You are on page 1of 16
RINALDO ALBERTO POGGI “ENTRE MALONES Y COMICIOS” LAS ELECCIONES DEL 31 DE MARZO DE 1872 EN AZUL FUNDACION NUESTRA HISTORIA CUADERNOS N° 9 Este trabajo fue originalmente bado por el VII Congreso de de la provincia de Buenos Aires, organizado por el Archivo «Doctor Ricardo Levene” de La Plata. Con ulteriores apores que han permitido ampliar- 1, se da ala imprenta, BUENOS AIRES, JUNIO DE 2001 ares s6lo tienen las funciones de tales y..en caso de que entrasen en la politica de los rior, el poder ejecutivo haria sentir su ia falta de cumplimiento de los deberes que les estin impuestos». (1) Quien asi se expresaba en el recinto de la Cémara de Diputados de Ja Nacién era el Ministro de Guerra del Presidente Sarmiento, el Cnel Martin de Gainza, y lo hacia respondiendo a una pregunta inesperada y hasta un tanto ins6lita del diputado Rawson, si se tiene en cuenta que fue formulada mientras se debatia la aprobacién del presupuesto de esa car- tera para 1872. Laadvertencia ministerial, sin embargo, parecia més que oportuna ya que se avecinaban elecciones. La provincia de Buenos Aires debia tlegir diputados nacionales el 1° de enero de 1872y senadores y diputa- dos provinciales el 31 de marzo, y una vez integrado el Cuerpo Legisla- tivo, proceder a la designacién de reemplazante del gobernador Emilio Castro, cuyo mandato fenecia El fiustrado episodio electoral a que voy areferirme no constituye ‘un hecho aislado sino ‘més en la larga cadena de fraudes elec- torales de una época sombria de nuestro desenvolvimiento civico. Refiriéndose a las que, en sendos trabaj ciones de diputados nacionales y de legisladores provinciales en febrero y marzo de 1864, respectivamente, escribié: «En esta edad de oro del fraude, impuesto por la fuerza © 1a artimafa, ta intimidacién antes del acto comicial, el escén- dalo y la violencia durante su desarrollo, Del escamoteo de la voluntad popular, surgfan las representaciones detentadas por pequefios nicleos de profesionales de la politica, divididos mas ‘que en partidos, en circulos o banderias sin orientacién doctrinaria tiros, pedradas y botellazos que los sufragantes. «Los Jueces de Paz y los Comandantes de la Guardia Nacional, de la tropa de linea o de la frontera, ganaban las elec- ciones actuando como agentes electorales del oficialismo y cuan- do habia oposicién y peligraba el triunfo, el facén del gaucho en Ja campaila y el revélver del compadrito orillero en la ciudad, precursores del matén de comité, decidfan la victoria “Todos los que aspiraban a algo en la vida pilblica te- njan forzosamente que pasar por el bochorno del comicio san- _ptiento 0 simulado; nadie se avergonzaba del pecado original, el ‘acto electoral fraudulento era el mal necesario para ser ungido y hhabia que pasar por é como se sufte una enfermedad epidémicay @ Aun pasados afios de estos episodios, los personajes a que vamos aaludir, ya entonces hacian gala de sus habilidades electoralistas: el Gral. Gelly y Obes como Ministro de la Guerra habia comprometido a los comandantes de campafia, como los entonces coroneles Rivas y Macha- do entre otros, y los cargos hechos por la prensa eran reales (). ‘Al hacer Ia convocatoria para las elecciones del 31 de marzo de 1872 y conunicar a los jueces de paz el decteto correspondiente, el Mi- nistro de Gobiemo, Antonio Malaver, recordé una vez més: «..e1 Gobiemo mira como un deber suyo, que cumple con todo rigor, la més completa abstencién en las elecciones populares; y laexige de sus subordinados que ejercen autoridad en las diver- sas localidades; porque no seria serio ni eficaz, que él proclama- se su abstencién, mientras sus agentes que tienen inmediato y directo contacto con el Pueblo, adoptasen un partido cualquiera, ¥¥ se pusiesen a su servicio. ‘Las autoridades subaltemas se encuentran comprometidas @ segundar estos propésitos del Gobiemo, que tienen por objeto el cumplimiento de un deber sagrado; cual es el de respetar y hacer respetar la libertad de sufragio, sobre que reposa la verdad de las instituciones en un pais democritico (5) Advertencia no precisamente innecesaria dada la experiencia ad- ‘quitida en el transcurso de los aflos, maxime cuando los partidos politi- 0s procuraban a todo trance, afirmar su predominio o readquirilo, Elnmitrismo, con apoyos militares de larga data, no pierde la opor- ‘tnidad de utilizarlos en esta contienda que estimaba decisiva, Para ello, el Gral. Gelly y Obes hard valer su influencia sobre el Jefe de la frontera Sur y Costa Sur de la provincia, Gral. Ignacio Rivas, agente del mitrismo en todo el sur bonaerense y el 5 de octubre de 1871, a escasos diez dias de Ia piiblica advertencia del ministro Gainza, escribia «No séi abr llegado a su conocimiento que para Enero proxi- mo se deben elegir seis diputados Nacional ipcién, y como no podrén vot Je pido a nombre de todos los amigos haga inscribir cuantos més pueda. No entro en mas explicaciones para hacer ver laimpres- cindible necesidad que tenemos para no dejamnos at Jos que estamos por no necesitar Vd. de conocimi Dos meses después y préximas ya las elecciones, Gelly y Obes se ve en la necesidad de precaver divisiones dentro de las filas del Partido Nacionalista del Azul, procurando neutralizar algunas reacciones que suscitaba la figura del Jefe de Frontera y en tal sentido escribe: «Na. tiene en ésa gente que no le es afeeta, lo que no me expli- co y por consiguiente, me asombra «Desde ya imagino qué clase de gente ha de ser esa y sin embar- ‘0, forzo(so) es no pugnar contra ella presentemente. s «Para su inteligencia, sepa que los tales (duefios de la inscrip- cidn segiin se dice) apoyan nuestra lista. Sin conocimiento ni ‘més antecedente, soy de opinién de que V. no debe dar la cara de frente para no despertar antagonismo. «Esto lo que yo pienso (sic) en vista de lo que se me dice y también, porque a su altura y puesto, conviene rodeario del pres~ tigio de la circunspecciém». 7) Desde meses atrés Gainza y Rivas venian preparando activamente Ja expedicién que, supuestamente, en cumplimiento de la ley N° 215 levaria la frontera con 1os indios hasta el Rio Negro, aunque no se curm- plirfan todos los otros requisitos fijados en el texto de la ley. Esta expedicién debia llevarse a cabo en marzo de 1872, cuando ‘mprevistamente, al finalizar diciembre, Rivas encuentra inconvenientes insuperables para realizarla. Provienen no del enemigo a enfrentar sino de la naturaleza del desierto, frios crudos e intensos, temporales de nieve de tres, cuatro 0 cin ‘maontes cubiertos de espinas que destruyen y aniquilan hasta los caballos de los indios. De ahi que Rivas estime ahora, ‘que octubre seria el mes ideal ya que la estacién y la misma naturaleza brindarian el marco adecuado. 8) A la argumentacién esgrimida por Rivas, opuso Gainza las opi- niones de jefes experimentados como Emilio Mitre y José M. Amredondo, que entendian que el otofio era la estacién més propicia para realizar la Al Ministro «de result6 sensible» y «le entristecen 1a decision de méxime a iltimo momento, cuando todo parecia estar para iniciar la empresa. La respuesta de Rivas, prodiga en argumen- , no es convincente ni se apoya en razones valederas, frente a las otras opiniones. Durante més de un mes después de la negativa de Rivas, el Minis- ‘ro continué refiriéndose a larealizacién del proyecto y s6lo tardiamente la revolucién en Corrientes, proporcionaré el pretexto oportuno para el nuncio oficial de la postergacién. ©) En carta privada, Gainza expresard su sentir, a Luis Maria Cam- pos: «..Soy el blanco de intrigas mezquinas. Tengo todos los ele- ‘mentos para llevar a cabo la gran aspiracién sobre los indios, pero como se comprende que levada a témino feliz (como no tengo In menor duda) daria un gran crédito al Gobiemo, hacen todo lo posible para que no se lleve a cabo tan grandioso pensa- miento, Tal vez lo consigan, y en tal caso (reservado) dejaré el Ministerio, ««Lo dejaré con el iinico sentimiento de separarme de Vd. y de como Vd. son mis verdaderos y leales compatieros de «El Comandante Arias diré a Vd. quienes son los miserables que Ponen en juego mezquindades sin importarles’un bledo el bien En definitive, ni Gainza ni atin el mismo Sarmiento se impusieron al subordinado. Bien avanzado el mes de enero de 1872, realizadas ya las eleccio- nes nacionales, comienzan a moverse nuevamente los partidos politicos para imponer sus respectivas candidaturas para las eleeciones provincia~ Tes, Candidato a gobernador por el mitrismo era el Dr. Eduardo Costa y el Partido Autonomista propiciaba la candidatura del Dr. Mariano ‘Acosta El decreto del 15 de febrero del gobiemo provincial convocaba para el domingo 31 de marzo para elegir senadores y representantes para reemplazar a los salientes, El partido de Azul correspondia a la 12a. seccién conjuntamente con los de Dolores, Pil, Saladillo, Ajé, Monsalvo, Mar Chiquita, Loberia, Vecino, Tandil, Tapalqué, Las Arenales, Balcarce, Necochea, Tres Arroyos, Rauch, Casteli, Juarez y Gral. Alvear. Por esta seccién debian elegirse un senador en sustitucién de D. Francisco B. Madero y dos representantes semplazo de D. José M, Jurado y otro para lenar la vacante que existia por haberse aceptado Ja remuncia de D. Alejandro Leloit. 1) La seccién electoral 13a. abarcaba Bahia Blanca y la I4a. a Patagones. La primera estaba incluida en la jurisdiccion militar del 7 ‘general Rivas, la segunda no, pero, en cambio, Hegabs hasta ella su in- fluencia politica. EI Gral, Gelly y Obes vuelve a la carga y escribe a Rivas: «Aunque algo tarde nos hallamos sin embargo en plena campaiia, electoral sosteniendo para Gobernador de la Provincia al Dr. Costa Eduardo. Por el momento s6lo puedo darle este aviso para que To comunique a todos los amigos con la rapidez del rayo, pidién- doles organicen desde ya sus trabajos en este sentido con toda actividad y sin omitir sacrificio ninguno para obtener buen resul- tado. En toda la entrante semana nos dirigiremos a todos envién- doles cuanto es necesario para que se impongan nuestros traba- jos y propésitos. «...Sus amigos todos confiamos en su empeiio..». (12) El tono se toma patetico en la siguiente carta: «...Vd. me dice que todas las autoridades nos son hostiles y me reprocha el que no hayamos previsto este mal, recomendando para ocupar esos puestos a gente nuestra, «Nosotros hemos hecho lo que humanamente se nos puede exigir. «Si (Ios) recomendados no an sido electos, debe atribuirse a la dificil posici6n en que estébamos colocados con los poderes Nacional y Provincial. «En todo es necesario trabajar con empetio y con fe, ESTA ES LUCHA DE VIDA O MUERTE PARA NOSOTROS, ASI ES QUE DEBEMOS PONER EN JUEGO NUESTRA INFLUEN- CIA Y NUESTROS AMIGOS, PARA QUE TODOS ESOS ELEMENTOS REUNIDOS DEN EL TRIUNFO AL CANDI- DATO DE NUESTRAS ASPIRACIONES. «El Coronel Morales que esa en estos dias; con él das conducentes al mejor éxito de nuestra campaiia electoral Morales lleva fondos para que hagan frente a los gastos que se originen. «Nuestros trabajos avanzan cada dia més, en todas partes tene- ‘mos hombres patriotas que se unen, ¢instalan centros electorales cencargindose de dirigir este gran movimiento de la opinién ha- cia el punto objetivo de nuestros esfuerzos. «Respecto a los nombramientos que me indica, haremos cuanto sea necesario para que ellos recaigan en personas de nuestra con- fianzay Y agrega como postdata: «Respecto de los nuevos nombramientos con el amigo que va, puede arreglar todo. «13) Empefiados en la lucha calificada como de «vida o muerte», todas las influencias y apoyos son considerados validos y todos los aconteci- mientos electoralmente redituables y oportunos. De ahi que, tras lograr el triunfo sobre Calfucurd en San Carlos, el 8 de marzo, Rivas recibiera dos nuevas cartas de Gelly y Obes: 4 .Este suceso debe serle (muy?) favorable para los trabajos elec- torales y como uno no es ciego debe sacar mucho partido de la suerte que le ha proporcionado Calfucuran. (1) En la segunda carta posterior a San Carlos, Gelly y Obes, tras ha- agar al jefe vencedor por la victoria «ands seria e importante de lo que se ha creido» con «resultado que no hay otro igual en los anales de las invasiones y de los combates con los indiosn, crea motivos de suspicacia cen Rivas contra el Ministro y trata de disuadirlo de la realizacién de la expedicién a Salinas Grandes de que se hablaba tras la victoria sobre Calfucurd. «Por sile dan los elementos que ha pedido y por si pone en ejecucién lo qu permitame le exponga que no me parece hha meditado bi e dice. «Creo que no con: la sorpresa y para ocupar definitiva- mente el punto que indica, los preparativos en elementos y me- dios combinados deben ser muy serios y puestos en manos de gente que sepa lo que tiene que hacer perseverantemente (sic) para no estar expuesta la expedicién a fracasar. «Medite esto para que jams haya que culparle por lo que puede 9 ‘ocurrr en perjuicio de la empresa. « Respecto del asunto del dia, ¢ 105 luchando con empefio incansable porque la resistencia es tanta y ademés estaban tan adelantados nuestros adversarios que muy dificil ha sido desba- Tatar esos trabajos sin perjuicio, mucho se ha hecho y ya vere- ‘mos, En lo que nos llevan mucha ventaja es en su audacia para no retroceder fa ni por nada, Son Jos crudos del 64 en cuerpo y alma. Como la victoria obtenida en San Carlos fue incompleta, pues a nacional y provincial hasta su muerte, segrin lo hemos probado (1 acepté la propuesta del Ministro de expedicionar a Salinas Gran peditindola a la recepeién de 2000 caballos. A este respecto cabe sefialar: 1°- Rivas acepta realizar la expedi- cién pero, en la segunda quincena de abril. Las elecciones en el Azul tenian fecha 31 de marzo y 2°- realizaria la expedicién en la época que tres meses antes habia considerado como absolutamente inadecuada. No hemos encontrado las respuestas de Rivas a su interlocutor peto, es evidente a través de la correspondencia de Gelly y Obes que acepté y se dispuso a realizar «los trabajos electorales» encomendados ppor el mitrismo. Ademas, las notas de los jefes subordinados a Rivas ponen en evi- dencia que éste no trabajaba solo. ‘Asi pues, el Cnel. Murga que en nota del 25 de marzo, tras hacer referencia a la victoria de San Carlos, alas tratativas de paz con Calfucurd y a los preparativos para la supuesta expedicién de abril, destiza un pé~ rrafo de interés: «He visto, con la mayor satisfaccién que los trabajos electorales andan muy bien. En Patagones los tenemos seguros y aqui espe- ro estar en buen camino». (17) Si damos fe al testimonio de un vecino de Bahia Blanca, el Cnel. ‘Murga puso su mayor empefio en seguir las directivas electorales de su superior jerérquico: «El Chel. Murga rompiendo los compromisos y las declara- ciones verbales que allien Buenos Aires did a varias personas de conservarse neutral, se desenmascaré, no omitiendo hoy medio alguno por reprobado ¢ ilegal que sea para conseguir prosélitos. ‘A unos los amenaza con hacerlos soldados de linea, a ot ponerlos en servicio activo, y finalmente separindos ‘juega aqui, por el rango que representa, busca pueblo bajo, arengandolos en los bailes de candi propésito, para que lo sigan en su propaganda. E131 de marzo fecha seftalada para la realizacién del comicio, el Juez de Paz del Azul, Rafael Guedes Carballo comunicé al Ministro de Gobierno que dicho acto no se habia realizado porque: «..Reunidos en Ia plaza poco antes de las 9, los dos grupos electo- rales, cuando el que firma iba a dar principio a recibir los votos para instalar la mesa, se presentd el Sr. Coronel Don Nicolés Ocampo y diti- giéndose al grupo de vecinos que formaban uno de los bandos le dirigié palabras ofensivas las que a las 9 y 10 minutos fueron reproducidas en el fondo por el St. Comandante General de fronteras Coronel Mayor Don Ignacio Rivas. El haber instalado la mesa con esos antecedentes seria colocar una masa moral de vecinos pacificos ¢ indefensos frente a frente de una legién militar pues no era otro el cardcter que represent6 en el Azul, St, Ministro, el partido electoral presidido por los Sres. General Rivas y Coronel Ocampos.» (19) Arenglén seguido, el Juez de Paz solicité la instruccién del suma- rio correspondiente para justificar su proceder en la emergencia. Por su parte, nicipal, Federico J idiendo con el Juez de Paz, el Procurador Mu- cia, escribia ese mismo dia: «alas mueve de la mafiana en momentos en que se formaba la ‘mesa, se presents el jefe dela frontera coronel Ocampo insultan- do alos sostenedores de la candidatura Acosta y tratindonos de mashorqueros (sic), siendo este secundado en su prédica inmo- ral, por el general Rivas, quienes insultaban igualmente a todos; se particulariz6 con D. Celestino Mutioz, jefe de la G.N. apostrofindolo de una manera poco digna del cardcter oficial que inviste. «Un gran conflicto se debié producir en vista esta escandalosa como inmoral conducta, por lo que el Juez de Paz suspendié la eleccién para evitar desgracias como lo manifesté en pibli- £0...» @0) ‘Agroga que habian traido guardias nacionales de La Blanca para hacerlos votar y se afirmaba también, que el contingente licenciado de ‘Azall fue retenido los dias 28 - 29 y 30 de marzo en un deposito del Sr. Belgrano, a dos cuadras de la plaza, con el mismo fin. Algo similar acontecié en Tandil, donde estando los ciudadanos esperando el inicio del acto electoral, «..han sido sorprendidos por un grupo de individuos spostados ‘en la puerta del juzgado. dispuesto a disputar el paso a todo aquel gue se disponia a ejercitar su derecho a efecto de practicar la ‘mesa escrutadora. «Tal proceder no ha podido reconocer otra causa que la de que el Coronel Machado, de acuerdo con el Juez de Paz, asi lo habjan ispuesto de antemano con el fin de salir irosos en la eleccion, ‘que ellos prohijan; y es tanto més extrafio este procedimiento cuanto que él tuvo lugar a las 8Y% de la mafiana...» @ En el orden provincial, al tomar conocimiento de los hechos de ‘unciados por el Juez de Paz, el Gobemador Castro designé para di ‘genciar el sumario al Sub-Inspector de Milicias provinciales, Cnel Maria Morales, precisamente -y Obes cnviara a Rivas para proveerlo de fondos electorales y brindarle infor- ‘macién complementari. Laresolucién del gobemador disponia, ademas, que se remitieran, previamente, copias autorizadas a ambas cimaras legislativas para que pudieran tenerla en cuenta al ocuparse de las elecciones y también se diera cuenta al gobiemo nacional (2 ‘nel. Morales, cité al Juez de P: De la Jectura del sumario realizado por el Cnel. Morales, a mi Juicio, surge: 1° que existia en Azul ctio enfientamiento entre autonomistas cién a los primeros del Juez de Paz y del Jefe de la GN. del lugar, asi como, el General Rivas y el Cnel. Ocampo rilitaban, como hemos visto, en el mitrismo. 2° que antes de iniciar el comico, el Cnel. Ocampo, segundo jefe de la Frontera Sur, de uniforme, en la plaza, frente al atrio donde debia después por el Gral. Rivas 3° que esti probado que, a iniciativa del Juez. de Paz, se habia formado antes del comicio, una comisién mixta de alealdes y tenientes de ambos partidos que tenia por misién determinar qué ciudadanos era los que legalmente podrian votar en Azul (2). De la labor de la comisién salié la acusacién de que entre los ««costistas» habia un nimero de ciudadanos que no pertenecian al partido de Azul y guardias nacionales movilizados que de ninguna manera po- dian votat. 26) 4° que de esta constatacién parte lareaccién airada y soez de Rivas contra Celestino Musloz y esa reaccién obré como detonante para dar pie al Juez de Paz para no iniciar el comicio. En sus conclusiones, al elevar el sumario al Ministro de Gobiemo, el Cnel, Morales manifiesta que consideraba al Juez de Paz «demasiado timorato o muy parcial si es que ambas cosas no han influido en su éni- ‘mon, que «no hubo amenazas, si ben podian estar iritadas las personas B aludidas por los Estima también que puede considerarse parcial al Juez de Paz por su filiacién politica y por su firma en la proclama impresa en favor del Dr. Acosta pero, no menciona la presencia de guardias nacionales movi- lizados o falsamente licenciados por Rivas, para que pudieran votar por el Dr. Costay finaliza: endo en estos casos, sino imposible, por lo menos dificil idad del Juez de az, en razén de la pasién con que siempre se hacen las declara- cones y por otra parte, la ley de elecciones ninguna pena esta- blece para esta clase de faltas que sean cometidas por estos fun cionarios; soy de Opinién que el Juez de Paz.de Azul don Rafael G. Carballo, debe ser amonestado seriamente, por haber defrau- dado de votar alos vecinos habiles que para ello tiene esa locali- dad y pueda asi corregirse para otra vez que tenga que desempe- ‘ar ese deber, al que ha faltado sin poderoso y justificado moti- Yo» 28) En cuanto a la ingerencia de Rivas y Ocampo que surge de lo actuado, considerd el sumariante que el Gobernador juzgaria si el suma- rio debia ser remitido al Gobiemo Nacional De este modo se cierra dicho sumario, sin que se hubiere adoptado resolucién alguna por parte del gobiemo provincial. Como hemos dicho, copia legalizada de la nota del Juez de Paz del Azul fue girada por el Gobiemo de la Provincia al Ministerio de Guerra de Ta Nacién que, con un ambiguo «a sus efectos», la remitié al Gral. Rivas. En lo que se esperaba fuera su descargo, Rivas se limita a negar la veracidad de la denuncia del Juez. de Paz, para arremeter contra éste en Jos siguientes términos: «...Olvidando sus deberes aquel mal fincionario, desde un prin- cipio asumié un rol activo en la lucha, Contrariando las disposi- ciones gubemativas, oprimiendo y violentando ta opini que es més, sin respeto alguno por la ley, no tuvo la ms ligera hsitaci6n en exhibirse en todos os trabajos electorales de aquel distrito formando parte de uno de comités. «Comprometido como estaba en Ta lucha siguié la pendiente res- baladiza y peligrosa.a que su imprevisién fo habia arrastrado; pues no era Sr. propia de un funcionario recto o cireunspecto cuanto menos, protestar con antelacién el triunfo de un bando politico, cuando en Ia lucha era él el designado por la Ley para presi el ejerccio libre del suftagion a, En cuanto a su presencia y la del Cnel. Ocampo con soldados en el acto eleccionario, Rivas no dice una palabra. Es decir, lo que debié ser su descargo se convirtié en un ataque al Juez de Paz. En sintess, el acusado se habia transformado en acusador. La denuncia remitida a Gainza, debi6 ser cabeza de un sumario para deslindar responsabilidades, méxime con un ministro que distribuia con suma facilidad sumarios a granel, aunque en muchos casos, el fiscal ‘sumariante regresaba a su sede informando que no habia materia suficiente ppara iniciarlo, qued6 en el legajo personal de Rivas. Agréguese a esto que el ministro no ignoraba los manejos electora- les de Rivas, Apenas dos dias después de las elecciones provinciales, Gainza cescribié al Gral. Arredondo: «con el Comandante Martinez le escribi y lo repito ahora para darle algunas noticias que legaron ya tarde porque porel telégrafo hhice que el Jefe le comunicase el espléndido triunfo del pueblo contra don Bartolo que es el verdadero significado de Ia eleccién. entre Costa y Acosta. «No han parado en medios. Anoche ha llegado el cadaver del Co- ronel Elia muerto en Las Flores QUE FUE MANDADO EXPRE- SAMENTE PARA QUE DESHICIESE LAS ELECCIONES ROMPIENDO MESAS, etc, et¢.» 60. En su respuesta Arredondo escribié: “ya he visto que Don Bartolo yy sucirculo por mas que han dirigido el bajel a todos rumbos en la tormenta electoral que ha pasado, han sido descubiertos con ban- dera falsa y patente sucia, y no obstante eso; vencidos en la fucha por sus opositores, sin que esos habiles pilotos hayan podido arri- 15 bar a Costa, No siempre ls vientos son propicios, y por fuerte que sea el buque, por hébil que sea el marino, no es dado sujetar el huracén. “Como seré entonces cuando la nave es de cartén y el quela guia, en procelosas y contrarias corrientes, una mano que tiembla, al sentir que se le escapa la fortuna! “Jamas abrigué duda, de que triunfarian en Bs. Aires los oposito- 1s del circulo del Gral. Mitre, No hay poder humano que deshaga Ia obra del tiempo. Alli, como aca en las Provincias, el pueblo por instinto, més que por inteligencia, se emancipa del pasado y quie- bra los viejos idolos, porque conocen que son fals0s. “Hoy, ya no es como ayer: a opinién piblica ha adelantado, y los ‘que hace poco Ia dirigian, extravidndola, porque la sobrepasaban, se han quedado atrés, y en vano se esfuerzan en contener su mar- cha, ella prosigue y aténitos ellos. “Dejémoslos, pues, descansar, sin temor de apariciones, y volva- ‘mos entre los vivos a ocupamos del presente” 6. En el mismo dia y casi en los mismmos términos el Ministro coment6 al Cnel, Roca, por entonces jefe de la Frontera Sur de Cérdoba, la derrota de “Don Bartolomé y Obes”. En su respuesta, Roca se congratula y agrees una escueta aunque significativa frase: «Una candidatura menos para las préximas elecciones» €2 En la nutrida correspondencia personal entre Gainza y Rivas no he encontrado referencia alguna a la elecciones del 31 de marzo. En cambio, se mencionan reiteradamente los preparativos para la expedicién a Salinas Grandes, que debia completar la victoria de San Carlos del 8 de marzo y que, como otras tantas veces, no se levé a cabo. Asimismo, esta correspondencia refleja Ia gran preocupacién de Rivas porla acusacién formulada porel Juez de Paz de 9 de Julio, respecto 4el robo de 3000 yeguas de ese partido por parte de los indios de Catrict, ‘que formaban el grueso del ejército de Rivas. Segin le diria Gainza, la acusacién se formulé con “el propésito indigno de hacer responsable a Va a3) 16 ew | EL COMITE DEPARTAMENTAL DEL AZUL A SU VECINDARIO Casi simultineamente, iniciadas las sesiones preparatorias de am- bas cémaras provinciales, se pusieron a consideracién de sus miembros los despachos de las Comisiones de Peticiones respectivas sobre las eleccio- nes del 31 de marzo, en la ciudad y 1a campatta bonaerense. El Senado aprobé la eleccin realizada en la 12a. Seccién electoral cde campatia, por la que resulté electo Francisco B. Madero. La Comisién consider necesario suprimir del escrutinio de esta seccién el partido de Tandil, en el que aparecian més de 1200 votos. Una de las protestas recibidas hacia patente que era materialmente imposible aproximarse a ese nimero de votos, puesto que no habia tiempo material para inscribirlos en el transcurso de la jomnada electoral islativa intentaron repetir la ope- racién en més de una oportunidad y probaron que en el término de seis hhoras que duraba el comicio era imposible que una persona pudierainscri- bir mil doscientos y tantos votos. El diputado informante afirmé: «..aqui esté el fraude y el fraude debemos condenatlo in totum, o hhacer la separacién del nimero de votos que aparezca demés y en esta disyuntiva hemos creido que no sabiendo con precisién cual sel mimero exacto, hemos creido que la verdad es que debemos anular estos Registros» (4. Con respecto al partido del Azul, se afirmé -obviamente- que no se hhabian presentado Registros y, jo, un acta «...que tiende a probar Ja razén por la cual no ha habido eleccién» 35, Con estas consideraciones y atento a los resultados de los demas partidos de esa seccién electoral, se proclamé electo al Sr. Madero. En la 13a, seccién (Bahia Blanca), aparecia: «1 Juez de Paz formando una mesa y en otra aparece una protesta ‘con igual nimero de votantes formando también mesa en una casa particular y diciendo que no queriendo perder ef derecho que tic- nen para manifestar su voluntad, lo haven de este modo para evitar resultados fatales» 66. Se observaba, ademas, que debiéndose llevar dos registros de una misma eleccién, aparecian remitidos, en un misma carpeta, los dos regis- ‘ros, pero hechos ambos por la misma letra y 1a misma mano, como lo ictamin6 el taquigrafo en su condicién de caligrafo. ‘También result6 anulada la eleccién en la 14a, seccién (Patagones), ppero el diputado informante no hizo referencia particular a ella ‘Antes de finalizar esta sesion preparatoria, e! diputado Saenz Peiia hizo algunas reflexiones que es de! caso destacar: «...Sefior: el Senado que por la Constitucién es el Juez tinico de la validez de las elecciones deberia conservar siempre ese caricter de juez imparcial para las deliberaciones que no tienen otro resorte {que el fallo de su mayoria y he visto con gusto que uno de los sefiores Senadores que ha tomado parte en esta discusion se siente como impedido para entrar al fondo de la idea que se controvierte por elrol que ba asumido; y esto nos indica, setior Presidente, que para obtener las ventajas que se deben en las deliberaciones de la ‘Camara debemos tratar de conservamios en la imparcialidad de los Jueves en estos actos. ‘Todas esas dificultades que sentimos, sefior Presidente, para re- solver con arreglo a los principios de justicia absoluta lo relativo a la aprobacién 0 rechazo de ek que estamos regidos, para ls ignifica que una Provincia esté tegida por judad y que el resto de ella esté bajo la accién de «Significa que no tenemos ningiin género de gerantias en las elec- ciones que se practican y esto lo que debe ensefiamos es que debe- ‘mos hacer un compromiso para que no pase el afio legislativo sin reformar el sistema de elecciones que es una vergilenza para la Provincia de Buenos «Sefior: En la campat s son los que tienen las funciones en estos casos? {Cuales son las garantias? Ningunas: All el fraude puede elevarse hasta su més alta expresién y asi lo hemos visto en efecto...» 6. En cuanto ala Camara de Diputados, aprobé la eleccién practicada, ‘por la que resultaban electos los ciudadanos José Maria Jurado y Cecilio 19 Jacobé en la 12a. seccidn, aconsejando la Comisién de Peticiones que se remitieran los antecedentes relativos a los partidos de Azul y Tandil a la ‘autoridad judicial correspondiente a efectos de obtener el castigo de los delitos que de ellos resultasen. Al darpor electos alos ciudadanos antes mencionados, la Comisi6n consideré que no habia necesidad de entrar a discutr si debian considerar- se 0 no los registros pertenecientes a los partidos de Azul, Juirez y Mar Chiquita que no concurrieron al escrutinio definitivo, «...Suponiendo -agregaba- que la eleccién practicada en el Azul y Tandil fuese valida y que se tomasen en consideracién esos re- istros, siempre obtendrian una mayoria los dos ciudadanos cuya cleceién ha proclamado la Comisién de Peticiones» 6 En la siguiente sesion (25 de abril), se aprobé la eleccién practicada enla 14a, seccién de campaiia, resultando clecto el ciudadano Teofilo Lanuz. En cambio, se anulé la eleccién realizada en la seccién I3a, remi- tiéndose los antecedentes relativos a ésta para que se instruyera la corres pondine ssumaria para averignacién y castigo de los abusos que resultaren. la ‘Como en el caso de la eleccién de senador, en Bahia Blanca se for- ‘maron dos mesas, una por el Juez de Paz del partido y otra por el Procura- dor Municipal, dando resultados diametralmente distintos. Al votarse el articulo 6° del proyecto de decreto presentado por Ia Comisién de Peticiones, que se referia a la remisién de los antecedentes relativos alas clecciones observadas 0 anuladas, el diputado Sundblad ha- fa notar: «Yo creo, sefior, que si se tratara de una eleccién nacional, ‘staria perféctamente este articulo en el cuerpo del proyecto que se ha sancionado, pero refiriéndose a una eleccién provincial la Jey nada prevé en este caso, y con arreglo a laley no puede hacerse eso. «Yo preguntaria al Sr. Diputado: (Qué va a hacer el PE. después de remitirle estos antecedentes? Mandaré levantar la su- ‘aria informacién para ver si ha habido fraude en la eleccién de ‘Chacabuco y Bahia Blanca. Si ha habido, prevé la ley este caso? {Tiene alguna pena el que comete fraude en las elecciones? No la tiene, en cuyo caso debe suprimirse este articulo por ser inti «Por consiguiente yo he de votar en contra de este articu- Jo; porque ni en aquellos partidos durante la eleccién se han come- tido fraudes o hechos criminales, ni corresponde al PEE. Ia averi- ‘guacion de esos hechos, siendo de la competencia de los tribuna- les de justicia, Votando este articulo creo que seria mejor dejar establecidos malisimos antecedentes, porque serfa aprobar un ar- ticulo que esta en contra de las disposiciones de Ia ley» (9. En definitiva, a mocién del diputado Aleobendas se introdujo una frase: «por conducto del Poder Ejecutivo para que proceda como corres- ponda», Finalmente, iniciado el periodo legislativo, la asamblea procedié a clegir gobemador de la provincia. La eleccién recayé en Mariano Acosta, que obtuvo 58 votos, contra uno de Eduardo Costa y otro de O. Garrigés 40. Enel orden castrense, en definitiva, nada acontecié en relacién con Ja denuncia formalizada por el Juez de Paz de Azul y girada al Ministerio de Guerra por el gobemador provincial. La denuncia y el descargo - por amarlo de alguna manere- del Gral. Rivas quedaron archivados en su legajo personal sin resolucién superior alguna. ‘Gozaba Rivas de rara fortuna durante la presidencia de Sarmiento. tras denuncias, ain més graves, no fueron investigadas, con un ministro ‘que, como ije repartia sumarios a manos llenas, aunque, en muchas opor- ‘tunidades, el sumariante retomara a su sede manifestando que no habia ‘materia suficiente para iniciarlos, como en los casos de Barros, Granada, Julio Campos... “Todo continuar’ como hasta entonces: nuevas clecciones con las subsiguientes anulaciones. Rivas obran notas no ya de Gelly y Obes, sino de ¥y acusa, una vez ms la inguietud de Rivas en el sentido de que tase a la campatia para proponer a los candidatos a representarl ‘Con igual perseverancia insistra en 1874, con relacion a allevar a cabo el 1° de febrero, haciendo notar al respecto lo inconveniente que resultaria que Rivas realizara en esos momentos una expedicién contra los indios (2), Plena razén tenia, pues, Héctor Varela cuando en plena Cémara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, en 1878, confesaba, con gran escandalo de sus colegas: «..Ja escuela de los fraudes, he dicho ya quien la fund6 en la Repiiblica: fue el General Mitre, que sin tener la intencién de fal- ‘sear un principio republicano, ni atentar contra la libertad de sufra- gio - él, nuestro compatiero de causa, él, digno ciudadano, lo dire siempre- lo hizo sin més objeto que quebrar la omnipotencia de Urquiza «Bien, sefior, puede decirse que aquel hecho consttuyd es- cuela, escuela que, por decirlo asi, quedé asentado como medio legal en la vida electoral del pais. «..como lo he dicho ya, por mis que esto duela a algumo de los que me escuchan- no haya tenido lugar una sola eleccién en la ‘que no se hayan cometido fraudes, desde las famosas de Abril, ‘eanadas contra Urquiza, hasta las elecciones alsinistas, sancions- das sin escriipulo por el Congreso, a pesar de los fraudes de que ellas adolecian. ‘«Wesde entonces, seiior, todos los parlamentos y todos los partidos han hecho fraudes, de manera que, los que estamos senta- os en estos bancos - ain admitiendo el hecho de que se hayan cometido fraudes en las elecciones en virtud de las que franquea~ ‘mos las puertas del Parlamento- estamos sentados, como todos los legisladores elegidos antes de nosotros. @Y cbmo no, sefior? «qHlay acaso alguien que pueda decir y menos creer, que los Diputados aqui presentes, representamos LA VOLUNTAD GE- ‘NUINA DE LA OPINION? «No, sefior Presidente, seria una farsa semejante afirmacién, «Todos sabemos cémo se hacen las decisiones entre noso- tros, y que no siempre los partidos evan a las Cémaras a sus hombres més idéneos y competentes, sino alos que en una parro- ‘quia o en un pueblo de campatia, han revelado las mejores condi- ciones de CAUDILLO ELECTORAL, premiando asi sus servi- cios que en las contiendas del comicio puedan prestar. «Esta es la verdad historica y esta es la historia de los hechos, sefior Presidente, que he querido invocar como base a mi oposi- cién a las nociones que se discuten, ya las que me opongo radical- mente, no sélo por estas razones, sino porque las creo indecorosas para la Cémara, y completamente ineficaces» 3) Notas (1) Cémara de Diputados de la Nacién: Diario de Sesiones, 38° sesién ordinaria de! 25 de septiembre de 1871, p.79. (2) Carlos Heras: «Un agitado proceso electoral en Buenos Aires» y «Las clecciones de legisladores provinciales en Buenos Aires en marzo de 1864», publicados ambos por la Univ. Nac. de La Plata, en Trabajos y Comunicaciones, n°4 (pp. 65/109) ¥ n°5 (pp.59/97), respectiva- mente, (3) «Un agitado proceso electoral en Buenos Aires», ya citado, p. 69. (4) CHeras: op cit, p.97. (8) Circular del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, del 15 de febrero de 1872, (una hoja impresa) en Museo Etnogrifico y Archivo Histérico de Azul (en adelante: Arch, Azul), afio 1872, folio 30s, (©) Gelly Obes a Rivas, Buenos Aires, 5 de octubre de 1871, en Archivo General de la Nacién: X-2-2-2, (en adelante: Arch. Rivas). (7) Gelly y Obes a Rivas, Buenos Aires, 6 de diciembre de 1871, en Arch. Rivas (8) Rivas a Gainza, Azul, 21 de diciembre de 1871, en A.G.N.: Fondo del Museo Hist6rico Nacional, Archivo Gainza: leg 41-doc, n°5943, (9) Rinaldo A. Poggi: «Frontera Sur, 1872», Bs.As., Fundacién Nuestra Historia, 1998, p.59 y ss. (10) Gainza a Luis Maria Campos, Buenos Aires, enero 10 de 1872, en ‘Arch. Gainza n°5970, (cop. £324). (11) Ciroular del Ministerio de Gobierno del 20 de febrero de 1872 (dos hojas impresas) en Arch. Azul (12) Gelly y Obes a Rivas, Buenos Aires, enero 28 de 1872, en Arch. Rivas, (13) Gelly y Obes a Rivas, Buenos Aires, 20 de febrero de 1872, en Arch. Rivas. El subrayado es mio. (14) Gelly y Obes a Rivas, Buenos Aires, 14 de marzo de 1872, en Arch. Rivas. (15) Gelly y Obes a Rivas, Bs. As,, marzo 21 de 1870, en Arch. Rivas. (16) R.A Pogei: op. cit, pp.82/83. (17) Murga a Rivas, Bahia Blanca, marzo 25 de 1872, en Arch. Rivas. (18) José Melchor Gil a Carlos Casares, publicado en el diario LA REPU- BLICA del dia $ de abril de 1872. (19) El Juez de Paz del Azul al Ministo de Gobiemo, Malaver, marzo 31 de 1872, en Archivo General del lante A.G.E.): Legajo N° 1048: Ignacio Rivas, f. 4 ginal del Juez de Paz obra en: «1872 - Sumaria levantada para escla- recer las causas porque el Juez de Paz del Azul no formé Ia mesa escrutadora para la eleccién del 31 de marzo de 1872 - Juez Fiscal Chel J. Ma. Morales, Secretario Clemente Pizarro», en Archivo His- térico de la provincia de Buenos Aires (AHPBA): Ministerio de Go- bierno, 1872, legajo 4, n°230/0. (20) Federico J, Olivencia a Carlos Casares, Azul, marzo 31 de 1872, en LA REPUBLICA del 3 de abril de 1872. En igual sentido EL NA~ CIONAL del 4 de abril alude a los “desmanes” de Ocampo. (21) Antonio L, Osomio y Pedro Pereyra a Carlos Casares, Tandil, marzo 31 de 1872, en LA REPUBLICA del 4 de abril de 1872. EL NACIO- 2s NAL del de abril hace referencia alos manejos del Coronel Mache doy del jefe de la Guardia Nacional, José Ciriaco Gémez que inicia- ron la votacién dos horas antes de la fijada para que votaran los part darios del Dr. Costa. (22) Sumario ya citado, fs. 1 -2.y 2 vuelta. (23) El Comisionado especial de! Gobierno de la Provincia al Juez de Paz del Azul, Azul, 11 de abril de 1872, en Museo Etmogrifico y Archivo Histérico de Azul, 1872, n°32 (24) Posteriormente, mediante una publicacién en La Nacién del 17 de abril, Ocampo pretendié desmentir las acusaciones contra él lanzadas, yy Federico J. Olivencia le contesté diciendo «..ECnel. Ocampo hace ‘larde de los servicios que ha prestado a la causa de la libertad (servi- cios que nadie le ha disputado) pero su condueta observada el dia de las elecciones, hace suponer que aunque haya militado en las filas de la livertad, muy poco, ha aprendido a respetarla» (La Repiiblica del 30 de abril de 1872. (25) Debe recordarse que la ley electoral del 14 de agosto de 1821 no preveia un padrén preestablecido, tampoco autoridades comiciales esignadas con enterioridad y no existian documentos fehacientes para identificar alos ciudadanos. (26) Cuando el Jefe de la G. N. de Azul sefial6 a varios individuos que estaban impedidos de votar por haber sido recientemente moviliza- dos, Rivas adujo que él los habia licenciado pero ninguno de ellos pudo exhibir “Ia papeleta” que lo acreditara. (Sumaria citada: De- laraciones de Celestino Mufloz, Justo B. Mifiana, José Maria Almada, Luciano Claro y Marcelino Lozarto) 27) Sumario citado: folios 26 y 27. (28) Idem. (29) Idem: fs. 47 via. y 48 6 (30) Gainzaa Anrredondo, Buenos Aires, abril 2 de 1872, en A.G.N.: Fon- do del Museo Histérico Nacional, (Arch. Gainza) n° 6074, copiador 450/55. Rivas informé que de Elia habia solicitado licencia para acompatiar al Comisario pagador Saavedra a Las Flores, Rivas y de Elia eran amigos personales y el segundo -que goza de pleno apoyo de Sarmiento- acudia a Rivas cada vez que necesitaba proteccién tras los. xces0s,tropeliasy agresiones que habitualmente cometia(R. A. Poggi: Frontera Sur, 1872, Bs.As, 1998, pp. 32/37). De manera que, y aten- to a la documentacién aportada, a mi juicio, poco asidero tiene el «viaje voluntarion de de Elia, Un vecino de Las Flores, en nota del 31 de marzo, explicé que de Elia 1no pudo, ni por intimidacién, ni por dinero -tenia en uno de sus bolsi- los noventa mil pesos- obtener votos favorables a Costa y comenz6 a agredir verbalmente al presidente y escrutadores. En vano Esteban ‘Villanueva, su amigo, traté de contenerlo sin resultado. A las 24 p.m ‘amenazé con traspasarlos con su espada y, al intervenir varias perso- nas, hirié al vecino Antonio Coronel en el pecho, En el entrevero salieron a relucir armas blancas y de fuego. Se dispararon dos tos de revolver y uno de ellos dié en la frente de de Elia. (LA REPUBLICA, del 4 de abril de 1872. LA PRENSA del 3 de abril, LA VERDAD del 5 de abril y EL NACIONAL del 6 y7 de abril. 31) Arredondo a Gainza, Villa de Mercedes, Abril Gainza: leg. 41, n°6081 1872, en Asch. (32) Roca a Gainza, «3 de Febrero», abril 12 de 1872, en Arch. Gainza: leg, 41, n°6085. (33) Gainza a Rivas, Buenos Aires, 31 de marzo de 1872, en Arch, Rivas y Rivas a Gainza, Azul 26 de marzo de 1872 en Arch. Gainza: 41- 60/65. Asi mismo, los documentos se 60/75 y 60/76 del mismo archivo, (34) Diario de sesiones del Senado de la Provincia de Buenos Aires, 1872, 2a, sesién preparatoria, 23 de abril de 1872, pp.V y ss 27 (35) Idem. (36) Idem , p. VIL (37) Idem p.X. (38) Diario de sesiones de la Camara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, 1872, 2a. sesién preparatoria, 18 de abril de 1872, pp. Byss. 9) idem, p.18. (40) Diario de sesiones de la C. de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, 1872, asamblea legislativa el 2 de mayo, p.13. (41) E.Costa a Rivas, septiembre 6 de 1872, en Arch. Rivas. (42) E.Costa a LRivas, Bs.As., enero 7 de 1874, en Arch. Rivas (43) Diario de Sesiones de la Cémara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, Bs.As., 1878, tomo I, pp. 317/349 Fuentes Consultadas Archivo General de la Nacién (AGN). Archivo Histérico de la Provincia de Buenos Aires (AHPBA). Archivo General del Ejército (AGE). Archivo del Servicio Histérico del Estado Mayor del Ejército (EMGE) ‘Museo Etogrifico y Archivo Histérico de Azul (Archivo Azul) Diario de sesiones de la Cémara de Diputados dela Nacién, afios 1871/72. Diario de sesiones de la Cémara de Senadores de la Nacién, afios 1871/72. Diario de sesiones de la Cémara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, 1871. Diario de sesiones de la Camara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, 1871. Registro Oficial de la Repiblica Argentina, Bs.As., 1880. Leyes y decretos promulgados en la Provincia de Buenos Aires desde 1810 hasta 1876, Buenos Aires, 1877. Excilio Dominguez: Leyes y decretos militares concernientes al Ejército y Armada de la Repiiblica Argentina, Buenos Aires, 1898. Diarios: La Nacién - La Prensa -La Repiiblica~ El Nacional ~La Verdad. 29 FUNDACION NUESTRA HISTORIA CUADERNOS N° 1- JORGE MARIA RAMALLO Decilogo del Conocimiento Histérico N’2- JUAN CARLOS ARIAS DIVITO La Escuela Nacional de Agronomia de Mendoza (1874 - 1887) N°3- RINALDO ALBERTO POGGI EI Avance del Cnel. Czetz y la Seguridad de las Fronteras Interiores N°4- JORGE MARIA RAMALLO Los Ciclos Histéricos Argentinos N*S- JUAN CARLOS ARIAS DIVITO La Mision de Juan Martin de Pueyrredén a Espafia N°6- RODOLFO S. FOLLARI Las Malvinas frente a los Estados Unidos N° 7- RINALDO ALBERTO POGGI Repercusién Parlamentaria del Malén a ‘Tres Arroyos (1870) N°8- RINALDO ALBERTO POGGI Los Gobernadores de Buenos Aires y la Guardia Nacional (1862 - 1874) N’9- RINALDO ALBERTO POGGI «Entre Malones y Comici Las elecciones del 31 de marzo de 1872 en Azul impeeso por: En venta en Libreria Patera “Taleaduano 485 - Buenos Altes cer producciones el 4992-3361 email; mfo@cenpaod.coman

You might also like