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1 Los acueductos urbanos en Hispania ELENA H, SANCHEZ LOPEZ, Universidad de Granada Como el titulo indica, abordaremos aqui tinicamente los acueductos construidos con la finalidad siltima de abastecer entes urbanos, lo que no implica (como se vers més ade- Jante) que en algin punto de su recorrido pudiesen sultir derivaciones hacia zonas pe- riurbanas para el abastecimiento de instalaciones agricolas, industriales o habitats no urbanos (como las villae). Dejaremos sin embargo a un lado los acueductos de tipo rural, aquellos construidos para llevar agua hacia propiedades particulares fuera de las ciudades, una realidad mal conocida en Hispania, pero para la que se conocen ejemplos en otras provineias romanas. Un caso paradigmatico es el Aqua Vegetiana (cerca de Viterbo, Italia), construida por Mummio Niger Valerio Vegeto, cénsul de Roma y oriundo de Ia ciudad bética de Florentia Iiberritana (actual Granada). La existencia de este acueducto es co- nocida gracias a la siguiente inscripeién: «{Mummius Niger Vallerius Vegetus conslul{aris)/ aguam suam Vegetianam, ex flonte qui nas- citur in fundo Alntoniano Maiore / P(ubli) Talli Varronis eum eo loco, in] quo is fons est eman- cipatuls, dujxit per mlilia passuim ((quingue milia nongentos quinguaginta)) in villam swam Calvisianam, quae est ad} [A]quas Passerianas suas, comparlalis] et emalneipats sibilocis fi neribusque eius aguae a possessoribus sui cuiulsque fundi, per quae aqua s[upra scripta, ducta cst, /per latitudinem structuris pedes decem, fistulis per latitudinem pedes sex, per fundos An- tonialnum Maiorem / et Antonian(um) Minor(em), P(ubli) Tullii Varronis et Balebianum et Philianum Avilei Commo[di et Petronianum { Publi Tulii Varronis, et Volsonianum Here]nni Polibi et Fundaniantom Cactenni Prioculi / et Cuttolonianum Cornelii Latini et Serranum Iinferiorem Quentinni Verecundi et Clapitonianums / Pistrani Celsi et erepidinem sinestriorlem viae publicae Ferentienses (!) et Seirplianum / Pistraniae Lepidae et per viam Cassiam in vie Nam} Cabvisianam suamy, item per vias limitisque / publicos ex permissu] s(enatus) e{onsulio)" Reconsteucién del aa tearado del Agua Vegeta ines! Seguin |ANCIAN, 1880, p. 378. ear | | erence jpomeeconnoot Pons eae | El texto aporta datos interesantes no solo sobre las caracterfsticas de la conduccién, también sobre la compra de los terrenos en los que se ubicaba la fuente y la de aquellos por los que tendrfa que pasar la eanalizacién, o la satisfac: de paso, enumerando las diferentes propiedades y vias puiblicas que el canal atravesaba® n de los necesarios derechos Volviendo a los acueductos urbanos, su construccién, mantenimiento y funciona miento, estuvo regulada por un complejo corpus legal, bien conocido para el easo de la ciudad de Roma gracias a la obra de Frontino. La legislacin aplicable a las conducciones para el abastecimiento de agua a la capital del imperio se desgrana prineipalmente en los capitulos 94 a 129 del De aguaeductu urbis Romae.¥ es que Frontino, como curator aqua- rum, no levé a cabo la construccién de ningtin nuevo acueducto, por lo que la mayoria de la informacién que recopila esté relacionada con su gestién, analizando la evolucién del marco legislativo desde la etapa republicana. Seguin el texto frontiniano, la normativa regulaba aspectos como el control de las concesiones de agua a particulares, autorizadas en época republicana por los censores (De Agu. 95, 1), encargados entonces de todos los aspectos relativos a la gestién de los acueductos, y posteriormente por Ia autoridad im- perial (De Aqu. 99, 3; 103, 2) (a partir de Agripa, la gestion general de los acueductos re- cafa en el curator aquarum), En este sentido, quedaban perfectamente legislados aspectos como el control del volumen de la concesién (De Aqu. 94, 1; 105, 4-5), el punto de eo- nexién (De Agu. 106) o el traspaso del derecho de concesién (De Agu. 107-109). En lo relativo al mantenimiento de los canales, este estuvo encomendado en época republicana a contratistas con personal esclavo especializado trabajando dentro y fuera de la ciudad 12 ARQUITECTURA HDRAULICAY FORMA URBANA (De Aqu. 96; 98, 3). Pero a partir de época imperial, se crearfa un cuerpo especializado a cargo del Estado, la familia aquaria publica (con umos 240 operarios en época de Fron- tino) (De Aqu. 116, 3), all que se aadirfa en época de Claudio la familia aquaria Caesaris (con 460 trabajadores) (De Aqu. 116, 4). Por ultimo, una serie de normas especificas im- ponfan multas a los que deteriorasen las canalizaciones (De Agu. 129), prohibiendo por ejemplo apacentar ganado o plantar arboles en las inmediaciones de la conduccién. Lamentablemente, no poseemos un documento parecido para saber si la gestion de los acueductos en Hispania se regia por una legislacién similar, aunque las leyes muni- cipales conservadas permiten arrojar algo de luz sobre el particular. La Lex Ursonensis, deductio de la Colonia Genetiua lulia Ursonensis, y la Lex Imnitana, ley del municipio Fla- vii Imnitani, establecen que era el ordo decurionum el que debia aprobar la construccién de un nuevo acuedueto para abastecer de agua a la ciudad; siendo, segtin la Lex Urso nensis (XCIV), el duumvir el encargado de elevar la propuesta de trazado y de expropia- cidn de tierras', Otros capitulos hacen referencia a diferentes cuestiones relativas a la construccién y mantenimiento de las obras piblicas en general, que pueden ser trasla- dados al caso concreto de los acueductos. Asi, la Lex Irnitana recoge que fue también el ordo decurionum el encargado de establecer las eantidades a gastar en la construcei6n y reparacién de las obras, ademas de nombrar a las personas que deben dirigirlas (XXIII). No tenemos sin embargo informacién espectfica sobre los trabajadores dedicados a la construccién y mantenimiento de la conduccién en los casos hispanos, aunque es pre- sumible la existencia de servi publici dedicados a estas funcionest. También estuvo legis lado el ius ducendae aquae, el derecho a conducir el agua por parte de los particulares, ya que en el capitulo G de la Lex Ursonensis se establece que las conexiones debian ser autorizadas por los decuriones. Inscripeiones como la del ipocobuleulense C. Annio Prae- sio (CIL II 1643) demuestran que este uso privado del agua publica estuvo sujeto, al igual que en Roma, al pago de un tributo. ALGUNOS ACUEDUCTOS HISPANOS La tiltima monografia sobre los acueductos romanos de la peninsula Ibériea’, publieada en 2016, recogia un total de 66 ejemplos, distribuidos en 53 ciudades diferentes (rt a los que habrfa que aiadir otros como los que abastecieron a Obuleo (Porcuna) 0 Ca: raca, inéditos o recientemente publicados. No trataremos aqut, por cuestiones de espa- cio, todos los acueductos hispanos. Nuestra seleceién analizard el abastecimiento a las tres capitales de provincia (Tarragona, Cérdoba y Mérida), y expondré algunos acueductos singulares que presentan aspectos técnicos especialmente significativos’. La Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco fue originalmente fundada como eampa- ‘mento militar por Escipién en el aio 218 a. C. (junto al asentamiento ibérico de Cese), y parece ser que fue Gésar quien le concedié el estatus colonial, aunque para algunos, el hecho de que la emisién de moneda con este titulo no se produzca hasta el 2 a. C. serfa indicativo de una promocién augustea*. En cualquier caso, el desarrollo urbanistico de la ciudad debe fecharse a partir de época augustea y durante el reinade de los flavios* En época prerromana y republicana, la ciudad se abastecié (mediante pozos) de un con- LOS ACUEDUCTOS URRANOS ENIHISPANIA. 13 1G. 2 Chadadeshispanas con acueducts spin SANCHEZ y NARTINEY, 2016, En rojo lon cass analiza ag junto karstico ubicado en su subsuelo", sin embargo la ciudad imperial conté con un total de hasta tres acueductos", El més antigo parece que es el del Gaid, probablemente construido a finales del siglo I a. G."2, Desde su caput aquae en el rfo Gaid, canalizaba el agua a través de un specus de opus eaementicium, aunque el tiltimo tramo de la conduc- cién se realiz6 en una conduccién a presién (empleando el sistema de sifén). En época augustea’’ ha sido tradicionalmente fechado el acueducto del Francoli, que tomaba las aguas de este rio. El teamo mejor conocido de la conduccién es el relacionado con el Puente del Diablo (ric. 3), una arcuatio en opus quadratum'*. Mucho peor conocido es el tercer acueducto, identifieado en la bibliografia como acueducto del suburbio, y del que ‘inicamente ha sido identificado un breve tramo urbano". ‘Continuando en la provincia Tarraconense, la Colonia Urbs Iulia Nova Carthago, fue originalmente fundada por Asdntibal en el 229-228 a. C. sobre un nticleo ibérico preexis- tente, cuyo asentamiento en el lugar puede remontarse hasta finales del siglo V a. G."*. Pas6 a la érbita romana tras su conquista por Escipién en el 209 a, C. Mas compleja es la cuestién de la adquisicién del estatus colonial, fechable segtin diferentes autores en época de Pompeyo Magno'”, César" o incluso durante el ‘Triunvirato!”. Se tienen muy pocos datos sobre sut abastecimiento hidrico, ya que por el momento no han sido identi- ficados restos seguros” de un acueducto, cuya existencia se conoce a través de la epigra- fia, Una de las inseripciones referentes a la conduceién ha Ievado a proponer su construccién en época de Pompeyo", lo que lo convierte en el acueducto conocido mas antiguo de Hispania. 14 ARQUITECTURA HDRAULICAY FORMA URBANA FIG. 3 Puente dl Di Mo Foto Elena H. Sache Léger En el caso del yacimiento de Los Bafiales, ningiin indicio epigratico permite a dia de hoy determinar su nombre antiguo, por lo que tampoco conocemos su estatus politico- administrativo ni la cronologfa del mismo. Sin embargo, las excavaciones desarrolladas cen los diltimos aios en el solar del yacimiento, han permitido identificar un importante proceso constructivo en época augustea, Un contexto en el que también se llevarfa a cabo la construccién del acueducto, segtin se ha seftalado a partir de la lectura de unas marcas de cantero que identificarfan a la Legio IV Macedonica como artifice de la obra, y que apuntarian a una cronologia en torno al 9 a, C.**, El elemento mas destacado de esta conduccién es un tramo de canal aéreo, posiblemente de madera, sustentado por un conjunto de unos 50 pilares aislados construidos con sillares de arenisea® (16.4 16, 4 ‘Tamo aren del canal de acueducto de Los Bales fog 102) eipseess de reconstuecin {VARTOLA, 20 Javier Andieu en SANCHEZ y MARSINEZ, 2016, Avenato de Segovia. Foto Elena H. Séacher Lopes Por su parte, Segovia, de origen arévaco, se convierte en civitas stipendiaria tras su conquista en torno al 98-94 a. C. Segtin la lectura hecha por Alfildy®* de la inscripeién del acueducto y de la reconstruce in del titulo Municipii Flavii Segoviensium, se ha pro- puesto una municipalizacién Flavia. La ciudad conté para su abastecimiento con un acueducto, del que formaba parte la que tal vez sea la arcuatio mas famosa de la peninsula Ibérica (HG. 5). Su cronologia resulta un tema complejo. Si tradicionalmente, y como con- secuencia de la leetura de Alféldy, su construccién, 0 una gran restauracién, habfa sido fechada a finales del siglo I d. C.®, el hallazgo en el afio 2000 de una moneda de Trajano en los niveles de construccién de la obra, ha permitido apuntar la posibilidad de que la obra se pudiese realizar con posterioridad al 106 d. C.*”. También interesante resulta la larga vida de la conduceién, pues debido a sus caracteristicas téenicas precisé de escasas intervenciones de mantenimiento, lo que permitié que siguiera en funcionamiento hasta cl siglo XI 0 incluso el XIE”. Ya en la Hispania Ulterior Bactica, la capital, Corduba, fue fundada por Claudio Mar- celo en el segundo cuarto del siglo IIa. C. A partir de época de Augusto, momento en el 16 ARQUITECTURA HIDRAULICAY FORMA URBANA que la ciudad alcanza el estatus de colonia civium romanorum, se inicia la amplia reno- vacién urbanistica que ampliarfa el perimetro amurallado y se emprenderfa la construc- cién de nuevas obras publicas y la monumentalizacién de la ciudad". Dentro de esta politica debe incluirse la construccién del primer acueducto de Colonia Patricia Corduba, el Aqua Augusta, fechado entre el 19 y 14 a, C.". La particularidad més destacada de esta conduccién la constituye el encadenamiento de un total de 40 pozos de resalto con la finalidad de frenar el agua en el tramo que desciende de la sierra. El acueducto, que parece se abandoné entre los siglos III y IV, debido al deterioro provocado por un te- rremoto, fue restaurado en época omeya para abastecer a Medina Avahara. Tal vez en época de Nevin" se construyé el acueducto occidental, cuyo elemento més destacado es un receptéculo, revestido en plomo, hallado en las obras de la estacién de autobuses, que actus como castellum divisorium y piscina limaria*. La conduccién seria desviada por Al-Hakam para abastecer a la Mezquita. A época Flavia pertenece la construccién del Aqua Nova Donticiana, que ha sido vinculada tanto al resultado del enriquecimiento de las élites locales que emplearfan parte del agua para el embellecimiento de sus propias domus*, como a las necesidades de agua en el sector de la ciudad que se habia ido desa- rrollando hacia el este, donde se construyeron el teatro y el nuevo complejo forense al {que pertenece el Templo de la calle Marcelo. Finalmente, a finales del siglo IIL 0 inicios del IV, se construyé el acueducto que abastecié a Cereadilla’” Con respecto a la ciudad de Halica, fue fundada por Escipién el Africano para asen- tar a los soldados heridos en la batalla de Ilipla (206/205 a. C.). Parece que la ciudad obtuvo la municipalizacién en la segunda mitad del siglo I. ©. Ya en el siglo II d. C. los ciudadanos de Italica solicitaron a Adriano que su estatus fuera elevado al rango de co- lonia, pasando entonces a denominarse Colonia Aelia Augusta Italica. La construceién del acueducto se habia llevado a cabo en el siglo I d. C., sin embargo, la ampliacién de la ciudad con la edifieacién de la nova urbs adrianea, hizo necesaria la construccién de tun segundo ramal que captase nuevas fuentes", lo que amplié el trazado del acueducto hasta los 36 km. Las primeras evidencias de la ocupacién de la ensenada de Bolonia (Tarifa) se remon- tan al siglo II a. C., con contextos relacionados con la industria de produccién de sala- zones. En época augustea se produce el arrasamiento de la superficie ocupada por el poblamiento para llevar a cabo nuevas construcciones, aunque parece que fue a partir de la concesién del estatus de municipiun civium romanorun por parte del emperador Claudio a mediados del siglo I d. C., cuando se producirfa la verdadera monumentaliza- cidn de Baelo Claudia. La ciudad, a pesar de que no detents ningtin papel politico- administrativo destacado, lleg6 a contar con un total de tres! acueductos, seguramente debido al eseaso caudal aportado por cada uno de ellos, Tanto el de Punta Paloma como el de Realillo, contaron con pozos de resalto para el control de la velocidad del agua eau- sado por la pendiente del canal*'. Los habitantes de Augusta Urbs Iulia Gaditana parece que recibieron la ciudadanta romana de manos de César en el 49 a. C., adquiriendo o confirmandose el estatus de municipio de derecho romano en época de Augusto®, contexto en el que L. Comelio Balbo el Joven doné a sus conciu nalmente la construccién del acueducto que abastecié a la ciudad de Gades se ha vincu- anos una nueva ciudad de estilo romano. Tradicio- "aia de Lipstesis de construc dl sf del cueducto de Almunécu, partir de SANCHEZ, 2014 lado a la construceién de esta Neapolis"’. Gonstituye, con sus 75 km de trazado, el acue- ducto urbano més largo de Hispania, en el que destacan de manera especial los largos tramos de sifén; entre ellos el sifon de la playa, construido para evitar el estancamiento del agua en un tramo especialmente Hano, y en el que el agua era conducida mediante tuna tuberia a presién hecha de bloques de piedra horadados" También de origen fenicio, Sexi se convirtié a finales del siglo Ill a. C. en eivitas sti- pendiaria, para finalmente recibir el estatuto municipal en la segunda mitad del siglo | a. C. Construido probablemente en el cambio de era o principios del siglo Id. C., el acue- ducto de Ia ciudad presenta como elemento ténico mas destacado, un doble sifon ter- minal que, segtin las descripciones de los autores medievales'* y los calculos hidréulicos realizados, pudo contar con un dispositivo intermedio de expulsion de aire que permitiera resolver los problemas generados por la curva vertical convexa que unfa los dos tramos del sifon* (r16. 6). Por tiltimo, la capital de la Lusitania, Emerita Augusta, fue creada ex novo en el tik timo cuarto del siglo I a. C., siendo probablemente planificados ya desde los primeros momentos gran parte de sus espacios ptiblicos ¢ infraestructuras. Parece que el primero de los acueductos en construirse fue la poco conocida conduceién de Las Abadias*, que posiblemente ya estaba en desuso a finales del siglo I d. C. En época augustea debié de edificarse el Aqua Augusta, a la que en época Flavia se le afadié un nuevo caput aquae, la presa de Gornalvo™. Los tltimos dos acueductos de la ciudad fueron el de San Lazaro © Rabo de Buey, y el de Los Milagros 0 de Proserpina, por tener su eapul aguae en esta presa ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LOS ACUEDUC’ s ‘Como se desprende de esta somera descripeidn de algunos de los acueductos conocidos en Hispania, los romanos tenfan un elevado dominio de la técnica hidréuliea y emplearon complejos recursos para garantizar la llegada del agua a las ciudades. Asf, la investigacién arqueolégica esté demostrando que tanto los sifones inversos (documentados en los acue ductos hispanos de Tarraco, Gades, Toletum, Sexi, Caesaraugusta 0 Segobriga entre otros), cuyo funcionamiento se basa en el principio de los vasos comunicantes, como los pozos de resalto (dacumentados en Baelo Claudia, Corduba 0 Toletum) eran empleados con 18 ARQUITECTURA HHDRAULICAY FORMA URBANA 16. 7 Propuestatipligica de ponos de resto, seg6n BORAL, 2015, p. 165, fig. 15 cierta frecuencia |t16 7), El disefio de estos sistemas, al igual que los complicados estudios de trazado y pendiente®, precisaron del empleo de personal cualifieado, ingenieros, ge- neralmente de origen militar, como parecen confirmar las marcas de cantero de Los Ba- ales haciendo referencia a la Legio IV Macedonica. El resultado eran obras de ingenierfa complejas pero extremadamente funcionales, que en muchos casos estuvieron en fun- cionamiento durante siglos. Hemos hecho referencia aqui a ejemplos extremos como el de Segovia, en uso hasta la Edad Media, y ya en Cordoba, el desvio del acu dental para abastecer a la Mezquita o la rehabilitacién omeya del Aqua Augusta. Sin em- lucto occi- argo, estos no son casos aislados, y son numerosos los acueductos romanos que siguieron parcial o totalmente en funcionamiento a lo largo no solo de la época romana, sino también durante la Antighedad Tardia*! Pero ademis, a lo largo del texto se ha podido ver cémo en muchos casos la construc- cién de los acueductos coincide con un cambio estatutario y la monumentalizacién de la ciudad®, Esta coincidencia temporal entre cambio estatutario, proyecto urbanizador y construccién del primer acueducto de la ciudad, se ha visto por ejemplo en Corduba donde, tras la concesién del derecho romano de ciudadanta por Augusto, la politica des tinada a dotar a la ciudad de las infraestructuras necesarias para su funcionamiento in- cluiria la construceién del Aqua Augusta. Asi, los acueduetos se convertian en una mas de las construcciones «a la romana» susceptibles de ser edificadas en wna ciudad, al igus {que lo fueron los teatros o las termas. A partir de ese momento, el surgimiento de nuevas necesidades (aumento de poblacién, crecimiento de las ciudades, construccién de nuevas infraestructuras 0 simplemente aspectos de tipo ornamental o kidico, como la introduc- ion de juegos de agua para la decoracién de espacios ptiblicos 0 privados), Ilevaron a la construceién de nuevos acueductos, caso de la propia Corduba, 0 de ramales de captacién complementarios, como en Italica En la mayorfa de los casos, la datacién exacta de la construceién de los acueductos ¢s dificil, o incluso imposible de establecer. Esta se determina, en el mejor de los casos, a partir de inscripeiones asociadas a las conducciones, caso por ejemplo del epfgrafe del Aqua Domitiana Augusta de Corduba® (r1G. 8), 0 del hallazgo de materiales bien datados en contextos de construccién de la obra, como la moneda de Trajano en Sego otros casos se establece a partir de otras edificaciones, por ejemplo las termas de La Ca- rrera en Sexi, fechadas en el siglo I d. C., que fueron construidas con posterioridad al venter del sifon terminal del acueducto, pues una de sus salas de adapta a la presencia LOS ACUEDUCTOS URRANOS ENIISPANIA. 19 FIG § Inseripeion del Agus Domitione Augusta, Maven A 16. § Plant de as termas de La Carers en A _qealigicn de Cindobs, Foto Elen I Sincher oper rnésar En on planes dl eter dl sin, A pair Se HURCOS etal 2008p. $29,fig 2 de esta estructura [116 5), Lo que ha Ilevado a fechar la conduccién en el cambio de era © inicios del siglo I d. C. Pero la cronologia de los acueductos también se ha deducido a partir de la datacién de edificios cuya existencia esté ligada al propio acueducto, caso por ejemplo de los edificios termales. Asi, el acueducto del Molino en Baelo Claudia, que por cota solo podia abastecer la parte baja de la ciudad, ha sido relacionado con la eons- truccién de las termas de la Puerta de Gades en el siglo IT d. C. A pesar de la dificultad para establecer fechas de construccién, en el estado actual del conocimiento sobre los acueductos romanos en Hispania, parece que el momento de ‘mayor auge constructivo se produce en época Flavia o inmediatamente después, un hecho «que seguramente se encuentra en relaci6n con el Edieto de Latinidad de Vespasiano, que otorgé el derecho de ciudadanfa latina a todos los habitantes de las provincias hispanas y que supuso la munieipaliza- cién de muchas de las comu- nidades existentes [16. 10) a Aunque, como se ha visto en el breve repaso anterior, para esas fechas eran muchas las ciudades que ya contaban con al menos un acuedueto. eh | | [gitagatda:| 202 2m omtonatn FLAPLIPAPLPITATETEA EL A | tavichane scitay nine, 2016, p. 271, ico | 20 ARQUITECTURA HIDRAULICAY FORMA URBANA El primero del que existe constancia hoy en dia, es del que se construyé en Carthago ‘Nova tras las guerras sertorianas (82-72 a. C.), aunque la mayorfa de los acueductos his- panos se construirfan en los dos siglos siguientes. A partir de entonces, la eonstruccién de nuevas conducciones se irfa espaciando, hasta que por falta de mantenimiento empe- zaron a ser abandonadas™. Por ello resulta especialmente signifieativa la construecién del acueducto de Reccopolis en el tiltimo cuarto del siglo VI, en un momento en el que la préctica totalidad de los acueductos hispanos se encontraban ya en desuso™. LAS FUNCIONES DE LOS ACUEDUCTOS Como se deduce del hecho de que nos estemos refiriendo tinicamente @ acueductos que tenfan como punto terminal una ciudad, por lo general, el agua transportada por ellos fue destinada a los usos mas puramente urbanos. Asi, segtin Vitruvio (De Arch. VIII, 6), tuna ver en la ciudad, el agua de los acueductos debfa suministrar prioritariamente los depésitos y fuentes publicas (ric. 11), de los que la poblacién se abasteceria; en segundo orden de prioridad se encontrarian las termas, y finalmente, previo pago de un impuesto, algunas viviendas particulares. El texto de Frontino sobre los acueductos de Roma aporta sin embargo una mayor variedad de destinos para el agua de los acueductos que abaste- cieron a la Vrbis, Por ejemplo, debido a la mala calidad de sus aguas, el caudal aportado por el Aqua Alsietina (De Agu. 11, 1) era destinado al riego de jardines ya la Naumaquia, y el de Annio Vetus (De Aqu. 92), al riego de huertas. Por su parte, el Aqua Marcia (De Agu. 91, 5) servia entre otros a abastecer algunas fullonticae, los talleres de lavado y tenido de telas; aunque en general estas instalaciones podian utilizar para sus actividades agua caduca (De Aqu. 94, 4), es decir, la sobrante de las fuentes. En el caso de la peninsula Ibérica resulta dificil analizar la conexién de este tipo de talleres artesanales con el sis tema urbano de distribucién, sin embargo en Pompeya son numerosas las fullonicae que se sabe reeibian agua desde el acueducto a través de tuberias de plomo. Es el caso por ejemplo de las ubicadas en la Casa delle Regina d'Tnghilterra (VII 14, 5/17) 0 la de Manus Salarius Crocus (VI 16, 4)°*. Pero también es el caso de otro tipo de instalaciones como las pistrina, panaderfas; como la de Sabinus en Pompeya (VII 12, 13)" o tal ver la de la Casa de los Pajaros de Italica. vuccion ideas de Aqua Augusta] is fuente de Cie L. Cornelius Serg(ia tribu) Sane tape aedi(ilis) Sim cont (duum)vir lacus siliceos paride le epigrsfes AE 1992, 981 = Cll hin, 218 yAL 1992, 980 CHL IRM, 218 efigies aheneas de sua pecunia fecit LOS ACUEDUCTOS URRANOS EN HISPANIA. 21 Pero a pesar de ello, e] agua transportada por los acueductos urbanos no era wtilizada Sinicamente dentro de los limites de la ciudad, Las derivationes extra urhent, es decir los aprovechamientos periurbanos, eran bastantes frecuentes®, no sélo para el uso agricola sino también para el artesanal. Asi, ademas de villae y fundi abastecidos desde tomas de acueductos que pasaban por las inmediaciones, estas derivaciones se realizaron también para instalaciones como la factoria de salazones de El Majuelo en Almuiéear®, donde desemboca un ramal del acuedueto, y probablemente también para el alfar de La Maja en Calagurris®, A pesar de todo lo dicho hasta ahora, hay que tener presente, sin embargo, que no todas las ciudades contaron con un acueducto que garantizase su suministro, y es que en ocasiones no existia una fuente susceptible de ser canalizada hasta el ente urbano, por ejemplo por cuestiones de cota. Asi, son relativamente frecuentes las ciudades que recurrieron a otros sistemas, como las cisternas para el aprovechamiento de agua de Ilu- via en Emporiae* o el gran conjunto karstico de Cueva Romén bajo la ciudad de Clu. nia’. Y es que los acueductos no eran el tinico modo de garantizar el abastecimiento hidrico; el empleo de pozos, cisternas, galerias drenantes y elementos karsticos, se ex- tienden por todo el Mediterraneo romano. Los acueduetos no dejaban por tanto de ser una mas de las opciones posibles, aunque es verdad que eran una opcidn que, junto con otras construcciones como los edificios de espectéculos o las termas, ademés aportaban un plus de romanidad y de prestigio a las ciudades que contaban con ellos entre sus in- fraestructuras. 22° ARQUITECTURA HDRAULICAY FORMA URBANA

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