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JOSEP LL. BLASCO | t 1 COLECCION ZETEIN | | 2 | met INDICE IntRopuccION . «|. ‘4 9 1. — Et. aNAuists cLAsico : 15 11 G. E. Moore . 16 \ 1.2 Bertrand Russell . toe 23 \ 1.3 Ludwig Wittgenstein . 32 2.— La critica A LA TEORIA DEL SIGNIFICADO 40 2.1 La teoria del significado o 2 4 2.1.1 La denotacién Al 2.1.2 La connotacién . : 55 2.1.3. La relacién indirecta pals abra-cosa. 62° 2.1.4. Situacién general de la teoria del signi- ficado . . - ss aus 66 22 “Uso” versus “significado”... 68 2.2.1 La imposibilidad de una teoria goer del significado. . . - - 69 2.2.2 Analisis de algunos problemas de la teoria del significado. . . 2 + 76 2.2.2.1 Problemas de ta denota me. 76 2.2.2.2 Problemas de la connotacién . 87 2.2.2.3 El problema de los procesos mentales . . - 91 22.3 “Don't ask for the meaning, * ask ‘for the use”. oe Loe 96 8 LENGUAJE, FILOSOFIA Y CONOCIMLENTH 3.—Tzonfia DEL LENGUAJE . 7 3.1 Naturaleza del lenguaje . 3.2 Aprendizaje del lenguaje 3.3 El problema de las reglas . 3.4 Gramitica filosdéfica coe 3.5 Estructura categorial del lenguaje 3.6 Nota sobre el lenguaje gnoselégico . 4,— Tareas ¥ METODO DE LA FILOSOFia . . 4.1 El anilisis clasico como punto de partida . 4.2 Filosofia y andlisis en el “segundo Wittgenstein” 4.3 Las escuelas de Cambridge y Oxford 4.4 Resumen sintético: las restricciones del andlisis . 5.— REFLEXIONES cniticas . BrstiocraFia in ig My 122 12g l4y 14g U4 134 1% 1% 189 191 205 INTRODUCCION La filosofia anal{tica del lenguaje ordinario cuenta con los suficientes decenios de existencia para constituir un movimien- to dificil de agotar en su totalidad. Me propongo sdlo estudiar algunos puntos que considero basicos dentro de la amplia pro- blematica desarrollada por esta filosofia, a la que voy a llamar, de momento, “filosofia analitica del lenguaje ordinario”. Tales puntos se refieren a problemas relacionados con el lenguaje y con la idea de filosofia. A algunos de los problemas que este estudio me ha plan- teado voy a dedicar esta introduccién. I En el aio 1936 el profesor A. J. Ayer publicé un famoso libro que Hevaba por titulo Language, Truth and Logic; no he de ocultar que este titulo ha influido en el que he elegido para este libro. Pero los cambios en los miembros del titulo han sido intencionados: si para los positivistas légicos sus con- cepciones acerca del lenguaje y la verdad estaban en estrecha dependencia con la propugnada vinculacién entre légica y filo- soffa, para los fildsofos del lenguaje ordinario el concepto de filosofia, y mAs especificamente los problemas de semAntica y teorfa del lenguaje, dejan translucir, como telén de fondo, cuestiones relativas al conocimiento humano. No obstante, nin- guno de ellos ha tematizado una teorfa general del conocimien- to; es mas, uno de los principales representantes de este 1. El bro del profesor Ayer que lleva por titulo The Problem of 10 LENGUAJE, FILOSOFIA Y CONOCDMIENTO movimiento, Gilbert Ryle, al finalizar su obra The Mind dice: “si el total aparato impuesto de términos como ‘concepcién’, ‘juicio’, ‘inferencia’, y los restantes, ha sido vocadamente transferido de las descripciones funcionales de los elementos de teorias publicadas a la descripcién de actos procesos de la construccién de teorias, explicar, La alternati la teoria naturalista del lenguaj : es Ja Mar teoria “convencionalista”: Ja conven- cién es 21 fundame to de que una determinada forma grama- teal de Tos enunciados registre un determina hecho spo de hechos. Ryle, en cl articulo citado, se inclina, aunque con servas, por la teoria “convencionalista”. 2, Teoria de los nombres. La base de la teoria del signi- ficado-figura estriba en que los enunciados se componen de nombres y los nombres se refieren inmediatamente a los ob- jetos: 3.203 El nombre significa el objeto. El objeto es su signifi- cado (...) 3.22 El nombre representa en Ja Proposicién al objeto. 3.26 El nombre no puede ser subsecuentemente analizado por una definicién. Es un signo primitivo. Es decir: los nombres nombran los objetos y son sus signos en la proposicién. gY cémo se aprenden los nombres? Por osten- sién, por sefialamiento del objeto a la vez que se pronuncia el nombre. Si el significado de los nombres es el propio objeto, y silos nombres son signos primitivos, indefinibles, puede con- cluirsé qué son los elementos primeros del Ienguaje y los ele- nentos basicos de Ja referencia del lenguaje a la realidad. Esto “supone que los nombres propios tienen un significado univoco, y como los nombres propios gramaticales no tienen un claro significado univoco (en general los nombres propios tienen que resolverse en “descripciones”: “la mesa del despacho”, “José, hijo de José y Teresa”...) hay que recurrir, como hizo Russell, a los llamados “nombres légicamente propios”, cuya referen- cia a la realidad, al objeto que nombran, sea unfvoca: los demostrativos_y expresiones similares. _ Ya al hablar de B. Russell me he referido a las criticas ordinarias a la teorla de los “nombres légicamente propios”, que, en resumen, son las siguientes: 1) que un lenguaje cons- truido con “nombres légicamente propios” serfa ininteligible; 2) que la “definicién ostensiva” por la cual se aprenden los 36 LENGUATE, FILOSOFIA ¥ CONOCIMIENTO ios” ne la comprensién pre- baihs l6gicamens propos sic ostensiva”, ademas de vie del eno 1 conocimiento de una determinada los gestos, Pre ve ejemplo, presupone el conocimiento categor’ eo ramateal de la categoria “nombre"): 3) que im Sm " Srombres légicamente propios™ tiene como base toe saat oe sbles” Jo inmediatamente aprehendido de las los dates tm neal da en que no puede trascender de ahi, se apoya vn el solipsismo (doctrina que hace inexplicable, segin el “segundo Wittgenstein”, el lenguaje). 3. Cardcter tnico y completo del anilisis. isi y de la proposicién. 3.25 Hay un anilisis completo, y sélo uno, 3.251 La proposicién expresa lo que expresa de un modo de- terminado y claramente especificable: la proposicion es articulada. En efecto, puesto que la referencia a la realidad es univoca, hay un solo andlisis de una proposicién dada, y este anilisis es completo: llega a los elementos ultimos que componen la proposicién; esto es posible porque lo que expresa la proposi- cién es claro, carece de ambigiiedad. Por supuesto, Wittgenstein se refiere en estas tesis a un lenguaje Iégicamente correcto, a un “simbolismo que obedezca a la gramatica légica, a la sintaxis légica” (3.325), ya que el lenguaje ordinario oculta la forma légica, y sus elementos no tienen unicidad de designacién. Estas tesis ya han sido desarrolladas, y enunciada su critica, al hablar de Bertrand Russell. Wittgenstein, en las Investiga- ciones rechaza: a) que el andlisis sea completo, puesto que esta tesis leva implicita que hay una esencia oculta del lenguaje que el andlisis descubre, cuando ni el lenguaje tiene ninguna esencia oculta, ni las proposiciones tienen una tinica forma logi- ca; el error del Tractatus, al haber pensado que la légica es la esencia del lenguaje y presenta el orden a priori del mundo, consiste en haber sublimado los conceptos de “proposicién”, “palabra”, “prueba”, “verdad”, “experiencia”..., cuando estas palabras si tienen un uso en el lenguaje éste debe ser tan humilde como el de las palabras “mesa”, “J4mpara”, “puer- EL ANALISIS CLASICO 3T ta”...;27 b) que el lenguaje ordinario deba ser sustituido por un Ienguaje ideal. En el Cuaderno azul ha escrito: “Es erréneo decir que en filosoffa consideramos un lenguaje ideal, como opuesto a nuestro lenguaje ordinario. Pues esto hace que parez- ca como si pensdsemos que podriamos perfeccionar el lenguaje ordinario. Pero el lenguaje ordinario est4 perfectamente. Cuan- do elaboramos “lenguajes ideales”, no es para que reemplacen a nuestro lenguaje ordinario, sino precisamente para eliminar alguna dificultad causada en la mente de alguien al pensar que ha comprendido el uso exacto de una palabra comin; ** ¢) que el andlisis reductivo clarifique el sentido de Jas proposiciones; ya hemos visto al hablar de Russell que “simple” y “compuesto” no tienen tn tinico sentido; pero, ademas, dice irénicamente Wittgenstein, no esté claro que el enunciado “mi escoba esté en el rincén” sea un enunciado sobre el “palo”, el “manojo” y la determinada posicién que tiene el uno respecto del otro; sin embargo, este segundo enunciado seria un andlisis reductivo del primero.”* 4. El solipsismo. Es sabido que Wittgenstein ha defendido en el Tractatus un solipsismo sin sujeto (sin “yo” metafisico): “el mundo es mi mundo”, pero no es el mundo de un “yo” pensante, “el sujeto pensante, representante, no existe” (5.631). Me interesa subrayar un aspecto de la exposicién wittgens- teiniana del solipsismo: la vinculacién del solipsismo con la privacidad del lenguaje; Wittgenstein habla de “mi lenguaje” y de “el lenguaje, que sdlo yo entiendo”. Al Wittgenstein de las Philosophische Untersuchungen la nocién de “lenguaje priva- do” le parece légicamente contradictoria, y ello porque a la nocién de lenguaje le es esencial la nocién de “regla de len- guaje” y la consiguiente de “uso correcto 0 incorrecto”, y estas nociones son incompatibles con Ja privatez. Ademés, tal len- guaje estaria basado sobre las sensaciones privadas, las cuales hhabfan de ser reconocidas, para lo cual se presupone la memo- ria y gobmo puede resolverse privadamente el problema de decidir si un recuerdo es correcto o incorrecto? Por lo demés, , 21. Philosophische Untersuchungen, 91, 92 y 97. 28. L. Wittgenstein: The Blue and Brown Books, p. 28. 29. Philosophische Untersuchungen, 60. 35 LENGUAJE, FILOSOFIA Y CONOCIMIENTO insiste Wittgenstein que en todo caso las sensacionc s, que 7 an los elementos ultimos de referencia de un lenguaje privac o, no se pueden “sefialar”, no son susceptibles de definieion os en- siva”, puesto que no hay gestos para referirse a ‘| as gcbmmo entonces, podrian definirse los elementos basicos “ on le ng raje privado? Y negando la posibilidad légica de un lenguaje pri- vado, se niega la coherencia logica del solipsismo. Estas breves notas sobre el Tractatus ponen de relieve la radical modificacion de los puntos de vista de Wittgenstein en las Investigaciones. Pero al lado de estas profundas discrepan- cias, hay un elemento de continuidad: la concepeion misma de la filosofia. Las viejas ideas del Tractatus de que la filosofia no es una ciencia natural, que “no es una teoria, sino una actividad”, que no hay “proposiciones filosdficas”, siguen vigen- tes en las Investigaciones: la tarea del fildsofo no es construir hipétesis ni aportar tesis que aumenten el conocimiento. La filo- sofia describe lo obvio, lo que ya es conocido de todos: “la filosofia sélo establece lo que todos admiten”.*” Sigue mante- niendo, y quizis ahora con més claridad que en el Tractatus, que la filosofia es clarificadora: el andlisis filos6fico clarifica los errores respecto a los usos de las palabras; como veremos mi adelante, el andlisis filosdfico es una investigacion “grama- tical”. Es sobradamente conocida la influencia que el Tractatus ejercid sobre el Circulo de Viena. El nombre de Ludwig Bt; Pacher:" The. Philoseph Pitcher: Philosophy of Wittgenstein, pp. 321-322, subraya también esta continuidad. En el mismo sentido, ver PParticulo de D. Shae pere: “Philosophy and the Analysis of Language”, en Rorty op. cit., que ve la continuidad en el sentido terapéutico del anilisis filoséfico. Sin Morris Lazerowitz (en Alice Ambrose y Morris Lazero- witz: Wittgenstein: Philosophy, Experiment and Proof", en Mace (ed.): op. eit.) subraya lo que él cree una madurez de las Inves- tigaciones sobre el Tractatus, ya que en este ultimo las tesis sobre Ja naturaleza de la filosofia son contradictorias (hay contradiccién entre la tesis de la falta de sentido de las proposiciones filoséficas y la tarea asig- nada a la Glosofia, en 4.113, de del'mitar los campos de las ciencias, como filosofia fuera una visisn omn‘comprensiva de la realidad). Fret Lazerowitz, en las Investigaciones Wittgenstein establece d: concepciones (no contradictorias) de la filsofia: ilisis terapéutico: goncepciones (ng ntradictrias) ge ia Hlcsfia a) el anilisis terapéutico; BE EL ANALISIS CLASICO. 39 Wittgenstein va siempre asociado con el positivismo légico. Pero el “segundo Wittgenstein” y con él la filosofia del len- guaje ordinario apenas ha sentido la influencia de las tesis del positivismo légico. Estas tesis fueron difundidas en Ingl por la obra de A. J. Ayer: Language, Truth and Logic que trata de probar: 1) ia primacia del principio de verificacian en el problema del significado; 2) la consiguiente carencia de sentido de las expresiones metafisicas; y 3) la reduccién de las proposiciones sobre objetos a proposiciones sobre datos sensi- bles. J. Wisdom * ha criticado largamente la obra de Ayer sobre Ja base de que la primacia del principio de verificacién es una tesis metafisica: para Wisdom cada tipo de enunciado tiene su propio tipo de significado, y en esto sigue Ia tesis de Wittgenstein segiin la cual el problema no es “gqué es el sig- nificado?”, sino dada una expresién, descubrir sus usos, y ast descubrir el “cuadro del paisaje” de un determinado Ambito lingiifstico. Rechazado el principio de verificacién, desaparece la base de la critica de Ayer (y en general de todo el positivis- mo légico) a la metafisica. Por lo que respecta al anilisis reductivo, la critica de Wisdom se basa en que los pretendidos enunciados sobre datos sensibles no son en absoluto enuncia- dos, ya que no son susceptibles de verdad ni falsedad. Més que vinculaciones o influencias mutuas, puede hablar- se, con M. Black,** de dos escuelas distintas de analisis, cuyos abjetivos y cuyos métodos son diversos. jaterra Estos tipos de anilisis que he desarrollado en esta apretada exposicién de los precedentes de la filosofia del lenguaje ordi- nario constituyen lo que Urmson * ha Iamado “anilisis clisi- co”. Frente a él, las escuelas de Oxford y Cambridge han pretendido construir un nuevo método analitico, a cuya inves- tigacién voy a dedicar los préximos capftulos. 38, J, Wisdom: Philosophy and Psychoanalysis, en el capitulo dedi- cado a la referida obra de Ayer. j ~ 93, M. Black: “Relations between Logical Positivism and the Cam- ige School of Analysis”, The Journal of Unified Science, vol. VIII et SP Rirmson: “L'histoire de analyse”, en La Philosophie Ana- litique.

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