con seguridad silos primeros homini dos de Iz garganta de Olduvai se limitaban a buscar restos de came (sacindola de lo cazado por otros anima- les) si realmente cazaban ellos mismos, Basindose en el andlisis de las marcas de cortes de los Inucsos de la capa T de la garganta de Olduvai, Pat Ship ‘man sostiene que la mayor actividad de los hominids, de hace entre? y 1,7 millones de afos, para la obtencién de carne, fue el carrofieo ¥ no la caza. Por ejemplo, las ‘mareas de corte hechas, generalmente (aunque no siem- pre), por herramientas de piedra, estin superpuestas a marcas de dientes hechas por camfvoras, lo que sugiere que los hominidos,a menudo, carroneabun la carne de animales muertos y parcialmente devorados por depre- dadores no hominidos, El hecho de que las marcas de corte se encuentren primero en algunos casos, le sugiere ‘a Shipman que los hominidos también fueron cazadores algunas veces. Por otra parte, las marcas de corte he- cchas en primer lugar pueden indicar que los hominidos carronearon lacarneantes de queloscarnivoros tuvieran oportunidad de consumir su presa. os artelactos y restos animales encontrados en la ‘capa 1 y en la parte inferior de la capa II de Olduvai in- dican algunas cosas ms sobre el estilo de vida de aque- los hominidos. Primero, parece ser que los hominidos semovian por la zona durante el anos la mayor parte de os yacimientos excavados en lo que ¢s ahora la garganta de Olduvai parecen haber sido usados solamente du- ante la estacién soca, como indican los andlisis del tipo de los huesos de animales eneontrados alli. Segundo, si Jos primeros hominidos de Olduvai fueron carroncros 0 caradores, aparentemente, explotahan una amplia gama de animales. Aunque la mayoria de los huesos proce- den de animales demediano tamaio como antilopes y jabalies, es probable que también consumieran animales de gran tamafio, como elefantes y jirafas Lo que estd dato es que los hominidos de Olduvai carrofearon 0 ‘mataron para conseguir carne, aunque no podemos co- nocer todavia que grado de importandia tenia la carne ensu dicta. ‘Tampoco existe consenso sobre la forma de interpre- tarlos yacimicntos de Olduvai en los que aparecen gran- des concentraciones de herramientas liticas y huesos de animales. En la década de los setenta se pensaba que es- tos lugares eran bases en las que los hominidos (presu- miblemente machos) llevaban la came para repartirla con los demés (presumiblementemadresciando yninos pequefios). Mary Leakey identificé dos localizaciones en Jas que pens6 que los primitivos hominidos habian cons- truido estructuras muy simples (Figura 7.3). Una de elas era un circulo de piedras que pens6 que era la base de un pequeo refugio de ramas. La otra era un drea circular de densos vertidos que podia ser la localizacién de un circulo de ramas espinosas con las que los hominidos ha- brian rodeado su campamento para defenderse de los depredadores (como todavia hacen los pastores que ahora viven en la misma zona). Pero actualmente los ar- quedlogos no estén seguros de que estos ingares fueran asentamientos humanos temporales. Primero, porque los carnivores también son frecuentes en los yacimien- tos. Los lugares con abundantes huesos descarnados es- parcidos alrededor no debian ser tan seguros para los hominids como para usarlos como bases. Segundo, 126 CAPfTULO 7 Los ORIGENES DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO porque los restos de los animales encontrados en los ya- ‘imientos no estaban totalmente descarnados ni des- membrados. Por tanto, si los. yacimientos fueron ‘ampamentos base de los hominidos seria de esperar el procesado total de los restos animales, Tercero, el desa- rrollo natural del crecimiento esponttineo de arbustos al~ rededor de tna zona pudo crear un area circular de deyecciones semejante ala que Leakey definié como una cstructura, y sin evidencias mayores de que la hubieran hhecho los hominidos, no se puede estar seguro de que fueran estructuras. Siestos lugares no eran bases qué eran entoncest Al- {gunos arquedlogos sugieren que estos yacimientos pri- mitivos con abundantes herramientas liticas y huesos de animales pudieron ser lugares en los que los hominidos procesaran la carne, pero en los que no vivian. Entonces spor qué volvian repetidamente los hominidos a estos hi- ‘ares en los que no vivian? Richard Ports sugiero una po- sible respuesta: esos hominidos dejaron restos de Fherramientas liticas y de huesos empleados en la fabrica- cién deinstramentos en varias zonas para faciitar las ac- tividades de recoleccién y procesado de alimentos, Investigaciones futuras nos podrin decir més sobre la forma en que vivieron estos primeras hominidos. 3Como ‘construfan sus bases 0 cOmo se desplazaban desde un lu- gar de preparacién de los alimentos a otro? ;Cémo se protegian de los depredadores? Lo cierto es que, aparen- temente, todavia no utilizaban el fuego para ahuyentar a los depredadores.:Trepaban a los érboles para refugiarse opara dormir? Figura 7.3. «Cabanian de Olduvai Ba la capa I de la garganta de (Olduvai se encontré un anillo fore ‘mado por piedras y huesos que ‘Mary Leakey interprets como restos de wna antigua cabana, HERRAMIENTAS DE PIEDRA Y CULTURA Dejando aparte las respuestas a estas preguntas, la presencia de ciertos patromes en las herramientas liticas significa que estos hom{nidos primitives, probable- mente, habian desarrollado, algin tipo de cultura. Los arque6logos llaman patrén de conducta a una forma particular de construir las herramientas de piedra que ‘ti difundida y aprendida por un grupo de individuos, lo que es un signo de conducta cultural, Para entender nos, a fabricacién de herramientas no significa que los primeros humanos tuvieran algo semejante a las com- plejasculturas de hoy dia. Les chimpancés poseen patro- nes para el uso ¥ construccién de herramientas que parece que se difunden y aprenden, y sin embargo eso no tiene mucho que ver con la conducta cultural 2Qué es lo que hace que la cultura humana sea dife- rente de otras formas de conducta animali Los antrop6- logos han tardado mas de un siglo en responder a esta pregunta y todavia su respuesta no esti ampliamente aceptada, Pero hay wna cosa clara: la cultura se debe en- tender como un grupo de procesos interrelacionados y 10 como algo aislado. Cues son los procesos que con- figuran la cultura? Trataremos los més importantes. Primero, la cultura se aprende y se comparte;ésta es la diferencia fundamental entre la cultura y as otras formas de conducta animal. La cultura no es un eonjunto de ac- tuaciones innaias, sino que e,sobre todo, un conjunto de ‘cosas aprendidas. Fs algo que adquieren los individuos a lo largo de su vida conforme maduran ¢ interactian con BY Cxotruto 7 Los ORIGENES DELA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO 127 Ms <9eP: Rew hve ES TEMAS DE ACTUALIDAD zCémo sabemos lo que es una herramienta? Guando uno mira las fotografias cuando se extraen hojasadicionales de California llamado Calico Hills © dibujos de los primeros instru- de una herramienta existente para contenfa herramientas de origen mentos de piedra, se pregunta cémo _reformar su filo, De nuevo, el pro- hhumano, lo quese consideré un gran esposible que los paleoantropélogos eeso natural puedesersicar una se- error ya que en ningiin momento ‘Puedan distinguirlos de las piedras rie de hojas en uno y otro lado ce _existié evidencia de humanos pri- ordinarias. Esto no essiempreficil. una piedra, aunque raramente se mitives en ese lugar de Norteamé- Lospaleoantrop6logos observans0- produce algo que recuerde a un rica, ye como veremos al tratar el bbretodolashojasolas rocasconho- _borde retocado. Paleolitico Superior, sf hay claros sig~ jas desprendidas, aunque las rocas Los paleoantropélogos también nos de que los modernos humanos pueden estar golpeadas contraotras pueden estudiarlas lamadas plata- fueron sus primeros habitantes. Sin roeasen llecho de un rio orodande formas detallar,es decir,los lugares embargo, como era Leakey quien lo desde lo alto de una colina: para di- en los que se extraen las hojasa par- _afirmaba fue tomado en considera- ferenciar el niileo de una herra- tir de un niicleo, Cuando se extrae cidn, si bien un grupo de paleoan- mienta de una roca golpeada de una hoja de un micleo, deja una topélogos queestudid elyacimiento forma natural, los paleoantropélo- marca dara que se puede utilizar aclaré queaquellos objetos eran na- ‘608 buscan tres rasgos, como plataforma para extracr otra turales y no elaborades por los hu- Primero: la herramienta debees- hoja del lado opuesto del miileo,En manos. tar daborada con un adecuado tipo el caso de hojas extrafdas por los Calico Hill s un cuento que nos de roca, y &ta debe ser desmemua- humanos,la plataforma de golpear enseita a ser precavidos. {Como se ble y duradera, Por ejemplo, usted es, con frecuencia, lamarca dejada sabe que algo es una herramienta? puede hacer hojas de la pizarra, pero por unahoja previamente extraida, demas de las caracteristicas fisicas ‘no son duraderas,en tanto que mu- Ast como las hojas bilaterales son de las herramientas, los paleoantro- chas rocas metamérficas son dura-raras enla naturale también lo es pélogos tienen que considerar el deras, pero no se pueden sacar una marca de hoja con una plata- contexto en el que se encuentran. liminas de ellas. La mayorfa de las forma de golpeo claramente mar- Cuando aparecen supuestas herra- hherramientas de piedrason de obsi- cada. ‘mientas en ausencia de restos de ho- diana, cuarz, pedernal ocalcedonia. Con esta caracteristicas los pa- _minidos osin otra dara evidencia de Segundo: los paleoantropéloges leoantropdlogos pueden distinguir, herramientas utilizadas, como en el bbuscan la bilateralidad en las hojas. generalmente, la piedrastlladas de caso de Calico Hills, y ol contexto tas se producen cuando se extraen forma natural, de aquellas otras ta- tampoco sugiere la posibilidad de hhojas deambos lados de una piedra ladas como herramientas depiedra, que existan herramientas,los paleo para formar una estructura cor- Peronosiempreesasf,y muchos pa- _antropdlogos deben cuestionarse su tante. Fl proceso natural podria Ieoantropologos pueden equivo- presencia, consistiren quitar pormediode gol- carse. De hecho, uno de los més pesun par de hojasdeunladodela _famosos errores fue el cometido por Piedra, siendo raraslas ocasiones en Louis Leakey, uno de los principales Fue nce Haynes oe Calico Site: quese acabaran detrabajarlascaras paleoantropélogos.alidentificarhe- Artif or Geafaces, Sens 181 (1973): , eniicar he” y5l0; Leland Paterson, «Calera for D- opuestas, sramientas delos hominidos primi- termining he Atte of Man-Made [i Tercero: los paleoantropélogos tivos. A finales de las anos sesenta, thicsy Journal of Feld Archacology. 10 buscan el retoque que se obtiene Leakey sostuvo que un yacimiento (1983}:297-07 128 CAPfTULO 7 Los ORIGENES DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO los demas. La interaccién es aqui la dave, porque no so- lamente s¢ aprende la conducta cultural por medio de la jinteraccién con los otros, sino que a través de la educa- Gi6n se difunden las experiencias. Por tanto, a cultura es ‘un proceso socal, no individual, Segundo, la cultura generalmente es adaptutiva. Esto significa que es, sobre todo, la conducta aprendida y com- ‘partida lo que da origen a la cultura, son las ideas que se han desarrollado y difundido a través de un grupo de per- sonas lo que ayuda a ese grupo a sobrevivir en un medio ambiente determinado, Por tant las conductasculturales pueden estar favorecidas por la seleccién natural, de la rmisma forma que Lo estin los genes. El concepto por el quel cultura humana es producto de la selecciém natural ‘esti fuertemente debatido, aunque pacos antropélogos negarian que la cultura es un aspecto clave de la adapta- don humana. Lo que hace a la cultura completamente di- ferente de los sistemas de conducta del resto de los animales es que la cultura es aprendida y compartida, no ‘¢s innata, Asi, los seres humanos pueden desarrollar ri- ida y ficilmente nuevas formas de conducta y adaptarlas alas condiciones diversas y cambiantes. Por cllo, la adap- tacién es, quiz4, el proceso més significativo de la cultura. HL camabio es el tercer proceso mis importante de la caultura: la cultura siempre est cambiando, Los cambios culturales.que se producen regularmente como nuevos y bencficiosos medios de adaptaciOn, se desrrollan y se comparten, aunque Tos antropélogos asumen tambien que cuando se desarrolla una cultura nueva, ésta tiende a integrarse con la conducta previa existente. Esto es, las revas conductas que entran en coniicto con las ante- riores pueden conllevar el cambio de ambas. Por ejem- lo, un grupo de humanos primitivos.no podria haber arrofieado y al mismo tiempo haber prohibide el con- sumo de ene que no hubieran cwzado ellos mismos, Esta situacion causaria una contradiccién, y algo tendria -que cambiar. El cambio de las contradicciones menos be- neficiosas de la conducta por otras nuevas y més benefi- Goss también dinamiza la cultura. Parece evidente que los hominidos primitivos, al igual que otros primates, eran seres sociales. Esté caramente probado por los registros arqueolégicos que los homini- dos primitives fabricaban y utilizaban instrumentos de piedra sobre bases reguladas. Las herramientas aparecen,, frgquentemente, en concentraciones discretas, y; @ me rudo, asociadas a huesos animales y otros residitos de la actividad humana ¥, como hemos comentado, un grupo de paleoantropélogos sostione que tales concentraciones de residuos pueden representar campamentos 0, incluso, pequefios refugios. Los campamentos base, de alguna forma, pueden haber constituido una parte de la cultura de los primeros hominids, Reflejen la existencia o no de campamentos, se han encontrado grandes cantidades de huesos de animales y hherramientas en algunos lugares y estas acurnulaciones sgieren que dichas éreas eran usadas por grupos de in- dividuos durante pesiodos de tempo, Todo ello significa, probablemente, que existia alguna forma de reparto de la carne pues pareee ir en contra del sentido comin que los individuos levaran la carne hasta un lugar determinado s6lo para partirla, Aunque nos movamos dentro de la ‘mas pura especulaci6n, seria razonable pensar que indi- viduos estrechamente relacionados entre sf, como dres, hijos y otros parientes préximos, tendrian mas posibilidades de reunirse para distribuir la carne entre ellos que entreindividuos:mds lejanamente relacionados, Esta sospecha viene confirmada por el hecho de que ‘cuando se produce a disteibucién de alimentos entre los chimpancés, ésta se efectia entre los individuos mas es- trechamente emparentados. Por tanto, las antiguas loca~ lizaciones de la actividad social de los hominidos primitivos pueden ser prueba de a existencia de grupos familiares. ;Pero como podria haber evolucionado un sistema de Conducta social semefante hacia la creacién de un lugar comiin de reunién, descanso y vivienda para un ‘grupo de individuos emparentados para compartir elali- ‘mento? Vamos a considerar el siguiente modelo, UN MODELO PARA LA EVOLUCION DE LA CULTURA Los primeros representantes del género Homo tenian cerebros una tercera parte mayores que los del Australo~ ‘ithecus. Como veremos més adelante en la seccién sobre las tendencias de la evolucién de los hominidos, una de las posibles consecuencias de la expansion del cerebro fue la disminucion de la maduracion de los recién naci- «dos. Fl que los bebés nacieran més inmaduros puede ex- plicar al menos en parte, el alargamiento del periodo de dependencia en la infancia y la ninez en los hominidos, ‘Comparados con otros animales, consumimos gran parte de nuestras vidas en una etapa de dependencia, lo que ha sido, probablemente, de gran trascendencia en la evolucién cultural humana. Segiin Theodosius Dobr- hhansky: Fs esta indefensin, y prolongnda dependencia del cuidado de los padies y de otras personas la que favorece.la socia~ lizaci6n y el proceso de aprendizaje de los que depende to- talmente la transmisién de ka cultura, Esto ka podide ssuponer una abrumadora ventaja para las patrones de cre- ‘Gimiento humano durante el proceso evolutivo. ‘Seacostumbraa pensar que los Australopithecus tenian un largo periodo de dependencia infantil, 1o mismo que BY Cxotruto 7 Los ORIGENES DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO 129 les ocurre a los humanos modernos, pero el hecho de que tuvieram los dientes aparentemente desarrollados sugiere que los Australopithecus primitives seguian un patrén de desarrollo del tipo del de los péngidos. Por tanto, la: ma- duracién tardia puede ser un fenémeno relativamente re- ciente, pero cuinto es algo que todavia desconocemos. ‘Aunque el uso de algunos instrumentos para cavar, para defenderse o para el carroneo pueden haber favore- ido et desarrollo del bipedalismo, su total adquisicién pudo hacer posible una mayor eficacia en la fabricacién de instrumentos y, consecuentemente, més eficientes el ‘arrofieo y el forrajeo. Como hemos visto existen evi- dencias arqueoligicas de que los primeros hom‘nidos pudieron haber sido animales carroneros (¢ incluso ca- zadores) hasta al menos el Plioceno Inferior, existiendo tambien indicios de que los primeros hominidos des- ‘uartizaban y, presumiblemente, devoraban grandes pre- sas hace alrededor de 2-millones de afios. ‘Sies Gerto que los primeros hominidos carrofeaban. ‘incluso cazaban regularmente, la prictica de consumir carroia exigia de los individuos grandes desplaramien- tas en busca de los restos de los animales. Entre los gru- pos de los primeros Homo, la larga y gran dependencia de sus hijos pudo fomentar la creacién de los campa- ‘mentos base: ln demanda de cuidados durante ls partos y de los recién nacidos debi6 de dificutar los desplaza- ‘mientos de las madres durante las épocas de embarazo, parto, ladancia etc.ya que indudablemente hubiera sido dificil, ino imposible, para las madres transportara sus hijos durante largns distancias. Debido a que los machos. de Homo (y quiza las hembras sin hijos pequetos) po- dian desplazarse mas répidamente y més lejos desus mo- radas, eran ellos, probablemente, los que carrofieaban 0 cazaban. Las mujeres con hijos pequenos es posible que recogieran plantas silvestres de una pequefia drea, que xan capaces de cubrir sin desplazarse muy lejos del cam pamento base. Ta creacién de campamentos entre los primitivos grupos de Homo pudo incrementar las posibilidades de recoleccién de alimentos, pues si las madres con hijos pe- 4quefios estaban limitadas ala recoleccién proxima a sus hhabitéculos, a tinica forma de asegurar que tanto ellas, como sus hijos pudieran obtener una dieta completa era repartir entre todos cualquier tipo de alimento que se pudicra obtener alli mismo, Pero jentre quiénes se repar- tirfan tales alimentos? Lo més probable es que fuera en- tre parientes présimos. La distribucién entre ellos favoreceria que sus hijos sobrevivieran para tener tam= bin hijos a su ver. Por tanto, silos primitives Homo po- sefan campamentos ¥ familias, estas caracteristicas habrian potenciado el desarrollo de conductas aprendi- das y difundidas que esa lo que llamamos cultura. Obviamente, esto no es mas que una historia, un ‘uento que munca podremos demostrar que ocurrié de esta forma, aunque es un cuento compatible con los des- cubrimientos arqueolégicas, ya que no se conoce ningiin patron de instrumentos Liticos hasta que entran en ¢5- cena los primitivos Homo. ¥ cuando éstos aparecen ve- ‘mos el comienzo de varias tendencias en la evolucién de los hominidos que parecen reflejar la mamufactura y el uso de ciertos modelos de herramientas liticas:la expan- sién del cerebro, modificacién de la pelvis femenina para acomodarse a la expansién cerebral del feto y la reduc- ci6n general del tamaiio de los dientes, cara y mandi- bulas. (A Tendencias en la evolucién de los hominidos EXPANSION DEL CEREBRO Los Australopithecus tienen una rolativamente pequetia capacidad cerebral, entre 380 y 530 centimetros cibicos (cm), no mucho mayor que la de los chimpanoés. Pero hace aproximadamente 2,3 millones de ats, muy cerca de la época en la que comienzan a aparecer los primeros instrumentos de piedra modelados, algunos hominids empiezan a mostrar un indudable aumento de la capaci- dad cerebral, Estos hominidos, primeros representantes del género Homo, tienen capacidades craneales entre 630 640 em’, lo que supone alrededor del 50 por ciento de ka ‘apacidad craneal de los humanos modernos (con unos voliimenes actualmente de algo mis de 1.300 cm’) (vase Figura 7.4). Un posterior miembro de nuestro género, el Homo erectus, que aparecié por primera ver hace aproxi- ‘madamente 1,8 millones deafos, tenia una capacidad cra- neal entre 895 y 1.040 cm’, es decir alrededor del 70 por Gento dela capacidad craneal de los humanos modernos. Los Australopithecus eran de pequeno tamano, en tanto que los primeros Homo, por el contrario, eran bas- tante més grandes y con un cerebro mucho mayor. Este aumento pudo producirsea lo largo del tiempo como re- sultado de su mayor tamano corporal. Cuando después de 2 millones de atios vemos como crece evolutivamente tamatio del cuerpo, observamos que, paralelamente, uments no sly absoluta sing tambien reativannente, el tama del cerebro: hace entre 4 y 2 millones de afos, el tamano rélativo del cerebro permanecié siendo el ‘mismo, Solamente en los dos dltimos millones de afios os hominidos han duplicado su volumen cerebral rela~ tivoy han triplicado su volumen cerebral absoluto. {Qué pudo facilitar el aumento del volumen cerebral? ‘Como comentamos anteriormente, muchos antropélogos 130 Austtopninecus aoc? Figura 7.4. CAPITULO 7 Los ORIGENES DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO a comparacién dela capacidad cruneal estimada de Austalopithecus africanus, Home erectus: Homo sapiens demuesir le -ezpansin del cerebro en la evolucién de los homfridas. Puente: Ptimacién de las capacidades eaneales po lan Tttersl, Eric Delon y John van Gouvering, edsy riclopedia fo Huran Evolution and Prehistory. Reproducido con permiso de Routledge Te. part of The Taylor & Francis Group, ‘reen que este ineremento esté relacionado con la apari- én de los instrumentos de piedra elaborados desde hhace 2,5 millones de anos. La razén es que estos instru- ‘mentos fueron muy importantes para la supervivencia de nuestros ancestros y, por tanto, la seleccién. natural pudo favorecer el crecimiento del volumen cerebral de los individuos porque tenfan habilidades motoras y con- ‘ceptuales que les permitfan hacer cada ver mejor las he rramientas, Segiin este punto de vista, la expansién del cerebro y la elaboracién de instrumentos cada ver. més sofisticados debieron de evolucionar conjuntamente, ‘Otros antropélogos creen que el crecimiento del cerebro puido verse favorecido por otros factores como la guerra, ha cava, ef aumento de la longevidad y el lenguaje. ‘Guando unos factores favorecen el crecimiento del volu- men cerebral, al mismo tiempo hacen que los humanos aumenten también su cxpacidad para la cukura. Ast, junto con el bipedalismo, la expansién del cerebro marcé tuna linea divisoria en la evolucién humana (wéase el apartado «Cerebro y sangre» en donde se comentan al- ‘gunos de los problemas fsioldgicos que se produjeron ‘on la expansi6n cerebral). Gonforme el cerebro de los hominidos se hacia mayor, ‘a selecci6n natural favorecia la modificacién de la pelvis femenina para permitir que nacieran nifios con mayores Atala carétida interna, ~~ previa carétida extorna Om: Sa ia ARTE lla, Por tanto, el sistema emisa~ rio no solo ayuda a mantener el flujo sanguineo del cerebro sino {que también regula la tempera ‘ura interna del cerebro. ‘Sean 0 no apoyadas las ideas de Falk por investigaciones faturas, son valiosas, a pesar de todo, a la hora de dustrar un punto importante sobre el ‘desarrollo del cerebro en los ho- ‘minidoe bipedos,y esque éteno ‘un proceso tan simple ya que necesita solucionar dos proble- ‘mas: mantener el flujo sangu‘- seo y la temperatura, Cuando pensamos sobre las particulari- dades de ls evolucién humana, ‘como la expansi6n cerebral, de- bbemos recordar que los cambios ‘omentatlos van frecuentemente acompanados de otras impor- tantes cambios fisiol6gicos. La ‘expansién del cerebro humano zo cra un simple proceso de as- censo del cerebro de los antiguos hominidos, sino que requeria ‘uma nueva estructura anatémica ‘que fcilitaraal cerebro su aporte ssinguingo y su enfriamiento. Fuentes: Dean Fall, Brain Dance (New York: Henry Holt, 1992); Dean Falk «Good Baia Is Hard w Coal, [Natu Mito Asst 198, 65.66, consideran como especies diferentes insisten en la capa de csmalte dental mas gruesa del H. rudolfensis, asi como cn ot cam, més anche y plana, y en las proporcioncs de sus miembros, mis semejantes a las de los modernos Homo. A pesar de los dientes ms grandes y la cara mis, plana del H, rudolfensis, su denticiom 5 considerable- mente mds reducida que la de los Australopithecus y, como el H. habiis,su cerebro es, por Io menos, un tercio mayor. 134° Caefruto 7 El eréneo de un Homo habilisrudotfensis (ER-1470) on- ccontrado por Richard Leakey en 1972. Obsérvese su alta frente y su gran caje craneal. ‘Tenemas pocos materiales esqueléticos extracraneales de las primeras especies del género Homo, lo que es muy importante para poder saber silas proporciones pélvicas femeninas han cambiado. Pero con un tamano cerebral un tercio mayor que el de los Australopithecus, es légico pensar que se produjeran otras modificaciones para per- ‘itir que nacieran hijos con mayor volumen cerebral. De lo que sf tenemos constancia es de ls alteraciones que tuvieron lugar en las pelvis femeninas del Homo erectus, especie que estudiaremos a continuacién. ea Homo erectus El Homo erectus apareci6 poco después que el H. ha bilis, hace alrededor de 1,8 millones de aios, El Homo erectus fue la primera especie de homfnido ampliamente difundida por todo el Viejo Mundo, habiéndose encon- trado los primeros ejemplares en Java, después en China sms tarde, en Africa. La mayoria de los pacloantrop6- logos cree quealgunos de losancest ros humanos pasaron en algiin momento desde Africa a Asia. Hasta hace poco se pensaba que fue eH. erectus quien pasé a Asia, ya que vivié en Africa hace alrededor de 1,6 millones de anos y los restos encontrados en Asia son de hace 1 millin de Los ORIGONES DE LA CULTURA Y LA APARICION oe ceNERC HON aos. No obstante, dataciones recientes sugieren que el mds antiguo fue el H. erectus de Java, de hace unos 1,8 aillones de anos. Nuevos hallazgos files de H. erectus ‘encontrados en Dmanisi, en Georgia, se han datado re- cientemente en 1,7 millones de anos. Si esta datacion es segura, los hominidos primitivos debierom surgir fuera de Airicaa la que pasaron mds tarde. ‘Tambien hay interrogantes sobre si existié una sola especie de H. erectus o si fueron varias especies dstintas, 8 que algunos expertos sostienen que existen diferen- cias entre los ejemplares encontrados en Africa y los ha- llados en Asia, por lo que ereen que se deben considerar como dos especies diferentes: la especie del H. erectus para las poblaciones de Asia y el H. erguster para las de Africa, Con posterioridad se han encontrado también cen Furopa fésiles de H. erectus (H. ergaster. aunque al- ‘gunos paleoantropéloges opinan que los fésiles encon- trades en Europa y clasificados como H. erectus son, en realidad, ejemplares precoces de H. sapiens. Otros creen uelos fies exopeoe que son snlre a oe encon- trados er el sur de Africa y en el Proximo Oriente, se de~ ben dlasificar como Homo heidelbergensis. Todo esto, que parece un poco confuso,intentaremos adararlo més adelante. EL DESCUBRIMIENTO DEL HOMO ERECTUS En 1891, Bugene Dubois, un anatomista holandés que ‘estaba excavando en Java, encontré lo que llamé Pithe- ‘canthroprs erectus, que significa ehombre mono erect» (nos referiremos a este hominido como Homo erectus). Este descubrimiento no fue el primer fésil de aspecto hu mano encontrado, va que los neandertales, que comenta- remos en el préximo capitulo, se habian descubierto muchos afios antes, No obstante, nadie estaba seguro, ni ‘#qulera €1 mismo, de que el fall que encontrd en Java fuera de un mono o de un hombre. “Este fésilesté constituido por un eréneo y un grueso fémur y durante muchos afos se crey6 que ambos hue- sono eran del mismo animal. Fl crineo era demasiado grande como para ser de un pongido moderno, pero de- ‘masiado pequeno para ser humano: tenia una capacidad craneal situada entre la de los péngido, de 500 cm’. y la de un humano actual, de 1.300 cm. Bl femur, sin em- bbargo, era parecido al de los humanos actuales, ;Podfan pertenecer ambos huesos al mismo animal? La cuestién s¢ resolvi6 muchos anos después por el andlisis del fio. Silos files de un mismo depésito contienen la misma cantidad de féor tienen la misma edad. Los fragmentos craneales y el fémur encontrados por Dubois fueron ana- lizados en su contenido en fidor, descubriéndose que te- fan la misma antigtedad i CxrtTuLo 7 Los ORIGENES DELA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO 135 ‘A mediados de los afios treinta, G. H.R. von Koenigs- wald, también en Java, no s6lo confirmé las primeras hipétesis de Dubois, sino que amplié nuestro conoci- rmiento sobre las caracteristicas del Homo erectus, ofte- ciendo una mejor comprensién del lugar en el tiempo ‘que ocupaban los primitivos hominidos. Desde entonces se han encontrado muchos fisles de H. erectus en Java, de los que se pens6 que no tenfan més de | millén de aos, aunque actualmente mediante la datacion com po- tasio-angén se sittiaa algunos de los fésiles de Java en 1,8 millones de afios. Entre la €poca de los hallargos de Dubois y la de Von Koenigswald, Davidson Black, un profesor de anatomia ‘anadiense que enseiaba en Pekin (Beijing), China, co- ‘menz6 a investigar una enorme cueva préxima a Zhou- Joudian en la que se habian encontrado varios dientes fsiles. Creyendo que los dientes procedian de un género desconocido de hominidos, consiguié fondos para exca- var extensamente la regién. Tras dos afios de excavacio- nes, dy sus colegas encontraron un crénco en la arcilla a cayo propietario se le denominé «Hombre de Pekin». Black murié en 1934, continuando su trabajo Franz. Wei- denreich, No fue hasta los afios cincuenta cuando se descubrie- ron en el norte de Africa fésiles de H. erectus (véase Fi- fgura 7.6). Desde entonces hasta ahora se han descubierto ‘muchos ejemplares cn Africa oriental, particularmente en dos yacimientos: la garganta de Olduvai en Tanzania y la regién del lago Turkana, en Kenia, En Nariokotome, en ba orilla occidental del Lago Turkana, se descubrié el esqueleto casi completo de un nino que data de alrede- dor de 1,6 millones de aftos, en tanto que los restos en- contrados en Olduvai son de hace 1,2 millones de anos. CARACTERISTICAS FISICAS DEL HOMO ERECTUS Hl cxineo del H. erectus generalmente es alargado, de sgrucsas paredes, con un drea frontal aplanada y arcadas supraorbitales-prominentes. Si se observa desde atrés es el tinico que tiene forma pentagonal, constituido, en parte, por un reborde redondeado en la parte superior del cineo llamado quilla sagital, También tiene otro re- borde dseo que recorre la parte posterior lamado torus occipital, que le proporciona un aspecto mas alargado (fase Figura 7.7) Gomparado con los Homo anteriores, el H. erectus por sefa dientes relativamente mas pequettos, siendo el pri- mer hominido con tres molares menores que el segundo o el primer molar de los humanos actuales. Cada molar ten también una cavidad pulpar alargada llamada tau- rodantismo, que le debid permitir utilizar los molares con mayor presiGn y desgaste que los de los humanos ac- tuales. Las mandibulas de H. erectus eran més ligeras y delgadas que las de los Homo anteriores o las de los Figura 7.6. Yacimientos de Homo erectus: Fuentes: De Russell. Go- chon y John G. Fleagle, ceds., The Human Evolution Source Book. Copyright @ 1993, Reproucido. con permiso de Pearson Edu- tation Enc, Upper Saddle River. NJO7488. 136 Ciomaio7 Los onceves oe a cums yA aonmcon oe. ceveno Howe Ef Huesos —Gonsmiccion postorbitaria ‘craneales Figura 77. Caracteristicas del Hamo erectus Australopithecus, en tanto que la cara presentaba un prognatismo menor, es decir, el desplazamiento hacia delante de ambos maxilares superior e inferior, El volumen de su crinco, entre 895-1.040 cm’, era mayor que el de cualquiera de los encontrados, tanto en- ‘we las Australopithcus como entre las primeras especies dle Homo, aunque menor que el que encontramos en 10s Jhumanos actuales. Los moldes endocraneales que pro- porcionan una imagen de la forma de la superficie del ce- rebro, sugienen que estaba estructurado de forma més parecida ala de los cerebtos delos humanos actuales que alade los Australopithecus. El Homo erectus tenia wna nariz prominente, al con- twario delo que sucede en los Anstralopithecus, que la te nian achatada y no prominente. Desde el cuello hacia abajo, el H. erectus era précticamente indistinguible del HH. sapiens, incluso en su tamano, en contraste com los pe- quefios Australopithecus y con las primeras especies de Homo que vivian en el este de Africa en la misma época, Hl esqueleto casi completo del joven de Nariokotome su- giere que tenia alrededor de 1,6 metsos de altura y que imusié alrededor de los 11 anos de edad; otros investiga dores creen que tenia 1,9 metres y que murié ya en la madurez, Hace alrededor de 1,6 millones de atios, la re- ida de Nariokocome cra, probablemente, una zona abierta de hierbas, con arbolado a lo largo de los cauces de sus rios. Los H. erectus de Africa tienen el mismo ta- ‘mano que los pobladores actuales de la segién, que si- guen viviendo en las mismas condiciones ambientales de espacios abiertos y secos. Fl H. erectus también tenfa me- nos dimorfismo sexual que los Australopithecus 0 que los, anteriores miembros del género Homo, siendo su grado de dimorfismo similar al de los hombres actuales. ‘Los cientificos que agrupan las poblaciones africanas como una especie distinta, el H. ergaster,apuntan la exis- tencia de varias diferencias entre las dos supuestas espe- cies de H. erectus. Segin ellos, las proporciones craneales de ambos son diferentes, de forma que en el H. ergaster los arcos supraorbitarios son mds delgados y més ar- queados hacia las 6rbitas oculares, la cara, verticalm ente, exti més oricntada hacia abajo, etc. Por el contraria, hay otros que sostienen que las diferencias entee el H. erectus ¥ los acwales humanos no son tan grandes como para considerarlos especies diferentes y dicen que las pobla- ciones de H. erectus debian deagruparse com las de H. sa- piers, Estos argumentos tardarin en poder darificarse y ¢en este libro mos quedaremos con el nico tax6n de #. erectus (véase el Apartado «Florna erectus: {Una.o més e3- pecies?»). LA EVOLUCION DEL HOMO ERECTUS Ta evolucién del HL erectus refleja una continuacién de las tendencias evolutivas generales que hemos comen- tado previamente. El cerebro contintia su expansién, EI craneo de un Homo erectus/ergaster (ER-3733) dol este de Africa. AP Captruro 7 Los onIceNes DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL CENERO HOMO 137 aumentand su tamafo en mds de un tercio respecto de los cerebros de los primeros Homo (de la misma forma que ésios lo incrementaron sobre los anteriores Aus- ‘tralopithecus). La cara, mandibulas y dientes continian reduciéndose adquiriendo un aspecto casi actual. FL in- cremento en el uso y la variedad de las herramientas pedo conducira un desarrolla atin mayor del cerdbro, El H, erectus comia y, probablemente, cocinaba la carne y ‘sto pudo conducira la reduccién posterior de diemtes y mandibulas. Un cambio adicional en el H. eretusson las aparentes reducciones en la extensi6n del dimorfismo sexual hasta casi Tos niveles actuales. Recordemos que tanto los Aus- malopithecus como los primeros Homo presentaban bas- tante dimorfismo sexual, en tanto que el HL erectus no parece presentarlo tanto. ;Qué pudo originar este cam- biot En los otros primates el dimorfismo sexual parece ‘star relacionado con al sistema social por el que los ma- chos estén a la cabeza del dominio jerirquico y son los ‘machos dominantes los que controlan el acceso sexual a _miiltiples hembras. Fn contraste, la falta de dimorfsmo sxual parece ms pronunciada en los pocos primates y ‘otros animales en que existe vinculo de pareja, esto es, ‘cuando un macho y una hembra tienen una union de pa- reja que dura un largo perfodo de tiempo. sSe pudo de- sarrollar el vinculo de pareja con el H. erectis? Parece que ast fue, ‘Recordemos que los primeros Homo pudieron haber establecido algunos de los elementos bésicos de la cul- ‘ura humana, incluyendo los campamentos, los grupos familiares y la participacién. Otro elemento bisico de la reciente cultura humana que esti presente en todas las culturas conocidas es el mairimonio, EL matrimonio es e rnexo socialmente reconacido -semual y econémico- en- tre dos individuos, para que perssta durante toda la vida Yy para tener hijos socialmente aceptados. Es un vinculo de pareja con un grupo de con ductas,expectativas y obli- saciones que se extienden mis allé de la pareja, a las familias de los individuos. Con el matrimonio la compe- ticién entre machos por el acceso a las hembras puede haber disminuido, reduci¢ndose la importancia del di- morfismo sexual, Pero jpor qué se pudo haber desarro- lado el matrimonio en el ¥. erect En las especies de animales en los que las hembras pueden alimentar a sus crias y a st mismas después del parto, l vinculo de pareja es raro. Pero em las especies en las que las hembras no pueden hacerlo, el vinculo de pareja es comin. ;Por qué? Creemos que en estos casos tun vinculo de pareja proporciona la mejor solucién para conseguir fa alimentaci6n dela madre; un macho puede conseguir alimento y llevarlo a su pareja ya sus hijos. Fn ka mayorfa de los primates falta la relacin de pa- raja. Como las exias som capaces de trepar por el cuerpo de sus madres desde poco después del parto, las manos de la madre estin libres para efectuar el forrajeo, (Es in- teresante comprobar que los nifios demuestran una forma residual de esta innata habilidad de los primates de trepar durante las primeras semanas de su vida. Fsta habilidad se denomina el flo de Moro, Siun nino cree ue cee 1 opel, suites ene No tenemos forma de saber sil, erectus tena el pe- Jaje como los otros primates, aunque pensamos que pro- bablemente no, porque, como comentaremos despucs, creemos que llevaban vestidos. El cerebro de H. erectus debid haberse desarrollado bastante, de modo que los niitios de H. erectus, lo mismo que los niftos actuales, apenas podian sostener la cabeza, Uegando a apoyarse su ctia, que puede agarrarso a su Heme erectus probablemento carscian de pel asirse sus crias, por lo que tendrian que llevarles en brazos. 138 CAPfTULO 7 LOS ORIGENES DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO BS ee": Pe ee Ea FRONTERAS DE LA INVESTIGACION Homo erectus: 2Una 0 mds especies? En las poblaciones vivas es posi-_fsilesasiticos yafricanos agrupa- nia medidas de 2.533 erineos). Una ble saber sidos primates diferentes dos previamente como H, erectus, _muestraal azar no serfasuficiente, ya pertenecena especies diferentes. Se eran lo suficientemente diferentes que no se puede estar seguro de lo pucden reproducir entre ellos? Fn como para constituir dos expecies _representativos que puedan ser slo este cago, gson fértiles sus descen- separadas: una asitica (H. erectus) y 16 ejemplares, por lo que Kramer alent agian, eirniiapagesageadd die malladieh Sitio guntas fuera no, estamos tratando que otra vez habia hipétesis opues- _ tenidas al azar, de las que 16 proce- ‘on diferentes especies. Pero,3c6mo tas sobre los fosiles de H. erectus. dian de los 2.533 crémeos modernos conocemos ls especies diferentes'a_Cabe, pues, preguntarse si el H. posibles. Para cada caractorfstica partir delosregistros fsiles? neste erectus era una o dos especies. comparada, analiz6 una medida de ‘aso, log paleoantropélogos deben _Purasaber quéhip6tesisesla més variabilidad para las 16 muestras. juzgar segin el gradode diferencias correcta, Andrew Krameranalizé las ;Cuslles fueron los resultados de la existentes entre ellos. Una ver que medidas de varios crineos de siles, comparacidnt Los 16 supuestos cri dos poblaciones cesan de procrear tanto afticanos como asiiticos, ade neos de Hi, erectus notentan més va- entre las comensain deserrolar mis de otros doe grupos humtance viablidad que la mayoria de caracteristicas divergentes, Pero modernos, que sabemos que perte- muestras de los erdneos de los mo- joudnto tienen que diferir para que necenalamismaespecie,y ungrupo demos humanos,lo que sugeria la- lasconsideremos diferentes especies? mezclado de hominidos primitivos ramente que procederian de la ‘Como los registros fésiles no que-estaban convencionalmente cla- misma especie, Para concretar esta pueden revelames los patrons de sfcados comopertenecentes a dos conchsion Kramer comparé pos procreaciin,no essorprendenteque 0 tres especies diferentes, Kramer riormente las muestras. m« fos paleoantropologos tengan dife- pens6 que silos feslesafticanos y con la muestra mezelada de los cré- rencias de opinién sobre si dos fési-_asidticos no variaban ms que los neos de antiguas hominidos (los Jes pertenecen 0 no a la misma modernos humanos, podriamosde- _crineos usados fueron nuevamen- especie, Los paleoantrop6logos tie ducir que estos fisiles pertenedan a te los que tenian las medidas re- nen diferentes predisposiciones; al- una sola especie, la del H, erectus, Y queridas). Dado que la muestra de gunos tienden a ser «divisores», el grupo mezclado de antiguos ho- antiguos créneos. probablemente [icntiicando ms especies dferen’ minidoe mésyariaciones provedia de mas de una especie, pa- tes, en tanto que otros tienden a ser que los humanos modernos. recfan més variables que las mues- ‘cunionistass, identificando menos Los 16 erineos asidticos yafriea- tras de los modernos humanos por ‘especies diferentes. Durantelosanios nos del andlsis de Kramer que po- lo que todas las muestras de huma- inte y treinta del siglo xx la divi- dian ono ser dela misma especie de nos modernos eran menos variables 3 fu a porate mis comin; cat HL erems) fuetonlos ines quete- quela ives efecnuadconla mer- acada muevohallaxgode Homoerec- nian lasmedidas requeridas.Susda- cla de antiguos crineos. tusseleasign6 una especie diferente tacionesvariaban de 1,8 millonesde Por tanto, el estudio de Kramer induso, un muevo género. Por afioshasta hace500.000afos;siendo sugiere de forma s6lida que los ho- ejemplo, el Pihecanthiropuserectusse iguales a pesar delamplio intervalo minidos de Africa y Asia de entre 18 denomina actualmente Homo erec- de su antighedad debian mostrar millones y 300.000 anos de antigtte- tus de Java, y el Sinanthropus peki- mds diferencias estructurales de las _ dad eran todos Homo erecus. riewsis es actualmente el Homo que presentaban los 16 crincosde H. erectus de Pekin (Beijing). Franz erectus que la que presentaban en- Wel eareleh ciples iis Bee Le cme a ie ican ee ae ee i tory and Buletonsry Fate of Homo ‘uarenia esta_unificacion, que do- modernos. Kramer deseaba compa- Sr Wie eepiee Col Ba ‘mind la dsificacién entre los afios rar sus 16 crémens de H. erectus con fosy Menta Bes eck Pigna! surop 1960.y 1970. Pero ya en los ochenta, otros tantos dehumanos modernos iagy Orginal Readings in Metiod and Peter Andrews, Christopher Stringer pero gedmo escoger 16 crineas mo- Pwctoe (eppet Seid Rien, Ns renter yy Bernard Wood propusieron quelos dermos entre tantos posibles? (Elte- Kal, 2002) B Captruco 7 Los oRICENES DE LA CULTURA Y LA APARICION DEL GENERO HOMO 139. {incluso en sus madres. En cualquier caso, cuando ‘meros hominidos comenzaron.a depender de una alimen- tuciOn de carrona y de caza (asi como de las pieles para vest), tuvo que sor ffeil para las madres con hijos pe- ‘quetios seguir ejerciendo estas actividades mientras cuida- ban de ellos. Por eso el matrimonio debié de ser una solucién efectiva a este problema ya que el padre propar= Gonabu a la madre ya la era las provisiones que necesita- ban para la subsistencia (para una discusién critica sobre cesta Leora, véase el capitulo dedicado al matrimonio), ‘Otro aspecto importante de la evoluciém del Homo erectus fue el movimiento de las poblaciones fuera de Africa del sur y Africa oriental, Como sucedié com la de- sspariciOn del dimorfismo sexual, parece que las innova- cones culturales fueron bxisieas para permitir que el HL, erectus se desplazara hacia nuevos ambientes, ;Por ‘gut Pues porque ul peneirar en eslus nuevos ealuravs se enfrentarfan con nuevas (y gemeralmente mas frfas) con- diciones climticas, nuevas y diferentes fuentes de mate- rigs primas para los instrumentos y nuevas plantas y animales con los que alimentarse. Todos las animales se adaptan a tales cambios a través de la selecci6n natural, aunque ésta, normalmente, lleva bastante tiempo y exi- sp cambios fisicos en ta adaptacién de los organismos. EL HL erectus fue capaz de adaptarse répidamente a las rmuevas condiciones ambientales sin experimentas, apa- rentemente, cambios fisicos, lo que sugiere que sus me- canismos de adaptacién fueron fundamentalmente cculturales mas que biol6gicos. Qué adaptaciones culturales pudo desarrollar el H. cereetust El fuego pudo ser la adapracién cultural crucial para adapiarse a los climas més frfos. Como dijimas an- tes, exisen ciertas evidencias del uso del fuego por parte del H. erectus. Pero el fuego solo puede calentar a la gente cuando esté quieta y no cuando esté recolectando ali- ‘mentos. Al ser mévil en climas mis frfs, el H. erectus pudo comenzar a vestirse con pieles de animales para abrigarse; incluso, algunas herramientas pertenecientes 2 ‘estos Homo son semejantesa las que uilizan para proce- sar las pieles muchos grupos humanos recientes, y parece indudable que dificilmente hubiera sobrevivido a ls du- 1as condiciones climaticas donde se han encontrado sus restos, al este de Buropa y en Asia, sin teneralgin tipo de vestido. Por otra parte, si es cierto que utilizaban las pie- les de animales para abrigarse, es muy probable que las ‘mismas procedicran de animales que él misrne habja ca zado, Podria no haber dependido del carroneo para con- seguir ls picles (las pieles son lo primero que destrozan los depredadores cuando desmembran un cadaver), por Jo que el H. erectus no tuvo mas remedio que eazar para poder ponerse las pieles que habia conseguido pues ne- cesitaba pielesintactas para vestirse Fs interesante considerar que en ol este de Africa el H. erectus convivi6 con, al menos, una de las otras espe- cies de hominidos (el A. boise), y puede incluso que con tres (A. boisei, A. africans y H.habils/rudolfensis). Qué fue lo que hizo que el H. erectus sobreviviera ¢ incluso prosperara mientras las clems especies se extingufan? De rmievo la cultura puede ser la respuesta. FI A. hoisei pax reve haberse especializado en pastizales: sus grandes mo- lares ya poderosa estructura de su dentadura le permitia comer ls duras semillas de las hierbas y otras materias correasas que los otros homénidos no podian masticar. Sin embargo, ellos no podian competir con los dems animales que s¢ alimentaban de hierba, pero que s¢ re- producian més répidamente y tenkan mayor velocidad para escapar de los depredadores. El primitive Homo fue, aparentemente, un usuario de herramientas que depen- di, al menos ex parte, del carronen y ka city aunigue comparado con el H. erectus su primitiva tecnologia era tosca y su organizacién social menos compleja. Ademds, parece que el H.erecnes estaba mejor organizado para el carronieo, la caza y también para defenderse de los de- predadores. Estas diferencias culturales pueden haber proporcionado grandes ventajas al H. erectus y levar al primitivo Homo a su extincién, Este escenario, tal como lo hemos sugerido para la evolucién del primitivo Homo, es un cuento que pudo ses, 0 no, realidad, Pero sirve para concretar lo que he- ‘mos dicho sobre el H. erectus yla zona en la que evolu- cion6. Dejando aparte detalles particulares, parece que no hay duda de que el desarrollo de una cultura més compleja fue vital para la evolucién del H. erectus. a Culturas del Paleolitico Inferior Ta tradicion de fabricar herramientas en piedra del A, erectus se llama Paleolitico Inferior. Esta tradici6n li- tica incluye téenicas denominadas de «micleo», ya que es 1 niicleo de piedra, mas que las hojas, lo que se utiliza en bbruto para obtener herramientas ms perfeccionadas (comentaremos con posterioridad més detalles solve la tecnologia litica del Paleolitico Inferior). Como los ins- trumentos de piedra son los materiales culturales: que con mayor frecuencia aparecen en los yacimientos ar- queolégicos de estos antiguos pueblos, la cultura entera del Homo erectus 9¢ denomina frecuentemente Paleolitico Inferior, denominacién que seguiremos en este libro, Los hallazgos arqueol6gicos de herramientas y otros artefactos culturales, datados desde hace 1,5 millones de anos hasta alrededor de 200.000 anos, se asume que es- vin producidos por el H. erectus, aunque los fosiles no siempre se rdacionan con estos materiales, por lo que es 140 castu.o 7 Los onlcenes 0&1 cuTumaY La arartcon Det. ceneso HOMO probable que algunas de las herramientas de este periodo {eran hechas por otros hom inidos, diferentes al H, erec- tus, tales como los Australopithecus primero y el Homo sapiens después. El llamado pertodo Achelense de elabo- raci6n de instrumentos lticos data de hace 1,5 millones de aos y dura algo més de un millén de afos,siendo el H erectus el Unico hominido que vivié durante esta epoca. Asi pues, tradicionalmente, se asume que el H. erectus fue al responsable de la mayor parte, 0 acaso de todo el con- junto, de herramientas del perfodo Achelense, como co- rmentaremos més adelante, LA TRADICION ACHELENSE DE HERRAMIENTAS Ja tradicién de fabricacién de instrumentos liticos conocida como Achelense recibe el nombre del lugar de Saint Acheul, en Francia, donde aparecieron los primeros ‘jemplos, aunque los instrumentas més antiguos encon- trados proceden del Africa oriental en las proximidades

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