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wvuwvvwwvvoverver ry ere et pstcoanhusis PLILIPPE ton casesivo | | peste Br UENO ANNE SO SORLINY v EL SUENO DEL UNICORNIO El psicoanalisis resulta ser, pues, una’ préctica de la letra. Para ilustrar este aserto, quiero re- Tatar un fragmento del andlisis de Philippe, un paciente de unos treinta afios, que ya he tenido Ia oportunidad de retatar err otra parte.’ El estu dio de un suefio, “ese camino real que conduce al_inconsciente”, nos conducité por el camino mds corto a lo vivo de esta historia. Philippe relata ast el ‘'suefio del_unicornio”: “La plaza desierta de una pequefia ciudad, es insdlita, Bus co algo. Aparece, con los pies’ desnudos, Lilia ne, ala que yo no conocfa, que me dice: hace mucho tiempo, vi una arena igualmente fina. Estamos en un bosque y los arboles parecen cu riosamente coloreados, en tonos vivos y simples Pienso que hay muchos animales en este bosqu? y, cuando voy a decirlo, un unicornio se atravie 5a en nuestro camino; los tres caminamos hacia un claro que se adivina més abajo.” Por lo esencial de su contenido manifiesto, suefio recoge un_acontecimiento de _la_vispera Philippe paseaba con su sobrina Anne por ut bosque don} juego, acechando la caza, et contraron {huellas;*ycerca de un arroyuelo, d& corzas y ge@eEVos. En cuanto a Ja ocasién del stiefio, es la sed, nos dice Philippe? la que lo des “EI inconsciente, ut sonsciente, Siglo 14. Laplanahe y §. Ledaire estudio connate, EU Eatores 150, pp, 95434 y 182 ie °F rey toseanaores aban de “eds 6) ara refenise alas fella. (T.) a Los suefios, “protectores del dormir", seguin Ia 198 > Dns Peto cA DEK LETRA DE CANCE TREINTA Aer EL SUENO DEL UNICORNIO 99, Perté poco después de sofi is ués_de sofiar; precisa, Gel Baltiee gee cenado la vispera “arenques fea 10S que es particularmente aficio- Este sueiio del unicornic - ucornio, como se verd, reali- ae ad sic beber ¥-€s la sed la que lo s fat TARA Gu ebetnos interrogar en todas sus im. En un primer anilisi er anillisis, este suefio e a ‘Ba ton milltiples decorados en donde se repre. an el juego de la sed de Philippe. 7 plaza desierta en la que se inicia 81 suefio, como un escenario atin vacio, nos conduce ci : onan al corazén de la Tepresentacién; lo ipssito se debe a Ta sensacion de que le falia en Centro un monumento o una fuente; asi, surgen del recuerdo pia fate Pawes entre los tres y los cinco anos de sda “rete. ¢s-s6lo la notable representacion dG TT TREND Ia que evoca la plaza, sino tanibien rdo de un gesto familiar, el de juntar las manos por sus bordes internos para form: tna cavidad y iratar de beber, en dea coc ae medida en que el que duert era, inte. ia lel unicornio” que pueden admirarse en el Mt soe ala aaa a eb é io arrodillado que introduce el extrema ‘de sa seo ence lata a oe eve + 100 EBL SUENO DEL UNICORNIO provisada, el agua que brota de la fuente. Es una Variante de ese gesto la que vamos a encontrar tambign on el segundo recuerd ‘De nuevo en epoca de vacaciones, probable. mente el verano de su quinto afio de vida, en el curso de un paseo por el bosque en a montafia. Es el fragmento del suefio: “Hace mucho tiem- po, vi...” el que conduce a esta segunda escena; la frase esta tomada literalmente de una obser vacién hecha durante el paseo de la vispera con Anne; hacia tiempo, decia Philippe, que no habia visto una vegetaci6n tan opulenta y lena de co- lor, salvo precisamente cuando tenia cinco afios, en aquel verano pasado en Suiza. Es el mismo splandor leno de color que se encuentra en el (esto del SEHD, traspuesto al tronco de los arbo- Yes. Pero el hecho mas sefialado de ese paseo es Ja tentativa de imitar a un compafiero de més edad, que lograba producir un Tlamado de sirena al silbar, entre la fisura de los dos pulgares jux tos, con las palmas dispuestas como cuenco. Es también {yn Ilamado;)més precisamente a ticulado, el que encontramos en ¢l tercer recue do, el que tiene por escena una playa del Atl tico, a la que nos conduce la “arena fina’, complemento manifiesto, en el suefio, del rest? Aimrno: “Hace mucho tiempo, vi...” Sin dud® vlippe residié en ese lugar al principio de las mismas vacaciones que después lo conduciriat a la ciudad del unicornio (en el verano de st tercer afio de_edad);. el personaje desconocide del suefio, (Liliane, jencuentra alli su principé jidentidad; af descotnponer ese nombre, al supt* mir Anne, ya determinado, aparece_Lil rienta muy cercana por lazos de sangre familiaridad, que estavo con él en esa playa. recuerdo que marca electivamente esos dias 6 el de una broma de Lili; como Philippe, en caluroso mes de julio, no dejaba de repetir cob la. SUERo DEL UNICORNIO 101 lun aire grave e insistente: “fengo sed”\Lili aca- 1bé por interrogarlo cada vez qué se eacontraban : /"Entonces, Philippe, ¢tengo sed?” La burla afec- wosa se convirtié, en Ios afios siguientes, en un saludo cémplice, casi un signo de reconocimien- to, férmula pronunciada en el mismo tono grave y falsamente desesperado que expresa sobre todo ia espera de una segura satisfaccion: “Philippe, fengo sed”. pués de un andlisis completo, todo_sue- revela como (la realizacion de un deseo”; ‘isi_condensa Freud, en—una frase, Io esenclal de sti_descubrimiento sobre la interpretacién de los suefios. Pero ¢qué es un deseo en el sentido fretidiano [Wunsch] y qué puede representar su ‘ealizacién (Erfilllung!? He aqui una pregunta gue no podria darse por resuelta por el solo he- cho de su moderna trivialidad. Estamos todavia lejos, en este suefio del unicornio, de un andlisis completo; pero podemos decir ya, por lo menos én una primera aproximacion, mas imtuitiva que analitica, que el suefio representa lla sed de Phi {ppe._ incluso podemos anticipar, con Freud, que satisface, es decir, que el_suefto realiza a su manera el deseo de beber, por Io menos en la aiedida en que difiere ef momento del desper- ‘ar y el de beber. Sin duda conviene subrayar aqui paso que la sed en cuestién, o el deseo de be- T que produce el suefio, no podria reducirse de Ainguna manera a la ocasién que lo provoca, sed contingente, necesidad de beber consecutiva a Ia 'ngestién de arenques. jok?, Sed! asi evocada en su funcién central, le [08 de cerrar Ia interpretacion, se ofrece como a término abierto, como si esa sed se impusie- 'B, dvido, en Ta literalidad o a realidad de su tamado interrogativo. Podemos preguntarnos éxtonces cémo el llamado: “Tengo sed” se fija ‘N retorno en la interpelacién de Lili y por qué wuvvwvowwowwe unicornio: 7 102 ese deseo de beber se resume cn EL SUERO DEL UNICORNIO "OM se hace en el curso de un anélisis, deje mos encadenars® agui los recuerdos, las image nes ylas palabras, para-tratar de seguir, en el rigor dé-sus rodeos, el camino que conduce al in consciente, i Philippe no tardé mucho tiempo en declarer que no Ie gustaba la playa, pero con tanta vehe mencia que resultaba facil suponer la proxim dad de algin tema importante. En efecto, en la evocacién de aquel verano en el Atlantico sur gian recuerdos literalmente sensibles, tan clarcs y vivos como si fueran actuales: el contacto dt la arena caliente en toda la superficie del cuer| po, de la arena fresca y hiimeda cuando, per juego, lo enterraban en élla, también de la area’ ‘quemante contra Ja planta de los pies, cuya del: ciosa irritacién duplicaba la mordida del zis: poco hospitalario de un baleén sobrecalentade por el sol del mediodia. La idea de la playa & todavia, para Philippe, la evocacién deta fobi a la arena filtrandose por todas partes, en ls cabellos, en los dientes, en las orejas, y el heclu de acostarse en Ja playa es, para él, exponerse desagrado de nv poder librarse de la arena; dis después, asegura, haga lo que haga, se encust ta siempre un grano molesto que, habiené! escapado a las més cuidadosas abluciones agua dulce, rechinando en silencio, crece ped do a la piel. Asi se revelé uno_de los_sintomas meno's| de Philippe, una verdadera pequefia fobia a ammuga,a la miga perdida entre las sabanu al cabello cortado_que_ $e incrusta en el cuellt a(la_piedrita_en el zapatos Vemos cémo sv ge, ante Ta evocacion de Ta playa, una nada ¢ masiado sensible, un grano de inconsciente @ de piel, que puede en ciertas ocasiones llevat ene EL SUERO DEL UNTCORNIO 103 Philippe al borde de la més viva irritacién, o aun alos confines de 1a angustia. Otro tema del suefio,(el pie {pies desnudos de Liliane) encuentra en esa-playa el terreno elegids de sus huellas: huellas ("“pies”, dicen los caza- dores franceses) de corzos y de ciervos obser- vados la vispera del suefio y que convergen hacia ua abrevadero, ef arroyuelo que corre por el fondo del valle; marcas de los cuerpos sobre la arena de la playa, donde da sed; huellas de pies gue se llenan con, la arena movil, se confunden en Ja arena demasiado fina o se evaporan en los tablones por los que han caminado los pies mo- jados. Huella que se borra, si, pero también hue- lla que queda; asi, en los ‘alrededores de la siudad del unicornio, marcados en la roca, los dos cascos del caballo de un principe legendario que, mediante un salto desesperado sobre una berranca, escapé de sus perseguidores. A Philippe le gustan sus pies, que no le parecen feos, y se femplace en jugar con ellos. Hubo una época de su infancia en que se esforzaba, caminando Tuy seguido con los pies desnudos, por desarro- ler Ja epidermis de la planta, sofundo tenerla fan dura como un cuerno para caminar sin las- Umarse sobre los suelos mas ingratos, para correr bor Ja playa sin temor a trampas escondidas; y sin duda lo logré parcialmente si nos fiamos del jtiato de una hazafia en que se contempla, ante 's miradas admirativas de sus amigos, atrave- Grdo con Iss pies desnudos sobre los despren: imieftos de un_glaciar, Realizaba asi, de una qinera parcial, da fantasia obsesivy de cr a dé una piel “ia ‘nvulnerable. | {Ast encoptzamos el otro Géeming “linporlanis—~ ‘ Hi tet sisi adaua ifn al if hal Fabuloso.-£l valor de representacion [i "St del unicornio constituye el tema comin de 104 EL SUBNO DEL UNICORN Jos Yelatos legendarios > el -unicornio, emblem: de. fidelidady s ypenas abierta o ya cerrada) ha pasado de la fren- le fidelidad, es ani que_es di videntemente un animal dele ai talén, Sin duda no es necesario ser psico- Capoderarse y se dice que el autinalista para encontrar en este relato Ia alusion desee apropidrselo debe deiar, en la soledad dais directa al tema celia castracin’ pe adivina bosque, la ofrendade una joven virgen; porqulsualmente que el agente figurado de la herida, la el unicornio, después de haber posado el cuermodadera {serpe] solo esconde por una alteracion ‘en su seno, se adormece de inmediato. Sin dui literal Ta identidad del castrader deseado, el psi- no hay realmente unicornios, ni cuernos de unitoanalista, a quien el sofiador llama o interpcla cornios: el diente de narval, espolén extraordibor su nombre de pila [Serge]. Puede decirse, en nario de marfil enroscado, funda precisamenttina formula resumida y alusiva, que el deseo que su virtud benéfica en la nada real que representtlnima el suciio es de castracién y a hosotros nos En la frente, en el mismo lugar en que s¢ittloca conientar Ia acépcidn psicoanalitica de esc planta el cuerno, Philippe lleva una cicatriz,aueltrmino de castracién.t 1 que queda de una batalla infantil o de ll pero detengémonos un momento con Philippe, ‘aida ce un triciclo, huella indeleble como lo ¢hara considerar el hecho deNa cicatriz? sobre la Ja de la circuncisién ritual en su sexo. La huelilset. un rasgo, una ligera depresion, blanca o pig- en la arena, marca del cuerpo, se_e dica algo que t -_eTeUENlnentada, més bien insensible, ahora en_Ja_piel, ma tlie un araiiazo, un corte, o incluso una herida donde se arraigan en el suefio el emblema falit}ion Jos bordes abiertos que ha sido menester y el trazo que lo consagra. . ‘urar o aun suturar; huella de una violencia Agu debemos Sl esta @@lobre el cuerpo, inscripcién duradera de. una triz, tra escena que Philippe(soad poco desp'4lirupcién dolorasa, quizA catastrdfica. Si el cuer- ie Ta del encuentro con él unicornio, y que paling es representacién, como se ha dicho, de una volver sobre el tema de las trampas escondidtlaads real, la cicatriz tiene cl privilegio de ser, al ‘SUBRO DEL UNICORNIO 105 'u cuerpo le importa esencialmente, considera la sara que nada como plenitud, repara- para ver dénde es la herida; pero no api nada, ni en la rodilla ni en Ja pierna; s6lo “Itién,Gutura> y esto esta indisolubles ligado encuentra en el pie, junto al talén, un arai®ja ‘dé su madre por fproteger{cerrar, €ol-—> ible en forma de media luna roja, pero Nltary La ci, 'y aun_toda- Ix superficie del no sangra. Esto hace pensar que debe habe lierno. eq, para él, un recuerdo de los atentos herido con un objeto escondido en el hoy! “ltidadoe de que fue objeto por parte de una ; pina, pnsdo 7 ln a onde [ote paint pr nie a ms ge epertan am ola (esl def necehdades dl ie Pale miento inverso al del cuerno, la cicatriz (he™ * Vease a este respecto el capitulo vir, pp. 186s. rc TT 106 EL SUERO DEL UNICORN] EL SUESO DEL UNICORNIO - 107 era lavado, alimentado, calentado, cuidado ah} Se comprende entonces_miejor Gl. désé0_que—> medida del exceso de las fantasfas maternas. ¥] (“cumple ese sueno de Ia podaderayl serpe]; reali sabemos que esa especie deamor materno escon| de y manifiesta tendencias destructivas incons, cientes y Bien intencionadas: no hay Mamado que no sea ahogado, para no tener que oftla como si se tratara de un apetito.voraz, con uni alimentacién_sobreabundante, (no sea ahogada de inmediaton Pe mado hasta-el hartazg0; séguia teniendo se! “ jin embargo, serfa un error seguir & Philip cuando pretende, y tiende a hacerngs creer, qx| no puede mas que quejarse de esexteso de a Cdados maternos> se adivina que To mares po fundamente, de manera imborrable, ese_abrz ‘ pasional de sofocante ternura. Phili : duda el preferido de su madre, Siempre velado desu. Sexual precoz que Freud reconoce como la ext] | riencia qvie marca un destino obsesional.® Ser ele|_ gido, mimado y colmado ( Fs madre_es_(como Gombre de los lobos: del que_es muy diffeil tambien Se ae ee Pl i del preferido y 4 Gisfacos-a Tos que son ae, fuera de la vi todavia sin haber nacido al deseo o ya muertss toe ‘jes. wesas_Koitibras de Edip, demain jos_y-colmados_por- palisis-de-Philippe—, + 8.5, Froud, Los origenes del psicoandlisis, cartes 5 31, y 33; B. N,, © 1s, pp. 7001 y 708. ‘go_hay sed qu} 2or-250-Philipe| ae nera, el deseo, amibiguo por fo demas, de qu: la marca de Ia clausura materna sea.re- abierta, de que otro corte, 6 €astracion, tntervenga — ie se Ievante por fin la del_exilio. idea que se le curre a Philippe a propdsito de Io extrafio del grito del suefo: “EI muchacho grita muy fuer- _ te”; es un alarido insdlito, a la vez grito de terror y llamado irresistible, que le hace evocar ese gri- to, el “kiai”, del que trata la tradicién Zen, y que seria capaz de resucitar a un muerto. Por lo de- mis, el grito remite sobre todo a Gin recucrda—> que todavia no he mencionado, aunque fue evo- cado a continuacién del relato del suetio: Philip- —pe tiene ocho o nueve afios, est4 de viaje con sus padres y su hermano y acaban de instalarse al fine] de una etapa en un gran hotel : él explora solo el parque colindante, que le parece muy am- plio; algunos nifios, ruidosos y apasionados, de més edad que él, se acercan (agui volvemos a en- contrar un detalle del suefio: “unos doce afios" {que juegan aparentemente a cowboys o-a ban. P>didos: amenazan con atacar: Philippe, leno de bénico ante Ja horda, sale corriendo-dando_de__ fits... pero no pita cualquier cosa: grita muy —Herte-como en el suefio, Hamando en su ayuda a Guy, Nicolas y Gilles, para engafiar a sus ata- cantes y hacerles creer que también forma parte }- de una banda numerosa; pero intenta, a pesar de su miedo, no proferir nombres demasiado comu- |_nes, Pierre, Paul o Jacques, porque sus Ilaniados esta evocacion de los fantasmas ie 2 osoas Ge su, madre, con esa pasician made od 7 (Gd, De ido, Megamos a‘und de Jos temas principales “}m. leben dar una apariencia de precisién, y justa- ente recuerda haber invocado “asi a “Serge” (entonces era Stavisky 0 Lifat). Este recuerdo Precisa el sentido del llamado del suefio y, como lo haba dado a’entender, confirma la identidad del castrador (0 liberador) invocado ; nos reriiite 108 EL SUENO DEL UNICORNIO én a los Hamados menos precisamente a Gadoe que habian hecho aparecer os recuer avivados suefi Ceollippe, saute de las fantasias de su madre se pasea a orillas def mar diciendo; "Tengo sed” {y'at soif}; se adivina la ambigiedad de esta declaracion, puesto que parece por una parte apelar una vez mas a esa presencia plena de impugnar po, por au repeicion tismay ia posibilidad de sacar Shr sed tomdodola al pic. de la letra. La images de Lili Se impone aqui, distinguiéndose i atupo de otras seforas que, reunidas en esa pl su 105 casi descubi Pts ats Say a fgeneroso; es como si Philippe se sintiera com fnovido, presintiendo que ella sabré egeuchar st lamedo mejor que cualquier otra. 2 adivira de una manera fan segura como confusa, aut Lifes una mujer més desenvuelta que las que lt rodean habitualmente, qu ella est menos nocido las avenidas del sentido a via pencil conducirfa al fantasma inconsciente en s Modenido, "Poordielts se cet de nuevo’ pe un tiempo. : i" lantearse la cuestién de las re! cionts. que mantienen la fepresentacion Tings tica “corps de Lili” (cuerpo de Lili] y ta jac latoria inconsciente “Poordjeli”. Yo pondsia ¢ acento, al revés del sentido comdn, en el hecle de que es la formula literal la que afecta la repre sentacisn de su valor singular, tanto, sino 1 como. “cuerpo de Lili” inviste (carga) despo Ja jaculatoria secreta déndole un sentido; EL SUERO DEL UNICORNIO. 119 prueba serfan las variantes de lenguaje que, para Philippe, hardn sentido, de “corps joli” Ceuerpo bonito] a “trésor chéri” [tesoro querido], pasan. do por “lit de roses” (echo de rosas], contras, tando por su multiplicidad significativa con la inmutabilidad insuperable del modelo literal “Poordieli”., Queda por considerar, por ultimo, el cardcter manifiestamente solipsista de Ia jaculatoria se creta; hay en esta formula, en él movimiento de jubilo que connota, una dimension autoersti. ca evidente y una afirmacién narcisista que la evocacién del “moi-je” no expresa hasta ahora mas que débilmente, La articulacion de la formu. Ja acompaiia, evoca 0 traduce, mejor atin: imita, Por su enunciado, el movimiento de voltereta gue hace aparecer, o deja como resto, como algo sobrante, como engafiosa produccidn, creacin inrisoria, pero al mismo tiempo afirmacién de si, el término “bien plantado” como resultado ge la operacién, En este juego autocrdtico, In Secuencia realiza un fantasma nareisista de sat. engendramiento: por un lado Philippe juega, en una mimica expresiva, con esa apariciéa afitma: da de si mismo al término de una pirueta; por Ptto lado, por la repeticién de la ‘actigulacton literal, parece gozar del efecto de produccion » de engendramiento correlative del encadenainicn fo de los términos literales, como si la articula, cién de ese nombre secreto Jo hiciera nacer (o renacer) cada vez, por derecho propio, al mundo del lenguaje y a su propia subjetividad. Podus iecirse en una palabra que Philippe, por el use de Ta formula secreta, intenta cada vez una ane &ion con toda propiedad de la escena de su propia Goncencion y que recupera asi de manera cepeti fa, a Ia vez que la rechaza, su esceaa primitive, Lo que Philippe se esfucrza fundamentalinente Por rechazar para fingir dominarlo es, en efecto, A 120 EL SUENO DEL UNICORNIO Ja dimensién misma del deseo del otro, en tanto que él fue sin duda prematuramente el objeto, beneficiario, victima y resto. Dejando a cuenta del deseo paterno que no encuentra su punto de referencia Cre-pére] més que en el nombre de Jérémie, desaparecido demasiado pronto, objeto abandonado al devorante deseo materno, Philip Pe, tal como en su férmula irrisoria, no tendré otra preocupacién en lo sucesivo mas que la de poner coto al deseo del otro, impugnar al otro como sujeto de deseo, es decir, datlo por muerto © Inexistente; porque cree saber por experiencia gue, si se dejara llevar al reconocimiento del otro, eso seria volver a caer (y quiz esta ver * sin ningiia recurso) en el abismo de la ausencia que lo coavierte en sujeto de deseo, para ser de nuevo burlado, devorado, colmado hasta la sofe cacién ' Este es el callej6n sin salida del deseo de * Philippe, que el andlisis completo del sueio del unicornio revela en su ordenamiento fantaseado. MI EL INCONSCIENTE 0 EL ORDEN DE LA LETRA del cuerpo, “abstraccién” que exige ser enter Je 7 vez eM su sentido comin, y como opemeign de desligamiento a partir de la supe oon Poral. Es considerar el cuerpo como el Hing primero en el que se inscribe la huella antes de ANE Se%, Como trazo, algo abstracto, y desde em fonces dotada de su esencial propiedad de en su elemental materialidad. Habiamos legado a esa formulacién al tén contd d@ interrogacién sobre la dimensiGn, denulderada principal, del placer. Sin dude px, demos sorprendernos de esa necesiind aparen- semente regtesiva, de arraigar asi al elements reamente formal” que es Ia letra en un move, muanto de placer, y de invocar el “cuerpo ere s5RO" con el solo fin, al parecer, de poder en cs petundo tiempo, decir Ia letra abstrafda del euce tanks rerd2d due, de la manera més comin aimbién mas natural, la letra se presente Justa. a otra cosa » conexiones que la definen ‘Smo letra: en otras palabras, es el conjuste te uty

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