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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ESTRATEGIA POLITICA DEL EJERCITO GUERRILLERO TUPAK KATARI (EGTK) EN BOLIVIA Alejandro M. Schneider’ Introduccion El propésito de este articulo es comentar algunos avances de una investigacién en curso sobre la estrategia politica y el accionar mi- litar del Ejército Guerrillero Tupak Katari (ccrx) en Bolivia durante la década de 1990. Por esos afios, en dicho pais, como en el resto de ‘América Latina, se desarrollé una masiva e importante ofensiva neoliberal sobre las condiciones de vida de millones de indigenas, campesinos y trabajadores. Frente a ello, se sucedieron distintas formas de resistencia (huelgas, paros, movilizaciones, enfrenta- mientos armados, entre otras medidas de lucha) que buscaron fre- nar el feroz ataque que se lanz6 sobre la poblacién. En ese escenario emergié el ecrk como una alternativa armada que intenté agrupar a campesinos indigenas, mineros y poblado- res urbanos que se hallaron perjudicados por las reformas neoliberales implantadas desde la restauracién democratica. El pre- sente ensayo busca brevemente focalizar las causas del surgimien- to del ears, analizar su armaz6n identitaria, esbozar su estrategia politica y observar determinadas tensiones subyacentes en su es- tructura organizativa.: Sobre el particular, se enfatiza la singulari- dad que presenté este grupo armado; sobre todo, su fuerte componente indigena ya sea en su composicién como en su pro- grama politico e ideoldgico, lo cual lo convirtié en una organiza- cién especifica y original frente a la mayoria de los movimiento guerrilleros del continente y del propio altiplano.? * Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de La Plata * Una primera aproximacién a este tema fue realizada, en forma conjunta, con el Dr. Bruno Fornill en el afo 2010. ® Cortesponde indicar que estos temas han sido profundamente investigados por la Dra, Fabiola Escérzaga, a quien agrade2co por faciitarme su tesis doctoral sobre la materia. Por otro lado, una parte de estas cuestiones se aborda también en: "Las insurgencias del cam- pesinado indigena en Peru, Bolivia y México: rr-s, rere y EAN 201 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA La nueva Bolivia: cambios politicos y econémicos A partir de 1985, nace una nueva Bolivia. El pais que habia prota- gonizado la Revolucién de 1952 estaba cediendo lugar a otro. La apertura democratica iniciada en 1982 con Hernén Siles Zuazo de la Unién Democratica Popular (uo) tuvo bases extremadamente débiles. Una sucesién de fracasos (resquebrajamiento de las alian- zas internas, una inflacién incontrolable, precios inocuos de los mi- nerales) precipité la caida de su gobierno y la necesidad de convocar a elecciones anticipadas. Como consecuencia de la crisis institu- cional, el Parlamento designé como presidente al lider histérico del Movimiento Nacionalista Revolucionario (ivr), Victor Paz Estensoro (1985-1989). El arribo a la primera magistratura del antiguo ex mandatario abrié un nuevo escenario politico. En lo inmediato, se dispuso di- solver el Estado “populista” que habia surgido tras la revolucién, a la vez que traté de dar a luz a otro pais. Este reordenamiento tuvo diferentes dimensiones. Pocos dias después de haber asumido, el 29 de agosto, tras proclamar que “Bolivia se nos muere”, Paz inau- guré un drastico programa econémico y social, que acarreé un nuevo tipo de acuerdo de dominacién sobre la sociedad civil. Se buscé recrear y restablecer la autoridad estatal perdida en los tlti- ‘mos lustros, particularmente sobre la clase obrera y el campesina- do. La nueva gobernabilidad necesitaba disciplinarlos en sintonia con la oleada neoliberal que atravesaba América Latina. En este escenario, el mundo de la minerfa expresé los cambios més radicales. La crisis del mercado internacional del estafio y la constante pérdida de productividad en las minas fueron los argu- mentos que se emplearon para iniciar el desmantelamiento pro- gresivo de las empresas productoras. La capacidad de reaccién del sindicalismo minero frente a estos hechos colaps6 luego del frus- trado avance hacia la capital del pais mediante la “Marcha por la vida y la paz” emprendida en 1986 —conducida por la Federacin Sindical de Trabajadores Mineros Bolivianos (rstva)— en defensa de las compaiiias estatales. Advertida de un inminente bafio de sangre, la dirigencia laboral decidié no violentar el cerco militar que impedia su paso en Calamarca, como consecuencia los miles 202 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR de trabajadores del subsuelo retornaron a sus distritos. Durante esa jornada, el 29 de agosto, se promulgé el Decreto Supremo 21.377 que dispuso la desestructuracién de la poderosa Corpora- cién Minera de Bolivia (comeox). En el plazo de un afio, al cerrarse més de 50 minas estatales, la citada empresa despidié a mas de dos terceras partes de sus obreros, incrementando las tasas de des- ocupacién y convirtiendo en pueblos fantasmas a numerosos dis- tritos erigidos alrededor del trabajo del subsuelo. Las reformas estructurales subsistieron y se consolidaron en 1989 con la llegada al Palacio Quemado de Jaime Paz Zamora, de! Movimiento de Izquierda Revolucionaria (tia). Ciertamente, la ava- lancha neoliberal se aplicé en Bolivia con una radicalidad que ape- nas encuentra parangén en otros paises del continente, y sumado a la desestructuracién de las formas de agregacién colectiva obre- ra que poblaron el pais, generaron las condiciones para que la apuesta por las armas sea vista como una necesidad; alo cual tam- bién contribuyé la mayor independencia politica que estuvo os- tentando el campesinado indigena, protagonista principal de los nuevos tiempos de la resistencia La situacién del mundo campesino: el indigenismo katarista Como se ha mencionado en reiteradas ocasiones, una de las parti- cularidades del campesinado boliviano es su heterogeneidad; la misma se expresa en los altos contrastes lingiisticos, étnicos, cul- turales, regionales, histéricos y politicos. Sin embargo, mas allé de estas diferencias, las politicas agrarias de los distintos gobiernos han marginado y empobrecido a los hogares rurales. El continuo proceso de parcelacién de las tierras, la expulsién hacia reas mon- tafiosas de escasa o nula fertilidad, la carencia de insumos y de tecnologia, colaboré en el agravamiento de esta situacién. Pese a ello, durante afios, el movimiento campesino se convirtié en uno de los principales pilares sostenedores del Estado. Sin embargo, durante la década de funcionamiento del pacto militar-campesino® fue surgiendo el katarismo como corriente sin- » Después de producido el golpe de Estado de 1964, el general René Barrientosimplement6 los ineamientos basicos que sostuvo la estructura institucional del pats através de un acto 203 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA dical auténoma, por ese entonces el indianismo comenzé a actuar con fuerza en el campo politico. En ambos casos, si bien con dife- rencias que se fueron acentuando a través del transcurso del tiem- po y por la propia dindmica de la lucha de clases, estas corrientes empezaron a poner como tema candente la situacién de las nacio- nes originarias en Bolivia. En efecto, la revolucién y los gobiernos nacidos de ella no habian solucionado el tema pese a su incorpora- cién en el campo de la ciudadania, la discriminacién racial y la manipulacién politica y econémica eran cuestiones a resolver. En la realidad, la extensién de los derechos efectuada por el nr era incompleta. De acuerdo con Alvaro Garcia Linera, el indianismo katarista surge: Como discurso politico que comienza a resignificar de manera siste- matica la historia, la lengua y la cultura. Se trata de un discurso denunciativo e interpelatorio que, asentado en la revisién de la histo- ria, echa en cara la imposibilidad de cumplir los compromisos de ciu- dadania, de mestizaje, de igualacién politica y cultural, con la cual el nacionalismo se acercé al mundo indigena campesino después de 1952 El aporte fundamental de este periodo es la reinvencién de la indianitud, pero ya no como estigma, sino como sujeto de emancipa- cién, como designio histérico, como proyecto politico. Un auténtico renacimiento discursivo del indio a través de la reivindicacién y reinvencién de su historia, de su pasado, de sus practicas culturales, de sus penurias, de sus virtudes, que ha de tener un efecto préctico en la formacién de autoidentificaciones y formas organizativas. De entra- da, el indianismo rompié lanzas con el marxismo y el cristianismo, considerados ambos como los principales componentes ideolégicos de la dominacién colonial contemporénea.* En este marco de opresién y de resistencia, el katarismo reivin- dicé la identidad étnica y la autodeterminacién de las naciones entre militares y drigentes campesinos. Si bien la Masacre de Tocata, ocurrida en el valle alto de Cochabamba en 1974, sefalé el punto final del pacto militr-campesino, con ante- Fioridad a estos hechos se fueron produciendo algunos indicios que indicaron lo endeble de esta alianza, “Gracia nem, “El desencuentro de dos razones revolucionarias, Indianismo y Marxismo"” 204 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR originarias. La principal herramienta para expresar su disconformi- dad con la segregacién fue la organizacién sindical, sumando ele- mentos que se hunden en el pasado colonial en su lucha contra la dominacién criolla y espafiola. La reafirmacién de la identidad &tnica se convirtié en un papel dinamizador de las movilizaciones en un contexto de crisis del antiguo Estado revolucionario.* Antecedentes ideolégicos y organizativos En ese contexto, desde mediados de la década de 1980 un grupo de militantes con distintos saberes y experiencias comenzaron a organizarse para tratar de dar una respuesta diferente al avance de las politicas neoliberales implementadas. Ademés, la lectura que hicieron era que el pais abierto con la Revolucién de 1952 habia cambiado; por ende, era necesario efectuar otra clase de solucio- nes para hacer frente al nuevo escenario, En términos generales se considera que el indianismo y el mar- xismo, a grandes rasgos, fueron las dos principales fuentes que ali- mentaron el pensamiento y el accionar del ectk. Con respecto a la primera corriente mencionada, se puede observar que a diferen- cia del indigenismo, protagonista de un movimiento cultural que busca rescatar las raices originarias y que fue desarrollado por in- telectuales, el indianismo fue una propuesta politica que parte de los propios pueblos indigenas originarios y que tuvo como objeto asumir el poder.‘ Este movimiento fue, en parte, producto del fra- * El katarismo empezé a sentirse como una opcién durante la Asamblea Popular de 1971. ‘A mediados de esa década, el katarismo logré integrarse a las comunidades de base y a eclosionar en los mandos sindicalesintermedis, presos de un desprestigio que también alcanzé a los drigentes nacionales, La realizacién de congresos clandestinas y la interven: idn en los oficiales redundé en el nacimiento, en 1979, de la Confederacién Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia csurce) con una clara hegemonia del katarismo. En su reafirmacién de a etnicidad aymara y de la gesta histérica de Tupak Kata, el katarismo fue una corriente ideolégica en la que se sintetizaron temas culturales, proyecciones polit cas yluchas relvindicatvas. En ese marco, la figura de Fausto Reinaga, en a década de 1960, sus escritosy la fundacién del Partido Indio, surge como uno de los primeros pensadores responsables de esta filosofia nativista. Entre sus numerosos ensayos, hubo una serie de estudios que influenciaron el accionar de jévenes estudiantes de origen aymara, entre otros, se puede consultar: La Revo- cin india. Su obra intelectual bosquejé una teoria de la revolucién social enraizada en el contexto histérico y material de los Andes. Sus ideas se convirtieron en un material fecundo que aliments las bases del naciente katarismo. 205 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA caso de la integracién promulgada por los gobiernos posteriores a la revolucién y de la frustracién que resulté el proyecto moderni- zador de la reforma agraria.’ En el transcurso de los afios siguientes, estos pensamientos in- cidieron —en forma variable— en los distintos grupos politicos que levantaron las banderas del indianismo: el Movimiento Universita- rio Julidn Apaza (usa), el Movimiento Indio Tupak Katari (wira), el Movimiento Revolucionario Tupak Katari (mark) y la Ofensiva de los Ayllus Rojos. Con el acontecer de los enfrentamientos a la dictadu- ra militar, la conformacién de la csurcs, el fracaso que representé la experiencia democratica de la uo y, por sobre todo, con la aplica- cién de las reformas neoliberales, el discurso y la actividad de un sector del katarismo fue adoptando otro cariz. En opinion de Alvaro Garcia Linera, algunos miembros de este grupo sostuvieron que “deben ser los mismos indigenas quienes deben [...] ser los gober- nantes del Estado”. En este sentido, su propuesta se manifesté a favor del nacimiento de “otro Estado y en otra republica”, debido a que los gobiernos posteriores a la Independencia no modificaron la exclusién y el exterminio que se padecia desde los tiempos colo- niales. De este modo, “bajo esta mirada el indigena aparece en- tonces no sélo como un sujeto politico, sino también como un sujeto de poder, de mando, de soberania”.* El antecedente inmediato de uno de los dos niicleos fundado- res que nutrieron el esrx fue la participacién de algunos de sus inte- grantes en el winks. Cabe indicar que este grupo surgié en el Primer Congreso Histérico Indio realizado del 24 al 28 de abril de 1978 en el cantén Calacoto, provincia Pacajes del Departamento de La Paz. En ese evento, uno de los documentos presentados, y aprobado, fue la Tesis Politica del wirka. En este manuscrito se consideraba a la lucha armada como una alternativa valida y como principio ideo- légico para la toma del poder politico y la liberacién del Qullasuyu. Como consecuencia de estas afirmaciones, en el seno del mika se produjeron una serie de discrepancias y divisiones frente a aque- llos que s6lo buscaban una participacién electoral. » A1so, Movimientos y poder indigena en Bolivia, Ecuador y Perd,p. 36. " Gasca unin, “El desencuentro de dos razones revolucionarias,Indianismo y Marxism” * Qui, Las Tupakatoristas revolucionarios, pp. 19-20. 206 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR Desde sus origenes, este grupo hizo hincapié centralmente en elenfrentamiento racial entre blancos y originarios por sobre otras cuestiones. Afios mas tarde, Felipe Quispe reflexionaba mantenien- do esos mismos principio: Nosotros los indigenas tenemos nuestro propio territorio. Este terri- torio no es de los occidentales, de los colonizadores, es nuestro. Tene- mos nuestra propia historia, nuestra propia filosofia, nuestras leyes, religién, idioma, habitos y costumbres. [...] nosotros los aymaras nos consideramos una nacién y de ahi la idea de autodeterminarnos. No- sotros no seguimos la bandera tricolor boliviana que cargan nuestros opresores; nosotros tenemos la wiphalo, tenemos nuestros propios héroes y mértires [.1.!° En ese marco, a nivel electoral en 1978, propusieron candida- tos propios a diferencia del warx que apoyé a figuras partidarias del sistema politico. Sin embargo, no sdlo participaron en actos comiciales, su mayor presencia se encontré en el plano gremial militando en la csurca. De este modo, en esta central sindical cam- pesina convivieron, no sin tensiones, un conjunto de formas de organizacién y de luchas que se nutrieron esencialmente de dos grandes tradiciones culturales. Por una parte, la memoria que se remonta al pasado signado por la opresién que sufren las comuni: dades desde los tiempos coloniales; por el otro, por la experiencia adquirida —en términos de organizacién gremial— durante el si- glo x, en particular con la Revolucién de 1952 y con la reforma agraria de 1953 En cuanto al marxismo, éste provino esencialmente del grupo encabezado por los contingentes mineros y los cuadros de las ciu- dades. Los hermanos Garcia Linera venian militando con trabaja- dores urbanos y con células mineras de base. A eso se sumé el impacto que causaba en esa generacién el discurso del katarismo Entrevista realizada a Felipe Quispe Huanca por Alejandro Schneider, en Achacachi, en ‘agosto de 2010. Al respecto, véase: Rivera Cuseaxau, “Luchas campesinas contemporéneas en Bolivia: EI movimiento Katarista: 1970-1980", pp. 129-168, 207 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA més radicalizado y los procesos guerrilleros que se estaban desa- rrollando en Centroamérica. Durante esos afios, el embrién del grupo mantuvo los principa- les referentes del discurso indianista, pero, a su vez, los comple- menté con alusiones al socialismo ya la lucha de clases. Para Garcia Linera, la corriente encabezada por Quispe incorporé a este con- junto de concepciones la idea de que existe “una identidad popu- lar boliviana” como resultado de la ancestral explotacién y opresin existente. Este examen de la situacién condujo a comprender la necesidad politica de buscar una alianza y acuerdos politicos con otros sujetos sociales como los obreros, que experimentan simila- res grados de sometimiento. Sin embargo, este no fue el Unico aporte que provino del pensamiento indianista; a este se le suma- ria la especificidad que representa la identidad indigena aymara, la que lo llevaria “a un destino de autogobierno, de autodetermina- cién”* Por su parte, Quispe considera que la alianza que se hizo en esos afios se debié a la concepcién que tenian del enfrenta- miento contra el sistema, el cual no tenia que recaer sélo en los indigenas. De ahi que, en julio de 1986, se dan las primeras conver- saciones con el grupo de Garcia Linera en La Paz. Sobre una serie de acuerdos en el que coincidieron en la necesidad de “golpear al enemigo de turno y al imperialismo yanqui” es que empezaron a “funcionar al unisono dos corrientes ideolégicas contradictorias y diferentes: el tupakatarismo revolucionario y el marxismo”.® A pe- sar de esta confluencia, nunca terminaron de confundirse en una sola corriente de pensamiento; mds atin, nuestra hipétesis es que el sector indianista fue en el sentido ideol6gico, organizativo y nu- mérico el que se terminé imponiendo en esta alianza. Mas aun a la postre, fue el determinante en toda la actuacién del eatk. El nacimiento del eax Los primeros pasos de conformacién del grupo se remontan a la actividad desplegada por Felipe Quispe Huanca como secretario de Organizacién de la Direccién Nacional del mira, en 1984. Por "= Guach Lnens, “El desencuentro de dos razones revolucionarias,Indianismo y Marxismo". * Que, Los Tupakatarstas revolucionarios, p. 42. 208 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR entonces, el denominado Mallku se alejé del camino electoral y propuso que “la guerra comunitaria de ayllus” se convirtiese en “el principal instrumento de lucha para la toma del poder politico”. Asimismo, expuso que el mencionado movimiento indianista adopte la via armada como tactica militante. De este modo, Quispe junto con Fernando Surco, José Aramayo y su esposa Camila Choqueticlla, y otros activistas se fueron del wrxa. De acuerdo con lo expresado por Ayar Quispe, el Mallku y Jaime Apaza Chuquimia habian ido a Cuba, a comienzos de la década de 1980, durante un afio, a entre- narse en el arte de la instruccién militar."* Seguin recuerda Felipe Quispe Empezamos a organizarnos desde el afio 1984, cuando no tenfamos niiun revélver, ni recursos, ni tampoco experiencia militar. Si bien al- gunos de nosotros teniamos entrenamiento politico-militar en Centro ‘América, pero no era suficiente. [..] En las primeras acciones de recu- peracién econémica utilizamos piedras afiladas, como en los tiempos neoliticos, poco después ya teniamos armas y as{ sucesivamente.'* Como consecuencia de esa experiencia y de la situacién politi- ca tras las reformas neoliberales, se decidié crear el Ejército Tupak Katari en la ciudad de Sucre el 26 de febrero de 1986. De acuerdo con el testimonio de uno de los fundadores, Felipe Quispe, la in- tencién de esa reunién secreta fue “dejar en suspenso la sigla narxa y labrar otro movimiento”.** Para ello, se hizo una especie de ritual que fue acompafiado por un juramento al Tata Inti (padre sol), la Pachamama (madre tierra) y a otras deidades ancestrales. En for- ma paralela a este encuentro clandestino, Quispe participé y orga- niz6 la “Ofensiva Roja de Ayllus Kataristas”; también conocidos con el nombre de los “Ayllus Rojos”. El Vill Ampliado Extraordinario de la csurce, efectuado en Sucre en febrero de 1986, fue la ocasion para que se presentara este grupo a la luz publica. Meses mds tar- de, en agosto de ese afio, participaron activamente en la “Marcha por la Vida". A partir de entonces, sus posiciones politicas y sindi- % Quis, Los Tupokotaristas revolucionarios, pp. 21-23. % Quis, Mi coptura,p. 15. % Quits, Los Tupakotaristas revolucionarios,p.27. 209 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA cales se sostuvieron en los siguientes encuentros gremiales. En este sentido, en el VII Congreso de la Central Obrera Boliviana (cos), en Santa Cruz, en julio de 1987, la Ofensiva Roja de los Ayllus Kataristas elevaron un conjunto de escritos conocidos como “Propuesta de Tesis Politica” para ser discutidos y aprobados en ese mitin.” En ese documento caracterizaron a Bolivia como un territorio con- quistado desde la época colonial por los “blancos” y “mestizos”, que subyugaban y explotaban a las masas indigenas en condicio- nes de extrema pobreza. Frente a ello, en un contexto histérico signado por las derrotas de las movilizaciones obreras de los afios anteriores, propusieron erigir un “Estado de los trabajadores basado en la unién socialista de las diversas nacionalidades anteriormente oprimidas”. La de- claracién finalizaba con una clara advertencia de los pasos que iba a seguir la organizacién: “Tupaj Katari vuelve en las armas de cada comunario”. Ademas, se exhortaba a la necesidad de prepararse para una violenta guerra de clases que condujera al socialismo. Mas atin, se definia a este ultimo sistema como “el control directo, sin intermediarios, de todos los trabajadores armados sobre los medias y los recursos que tiene la sociedad”."* Afios mas tarde, la Ofensiva Roja de Ayllus Tupakataristas (orsr) © Ayllus Rojos fue la tercera fuerza en importancia numérica en el IV Congreso ordinario de la csutcs en Tarija en septiembre de 1989. En esa ocasién presentaron su Propuesta de Declaracién Politico Sindical, en donde polemizaron con el papel llevado adelante por las Organizaciones No Gubernamentales, a la vez que llamaban a enfrentarlas: “Lucha contra las instituciones como 1orK, cipca, cHANA; Radio San Gabriel, ac.o, etc. que viven sin trabajar a nombre de la cultura indio-campesina-comunitaria”."* Frente a esto, la orar sugiere que las ones “deben pasar a manos de los trabajadores del campo, porque el financiamiento viene en nombre del indio y no esta manejado por el propio indio, sino por * trun Saumon, EGTK: Lo guerrilla oymara en Bolivia, p. 23. * trun Suwon, EGTK: Lo guerrilla aymara en Bolivia, p. 28. ° Extraido de: Ofensiva Roja de Ayllus Tupakataristas, Propuesta de Decloracién Politico Singicol ol IV Congreso de la csurce, Taija, septiembre de 1989. Citado por: Qusrs, Los Tupokatoristas revolucionarios,p. 52. 210 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR algunos intrusos extracontinentales”” Ante estas declaraciones, segin Ayar Quispe, el entonces diputado nacional por Izquierda Unida Miguel Urioste denuncié que el movimiento armado perua- no Sendero Luminoso estaba penetrando en el movimiento cam- pesino; logrando, de este modo, que los organismos de inteligencia bolivianos se alerten sobre las actividades de los Ayllus Rojos.** Por su parte, Jaime Iturri indicd que en ese evento Felipe Quispe, en nombre de su grupo, se despidié publicamente de los delega- dos anunciando su pase a la clandestinidad y el inicio de la lucha armada? Como consecuencia, el paso siguiente fue la realizacién del Con- greso del ecr« en las faldas del cerro Chacaltaya el 14 de noviembre de 1990. En esta asamblea secreta se congregaron alrededor de 200 hombres y mujeres responsables de 200 células a nivel nacio- nal provenientes de todo el pais. Corresponde sefialar que cada una de las células o t’agas estuvo conformada por cuatro o cinco miembros y que cerca del 95% de las personas participantes de este encuentro eran indigenas campesinos. En dicho encuentro se debatieron dos posturas frente a la situacién nacional y la correla- cién de fuerzas de la organizacién: una de ellas, argumentada por Quispe, sostuvo que el horizonte politico indicaba que habia que aguardar dos afios mas “porque atin hacia falta el trabajo de ma- sas”. El otro punto de vista, esgrimido por Surco, era que “el traba- jo de masas ya se habia realizado por muchos afios y lo que hacia falta urgentemente era iniciar la guerra comunitaria de ayllus”. Esta perspectiva fue apuntalada en forma mayoritaria por los presen- tes en el Congreso. Por otra parte, de acuerdo con Felipe Quispe, en el Congreso se conformaron tres escuadrones representando la respectiva identi- dad nacional que habita en el pais. EI numero con mayor represen- tacién fue la Nacién Aymara, le siguié la Qhichwa, y en proporcién menor la que pertenecia a Bolivia. En esta ultima se encontraban el grupo de los “marxistas” o “mestizos” encabezados por los her- ® Quire, Los Tupokotaristas revolucionarios, . $2. ® Quire, Los Tupakotaristas revolucionarios, p. 54. trun Santon, EGTK: La guerilla oymara en Bolivia, p. 30. ® Quis, Los Tupokatoristasrevolucionarios, p. 58-59. Las italics corresponden al orginal 21 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA manos Garcia Linera. Por ultimo, el Mallku hizo prestar juramento a los tres sectores a fin de que no se realizara ninguna traicién a la guerra comunitaria de ayllus.** Desde otra perspectiva, un ex minero del sindicato de Caraco- les, militante del grupo denominado marxista, recuerda el na miento del ecr«: -éCoyunturalmente cémo explicaria el surgimiento del ecrk? Ese proceso es el que nos hace reflexionar, yo porque mi condicién de trabajador minero. Yo lefa el marxismo desde el punto de vista del Capital, y al capitalismo desde los principios de la produccién. Enton- ces, ahi nos dimos cuenta que el capitalism, encuentra diferencia entre lucha de clases; patrones y trabajadores, esclavos, siervos. Uno ve la historia y se da cuenta que nuestra estirpe es: aymara, 0 es quechua o es guarani. Vimos para atrs y nos dimos cuenta, viendo la cara de nuestros abuelos, que no era posible que continue este pro- ceso de exclusion y racismo. Y particularmente ahi surge el modelo de libre mercado. Esa son las primeras causas para enfrentarnos y orga- izarnos. Organizarnos en grupos de estudio politico, separados, la clase media en las ciudades, los obreros en las minas y en las fabricas, y los campesinos en el campo [...] En el 88, ya se decide, cuando ya el gobierno empieza aplicar medidas neo-liberales sobre el pais [..] Y ahi empieza a surgir en el 88, la decisién de que éCual es la alternativa? Dos opciones: armar la guerrilla urbana o Ia guerrilla rural con estruc- tura en columna o bajo un modelo maoista. Entonces, la idea surgié desde el campo: en columna no, no vamos a repetir la historia de! Che, ni de la FARC, lo que vamos a hacer mds bien es lo que hizo Mao en la revolucién cultural del 59. Organizamos la lucha de comunida- des, de ayllus, de barrios y de centros de trabajo. Ahi fijamos los pro- cedimientos yen un congreso decidimos como se ibaa llamar el grupo, para salir el 90. Entonces, en el noventa surge el rarx, no con un cabe- za como direccién, sino de manera colectiva la direccién.** El nacimiento de la guerrilla del crx se dio dentro un contexto histérico signado por la derrota de las organizaciones obreras tra- % Quiet, Los Tupakataristas revolucionorios, pp. 58-59. 25 Entrevista realizada por Bruno Fornillo a Macario Tola, en La Paz, en septiembre de 2009, 212 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR dicionales encabezadas por el proletariado minero frente al avan- ce del neoliberalismo. Cabe indicar que este no fue el Unico grupo armado que intenté dar una respuesta frente a este desolador pa- norama. Por entonces, surgieron otras dos corrientes que procla- maron el accionar combatiente: las Fuerzas Armadas de Liberacién Zarate Willka (ra.-2W) y la Comision Néstor Paz Zamora (cnr2). El primer grupo, en el transcurso de 1989, comenzé a producir numerosos atentados con cargas explosivas en varias ciudades, la mayoria sin que se proclame su autoria. Poco tiempo después, las zaL-aw empezaron a reivindicar estos hechos. Siendo el atentado a la comitiva del secretario de Estado de Estados Unidos, George Shultz, en su visita a La Paz; y la muerte de dos misioneros mormones, sus acciones mas importantes antes de ser desarticulados por or- ganismos de inteligencia.** El grupo se caracteriz6 por su declama- cién antiimperialista, la exigencia para atender cuestiones étnicas culturales y la lucha contra las medidas neoliberales del gobierno. La mayoria de los integrantes que fueron detenidos eran aymaras y estaban cursando estudios de grado en la Universidad Mayor de San Andrés. En cuanto al cnrz, esta corriente adopts el nombre de uno de los guerrilleros muertos de Teoponte, Néstor Paz Zamora, herma- no del entonces presidente Jaime Paz. Su principal referente fue el italiano, y ex misionero jesuita, Miguel Nothdurfter. Al igual que la rat-aw, ésta enfocd su accionar con un claro sentido antinorteame- ricano: en octubre de 1990 atacaron una casa donde vivian oficia- les del Ejército de los Estados Unidos, a la vez que derribaron un monumento a John F. Kennedy. Pero, sin duda, el hecho més im- portante fue el secuestro del industrial pacefio Jorge Lonsdale, pre- sidente de la subsidiaria empresa Coca-Cola en Bolivia, quien estuvo en cautiverio cerca de seis meses, a fin de poder cobrar un rescate para la financiacién de las actividades armadas. Sin embargo, el 6 de diciembre de ese afio, las fuerzas de seguridad allanaron la casa en Sopocachi donde tenian al administrador detenido. Las fuentes oficiales indicaron que los captores asesinaron a Londsdale, y que Northdurfter, Luis Caballero Inclan y Osvaldo Espinoza Gemio mu- rieron en el enfrentamiento con la policia. Aunque, seguin la ver- Ultima Hora 213 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA sin de los sobrevivientes, los miembros guerrilleros fueron ejecu- tados por elementos del orden.” El accionar armado del grupo La instruccién en el arte militar del grupo fue un componente im- portante para la organizacién. No se pensaba sdlo en una actua- cién a nivel urbano por medio de ataques dinamiteros, sino que también se concibié la preparacién de un cuerpo guerrillero que actuara en las selvas de Larecaja Tropical y el Alto Beni.* Por otra parte, estas acciones fueron tedricamente fundamentadas en un documento: En lo que se refiere a la capacidad organizativa militar, entre lo que se tiene hay que contar en primer lugar con nuestras células de combate su armamento; en su mayoria se trata de pequefios grupos con poco armamento, pero entrenados y fogueados en un trabajo clandestino y de guerra subterrénea de més de seis afios; de ellos una buena parte se ha templado en acciones de riesgo. Esto da una base de organiza- cién y capacidad militar que se ha de poner a prueba y ha de ser infi- nitamente enriquecida en el desarrollo de la misma guerra ya que al fin yal cabo en todo el mundo, se aprende a hacer la guerra guerrean- do. En segundo lugar y més importante que los anteriores, estan las armas nuevas y antiguas que poseen nuestros trabajadores dispersos, la dinamita de las minas, el conocimiento de nuestros hijos y herma- nos, parientes 0 vecinos que han sido entrenados en los cuarteles. Esta fuerza militar y organizativa esta dispersa de momento. Untercer componente de las fuerzas materiales y organizativas son los sindica- tos de centro de trabajo existentes en cuyo seno se ha acumulado la * Los tiempos. 2 Desde antes de conformarse definitivamente el zor, el grupo liderado por Felipe Quispe bbuseé alcanzar un adecuado nivel de preparacién militar. Asi, por ejemplo, uno de fos sitios. elegidos para el adiestramiento fue el nevado llampu, en el lugar llamado Jist’aRa, en la frontera entre la provincia Omasuyos y Larecaja, del departamento de La Paz. Se sabe que este entrenamiento fue realizado a mediados de 1988, y que en él participaron ~dirgidos por el Mallku- cerca de 20 personas, no logrando terminarlo porque fueron delatados por tun gui turistico,alertando sobre su existencia alas Fuerzas Armada. 214 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR experiencia de luchas y levantamientos pesados. Una cuarta fuerza material organizativa es el odio contra los patrones.”* Cada aspirante que deseaba ingresar a la organizacién debia foguearse en el terreno practico. Segiin Quispe, los nuevos com- ponentes tenian que franquear una prueba, la cual consistia en la participacién de atentados dinamiteros. Cabe indicar que estas actividades no sdlo eran por una cuestién meramente técnica, sino que se buscaba reafirmar en los integrantes “el rechazo ala salida electoral” o la posibilidad de “ocupar un espacio parlamentario”.” De este modo, el 13 de marzo de 1989 comenzé esta fase prepara- toria participando en una serie de atentados con artefactos explo- sivos contra 20 locales politicos de partidos tradicionales; al mismo tiempo, cada carga de dinamita fue acompafiada con un bidén de excremento. Meses mas tarde, el 14 de noviembre, continué ha- ciéndose ataques a numerosas oficinas de partidos politicos en La Paz y El Alto.” En ese contexto, el ssrx decidié iniciar las acciones el 21 de junio de 1991, en homenaje a la celebracién del Afio Nuevo Aymara (Machaq Mara) y del Afio Nuevo Qhiswa (inti Raymi). Ese dia se realizé un acto simbdlico: se colgaron tres gallos en una de las ave- nidas de El Alto. Pocos dias més tarde, el 4 de julio de 1991, se efectuaron sabotajes a torres de energia eléctrica de alta tensién en El Alto en repudio a la independencia de Estados Unidos. Acom- pafiado a esta accién, la organizacién emitié el siguiente documento: Ahora, con el disimulo de narcotréfico permiten el ingreso de las tro- pas mercenarias gringas, hasta el extremo que han llegado a ser con- trolados y gobernados desde Estados Unidos y supervisados por el Virrey Robert Gelbart; todos estos hechos indignos no son mas que la continuacién y prolongacién del colonialismo.”” srt, Sobre la Guerra, pp. 25-26. Citado en: Inn Sawn, EGTK: La guerrilla aymara en Bolivia, pp. 72-73, » Entrevista realizada a Felipe Quispe Huanca por Alejandro Schneider, en Achacachi, en ‘agosto de 2010. * Quire, Los Tupokotaristas revolucionarias, p. 44; Que, Mi captura, p. 24 ® Declaracién del documento Manifesto del 4 de julio de 1991. Citado por: Qusrs, Los Tupakataristos revolucionarios, pp. 62-63. 215 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA Durante las siguientes semanas se realizaron distintos atenta- dos dinamiteros a oleoductos, poliductos y torres de energia en Calamarca, Cochabamba, Potosi, entre otros sitios.” En los prime- ros meses de 1992, la guerrilla comenzé a ser desarticulada por los servicios de seguridad del Estado. La necesidad de conseguir ar- mas para continuar con las acciones condujo a la detencién, el 9 de marzo, de Rail Garcia Linera y su mujer Silvia de Alarcén, tras un ardid tramado por los servicios de inteligencia.** Un mes mas tarde fueron detenidos Raquel Gutiérrez, en una casa de Santiago Segundo de El Alto; y Alvaro Garcia Linera, Victor Ortiz Quisbert y Silverio Maydana, en la tranca de Senkata cuando retornaban de Cochabamba. A las pocas horas, en diferentes lugares, también fueron capturados Macario Tola y Santiago Yaflique.** Segtin Quispe, la detencién de Alvaro Garcia y su mujer condujeron a que el ectk cayera en una situacién de “grave crisis econémica” porque mane- jaban las finanzas del grupo.** En un marco signado por la fuerte represi6n ejercida junto con las desavenencias internas existentes en la organizacién politica militar, el sector indio liderado por Quispe emitié una declaracién reafirmando el accionar armado frente a las detenciones ocurri- das.”” A partir de entonces, el grupo armado escribié documentos y reclamos sdlo en idioma aymara. Ademas, claramente se empe- En uno de esos sabotajes fallecieron “producto de errores humanos~ dos miembros del ark (Samuel “Jess” Mamani Mayta y Severo Caiza Villavicencio}, en ocasion de instalar una oma en una torre de alta tensién en la localidad de Kellnuani, el 19 de septiembre de 1991. De acuerdo con Ayar Quispe, la responsabilidad directa de! fallecimiento de ls mil tantes de la organizacién durante el sabotaje fue de Rail Garcia Linera, Seguin Ayar Quispe, en octubre de 1988 el Maku intenté conseguir armas viala embajada cubana en Bolivia, pero la isla caribefia se negé argumentando la imposibilidad de ingresar las al pais. Qustt, Los Tupakotarstas revolucionarios, pp. 39-40. >> trun Saou, core: Lo guerrilla aymara en Bolivia, p.2¥; Quite, Los Tupakataristas revolu- lonarios, p82 * Entrevista realizada a Felipe Quispe Huanca por Alejandro Schneider, en Achacachi, en agosto de 2010. I sector, ain en actividad, mencioné: “Ante el anuncio del narcogobierno mir-aon, de habernos desbaratado al jército Guerrillero Tupak Katari (esr), le revelamos que séio he- ‘mos sido amputado uno de los brazos marxistas-leninistas; todo ello no es de lamentar, ni ‘vamos a chorrear las ligrimas hasta humedecer la Pachamama, sino permanecemos sere- ros en posicin inicial,listos y aprestos de dar el combate”. Extraido de: Viva el primer afo de! inicio de la lucha armada Aymara-Qhiswa, 21 junio de 1992. Citado en: Quire, Los Tupokotaristas revolucionaries, pp. 82-83. 216 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR 26a diferenciar de los “mestizos", aludiendo que éstos fueron “trai- dores” a la causa indigena, a la vez que argumentaban que el mar- xismo era una ideologia occidental y colonizadora.** Afios mas tarde, recordando esos sucesos, Felipe Quispe comenté: “Después de la caida de los hermanos Garcia Linera, decidimos que era apremian- te enaltecer nuestra ideologia propia ‘indianista-tupakatarista’, a fin de lograr la soberania ideolégica y asi no depender de paradig- mas q‘aras, puse se tenia que realizar la guerra de ayllus a nuestro estilo”.*° En ese contexto, la actividad armada continué a través de aten- tados dinamiteros en Potosi, Sucre, La Paz (en la Iglesia de Jesu- cristo de los Santos de los Ultimos Dias), en el Regimiento Policial Numero V de El Alto, entre otros lugares. Poco tiempo después, a mediados del mes de agosto, fue detenido Felipe Quispe junto con dos integrantes de la organizacién (Alejandro Choque y Mario ‘Apaza) tras haber sido delatado por Benito Quispe, Ramirito.” Frente a la caida del maximo responsable del corx, se intentd proseguir con la actividad buscando una nueva Direccién Nacional de origen indigena proveniente del wirka. Tras una serie de incon- venientes, de acuerdo con Ayar Quispe, se eligié un nuevo lider a la vez que persistieron las acciones como el atentado dinamitero a la estatua de Isabel la Catdlica en Potosi el 5 de octubre de 1992, en ocasién de los 500 afios del inicio de la Conquista hispana. Pese allo, el entusiasmo original fue decayendo, el grupo se fue des- moralizando. Por ese entonces habia 38 miembros presos en las cdrceles: 32 de ellos eran indigenas y seis no originarios.** De esta manera, comenzaron a plantear la posibilidad de retirarse de la lucha armada. A comienzos de 1994, la nueva direccién del grupo politico militar, a pesar de haber continuado con los atentados, decidié —segin Ayar Quispe—, “|... retroceder en su lucha y es- perar el tiempo necesario y la circunstancia favorable para retor- nara las jornadas guerrilleras. [...] Es en siuna practica de ‘repliegue * Quispe sostuvo esta idea en numerosos capitulas de su libro. Por otro lado, Iturt indied ‘en menor medida-~esta dificil convivencia interna en el seno del esr * Quire, Mi coptura, p. 13, “ Elrelato completo sobre la delacién comprada, su captura y las torturas recibidas se en. ‘cuentra en: Quire, Mi coptura. “ Quits, Los Tupakataristas revolucionarios, pp. 101-104, 217 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA tactico’ empleada por este movimiento insurgente indio, pues la devocién por la ‘causa sagrada’, por la causa de todos los indios, sigue latente o manifiesta’.* Tras varios afios en prisidn los integrantes del catx fueron libera- dos. Tanto las permanentes movilizaciones al penal, donde se ha- llaban confinados, como las irregularidades en el procesamiento judicial, hicieron que los detenidos recuperaran su libertad. A modo de conclusién provisoria La emergencia del ccrx guarda relacién y es producto de las distin- tas memorias de lucha y de participacién indigena, campesina y obrera que surcan la historia popular de Bolivia. Por un lado, la memoria larga que se remite a las recurrentes sublevaciones indi- genas desde la época colonial y republicana, desde Tupak Katari a Zarate Willka; por el otro, la memoria a mediano plazo, desde los acontecimientos de la Revolucién de 1952, la lucha por la naciona- lizacién de las minas, la reforma agraria, las tentativas guerrilleras de El Che y del Ejército de Liberacién Nacional en Teoponte, y el nacimiento del katarismo desde fines de la década de los sesenta; y finalmente, una memoria corta signada por el impacto del neoliberalismo y la resistencia a sus embates tras los acontecimien- tos de Calamarca. En esa ocasién, el ecrk tuvo como nota distintiva apelar a la su- premacia de lo indio en tanto sujeto politico capaz de sublevarse frente al Estado, a partir de sus propias organizaciones y de sus lideres, hecho novedoso en la historia del discurso emancipatorio local. En otras palabras, este grupo insurgente debe ser compren- dido y enmarcado como un componente més dentro de esta “era katarista” que imprimié muy fuertemente —y lo sigue haciendo— la historia reciente de este pais del Altiplano. Este rasgo, sin em- bargo, no debe menoscabar el hecho de que el marxismo resignificado, aunque se encuentre en menor medida en la organi- zacién, también constituyd una de las vertientes que alimenté el caudal ideoldgico politico del earx. En los hechos, lo que se produ- jo, y de un mado para nada carente de tensiones, fue el intento de © Quser, Los Typokataristas revolucionarios, . 107. El resaltado en el origina 218 ALGUNAS COSIDERCONES SOBRE LA ESTRATEGIAPOLICA SL ERCMO GUERRERO TUPA KHIR congeniar marxismo e indianismo, bajo un horizonte que anhela- ba la liberacién de la explotacién y de la opresién racial por la via armada. Los protagonistas de esta tentativa, ante el fracaso que supuso la represién y los cambios experimentados durante la segunda mitad de la década de los noventa y comienzos del nuevo siglo, optaron por organizarse politicamente a través de la contienda elec- toral tradicional. De este modo, Felipe Quispe organiz6 el Movi- miento Indigena Pachakuti (mie), mientras que Alvaro Garcia Linera se integré como vicepresidente en el gobierno del Movimiento al Socialismo (mas). FUENTES DE INFORMACION PERIODICOS Los tiempos, 26 de abril de 2009. Ultima Hora, 4 de junio de 1989. BIBLIOGRAFIA ‘Aso, Xavier, Movimientos y poder indigena en Bolivia, Ecuador y Pert, La Paz, cipca, 2008. Escrzaca, Fabiola, “Las insurgencias del campesinado indigena en Perd, Bolivia y México: Pcp-sL, EGTk y EZLN”, Miguel Angel Urrego Ardilay José Domingo Carrillo (Editores), Etnia, género y cla- se en el discurso y a practica de las izquierdas en América Latina, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolés de Hidalgo, Universidad Auténoma de San Luis Potosi, 2012, pp. 11-50, Garcia Linera, Alvaro, “El desencuentro de dos razones revoluciona- rias, Indianismo y Marxismo”, Le Monde Diplomatique, Lima, marzo de 2008 en http://www.jornada.unam.mx/2007/12/ 20/cuadernos.pdf tural Saumén, Jaime, EGTK: La guerrilla aymara en Bolivia, La Paz, Vaca Sagrada, 1992. ‘Quisre, Ayar, Los Tupakataristas revolucionarios, La Paz, Pachakuti, 2009 219 TeQUERONs, Movs SCILS Y EUTURK POUT EN AMERICA LOTMA Quises, Felipe, Mi captura, La Paz, Pachakuti, 2007 Reaca, Fausto, La Revolucién india, La Paz, Fundacién Amattica “Fausto Reinaga”, 2001. Rivera Cusicanaui, Silvia, “Luchas campesinas contempordneas en Bolivia: El movimiento Katarista: 1970-1980”, René Zavaleta Mercado (Comp.), Bolivia, hoy, México, Siglo XI, 1987, pp. 80y ss. 220

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