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Se registrarían exportaciones por 26.075 millones de dólares contra los 31.162 que se
generaron en el 2008
Las exportaciones peruanas cerrarían el presente año en US$ 26.075 millones, lo que
representaría una contracción de 16.3% respecto del año pasado, cuando
ascendieron a US$ 31.162 millones, reveló un análisis del Instituto de Economía y
Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima
Más específicamente, precisó que el efecto precio que conlleva los términos de
intercambio fue significativamente negativo por la caída del precio de nuestras
exportaciones, al punto que estos se redujeron en 21,4% durante el cuarto trimestre
del año pasado.
Cabe anotar que las cifras de la balanza comercial peruana han registrado montos
cada vez menores, especialmente en los tres últimos trimestres del 2008, luego que la
caída de las exportaciones y el incremento de las importaciones cerraran la brecha
superavitaria que tenía a su favor, al punto que durante el último trimestre del año
pasado se obtuvo un déficit comercial de US$ 149.5 millones.
Según el mismo análisis, durante el cuarto trimestre del año pasado, los montos
exportados de productos tradicionales alcanzaron los US$ 4.555 millones, cifra que
representó una reducción de 24,1%, donde los sectores ‘minero’ (–26,0%) y ‘petróleo
y derivados’ (–41,8%) fueron los que tuvieron el menor dinamismo y que juntos
explican el 62% de nuestras exportaciones totales.
A pesar de ese incremento, el análisis reveló que en diciembre del 2008 se reflejó una
mayor caída en ciertos sectores no tradicionales, como el sidero-metalúrgico y joyería
que alcanzó ventas por US$ 35 millones (–58,5%); en tanto que las exportaciones
textiles sumaron US$ 162 millones (–24,4%), las del sector pesquero US$ 38 millones
(–15,3%) y las del sector agropecuario US$ 165 millones (–13,4%).
3. Contexto Internacional
Durante el año 2008, la crisis financiera global, iniciada con el deterioro de las
condiciones en el mercado inmobiliario subprime de Estados Unidos, se acentuó
significativamente, en especial a partir del mes de septiembre con la quiebra del
banco de inversión Lehman Brothers. La agudización de la crisis, que ha devenido
en el episodio más grave desde la Gran Depresión de 1930 se reflejó no sólo en
la estrechez de los mercados de dinero y crédito, sino que viene siendo
acompañada por una grave desaceleración económica, que superó largamente
las expectativas del mercado y está golpeando tanto a las economías
desarrolladas como a las naciones en desarrollo. En este contexto, las presiones
inflacionarias mundiales que se habían registrado en la primera mitad del año, en
gran medida asociadas al alza en los precios de los alimentos y petróleo,
comenzaron a ceder ante la fuerte reducción de la demanda mundial y la
consiguiente caída en el precio de los principales commodities.
A poco más de año y medio de iniciada la crisis subprime, los acontecimientos de los
últimos meses del 2008, fundamentalmente en septiembre, terminaron por redefinir el
panorama financiero estadounidense y las perspectivas económicas futuras de todo el
mundo. La crisis se ha intensificado y esparcido a la economía real, siendo los países
desarrollados los primeros afectados. EE.UU., Japón, el Reino Unido y la Eurozona ya se
encuentran oficialmente en recesión (el primero desde diciembre del 2007, según el NBER)
y presentaron sus mayores contracciones en el cuarto trimestre del año: -6.2%, -12.7%,
-1.5% y -1.5%, respectivamente.
Por su parte, aunque con algo de retraso, las economías emergentes también han sentido
el shock, sobre todo en Asia, donde la enorme reducción del comercio internacional
experimentada en los últimos meses del 2008 tuvo un devastador impacto en el PBI de
octubre-diciembre de Corea del Sur (-23%), Singapur (-17%) e inclusive China, que no
creció en dicho periodo.
De esta forma, septiembre, mes de la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers,
marcó un punto de quiebre en la economía mundial y cambió dramáticamente el
escenario y los problemas a enfrentar: atrás quedaron las preocupaciones por el alza de
los precios del petróleo, los alimentos y las presiones inflacionarias en general. Ahora lo
que preocupa es que se desarrolle un fuerte proceso deflacionario (mucho más peligroso
que la propia inflación) que, además, viene siendo uno de los canales de transmisión de la
crisis hacia países productores de materias primas como el Perú, pues está afectando el
precio internacional de los commodities que exportan.
De acuerdo con cifras del Banco Mundial, durante el verano boreal (junio-
septiembre) los precios de la energía subieron un 80% en relación al mismo
periodo del 2007, mientras que los de los productos básicos -sin considerar la
energía-aumentaron un 35%. En este sentido, se observa que casi todo el
incremento en los precios de los productos básicos -energía excluida- en el año
2008 provino de los cereales (+60%), grasas y aceites (+34%) y fertilizantes
(+140%).
En el año 2008 las exportaciones sumaron US$ 31 529 millones, monto que
representó un aumento de 13,1 por ciento respecto de 2007, y se explica por
aumento de precios (5,1 puntos porcentuales) y volumen (8,0 puntos
porcentuales). El incremento del volumen de las exportaciones tradicionales
fue de 6,9 por ciento, mientras que el de las no tradicionales fue de 12,5 por
ciento. En el grupo de los productos exportados tradicionales, se elevaron los
volúmenes exportados de harina de pescado, café, cobre, zinc y oro. Mientras
que en el caso de las exportaciones no tradicionales, subieron las ventas de
productos agropecuarios, pesqueros, textiles y químicos.
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