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Capfruto I La desacralizacién de la monarquia: los rumores y la cafda de los Romanov La monarquia rusa siempre habia basado su poder en la auroridad divina mas que «el derecho divino de los reyes». En su propaganda —y en la men- re de muchos de sus siibdias campesinos— el Zar era mas que un gobernante ordenado por Dios: era un dios en la tierra. La creencia popular de la navurale- za sagrada del Zar sostuvo a la autoridad de la monarqufa hasta que esta creen- cia se derrumbé repentinamente en la tiltima década de su existencia. Dos acon- tecimientos estuvieron en el fondo del derrumbamiento: la masacre del «Domingo Sangriento» en 1905, que conmovié profundamente, sin legar a destruir, la creencia popular en el «Zar benévolo»; y varios rumores de corruy dn sexual y de traicion en la corte que se extendieron por Rusia durante la Pri- mera Guerra Mundial. Como expondremos en este capitulo, estos rumores tuvieron un papel destacado en el dertocamiento de la monarquia rusa. ‘Al menos ésa era la opinién de mucha gence en esos momentos. Basindo- se en los informes de sus agentes en provincias, correspondientes a los p: ros cinco meses de 1917, una encuesta detallada encargada por el Comité ‘Temporal de la Duma llegé a la conelusién de que la propagacidn de ehis rias licenciosas y rumores» sobre Rasputin y la Emperatriz «alemana» habian hecho més que ninguna otra cosa para socavar la creencia de los campesinos en la naruraleza sagrada de la monarquia.' Los mismos Romanov opinaban lo "RGIA,E 1278, op. 10,4. 11, 1.332 (27) mismo Sin duda les vino bien culpar de su catéstrofe a la propagacién de habladurias falsas y maliciosas, pues esto hizo que su caida pareciese innecesa- tia y fuera de control. ‘Los rumores jugaron un papel superior en la Revolucién de Febrero al que la mayoria de los historiadores han reconocido hasta ahora o quizés quicran reconocer, De hecho, éste seguramente sea el caso en todas las revoluciones. Los rumores sirvieron para extender informaci6n (y desinformacién) vital donde no existfan otros medios. Crearon un ambiente y ayudaron a organizar al pucblo (que por lo general crefa lo que queria cree) en Ia calle. Por tanto, habia una tendencia a aumentar esos rumores, por muy falsos que fuesen, para aprove- charse de los temores y prejuicios de la muchedumbre. Los rumores eran capa~ ces de galvanizara la mulcitud para acciones decisivas de las cuales quizds hubie- ran desistido, ;Se hubiera romado la Bastilla sin rumotes —que resultaron ser falsos, pero que no obstante productan temor en el pueblo— de que las aucori- dades la estaban llenando de tropas y municiones para aplastar el levantamien- to de Paris? Historiadores recientes de la Revolucién Francesa han demostrado que los rumores sexuales y la sitira pornogrifica despojaron a la monarquia borbénica de toda su autoridad, La decadencia sexual de la familia real —la incontrolable libido de Marfa Antonieta, la simpotencia» del Rey sirvieron de mexéfora para la degeneracién moral y politica del viejo régimen.* Una pomografia politica similar robé a los Romanov su imagen sagrada y su auroridad. Como porno- grafia, el caso ruso era mucho més insfpido que su homdlogo francés (al pare cer, no habfa representaciones grificas explicitas y can sélo insinuaciones en el texto), un hecho que comenta S. F, Melgunoy en el perfodo posterior a febrero. ‘Sin duda, era el resultado de las rclativamente represivas condiciones de impren- ta que todavia existéan en Rusia, a pesar de la relajacién en las leyes de censura desde 1905 y de las fuertes sanciones que se seguian imponiendo por difamar al Zar No obstante, en los afios previos a 1917 habia un mercado en expan- sién pata las sétiras politica anci-dindstias, en st mayoria con contenido sexual, 2 Yéamie los comentarios del Gran Duque Alejandro Mikhailovich en In obra de A. Masnonas y S. MimonENio, ets. Lifting Pasion, Londres, 1996p. 528. 1 Vans, por ejemplo, obra de CHANTAL THOMAS, +E Hécoine du ctime: Marie Antoinette dans le pamphlews en J-C. Bons ct al, eda, Lat Carmagle de mace Pars, 1988: Lyew Hot, The Fay 1c French Revalution, Berkeley, 1992, ep. pp. 105-106; 5, Soman, Citizens A Chronicle ofthe French Revolucion, Lones, 1989, pp. 203-227. RGA, £1405, op 521, d. 476, 143. [28] y al igual que en Francia, tuvieron consecuencias revolucionarias para la per- cepcidn popular de la monarquia. EL MERCADO PARA LOS RUMORES EI mercado se explotaba de varias maneras. Tiras y rimas pornogréficas cir- culaban de mano en mano. Copias mecanografiadas en casa de historias pican- tes como «Fl santo inquieto y el ladrdn de caballos Grigoriix (escrito en diciembre de 1915) 0 «El santo demonio» (también conocido como el monje lliodor), se reproductan por miles.’ liodor mancenia que Rasputin era el ver- dadero padre del Zarcvich, que en la préctica era el que gobernaba el pais, y gue era el responsable de empezar la guerra, El monje inteneé vender su histo- ria alos alemanes, y se hablé de arrojar copias desde el aire a los soldados en el feente.6 Historias nuevas y mds atrevidas aparecieron después del asesinato de Rasputin: Y se rumored que en su tumba Se ordené plantar un solo licio Y escribir un epitafi. «Aqui yace Un miembro de la familia imperial »” Después de la Revolucién de Febrero, los periddicos publicaban extractos de estos cuentos y versos, cantilenas satiricas y anéedotas. Los editores mas osaclos publicaban documentos, obviamente fasificados, que pretendfan demostrar las avenituras seauales de la Emperatriz con Rasputin o invenciones de sus «relegra- mas traidores*, Los comerciantes callejeros se entiquecieron con la venta de follecos como «Los secretos de los Romanov», «La vida y aventuras de Grigorii Rasputin» y «La Zarina y Rasputin», de los cuales se vendieron entre 25.000 > tid, £ L101. op. 1. 4 1140, 1.9, La Biblioteca Pablica de San Petesburgo tiene uns copia de «The Holy Devil Gindicativo; $4, 106.8.188) En la tapas lee: «Compra por 1 sublo en 1916, ‘© Poltiches Archiv des Auswirgen Arts (Bonn), Der Weithricg, Russland; 104, a.° Ie, R, 20984, |A.2587: 20985, A. 981; R. 20986, A. 3657, 3885; R. 20987, A. 6370. Paden narskegs reahima 7 voli, Levingrado, 1924-1927, vol. 1. p. 40 GIA, £1101, op. 1, € 1140, 1.20, 5 §, BNlsxlcuxow. Sudha imperiton Nikoais If pe ovecenie, pp. 147-148; BA, Raupakih Papers Box I, F, von Maiden, Roman Romnanovich ron Rau, p. 4 [29] y 50.000 ejemplares de cada uno. Incluso existéa una novela shist6rica» sobre el tema que tuvo grandes ventas.’ Y también habia que contar con las postales obscenas —dibuijos de la Zari- zna desnuda yaciendo con Rasputin; los cabarets y citcos, sétiras, obras de rea~ tro y fatsas, con titulos sugestivos como «Las orgfas nocturnas de Rasputin». Esra provocé gran hilaridad entre el ptiblico con sus insinuaciones sexuales (Protopopov: «Rasputin tiene gran talento»; Madame Vyrubova: «Oh, lo sé, un gran talento») en dos sesiones diarias durante casi dos meses de 1917.'' Ak xander Blok, que asistié a una representacién, anoré en su diario el I de juni «Anoche en el pequefio teatro —un especticulo sobre Rasputin y Anna Vyru- bova, Crueldades callejeras. A pesar de la mala interpretacién y la ordinariez, tenia una pizca de verdad. El puiblico (habfa muchos soldados) reia histérica- mente»! ‘Como cabria esperar, la pomnografia politica de 1917 era mucho més atrevida y expansiva que la de afios anteriores. Al fin y al cabo, los miros con los cuales tra- ficaba casi se habfan convertido en parte de la versién oficial de los aconteci- mientos que llevaron al derrocamiento de la monarqufa. Después de la Revolu- cién de Febrero, se repettan en la prensa como ehechos» y hasta cierto punto los crefan gente como Blok, que era miembro de la Comisién Extraordinaria de Investigacién del gobierno provisional del mal hacer de la corte (sobre lo que se volverd mas adelante). Sin embargo, las producciones de 1917 tomaron casi todos sus argumentos e ideas, temas y motivos, de las producciones de afios anteriores. Durante la primavera de 1917, hubo un torrente de promocién de escdn- dalos de Rasputin y la realera licenciosa. Los cines estaban abarrotados de puibli- co devorando peliculas de emociones baratas como Los secretas de fos Romanov, La historia secreia de la bailarina Kshesinskaia, La vergitensa de la Casa de los Romanov y Traidores de Rusia." * S. Komtstysias Say chee (mpentrite kadai Grigori Rapin: Iericbeski: Reman 2 cha abt), Mosc 1917. Cifas de tcada de Knichnaya lamps para 1917 ease Vieira! snen 1917, a9 14, p. 2. "N. Bezeapow, Try 0 dri moins, Leningrado, 1927, p. 38; Ruskaia muzyal aia gozera, 1917, 1 25-26, p 420; A. Sour, «Kulturne strotlstvo ii kulturnaiarzruha?» en Anatomia revolts 1917 god» Resi, San Pevesbury, 1894, p. 403. Obras de eeatro ue Ules y menos populates, a veces nckso Sobre remas totalmene diferentes, compeian con estas fsa introduciendo sescenas con Rasputin expues tax al eérmino de ss actuaciones, "A.A. BLOK, Dneenih, Mosc, 1989, p. 211 % V. Rosonowseata, Rsk binemarorafiav 1917 gs Material iwi, Mosc y Leningrado, 1937, (30) El pablico ruso no estaba acostumbrado al tipo de erotismo barato que se podia encontrar en cualquier cine o teatro de los barrios bajos de Occidente y para la sensibilidad piblica rusa una gran parte parecié pornografia baraca (y sin duda lo era). Hubo varias peticiones para prohibir actuaciones y a veces se pro- ducfan trifuleas en cines y teatros. Los empleados de los locales apelaron al Ministro de Justicia, Alejandro Kerenski, para que emplease mano dura con los «hombres de negocios sin vergtienza» que se aprovechaban de la alegrfa del puc- blo proyectando peliculas, hechas en dos o tres dias, sobre el sucio tema de la monarquia derrocada, Durante 1917 se implancé poco a poco la censura. Se omitieron algunas de las escenas més ofensivas —aunque es interesante sefialar que a menudo eta porque las escenas en cuestién ofendian el cédigo moral y politico, aparte del sexual, Por ejemplo, el Comité Provisional para la Regula- cidn de la Vida Teatral en Moscti ordené a la productora cinematogréfica de 1. G. Libkin que omitiese las escenas de su pelicula Las Fuerzas Ocultas en las cuales Rasputin edaba una leccién de humildad» en los bafios a un grupo de damas de la alta sociedad.!* Este tipo de censura cra una excepcién, Se controlaba poco este medio en 1917. En cualquier caso, hubiera sido imposible censurar mds que una pequefta parte de todas las producciones de este tipo en la prensa, los cines y los teattos en toda Rusia, En 1917 ya se habia desarrollado una cultura callejera independiente que estaba demasiado excendida para controlarla. Los proveedo- res se jactaban de saber la verdad acerca de la corte y esto dio al pueblo, que les crefa, una sensacién auténtica de poder —manifestada, de forma carnavalesca, con la burla y difamacién de la monarquia. ‘Tema 1: LA CORRUPCION MORAL Las historias de corrupcién sexual en la corte servian como metéfora para la condicién enfermiza del régimen de los Romanov. A la Zarina, igual que a Marfa Antonieta, se le acusé de engafiar a su marido. Se decia en Los secretes de a Casa de los Romancv que ella habia «cometido tal libertinaje», que «eclipsaba a los mds depravados libertinos fraspurnitov i rasputnits —juegos de palabras p57. Laprensaconternporinea proporciona un esbozo de as proyeciones inematogréfcs relevantes, Vea. se Zauncit, «Grshka ma chranes, Vemimaia non, 1917, 1.2 2, p. 1. “ Prockior, 1917, 42 7-8, p. 120.9 9-10, p. Mi ne 13-14, pp. 7-8; m2 17-18, pd Bu) con Rasputin) en a historia de la humanidad.»'* Se propusieron los nombres de vatios amantes —desde Orlov a Sablin— y a veces se dejaba tienda suelea a Ja imaginacién: En el dormitorio del Zar, nuestra pequefia oscura flor Ha abierto sus pétalos del placer. En la torre del Zar, nuestra pequefia Alejandra Ha sido desplumada por coda la Guardia." Por supucsto, lo més frecuente era decir que la Zarina era la querida de Ras- putin, Los rumores sobre la aventura se extendicron por toda la sociedad. Pre- ocupaban especialmente a los censores militares, que temian los efectos sobre la moral de la tropa, y en los cines militares se prohibia proyectar cualquier peli- ccula que pudiese dar lugar a comencatios obscenos sobre la separacion del Zar de su familiz, Cuando se proyectaba la pelicula de Nicolés concediéndose la Cruz de San Jorge, a veces se ofan comentarios en la oscuridad: «El estd con Jor- ge —yella esté con Grigorii.»!” Tras el ascsinato de Rasputin, un soldado le dijo a su oficial: «[..] el campesino [Rasputin] estuvo bien hasta que lleg6 esa vieja, y claro, la Zarina es tan s6lo una mujer, y lo necesitaba porque su matido esta- ba en el frente.!® Pero no era solamente el pueblo Hano el que crefa los rumores. La poetisa Zinaida Gippius también estaba convencida, tal y como escribié en su diario el 24 de noviembre de 1915: «Grisha gobierna y se sale con la suya con las damas de compaiia... Y con Fedorovna [la Emperatti], como de costumbre.»"” ‘Al igual que en la Francia prertevolucionatia, la alta sociedad descontenta creia y extendia los sumores. A. N. Mandel'shtam, un oficial del Ministerio de Asun- tos Exteriores, asegur6 disponer de informacién «que prucba una aventura entre Ja Emperatriz y un “conscjero espiritual”». Sus colegas ni dudaron, ni proresca~ 1on2 Cuando el historiador S. P, Mel'gunov comparecié ance los censores para '5 Taina doma Romanovykk: fvortki Nikolaia I [oyp. 1), Peeograde, 1917, p16. © Tipach, OUT. 1s pL VV. Suun'crs, Dn, Leningrato, 1926, p. 108. ibid, p. 108: DB, Ose, Zapih praponhchiea, Most, 1931, pp. 81-82, °9 OR RNB, € 481, op. 14.1 62. Esa rate se omits en las versiones publica cel diario de Gippiss 2 GN. Masianovstan, Zap: le ior rete smesinopeltichehogo redeasua, 1914-1920 88 kn 1 Avgust [914olaiabe’ 191733 Mose, 1993, p A8. (32) pedir permiso para publicar fragmentos del folleto de Hliodor, «El sanco diablo, se encontré a los burdcratas con uniforme de gala deleitindose como colegiales de mente soer. con los cuentas obscenos sobre la Emperatriz y Rasputin.”! Después de la Revolucion de Febrero, este tema se convirtié en el favorito de la floreciente prensa amarilla, Se repicié canto la historia de la aventura de Ras- putin con la Emperatriz. que llegé a tener la categoria de una verdad aceprada. Hasta Blok se sorprendid de que no fuese cierta cuando interrogé a cortesanos en la Comisidn Extraordinatia de Investigacién. El 8 de junio, Blok esctibié en su diario, «al final resulta que él no vivia ni con la Emperatriz, ni con Vyrubo- vav.2? Anna Vyrubova —dama de compafifa de la Emperatriz y una fiel segui- dora de Rasputin— cra una participante asidua de las «orgias» que se decia se celebraban entre los tres (y més), aunque en 1917 la Comisién Extraordinaria de Investigacién certificé la virginidad de esta ingenua y obtusa solterona. En algunas versiones, Vyrubova cra la querida de Nicolis, mientras la Emperatriz se les vefa con Rasputin, y esto también lo creyé mucha gente —incluso en circu- los de la incclectualidad. Blok, presente en los interrogatorios de la Comisién Extraordinaria a Vyrubova, escribié en su diario: «Se consideraba cristiana orto- doxa y lo ctefa firmemente. Qué combinacidn tan interesante si, como dicen, dormia con Nicolés.»?3 El efecto politico de todos estos esedndalos fue milleiple. Los rumores sir- vieron para empafiar la imagen de la corte, para desacralizar a la monarquia y privarla de todas sus pretensiones de autoridad divina, asf como del respeto de sus ciudadanos. La risa y la burla le quitaron el poder al Zar; y esto se simboli- 16 con su impotencia sexual, la cual, segtin los chismes, habia llevado a la Zari- na a los brazos de Rasputin, Un hombre que ni gobernaba nit satisfacia a su mujer no se podia tomar cn serio como zar. "SR Mevousow Vapominanie + daeeniki, Pais, 1964, vyp. 1, pp. 201,214 2 Buon, Dnerni p. 213, Evidentemente, Blok no habia considerde filsos a la fuerza los cumores sobre una avensura ene la Emporis ye shombve santos. ® OR IRLI, f 654, op. 5, 4. 6, L 10; L, ZiDANow, Nikola’ «Romenans pent war’ Inoriherkic nabroi Vtrogtade, 1917, p. 9%: G. BG. G. Peers), V ntadel! rack’ revolt Zapisi omendanaa “auvichstogo Doors, 27 fvrlia. 23 mares 1917 4) Yesogsado, 1917, p. 10%: S. B Mr'cunow, Sade inpertora Nikolai Ip. 130. 3] ‘Teac 2: Quin copizena Rusta? La pérdida de la hombria estaba latente en la pregunta ;Quién gobierna Rusia? —el segundo tema principal de esta pornografia politica. Se rumorea- ba que la Emperatriz era la auréntica soberana del pafs: «El Zar reina pero la Zarina gobiernav. Ver que el Zar relegaba poder en su mujer ofendfa la acti- tud patriarcal (por no decir miségina) de los campesinos y de los guardianes de la tradicién. El poder del Zar se debilitaba porque se estaba volviendo femenino. La creencia de que la Zarina era la verdadera soberana del pais era casi uni- versal. Incluso el embajador briténico, George Buchanan, declaré en un despa- cho a Londres, el 5 de febrero de 1917, que ella de hecho controlabs el pals. La extendida creencia de que a Alejandra le gustaba compararse con Catalina la Grande sirvié de pretexto para sétiras como ésta: Ay, cuinios planes he hecho Para ser la nueva «Catalina Y cudnto tiempo he deseado lamar a Petrogrado Hesse ** Una vex mencionada Catalina, sélo hubo un paso para llegar a la conclusion de que Alejandra, al igual que su predecesora alemana, estaba preparando un golpe en palacio para proclamarse regente y para promocionar a los alemanes en su corte. Mucha gente creyé este rumor, al venit de una dama cercana a B. V. Seiirmer, Presidente del Consejo de Miniscros. Se decfa que Alejandra nombra- ria a Sttirmer «Primer Ministro de Su Alteza Real.” Segiin algunos rumores de la prensa amarilla, Alejandra incluso planeaba asesinar a su marido. Se suponfa que intentaba promover una «revolucién con la ayuda de las bayonetas alemanas». Los campesinos decfan sin rodeos que Nicolis habia ingresado en un monastetio, que al pais lo gobernaba la «mujer 2G, Buchanan, My Mision 0 Rusia and Other Diplomatic Memeir, 2 vols, Londres, 1823, vol. 2 p56. Chao teper’poct Nikolai Romane i ego Ke Kier, 1917, p. 1 % ALT, Srimpowtent, Vlheia voi ifralikaia relied, 914-1917 gg, Nueva Yor 1960, ka. 2 1-106; M. Pattooe, Tania Rela nakanune relives, Mose, 1991, pp. 208-208, 228, Bal alemana» con su amante Rasputin y que el Zar chabfa dado a Grishke las escri- turas del reino».2” A Rasputin se le consideraba la fuerza oculta detrds del gobierno. El era el «Canciller del Imperio Ruso», el «rey sin corona», «Gregorio Primero». lliodor le llamaba el Zar ruso extraoficial y patriarca». Por supuesto que Rasputin, al presumir constantemente de su influencia en la corte, ayudaba a difundir estos rumores.”* Segiin la oposicién liberal, la circulacién de tales rumores en la prensa popu- lar socavé la autoridad del monarca entre las clases bajas de la sociedad.” Pero los rumores parecfan confirmarse con el testimonio de oficiales y dignatarios en puestos altos, generales y politicos, lo cual les otorgaba ctedibilidad en la men- te popular, Por ejemplo, en noviembre de 1915, el Ministro de la Guerra, A.A. Polivanoy, declaré en ptiblico que Rasputin «gobernaba Rusia». En 1917, la Comisién Extraordinaria de Investigacién tuvo més pruebas de este extendi- do convencimienco en el gobierno cuando M. 8. Komissaroy, el General de Pol cia informé que Rasputin «era el Canciller». El General 1-G. Erdeli cité al General Diakov en una carta particular de noviembre de 1916: «Veo que Rusia pereceré, todo se mueve hacia el colapso y la ruina. La oposicién alemana jue- ga su papel... No hay nada sorprendente en todos estos males, puesto que Grishka Rasputin gobierna el pais» Ademés, la oposicién revolucionaria explotaba la imagen de Rasputin como soberano secreto del pats y esto también ororgaba amplio crédito a los rumores.! S. Ksusnsscy, Seiarichor, pp. 25, 159; S. lwo, Pade dni Niklas IF (Ofiesil nyedola rents asskazy ochevidts), Petrograd, 1917, p. 24k Muxmatrovsen, Zapiis ka, 1, Argus 1914-oriar™ 1917 5, p.148. 2, BurpanaLoy, Viens nurie revolt: vtene © Rtrgrade, Mosc, 1967, p. 67s Is TRU- now, Teng dom Remanowyith, Mosc, 1917, p. 135: Kazn’ Grshi Rnpurina, Perogrado, 1917, p Intooon (S. TRUFWOY), Seen cher aapiki» Reprzine, Mosai, 1917, p. 94:5. OLDENBURG, Tantee ani mpenctora Nile H, Sar Petednurgo, 1991, pp. 577-579, ® Burzhuastia nakamune fora iotrerliuti, ed. B. B, Grave, Mose, 1927, p. A. * A. Iastontoy, «Perry god voiny (ial 1914 1915 g): Zaps, zameki, maeraly i voxpomia- yrshego pomskchnikauprasiahchego delami Soveta Miniov en la obra de R. Sut. Gast y M F Fuonmvsia, eds, Rese prable: Ineritordokymental ny alinanchh San Petersburg, 1996, ko. 7. 326: PE, Swewscotry,«Pidenietsatshogorevhimar Stengrafch.otchety i pokazanii, dannye v 1917 gn Is obra de BE, Suctinaourv, ed Clrezietine edavenne’ hemi. Vromensogo prvtelies, Leningeado, 1925, 3, p. 166. 5 Cita en Mat’ ousov Saba impentont Nitolae Hp. 148. V1. Less, Ponee sbranie ehinen, Sed, Mosed, 1958-1965, vl. 31, pp. 12,297: VV. Lavstun, Klaudacheneanaia shin’ Mosley? Pree pda v 1917 gody Mosc, 983, p88. [35] Fuesen cuales fuesen sus cfedenciales, todos estos rumores tuvieron un cfec- to revolucionario. La autoridad de! Zar como soberano divino y omnipotente se vio completamente socavada por la creencia popular de que la Emperatriz y Ras- pucin gobemaban en su lugar. A la ver que las simplificaban y las hacian més foscas, las habladurias convertian estas historias en «hechos». Se decia que Nico- lis era un edegenerado», «un alcohdlico como su padre», yun stitere en manos del corrupt campesino, Raspurin y su propia ambiciosa esposa alemanar."* Entre los soldados campesinos en particular, se crefa de manera generalizada que su: mujer, que le engafiaba con el easqueroso Grigori», habia engaiado y explo- tado al Zar y que 4 no se enteraba de nada. En 1916, un soldado en el frente cscribié: «Nuestro padre el Zar no puede guiarse por la luz de este mundo, pues- to aute no tiene ojos; se los sacaron los lemanes y taparon sus cuencas con gafas dscuras» (adjunto a la carta habla un retraro del Zar con los ojos tachados).> En todas estas versiones populares, Nicolis era débil de voluntad ¢ impotente. Se habia wdegradado», segin un follero de gran distribucion de 1917, val rendir pasivamente su trono a Rasputin —y no tan sélo dl trono, sino también su mujer». Estaba tan «aterrorizado por su shombruna mujer» que, sega. un folle- tinista de grandes éxitos, cuando ellaaparecia en el despacho del Zar, él —y no exa- geo — saltaba lteralmente debajo de su mesa para esconderse de ella. Se rumo- reaba que los exranjeros y criminalesrenfan al wpequeiio Nicos sin voluntad bajo su controls; segin algunas versiones mas audaces, vatiborrado de drogas».% Sin embargo, ta tale clima de opinin en ls Glkimos meses de la dinastia —cvando todo se rumoteaba y nada se sabfa— que incluso se creyé lo mismo en los cfrculos mis altos, En un despacho al Ministerio de Exreriores, fechado el 30 de abril, el ‘embajador briténico dio como cierto un rumor que habia escuchado de Felix Yusu- pov y el Gran Duque Dimitry Pavlovich, que sostenfa que Raspusin dominaba al Zar con la ayuda de drogis. Lord Hardinge, Ministro Adjunto de Exteriores en Londtes, seialé que el informe era Tiny ergo deor i Grice Raspuin, Masi 1917, p12; uopon, Siay p93 3 Taimy tesa dear i Gris Rasputin pp. 4,5. © blots de lo Universidad de Cambridge, Divsién de Manusrtos, Paples Harding, Sir George Buchanan a Lord Hardinge vol. 31 pe 214% vok 33, p. 249. [36] Una vez més, su «falta de hombrfa» y su lastimosa cesién del poder a su mujer fue lo que miné la imagen del Zar y dispuso el animo del pucblo en visperas de la Revolucién de Febrero. La patética figura de Nicolés no corres- pondia ni al ideal patriarcal de la propaganda oficial, ni al de la mente de los campesinos. Esto sirvié de gran alivio al pueblo, incicéndole a la burla y a la isa. Los soldados campesinos se refan del «calzonazos de Nicolés a quien le puesto los cuernos el campesino Grigoriis. El médico castrense (y fatu- +0 escritor sovitico) D. A. Furmanov anoté en su diario en 1917 que la acti- tud de los campesinos hacia el Zar era casi siempre de «burla», basindose en su ereencia de que él era un alcohélico, que estaba controlado por su «malva- da mujer alemana» y que era impotente para evitar que ella y Rasputin hicie- sen lo que quisicsen... «Su concepto bdsico del Zar era el de un simplén, un hombre siempre borracho e infeliz, atrapado en las redes, engafiado ¢ intimi- 8 dado por su mujer» Resulta irdnico que sc burlasen de Nicolés por no reflejar la imagen que tenian los campesinos del «auténtico Zar, porque él mismo proyects esta ima- gona través de su propaganda durante los iilkimos attos de la dinastfa.”” No era el Zar patriarcal tradicionalmente esperado y venerado. Fue paradéjico que ¢l Zar fuese victima del antimonarquismo de los campesinos de esta manera, dado ‘que en sf era una expresién «mondrquica» de los ideales de los campesinos. Esta amentalidad monérquica» podia coexistir con el antimonarquismo entre los campesinos, como veremos con més detalle en el capitulo V. Tema 3: La rratcion La traici6n era el tercer tema imporcante de estos rumores y quizés la clave para unificar a todas las fuerzas de oposicién a la monarquia. La idea de traicién cen las altas esferas, que empezé en 1915, con el Asunto Miasoedov y con la Gran Retirada, gané fuerza en 1916, al extenderse los rumores acerca de la exis- tencia de un «Bloque Negro» en la corte, que se decfa buscaba por su cuenta la paz con Berlin. Estas especulaciones se vieron alimentadas por el gran néimero © TLV. Kurmasovann, Nezveinyé Furmana novo, 1996, pp. 51; 100, % Vesse 0. Fis, A Peoples Tragedy: The Rassian Revtuion, 1891-1924, Landes, 1996, pp. 1-24. 4 Miasoedow un oficial em ef Minierio de Guerra de Sukhomlinow fue despedido, jusgado y ejecuts- do, acusido de espionae. No exsten prucbas que demucscren su culpzbiidad, 137] de nombres alemanes en la corte, especialmente por el ascenso de Stiirmer al puesto de virtual «dictador» del gobierno y por los conocidos sentimiencos en contra de la guerra de Rasputin, Pero ola mujer alemana» estaba en el centro de estos rumores. Se dijo que ella era una espfa alemana, que informaba al Kaiser de los planes militares de su marido y que «se alegra cuando nuestros soldados mueren y llora cuando se mata al enemigo».*' En algunas versiones mds salva- jes de estas historias, Bismarck habfa concertado el matrimonio de la Zarina para que ella actuase como espia alemana.® Rumores como éstos circulaban por todo el frente —a menudo en versiones mucho més toscas— y se cteaban enormes problemas de disciplina. A juzgar por sus cartas, los desmoralizados soldados y oficiales estaban dispuestos a creer que la [Emperatriz no hablaba ni una palabra de ruso; que tanto la Gran Duquesa Marfa Pavlovna (la mayor) como la bailarina (y querida del Zat) Mathilde Kshesinskaya pasaban secreros milicares a los alemanes; que los alemanes habfan pagado a St ‘mer para que matase de hambre al pueblo ruso; que el Conde Fredericks, el Minis- tro de la Corte Imperial, habia acordado vender la mitad occidental de Rusia al enemigo; y que Rasputin era un agente alemdn.** También eran sospechosos de traicién los que tuvieran la desgracia de compartir el nombre de Rasputin. L. Ras- putin, artillero del 80.° Regimienco Siberiano, pidié cambiar su apellido por este motivo: «No se flan de mien una situacién bélica,» esctibié al Comicé Temporal de la Duma, el 21 de marzo de 1917. «Mis compafieros no se fian de mi ni para vigilar las crincheras, ni para observar los movimientos del enemigo.»* Nadie descubrié jamés prueba alguna de que Rasputin colaborase con los servicios secretos alemanes, Samuel Hoare, jefe de la inteligencia militar en Pecrogrado, llevé a cabo una investigacién especial para descubrir las conexio- ines entre Rasputin y el encmigo, pero no encontré pruebas.“* No obstance, cn 4 RGIA. £1405, op. $21, d. 476, L106. 21 Kovwi Bont’, risa i Rapusin, Detogrado, 1917, pp. 5-6. © en la corte. Entrevistas a los Romanov y a los cortesanos descon- tentos aumentaban Ia ctedibilidad de estas teorias. «Me he preguntado en nume- 46 OR RNB, £481, op 1, de Ie 55. Este texto, que se coleed en column inverts, no aparecé en Ia edcidn publicada dal ditio. Comparese E. N. Gav1ies, Siriaia kniga: Peerbursii dnevn, 1914-1918, grado, 1929, p. 38, SPARAN, £162, op. 3, d. 168, 1.58. «Zaplt 2a 17 marca, K istorii posednikh daci tsarcogocezhima (1916-1917 gg)», Kiang arin, 1926, c.1 (14, p 246 ‘© Smainovicn, Veliaie vin feral revolinia, Nueva York, 1960, kn. 2. pp. 47,485 fi Pde ie tuaraago rehina, «1, p30. B91 rosas ocasiones si la Emperactiz es cOmplice del Kaiser Guillermo», confess el Gran Duque Kirill Vladimirovich a un periodista, «y en cada ocasién he pro- curado alejar este horrible pensamiento de mi mente. Por otra parte, existia el rumor en la alta sociedad, que también fue recogido por la prensa, de que la Emperatriz era responsable de la muerte de Lord Kitchener: se dijo que infor- 1mé a los alemanes de la ruta que seguiréa su barca, cuando éste fue hundido en mayo de 1916 (es posible que Rasputin fuese la fuente de este rumor, al escan- dalizar a los comensales en una cena con su opinién de que la muerte de Kitche- ner era una bendicién, puesto que podria haber perjudicado a Rusia). Inclu- so se aseguré en la prensa que existfa una emisora de radio y telégrafo secreta en Tharskoe Sclo que la Emperatriz utilizaba para pasar informacién a Alemai Offciales de contraespionaje hicieron varios intentos de localizar la emisora en el palacio, pero siempre les paraba cl comandance de guardia. Por supuesto que no habia ningiin aparato de radio. Pero el mito gozaba de tanta fuerza que durante muchos afos posteriores a la revolucién, cuando el palacio era un ‘museo; los visitantes pedian verlo.” La conviccidn de la elite politica rusa de que existia traicién en la corte, le- 26 a diplomticos extranjeros —y a través de ellos a los gobiernos extranjeros. El embajador briténico, George Buchanan conocfa de sobra las «simpatias pro- alemanas» de la corte. En noviembre de 1916, se quejé al Presidente de la Duma, M. V, Rodzianko, de que le resultaba di la corte y express su opinién de que «Alemania esté utilizando a Alejandra Fedorovna pata disponer al Zar contra los aliados».®° Sin embargo, en otros ambientes opinaba que la Emperatriz era «el instrumento involuntario de Ale- mania»! El parlamentario inglés, Mayor David Davies, que visité Petrogrado en enero de 1917, escribié en su informe al Rey briténico y su gabinete: «A la Zarina se le considera, con o sin raz6n, un agente del gobierno alemdn.» Reco- mend6 que se hiciese todo lo posible para persuadirla a salir del pais hasta el fin de la guerra.® Rumores similares —de planes de los aliados para raptar a la i conseguir una audiencia en © Spmapewien, Via von ifonalia neoluee, pp. 92.106, 169. © A.MWE Knox, Wit te Rssan Arm, Lone, 1921, vol 1, p. 577; Biblioteca de la Universidad de CColunbia, Archivo Bakhmate Papeles Raupakh, Box 1, E. vor’ Mavsptt, Ronan Remanovich von Raw ‘pas, p40; Tauranov, Tiny dom Romance pp. $3, 128-131; Met'cunov, Sudha imperttra Niko aia, pp. 68, 69, 146147. >» Kiso peli Gn tarkogo esha (1916-1917 gg), Kaun ain 1926, 6.1 (14) pp. 3 Bocas, My Minion o Rusia, vol 2, p. 56 5 Trinity College, Cambridge, Biblioteca Ween, Papeles Layton, Box 28-14, Conferencia Aliada en 246, [40] Zarina y mandarla al exilio— circulaban entte la alta sociedad rusa. Se decia que no se hablaba de otra cosa en los salones de moda, en el cuartel general del cjército y en los regimientos de guardias.® Fl rumor se extendié por todo el mundo aliado. Lord Bertie, el embajador briténico en Paris, escribié sobre la Zasina inmediatamente después de la Revolucién de Febrero: «La Emperattiz es teurona no solamente de nacimicnto, sino de senrimiento, Hizo todo lo que pedo para lograr un acuerdo con Alemania, Se la considera una ctiminal o una lunética criminal y al antiguo Emperador un criminal por su debilidad y su sumisién ante las incitaciones de ella.» El impacto de estos rumores en la moral del ejército ruso cra la primera pre- ocupacién de los gobiernos aliados. Las sefiales no eran alentadoras. Los solda- dos decfan que era indtil luchar mientras la corte estuviera del lado del enemi- g0. Folletos de propaganda alemana, tirados desde aviones a los soldados en el frente, reforzaban este mensaje con una ilustracién del Kaiser apoyado por el pueblo alemin, micncras que el Zar descansaba apoyado en las partes privadas de Rasputin.» Entre los soldados estaba muy extendida la idea de que la Empe- ratriz desvelaba secretos militares a los alemanes; que recenfa morteros, comida ¥ suministros médicos para el ejército; que Ilevé al pais al borde de la inanicion or exportar pan ruso clandestinamente a Alemania, En su imaginacidn, la Emperattia era Ia patrona de una enorme opetacién de contrabando. Se decia que habia procurado la libertad de todos los prisioneros de guerra alemanes, los habia mandado a casa y que una vez en Alemania, habjan vuelto a filas>® Los esogrdo,eneo febrero, 1917. afm sabe la misén a Rusia por el Mayor David Davee pp. 13. Davies aad: No cabe dud de que al ener Lipps at com de los plans de operaionen Como restado nose pede manne en set ninguna 0 see informa constancemente de cualquier movimiento de informacin sei y esto hay que tener sempre presente en cualquier ncpczcién conf mando raw. % Stan, Dp 1 V. N. Vout, nari be ria Vsponinaniapoednagodvrtongy fomendantsgodarie impotent Nikola I, Mosc, 1995, pp. \G6-167; A. F. Kenna, The Kony Memoirs Rusia and Hits Taming Poi, Landes, 1965, pp. 147,150, 159, 160, Biblioweea dela Univenidad de Cambridge, Papeles Handing. Lond Bene a Lord Harding, vo. 31, po 165; 2 K-K: 2voxanty, ’” Los oficiales mismos se estaban volviendo igual de hostiles hacia la corte, a la que culpaban de los reveses en el frente. Muchos empezaban a hablar abier- tamente de polftica, reclamando un gobierno mas patristic. Un informe espe- cial de los censores militares, en las primeras semanas de 1917, sefialé que la mayoria de los oficiales atribuian el mal rendimiento del ejército a las acciones de «los cSmplices alemaneso en la corte. Muchos de ellos condenaban a la Zari- nna por agente alemdn —y no disimulaban sus sentimientos delante de la tropa. Un oficial de la inteligencia naval eseribié en su diario, en enero de 1917: «Ale- jandra Fedorovna es la que gobierna el pats. Se dice que tiene claras simpatias alemanas. ;Canallas! ;Qué hacen con la madre pattia?n** Incluso algunos de los oficiales con més rango estaban conyencidos de la traicién de la Zatina, Cuando visitaba el Cuartel General, se tomaban medidas especiales para ocultatle todos los documentos militares; a pesar de e30 se deca que después de cada visita, el ejército ruso suftfa una derrora. El General Ale- xeev mantenfa que la Zarina tenfa un mapa secrevo indicando la localizacién de Keay arbi, 1927, © 6 25). pS; P.G. Kuen, Gib" inperatsbei Rast, Mosc, 1991, p. 2434 Tiare Iria arma v pried rico sciny iret! revoliasi,pp. 190-152. Vemirny jomer, 1917, n° 12, ps Us J.Y€. Love, Fram Privilege to Dispasexed: The Vlex Grea, 1860-1917, Lineclny Londres, 1988, p. 229 Koc, The Vlga Germans in Rasa and the Americas, Universicy Park, Pensivaniay Londres, 1977, p. 240. © Burabuasiia nahananc fendibei relat, p. 783 Tarsheia armita v period mirvolreiny i foalikot revo, pp. 150-151, 152; Bayeraches Hauptsatarchiv (Minich), Abt IV: Kregsarchs. 2 Boy Land Divs Dand 5, Akt 9, 11,A. Wiuwast, The End ofthe Resign Imperial Army: The Old Army and te Soldier” Revol (Mar-April 1917) Princeon, 1980, pp. 110-115. '¥ .Olsiabrkaiarevolitsiav Baltiskom flote (Iz deena LI. Rengarcena)», Kray aris, 1927.6 (25), p. 34, [42] las fuerzas rusas, aunque solamente deber‘an existir dos copias del mapa —una ‘en manos del Zar y la otra en las suyas. Por el mismo motivo, el General Bru- silov se negé a contestar preguncas de la Zarina acerca de las horas de los ata- ques. Un alto comandante de la guardia dijo (ya en 1915) que la guerra no se podria ganar Por otra parte, las clases bajas daban su propio nombre ¢ interpretacién a tales ideas, como vere- mos en el capitulo VI. El término «fuerzas ocultas», utilizado cada vez més en la alta sociedad, era normal desde hacfa décadas en los circulos revolucionarios. Se podia utilizar de varias maneras en. diferentes secrores de la sociedad. Para algunos, significaba un grupito de erasputinitas» en la corte. Para otros, inclula toda la dinastfa. Por tanto, la retérica y las acciones en contra de las «fuerzas ocultas» podian adoptar vatios colores politicos —antimondrquicos, antisemi- tas, antialemanes y antiburgueses— al mismo tiempo. IN. D, Zinsvannov), Verpominantia variant ober-prokurone Se. Sinadalniasia ND. Zhetooa, Mosc, 1993, t 1, septiembre, 191$-marzo, 1917, pp. 184, 207,240, 246-253 y psi 7 Buanziatov, Voie resi rvllusia, p67; V. A. Maman, Negroni deubh epoth Madsid, 1963, pp. 131, 20. Comptese esto con las delaraciones de un dependiente en junio de 1915: «Nuestro soberano esa conto como na vaca —le rodean solamente judlosyalemanes, que son sus funcionatios y gobemnadoress(RGIA, £1405, 0p. 521d. 476,11). ™ Vease, por ejemplo, Tiny sarshoelihog door, Peogrado, 1917, p. M4; TRLPNON; Taity oma Pomanoryth, pp. 23, 24 RGIA, £1405, op. 521, d. 476,11. [47] EL IMPACTO REVOLUCIONARIO DE LOS RUMORES Los rumores cuvieron un papel vital en ka Revolucién de Febrero (aunque «se papel se haya olvidado desde entonces). La gente crefa lo que oia, no lo que leta, ¢ interpretaba lo leldo en términos de lo ofdo. Los rumores ayudaron a jorganizar diversos segmentos de la sociedad —a unitles contra la monarquia, considerada corrupta y craicionera— y en el proceso, dividieron al gobierno, Actuaron como un conducto importance de informacién para el pucblo Hlano, Establecieron cl «énimo revolucionario». sEL lado del pueblo» se definia y decidia sus acciones en respuesta a los rumores de la calle. Historias de «fuerzas ocultas» —comerciantes especulado- tes, alemanes y judfos, funcionatios corruptos— que conspiraban para benefi- (parafraseando a Carlyle), el ‘nuevo gobierno tendrfa las mismas dificultades para imponer su autoridad poli- fica en condiciones relajadas, propicias para el debate piblico, después de febre- ro de 1917. © Columbia Univesity, Archivo Bakhvatef,Paples Raupakh, Box 1, p. 40 (st)

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