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44 AGIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONCHTOS Reid John Phillip, Cnstitutonal History ofthe American Recoution, Madison, University ‘of Wisconsin Press, 1986-1998, 4 vols. Sicyés, Emmanuel J, Fl Teer Esadoy tres escrits de 1789, (1789), Mack, Espasa Libros, 1991 ‘Vega, Pedro de, La refrma constitucionly la problema del poder constituent, Maat Teenos, 1985. XIIL SOBRE LA CIUDADANIA POLITICA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX* Hilda Sabato** En los tiltimos diez 0 quince afios, término crucial en los debates politicos haa llegado a ser un América Latina no EI significado de este concepto teérico clisico sc ha ampliado y diversificado de formas las que el concepto se originé y florecié: nculados con el viejo dilema de eémo reconci fe los antiguos” con “la libertad de los modernos”! * Hilda Sabato, “On Poitcal Citizenship in Nineteenth Century Latin America’s Tomado de Aeris Hira Review, nz. 106, de octubre de 2001, pp. 1290-1315 Teaduecin de Rost Reyes, revision de Kenya Bello Este abajo se crcrbisprincpalmente mientras ra proesora dl Center for Advanced Std ies in the Behavioral Scences, en Sanford, California, en 1998-199, y se concuyé en Buenos A rea. Agradeno ala Gicorp Foundation, cn Estados Unidos, y ala Universidad de Buenos Airs {programma Unsoy'), en Argentina, pore apoyo ecenémieo propocionado. resenté versions pre is para su discusin en e Center for Latin American Studies, en ls Universidad de California en Berkeley; en el Latin American Program, dela Universidad de Stanford, yen la serie de caloquios Culture and Democracy, en el Center fr History, Society, and Cleared Ia Univer sida de California, en Davis. Quistera agradecer a es particpantes pols comentarios recibidos durante esas pesenaciones asf emo alos dcaminadoresanbnimos de AHRC Agradeaco en espe {ala Nancy Cot, quien hizo sugerenias valiona a versin orginal "Veanse Ve, Citadines 1990; Move, Dinenns, 1992: Beier, Tring, 1905: Clarke, Dep 1996; Lister, Ginn, 1997, y Tarn y Hamikon, items, 1994, entre oes 435 436 HL SIGLO XIX 47 HACIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONGEPTOS SOBRE LA CIUDADANIA POLITICA EN AMERICA LATINA EN La problemética de la ciudadanfa también ha estado presente en los studios del pasado y ha sido especialmente productiva en el campo de la historia politica. ici 1es politicos. Los esfuerzos yberanias, Ia constitucién de nuevos regimenes pol oe ‘onstruir naciones tomaron diferentes drecciones y mas de Lae to fracasé en su ntento, No hubo un camino nel ni predeterminad que condujera a los Estados-nacién. Finalmente, los nuevos Estados se consol darian durante la segunda mitad del siglo XIx." ; Pesca la compleidad de su histor las enidads pocas que secon formaron después de la independencia, @. mayor parte de la historiografia previa interprets ese pr ‘minos de la transicién del mundo occidental de las sociedades del ancien reégine a los Estados modernos, asi como de los avances logrados y los obs culos enfrentados en ese camino lineal y progresivo que presumiblemente Conducta de las primeras a las segundas. La nueva literatura ha puesto en entredicho esta visién lineal y, a partir de la introduccién de la problemati ‘cade la ciudadania, ha enriquecido y complejizado el cuadro del desarrollo politico del siglo xrx. En una época en ja destacada excepciin de la mayor parte del mundo occidental, con la destacada ex le Estados Uniden, apoyaba la monarquta, la América hispana cgi la a marquia se discutié en casi todas partes, se puso a prue blica. La monarg iscut end A continuacién, y con base en la literatura reciente, reflexio ‘mas planteados por Ia Hit la eins Estos asuntos resultardn familiares para los es fudiosos de uu dreas del mundo que también vivieron profundas trans- formaciones en el paso del régimen colonial al gobierno independiente, la constiucién de los Estados nacién o la formacién de sistemas de gobierno fundados sobre los principios de represe ntacién moderna pular: No obstante, ras ona una historia bastante diferente. Su independencia cena Sasi pope yp calmin con la eran de una monarqla consituional encabeada por elemperador Pedro Ie hijo del rey portugués. Aunque muchas cosas cam- biaron con el extablecmiento del imperio auténomo, lt transcén de la eo- Jona a independencia fue menos disrupiva que ex los antguos evi vos expails; Brasil sigui siendo una enidad politica tinea aun después de haberse convertdo en replica en 1889. Sin embargo, la Constivucin imperial de 1824 introdujo formas modernas de representacién que cam biaron la naturaleza del régimen.® revisar trabajos sobre casos especificos ~abordados des- la perspectiva comin del interés por la ciudadanfa politca-, este ensayo ‘e propone idemtificar los principales problemas en la historia politica de la América Latina del siglo X1x, asi como presentar un estudio analitico ttil Para establecer comparaciones con otras regiones del mundo, evolucionarios y en la primera década de independencis Seas sdactadas en América Latina trataron {o s6lo lo intentaron a partir de la " icos basados en la representacién mo- Durante los primeros afios del siglo x1x, Espaiia y los tervitorios america- institucién de nuevos regimenes politicos basad Sis Ros entraron en un periodo de transformaciones grandes y radicalcs. El ien- edifcio de la monarquia se derrumbé en muy poco tiempo y los intentos En este conflictivo periodo inicial, 1a subsecuentes por mantener unido el viejo imperio sobre nuevas bases fra casaron. El viejo régimen se desmembré y la América colonial se dividié who ‘en muchas partes, Siguieron guerras y revoluciones. Asi comenz6 la larga © Wane cs Has fi, 185, Std ais historia de la formacién de nuevas entidades politicas, la redefinicién de * Murillo, Desresiniiets, 1005, pp. 498 HAGIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA; CONCEP TOS regi6n fue tierra fértl para la G@RSWSGR |e) AiteReNReS NICOLOSI aS REGED SGcialeSIPASEHAS poltiaD. Sin embargo, cxutre las elites revolucionaria prevalecian ideas y conceptos emanados de la Hustracién ibérica y francesa, 1 liberalismo anglosajén y el humanismo civil, asi como del jacobinismo, francés. Las primeras Constituciones dan cuenta de estas influencias, Esta orientacién no impidié la inclusién de motivos politicos pertenecientes a ‘otras familias intelectuales, pero las nuevas normas apuntaban hacia la mo- dificacién radical del orden colonial y la institucién de una sociedad moder. ha y un gobicrno representativo Este impulso liberal inicial fue reemplazado pronto por un énimo mis conservador, a medida que los grupos hegeménicos de las nuevas elites resinticron la inestabilidad politica y la posibilidad de disturbios sociales Pero algunos de los principios establecidos en los afios revolucionarios ha. bian Megado para quedarse ya pesar de que, en lo que restaba del sigh 6h oder cambié muchas veces de manos, las influencias ideolégicas variaron ¥-10s limites territoriales se redefinieron, ciertos principios politicos basicos Siguicron SienidOUOS RIgMIOS En las repdblicas de la antigua América espa ola y en la monarquia brasileia, ls @DEERRIpOpUaE y la hepresenticioh moderna siempre fueron la norma.* En ese contexto, la definicién de ciudadania politica y Ia formacién de una ciudadanfa real se convirtieron en dimensiones importantes de las transformaciones polticas del siglo xix en América Latina Ia Tra del Giudadano moderno propuesta por fos liberales el individuo abstracto y universal, ibre ¢ igual a los demds~ comenzé a circular desde principios de siglo," y se superpuso a nociones més tradicionales del cuerpo politica ‘que evocaban las instituciones de tiempos coloniales ¢ incluso precolonia. les: los pueblas las comunidades el sibdito, el vecno (vecino o residente), Bese 4 esti superposicidn, el concepto de ciudadano fue ganando cada vee mis. aceptacién entre las elites revolucionarias en ascenso y encontré igar en (Gsiphiiieras Constiticiones! Fsas vlkimas definian, a la vez que suponian, tun eiudadano ideal a quien se le otorgaban derechos politicos y al que se convertia en miembro de la entidad politica nacional. Las definiciones le- sales y los limites de la ciudadania variaron de un lugar a otro, y también ‘cambiaron con el tiempo, derivadas de las diferentes ramas de pensamiento { Halperin, Refiona, 1985, y Safford, “Polis”, 1985, * La noc liberal decindadania poiica presipone, en palabras de Perse Rosanvallon, “una ‘uptura completa con las concepciones tradcinaler del cuerpo polio” uc alors ve congidene ‘conforma por indviduos lies eiguakes. Rsunvallon, Sar 1802, pT r 489 SOBRE L.A CIUDADANIA POLITICA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX i Jacién de las nuevas entidades polticas. creencias que sustentaban la legis sera en Jit ver en os hechos,€]RGsoide BoaseUeSn eta dada gard tuna relacin s6lo parcial con e505 limites normatvos, pues dicho proceso fu el resultado de una complea combinacén, negoiacion yconfroniacs til dd principios, expectativas y prcticas de diferentes grupos de la socieda. “tanto dominants como subaltrnes~, ai como de la atelainy ears calc de elacionesyjerarqulas sociales nuevas ytadiionaes De ee seal problema da ixdadani polica bre un ampio campo esac en a historia poltca dl siglo xix en Amica Latina, xe es presament el tern qu los especial pts hoy end Bn sta cn ly istriadres de tra pare el muda pod ‘ado una niueva literatura que cambia de manera significaiva nu Seatac testo del régimen colonial a la independenca, asicomo de is . jas hi astruccién nacional en la reg diversas y complejas historias de la const io ms fefiero aqul no sélo alos textos que se ocupan explicate dele de Wa cudadana pola, ino aun cops mis grande de eras cuyos ress pueden inca de manera general ex esa problemstica? Ui cada ou tea gu hay cao nnd ear dl siglo xix. Sin embargo, su historia se entendia casi Ee aa aur loa ders teg potas en para del de techo al voto se mod en ela con una rua ideal de madera, jdentificada con una expansiGn gradual dl sufragi@(Elemiodelo de eianel pacin progresiva, qu ht dena ciudadania resting 4 una pias fe muy uizado para ntesprstar a modemizacin plica del seo 0s ceardiferentes partes del mundo! Los casos hst6ricos que no se 3 «Evin un vata prod sens sore a hier decid oc Earp coe pace GMT Vela cae coc, os abr de Ronan, Sa Toy Ravan, Hp ue or et age, Se a oon ib an 1989; Veron, 1, 1993; Pombeni, 4 1886, y Ronancll, Cpe 8 cs Geng 198, Spe, Fd 190, Sth, Cg ee de mn ck ic gu revi pds sl 1 nt ator a Sten once rt sin acl bre pia Amc ati, el quem a eh Pa ba de la investigaciém histérica: el andl ae one ee a ee eed jue era poco lo que se sabia % re MG Ri ee impr JAP Feiss 1088p. 0. ls thins aos lx cos han cons y 8a Gi ono pace expanse rai os bao sobre dada, cima Skah de ln ay el nacenalne, Tie carp oa seu Ui de as versiones nds aguas einfluyenes. Mey feuaergaparr oy Sa east Pte ver urn prs ma cee Se mer, Citi, 196, HACIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONCEPTOS 2 este modelo ~como sucedia con la mayor parte de los paises latinoamer Canes” cran tratados como desviaciones de la regla, andmalos e imperfec tos en términos de su transicién hacia la modemnidad y la democracia, La nueva historiogralia ha dejado aurés este enfoque restringido y lineal; ha fefinido una vision més amplia, multidimensional, de ciudadanfa politica Elsufragio manticne un lugar central en los estudios recientes, pero ha so ‘eformulado: existe hoy un vasto ¢ innovador conjunto de tabajos sobre 6) Yoto, las eleeciones las pricticaselectorales, Al mismo tiempo, otea dimensiones, antes inadvertidas o deseuidadas, han cobrado una ereciens Visbilidad. De entre ellas “en consonancia con la preocupacién actual por ¢l desarrollo de la sociedad civil-, los tipos y modos de sociabilidad. la fon Paacion de las esferas pablicas y la constmuccién de la opinién paiblica ve hhan convertido en temas principales para la investigacién historivs, Lex cg tdios recientes recuperan sus vinculos con la ciudadania y, por lo tanto al reflexionar sobre su historia en la América Latina del sig estas dimensiones antes ausentes de los estudios sobre el Hay otros aspectos de la ciudadania que de los historiadore lo XIX, incorporo ad y representacién, y la participacién del Judicial son algunos de los temas que se exploran en algunos de los eat dios actuales.” Estos temas no son muevos en la historiografla de América Latina, pero s6lo recientemente se han analizado desde el punto de vista da {a ciudadania politica. Sin embargo, en estas paginas dejaré a un lado eacg tlimensiones que, a pesar de su presencia creciente en los debates histérieos, hasta el momento han recibido menos atencién que las relacionadas eng ‘ i ones 1999, y Carvalho, Desrosiers, 192; Gu din, 198: ron, Pare oj" 1909 1908; Peralta, “Mito” 19 Quis, “Chr er, Ta, 197 SOBRE LA CIUDADANIA POLITICA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX aa ras la rupeura de los lazos coloniales, la constitucién de las nuevas en: tind polhicer el dette ear ue (cE tun proceso largo, disputado y a menudo contradictorio. El mapa politico cambié muchas veces en esas décadas. Se modificaba en la medida en que diferentes grupos regionales proclamaban su soberania y se definian y rede Snfanrevos Estados con frontersy jursdcconeseambiantes. Al mismo tiempo, ideas contrapuestas de la nacién nutrieron diversos proyectos na: cionales, respaldados otras ideas de la nacién, corporativas y lies acaba ES CFE lesempeiié un durante este largo ¢ intrincado proceso. a Las formas tradicionales de re- ntacidn ~formas coloniales~ fueron desafiadas y, eventualmente, des Teac de Heron Udupi cates espend puablo 0 iat ease a Ferenc Esta tesco Smads pon abate Spec Pt ee ee eee ea areas gobierno representative moderno.! La eleecién de los representantes fue presentada como la forma principal c ideal de accién politica por parte del tcl SSeS a i ae SS (CElweawHFA. No se esperaba que actuaran como delegados de un grupo a Set oe pie eee eee oes tra 1008 ae ieee Mata Charamere Cae 10 Cas mah oan 085; Bring 191; Nerney ler“ \ ‘erie cca me reels co cee naa cee Cam 10,9 Nie“ 6 ct esa, Sart 1024 See, Rl, 198 442 HACIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONCEFON 9 fector deterninados tampoco que los initaracl mandato impcrativo ta disional: Representaban,y al tiempo generabrn, la voluntad de lanai Ex Somunidad abstraca formada por ciudadanos individuales. De sl «pie las elecciones se convirtieran en un aspecto clave del nuevo bierno y en un momento crucial en la relaci ‘{scho.aclegir ya ser electo constituia el nicleo de los derechos politicos de los que disfrutaban Tos cfudadanos.”” J largo tempo se habian celebrad clecciones en ts colonias, pero después cle 1812 las vieja formas de representacién comenzaron x Caley PaBOAIAS MEVABIA respecto, la Consttucién de Cadiz tavo una influenc ersuasiva en algunas éreas de América Latina durante los ultimos aos del Sebiemo colonial e inicios del periodo independiente." Los paises que se €rearon después de esta transicién también adoptaron las eleeciones com 4a tinica forma de acceso legitimo a los cargos publicos y como el medio ee tablecido para ejercer la ibertad politica, FP estudio de las elecciones y del sufragio ha sido una antigua pres Gtaeindelathistonapollseay no slo en Améica Latina. Sin embargo, ‘cu lus titimos anos, d0§ historiadores hanshecho" una revision dé la form, en que se habjan venido abordando estos temas. Han formulado nuevas Amétict, Gran parte de la teratura anterior partia del modelo de expan. sGuiprogresiva del stfrazio, julaSlHiS(GHiasimman fiestaslelderechoval vo Ginn orzadas frecuentemente a entrar en ese molde 0 $¢ les comparaba oon Asimismo, en vista de que las priticaselecorales no respondian nece sariamente a los parimetros normativos definidos por ls leyes, los histori. ddores las consideraban a menudo, con mirada reprobatoria, como “cormup: G2) También desestimaban ls clecciones por considerar que tenfan oca importancia como medio para alcanzar el poder, en comparacién con teres formas supuestamente mis efectivas, como el uso de la fuerza militar Hoy It historiografia entiende que los componentes cletoral y militar de la poli fica se encuentran estrechamente Vinculados. SOiaueieslS BB SER ia na fate ors, Sarai, Ent 1983; Duso,Rapprsana 1968; Pécs y So Mr ‘maple: 1991; Rovanvalln, Pups 1998, ye lb clisic de Paki, Conch 1960 oo "Guerra, Madea, 1992; Denna Bol, "Modalidades nino, *Civdadania, 1999; Guede, “Primersss ‘Nacionalsmo" 1997; Perla, "Elecconce 1995; nino, “Cadi 1995; An 991; Rodrigue, Jeena 1996, y Relics 1906, y Goran "Ayuntaicn 1997 ‘SOBRE LA CIUDADANIA POLITICA EN AMERIGA LATINA EN EL SIGLO XIX 3 ‘armani del igi Gn al ees aeons» ticas electorales segtin las circunstancias, que por exponer sus vicios. aa primers de es dimensiones ib desperaciouintré cei‘ etre Ws onan Rene tina, En un intent por identifier al eto del epresensacin, exo hiss ores ee fo Geen et pes xa duane er: tio én dferetes drs sl coma debate sob tema, Como aos dicho anteriorment, igi beta del dada 3 aperpso nocones del sujto de representarén, com los fb, as cma. sere ents cette cn seca ad de cudadano, For empl entre 1813 y 1855, oda hs eyes eesorae sn eas so ee price ers om lec a es se eee Poe Fore Ge diferentes y probablemente oe es ee wo siempre una connotacién de arraigo del ciudadano al ala aslo ehcrtl Y socials particulars de una comunidad cere En 10 paises, el convepto no encontré tna pauta persitente, n ‘dipetinant end Geen ocd ee alain, au er, no sempre te referiaemricamente avers Heal del “individu abstract y ives tbe igual los demi" pce con cuencia admit caifcativos provenienesdl gos marcos conceptual. aero quiéns ere er ‘indonesia nia politica se definian prina facie por el alcance de tos ee CSAS RIAN, CeO REREAD Un Poeun Annee Ieper esp de loepenenca al derecho al voto ae extends a poblacin masala, Todos los boo bres ats libre, no dependents, euveron derecho asf, inclaso eRe ees iis bake gin no ela iudadano que prevalecié se acercaba al cttyen francés posrevol , tel nang Be ae pc aca st See eh a ee eae aan er ee Sore ‘Sufragio", 1991; Romanelli, “Regole” er Ml ihr hme. Hees atl esc rem Ses rot Fates hoa sos rae a me eta 4 MAGIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONCEPTOS mas que al propictario de John Locke. En Francia, de acuerdo. de Joh ‘re x con Picrre raleas la tinica distincién “permitida por la abstraccién de la igual: era la que tocaba a la naturaleza de los sujetos juridicos reales (eal, x0} etebteray. De manera similar, en las nuevas entidades politicas, las eyes electorales establecieron pocas restriciones al sufragio masculino. Y estas restrieciones no se apoyaron de manera principal en barreras de pro Piedad o alfabetismo; tampoco establecicron distinciones-étnicas. Los re- quisitos de edad, sexo (a fasimiijeres ni siquiera las mencionaban; estaban ‘naturalmente” excluidas) y lugar de residencia eran comunes a todas las areas; y en casi todas cllas tamnbiénsse dcjaba fuera a los hombres depen dlentes (sirvientes, doméstias) Los esclavos era excludes! en todaslparicd Asi se borraron parcialmente las jerarquias de la sociedad colonial en favor de nuevas categorias politicas."* Estas delimitacioncs inicialcs se modificaron durante |; déc modificaron durante. scadas cle 1820 y 1830. BiilAliniayOHal de IAS Peas ele la: ee ! extender te Gam as lites la idea de que el sultagio genera izado era culpable de dificultades para encontfar la estabilidad politica)! a introduccién de la distinei6n francesa distincigu de career doctrinafio~ entre ciudadanos eS allané el camino hacia una nucya definicién del ciudada- no in varios lugares hubo propuestas para incluir propiedad, renta ¥¥ exigencia de saber leer y escribir como condiciones pwra tener derecho NOW) Sin embargo, estas medidas no siempre llegaron a convertirse en Jeyes ¥,a partir de ese momento, la historia electoral de cada pats siguid ‘camino diferente. ¥ recorridos zigzagueantes dificilmente encuadran en un esquema general, El caso de Pert ilustra las complejidades de ta historia del sufragi A punto de lograr la victoria definitiva sobre el ejército espa aad itucidn liberal de 1823 otorgé el derecho al voto a todos. ‘Tuanos =incluidos los indios~ casados o mayores de 25 aiios de eda aque Supieran leer v escribir, y fueran propietarios o tuvieran una profesin ws ic 7 Iguna “industria util” y no pertenecicran a la clast deisievientesiojoralers, La exigencia de saber leer y escribir se pospuso explicitamente hasta 1840 y después fue abolida para indios y mestizos, quienes se mantuvieron como miembros potenciales del clectorado al Guerr, “Mctamorfosi’ 1998, originale en como capo. La excep aa el fu Ven Bt Censncin de 81 abe como eqintn pra va un ingress; an aber ‘SOBRE LA GIUDADANIA POLITICA EN AMERIGA LATINA EN EL SIGLO XIX 45 gen de que fueran 0 no alfabetos. Esta amplia definicién del derecho al voto se extendié ain més por obra de las efimeras reformas de 1856, las cuales también introdujeron el voto directo. La Constitucién peruana de 1860 y la ley electoral subsiguiente de 1861 regresaron a las clecciones indirectas implantaron nuevas condiciones para el voto. Sin embargo, los requisitos ‘ran atin menos restrictivos que los establecidos en 1823: se garantizaba el derecho al voto a todos los peruanos, casados 0 mayores de 21 afios, que supieran leer y escribir o fueran propietarios o tuvieran un oficio o pagaran impuestos. En realidad, las restricciones vinieron més tarde, hacia finales del siglo, con la ley electoral de 1895. Hubo entonces consideraciones po- Iiticas ¢ ideolégicas que levaron a la adopcién de elecciones directas con la cexigencia de saber leer y escribir para poder votar, lo que en la préctica se tradujo, bisicamente, en la exclusién de la poblacién indigena del clectora- do, condicién que perduré hasta avanzado l siglo XX." Por su parte, Chile presenta un patrén més convencional. La Consti- tucién de 1833 limité el sufragio a todos los hombres adultos que supieran, leer y escribir, y que cumplieran con los requisitos ~relativamente bajos de propiedad y renfayLa ley electoral de 1874 introdujo una modificacin decisiva redactada en esta forma: “se presume de derecho que el que sabe leer y escribir tiene la renta que exige la ley". Ast, saber leer y escribir siguié siendo la verdadera restriccién para el sufragio hasta 1970. Del otro lado. de los Andes, Afgeitina Siguis un eamino|completaniente'istinto. Como parte del virreinato,del Rio deda-Platas=quesinmediatamente despucsael> revolucién de independencia se dividis en diferentes entidades politicas-.* 1 territorio que eventualmente formaria la Repiiblica Argentina fue, di ‘ante décadas, una confederacién de estados, cada uno con su propia legis- {lici6n electoral) Fn Buenos Aires -Ia mas poderosa de las provincias-, una Icy de 1821 establecié el sufragio universal masculino y elecciones directas, para la Camara de Representantes. Hubo varios intentos por restringir el derecho al voto, pero fracasaron. Por el contrario, con la unificacién del pais y la aprobacién de la Constitucién nacional en 1853, se instituyé el su- fragio universal masculino en todo el territorio y de manera definitiva. Se organiz6 un sistema combinado de elecciones directas e indirectas; las pri- Basadre, Blimey, 1980; Chiaramonte, “Andes”, 1995; Chiaramont, “Riforma’, 1988; McBvoy, ii, 1907; Micke, Fas, 1998, y Peoso, “Liberals, 1996. *Naleazuea, Deaaraacin, 1985. * ET vineinao extaa fragmenta, y con el emp as replicas ce Uruguay, Paraguay, Bo livia y Argentina se reaon en lo que habia sido su terior. HACIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONCEP TOS ‘eras para los representantes nacionales, las segundas para los senadores {clectos por la legislatura estatal) y para el presidente (mediante un colegio electoral). En palses como México y el Brasil imperial, la expansién del dere- cho al voto vino de la mano de un sistema indirecto de representacién cog xi lad y alfabetismo para los electores nacionales de se- ey Era un sistema con una base amplia y una estruct- abaga duit Para los niveles intermedios.® En Brasil, los esclavos siempre habian sido excluidos del sufragio, pero un gran nimero de livertes vis frutaron de ese derecho por décadas. La ley electoral de 1881 introdujo las clecciones directas, pero al mismo tiempo establecié el requisito de taber leer y eseribir que restringié cl sufragio (véase mas adelante), En México, la Constnucién iberal de 1857 remplazé el sistema indrecto en varios radon rer no indrecto en primer grado, es decir que los ciudadanos votaban por lectores, y estos, a su vez, elegian a los representantes, quel que parti de unos euantos privilegindos para incorpo- Far Sectores cada ver més amplios de la poblacién-, como gran parte dela [teratura sobre ciudadania politica a menudo daba por sentado El patin 5 mucho mis complejo y muy variable, pero la regién entera parece om Parts un rasgo comtin durante el siglo xix: “No hay conga gradual del sufragio”® Ms bien, en algunos paises, como Peri o Bra, parece haber Faaurido Jo contrario; en otros, como Argentina, no hubo varacién signi ficatva en la legisacién a lo largo del siglo, En cualquier caso, aunque las Constitucionesy las leyesfijaron los limites de la cuudadania polities, para estudiar su desarrollo propiamente dicho es importante pasar de las not nac 4 las précticas, como lo ha hecho la reciente literatura sobre el tema, a, uur tee 1996; Carano, “Vig 1995; Sabato y Pi, Qi’ 190, Stun, ‘ite, 1998; Temavasi, “Nocvo", 1995, y Temavasio, “Réginen’ 10 2 Amino, “Cadiz 1995, y Grahar, Reomage 1990, Heminder, Tad, Futons, 1990, y Carvalho, Desens 195, 1, exresin urd por Rosanvallonremite al aso de rane Romeo sar, 190, p10 SOBRE LA CIUDADANIA POLITICA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX 7 aed ar iblico.* No obstante, en la mayorfa de os paises, cl acceso al poder por i liar shi cAI daa i de la revolucidn de Independencia y, durante gran parte del siglo XIX, cocxistié y se combind con Ia electoral. En otros, como en Chile y Argentina, después poe has clecciones se fueron convirtiendo en la regla; la violencia como medio a alcanzar un puesto de gobierno tendié a disminuir, aunque nunca se erradi- ©6 del todo. De cu es def mm ese tiempo, las practicas elec EO een at lee aad diferian mucho de nuestras précticas contemporsneas. Ast se explica el sue, por mucho tiempo, a iteratura sobre el ema haya proyectado una a acusadora de las elecciones del siglo XIX y descrito sus aspectos manipula dores. Como ha quedado dicho antes, este enfoque ha perdido apoyo re- cientemente entre los especialistas Teaccionaron en contra de fa tendencia a “considerar el liberalismo como el a Se eal icky rat a aE ome jones y las leyes electorales, cuya racio es basicame pe eae ees OSTEO ee ee Oe eee como una manera de hacerlas operativas en cada situacién particular: nina eto “nc nie acne i porn niin et psc lc rs acm ete pore ki perso Das s cmaraniunyipened vista otra sae aon Bess fee Temas gee 150, autraener D es OV vl rece de a apace echoes Bee iene Be tie eas ite a Rees ery ya De manera similar, los trabajos recientes exploran las pric torales en escenarios especificos. LHAGIA UNA NUEVA HISTORIA POLITICA: CONCHA ws cle ‘Quiénes participaron en cada ocasidn? €Cémo se construyé la escena electoral? éCules fi f Eo na elector. les fucron las reglas formaley © informales del juego? ECudles fueron los resultados? No hay respuesta Uinica para ninguna de estas preguntas, pues la situacién variaba mucho de: un lugar a otro y de un aio a otro, que merecen nuestra atencién.2* Giudills poderosos) que tenian tan Sin embargo, hay otros rasgos comune to poder militar como influencia social, (PocasivecesidejaronlUelopemrenlel Gainipolelecto®l; por su parte, ov 1 ‘EA Megados al juego politico encontraban alli terra fel eee a seat ‘ve del éxito electoral resdia en la ereacién y movilizacion dh lientelas mediante redes con fucrtes componentes verticales y que, al nis imo tempo, se articulaban horwontalmente con otras redes similares, Kill {se contexto, los votantes reales se ps arecian poco a la imagen del ciudadan dividual, auténomo; en pleno dominio de sus derechos politicos, que asis: te-pacificamente a las unas para depositar su voto, ESRD ESRESISSOGIID ‘mayoria de los paises de América Latina los votantes pertenecian a fuereay que cran movilizadas colectivamente por faeciones 0 partidos y Por el gobiemo para que participaran en elecciones en general turmultuosy. ¥ con frecuencia violentas. La manipulacién, el clientelismo politic dirigentes y sus seguidores se basaba en vinculos aba en vinculos sociales; en otros, s¢ for jaba ante todo en el terreno de la politica. No obstante, en. fod pei tas prictica electorates contribufan a la articulacién de redes politics que 2 Los siguientes dulos representa guint dls represctan una slecin dels principales obra en las que ve basa sa sain, Chambers, Sa 1005; Dew, "Agim 7 Gone, Ga 1980; Heméndes, adn 1988; Ino “Hecate 04 y My, le Rr om Ri “Lee Poa “Hct Hoy Pa "Opin 1990) Sib, lc it ler, Smring 196, yon alae es con Jenrucla, Dont 1985 solectivos: Annino y Romane, Mar 10 imide, Haim, 1996, y Sabato, Cndades 1998 Jesivas, 1987, y Carvalho, Deemed 19; Graham, Parag, 1900 . rio", 1996, ¢ Inuoegu, “Bal, 2000, Me ‘Annino, Hira, 1995; Malan, An, 1995 SOBRE LA CIUDADANIA POLITICA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX 449 incorporaban grupos diversos de gente al juego electoral. En estas reds, ‘que eran también el espacio de construccién de tradiciones politics y lide: razgos, participaban hombres (y ocasionalmente mujeres) de procedencia social y étnica muy diversa. Muchos adeptos y seguidores formaban parte de las méquinas elec torales que producian los votos y, en el proceso, generaban una densa red @@inkereambios. Abundan los ejemplos para diversos periodos y areas de América Latina en el siglo x1X; cada caso tiene sus rasgos distintivos part culares y su propia trayectoria. Desde el sistema de patronazgo brasilefio, fuertemente cimentado en la jerarqufa social, hasta las maquinas urbanas de base politica de Buenos Aires de las décadas de 1860 y 1870, 0 la movi- lizacién mexicana de comunidades campesinas enclavadas en circuitos re- gionales de poder, estas redes diferfan enormemente en su origen, alcances, miembros, organizacién y forma de accién, Ademds, muestran diferentes niveles de cohesién y continuidad. A veces, se organizaban ad foe para ac tuar en circunstancias especificas con el fin de apoyar a determinado candi- dato. Fn otras ocasiones, se convertfan en parte de una estructura politica amis permanente: el partido. Este tiltimo avance contradecta algunas de las ideas prevalecientes sobre la representacién politica. lin general, la nacién se entendia como un odo indivisible. Las elecciones, en particular, eran consideradas como uns forma para seleccionar, de entre todos, a los mejores hombres para repe- sentar al eonjuntp; no se consideraban las elecciones como un mecanismo para garantizar la representacidn de los diferentes intereses y sectores de la sociedad. Por lo tanto, durante buena parte del siglo XIX, el concepto de partido” fue polémico’y los partidos que existéan en los hechos eran tacha dos de “facciones”, una palabra que tenia connotaciones negativas asocia das a division y frattura, Pose. « los recelos, los partidos se convirtieron &h ‘Giores clave del juego eledtoral, asi como en importantes gentros de accion para quienes estaban ~o esperaban estar en cl poder, de €GAVERBEHER «le intereses politicos y de desarrollo de los entramados materiales y las redes simbélicas que definian las tradiciones polticas.” © Se obmera Ia misma reac hacia los partidos politicos en Francia, Inglaterra y Estados ‘Unidos hast medindos del siglo XIX. Véase, entre otos, a Manin, Paes, 1995. En la mayoria de los pulses de América Latina, eta actin prevalec por mis tempo, en algunos cass, hasta et ie siglo, 'No cr mi propiso en este ariculo detenerme en ln mumerosos debates y vast erat sore a historia de los pts polos en la America Lina del siglo XX, sno nkamente Tamar

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