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desvelamiento, dard pie, en su excitacién, a las traiciones de su lenguaje. El paciente ignora el sen- tido de los simbolos en que se halla alienado su deseo, ha extraviado su referencia simbdlica. Y ello tanto’ mds cuanto que todo simbolo en anélisis esté sobredeterminado, es decir, que remite a va- rios significantes, ligados entre si por asociaciones miltiples y complejas. Si un enfermo cree en su sintoma, en su delirio, en sus anomalias («folies»), es que ignora su estatuto de simbolos representa. tivos de un dato inconsciente. La interpretacién analitica se basaré, pues, en a asociacién libre a partir de los elementos par- ciales de las formaciones del inconsciente. Al hilo del tiempo, la red secreta de las signifi- caciones inconscientes se completard, y restituyen- do a cada significante, que de manera privilegiada entra en juego en el anélisis, las cadenas asocia- tivas de que ha decaido, se desembocar4, procedien- do por aproximaciones, en una trama coherente de pensamientos inconscientes més o menos organi: zados. Traducir, desanudar los nudos secretos, pro- nunciar verbalmente las significaciones, son’ actos indispensables para la curacién. Pues la expresién verbal es lo contrario de la represién: « eet) MES TRAS, Lo ESCArA AcHMAE, © ES Re SmrPerzan, J CAPITULO II . é a LA PSICOSIS 9 3 Los conocimientos actuales en el dominio de la 2 psicosis son bastante limitados, y los métodos tera péuticos, en consecuencia, resultan muy confusos 4, y se hallan muy diversificados. Por ello, la aporta- cién de J. Lacan en este aspecto nos parece par. 7 ‘ticularmente_ positiva. Q "T_ Lacan ha propuesto un principio de diferen- jacién de Ia neurosis y de la psicosis distinto del sud mismo en el plano de la terminologia. En, efecto, Freud considera que si(@l neurstico reprime) Jos contenidos psiquicos destinados a legar @ ser jnconscientes, el @sicépais’ reprime, por su parte, “-te-reat--Tal concepcién parece significar que toda represién es patdgena. Lo cual no es ciertamente la ‘uestién segtin los lacanianos, ya que precisamente la represion Hamada «primariay-es;en opinion de éstos, la cot ‘de la superacion del complejo ae Edipo y del acceso a lo simbolico, y que justa- mente es lo que el sicdpata ha sido incapaz de evar a cabo. SPSL OMICS J. Lacan ha propuesto conservar el término de | @epresions para Ja neurosis y denominar ¢forchi Sion Tepudio) €fracaso de la represion originaria vresponsablé de Ta psivosi I término de Gorclusiony(So repudio— co- ” rresponde al aleman@Verwe > utilizado por el propio Freud en @I as6 del chombré de 10s Tobos: sence Device 363 soem \ / @laciona ci C @airide él uso de los signos Tingii "ee Ren en,el que lo contrapone al término «Verdringung» @ Tepresion “Ai odiin de «forclusién», 0 repudio, ha sido notablemente aclarada por A. De Waelhens en el prélogo (73) que compuso para la obra del doctor Demoulin Notions de psychiatrie phénoménolo- gique. Lo mis sustancial de este capitulo se inspirard, pues, en este texto de A. De Waelhens, junto a la contribucién de las siguientes obras: — los articulos de S. QCeclairey «A propos de Vépisode psychotique oo RS Thomme aux Toups* G40) ¥-«A Ta recherche des principes Zune psychothérapie des psychoses» (42). — los articulos de. Lacan;) {Répopsdan com- mentaire de Hyppolé sur Ia. Vefneinung. de Freud» (16) yeD'‘ane-quéstion préliminaire A tout traitement possible de la psychose» (21). — el estudio del «hombre de los lobos» reali- zado por Freud en Cing psychanalyses (5). — la Contribution a U'histoire névrose infantile de Freud, por(Rut 88). La nocién de «forclusién» es esencial para la comprensién de la psicosis, en el Ambito del pensa- miento de Lac A fin de delimitar claramente esta nocién, es preciso contraponerla {a idea de@epresiGtque, en” Ja teoria de J. Lacan €specifica, por el contrario, neu Ta cepresiony ci deierminado contenido de aparecer en la concien- cia. Esta_pri ‘go lo“destfiiye; de suerte gue si su carga es demasiado fuerte, o las fuerzas rohibitivas demasiado débiles, se manifestaré bajo EEA 68 di hecha a un Wh disfraz @ un camuflaje que constituye el sinto- Cmax (A. de Waelhens, 73). é EC SCENE, EL LAPSES Esta posibilidad de qerorst de Io reprimide @& + el hecho de que ef neurotic haa Ae HE BIG LM 364 20 PRESEN SETA “Cee ge L Neveoucs + cu Pied ties NE ci n el hecho de que el clemento_a repri- tuirhasidoreconouido ea un ito momento como tente, que Gu significante ha sido simboliza epi oer Bondo on una red de conocimientOs: e ude en i ‘de un discurso personal. «La represién puede concebirse como Ja ‘ ae entre paréntesis ols. oeultacién artere de \ ina experiencia @a_virtualmente estructurada, a eer Ee a (pueda de nuevo, mediante el auxilio de circuns, tancias favorables, ser desvelado y reintegrado | en la corriente dialéctica de la experiencia. Ceclairé; 40), DUNE ICUAE La ford al contrario, no conserva nunca lo qué fechaza o repudia: (O'tacha Cfo anula:pura ¥ simplemente. (A. de Waelheis, 73). co Sxcu. ao NG. Leclaire propone una imagen para dar cuent de Ir diferencia entre la represién en el neurético y la «forclusién» o repudio en el @8icOpatse «Si concebimos Ia experiencia ‘como un pe dazo de tela consttuido por fils entrecruza (0s, podriamos decir que la represién se repre- ‘ maria en él por algin désgarran 0 descosido, siempre cabria remiendar de nuevo, mien- Gis que la “forclusién” figurasia en é1 por al ‘a aberiufa debida al tejido mismo, en suma supa aerate dablds 9 )i0 aia encontrar sustancia, ya que ésta no ha- | bria sido nunca otra cosa-que sustancia de agu L jero (etrous), y aquel no podria sex anulado, Siempre de un modo imperfecto, més que por medio de otro retal.» (40). {De ello se deduce que un elemento vivido que Ys ie ata mo sera nunca capaz 0 suseeb: ‘eaparecer, Esta imposibilidad de volver a B repu Jose») tiene mas CUICe Bro Senay bk ‘ ue VER COR LEA: ee A Be MEAD DAG WUE NE PLE DL ek (ion el Smee Fd icante-y del significadoyNo ‘ha tenido) (Hiinica Heceso 4 Ta simbolizacion:y Ui significante se one en el lugar de un_significad ‘iunica, a propostlo- de esta: experiencla~im juts, = de existencia que la simbolice y Ja localice en la red del discurso_constituido. Za} sforclusién es) Bec ES ero tomemos un ejemplo muy esclarecedor de «forclusién». Se trata de un ejemplo imaginado por G Leclaire:en el articulo 40 y admirablemente ex. ple por A. de Waelhens. Dos compafieros en estado de embriaguez han sido golpeados y devueltos a sus casas por unos agentes _de policia que recorren el barrio y_a los taf ricamente’se les llama ¢hirondelles*(go- (londrinas ~~AT dia siguiente, ninguno de ellos se acuerda del suceso extraviado en las brumas del alcohol. Unas cuantas contusiones, el hecho de encontrarse en casa son Jos tinicos testimonios de €ste suceso) Gadicalmenteexcluide de la-trama de los recuere "Sin embargo, unos meses mas tarde, uno de los ENC CIN La bie aoe I de(pajaro§(de polondrinas sobre to. . do, apenas deja su domicliONea> Ai teHCOC K J Ast pues, los dos borrachos han borrado total- ‘) mente de sus recuerdos, han excluido y repudiado 9 («forclos») su encuentro turbulenio con los agen. y tesciclistas. US Wee Se FOES UL ) Algo, n ante, ha Veni y que ha dejadqvacio el elemento repurdiado: el deli- i? tio ornitelégicos—— «9 Elenfermo ignora el lazo de este delirio con el suceso repudiado. Para él, el ataque de las golon- tas ef teal Ast e5"como-surge en Ia realidad Fantasindtica”y slucinatoria ‘claro esté) Ia pareja jue ha constituido el centro de la ex- WO BA Cor dos amigos padece de pronto Gy deliris omntiol6y Geoen-t ral = senses fo y atacadd por De Eu Pscetice, Beamon te fe pajar 366 ong? 10 obstanté, ha Venido“s “octipar ef Tiga ™~) StenurICANTE no integrada. fc periencia no ante _chirondell ‘Hes con su_ signi bicicleta, imb6- ‘Lo que ha sido rechazado del orden sim sir el signi 7 jelle”, es. lo lico; es decir ¢l significante “hirondelle”, gue reaparece en el cursa-del delirio en lo_real, © por lo menos en {un modo de\experiencia de- firante de Ta realidad, de. or-el sella dé 16 imaginario y(privada de To ‘claire, 40). Qué ha ocurrido? {Bivamos a la explicacién de A. de Waelhens: jeto, el simbolo y I escapar a la capta real, tinico procedimiento de in imaginaria de las cosas, ee as ella y con ella se confunde - 2 | (G@iihaiHioWaitisa (er sujeto), no puede 30% waawa sn ‘Subrayemos que es posible, claro est, que psicosis se produzca en una edad ulterior a aquella en que se efectia la «forclusin» o repudio del Nombiedel-Padre, Eféctivamente, J. Lacan prosi ‘gue en los términos siguientes: «Para que la psicosis se ponga en marcha, es preciso que el Nombre-del-Padre —"Verworfen”, repudiado (“forclos”), es decir, nunca sobreve- nido en el lugar del Otro— sea abi llamado en oposicién simbélica respecto al sujeto. Ahora bien, gcdmo el Nombre-del-Padre puede ser lla. mado por el sujeto al tinico lugar en que nunca ha estado? Por ninguna otra cosa que un padre real; de ningiin modo el padre del sujeto, sino un padre. Basta que este “unpere” se sittie en posicién tercera en cualquier relacién que ten- ga como base la pareja imaginaria aa’, es de- cir, yoobjeto, o ideal-realidad, interesando al sujeio. Que tal situacién se presente a la mujer que acaba de procrear en la persona de su ma: rido, para la peniteate en la figura de su confe- sor, para la muchacha enamorada en el encuen- tro con el padre del joven del que se halla ena- morado, la encontraremos siempre en la orilla 0 margen de la psicosis.» (J. Lacan, pég. 577). En resumen, es G@HOStIBUCIOM por la madre de la funcién de Tey a Ta palabra del padre lo que ala nfeidfora paternal, (aBIUS como autoridad sepa ‘Creemos oportuno recordar en este punt que la formula de la metéfora paterna, dada por J. La- ‘can para la época del Edipo, no la consideran de- terminados autores (Stein, por ejemplo) como el primer brote de la represién originaria. Este ilti- mo tendria lugar mucho antes, pues el nifio de 4 afios tiene ya acceso al lenguaje. La sustitucién de 371 BIE fo LO WAR GIN ARIA Ja vivencia del deseo de la madre por un simbolo ialquiera, sustitucién por la cual el_nifio renun- cia a la posesién de su madre distanciandose de urgencia. de tal vivencia, constituye ya una suerte _de metéfora paterna element To rsicét1ce Qué sera en adelante este sujeto @eicbpary, pri- ' vado de la dimensién simbélica del eae Pr , ciso sobre su-individualidad y sobre la del proji- | mo. ¢Cual seré el modo de comunicacién del @si: (£opata, cual sera su visién del mundo? 5 Seria util 9 eviamente a esta reflexién CO | ar PI fa . “Y siguiendo aG. Leclairs (42), @ia distincion entre €I delirante’(paraMOICoy por ejeipto; r grandes Fasgos, frénico; A grand yse—hat saracterizado por una alteracion/radical del uso s Fs veST CO del signo lingiifstico —, pero esta alteracién toma =o Paeanc ea] 5 una forma diferente segin se trate del(@eliranteo Bien del esquizofrénico. caben numerosas permutacio: cantes. He aqui el esquema de esta Gerfurbaciomy ESQUREF BONIS TOVK RTT Te NG UN SCLC: CU MISMO SIGN TF ICAL “s ss El esquizofrénico vive, por tanto, do. de simbolos multiples, yo que se‘altor en este éaso es Ta dimension de lo imaginario, de los con. ceptos. ae PAN jor ejemplo,@l_eperseguidor™ (delirio de perSecucion)(sera intercambiable. Se podria, a la inversa, representar la alteracién en juego en el delirante por este esquema Ce SIGH CAIN AC Cur oe FNS EAA CTIPCL is SAN AG ALS SEP CRR. jeltadS, pues, ef problema de la comunicacién (la relacién yo-tu) en el de Se tratara esencialmente en el estudio de la_ comunicacién y de la visién del mundo en el@sic& Fs ice pata de las caracteristicas del delirante, problema 1c rue con mayor frecuencia presan si atencion los autores. psicdéttice Tomemos como punto de partida el-estadio del esquema de la comunicacién del Gsic6y ou ado port sclaireyen el artict la recher- che des principes d'une psychothérapie = psy choses» (42). Lo enriqueceremos con las reflexio- nes de R. De Waelhens (73). cs) s. (ote? CVEE Pte Semone Ce eee eee c a fa > TRmNSITIVIS ME j ay Ginga Gatto) Collen ends a coaandsD 3 En este esquema en forma de Z, $y A represen: |)» Zon otto,De yo a tu, la oposicién es clara, pero no 44 tan el sujeto y el otro, las dos términos de la. co. |p 4 fo-es tanto de un sf mismo con otro s{ mismo. En { Gmunieacicn. Ademés.G@' es el yo del sujetaxga’eD'4 > un mundo en el que no reinan mas que los «on» 8 S imeosaty RoHS a a ¥ los Lils# la confusion es facil, como dice A. De SY = Waclhets. Por consiguiente, no se registrard en los parienciag yo i pes guna_distribucién_exacta de Tos pape- ‘ (Go Habra ny eyorXni «ti} Gino SoIo=ATs> TeMOS) af faq 4 ° a nicacién sin intermediario, sin desvio, igual queen f° yina_ Ja mistica. z ZCual seré, pues, Ja relacién con el mundo del a delirante? 4 Volvamos en sintesis a las concepciones de A. De 3 Waelhens. El é castle de su propio ser y si habla de las 4 4El delirante contempla en todo momento posiula en cuanto no son _# fotografias de tna realidad (réel) petrificada en w la que él mismo figura. Cuando habla de las co- 9 sas, describe y produce estas fotografias.» 6 : — La pérdida de Ia relacién simboTcagle eircuny Gihe y pataliza eno GREET istancia Fes- 2 neg ci pecto a las cosas de este mundo. GE eA hablar de ong ‘Tenemos siempre que aprehender el objeto per osask Bast cibido multiplicandg_sus_perfiles_para_restituirlo integralmente. ara el_delirantaCel significante €9 pues, toda trascendencia con relacién a los obj Ta coss\ine-su-«mediatos, fa ifm fos, y au discursa no es exnresiva de una subla an es de un solo golpe todo lo que ella estno HS sed ET curso del _delirante no ps the sentido ol describe ibjetividad y_el yo que describe no-coh Tarealidad-es 1a imagen, una pintura. No existe laces Otte. objeto) En sumaChay ruptura de) diferenciacién entre el significi ignificado Coupe entre Sy oat el eje privilegiado es lo imaginario. a eae interlocutor hay ruptura ag eee ne ee eS ee moulin, A. De Waelhens plantea dos cuestiones acer- Fa a ae sormunicgcion que queda €9 ca de la psicosis. Es interesante reproducirlas aqui, GT ce iaginari lugar de Ta oposcion dal por cuanto conciernen al problema de la valida I delirante, al haber perdido el centro simbs- in de la tesi mn segan origen) lege de ar wbatdads Be se Gates ye coe pee delat de J. Lacan segin la cual @Uorige yuu Mo ee OO Coene oe Ue Bo bee Cerne. IDE NTREACIONES AEA TSS SUsetTe. momento iniclador del lenguaje, cualquiera que sea Su época precisa ie Poe Waclhghs plantes;“anies “que ‘nada, la cuestion de saber si Gl psicépatD he sido siempre, _—-Riconaa,o st ha babide un insta de tins sicét ie Ia salud a 1a enfermeda ‘ce Gparentemente, Ta psicosis se mstala de pronto; Gf in Gierio momento preciso de la existencial “Sin embargo, ciertos hechos parecen indicar lo contrario. Una enferma —nos dice A. De Waelhens— ha- bria presentado las primeras formas de la enferme- dad a la edad de 17 aiios, tras haber cursado con excelente aprovechamiento estudios de humani dades. EI padre confes6, no obstante, que su hija ha- bia sido siempre un’ tanto extrafia, Ast, a los diez fios se levantaba por la noche para comprobar en eLespejo sisi nariz seguia cupando si lugar pro Sino que Ta tenia, engaha al por un aconteeimientorreat La realidad ela experimentada, pues, de un moddGmaginariKy? jelirante) ~ Eotro lado, =prosigue A. De Wael- hens— que Gi sie coum de crisi fico Obrevienen el afio de la muerte del progeny ACAS, [Ta casiraciOn el punto de origen di ¢ ‘La castracién, al no haber sido simbo- izada, reaparece bruscamente en la realidad. A. De Waslhons ita as el ejemplo de una mujer que fue internada por vez. primera tres meses después de la muerte de su padre. Esta mujer pretendia haber sido @mputac dial ders . Ta segunda cuestidn planteada por A. De Wael: hens es la siguiente: gconserva realmente el 6 376 ~ Tce GBA un uso normal de la palabra para los lugares comunes, bien To_imvade todo. Sion Wel significanie y del significado? “er eaquizFrenTeD sear aparentenente capaz de un uso correcto del lenguaje para los lugares comu- nes: citar el menu, o indicar el tiempo, por ejem- plo. “ fe ~ Pero de hecho no se trataria en tal caso sino de discursos aprendidos y repetidos. O° nterrogazido al @Rebpaty —hace notar A. De ~Waelheis—, RrOATO Sa cuenta de aus los Gigiteanis Fa Ses por sjemplo, sg nilican para él-algo completamente distinto de lo "A. De Waelhens cita entonces dos casos: el de tuna dama que pretende ser ciega, y que, no obstan- te, no vacila nunca en nombrar el color de su cra’ Walen o de su vestido «sé cual es —dice ella—, pero \norlo veo. Es terrible ser ciegorEvidentemente, el sentido que da la paciente alGignificante «ver no ‘es el mismo para nosotros. “EY otro caso es eI de una persona que se intere- sa bastante por los cambios de vestimenta de sus médicos: es porque sabe bien que «vestir el azul no significa lo mismo que vestir un color oscuro». Ast pues, parece que@D@si sé-a Tas apa) jericias{no es capaz de uséi Corr Gecneetoe ai es SCS Dentro de los limites de este estudio de la psi cosis Gajo el_punto de vista _lacaniandpinientare- “nas un_andlisis personal del caso del «hombre de* {es loboss referido por Freud en su fibro Cing psychanalyses. eh ieeiec ‘El caso del chombre de los lobos» no es franca. mente(psicépala, el andlisis que sufrié con Freud to “libero mds bien de una neurosis de formas varia: ‘les: histéricaCobsesiva; hipocondriaca, maniatica. ‘Sin embargo, conocié unos afios después de su cura analitjca un episodio (psicépata, que ofrecié —segin Ruth Mack Bi a fog} aie mo- mento sé ocipé dé a —el aspecto de laparanoia) Este caso bien puede’ ésclarecerse mudiante Te ae 377 v z : 4 LS ARSE SOO men GUEN Toso ste [-nocién lacaniana de (forclusion> © repudi ¢ Gietito repudiado es en este caso Is castrack ) terna y su propia castracionisimbdlica en el Ed Este caso justifica las Cgoria ‘Tans cuanto Que demuestra claramente a \ _3uperacién del Edipo y de la castracién(priva_al El ele ‘ma- } Guigto del uso correcig de Ta diferenctacion del sig j ilicante v dl signi AES Telaciones sine (licas del lenguaig; y lo coloca bajo el régimen del sidnk o repudio, es decir, Jo instala G felirante” en que la castra ial iielnaiotiement& como re E lo que nos proponémios mostrar aqui, sin lle- var demasiado lejos nuestro andlisis. A al fect Testituimos ‘lina. sintesis (cronols: \gica_de los acontecimientos reales o imaginarlos i,» zante seo igi ‘mMentos se presentardn de una manera un tanto simh- plifcada, sin detalies conexos y de acuerdo con un orden distinto del que fue pres: sur coer deus presentado en los cursos Nuestro objeto no es el ha wcernos una idea de los meandros de la cura analitica, sino el de pro- porcionar un ejemplo capaz de iluminar y de jus- tificar‘la_nocién de «forclusién» Hacia esa época, el nifio, dulce y tranquilo’ ¢ antes, se vuelve colérico ¢ irritable:_al mismo “tiempo aparecen fantasias masoquistas: el hijo” heredero del trono es golpeado en el pene. De los 3 afios y medio a los 4 aiios: el nifio se ve confrontado a todo un conjunto dado de orden | imbéliGo: alusiones de su entorno’a la castra- ‘ién, cuentos infantiles en los que intervienen principalmentedooos que desdichadamente pier- len el rabo. Se ve én presencia de simbolos fa 2 licos: el bastén, la serpiente, el sombrero, etc. Estos datos simbélicos que hubieran podido proporeionar al nifio el sentido verdadero del Coito observado y de, sus condiciones, va_a en: gendrar en él una(dvalidad internav‘la acepta- Gon ¥ Ta negacion gimilténeas del sentido sim- (Bélico de“Tx castracion. A los-t-afios: en esta edad se sitdacel suefio de los Jobos que proporcioné al paciente el sobrenom- bre con que lo designamos. ‘cEra de noche y estaba acostado en mi cama, Delante de la ventana, habia unos viejos noga- i les. Era el invierno. De pronto, la ventana se j abrid ella misma, y con gran espanto vi sobre 379 ALA el nogal(seisy@ siete lobo’ blancos ‘ lancos sent Mas bies paresimn-varros 0 perros de’ pastor pues tenian Grandes abo’ como los zorros y Jas orejas levantadas igual que perros al acecho. Pres terror de ser dev é é Presa del terror de ser devorado, gritéy llamé a E] andlisis del suefio Freud lo lleva a ci siguiente modo: 22s —— — los largos rabos de los lobos son 0s larg una com- pensacién deClaausencia, dé rabo o cola. El suefio evoca, en efecto, (os diversos cuenfos en que un lobo tiene cortado él rabo. an r: el €mor a ser devoradd recuerda(os cuen- tos en que’el lobo se comie a alguien. El lobo eal sustituto del padre; éste ultimo regafiaba tierna ‘mente «Voy a comerte». El nifio teme, pues,.a su mee z SU el paciente subraya en susuefio la fijeza de } smovilidad'y la iinpre; a menudo a un acontecimientg real vivi erior mente y después lvidado Creve anterior suefio alude al coito observado al afi - di. eLa ventana se abre ella misma» significa: los ojos se abren ellos mismos sobre la escena primi- tiva, Mirar con atencién debe, pues, desplazarse sabre el saiador, y fa inmovilidad del Jobo es una representacién por lo contrario dél-movin Uislento de la'Sicona primitia, LAS lobes blancs aliden a la blancura de la ropa interior. nt del Suefio(fies permite resumir ( eae seating del tp x El sucfio'tuvo lugar la vigilia de Navidad, fecha del aniversario del nifio. Gracias a la espera de los _tegalos_de Navidad, I deseo inconsciénie de reci- (ir la satisfaccién sextal(de la parte de su padre se ha abierto un camino en el psiquismo. Este de- seo ha revivificado al_mismo tiempo el recuerdo fel modo de satisfaccién sexual por el padre y la vvisién de la castracién. La luz se ha hecho enton: 380 ces sobre el sentido real de la estena primitiva gra- cas a las rememoraciones de Ios diversos cuentos fen que alguii lobo pierde el rabo y gracias @ Tas alu- siones variadas a la castracién. Bl horror y el es- fanto se apoderaron inmediatamente del nifio, Jo Eual se expreso en el Titior de ser devorado: EL deseo fue reprimido y remplazado por el temor de ja castracion y por ldfobia de los lobos. La asimi- Jacion del padre al lobo se ha realizado a través del cuento de da Caperticita Roja en el que un gra- bado mostraba el Tobo erguido, con una pata hacia j ' ha reanimado en (delante. La posicién de la_pata del falo en la es- } el nifo ef recuerdo deca’ erecci § cena primitiva. La secuencia de pensamientos que U han traido ef suefio es, pues, la siguiente: un deseo 7 sexual inconsciente de relacién con el padre ha evo- | cado el recuerdo de la escena primitiva(con toda su [Giolenci ‘Sit madre. que a partir de entonces se le ha apareci- < do como dina condiciérde estas relaciones con eh; \ (gadré; El pénico y el horror se Han apoderado del ifio; ha rechazado su deseo asi como la realidad de Ia castracién. Consecutivamente a este suefio nace en el nifio una ‘térrible fobiaihacia(fos lobss, los caballos,(Jas/ (mariposas) ~ - que sufre de_los 4 érganos genitales (intestinos para el nif creia, por otra parte, que este mal leven! ~ gnalos tratos de su padre: Ahora bien, al mismo, nifio teme ser victima de la(lisenteria; ; fale a un rechazo de identificacién con su 381 ‘asi como el recuerdo de la castracin de _ madre. Este temor a proviene. del zed (reac {mas profundo) de una relacién anal con el padi ‘aqut se manifiesta ya la duali “ccforme En la época del andlisis de Freud: el paciente se hace practicar irrigaciones por uno de sus cria- dos y éstas se acompafian de(ina fantasia (fan ~ 7 eel ener 2% tasme) may significative que elpaciente resume | ( ; en lo que concierne a la castracién. Al identifi Jo que-c s car. 2 y aE gn estos teiminos: «El mundo se envuelve ef ge con, ou Midre(acepta la castraclén, y de otro es ——_—. lado, al negarse a identificarse con ella, rechaza la Su e intese Gue la inFigaciongme hace descargar el intesty (aid. Entofices me stent de nuevo bien, aunque i. “por corto plazo, ywveo claramente el mundo.» ’ ‘En el curso de su andlisis con Freud se pro- ducen losdos Guetios siguientes, que significan © ya un paso hacia fa curacion. «Un hombre arran- ca(las aja’ a una «abe. ¢ SET suelo altidé wvidentemente a una @beja castracién, es decir, ser igualmente la pareja de su | padre en el coito. Parecido fendmeno darén a las deposici é las. deposicione’) una particular significacién: el sentido de un ré- {Hilo obsequio, de un nifo que se da a cambio del comercio sexual; el sentido de falo también, en razén de la similaridad de las formas y de la_im- presion cutaénea que engendran. he signif y in eae kel dinero ‘| ‘Sanombre, La eabe», privada de su Wen ef suc- Ho, To muestra asicastrado, Esto se halla igual Cabe decir, en fin, que el rechazo de las heces se c £. — convirtié enfgimbolo de la castraci mente atestiguado por la intervencién del si representaban de otra parte el falo. =. nea que se ha fijado en_su_inconscicnte En suma: héces —nifio— pene’ : como simbolo de las piernas abiestas.sobre una rerida (cfr., en efecto, con la mariposa} Ta V+ para el nifio, segin Freud, un concepto tinico: ( sherid deluna pequefia cosa que puede eee niet a ‘romana de ia hord Va. de la escena primordial, Guerpo: SU". eas 5 ‘Ja MYjnvertida de Ta tadre 0 derMatrona) (la <-~ “mujer del lavadero), el signo de las orejas de, Jos lobos, lajV'de la postura del jardinero en | 1s f= Jos actos supuestos de Nania). El hombre anénimo del suelo que arranca’ las alas de la abeja es el propio Freud'@ quien eh fenfermo ‘demanda Ia castracion.(Freud @s ait (! ~A la edad de 5 aii eda el niffo tiene la afucinacion. siguiente: Cre ef. 25 ye nen. : edo que solo permanecia suj o_demanes = racion sh 2 erm sujéto a Ja mano_por (milado a su padre, pero al_mismo tiemy 0 el) Ia piel. Na-le sangraba. No_se_atrevid-a_decit { a ie hie de 108 lobos pide de esta suer ees Freud qiida a Nania'y tuvo que sentarse para reponer. ' J @ue To libere de la hegemonia de su madre.) 3e_Tranauilo, se mir6.<] dedo y vio.que(esiaba) ~ q "En el segundo suefio «el paciente se encuen- , RE tra con su madre en una habitacién. Una pared En el periodo dela pubertal hombre de los los! sete ene a eee al sual, don eee : wora,de manera coercitiva y'feti> joule vy) lositire ol elo chs dele mujeres pra de verter, 71> othe eS Fata qu au mae ee ts bacia adelante. (en el Ge sobre al Es sabido que esta altima le enseno /Javadero, por ejemplo).(Tal predileccién es el ‘Signo de la influencia i entré los 4 y los 10 afios la/historia sagrada) y ede Ta es ie Ja escenia provocé, de otra parte, en el miffo unatni I obsesiva de-contenide Fligioso-> - (vorecido por la suerte at Se sel wick, el enfermo alterna entrecana éniariay una sintomatclogia de Ta den zada en la nariz (simbolo falico). Va de un @éntista Zot, dos dels cules ce san sf Gobo) Por sus exigencias, provoca su célera o su Sadismo y se hac&arrancaj.un buen ntimero de dientes. Un dia se-désvanece en el curso de un tratamiento (espe- cle de €t — Este mismo comportamierité $e reproduce en relacién con log dermatélogos con ocasin de in- fecciones de las landulas sebaceas de la narlz) o a propia de. algunosranos 0 espimtas Cucina, \ftorios) eff la nariz - = “Va de defmatélogo en logo. Un di en Gxtasis porque tun médico Ie perfora un \infectado. Finalmente, Jo trata por ir deja una huella indeleble ys. _feroz_«X. lo ha castrado, es su enei — Suefio de castracién del padre: se trata tuna venganza de la castracién que cree haber su- frido por parte de su padre (X. es identificado con Ge ios Jobas presenta ga. & $ presenta. gr icosis-dellrante) He aqui la i terpretacién que puede darse de ello, ilustrada por las tesis de J. Lacan-—~ * El hombrp de los lobos habia odo decir, de muy pequefio, qué ia nacido «cubiertow, es decir fa Gu madre nada hizo por}; ‘desviarlo de sus ilusiones. Al cot ae to (6 invisti6 ella como objeto ‘ 520; ‘cabe preguntarse, como lo hace(Le+ \ re (47), si el recuerdo de la escena de seduccién ~_ por Su hermana a la edad de 3 afios y 3 meses no ¢8.un recuerdo encubridoni que ocultaria el di Geduccign por Sa propia madre. 7 (© que_es indudable es que él nifo se creia un emiurga(un intocable (habia nacido el dia de Na-) vided). NAC Ca Este estatuto de/privilegiado de sumadre trajo 384 : consigo, cuando la observacién del coito, al afio y medio, (un verdadero @rama amoroso: =” + fe i honk ee «Si su madre se complace de tal suerte con | otros, su mundo se derrumba. Su tnica defensa es gritar que Q0.es-ella y postular el cuerpo fe- } menino en cuclillas como objeto, negandole su \ ‘verdadera identidad... Esta contestacion se sus- tituye a un verdadero acceso a la castracién.» | (S. Leclaire). ‘Si seguimos a(S. Leclaire; €l hombre de los 1o_ (bos habria negado, (pues, la identidad de su madre CenTa éscena primordia} con el fin de_permaneces Xel objeto uniecky privilegiads de “Ta continuacién de su evolucién muestra, por otra parte, que 0 ha tenido acceso al simbolismo (de la castracién! la dé-su madre que le hubiera re- Velado la-realidad de la diferencia de los sexos y la suya propia.en tanto que separado de su mad: (El{negar Ja castracién'le permite seul @lelegido de su ma ire, identificado con(el falo;(pero” demo Hempd, esta negacién To priva dé su Ta lad dé Ser auténome. va.en tal pa mn Fespecto ala ‘desea y Ia teme a Ja vez, asvr-ies La des ide curaryesto €s, de volver \@-encdntrar su autonomia\ pero Ta teme porque Te) < | ( Galva ae ia unidn dual con ta madre ; Sila interpretacién de S. Leclaire se verifica de J multiples modos en la vida del paciente, no es sin, embargo suficientemente englobadora. Se deduce del andlisis de Freud de este caso que Ia observa- cién del coito tuvo en el nitio un efecto mas im- portante que el de una identificacién con su padre en su acto sexual ) "Ya reaccién mis violenta del nifio consistié en identificarse Con’su madre y en recibir imaginaria- riente el falo del padre. El nitio =nos dice Freud— jterrumpié el coi- to de los padres mediante una@eposicionLa ‘exci, (acién anal Grevalecié én a 385 7 g y El hombre de los lobos no vio, en efecto, en el acto de su padre, en esa fase de extrema juventud, niccidn} recibida por via anal por su ma. oe ae a la cin anal que él mis- mo experlmenté por un (regalo; el de un nino, deposicionies. . a decirse que(el deseo inconsciente prim: Puede d mio T'del hombre de los Tobos es el de un eomercis sexual anal con su padre. Las fantasias masoquistas ge _Bifio y sus numerosas rabietas que le_atraian las fulminaciones paternas son realizaci svia- das de ello. ——- Cuando el ni al afio y medio, observo la es- cena primordial, no percibi6 su sentido exacto: ef ae i relacién dé dos sexos constituidos de forma “distinta, sino_que s6lo_vio en ello Gna relacion’ ‘anal No adviriié el sentido real We la castracion de™ \Sa_madre, ms, ee 2 fue sino mas tarde, con el auxilio de las alusiones{ malsanias. de su contorno, con la ayuda de ciertos cuentos infantiles, que el sentido de la castracién de la mujer se hizo a luz en él. La elaboracién inconsciente de este dato de oracisn es ssem- bocd ‘en el suefid de los lobos a los 4 afios. Este Suefio nos muestra que‘el nifio comprendié al fin! en ese momento el sentida-real_de la escena pri Gnordial, pero gue lo rechazé\'La castracién ha sido ‘forclose» (repudiada). Pero nos parece la condicién demasiad sf i lo exigente de una relacién % .conel padre, No obstante, precisemos a partir de Sena que dos corrientes cor ‘fan en él respecto ello: Hala a ido la diferencia de los se- xos y la existencia de la vagina, pero la habria rechazado, Rechazé Ja idea nueva por temor a Ia castracién y se adhirié a la teoria de la cloa- ca. Toms_partido por el intestino contra la va- j gina, Por eso, el proceso entero del suefio fue 386 mantenido en la represién y excluido de una ela- boracién ulterior inconsciente.» “@Rechazé la castracién y se atuvo a la teo- ria del comercio por el ano. Que la rechaz6 quie- Fe decir que no quiso saber nada de ella en el sentido de la represién, Ningiin juicio se refirié a la cuestién de su existencia. Sin embargo, ha Mamos posteriormente pruebas de que habia re- Zonocido Ia castracion- como existiendo real- mente, pero una de estas reacciones no habia eliminado la otra. En fin de cuentas, dos co- rrientes contrarias existfan en él codo a codo, de las cuales tina aborninaba la castraciéa, mic tras,que la otra‘estaba bien dispuesta a acep- (arla y a consolarse con la feminidad como sus- tituto.» (Freud) De estadualidad de corrientes, que conciernen al juicio de existencia de la castracién, concluya- = mos que(el hombre. de los_lobos tenia una clara predisposicion‘a ingresar répidameni 2 en Ta psico {sis Lo que se habia producido, de otra parte, en Ta época en que lo cuid3 Ruth Mack Brunswic Ges egacrs tatda oh la polooese abla ya maar stado,(desde la edad de Sra @loeinacion {del dedo’cortado,\de Ta qué trataremos seguida- mente. “Sin embargo, una suerte de reconocimiento ? To real vivir 2 falo: sé ve reentrado en el cuerpo materno (bajo las * "a castracién simbolica del Bape os ee £ forma del «baton» fecal)(asimilado en su totalidad, como real por estéeifermo que no ba podido es 34 al falo. Esta (6 superscion a6 ‘cuanto sujeto auténomo. een debilidad. * Este caso nos muestra con clarida¢ deste fracaso @l nivel. de la utlizacién del lengua \je El papel del “perseguidor, agul ae castradot Jo. desempefian consecutivamente divers is “esde sus profesores (Ilamados Wolf sobre todo) hasta sus distintos médicos. tra ilustracién de ia eforclusiénxo repudio es ¢) laGintomatologia de la nariz. El paciente se cree y >" se observa, en I espejo'que constantemente lleva)

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