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Laer i incais cae oe amet oo Tipo haere ia ee cas tripe cath. all roe gees echoes ka no ER crc os wismo moda sis expliciciones never ctrl saber {La conresposidencia es, ademuis, un documento de nano sobre la crucial época del nacimicruo de a ciencia + el 10, Finan eat ie la steel del eontinen: she te europen ¢mpieza a tomar lscrda que ba levara'ala edad Moderna, Hero también nox permive cnocer en detalle bs personalidad del padre de! tacson:tiamo modern, el com ponent ital de sus Hicks Ferte-siones ea pos de un nuevas clas ergs ichaste rics la vida ~on finesen medi de vii ton periods mf crticasy fecundes dela historia saber. asda cotiiana ep Por defender BEMUC 1) Correspondencia con Isabel de Bohemia y otras cartas René Descartes Correspondencia con Isabel de Bohemia y otras cartas René Descartes Maria eres Gallego Urrutia Mateu Cabot A a Introducci6n Lacormponnc ac me tin dena iv ‘Nos encontramos ante la conresponclenca integra entre dos perso- nas sobreslientes en un tiempo excepeional. Los personajes son René Descartes lildsofo francés, el prime filsofo mesderno, s€ dice, pare de aquel pienso, luego exists, e abel de Bohemia ‘uy joven princes ala que pocos leetores conacerdn antes de leet estas caras pero que,a buen seguro, admirarin despues. EI iempo cexcepcional esa primera mitad del sgl xv en Europa, epoca mar cada por la Guerra de los Treinta Ais, por ls turbulencas de todo ‘ipo que darn una nueva formal continent europeo, scar de Descartes la reina Cristina de Suecia a Hector Pierre Chant, ‘embajador francés en aquel rein, eoneluyen el wolamen s con pinturade In época. 1 Rnd Dewentes René Descartes (1596-1650) es consderado el primer pensador de a Epoca Moderna. Hel, en ss Zavones ob la historia de la Foi, ‘zarme de las euales hubiera precisado ser ain més necia de lo ‘que soy Hasta poco antes de mi indisposicidn, no tive opor dad de leer filosofia del caballero Dighy", que éste ha escrito ceminglés yen la que esperabs halla arguments que refutasen la ‘nuestra ya que cl smario de ls eapitilos me indica dos aga resen que el autor afirmaba haberlo hecho. Pero quedé at6ni llegar ellosy er que slo aludiaa lo que él aprueba en lo que vos decis de la reflexion, y alo que niega de la refraecién, sin hnacer-distinein alguna entre el movimiento de una bala ylo que Jo determina, yno tomando en cuentael porque de que un cuer ‘po bland que cede retrsa el primero y un cuerpo dure no hace sino ress a lo segundo. En algunas cosas que dice del movi- ‘mento del corazén es mas disculpable sino ha leido lo que vos cescribisteis al médieo de Lovaina. EI doctor Johnson me ha dicho que os yaducir esos dos eapitules, yopino que no tenéis por qué sentir gran curiosidad por el rest, pues es del estilo de ‘ve sicerdote inglés que dice Iamarse Alban, yse atiene a st método, aunque haya muy hermosts meditacionesydifcImen- te puede esperarse mis de un hombre que ha pasado lo mis claro de si vida persiguiendo propésitos de amor 0 de ambiciin ‘Taig eins ig ins a ng ie YYno he de tener yo nunea mis firme yconstante propésto que el ‘de ser mientras viva wuestra muy dlevota amiga y serviora same Alvoliera ler lo que de mi osdigo, me percato de que he hecho ‘aso omiso de una de vuestras normas, a saber, la de no poner ‘nunca por escrito nada lo que puedan dar toreida interpreta cin lectores poco caritaivos. Pero tanto fio en el esmero del seiior De Pallot que estoy segura de que mi cara os ear sin Pereances. Yno fio menos en que, a fer de disereto,recuriréis al fuego para eitarl el azar de caer en manos de personas mali De Descartes a Isabel amon, mayo junio de 155 Seftor: Noe podido leer cartacon que Vuestra Altezame honra sin sentir extremado enojo al ver que la salud ya prosperidad no _acompatian a tan acabaedos méritos en la forma en que stos se merecen, Poco me cuesta pereatarme de ls numerosas y conti rnuas desazones con quc tienen éstos que enfrentarse y de que resulta tanto ms dificil sobreponerse aellas cuanto que son cot frecvencia de naturaleza tal que la rain verdadera no prescribe «que haya que desocharsin mis dichas desazones, ni que intentar huyentarlas, Se trata de enemigos domésticos, con los que hay ‘que watarpor fuerza, es preciso, pues. no bajar nunca la guards para impedirsus perjucios. Ysélo we me alcanva un remedio, que cxdistrier de ellos ewanta sea posible la imaginacién ylos sent ddosy no recurrr sino al entendimiento cuando la prudencia nos ‘obligue a tomarlos en consideracién. Se me veurre que aqui puede verse ficilmente la diferencia ‘ene el entendimiento yl imaginacion o el sentido; pues esta {que ereo que una persona que, sin ener motivo alguno de des ontento, presenciara continuamente representaciones de trage- das en las que no acontecieran sino costs funests, lose ocu- para de tristzasy penas, aun sabiendolas ingidasyfabulosss, de forma tal que lo moviesen a continuo Manto yle conmonieran la innaginacidn sin partcipacin del entendimiento, creo, digo, que sélo com eso bastaria para que el corazin se cost tise oprimido y para andar entre suspiros com lo que se retras mbrase a sen ‘fay demoraria a circulacin de la sangre, yas partes mis grose: ‘asd ésta podrian trabarse entre sy obstruir el bazo, entoxpe: cléndose y deteniéndose en sus poros. Vlas partes ms sutiles, al refrenarsu movimento, podrfanalterar los pulmones ycausar a sa persona una tos que, a larga, resitaria muy pernicioss. , pore contravio, si una persona tviera infinitosy reales motivos| ‘de diggusto, pero pusiera tanto emperio en desviar Ia imagine «én que nunca se acordara de ellos mis que euando la frzase a hacerlo lnnecesidad de atender a sus asuntos,y dedicara el resto ‘del dempo ano tomar en cuenta sino objetos que pudieran pro- porcionarle contento y goxo, no dude de que bastase ese com portamento para hacetle recobrar la salud. Sin contar con que, adem, le sera ce gran uid para jugar de forma mssana las cosas de importancia, pues as contemplaria sin pasién,y le voleria la salud aunque ese mal temperamento de la sangre que provoca la tristeza le hubiera lterado ya la disposicin del azo y Jos pulmones, muy especialmente i ecurieraal mismo tempo Jostemedios de a medicina para devolverlafuideza esa parte de la sangre que provoca ls obstrucciones, Por todo lo cual, opino. que lasaguas de Spa son muy indicadas para Vesta Aleza sobre ‘odo si, mientras las toma, cumple con las recomendaciones que suclen hacer los médicos a saber; que hay que apartar por com- pleto de la mente cualesquiera pensamientos melancélicos, € uso también cualesquiera meditaciones de enjundia relacio: yada con las ciencias, yno pensar sino en imitaraTos que, al imirar el verdor de un bosque, los colores de una lor el vuelo de tun pjaro,y otros expecticulos por el estilo que no fuerzan la atendién, se persuaden de que no estin pensande en nada Yn es es0 perder el tiempo, sino emplearlo bier; pues, mientras tanto, es posible satisfacerse con la esperanza de que, por este 71h a Sty ‘medio, tornard por completo la salud, que ese fundamento de ‘orden los dems bienes que pueden poseerse en esta vida ‘Sémuy bien que nada estoy escribiendo que Vues Altera no sepaya mejor que yoy que, en esto, lo dificultoso no es tanto la tcoria cuanto la prictia, Pro el extremado favor que me hace al _manifexarme que no le desagracka que le haga saber mis opinion ‘nes me incta a tomarme la libertad ee esribiselas sn rodeos, y asimismo la de afiadir que he visto en mi propia persona emo ‘un mall muy semejante,e ineluso mas dariino, se curaba con el remedio que acabo de exponer. Pues, habiendo nacido de una _madse que mu a lox pocos dias de haberme trade al mundo de ‘un mal det pulmén consecuencia de varios disgustos, heredé de ella una tos seca yuna color quebratla, que me duraron hasta Iaedad de veinteafiosy que incitaban a todos los médicosque mie snes de dich edad a condenarme a una muerte prematura, Pero ereo que la inclinacién que tengo de mirar ‘euantas cosas se me peesentan hajo el aspecto que puede torn ‘melas mais gratasyde hacer que mi principal contento no depen- dasino de mi mismo fue la causa de que esta indisposcin, que ‘era en mialgo natural, se atenuara poco a poco hasta desapare- ‘cer por complet, Mucho agradlezco a Vuestra Altera que haya tenido a bien ‘decieme que opina del Hbro del caballero De Igby, que no podré leer hasta que lo traduean a latin; ya hay quienes pretenden hacerlo, alo que me dijo el seior Johnson, que estaba ayer aqui “Me dij también que podia entregar las carta para Vuestra Aer alos mensajeros ordinarios, cost que no me habia atrevido a hacer de no habérmelo aconsejadoét:yhabia diferid el escribir pre y cuando nisieran la certidumbre de disfrutar, tras la muerte, de todos esos goces. Pero no hay raclocinioalguno que se 1o lexamen sgarantice. ¥s6o la filosofiade Heguesas, cuyo libro prohibis Prolomeo porque hubo quien se quit la vida tas haberlo leido, Jntenta persuadir al hombre de que esta vida es mala. Laauténti- 4 filosofia enseiia, antes bien, que podemos sentir continuo contento, incluso rodeadios de los mis desdichados acedentes y Jos mas acuctantes dolores, siempre y cuando sepamos usar dela Eno quese refire ala extension del universo, no seme alean- za cémo el reflexionar acerca de ella pede invtarnon a separar la providencia particular de Ia idea que de Dios tenemos pes ‘existe una gran diferencia entre Dios y los poderesfinito,yaque, ‘como éstos pueden agotarse,acertamos al opinar, cuando vemos ‘que se aplican a grandes empresas, que no es verosimil que se ‘extiendan también alas ms pequesias, Pero cuanto mayores nos pparecen ls obras de Dios, tato mis nos convencemos de la inf nitud de su poder: y cuanto més sabemos de esa infinite, més seguridad tenemos de que se extiende hasta las acciones de los ‘hombres, nchiso las menores de elas. ‘Tampoco creo que entienda Vuestra Altera, al hablar de esa providencia particular de Dios, que dice ser el sustento dela teo- Joga, que consist en que cualquier accin que dependa de nues tro libre albedifo pueda introdcir agin cambio en los designios ixinos. Pues la teologia no admite ese cambic prescribe que alcemos nuestras preces a Dios, no es para que le ‘manifestemos de qué estamos necestados, ni para intentarim- plorar de él que cambie algo en el orden que su provideneia tiene establecido desde toda Ia eternidad, ya que ambos propésitos serian censurables, sino que es slo para que obtengamos lo que 1 quiso desde toda la eternidad que obtuvieran nuestras plega- as Yereo que todos los tedlogosestin de acuerdo en eso, inchi- cuando nos 126 Compe con eben ea 0 ot arminianos, qe sone apariencia, los que ms se remiten allie albedo, Reconozco que es dificultoso caleula de forma exacta hasta donde ordena la raz6n que nos interesemos por los que nos ro- dean; mas ampoco es cosa que requiera gran exaetitud basta on cumplir con lo que nos mande la conciencia,y podemos, en ‘esto, tender en gran manera la propia incinacién, Pues iene {ijco Dios de tal modo el orden de las cosas ya los hombres, vin- ccilados en una comunidad tan estrecha que, incluso aunque cada uno de ellos Io sefirera todo sa persona y'no uwsiera cat «au alguna para con losdems, no por ello dejaria de obrar hab ‘malmente, en todo enanto estuviera.a su aleance, en benefiio del projimo slo con que ejercitae la prudencia, y tanto mis se ccumpliria esto i viviera en una épaca en que no estuviesen corrompidaslas costumbres¥; porlo dem del prima en hagar de afanarse por si mismo es rns digas yest ‘das as que se ienten masinelinadas ello yalardean en menor _gradlo de los bienes que poseen. Sélo las almas débilesybajas se ‘estiman en msde lo que valeny se asemejan los wasos pequee Sos, que se lenan con tres gots. Bien sé que no se cuenta Ves ‘como obraren bien accién de has nables, son, en eonseetienca, ks las mis ele tra Altera entre estas dltimas y que no es posible incitar a esis alas bajas a que se preacupen por alguien como no sea hac doles ver que ello ha de redunelar en provecho propio. ¥, en. cambio, es preciso velar de continuo por el interés de Vuestra Alteza, haciéndole notar que no podsta servi Gi Jago tiempo a quienes gozan de su afecto si se descuidase a si smasy también suplicatle que vele por su salud, Tal ese rueyo desu muy humilde y devotosersidor ente por Descasres De Isabel a Descartes LaHaya 28 de octubre de 1A Seftor Descartes: Tras haber demostrade com tan buenas razones que vale mis conocer las verdades aunque vayan en desventaja nuestra que ‘caer en gratos engariosy que slo las cos que admiten puntos {devista diferentes den incitarnosatomaren cuenta el que mis “contento no proporcione, me asombra que pretends que, para ‘compararme eon otras personas de mis aiios, me funde ms en algo que desconozeo que en lo que no puedo inorar, por mucho ‘que lo primero me resulte mas ventajoso. Nada hay que pueda hhacerme ver con claridad she hallao mayor provecho culsan- ‘do mi intelecto det que han hallado otros en sis ocupsciones.y ‘no me cabe duda alguna de que, incluso coneediendo al cuerpo tiempo de desahogo indispensable, he dispuesto sobradamen te del preciso para avanzar en esa empresa mas de lo que lo hecho. Simidisemos la capacidad de ka mente humana atenign- ddonosa la que suelen tener la mayoria de los hombres, hallaria- ros que esd muy breve extension, ya que éstos no usin del pen- samiento sino subordinsadoa los sentidos. Incuso entre Tos que se dedican con ahinco al estudio, pocos hay que apliquen a otra ‘cosa que no sea a memoria © que pongan la verdad por meta de ‘svafin. Vs peco por complacerme en el penssuiento de que ha sido mayor mi ganancia que lade esas personas, no creo que sea cexceso de humildad, que estan pernicioso como la yanidad, aun queno tan corriente, Solemos sentinos mis nclinadosaignorar nuestros defectos que nuestras perfecciones. Val huir del arre at Capes id de aby pentimiento de las faltas cometidas, por considerarlo enemigo de Ja licha, podriamos corverelalbur de perder el deseo de enmen ‘darnos sobre todo cuando ess falas son fruto de alguna pasibn, puesto que tenemos una inclinacion natural a alegrarnos de ls ‘emocionies que de ells vienen ya seguir ss impilsos, Sélo las in- ‘comodidaces conseciutivas nos informman de que tales falas puc- ‘den ser perjudiciales. Yeso es, a mi parecer, la causa de que las ‘ragedtias nosagraden tanto ms cuanto mas nos muewen x tste- 27a, porque sabemos que no ser tan violenta que pueda hacernos ‘ometer extravagancia alguna nian duradera que pueda uasior snarnosia sud. Pero esto no basta para sustentar Ia dactrina que me exponiais| cen uns de miestras carta anteriores, a saber, que las pasiones ‘resultan tanto mis les cuanto ms Genden al exceso, siempre {que estén sometidas ala razén, porgie no me parece que pe= ddan, aun tiempo, ser excesivas y halkase sometidas. Pero creo ‘que me aclararéis esta duda si os dignais tomaros el wabajo de escribir de que forma el movimiento de ls espviussrve para formar todas las pasiones que experimentamos y de qué forma, corrompe el raciocinio, No me atreveria.a haceros este ruego si no supiera que nunca dejis una empresa ineonclusa y que, al ‘emprender a trea de instruir persona tan necia como yo, 08 hicisese4nimo.a las molewtias que ello os procuraria. Yor eso mismo os dire, ademas, que las razones que emues- twan la existencia de Dios y que él esl causa insmutable de cuane tos efectos no dependen del libre albedrio det hombre no me ‘convencen de que lo sea también de los que si dependen, Que podria serlo ex consecuencia necesaria de si perfeccién sabera- aes decir, que podifa no haber otorgade libre albedrioal hom: bre; pero puesto que sentimes que lo tenemos, me parece que es ‘ontario al sentido comin ver dependenciaen sus hechos, dela ‘misma forma que la vemos en su ential A quien esté completamente persuadido de la inmortalidad dl alma le es imposible poner en duda que sera mis feliz eras separarse ésta de cuerpo (que es el origen de todos los sinsabo- resde lava, deka mista forma que el alma lo es de los mayores ccontentos), aunque no piensa asi el seior Digby, a quien hizo ‘reer su preceptor (cuyos esritos habés leido) que era neces rio el pargatorio, convenciéndolo de que ls pasiones que duran te lavia del hombre predominan sobre la razén dejan a ‘ashuellas en lama tras la muerte del cuerpo, yque esis hells la atormentan tanto mis cuanto que no hallan medio alguno de satisfacerse en substancia tan pura. No se me aleanza cémo puede esto compaginarse con la inmaterialidad det alma. Pero sno me cabe dud alguna de que, aunque la vida no sea malaen s, hhabria que abandonarla por un estado cuya superioridad se Entiendo por esa provideneia particular, que es sstento de la ‘eologfa, aquella con la que ha dispuesto Dios desde tra la eter- rida medios tan extraorlinarios como su encarnacion en favor de una parte de cuanto fue creado tan indigoa de atencién, sila ‘comparamos com todo To demais, como la representacion que, en ‘yuesra sea, hacéis de nuestro globo. ¥ que lo haya hecho para ser glificado me parece propésito muy indigo del creador de ‘ste gigantesco universo, Pero lo que os expont, al deciros esto, «era ms objecion de nuestros tedlogos que mia, pies siempre me ha parecido muy impertinente que personas finitas opinasen acerca de ka cats final ee ls aeciones de unser infin 19 Coop cb tenn yom at [No soisdel parecer de que se necesit saber con gran exactitud hasta donde nos ordena la raz6n que nosinteresemos por los que nos radean, porque, incluso aunque algien lo refiriee todo as ‘mismo, no dejaria de obrar también en bencicio del projimo si «ercitaba la prudencia. Yes dicha prudencta el todo del que silo (05 pido una parte, Pues, al poscerla, no podemos por menos de Facer justcia a los dems, igual que 2 nosotros mismo, ye care- cer de ellaes lo que hace que un espiita arrojado desaproveehe veces la posbildad de servira su patria por haberse entregado ‘con excesivaligerera asx propio interés « que ott, timorato, se pierda, junto con ella, por no haberse atrevdoaarvieygar haciere day fortuna para reservar, Me he hallado siempre en cireunstancias tales que mi va hat sido de muy pocautilidad para las personas as que quiero; pero Pongo mucho mayor esmero en preservarlas desde que tengo la dicha de conoceros, ya que me habéisinstruide en los medios para vivir de forma mas dichosa que antes. Sélo echo atin de menos la satislaccin de podetos dar testimonio de cuén agradde- ida os esti por ello esta muy eva amiga ’servdora Ine De Descartes a Isabel mond aide novembre de 1645 Sehora Suelo hallar con tan poca frecuencia razonamientoscabalesn0 yen ls palabras de las personas con quienes rato sino también en os libros que consulto, que no puedo leer les que pone Ves tra Alteza en sus eartas sin que me invada una sensici6n de ex traordinari jabilo. Yme parecen tan poderosos, que pretiero reconocerme vencido antes que empefiarme en resistrme a clos: ues, aunque es comparacin que Vuestra Altea no quie- ‘re hacer porque va en ventajasuya pueda comprobarse sobrada- mente con Ia experiencia, es, o obstante, virtud tan digna de _logio éa de opinarfavorablemente de los dems, ye compade- ce tan bien con la generosidad que le impide medir la capacidad de la mente humana ateniéndose ala que selen tener ta mayor ria de los hombres, que no puedo por menos de sentir gran ext sma porambas. Tampoco me atreveré a contradecir lo que escribe Vuestra Alexa acerca del arrepentimiento, puesto que se trata de una vir tu erstiana que nos sve para enmendamnos no sélo de las alas cometidas voluntariamente sino también de las eometidas por Jgnoranci, cuando alguna pasiin nos ennurbia el conocimiento de laverdd ‘Yadimito que la tristeza de las tragediasnoresularfa tan grata pudiéramos vemer que aleanzase extremos que Tegasen a inco- tmodarnos. Pero cuando dije que exsten pasiones tanto mas i> les cuanto mas tienden al exceso, slo quis referirme alas bue+ 135 Compete cael de eheiny oa ray por eso alae que deben hallare sometidasa la rain, Pues ‘existen dos categoriasde excesos: tina que, alalterarlanaturaleza dela cosa, haciéndola de buena mala, impide que permanezea sometida ala ran; otra que wil la hace erever y, de buena, la ‘uelve mejor: Asi, no desemboca el valor en el exeeso de la teme- ridad mas que cuando sobrepas los limites deta ran; mas, aun 1e se atengaacllos, puede caer en otro exeeso, que consiste en ‘no iracompaitado de vacilacin o temoralguno, He meditado durante estos dias en el nimero y el rango de todas esas pasiones para poder examinar con mayor detenimien- tos naturalea. Pero no estin mis opiniones este respecto tan dligeridas que pueda atreverme ya a poneslas por escrito para Vuestra Altera, aunque no dejaré de hacerlo lo antes que me sea posible Enlo queal librealbedriose refiere,reconazco que, si silo nos fomamos en cuenta.a nosotros mistos, no podlemios sino consi ‘derarlo independiente; pero si consideramos el poder de Dios, no podemos dejar de creer que wo depende de éy, por consi suiente, que no podemos excluir de él nuestro libce albedo. Pues hay contradccim en decir que Dios re los hombres con ‘ma naturaleza tal que las aeciones de st voluntad no dependen de lade é, porque seria lo mismo que decir que su poder es. al tiempo, finite infinit: finito, puesto que existe algo que no ddepende de é;infinito, puesto que ha podido crear ese objeto independiente, Pero del mismo modo que el conocimiento dela ‘exintencia de Dios no debe hacernos dar densest libre abe dio, puesto que lo experin propias personas, tampoco el eonocimiento de ese libre albdeio debe hacernos dar dle la existencia de Dios. Pues esa indepen: dencia, que experimentamos ysentimos en nosotros y basa para rtamos y lo sentimos en nuestras {que nuestra acciones merezcan alabanza.o reprobacién, no es ‘incompatible con tna dependencia de naturalera distin, segtin cual todas las cons extn sometidasa Dios En lotocanteal estado del alma después de esa vida sé mucho menos de él que el sefior De Igby; pues descaramoslo que fe nos ensefia, reconozco que solo con la razén natural podemos hhacer gran tnimero de conjeturashalagiefias y tener grataespe- ranzas, mas no certidumbre alguna. Yeomo esa misma razén natural nos dice también que en esta vida nos suceden siempre ins bienes que desdichas yque no se debe dejar lo seguro por lo incierto, creo que nos ensefia que, en realidad, no debemos {emer la muerte, pero que tampoco debemos nunca buscarla, ‘No espreciso que respondaa la objecin que pueden hacer los tedlogos la ingente extension que he atribuido al universo, ya «que Vuestra Alteza lo ha hecho por mi Aiiadiré slo que s esa ‘extension pusdiera retarcredibiliiad a los misterios de nuestra religin, igual podria haber sicedido con la que los astrnomos than atrbuido a los cielos en todas as épocas, pues los considera ron tan gigantescos que, en comparacin la Tierra no es ino un punto. Y.no obstant, nadie les hace exe reproche. Porto dems, sila prudencia mandase en los acontecimientos, no dudo de que Vuestra Alteza concluyese con bien cuan ‘empresas quisiera emprender. Pero seria preciso que todos os hombres feran completamente sabios y prudentes, de forma tal _que, sabiendo lo que tienen que hacer, pudiera haber seguridad ‘de que lo harian, O seria menester estar al anto, de forma espe- i ‘pina que el principe de quien se reciben se vie hasta cierto pune 10een la obligacin de eausaros y lo ha contrariado hacerlo, ya ‘que parece justo que prefiera el beneficio pablico a de os partic culares. Ys6lo hay difieultad cuando existe obligacin de satsie «erados partidos que tienen diferente opinidn defo que esjusto, como en los tiempos en que los emperadores romanos tenfan ‘que contentar a os cudadanos ya los soldados, en cuyo caso lo se sufren con paciencia los daios no merecidos cuando se sensito es conceder algo a unos ya otrs:y no se debe acometer lw empresa de hacer entrar en razén de sibito a quienes no tie- nen costumbre de atendesa es az5n;sino que hay que intentar 4 poco a poco, ora con eseritos publicos, ora recurtiendo alos predicadoresocualesquiera otrossistemas Puesen finde cuen- tas, el pueblo soporta todo cuanto se le puede hacer creer que es justo ys ofende de todo lo que supone injust, ya arrogancia de Jos principes,es decir, la usurpacién de tal autoridad, tales dere. ‘hos o tales honores, que opina que no les corresponden, no le resulta adios mis que porque laconsidera como unaa modo de injusticin, Por lo detautor nis, tampoco comparto el punto de vs cuando dice en el prefacio: Qu; dela misma forma qu, ss priende ace let cde was montis, ey que halls en fae ra era tars mejor deforma asi misma, para conocer be lofi de wn pine cite, no se debe ser persona pile, Puesel boceto slo se usa para representar las casi que e wen de lejos: maslos principales mot vos de los hechos de ls principes son, frecuentemente circuns- ‘aneias tan particulares que nadie podria concebirlos salvo los propios principesy quienes hayan tenide partcipacintrecuente 'Ypor ello mereceria que se burlasen de mi si pretendiera ense fare algo a Vuestra Alteza intencidn, por lo tanto, sino s6lo conseguir que aporten sola diferent de los que me imagino que le proporcio- na si viaje, para el que hago votos de completa yentura,loque no podrt por menos de eumplirse si VuestraAlteza se resuelve a poner en prictica esas maximas que enseflan que la dicha de toda persona depende de s misma y debemos mantenernos tan apartados del imperio dela fortuna que, sin perder por ello las 158 Comapedec nl eh ct ‘oportunidades de apropiarnos los beneficios que pueda conce- ‘dernos, tampoco debemios, no obstante,sentirnos desenturadas silosrechazamos. Ypuesto que para todas ls asuntos det mundo ‘exsten razonesfavorablesycontratias hay que detenerse en pris mer lugar en la consideracin de las que nos sirven para acomor darnosalas coms que vemos que suceden. Yas que mis evita bles me parecen son las enfermedades del cuerpo, de las que ruego.a Dios que preserve a Vuestra Altera, de qi ‘cuamta devocién puedo sentir. 1 90x, con De Isabel a Descartes Bea Wd tube de 8 or Descartes “Tenéis raz6n al decir que el yolaz que me aportan yuestrascat~ tases diferente del que me proporcion6 el viaje, pues me report satisfaccin mayor y ms duradera, aunque haya encontrado en dicho viaje todo el que pueden darme laamistad y las muestras| de afecto de mis «leudos: mas considero que étas son costs idables, mientras que las verdades que aquiéllas me enserian ‘me dejan en la mente impresiones que han de contribuir por siempre al contento de mi existenca, Lamento muy mucho no haber traido conmigo por terra el libro que os habs tomado el trabajo le examinar para decirme {qué os parecia, pues me dejé convencer de que el equipaje que ‘enviase por mara Hamburgo Uegaria antes que nosotros. Y aunque estamos aqui desde el 7/17 del pasido septiembre, ese ‘equipaje noha legado todavia. ¥porellono puedo tener presen- te, de las maximas de ese autor, mis que To que mi muy flaca ‘memoria consigue recordar de un libro que no he yuelto leer deste hace seis afi, Pero si recuerdo que en aquel entonces compart algunas de ells, no porque fueran buenas en s, sino ‘por ser menos dafinas que ésas que ponen en préctica muchos ambiciosos imprudentes,a los que conozco y que solo ienden a ‘rear confusién,dejando lo dems de manos dela fortuna; mien- tuas que ls de ese autor ienden todas aentamiemto COpino también que dicho autor, para ensesar el gobierno de tun Estado, presenta el més dill de gobernar, quel en que el

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